Regulación legal de la profesión y la relación laboral de los abogados

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Regulación legal de la profesión y la
relación laboral de los abogados
Por VÍCTOR MANTECA VALDELANDE
Doctor en Derecho
Diario La Ley, Nº 6710, Sección Doctrina, 10
May. 2007, Año XXVIII, Ref. D-111, Editorial
LA LEY
LA LEY 1732/2007
El pasado mes de octubre se publicó la Ley
34/2006
que
regula
el
acceso
a
las
profesiones de abogado y procurador de
los tribunales, cuya entrada en vigor se
producirá en el plazo de cinco años desde
la fecha de publicación. De acuerdo con la
nueva Ley será exigible estar en posesión
de los títulos profesionales de abogado y
procurador de los tribunales, además del
título universitario en Derecho para ejercer
ambas profesiones en España, si bien el
nuevo texto legal incluye algunos casos de
exención y convalidación. Por otra parte
las relaciones laborales de los abogados
que prestan servicios por cuenta ajena en
despachos
individuales
o
colectivos
se
rigen desde el pasado 19 de noviembre
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por lo dispuesto en el RD 1331/2006 (BOE
18
de
noviembre
convenios
de
colectivos
2006),
por
específicos
los
de
aplicación exclusiva a los despachos de
abogados y por los usos y costumbres
existentes en este sector profesional y
supletoriamente por el Estatuto de los
Trabajadores y demás normativa laboral.
Disposiciones comentadas
I. REGULACIÓN DEL ACCESO A
PROFESIONES ABOGADO Y
PROCURADOR
1. Antecedentes
Como antecedente hay que recordar la ya
tradicional
reivindicación
de
los
últimos
congresos de la Abogacía española donde se ha
puesto
de
necesidad
manifiesto
de
con
capacitación
reiteración
la
profesional
específica y adicional a la formación académica
universitaria
para
estos
colaboradores
esenciales en el ejercicio de la tutela judicial
efectiva principalmente en lo que hace a la
formación en la práctica profesional. Además no
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hay que olvidar que el propio Libro Blanco de la
Justicia
reclamaba
hace
casi
diez
años
la
necesidad de capacitación práctica de estos
profesionales; asimismo también desde el ámbito
académico la reunión de decanos de facultades
de
Derecho
de
las
universidades
española
señaló hace poco más de dos años la urgencia
y
necesidad
de
regular
el
acceso
a
las
profesiones de abogado y procurador mediante
la superación de cursos de contenido práctico
diseñados conjuntamente entre universidades y
colegios profesionales.
2. Nuevos requisitos para ejercer la
profesión
La nueva Ley (LA LEY 10470/2006) regula las
condiciones
de
obtención
de
los
títulos
profesionales de abogado y de procurador de
los tribunales como colaboradores en el ejercicio
de la tutela judicial efectiva de manera que
quede garantizado el acceso de los ciudadanos
a
un
asesoramiento,
defensa
jurídica
y
representación técnica de calidad. Además la
Ley regula el acceso a estas profesiones como
una exigencia de carácter constitucional debido
a las manifiestas funciones de colaboración que
prestan
en
el
buen
funcionamiento
de
la
justicia; por otra parte la propia experiencia
muestra que la actuación ante los tribunales de
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justicia y las actividades de asistencia jurídica
exigen la acreditación de una capacitación
profesional
adecuada
que
hoy
día
tienen
mayores alcances y exigencias que la mera
titulación
universitaria,
lo
cuya
justifica
la
regulación de estos dos títulos profesionales
complementarios a la titulación académica en
Derecho, el título de abogado y el título de
procurador de los tribunales, todo ello además
con
el
horizonte
en
la
homologación
de
profesiones que se requiere en el ámbito del
mercado único europeo.
