SENTENCIA NUMERO CIENTO TREINTA Y OCHO Río Cuarto, veintiséis de junio de dos mil trece.- Y VISTA: La presente causa “Herrera Claudio Alberto p.s.i. infracción Ley 14.346” (Expte. Nº 723948), a fin de resolver el pedido de sobreseimiento formulado por el Fiscal de Instrucción de Cuarto Turno en favor de CLAUDIO ALBERTO HERRERA, D.N.I.N° 20.570.614, argentino, casado, jornalero, nacido en Río Cuarto el siete de octubre de mil novecientos sesenta y ocho, hijo de Justiniano y de María Juana Rivero, Prontuario Nº 113.557, Sección I.G., a quien se le atribuyen los hechos calificados legalmente como infracción a los arts.1° y 2° de la Ley 14.346; DE LA QUE RESULTA: Que se atribuyen al prevenido Claudio Alberto Herrera, los siguientes hechos: En fecha que no ha podido precisarse con exactitud pero anterior al veintisiete de junio de dos mil doce, Claudio Alberto Herrera, en su calidad de guardador de la yegua color zaino con una lista blanca en la frente, le habría infligido malos tratos consistentes en: no alimentar en calidad suficiente, azuzarlo para el trabajo, hacerlo trabajar en jornada excesiva, emplearlo en el trabajo cuando no se halle en estado adecuado, empleándola en el tiro de vehiculo que excedan notoriamente sus fuerzas. Así las cosas, y encontrándose el animal aludido en dependencias del corralón municipal tras haber sido secuestrado por personal policial, el Medico Veterinario Horacio Mouguelar mat. Nº 2552 constato, según certificado medico veterinario obrante a fs. 9 de autos: “... una yegua con avanzado estado de preñez, la cual se presentaba con elevada frecuencia respiratoria cardiaca y temperatura corporal, signos estos de sobre exigencia de trabajo que provocaron un estado de agotamiento a tal punto de desplomarse en la vía publica. Además presentaba sus masas musculares contracturadas duras y calientes y en algunos lugares doloridas. Mostró además lesiones en el abdomen y en sus miembros posteriores a causa de los arneses de tiro y sus vasos en mal estado deformados causando una locomoción defectuosa y con dificultad. En dos oportunidades el animal en cuestión orino con sangre lo que puede ser el resultado de la sobre exigencia de trabajo provocando lesiones en las fibras musculares o por efecto del avanzado estado de preñez que provoca mayores exigencias del corazón y vasos sanguíneos, calibre y en causando consecuencia pequeñas leves rupturas de hemorragias arterias que y tiñen venas la de poco orina.- Y CONSIDERANDO: I) En oportunidad de ejercer su defensa material (fs.41), Claudio Alberto Herrera, opta por hacer uso de su derecho de prestar declaración, haciéndolo en presencia de su abogado defensor y en lo siguientes términos: “QUE yo fui el día veintitrés de junio me llamo una señora que vive atrás del cementerio para que le lleve arena zarandeada. Que fui, ate el carro en mi casa y fui con los dos caballos, zarandeé la arena y la cargue y se la lleve. Que llego al domicilio, descargo y cuando me di vuelta para cobrar y venirme, se cae la yegua sola. Que desate la potranca y la puse a la orilla, paso un muchacho y me ayudo a cortar los arneses para desatar a la yegua y ahí quedo tirada en el suelo hasta que llego la policía. Que la policía me dijo que me iban a secuestrar la yegua por maltrato animal. Que a las tres horas cayo Edecom y vino un hombre que supuestamente era veterinario y miro el animal. Que la señora que me compro la arena firmo un acta de secuestro y le saco foto a la yegua, de cómo estaba. Que esa yegua sufre de cólicos igual que la madre. Que su madre murió. Que cada tanto, cinco o seis meses, le agarran cólicos, y se tira al suelo y se desvanece. Que yo le pongo Dexametasona (un anti inflamatorio que compro en Maria Olguín y San Martín). También le compro antibióticos y para los parásitos. Que siempre compro en esa veterinaria. Que la yegua ha tenido dos crías, un potrillo que vendí y otro que va a cumplir un año. A preguntas generales que se le formularon dijo: que actualmente tiene un caballo que le prestaron porque al secuestrarle la yegua no tiene como trabajar. Que salía todos los días a buscarle comida, que le buscaba verdura y a veces pan. Que tenia