Sentencia de Fondo

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Tipo de Sentencia: De Fondo
Redactor: Román Solís Zelaya
Clase de Asunto: Proceso especial de impugnación de actos de la Comisión Nacional del
Consumidor
Texto de la sentencia
Contenido de interés 1
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* 020005750161 CA*
EXP: 02-000575-0161-CA
RES: 000250-F-S1-2011
SALA PRIMERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.San José, a las nueve horas cinco minutos del diez de marzo de dos mil once.
Procesos especiales de impugnación de los actos de la Comisión para Promover la Competencia,
acumulados al expediente número 02-000575-0161-CA interpuestos por COOPERATIVA DE
PRODUCTORES INDEPENDIENTES (COOPELIBERIA R.L., representada por su gerente
con facultades de apoderado generalísimo Javier García Martínez, administrador de empresas,
también demandante en su carácter personal; COMPAÑÍA ARROCERA INDUSTRIAL
SOCIEDAD ANÓNIMA, representada por su presidente con facultades de apoderado
generalísimo sin límite de suma, Carlos Manuel González Alvarado, agricultor; JOSÉ
JOAQUÍN RODRÍGUEZ MORA, contador; ARROCERA LIBORIO SOCIEDAD
ANÓNIMA, representada por su apoderado Alexander Rodríguez Roque, empresario,
demandante en lo personal; ARROCERA EL PATIO SOCIEDAD ANÓNIMA, representada
por Jorge Castro Bernal, empresario, en su calidad de presidente con facultades de apoderado
generalísimo sin límite de suma, también demandante en su carácter personal; AGRÍCOLA
INDUSTRIAL DE OJO DE AGUA SOCIEDAD ANÓNIMA, representada por su presidente
con facultades de apoderado generalísimo sin límite de suma, Luis Alonso Araujo Castillo,
soltero, empresario, vecino de Alajuela, que demanda en lo personal; FREDDY SALAZAR
HERNÁNDEZ, director ejecutivo; ARROCERA RÍO CLARO SOCIEDAD ANÓNIMA,
representada por Hans Bucher Chévez, ingeniero químico, en su calidad de presidente con
facultades de apoderado generalísimo sin límite de suma; así como, el señor CARLOS
SÁNCHEZ ARJONA, de nacionalidad mexicana, ingeniero bioquímico, cédula de residencia
costarricense 150-104-0701314; contra el ESTADO, representado por su procurador
constitucional Luis Diego Flores Zúñiga. Figuran además, como apoderados especiales
judiciales, los licenciados Manuel Antonio González Sanz, Magda González Salas, Gastón
Francisco Peralta Volio, José Pablo Sánchez Hernández, Mauricio Salas Villalobos y Eduardo
Calderón Odio. Las personas físicas son mayores de edad y con las salvedades hechas, casados,
abogados y vecinos de San José.
RESULTANDO
1.Con base en los hechos que expusieron y disposiciones legales que citaron, las partes actoras
establecieron procesos que se acumularon y cuya cuantía se fijó en la suma de setenta y seis
millones quinientos tres mil quinientos cuarenta colones, a fin de que en sentencia se declare
como se expone de seguido: la de COOPELIBERIA R.L. y JAVIER GARCÍA MARTÍNEZ:
"1) Que es nula por ser contraria a derecho la Resolución de la Comisión para Promover la
Competencia contenida en el artículo octavo de la Sesión Ordinaria 10-02 celebrada a las
17:30 horas del 09 de abril del 2002, y que confirmó a su vez, la Resolución de esa misma
Comisión, contenida en el artículo octavo de la Sesión Ordinaria número 22-01 celebrada a las
17:30 horas del 26 de junio del 2001. 2) Que el Estado debe devolver cualquier suma de dinero
que los Actores se vieran obligados a pagar hasta su devolución efectiva, como consecuencia de
esa Resolución anulada. 3) Que el Estado debe pagar los daños causados al buen nombre
comercial de la empresa y a la reputación de su gerente.´; COMPAÑÍA ARROCERA
INDUSTRIAL S.A. y JOSÉ JOAQUÍN RODRÍGUEZ MORA, peticionan: "1. Que se
declare absolutamente nula la resolución impugnada, contenida en el artículo octavo de la
sesión ordinaria número 22-01 celebrada a las 17:30 hors (sic) del 26 de Junio de 2001, por
violarse el debido proceso y por falta de fundamentación de la resolución. 2. Que se anulen las
sanciones aplicadas, a la Compañía Arrocera Industrial y al señor José Joaquín Rodríguez
Mora. 3. Que se condene al Estado al pago de ambas costas del presente proceso y los daños y
perjuicios ocasionados."
