Página | 1 PROGRAMA NACIONAL DE EQUIDAD LABORAL CON ENFOQUE DIFERENCIAL DE GÉNERO Contenido del documento Introducción ....................................................................................................................................................... 2 Marco normativo aplicable ............................................................................................................................... 4 Marco normativo internacional ..................................................................................................................... 4 Marco normativo nacional ............................................................................................................................ 8 Marco teórico aplicable................................................................................................................................... 20 Mujeres como motor del desarrollo económico y social .......................................................................... 21 Reasignación de roles sociales como medida para lograr la equidad laboral de las mujeres ............. 23 Desempleo en la mujer ............................................................................................................................... 25 Brechas salariales por razones de género ............................................................................................... 27 Informalidad concentrada en la Mujer ....................................................................................................... 30 Indicadores de goce efectivo de derechos ................................................................................................... 33 Matriz del Programa Nacional de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial de Género....................... 338 Bogotá D.C., 10 de diciembre 2013 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 2 Introducción En el marco de las funciones que la Ley 1257 de 2008 1 y el Decreto Reglamentario 4463 de 20112 le asignaron al Ministerio del Trabajo, este diseñó el Programa Nacional de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial de Género durante el primer semestre de 2012. Este Programa se constituye en el plan de acción del Ministerio para la prevención y erradicación de todas las formas de discriminación, inequidad y violencia contra las mujeres en su lugar de trabajo y la promoción de su participación en el mercado laboral, entendiendo que cualquier política que se construya para mejorar la empleabilidad y la generación de ingresos auto-sostenibles de las mujeres, representa capacidades instaladas para el desarrollo económico y social del país. De esta manera, se busca una intervención con enfoque diferencial de género a través de la transversalidad e integralidad del programa. Esto con el fin de fomentar el desarrollo, generar empleo formal y emprendimiento e incentivar los derechos humanos y laborales de las mujeres. En ese sentido, se trabaja en pro de un mercado laboral sin discriminaciones e inequidades por razones de género propendiendo por el goce efectivo de los derechos de la mujer colombiana. Sin embargo, los beneficios de la igualdad de derechos y oportunidades en el campo laboral trascienden el ámbito social y de autonomía individual, siendo la equidad laboral un eje indispensable para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. En este sentido, durante el IV foro de alto nivel para el desarrollo, realizado en Busán, Corea del Sur a finales de 2011, se estableció como meta “acelerar los esfuerzos para lograr la equidad de género y el empoderamiento de la mujer, mediante programas en países prioritarios, reconociendo que la equidad de género y el empoderamiento de la mujer son elementos críticos para alcanzar resultados en el desarrollo” 3. Gracias a esto, reducir la inequidad de género es tanto un fin como un medio para el desarrollo sostenible e incluyente del país. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, el Ministerio del Trabajo entiende por género la concepción cultural y social que se tiene sobre los rasgos, comportamientos y 1 Colombia, Congreso de la República. Ley 1257 de 2008. Artículo noveno y décimo Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo tercero 3 4th High Level Forum on Aid Effectiveness. Busan Partneship for Effective Development Co-operation. Final outcome document.. 29 Nov-1 Dec, 2011, Busan, Korea. 2 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 3 valores generales del hombre y la mujer a partir de su sexo4. Es decir, los roles sociales que asumen los individuos a partir de sus características biológicas. Teniendo en cuenta que el género es, por ende, un construcción social de gran importancia para la identidad y el rol de cada individuo, el Programa Nacional de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial de Género para Mujeres busca modificar la concepción que tiene la sociedad colombiana sobre la mujer hacia una concepción más justa y digna en la que se valore y reconozca la importancia del género femenino como motor de desarrollo. Ahora bien, en cumplimiento de los Objetivos del Milenio5, prioritarios para lograr un desarrollo justo y equitativo, el Ministerio del Trabajo se propone generar un escenario que permita el alcance de un mercado laboral incluyente de acuerdo a las obligaciones y definiciones descritas. De esta manera, tiene como objetivo estratégico impulsar la igualdad y la no discriminación por razones de género en el ámbito laboral y potenciar mayores oportunidades laborales para las mujeres para su bienestar y desarrollo. Lo anterior, mediante el diseño, implementación, validación y transferencia de herramientas que propendan por la igualdad y equidad entre hombres y mujeres. Para ello se estipulan cuatro líneas de acción: 1. Prevenir las discriminaciones e inequidades en el ámbito laboral por razones de género, en el acceso a empleos permanentes, remuneración, protección, asensos y puestos de dirección, conciliación y prevención del acoso sexual a partir del cumplimiento de la ley y los derechos laborales. 2. Reducir las brechas de desempleo por razones de sexo y la segregación laboral de género. 3. Reducir la informalidad concentrada en las mujeres. 4. Promover y fortalecer el diálogo social y generar mecanismos de vigilancia, control y seguimiento a indicadores de brechas de género en el mercado laboral. Cada uno de los anteriores cuenta con acciones específicas que lleven al cumplimiento de las metas propuestas a largo plazo. Se establecieron indicadores de estructura, proceso y 4 PNUD; Consejería Presidencial de Colombia para la Equidad de la Mujer. Investigaciones sobre género y desarrollo en Colombia. [documento en línea] [consultado el día 14 de julio de 2012] Disponible en: < http://www.pnud.org.co/img_upload/9056f18133669868e1cc381983d50faa/01_64.pdf> 5 El primer Objetivo del Milenio es “Erradicar la Pobreza Extrema y el Hambre”, buscado generar empleo productivo y trabajo decente para todos, incluyendo mujeres y jóvenes. En esa misma línea, el tercer objetivo busca, “Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer”, teniendo en cuenta que su autonomía es un elemento esencial para garantizar el pleno goce de sus derechos fundamentales. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 4 resultado los cuales tendrán una periodicidad anual, para el adecuado monitoreo de dichas acciones y la vigilancia del cumplimiento del Programa. Adicionalmente, dada la diversidad de temas abarcados dentro del Programa, y teniendo en cuenta su naturaleza transversal tanto en el Viceministerio de Empleo y Pensiones como en el Viceministerio de Relaciones Laborales, su implementación se hará en distintas fases, determinadas por los cronogramas internos de las Direcciones del Ministerio del Trabajo, las agendas interinstitucionales, y las prioridades de política. En una primera sección de éste documento, se describe el marco normativo nacional e internacional que soporta el Programa de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial de Género. En la segunda sección se expone el sustento teórico de los lineamientos del Programa. Posteriormente se describe la metodología de construcción del Programa haciendo énfasis en los tipos de indicadores utilizados para su evaluación y seguimiento. Finalmente, se adjunta la matriz en donde se describen de manera específica los lineamientos, acciones, responsables, indicadores y metas asociados a cada objetivo específico. Es importante mencionar que dicha matriz, a partir de las obligaciones contenidas en el artículo segundo y tercero del Decreto 4463 de 2011, fue socializada con el fin de recoger insumos provenientes de todos los actores del sistema, para así crear una política de generación de empleo eficaz a largo plazo que cumpla con las expectativas de la Ley 1257 de 2008, el decreto mencionado, la jurisprudencia y los demás instrumentos nacionales e internacionales aplicables. Marco normativo aplicable Marco normativo internacional Teniendo en cuenta cómo el concepto de “violencia contra la mujer” abarca el menoscabo o la anulación de su derecho a acceder a condiciones justas y favorables en materia de empleo (recomendación general número 19.7.h del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y consideración primera del Decreto Nacional 4463, entre otros instrumentos), el Estado está en la obligación de prevenir, sancionar y erradicar todas las prácticas que promuevan o reflejen un trato desigual e injustificado entre hombres y mujeres en materia laboral, pues estos van en grave detrimento de su bienestar y el de sus hijos cuando esta se encuentra en estado de embarazo. Así lo señala la Declaración Universal de los derechos Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 5 humanos de las Naciones Unidas6, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (aprobado por la Ley 74 de 1968)7, el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre derechos humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales de 1988 (aprobado por la Ley 319 de 1996)8, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (aprobada mediante la Ley 248 de 1995)9, la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (aprobada mediante la Ley 51 de 1981)10, la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de 1995, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (adoptada el 31 de octubre de 2000), el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (aprobada mediante Ley 800 de 2003) 11, el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (aprobado mediante la Ley 984 de 2005)12, los Convenios 100 y 111 de la Organización Internacional del Trabajo (adoptados en 1951 y 1958 y ratificados el 7 de junio de 1963 y el 4 de marzo de 1969 respectivamente) y los Objetivos de Desarrollo del Milenio elaborados por las Naciones Unidas (integrados al CONPES Social 091 de 2005), entre otros. Por ejemplo, de acuerdo con el artículo vigésimo tercero de la Declaración Universal de los derechos humanos de las Naciones Unidas, toda persona, sin distinción de sexo, tiene derecho a trabajar y a recibir, como contraprestación, “a igual salario por trabajo igual”13. Del mismo modo, el artículo séptimo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales –DESCs-, establece que toda persona tiene derecho “al goce de condiciones de 6 Naciones Unidas. Declaración Universal de los derechos humanos, artículo 23 y 25. Ley 74 de 1968. “Por la cual se aprueban los ´Pactos Internacionales de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de Derechos Civiles y Políticos, así como el Protocolo Facultativo de este último, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en votación unánime, en Nueva York, el 16 de diciembre de 1966”. 8 Ley 319 de 1996. “Por medio de la cual se aprueba el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales “Protocolo de San Salvador”, suscrito en San Salvador el 17 de noviembre de 1998”. 9 Ley 248 de 1995. “Por medio de la cual se aprueba la Convención Internacional para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, suscrita en la ciudad de Belem Do Para, Brasil, el 9 de junio de 1994”. 10 Ley 51 de 1981. “Por medio de la cual se aprueba la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer”, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979 y firmada en Copenhague el 17 de julio de 1980. 11 Ley 800 de 2003. “Por medio de la cual se aprueban la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional”. 12 Ley 984 de 2005. “Por medio de la cual se aprueba el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer”, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 6 de octubre de 1999. 