biografia del astronomo y cazador de cometas charles messier

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Charles Messier nació el 26 de junio de
1730 y falleció el 12 de abril de 1817, en la
ciudad de Badonviller, Meurthe-et-Moselle,
Lorena, Francia, por aquel entonces parte del
Principado de Salm, un pequeño estado
independiente, situado en los Vosgos, entre el
Ducado de Lorena y el Reino de Francia.
Charles fue el décimo hijo de los doce que
trajeron al mundo Nicolás Messier (16821741) y Francoise (rip. 1765). Muchas fuentes
dicen que Charles creció en condiciones
humildes, un rumor que probablemente se
originó en los comentarios incompletos de la
biografía de Delambre (1827). Lo cierto es
que su familia disfrutó de una fortuna
considerable; lo prueba el que Nicolás Messier
sirviera en la administración a los Príncipes de
Salm, y residiera en una casa suntuosa en
Badonviller.
Seis de sus hermanos y hermanas
murieron muy jóvenes, algo habitual entonces;
los muertos fueron los gemelos Nicolás y Ana
María en el 1716; y Anne (1719), Barbe
(1724), Nicolás (1725) y José (1729). Charles
Messier conoció sólo a 5 de sus hermanos y
hermanas. Tres eran mayores que él. Jacinto,
Claudio y Nicolás-Francisco; y José y su
hermana Barbe eran más jóvenes.
En 1741, cuando Charles tenía 11 años, la
familia Messier sufrió la muerte de su padre.
El hermano mayor, Jacinto, de 24, asumió el
papel de cabeza de familia. Jacinto, que había
regresado de Nancy en el 1740, ocupó la
posición que su padre dejaba vacante en la
casa de los Príncipes de Salm.
En aquella época, Charles sufrió un
accidente. Jugando se cayó de una ventana de
la casa de sus padres y se rompió una pierna.
Bajo la autoridad de su hermano mayor
Charles abandonó la escuela para dedicarse a
la administración de palacio, tarea en la que
trabajó ocho años y fue decisiva en su
formación intelectual, al darle a su mente el
carácter metódico y concentrado que después
se convertirían en las mejores cualidades de
Messier el Astrónomo.
Fue en aquéllos años cuando Messier
comenzó a interesarse en la Astronomía.
Absorbido por esta pasión Charles solía mirar
encantado las estrellas. Cuando a la edad de 14
años, en 1744, el gran cometa, catalogado por
Dirk Klinkenberg con el curioso nombre
C/1743 X1 cruzó el firmamento, el interés de
Charles por la Astronomía se despertó y su
pasión mostró pronto los primeros síntomas de
querer convertirse en vocación. El eclipse
Solar anular visible el 25 de julio de 1748 en
Badonviller, le dio el último empujón. Tal vez
el astrónomo Messier ya era un hecho, aunque
en estado embrionario en su mente.
En
1751 Francia tomó el control del
Principado de Salm, y los Príncipes de Salm
tuvieron que irse de Badonviller. Jacinto
Messier decidió seguir a los Príncipes de
Salm, dejar Badonviller y establecerse con los
Príncipes en Senones. Charles tenía ya 21
años; ya era hora de que se le buscara un
trabajo y se hiciera independiente.
Un amigo de la familia, el Abad Thélosen,
le encontró dos trabajos en París entre los que
elegir: uno al servicio de otros aristócratas, y
el otro como ayudante astrónomo. Jacinto
aceptó para su hermano el de ayudante
astrónomo dadas las inclinaciones naturales de
Charles.
Messier dejó Badonviller el 23 de
septiembre del 1751, y llegó a París el 2 de
octubre. Su patrón resultó ser el astrónomo de
la Marina Joseph Nicolás Delisle (1688-1768),
quien, al parecer, lo tomó a su servicio por
razones de caligrafía, siendo la de Charles de
una excelente composición y estilo.
Delisle y su esposa de sesenta años, sin
hijos, alojaron a Charles dentro de su propia
residencia, situada en el Colegio Real de
Francia. El primer trabajo de Messier fue
copiar
un
mapa
de
China
a
grandes
proporciones; Delisle puso a su disposición un
salón inmenso sin calefacción, pero que
curiosamente,
era
perfecto
para
las
observaciones astronómicas.
Delisle, aparte de encargarle este tipo de
trabajos, introdujo a su ayudante en su
observatorio, donde como colaborador, inició
a Messier en el trato de los instrumentos
propios del astrónomo y le instruyó sobre la
conveniencia de apuntar todos los detalles
durante la observación.
El observatorio de Delisle había sido
fundado en 1748, a su vuelta de Rusia hacía
sólo un año, y ocupaba una de las torres del
Hotel de Clugny (más tarde Hotel de Cluny).
La residencia había sido construida en 1480
sobre las ruinas de unas termas romanas del
siglo cuarto, usadas hasta entonces como
residencia temporal de los abades de Cluny y
sus
invitados.
El
fundador
de
este
Observatorio, luego de Paris, fue el propio
Delisle.
