CIENCIA Y RELIGIÓN Alumno: VILABOA, Lorena Pía Escuela: Escuela de Educación Media Nº 2 – Mar del Plata Profesor Guía: FROSCHAUER, Elisa Introducción A través de la siguiente monografía, se pretende analizar brevemente la relación entre dos componentes elementales de la sociedad: ciencia y religión. Ambas conviven a diario, se complementan y chocan constantemente. Entre el avance social y los cambiantes valores de la moral, la brecha que divide a los avances científicos de las actividades religiosas, se agiganta con el imparable paso del tiempo. La única convención humana en la que todos estamos de acuerdo en el mundo es que el tiempo transcurre, y no podemos detenerlo. ¿Qué avances y retrocesos han tenido a lo largo de la historia? El irremediable paso del tiempo, genera cambios individuales y colectivos, muchas veces paulatinos y otras prácticamente instantáneos. ¿En qué se asemejan y dónde recae la crisis entre la religión y la ciencia? Será tal vez que una avanza aún más rápido que el progreso social y la otra intenta seguir las huellas de un ser humano cada vez más evolucionado, o tal vez que tienen ritmos diferentes, intereses opuestos y valores éticos e históricos muy distantes. A partir del enfrentamiento y de la difícil convivencia entre ciencia y religión, surgen los conflictos, las opiniones opuestas, las perspectivas encontradas y se abre una interminable polémica que mucho tiene por decir, menos por acordar y nada por callar. ¿Qué rol juegan los derechos humanos entre la ciencia y la religión? ¿Existe el respeto entre ambas “disciplinas”? ¿Se puede estar al mismo tiempo a favor de ambos lados? ¿Cuáles son los principales puntos de choque entre la Iglesia y la ciencia? ¿Qué sucederá en un futuro no muy lejano? ¿Qué aprende la religión de la ciencia y viceversa? ¿Las verdades son absolutas o relativas según el cristal con el que se las mire? Se levanta el telón y los protagonistas de una histórica odisea, salen al escenario. Se encienden las luces; Religión y ciencia en lados opuestos de un extenso mar sin orilla. Las horas hacen al tiempo y el tiempo solo modifica valores, presentes y verdades. Es justamente esa hora, la hora exacta. Es hora de descargar una edición digital de la Biblia vía internet… y es hora de tener fe y rezar… por la llegada de un nuevo avance tecnológico a la sociedad. Desarrollo Los avances sociales, políticos, culturales y tecnológicos del siglo XXI, muchas veces escapan a la especulación y la imaginación del ojo humano. Nuevas modalidades que chocan con la moral más ortodoxa de la sociedad y un conjunto de valores éticos y religiosos que no aceptan realidades del mundo actual. Pero ¿De qué manera conviven la religión y la ciencia en nuestra cultura? Uno de los principales puntos de quiebre entre la ciencia y la religión, es la adaptación al cambio y al paso del tiempo. Muchos principios de la Iglesia no se actualizan y perduran exactamente de la misma manera dentro del clero, mientras que fuera del catolicismo, el mundo gira y cambia día tras día, modificando a la sociedad y alejándola cada vez más de los principios estancados de la religión. Existen avances científicos que repercuten en la sociedad provocándole un cambio, y muchas veces las entidades religiosas, no aceptan ese cambio, ese avance. Desde la llegada del hombre a la luna hasta la creación y el uso de anticonceptivos, la ciencia siempre estuvo presente, y la religión jamás aceptó esos avances. La imprenta, Internet y la exploración del universo son realidades presentes en la sociedad como la homosexualidad, los anovulatorios y el aborto, que han generado fuertes debates entre la ciencia y la religión, como se aprecia en este trabajo. La Iglesia ha sabido oponerse a la expansión del hombre (siempre y cuando no significase un interés económico para las entidades religiosas) y la ciencia, sin oír las críticas y los reclamos, avanzó por sobre lo antes imposible. Pero el problema va más allá. El aborto, la homosexualidad, el uso de anticonceptivos, internet, divulgación de información, etc. La Iglesia suele negar y criticar inútilmente estas cuestiones presentes en la sociedad contemporánea. Es decir, es absurdo no aceptar una realidad tan inmensa como la homosexualidad, cuando a fines del 2006, el 17% de la población mundial ya tenía esta inclinación sexual1. El uso de anticonceptivos, previene muchas enfermedades de alta difusión en el mundo… y otras realidades que son necesarias que la Iglesia acepte, porque superan la subjetividad y la opinión, justamente porque son verdades sociales. La ciencia tiene un inagotable e imparable ritmo de avance y crecimiento inescrupuloso sobre la sociedad. Crecer, explorar y crear nuevas necesidades en la sociedad fueron y son principios elementales en la ciencia. Esto ha determinado