13 Naciones Unidas. Declaración Universal de los derechos humanos, artículo 23 7 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 6 trabajo equitativas y satisfactorias” 14. Gracias a esto, está internacionalmente prohibido hacer diferenciación entre hombres y mujeres en el disfrute de sus derechos económicos, sociales y culturales15; categoría en la cual suele encasillarse el derecho al trabajo sin perjuicio de que este, como se verá más adelante, sea considerado un derecho fundamental en el Estado colombiano. En un sentido similar, el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre derechos humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales, que clasifica al trabajo como un DESC, establece que es un deber de los países firmantes proteger tales derechos a toda la población “sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social” 16. Más particularmente, dicho instrumento instruye a los Estados a “adoptar las medidas que garanticen plena efectividad al derecho al trabajo, en especial las referidas al logro del pleno empleo, a la orientación vocacional y al desarrollo de proyectos de capacitación técnico-profesional (...)”17. Por su parte, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, le ordenan al Estado luchar contra este fenómeno en todos los campos donde se presente, incluyendo el laboral, a través de unas acciones generales. Mediante el artículo octavo y noveno se le exige a los países firmantes “incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso”18; “Fomentar el conocimiento y la observancia del derecho de la mujer a una vida libre de violencia, y el derecho de la mujer a que se respeten y protejan sus derechos humanos”19; “fomentar y apoyar programas de educación gubernamentales y del sector privado destinados a concientizar al público sobre los problemas relacionados con la violencia contra la mujer”20; “Alentar a los medios de comunicación a elaborar directrices adecuadas de difusión que contribuyan a erradicar la violencia contra la mujer en todas sus formas y a realzar el respeto a la dignidad de la 14 Naciones Unidas. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Artículo séptimo. Naciones Unidas. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Artículo tercero. 16 OEA. Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre derechos humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales, Artículo tercero 17 OEA. Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre derechos humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales, Artículo sexto 18 OEA. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Artículo séptimo, literal (c). 19 OEA. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Artículo octavo, literal (a) 20 OEA. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Artículo octavo, literal (e) 15 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 7 mujer”21, y “Garantizar la investigación y recopilación de estadísticas y demás información pertinente sobre las causas, consecuencias y frecuencia de la violencia contra la mujer” 22. De la mano con lo anterior, pero de una forma más general, la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer le ordena mediante su artículo segundo al Estado colombiano adoptar “por todos los medios apropiados y sin dilaciones, una política encaminada a eliminar la discriminación contra la mujer y tomar todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer practicada por cualesquiera personas, organizaciones o empresas”23. La Organización Internacional del Trabajo -OIT-, por su parte, le exige al Estado tomar acciones para promover la igualdad, erradicar la discriminación y luchar contra las brechas salariales entre hombres y mujeres. Así lo ha descrito la Corte Constitucional al señalar que dicha organización “insta a los Estados Parte a crear mecanismos que otorguen las herramientas necesarias para procurar la igualdad real y efectiva de las mujeres en edad fértil, igualdad ésta que para conseguirse requiere de la implantación de acciones afirmativas”24.De estado forma, mediante el Convenio 100 de 1951, la OIT le ordena a Colombia “promover la evaluación objetiva del empleo”25 y “promover y (…) garantizar la aplicación a todos los trabajadores del principio de igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor”26 (paréntesis fuera del texto). Por otro lado, mediante el Convenio 111 de 1964, se le ordena al Estado “formular y llevar a cabo una política nacional que promueva, por métodos adecuados a las condiciones y a la práctica nacionales, la igualdad de oportunidades y de trato en materia de empleo y ocupación, con objeto de eliminar cualquier discriminación a este respecto” 27 y “promulgar leyes y promover programas educativos que por su índole puedan garantizar la aceptación y cumplimiento de esa política”28. Mediante el Convenio 003 de 1919, el Convenio 103 de 1952, el Convenio 183 de 2000, la Recomendación 095 de 1952 y la Recomendación 191 de 2000, la OIT construye un fuero de maternidad a favor de la trabajadora en estado de embarazo, estipula unos estándares mínimos sobre su licencia de maternidad y lactancia, determina a qué asistencia médica y a 21 OEA. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Artículo octavo, literal (g) 22 OEA. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Artículo octavo, literal (h) 23 Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. Artículo segundo literal (e) 24 COLOMBIA, Corte Constitucional. Sentencia T-160 de 2006 25 OIT. Convenio 100 de 1951. Artículo tercero 26 OIT. Convenio 100 de 1951. Artículo segundo 27 OIT. Convenio 111 de 1964. Artículo segundo 28 OIT. Convenio 111 de 1964. Artículo tercero literal (b) Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 8 qué prestaciones tiene derecho antes, durante y después del parto y establece cuáles son los deberes del empleador a este respecto. Así, por ejemplo, mediante el Convenio 183 de 2000 la OIT, en aras de erradicar la discriminación contra la mujer en su lugar de trabajo, se prohibe a todo empleador despedir a una mujer embarazada durante el tiempo que dure la licencia o después de haberse reintegrado al trabajo cuando la causa del despido esté relacionada con su maternidad29. De esta forma, se obliga a los Estados a “adoptar medidas apropiadas para garantizar que la maternidad no constituya una causa de discriminación en el empleo, con inclusión del acceso al empleo”30 Por último, la tercera directriz de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas insta a Colombia a “promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer”31. Meta que, por supuesto, cubre diversos campos incluyendo el laboral. La gran y casi absoluta mayoría de las anteriores resoluciones y tratados le imponen al Estado obligaciones vinculantes de respeto, protección y garantía al ser fuentes principales del Derecho Internacional Público a la luz del artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia y al ser tratados de derechos humanos integrados al Bloque de Constitucionalidad pues desarrollan el derecho fundamental al trabajo cuyo goce no puede ser limitado en Estados de Excepción de acuerdo al artículo 93 de la Constitución de 1991 32. En este sentido, el Estado debe abstenerse de incurrir en prácticas discriminatorias y violentas contra la mujer en el campo laboral, entre muchos otros. Así mismo, debe tomar todas las medidas necesarias para evitar que los particulares incurran, por su parte, en dichas prácticas. Finalmente, es su obligación emprender todas las acciones que le sean posibles para prevenir, erradicar y sancionar la discriminación y la violencia contra la mujer buscando garantizar el goce efectivo de su derecho a acceder a un trabajo en condiciones de igualdad, entre otros. Marco normativo nacional Además de contar con rango constitucional en virtud del artículo 93 superior, varias de las normas consagradas en los tratados internacionales referidos encuentran eco en otras 29 OIT. Convenio 183 de 2000. Artículo octavo OIT. Convenio 183 de 2000. Artículo noveno 31 Naciones Unidas. Objetivos de Desarrollo del Milenio. Objetivo tercero 32 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia C-027 de 1993, Sentencia T-483 de 1999, Sentencia T-568 de 1999, y Sentencia C-067 de 2003, entre otras. 30 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 9 disposiciones de la carta política. Así, por ejemplo, el artículo 13 establece el derecho fundamental a la igualdad prohibiendo cualquier tipo de discriminación por sexo, entre otros factores, y comisionando al Estado a velar en favor de una igualdad real y efectiva. Por otro lado, se encuentra el artículo 25 mediante el cual se establece el derecho fundamental al trabajo al ser este “principio rector del Estado social de derecho y (...) objetivo primordial de la organización política”33. Dicho derecho implica una cooperación entre el individuo y el Estado para su mutua supervivencia34. Adicionalmente, le impone al trabajador, además de beneficios, obligaciones relativas a dicho derecho: trabajar responsablemente 35 con el ánimo de garantizar su propia supervivencia y la de aquellos que dependen de su trabajo y contribuirle a la sociedad con su labor. Finalmente, siendo de carácter fundamental, el derecho al trabajo puede ser reclamado mediante la acción de tutela en ciertas condiciones establecidas por la ley36 y la jurisprudencia37. El Estado, por su parte y en virtud del artículo 334 de la Constitución, tiene la obligación de intervenir en la Economía con el ánimo de dar pleno empleo a los recursos humanos y asegurar, de manera progresiva, que todas las personas tengan acceso efectivo al conjunto de bienes y servicios básicos 38. Dicha obligación, a la luz del artículo 43 y 53 superior, debe incluir una protección especial a la mujer para evitar cualquier discriminación en contra suya y debe, además, ofrecer un trato especial cuando esta esté en estado de embarazo o lactancia. De esta forma, el Estado debe garantizar el goce efectivo del derecho al trabajo con un enfoque de género al menos, en su núcleo esencial: salario igual a trabajo igual, salario proporcional a la labor ejecutada, salario mínimo, estabilidad en el lugar de trabajo, irrenunciabilidad a los derechos laborales y prestaciones, acceso a seguridad social, acceso a servicios de capacitación y adiestramiento, descansos proporcionales, pago oportuno e interpretación favorable al trabajador de las normas laborales en caso de duda39. Los particulares, por su parte, están obligados a prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer en virtud del principio de solidaridad y a colaborar, en la medida de lo posible, al goce efectivo del derecho al trabajo en igualdad de oportunidades. De acuerdo con la Corte Constitucional, “todos los derechos fundamentales, deben también ser resguardados por los particulares, y se convierten por ello en su responsabilidad constitucional (…) (pues) la protección a la persona humana se concreta frente a los actos u omisiones tanto del estado 33 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-611 de 2001 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia C-575 de 1992 35 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-482 de 1993 36 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 2591 de 1991 37 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-611 de 2001 y Sentencia T-447 de 2008, entre otras 38 Colombia. Constitución Política de 1991. Artículo 334, inciso segundo 39 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-611 de 2001 34 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 10 como de los particulares”40 (paréntesis fuera del texto). Siendo el Estado y los particulares responsables de proteger los derechos fundamentales, es necesaria “una cooperación y un apoyo mutuo entre las personas y los grupos sociales”41 con el fin de garantizar el goce efectivo de dichos derechos. Adicionalmente, el Código Sustantivo del Trabajo regula directa e indirectamente los derechos al trabajo de la población femenina en sus artículos 10, 143, 238, 239, 240, 241y 267. En ellos se consagra la igualdad entre trabajadores y trabajadoras, se reafirma que no puede haber diferencias salariales por razones de género, se establecen los descansos y demás beneficios a los que tiene derecho la mujer durante los tres meses posteriores al parto y durante su periodo de lactancia, la estabilidad reforzada de la que es acreedora durante su embarazo y los tratamientos preferenciales de los que debe ser objeto cuando se encuentra cerca a su pensión42. Con respecto a la discriminación laboral contra la mujer, con los años, la legislación colombiana ha venido promulgando leyes inspiradas en la normativa internacional, en la Constitución y en el Código Sustantivo del Trabajo que buscan prevenir, sancionar y erradicar cualquier tipo de discriminación, inequidad y violencia hacia las mujeres en su lugar de trabajo, así como también, reconocer la importancia de la participación femenina en el mercado laboral y por ende, la necesidad de brindar y garantizar su trabajo en condiciones dignas y justas. Con el fin de proteger a la mujer campesina o rural y partiendo de una definición amplia de esta y de la actividad rural, la Ley 731 de 2002 intenta mejorar sus condiciones de vida y acelerar la equidad entre hombres y mujeres priorizando en aquellas de menores recursos 43. En materia de empleo, la Ley le ordena al Gobierno Nacional y, más particularmente, al Ministro del Trabajo “vigilar el cumplimiento de la legislación que establece igualdad de condiciones laborales, con especial cuidado a que se haga efectivo el principio de igual remuneración para trabajo igual en el sector rural, con el fin de eliminar las inequidades que al respecto se presentan entre hombres y mujeres rurales”44. Acto seguido le comisiona la tarea de crear instrumentos y mecanismos capaces de asegurar la efectiva y oportuna reclamación del derecho al trabajo en igualdad de condiciones por parte de las mujeres rurales. 