varios negocios donde “limpiaba”, es decir de donde sacaba los restos de comida para alimentar a sus caballos, por ejemplo: el calle Gaudard “Frutería el Milenio” y Rico Pan, panadería ubicada frente al hospital. Que a la verdulería El Milenio iba cuatro o cinco veces al día. Que cuando tenía dinero le compraba fardo y maíz. Que además de vender arena, junta cartón y botellas.II) La prueba reunida consiste en: TESTIMONIAL: Declaración testimonial de la Cabo Maria Eugenia Borgarello de fs. 1 y 74; Declaración del Sgto. Primero Juan Pablo Olmedo de fs. 8 y 76; Declaración de Hugo Mario Miranda de fs. 48; Declaración del Medico Veterinario Horacio Mouguelar de fs. 95; DOCUMENTAL-INSTRUMENTAL-INFORMATIVA: acta de aprehensión de fs. 4; acta de inspección ocular de fs. 5; croquis ilustrativo de fs. 6; acta de secuestro de fs. 7; copia de certificado medico veterinario de fs. 9; ficha de antecedentes de fs. 12; acta de entrega de fs. 14; informe del Centro de Reinserción de caninos y equinos en situación de maltrato de fs. 18; informe del Centro de Reinserción de caninos y equinos en situación de maltrato de fs. 53 a 63; Encuesta e informe familiar, socio-vecinal y ambiental realizado en el domicilio del Sr. Claudio Alberto Herrera obrante a fs. 96/98; informe del Centro de Reinserción de caninos y equinos en situación de maltrato de fs. 106 a 117; y demás constancias de autos.- III) A fs.175/184 el Sr. Fiscal de Instrucción del Cuarto Turno, solicita el sobreseimiento total de la presente causa en favor del imputado Claudio Alberto Herrera. Considerando a los fines de dar fundamento lógico y jurídico al presente temperamento desincriminatorio resulta pertinente recordar el contenido del Art. 348 del CPP Cba, cuando informa: “Facultad de sobreseer. El sobreseimiento total o parcial podrá ser dictado de oficio durante la investigación, sin perjuicio de lo dispuesto por el art. 370. En el supuesto previsto en el artículo 350, inciso 4, el sobreseimiento procederá, aún a petición de parte, en cualquier estado del proceso. En la investigación fiscal, será requerido en forma fundada, por el Fiscal de Instrucción. En caso de desacuerdo del juez, regirá el art. 359.” En concordancia con ello, del artículo 350 del mismo texto legal surge “Procedencia. El sobreseimiento procederá cuando sea evidente: 1-) Que el hecho investigado no se cometió o no lo fue por el imputado. 2-) Que el hecho no encuadra en una figura penal. 3-) Que media una causa de justificación, inimputabilidad, inculpabilidad o una excusa absolutoria. 4- ) Que la pretensión legal se ha extinguido. 5-) Que habiendo vencido todos los términos de la investigación penal preparatoria y sus prórrogas (Arts. 337 y 346 del C.P.P.), no hubiere suficiente fundamento para elevar la causa a juicio (art. 354) y no fuese razonable, objetivamente, prever la incorporación de nuevas pruebas”. Siendo que el sobreseimiento se dispondrá por sentencia en la que se analizarán las causales, siempre que fuere posible, en el orden dispuesto por el artículo anterior.- Así las cosas, habiéndonos referido al marco legal relevante y adentrándonos al estudio del caso concreto, surge del análisis de la prueba relacionada que no existen elementos de convicción suficientes que permitan sostener como probable la participación punible del imputado Claudio Alberto Herrera en el hecho que se le atribuye, motivo por el cual no resulta procedente la elevación a juicio de la presente causa. Es por ello que el suscripto, luego de evaluar en profundidad el orden de prelación de los distintos incisos del artículo 350 de nuestro Código Procesal Penal y de concluir en la inaplicabilidad de los incisos primero y segundo, considera procedente instar el sobreseimiento del nombrado por mediar una causa de justificación, en orden a la autorizado por el Art. 350 inc. 3º primer supuesto del C.P.P., esto es, el “tipo permisivo” del Estado de Necesidad Justificante. Aadentrándonos en el caso de estudio, resulta necesario analizar la causal invocada y para ello, “la ponderación de los males (el que se evita y el que se causa) tiene una importancia capital” (Manual de Derecho Penal, parte General, Pág. 429, Zaffaroni, Eugenio Raúl). “El fundamento general del estado de necesidad justificante es la necesidad de salvar el interés mayor, sacrificando el menor, en una situación no provocada de conflicto extremo”. Ahora bien, en primer lugar, si de Estado de Necesidad justificante se trata, se impone indagar con profundidad cual merece ser la jerarquía tuitiva de los bienes, intereses o derechos que, en este caso, colisionan de manera evidente.