Cambios en el sistema de asentamiento de la población (Región Pampeana, 1970-2001)1 Esp. Mariana Marcos2 Introducción La distribución espacial de la población es una temática siempre vigente, tanto por su importancia para la elaboración de políticas sectoriales y globales de desarrollo, como por el rol que puede desempeñar la distribución de los grupos sociales en la reproducción de las desigualdades. En las últimas décadas del siglo XX, en el marco de procesos vinculados a la globalización de la economía, la sociedad y la cultura, y con la emergencia de nuevas modalidades de producción y organización económica, se han producido importantes transformaciones socio-territoriales, entre las que se destacan las consecuentes de la redefinición de la intensidad y direccionalidad de las fuerzas atractoras y expulsoras de población. En este contexto, el eje de los estudios socio-demográficos sobre distribución espacial de la población argentina se ha desplazado desde las migraciones transatlánticas y rural-urbanas como determinantes de los patrones de asentamiento de la población (Recchini de Lattes y Lattes, 1969; Lattes, 1980; 2007; Elizalde y Macció, 1990) a la redistribución de la población urbana (Vapñarsky y Gorojovsky, 1990; Sana 1993; Vapñarsky, 1995; Lindenboim y Kennedy, 2004; Maichtry, 2007) y los patrones de asentamiento metropolitanos (Torres, 2001; Vidal-Koppmann, 2001; Groisman y Suárez, 2006; Marcos, 2008; Mazzeo, 2008; Rodríguez, 2008). El presente trabajo se inscribe entre las investigaciones que indagan en los cambios en el sistema de asentamiento argentino, integrado por aglomeraciones que se recortan sobre el campo abierto y por población que reside dispersa en el campo abierto. Se define provisoriamente a las aglomeraciones —también llamadas ―localidades‖— siguiendo el criterio físico adoptado en los relevamientos censales, según el cual son cada una de las áreas en las que se concentran edificios vinculados entre sí por una red de calles (Vapñarsky, 1994 y 1995). Se plantea como objetivo general indagar en la evolución del sistema de asentamiento de la Región Pampeana entre los años 1970 y 2001. A continuación, se realizan algunas especificaciones de la propuesta: Universo espacial: El análisis se refiere a la Región Pampeana, que para este trabajo comprende a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a las Provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe (véase Mapas 1 y 2). El universo espacial fue acotado teniendo en cuenta los recursos de espacio disponible para presentar el trabajo, así como la relevancia económica, social y demográfica de la Región, que concentra más de tres cuartas partes del Producto Bruto Geográfico (Rofman, 2000) y más de dos tercios (67%) de la población del país (INDEC, 2001). Universo temporal: El universo temporal analizado abarca las últimas tres décadas del siglo XX. En este período comienzan a darse profundas transformaciones correspondientes al cambio de matriz societal que significó la globalización de la economía y la reestructuración de las relaciones sociales a nivel mundial, así como la inauguración de un proceso de desindustrialización, debilitamiento del Estado (Torrado, 2007). El trabajo pretende abordar algunas transformaciones en la dimensión espacial del orden social durante este período. Dimensiones del fenómeno que se abordan: El concepto de espacialidad que subyace a la propuesta del trabajo supone dos dimensiones: la espacialidad es un producto social, en este caso de las relaciones sociales capitalistas, que requieren un ordenamiento espacial apropiado para su reproducción; y es a la vez una parte integral de la construcción material y la estructuración de la vida social, en tanto arena competitiva en la que confluyen prácticas sociales dirigidas al mantenimiento y refuerzo de la espacialidad existente y a su reestructuración y transformación (Soja, 1985). Sin desconocer esta complejidad, el trabajo pone énfasis en la primera de las dimensiones, limitándose a estudiar los cambios en el sistema de asentamiento pampeano. 1 Mapa 1. Regiones argentinas Fuente: elaboración propia en base a Curso Gis Introductorio, 2007 y Velázquez, 2007. Mapa 2. Provincias y Aglomeraciones urbanas por tamaño. Región Pampeana, 2001 Fuente: elaboración propia en base a Curso Gis Introductorio, 2007 2 En concreto, los objetivos específicos de este trabajo son: 1. Presentar a la Región Pampeana en el contexto nacional, lo cual implica precisar el lugar que ocupa en el sistema de asentamiento argentino y analizar brevemente sus características socioeconómicas y demográficas comparándolas con las del Total del País. 2. Explorar y describir los cambios en la distribución de la población pampeana por condición urbano-rural del lugar de residencia y por tamaño de la aglomeración de residencia. 3. Analizar la evolución de la cantidad de aglomeraciones y de su crecimiento según ―cohortes‖. A continuación se esbozan algunas precisiones metodológicas necesarias. Luego se dedica un apartado a cada uno de los objetivos específicos y se recapitulan los principales hallazgos a modo de conclusión. 1. Conceptos y metodología El abordaje metodológico general es de tipo cuantitativo- descriptivo. Asimismo, se realiza análisis tanto transversal como longitudinal de los datos. El análisis transversal supone trabajar la información censal tal cual como fue publicada para dar cuenta de las características del sistema de asentamiento al momento de cada censo. El análisis longitudinal, en cambio, aquí consiste en seguir en el tiempo a grupos de aglomeraciones que se han dado en llamar ―cohortes de aglomeraciones‖ 3. Las cohortes estarán constituidas por el conjunto de aglomeraciones que al momento del primer censo del período en estudio (Censo 1970) tenían determinado tamaño (ver categorías de tamaño de aglomeración en el sistema clasificatorio propuesto en la Figura 1). Es importante aclarar que los objetivos específicos tienen unidades de análisis diferentes: Objetivo específico 1: individuos y hogares argentinos. Objetivo específico 2: individuos que conforman la población de la Región Pampeana. Objetivo específico 3: a) aglomeraciones censales urbanas de 2.000 y más habitantes que forman parte del sistema de asentamiento de la Región Pampeana al momento de cada Censo, para analizar la evolución de la cantidad de aglomeraciones; b) aglomeraciones censales urbanas (de 2.000 y más habitantes) que forman parte del sistema de asentamiento de la Región Pampeana al momento del Censo 1970, para analizar el crecimiento de las aglomeraciones según ―cohortes‖. El hecho de utilizar como fuente los Censos de Población, opera a modo de condicionante a la hora de diseñar un nomenclador (sistema clasificatorio) para el análisis del sistema de asentamiento. Los Censos de Población permiten clasificar a la población en dispersa y aglomerada, según resida en campo abierto o en aglomeraciones. Vapñarsky (1994 y 1995) define a las aglomeraciones (también llamadas ―localidades‖) como el área en la que se concentran edificios vinculados entre sí por una red de calles. Siguiendo el criterio físico, el autor explicita la forma y tamaño que deben tener esos edificios y calles, la cantidad mínima que