Nicolás Sulmsrén Atn más revolucionarios • Us mujeres

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Rs iist«(. Be litirte*, DO KleitM, B«
pTsvarlqTies, honr» á tus padroa; en
•nma, cumple \a. ley de Dios, aajfciidtilt
y BiT^iM^dnla.—iloisit.
La fiicuto do la vida ea \K clsncl». En
caso do duda, o! juoz supremo es la
conciencia.—Manú.
Gouóojte á ti Elilíaío.--Sócrates.
Trabs'a püía estlrparel Mal. Esibe'eco !a tierra cubriéndola de vegetales
atiiüales úUies.—Zoroauro.
Todo» los hombres son Igruales. No
b»y otra diferíacia en elioa que la»
•firtndes que poseen.—.««áA».
A.Ü1&03 los unos i IOS otros.—Sed
^•ifíactos como naestro Padre qae está
• s loi cl«lo»—J€siu.
Iji piedad no constate en yolver st
roetro liácla I«Taiite 6 al Poníante,
riadoso «a el que socorre & los baérfa«01, k loi pobres, rescata los eaatlvee,
ebieiva U oración, da limosna, es pttiemto en U adversidad. £1 qne es justo
y teme & Qlos «lamente y slterUeríi*H—Mmh»mm.
ASO rv
wmmnmm—Madrid trim., t ptes. Provincias,
Ídem, 11,50 Id. Extranjero, aEo, 12 id. Ultramar,
Ídem, 20 id.—Número suelto corrieütn, 10 cents, de
peseta. ídem id. atrasado, S5 id A los vendedores,
S r«. la mano. SI pago se Uac« por trimestres adeIssstados, en letra* ó asilos.
'
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erregia sarasa, el Ba{|;lstnido qn* dw•napeíía sus fnnelones, el obrero qns
trabi^K, hacen nna obra tan santa coaio
•1 mouje que ora y ayuna.—¿«Mfo.
X>ssda laladla hasta la Francia el «ol
no -S'13 <c*s que una familia inmens*
í ' o debía regirso por las leyes del
siíioi. .Mortales, todos sois hermanos.—
Votum j .
Hai e! bien por eí bien. No emplee*
¡üijiüRl» hutcftuldad como an slmpl*
&i<9dlo... Respétala como nn Bu.—Kami,
Ei hombre d abe realizar bajo Dios la
ariiionía de la Naturaleza y el Espíritu
en foriaa d« Y jíuiitad racional y por ti
varo sien.-Arewse.
Que la Verdad ostente todos «ns «N
jlendores en la tierra; que se desploBCB los temí los y c a l ^ n hechos wA'
TO los tronos, y se soterren bajo elnil»
go los adoradores del -vellocino de e n
si se interpojen en sn camino. iPaao»
paso k la Verdad divinal—Bi £•»»«•
iü nf ie.
La redacción dará cnenta de toda obra de que
reciba dos ejemplares. No devuelve loa manuscritos. No responde de los artículos firmados.
No admite anuncios de paco.
AdmlnistracioB: calle da 1« Uaders, número 51, pite ««gando.
m c r ó n : la democracia y la Justicia. S a l m e r ó n p í d e l a palabra a n u n c i a n d o u n a interpjlaci6n contra
el ministro.
T o d a la atención política se concentró en este
E s el héroe del día. H a salido elegido diputado
asunto. E r a la primera vez que S a l m e r ó n iba á
p o r Madrid cuando la mayoría de los republicahablar en el Congreso y osaba hacerlo para acusar
nos, a u n t e n i e n d o capacidad legal, n o tiene v e t o .
á u n ministro. El e m p e ñ o parecía pretencioso,
¿Quién le h» dado el triunfo? Ese algo indefinicuando no sobsrbio. L a mayoría acudía colérica
ble q u e se llama opinión.
á la sesión dispuesta á promover u n escándalo; la
E s p a ñ a va apartando sus ojos de las testa •; c o r o n a d a s de o r o para fijarlas en las coronadas de * n u m e r o s a fracción tradicionalista q u e se sentaba
genio. T o d o s se van convenciendo q u e con metal i en el centro hubiera querido, se comprende, a n o fabricado por el platero no se gobierna, m a s con | n a d a r al g r a n hereje; los amigos políticos sirven
espíritu h e c h o por Dios. Cada día nos vamos | para todo menos para sacar de su trance i los q u e
alzando m á s dei polvo para elevarnos á la región i zozobran en estos naufragios oratorios. Realmcndc los principios. Hacía once años que venía- I t e , solo había dos corazones junto al suyo: el de
m o s cayendo; hemos llegado i lo más profundo, | Figuerss y el de Rivero. Figueras, ajeno á la ená una fosa; a h o r a com.-nzamos á ascender y con I vidia, tenía el rostro resplandeciente de alegría,'
rapidez vertiginosa. U n a prueba fehaciente es la | estaba seguro del triunfo y se gozaba anticipadaelección de Salmerón.
i mente en él. Rivero, desde el más alto sitial de la
P o r la opinión flotan, sin d u d a , los méritos I C á m a r a , miraba á Salmerón con envidia; pero endc_este h o m b r e genial.