- Así, tenemos, por un lado, la protección a los animales contra actos de crueldad consagrados desde antaño por la Ley 2.786 (año 1891) –conocida como “Ley Sarmiento” (hoy, 14.346, del año 1.953), y por otro lado, derechos reconocidos constitucionalmente (Art. 31 de la C.N. – Bloque de Constitucionalidad-), a saber: Derecho a la protección de la familia (alimentación, vivienda, vestuario, educación y cultura) cuyos legitimados activos son en este caso el imputado Herrera y su núcleo familiar.- Repárese que esa “puja” de intereses, bienes o derechos, es advertida por la propia Cámara de Acusación de 1era Nominación de esta ciudad cuando en el Auto Interlocutorio N° 49 de fecha 12/04/2.013 (fs. 152/157) dice “...No escapa a este Tribunal que la cuestión traída a estudio plantea una colisión de derechos, esto es, a-) la protección legal al buen trato animal y de otro costado, b-) la situación de Herrera de la que da cuenta el informe ambiental del que se desprende que el imputado utiliza el animal para tirar el carro con el que cirujea, siendo éste su único medio de vida, lo que bien ha sido señalado por el Ministerio Público Fiscal y el Juzgado de Control.”.- Con lo dicho, estima este Ministerio relevante la Encuesta e informe familiar, socio-vecinal y ambiental realizado en el domicilio del Sr. Claudio Alberto Herrera obrante a fs. 96/98, que da cuenta de la situación de marginalidad y precariedad en que vive tanto el imputado como su familia. Un complejo panorama, Sr. Juez de Control, dominado por la pobreza y la marginalidad.- Dicho informe, da cuenta que el imputado es el sostén de su familia, integrada por el propio encartado, su esposa y sus dos hijas menores de edad. Repárese que la niña más grande, se encuentra en condición de discapacidad, toda vez que padece de epilepsia y asiste a la institución de enseñanza especial, Dra. Cecilia Grierson de ésta ciudad. La niña mas pequeña padece de asma, siendo atendidas ambas en el Nuevo Hospital de esta ciudad de Río Cuarto. Que la vivienda –precaria, de mas está afirmar- y donde habita el núcleo familiar, se ubica en las márgenes del Río Cuarto, construida en terreno fiscal, y que la mayoría de las familias que allí se asientan se dedican al cirujeo, especialmente en este caso la familia del Sr. Herrera, siendo esta actividad su único medio de vida. Al respecto, el trabajo “Relatos sobre la Urbanidad, Las Actividades de rebusque, la coexistencia y el mestizaje que duelen”, llevado a cabo por los investigadores de la casa de altos estudios de la ciudad, Gustavo Cimadevilla y Edgardo Carniglia (Coord.), Ed. Universidad Nacional de Río Cuarto, permite ilustrar empíricamente la situación descripta la que acaece a no mas de cinco minutos del Palacio de Justicia de nuestra ciudad- hacia quienes tamaña realidad les resulta totalmente ajena: “fue posible identificar varias practicas urbanas, mas allá del “cirujeo” como actividad quizás mas visible y reconocida. Al menos se identifican tres tipos de de actividades regulares que se valen de carros y caballos para ejercerse: a-) la extracción y venta de arena del río; b-) la venta ambulante de frutas y verduras; y c-) finalmente la recolección informal de residuos o materiales reciclables. Además, y en un contexto de trabajo familiar, estas actividades suelen sumar tareas de traslado de materiales (escombros o tierra) y changas varias. Las actividades son realizadas por personas que viven en los denominados “barrios marginales”, ubicados en su mayoría sobre las costas del río. Con mayor o menor antigüedad en estas tareas (varias generaciones o la primera), carecen de los beneficios de las políticas sociales como la previsión social o el atendimiento regular de su salud. Para sus