debe haber y la proximidad física requerida entre ellos para que un área sea considerada una aglomeración 4. De estas definiciones resulta que el sistema de asentamiento argentino está integrado por aglomeraciones que se recortan sobre el campo abierto y por población que reside dispersa en el campo abierto. La población puede también clasificarse como urbana, cuando reside en aglomeraciones de 2.000 y más habitantes, y como rural cuando reside en campo abierto o en aglomeraciones de menos de 2.000 habitantes. Según esta última definición, la población rural puede ser, a su vez, rural dispersa o rural aglomerada, aunque esta información está publicada sólo para los dos últimos censos (1991 y 2001). Cabe aclarar que ésta no es la única definición de población urbana/rural posible, sino la que se viene utilizando en las publicaciones censales argentinas. Por último, el análisis del tamaño de las aglomeraciones permite conocer: a) la distribución de la población por tamaño de la aglomeración en que reside al momento de cada censo; y b) cómo ha evolucionado el tamaño de las aglomeraciones de censo en censo. 3 En los estudios empíricos, las aglomeraciones suelen agruparse de diferentes maneras según su tamaño, de acuerdo a los objetivos específicos de cada estudio. Vapñarsky (1995), por ejemplo, para estudiar los fenómenos de la primacía y la macrocefalia distingue: a) la Aglomeración Gran Buenos Aires (en adelante AGBA); b) las Aglomeraciones de Tamaño Intermedio (ATIs), que comprenden las aglomeraciones de 50 mil y más habitantes excepto la AGBA; y c) la población dispersa y en aglomeraciones de menos de 50 mil habitantes. Lindenboim y Kennedy (2004), en cambio, se proponen ampliar la mirada a la población aglomerada en general y distinguen varios grupos de aglomeraciones de diferentes tamaños entre las ATIs y entre las aglomeraciones urbanas más pequeñas. De acuerdo a los objetivos de este trabajo y a las sugerencias de estos autores, aquí se va a clasificar a la población y a las aglomeraciones de acuerdo al nomenclador de la Figura 1. Figura 1. Dispersa Población rural Aglomerada Aglomeración Gran Buenos Aires (AGBA) Población Total 1.000.000 habitantes o más Población urbana Aglomeraciones de Tamaño Intermedio (ATIs) 500.000 - 999.999 habitantes 200.000 - 499.999 habitantes 100.000 - 199.999 habitantes 50.000 99.999 habitantes 20.000 - 49.999 habitantes Aglomeraciones de Tamaño Pequeño (ATPs) 10.000 - 19.999 habitantes 5.000 - 9.999 habitantes 2.000 - 4.999 habitantes Haciendo uso de ese sistema clasificatorio, se definen las variables e indicadores que se utilizarán en el presente trabajo: Condición urbano-rural del lugar de residencia, Tamaño de la aglomeración de residencia, Cantidad de aglomeraciones, Tasa de crecimiento anual de las ―cohortes‖ de aglomeraciones, Índice de concentración, e Índices demográficos de Primacía Urbana (Índice de primacía, Índice dos ciudades, Índice cuatro ciudades, Índice de Ginsburg). Como fuente de datos principal se utilizaran los Censos Nacionales de Población de los años 1970, 1980, 1991 y 2001, más precisamente, las publicaciones por localidad censal. Al respecto de las fuentes, cabe aclarar que la información por localidad de cada censo suele ser objeto de revisiones. Asimismo, en las publicaciones por localidad censal se suelen incluir los datos correspondientes al último censo y los datos del censo anterior. Teniendo en cuenta esto y siguiendo la recomendación de Lindenboim y Kennedy (2004), se trabajará con los datos por localidad de un determinado censo publicados por el censo posterior, bajo el supuesto de que esas cifras son las revisadas y, por lo tanto, definitivas. De esto resulta que: 4 Los datos de 1970 serán tomados de la publicación Localidades de 1000 y más habitantes del Censo Nacional de población y Vivienda 1980 (Serie A, Resultados Provisionales) (INDEC, 1981). Los datos de 1980 serán tomados de la publicación Censo Nacional de Población y Vivienda 1991, por localidad, Resultados provisionales. (Serie A, nº2) (INDEC, 1992). Los datos de 1991 serán tomados del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001(INDEC, 2001). La única excepción son los datos de 2001, que se tomarán de la publicación definitiva de ese mismo censo. Las características y la calidad de la información de las aglomeraciones que brindan los Censos de Población, complejizan la construcción y comparación de datos transversales, y generan aún más dificultades,a la hora de estudiar la evolución de las aglomeraciones en el tiempo. Según Lindenboim y Kennedy (2004:5 y 6) los problemas de estos datos tienen dos orígenes: 1. La adopción del criterio físico para determinar los límites de las aglomeraciones: esto genera problemas de comparabilidad de los datos en el tiempo porque la configuración geográfica de las localidades puede cambiar. Por ejemplo, una localidad puede expandirse sobre el campo abierto circundante y, a su vez, la expansión puede verificarse de forma que dos localidades antiguamente separadas terminen por conformar una única localidad (fenómeno conocido como ―coalescencia‖). 2. La calidad en algunos sentidos deficiente de la información censal, a saber: el criterio físico se estableció desde el primer censo, pero no se aplicó coherentemente a lo largo de todos los realizados; no existen publicaciones de resultados definitivos para todos los censos (es el caso, por ejemplo, de los Censos de 1970 y 1980); existen errores en algunas publicaciones no salvados oportunamente, que deben ser considerados para la correspondiente comparación; no se han publicado los datos correspondientes a las aglomeraciones más pequeñas de algunos censos; por ejemplo, esto sucede con las localidades de menos de 1.000 habitantes en el Censo de 1970 y de las localidades de menos de 500 habitantes censadas en 1980; las localidades pueden cambiar de denominación y, como consecuencia, eventualmente puede existir la apariencia de que una determinada localidad dejó de ser urbana y aparece otra nueva, cuando en realidad se trata de la misma localidad que se registra bajo nombres diferentes. Por último, cabe detenerse en los problemas derivados del hecho de trabajar con aglomeraciones definidas a partir de criterios físicos. El análisis transversal no reviste mayores inconvenientes, puesto que se considera a las aglomeraciones con las características físicas que tenían al momento de cada censo, es decir, que los datos se pueden tomar tal como fueron publicados en su versión definitiva. Sin embargo, como se decidió trabajar con datos por localidad de un determinado censo publicados por el censo posterior y dado que la información corresponde a los límites más recientes de las localidades al momento de cada censo, se deberá tener la precaución de deconstruir las coalescencias que hubieran ocurrido entre los dos censos en cuestión. El estudio de las aglomeraciones en el tiempo mediante la observación de información longitudinal, en cambio, requiere de la construcción de series de datos. Ello implica reconstruir las aglomeraciones ―hacia atrás‖ en sus límites más recientes (2001), lo cual demanda información que no siempre se encuentra publicada, como es el caso de la población rural dispersa en territorios que entre 1970 y 2001 fueron ―absorbidos‖ por alguna aglomeración, y las localidades de menos de 1.000 habitantes en el Censo 1970 y de menos de 500 habitantes en el Censo 1980 que estuvieron involucradas en coalescencias en ese mismo período. Habiendo asumido estas limitaciones, de todos modos las aglomeraciones serán reconstruidas en la medida de las posibilidades de la información publicada. 