PSICOLOGIA AMBIENTAL Lic. Gladys Ferrari La Psicología Ambiental tiene sus orígenes en la década del 60. A lo largo de su evolución y desarrollo dicha disciplina fue generando varios intereses de diferentes ámbitos, lo que hoy hace de la misma una disciplina interdisciplinaria. En un principio, la Psicología Ambiental estuvo más enfocada en las explicaciones sobre la interacción hombre y medio ambiente. A lo largo de su desarrollo ha pasado por distintas faces cuyos objetivos de estudio fueron el ambiente natural donde el ser humano apenas ha intervenido, el medio construido y el ambiente social. El ambiente físico engloba aquellas condiciones externas que circundan la vida y que tienen influencia en las personas tales como temperatura, sonido, olor, iluminación. Los estudios sobre la incidencia de estos factores tiene su origen a partir de los cambios producidos por el deterioro de la atmósfera a partir de la industrialización generada por el progreso técnico. Actualmente, su interés está dirigido hacia el aporte de nuevas estrategias para mejorar la relación entre el ser humano y su medio. Para ello se distinguen tres formas diferentes de analizar las relaciones conductaambiente (Searget y Winkel, 1990 en Aragonés Amerigo, 2010) , estas son: 1 El paradigma adaptativo, donde se consideran los estresores, la cognición y la emoción ambiental en tanto el objetivo biológico psicológico de supervivencia motiva la conducta. 2 Ambiente como estructura-oportunidad para la acción dirigida, donde se estudian las relaciones entre los requerimientos conductuales dirigidos a objetivos y las características del ambiente. 3 Paradigma Sociocultural que enfatiza a la persona como agente social y el estudio de los problemas ambientales considerando a las personas como miembros de una estructura social Con respecto al objeto de estudio de la Psicología Ambiental es de gran relevancia enumerar los diferentes grados de la interacción entre el hombre y su medio. Según (Moser, 2003) existen 4 niveles de interacción: El Micro Ambiente representa el espacio privado o individual. Es donde se desarrolla la vida privada del hombre y donde se posee el control total del mismo. Corresponde al espacio personalizado, delimitado por barreras físicas o simbólicas, protegido de la intrusión del otro. El Ambiente de Proximidad representa lo semi público o semi privado. Aquí el espacio y el control son compartidos. El Macro Ambiente es el espacio público donde el control se encuentra mediatizado y delegado. En este ambiente (caracterizado por las grandes ciudades) surge un sentimiento de vulnerabilidad, de inseguridad a causa de la delincuencia, de la polución y aglomeración. Por último el Ambiente Global incluye la dimensión planetaria. El control se encuentra por fuera de las posibilidades individuales. Estos niveles demuestran que la interacción hombre-medio ambiente se caracteriza por una retroalimentación dada en diferentes grados que transcurre desde lo más particular a lo más global de la existencia. Múltiples temas pueden ser considerados en la Psicología Ambiental, tanto desde lo arquitectónico hasta lo social. “La Psicología Ambiental es una disciplina que se ocupa de las relaciones entre la conducta humana y el medio físico.” (Heimstra y Mc Farling , 1979:303), pero también “La Psicología Ambiental, entre otras cosas, aborda el estudio de los factores psicológicos, como creencias, actitudes, competencias, motivos, conocimientos, creencias ambientales, y la manera en la cual estas variables afectan y son afectadas por la interacción individuo-ambiente”. (López & Quiroga, 2006:159). Entre los problemas ambientales se encuentran los problemas en relación 2 a la calidad ambiental y los procesos de degradación del medio ambiente, las conductas proambientales (conducta ecológica responsable) y aspectos relacionados a la educación ambiental entre otros (Amérigo & Aragonés, 2010). Corral Verdugo y De Quiroz Pinheiro (2004) sostienen que la Psicología Ambiental se divide en dos campos. Por un lado, La Psicología Arquitectónica que estudia el efecto que tiene la construcción arquitectónica y el diseño de ambientes en la conducta del hombre. Por otro lado, la Psicología de la Conservación se centra en los efectos de la conducta humana en la conservación del medio ambiente. A lo largo de los años la relación del hombre con su medio ha sido definida de diferentes maneras de acuerdo al paradigma de cada época. En un principio se adoptó una