Delisle, al igual que Messier, fue hijo de
familia numerosa; 11 hermanos. Conoció
Cassini y trabajó para el; y más tarde a
Miraldi, otro monstruo de las estrellas, de
cuyo brazo entró en la Academia de las
Ciencias de la gloriosa Francia.
Por entonces Pedro el Grande andaba
poniendo patas arriba su Imperio e invitó a
Delisle a fundar y poner en marcha la Escuela
de Astronomía de las Rusias. Cuando Delisle
llegó a San Petersburgo, Pedro I el Grande
descansaba en su tumba; pero hizo su trabajo
bajo el mandato de la no menos gloriosa
Emperatriz Catalina I.
A su regreso a Francia trajo consigo una
inmensa fortuna, con la que se permitió crear
el Observatorio en el que Messier comenzó
sus aventuras en busca de cometas.
La primera observación documentada de
Charles fue el tránsito de Mercurio del 6 de
mayo de 1753. Delisle en persona introdujo a
Messier en los rudimentos de la astronomía y
le metió en la cabeza la utilidad de medir las
posiciones exactas de todos los objetos
observados.
Este
adoctrinamiento,
que
Messier llevaría a sus últimas consecuencias,
sería el caballo sobre el que se paseó por los
cielos y trajo a la Tierra su famoso Catálogo.
En 1754 Delisle le consiguió un trabajo fijo en
la Armada.
En 1757 Charles comenzó su caza del
cometa Halley. El Halley debía volver al
escenario en 1758, lo que por entonces no era
más que una hipótesis. Delisle realizó unos
cálculos y trazó el trayecto que a su vuelta
Halley
seguiría
por
el
cielo;
Messier,
siguiendo los cálculos de su maestro, dibujó la
carta de su orbita. Lamentablemente un error
en los cálculos de Delisle hizo que Messier
perdiera su tiempo apuntando hacia posiciones
incorrectas, pero como la paciencia tiene su
recompensa, el 14 de agosto de ese año
(1758), Messier pudo observar el Cometa
1758 K1 De la Nux, al que le siguió las pista
hasta el 2 de noviembre.
1758 K1 De la Nux, como su nombre
indica, había sido descubierto el 26 de mayo
por De la Nux.
Pero lo que son las cosas y las
coincidencias del destino, persiguiendo a
Halley, el 28 de agosto de 1758, a la altura de
la zona de Tauro, Messier se encontró con un
cometa extrañísimo, que parecía atrapado en
alguna burbuja de tiempo. El ente en cuestión
no era un cometa sino una Nebulosa. Excitado
por el descubrimiento el 12 de septiembre
tomó nota de su situación, y volviendo a ella
comprendió que se trataba de M1, nuestra
querida Nebulosa del Cangrejo, el resto de la
supernova 1054.
Así comenzó el Catálogo que lleva su
nombre.
Halley finalmente volvió ese año, la
noche de Navidad exactamente, tal vez para
anunciar el nacimiento de un maestro. El 21 de
enero del 1759, aproximadamente 4 semanas
más tarde, Messier cazó su presa siguiendo
cálculos propios, pero como Delisle seguía
creyendo en la veracidad de los suyos, Charles
decidió callarse por respeto a su jefe. Cuando
Delisle finalmente anunció el descubrimiento
de Halley el 1 de abril de 1759, sus colegas
astrónomos franceses tomaron el anuncio por
una broma primaveral. Dolido por las burlas
contra su maestro, Charles a sus 28 años, se
entregó por completo a la caza de cometas.
Pero cuando en 1760 Delisle se negó a admitir
el descubrimiento de un nuevo cometa por su
discípulo y ayudante la lealtad de Charles
sufrió un duro golpe.
Movido por su conciencia, en la que el
trabajo de la Sabiduría eterna labra puertas,
Delisle depuso su actitud, reconoció su
vanidad y
apoyó a Messier poniéndolo al
frente del observatorio. Messier comenzó
enseguida a dar vida a su Catálogo.
La
globular,
"nebulosa"
descubierta
M2
(luego
antes
por
cúmulo
Jean-
Dominique Maraldi, 1709-1788), entró en
escena sobre un mapa mostrando la ruta de
vuelo de Halley. También observó el paso de
Venus el 6 de junio de 1761, y describió la
apariencia de los anillos de Saturno. De mayo
a julio del 1762 observó el paso del cometa
1762 klinkenberg, y el 28 de septiembre de
1763 descubrió el Cometa 1763M. Al año
siguiente, el 3 de enero, descubrió el Cometa
1764M. (M de Messier).
Estos
descubrimientos
le
hicieron
concebir a Charles la esperanza de entrar en la
Real Academia de las Ciencias, esperanza que
al verse frustrada le causó una gran decepción;
pero lejos de hundirse por este contratiempo,
esta desilusión engendró en Messier una
fuerza aún mayor para continuar su trabajo.
Fruto de estas nuevas energías vino el
descubrimiento "de una nebulosa" adicional,
M3 (después cúmulo globular), su primer
descubrimiento original a partir del cual
emprendió una exploración concienzuda de los
cielos en busca de este tipo de "nebulosas" que
a primera vista se confunden con cometas, se
resuelven en "ostras nebulares" y finalmente
se abren para dejar ver la inmensa perla que
encierran estos entes de las Aguas Celestes.