actividades utilizan como elementos principales carros y caballos, con lo cual involucran un conjunto de saberes y un estilo de vida que de algún modo gira en torno a la tenencia de los animales. Esos saberes se ligan en general a conocimientos heredados y las actividades se aprenden en contextos familiares o de vecindad. Las prácticas implican rutinas. Las mismas giran en torno a los caballos y a los condicionamientos para ejercer las tareas. ... se valora a los animales y sus relaciones con los caballos en particular. Por que se constituyen en parte del equipo de trabajo e integran sus vidas. Son útiles para múltiples funciones: para trabajar, hacer changas (como trasportar escombros, llevar arena a las obras, colocar champas de césped), realizar compras, conseguir el alimento para los caballos; para trasladarse ... son medios económicos y sostenibles en el tiempo. ... situados en una cotidianeidad caracterizada por la escasez, la precariedad y la pobreza los actores no se paralizan, crean y recrean la realidad y sus objetos de maneras impensadas para quienes no viven como ellos. Carro y caballo son sus medios de vida, reconocen una historia, han sido heredados de generación en generación, forman parte de sus trayectorias y son altamente valorados frente a otras acotadas oportunidades (el resaltado y subrayado pertenecen al suscripto).- En ellos se entremezcla la necesidad y el apego. En segundo lugar, merece destacarse que en el caso traído a estudio, no se advierte en la conducta desplegada por el imputado, que le haya proferido activamente a la yegua preñada actos de mal trato, sino en todo caso un proceder descuidado o desidioso aunque igualmente reprochable por cierto: (por caso, una madre puede matar a su bebé asfixiándolo con una almohada o dejándolo de amamantar produciéndole la muerte por inanición, lo que en doctrina penal se denomina “omisión impropia o comisión por omisión)).- Y da razones este Ministerio: resulta esclarecedor el testimonio prestado ante este Ministerio por el Sgto. Primero Juan Pablo Olmedo, quien a fs. 76 refirió haber sido el primer veterinario en llegar al lugar. Que pudo constatar la presencia de dos animales, una yegua preñada y un potrillo. Que si bien la yegua se encontraba en mal estado general, dicha circunstancia se debía a que el animal había sudado mucho, tenia las mucosas claras, es decir que el animal podía estar deshidratado (repárese que refirió el funcionario policial que el animal había traspirado mucho). Que a simple vista no advirtió en el equino que tuviera cortes, marcas o lesiones, los que serian sin dudas, signos claros de maltrato. Ahora bien, de acuerdo a lo manifestado por el imputado al momento de prestar declaración indagatoria, en cuanto a que la yegua preñada sufre de cólicos al igual que los padecía su progenitora, y que cuando ello sucede se tira al suelo y se desvanece; el medico veterinario policial Olmedo, expreso que es posible que el animal sufriera de cólicos, que es una patología muy común en los caballos, sobretodo cuando los animales están mal alimentados, pero no mal alimentados por desidia o abandono negligente de sus dueños o cuidadores, sino mal alimentados porque son animales que “basurean”, es decir animales que se alimentan de basura. Continuo relatando Olmedo que los signos y síntomas de los cólicos son precisamente: sudoración, el animal se patea, se mira el flanco, se revuelcan, se les altera la respiración y se tiran al piso; síntomas éstos que se condicen con los manifestados por los testigos que presentara la yegua preñada. Por otro costado, tanto Olmedo como la Cabo Borgarello refieren que en el lugar donde se encontraba la yegua había un montículo de arena, lo que se condice con lo manifestado por el imputado en cuanto a que ese día se había dirigido con su carro y los animales a llevar arena zarandeada a un domicilio, es decir ese día Herrera “estaba trabajando”, utilizando para ello el único medio que tiene a disposición, un carro y un caballo. Por su parte, el testigo Sr. Hugo Mario Miranda expreso: que al salir de su domicilio, advirtió un caballo tirado al costado de la calle y a su dueño que trataba de