P REVENCION DE LA INFERTILIDAD: FERTILIDAD Y EDAD Las mujeres nacen con un número determinado de óvulos, y estos no solo no aumentan sino que disminuyen a lo largo de la vida. Durante el embarazo de la madre de cada una de nosotras, entre la 5ta y 6ta semana de embarazo (un mes – mes y medio de atraso menstrual) aparecen en estructuras fuera del embrión, unas células llamadas “germinales” que migrarán hasta el interior del mismo y estimularán la formación de ovario en el embrión XX y testículo en el embrión XY. Para el 4to mes de embarazo el ovario empezara a tener sus características típicas y las células germinales se organizaran de manera de formar “folículos primordiales” que serán los que, a través de varios estadios madurativos, producirán, desde la primera menstruación o “menarca”, un “óvulo” fértil en cada ciclo menstrual. El número de folículos primordiales aumenta enormemente durante el desarrollo embrionario, siendo este máximo alrededor del 6to mes, en el que llega a ser de 6-7 millones; al momento del nacimiento la beba ya cuenta con solo alrededor de 1-2 millones de óvulos en sus ovarios; al momento de desarrollarse (menarca) serán aproximadamente 400.000 y cuando le quedan menos de 1000 estará a las puertas de la menopausia. ¿Y por que disminuye el número de esa manera? Por factores intra-ováricos, que hacen que durante la vida intrauterina muchos óvulos inmaduros se pierdan en el camino al desarrollo total, por cuestiones genéticas que no sólo determinaran cuántos tendrá en su mejor momento sino el ritmo al que desaparecerán, y porque en cada ciclo luego de la menarca no es uno sólo que se pone en maduración sino varios, pero uno es el que llega al estadio adecuado para ser ovulado, o sea listo para ser fertilizado y tener el potencial para generar un embarazo. Los factores ambientales también afectan la fertilidad, principalmente los tóxicos como el tabaco que afectan la llegada de sangre al ovario dañando así a éste y a los óvulos. Los pesticidas, algunos químicos utilizados en la industria, drogas, calor excesivo también pueden potencialmente afectar la fertilidad. Se ha descripto que las fumadoras tardan más en embarazarse, tienen bebes más pequeños y experimentan su menopausia mas tempranamente. Entonces, la fertilidad de la mujer está en descenso desde que inicia su vida. La época de máximo potencial reproductivo son los 20-25 años y de allí en más, irá disminuyendo paulatinamente. Alrededor de los 30-35 años se produce un descenso más marcado, a los 40 un quiebre muy notorio de la fertilidad, y se considera (si, siempre hay excepciones…) que después de los 43 años una mujer ha perdido su capacidad reproductiva. Estos fenómenos biológicos nada tienen que ver ni se correlacionan con los cambios en la vida de las mujeres en nuestra sociedad actual. Hace unos cuantos años, las mujeres tenían (en general, según donde les hubiera tocado en suerte nacer y vivir) como primer objetivo casarse y tener hijos. Un modelo que ha perdido bastante vigencia en algunas sociedades. Las mujeres de las últimas décadas han ingresado en la sociedad de lleno, estudiando, trabajando a la par del varón, compitiendo en el mercado profesional y laboral, queriendo satisfacer muchos deseos y gustos (viajar, vivir experiencias diversas, conocer otras civilizaciones, tener el mejor puesto en su trabajo, lograr el mejor cargo o sueldo, un titulo extra, casa, auto propios, ayudar a su familia..) y esto implica tiempo. Años. Pero el ovario no entiende estos deseos. No los acompaña. Y allí es donde se genera el conflicto de la biología frente al desarrollo personal. enfermedades que hayan requerido tratamientos que destruyeron precozmente los propios (quimioterapia por cáncer, radioterapia, cirugías). Estos óvulos son utilizados en un procedimiento de “fertilización in vitro” y una vez generados los pre-embriones se colocan dentro del útero de la receptora, o sea quien desea el embarazo. En el 40-45% de los casos este procedimiento da lugar a un embarazo normal y evolutivo. Pero… ¿entonces una mujer no puede hacer todo lo que quiere antes de tener hijos, que obviamente van a modificar todas estas ambiciones? La respuesta no es simple. Según los años que espere, va a tener dificultades para lograr embarazarse. Y si luego desea tener más de un hijo y que estos no sean uno al año del otro, encontrará seguramente más dificultades. Además, parecería que “armar pareja” ya no es tan fácil, al menos una pareja estable con proyecto de convertirse en familia. La mujer se ve en una encrucijada entre sus deseos más “primitivos” de ser mama y armar una familia y los más “modernos” de ser profesional e