40 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-458 de 2009 COLOMBIA, Corte Constitucional. Sentencia T-120 de 2011 42 Código Sustantivo del Trabajo. Artículos 10, 143, 238, 239, 240, 241 y 267. 43 Colombia. Congreso de la República. Ley 731 de 2002. Artículo primero 44 Colombia. Congreso de la República. Ley 731 de 2002. Artículo vigésimo noveno 41 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 11 Seguidamente, la Ley 823 de 2003, modificada por la Ley 1496 de 2011, establece el marco institucional y orienta las políticas y acciones por parte del Gobierno para garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en los ámbitos públicos y privados45. A través suyo se instruye al Gobierno a promover y garantizar el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres y el desarrollo de su personalidad, aptitudes y capacidades para participar activamente en todos los campos de la vida nacional y en el progreso de la Nación46. Dicho instrumento ordena la eliminación de “cualquier tipo de distinción por razón de carácter intelectual o material de la labor, su forma o retribución, el género o sexo salvo las excepciones establecidas por la Ley”47. Puntualiza afirmando cómo no pueden establecerse diferencias al momento de definir el salario por motivos de género o sexo pues, de acuerdo con el principio “salario igual a trabajo igual”, las situaciones similares deben ser tratadas de manera similar. De esta forma, se le orden al Gobierno erradicar todos los obstáculos que impidan tal goce efectivo y le solicita incorporar a todas las instancias y actuaciones del Estado en todos los niveles y parajes las políticas y acciones de equidad de género e igualdad de oportunidades. Finalmente, la Ley 823 instruye al Gobierno a promover y fortalecer el acceso de las mujeres al trabajo urbano y rural y a la generación de ingresos en condiciones de igualdad mediante acciones y programas para la no discriminación, la formación y la capacitación laboral y a través de la divulgación, información y sensibilización a la sociedad sobre los derechos laborales y económicos de las mujeres y sus mecanismos de protección 48, entre otros. Por su parte, la Ley 931 de 2004 protege el derecho al trabajo en condiciones iguales y más específicamente, en situaciones donde la edad se constituya como factor de discriminación. Así, se prohíbe que las convocatorias públicas o privadas contemplen limitantes de edad o sexo, entre otros49. Las personas naturales o jurídicas que violen tal disposición serán sancionadas con multas por parte del Ministerio de la Protección Social (hoy Ministerio del Trabajo)50. Dos años después, la Ley 1009 de 2006 creó el Observatorio de Asuntos de Género adscrito a la Presidencia de la República con el ánimo de investigar, documentar, sistematizar, analizar y generar información sobre la situación de las mujeres y la equidad de género en Colombia, divulgar a nivel internacional, nacional y territorial la información descrita, contribuir al 45 Colombia, Congreso de la República. Ley 823 de 2003. Artículo primero Colombia, Congreso de la República. Ley 823 de 2003. Artículo tercero 47 Colombia, Congreso de la República. Ley 1496 de 2011. Artículo segundo 48 Colombia, Congreso de la República. Ley 823 de 2003. Artículo quinto 49 Colombia, Congreso de la República. Ley 931 de 2004, artículo tercero 50 Colombia, Congreso de la República. Ley 931 de 2004, artículo cuarto 46 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 12 fortalecimiento institucional de la equidad de género y formular recomendaciones en materia de políticas, planes, programas, proyectos y normas, que contribuyan a cerrar las brechas de equidad de género en el país51. Dichas labores encomendadas al Observatorio, por disposición expresa de la Ley, deben hacerse con la ayuda de la cooperación internacional y con la colaboración de las diferentes entidades nacionales, departamentales, distritales y municipales que maneje información al respecto 52. Teniendo en cuenta la necesidad de proteger y defender los derechos fundamentales de la mujer en su lugar de trabajo, mediante la promulgación de la Ley 1010 de 2006 se definen las conductas que se constituyen como acoso laboral contra las mujeres y se establecen los mecanismos y las sanciones cuando haya lugar. De esta forma la Ley define, previene, corrige y sanciona las diversas formas de agresión, maltrato, vejámenes, trato desconsiderado y ofensivo y, en general, todo ultraje a la dignidad de los y las trabajadoras del sector privado y público. Buscando combatir el fenómeno conocido como “acoso laboral”, la Ley prohíbe de manera explícita la discriminación53, entendiendo por esta “todo trato diferenciado por razones de raza, género, origen familiar o nacional, credo religioso, preferencia política o situación social o que carezca de toda razonabilidad desde el punto de vista laboral”54. Sin ofrecer una lista taxativa de las conductas que constituyen acoso, dicho instrumento establece los procedimientos aplicables, las sanciones correspondientes, las garantías para los denunciantes y las consecuencias de la temeridad en la presentación de quejas sin fundamento55, entre otros aspectos. Adicionalmente, la Ley 82 de 1993, modificada por la Ley 1232 de 2008, establece la protección especial a la mujer cabeza de familia. Bajo la disposición consagrada en su artículo segundo, el Gobierno Nacional adquirió la obligación de establecer “mecanismos eficaces para dar protección especial a la mujer cabeza de familia, promoviendo el fortalecimiento de sus derechos económicos, sociales y culturales, procurando establecer condiciones de vida dignas, promoviendo la equidad y la participación social con el propósito de ampliar la cobertura de atención en salud y salud sexual y reproductiva” 56. Igualmente, se le comisionó a la administración central la tarea de facilitar y garantizar el “acceso a servicios de bienestar, de vivienda, de acceso a la educación básica, media y superior incrementando su cobertura, calidad y pertinencia (...) (y el) acceso a la ciencia y la tecnología, a líneas especiales de 51 Colombia, Congreso de la República. Ley 1009 de 2006, artículo segundo. Colombia, Congreso de la República. Ley 1009 de 2006, artículo sexto y séptimo 53 Colombia, Congreso de la República. Ley 1010 de 2006. Artículo segundo 54 Colombia, Congreso de la República. Ley 1010 de 2006. Artículo segundo 55 Colombia, Congreso de la República. Ley 1010 de 2006. Artículo noveno y ss 56 Colombia, Congreso de la República. Ley 1232 de 2008. Artículo tercero 52 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 13 crédito y a trabajos dignos y estables”57 (paréntesis fuera del texto). En este sentido, en materia laboral, el Gobierno Nacional fue comisionado a ofrecer planes y programas de capacitación gratuita y de desarrollo de proyectos emprendedores y microempresas industriales, empresas comerciales y artesanales, familiares y de economía solidaria para mujeres cabeza de familia58. Adicionalmente, la Ley le ordenó establecer incentivos para que los actores privados creen, promocionen o desarrollen programas especiales de empleo, entre otros59. Teniendo en cuenta que, pese a la obligatoriedad de los instrumentos internacionales mencionados “se sigue discriminando a la mujer por causa de su papel en la procreación y de los roles que históricamente se le asignan”60 el Estado profirió la Ley 1257 de 2008. Esta busca sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del género femenino, entre otros objetivos. Dicho instrumento intenta ofrecer un trato igual a las personas que, estando subordinados a otra, pueden ver sus derechos fundamentales afectados a partir del grado de autoridad de la segunda61. De esta forma, le ordenó al Gobierno Nacional formular, aplicar y actualizar “estrategias, planes y programas nacionales integrales para la prevención y la erradicación de todas las formas de violencia contra la mujer” 62. Mediante su Decreto reglamentario -4463 de 201163-, le fue encomendado al Ministerio del Trabajo, la labor de promover el reconocimiento social y económico del trabajo de las mujeres e implementar mecanismos para hacer efectivo el derecho a la igualdad salarial, desarrollar campañas para erradicar todo acto de discriminación y violencia contra las mujeres en el ámbito laboral y promover el ingreso de las mujeres a espacios productivos no tradicionales para ellas 64. Finalmente, las organizaciones de la sociedad civil, las asociaciones, las empresas, el comercio organizado, los gremios económicos, entre otras personas naturales y jurídicas, adquirieron el deber de “conocer, respetar y promover los derechos de las mujeres reconocidos señalados”65 en la Ley, el deber de “abstenerse de realizar todo acto o conducta que implique discriminación contra las mujeres”66 y el deber de “participar activamente en la formulación, gestión, cumplimiento, evaluación y control de las políticas públicas relacionadas 57 Colombia, Congreso de la República. Ley 82 de 1993. Artículo tercero Colombia, Congreso de la República. Ley 82 de 1993. Artículo octavo 59 Colombia, Congreso de la República. Ley 82 de 1993. Artículo décimo 60 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-120 de 2011 61 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-247 de 2010 62 Colombia, Congreso de la República. Ley 1257 de 2008. Artículo noveno, numeral primero 63 Decreto 4463 de 2011. “Por medio de la cual se reglamenta parcialmente la Ley 1257 de 2008”. 64 Colombia, Congreso de la República. Ley 1257 de 2008. Artículo doce 65 Colombia, Congreso de la República. Ley 1257 de 2008. Artículo quince, primer numeral 66 Colombia, Congreso de la República. Ley 1257 de 2008. Artículo quince, tercer numeral 58 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 14 con los derechos de las mujeres y la eliminación de la violencia y la discriminación en su contra”67, entre otros. La Ley 1257 fue reglamentada por el Decreto 4463 de 2011. Este buscó: 1. Definir las acciones necesarias para promover el reconocimiento social y económico del trabajo femenino. 2. Implementar mecanismos para hacer efectivo el derecho a la igualdad en materia salarial. 