UNIVERSIDAD MESOAMERICANA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL ASIGNATURA: Sociología General

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UNIVERSIDAD MESOAMERICANA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA
COMUNICACIÓN SOCIAL
ASIGNATURA: Sociología General
TRABAJO: Sociología: su historia y más...
Guatemala, 24 de octubre de 2000.
INTRODUCCIÓN
Sociología, ciencia que estudia el desarrollo, la estructura y la función de la sociedad. Otras disciplinas de las
ciencias sociales (economía, ciencias políticas, antropología y psicología) también estudian temas que
pertenecen al ámbito de la sociología. Los sociólogos analizan las formas en que las estructuras sociales, las
instituciones (clase, familia, comunidad y poder) y los problemas de índole social (delito) influyen en la
sociedad.
La sociología se basa en la idea de que los seres humanos no actúan de acuerdo a sus propias decisiones
individuales, sino bajo influencias culturales e históricas y según los deseos y expectativas de la comunidad en
la que viven. Así, el concepto básico de sociología es la interacción social como punto de partida para
cualquier relación en una sociedad. La sociología que estudia los detalles de las interacciones de la vida
cotidiana recibe el nombre de microsociología y la que se ocupa de los patrones de relación entre sectores
sociales más amplios (el Estado, la economía e incluso las relaciones internacionales) recibe el nombre de
macrosociología.
HISTORIA DE LA SOCIOLOGÍA
El origen de la sociología como disciplina o conocimiento sistematizado es relativamente reciente. El
concepto de sociedad civil como ámbito diferente al Estado se encuentra por primera vez en el siglo XVII en
la obra de los filósofos ingleses Thomas Hobbes y John Locke, y de los pensadores del Siglo de las Luces (en
Francia y Escocia). El primer enfoque de la sociología ya se encuentra tanto en estos trabajos como en los
escritos sobre filosofía de la historia del italiano Giambattista Vico y en el estudio del cambio social del
filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
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Orígenes
La primera definición de sociología fue propuesta por el filósofo francés Auguste Comte. En 1838, Comte
acuñó este término para describir su concepto de una nueva ciencia que descubriría unas leyes para la
sociedad parecidas a las de la naturaleza, aplicando los mismos métodos de investigación que las ciencias
físicas. El filósofo británico Herbert Spencer adoptó el término y continuó el trabajo de Comte.
Hoy también se consideran fundadores de esta disciplina a algunos filósofos sociales del siglo XIX que nunca
se consideraron sociólogos. El principal entre ellos fue Karl Marx, aunque no hay que olvidar al aristócrata
francés conde de Saint−Simon, al escritor y estadista Alexis de Tocqueville y al filósofo y economista inglés
John Stuart Mill. En el siglo XIX se desarrolló la corriente estadística empírica que posteriormente se
incorporó a la sociología académica.
Desarrollo
Hasta finales del siglo XIX la sociología no comenzó a ser reconocida como disciplina académica. En Francia,
Émile Durkheim, heredero intelectual de Saint−Simon y Comte, comenzó a enseñar sociología en las
universidades de Burdeos y París. Durkheim, fundador de la primera escuela de pensamiento sociológico,
destacaba la realidad independiente de los hechos sociales (independientes de los atributos psicológicos de las
personas) e intentaba descubrir las relaciones entre ellos. Durkheim y sus seguidores estudiaron ampliamente
las sociedades no industrializadas de forma similar a como, más adelante, lo harían los antropólogos sociales.
En Alemania, la sociología fue reconocida formalmente como disciplina académica en la primera década del
siglo XX, en gran parte gracias a los esfuerzos del economista e historiador alemán Max Weber. Frente a los
intentos por parte de Francia y de los países de habla inglesa de modelar la disciplina según las ciencias
físicas, la sociología alemana se basó en una amplia erudición histórica modulada por la influencia del
marxismo, muy presente en el trabajo de Weber. Los esfuerzos del filósofo alemán Georg Simmel por definir
la sociología como una disciplina independiente, subrayaron el enfoque humano del idealismo filosófico
alemán.
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En Gran Bretaña, la sociología sufrió una lenta evolución. Hasta la década de 1960, la enseñanza de esta
disciplina se limitó básicamente a una institución académica, la London School of Economics de la
Universidad de Londres. La sociología británica combinaba el interés por el cambio social evolutivo a gran
escala, con el interés práctico por problemas administrativos del Estado de bienestar.
En la segunda mitad del siglo XX, cuando ya había decaído el interés por las teorías evolutivas de Comte y
Spencer, la sociología comenzó a estudiar determinados fenómenos sociales como el delito, las desavenencias
matrimoniales y la aculturación de los inmigrantes.
El centro más importante del estudio de la sociología antes de la II Guerra Mundial (1939−1945) fue la
Universidad de Chicago (EEUU). Allí, el filósofo estadounidense George Herbert Mead, formado en
Alemania, destacaba en sus trabajos la influencia de la mente, el yo y la sociedad en las acciones e
interacciones humanas. Este enfoque (conocido posteriormente como `interaccionismo simbólico') hacía
hincapié en los aspectos microsociológicos y psicosociales. En 1937 el sociólogo estadounidense Talcott
Parsons utilizó las ideas de Durkheim, Weber y del sociólogo italiano Vilfredo Pareto en su obra principal La
estructura de la acción social, ampliando así el enfoque estrecho y limitado de la sociología estadounidense, y
centrándose en el estudio de la acción social. En la Universidad de Columbia, el sociólogo estadounidense
Robert Merton intentó vincular la teoría con una rigurosa investigación empírica de recopilación de datos.