levantarlo. Que en animal hacia pocos minutos que se había desplomado, siendo entonces el primer testigo en llegar al lugar. Que el caballo estaba con convulsiones, pero que no vio que su dueño le pegara, sino que intentaba levantarlo del suelo. En tal sentido y respaldando lo manifestado por el suscripto en este acápite, el Sr. Fiscal de Cámara (ver fs. 155), refiere “...aún coincidiendo en que el certificado medico veterinario al que alude la parte querellante apunta manifiestamente a una situación de maltrato, no cabe olvidar que la afirmación de que Herrera había pateado la yegua no encuentra corroboración en los testimonios receptados y la explicación del prevenido sobre los cólicos como causa de la caída del equino recibe cierto respaldo en el testimonio de Juan Pablo Olmedo que fue el primero en auxiliar al animal. Y agrega el superior jerárquico del Ministerio Publico Fiscal, Dr. Cabrera (ver fs. 155 vta) que “...no hay constancias de antecedentes similares no obstante los años que llevaría el imputado ejerciendo la ocupación del cirujeo y que los datos extraídos del informe socio-ambiental no resultan desfavorables a su situación.”.- En tercer lugar y entrando al análisis de los requisitos del tipo permisivo propiciado, tenemos que: 1-) “Elemento Subjetivo. El tipo permisivo requiere el conocimiento de la situación de necesidad y la finalidad de evitar el mal mayor. 2-) Mal. Por mal debe entenderse la afectación de un bien jurídico, que puede ser del que realiza la conducta típica como de un tercero o incluso del mismo que sufre el mal menor. 3-) El mal debe ser inminente, inminente es el mal que puede producirse en cualquier momento. 4-) El mal amenazado debe ser inevitable de otro modo menos lesivo. 5-) El mal causado debe ser menor que el que se quiere evitar. 6-) La ajenidad del autor a la amenaza del mal mayor implica que el mismo no se haya introducido por una conducta del autor en forma que, al menos, hiciera previsible la posibilidad de producción del peligro. 7-) El agente no debe estar obligado a soportar el riesgo. El agente no puede ampararse en el estado de necesidad justificante cuando se halla garantizado la conservación del bien jurídico que afecta (Manual de Derecho Penal, Parte General, Zaffaroni, Eugenio Raúl).- Ahora bien, del análisis de los requisitos de la figura del Estado de Necesidad se advierte: 1-) En cuanto al primer requisito, el mismo se encuentra acreditado toda vez que, del informe ambiental practicado en el domicilio de Herrera, se advierte que el mal mayor evitado, que por supuesto se corresponde con el “bien mayor” protegido, es el sustento de la familia (alimento, atención medica, educación), que dadas sus condiciones precarias de vida, se advierte en un tarea que requiere de un esfuerzo diario y constante, que no admite descansos o vacaciones. 2-) la segunda exigencia, esto es, la afectación de un bien jurídico, el mal se corresponde con la salud, alimentación etc., de uno de los medios de vida del imputado, sus caballos, precisamente en este caso la yegua preñada. Con la imposibilidad de alimentarlo adecuadamente en calidad y cantidad, en darles descanso, en no emplearlos para el trabajo etc., todo ello por las razones expuestas supra a las que me remito en honor a la brevedad. Respecto a éste tópico, Zaffaroni en Tratado de Derecho penal, Tomo III, Parte General, dice “...la situación de necesidad puede provenir de propias necesidades fisiológicas, como es el hambre.- El hambre o la miseria, pueden crear una situación de necesidad justificante (Art. 34 inc 3ero CP).-” 3-) La inminencia del mal, y 4-) el mal amenazado inevitable de otro modo menos lesivo, se condicen con la situación familiar descrita. 5-) El mal causado, es decir el agotamiento y sobre exigencia del animal, resulta menor en comparación con la necesidad de sustento de la familia. 6-) Respecto a este requisito, acude el suscripto nuevamente al trabajo de investigación referido “Relatos sobre la Urbanidad”: el “rebusque” no es pura contingencia. Tampoco es pura coyuntura o circunstancia carente de opción. En muchos casos remite a modos de entender el trabajo y las respuestas a las necesidades de existencia. 