mucho de los grandes descubrimientos y fuertes invenciones en la historia. Cuando se creó la imprenta, todo el mundo podía acceder al conocimiento, pero la Iglesia criticó este avance, pues ya no podían ocultarle a la gente ciertas escrituras y realidades redactadas en libros “prohibidos”. Esta censura, solo atrasó el avance de la sociedad, pero tras la invención de la imprenta, muchas más personas accedieron a estos datos, escritos y conocimientos. El libro ha sido uno de los dos inventos más importantes y útiles de la historia, según investigaciones actuales. El otro gran invento histórico, por lo que implica su desarrollo y su utilidad, es Internet. El concepto de que el planeta se concentre en una pantalla gracias a una excelente cadena de conexiones mundiales, es un hecho revolucionario y trascendental. Pues la Iglesia también se ha opuesto a este gran avance y a las innovaciones del empresario Bill Gates. Por otro lado, el aborto hoy en día es todo un tema a tratar. Existen opiniones opuestas acerca de la legalización, pero lo cierto es que el aborto es actualmente una realidad y que se realizan miles por año de manera clandestina, lo cual genera un mercado negro y un negocio que no debería existir. En el epicentro de la discusión, participan los derechos de la mujer y naturalmente la Declaración de los Derechos Humanos, pero sin embargo, el debate es amplio y las perspectivas son muy subjetivas. La religión afirma que se atenta contra la vida al realizar un aborto, pero lo que no toma en cuenta es la cantidad de abortos que se generan por año y las condiciones en la que los mismos se realizan. Son desarrollados por personas no idóneas en sitios inapropiados con un costo injustificado. Los avances en la ciencia, así como en la medicina han evolucionado sobre las técnicas para realizar abortos. ¿Es esta operación considerada un avance científico? La correcta realización, evitando riesgos de vida con la técnica precisa es todo un progreso dentro de la ciencia. La legalización del aborto implicaría que médicos expertos realicen estos mismos abortos que ilegalmente se realizan a diario, pero en lugares apropiados, con las herramientas necesarias. Además, adolescentes y mujeres violadas son obligadas por la sociedad a tener hijos sin el consentimiento propio y considero, que eso es de una gravedad inexplicable. Naturalmente los derechos de la mujer y principalmente los derechos humanos, están en este caso entre la religión y la ciencia, y en realidad es la mujer quien debe tomar la decisión, pues es su cuerpo quien entrará en riesgo a la hora de decidir si es correcto, ético y moral, hacerse un aborto. El aborto es un dilema más en el extenso debate entre ciencia y religión, pero vale la pena preguntarse: ¿Cuándo comenzó este enfrentamiento? Una cuestión de principios y fe, han separado al hombre de Dios. La costumbre, la fe, la esperanza, el perdón, la inmovilidad de conceptos y la captación de adeptos han sido siempre denominadores comunes bajo la Iglesia. Por otra parte, el desarrollo, el progreso, lo innovador, lo necesario y el avance (a veces inapropiado), han identificado siempre a los grandes adelantos de la ciencia. Pero la mayor contrariedad, es cuando la iglesia utiliza esos mismos avances o esas mismas realidades que desde su interna se critican rotundamente. Se han publicado varios artículos periodísticos en donde la iglesia se oponía al uso 1 Informe publicado por el Diario “El País”, de España de los celulares y a la globalización que desarrolló Internet y hoy en día, sacerdotes y personas allegadas a la iglesia, utilizan estos medios normalmente. ¿Hasta cuándo la Iglesia se opondrá a estas y otras realidades presentes en la cotidianeidad de la sociedad? De esta forma la religión solo consigue perder adeptos. El porcentaje mundial de personas católicas es menor cada año y esto lo ha provocado el mismo clero. ¿Qué sucederá con el catolicismo en 100 años? Seguramente sus principios seguirán intactos, con muchos menos seguidores y con las mismas irregularidades que hace siglos tiene y que hoy en día mantiene. ¿Qué sucederá con la ciencia dentro de 100 años? Creo que es indescriptible el nivel de avance tecnológico, cultural y social que tendrá el impacto de la ciencia en 100 años. Estos últimos 20 años, la ciencia ha desarrollado innumerables inventos previamente inconcebibles para la humanidad y es imposible imaginar o concebir lo que sucederá. El hombre cada vez se aleja más de la religión, aunque queramos negarlo y es difícil predecir lo que sucederá en el futuro. La venta de la indulgencia, la inquisición, las torturas, la prohibición de la risa, la censura de libros y otras atrocidades aún peores, han sido relacionadas con la Iglesia a lo largo de la historia de la humanidad. La ciencia, si bien ha