Un extraño día en julio H oy es 4 de julio de 1800 y voy a festejar el Día de la Independencia con mi familia en el lago. Mi bisabuela nos pidió que ayudemos a preparar la comida para el picnic. Quiero aclarar que mi familia es algo extraña. Mi padre se va a trabajar por las mañanas, pero en verdad se va a visitar a su otra familia. Mi mamá me deja hacer lo que quiero y cuando hago algo mal me pega con el cinturón. Mi bisabuela está loca porque cree que puede ver el futuro. Mi hermana y yo siempre nos escapamos al lago y nos subimos al barco que nos construyó nuestro padre. Un día nuestros padres nos pidieron que llevemos la comida a la orilla del lago. En el camino agarré tres piedras y las lancé con fuerza, pero la tercera de ellas reboto de regreso y cuando alcanzó el piso comenzó a nevar. Era muy extraño porque era verano y la temperatura era alta. Cuando íbamos de regreso a casa me di vuelta y vi que la piedra comenzó a brillar volviéndose de color azul. Mi hermana la levantó y las escondió en su habitación atrás de un jarrón muy antiguo que era de mis bisabuelo para que mis padres no lo adviertan. Nos dimos cuenta que nuestros padres estaban discutiendo porque mi mamá decía que papá visitaba a otra mujer y era cierto entonces papá se fue a festejar el día de la Independencia con su otra familia. Ella nos ordenó que no saliéramos porque la nieve había tapado la entrada de la casa. Entonces festejamos el día de la Independencia dentro de nuestra mansión. Esa noche se escucharon ruidos que venían del piso de abajo. La piedra empezó a brillar intensamente y yo, con mucho cuidado, la agarré con mis manos y la llevé al living. Escuché el nombre Alberto. -¿Quién es?- pregunté atemorizado -Soy el fantasma de tu bisabuelo- afirmó la voz escalofriante. -¿Qué quieres?-respondí El fantasma me respondió que, sin la piedra, no podía ser liberado. Yo le pregunté si tenía algo que ver con el mal clima. Él me respondió que sí, pero no me había podido decir por qué no había demasiado tiempo. Yo le entregué la piedra y desapareció Lentamente la noche se fue despejando y la nieve desapareciendo. Con gran cansancio me fui a dormir. A la mañana siguiente me levanté bien temprano y fui a la habitación de mi hermana que ya estaba despierta. Comencé a hacerle preguntas sobre lo sucedido en el día anterior y para mi gran sorpresa no recordaba nada♠ Francisco Novas Michelle Calles