7-) Por ultimo, la falta de obligación por parte del agente de soportar el riesgo, ha quedado sin duda acreditado, toda vez que la conservación en buen estado del equino no se encuentra garantizado por otros medios que no sean los que el propio encartado tiene a su alcance. Respecto a la “ajenidad del autor” cabe consignar lo siguiente: si bien, como se dijo, el fundamento del estado de necesidad justificante es la necesidad de salvar el interés mayor, sacrificando el menor, en una situación no provocada y que la ajenidad del autor implica que el mismo no haya sido introducido por una conducta del autor que al menos hiciera posible tal posibilidad, acepta este Ministerio Publico Fiscal que se sostenga –como opinión contraria- que Herrera no es ajeno o extraño al mal que privilegia sino que el mismo provoco la situación desatendiendo al equino, y aunque ello sea efectivamente así, de ninguna manera nos permite alejarnos del estado de necesidad justificante sino, en todo caso, introducirnos en la “colisión de bienes” en la que Herrera optó por producir o provocar lo que estimo el “mal menor” (desatender y/o descuidar al equino) en aras de evitar uno “mayor”: el propio sustento de se familia.- No se requiere de intrincadas explicaciones para vislumbrar que ello fue así.- Resulta evidente que ante la disyuntiva de atender la salud o alimentación de la familia o la del caballo, en este caso Herrera, opte por destinar sus escasos recursos al sostenimiento de los suyos. En merito a lo expuesto, estimando agotada la investigación, se impone dar solución al caso con la aplicación de la norma receptada por el art. 34 inc. 3 del C.P. y por imperio del art. 350 inc. 3 del C.P.P., correspondiendo solicitar el sobreseimiento a favor del imputado Claudio Alberto Herrera.- Al respecto, Javier De la Fuente en “el aspecto subjetivo de las causas de justificación” (Prólogo de José Cerezo Mir y presentación de Edgardo Donna) (Ed. Rubinzal Culzoni), Págs. 80 y ss tiene dicho que “... que uno de los principios y criterios fundamentales presentes en la mayoría de las causas de justificación es la de la “necesidad”, la acción sólo se justifica cuando el medio necesario para alcanzar el fin que la causa de justificación se propone: la necesidad es un principio estructural de las causas de justificación.- En el estado de necesidad el sujeto debe advertir y apreciar el mal que lo amenaza, escogiendo de esa forma el medio con que pretende evitarlo”.- Por su parte, los Dres. Laje Anaya y Gavier en “Notas al Código Penal Argentino” Tomo I, (Parte General), Págs. 201 y ss nos enseñan que “...el mal mayor significa un mal mas grande, mas dañino, de mayor perjuicio o que es “mas malo”.- Esto implica admitir el estado de necesidad cuando el mal mayor es de realización inminente.- Por otro costado los términos “bienes” y “males” no son aquí de estricta correspondencia (la muerte de un perro ordinario que sirve de lazarillo a un ciego importa un mal mayor que el sacrificio de un perro de selección que adorna a una coqueta señora..”.- Si bien la Excma. Cámara de Acusación de 1era Nominación de esta ciudad, mediante Auto Interlocutorio Nro. 49, de fecha 12/04/2.013, sostiene con acierto que “...las situaciones de vulnerabilidad social deben ser atendidas y resueltas en las áreas del Poder Ejecutivo, que se encuentran predispuesto a tales fines”.- No es menos cierto, al menos en la humilde opinión del suscripto, que de ninguna manera debemos “criminalizar” la pobreza.Todo lo contrario, debemos rebelarnos –en el buen sentido de la palabra- ante cualquier forma sutil o abrupta de “control” de la exclusión y marginalidad social.- Al respecto y para finalizar, bueno es recurrir a la Filosofía del Derecho, así, Camilo Tale en “El Principio Ético-Jurídico que prohíbe matar” (Formulación precisa.- Aplicaciones en cuestiones bioéticas y de Filosofía Política” (Ediciones Trejo y Sanabria (Serie de Filosofía del derecho) nos enseña que “...Existen también deberes morales y jurídicos en la conducta del hombre respecto de las demás especies animales, ...en los últimos tiempos existen en los intelectuales y en la gente en general mas sensibilidad que en el pasado en lo que concierne al trato de los animales.