; JORGE CASTRO BERNAL, LUIS ARAUJO CASTILLO, ALEXANDER RODRÍGUEZ
ROQUE, FREDDY SALAZAR HERNÁNDEZ, ARROCERA EL PATIO S.A.,
AGRÍCOLA INDUSTRIAL OJO DE AGUA S.A. Y ARROCERA LIBORIO S.A., piden
declarar lo siguiente: "1) Que es nula por ser contraria a derecho la Resolución de la Comisión
para Promover la Competencia contenida en el artículo sétimo de la Sesión Ordinaria número
10-02 celebrada a las 17:30 horas del 9 de abril del 2002, y que confirmó a su vez, la
Resolución de esa misma Comisión, contenida en el artículo sétimo de la Sesión Ordinaria
número 22-01 celebrada a las 17:30 horas del 26 de junio del año 2001. / 2) Que el Estado debe
devolver cualquier suma de dinero que mis representados se vieran obligados a pagar hasta su
devolución efectiva, como consecuencia de esa Resolución anulada. / 3) Que el Estado de (sic)
pagar los daños causados al buen nombre comercial de las empresas por mi representadas y a
la reputación de sus representantes, así como del Señor Freddy Salazar Hernández."
; ARROCERA RÍO CLARO S.A. Y CARLOS SÁNCHEZ ARJONA peticionan: "1) Que es
nula por ser contraria (sic) a derecho las resoluciones de la Comisión para Promover la
Competencia contenidas en los artículos décimo segundo y sexto de la Sesión Ordinaria número
10-02 de las 17:30 horas del 09 de abril del 2002, y que confirmó a su vez, la Resolución de esa
misma Comisión, contenida en el artículo octavo de la Sesión Ordinaria número 22-01
celebrada a las 17:30 horas del 26 de junio del 2001. / 2) Que el Estado debe devolver cualquier
suma de dinero que los Actores se vieran obligados a pagar más sus intereses legales hasta su
devolución efectiva, como consecuencia de esa Resolución anulada. / 3) Que el Estado debe
pagar los daños causados al buen nombre comercial de la empresa y a la reputación de su
representante."
2.El procurador contestó en forma negativa cada una de las demandas y opuso las excepciones de:
DEMANDA DE COOPELIBERIA Y JAVIER GARCÍA MARTÍNEZ: opuso las
excepciones de falta de derecho y la "genérica sine actione agit"; DEMANDA DE
ARROCERA INDUSTRIAL S.A. Y JOSÉ JOAQUÍN RODRÍGUEZ MORA: interpuso la
defensa de caducidad, que fue resuelta interlocutoriamente, y las excepciones de falta de derecho
y la "genérica sine actione agit". DEMANDA DE JORGE CASTRO BERNAL,
ARROCERA EL PATIO S.A. Y OTROS: plantea las excepciones de falta de derecho y la
"genérica de sine actione agit."
y DEMANDA DE ARROCERA RÍO CLARO S.A. Y CARLOS SÁNCHEZ ARJONA:
presentó la defensa de caducidad, que fue resuelta interlocutoriamente y las excepciones de falta
de derecho y la "genérica sine actione agit" .