En 1765 Charles ya había rellenado su
“álbum personal” con 19 de los 110 que
contendría. Decir que sus colegas fueron su
inspiración y trabajando con sus catálogos
avanzó en el suyo es de perogrullo. Pero
recordemos a sus personales "gigantes".
Le Gentil (1725-1792), uno de los
ayudante de Jacques Cassini (1677-1756) en el
observatorio
de
Paris,
converso
a
la
Astronomía gracias a Delisle y miembro de la
Real
Academia
desde
1753,
ya
había
descubierto algunas de las maravillas que
Messier más tarde incluiría en su Catálogo
(M2, M32, M38, M8), presentando a la
Academia un mes antes de que Messier
realizara
su
primer
descubrimiento,
un
resumen de sus observaciones sobre las
Nebulosas del Hemisferio Boreal.
De Cheseaux (1718-1751), un rico
terrateniente suizo, matemático y astrónomo
de pasatiempo con observatorio propio, ya
había puesto en circulación una lista de 21
"nebulosas", entre las que figuraban 8 de su
propia cosecha: M6, IC4665, NGC 6633,
M16, M25, NGC 869, NGC 884, M 8, NGC
6231, M 7, M44, M35, M71, M11, M31, M42,
M22, NGC 5139, M 4, M17, M13.
Hodierna, sacerdote católico del siglo
XVII, hijo de zapateros, siciliano, seguidor de
Galileo hasta sus últimas consecuencias
astronómicas, profesor de Matemáticas y
Astronomía,
cazador
de
cometas
desde
siempre, publicó ya en sus días un catálogo de
"objetos Nebulares" entre los que se hallaban
los que después devendrían universalmente
conocidos como M31, M42, M6, M36, M37,
M38, M41, M47 y M8, y con ellos: Mel 20,
NGC 752, NGC 2451, NGC 2169, NGC 2175.
(El hecho de que por regla general se
considerasen "nebulosas" los cuerpos celestes
se debía a la calidad de los primeros
telescopios)
Jean-Dominique Maraldi, (1709-1788),
italiano, pariente de Cassini, miembro de la
Academia de Ciencias desde
1731, otro
cazador de cometas junto a Klinkenberg y De
Cheseaux,
colaborador
Enciclopedia
en
25
de
aquella
volúmenes:
Gran
El
Conocimiento
de
nuestros
tiempos,
predecesora de otra de mejor fama en el siglo
siguiente; mientras trabajaba junto al gran
Cassini descubrió en el 1746 las "nebulosas"
M2 y M15.
Edmond Halley (1656-1742), Inglés,
estudiante de Oxford, ayudante de Flamsteed,
el Astrónomo Real, con quien trabajó el
periodo 1675-6 tanto en Oxford como en
Greenwich, e interrumpió sus estudios en
noviembre de ese año para acabar de compilar
el Catálogo de Flamsteed sobre las estrellas
del Sur, que publicó a su vuelta en 1678.
Elegido miembro de la Real Academia el rey
le otorgó el título de astrónomo que no
obtuviera a causa de su viaje. Ese mismo año
viajó a Danzig a visitar a Hevellius. Hevellius
era un rico productor de cervezas que se había
construido su propio observatorio y atraído la
admiración
de
sus
colegas
académicos
internacionales gracias a su telescopio pagado
de su bolsillo pero no de bolsillo, ya que
medía la friolera de 130 pies; si siete pies son
dos metros, aproximadamente, ¿cuántas veces
7 contiene 130?
El resultado sería un telescopio de unos
38 metros. Con el cual Hevelius, partiendo de
las manchas solares, temporizó el ciclo de
rotación del Sol. Publicó su Uranographia, el
primer mapa de la Luna hasta el detalle. Firmó
su Prodomus Cometicus in 1665, al que le
siguió su Cometographia in 1668. En 1690,
tras
su
muerte,
Margarethe,
Prodomus
publicó
su
viuda,
a
Astronomiae,
título
Elizabeth
póstumo
conteniendo
54
placas con las posiciones de 16 "estrellas
nebulares"', entre ellas M31 y M44.
Volviendo a Halley, entre otras de sus
actividades estuvo convencer a Isaac Newton
de dar a luz sus Principia. Pero como en este
mundo científico la grandeza corre de la mano
de la bajeza, Flamsteed sintió celos de Halley,
su discípulo, y se le opuso en el camino hacia
el profesorado en Oxford. En 1705, a pesar de
la enemistad de su antiguo maestro, Halley
publicó su "Astronomiae Cometiae Synopsis",
en el que demostraba, entre otras cosas, que el
cometa observado en el 1682 era el mismo que
fuera visto en 1531 y en el 1607, prediciendo
por tanto su retorno para el 1758. Entre sus
descubrimientos de objetos del cielo profundo
se cuentan el cúmulo globular Omega
Centauri (NGC 5139) y el Gran Cúmulo
Globular de Hércules, M13.