5 2. El sistema de asentamiento pampeano A continuación se abordan los cambios y continuidades en el sistema de asentamiento pampeano entre 1970 y 2001 en tres secciones: la primera está dedicada a la presentación de la Región Pampeana; la segunda a la distribución de la población según condición urbano/ rural y tamaño de la aglomeración en que reside; y en la tercera se analiza la evolución del tamaño de las cohortes de aglomeraciones. 2.1. La Región Pampeana Su lugar en el Sistema de asentamiento nacional Una primera aproximación a la distribución de la población por regiones (Gráfico 1), arroja que la Región Pampeana es la que concentra más población en el país, aunque esta tendencia se va atenuando: en 1970 residía en ella casi tres cuartas partes de la población censada, y en 2001 las dos terceras partes. Si se descompone a la Región Pampeana en la Sub-región Metropolitana y el Resto de la Región Pampeana5 (Cuadro 1), se observa que la Sub-región Metropolitana es la que más peso ha perdido y en 2001 ya no llega a concentrar a un tercio de la población del país. El Resto de la Región Pampeana también ha perdido importancia, pero en menor medida. Los datos sobre la variación porcentual intercensal de la población indican que el ritmo de crecimiento de la población de la Región Pampeana en general se va desacelerando cada vez más de un período intercensal al siguiente. La Sub-región Metropolitana se destaca porque su crecimiento se desacelera abruptamente en la década de 1990: en ese último período intercensal la población sólo crece un 5%. La contrapartida de esta fuerte concentración de población en la región principal y de la tendencia a su debilitamiento durante las últimas décadas del siglo XX, es que en las demás regiones reside a comienzos del período apenas entre el 10% y el 3% de la población del país, y en 2001 todas ellas habían aumentado su peso relativo. El caso más sobresaliente es el de la Región Patagónica, cuya población incrementó su importancia relativa en el país en casi un 60% durante el período, aunque sigue siendo la región que menos población tiene. Su explosivo crecimiento se dio fundamentalmente en los años ‗70 y ‗80, y fue menos importante en los ‗90. También sobresalen el Noroeste y del Nordeste, cuyas poblaciones incrementaron su peso en un 20%, aproximadamente. Esta dinámica es confirmada por Lattes (2007), quien al calcular tasas de redistribución interregionales observa que éstas asumen valores negativos en las regiones Metropolitana y Resto de la Región Pampeana, y positivos en las demás. El autor también coincide en que se trata de un fenómeno tenue en la década de 1970, pero que se va acentuando en las dos décadas siguientes. Un aporte significativo de Lattes es que advierte que la redistribución de la población se debe a movimientos poblacionales, pero también a niveles de crecimiento vegetativo diferenciales por región. Estos cambios incipientes en el patrón de asentamiento regional de la población coinciden con el resquebrajamiento del modelo de acumulación basado en la industrialización por sustitución de importaciones (ISI) tras el golpe de Estado de 1976, y su posterior derrumbe en los años ‗90. Para la industria sustitutiva, el tipo de cambio retrasado y la apertura comercial fueron devastadores. Y las economías regionales, ya débiles por su rezago estructural (Rofman, 1995), se ven golpeadas por las nuevas exigencias del mercado y por el desarme de la red de contención social del empleo público que sobrevino a la privatización de empresas y la reducción de las estructuras administrativas. Los nuevos emprendimientos productivos y aquellos que logran reconvertirse y ser competitivos, en general se caracterizan por su baja utilización de mano de obra, y por su vinculación con los centros proveedores de servicios y con las grandes ciudades del extranjero, más que con su entorno local. Si bien se produce cada vez más riqueza, ―se instaura una ruptura en la vinculación sociológica entre el mundo cada vez más fracturado de los negocios y el mundo de la vida cotidiana‖ (Ciccolella, 2007:28). Aunque el deterioro de la estructura productiva tradicional es generalizado, cobra mayor visibilidad en las principales aglomeraciones del país, que concentran grandes contingentes de población y establecimientos industriales tradicionales y, con ello, altos niveles de desocupación, subocupación y pobreza urbana, y consiguiente exclusión productiva y laboral. Esto habría contribuido a generar en el imaginario popular la percepción de que es cada vez más difícil encontrar mejores condiciones laborales en las grandes aglomeraciones, desalentando a los potenciales migrantes de provincias periféricas y propiciando el retorno de familias inmigrantes a sus lugares de origen por el cese de su vinculación laboral con las empresas que los empleaban (Rofman, 2000). 6 Cuadro 1. Población total: distribución por región. Argentina, 1970-2001 Región Total del país 1970 1980 1991 23.364.431 27.949.480 32.615.528 36.260.130 Cuyo 6,6 6,7 6,8 7,1 Nordeste 7,7 8,0 8,7 9,3 Noroeste 10,2 10,8 11,3 12,3 Pampeana (1) 72,4 70,8 68,7 66,5 Metropolitana 35,8 34,9 33,5 31,6 Pampeana 36,7 35,8 35,2 34,9 Patagonia (2) 3,0 3,7 4,5 4,8 Fuente: elaboración propia en base a INDEC, 2009 (1) Incluye Metropolitana y Pampeana (2) No incluye Antártida e Islas del Atlántico Sur Gráfico 1. Población total: distribución por región. Argentina, 1970-2001 2001 75 70 65 60 55 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 Cuyo Nordeste Noroeste Pampeana Patagonia (1) 1970 1980 1991 2001 Fuente: elaboración propia en base a Cuadro 1 (1) No incluye Antártida e Islas del Atlántico Sur 7 Sus características socio-demográficas. Las desigualdades socio-territoriales son de larga data en el país, y se encuentran vinculadas con la dinámica de unos patrones de ocupación residencial del espacio que involucran procesos de diferenciación de los grupos sociales. Y la Región Pampeana se integra en este marco general como un territorio socialmente heterogéneo en escalas espaciales diversas, pero que al ser observado en su conjunto se ha destacado por tener mejores condiciones de vida promedio que el Total del País. A continuación se caracteriza brevemente a la Región hacia finales del período (año 2001) comparando sus atributos socio-demográficos con los del país en su totalidad (Cuadro 2). Cuadro 2. Indicadores demográficos y socioeconómicos. Total del País y Región Pampeana, 2001 Total del País Región Pampeana 28,3 61,8 9,9 25,6 63,0 11,4 Índice de Dependencia Potencial de los jóvenes de los adultos mayores 61,7 45,7 16,0 58,8 40,7 18,1 Índice de masculinidad 94,9 93,3 Tasa de de crecimiento anual intercensal (1991-2001) (1) 10,1 7,0 Indicador ESTRUCTURA Y DINÁMICA DEMOGRÁFICA Grupos funcionales de edad 0-14 15-64 65 y más Tasa Global de Fecundidad 2,4 