I vidia de no p o i e r hallarse á su lado para a y u d a r E n la Universidad es a s o m b r o , p r i m e r o de sus I le á combatir á los q u e las circunstancias, y no su
voluntad, habían h e c h o que fueran sus amigos;
profesores y condiscípulos, después de sus a l u m los dos se entendían y se querían; eran d e m ó c r a nos. E n t r e aquellos profesores había u n o verdatas de entrañas y además patriotas y generosos.
d e r a m e n t e extraordinario. Enviado á Alemania á
estudiar la dirección de los estu iios, halla u n a
¡-.legó la h o r a esperada. S a l m e r ó n se levanta á
filosofía que diviniza la razón, y la conciencia,
hablar. Los escaños estaban completamente lley la justicia, y la verdad; prendado de ella se la
nos; los senadores y exdiputados se h a b í a n coloasimila, prestándole este tinte místico y severo,
cado detrás, en los pasos, á u n o y otro lado de la
propio d e la patria de Z u r b a r á n y B e r r u g u e t e . E l
mesa presidencial y alrededor de las mesas de los
profesor, ya anciano, y austero c o m o su sistema,
taquígrafos; todo estaba ocupado, compacto lleno
n o tenía condiciones para comunicarlo al público.
de carne h u m a n a , nb se veían sino cabezas a p i ñ a C u a n d o tropezó con Salmerón, su alegría debió
das sobre la masa informe de cuerpos que se estruser íntima y profunda, p o r lo m i s m o q u e quedaba
jaban. Las tribunas se hallaban igualmente repletoda en el fondo. Q u i e n diga q u e Sanz del Río
tas; los que h a b í a n logrado ocupar Jos primeros
no era u n g r a n patriota, á la vez q u e u n gran
asientos sacaban el cuerpo para oír y ver mejor.
filósofo, no ha leidó sus cartas. P o r lo m i s m o q u e
S ü b r e el fondo oscuro de la C á m a r a se destacó la
e r a u n verdadero filósofo, comprendía q u e t o d o
noble figura de Salmerón. Tocir-s los ojos se d i r i n o lo puede hacer á la vez u n h o m b r e . Al c o n o gieron á él; el silencio era absoluto; todos los p e n cer á Salmerón, se dijo sin duda: f h é aquí el
samientos estaban suspensos y todas las respiraVerbo,» y siguió filosofando t r a n q u i l a m e n t e . T o - ciones contenidas.
"
davía lo recordamos c o m o si lo viéramos. Al t e r «No es lo m i s m o explicar e n clase q u e h a b l a r
m i n a r aquellos memorables ejercicios de oposien u n congreso.» «No es igual la oratoria acadéción á la cátedra de Metafísica, p o r virtud de los
mica que la parlamentaria.» Estas y otras frases
cuales se dio á Salmerón la clase que hoy dessemejantes se habían oído de los q u e pronosticae m p e ñ a , el maestro se acercó al discípulo al salir
b a n u n fracaso.
del tribunal, y por toda demostración de afecto,
Salmerón r o m p i ó á h a b l a r con la serenidad, la
le puso la m a n o sobre el brazo, y dejando cruzar
majestad y la posesión de sí m i s m o q u e h u b i e r a
u n a imperceptible ráfaga de satisfacción en el e s tenido estando avezado á estas luchas. Su voz,
t r e c h o y a r r u g a d o s e m b l a n t e , prosiguió l e n t a s u actitud, sus movimientos, e r a n , n o los de u n
m e n t e su c a m i n o , perdiéndose p o r los claustros.
c a t e c ú m e n o que asiste por vez primera á su igleAquella había sido la imposición de m a n o s .
sia, sino las de u n maestro que enseña, y de u n
Las lecciones de metafísica de S a l m e r ó n en la
severo é implacable juez que acusa.
Universidad fueron u n a s o m b r o . S u clase e r a u n
U n a mayoría es u n poder soberano; verse t r a templo consagrado á lo m á s grande q u e hay en el
tado como subdito, cosa es que n o podía tolerar;
universo: la Razón, la Conciencia, la Libertad.
su irritación crecía. ¿Pero q u i é n osaba ni respirar
ante aquel titán de c e n brazos? Se hacía u n a tíP a r a hacer habitable la tierra h u b o necesidad
mida interrupción y la palabra del t r i b u n o , c o m o
de héroes q u e , como Hércules, estirparaa las fieflecha, iba sobre el interruptor y le anonadaba.
ras, cambiaran el curso de los rios y desenmaraE n este arte sobei a n o de vaciar el pensamiento
ñ a r a n la obra del caos. Solo así p u d o verse la
palabra no tiene igual Salmerón; su pensatierra poblada de vides, olivos, espigas, ciudades, I en
miento y su expresión son u n todo indiviso, la p a pórticos, templos, y brillar sobre estas obras ú t i labra q u e emplea, es la propia é insustituible; q u i les y hermosas el genio del h o m b r e , infundido en
tad u n a palabra y csiará la expresión carente,
obras divinas de Arte.