John Flamsteed (1646 -1719), fue
un científico algo esquizoide, paranoico y
muy conocido por sus rarezas exóticas en
su tiempo. Inglés de nacimiento, hijo de
un rico comerciante, estudió Astronomía
contra la voluntad de su padre.
Recomendado por Jonas Moore, el rey
inglés Carlos II lo contrató como
Astrónomo Real el 1675, y le construyó el
observatorio Greenwich para él con la
condición de pagar el Astrónomo real los
instrumentos. Parece ser que el rey era
otro elemento. Flamsteed aceptó y devino
Miembro del Consejo de la Real
Academia. Su trabajo se centró en mejorar
las observaciones estelares, de donde salió
a luz su Historia Coelestis Britannica, y
un atlas de estrellas, Atlas Coelestis, en
los que se incluían sus observaciones
sobre objetos hasta entonces no
catalogados. El 16 de agosto del 1680
Flamsteed catalogó Cassiopeia A como "3
Cassiopeiae" sin saber que en realidad
estaba viendo una supernova. Flamsteed
observó 16 "nebulosas", entre las que
descubrimiento original suyo fue el
cúmulo abierto NGC 2244 el 17 de
Febrero del 1690. También observó
cuerpos anteriormente catalogados por
Hodierna: M8, y M41 por ejemplo. El caso es que este hombre se negó a
publicar este tipo de resultados aduciendo
que los instrumentos eran suyos y no tenía
por qué compartir sus descubrimientos.
Halley, pasando de la esquizofrenia de
Flamsteed, se las arregló para hacerlo a
costa del mecenazgo del príncipe George
de Dinamarca, empresa que no detuvo ni
la muerte del príncipe en el 1708 ni las
objeciones siempre constantes de
Flamsteed.
La
Historia
Coelestis
Britannica salió por fin a luz el 1712, con
una tirada de 400 ejemplares. Pero
Flamsteed se las arregló para obtener 300
de las 400, con la generosa ayuda del
Lord Chamberlain, y sencillamente las
quemó. La antipatía que Halley
experimentó contra este acto vandálico no
hay palabras para expresarla. Y es que
Flamsteed, aun siendo un genio, vivió en
constante repulsa hacia sus colegas, en los
que parecía cultivar el odio hacia su
persona lo mismo que otros sus riquezas.
Con Isaac Newton mantuvo este particular
duelo de odios igualmente. Y esto que
Newton tampoco fue un carácter sencillo.
Se cuenta que Newton tuvo necesidad
de datos sobre el movimiento de la Luna
con objeto de perfeccionar sus Principia.
En el verano del 1694 Newton fue a
Greenwich a entrevistarse con Flamsteed.
Newton convenció a Flamsteed para que
le ayudara y le estuviera al tanto de sus
observaciones lunares. Flamsteed puso
como condición que Newton no incluyera
esta Data en su teoría. Newton le
prometió que en caso de incluir la Data el
crédito sería entero de Flamsteed. Pero
Flamsteed objetó que "la publicación de
tales datos junto a la teoría de Newton
provocaría una especie de confusión en el
mundo astronómico". La relación de odio
de Newton hacia un Flamsteed cuya
ayuda necesitaba se hizo profunda cuando
contra la voluntad del autor el Astrónomo
anunció que Newton preparaba una
segunda edición corregida de sus
Principia. Newton entró en furia. Tanta
que tuvo que intervenir Halley para
publicar la Famosa Teoría sobre la Luna
de Don Isaac Newton. Luego, cuando
Newton alcanzó el puesto de Presidente
de la Academia Británica de Ciencias y el
control del Observatorio Real de
Greenwich cayó en sus manos, Newton se
vengó de Flamsteed publicando su
Catálogo
de
estrellas
sin
el
consentimiento del astrónomo. Flamsteed
tomó esta intervención como un deseo de
privarle de la propiedad de sus
instrumentos.
Vencido
por
las
circunstancias Flamsteed autorizó la
publicación de su trabajo, que salió a luz
el 1725, con el título Stellarum
Inerrantium Catalogus Britannicus.
Nicholas Louis de Lacaille (7131762) nació en Rumigny, un pueblecito de
las Ardennes, Francia, cerca de Bélgica.
Su familia procedía de Paris, donde su
padre trabajaba de joyero desde el 1540.