3.El Tribunal Contencioso Administrativo, Sección Sétima, integrado por los Jueces Jorge Leiva
Poveda, Judith Reyes Castillo y Christian Hess Araya, en sentencia no. 100-2009-SVII de las 13
horas 30 minutos del 28 de octubre de 2009, dispuso: ³Se declara PROCEDENTE la demanda
interpuesta, se rechaza la excepción de falta de derecho y la "sine actione agit". Se declara la
invalidez de las resoluciones de la Comisión para Promover la Competencia adoptadas en el
artículo octavo de la sesión ordinaria 22-01 celebrada a las 17:30 horas del 26 de junio del
2001 y los artículos sexto, sétimo, octavo y décimo segundo de la sesión ordinaria Nº 10-02 de
las 17:30 horas del 9 de abril de 2002. Debe la Administración demandada proceder a dictar
nuevamente la resolución final con ajuste a derecho. Se condena en ambas costas a la parte
perdidosa.´
4.El Estado apeló y el Tribunal Contencioso Administrativo, Sección Octava, integrado por los
Jueces Francisco Jiménez Villegas, Carlos Espinoza Salas y Cristina viquez Cerdas, en sentencia
no. 31 -2010 de las 13 horas 45 minutos del 24 de marzo de 2010, dispuso: ³En lo que ha sido
objeto de recurso, se revoca parcialmente el fallo apelado únicamente en cuanto condenó al
Estado al pago de las costas, fallando el asunto sin especial condenatoria. En lo demás
confirma el fallo apelado.´
5.El representante estatal formula recurso de casación indicando expresamente las razones en que
se apoya para refutar la tesis del Tribunal.
6.En los procedimientos ante esta Sala se han observado las prescripciones de ley.
Redacta el Magistrado Solís Zelaya
CONSIDERANDO
I.El 8 de noviembre de 1999 Cooperativa de Productores Independientes (Coopeliberia R.L.),
Javier García Martínez, Compañía Arrocera Industrial S.A., José Joaquín Rodríguez Mora,
Arrocera Liborio S.A., Alexander Rodríguez Roque, Arrocera el Patio S.A., Jorge Castro Bernal,
Agrícola Industrial de Ojo de Agua S.A., Luis Alonso Araujo Castillo, Freddy Salazar
Hernández y Arrocera Río Claro S.A., como industriales del arroz y miembros de la Asociación
Nacional de Industriales del Sector Arrocero, suscribieron un convenio en los siguientes
términos: "Nos comprometemos formalmente a no comprar, aceptar en cesión, maquilar o hacer
cualquier otro tipo de negociación con cualquier empresa que realice importaciones
innecesarias de arroz, en los próximos meses, hasta que la Oficina del Arroz demuestre que la
producción nacional no sea suficiente para abastecer el país y se declare el respectivo proceso
de desbastecimiento (sic). (...)". La Unidad Técnica de Apoyo a la Comisión para Promover la
Competencia (esta última, abreviada en lo sucesivo como COPROCOM), mediante resolución
del 15 de diciembre de 1999 comunicó a quienes suscribieron ese acuerdo que iniciaba un
procedimiento administrativo en su contra, según lo dispuesto en el artículo 4 de su sesión
ordinaria no. 31 del 14 de diciembre de 1999. Luego del trámite de rigor y con base en el artículo
8 de la sesión ordinaria no. 22-01 celebrada del 26 de junio de 2001, la COPROCOM procedió a
dictar la resolución final del procedimiento, imponiendo diversas multas a los investigados. Los
afectados presentaron recursos de reconsideración y/o reposición, que fueron rechazados en la
sesión no. 10-02 del 9 de abril de 2002. Disconformes con lo decidido, los afectados acudieron a
sede judicial. Coopeliberia R.L. y Javier García Martínez solicitaron fuese declarada la nulidad
de las sesiones que impusieron la sanción y rechazaron los recursos interpuestos. Además
pidieron que el Estado devolviera cualquier suma de dinero que se vieran obligados a pagar
como consecuencia del acto anulado, y que el demandado debía cubrir los daños causados al
buen nombre comercial de la empresa y a la reputación de su gerente. Compañía Arrocera
Industrial y José Joaquín Rodríguez Mora también reclamaron la nulidad de las multas aplicadas.