aume.itarle alguna y sobrará pur inútil. Y este
P u e s lo mismo que se h a h e c h o con el m u n d o
hallazgo de la pdlabra propia lo tiene él sin t r a de fuera, hay q u e hacer con el de d e n t r o . Es p r e bajo y sin estudio; lo m i s m o cuando se dirige al
ciso estirpar de la conciencia las hidras, leones y
público que c u a n d o os habla de la cuestión más
panteras que la p u e b l a n , para q u e luzca en ella
insignificante en el terreno familiar. A q u e l dcssu diosa y soberana: la Verdad. Esos m o n s t r u o s
potismy de su p a l a b r a iba encendiendo cada vez
q u e habitan d e n t r o de nosotros son la» p r e o c u p a más los ánimos de la mayoría; el pobre ministro
ciones, los d o g m a s , los prejuicios, las imposicioestaba c o m o a b r u m a d o ; las palabras caían sobre
n e s escolásticas, tiranos todos del pensamiento
él como mazos de batan; lo q u e n o se a u e v i a ya
q u e es preciso e x t e r m i n a r si ha de m o v e r s e . este
á hacer n i n g u n o aisladamente intentan hacerlo
s e g ú n su ley, q u e es la libertad. Aniquilar á esos
apoyados u n o s en otros; la ira contenida quiere
tiranos: b e a h í el objetivo de Salmerón e n la claestallar en m u r m u l l o s para desconcertar y apase. S u s explicaciones son u n forcejear, incansagar la voz del Orador; éste inclina el cuerpo, dirible, titánico, contra toda clase de dogmatismos.
S u maza no se sacia de aplastarlos. «No os ñéis ge enfrente miradas terribles a c o m p a ñ a d a s de apostrofes q u e salen c o m o relámpagos de sus e n t r e d e lips a u t o r e s , de los artículos de fe, de vuestros
abiertos labios; la mayoría se intimida, cede, el
juicios precipitados, de lo qtie yo os diga, el v e r r u i d o desaparece: N e p t u n o h a aplacado la furia de
dadero maestro lo lleváis dentro: el pensamiento
las olas. Nocedal (hijo) se atreve á interrumpirle
aplicado con atenta reflexión; la obra de la ciendesde el centro. «Que no m e provoquen los t r a d i cia es u n a eterna oración; h a y q u e hincar la r o cionalistas,» grita encarándose con ellos con aire
dilla, meter el oído en la conciencia y escuchar
d e reto, y agrega u n a s palabras q u e cosen los laallí con atención religiosa la voz de la divina Rabios de los q u e ocupan ai^uel lado de la C á m a r a .
z ó n . Es preciso q u e ni u n ruido i n t e r r u m p a esa
A p a g a d o s los fuegos de todas las baterías conoración; es preciso m a t a r intereses, presunciones
trarias, entregados á discreción todos los e n e m i del sugeto y anticipaciones dogmáticas q u e a n u gos, las fuerzas lísicas le faltaban y pidió u n o s miblarían la pureza de la verdad. E s necesario, por
n u t o s de'reposo.
t a n t o , m a n t t n e r s e completa, absolutamente libres.» E n realidad, su o b r a es u n a lucha intermiYa era t i e m p o . L a C á m a r a entera lo necesitaba
n a b l e contra la tiranía y u n h i m n o eterno á la lin o menos q u e él.
b e r t a d . El q u e no consiente tiranos invisibles,
C o m e n z a r o n entonces los comentarios. Y a en
m e n o s los consentirá de carne y h u e s o . J a m á s se
la t r i b u n a a n a r q u i s t a , d o n d e el ingenio se d e r r o h a permitido S a l m e r ó n hacer u n a alusión políticha diariamente, pese á los ministros, al presidenca en clase; sin e m b a r g o , sus discípulos, esparcite y los ugieres, se h a b í a n cruzado á media voz
dos ya por toda España, h a n plantado e n lo h o n d o
frases sobie el acontecimiento q u e se desarrollal a semilla a e la libertad.
ba. U n a de esas frases merece consignarse: «Es
E l odio de S a l m e r ó n 4 los tiranos del pensaSegismundo q u e sale de la torre.» Y en efecto,
miento es insaciable. Con aquella luz que despide
era Segismundo reclamando los derechos de la
su inteligencia, m á s viva q u e la del sol que se d e democracia, usurpados p o r el s o b e r a n o ilegítimo
r r a m a e n los c a m p o s , ve aquellos tiranos p o r
desnaturalizado y cruel.
ocultos q u e estén, y queriendo aniquilarlos t o d o s ,
«Ya tiene jete la democracia española» dijo
los persigue, los acosa implacablemente, conforRios Rosas, aquel o r a d o r apocalíptico y profeta.