independiente. En los últimos años, sin embargo, la Medicina Reproductiva ha hecho avances revolucionarios, que podrían permitir a la mujer decidir cuándo va a tener sus hijos. Lo primero que surgió más como paliativo que como terapéutica, fue la ovodonación. Esto es: una mujer joven, menor de 30 años, sana, en lo posible ya con hijos (lo que demuestra su salud reproductiva) dona o cede óvulos a una mujer que ya no tiene óvulos sanos y fértiles. Esto puede haber ocurrido por haber esperado mucho o por Optar por la ovodonación es la única posibilidad para quienes han perdido sus ovarios o sus óvulos, o para mujeres que experimentan “menopausia temprana” (antes de los 40 años) o “precoz” (antes de los 30 años), cosa que puede ocurrir por alteraciones genéticas (carga familiar) o enfermedades que dañen a los ovarios. Si una mujer va a optar por la ovodonación es importante que ya sea sola o con ayuda profesional (psicólogos/as dedicados a fertilidad) revise cómo la afectará el hecho de resignar la biología del hijo, que los genes femeninos que tendrá no sean de ella. La más importante novedad es la posibilidad de “criopreservar” óvulos propios para “maternidad diferida” Esto es: una mujer cree que no va a buscar embarazo prontamente, pero no quiere perder sus posibilidades de lograrlo más adelante. Entonces decide conservar sus óvulos “vitrificados” (técnica especial de congelamiento que da excelentes resultados de embarazo al recuperarse los óvulos muy bien luego de la descongelación) para cuando lo decida, poder tener hijos con quien haya decidido será el padre. Para lograr esto, realizará un tratamiento de fertilización in vitro a medias. Recibirá la estimulación ovárica hormonal para que sus ovarios pongan a madurar varios óvulos, no solo uno, y éstos se le aspirarán en el momento adecuado mediante un procedimiento mínimamente invasivo, indoloro (solo una aguja en la vena para pasar medicamentos) por vía transvaginal (como si fuera una ecografía transvaginal). Los óvulos se seleccionarán según su grado de madurez (aquellos en condiciones de ser fertilizados) y mediante la técnica de “vitrificación” se convertirán en “gotas de vidrio” que se guardan en nitrógeno líquido. De esta manera, cuando haya llegado su momento podrá acudir al centro donde se conservan de la mano del profesional con el que realizó la primera parte del tratamiento y completará el proceso fertilizando los óvulos desvitrificados con los espermatozoides de su compañero, y transfiriendo los pre-embriones al útero. Este tratamiento dará mejores resultados cuanto más joven sea la mujer al realizarlo. De ninguna manera es lo mismo hacerlo a los 30 años que a los 39. Puede hacerse, porque es casi imposible que la mujer calcule cuándo será el momento de guardar los óvulos y de todas maneras es la única manera de “detener” el tiempo para los óvulos, pero probablemente no tenga los mejores resultados, pero según sus planes de vida puede planearlo de antemano. Creo que lo más importante a transmitirles es que la biología no sigue a los cambios de nuestra sociedad. No respeta las mejoras (¿siempre son mejoras?) en las expectativas de realización de la mujer. El ovario seguirá su proceso inexorable de pérdida de capacidad reproductiva y esto es inevitable. Aunque la mujer quiera llegar muy lejos en sus potencialidades, si deja para muy adelante la maternidad puede encontrarse con dificultades en ese futuro. Es bueno poder decidir qué hacer con la vida, pero es mejor decidir con toda la información posible en nuestras manos. Los mensajes sobre lo maravilloso de “los cuarentas” o cómo ha mejorado el estado de salud de la mujer al acercarse a la menopausia son reales. Pero los mensajes no le recuerdan a estas maravillosas y activas mujeres que la biología es “chapada a la antigua” y que no respeta estos cambios tan fuertes en la costumbres. No lo incluyen en los mensajes. Y muchas mujeres se enteran de que sus ovarios están mayores el día en que deciden tener familia y consultan teniendo 38, 39 o 40 años La biología planea otras cosas. Se quedo en los “treinta”, en la época de casarse joven, casi en los veinte, tener hijos y luego seguir adelante. Quizás si planeamos con tiempo podremos realizar esto cuando queramos, pero sólo si lo planeamos antes. No es fácil como desafío. ¿Planeamos nuestras vidas hasta este punto? ¿Confiamos en que las cosas saldrán bien? ¿Vivimos como vayan viniendo las cosas? ¿Veremos más adelante? ¿La ciencia seguramente creará algo para resolver el problema? No tengo todas las respuestas… Podemos conversar opciones… Dra. Claudia Rodari Especialista en Ginecología, Medicina Reproductiva y Endocrinología Ginecológica