Asimismo, requirieron que se condenara al Estado al pago de las costas, daños y perjuicios.
Jorge Castro Bernal, Luis Araujo Castillo, Alexander Rodríguez Roque, Freddy Salazar
Hernández, Arrocera El Patio S.A., Agrícola Industrial Ojo de Agua S.A. y Arrocera Liborio
peticionaron la nulidad de las resoluciones supradichas, así como la devolución de cualquier
suma de dinero que debieran pagar como consecuencia de los acuerdos atacados, y que se le
impusieran al demandado los daños causados al buen nombre comercial de las empresas y a la
reputación de sus representantes, así como del Señor Freddy Salazar Hernández. Finalmente,
Arrocera Río Claro S.A. y Carlos Sánchez Arjona pidieron la nulidad de las multas, la
devolución de los dineros, el pago de los daños causados al buen nombre comercial de la
empresa y la reputación de su representante. El Estado contestó en forma negativa e invocó en
cada una de ellas la excepción de falta de derecho y la "genérica sine actione agit". Al resolver
el fondo de la controversia, en primera instancia se acogió la demanda, se rechazó la falta de
derecho y ³la sine actione agit´. Se dispuso la invalidez de las resoluciones de la COPROCOM
adoptadas en el artículo 8 de la sesión ordinaria no. 22-01 celebrada el 26 de junio de 2001 y los
artículos 6, 7, 8 y 12 de la sesión ordinaria del 9 de abril de 2002. Además, se indicó que debía
dictarse de nuevo la resolución final, en esta oportunidad, ajustada a derecho, y le impuso el
pago de las costas. Disconforme con lo decidido el Estado apeló. En segunda instancia se revocó
el fallo tan sólo en cuanto a las costas, pues se resolvió el asunto sin especial condena. Los
restantes aspectos fueron confirmados. Manteniendo sus razones de desacuerdo, el Estado acudió
a la Sala, recurso que fue admitido por auto de las 14 horas 3 minutos del 12 de agosto de 2010.
II.Invoca un motivo de casación por razones de fondo. Estima quebrantados los artículos 11 inciso
b), 25, 26 y 64 de la Ley de la Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor
(LPCDEC), así como 130, 136, 158, 166, 167 y 233 de la Ley General de la Administración
Pública. El fundamento del Tribunal para anular los actos impugnados fue que la COPROCOM
no expresó los parámetros utilizados para cuantificar las multas en cada caso particular, previstos
en los numerales 25 y 26 de LPCDEC, explica, pues se desconoce si se graduaron por la
participación de cada uno en el mercado o conforme a su situación económica. La respuesta es,
indica, que ambos factores se tuvieron en cuenta, según se desprende de los actos anulados y los
documentos confidenciales anexos. La COPROCOM, manifiesta, sí indicó las razones que le
llevaron a imponer las multas, pero el fallo pretende que debió distinguirse para cada uno de
ellos el parámetro de las normas supra mencionadas, sin tomar en cuenta que por la forma en que
se produjo el ilícito, ello no se estimó necesario. De un lado se tiene el acuerdo de la Compañía
Arrocera Industrial y Agrícola Industrial Ojo de Agua para no comprar, aceptar, ceder o negociar
con las importadoras de arroz, dice, y por el otro un convenio de todos los actores de no comprar
a los productores nacionales. Tratándose de una conducta conjunta que se produce en un mismo
momento, sostiene, la apreciación de los aspectos para fijar la multa no debe separarse, pues se
desnaturalizaría la infracción y sus consecuencias, porque sólo debe distinguirse cuando lo exige
alguno de los elementos a valorar en la sanción. La multa impuesta, asegura, obedece a la
gravedad de la infracción y la amenaza o daño causado en conjunto, pues el comportamiento de
todos atentó contra el principio de libre competencia contenido en la normativa que se ocupa de
la materia. Debe tomarse en cuenta, estima, que los actores habían realizado un acto deliberado
que inducía a la salida de competidores del mercado o evitaban su entrada, de ahí que la