m e le salen al paso en sus esplicaciones; m u e r t o
E n su oración h a b í a dicho q u e n o debíamos
Uno, la emprende con o t r o ; esurpado éste, comienllorar la pérdida de la virginidad de l a F e , p o r
za con o t t o n u e v o , y tras éste se dirige á otro y
q u e h a b í a m o s g a n a d o en cambio algo más g r a n Otro, y á todos los quiere e x t e r m i n a r . P e r o sucede y m á s alto: la maternidad de la Razón, E n t r e
d e q u e en este traba)o de titán m u c h o s se cansan,
los q u e escuchaban estas palabras había u n h o m se fatigan, n o p u e d e n seguirle, y dejan caer desab r e á la sazón senador y rector de la Universidad
lentados las manos e n q u e e m p u ñ a n el lápiz;
de Madrid; este h o m b r e era D. F e r n a n d o de C a s .cuando termina aquellos períodos inacabables, los
tro. De a l m a b o n d a d o s a , corazón sencillo y tierq u e le h a n seguido lanzan u n a inmensa respiran o , e n a m o r a d o de todo lo b u e n o y lo santo, sición para desahogar los pechos oprimidos.
guió la carrera del sacerdocio; buscaba e n él, n o
u n sueldo ó el lucro, sino á Dios. Sus estudios
¡Qué de tesoros de elocuencia d e r r o c h a d o s en
posteriores y la contemplación de la realidad, y
estas luchas!
sobre todo, el conocimiento de la Historia, le h a E l silencio en su clase es absoluto. U n día ese
b í a n h e c h o distinguir la v e r d a d del error, pero
silencio fué t u r b a d o ; u n a s manos aplaudieron.
á pesar de su edad y de sus conocimientos a u n
T o d o s los ojos se volvieron sorprendidos hacia el
fluctuaba su espíritu, dentro del cual la Fe y la
sitio de donde h a b í a n salido los aplausos: era
Razón habían soitenido l u t h a s titánicas. D . F e r Echegaray q u e , atraído por la fama del joven catedrático, h a b í a e n t r a d o en la clase p a r a e s c u - n a n d o de Castro h a b í a estado escuchando el discurso de Salmerón con atención profunda. Descharle: eí Arte aplaudía á la Filosofía; los dos gep u é s q u e éste a c a b ó , se acercó á él y le abrazó
Xiios se encontraban y se comprendían.
lleno de emoción. Al día siguiente le dirigió u n a
Critican á Salmerón porque n o sale n u n c a de
carta, a c o m p a ñ á n d o l e la p l u m a de o r o q u e le h a los preliminares, p o r q u e n o da ciencia hecha: es
bían regalado p o r su ú l t i m o s e r m ó n católico, para
c o m o pedir q u e venga Fidias antes q u e Hércules.
que la conservase en recuerdo del sacerdote que
H a c e h o m b r e s libres. ¿No es bastante? Ya vendrá
había, abandonado la virginidad de la Fe para enFidias con su cincel divino á esculpir la estatua
trar en la rnaternidad de la Rajón. ¡Aumirable
d e la Verdad, q u e brille m á s q u e l a de V e n u s g e n conquista! Q u i e n ha hecho cambiar de religión á
tílica sobre el Océano de luz q u e i n u n d e la c o n los sabios, bien p u e d e hacer cambiar de política á
ciencia. Ese Fidias será la Libertad m i s m a , m a n e los q u e n o tienen arraigo en su fe. ¿Quién la tiene
jando el cincel las m a n o s de todo un pueblo e m a n y a e n la monarquía?
cipado.
S a l m e r ó n fué elegido diputado. E x t r e m a d u r a
Los tiempos cambiaron rápidamente. E l h u r a le envió el acta »in pedirla. E l h e c h o fué digno de
c á n revolucionario barrió la m o n a r q u í a y vino la
a m b o s : del filósofo y la provincia. E s p a ñ a n o
p r o c l a m a c i ó n de la república. S a l m e r ó n fué n o m h a b í a pasado, es verdad, p o r este cenagoso p e b r a d o ministro del primer ministerio q u e se forriodo q u e se llama Restauración.
m ó . N o h a y q u e hablar de lo q u e conoce todo el
T o c ó s e entonces e n el Congreso u n a cuestión
m u n d o . Idealistas todos por t e m p e r a m e n t o y eduruidosa: la de la Internacional. Esta sociedad de
cación, nos p r e n d a m o s de la federal y esta fué
trabajadores, a m p a r a d a p o r la Constitución, fué
p r o c l a m a d a . C o m o d é l a idea al h e c h o hay u n
puesta fuera de la ley p o r las palabras torpes de u n
m u n d o de m o m e n t o s , viendo el país q u e n o te-
Nicolás Sulmsrén
^ninístro. Se había toc«4o al arca santa para 5al- (líamo* más qut nompres m eseiieia, la fuer»
MABKID
Red«ctor«.|g;2?S,f'"-
S ibado 10 de Abril de 1886
A. le* corresponsales que envíen el Importe por
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cada número será ae 10 cántlMoi.
NUM. 173
dogmas purísimos. ¿Qué culpa t e n e m o s los q u e
comenzó á obrar á falta de la idfa, y de tropezón | en SUS Últimas horaa. Ese cuerpo electoral esto
h e m o s buscado en la historia, p o r n o h a b e r
en tropezón caímos en lo m á s brutal.