3. Desarrollar campañas contra todo acto de discriminación y violencia contra la mujer en el ámbito laboral en la esfera pública y privada68. De esta manera, y concretando la obligación que el Congreso le impuso al Gobierno mediante los artículos noveno y décimo segundo de la Ley 1257 de 2008 (normas anteriormente reseñadas), se le ordenó al Ministro del Trabajo presentar, durante los próximos seis meses, el Programa de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial y de Género para las Mujeres 69. Dicho Ministerio, creado mediante la Ley 1444 de 2011 y reglamentado mediante el Decreto 4108 del mismo año, encuentra dentro de sus objetivos y funciones la elaboración de políticas de generación de empleo e incremento del nivel de empleabilidad de acuerdo a los compromisos y estándares internacionales aplicables70. De esta forma, siendo el encargado por excelencia del Programa para la Equidad de Género en materia laboral, fue comisionado a cumplir dicha labor con el apoyo de la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer y con la colaboración del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y de demás instituciones competentes 71. De acuerdo con tal directriz, el Programa descrito, tema principal de este comunicado, debería cubrir los siguientes objetivos: “a) Difundir y sensibilizar a empleadores, trabajadores, personal de las áreas del talento humano de las entidades públicas y empresas del sector privado del nivel nacional y territorial en el conocimiento de las leyes, los convenios, tratados, acuerdos, normas y estándares nacionales e internacionales que protegen a la mujer en materia laboral; b) Divulgar el beneficio de la deducción de un 200% del impuesto sobre la renta establecida en el artículo 23 de la Ley 1257 de 2008 a los empleadores que ocupen trabajadoras víctimas de la violencia acreditadas de acuerdo con lo establecido en el artículo 21 de la misma ley; 67 Colombia, Congreso de la República. Ley 1257 de 2008. Artículo quince, quinto numeral Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo primero y segundo 69 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo tercero 70 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4108. Artículo primero y numeral tercero y décimo séptimo del artículo tercero 71 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo tercero, numeral segundo 68 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 15 c) Adoptar medidas para que los empleadores beneficiados de la medida prevista en el artículo 23 de la Ley 1257 de 2008, garanticen la confidencialidad de la identidad de las mujeres víctimas de violencia vinculadas a sus empresas; d) Adoptar directrices dirigidas a los empleadores que quieran ser beneficiarios de la deducción prevista en el artículo 23 de la Ley 1257 de 2008, con el fin de evitar defraudaciones, impedir la revictimización de las mujeres y la utilización de la problemática de violencia y discriminación en su contra; e) Formar y capacitar a empleadores, personal de las áreas de Talento Humano, sindicatos, gremios y trabajadores, así como a funcionarios del Ministerio del Trabajo a nivel nacional y territorial para que el enfoque diferencial y de género, sea incluido en las políticas empresariales, el reconocimiento social y económico del trabajo de las mujeres y el desarrollo de la responsabilidad social empresarial; f) Desarrollar ejes de investigación que incluyan diagnóstico, líneas de base e indicadores que permitan visibilizar la situación de violencia y discriminación en el ámbito laboral de las mujeres en Colombia, con el apoyo técnico del Observatorio de Asuntos de Género de la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer; g) Publicar en la página WEB del Ministerio del Trabajo los informes semestrales de seguimiento al Programa de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial y de Género para las Mujeres, generados por la Dirección General de Protección Laboral o quien haga sus veces; h) Establecer lineamientos de sensibilización y pedagogía con perspectiva de enfoque diferencial y de género sobre la Ley 1010 de 2006, que adopta medidas para prevenir, corregir y sancionar el acoso laboral y otros hostigamientos en el marco de las relaciones de trabajo; i) Incluir el tema de las condiciones laborales específicas de la mujer en las Agendas de los Comités Paritarios de Salud ocupacional; j) Dar a conocer los beneficios que traen a las empresas, el cumplimiento de la normatividad existente de protección a las mujeres en materia laboral; k) Adoptar una estrategia para vigilar y controlar que las políticas laborales de empleadores de las empresas del sector público y privado garanticen la igualdad salarial entre mujeres y Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 16 hombres de conformidad con el principio de salario igual por igual trabajo en el desempeño de empleo, labor o cargo con funciones similares. La estrategia deberá incluir mecanismos de sanción para los casos en que sea desconocida la igualdad salarial entre mujeres y hombres; l) Incluir dentro de la categoría de riesgo profesional el daño generado por hechos de acoso sexual y otras formas de violencia en contra de las mujeres en el ámbito laboral; m) Establecer un sistema de información confidencial para recopilar las quejas de acoso sexual contra las mujeres en el ámbito laboral y de otras formas de violencia en su contra. (...) n) Utilizar el sistema que trata el numeral anterior para la definición e implementación de políticas laborales para prevenir y erradicar el acoso sexual y otras formas de violencia contra la mujer trabajadora; o) Asesorar a las Administradoras de Riesgos Profesionales –ARP– en el diseño de un protocolo de recepción de quejas de acoso sexual y otras formas de violencia contra la mujer en el ámbito laboral que incluya la asesoría jurídica, psicológica, la estimación del daño y el procedimiento para la remisión tanto a las Inspecciones del Trabajo como a la Fiscalía General de la Nación, anexando los soportes pertinentes que puedan ser considerados como acervo probatorio. El Ministerio del Trabajo velará por la implementación y cumplimiento de lo establecido en dicho protocolo; p) Trazar e implementar una política nacional con el objeto de incentivar a los empleadores de las entidades públicas y empresas privadas para la contratación de mujeres en cargos de dirección y coordinación; q) Garantizar la participación de las mujeres trabajadoras, empleadoras y de gobierno, en al menos un 30% de la conformación de los espacios tripartitos de deliberación y concertación de las políticas laborales; Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 17 r) Determinar las fases para la puesta en marcha y seguimiento de cada una de las actividades del Programa de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial y de Género para las Mujeres”72. Adicionalmente y bajo disposición del mismo Decreto, el Ministerio adquirió la obligación de: 1. Implementar el sello de compromiso social con las mujeres para destacar el compromiso de ciertos empleadores con los derechos de las mujeres 73. 2. Crear una cultura de igualdad de condiciones de trabajo, vinculación y remuneración salarial con enfoque diferencial y de género para la mujer74. 3. Adoptar indicadores de cumplimiento y adelantar investigaciones y estudios sobre las condiciones laborales de las mujeres 75. 4. Promover el dialogo y participación de las trabajadoras, empleadores y representantes del Gobierno en los espacios existentes y en aquellos que se creen76. 5. Generar acciones de inspección, vigilancia y control en cuanto a la vulneración de los derechos laborales de las trabajadoras 77. Por último, en el año 2011 el Código Penal fue reformado por la Ley 1482. Al título primero se le agregó un capítulo que versa exclusivamente sobre actos de discriminación y que recoge dos nuevos tipos penales: Actos de racismo o discriminación y hostigamiento por motivos de raza, religión, ideología, política, u origen nacional, étnico o cultural. De acuerdo a lo anterior, fue tipificado como delito con pena privativa de la libertad la obstrucción, la restricción, el impedimento o la anulación del goce efectivo del derecho fundamental al trabajo, entre otros, por razones de sexo y demás factores78. Así mismo, fue prohibida la promoción o la instigación a cometer actos, conductas o comportamientos constitutivos de hostigamiento orientados a causarle daño físico o moral a una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, por razón de su sexo, entre otras79. Si bien todo lo anterior es muestra de una voluntad política y jurídica por mejorar las condiciones de la mujer en varios aspectos de la vida cotidiana, con un énfasis claro frente a sus derechos laborales, la Corte Constitucional menciona que “pese a la obligatoriedad jurídica implícita en la ratificación de dichos Convenios, se sigue discriminando a la mujer por causa de su papel en la procreación y de los roles que históricamente se le asignan” 80. Lo 72 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo tercero, numeral primero Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo tercero, numeral tercero 74 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo tercero, numeral cuarto 75 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo tercero, numeral quinto 76 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo tercero, numeral se 77 Colombia, Gobierno Nacional. Decreto 4463 de 2011. Artículo cuarto 78 Colombia. Código Penal. Artículo ciento treinta y cuatro (A) 79 Colombia. Código Penal. Artículo ciento treinta y cuatro (B) 80 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-120 de 2011 73 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 18 anterior, ha llevado a la Corte a proferir sentencias que buscan desarrollar, corregir y aclarar cuando sea necesario, las normas constitucionales y ordinarias contenidas en todos los anteriores instrumentos internacionales, leyes y decretos nacionales. Lo anterior, con el propósito de desarrollar marcos normativos que le permitan a las mujer alcanzar la igualdad real y efectiva, que desprende del artículo 13 superior, evidenciando y reconociendo que hasta el momento, se necesitan de acciones afirmativas que promuevan un trato justo e igual entre hombres y mujeres. En este sentido, y en tanto Colombia es un Estado Social de Derecho, la Corte ha manifestado que el artículo 13 de la Constitución “contiene una referencia significativa al tema de la igualdad de oportunidades, respecto de las cuales existe prohibición expresa de que sean distribuidas o administradas de forma discriminatoria, situación que se configuraría siempre que se realice una diferenciación carente de una justificación legítima de acuerdo con los parámetros ético-normativos axiales al Estado constitucional, especialmente diferenciaciones con base en alguno de los criterios que expresamente se mencionan en la disposición constitucional referida, dentro de los cuales figura el sexo, hoy también entendido como género”81. En el mismo sentido, la Corte estableció cómo “con base en la sola consideración del sexo de una persona no resulta jurídicamente posible coartarle o excluirla del ejercicio de un derecho o negarle el acceso a un beneficio determinado y siempre que esto ocurra, sin el debido respaldo constitucional, se incurre en un acto discriminatorio que, en tanto arbitrario e injustificado, vulnera el derecho contemplado en el artículo 13 superior” 82. A partir de lo cual “se entenderán como sospechosas las diferenciaciones basadas en elementos innatos a los sujetos, que no dependen de su voluntad y que hagan parte de su esencia como personas”83. En relación con el derecho a la igualdad en el ámbito laboral, el tribunal constitucional ha dejado en claro cómo el empleo es uno de los espacios que ofrece más posibilidades para la discriminación por razones de sexo 84. De ahí la necesidad de luchar contra todas las formas de discriminación en el espacio de trabajo para alcanzar la igualdad material entre hombres y mujeres85 sin perjuicio de los límites que puedan demarcarse a raíz de la libertad de empresa. De acuerdo con esta corporación, “[…] no debe olvidarse que, en contacto con la idea de igualdad sustancial, la exclusión de la discriminación por razón de sexo contenida en el 81 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-247 de 2010 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-326 de 1995 83 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-247 de 2010 84 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia C-410 de 1994 85 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-247 de 2010 82 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 19 artículo 13 de la Carta, no se detiene en la mera prohibición sino que abarca el propósito constitucional de terminar con la histórica situación de inferioridad padecida por la población femenina; esa decisión autoriza, dentro de un principio de protección, la toma de medidas positivas, dirigidas a corregir las desigualdades de facto, a compensar la relegación sufrida y a promover la igualdad real y efectiva de la mujer en los órdenes económico y social” 86. Gracias a esto, “a los miembros de uno y otro sexo les asiste la vocación y la capacidad para desarrollar cualquier actividad. (…) Por ello, establecer, a priori, una distinción entre las tareas específicamente reservadas a hombres o a mujeres con el fin de negar el acceso o la permanencia de un grupo en el espacio que supuestamente corresponde al otro, implica incurrir en una inadmisible diferencia de trato, contraria a la prohibición constitucional de discriminar”87. La exclusión de ciertas actividades del análisis anterior a partir del sexo como condición determinante para el ejercicio de una profesión, es un caso “excepcional y, por lo mismo, debe ser objeto de una interpretación restrictiva” 88. Mientras no se esté ante dicho caso, procede, incluso, la adopción de medidas de discriminación positiva en favor de la mujer para contrarrestar las acciones que, de manera injustificada, impidan la igualdad material mencionada entre ambos sexos. Dichas acciones, a diferencia de los tratos discriminatorios, buscan equilibrar los efectos negativos de las diferencias encontrando su razón de ser en la protección especial de derechos específicos que autorizan y justifican esa diferenciación 89. La mujer en estado de embarazo, por su parte, siendo un posible sujeto de discriminación 90, se hace acreedora de protección especial y reforzada a partir del artículo 43 y 53 de la Constitución Política y de los artículos 239, 240 y 241 del Código