gravedad y amenaza de la falta en que incurrieron no sea posible separarla. La Comisión,
explica, analizó la participación de los actores y el tamaño del mercado afectado, la
intencionalidad y duración de la práctica, todo en conjunto, porque así se produjo. Luego agrega:
³Con relación a la intencionalidad es claro que se está ante una infracción de peligro que no
requiere un cuestionamiento de esta y por ende una precisión individual. En cuanto a la
duración de la práctica anticompetitiva está claro que el acuerdo y el convenio fue debidamente
circunstanciada (sic), en conjunto, como ocurrió.´La Comisión comprobó, agrega, que los
agentes son competidores entre sí y que el acuerdo tenía el propósito de restringir la competencia
y libre concurrencia para todo el mercado del arroz. Respecto a la reincidencia, la COPROCOM
no se basó en ese supuesto para fijar la multa. El voto pretende trasladar la carga de la prueba,
censura, pues era a los actores a quienes correspondía controvertir la apreciación de ³
dichos´
factores en el acto impugnado para graduar la sanción. Se presentó, asegura, una participación
mancomunada o indivisible, por lo que no es necesario distinguir los parámetros establecidos en
los artículos 25 y 26 relacionados respecto de cada uno. En torno a la cuantificación de la multa
según la capacidad económica, refiere que la sanción no puede responder a ³
un trato general por
más que el hecho imputado sea conjunto.́ La COPROCOM sí hizo una individualización,
sostiene, considerando las posibilidades de pago de cada uno, según se muestra con la diferencia
en los montos de las multas, lo que fue determinado con base en información económica sensible
provista por los actores, que consta en los estados financieros y las declaraciones de renta que
permiten valorar los excedentes, pérdidas, ingresos periódicos, activo circulante, ventas anuales
y márgenes de ganancia, todo lo cual dio como resultado una multa individual que no ocasiona
gran impacto en las finanzas. Esos documentos, explica, fueron recibidos de forma confidencial
y por ese mismo carácter la Comisión no expresó en el acto anulado una valoración detallada de
la capacidad de pago de cada uno, pues se hubiera afectado el secreto de esos datos. El fallo
sostiene que debieron expresarse los cálculos hechos para fijar el monto de las multas, a fin de
no dejar en indefensión a los actores, sin embargo, tal quebranto no se presenta, aclara, porque se
fundaron en información brindada por los mismos actores, y si bien se exige una demostración
matemática ³los mismos jueces reconocen en el fallo no es posible, porque no existe una
fórmula preestablecida al efecto´. Si los investigados estimaban que mediaba insuficiencia
patrimonial para cumplir la multa, comenta, debieron aportar la prueba pertinente, en tanto ellos
no están sujetos a un deber de confidencialidad. Es decir, añade, podían explicar y presentar la
prueba que controvirtiera la capacidad de pago que se les atribuyó. No estima que sea obligatorio
dictar resoluciones individuales que indiquen los cálculos, dice, pues la prueba de razonabilidad
de la multa frente a la capacidad de pago de cada agente podía hacerse mediante prueba pericial
de descargo, o para mejor proveer, en tanto es el sancionado quien debe probar los hechos en que
funda sus excepciones. Al no haberse comprendido de ese modo, explica, resultan lesionados los
numerales 25, 26 y 64 de la LPCDEC, así como 136 y 233 de la Ley General de la
Administración Pública. También estima violentados los cardinales 130, 133 y 135 ibídem, pues
en el acto consta el motivo, el contenido y reúne los requisitos sustanciales para su validez y
eficacia, conforme a los preceptos 158, 166 y 167 ibídem. Asimismo considera conculcado el
artículo 11 inciso b) de la LPCDEC en tanto el Tribunal ³
no se hace cuestión alguna sobre el
hecho sancionado,́ esto es, haberse cometido una práctica monopolística ilegal.
