BOLETÍN ELECTRÓNICO DEL CONSEJO GENERAL DE PROCURADORES DE ESPAÑA PROCUR@DORES Boletín nº 30 – Año 2009 Entrevista a Ángel Juanes, presidente de la Audiencia Nacional. “El legislador debe fijar la cuantía límite del regalo a cargos públicos” Leal, preocupado por el buen funcionamiento de los servicios públicos, discreto, inquieto jurídicamente y feliz por su nuevo proyecto profesional en la Audiencia Nacional. Así es el nuevo presidente de este tribunal, Ángel Juanes, qué está empeñado en sentar las bases para construir la Audiencia Nacional del siglo XXI. Juanes, que lleva más de 30 años en la judicatura, apuesta por un mapa judicial racional para cubrir las necesidades de la Justicia y que desaparezca la lacra del terrorismo con una intensa labor policial y judicial. - ¿Qué fue lo primero que pensó cuando fue nombrado presidente de la Audiencia Nacional? Tuve una mezcla de sentimientos de ilusión, de riesgo e incertidumbre. Pero sobre todo, muchas ganas de comenzar una nueva etapa profesional y con un gran sentido de la responsabilidad. - Cinco meses lleva como presidente. ¿Le ha cambiado mucho su nuevo puesto de trabajo? En cierta manera sí. Por un lado, la función que realizo aquí no tiene nada que ver con la que hacía en el Tribunal Supremo, es decir, un trabajo jurisdiccional y dedicado al análisis y estudio de los temas militares. Ahora, he pasado a la gestión pura y dura, representación, reuniones, actos, etcétera. Por otro, la cuestión de la protección y la seguridad. Me tengo que acostumbrar y lo llevo muy mal porque siempre me ha gustado ir por libre. - ¿Cuál es la hoja de ruta durante su mandato en la Audiencia Nacional? Trabajo para conseguir un tribunal muy profesionalizado y centrado en la criminalidad organizada, con los mejores medios técnicos y una especialización de los jueces y magistrados. También me gustaría que hubiera una menor exposición mediática, aunque sé que es muy difícil (risas). Quiero sentar las bases para construir la Audiencia Nacional del siglo XXI, que sea un referente internacional. - Para eso necesitará la ayuda del Ministerio de Justicia. ¿Cómo es su relación con el ministro? Muy buena. Le conocí estando yo de letrado del Tribunal Constitucional. Ya le he expuesto por escrito las necesidades de la Audiencia Nacional y le he invitado a que venga a nuestra sede. - A una semana de la apertura del año judicial, ¿qué reformas urgentes pide para la Audiencia? Fundamentalmente, una nueva sede. Este edificio se ha quedado pequeño para el trabajo que se hace. Necesitamos un buen servicio de información, de traductores, servicios comunes, etcétera. Existe un proyecto pionero para proceder a la digitalización del papel, lo que favorecerá que los magistrados se puedan llevar trabajo a casa en un pendrive. - ¿La Audiencia cuenta con los medios materiales y humanos necesarios para hacer su labor? No. Me han sorprendido las carencias que tiene tanto de infraestructura como de medios. - ¿Hacen falta más jueces? No lo tengo claro. Algunos me dicen que sí es positivo crear un juzgado más y los fiscales hablan de crear un tribunal especial en el ámbito económico. No obstante, tenemos que hacer una evaluación real de las necesidades de cada juzgado, pues la carga de trabajo no es igual en todos. En cualquier caso, voy a proponer la creación de un juzgado central de instrucción más. - ¿Los funcionarios de la audiencia tienen mucha movilidad? Me he quedado sorprendido de que los funcionarios (oficiales, auxiliares….) no tienen estabilidad profesional. - ¿Por qué? Porque se marchan a los juzgados de Plaza de Castilla, que dicen que están mejor retribuidos. Este asunto me preocupa y ya estamos hablando con el Ministerio para ver si encontramos alguna fórmula a este problema que no produzca agravios comparativos. - ¿Está justificada la existencia de la Audiencia Nacional una vez que desapareciera el terrorismo? Sin duda, pues tendría que resolver los delitos cometidos por organizaciones mafiosas, narcotraficantes…Hay que aprovechar la experiencia acumulada de la policía, jueces y fiscales. Es más, no debemos perder de vista que la Audiencia también cuenta con una Sala de lo Contenciosoadministrativo que resuelve temas muy complejos e importantes. - ¿Influye el poder mediático de la Audiencia en los jueces? Es una cuestión complicada de responder. Hay que preguntárselo a cada juez. El problema son los juicios paralelos. Desde luego, si no existieran, cuánto ganaríamos. Tenemos que hacer un ejercicio de moderación con los juicios paralelos, algunos de ellos van más allá de lo razonable. - ¿Qué le parecen los jueces estrella? Ojalá no existieran. Pero la Audiencia Nacional tiene tanta fuerza mediática que te convierte en una persona pública. Ahora bien, yo no sé si a veces son los medios de comunicación los que convierten en estrella a los jueces. - ¿Qué opinión le merece que el Tribunal Constitucional lleve tres años sin resolver el Estatuto de Cataluña? Siento mucho lo que está ocurriendo. Hubiese sido deseable que se hubiera dictado antes la sentencia. El TC tiene su