?
.,
.
,,
.
, .,
,
,
encontrado sino la evidencia de que al espiritu,
P a r a t o m a r la revancha era preciso cambiar de I c o r r o m p i d o , m i s e r a b l e m e n t e d o b l e g a d o a i
en su esencia p u r o , de la predicación de Jcsucrisg
dirección; buscar intereses, historia, elementos j p o d e r , q u e h o y h a p r o d u c i d o u n a f a r s a d e I to, se mezcló m u y pronto u n g e r m e n deletéreo,
VIVOS y solidos del país H e aquí la po ítica que se '; „ .
, ni
^
• q u e siempre, en proporción creciente, fué la c a u trazó Salmerón y que viene incansablemente per- I ^"¡"'es p a r a USO d e SaErasta, COmO a y e r p r o sa de q u e todo el edificio religioso fuera falseado?
siguiendo. P o r su transacción patriótica entró de í d u j o u n a c o m e d i a d e P a r l a m e n t o e n h o n o r
C o n dolor profundo por el cristianismo, q u e h a
Heno á servir a l a república el h o m b r e q u e hoy I j , ^ ,
. , . . , , . ,
, •
¡
hecho m u c h o por la ciriUsación, y a u n pudiera
m i r a n todos
asidero
de vio
la l él
i - | ^^ Gáno-^as, ser& o b j e í o d e b u r l a s é i r o n í a s
itacer bastante, voy á referir hechos q u e p r u e b a n
bcrtad.
L o qcomo
u e h o yel ve
t o d o elmás
m ufirme
n d o , lo
despiadadas. El nepotismo escandaloso que, la futilidad de los apologiitas cristianos.
p r i m e r o . Pero además de v e r l o , contribuyó á
Sí, encantadores ángeles de esta tierra, la Iglecrearlo con sus fuerzas y las de sus amigos. Este
después de haber degradado la administra- sia se e m b a r r a g a n ó con los bárbaros poderes del
núcleo de progresistas y republicanos históricos
es, á n o d u d a r , en c u a n t o á fuerza política, la m á s
ción, está, ahora escarneciendo el sistema re- m u n d o , n o tuvo la firmeza necesaria para cottt a n y l o s y, cuando n o pudiera hacer t a n t o , p r o importante, y la más temible, c o m o lo p r u e b a n
presentativo, será cruelmente ridiculizado. testar al menos contra el mal y presentarse p u r a ,
sus comités, su prensa q u e es la más n u m e r o s a ,
y sus con;ínuas acometidas contra ia m o n a r q u í a .
En suma, los diputados republicanos, en sin la m e n o r s o m b r a de condescendencia con l a
iniquidad; p o r el contrario, se entregó i. u n a t a L o que hizo cerca de Ruiz Zorrilla, lo h a h e c h o ,
cumplimiento de su de'jer, denunciarán al rea enojosa de sutiles disquisiciones, para c o h o cuando ha visto llegada la razón, cerca de Pí y de
sus complacencias con el fuerte. ClaCastelar. La fuerza que ha dado al partido repupúblico con arre':iatadora elocuencia los nestar
m ó contra algunos abusos, pero mientras t a n t o
blicano la coalición acabada de hacerse, y en q u e
abu=os y peligros de la monarquía y le ex- cedió p a r a evitar mayores males, eterna excusa
h a t e m a d a tanta p a r t e , está bien patente y m a n i hace sonreír con desdén á los filósofos.
fiesta.
citarán á buscar el remedio á tanto daño y qCul ae mhoy
ó , pero a l a vez suscribió á todos los c a p r i Pues lo que h a h e c h o con los republicanos lo
vergüenza en una República democrática.
chos de los grandes, transigió con la esclavitud y
h a r á con el país entero. Ya ha visitado algunas
el concubinato, con las leyes b i r b a r a s de raza, y
Esto
será
todo,
porque
no
puede
ser
otra
p r o c l a m a n d o la república nacional, y m u c h o s
por ú l t i m o , no halló vituperable el impío desdé»
á n i m o s indecisos se han resuelto, y el que le ha I cosa. La mayoría y el gobierno los escu- y a b a n d o n o , el concepto depresivo q u e el m u n d o
oido, sino ama, al menos n o teme á la República.
charán con más ó menos benevolencia, á cristiano reservaba p»ra la mujer.