2,2 e0 74,0 74,3 TMI 16,3 14,5 CARACTERÍSTICAS SOCIOECONÓMICAS DE LA POBLACIÓN Y LOS HOGARES Años de escolaridad aprobados por la población de 25 años y más 8,8 9,1 % de población hacinada (2) 11,8 9,6 Privación material de los hogares Solo de recursos corrientes Solo patrimonial 16,6 9,7 16,9 7,2 12,9 9,2 Convergente % de hogares en viviendas con CALMAT IV (3) 6,1 2,0 % de población sin cobertura médica 48,1 44,9 % de trabajadores en negro (4) 58,9 62,1 Tasa de actividad refinada 57,2 58,2 Tasa de desocupación abierta (5) 28,5 28,9 6798,1 8034,5 Producto Bruto Geográfico per cápita (6) Fuente: elaboración propia en base a INDEC, 2001; Ministerio de Salud, 2002; Centro de Investigaciones en Administración Pública, 2008. (1) Crecimiento intercensal exponencial = Nt = N0 ert (2) Población hacinada: residente en viviendas en las que hay más de 2 personas por cuarto (3) CALMAT IV: la vivienda presenta materiales no resistentes ni sólidos o de desecho al menos en uno de los componentes constitutivos. (4) Sin aportes jubilatorios. (5) Advertencia: el Censo 2001 habría sobreestimado los niveles de desocupación. (6) En miles de pesos corrientes En el Cuadro 2 se presenta en primer lugar información referida a la estructura y la dinámica demográfica. La distribución de la población por grupos funcionales de edad (también llamados ―grandes grupos de edad‖) da cuenta de una Región Pampeana con una estructura etaria más 8 envejecida que la del Total del País: tiene una menor proporción de niños, al tiempo que se encuentran más abultadas las categorías que agrupan a los adultos y a los ancianos, respectivamente. Esta estructura etaria de la población se traduce en Índices de dependencia potencial también diferentes: en la Región Pampeana la población en edades potencialmente activas (15 a 64 años) tiene una cantidad relativa de personas levemente menor a su cargo que en el país en su conjunto, pues si bien entre la población pampeana hay niveles de dependencia potencial mayores de población anciana, éstos son compensados por una dependencia potencial de jóvenes 5 puntos más baja que la encontrada en Total del País. Por su parte, la estructura por sexo de la población se muestra más desequilibrada en la Región Pampeana por menor presencia relativa de varones que en el Total del País. Ello podría relacionarse con la estructura etaria pampeana más envejecida y con la mayor expectativa de vida de las mujeres, que contribuye a desequilibrar la estructura por sexo de la población. En cuanto a la dinámica demográfica, la Tasa de crecimiento anual intercensal pampeana es menor que la del país en su conjunto. Los valores de los indicadores de fecundidad y mortalidad permiten precisar que están contribuyendo a que el crecimiento pampeano sea más desacelerado los menores niveles de fecundidad, que no llegan a ser compensados por el hecho de que la mortalidad es también menor en la Región. Los indicadores de nivel socioeconómico permiten arribar a la conclusión de que, en líneas generales, la población pampeana tiene mejores condiciones de vida que el promedio nacional. Así lo confirma, por ejemplo, el nivel educativo, frecuentemente utilizado como proxy de nivel socioeconómico. También las condiciones habitacionales: la población pampeana presenta menores niveles de hacinamiento y de privaciones materiales, y conforma hogares que residen en viviendas construidas con mejores materiales. Los indicadores de cobertura social –porcentaje de población sin cobertura médica y de trabajadores en negro– dan cuenta de niveles de cobertura médica mayores en la Región que en el país en su conjunto, pero simultáneamente entre los trabajadores pampeanos una proporción mayor no tienen aportes jubilatorios. Finalmente, los indicadores de la actividad económica de la población dan cuenta de una población pampeana que se caracteriza por ser más activa que la población argentina en general, y que produce mucha más riqueza per cápita que el país en su conjunto, lo cual no significa, por cierto, que esa riqueza sea equitativamente distribuida entre los integrantes de la población pampeana. Los niveles de desempleo que aquejaban a la población pampeana activa en el año 2001 son muy elevados y similares en los niveles nacionales. Sin embargo, la evaluación poscensal de los datos reveló que el Censo 2001 sobreestimó la desocupación (INDEC, 2003)6. 2.2. Los cambios en la distribución espacial de la población pampeana 2.2.a. La distribución campo-ciudad. Tal como se adelantó, en este trabajo se considera ―población rural‖ a la población dispersa y a la que reside en aglomeraciones de menos de 2.000 habitantes. Antes de pasar al análisis de los datos, cabe aclarar que se adoptó esa definición porque es la que han utilizado tradicionalmente los Censos de Población de la Argentina. Una segunda y necesaria aclaración es que no se ignora el hecho de que, en algunos contextos, los límites geográficos, económicos y culturales entre lo rural y lo urbano se desdibujan y la distinción se presenta arbitraria. Sin embargo, no es objetivo desarrollar aquí las discusiones en torno a la validez de la dicotomía campo-ciudad. Según Reboratti (2007), en Argentina la población rural comienza a emigrar hacia las ciudades a principios del siglo XX. El fenómeno va cobrando fuerza progresivamente y a mediados de ese mismo siglo la tasa de crecimiento de la población rural ya asume valores negativos. En la Región Pampeana, para comienzos del período que se analiza aquí (1970), la población rural ya constituía tan sólo el 13% de la población total (Cuadro 3). En los censos siguientes (1980, 1991 y 2001), la incidencia de la ruralidad continúa descendiendo tal como lo había venido haciendo hasta entonces, y en 2001 apenas el 6% de la población total se clasifica como rural. La disponibilidad de datos permitió clasificar a la población rural en ―dispersa‖ y ―aglomerada‖ sólo en los dos últimos censos. De esa información surge que en la década de 1990 la reducción de la población rural total parece deberse fundamentalmente a la disminución de la población rural dispersa. 9 Cuadro 3. Población total: porcentaje (%) según condición urbano- rural y tamaño de la aglomeración de residencia. Región Pampeana, 1970 - 2001. Población (%) Condición Urbano- rural y Tamaño de la aglomeración de residencia Total Región 1970 1980 Variación porcentual 1991 2001 1970-1980 1980-1991 1991-2001 Total (1970-2001) 16.926.350 19.778.110 22.405.735 24.128.284 16,8 13,3 7,7 42,5 12,8 10,2 7,4 5,9 -20,3 -27,5 -19,7 -53,6 dispersa - - 4,9 3,4 - - -30,0 - en aglomeraciones de menos de 2000 habitantes - - 2,5 2,5 - - 0,4 - 87,2 89,8 92,6 94,1 3,0 3,1 1,6 7,8 Población rural Población urbana Población en ATPs 16,4 15,7 15,6 16,0 -3,9 -0,9 2,3 -2,6 2.000 y 4.999 habitantes 4,0 3,4 2,8 2,6 -14,8 -18,2 -6,8 -35,0 5.000 y 9.999 habitantes 3,0 3,2 3,2 3,5 5,3 1,0 9,6 16,6 10.000 y 19.999 habitantes 4,3 4,5 4,1 3,9 2,9 -7,8 -4,2 -9,1 20.000 y 49.999 habitantes 5,1 4,7 5,5 5,9 -6,7 16,5 7,5 16,8 21,0 23,7 26,6 28,2 13,1 12,0 6,0 34,2 50.000 y 99.999 habitantes 3,7 4,9 5,4 6,0 34,1 10,4 9,7 62,5 100.000 y 199.999 habitantes 1,8 1,4 1,7 2,6 -24,9 22,1 52,2 39,6 200.000 y 499.999 habitantes 6,1 4,7 3,9 4,0 -22,4 -16,6 3,2 -33,2 500.000 y 999.999 habitantes 9,4 12,7 5,2 5,1 35,0 -59,5 -0,7 -45,7 - - 10,4 10,5 - - 0,9 - 49,8 50,3 50,4 49,9 1,0 0,2 -1,0 0,2 Población en ATIs de 1.000.000 habitantes o más excepto AGBA Población en AGBA Fuente: elaboración propia en base a INDEC, 1973; 1981; 1994; 2001. 