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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones.
(S-1686/10)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
ARTÍCULO 1.- Modifíquese el artículo 3576 bis del Código Civil, el que
quedará redactado de la siguiente manera:
“Artículo 3576 bis.- La viuda o el viudo que permaneciere en ese
estado y no tuviere hijos, o que si los tuvo no sobrevivieren en el
momento en que se abrió la sucesión de los suegros, tendrá derecho a
la cuarta parte de los bienes que le hubieren correspondido a su
esposo o esposa en dichas sucesiones. Este derecho no podrá ser
invocado en los casos de los artículos 3573, 3574 y 3575”.ARTÍCULO 2.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.Liliana T. Negre de Alonso. FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Una innovación de la sucesión ab intestato está constituida por el
llamamiento que la Ley 17.711 efectúa a favor de la nuera en la
sucesión de sus suegros (Cfr. ZANONI, Eduardo A., Manual de las
Sucesiones, Editorial Astrea, Buenos Aires, 2007). Esta disposición,
de corte paternalista, sólo reconoce el derecho de la viuda sin hijos a
heredar bienes de sus suegros, mientras que, en iguales condiciones,
niega el mismo beneficio al viudo, puede calificarse como
discriminatoria e inconstitucional.
Así lo ha considerado el Juzgado Civil y Comercial de 27° Nominación
de Córdoba en el fallo “M. o M., A.”( Cfr. “M. o M., A.”, Juzgado de 1ª
Instancia en lo Civil y Comercial de 27ª Nóm. de Córdoba, 30/IV/2009,
en LLC2009 (junio), 549.), sentenciando que el actor es "discriminado,
sin razón que lo justifique -por el solo hecho de ser hombre-, de
acceder a la sucesión de su suegra, en tanto que él se encuentra en
las mismas condiciones que ese precepto le exige a la mujer, en su
estado de nuera viuda y sin hijos".
El fallo es el primero y único en la jurisprudencia argentina,
constituyendo un leading case que incorpora un nuevo orden
sucesorio. En él se argumenta que la ley no protege a la nuera
indefensa, ya que no se exige que la misma sea carente de recursos
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económicos, sino que tiende a resguardar el vínculo familiar
(parentesco por afinidad). En consecuencia, el yerno debería tener el
mismo derecho.
El tema ha sido escasamente tratado por parte de la doctrina y sólo ha
sido contemplado en el Proyecto de Reforma del Código Civil de 1998,
donde se sostuvo la conveniencia de la derogación del artículo 3576
bis. El propósito de este proyecto es, por el contrario, dar un paso en
pos de la concreción legislativa del principio de igualdad, consagrado
en el artículo 16 de la Constitución Nacional, y darle al yerno el mismo
derecho que la nuera viuda.
Como bien ha dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación en
numerosas ocasiones, “la igualdad a que alude la Constitución
Nacional, en su artículo 16, importa la obligación de tratar de un modo
igual a los iguales en iguales condiciones, pero no impide que la
legislación contemple de manera distinta situaciones que considera
diferentes, siempre y cuando el criterio de distinción no sea arbitrario,
o responda a un propósito de hostilidad a personas o grupos
determinados de personas” ( Cfr. GIARDELLI, Lucas, El derecho a la
igualdad y el sistema de escrutinios, inédito, 2006).
Teniendo en cuenta ello, cabe plantearse si el artículo 3576 bis del
Código Civil trata de forma desigual a los iguales en igualdad de
circunstancias.
En primer lugar, consideramos que el artículo 3576 bis es
manifiestamente inconstitucional debido a que constituye un privilegio
que se reconoce a la nuera y no al yerno, generando una desigualdad
sin razonabilidad alguna a la luz del artículo 16 de la Carta Magna.
Pues bien, es sabido que en la época actual, esta norma plasma un
beneficio irritante a favor de la viuda, provocando una lesión a la
igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, la doctrina y
jurisprudencia mayoritaria, intentan salvar la disposición comentada,
sosteniendo que ésta se justifica en que la nuera es la persona débil,
situación que no tendría el yerno, que puede proveerse a sí mismo lo
necesario (Cfr. KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, Régimen jurídico de la
mujer, en LA LEY 1993-E, 1044 - LLP 01/01/1993, 33).
Ahora bien, ¿resulta razonable dichas presunción y/o justificación,
toda vez que en los tiempos que corren la regla es la estricta igualdad
entre el hombre y la mujer? Pareciera ser que no, puesto que si bien
dichos motivos pudieron llevar a legislar acertadamente este tema en
tiempos en los cuales la mujer ostentaba una capacidad jurídica
inferior a la del hombre, en la actualidad, dicho proceder deviene
abstracto.