Sustantivo del Trabajo pues adquiere un fuero de maternidad91 a raíz del cual debe poder conservar su posición como trabajadora y por ende, recibir un ingreso que le permita asumir sus gastos y los de quien está por nacer. Según la Resolución 3941 de 1994 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, existente en ese entonces, la prueba de embarazo sólo podrá adelantarse por los empleadores que realicen actividades catalogadas como de Alto Riesgo. Según la Corte Constitucional “la mujer embarazada tiene un derecho constitucional a una estabilidad laboral reforzada, pues una de las manifestaciones más claras de discriminación sexual ha sido, y sigue siendo, el despido injustificado de las mujeres que se encuentran en estado de gravidez, debido a los eventuales sobrecostos o incomodidades que tal fenómeno puede implicar para 86 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia C-410 de 1994 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-026 de 1996 88 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-026 de 1996 89 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia C-401 de 2003 y Sentencia T-268 de 2005 90 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-987 de 2008 91 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-113 de 2008 y Sentencia C-470 de 1997, entre otras 87 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 20 las empresas. Por ello, los distintos instrumentos internacionales han sido claros en señalar que no es posible una verdadera igualdad entre sexos, si no existe una protección reforzada a la estabilidad laboral de la mujer embarazada” 92. En cuanto al despido de una mujer en estado de gravidez o durante los tres meses siguientes al parto, el tribunal ha señalado cómo este acto carece de todo efecto “sin la correspondiente autorización previa del funcionario competente. Esto significa que para que el despido sea eficaz, el patrono debe obtener la previa autorización del funcionario del trabajo, para entonces poder entregar la correspondiente carta de terminación del contrato. Y en caso de que no lo haga, no sólo debe pagar la correspondiente indemnización sino que, además, el despido es ineficaz”93. Siendo ineficaz, explica la corporación, debe proceder el reintegro de la trabajadora94. Gracias a todo lo anterior, en el 2011 la Corte señaló que todavía era necesario, por un lado, ofrecer protección constitucional reforzada a la mujer en estado de gravidez y, por el otro, desarrollar acciones efectivas para eliminar toda práctica discriminatoria por razón de la maternidad95. Marco teórico aplicable La defensa y promoción del trabajo decente y justo, depende de la capacidad de generar políticas y acciones que cuenten con un eje transversal de equidad de género, con el fin de que las desigualdades e inequidades laborales entre hombres y mujeres, en materia de oportunidades laborales, disminuyan de manera progresiva en el tiempo. A partir de lo anterior, es una obligación clara, expresa y exigible erradicar cualquier tipo de barrera discriminatoria que, de manera directa o indirecta, le impida a la mujer alcanzar satisfactoriamente el acceso no sólo al mercado laboral, sino a un trabajo digno, decente y de calidad. En este sentido, el Estado colombiano ha generado un marco normativo que, en cierta medida, constituye un primer paso para garantizar herramientas y condiciones legales que permitan alcanzar la equidad efectiva entre los géneros. Éste busca promocionar los derechos fundamentales de las y los trabajadores, y generar condiciones que propicien empleos de calidad dentro de un contexto de igualdad de oportunidades. 92 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia C-470 de 1997 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia C-470 de 1997 94 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-056 de 2006 95 Colombia, Corte Constitucional. Sentencia T-120 de 2011 93 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 21 Sin embargo, es necesario entender que los obstáculos y barreras de género aún están presentes a la hora de acceder al mercado laboral, representando para las mujeres no sólo falta de recursos para el desarrollo de su vida personal, y por ende la obtención de una remuneración justa a cambio de su participación en la esfera laboral, sino también una “[…] subvaloración (económica y social) de su trabajo y de su rol en la sociedad”96. Como consecuencia de lo anterior, para que las mujeres puedan insertarse de manera satisfactoria en el mercado laboral y, adicionalmente, cuenten con las condiciones necesarias para competir en igualdad frente a los hombres, se hacen necesarias medidas adicionales al marco legal. Es de vital importancia implementar acciones afirmativas que permitan “[…] aumentar sus posibilidades de acceso al trabajo remunerado y oportunidades de generación de ingresos, disminuir la invisibilidad del trabajo realizado en diversas esferas no reconocidas (y) mejorar la calidad de sus empleos.”97 (Paréntesis fuera del texto). Mujeres como motor del desarrollo económico y social La importancia de generar acciones afirmativas con enfoque de género, no sólo se enmarca dentro de un discurso de defensa y promoción de los derechos humanos, sino también, dentro de un discurso de desarrollo y crecimiento económico, en la medida en que “los países que tienen una mayor igualdad entre mujeres y hombres son más productivos, tienen mayores niveles de crecimiento económico, instituciones más representativas y mejores resultados de desarrollo para las próximas generaciones”98.Por lo anterior, se hace necesario evidenciar la participación y especialmente, el aporte producto del ejercicio laboral de las mujeres, como impacto positivo en el desarrollo económico y social de un país, teniendo en cuenta que “[…] el interés por la equidad social y de género, resulta necesario a fin de que las economías cuenten con una ciudadanía más capacitada y productiva que pueda ejercer sus derechos”99. Integrar completamente a las mujeres, tanto en la producción (mercado laboral) como en el consumo (poder de compra), genera un retorno significativo, comúnmente denominado 96 Laís Abramo. “¿Inserción Laboral de las Mujeres en América Latina: Una Fuerza de Trabajo Secundaria?”. Organización Internacional del Trabajo OIT. 2001. http://www.scielo.br/pdf/ref/v12n2/23969.pdf 97 Laís Abramo (editora). Trabajo decente y equidad de género en América Latina; Santiago, Oficina Internacional del Trabajo, 2006. Pp. 16. 98 Organización de los Estados Americanos y Comisión Interamericana de Mujeres. “Avance de la Igualdad de Género en el Marco del Trabajo Decente”. 2011. 99 Alma Espino. Foro: “Respondiendo a la Crisis con Equidad de Género: El impacto de las medidas anticrisis en Centroamérica”. 2009. Pp. 8. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 22 Dividendo de Género. Según un estudio de Detoille, acerca de inversión en mujeres, éste dividendo de género se comporta como lo hacen los dividendos de una empresa pública o privada, es decir, éste corresponde a los beneficios obtenidos de tomar decisiones correctas al invertir en mujeres como trabajadoras y líderes potenciales, al igual que al entender a la mujer como consumidora y el impacto que su proceso de toma de decisiones tiene sobre la economía. “Para 2011 las mujeres controlaban aproximadamente 20 trillones de dólares del gasto total de los consumidores, se espera que para 2014, su impacto en el consumo sea de 28 trillones; las mujeres influencian hasta el 80% de las decisiones de compra tanto directa como indirectamente”100. Recoger ese Dividendo de Género, sin embargo, requiere ir más allá de la eliminación de la discriminación explícita, la cual ha sido abordada por medio de legislación a lo largo de los años. Se requiere entonces una estrategia enfocada en la integración efectiva de las experiencias, perspectivas y voces femeninas en las fábricas y empresas101. Una inclusión justa y equitativa de la mujer en el mercado laboral no solo implica un paso a favor del goce pleno de sus derechos, sino que la empodera como actor fundamental y motor de la economía, al aumentar su poder de compra y garantizar su autonomía. En la era digital y en la economía del conocimiento, el capital humano remplaza a los recursos naturales como insumo esencial para el crecimiento; hoy más del 85% de la creación de valor depende de activos intangibles (capital humano)102. El crecimiento económico constante de los diferentes países depende de su capacidad de aprovechar la innovación y creatividad del total de su población. Lo anterior, en la medida en que se reconozca que las mujeres son indudablemente una fuerza creciente de talento humano, y más específicamente, que son mujeres y hombres trabajando a la par, utilizando sus capacidades, experiencia y distintos puntos de vista en la resolución de problemas complejos, lo que acelera los procesos de innovación103 e impulsan la economía. Así, la encuesta realizada por Catalyst (2004) muestra que entre 353 empresas de la lista Fortune 500, las compañías con más mujeres en cargos gerenciales obtuvieron un retorno sobre su patrimonio 35% más alto que aquellas con menos mujeres en estos puestos. 100 Greg Pellegrino, Sally D’Amato and Anne Weisberg. “The Gender Dividend: Making business case for investing in women”. Deloitte. 101 Greg Pellegrino, Sally D’Amato and Anne Weisberg. “The Gender Dividend: Making business case for investing in women”. Delloite. Women and Economic Growth. Pg. 4 102 Greg Pellegrino, Sally D’Amato and Anne Weisberg. “The Gender Dividend: Making business case for investing in women”. Delloite. Why women, why now. Pg. 8 103 Ibid. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 23 En éste sentido, es deber del Estado crear políticas públicas que propendan por la inclusión justa y equitativa de la mujer en el mercado laboral, en la medida en que éstas representan una ventaja competitiva de las economías, que puede verse reflejada en un aumento de las ventas, mercados expandidos y en una mejora en la contratación y retención de talento clave. En América Latina, el trabajo de las mujeres ayudó a reducir la tasa de pobreza en hogares compuestos por dos personas, del 40 al 26% en el 2007104, luego resulta ineficiente que el 51.1% de la población en edad de trabajar 105, no participe como sujeto activo en el funcionamiento del mercado laboral. Reasignación de roles sociales como medida para lograr la equidad laboral de las mujeres La división sexual del trabajo, entendida como aquellas tareas y actividades social e históricamente construidas y asignadas tanto a hombres como mujeres, está relacionada con el proceso de adjudicación de roles sociales, en los cuales la mujer se ha caracterizado primordialmente por su presencia vital en el quehacer doméstico y en las labores de cuidado del hogar. Precisamente esta caracterización se ha constituido como una fuerte barrera de entrada de la población femenina al mercado de trabajo, limitando su capacidad de competir en condiciones igualitarias a las de los hombres. Aun cuando el aumento de la participación femenina en el mercado laboral es muestra de un proceso gradual de transformación de la estructura social, el que el 60.9% del trabajo familiar no remunerado y el 96.1% de los trabajadores en servicios domésticos estén en cabeza de las mujeres, hace evidente que dicha participación sigue estando ligada, en gran medida, a la asignación de tareas social e históricamente impuestas, en donde la presencia y cuidado de la esfera del hogar es casi exclusivamente femenina. Según Espino (2009), lo anterior “restringe las oportunidades laborales de las mujeres así como tiende a marginarlas de la arena política y social, limitando el desarrollo y uso de sus capacidades y condicionando los resultados de sus actividades”.106 Es importante señalar que autores como Poveda, afirman que se está enviando un doble mensaje a la sociedad, en la medida en que estamos pasando de un modelo de división 104 Pages and Piras. The Gender Dividend: Capitalizing on Women´s Work. Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE. Encuesta Nacional Integrada de Hogares. Datos II Trimestre de 2012. 106 Alma Espino. Foro: “Respondiendo a la Crisis con Equidad de Género: El impacto de las medidas anticrisis en Centroamérica”. 2009. Pp. 7. 105 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 24 sexual caracterizado por la actuación exclusiva de las mujeres en el ámbito familiar, a un modelo “neotradicional”, en el cual las mujeres trabajan, por necesidad o por autonomía personal, “pero sin olvidar que tienen que cuidar y que son las principales responsables del bienestar familiar”107. Por el contrario, los hombres continúan centrándose en el logro personal y profesional. Lo anterior resulta especialmente preocupante si se tiene en cuenta que al sumar el total de horas trabajadas -entre trabajo remunerado y no remunerado- las mujeres trabajan 10.8 horas más a la semana que los hombres en Colombia (según el DANE), siendo entonces la carga de trabajo inversamente proporcional al ingreso “propio” de las mujeres. 