Tanto en Estados Unidos como en Europa occidental, Marx, Durkheim y Weber son considerados como los
pensadores clásicos más relevantes de la tradición sociológica y sus obras continúan ejerciendo gran
influencia en los sociólogos contemporáneos.
ÁREAS DE LA SOCIOLOGÍA
Durante mucho tiempo se ha identificado la sociología con una amplia reconstrucción evolutiva del cambio
histórico en las sociedades occidentales y con el estudio de las relaciones e interdependencias entre
instituciones y aspectos de la vida social (economía, Estado, familia o religión). Por esta razón, se consideraba
a la sociología como una disciplina sintetizadora que intentaba integrar los resultados de otras ciencias
sociales. Aunque estos conceptos sobre el ámbito y el enfoque de la sociología siguen siendo válidos,
actualmente se tiende a considerarlos como una parte de la teoría sociológica que a su vez sólo es un área de
la ciencia de la sociología.
La teoría sociológica también engloba el estudio y el análisis de conceptos básicos comunes a todas las esferas
de la vida social estudiadas por los sociólogos. El énfasis puesto en las investigaciones empíricas, realizadas
con métodos de investigación estandarizados y a menudo estadísticos, desvió la atención de los sociólogos
desde la visión abstracta de los estudios del siglo XIX hacia áreas más concretas de la realidad social. Estas
áreas se convirtieron en subáreas y especialidades de la sociología y hoy son objeto de estudio en cursos
académicos, libros y revistas especializadas. Gran parte del trabajo de investigación de los sociólogos se
refiere a alguna de las múltiples subáreas en las que está dividida la disciplina. La mayoría de estas subáreas
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comparten los mismos conceptos básicos y técnicas de investigación. Por esta razón, la teoría sociológica y
los métodos de investigación son dos asignaturas obligatorias para cualquier sociólogo.
Subáreas
Las subáreas más antiguas de la sociología son aquellas que estudian los fenómenos sociales que no han sido
todavía considerados objeto de estudio por otras ciencias sociales; por ejemplo, el matrimonio y la familia, la
desigualdad social, la estratificación social, las relaciones étnicas, la desviación social, las comunidades
urbanas y las organizaciones formales. Subáreas de origen más reciente son la gerontología, la sociología del
sexo y los estereotipos sexuales (véase Género).
Dado que prácticamente toda actividad humana implica una relación social, otra de las subáreas importantes
de especialización de la sociología es el estudio de la estructura social en los distintos campos de actividad
humana, como la sociología política, la sociología del derecho, de la religión, de la educación, del ejército, de
las ocupaciones y de las profesiones, de las burocracias, industrial, de las artes, de las ciencias, del lenguaje (o
sociolingüística), de la medicina, de la biología (sociobiología), de los medios de comunicación y de los
deportes. Estas subáreas difieren de modo considerable en cuanto a volumen de investigación y número de
adeptos. Algunas subáreas (como la sociología del deporte) son de origen reciente, mientras que otras (como
la sociología de la religión y del derecho) tienen sus raíces en los primeros estudios sociológicos. Otras
subáreas de escasa popularidad han sido incorporadas a otras más amplias. La sociología industrial, por
ejemplo, fue un área floreciente en Estados Unidos en las décadas de 1930 y 1940, para ser después absorbida
por el estudio de las organizaciones complejas. En Gran Bretaña, sin embargo, la sociología industrial se ha
mantenido como un área independiente de investigación. Un fenómeno sociológico más habitual es la división
de una subárea en subdvisiones. Así, por ejemplo, la sociología del conocimiento se ha dividido según los
campos que abarca: la ciencia, el arte, la literatura, la cultura popular y el lenguaje, entre otros.
Dos subáreas, la demografía y la criminología, ya eran áreas independientes mucho antes de que existiera la
disciplina formal de la sociología. Antiguamente se solían asociar a otras disciplinas. En algunos países la
demografía (ciencia que estudia el tamaño, el crecimiento y la distribución de la población) está
estrechamente ligada a la economía, pero en otros, sobre todo occidentales, se considera una subdivisión de la
sociología o de la geografía humana. En las últimas décadas, la criminología ha estado relacionada con el
estudio de la desviación social (cualquier forma de conducta diferente a la considerada normal o aceptable
desde el punto de vista social) y de sus formas de conducta no delictivas.
