99. REVISOR FISCAL DE UNA ASOCIACION. La ley 43 del13 de diciembre de 1990 en su artículo 1°. define al Contador Público y determina quienes están calificados para ejercer la profesión; en su artículo 2°., prevé, en complemento del primero, cuales son las actividades relacionadas con la ciencia contable; y en el artículo 13, se precisa cuando se requiere tener la calidad de contador público, artículos éstos que nos permitimos transcribir para una mejor comprensión del tema en cuestión. "Artículo 1°. Del contador Público. Se entiende por Contador Público la persona natural que, mediante la inscripción que acredite su competencia profesional en los términos de la presente ley, está facultada para dar fe. pública de los hechos propios del ámbito de su profesión, dictaminar sobre. estados financieros, y realizar las demás actividades relacionadas con la ciencia contable en general." "Artículo 2°'. De las actividades relacionadas con la ciencia contable en general. Para los efectos de esta ley, se entienden por actividades relacionadas con la ciencia contable en general todas aquellas que implican organización, revisión y control de contabilidades, certificaciones y dictámenes sobre estados financieros, certificaciones que se expidan con fundamento en los libros de contabilidad, revisaría fiscal, prestación de servicios de Auditoría, así como todas aquellas actividades conexas con la naturaleza de la función profesional del contador público, tales como: la asesoría tributario, la asesoría gerencia¡, en aspectos contables y similares..." "Artículo 13. Además de lo exigido por leyes anteriores, se requiere tener calidad de Contador Público en los siguientes casos:" 1. "Por razón del cargo. b) En todos los nombramientos que se hagan a partir de la vigencia de la presente ley para desempeñar el cargo de jefe de contabilidad, o su equivalente, auditor interno, en entidades privadas..." Del tenor de las normas en comento podemos observar que el revisor fiscal no puede sustraerse de la obligación que le asiste de ostentar la calidad de Contador Público para desempeñarse en labores propias de esta profesión. Si bien es cierto que las reglas de organización y administración de las asociaciones no se definen expresamente en nuestro ordenamiento positivo y que, por el contrario, se rigen por las cláusulas pactadas en los estatutos, no por ello se les puede permitir pactar estipulaciones contrarias a la ley, como ocurre en lo atinente a la figura del revisor fiscal prevista en algunos estatutos de las asociaciones, al pretender que personas ajenas a la profesión ejecuten actividades de competencia de los contadores públicos, prohibición que se hace extensiva aún en el caso en que el cargo de revisor fiscal no fuese obligatorio en una agremiación determinada, pues basta que se haya creado en los estatutos o que en la reunión del órgano rector se nombre un revisor fiscal independientemente de que esté o no contemplada su existencia, para que el elegido deba cumplir las calidades que su cargo le exige. Ahora bien, en razón a la labor que le corresponde desarrollar al revisor fiscal, cual es la de velar por los intereses económicos de una agremiación, es requisito indispensable que haya una independencia frente al organismo al cual va a desempeñarse como revisor fiscal; por esa razón, los aspectos especiales para las sociedades comerciales previstos en los artículos 205 y 215, del Código de Comercio están igualmente contenidas de manera general en la Ley 43 de 1990 reglamentaria de la profesión de Contador Público, al disponer en su artículo 50 que: "Cuando un Contador Público sea requerido para actuar como auditor externo, Revisor Fiscal, interventor de cuentas o árbitro en controversia de orden contable, se abstendrá de aceptar tal designación si tiene con alguna de las partes, parentesco dentro del cuarto grado de consanguinidad, primero civil, segundo de afinidad o si median vínculos económicos, amistad íntima o enemistad grave, intereses comunes o cualquier otra circunstancia que pueda restarle independencia u objetividad a sus conceptos o actuaciones.", concluyéndose que quien ostente la calidad de revisor fiscal necesariamente debe ser persona ajena a la asociación. Es prudente que las asociaciones se ocupen de adecuar los estatutos a la ley, con el fin de evitar posibles problemas que pudieran sobrevenir ante la designación de personas no competentes para el desempeño de dicho cargo, según las normas que rigen sobre la materia; sin embargo, ello no significa que. una estipulación contraria a la ley sea óbice para la designación del revisor fiscal según las calidades propias que debe reunir, para luego ocuparse de la modificación correspondiente. La figura del revisor fiscal es una sola, opere en donde opere; esto es, llámese asociación, sociedad etc., y sus funciones estarán dadas en los estatutos correspondientes, pero de todas formas acordes con las normas establecidas para el ejercicio de la profesión de Contador Público; y en razón a la filosofía de su profesión en virtud de la cual deberá gozar de absoluta independencia mental y de criterio, sería contrario a todo principio que pueda ser elegido por las mismas personas que en un momento dado esté llamado a cuestionar en razón a sus obligaciones como lo sería al momento de rendir su informe en lo que a los actos de los administradores se refiere. Por eso la ley en un sano criterio ha generalizado que el revisor fiscal sea nombrado por los asociados reunidos en asamblea y no por los administradores, como puede observarse en las diferentes reglamentaciones a saber artículo 204 del Código de Comercio; artículo 41 del Régimen Jurídico de Fondos de Empleados (Decreto 1481 de 1989); artículo 34, numeral 7o. del Régimen Jurídico de las asociaciones Mutuales (Decreto 1480 de 1989). La existencia de la figura del revisor fiscal es dable en cualquier forma de organización, bien porque así lo exija la ley, o porque se haya creado estatutariamente. En este orden de ideas, cuando en una organización no es obligada la figura del revisor fiscal, nada se opone a que en el seno del mismo se determine su existencia. Creada estatutariamente la institución del revisor fiscal, su designación es obligatoria, y al hacerse, deberá como se ha venido sosteniendo a lo largo del presente oficio, recaer sobre una persona que cumpla con los requisitos que le impone la Ley 43 de 1990, reglamentaria de la profesión de Contador Público; este control reviste tanta importancia que debe ser ejercido dentro de un marco tan exigente, que logre brindarle a sus asociados la tranquilidad y seguridad necesarios de la debida aplicación y conservación de sus rentas y el cumplimiento de sus objetivos trazados. Ref. : Oficio 220-22306 del4-06-96.