Su hijo Pierre siguió el negocio,
interrumpido al servicio de Enrique IV el
Hugonote, el de Paris bien vale una misa,
y de nuevo en el tajo se casó y tuvo 12
machos y una hembra, de los que unos
fueron abogados, otros trabajaron en la
guardia real, y otros fueron editores,
impresores, y joyeros. Uno de los doce,
Pierre como su padre, emigró a Rumigny,
donde su hijo, Raulin, llego a ser oficial
de policía al servicio de la Duquesa de
Guisa. Raulin tuvo dos hijos, Pierre
(1611) y Charles (1645). Pierre siguió la
carrera de su padre, mientras Charles
entró en la abogacía. Charles tuvo seis
hembras y tres machos; dos entraron en la
iglesia y el tercero fue Charles-Louis,
padre de de Nicholas Louis. CharlesLouis entró en el ejército y en tiempos de
ocio y paz se hizo ingeniero, acabando
por inventar máquinas curiosas. La
fortuna no le sonrió sin embargo y acabó
arruinado de su aventura como productor
de papel. Lo que no quiere decir que no
fuera estimado, porque en el 1725 fue
enviado a las Américas al servicio del
Duque de Borbón. A su regreso CharlesLouis fue contratado por la Duquesa de
Vendome como guarda forestal, oficio
que ya obtuviera uno de sus padres. Su
hijo Nicholas Louis pasó a estudiar
Humanidades
a
Mantes-sur-Seine,
noroeste de Paris. Y los dos años
siguientes estudió Retórica. A la muerte
de su padre,1731, su herencia fue ruina.
Con todo Nicholas Louis completó sus
estudios gracias al patronazgo del Duque
de Borbón. A continuación estudió por
tres años teología en Navarra, siendo aquí
donde entró en contacto con la
Astronomía. En 1736, recibió su Master
en Arte y Teología. Algunos dicen que
nunca fue ordenado, pero el que le
llamaran "el Abad" demuestra lo
contrario. Ya en materia comenzó a
trabajar en el Observatorio de Paris con
Cassini (el hijo del gran Cassini) y
Maraldi. En el 1741 fue elegido miembro de la
Real Academia de las Ciencias Francesas.
Ya independizado, comenzó a montarse
su
propio
observatorio
personal,
enfocando sus estudios sobre las órbitas
de la Tierra, órbitas de los Planetas, los
Cometas y los Catálogos de Estrellas. Su
comunicación con la Academia fue de una
fluidez constante y sus trabajos de escritor
pedagogo sobre Matemáticas, Mecánica y
Óptica le ganaron el respeto y el fervor
internacional, viajando su fama los mismo
a San Petersburgo que a Berlín,
Estocolmo, Londres, Bolonia y Gottingen.
Durante este tiempo Lacaille se abrió
a la exploración de los cielos del sur,
vírgenes casi hasta la fecha, exceptuando
el periodo que Halley les dedicara durante
el 1676-1678. El 21 de Octubre del 1750
Lacaille emprendió rumbo al Cabo de
Buena Esperanza, a bordo del barco "El
Glorioso", al mando del Capitán M.
Duprès. En Diciembre pasaron Madeira
en dirección a Rio de Janeiro (Brasil),
donde llegaron el 26 de Enero de ese
1751. Durante un mes Lacaille tomó notas
geográficas y astronómicas. El 25 de
Febrero de ese año 1751 se echaron de
nuevo al mar en dirección a Suráfrica,
desembarcando en el Cabo de Buena
Esperanza el 20 de Abril. Lacaille terminó
de montarse su observatorio en Agosto y
comenzó a escanear los cielos del sur. A la altura del Agosto del 1752
Lacaille ya había determinado las
posiciones de 9,800 estrellas entre el polo
sur celeste y el trópico de Capricornio. Y
entre este enjambre de "luceros" incluyó
en su Catálogo 42 "nebulosas estelares".
Aparte de este compendio vistió el
Hemisferio con 15 nuevas constelaciones,
14 de las cuales son usadas a diario. El 8 de Marzo del 1753 Lacaille
embarcó en la aventura exploradora de
dos islas del Océano Índico, la "Isla de
Francia" (Mauricio) y la "Isla de Borbón"
(Reunión). Desembarcó en Mauricio en
Abril, y durante los siguientes nueve
meses trazó mapas geográficos y
astronómicos. El 16 de Enero del 1754
salió de Mauricio para la Reunión, donde
permaneció seis semanas. El 26 de
Febrero de ese mismo año, 1754, con su
Catálogo de los Cielos del Sur bajo el
brazo, Lacaille emprendió el viaje de
vuelta en el Aquiles, pisando Paris el 28
de Junio. Una línea de gigantes, pues, se había
pasado el testigo de la Descripción de las
Maravillas de los Cielos desde Galileo a
Messier. El mismo Messier uno de los
gigantes que pondría sus hombros a
disposición
de
las
siguientes
generaciones, honrado por sus trabajos, y
fruto de sus esfuerzos, en el 1765 nuestro
Charles descubrió M 41. Delisle, ya viejo
y honrado por la gloria de su discípulo, se
hizo perdonar el primer descalabro de
orgullo contra Charles retirándose y
poniendo a su servicio su Observatorio.
Al poco tiempo Messier pasó a ser el
Astrónomo de la Armada. El 8 de marzo de 1766, Messier
descubrió un nuevo cometa, y otro más el
8 de abril del mismo año. En 1767 Messier emprendió el que
sería el único viaje naval de su vida, a fin
de probar y regular algunos nuevos
cronómetros marítimos, construidos por J.