Áreas interdisciplinarias
La subárea interdisciplinaria más antigua de la sociología es la psicología social, considerada una disciplina
independiente que atraía a estudiosos tanto de la sociología como de la psicología. Mientras que los
sociólogos estudian principalmente normas, roles, instituciones sociales y estructuras de grupo, los psicólogos
sociales se concentran en su impacto sobre la personalidad del individuo. Los psicólogos sociales formados en
la sociología han estudiado las interacciones en pequeños grupos informales, la distribución de creencias y
actitudes en la población, y la formación del carácter y de las aspiraciones bajo la influencia de la familia, la
escuela, las amistades y demás instituciones de socialización. Las ideas psicoanalíticas derivadas del trabajo
de Sigmund Freud y de otros psicoanalistas posteriores, han influido también en el área de la psicología
social.
La sociología histórica comparada, determinada por las ideas de Marx y Weber, ha tenido un gran interés en
los últimos años. Muchos historiadores se han guiado por conceptos procedentes de la sociología, mientras
que algunos sociólogos han realizado estudios de historia comparada a gran escala. Las barreras, antes muy
definidas entre historia y sociología, hoy han desaparecido, sobre todo en áreas como la historia social, el
cambio demográfico, el desarrollo económico y político, la sociología de las revoluciones y los movimientos
de protesta.
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MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
Los sociólogos utilizan casi todos los métodos de recopilación de información empleados por otras ciencias
sociales y humanidades, desde avanzadas estadísticas matemáticas hasta la interpretación de textos. También
se apoyan en la información de tipo estadístico recogida periódicamente por los gobiernos, como censos y
estadísticas demográficas, registros de desempleo, inmigración y delincuencia.
Observación directa
La observación directa de algunos aspectos de la sociedad tiene una larga historia en la investigación
sociológica. Los sociólogos obtienen información a través de la observación participante, es decir, formando
parte del grupo estudiado o confiando en informantes seleccionados del grupo. Ambos métodos han sido
igualmente utilizados por los antropólogos sociales (véase Trabajo de campo).
En los últimos años esta observación directa se ha aplicado a escenarios más pequeños, en clínicas, reuniones
religiosas y políticas, bares, casinos y aulas. Erving Goffman, sociólogo canadiense, ha postulado una teoría y
diferentes modelos para este tipo de estudios. Goffman sostiene que la base de la realidad social es la vida
cotidiana y no las abstracciones estadísticas o conceptuales. Esta teoría ha impulsado la investigación
microsociológica intensiva, haciendo uso de grabadoras y cámaras de vídeo ante situaciones sociales reales,
en lugar de situaciones creadas de forma artificial.
Los sociólogos, como los historiadores, utilizan fuentes de segunda mano que incluyen historiales,
documentos personales elaborados por instituciones y registros médicos.
A pesar de que los estereotipos han descrito a los sociólogos como personas que captan la observación
cualitativa de las experiencias humanas para reducirla a sumarios cuantitativos (estadísticos), esto no es
exacto del todo. Aunque es cierto que la sociología ha destacado la investigación social cuantitativa y que se
ha distanciado de las disciplinas humanísticas como la antropología, la filosofía, la historia y el derecho, la
investigación cualitativa ha sido siempre de gran valor en esta ciencia.
Métodos cuantitativos
Estos métodos, cada vez más sofisticados e informatizados, siguen jugando un papel importante en la
sociología. La sociología cuantitativa engloba la recopilación de gran volumen de datos estadísticos
descriptivos y la utilización de técnicas de muestreo, modelos matemáticos avanzados y simulaciones
informáticas de procesos sociales. El análisis cuantitativo es cada vez más utilizado como medio de
investigación de las posibles relaciones causales, especialmente en la investigación de la movilidad social y la
adquisición de estatus.
Encuestas
Una encuesta implica la recopilación y el análisis de las respuestas de grandes grupos de personas, a través de
sondeos y cuestionarios diseñados para conocer sus opiniones, actitudes y sentimientos hacia un tema
determinado. En las décadas de 1940 y de 1950 la realización de encuestas y los métodos estadísticos para
tabular e interpretar sus resultados eran considerados como la principal técnica de investigación sociológica.
Las encuestas de opinión, en especial los sondeos preelectorales o las investigaciones de mercado, se
utilizaron por primera vez en la década de 1930. Actualmente, las encuestas son herramientas utilizadas tanto
por políticos como por numerosas organizaciones y empresas relacionadas con la opinión pública.
Aunque los sociólogos utilizan las encuestas en casi todas las subáreas de la sociología, su principal campo de
aplicación es el estudio de la conducta de los votantes, los prejuicios étnicos o la respuesta a los medios de
comunicación. A pesar de que las encuestas son una herramienta de investigación sociológica importante, su
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utilización ha sido a veces muy criticada. La observación directa de la conducta social no puede ser sustituida
por respuestas verbales a una lista de preguntas estándar presentada por un entrevistador, aun cuando estas
respuestas se adapten fácilmente a la tabulación y manipulación. La observación directa permite al sociólogo
obtener información detallada sobre un determinado grupo; el muestreo, sin embargo, le permite obtener una
información uniforme pero superficial sobre un sector mucho más amplio de la población.
NUEVAS TENDENCIAS
A partir de la década de 1960, la sociología se popularizó de forma considerable en Europa y Estados Unidos.