visión dualista. La relación entre el medio ambiente y el hombre era vista en términos de confrontación. Hoy nos encontramos frente a un nuevo paradigma, el Paradigma de la Interdependencia Humana. El concepto de Interdependencia implica una visión sistémica. Esto significa que en un ecosistema, la supervivencia de los elementos componentes intervienen en la integridad del resto de los elementos. Por lo tanto, una pérdida de algún componente (o daño), generará un desequilibrio en el sistema (Amérigo & Aragonés, 2010). La responsabilidad del hombre sobre el cuidado del planeta, ha generado un espacio para la búsqueda de métodos que ayuden a la resolución de los problemas ambientales y la Psicología ocupa un rol fundamental en búsqueda de soluciones de estas cuestiones, ya que las conductas humanas son uno de los principales influyentes de este deterioro (Amérigo & Aragonés, Op. Cit.). Según Thompson y Barton (1994, en Amérigo & Aragonés, Op.Cit) la preocupación por el cuidado y la protección del medio ambiente se basa en dos distintos valores: el Antropocentrismo y el Ecocentrismo. El primero se sustenta en una preocupación por el cuidado de la naturaleza en relación a 3 los beneficios materiales que la misma puede proporcionar, el segundo concepto no posee otro fin que no sea el cuidado del medio ambiente. Entonces el paradigma de la interdependencia entre el hombre y su ambiente rompe con la dualidad que enfrenta el antropocentrismo con el ecocentrismo. Privilegia la visión que afirma que el medio ambiente necesita del hombre para preservarse como así también el ser humano requiere de la naturaleza para poder sobrevivir. Esta nueva visión nos demuestra una perspectiva holística e integradora, no dicotómica. Además, existen estudios exploratorios que afirman que el antropocentrismo y el ecocentrismo se pueden correlacionar con la dimensión individualismo-colectivismo. Los resultados obtenidos en dichos estudios indican que es posible sostener que la postura Antropocéntrica se inclina mas al individualismo, mientras que por el contrario, el ecocentrismo se acerca más al colectivismo (Amérigo & Aragonés, op.cit) En relación a las actitudes hacia el medio ambiente y la conducta ecológica González A. y Amérigo M.(1999), han realizado un estudio de campo para comprender la relación entre la actitud proambiental del reciclaje y la conducta de reciclar. Los resultados de dicha investigación evidenciaron que las actitudes proambientales se vinculan positivamente con el ecocentrismo y negativamente con el Antropocentrismo. Los sujetos que mostraron una actitud de reciclaje habitual se mostraron más ecocéntricos y proambientalistas, mientras que el antropocentrismo se mostró más negativo con la conducta de reciclaje. Según una investigación realizada respecto de la relación entre los valores, las actitudes y la conducta ecológica responsable se ha evidenciando que Conducta Ecológica Responsable García J. Y López Puga J. (2007), depende de los valores, actitudes y de la importancia que se le da al medio ambiente. 4 Con estas investigaciones se observa que tanto las actitudes como las conductas que deben generarse en el hombre, van a ir de la mano del ecocentrismo, ya que el mismo se caracteriza por ser una acción basada en aquellos valores que aportan un enfoque tanto profundo como comprometido con la protección del medio. Según una investigación realizada por Corral Verdugo y Queiroz Pinheiro (Op.Cit) hay tres etapas en la historia de la Psicología Ambiental y la conducta sustentable. En un primer momento, a finales de los años sesenta, se comenzó a generar una conciencia sobre lo indispensable de vivir en equilibro y armonía con la naturaleza, así como de los límites de los recursos naturales. Esta etapa concuerda con el origen del movimiento verde en Europa y Estados Unidos. A su vez, surgen las primeras publicaciones especializadas en Psicología Ambiental. En un segundo momento, se ubica el período intermedio en el cual se reconoce la importancia de trabajar de una manera interdisciplinaria. Surgen nuevas explicaciones al comportamiento ambiental desde una perspectiva cognoscitiva. Del mismo modo, se comienzan a utilizar términos ambientales de una manera más natural y firme como: conducta ecológica, comportamiento proambiental y conducta ambiental responsable. Este es el momento donde se comienzan a aplicar los modelos conductuales como el de la Teoría de la acción razonada de Fishbein y Ajzen (1975). Es