III.El artículo 28 (antiguo artículo 25 pero reubicado en virtud del artículo 80 de la Ley de
Contingencia Fiscal no. 8343 del 18 de diciembre de 2002) de la LPCDEC señala: ³La Comisión
para promover la competencia puede ordenar, mediante resolución fundada y tomando en
consideración la capacidad de pago, a cualquier agente económico que infrinja las
disposiciones contenidas en el capítulo III de esta Ley, las siguientes sanciones: a) («). b) («).
c) («). d) («). e) El pago de una multa, hasta por seiscientas ochenta veces el monto del menor
salario mínimo mensual, por haber incurrido en una práctica monopolística absoluta. f) («). g)
(«). h) El pago de una multa, hasta por setenta y cinco veces el monto del menor salario
mínimo mensual, a las personas físicas que participen directamente en las prácticas
monopolísticas o concentraciones prohibidas, en representación de personas jurídicas o
entidades de hecho o por cuenta y orden de ellas.´/ En el caso de las infracciones mencionadas
en los incisos del e) al h) de este artículo que, a juicio de la Comisión para promover la
competencia, revistan gravedad particular, esta Comisión puede imponer como sanción una
multa equivalente al diez por ciento (10%) de las ventas anuales obtenidas por el infractor
durante el ejercicio fiscal anterior o una hasta por el diez por ciento (10%) del valor de los
activos del infractor. De esas dos multas se impondrá la que resulte más alta. / Para imponer
tales sanciones deben respetarse los principios del debido proceso, el informalismo, la verdad
real, el impulso de oficio, la imparcialidad y la publicidad, los cuales informan el procedimiento
administrativo estipulado en el Libro Segundo de la Ley General de la Administración
Pública.(«)´. (El destacado es suplido). Al amparo de esta norma, y por considerar que los
actores incurrieron en una práctica monopolística absoluta, prevista en el artículo 11 de ese
mismo cuerpo normativo, a los actores les fue impuesta la multa que combaten en este proceso.
Considerando que las bandas fijadas para cuantificar la sanción son extraordinariamente anchas
(de 1 a 680 veces el monto del menor salario mínimo mensual para los agentes económicos y de
1 a 75 veces el monto del menor salario mensual para las personas físicas ) a fin de no convertir
la discrecionalidad administrativa en arbitrariedad, el legislador se ocupó de normar los
parámetros que deben examinarse de previo a fijar una determinada multa. Así, el artículo 29
ibídem señala: ³Para imponer las multas a que se refiere el artículo anterior, la Comisión para
promover la competencia debe tomar en cuenta como criterios de valoración: la gravedad de la
infracción, la amenaza o el daño causado, los indicios de intencionalidad, la participación del
infractor en el mercado, el tamaño del mercado afectado, la duración de la práctica o
concentración, la reincidencia del infractor y su capacidad de pago.´(El destacado es suplido).