Además de la diversificación de teorías, surgieron nuevas subáreas, como la sociología del género o de los
estereotipos sexuales, impulsada especialmente por los movimientos feministas y que engloba el análisis de
roles y desigualdades sociales según el sexo, el estudio de las emociones y el envejecimiento. Se revitalizaron
subáreas más antiguas como la sociología histórica y comparada, la sociología aplicada y la sociología
política. Los sociólogos aplican sus conocimientos en su trabajo como asistentes, planificadores, educadores,
investigadores y gestores en la administración local y nacional, en organizaciones no lucrativas y en empresas
privadas, especialmente en las áreas de marketing, publicidad, seguros, recursos humanos y análisis
organizativo.
Los sociólogos interesados en el estudio de los fenómenos sociales han intensificado el uso tanto de los
métodos de investigación tradicionales asociados con otras disciplinas (análisis de material histórico, por
ejemplo), como de las más sofisticadas técnicas matemáticas y estadísticas. El desarrollo de los ordenadores y
de otros dispositivos para manejar y almacenar información, ha facilitado hoy día el procesamiento de los
datos sociológicos.
Debido a la gran diversidad de métodos de investigación y de enfoques teóricos, los sociólogos que trabajan
en una determinada subárea tienen más en común con los profesionales de una disciplina complementaria que
con los sociólogos especializados en otras subáreas. Un sociólogo del arte, por ejemplo, se encuentra mucho
más cercano en intereses y métodos a un historiador o a un crítico de arte, que a un sociólogo que diseña
modelos matemáticos de movilidad ocupacional. Actualmente no existen escuelas especializadas en las
distintas teorías, métodos o materias de la sociología.
SOCIOLOGÍA DEL DERECHO
Rama de la sociología que estudia las condiciones sociales de la creación del derecho, la normativa legal y las
instituciones jurídicas, así como la influencia del ordenamiento jurídico sobre la sociedad. Sociología del
derecho, como una sociología especial, estudia la propia realidad jurídica y su influencia en los individuos. La
sociología descriptiva del derecho compara la eficacia del derecho con respecto a su contenido, analizando,
por ejemplo, documentos y estadísticas de la administración de justicia. Mediante muestreo (encuestas,
entrevistas, tests) se compara el sistema legal `ideal' (tal y como debería ser según la legalidad vigente) con el
`real' (tal y como es en la práctica) por ejemplo, la comparación de las disposiciones en la aplicación de una
pena con su aplicación real. La sociología del derecho funcional (causal) se ocupa de las relaciones e
interacciones entre la vida social y la normativa y ordenamiento jurídico reales. La sociología criminal y
algunas partes de la sociología administrativa son importantes en la sociología del derecho.
MATRIMONIO
Institución social (sancionada públicamente) que une a un hombre y a una mujer bajo diversas formas de
mutua dependencia y, por lo general, con el fin de crear y mantener una familia. Dada la necesidad que tienen
los niños de pasar por un largo periodo de desarrollo antes de alcanzar la madurez, su cuidado durante los
años de relativa indefensión parece haber sido la razón principal para la evolución de la estructura de la
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familia. El matrimonio como contrato entre un hombre y una mujer existe desde la antigüedad. Su práctica
social mediante acto público refleja el carácter, el propósito y las costumbres de la sociedad en la cual se
realiza.
Costumbres
Aunque las características del matrimonio varían mucho de una cultura a otra, la importancia de esta
institución está universalmente reconocida. En algunas sociedades, el interés de la comunidad por los hijos,
por las relaciones interfamiliares y por la posesión de los bienes es tan significativa, que se han instituido
prácticas y costumbres especiales para proteger estos valores. El matrimonio o noviazgo entre niños, que se da
en algunos lugares como Melanesia, es el resultado de la importancia de la familia, el mantenimiento del
linaje (véase Parentesco) y las alianzas de propiedad. El levirato, costumbre por la cual un hombre puede
casarse con la mujer de su hermano fallecido, fue practicado principalmente por los antiguos hebreos con el
fin de preservar la relación existente entre las familias. El sororato, costumbre que todavía se practica en
algunas partes del mundo, permite a un hombre casarse con una o más hermanas de su mujer, normalmente
cuando ésta fallece o no puede tener hijos. La monogamia supone la unión entre una mujer y un hombre. El
resto de las formas de matrimonio en general se clasifican como poligamia, cuando un hombre tiene varias
mujeres, y la poliandria, cuando una mujer tiene varios maridos.
Según las leyes islámicas, un hombre puede tener legalmente hasta cuatro mujeres, todas ellas con derecho a
igual trato. La poliginia fue también practicada durante un breve periodo en Utah (Estados Unidos) por los
mormones en el siglo XIX. La poliandria sólo se practica en las regiones de Asia Central, sur de la India y Sri
Lanka. En estas dos formas de matrimonio, con frecuencia un hombre o una mujer se casan con dos o más
hermanos o hermanas. La poliginia a veces conlleva el mantenimiento de un hogar para cada mujer, aunque lo
más normal es que toda la familia comparta el mismo techo, como, por ejemplo, en el caso de los musulmanes
y numerosos grupos indígenas americanos antes de la colonización del continente.