importante destacar que todavía en este momento, la mayoría de los psicólogos ambientales estaban más centrados en la parte arquitectónica y del diseño ambiental que en el estudio de la conservación del medio ambiente. El tercer momento corresponde al período actual, que incluye desde los finales de los 90 hasta la fecha. Este momento se caracteriza principalmente por el avance de los problemas ambientales. La Psicología 5 Arquitectónica esta siendo desplazada por las investigaciones en conducta sustentable, a la inversa de la etapa anteriormente mencionada. Los problemas actuales incluyen: la preocupación sobre la escasez de recursos naturales como el agua y el calentamiento global que pasó a ser una realidad aunque se trate de minimizar su efecto en los medios. A partir de esta etapa, no es solamente Estados Unidos el país hegemónico en el estudio de la conducta protectora del medio ambiente, sino otras naciones dentro de Europa, Asia, Latinoamérica y en menor medida África que también dedican un gran interés en los problemas relacionados con la conducta ambiental (Corral Verdugo V. Y de Queiroz Pinheiro J., 2004) Castro (2001, en Amérigo et al, op.cit, p.344) define al comportamiento proambiental como “aquella acción que realiza una persona ya sea de forma individual o en un escenario colectivo, a favor de la conservación de los recursos naturales y dirigida a obtener una mejor calidad del medio ambiente”. “Comportarse de manera ecológicamente responsable supone, por tanto, actuar siendo conscientes de las consecuencias que tienen nuestras acciones sobre el medio ambiente. Esto es, saber que se influirá directa o indirectamente sobre el medio, tanto si se ahorra energía eléctrica o se reutilizan los envases, como si se presiona a los gobiernos para que controlen legislativamente el uso de pesticidas o se participa en una campaña antinuclear. (Hernández y Suárez, 1997, en Amérigo & Aragonés op.cit, p.308). Entonces investigar sobre las bases psicológicas que influyen en el comportamiento proambiental, permite diseñar intervenciones que promuevan una conducta ecológica responsable en el hombre. Y para el diseño de procedimientos de intervención se han consultado modelos teóricos de otras disciplinas, predominantemente de la Psicología Social, observándose que hay una gran influencia y relación con el cambio de actitudes. Una actitud representa la evaluación favorable o desfavorable de 6 una persona hacia algún objeto (Cialdini, Petty & Cacioppo, 1981, en Amérigo & Aragonés). Fishbein (1990) afirma que: “la actitud de una persona para realizar una conducta dada esta en función de sus creencias mas importantes (predominantes en la mente) que le indican que al realizar la conducta logrará ciertos resultados y la evaluación personal de estos resultados. Entre mas se crea que realizar el acto especifico llevará a logros positivos (o prevendrá resultados negativos), mas favorables la actitud de la persona hacia dicha conducta. Contrariamente, entre mas se piense que realizar la conducta llevara a consecuencias negativas, o evitará logros positivos, más negativa la actitud. Las actitudes ambientales son definidas como “aquellos sentimientos favorables o desfavorables que se tienen hacia alguna característica del ambiente físico o hacia un problema relacionado con él” (Holanan, 1987 en Alvarez & Vega, 2009, p.247). Según López & Quiroga (2006, p.160) “las actitudes ambientales son las opiniones que se tienen acerca de proteger el ambiente y conservar los recursos”. Y también es importante la posibilidad de generar conciencia en el hombre sobre el cuidado del medio ambiente. Para ello es importante que se tenga en cuenta la percepción de riesgo, El Riesgo es definido por primera vez en 1983 por Lee (en Puy, 1995) como la evaluación combinada que un individuo hace de la probabilidad de que un evento adverso ocurra en el futuro y de sus consecuencias probables. Es una construcción social, las percepciones del peligro dependen del significado que se da a los objetos de preocupación potencial. Los factores que influyen son: Posteriormente, Fernández M. A (1996:20) definió al mismo como: “La probabilidad de que a una población (personas, estructuras físicas, sistemas productivos, etc.), o segmento de la misma, le ocurra algo 7 nocivo o dañino. Para que exista un riesgo debe haber tanto una amenaza (o, como algunos dirían, un peligro) como una población vulnerable a sus impactos, siendo la "vulnerabilidad" la