De este modo será necesario poseer el título
profesional
de
abogado
para
desempeñar
actividades de asistencia letrada en aquellos
procesos judiciales y extrajudiciales en los que
la normativa vigente imponga o faculte la
intervención de abogado y también para prestar
asistencia letrada o asesoramiento en Derecho
utilizando la denominación de abogado, sin
perjuicio del cumplimiento de otros requisitos
legales
necesarios
para
el
ejercicio
de
la
Abogacía; por su parte la obtención del título
profesional de procurador de los tribunales es
necesario para desempeñar la representación
legal
de
las
partes
en
procesos
judiciales
realizando actos de comunicación a las partes y
otros actos de cooperación con la oficina
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judicial, sin perjuicio de los demás requisitos
exigidos por la Ley para ejercer esta profesión.
El título profesional de abogado y procurador de
los tribunales será requisito imprescindible para
el ingreso en los correspondientes Colegios
profesionales.
Para la obtención de ambas titulaciones será
preciso
estar
en
posesión
de
la
titulación
académica de licenciado en Derecho o del título
de grado que la sustituya de acuerdo con la
normativa
de
universidades;
pero
además
deberán acreditar una capacitación profesional
concreta
para
mediante
la
cada
ejercicio
superación
de
un
profesional
curso
de
formación especializada y las correspondientes
pruebas de evaluación.
3. Capacitación profesional de abogado
y procurador
Esta
formación
específica
será
impartida
mediante cursos de formación acreditados por
los Ministerios de Justicia y educación a través
de un procedimiento especial y podrán ser
impartidos por universidades públicas o privadas
o escuelas de práctica jurídica y los títulos
profesionales serán expedidos por el ministerio
de Educación y Ciencia.
Las escuelas de práctica profesional creadas
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por Colegios de abogados que hubieran sido
homologadas por el Consejo General de la
Abogacía también podrán impartir y organizar
estos cursos para acceder a la evaluación
oficial
que
permita
la
obtención
del
título
profesional, pero para que pueda procederse a
la acreditación de dichos cursos, a efectos de
la determinación de su programa, contenido,
profesorado y otras circunstancias, las escuelas
de práctica jurídica deben tener un convenio de
colaboración con una universidad pública o
privada por el que se garantice el cumplimiento
de las exigencias generales en materia de
contenido, duración, titulación y cualificación
del
profesorado
y
duración
de
los
cursos
impartidos.
Además de la formación en el plano teórico,
estos cursos deberán prever un periodo de
formación de prácticas externas en el ámbito de
cada
ejercicio
orientados
al
profesional
ejercicio
de
según
la
estén
profesión
de
abogado o procurador.
Como
quiera
que
se
trata
de
profesiones
eminentemente relacionadas con la práctica la
Ley
(LA
importancia
LEY
a
10470/2006)
la
formación
da
de
una
gran
prácticas
externas, de modo que deberán constituir la
mitad del contenido formativo de los cursos y
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que cada alumno que las realice deberá estar a
cargo de un tutor que se halle en posesión del
título de abogado o procurador de los tribunales
con un ejercicio profesional superior a cinco
años y deberán tener una extensión mínima de
la mitad del contenido formativo del curso de
formación. A este respecto la Ley incluye un
mandato de incluir en los estatutos generales
de
la
Abogacía
y
de
la
Procura
la
reglamentación de los requisitos y condiciones
para el desempeño de esta tutoría, así como los
derechos y obligaciones del tutor.
La evaluación de la aptitud profesional en la que
deberá concluir el proceso de formación y
capacitación tendrá por objeto acreditar de
manera objetiva la formación práctica necesaria
para ejercicio de la profesión de abogado o
procurador así como el conocimiento de las
normas
deontológicas
y
profesionales
respectivas; de este modo, las comisiones de
evaluación de aptitud profesional deberán ser
convocadas conjuntamente por los ministerios
antes señalados previa consulta a la comunidad
autónoma
coordinación
correspondiente,
universitaria
el
y
consejo
los
de
consejos
generales de la Abogacía y de los colegios de
procuradores; además deberá regularse por vía
reglamentaria la compasión de esta comisión de
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evaluación para el acceso a estas profesiones
que serán únicas para los cursos realizados en
el
ámbito
territorial
autónoma
y
entre
de
cada
cuyos
comunidad
miembros
habrá
algunos designados por Consejo General de la
Abogacía española y de los procuradores de los
tribunales;
además
cuando
el
número
de
aspirantes así lo aconseje podrá constituirse
una
comisión
evaluadora
para
los
cursos
realizados en el territorio de varias comunidades
autónomas, pero tanto la evaluación para el
acceso
a
la
Abogacía
como
a
la
Procura
deberán tener contenido único para todo el
territorio español en cada convocatoria, por vía
reglamentaria se determinará el procedimiento
por el cual el Ministerio de justicia fijará el
contenido de cada evaluación con participación
de
las
universidades
organizadoras
de
los
cursos, del Consejo General de la Abogacía
española
y
del
Consejo
General
de
los
Procuradores de los tribunales.