Ritual
En la mayor parte de las sociedades, el matrimonio se lleva a cabo mediante un acto contractual, generalmente
con algún tipo de intervención religiosa. En las sociedades occidentales el contrato matrimonial se considera a
menudo como un sacramento religioso pero sólo es indisoluble para la Iglesia católica apostólica romana y
para la Iglesia ortodoxa. A la mayor parte de los matrimonios les precede un periodo de compromiso
acompañado de diversos rituales, como el intercambio de regalos y las visitas, que conducen al anuncio
público de la petición de mano de la novia y a la ceremonia final del matrimonio. En las sociedades donde
todavía predominan los matrimonios de conveniencia, antes de celebrar la boda las familias pueden negociar
la dote, hacer arreglos para la futura convivencia y otras cuestiones. En la mayoría de las ceremonias se
realizan rituales que representan el deseo de fertilidad, como, por ejemplo, arrojar arroz a la pareja y hacer un
círculo de fuego sagrado, en el caso del ritual hindú del matrimonio. En el Swayamvaram, antigua ceremonia
del hinduismo, practicada en especial por la realeza, la mujer elegía a su futuro marido entre una selección de
hombres, adornándole con una guirnalda.
Los hindúes, los budistas y muchas otras comunidades consultan a astrólogos antes y después de decidir sus
matrimonios, con el fin de elegir un día y una hora propicios. En algunas sociedades el miedo a espíritus
hostiles hace que las parejas que se van a casar lleven disfraces en sus bodas o, incluso en ocasiones, que
manden sustitutos a la ceremonia. En algunos países, como por ejemplo Etiopía, existía la tradición de colocar
a un guardia armado cerca de la pareja de novios durante la ceremonia para protegerlos de los demonios.
En algunas comunidades indígenas de América, África y Melanesia, la ruptura de los lazos familiares o de
comunidad (implícita en la mayoría de los matrimonios y en sociedades patriarcales) conlleva una
compensación a la familia de la novia mediante regalos. Los nuevos lazos entre la pareja se representan a
menudo con el intercambio de los anillos y la unión de las manos de los novios. El interés de la comunidad en
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el matrimonio de los cónyuges puede expresarse a través de fiestas y bailes, la presencia de testigos y el
sellado oficial de los documentos que certifican el matrimonio. Éste puede ser considerado como un rito de
paso, y normalmente va acompañado de ciertos rituales sociales y religiosos que subrayan su importancia no
sólo para la pareja, sino también para sus familias y su entorno.
Regulación social
A lo largo de la historia, al matrimonio se le han impuesto multitud de restricciones y tabúes. Así, por
ejemplo, la endogamia limita el matrimonio a parejas entre miembros de una misma sociedad o de un mismo
sector de la sociedad, de una misma religión o de una misma clase social. El miedo al incesto es una
restricción universal a la libertad del matrimonio, aunque las definiciones de incesto han variado mucho a lo
largo de la historia. En la mayoría de los casos, la prohibición se extiende a madre e hijo, a padre e hija y a
cualquier descendiente de los mismos padres. Sin embargo, en algunos grupos, como la realeza egipcia o inca,
el matrimonio entre hermanos y hermanas era lo común para perpetuar el poder.
En muchas sociedades se prohibe incluso el matrimonio entre tío y sobrina, entre tía y sobrino, entre primos
primeros e incluso entre primos segundos. La exogamia (matrimonio fuera de un grupo específico) se da en
sociedades divididas en clases matrimoniales o en clanes dentro de los cuales no se permite el matrimonio.
La importancia tradicional del matrimonio se observa en las costumbres que rodean a viudos y viudas como,
por ejemplo, el tiempo de espera reglamentario antes de casarse de nuevo, la vestimenta de luto y la
realización de actos ceremoniales para el difunto. La costumbre más extrema (abolida legalmente en la India
en 1829) era el suttee, que consistía en inmolar en la hoguera funeraria a la viuda del fallecido.
Disolución del contrato
La mayor parte de las sociedades permiten el divorcio, excepto aquellas que creen en la indisolubilidad del
vínculo matrimonial como, por ejemplo, los hindúes o los católicos. Las razones más aceptadas para conceder
el divorcio son la esterilidad o infertilidad, la infidelidad, la criminalidad y la demencia. En algunas
sociedades no industrializadas, el divorcio no es habitual, ya que implica por lo general la devolución de la
dote y de otros regalos en metálico y en especie entregados en la boda.
Matrimonio moderno
El hecho de que la familia aporte el marco para la mayor parte de las actividades sociales humanas y que
además sea la base de la organización social en la mayoría de las culturas, relaciona a la institución del
matrimonio con la economía, el derecho y la religión de un determinado país.
La Reforma, la Revolución Industrial y una creciente ideología individualista han provocado grandes cambios
sociales que han hecho variar de modo considerable la institución del matrimonio. El crecimiento de una clase
media fuerte y la extensión de la democracia han llevado a una mayor tolerancia hacia la idea del matrimonio
basado en la libre elección por ambas partes.
Los matrimonios de conveniencia, aceptados en todos los países del mundo a lo largo de la historia,
prácticamente han desaparecido en las sociedades occidentales modernas, aunque en la aristocracia se
mantuvieron hasta mediados del siglo XX. En China, antes de la revolución, se practicaba el matrimonio de
conveniencia, donde la novia y el novio se veían por primera vez el día de la boda.