108 Por este motivo, es importante mencionar que, como producto de la división sexual del trabajo, se pueden aumentar las desigualdades en materia de acceso y permanencia en el mercado laboral, en la medida en que el rol social de cuidado del hogar dado a la mujer, puede llegar a desincentivar procesos efectivos de contratación femeninos en ciertos casos, y en otros, negar la oportunidad de ascenso a cargos directivos que de una u otra forma, impliquen mayor responsabilidad y/o compromiso de su parte, en la medida en que los empleadores “[…] anticipan un mayor ausentismo y una menor disponibilidad de las mujeres a trabajar tiempo completo respecto de los trabajadores con los mismos niveles de productividad”109. En este sentido, los patrones culturales que establecen estereotipos de género a disciplinas específicas y que determinan roles sociales a hombres y mujeres, terminan por limitar la participación laboral de la mujer e introducen nociones de inequidad en la manera en que la sociedad, y particularmente, los empleadores valoran las características individuales de sus trabajadores. Como consecuencia, se hace necesario un cambio social, en donde se eliminen los estereotipos y se lleve a cabo un proceso de reasignación de roles que involucre responsabilidades compartidas entre hombres y mujeres en las actividades propias del hogar, la familia y el trabajo. De esta forma, un proceso de redistribución de la carga total de trabajo, que termine por disminuir las tensiones existentes entre las actividades propias de la esfera laboral y del hogar, necesita impulsar cambios culturales que “[…] remuevan los imaginarios patriarcales que perviven tanto en los hombres como en las mujeres” 110. Esto implica que las acciones y políticas que se implementen deben estar dirigidas a conciliar el espacio y tiempo 107 María Manuela Poveda. Comentario en Género y Empleo. Fundación Carolina. Documento de trabajo No. 32. 2009. Pp. 99. 108 Alison Vásconez. “Mujeres, mercado laboral y trabajo precario en Ecuador”. En Género y Empleo. Fundación Carolina. Documento de trabajo No. 32. 2009. Pp. 63. 109 Laís Abramo (editora). Trabajo decente y equidad de género en América Latina; Santiago, Oficina Internacional del Trabajo, 2006. Pp. 82. 110 Pilar Carrasquer. “El Empleo Femenino en España y Europa: Cambios y Continuidades”. En Género y Empleo. Fundación Carolina. Documento de trabajo No. 32. 2009. Pp. 23. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 25 dedicado al cuidado del hogar y del trabajo, teniendo en cuenta que el impacto positivo de estas políticas, depende de una orientación dirigida al total de la población –hombres y mujeres-, con el propósito de impulsar una “inserción laboral digna para la mujer, con su consecuente impacto en la disminución de los niveles de pobreza y en la utilización de todo su potencial, hasta ahora subutilizado, al servicio del desarrollo.” 111 En razón a lo anterior, el impulso de una nueva ética de la igualdad que reconozca a la mujer como un agente económico capaz y productivo en todas las áreas laborales, apunta a modificar el imaginario social existente sobre roles sociales y a crear una noción de nuevas masculinidades, fortaleciendo los elementos culturales que propenden por una verdadera igualdad de oportunidades laborales para la mujer, y acatando las obligaciones internacionales contraídas por el Estado colombiano, que encuentran su reflejo en la Constitución Política, en la legislación nacional e internacional y en los diversos fallos judiciales mencionados. Desempleo en la mujer Para el segundo trimestre del año 2012, las estadísticas del DANE muestran que Colombia cuenta con 18.219.000 mujeres que representan el 51.1% del total de la población en edad de trabajar. A pesar de representar más de la mitad de la población en condiciones de desempeñar algún tipo de actividad laboral, las mujeres presentan una tasa de desempleo de casi 6 puntos porcentuales por encima de la de los hombres (14.4% vs. 8.5%). Con respecto al total de la población económicamente activa, las mujeres conforman el 43.03% frente al 56.9% representado por los hombres112. Es preocupante ver que aun cuando las mujeres han mostrado un mayor interés por desarrollarse profesionalmente, la diferencia en la tasa de desempleo entre hombres y mujeres continúa siendo tan alta. De acuerdo con el último censo (2005), “las mujeres han adquirido progresivamente un mayor nivel de estudio que los hombres: poseen una proporción mayor de personas con estudios universitarios (12.7% frente al 11.0% de los hombres), así como con una proporción mayor de mujeres con estudios medios (16.9% frente a 15.8%). De forma correspondiente, una proporción mayor de hombres sólo ha adquirido estudios básicos o declara no poseer estudios (se declaran sin estudios el 10.4% frente al 9.6% de las 111 Organización de los Estados Americanos y Comisión Interamericana de Mujeres. “Avance de la Igualdad de Género en el Marco del Trabajo Decente”. 2011. Pp. 25. 112 Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE. Encuesta Nacional Integrada de Hogares. Datos II Trimestre de 2012. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 26 mujeres)113. A pesar de éstas cifras, “los niveles superiores de educación de la fuerza de trabajo femenina respecto a la masculina, no les garantizan más oportunidades de empleo” 114. Las condiciones de desempleo se hacen evidentes en la población femenina de diferentes formas. En general, la caracterización de las mujeres en el cuidado del hogar y el ámbito familiar, las obliga a buscar empleos con condiciones especiales, como horarios flexibles o tiempos parciales, que le permitan dividirse entre el trabajo y el hogar. El hecho de que las mujeres tengan que repartir su tiempo entre estas dos esferas, se presenta como una barrera significativa que de una u otra forma, termina impidiendo su inserción satisfactoria en el mercado del trabajo y, adicionalmente, trae consecuencias negativas en la media en que “un empleo a tiempo parcial no garantiza ni la posibilidad de independencia económica ni la posibilidad de carrera profesional”. 115 Siguiendo lo afirmado por Abramo (2006), “tanto para hombres como para mujeres, las mayores tasas de desempleo se registran en estratos bajos” 116. En América Latina, a inicios de la década del 2000, el incremento en las tasas de desempleo llevó a que, “una de cada cinco mujeres pobres que deseaban y necesitaban trabajar no lo podían hacer, a pesar de estar buscando activamente trabajo”117. Adicionalmente, el que la población femenina no pueda acceder fácilmente a empleos formales y de tiempo completo conlleva a que aquellas mujeres que pertenecen a los estratos más pobres de la sociedad recurran a otras medias laborales (informales o de subempleo) para obtener ingresos. Para la población femenina que se caracteriza por tener “[…] un menor nivel educativo y de capacitación laboral, una mayor tasa de fecundidad, la ausencia de servicios de apoyo pagados para el cuidado de los hijos, el crecimiento de las jefaturas de hogar femeninas y la imperiosa necesidad de generar ingresos para la subsistencia básica, [todos éstos son] factores que explican [su] masiva afluencia al sector informal o la sobreoferta laboral en las actividades más precarias del sector formal” 118. De acuerdo con el estudio realizado por la OEA, otro factor clave para el desempleo femenino está relacionado con el tipo de ocupaciones por las cuales optan las mujeres. Es decir, existen sectores “feminizados” en el mercado laboral, que concentran la mayor parte de ésta fuerza 113 Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer. Situación de las Mujeres en Colombia y en Chocó - Cifras e Indicadores. 114 Laís Abramo. Trabajo Decente y Equidad de Género en América Latina. 2006. PP. 43 115 Pilar Carrasquer. El Empleo Femenino en España y Europa: Cambios y Oportunidades. En Género y Empleo. Fundación Carolina. Documento de trabajo No. 32. 2009. Pp. 20. 116 Laís Abramo. Trabajo Decente y Equidad de Género en América Latina. 2006. PP. 41 117 Ibíd. Pp. 42. 118 Janina Fernández Pacheco. La Cohesión Social, las Mujeres Trabajadoras, el Empleo y los Ingresos. En Género y Empleo. Fundación Carolina. Documento de trabajo No. 32. 2009. Pp. 31. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 27 de trabajo (servicios domésticos, sector manufacturero, floricultor, entre otros), así como también existen sectores caracterizados por implementar mano de obra masculina (sector de la construcción, por ejemplo) que terminan por bloquear la entrada de mano de obra femenina como fuerza de trabajo activa. “Este tipo de segregación, en gran medida está condicionada por las opciones elegidas en los sistemas de educación y formación profesional, en las cuales influyen, por una parte, los estereotipos de género y los prejuicios dentro y fuera del mercado de trabajo en relación a las supuestas habilidades, preferencias y características de los trabajos “apropiados” para las mujeres y los hombres”. 119 Así, en Colombia la participación de las mujeres por rama de actividad prevalece sobre la de los hombres en sectores como el de comercio, hoteles y restaurantes (51.3% vs. 48.7%), de servicios comunales, sociales y personales (69.2% frente a un 30.8%) y en el servicio doméstico (96.1% con respecto a un 3.9%)120, este último caracterizado “por sus extensas jornadas, bajas remuneraciones, escasa cobertura de seguridad social y alto nivel de incumplimiento de las normas laborales”. 121 Es ésta realidad de desempleo y género, la que ratifica la necesidad de crear políticas públicas cuyo objetivo se centre tanto en brindar a las mujeres condiciones de igualdad de oportunidades en la búsqueda de trabajo, en los procesos de contratación y en las posibles oportunidades de ascenso a cargos directivos, como en impulsar un cambio cultural en lo que se refiere a imaginarios sociales de género. Brechas salariales por razones de género Las brechas salariales por razones de género en Colombia, muestran una tendencia positiva a favor del género masculino, aun cuando la participación de la mujer en el mercado laboral ha aumentado con el tiempo. Si bien el marco normativo colombiano establece la no discriminación a la hora de acceder a un empleo por razones de sexo, y a su vez, enmarca el respeto del principio de igualdad en materia de remuneración salarial, cuando hombres y mujeres desempeñan una misma función, las brechas salariales entre éstos han variado muy poco durante los últimos 20 años122. Estudios establecen que las diferencias salariales se 119 Ibíd. Pp. 31 Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas. Gran Encuesta Integrada de Hogares: Población ocupada según sexo y ramas de actividad. Trimestre móvil Febrero – Abril de 2012. 121 Organización de los Estados Americanos y Comisión Interamericana de Mujeres. “Avance de la Igualdad de Género en el Marco del Trabajo Decente”. 2011. Pp. 31. 122 Hoyos, Ñopo y Peña. The Persistent Gender Earnings Gap in Colombia, 1994 – 2006. Documentos CEDE, Universidad de los Andes. 2010. Pp. 3 120 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 28 deben a que la valoración que se le da una misma característica productiva difiere de estar presente en un hombre o en una mujer, más no porque la distribución de dichas características sea significativamente distinta entre sexos 123, es decir, que las brechas salariales no están explicadas por los atributos que son observables en los individuos, sino por criterios subjetivos de los empleadores. Aunque la discriminación laboral en materia salarial se hace evidente cuando existe diferencia en el trato a mujeres y hombres que estén desempeñando las mismas funciones y que tengan atributos similares, es importante tener en cuenta que estas diferencias, no sólo corresponden a factores de discriminación. De acuerdo con Galvis (2010) “Una parte del diferencial de ingresos se explica por la existencia de diferentes grados de productividad originados en la dotación de capital humano, habilidades y experiencia de cada individuo.124 Sin embargo, estudios como el de Badel y Peña (2010), al utilizar metodologías de emparejamiento para comparar hombres y mujeres con iguales características, encuentran que existe un residuo de ese diferencial salarial que no es explicado por diferencias en la dotación de características, y que podría ser adjudicado a la discriminación. El diferencial salarial atribuido a discriminación en el mencionado estudio, sería en promedio del 20% en detrimento de la mujer, y llegaría a aumentar a un 50% luego de hacer correcciones por sesgo de selección125. Por otro lado, para América Latina, Martínez y Voorend (2009) afirman que “independientemente de que las causas estén asociadas al mercado laboral o a la formación de capital humano, las mujeres obtienen el 48% de las remuneraciones que obtienen los hombres”.126 Utilizando cifras del DANE para el 2009 y abarcando las 13 principales ciudades tenidas en cuenta en la Encuesta Nacional de Hogares, el estudio de Galvis, al evaluar las medias simples de los salarios, encuentra que “[…] los hombres ganaban en promedio 14% más que las mujeres, no obstante las mujeres trabajan en promedio menos horas que los hombres y por ello la brecha salarial por hora es apenas del 9% en promedio.” 