cometido graves errores, ha creado fuertes avances, muchas veces empleados incorrectamente por el hombre, pero con un reconocido sentimiento de mejorar, avanzar y desarrollar a la sociedad como tal. Una brecha que se hace cada vez mayor entre la ciencia y la religión. Múltiples choques en la historia, actuales enfrentamientos y un futuro y más pronunciado alejamiento que no arroja un buen pronóstico para el catolicismo. Un concepto que queda a criterio abierto, donde por tiempo y espacio, muchos temas han quedado fuera de análisis y que podrán continuarse en una discusión más directa y desarrollada. La sociedad ha crecido y ha evolucionado en función de las grandes revoluciones culturales, económicas, históricas, políticas y bélicas. El mundo ha cambiado luego de una revolución por el impacto que estas generan el mundo. Revolución es avance y no solo la ciencia crea revoluciones. Revolución es motivo de crecimiento, de modificación y de fuerte avance social en todo el planeta. La raza humana ha crecido y ha mutado en base a estas históricas revoluciones que han conseguido liberar pueblos, acercar territorios y conectar y destruir culturas paralelamente. Miles de revoluciones que le han dado identidad y voz a la humanidad. Una pregunta abierta que determina este trabajo: ¿Cuántas revoluciones ha conseguido la ciencia y cuántas las religión en la historia de la humanidad? Conclusión Un diálogo inexistente, el nivel 0 en el indicador de anhelo para llegar a un acuerdo y un entendimiento entre la ciencia y la religión, es la cruda realidad que golpea de cerca a la sociedad. Realidades que no se aceptan, escalas de valores diferentes, progresos individuales, disparidad en sendas cosmovisiones y un fuerte impacto social, son parte del presente en medio de la brecha que divide a la Iglesia de los avances científicos. ¿Es posible que ambas protagonistas de esta novela logren convivir sanamente? Actualmente conviven por obligación, pero a diario chocan por sus respectivos avances y retrocesos. Personalmente entiendo que es imposible aceptar por igual ambas posiciones y cada día más difícil que la tensión amaine y el tiempo modifique las cosas. Un pasado totalmente distinto, dos identidades complementarias con más diferencias que similitudes, y un enfrenamiento inútil. Por un lado la ciencia avanza inescrupulosamente ejerciendo poder de manera maquiavélica para generar nuevos avances y la religión ha perdido adeptos en todo el mundo. A su vez, la llegada a la sociedad de nuevos problemas antes inexistentes, desvían la tensión y generan nuevas preocupaciones de alto riesgo. La globalización, la violencia, la inseguridad y la inestabilidad política mundial, son parte de estas nuevas preocupaciones, que instalan innovadoras sensaciones populares. ¿A dónde se dirige la ciencia y a donde la religión? Creo que no hay destinos marcados y mucho menos un objetivo unidireccional. ¿El avance trae entonces a veces retrocesos también? Puede ser, pero el paso del tiempo determina la importancia de ese avance. ¿Qué solucionaría los problemas de convivencia entre la Iglesia y la ciencia? No considero que exista una respuesta exacta que determine una solución. Lo cierto es que el tiempo pasa indefectiblemente, las distancias crecen, la sociedad resulta ser una víctima en potencia y los intereses personales se imponen e impiden un lógico entendimiento. Aquí se cierra el telón de una nueva función de debate entre los protagonistas de una historia interminable. Ciencia y religión en direcciones opuestas del escenario de una obra imposible de concluir. Porque el debate continúa, porque las diferencias se acentúan y porque el progreso no es mutuo. Las luces bajan, en el público muchos aplauden… y otros abuchean. Pero un silencio compartido, segundos antes de que finalice el debate, marca la única similitud entre la Iglesia y la ciencia. El silencio y el ocultar verdades parciales es un claro denominador común. Con el silencio que calla dolor, el silencio que grita ante la sed de información y el silencio conveniente, se esconde la respuesta a la conciliación entre ciencia y religión. El silencio predominante ante una oración que con fe se hace oír, el silencio intermitente de un mensaje de texto que se envía a toda velocidad, y al fin algo en común: un silencio que se hace oír o que quizá ya nada tenga por decir. Bibliografía: - Artigas, M. “Ciencia, razón y fe”, 5º edición, Madrid, Palabra, 1992, capítulos 2 y 3 - Lindberg, D. C, “Los inicios de la ciencia occidental”, Barcelona, Paidós, 2002 -Robins Marco, “Patologías y evoluciones sociales”, 6º edición, México, Mc Graw Hell, diciembre de 2000, páginas 362-389 - www.derechoalaborto.org.ar - www.derechos.org/ddhh/mujer - www.elpais.es - www.unesco.org/courier/2001_05/sp/doss23.htm - www.wikipedia.org