Entre los cambios sociales que han afectado al matrimonio en los tiempos modernos se encuentran el
incremento de las relaciones sexuales prematrimoniales y la mayor tolerancia como consecuencia de la
desvalorización de los tabúes sexuales, el aumento gradual de la edad media para contraer matrimonio, el
creciente número de mujeres que desarrolla una actividad profesional fuera de casa (con el consecuente
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cambio de estatus económico de la mujer) y la liberalización de la ley del divorcio en algunos países desde
1970, aunque en otros todavía es ilegal. Otros cambios significativos han sido la legalización del aborto, la
mayor accesibilidad al control de natalidad, la supresión de obstáculos legales y sociales para los hijos de
personas solteras y los cambios en los estereotipos de los roles de la mujer y del hombre en la sociedad.
VIVIENDA
Refugio temporal o permanente destinado a la habitación humana. Dada la necesidad que todas las personas
tienen de un alojamiento adecuado, éste ha sido desde siempre un tema prioritario no sólo para los individuos
sino también para los gobiernos. Por esta razón, la historia de la vivienda está estrechamente unida al
desarrollo social, económico y político de la humanidad.
Historia
Desde las primeras civilizaciones se ha dedicado especial atención al tipo, ubicación y construcción de la
vivienda. Los primeros tratados sobre su construcción se encuentran en el Código de Hammurabi,
compilación de normas y leyes escritas para regir Babilonia que auspició el rey Hammurabi en el siglo
XVIII a.C. Durante los imperios griego y romano, la planificación de las ciudades (véase Urbanismo) se
centró casi exclusivamente en la localización de espacios adecuados para establecer viviendas, teniendo en
cuenta su situación defensiva y su abastecimiento de agua. Esta misma inquietud se dio durante la edad media.
En la Europa del siglo XIII, las ciudades se convirtieron en centros de intercambio comercial y sus murallas
ofrecieron protección frente a los grupos de guerreros y saqueadores. Las personas podían resguardarse en las
ciudades amuralladas junto a sus rebaños y cosechas, mientras el exterior era invadido por los enemigos. Esto
aumentó la demanda de alojamiento. Durante siglos se sumaron nuevas viviendas, aunque su construcción se
llevó a cabo de forma caótica. En las regiones que disfrutaban de un clima propicio, la ocupación ilegal (sin
título o pago de renta) era cada vez más frecuente.
En el siglo XIX, con la llegada de la Revolución Industrial, se produjo un desplazamiento de la población
hacia las ciudades, que sufrieron un crecimiento sin precedentes. Los trabajadores vivían en cobertizos,
estaciones ferroviarias y sótanos de fábricas, espacios carentes de instalaciones sanitarias o agua corriente.
En la sociedad postindustrial del siglo XX, la calidad de la vivienda en los países en vías de desarrollo y en las
zonas más degradadas de los países avanzados sigue siendo insuficiente y no se cubre la demanda de algunos
sectores de la población. Sin embargo, dentro de las ciudades coexisten alojamientos abandonados, edificios
superpoblados o funcionalmente obsoletos que, en algunos casos, comienzan a ser rehabilitados. En la
actualidad existe una gran demanda de vivienda y un gran número de inmuebles que se podrían rehabilitar.
Esta situación ilustra el papel complejo que desempeña la vivienda en nuestra sociedad. Su función original
fue proporcionar protección, seguridad y privacidad, pero hoy debe ofrecer otras ventajas adicionales: tener
una ubicación adecuada (entorno saludable y proximidad al puesto de trabajo, a zonas comerciales y a centros
educativos), un ambiente digno (calidad de la zona en cuanto a seguridad pública y a estética) y representar
una buena inversión.
Política de viviendas
Las políticas de vivienda de Estados Unidos, de los países de Europa occidental y de algunos países de
América Latina presentan características análogas. Todos ellos han creado programas de construcción de
viviendas públicas, de rehabilitación urbana y de creación de nuevas ciudades. Sin embargo, la intervención
pública en el continente europeo es más antigua y cubre a más sectores de población.
Los países de la Unión Europea cuentan con amplios programas de regulación y construcción de viviendas
que incluyen subvenciones para las familias afectadas por la demolición de sus hogares en zonas marginales, a
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las que se les ayuda a pagar un alquiler o se les realoja en viviendas de protección oficial. Alemania, Francia,
Países Bajos y otros países ofrecen también préstamos para la adquisición de viviendas a un interés bajo o
nulo.
En España, el desarrollismo de la década de 1960 y los movimientos migratorios propiciaron la creación de
grandes núcleos suburbanos en torno a una especulación descontrolada. La atención política al problema de la
vivienda ha formado parte de los programas de los partidos políticos desde 1977. Aunque en general se puede
decir que han mejorado las condiciones urbanísticas de los nuevos entornos generados a partir de ese
momento, el elevado precio del suelo sigue dificultando el acceso a la propiedad de la vivienda, un problema
que afecta especialmente a los más jóvenes. Esta situación, en un marco cultural tradicionalmente orientado
hacia la adquisición de viviendas en propiedad, ha favorecido el descontrol al alza de los precios de los
alquileres.