10 Gráfico 2. Población Total: distribución por condición urbano-rural del lugar de residencia. Región Pampeana, 1970-2001 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% 87,2 89,8 94,1 12,8 10,2 7,4 5,9 1970 1980 1991 2001 Rural Fuente: Cuadro 3. 92,6 Urbana Gráfico 3. Población urbana: distribución por tamaño de la aglomeración de residencia. Región Pampeana, 1970-2001 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% 57,1 56,0 54,4 53,1 24,1 26,4 28,7 30,0 18,8 17,5 16,8 17,0 1970 1980 1991 2001 En ATPs En ATIs En AGBA Fuente: Cuadro 1 del Anexo. 11 2.2.b. El asentamiento de la población en aglomeraciones de diferentes tamaños La población urbana ya constituía el 87% de la población pampeana en 1970 y a lo largo del período en estudio continuó aumentando hasta llegar al 94% en 2001. El sistema clasificatorio propuesto (Figura 1) permite comparar cómo se fue modificando la proporción de población que residía en aglomeraciones de diferentes tamaños. Antes de pasar a ello, es necesario repasar los fenómenos que pueden incidir en la variación de dicho indicador, teniendo en cuenta que se construye a partir de información transversal. Sintéticamente, entre un relevamiento censal y el siguiente, el peso de la población residente en aglomeraciones de determinado tamaño sobre el total de población puede variar por dos vías: - - por el crecimiento diferencial de las aglomeraciones según su tamaño: por razones de diversa índole, las aglomeraciones pueden tener un crecimiento vegetativo y/o migratorio diferencial y crecer a ritmos desiguales; por recategorización de las aglomeraciones: entre un censo y el siguiente, las aglomeraciones pueden cruzar el umbral superior de la categoría del sistema clasificatorio en la que se encontraban y pasar a la siguiente. Esto puede, a su vez, suceder: a) porque la aglomeración ha crecido hasta traspasar ese umbral; o b) por coalescencia de dos o más aglomeraciones. Como consecuencia de la expansión sobre campo abierto, aglomeraciones contiguas pueden amalgamarse en una sola produciéndose el fenómeno que Vapñarsky (1995) denomina coalescencia: en este caso, la reclasificación se produce cuando la nueva unidad compuesta supera el umbral de la/s categoría/s en que se encontraban las aglomeraciones menores que se unieron. En conclusión, los datos transversales muestran el aspecto del sistema de asentamiento nacional en momentos determinados, y este aspecto puede variar entre un censo y el siguiente no sólo por crecimiento diferencial de las aglomeraciones, sino porque éstas se han reclasificado. Para abordar el crecimiento de las aglomeraciones será necesario remitirse a datos longitudinales hacia finales de esta sección. Se prosigue aquí con el análisis de los cambios y continuidades en la forma en que se asienta la población urbana a lo largo del período en estudio. La población pampeana asentada en ATPs se mantiene relativamente estable a lo largo de estas tres décadas en valores que rondan el 16%. Sin embargo, el peso de las diferentes categorías de ATPs en el sistema de asentamiento pampeano no evoluciona en todos los casos en el mismo sentido. Precisamente, un fenómeno llamativo en la población en ATPs es la reducción de la importancia de la población de la categoría que reúne a las más chicas de estas aglomeraciones (2.000 a 4.999 habitantes). En efecto, la población residente en ellas pasa del 4% al 2,6%, fenómeno que las asemeja más a la población clasificada como rural, que a las restantes aglomeraciones urbanas. En el extremo opuesto, al final del período ha crecido el peso que tiene la población residente en ATPs de entre 5.000 y 9.999 habitantes y de entre 20.000 y 49.999. Por su parte, la proporción de población residente en ATIs creció un 34% entre 1970 y 2001 (pasó del 21% al 28%). De esto resulta que la brecha entre la proporción de población en ATIs y ATPs, que era de 5 puntos porcentuales a favor de las ATIs en 1970, en 2001 se había ampliado a 12 puntos porcentuales. A principios del período, las ATIs que concentraban más población eran las de entre 500.000 y 999.999 habitantes. En 2001, las ATIs que más población concentraban pasaron a ser las de 1 millón de habitantes y más. Esto se debe a que durante el período en estudio (más precisamente en 1991), Córdoba y Rosario, las ATIs más grandes, habían superado por primera vez el umbral del millón de habitantes, reclasificándose en esta categoría de tamaño de aglomeración. Luego de las ATIs más grandes, las aglomeraciones que más aumentado su importancia relativa en el sistema de asentamiento pampeano son las ATIs más chicas (las de entre 50.000 y 99.999 habitantes, seguidas por la población residente en las ATIs de entre 100.000 y 199.999 habitantes). La AGBA constituye una categoría aparte por el protagonismo que ha tenido a lo largo de la historia argentina en los cambios ocurridos en la configuración espacial del país. La población que reside en ella ha mantenido su importancia en la población total de la Región a lo largo del período: en los cuatro censos constituye alrededor de la mitad de la población pampeana. Recapitulando lo encontrado hasta aquí en relación a la distribución de la población urbana, se debe señalar que se mantiene estable la concentración de población en la aglomeración principal (la 12 AGBA), aumenta el peso de la población residente en ATIs y hay una leve reducción de la población censada en ATPs. La población en las ATPs más chicas es cada vez menos importante a nivel regional, condición que la asemeja más a la población rural que al resto de la población considerada urbana, y conduce a la necesidad de repensar los límites entre las aglomeraciones rurales y urbanas. Las aglomeraciones que relativamente ganan más población en este periodo son las de entre 50 mil y 199 mil habitantes. Y en 1991 se registra por primera vez la presencia de dos ATIs de más de 1.000.000 de habitantes. Se debe recordar que en esta dinámica puede haber influido tanto el crecimiento diferencial de las aglomeraciones, como la modificación de su cantidad por reclasificación de localidades en categorías de tamaño diferentes. En el reto de esta sección se intentará echar algo de luz sobre este último punto. La evolución de la cantidad de aglomeraciones En el Cuadro 4 se presenta la cantidad de aglomeraciones urbanas de diferentes tamaños para la región en estudio, en los años 1970, 1980, 1991 y 2001. Cuadro 4. Aglomeraciones urbanas: cantidad según tamaño. Región Pampeana, 1970-2001. Tamaño de las aglomeraciones Cantidad de aglomeraciones 1970 1980 1991 2001 Total aglomeraciones urbanas 380 418 433* 467* ATPs 363 395 405 434 2.000 - 4.999 habitantes 209 210 195 197 5.000 - 9.999 habitantes 71 91 104 121 10.000 - 19.999 habitantes 54 63 65 67 20.000 - 49.999 habitantes 29 31 41 49 17 23 28* 33* 10 15 18* 21* 100.000 - 199.999 habitantes 2 2 3 5 200.000 - 499.999 habitantes 3 3 3 3 500.000 y 999.999 habitantes 2 3 2 2 1.000.000 habitantes o más 0 0 