A h o r a hablará desde la t r i b u n a al país y EspaE n los Concilios antiguos y de la E d a d Media,
ñ a entera acudirá á su voz, p o r q u e n o es la voz
compás de su humor y de la viveza del ata- asambleas mixtas de sacerdotes y príncipes soldadel interés m e n g u a d o , de la ambición, D Í de la
que, pero ni el abuso se cortará, ni el peli- das, sancionó la Iglesia leyes bárbaras é inicuaSi
adulación servil á clases, pasiones, ni p u e b l o , sino
notad bien esta afirmación gravísima, p o r q u e n o
la J e la serena é inflexible razón.
gro será salvado. Tal cual reformilla en ma- tengo inconveniente en probarla, pese a todos los
A los q u e n o convenza su acento de sinceriteria de legislación civil, quizá la extensión u l t r a m o ü t a n o s y fanáticos del m u n d o ; leyes b á N
dad, voy á darles u n testimonio de lo q u e
baras é inicuas en el Concilio, costunsbres i n m o g u a r d a el alma de S a l m e r ó n , a r r a n c a d o en u n
del sufragio á un mayor número de ciudada- rales é i m p í a s , toleradas en la práctica, y lo q u e
m o m e n t o solemne. Ese titán en la arena política,
nos, probablemente una mentida nivelación es todavía peor, explotadas; leyes y costumbres
es más candido q u e todos los niños en sus r e l a contrarias al bien de toda la h u m a n i d a d .
ciones privadas y necesita p a r a vivir imperiosade los presupuestos, servirán al ministerio
Dejando ahora á u n lado t o á o lo q u e no c o n m e n t e de u n a atmósfera: la familia, y d e n para alardear de liberal y seducir & los can- cierne á la mu)er,,veamos c ó m o legislaron y q u é
t r o de ella, de unas m a n o s cuidadosas que le
hicieron en favor de ella los que practicaban la
quiten los obstáculos d e la vida diaria q u e él
didos para atraerlos á algo que tienda á con- moral que habéis ieiJo en el sermón a a t e r i o r .
n o entiende ni sabe salvar, esas manos son las de
No bastaba, haber iniiiado al paganismo institusolidar la precaria situación á que la muersu esposa, complemento precioso c indispensable
y e n d o c o m o el las Veitalcs cuu ei n o m b r e d e
de su existencia. Pues bien, n o hace a ú n un a ñ o
te del rey y el estado de la regente han monjas y practicaudo cu ios m ü n a s i c n u s y en los
q u e l e encontraba fuera de esa atmósfera en el
templos la prostitución sagrada c o m u ia que h a íraido á ia dinastía.
extranjero acosado de u n a dolencia aguda, q u e le
bía en Babilonia, en ia Lidia, en Giecia y R o m a .
producía desfallecimientos y estados de debilidad ' ¿Y es posible que estas nonadas, únicas
E r a m u y poco haber inspirado á la mujer averalarmantes. E n u n o de es»s momentos de mayor
presumibles por el optimismo más exagera- sión al m a t r i m o n i o , al a m o r y la maternidad, e n malestar é i n s o m n i o , n o faltó quien le oyera
cerrándola en el claustro para saciar la lascivia d e
m u r m u r a r : «¡Y sin haber hecho n a a a p«r mi país!»
do, satisfagan el ansia ardiente de libertad los obispos, los monjes y los reyes, q u e t a n t o rigor
q u e recordaba la frase de Chenier dándose con
verdad que experimenta el pueblo espiñol, desplegaban p o r otra parte con las p e c a d o r a s . . .
la cabeza en el palo de la guillotina: «¡Y aquí h a q u e no pecaban con ellos, a u n q u e su imsma i n bía algo.!»
la vehementísima necesidad de orden moral moralidad las hubiera lanzado por ese c a m i n o .
S í ; - S a l m e r ó n lleva dentr» alg» q u e hacer por
y solidez en las instituciones que aqueja a E l que las ciudades cristianas ofrecieran á los r e su país y lo h a r á . L o está ya haciendo.
yes ó á los obisjpos q u e las visitaban la doncella
T o d o s lo Verán, todos se convencerán de q u e
la nación? No, no.
más h e r m o s a p a r a q u e se recreasen y fueren p r o n o es el interés, n o la gloria, n o el poder lo q u e
El partido republicano ha llevado, merced picios á las peticiones del clero y los nobles, e r a
le m u e v e , sino lo que m u r m u r a b a n sus labios con
á un esfuerzo supremo, sus hombrea más cosa baladí, p o r q u e n o pasaba del terreno de las
angustia: el bien de su país. Necia tendría q u e
o s t u m b r e s ; era, p u e s , necesario profanar t a m ser E s p a ñ a para n o compretiderlo y no prestarle
ilustres al Parlamento; es verdad. Pero tam- cbién
la santidad de ia ley.
sus fuerzas.
I liéu es cierto que el partido republicano los
E l CoucUio de Elvira, q u e t u v o lugar c u a n d *
No lo dudes, pueblo; la república está ya h e c h a .
E l triiuifu de ¿ a l i n e r ó n lo proclunia.
I lí& enviadu en son de protesta. Heraldos de I todavía la Iglesia n o podía impouer penas c o r p o ¿Dónde h a b r í a pedestal bastante grande y altar I la voluntad popular, estos hombres harán I rales, p o r q u e n o contaba coa la complicidad d c
ios príncipes, negaba p e r p e t u a m e n t e la c o m u n i ó a
b a s t a n t e respetado para culocar esta figura, si
constar que en ei Parlamento les es total- I ( p o r q u e esta e r a la m a y o r pena q u e podía i m p o perteneciese á un pueblo civüizodo cualquiera q u e
no fuese España? Citadme u n personaje, e.vtran- . mente iíuposible resolver el problema en que I ner) a l a s doncellas, consagradas á Dios, q u e c o metiesen algún pscado contra ei pudor, y no* las
jero, que á la vez sea lilóioío, orador y político
hace tantos años viene la nación empeñada, I absolvía sino c u a n d o se hacían pesitentes (un e s como el. E n t r e todos los oradores de la República
tado abyecto y iattimoso) por tuda la vida.