La política de viviendas en la antigua URSS y Europa del Este se caracterizaba casi exclusivamente por las
regulaciones y ayudas gubernamentales. Estos países fueron los primeros en construir grandes grupos de
viviendas prefabricadas en áreas urbanas. Normalmente estaban construidos con hormigón pretensado, se
producían en fábricas y a continuación se transportaban al lugar de destino, donde eran ensamblados para
formar grandes unidades multifamiliares. La antigua URSS también fue pionera en la creación de nuevas
ciudades, por lo general alrededor de grandes fábricas o centrales eléctricas.
La vivienda en los países en vías de desarrollo es inferior en cuanto a calidad y superficie, en comparación
con la de los países más avanzados, ya que los esfuerzos de los gobiernos para mejorar las condiciones de la
vivienda no son suficientes. En la década de 1970 algunos países adoptaron una política de autoayuda: cada
familia recibía un pequeño terreno y el material de construcción para que ella misma construyera o mejorara
su vivienda. Este tipo de acción se adoptó a gran escala en la India. En América Latina, donde se encuentran
algunas de las megalópolis más grandes del mundo, como la ciudad de México, Río de Janeiro, Buenos Aires
o Caracas, la desmesurada construcción de viviendas ha obedecido a programas políticos en los que se ha
dado, en ocasiones, la especulación y la búsqueda del beneficio a corto plazo, en detrimento de los materiales
empleados y su finalidad social. En otros casos como Brasilia, capital política de Brasil, cuya construcción
comenzó en el año 1957, su finalidad fue descongestionar la superpoblada Río de Janeiro y su emplazamiento
se decidió por razones de Estado y de colonización interior. Este modelo, a pesar de ciertos intentos pronto
abortados, como en el caso de Argentina, no ha prosperado. Numerosas organizaciones, entre las que se
encuentran el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), tienen programas de
asistencia habitacional y mejora de la calidad de las viviendas.
Perspectivas
La vivienda es un elemento fundamental del tejido social y económico de una nación. Prácticamente ningún
gobierno puede encontrarse satisfecho con las soluciones dadas a los diferentes sectores de población en este
aspecto.
A comienzos de la década de 1990, los países occidentales afrontaron de forma general el déficit crítico de
viviendas para los sectores con ingresos económicos más bajos, así como el aumento del número de
indigentes, sobre todo en las grandes ciudades. La menor oferta de vivienda barata produjo una mayor
demanda de viviendas en régimen de arrendamiento y, en consecuencia, un aumento del precio del alquiler y
un descenso de la oferta. Además, hoy es preciso disponer de tipos de vivienda adaptados a las necesidades de
las personas discapacitadas, de la tercera edad y de la población que vive en solitario, tres sectores que
aumentarán aún más en el futuro. Se han propuesto muchas soluciones: rehabilitar edificios públicos, fundar
asociaciones públicas y privadas, emitir bonos, conceder fondos públicos a organizaciones con fines no
lucrativos, modificar las restricciones zonales, mejorar los programas de concesión de hipotecas y fomentar en
las empresas los programas de ayuda a la vivienda para sus trabajadores.
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Cada país tiene, además, su propia problemática. La mayoría de las grandes ciudades de Europa occidental
tiene que hacer frente al crecimiento rápido, y a veces caótico, de los suburbios y a la descentralización de las
ciudades, mientras que en la naciente Rusia y en Europa oriental la demanda de vivienda privada ha
aumentado en los últimos años. La mayor parte de la población de los países en vías de desarrollo continúa
emigrando a las grandes ciudades y demanda viviendas básicas; muchos de ellos se ven obligados a vivir en
asentamientos marginales, con equipamientos tan precarios que apenas cubren las necesidades humanas más
primarias. La infraestructura es mínima, pues normalmente carecen de agua potable, alcantarillado, suministro
eléctrico o calles asfaltadas. Las casas suelen ser construidas por los propios residentes con materiales de
desecho y, en la mayoría de los casos, no disponen siquiera de derechos para construir, ya que los terrenos han
sido ocupados de forma ilegal.
NOMBRE
Palabras que sirven para designar cosas especiales y tangibles animadas (como en el caso de personas o
animales) o inanimadas (como en el caso de lugares o conceptos). La ciencia que estudia los nombres propios
y su origen se denomina onomástica (del griego onoma, nombre).
Nombres propios de personas
En todos los idiomas hay nombres que por tradición son masculinos o femeninos, aunque algunos, como por
ejemplo, el nombre Trinidad en español, se utiliza para ambos sexos. Un nombre en sí mismo no tiene un
significado psicológico a menos que vaya asociado a alguna experiencia significativa. Los nombres poco
habituales o que provocan la utilización de apodos o diminutivos pueden tener un efecto negativo sobre la
personalidad.
Nombres de Pila
La influencia cristiana sobre los nombres de pila fue especialmente intensa. En algunos países cristianos,
como Brasil, un recién nacido debe tener un nombre cristiano adecuado para que se le pueda expedir el
certificado de nacimiento.