Le Roy. Viaje durante el que entra en esta
historia otro de los monstruos de la
Astronomía, Lalande, a quien Messier
dejó al cuidado del Observatorio de
Cluny. Lalande, el de las 50.000 estrellas,
entra tarde en esta historia pero lo cierto
es que junto con Messier fue discípulo de
Delisle, y aún cuando no lo hayamos visto
en los mares del Sur, el hecho es que iba
de equipaje con nuestro aventurero
Lacaille. Lo mismo que "el Abad", pero
en otra dirección, Lalande entró en
contacto con la Astronomía mientras
estudiaba Derecho en Paris. El que
conociera a Delisle, que debía ser un
hombre de una personalidad intelectual
arrolladora, hizo nacer en su cerebro una
pasión hacia el mundo de las estrellas que
ya nada podría hundir. Pedro Lemonnier,
su colega y discípulo de Delisle
igualmente, lo rescató del mundo de las
leyes definitivamente y de su mano se
embarcó en la Expedición a los Cielos del
Sur de Lacaille. A su regreso Lalande
devino una autoridad y como Platón hizo
de Atenas su Academia, Lalande hizo de
su casa la suya, asistiendo a sus charlas
talentos como Delambre, Piazzi, Mèchain.
Es curioso que con este curriculum
algunos envidiosos le acusara de tener un
carácter tan malo o peor como el de
Flamsteed.
Ya de vuelta de su viaje, a principios
de 1769, Messier se decidió a publicar la
primera versión de su Catálogo. El 8 de
agosto de ese año, descubrió un nuevo
cometa (1769 Messier, el Gran Cometa de
aquel año). Le envió una descripción de
su cometa al Rey de Prusia, y éste quedó
tan impresionado que bajo su influencia
Messier fue hecho miembro de la
Academia de las Ciencias de Berlín, el 14
de Septiembre del 1769. Decir que en
Abril de ese mismo año ya se le había
seleccionado para ingresar en la
Academia Real de Suecia, en Estocolmo. En 1770, por fin, la Academia
Francesa de las Ciencias bendijo su
entrada, el 30 de Junio a dos semanas
pasadas de cazar su nueva estrella fugaz,
el Cometa Lexell, que, curiosamente, no
le debe el nombre de su descubridor sino
al hombre que calculó su órbita, el
astrónomo finlandés Anders Lexell, que
trabajaba en el Observatorio de San
Petersburgo. El 26 de noviembre de ese año, 1770,
Charles Messier, a sus 40, se casó con
Marie-Françoise de Vermauchampt (de
37), con la que el noviazgo iba ya para su
decimoquinto año. Su pasión por los cometas adelante el
16 de febrero del 1771 Messier presentó
oficialmente ante la Academia la primera
versión de su Catálogo de Nebulosas y
Cúmulos de Estrellas, con los primeros 45
de sus famosos 110 finales. Tres noches
después extendió su horizonte del 46 al
49. El 7 de junio del mismo año descubrió
M62. Como coronación de su trabajo la
Armada le nombró su Astrónomo
favorito, sueldo fijo que le ayudó a
moverse a la casa que antes fuera de su
maestro. Allí, el 15 de marzo del 1772, la
Señora Messier dio a luz un hijo, a quien
bautizaron Antoine-Charles. Pero 11 días
después ambos, madre e hijo, murieron. Una leyenda malévola corrió
entonces de boca en boca jurando que
Messier había lamentado menos la muerte
de su mujer y su hijo que la oportunidad
que le arrancó la muerte de cazar la
estrella fugaz que estaba acechando. ¡La
envidia no perdona ni al hombre con el
corazón roto! Los otros, los que se alegran
con los buenos tiempos y lloran con los
malos momentos, consolaron al "maestro"
concediéndole el ingreso en la Academia
de Bruselas, de un sitio, y miembro de la
de Hungría, por el otro.
Por esta época Lalande le presentaría
a Mèchain, con quien trabajaría y gracias
a su trabajo Messier descubriría algunos
de sus maravillas finales. Este Mèchain,
junto con Delambre, serían los artistas
que definieron la longitud del Metro
Siguiendo con su fama La Harpe
recomendó a Messier delante de la
Academia de San Petersburgo. Este La
Harpe había sido el preceptor de los hijos
de Catalina II de Rusia. Miembro del
Directorio de la República Suiza de
finales del XVIII un golpe de Estado le
obligó a emigrar, acabando su Ulisiada al
servicio de la Emperatriz de las Rusias. A
su vuelta se instaló en Paris, donde
conoció a Messier, y más tarde al propio
Napoleón. Siempre al servicio de la
Emperatriz Rusa, en cuya Corte la Cultura
Francesa arrasaba, La Harpe le habló a su
Señora de este Messier y aquélla le invitó
a su Academia. La cuestión rusa asentada,
en 1778 Messier descubrió dos nebulosas,
M54, de propio cuño, y M55, que había
sido descrita por Lacaille pero que
Messier había estado buscando en vano
desde 1764.
Tras sus cometas Charles sigue sus
descubrimientos: M56, M57, M58, M59,
M60 y M61. La fiebre del momento por
las Maravillas de los Cielos, estando en su
infancia la Tecnología Telescópica, hacía
que una misma Maravilla fuese observada
al
mismo
tiempo
por
distintos
observadores. Johann Gottfried Koehler
descubre M59 y M60 el 11 de abril de
1779, pero pasa por alto M58, que
descubre Messier independientemente.
