Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA Intihuasi Periodista: Bárbara Guzmán-Galeb 15-05-2012 N º 28 En Seminario Estudios INIA revelan que temperaturas adecuadas y fertilización controlada son la clave para optimizar la producción de uvas La actividad dirigida a profesionales del agro aportó nuevos antecedentes para ahorrar recursos y hacer de la viticultura una actividad más eficiente. Últimos “Avances en fertilización de vides y nutrición de plantas” fueron expuestos en un Seminario organizado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA Intihuasi, en el Liceo Agrícola Tadeo Perry Barnes, de Ovalle. Los resultados presentados por los investigadores Antonio Ibacache y Carlos Sierra fueron obtenidos en ensayos efectuados durante los últimos años en el Centro Experimental Vicuña. En base a estos estudios, Ibacache presentó el “Efecto del clima de zonas áridas sobre la fenología y calidad de la producción de uva de mesa”, en donde se observó que debido a las fluctuaciones de temperaturas registradas durante las últimas temporadas, los cultivos de la vid han visto modificados tanto sus inicios de brotación, floración y cosecha. Así por ejemplo, mientras que para 2003 los primeros brotes en vides variedad Flame Seedless se registraron para el 24 de julio, en 2010 se atrasaron hasta el 19 de agosto. Asimismo, la etapa de plena flor en 2003 fue registrada el 26 de septiembre, mientras que en 2010 varió al 21 de octubre. Finalmente, la cosecha, que en 2003 comenzó el 1 de diciembre, en 2010 empezó el 27 del mismo mes. Con estos datos se estableció que la temperatura ideal para que la planta se desarrolle es a 25°C. “De esta manera las bayas adquirirán un buen calibre, que es lo que nos importa, porque a mayor tamaño, aumenta el precio que nos pagan” explicó el agrónomo. Por lo tanto, con temperaturas promedio sobre los 30°C o inferiores a 15°C, se puede ver afectada la producción de células dentro de la baya, afectando así a su calibre. Más tarde fue el turno del investigador Carlos Sierra, quien se enfocó en presentar las respuestas que tienen diversas variedades de vid frente a diferentes dosis de fertilizantes nitrogenados. Allí Sierra fue enfático en explicar que para realizar una agricultura de precisión, era necesario “hacer un manejo agronómico del suelo, en donde la fertilización debe hacerse en función de la textura y de la profundidad del mismo”. Así por ejemplo en un ensayo con 625 plantas dispuestas en una hectárea, se logró aumentar la eficiencia agronómica de 6 mil a 15 mil kilos de fruta cosechada, aplicando 100 kg. de nitrógeno, obteniendo así una rentabilidad promedio de 90 kg de fruta por unidad de fertilizante. Respecto a esta actividad, el Director Regional de INIA Intihuasi, Francisco Meza, destacó a la viticultura como uno de los pilares principales de la investigación que sostiene INIA a nivel local, e instó a los asistentes a seguir participando de este tipo de actividades, que ya “de no ser así, o si INIA no hiciera la transferencia que hace, nuestras investigaciones quedarían en el olvido, y ese no es nuestro objetivo, sino todo lo contrario, ser un aporte al mundo del agro desde las ciencias”. Pie de foto: de izquierda a derecha: Cristian Heredia, Antonio Ibacache, Francisco Meza, Carlos Sierra, Herman Villarroel, Oscar Rojas Hidalgo, Yafor Daruich y Lucía Caviedes.