2 2 ATIs 50.000 - 99.999 habitantes Fuente: elaboración propia en base a INDEC, 1973; 1981; 1994; 2001. * Incluye la aglomeración compuesta Viedma - Carmen de Patagones, que es compartida por la Región Pampeana y la Región Patagónica. En una primera aproximación, se advierte que la cantidad de localidades urbanas se va reduciendo a medida que se consideran mayores tamaños de aglomeración. Como consecuencia, el número de manchas urbanas pequeñas es mucho mayor que el de intermedias. Sin embargo, a lo largo de estas tres décadas la cantidad de ATIs estuvo próxima a duplicarse, mientras que la de ATPs creció sólo el 20%, es decir, que las ATIs están creciendo en número relativamente mucho más que las ATPs, seguramente como producto de la reclasificación de ATPs que superan de un censo al otro el umbral de los 50 mil habitantes. Esto, sin lugar a dudas, está influyendo en el aumento de la proporción de población en ATIs que se encontró en los datos transversales del Cuadro 3. El crecimiento de las aglomeraciones Así como se indagó en el modo en que la recategorización de aglomeraciones contribuye a cambiar la distribución de la población, aquí se analiza cómo incide en este mismo sentido el crecimiento diferencial de las aglomeraciones de diferentes tamaños. En otras palabras, la información presentada en el Cuadro 5 permitirá conocer la dinámica de las aglomeraciones en el tiempo, es decir, la evolución poblacional de las aglomeraciones que contribuyó a la configuración urbana que muestran los datos transversales. Para facilitar el análisis, en el Gráfico 4 se representó la información más 13 relevante de la Región (La Tasa de crecimiento anual intercensal –TCAI– del total de aglomeraciones, del total de ATIs, del total de ATPs y de la AGBA). Cuadro 5. Aglomeraciones urbanas en 1970: Tasa de crecimiento anual intercensal (TCAI) según Cohorte de aglomeraciones. Región Pampeana, años 1970-2001 TCAI* Cohortes de aglomeraciones 1970-1980 (1) Variación porcentual de la TCAI 1980-1991 (2) 1991-2001 (3) e/ períodos (1) y (2) e/ períodos Total (2) y (3) [e/ (1) y (3)] Total aglomeraciones urbanas en 1970 1,8 1,4 0,8 -23,1 -44,9 -57,6 ATPs 2,1 1,7 1,3 -21,5 -21,7 -38,6 2.000 - 4.999 habitantes 1,8 1,7 1,4 -4,3 -16,7 -20,3 5.000 - 9.999 habitantes 1,9 1,6 1,4 -11,3 -17,3 -26,7 10.000 - 19.999 habitantes 2,3 1,5 1,2 -33,2 -18,1 -45,3 20.000 - 49.999 habitantes 2,4 1,8 1,3 -25,0 -29,4 -47,0 2,0 1,6 0,8 -19,7 -53,5 -62,7 50.000 - 99.999 habitantes 2,1 1,6 0,9 -22,8 -44,7 -57,3 100.000 - 199.999 habitantes 2,1 1,6 0,7 -21,4 -53,7 -63,6 200.000 - 499.999 habitantes - - - - - - 1,9 1,6 0,7 -15,2 -56,7 -63,3 1,6 1,2 0,6 -27,0 -49,1 -62,9 ATIs 500.000 y más habitantes excepto la AGBA AGBA Fuente: elaboración propia en base a INDEC, 1973; 1981; 1994; 2001. * Crecimiento intercensal exponencial = Nt = N0 ert Gráfico 4. Aglomeraciones urbanas en 1970: Tasa de crecimiento anual intercensal (TCAI) según Cohorte de aglomeraciones. Región Pampeana, años 1970-2001 2,25 2,00 1,75 TCAI 1,50 Total 1,25 ATPs 1,00 ATIs 0,75 AGBA 0,50 0,25 0,00 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 Fuente: Cuadro 5. La primera conclusión a la que se arriba al analizar el gráfico, es que todas las cohortes de aglomeraciones han desacelerado su crecimiento progresivamente a lo largo de estos 30 años (en especial en la década de 1990), y que este fenómeno es más pronunciado entre las aglomeraciones más grandes. Los datos del Cuadro 5 agregan precisión a lo que muestra la representación gráfica: las ATPs crecían a una tasa anual de 2,1 por mil habitantes en el primer período intercensal, y 30 años después esa tasa de crecimiento había descendido un 39%. En las ATIs se incorporaban a inicios del período 2 habitantes por cada 1.000, y en el último período intercensal esa tasa de crecimiento se había reducido un 63%. Finalmente, la AGBA creció entre 1970 y 1980 a una tasa de apenas 1,6 por mil, y entre 1991 y 2001 dicha tasa se había reducido a 1/3 (0,6 por mil). Esto hace que la brecha entre los 14 ritmos de crecimiento según tamaño de las aglomeraciones sea cada vez mayor. En otras palabras, todas las aglomeraciones crecen menos, pero las más grandes crecen cada vez a menor ritmo que las más chicas. Si se centra la atención ahora en las ATPs, se advierte que el crecimiento de las diferentes cohortes de aglomeraciones pequeñas ha tendido a descender de manera generalizada. A principios del período, crecían a tasas de entre 1,8 por mil y 2,4 por mil, y en el último decenio las tasas de crecimiento mínima y máxima eran 1,2 por mil y 1,4 por mil, respectivamente. De nuevo se encuentra, ahora en las ATPs, que a mayor tamaño de las cohortes de aglomeraciones, más se redujo su ritmo de crecimiento: las ATPs más chicas (2.000 a 4.999 habitantes) desaceleraron su crecimiento anual en un 20% y, en el extremo opuesto, entre las más grandes (20.000 a 49.999) el decrecimiento de la tasa se aproxima al 50%. A finales del período parece haber emergido una relación inversa entre el nivel de crecimiento y el tamaño de las aglomeraciones pequeñas, y cuanto mayor es el tamaño de la cohorte de ATPs, menor es su ritmo de crecimiento. Las cohortes de ATIs también van disminuyendo su velocidad de crecimiento en estas tres últimas décadas del siglo XX y, al igual que ocurría con las ATPs, a mayor tamaño de la cohorte de aglomeraciones menor es su ritmo de crecimiento y más se desacelera a lo largo del período. Sin embargo, las ATIs también se diferencian de las aglomeraciones más chicas en tanto la relación inversa entre tamaño y crecimiento de las cohortes de aglomeraciones no es novedosa, sino que ya existía a comienzos del período y no hace más que consolidarse. Resumiendo lo encontrado hasta aquí en relación al crecimiento de las aglomeraciones, debe señalarse que, a principios del período, las cohortes de aglomeraciones (tanto las de tamaño pequeño como las de tamaño intermedio) crecían a tasas el 1,8 por mil y el 2,4 por mil. Durante las tres décadas en estudio, el ritmo de crecimiento ha disminuido pero de manera diferencial por tamaño inicial de la cohorte de aglomeraciones, siendo que a mayor tamaño de la cohorte más se ha desacelerado su crecimiento. Como resultado de esta dinámica, en la década de 1990 el tamaño inicial de las cohortes de aglomeraciones se relaciona de manera inversa con el ritmo de crecimiento. La única excepción es el grupo de ATPs más grande (20 mil a 49.999 habitantes), que tiene un ritmo de crecimiento levemente mayor al de la cohorte que lo preceden en tamaño. Una importante aclaración es que variaciones absolutas relativamente pequeñas en el tamaño de las localidades tienen un impacto relativo mayor cuando las aglomeraciones son chicas. El cambio de la situación relativa de la AGBA en el sistema de asentamiento pampeano No se puede dejar de dedicar una última sección a la Aglomeración Gran Buenos Aires, cuya dinámica ha tenido una relevancia vital para comprender los cambios en el sistema de asentamiento pampeano y argentino en general. En estas tres últimas décadas del siglo XX, la proporción de población pampeana que reside en la AGBA (Cuadro 6) se mantiene estable en alrededor del 50%. Sin embargo, las medidas calculadas sobre el total de la