propensión de sufrir daños que exhibe un componente de la estructura social (o la naturaleza misma). El riesgo es, en consecuencia, una condición latente o potencial, y su grado depende de la intensidad probable de la amenaza y los niveles de vulnerabilidad existentes. En este sentido, la vulnerabilidad es una expresión del desequilibrio o desajuste, en igual medida, entre la estructura social (ampliamente concebida) y el medio físico-constructivo y natural que lo rodea. La vulnerabilidad, entonces, nunca puede tener un valor absoluto, sino que depende siempre del tipo e intensidad de la amenaza. “ La percepción del riesgo es una construcción social. Se caracteriza por el peligro y la vulnerabilidad ante una situación amenazante. Es multidimensional. Esto significa que las personas evalúan una serie de características del peligro. Algunos de los factores que intervienen en la percepción pública del riesgo son: la confianza, Seguridad que se tiene en la información o en quienes la proveen. La incertidumbre, información insuficiente, El control de la situación, Locus de control interno o externo. Evento natural o producido por la acción del hombre. Los efectos catastróficos o crónicos, la capacidad para tomar conciencia de la situación y la evaluación costo-beneficios (Gil de Miguel et al, 2006). Pero considerando que la percepción es la forma en que interpretamos los estímulos y que ello depende de nuestras expectativas, intereses y creencias, el resultado de la evaluación costos beneficios pueden depender más de cuales son los beneficios que se pueden tener aunque ello implique una amenaza para el medio ambiente en tanto el hombre siempre dirige sus intereses hacia la obtención de poder a diferencia de la naturaleza que busca su equilibrio. 8 Desde la revolución industrial la actividad humana ha provocado modificaciones en varios componentes del sistema. Por algo, es en esa época que el arte pictórico comienza con una nueva corriente que es la de la naturaleza muerta, término que aparece por primera vez en Holanda hacia 1650, stilleven que significa modelo inerte, naturaleza inmóvil, Un siglo más tarde en Francia se acuña el concepto nature morte (Scheneider, 1992). La temática de estos cuadros representa una transformación en la escala de valores, un interés en los bienes creados gracias a las nuevas formas de producción, pero también cambios en la producción agrícola, que dio lugar a que todas las capas sociales pudieran aprovechar este desarrollo, resultando entonces una experiencia positiva. Situación esta que produce la alienación de los trabajadores, y en las pinturas la figura humana pasa a ser secundaria en relación a la predominancia que ganan las mercancías. Estas nuevas formas de producción generan nuevas necesidades y nuevos gustos, reorganizándose la experiencia sensible y las representaciones que el hombre realiza de su medio ambiente, que van a estar relacionadas con sus necesidades fundamentales. Así, por ejemplo, la disposición del medio ambiente refleja la organización social, valores culturales, relaciones jerárquicas, calidad y función de los grupos, etc. Y la representación social que nos hacemos de los cambios que se están produciendo conciernen a la manera en que nosotros, sujetos sociales, aprendemos los acontecimientos de la vida diaria, las características de nuestro ambiente, las informaciones que en él circulan e identificamos a las personas de nuestro entorno próximo o lejano…” La representación es una acción psicológica que posee una función simbólica, ya que implícitamente contiene un significado y éste tiene que ver directamente con la situación del sujeto frente al mundo en que vive y con el que se relaciona. Por eso Moscovici (1986) considera la representación como una organización psicológica, una modalidad de conciencia particular. Entonces para generar los cambios en las actitudes debemos considerar 9 las teorías de la picología social tales como la Teoría de la Acción Razonada que es un modelo predictivo de la conducta humana propuesto por Fishbein & Ajzen. La misma es una teoría que afirma que las actitudes tienen implicaciones conductuales, y la conducta se deriva directamente de una intención. Dicha Intención esta determinada por actitudes hacia la conducta y normas subjetivas. Por un lado, la actitud hacia la conducta es definida como la suma de evaluaciones de las creencias . Por otro lado, las normas subjetivas se componen de la creencia acerca de cómo los otros