Las convocatorias para la obtención de ambos
títulos
profesionales
periodicidad
al
menos
deberán
anual
tener
y
no
una
podrá
establecerse un número de plazas limitado. Por
vía reglamentaria se regulará tanto el proceso
de convocatoria como los lugares y forma de
celebración de las evaluaciones, la publicación y
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comunicación de resultados y otros requisitos
necesarios
para
su
realización;
además
se
regularán los programas que incluyan materias
relativas
a
Comunidad
los
derechos
Autónoma
y
propios
el
de
sistema
la
de
evaluación de modo diferente para la Abogacía
y la Procura de conformidad con los requisitos
diferente para cada profesión.
Con independencia de todo esto la propia Ley
dispone que el ejercicio permanente de la
profesión de abogado y procurador con título
profesional obtenido en otro Estrado miembro de
la Unión Europea o del Espacio Económico
Europeo deberá regularse mediante legislación
especial.
4. Excepciones a la obligación de
titulación profesional
La
Ley
(LA
LEY
10470/2006)
contempla
excepciones a la obligación de obtener el título
profesional; así los funcionarios públicos que
hayan accedido a un cuerpo o escala del Grupo
A en su condición de licenciados en Derecho
estarán exonerados de obtener el título de
abogado o el de procurador de los tribunales
siempre
que
asistencia
desempeñen
letrada
o
funciones
asesoramiento
de
jurídico;
además también estarán exceptuados aquellos
que ingresen en el cuerpo de letrados de las
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Cortes generales, en alguno de los cuerpos de
la Asambleas legislativas autonómicas, en la
carrera judicial, en la carrera fiscal, en el
cuerpo de secretarios judiciales o en algunos de
los cuerpos comunes de las fuerzas armadas en
su condición de licenciados en Derecho.
Por otra parte estos títulos profesionales de
abogado y procurador no serán exigibles a
quienes, sin estar incorporados a un colegio
profesional en el momento de la entrada en
vigor de la Ley (31 de octubre de 2011), sí
hubieran
estado
incorporados
antes
de
su
entrada en vigor durante un plazo de al menos
un año, siempre que procedan a colegiarse
antes de ejercer como tales profesionales y
además no hubieran causado baja por sanción
disciplinaria.
Con independencia de lo anterior, aquellos que
en el momento de la entrada en vigor de la Ley,
31 de octubre de 2011, se encuentren en
posesión del título universitario de licenciado o
grado en Derecho dispondrán de un plazo
máximo de dos años desde aquella fecha para
colegiarse como ejercientes o no ejercientes sin
que les sea exigible la obtención de la titulación
profesional.
5. Conclusión
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Para finalizar puede concluirse que la nueva Ley
remarca la importancia de la formación práctica
de estos dos profesionales colaboradores de la
justicia de manera que quede mejor garantizada
su capacidad para prestar la asistencia jurídica
necesaria en la tutela judicial efectiva prevista
en la constitución, para lo cual ha conjugado
dos aspectos complementarios: la formación
universitaria y la práctica colegial haciendo más
hincapié en este último aspecto debido al
carácter eminentemente práctico que poseen
tanto el abogado como el procurador de los
tribunales,
pero
en
cualquier
caso
para
garantizar la efectividad y el carácter objetivo
de los titulados universitarios en Derecho se
incluye al final del periodo formativo práctico
una evaluación de naturaleza general que será
llevada a cabo por una comisión formada por
profesionales procedentes de diversos ámbito
pero con una importante representación de los
sectores afectados tanto universitario como
profesional.
