INDUSTRIAS, EN ALERTA POR DÓLAR CARO Y DEBILIDAD ECONÓMICA MUNDIAL Yolanda Morales La variación brusca del tipo de cambio que lo llevó de 15.50 pesos a 16.80 prende una alarma sobre comercializadores de bienes de consumo y componentes, para ajustar sus balances en dólares y organizar su presupuesto de compras, advierten la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM) y la aseguradora de crédito comercial Coface. Si la volatilidad se mantiene durante un bimestre o trimestre, concuerdan, se dificultará mantener los mismos volúmenes de compra y comenzará a trasladarse la presión al consumidor final. El panorama se complica, coinciden, si se toma en cuenta que un dólar caro suele ser leído por el consumidor como sinónimo de problemas económicos del país. Y esta percepción puede generar presiones en la confianza y decisiones de compra en el mercado doméstico, matiza el CEO de Coface para América Latina, Bart Pattyn. “Debemos tener claro que el tipo de cambio se puede depreciar un poco más de lo observado hasta ahora, una vez que la Reserva Federal aumente la tasa de interés, y del nivel con que termine el 2015”, enfatiza Rodrigo Alpizar, presidente de la Canacintra. Presión en exportaciones Los tres directivos observan que el sector exportador enfrenta un entorno de baja demanda por el ciclo económico de menor crecimiento. Esto limita la posibilidad teórica de que la industria gane competitividad al encarecerse las importaciones. “La situación económica compleja que se presenta a nivel mundial dificulta la expectativa teórica de que vendrá un equilibrio vía exportación, porque son pocos los destinos que presentan condiciones óptimas para crecer y acelerar sus compras”, explica el vicepresidente de la ANIERM, Enrique Zavala Gallegos. De acuerdo con el presidente de la Canacintra, la disminución en el ritmo de la demanda es generalizada en todas las economías y es lo que explica la etapa de bajo crecimiento que esperan organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Para Bart Pattyn, la mayoría de las empresas en la región tiene problemas en el horizonte, pues la caída en el precio de los commodities pone en evidencia que “los años de buen crecimiento terminaron (...) y no regresaremos a la bonanza del flujo de dinero”. Las recomendaciones Los directivos de la Canacintra y la ANIERM reconocen que hace meses extendieron una serie de recomendaciones a las industrias asociadas para enfrentar este encarecimiento del dólar que, anticipan, continuará. Exhortaron a las empresas a la revisión de sus pasivos en dólares para ir negociándolos con sus proveedores extranjeros. Zavala enfatiza que una constante sugerencia ha sido la adquisición de seguros contra riesgos cambiarios, como los que opera Coface. Por su parte, Pattyn recomienda la prudencia en el gasto, en la administración actual y en la formación del presupuesto. Los impactados En los últimos 12 meses el tipo de cambio se ha depreciado 23.4 por ciento. Los sectores y ramas que han sufrido ya impacto de este deslizamiento del peso frente al dólar son, de acuerdo con la Canacintra: transporte, autopartes, vehículos y camiones; productos químicos, de plástico, de hierro y acero; productos de cartón y papel; metales no ferrosos; productos farmacéuticos; aparatos eléctricos y la industria metálica. Las áreas del país más claramente afectadas, según el vicepresidente de la ANIERM, son las de la franja fronteriza que dependen más del dólar. Pero como la depreciación tiene al menos 12 meses en avance, el efecto se ha diseminado ya en las industrias de todo el territorio, asegura. “La industria manufacturera de exportación ya está afectada, pero no es tan claro el efecto porque aún se ve cierto equilibrio, ya que todavía están siendo competitivos. La situación se ve más compleja al futuro, porque las economías a nivel mundial enfrentarán una menor dinámica de crecimiento”, finaliza. Para todos es claro que la tendencia de bajo crecimiento y apreciación del dólar no es privativa del caso mexicano, pero el riesgo es mayor en México, si se toma en cuenta su alta integración al comercio mundial.