En el sub-lite, el órgano jurisdiccional de la primera instancia estimó que el pronunciamiento
adolecía de un análisis individualizado de la responsabilidad de cada uno de los investigados y
de los criterios utilizados para imponer las sanciones. En la misma línea, la segunda instancia
añadió, en lo fundamental, que no existía un criterio para valorar si las multas impuestas a cada
una de las empresas lo fue conforme a su participación en el mercado del arroz, o por su
capacidad económica, lo que impide realizar un análisis de la razonabilidad y proporcionalidad
de las sanciones. El recurrente objeta que se tomó en cuenta tanto la participación de cada agente
en el mercado, como su situación económica, lo que se ³
desprende de los actos anulados.́
Contrario a su dicho, tal conclusión no se obtiene del pronunciamiento atacado, pues si bien se
analizó la participación de cada uno de ellos en el mercado, y se refirió que se había tomado en
cuenta su capacidad económica ±sin brindar mayores detalles- en ningún punto se indicó cómo
se conjugaron ambos elementos respecto de cada uno de los investigados para fijar una
determinada multa. Por otra parte, el que la práctica monopolística sancionada provenga de un
concierto de voluntades, en el que, podría decirse, todos tuvieron igual intervención, no permite
sostener, como pretende, que el análisis conjunto de la conducta ilícita hace innecesario el
examen individualizado de la multa impuesta, toda vez que dentro de los parámetros que deben
ponderarse para cada uno de ellos, está la capacidad de pago, que no necesariamente es
uniforme, por lo que se vuelve imprescindible, como exigencia derivada del deber de
fundamentación que integra el debido proceso, que se motive de manera individualizada la
imposición de la multa. No desconoce la Sala que en este tipo de asuntos se maneja información
sensible cuya publicidad podría lesionar los intereses de las empresas, recaudo que, según se ha
venido diciendo en las instancias precedentes, debe guardar la COPROCOM, pero esto no
implica, como parece haberse entendido, que su resolución pueda ser ayuna de los elementos que
consideró, la forma en que los ponderó, o cómo correlacionó la capacidad económica de cada
agente con una determinada multa, pues si bien todos incurrieron en la misma conducta
sancionada, los montos impuestos difieren, lo que sin mayores fundamentos y explicaciones
resulta arbitrario. Luego, es imprescindible un análisis puntual que permita al agente sancionado
entender y revisar los parámetros a partir de los cuales le fue impuesta la sanción, a fin de que
esté en condiciones de ejercer su defensa técnica. Es claro que el afectado no puede controvertir
la multa ±de juzgarlo necesario- si ni siquiera tiene claros los parámetros que fueron ponderados
para su cuantificación. La ³
participación mancomunada o indivisible´que les achaca el
recurrente pierde de vista que las sanciones impuestas fueron cuantitativamente diferentes, lo que
hace necesario indicar los aspectos analizados en cada caso. Su argumento de que sí se hizo una
individualización de las multas, lo que se evidencia con la diferencia de los montos impuestos,
implica invertir el orden de las cosas, pues a la luz de las razones señaladas, las multas
individualizadas han de ser el resultado de la ponderación de una serie de criterios que deben ser
manifestados de forma expresa y no a la inversa. Si bien puede admitirse que para fijarlas se
utilizó información sensible brindada por los actores, el pronunciamiento atacado no indicó cuál
de esa información y de qué manera condujo a determinada multa, que es lo que se echa de
menos. Sólo a partir de ello le es exigible al agente que de estar disconforme, presente prueba de
descargo, pero está imposibilitado de hacerlo si no está en condiciones de determinar qué es lo
que tiene que controvertir. Así las cosas, por todas las razones señaladas, estima la Sala que el
fallo atacado está apegado a derecho, de ahí que el recurso debe desestimarse, imponiendo sus
costas al vencido, por mandato de los cardinales 70 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa y 611 del Código Procesal Civil.
POR TANTO
Se rechaza el recurso de casación con las costas a cargo del promovente.
Anabelle León Feoli
Luis Guillermo Rivas Loáiciga Román Solís Zelaya
Óscar Eduardo González Camacho Carmenmaría Escoto Fernández
rgu/gdc.Teléfonos: (506) 2295-3658 o 2295-3659, correo electrónico sala_primera@poder-judicial.go.cr
Es copia fiel del original - Tomado del Sistema Costarricense de Información Jurídica el: 12/7/2013 03:57:54 p.m.
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