^
francesa, no hay u n o solo á su altura. ¿De sus filóDirán, como es cierto, que ellos en iaa Cor
A las no consagradas á Dios les prohibía c a s a r sofos? no h a b l a m o s .
tes son ios representantes de un ausente, se con el h o m b r e que las hubiera violado si n o
E s verdad q u e es u n o de esos h o m b r e s que n o
hacían ellas penitencia por u n a ñ o . ¡Injusticia
p u e d e n compararse con o t r o s , lleva el sello del
mayor de edad y desposeído, que al enviar- insigne q u e i m p o n e penitencia á la victima y n o
genio: la originalidad. Su pensamiento es s u y o ,
los no ha renunciado por si y ante si & de- al c r i m i n a l , dificultando k éste la reparación d e
su oratoria es suya. Claro es q u e su ciencia n o es
su.delitol ¡Qué idea t a n noble de la dignidad d e l e
infusa, pero lo q u e sale hecho de su m e n t e es e n mandar
ku herencia legítima. Que ellos son mujer!
t e r a m e n t e propio. N o podréis citar u n filósofo á
los hijos de una legalidad, si bastarda por su
L a Iglesia entonces y después c o m o a h o r a , e n quien siga, ni u n orador de q u i e n h a y a tomado
señaba con g r a n insistencia q u e la mujer n o d e lecciones, ó á quien imite. Todo en él es suyo, de
origen,
purificada
en
sus
almas
democrátibía elegir espose, sino aceptar el q u e sus padres
su genio, ó mejor, es el genio de la patria, encarcas, que por insuficiente y absurda, no pu- le impusieran; doctrina basada e n las palabras d e
n a d o en él: noble, severo, grandioso, sublime; el
Pablo citadas en el p r i m e r o de estoi s e h n o espíritu semítico y el ario compenetrándose, como
diendo amoldarse á la justicia, ha de ser rota San
nes y en la siguiente bestialidad q u e escribió S a s
se compenetraron en nuestro suelo; Sócrates y
Ambrosio: «yVo es jjropjo del puaor de una don."
en mil pedazos.
Cristo; Isaías y Cicerón.
celia elegir marido», cuya doctriaa bárbara o c a Esto q u e n o ven todos los ojos p o r q u e les e s Y el pueblo republicano aplaudirá. Porque sionó
también los matrimonios de conveniencia
torba el sedimento de odios m u s u i m a n e s q u e t o al enviar veinte diputados i. las Cortes, no entre príncipes, reyes y m a g n a t e s , uniones h o r r i dos llevamos d e n t r o , se verá claro con el tiempo
que hicieron á millones de hermosas d o n c u a n d o esos sedimentos desaparezcan, y recobre
ha renunciaao, no, á la Revolución, antea bles
celias víctimas espiutorias de la brutalidad, l a
la vista patria su prístina claridad. B u e n o es d e bien, lo que ha procurado es dar & ésta las avaricia y todas las malas pasiones de la sociedad
cir la verdad ahora y luego.
resonancias del trueno y las fulguraciones religiosa y civil de su tiempo.
Apoyada la Iglesia en las teorías de San P a b l o ,
DEMÓFILO.
del relámpago. Hoy, aún más que ayer, ia prohibió las segundas nupcias considerándolas
revolución se impone, porque se ha eviden- c o m o una vileza, sobre t o d o desde q u e así a c o m o daba á los reyes.
ciado la ineficacia de los procedimientos le( L a viuda q u e se e n t r e g u e a u n h o m b r e , d i e t
gales. Al usar esos mecanismos repodridos, el Concilio 1 de Toledo—sea excomulgada si se
Dando un admirable ejemplo de disciplina, se ha patentizado su inutilidad para el bien casa con él, p o r cinco años, en los q u e h a r á p e n i tencia, y si, dejado a q u d , se casa con o t r o , sea
el partido republicano ha acudido á la lucha que perseguimos, al que no renunciaremos excomulgada para s.empre.» Ley absurda q u e
hace el concubinato de mejor condición q u e el
electoral. NI las míseras cortapisas del censo, jamás, y que ya todo el mundo está conven- m
a t r i m o n i o , pues castiga éste y deja aquél i m p o n e .
ni los amaños de las listas, ni las audacias cido solo puede obtenerse mediante un su«La viuda de obispo, presbítero ó diácono q u e
arteras de los engreídos caciques, ni la falta premo y rápido esfuerzo concertado de los se casase, sea excomulgada hasta el fin d e sit
vida.»