Barnabus Oriani identifica M61 el 5 de
mayo de 1779; Messier lo encuentra el
mismo día, pero lo toma por un cometa y
no lo cataloga como nebulosa hasta el 11
de mayo. Messier localiza definitivamente
M62, y Mèchain, colaborando con
Messier, descubre M63 (14 de junio de
1779). En enero de 1780 Messier
encuentra M64, que había sido
descubierto
antes,
en
1779,
independientemente por Edward Pigott y
Johann Elert Presagian. Mechain y Messier en un mano a
mano encuentran M65 y M66, en marzo
de 1780. En abril de 1780 entran en el
Catálogo M67 y M68. Con estas 68
primeras Maravillas Messier publica la
segunda versión histórica de su Catálogo.
Ese mayo del 1780 Messier es hecho
miembro de la Sociedad Literaria de
Upsala, Suecia.
De vuelta al trabajo de campo
Messier, junto con Mèchain, se lanzan a la
caza de nuevas nebulosas. Para el abril del
1781 la lista de nebulosas y cúmulos
estelares ha aumentado a 100. Enseguida
Pierre Mèchain incluye M101, M102 y
M103. Inmediatamente tras la publicación
de esta nueva versión extendida de su
Catálogo, Messier añade M104. M105,
que Mèchain se olvidó de incluir en el
Catálogo de 1781, reaparecen, sumándole
el mismo Mèchain M106, en julio.
Mientras tanto, Guillermo Herschel,
había descubierto el planeta Urano, el 13
de marzo, con la ayuda del telescopio que
se había construido para sí mismo y fue
durante los siguientes 50 años el más
grande del mundo. Trabajando con su
"palanca" descubrió Titania y Oberon,
lunas de Urano, Enceladus y Mimas,
lunas de Saturno, y determinó la dirección
en el cielo que sigue el Sol, hacia
Hércules, coronando su brillante aventura
con su Catálogo de unos 2.500 cuerpos
del espacio profundo. Admirador del
trabajo de Messier, Herschel le mandó
una nota sobre su descubrimiento respecto
a Urano, que no era un cometa sino un
planeta. Messier recibió la nota el 14 de
abril del 1781, e inmediatamente comenzó
a echarle el ojo a Urano. Encantado por el
trabajo de Herschel, Messier le respondió
alabando su inteligencia para acabar con
el misterio del cometa que no era cometa
ni tampoco se podìa decir que fuera
nebulosa. Con el permiso del Astrónomo
Inglés Messier pasó la noticia a sus
colegas franceses, quienes aplaudieron el
trabajo de Herschel y confirmaron con los
propios que Urano se encontraba más allá
de la órbita de Saturno. El 6 de noviembre de ese año, 1781,
Messier sufrió un accidente horrible, se
cayó de 7 metros de altura y tuvo que
guardar cama todo un año. Durante su
convalecencia Mèchain catalogó M107. Entretanto, estimulado por el catálogo
de Messier, Herschel, asistido por su
hermana Carolina, comenzó a observar el
cielo profundo. El 7 de septiembre de
1782, Herschel hizo su primer
descubrimiento, la Nebulosa de Saturno
(NGC 7009), y en octubre del 1783,
comenzó su revisión del cielo del Norte,
llegando a catalogar 1000 objetos en tres
años, y un total de más de 2500 desde que
empezara al 1802 (algunos no se han
vuelto a encontrar). El 6 de mayo de 1783, Méchain le
escribió a Bernouilli, de la academia de
Berlín, una carta que fue publicada en el
Astronomisches Jahrbuch, junto con una
traducción del catálogo Messier. En esa
carta comunicaba los tres últimos objetos
descubiertos por él (ahora M105-M107) y
rechazaba el descubrimiento de M102,
iniciando así una controversia respecto a
su identidad (es decir, si es una
duplicación de M101 o puede ser
identificado con NGC 5866). Messier, ya recuperado, reanudó sus
actividades de observación. Pero desde el
accidente no pudo generar el gran
esfuerzo que exigía la observación
profunda y metódica que tanto fruto le
había dado hasta entonces. Algunos dicen
que también se debió este relax al avance
tan tremendo que el telescopio de
Herschel había puesto sobre la mesa, al
lado del cual el de Messier quedaba ya
casi de juguete. Lo cual no quiere decir
que su mente, por inercia del trabajo
acumulado, dejara de funcionar a nivel
"Messier". Charles se concentró en M44
hasta abrir su cúmulo a personajes
estelares nominales, e hizo lo mismo con
las Pléyades, (M45), y, en general, se
dedicó a los detalles de sus
descubrimientos ya catalogados, dejando
a
las
nuevas
generaciones
las
profundidades y las nuevas regiones que
se les estaba abriendo a sus nuevos
telescopios. Regresando, como quien dice,
del final al principio, a las fuentes, la caza
de estrellas fugaces, con su ahora colega
inseparable, Mèchain, junto al cual tuvo el
placer de llenar las páginas de los
Cometas con nuevos ejemplares, Messier
siguió cosechando honores en todas las
academias de las ciencias europeas: la
Academia de Ciencias de Dublín (1784),
la Academia de Stanislav, Nancy, Lorena
(1785), y la Academia de Vergara, España
(1788). En eso comenzó la Revolución
francesa. El 14 de julio de 1789 el pueblo
protagonizó la gesta del Asalto a la
Bastilla. Bajo la vorágine la revisión de su
Catálogo hubo de esperar a tiempos más
calmados. Cuatro años más tarde, como
todos sabemos, llegó "el Año del Terror"
en Francia, 1793-1794. El Rey Louis XVI
era degollado el 21 de enero. El Periodo
Rojo terminó cuando Robespierre fue a su
vez guillotinado el 27 de julio de 1794. Durante ese tiempo Messier perdió su
sueldo y pensión, y Lalande tuvo que
pasarle hasta combustible para la lámpara.