significativos consideran la realización de la propia conducta. Teoría de la Disonancia Cognitiva de León Festinger, desarrollada en 1957 resultó ser una de las teorías más influyentes de la Psicología Social durante los años 60s y 70s. En esa teoría, Festinger reemplaza el concepto de equilibrio de Heider por el de consonancia. Y a su vez, el concepto de desequilibrio por el de disonancia, afirma que cuando hay una discrepancia o inconsistencia entre las cogniciones de una persona la mente busca reducir o desaparecer tal estado de tensión. Este se modifica reduciendo o eliminando algunos de los elementos en cuestión. El elemento central de la teoría de la disonancia cognitiva son las cogniciones. Festinger las define como porciones de conocimiento. Existen tres alternativas o mecanismos psicológicos para reducir la disonancia: Cambiar cogniciones, agregar cogniciones consistentes, alterar la importancia de las cogniciones. Teoría de la Comunicación Persuasiva Con respecto a la persuasión, la misma se define como “una comunicación intencionada, premeditada, con objetivos concientes, preestablecidos, y específicos cuyo efecto es la creación, disminución, aumento o conversión de opiniones, actitudes y/o conductas” (Smith y otros, en D’Adamo, García Beaudoux, 2007:62) 10 La persuasión puede tener varios efectos principalmente sobre las actitudes humanas. En primer lugar, puede generar nuevas opiniones como también actitudes en el hombre. Por otro lado, puede incrementar o disminuir la fortaleza de las actitudes ya existentes. Por último, otro efecto es lograr trasladar opiniones existentes y transformarlas en otra postura opuesta (D’Adamo, García Beaudoux, op.cit). para comprender cuándo una comunicación resulta efectivamente persuasiva para modificar o reforzar ciertas actitudes, es necesario distinguir cuatro componentes. Ellos son: la fuente, el mensaje, la audiencia, el canal y los tipos de efectos. La Comunicación Ambiental es definida por Castro (1999 en Amérigo et al, op.cit, p. 350) como “un proceso de desarrollo e intercambio de mensajes entre diversos actores, con el objetivo de promover la extensión de conocimientos, actitudes y comportamientos proambientables y sostenibles” Según Amérigo et al. (op.cit) existen dos componentes fundamentales en la Comunicación Ambiental. Por un lado, el manejo de la información. Esta estrategia tiene como fin expresar el contenido para que las personas puedan comprenderla y de este modo recordarla. Por otro lado, la comunicación persuasiva tiene como fin lograr la motivación y una actitud favorable de las personas, comunicando a través de argumentos que apoyen una postura proambiental específica. Uno de los aspectos a considerar en el mensaje es su capacidad para ser comprensible, pero el generar emoción también puede hacerlo más persuasivo. Y el arte es una manera en que se trasmiten mensajes que generan emoción y conciencia (Schama, 2007) . Por ejemplo, uno de los principales asuntos que se trató en el Concilio de Trento fue el papel que desempeñaban las pinturas sagradas a la hora de inspirar el culto, la veneración y la obediencia, pero el renacimiento representaba figuras muy idealizadas y eso hizo que la iglesia pensara que estaba perdiendo fieles porque no podían identificarse con esas figuras y así fue como un pintor 11 como Caravaggio cuyos modelos eran personas terrenales, fuera elegido por la iglesia para volver a acercar a sus fieles. Otro ejemplo, en 2033 el secretario de estado norteamericano Colin Poweel debía exponer ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la posibilidad de una intervención armada en Irak, pero alguien observó un detalle inconveniente en el lugar, un tapiz que reproducía el Guernica de Picasso, y entonces se buscó cortinas para taparlo para cubrir el efecto que podría causar en la audiencia. BIBLIOGRAFÍA - Alvarez, P., Vega. P. (2009). Actitudes ambientales y conductas sostenibles. Implicaciones para la educación ambiental. Revista de Psicodidáctica, 1 - Amérigo M. , Aragonés, J.I. (2010). Psicología Ambiental. España: Pirámide. - Amérigo M., González A. (1999). Actitudes hacia el medio ambiente y conducta ecológica. Psicothema, - D’Adamo O.J, García Beaudoux V., Freidenberg, F. (2007). Medios de comunicación y opinión pública. España: McGraw-Hill. - García J. & Puga López J. (2007). Valores, actitudes y comportamiento ecológico modelados con una red bayesiana. 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