ritmo y estamos ante una decisión muy complicada, de las más difíciles. - ¿Qué le parece que se castigue el aceptar dádivas o regalos que se hacen en consideración al cargo público? Se trata de un precepto penal muy indeterminado. La cuestión es que depende de los regalos que se hagan, es decir, no es lo mismo regalar un reloj estándar que un rolex o una pluma de oro. Esto da lugar a una gran casuística. - Entonces, ante tanta casuística, que contribuye a una inseguridad jurídica, ¿se debería eliminar el artículo del Código Penal? No y menos en la situación actual española. La sociedad necesita confiar en sus dirigentes, autoridades y funcionarios. Con esta figura se dice tolerancia cero con la corrupción. - ¿Qué propone? El legislador debería limitar la cuantía límite de los regalos a los cargos públicos para evitar esta gran casuística y que sirviera para aplicar estos criterios sociales. - ¿Es partidario de que se rebaje la edad penal a los doce años? No. Cuando se habla de rebajar la edad no se está hablando de bajar la edad penal. Lo que se reduce es la edad para exigir responsabilidad conforme a la ley del menor, nunca a título de responsabilidad penal. El problema no es tanto la edad sino las medidas que se vayan a aplicar en función de esa edad. No se debe olvidar que la ley del menor parte de la reeducación. - La Asociación de Víctimas del Terrorismo se queja de la desigualdad que existe en las cuantías indemnizatorias a las víctimas. ¿Qué le parece que exista un baremo? Estoy de acuerdo. Sería bueno que hubiera un baremo que oriente las cuantías indemnizatorias. Pero mientras que este sistema no llegue, me gustaría que se establecieran por la Sala Penal unos criterios generales que permitieran aproximarse a las indemnizaciones. Eso sí, matizando que cada caso es cada caso. Soy partidario de una mayor homogeneización en las indemnizaciones a las víctimas del terrorismo. - ¿El terrorismo se acaba con la aplicación estricta de la ley o con la ayuda de una política criminal? Sinceramente, con ambas cosas. Ahora, lo fundamental es la labor judicial y policial. Aquí el mensaje que hay que lanzar es que entreguen las armas. - Por muy ajustada que sea una decisión en Derecho, la fuga de una etarra genera siempre una alarma social… Es normal porque estamos sufriendo la lacra del terrorismo. Lo que sucede es que tenemos un sistema de garantías que es el mismo para todos, no hay uno específico porque sea etarra. Por tanto, se han cumplido los requisitos para conceder la libertad provisional y el juez adoptó la decisión técnica correcta. - ¿Los jueces y magistrados tienen derecho a la huelga? Sinceramente, no lo sé. No lo tengo claro. Es un tema muy controvertido. Sí me gustaría que en un futuro se regulara de forma más concreta. - Pero, ¿están justificadas sus reivindicaciones? Muchas de ellas son legítimas, por ejemplo la creación de juzgados. Hasta ahora, el Ministerio de Justicia está respondiendo a algunas de ellas de forma satisfactoria… Hay que esperar al resultado final. Me gustaría que no se llegara a la huelga. Al tratarse de un servicio público hay que agotar todas las vías antes de adoptar esa medida. - ¿Está cambiando la judicatura española? Bastante (risas). No tiene nada que ver cuando yo accedí a la carrera judicial con ahora. Hoy día los jueces son mucho más reivindicativos en la defensa de sus derechos laborales. Están más concienciados. Por ejemplo, antes no se reivindicaba no ascender. - ¿Está justificada la vocación de universalidad de la Audiencia? Es un ideal precioso el que se juzgue a un genocida en cualquier tribunal con independencia del lugar. Para los casos de crímenes de guerra la jurisdicción universal es obligatoria. - De magistrado del Tribunal Supremo a presidente de la Audiencia Nacional, ¿es un descenso de categoría? En absoluto, porque sigo teniendo la condición de presidente de sala del Tribunal Supremo a todos los efectos económicos y legales. Mi satisfacción profesional está cubierta porque he llegado a magistrado del Tribunal Supremo. Ahora, lo que más deseo es ser feliz en la Audiencia Nacional. Muy personal - ¿Qué hace en su tiempo libre? Leo mucho, estudio Derecho, veo la televisión y escucho la radio. Además, dos días a la semana hago deporte. - ¿Qué deporte practica? El pádel. - ¿Qué virtudes debe tener un juez? Mucho sentido común. - ¿Su reto profesional? Hacer muy bien mi trabajo en la Audiencia Nacional. - ¿Qué echa de menos en la sociedad? Más tolerancia, noto demasiada intransigencia. Se discute demasiado y si tienes una idea contraria te conviertes automáticamente en un enemigo. - ¿Cuál es su jerarquía de valores? La lealtad por encima de todo. Esto no significa decir a todo que sí. - ¿Qué es lo que más le molesta como persona? La envidia. Hay mucha en este país. - Un momento feliz. Cuando me nombraron presidente del TSJ de Extremadura. - Un sueño. Una nueva sede de la AN con unas instalaciones modélicas, referencia a nivel nacional e internacional. Publicado en La Gaceta por Diego Carrasco, Sección Legal y Fiscal, el 14 Septiembre de 2009