Méchain igualmente sufrió el revés y tuvo
que huir de Francia, más que nada por ser
ambos hijos de la aristocracia o servidores
de la misma. Una vez muerto
Robespierre, Mèchain regresó a Paris y
fue compensado por el Nuevo Régimen
con la nominación para la Academia de
las Ciencias y las Artes que vino a
sustituir a la Antigua Academia de las
Ciencias. Mèchain, después, saltaría al
Intituto de Medidas, arrastrando consigo a
su colega. Ya he dicho que a Méchain se
le debe el cálculo de la longitud universal
del Metro. Messier, siguiendo con lo suyo,
descubrió otro cometa, el 12 de abril de
1798. Su fama - fruto de una extroversión
innata en él, todo lo contrario de la
introversión megalómana de Flamsteedle fue de más ayuda a su Catálogo que
ninguna otra cooperación colateral
imaginable. Era su personalidad la que
cautivaba a sus colegas y al mundo del
conocimiento en general. Pues si
comparamos la magnitud de su Catálogo
con los enciclopédicos Catálogos de
Flamsteed, Herschel y socios, el de
Messier es un minúsculo aporte al
progreso astronómico. Su personalidad y
su constancia fue la que lanzó su
Catálogo, aún siendo la propiedad
intelectual del descubrimiento de sus
objetos de otros astrónomos, al estrellato,
deviniendo asociados a su nombre
cuerpos celestes descubiertos por otros.
De donde se ve que puede más la
humanidad como patrimonio que el
pensamiento como propiedad. Su gloria,
en suma, se debe más a su humanidad que
a su pensamiento y fue por la primera que
los astrónomos de su tiempo no tuvieron
jamás problemas para trabajar con él, y
aún a sus 71 años, edad más que larga en
sus días, las generaciones más jóvenes
contaban con" el Maestro" para sus
observaciones y proyectos. El propio Gran Napoleón, el Primero
y el Único Napoleón, cautivado por la
grandeza, que Charles le debía más al
respeto, admiración y cariño que le tenían
todos sus colegas merlines que a la
magnitud ciclópea de su trabajo, le
concedió la Legión de Honor en el 1806.
La envidia, que a los buenos nunca les
falta, ni la admiración les sobre para
defenderlos de la otra, quiso arruinar la
memoria de aquél merlín que hizo su
carrera como el Quijote en escuálido
mulanco contra el potro de pura raza del
Caballero de la Luna, escudriñando los
cielos con medios irrisorios comparados
con los que se pudieron pagar sus
contemporáneos, cuando en su vejez
Charles le dedicó el cometa 1769, año de
nacimiento del Campeón de la
Revolución, ¡oh Napoleón! Episodio
infantil e inocente que los sabios de las
nuevas generaciones, ya picados por el
mal bicho de la Ciencia como palanca a la
gloria personal, utilizaron para tachar al
gran maestro de astrónomo ortodoxo que
aún creía en la relación entre cometas y el
nacimiento de grandes hombres. ¡Tal vez
porque Napoleón no lo fuera, un gran
hombre! El declive del maestro vino con su
ceguera y su pobreza para competir con
los nuevos instrumentos astronómicos.
Aún así, los que le admiraban seguían
abriéndole a su Catálogo Puertas y
teniéndolo en la Primera Categoría de las
Ligas en que los nuevos astrónomos, cada
vez más científicos y menos hombres,
quisieron arrinconar a aquel Messier todo
antiguo. En el 1815, Charles sufrió un ataque
parcial de paraplejía que le dejó hecho
polvo. Después de la recuperación, nunca
completa, asistió a algunas sesiones de la
Academia, pero su vida caminaba ya al
ocaso, que alcanzó la noche del 11 al 12
de abril del 1817. Charles Messier tenía
87 años. Fue sepultado en Paris el 14 de
abril en el cementerio de Père Lachaise,
donde descansan todas las glorias de
Francia, y alguna importada del
extranjero, como el inolvidable Jim
Morrison. Los astrónomos de todos los tiempos
honraron su memoria, pero ninguna tan
imperecedera como el Catálogo que lleva
su nombre.
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