- Ello es loable, pero también es frecuente la exageración del respecto.- Así, por ej, la tesis del veterinario británico Michael W. Fox dirigente de una importante asociación protectora de animales: “la vida una hormiga y de un hijo merecen igual consideración”.- No hay regla moral con alcance general y absoluto que prohiba afectar la vida de los animales, sino que lo que nuestra razón desaprueba es el causar inútilmente la eliminación de ellos o sea la destrucción del animal irracional que se haga sin un fin que lo justifique o sin la debida proporción entre el fin y el acto.Ciertos fines pueden justificar la muerte causada a animales (por ej. la alimentación del hombre y la eliminación de aves, insectos y otros animales que son plagas para los cultivos).- En cambio no parece que haya causa proporcionada en el matar animales por mero deporte con lo cual parecería que se realiza sin fin de obtener alimento lo que sería una actividad moralmente ilícita.- La diferencia del trato en lo que concierne a la vida de los seres humanos y la vida de los demás seres animales explica en los irracionales el individuo que no tiene existencia singular irrepetible relevantemente diversa de la de los otros individuos y carece de un destino trascendente.- El deber de abstenerse de hacer sufrir a los animales tiene sin duda un alcance mayor que el deber de respetar sus vidas, pues es rara la necesidad de causar tal padecimiento para un fin plausible.- Se han hallado la cura de muchas enfermedades gracias a investigaciones científicas en las que se han sacrificado animales, por ej, la insulina que hoy se administra a tantos diabéticos y los mantiene con vida se descubrió mediante experimentos con perros a los que se les extirpo el páncreas y se los mantuvo con vida después de esa mutilación para estudiar su fisiología; hoy se experimenta sobre cerebros de monos, para estudiar como se desarrolla en el hombre la enfermedad del Alzheimer y otras dolencias mentales.- Al respecto, la ley argentina reprime actos de crueldad para con los animales y diversas conductas que les causan sufrimientos innecesariamente (Ley 14.346, sancionada en 1953 que fue precedida por la Ley 2.786 de 1891 (Ley Sarmiento).- San Tomas de Aquino, al referirse a esta clase de acciones, funda la ilicitud de ellas como sigue: “no sea que practicando la crueldad con los animales, el hombre lo haga después con los hombres”.- La “crueldad” animal atribuida a Herrera aunque ciertamente morigerada o puesta en crisis en esta causa, no reviste entidad suficiente como para extenderse al “resto de los hombres” (incluidos, claro esta, su núcleo familiar).Coincidiendo en un todo con lo sostenido por el Sr. Fiscal de Cámara, Dr. Alejandro Cabrera (ver dictamen de fs. 147), en cuanto a que “...sobre los victimarios también ha de hacerse una evaluación, en especial, de los motivos que lo llevaron a delinquir”, la conducta primigeniamente atribuida al imputado Herrera, y así debe sentenciarlo la jurisdicción, queda al margen de la antijuridicidad.- IV) El suscripto comparte el criterio sustentado por el señor Representante del Ministerio Público. Surge claro de la investigación por él practicada que el deterioro físico que presentaba el animal no lo era debido a maltratos infligidos, sino a que su dueño priorizó mantener a su familia con los escasos medios que poseía, pese a lo cual pretendió dar asistencia sanitaria al caballo, el que no presentaba signos de castigos o mal trato, sino un deterioro propio de su tarea y estado de salud, atl lo afirman los peritos convocados en autos siendo ocioso hacer otras consideraciones que puedan abundar en el análisis efectuado, al que se remite.- Por lo expuesto y lo dispuesto por los art.348, 349 y 350 inc.3°, primer supuesto del C.P.P.; RESUELVO: Sobreseer totalmente la presente causa en favor de Claudio Alberto Herrera ya filiado por los hechos calificados como infracción a los arts.1° y 2° de la Ley 14.346 que se le atribuían, de acuerdo a lo normado en los arts. 348 y 350 inc.3°, primer supuesto del C.P.P.- PROTOCOLICESE, NOTIFIQUESE y ARCHIVESE.-