población urbana (Índice de primacía) o parte de ella (Índices de dos y cuatro ciudades e Índice de Ginsburg) señalan que, si bien el sistema de asentamiento pampeano continúa siendo primado7, la AGBA ha ido perdiendo importancia relativa frente al resto de la población urbana: en estos treinta años, la AGBA ha pasado de concentrar el 57% de la población urbana a concentrar el 53%, y de tener un tamaño 10 veces y media mayor que la segunda aglomeración en tamaño, a tener un tamaño 9 veces mayor. Los índices de dos y cuatro ciudades confirman esta tendencia. Según la información que se analizó más arriba, el campo continúa expulsando población, pero la AGBA parece haber dejado de ser una alternativa atractiva para la población que se moviliza por el territorio. Autores como Vapñarsky (1995), Meichtry (2007) y Rofman (2007) coinciden en que el atractivo de la aglomeración decayó junto a su capacidad de emplear mano de obra industrial. Ya desde el segundo gobierno peronista (1952), la industria comienza a incorporar más capital fijo, a demandar menos trabajadores y a diversificar su localización espacial hacia otros centros urbanos, pero es a partir de 1976 que comienza a delinearse un cambio en el modelo de acumulación que terminará por devastar el mercado de trabajo metropolitano. Meichtry (2007) relata que la pérdida de atractivo de la AGBA se manifiesta en la reversión de las corrientes migratorias que habían alimentado a la aglomeración principal y a otras ciudades 15 industriales pampeanas, y en la mayor capacidad de retención de población de las provincias extrapampeanas. Cuadro 6. Población Total: Índices demográficos de Primacía Urbana. Región Pampeana, 1970-2001. Año Índice de concentración Índice de primacía Índice dos ciudades Índice cuatro ciudades Índice de Ginsburg (1) (3) 10,5 10,1 9,3 8,8 (5) 49,8 50,3 50,4 49,9 (2) 57,1 56,0 54,4 53,1 (4) 1970 1980 1991 2001 4,1 4,0 3,8 3,7 0,802 0,798 0,792 0,789 Fuente: Elaboración propia en base a Cuadro 2 del Anexo (1) Índice de concentración: 1º aglomerado/ Total de Población*100 (2) Índice de primacía: 1º aglomerado/ población urbana total * 100 (3) Índice dos ciudades: 1º/ 2º aglomerado (4) Índice cuatro ciudades: 1º aglomerado/ (2º+3º+4º aglomerado) (5) Índice de Ginsburg: 1º aglomerado/ (1º+2º+3º+4º aglomerado) Para esta autora, también hubo políticas públicas que tuvieron como objetivo contribuir a la distribución más homogénea de la población en el territorio. Entre ellas menciona a la descentralización de la educación universitaria y la investigación, y las políticas de desconcentración regional y promoción industrial, que si bien muchas veces quedaron en proyectos o se reglamentaron de manera deficiente, en ocasiones contribuyeron a promover la retención de población en las provincias. Conclusiones A lo largo del trabajo, en base al análisis exploratorio de información censal, se ha podido identificar y caracterizar los principales cambios ocurridos en el sistema de asentamiento pampeano en las últimas tres décadas del siglo XX. Repasando sintéticamente, se encontraron cambios en la distribución espacial de la población por condición urbano-rural del lugar de residencia y por tamaño de la aglomeración de residencia, esto último en el caso de la población urbana. Sobre la distribución de la población pampeana por condición urbano-rural del lugar de residencia se encontró que, a pesar de que el porcentaje de población urbana ya era muy elevado a principios del período, éste continuó elevándose en detrimento del porcentaje de población rural: a lo largo de las tres últimas décadas del siglo XX el peso de la población rural se redujo a menos de la mitad y, al menos en década de 1990, la disminución parece deberse, fundamentalmente, a la reducción de la población rural dispersa. En relación a la distribución de la población urbana por tamaño de la aglomeración de residencia, a lo largo del período analizado se mantiene estable la concentración de población en la aglomeración principal (la Aglomeración Gran Buenos Aires) al igual que el peso de la población residente en Aglomeraciones de Tamaño Pequeño, y aumenta la proporción de población que reside en Aglomeraciones de Tamaño Intermedio. Sobre esta tendencia general se pudieron precisar varias cuestiones: La población en las aglomeraciones pequeñas más chicas es cada vez menos importante a nivel regional, condición que la asemeja más a la población rural que al resto de la población considerada urbana, y conduce a la necesidad de repensar los límites entre las aglomeraciones rurales y urbanas. 16 - - Las aglomeraciones que relativamente ganan más población en este periodo son las 50 mil y 99.999 habitantes, seguidas en segundo lugar por las localidades 100 mil y 199.999, y en tercer lugar por las 50 mil y 99.999. En 1991 se registra por primera vez en un censo la presencia de dos aglomeraciones intermedias de más de 1.000.000 de habitantes (Gran Córdoba y Gran Rosario). Aproximadamente la mitad de la población pampeana tiene a la Aglomeración Gran Buenos Aires como lugar de residencia a lo largo de todo el período, pero si bien el sistema de asentamiento pampeano continúa siendo primado, la Aglomeración Gran Buenos Aires ha ido perdiendo importancia relativa frente al resto de la población urbana: en estos treinta años, ha pasado de concentrar el 57% de la población urbana a concentrar el 53%, y de tener un tamaño 10 veces y media mayor que la segunda aglomeración en tamaño, a tener un tamaño 9 veces mayor. Finalmente, se analizó el crecimiento de las aglomeraciones urbanas en número y en población, como dinámica subyacente a los cambios en la distribución espacial de la población. En relación a ello se encontró que: La cantidad de aglomeraciones urbanas es menor a medida que se consideran mayores tamaños de aglomeración. Como consecuencia, el número de aglomeraciones pequeñas es mucho mayor que el de intermedias. Sin embargo, las aglomeraciones intermedias están creciendo en número relativamente mucho más que las pequeñas como producto de la reclasificación de aglomeraciones de tamaño pequeño que superan de un censo al otro el umbral de los 50 mil habitantes. Esto, sin lugar a dudas, está influyendo en el aumento de la proporción de población en aglomeraciones intermedias que muestran los datos transversales. En relación al crecimiento de las aglomeraciones, se encontró que, a principios del período, las diferentes cohortes de aglomeraciones (tanto las de tamaño pequeño como las de tamaño intermedio) crecían a tasas el 1,8 por mil y el 2,4 por mil. Durante las tres décadas en estudio, el ritmo de crecimiento ha disminuido pero de manera diferencial según el tamaño inicial de la cohorte de aglomeraciones, siendo que a mayor tamaño de la cohorte, más se ha desacelerado su crecimiento. Como resultado de esta dinámica, en la década de 1990, el tamaño inicial de las cohortes de aglomeraciones se relaciona de manera inversa con su ritmo de crecimiento. El grupo de las aglomeraciones pequeñas más chicas (20 mil y 49.999 habitantes) constituye la única excepción a la dinámica de crecimiento general, debido a que tiene un crecimiento levemente mayor al de la cohorte que lo precede en tamaño. En síntesis, a lo largo del