46 LATERCERA Domingo 21 de agosto de 2016 Deportes Juegos Olímpicos JABALINA MASCULINO b T. Röhler (ALE) 90.30 b J. Yego (KEN) 88.24 b K. Walcott (TyT) 85.38 4X400 MASCULINO b Estados Unidos b Jamaica b Bahamas 2’57’’30 2’58’’16 2’58’’49 4X400 FEMENINO b Estados Unidos b Jamaica b Reino Unido 3’19’’06 3’20’’34 3’25’’88 ATLETISMO Semenya no tiene rivales RR El salto que le dio el oro a Beitia. FOTO: EFE ATLETISMO R La sudafricana ignora las dudas Una veterana fue la mejor del salto alto R Ruth Beitia, española de 37 años y quien volvió del retiro, se colgó el oro. Blanka Vlasic fue tercera. Agencias La española Ruth Beitia, la mayor de las finalistas con 37 años, pudo al fin ver realizado el sueño de su larga carrera deportiva al proclamarse campeona olímpica de altura con un salto de 1,97 metros. Es el primer oro olímpico en la historia del atletismo femenino hispano. La búlgara Mirela Demireva y la croata Blanka Vlasic, que saltaron lo mismo que la española, pero con más fallos, la acompañaron en ese orden en el podio. Cuatro años después de su cuarto puesto en Londres, Beitia, triple campeona de Europa, afrontaba su última competición olímpica sólo con victorias en los mítines de la Diamond League de Oslo, Ezstocolmo y Londres. Nunca un título mundial. El viernes se fue a dormir con este tuit: “A veces.. los sueños se hacen realidad... Buenas noches España”. Era una final de alto nivel medio: 17 atletas -todas en el estrecho margen de siete centímetros en el ránking del año- se habían colado en ella mediante la clasificación automática, saltando la marca de 1,94 exigida. RR Centrowitz segundos después de ganar. FOTO: REUTERS La española, con su ojo de experta, previó que para ganar medalla habría que saltar dos metros, pero fue suficiente con tres centímetros menos. La croata Blanka Vlasic, doble campeona mundial, quería reverdecer laureles después de una temporada casi en blanco, recuperando su tendón de aquiles. Como las otras veteranas, luchaba por su primera medalla olímpica. Nunca como en Río la final de altura había ofrecido un duelo generacional tan cerrado. Del lado de las jóvenes, la estadounidense Vashti Cunningham, de 18, había batido en marzo a Ruth Beitia para conquistar el título mundial en pista cubierta. Aquí, sólo pudo ser decimotercera. “Con 41 años no me veo en los próximos Juegos. La vida ha sido muy generosa conmigo, me ha dado una segunda oportunidad, me lo estoy pasando mejor que nunca, pero esto hay que dejarlo cuando estás al cien por cien, en una situación plena, había declarado tras ganarse el puesto en la final sin un solo fallo en la ronda de clasificación. Beitía, ayer, cumplió su sueño.b por su sexualidad y gana los 800 con su mejor marca personal. D. Hermosilla/Río Caster Semenya fija su vista en el horizonte. Nada la saca de foco. La meta es el oro en los 800 metros planos, su prueba favorita. De fondo, el rugir del público y en la previa miles de dudas en torno a su sexualidad. Mismas que le valieron ser suspendida de las competencias mientras la investigaban. Pero ella no hace caso. Porque ya se quedó con las ganas en Londres 2012, cuando se colgó la plata. En Río va por su revancha. Atrás quiere dejar los malos ratos y las sospechas acerca de su sexo. También el escarnio público de aficionados e incluso rivales. Pasa que Semenya nació con niveles de testosterona tres veces superior a lo normal. Su anomalía es cromosómica y no tiene útero ni ovarios pero sí testículos internos. Así entonces, la IAAF le permitió correr, lo que molestó a varias competidoras. Y así llegó a los Juegos de Brasil. Ayer, en la final, el juez da la partida y las ocho corredoras inician la lucha desenfrenada por las medallas. Semenya arranca a paso firme, siempre entre las líderes. Va a su ritmo, sin importarle lo que haga el resto. Así llega a los 400 finales, donde se pone primera y no suelta más la punta, hasta cruzar la línea de llegada con 1’55”28 (su mejor marca personal), por delante de Francine Niyonsaba, de Burundi, y de la keniata Margaret Wambui. El oro es un hecho, pero al contrario de lo que se aorecia en otras pruebas, donde la mayoría de los rivles felicita al vencedor, el triunfo de la sudafricana pasa un poco más desapercibido. su sola presencia causa recelo. Así ya lo había hecho saber la ucraniana Nataliia Lupu en en las series clasificatorias: “Creo que tendría que haber carreras separadas: una para ellas (mujeres con altos niveles de testosterona) y otra para nosotras”. Esa molestia es la que se asomó ayer. “No me olvido de Dios, de mi familia, de mi esposa (Violet Raseboya). Esto no es sólo competir, también hacer amigos”, dijo la atleta tras ganar el oro. Pero a la atleta de 25 años poco le importó. Y cruzó la meta primera. Y realizó una desafiante pose. Como queriendo decir “aquí estoy yo”. Y es que Semenya se sabía campeona. A pesar de todo, la nueva monarca olímpica de los 800 metros planos.b RR Semenya cruza la meta en Río. FOTO: REUTERS ATLETISMO Centrowitz reescribe una historia centenaria R El estadounidense se impuso en los 1.500, prueba que su país no ganaba desde 1908. Agencias El estadounidense Matthew Centrowitz, campeón mundial de 1.500 en pista cubierta este mismo año, se consagró en la final olímpica batiendo en el sprint a un grupo numeroso que se tragó al favorito, el keniano Asbel Kiprop, quien concluyó sólo sexto. Después de controlar la carrera desde el primer giro, el norteamericano, que había sido cuarto en Londres 2012, sacó a relucir un remate demoledor para ganar una carrera muy lenta en 3’50”. El argelino Taoufik Makhloufi cedió la corona olímpica, pero se aferró al podio como segundo (3’50”11), seguido por el neozelandés Nick Willis (3’50”24). Kiprop aspiraba a recuperar el título olímpico ocho años después, para poner broche a una temporada en la que sólo había sufrido una derrota, en Mónaco, afectado -según explicó- por la detención de su mánager, Federico Rosa, en Kenia en una operación contra el dopaje. En el meeting de Birmingham, Kiprop, tres veces campeón mundial, acreditó el mejor crono del año (3’29”33) Su principal adversario, sobre el papel, era el defensor del título, Makhloufi, quien impresionó cuatro años antes en Londres con un sprint largo imbatible y la semana pasada demostró su punta de velocidad ganando la plata en 800. Con la victoria, Centrowitz se convirtió en el primer no africano que gana los 1.500 desde que el español Fermín Cacho lo hiciera en Barcelona 92, pero, más trascendente aún, se transformó en el primer estadounidense que se adjudica esta prueba de mediofondo desde 1908, cuando Mel Sheppard lo hizo con un crono acordo a la época: 4’03”40. Como dato técnico adicional, y una comprobación de cómo Estados Unidos abandonó el mediofondo y el fondo, el joven de 26 años se convirtió en el primer corredor de esa nacionalidad que vence en una carrera olímpica superior a los 400 metros desde que Dave Wottle se impuso en los 800 de Múnich 1972. “Mi meta era sólo estar en el podio. Ni siquiera soñé realmente en ganar”, dijo Centrowitz a la NBC.b