de fe producto de la abstención prolongada, republicanos, que tan poderosas energías y
( L o s obispos, presbíteros 6 diáconos q u e m i ni el abandono natural del derecho al sufra- tan admirable disciplina han ostentado en el r e n bien y con afecto á las mujeres consagradas
á Dios que se casaren, aunque sean hijas
suyas^
gio en los pocos que lo poseen, le ha impedi- primer acto de la coalición.
sean excomulgados: lo m i s m o se e n t i é n d e l e lat
madres de estas mujeres.»
do combatir confirmezay ostentarse poderoH e aquí á la Iglesia p r o h i b i e n d o el a m o r p a t e r '
RAMÓN
CHÍBS.
so en toda la Península, obteniendo, como renal á sus sacerdüíes y hasta á las m a d r e s p a r a cott
sus hijos, p o r el e n o r m e delito d e casarse.
compensa á su trabajo, el triunfo brillante
AHora bien, m e p r f ^ u n t a r é i s . ¿Cómo era esto
y ruidoso de la candidatura por acumulación
posible? ¿no le e r a m á s lácil á la Iglesia negarse &
en la persona de D. Francisco PI y Margall,
celebrar tales matrimonios? Así parece n a t u r a l y
lógico, c u a n d o se i g n o r a q u e e n aquellos t t e m p o e
Serttonos d« cnaresma
á quien sinceramente felicitamos, así como
la Iglesia no hacia los matrimonios^ los hactsSk
los mismos contraj cutes por si y ante si, con i a felicitamos también por su triunfo significatervcnción de los sacerdotes q u e n o podían evitivo é importantísimo en Madrid al señor don
S i a l g ú n apasionado creyente se atreve á d e - tarlos. ¡Qué diferencia de aquella disciphna á Ü
actual! (i)
fender al cristianismo y la Iglesia de ios cargos
Nicolás Salmerón y Alonso.
q u e en su desprestigio resultan de los hechos q u e
El h o r r o r á las segundas nupcias dictó al C o n Los ruines medios legales que nuestros os h e referido sumariamente, dice q u e á la h u - cilio de Gerona la piohibición de admitir á l o s s a m
a
n
a
imperfección
se
deben
estos
males,
q
u
e
en
grados, órdenes á los q u e se habían casado p o r
enemigos nos consienten, han dado de si
definitiva no son otra cosa q u e trasgresioaes de
segunda vez. E l de Barcelona excomulga á las
cuanto de ellos podía esperarse. Una veinte- la ley y p o r lo mismo, prueba irrefutable de q u e doncellas consagradas y á los penitentes q u e SC
na de dignísimas personalidades republica- ésta e'xiítia: además, a ñ a d e e ! ñei c r u t i a n o , es casaren y hasta a las mujeres q u e , h a b ; e a d o s i d «
imposib.e acusar á la Iglesia de h a b e r sancionar o b a d a s , u o se separasea de sus r a p i o i c s .
nas tendrán asiento en el Congreso, frente á do enseñado ó coDsentidu, formal y oficialmente,
Li Concilio IV de Toledo p r o h i b e t e r m i n a n t e ^
una inmensa mayoría monárquica supedita- u n ' s o l o error, u n a sola, la m á s peiiueña, i n m o r a - m e n t e el matrimonio á las viuda.',, sin m á s r o d e n
lidad.
ni aclaración; y el X m a n d a q u s las viudas q u e
da totalmente al gobierno que la ha engenC o n la m a n o puesta sobre el corazón os j u r o ,
h a n sido religiosas c o n s o l e m m d a d pública ó a u n arado por el amafio, al lado de otra minoría mis bellas lectoras, q u e nadie c o m o yo desearía q u e sea privadamente sin intervención del sacer«
esto fuera c i e n o , ya por mi ardiente amor al
docio, n o puedan m u d a r de estado, y si lo h i c i e gubernamentalista dentro de la democracia, que
bien y la )usticia, ya porque disto m u c h o de ser,
ren serán excomulgadas y encerradas
perpetuahija de las concesiones interesadas del poder. c o m o alguien h a c r e i d o , u n sectario fanático, a d - mente. 11 El picsidiü p a r a toda la vida p o r casarsell
del cristianismo por sistema. Y o , siNo lo dudamos un instante. Voces severas versario
guiendo á todos los pensadores desapasionados,
(I) Bu el libro que astoy preparando titulado El «Mr*.
y elocuentes tronarán en acerbas y justas quisiera que la historia de la religión fuese u n a mtnu)
espúreo, M pro Dará esto iarga&«BM y «e dswatoW
demostración d e s u pureza y nos enseñara q u e ,
lau
> cuaooloMle*, coas* «IMHhiBftblM S Isleasa
, criticas contra esta balumba de vejeces y á pesar de las h u m a n a s pasiones, había prociura- qa« BBCiktott
coutMu* el akau-lmutilo ae los católico» / O M SMS
I loifleriaa en que se deshace ^la Bapoarqaia d9 ttetppre el prcdomiiuo del bien, guiada por casi aescouoctúiis é i&ctslbiSSi SBUas • • I t l l l MU A IM
Atn más revolucionarios
• Us mujeres
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