trabajo se ha podido repasar y precisar las principales tendencias en la dinámica de la distribución espacial de la población pampeana durante las últimas décadas del siglo XX, lo cual es de suma importancia para el diseño de políticas de desarrollo, ya sea a nivel local o regional. Los datos transversales y longitudinales analizados han permitido concluir que, a rasgos generales, el aumento de la población en aglomeraciones intermedias se produjo a pesar de que las aglomeraciones que más crecieron fueron las más chicas. Lo que ha hecho crecer a la población residente en aglomeraciones intermedias ha sido, fundamentalmente, el aumento de la cantidad de localidades de este tamaño, que se produjo, a su vez, por la reclasificación de aglomeraciones originalmente pequeñas que superaron durante el período el umbral de los 50 mil habitantes y pasaron a tener tamaño intermedio. Queda pendiente para futuras investigaciones la ampliación del análisis al resto de las regiones del país, y el abordaje de los factores causales de los cambios en el sistema de asentamiento, así como de las consecuencias que éstos pudieran tener sobre las condiciones de vida de la población. 17 Bibliografía CELADE-IUSSP (1985): Diccionario demográfico multilingüe. Lièja, Bélgica. Centro de Investigaciones en Administración Pública (2008): Producto Bruto Geográfico 1990-2001 (en pesos corrientes). Facultad de Ciencias Económicas- UBA. 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Población urbana: distribución por tamaño de la aglomeración de residencia. Región Pampeana, 1970-2001 Tamaño de la aglomeración de residencia Total población urbana En ATPs 2.000 y 4.999 habitantes 5.000 y 9.999 habitantes 10.000 y 19.999 habitantes 20.000 y 49.999 habitantes En ATIs 50.000 y 99.999 habitantes 100.000 y 199.999 habitantes 200.000 y 499.999 habitantes 500.000 y 999.999 habitantes de 1.000.000 habitantes o más excepto AGBA En AGBA Población (%) 1970 1980 1991 2001 14.764.902 18,8 4,5 3,4 5,0 5,8 24,1 4,2 2,1 6,9 10,8 0,0 57,1 17.764.485 17,5 3,8 3,5 5,0 5,3 26,4 5,5 1,5 5,2 14,2 0,0 56,0 20.751.040 16,8 3,0 3,5 4,4 6,0 28,7 5,9 1,8 4,2 5,6 11,2 54,4 22.697.462 17,0 2,7 3,7 4,2 6,3 30,0 6,4 2,7 4,3 5,4 11,1 53,1 Fuente: elaboración propia en base a INDEC, 1973; 1981; 1994; 2001. Cuadro 2. Población total, población urbana y población de las cuatro aglomeraciones de mayor tamaño. Región Pampeana, 1970-2001 Año 1970 Total población Total población urbana 1º ciudad 2º ciudad 3º ciudad 4º ciudad 1980 Total población Total población urbana 1º ciudad 2º ciudad 3º ciudad 4º ciudad 1991 Total población Total población urbana 1º ciudad 2º ciudad 3º ciudad 4º ciudad 2001 Total población Total población urbana 1º ciudad 2º ciudad 3º ciudad 4º ciudad Nombre de la Aglomeración Población Gran Buenos Aires Gran Rosario Gran Córdoba Gran La Plata 16.926.350 14.764.902 8.435.840 806.942 790.508 478.666 Gran Buenos Aires Gran Córdoba Gran Rosario Gran La Plata 19.778.110 17.764.485 9.953.600 983.643 956.761 578.813 Gran Buenos Aires Gran Córdoba Gran Rosario Gran La Plata 22.405.735 20.751.040 11.298.030 1.208.556 1.118.905 642.979 Gran Buenos Aires Gran Córdoba Gran Rosario Gran La Plata 24.128.284 22.697.462 12.046.799 1.368.301 1.161.188 694.253 Fuente: elaboración propia en base a INDEC, 1973; 1981; 1994; 2001. 20 NOTAS 1 El presente trabajo fue realizado en el marco del proyecto ―Retratos del despojo. Clases sociales, bienestar y dinámica demográfica en Argentina en la década de 1990‖ (Directora: Dra. Susana Torrado), y una versión anterior fue presentado en la Universidad Nacional de Luján como Trabajo Final Integrador para optar por el título de Especialista en Demografía Social. 2 Licenciada en Sociología (UBA) y Especialista en Demografía Social (UNLu). Becaria de Doctorado (UBA). Cátedra Demografía Social, Fac. de Ccias. Sociales, UBA (Directora: Dra Susana Torrado). E-mail: mariana_marcos_00@yahoo.com.ar 3 El Diccionario demográfico multilingüe define a las cohortes como ―conjunto de individuos que han vivido un acontecimiento similar en el transcurso de un mismo período de tiempo‖ (CELADE-IUSSP, 1985:22). Es decir que s Si bien el concepto de ―cohorte‖ en demografía aplica a los individuos, en este trabajo se lo utiliza como herramienta de análisis de aglomeraciones. 4 Las aglomeraciones pueden delimitarse de acuerdo a tres criterios: el jurídico, el funcional y el físico. En los censos argentinos —y en este trabajo— el criterio adoptado es el físico. Vapñarsky (1994 y 1995) define a las aglomeraciones o localidades como el área en la que se concentran edificios vinculados entre sí por una red de calles. El autor precisa que son edificios las construcciones techadas con un mínimo de 10 metros cuadrados cubiertos, separadas de otras construcciones, fijadas en el terreno de manera permanente o que, a pesar de ser móviles, hayan estado 30 días antes del censo en un mismo lugar. Las calles que vinculan a los edificios deben ser visibles en el terreno y pueden ser de circulación peatonal y/o vehicular, así como resultado de un trazado intencional o del uso. Las edificaciones y calles deben estar dispuestas en manzanas y éstas, a su vez, deben describir un mosaico al agruparse de manera colindante. Para que reciba el nombre de ―aglomeración‖, el mosaico debe estar integrado por al menos cuatro manzanas. Los mosaicos cuyos bordes se encuentren a menos de 1.000 metros de distancia forman parte de una misma aglomeración. 5 La Sub- región Metropolitana comprende a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los 24 Partidos del Gran Buenos Aires; el resto de la Provincia de Buenos Aires junto a Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe conforman el Resto de la Región Pampeana. 6 Al evaluar la calidad de la información ocupacional del Censo 2001 mediante la comparación con los resultados de la EPH de la onda octubre de ese mismo año, se encontró que los niveles de desocupación son superiores en los datos censales. En algunos aglomerados la diferencia absoluta entre las tasas de desocupación calculadas a partir de cada uno de los dos relevamientos no llega a los 5 puntos, pero en otros se sitúa alrededor de los 20. Es por tal motivo que se considera que la información del Censo 2001 no es adecuada para calcular indicadores de nivel de la desocupación. Se puede hipotetizar que puede haber contribuido a ello el hecho de que el censo, como operativo masivo llevado adelante por censistas poco entrenados, tal vez no sea el más adecuado de los instrumentos para captar la actividad económica, a lo que se agregó que en 2001 se llevó adelante en un contexto de profunda crisis. La EPH, en cambio, es un operativo especialmente diseñado para medir la situación de la población en relación con el mercado de trabajo y es llevada adelante por encuestadores más capacitados. Por tales motivos fue más idónea para captar el nivel de desempleo en un contexto de crisis y en el que el mercado de trabajo se caracterizaba por su segmentación y complejidad (INDEC, 2003). 7 César Vapñarsky (1995) define a la primacía como el fenómeno según el cual la población de la aglomeración primada (la de mayor tamaño) excede en más del doble a la que le sigue en magnitud de población. 21