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En segundo lugar, “unos de los principio generales del derecho
sucesorio es que existe indistinción de sexo entre los herederos” (Cfr.
Fallo “M. o M., A.”), quedando un tanto obsoleto el artículo 3276 bis
del Código Civil e importando una verdadera discriminación al varón.
Esto es así, pues, ya que el derecho de igualdad se ve vulnerado
cuando el trato diferenciado no encuentra justificación suficiente y
objetiva, no tratándose de una desigualdad de aptitudes, sino que se
refiere a una auténtica prohibición para el hombre de acceder a la
herencia de los suegros habiendo prefallecido su esposa, que fue la
que dio origen al parentesco afín.
Además, el orden sucesorio que beneficia a la nuera viuda no tiene
carácter asistencial, sino que se funda en razones de vínculos
familiares, de forma tal que no puede negarse el reconocimiento del
mismo derecho al varón que se encuentra en las mismas condiciones
que la mujer.
En virtud de lo dicho, es imposible negar que la nuera viuda y el yerno
viudo no se encuentran en situaciones idénticas. Esto es así ya que
ambos son familiares afines de sus suegros y, al tiempo de deferirse
las sucesiones de estos, ellos se hallan en el estado de viudez y
carentes de hijos.
Finalmente, en vista a reforzar aún más lo dicho, nos referiremos
seguidamente a supuestos en los que se ha reconocido el derecho de
la nuera viuda a recibir parte de la herencia, donde el fundamento
último para aplicar la normativa a la nuera viuda, es perfectamente
trasladable al yerno viudo.
Así, se ha sostenido, con criterio que compartimos, que la finalidad de
la norma es asistencial y que también puede asimilarse a un derecho
alimentario. De esta forma, si la nuera tiene necesidades asistenciales,
y ello es suficiente para reconocerle el derecho consagrado en el
artículo 3276 bis C.C., la misma directiva de acción debería adoptarse
en caso que el yerno evidenciara necesidades de asistencia o
alimentarias. Vale aclarar en este punto, que la norma bajo análisis no
hace referencia textual a la necesidad de asistencia, siendo ello algo
previsto en los antecedentes que llevaron a la incorporación de este
artículo al Código Civil.
Entre los antecedentes del artículo 3576 bis se encuentran la cuarta
de la viuda indotada que acordaban las Partidas (Ley VII, Título XIII,
Partida VI), que tenía un fundamento asistencial a favor de la aquella
que conservando su viudez, y sin hijos al tiempo de fallecimiento de
sus suegros, carecía de recursos para subsistir. Es decir, el objetivo
fue brindar protección a la mujer que desamparada tras la muerte de
su marido no contara con la colaboración de sus hijos.
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De esta manera, el estatuto de la nuera viuda se debió a la actitud
paternalista que existía en la época de su dictado y a una errónea
concepción asistencialista, otorgando una prerrogativa a la feminidad
en la herencia de los suegros y con cierta postergación al parentesco
afín (Cfr. Fallo M. o M., A.).
En los tiempos que corren, hemos abandonado, casi por completo, el
estereotipo de familia donde el hombre es quien aporta el dinero para
el desarrollo integral del hogar. Afortunadamente, la mujer se ha
equiparado al hombre en las oportunidades de crecimiento laboral.
Por lo tanto, si el fundamento asistencial ha desaparecido y la mujer
no requiere de mayor protección que el hombre, debemos incorporar
al yerno viudo sin hijos para evitar la discriminación hacia las personas
de sexo masculino.
La vocación sucesoria es independiente a la comprobación del estado
de precariedad. Para la nuera viuda sin hijos no es necesario
demostrar la falta de medios para su subsistencia sino acreditar su
relación con el causante.
De modo que, si el orden sucesorio se funda en razones de vínculos
familiares y no en el carácter asistencial, no puede negarse dicha
situación respecto del varón, por encontrarse en la misma situación
que la nuera respecto a sus suegros. El derecho que la ley otorga, a
través del precepto cuestionado, es prescindente de la condición
económica de la nuera viuda.
Además de todo lo expuesto, el artículo 17 de la Constitución Nacional
dispone que la propiedad es inviolable. El artículo cuestionado vulnera
el derecho de propiedad del hombre que se encuentra en el mismo
estado que la norma contempla, es decir, "viudo sin hijos”.
Sin embargo, en los derechos, no lo pone en el mismo plano de la
mujer. Al no equiparlo, se lo coloca en una evidente desventaja
lesionando ampliamente su derecho de propiedad.
Es por estas razones que solicitamos a nuestros pares la aprobación
del presente proyecto de ley.
Liliana T. Negre de Alonso. -
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