II. RELACIÓN LABORAL DEL ABOGADO
CON EL DESPACHO PROFESIONAL
El objeto de la nueva regulación laboral de los
abogados es la prestación de la actividad
profesional
de
abogado
en
despachos
profesionales.
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Pueden tener la condición de empleadores en
este
tipo
de
relación
laboral
especial
los
titulares de despachos individuales o colectivos,
entendiéndose, a estos efectos, por despacho
colectivo aquel cuya titularidad corresponda
conjuntamente
a
agrupados,
régimen
en
dos
o
más
abogados
societario
o
bajo
cualquier otra forma admitida en derecho para
el ejercicio profesional de la Abogacía de forma
conjunta,
siempre
que
así
aparezcan
identificados ante los clientes y se atribuyan a
la
sociedad
constituir
que
los
eventualmente
derechos
y
pudieran
obligaciones
inherentes a la relación establecida con los
clientes. Además tienen la consideración de
despachos de abogados, a estos efectos, los
despachos
multiprofesionales
legalmente
constituidos que incluyan entre los servicios
profesionales que ofrezcan a sus clientes, lo
correspondientes al ejercicio profesional de la
Abogacía,
siempre
que
se
cumplan
las
condiciones para esta forma de ejercer la
profesión de abogados en las normas que la
regulan.
1. Derechos deberes y poder de
dirección
En su condición de trabajadores de regulación
laboral
especial,
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los
abogados
tienen
los
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derechos que establece el Estatuto de los
Trabajadores
en
sus
arts.
4.1
(LA
LEY
1270/1995) y 2 (LA LEY 1270/1995) con el
contenido y alcance que se establecen en el RD
(LA LEY 11133/2006) para cada uno de ellos.
Pero además de estos derechos, los abogados
en
relación
profesional
concertada
tienen
los
con
siguientes
despacho
derechos
adicionales:
— Posibilidad de actuar en todo
momento,
de
acuerdo
con
los
valores, principios, obligaciones y
responsabilidades que imponen a
los mismos las normas que rigen la
profesión de abogado, incluyendo
las éticas y deontológicas.
— Recibir, durante el desarrollo de
la relación laboral, la formación
necesaria para mantener un nivel
adecuado de capacitación técnica
y
profesional,
en
los
términos
previstos en el real decreto, en el
convenio colectivo que sea de
aplicación o en el contrato de
trabajo.
— Participar en las actividades
docentes
desarrolle
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e
el
investigadoras
despacho,
en
que
los
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términos que se acuerde en los
convenios colectivos de aplicación
o el contrato de trabajo que se
concierte.
— Poder asesorar y defender al
cónyuge y demás familiares pon
consanguinidad o afinidad hasta el
segundo grado inclusive, y en su
caso por adopción, sin perjuicio
del régimen de exclusividad que se
concierte.
Por otro lado los abogados también asumen en
el ejercicio de esta actividad profesional los
siguientes deberes y obligaciones respecto de
los despachos en los que se hallen contratados:
—
Cumplir
las
inherentes
a
obligaciones
los
profesionales
servicios
contratados
correspondientes a la profesión de
abogado, de conformidad con las
reglas de la buena fe y con la
diligencia exigida en las normas
que rigen la indicada profesión.
—
Cumplir
las
obligaciones
impuestas a los trabajadores en la
normativa
de
prevención
de
riesgos laborales y observar las
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medidas de prevención que se
adopten para proteger su salud y
seguridad en el trabajo así como
la de aquellas personas a que
pueda
afectar
su
actividad
profesional.
—
Cumplir
las
órdenes
instrucciones
del
titular
despacho,
valores
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de
del
salvo
contravengan
los
la
que
principios
Abogacía
e
o
y
las
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