127 De igual forma, las estadísticas del Observatorio para Asuntos de Género, de la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, reporta que para el mismo año, “las mujeres percibían en Colombia en 123 Badel y Peña. Descomponiendo la brecha salarial de género con ajuste de sesgo de selección. Revista de Análisis Económico, vol. 25, nº 2; 2010. 124 Luis Armando Galvis. Diferenciales Salariales por Género y Región en Colombia: Una aproximación con regresión por cuantiles. Documentos de Trabajo sobre economía regional. Banco de la República. Edición No. 131. 2010. Pp. 2. 125 Badel y Peña. Descomponiendo la Brecha Salarial de Género con Ajuste de Sesgo de Selección: El Caso Colombiano. Revista de Análisis Económico. Vol. 25 No 2. Pp. 170 126 Martínez y Voorend. ¿Es posible (des)encadenar la desigualdad de género en América Latina?. En Género y Empleo. Pp. 148. 127 Luis Armando Galvis. Diferenciales Salariales por Género y Región en Colombia: Una aproximación con regresión por cuantiles. Documentos de Trabajo sobre economía regional. Banco de la República. Edición No. 131. 2010. Pp. 1. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 29 torno a un 20% menos de ingresos laborales por mes, tanto por una cantidad menor de horas trabajadas, como por discriminación laboral directa (menos salario por igual trabajo). En la última década, se han apreciado oscilaciones en torno a esa cifra, pasando del 18.2% en el año 2000 al 22.9% en el 2005 y disminuyendo al 20% en el 2009.” 128 Es importante recalcar que el número de horas trabajadas a las que se hace referencia en los estudios previamente citados, corresponden al número de horas en el sector formal, puesto que al incorporar al cálculo, aquel trabajo realizado en el hogar y en el sector informal, la mujer trabaja 10.8 horas semanales más que el hombre, según datos del DANE129. Por otro lado, un estudio realizado por el Banco de la República (2010) 130 informa que en Colombia, si existen diferencias salariales por género entre los recién graduados de pregrado. Así, dependiendo del nivel de salarios y de la región en donde se estudie, las diferencias salariales pueden variar entre 5 y 25% en detrimento de las mujeres131. El ingreso base de cotización muestra una diferencia de 15.2% (1.253.000 para las mujeres y 1.444.000 para los hombres). Por otro lado, el Observatorio Laboral del Ministerio de Educación Nacional, encontró que la brecha de salarial entre los géneros tiene una tendencia decreciente aunque persistente. En 2006, “los hombres ganaban un salario promedio de $1’837.740 y las mujeres de $1’541.446. Ya para 2009, el salario para los hombres era de $1’742.706 y el de las mujeres $1’523.594” 132, es decir el diferencial salarial se redujo de 16,1% a 12,6% en 3 años. Particularmente, el estudio realizado por Hay Group en 2005 constató que “los cargos directivos son ocupados en mayor proporción por hombres y que los cargos de nivel profesional y de apoyo tienen la mayor concentración de mujeres”133. Con base en un estudio realizado a 50 empresas nacionales y multinacionales del sector privado, el 84% de los hombres ocupan cargos de alta gerencia, frente a un 16% de las mujeres, un 68% vs. un 32% en gerencia media, reduciéndose en cargos técnicos con un 60% para los hombres y un 40% para las mujeres y un 54% contra un 46% en labores de apoyo. Lo anterior significa que la mayor diferencia salarial entre hombres y mujeres que ocupan un mismo nivel en la organización se presenta en cargos gerenciales, con una mayor paridad en cargos para 128 Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer. Situación de las Mujeres en Colombia – Cifras e Indicadores. 2010. 129 Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas. Gran Encuesta Integrada de Hogares. 2011. 130 Juan David Barón. Diferencias de Género en los Salarios de los Graduados en Colombia. Banco de la República. Foro Nacional de Seguimiento a Graduados – Ministerio de Educación Nacional. 2010. 131 Para este estudio se usaron los registros para los graduados de pregrado en la universidad en el año 2007, que trabajaron en el sector formal durante el 2008. La muestra estaba compuesta por cerca de 56.000 personas. 132 Ministerio de Educación Nacional. Observatorio Laboral para la Educación.2010. Disponible en: http://www.graduadoscolombia.edu.co/html/1732/article-238140.html 133 Alta Consejería Presidencial para la Mujer. Observatorio de Asuntos de Género. Boletín 12 Enero-Agosto 2010. Pp. 13. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 30 técnicos, tecnólogos y de apoyo, presentando en promedio, un diferencial salarial de 8% en contra de las mujeres. Informalidad concentrada en la Mujer Si bien es cierto que la economía informal tiene graves consecuencias sobre la eficiencia económica y el desarrollo social sostenible, la poca disponibilidad de datos pormenorizados “especialmente en su dimensión empresarial y de género, lo ha convertido en un tema que permanece relativamente inexplorado en Colombia”134. Según estudios de la Oficina Internacional del Trabajo (ILO por sus siglas en inglés), el porcentaje de mujeres en el sector informal en América Latina (50.1%), supera al del hombre (44.1%), consecuente con lo que ocurre a nivel nacional (59.5% y 53.6%, respectivamente) 135. Esta diferencia podría aumentar al contabilizar las labores del hogar y de consumo propio, actividades netamente femeninas (ILO 2003). El sector informal colombiano está compuesto principalmente por actividades familiares y de supervivencia, en donde predominan las formas precarias de empleo con pocas probabilidades de formalización y baja o inexistente acumulación de capital 136. Adicionalmente, la participación de hombres y mujeres dentro de las distintas actividades que componen la economía informal137 difiere, en detrimento de la autonomía femenina, estando éstas concentradas en trabajos de baja calidad, servicios domésticos (96.1% de trabajadores en servicios domésticos son mujeres) y trabajos familiares no remunerados (60.9% del trabajo familiar no remunerado está en cabeza de la mujer). Por el contrario, los hombres están presentes en su mayoría en microempresas que ofrecen trabajos mejor remunerados (76.5% de patronos o empleadores son hombres). Las mujeres realizan una cantidad significativa de actividades informales en áreas que esencialmente extienden los roles domésticos femeninos 134 Cárdenas y Mejía. Informalidad en Colombia: Nueva Evidencia. Fedesarrollo, Working Paper Series No.35; Marzo de 2007. 135 Datos del DANE Trimestre VI de 2011 136 Valenzuela, María. Informality and Gender in Latin América. Working Paper No. 60 Policy Integration Department, International Labour Office, Geneva; August 2005. 137 La definición oficial de informalidad en Colombia, realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, considera trabajadores informales a personas ocupadas en firmas de tamaño igual o inferior a 10 trabajadores (incluyendo al patrono y/o socio) que se encuentre ocupados en establecimientos o negocios en todas sus agencias, los empleados domésticos, jornaleros o peones, trabajadores por cuenta propia excepto los profesionales patrones o empleadores en empresas de diez trabajadores o menos y trabajadores familiares sin remuneración(DANE 2007). Sin embargo, a partir del 2007, la definición fue ajustada entendiendo a los trabajadores formales como todos aquellos que reciben pagos por concepto de primas, vacaciones, subsidio de transporte o subsidios familiares, entre otros e informales los que no los obtienen. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 31 al mercado laboral, estando su participación laboral caracterizada por una segmentación ocupacional significativa, una sub-valoración crónica de su trabajo y la falta de acceso y control sobre los recursos productivos. Teniendo en cuenta lo anterior, y dado que el salario femenino es un elemento clave para la superación de la pobreza 138, es posible afirmar que de no concentrar esfuerzos en la disminución de la informalidad femenina, caerían “en una trampa de altos niveles de informalidad y baja capacidad institucional, que es necesario romper si se quiere acelerar la tasa de crecimiento económico.”139 Ahora bien, la participación elevada de la mujer en el sector informal puede ser analizada desde dos enfoques, la informalidad voluntaria e involuntaria 140. Por su parte, la informalidad involuntaria, denominada informalidad de exclusión141, se da con la existencia de una serie de barreras de acceso al mercado laboral. Djankov et al. afirman que en los países donde la regulación de entrada es excesiva y pocos individuos pueden acceder a competir en el mercado (bien sea por costo monetario o por el tiempo requerido)142, la informalidad aumenta. Éste es el caso de Colombia, en donde la falta de capital para emprender proyectos productivos propios, limita el desarrollo y la consolidación de una autonomía económica femenina. Junto con eso, la persistencia del “mito de los costos laborales no salariales asociados al género”143. Este argumenta que los costos monetarios en contratación de mujeres son superiores que en el caso de los hombres, por causa de la protección de la maternidad y al cuidado infantil, ha aportado significativamente a la creación de una cultura empresarial con preferencias masculinas144, y al aumento de la participación de la mujer en la economía informal. Entre los determinantes de la informalidad, Núñez plantea que la entrada al sector informal en Colombia es un acto voluntario y consciente del individuo (fenómeno denominado por el 138 Peña-Casas, R., Latta M. Working por in the European Union. Luxembourg: European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions. 2004 139 Cárdenas, Mejía. Informalidad en Colombia: Nueva Evidencia. Fedesarrollo, Working Paper Series No.35. 2007 140 Se habla de la existencia de una informalidad de salida y de exclusión, siendo la primera una elección del mismo trabajador. Escobar-Arango. Informalidad laboral y empresarial en Colombia; Departamento Administrativo Nacional de Estadística. 2007 141 Ibíd. Pg. 16 142 Djankov, Simeon, et al. The Regulation of Entry; The Quarterly Journal of Economics. 2002 143 Laís Abramo (editora). Trabajo decente y equidad de género en América Latina; Santiago, Oficina Internacional del Trabajo, 2006. 144 Ibíd. El Capítulo IV: Costos laborales y reproducción social en América Latina, sostiene que “ (…) los costos monetarios directos para el empleador asociados a la protección de la maternidad y al cuidado infantil son muy reducidos. Como ya se ha señalado, ellos representan, en los cinco países analizados, menos del 2% de la remuneración bruta mensual de las mujeres. (…) Esto significa que constituye una noción infundada justificar, a partir de los costos de la protección a la maternidad y al cuidado infantil, la persistencia de una serie de mecanismos de discriminación hacia las mujeres en el trabajo. Entre éstos, la falta de iguales oportunidades de acceso al empleo.” Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 32 DANE como informalidad de salida). En el caso específico de la mujer, la conciliación entre la vida laboral y la vida del hogar, se convierte en el argumento principal para abandonar el sector formal y a optar por trabajos independientes, que aun cuando reportan menores beneficios económicos, le permiten cumplir con las obligaciones asociadas a su “rol social”. El estereotipo cultural de las mujeres, según el cual “prefieren trabajar menos tiempo para cumplir con sus trabajos domésticos y de crianza de los hijos, influye en que la oferta de trabajos temporales y a tiempo parcial”145, así como trabajos domésticos y con condiciones precarias, que limitan el desarrollo de la mujer más allá de la supervivencia. Si bien es cierto que la mujer busca espacios laborales con condiciones flexibles que le permitan responder de manera adecuada ante todas las facetas de su vida, la decisión de salir del sector informal no puede ser atribuida en un 100 por ciento a su afán altruista y aun instinto maternal que la obliga a renunciar a su desarrollo personal. Las empresas y la falta de enfoque de género dentro de sus políticas, induce a las mujeres a optar por la informalidad, de donde surge la “importancia de que las estrategias de recursos humanos de las empresas incorporen entre sus objetivos la promoción de una mejor conciliación de la vida laboral, doméstica, familiar y personal, que esté dirigida, explícitamente, a trabajadores de ambos sexos”146. La Oficina Internacional del Trabajo reconoce que los “cambios en la participación de mujeres y hombres en el mercado de trabajo y en la familia, así como las expectativas y necesidades económicas y culturales que se multiplican en la sociedad actual, entran en contradicción con la organización del trabajo predominante. Se sigue partiendo del supuesto de la existencia de una división sexual del trabajo no mercantil, que supone que hay siempre una mujer disponible en el hogar para las tareas del cuidado, lo cual coloca a las mujeres en la categoría de “trabajador anómalo”, y ubica al hombre como el trabajador “normal”. A su vez, ese paradigma de “trabajador normal” es extremadamente parcial y disociado, ya que supone un individuo que carece de una vida personal de la que preocuparse fuera del trabajo remunerado y que, por ende, tiene una disposición total para éste y ninguna posibilidad ni necesidad de realizar cualquier tipo de trabajo, esfuerzo o dedicación en el ámbito de la familia. De lo anterior se deduce que no sólo se requiere una redistribución entre los sexos del trabajo de reproducción y cuidado de las personas, sino que también es necesario que en el ámbito laboral se tome en cuenta la vida extra laboral de los individuos, incorporando esta dimensión en el rediseño de los procesos de trabajo y en las políticas de recursos humanos, 145 Ibíd. Capítulo III: Discriminación de Género en el Mercado Laboral de América Latina: La brecha de ingresos 2001; Thelma Gálvez. 146 Ibíd. Capítulo IV: Costos Laborales y Reproducción Social en América Latina; Pg.151 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 33 tanto para las mujeres como para los hombres. Esto podría repercutir positivamente en la productividad del trabajo”147, como demuestran estudios realizados en países Latinoamericanos como Chile, Brasil y México. En conclusión y de acuerdo con los compromisos internacionales ratificados por Colombia, su Constitución Política y varias de sus leyes y decretos, dentro de las cuales se destacan, por supuesto, la Ley 1257 de 2008 y el Decreto 4463 de 2011, es responsabilidad del Estado, como garante de los derechos de su población, construir políticas públicas que no aborden exclusivamente ajustes en el mercado laboral o en “políticas cambiarias que únicamente tendrán efecto en el corto plazo”. Esto debido a que “lograr la disminución de los costos del trabajo a través de la flexibilidad laboral es un proceso que tiene un límite, ya que ésta tiene consecuencias en el empleo, en los salarios y en las condiciones de trabajo, que pueden desencadenar efectos negativos en esa misma productividad”. Por lo tanto, es necesario “implementar innovaciones tecnológicas y modernizar los procesos de producción y de trabajo, de modo que tomen en cuenta el desarrollo de los recursos humanos y de las relaciones laborales”148, en la búsqueda de modificaciones culturales, que contemplen tanto a hombres como a mujeres, y tengan resultados que persistan en el largo plazo; objetivo último del Programa Nacional de Equidad Laboral con Enfoque de Género. Indicadores de goce efectivo de derechos Acatando la obligación de hacer seguimiento a indicadores pertinentes en materia laboral de acuerdo al artículo tercero del Decreto 4463, el Ministerio construyó indicadores de estructura, de proceso y de resultado para el monitorear el Programa de Equidad Laboral con Enfoque Diferencial de Género, con el ánimo de organizar, dirigir, evaluar, medir y perfeccionar el mencionado Programa mientras es puesto en práctica. Los indicadores propuestos fueron diseñados de acuerdo con los estándares de las Naciones Unidas sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos149, los lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales de la Comisión Interamericana de 147 Ibíd. Capítulo IV: Costos Laborales y Reproducción Social en América Latina; Pg.149 Tokman y Martínez. Citados en Trabajo decente y equidad de género en América Latina; Santiago, Oficina Internacional del Trabajo, 2006. Pg. 148 149 Naciones Unidas, Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos. Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Resolución del 11 de mayo de 2006 148 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 34 Derechos Humanos150, los pronunciamientos de la Corte Constitucional de Colombia sobre la evaluación del cumplimiento de la Sentencia T-025 de 2004 y T-760 de 2008151, las recomendaciones de la Procuraduría General de la Nación 152 y las propuestas contenidas en diversos documentos académicos sobre la creación y aplicación de parámetros de cumplimiento153. De acuerdo a tales directrices, los indicadores encuentran su fundamento en las obligaciones de respeto, protección y garantía de los derechos humanos en cabeza del Estado 154. Adicionalmente, son útiles para: 1. Establecer, con un grado razonable de objetividad, las distancias entre la situación en la realidad y el estándar o meta deseada. 2. Mejorar la evaluación de las propias acciones y estrategias para asegurar el goce efectivo del derecho al trabajo155. 3. Permitir “una amplia participación de la sociedad civil, bajo una rigurosa transparencia metodológica”156. 4. Medir “la capacidad de las personas de exigir los derechos de los que son titulares”157. 5. Determinar el nivel de satisfacción de la población respecto al derecho al trabajo en igualdad de oportunidades158. 6. Reforzar “la rendición de cuentas, 150 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. 151 Corte Constitucional de Colombia. Auto de seguimiento 109 de 2007 y Auto de seguimiento 226 de 2011 152 Maya, Edgardo José, Gómez, Carlos Arturo, Linares Patricia y Uprimny Rodrigo. <<El derecho a la salud en perspectiva de derechos humanos y el Sistema de Inspección, Vigilancia y Control del Estado Colombiano en materia de Quejas en Salud.>> Procuraduría General de la Nación. Mayo de 2008. http://www.dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=derechos_sociales&publicacion=402 (último acceso: 21 de mayo de 2012). 153 Satterthwaite, Margaret y Rosga, Annjanette. International Law and Justice Working Papers. En Institute for International Law and Justice (IILJ). Universidad de Nueva York, Estados Unidos: 2008, Ginsburg, Tom. Pitfalls of Measuring the Rule of Law. En Hague Journal on the Rule of Law. Vol 3. Cambridge, 2011, Urueña, René. <<Internally Displaced Population in Colombia: a Case Study on the Domestic Aspects of Indicators as Technologies of Global Governance.>> En Governance by Indicators. Oxford University Press. 2012, y Arcidiácono, Pilar, Espejo, Nicolás y Rodríguez, César. Derechos sociales: justicia, política y economía en América Latina. Ediciones Uniandes. Bogotá: 2010, entre otros 154 Maya, Edgardo José, Gómez, Carlos Arturo, Linares Patricia y Uprimny Rodrigo. <<El derecho a la salud en perspectiva de derechos humanos y el Sistema de Inspección, Vigilancia y Control del Estado Colombiano en materia de Quejas en Salud.>> Procuraduría General de la Nación. Mayo de 2008. http://www.dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=derechos_sociales&publicacion=402 (último acceso: 21 de mayo de 2012). Pág. 65 155 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 6 156 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 7 157 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 10 158 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 7 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 35 articular y presentar reclamaciones sobre las entidades encargadas y formular las políticas y programas públicos necesarios para facilitar la realización de los derechos humanos” 159. Teniendo en cuenta que “los indicadores pueden materializarse en formas diversas”160 y que existe una necesidad de “incorporar indicadores sobre inclusión-exclusión, que evidencien situaciones de pobreza estructural, o patrones de intolerancia y estigmatización de sectores sociales, entre otros componentes para evaluar contextos de inequidad” 161, el Ministerio construyó indicadores cuantitativos y cualitativos 162 (también conocidos como metas o señales de progreso163) y los organizó en tres grupos: indicadores de estructura, de proceso y de resultado164. Atendiendo a las recomendaciones de la Comisión Interamericana de derechos humanos165 y a la Procuraduría General166, cuando resultaba pertinente, los indicadores fueron desagregados por género, edad, condición socioeconómica, identidad cultural o etnia y procedencia geográfica. Los parámetros cualitativos son parámetros "de actualidad" “ya que abarcan cualquier información relacionada con la observancia o el ejercicio de un determinado derecho” 167. De esta forma, suelen ser consagrados como metas o puntos de referencia pues a través suyo se expresan los niveles de partida o los niveles de goce efectivo del derecho deseados y 159 Naciones Unidas, Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos. Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Resolución del 11 de mayo de 2006. Parágrafo 3 160 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 7-8 161 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 21 162 Naciones Unidas, Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos. Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Resolución del 11 de mayo de 2006. Parágrafo 8. 163 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 12, nota al pié. 164 Naciones Unidas, Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos. Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Resolución del 11 de mayo de 2006 165 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008 166 Maya, Edgardo José, Gómez, Carlos Arturo, Linares Patricia y Uprimny Rodrigo. <<El derecho a la salud en perspectiva de derechos humanos y el Sistema de Inspección, Vigilancia y Control del Estado Colombiano en materia de Quejas en Salud.>> Procuraduría General de la Nación. Mayo de 2008. http://www.dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=derechos_sociales&publicacion=402 (último acceso: 21 de mayo de 2012). Pág. 65 167 Naciones Unidas, Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos. Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Resolución del 11 de mayo de 2006. Parágrafo 8. Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co Página | 36 predeterminados168 para un periodo determinado169. Los indicadores cuantitativos, por su parte, son aquellos que recogen información en formato numérico o en categorías precodificadas170 con el ánimo de medir el progreso en el goce efectivo hacia la meta fijada 171 desde una óptica subjetiva u objetiva. Estos últimos (los cuantitativos) se dividen, a su vez, en indicadores de estructura, proceso y resultado. Los de estructura “ se refieren a dimensiones normativas e institucionales y tienen que ver con la incorporación o no de las normas de derechos humanos pertinentes, y con la existencia o no de mecanismos institucionales adecuados que promuevan y protejan dichos derechos. Los indicadores de proceso analizan las políticas estatales directamente relacionadas con el cumplimiento de las obligaciones en derechos humanos por los Estados y comprenden los programas públicos e intervenciones específicas que un Estado adopta para realizar un determinado derecho. (Al hacer esto, evalúan la estructura descrita en términos de alcance, cobertura y contenido). Finalmente, los indicadores de resultados reflejan los logros, individuales y colectivos, que muestran el estado de realización de un derecho humano en un determinado contexto”172 (paréntesis fuera del texto). 168 Naciones Unidas, Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos. Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Resolución del 11 de mayo de 2006. Parágrafo 12 169 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 7, nota al pié. 170 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 12 171 Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de derechos humanos. Lineamientos para la elaboración de indicadores de progreso en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Documento 14. 19 de julio de 2008. Pág. 7, nota al pié. 172 Maya, Edgardo José, Gómez, Carlos Arturo, Linares Patricia y Uprimny Rodrigo. <<El derecho a la salud en perspectiva de derechos humanos y el Sistema de Inspección, Vigilancia y Control del Estado Colombiano en materia de Quejas en Salud.>> Procuraduría General de la Nación. Mayo de 2008. http://www.dejusticia.org/index.php?modo=interna&tema=derechos_sociales&publicacion=402 (último acceso: 21 de mayo de 2012). Pág. 66 Carrera 14 No. 99 – 33 PBX: 489 3900 – 489 3100 Bogotá - Colombia www.mintrabajo.gov.co