Los actuales nombres de pila pueden tener su origen en los meses del año (julio), piedras preciosas (rubí),
actores contemporáneos (Kevin, Liza), flores (rosa), lugares (Georgia) o personajes de la mitología (Diana,
Jasón).
Apellidos
En la mayor parte de las sociedades hay nombres adicionales al nombre individual, o de pila, en la tradición
cristiana. Normalmente estos nombres adicionales designan diferentes identificaciones públicas del individuo,
como su situación en la estructura de parentesco, su oficio, su título de nobleza, o su orden de nacimiento. En
muchas sociedades son estos nombres, y muy especialmente los identificadores de parentesco, los más usados
e importantes. En nuestra sociedad, estos nombres adicionales se denominan apellidos. Así, en España, por
ejemplo, aparecieron apellidos que hacían referencia a lugares o a construcciones como Toledo, Castillo,
Iglesias, etc.
Un grupo importante de apellidos son los que reflejan las actividades y las ocupaciones durante la edad media
como, por ejemplo, el apellido español Herrero y sus equivalentes Smith (inglés), Schmidt (alemán) o Kovacs
(húngaro). Otros ejemplos de este tipo pueden ser Mercader, Molinero o Carretero.
Los apellidos que denotan descendencia o parentesco pueden llevar en español sufijos como −ez (Pérez,
González, etc.), en escocés prefijos como Mc−, en inglés sufijos como −son y en los países escandinavos
sufijos como −sen. Así, el apellido Johnson o Jensen significa 'hijo de John' y el de Jakobsdóttir (islandés)
significa 'hija de Jacob'.
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En los apellidos se detecta un deseo de inmortalidad, ya que una generación tras otra tiende a venerar el
apellido como un símbolo de permanencia. Cuando una mujer al casarse cambia su apellido por el del marido,
lo que es normal en la cultura anglosajona, puede mantener el suyo como nombre de su hijo. A menudo las
mujeres casadas mantienen su nombre de soltera o unen mediante guión el apellido del marido y el suyo
propio.
El orden de los apellidos difiere de un país a otro. En Europa occidental y en Estados Unidos se tiende a
utilizar un patrón triple formado por nombre de pila, un segundo nombre y el apellido. En los nombres chinos
la primera parte es el apellido, la segunda el nombre de generación y la última el nombre. En Hungría primero
va el apellido y a continuación el nombre o los nombres de pila.
Apodos y seudónimos
El origen de los apodos puede ser el reconocimiento de características físicas (el manco, el cojo), de
asociaciones verbales o de una asociación de ideas ("El Sidra" por "Isidro"). Los seudónimos utilizados por
los escritores pueden encubrir el sexo (como George Sand cuyo verdadero nombre era Amandine Aurore
Lucile Dupin, baronesa Dudevant), el pasado (O. Henry cuyo verdadero nombre era William Sydney Porter) o
ser simplemente un capricho. En las letras hispánicas destacan ejemplos como Cecilia Böhl de Faber (célebre
como Fernán Caballero); Mariano José de Larra, que durante años firmara sus artículos bajo la personalidad
de Juan Pérez de Montalbán; Leopoldo Alas, más conocido como Clarín; José Martínez Ruíz, cuyas obras
aparecían firmadas por Azorín, o el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti, que firmó numerosos textos
periodísticos con sobrenombres tales como Periquito el aguador o incluso Groucho Marx. Estos seudónimos a
menudo llegan a ser más conocidos que el nombre verdadero, como en el caso de Mark Twain.
Cambio de apellido
Cualquier persona puede cambiar su apellido libremente siempre que la petición sea razonable y no viole los
derechos de terceros. Para cumplimentar los requisitos legales hay que presentar una solicitud al Registro
Civil. Entre las posibles razones para cambiar un apellido se encuentra el deseo de recuperar el nombre de
soltera después de un divorcio, evitar problemas de escritura o de pronunciación, romper con el pasado o por
causas profesionales (nombres artísticos).
Topónimos
Muchos lugares del mundo tienen nombres de tipo descriptivo como Bahía de los Truenos o Le Havre ('el
puerto' en francés), otras significan propiedad (Richardson Hill o Colina de Richardson) y otras conmemoran
a un personaje nacional (Leningrado, cataratas Victoria). Tanto en América del Norte como en Sudamérica
existen nombres de ciudades europeas actuales (Cambridge, Córdoba, Santander, Guadalajara, París) o de la
antigüedad (Roma, Ítaca). Todos los países tienen agencias reguladoras que supervisan y recomiendan
cambios de nombres geográficos. Durante el periodo colonial los nombres de ciudades en las colonias eran a
veces sustituidos por otros. Así, por ejemplo, Kozhikode en la India pasó a llamarse Calcuta. Hoy muchos de
estos nombres han recuperado su forma original. Un comité de las Naciones Unidas se encarga de la
estandarización de topónimos en todo el mundo.
BIBLIOGRAFÍA
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importante introducción a la sociología.
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introducción a la sociología.
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contemporánea a los problemas de la sociología.
Giner, Salvador. Sociología. Barcelona: Editorial Península11ª ed., 1994. . Una introducción, ya clásica, al
estudio de la sociología y sus temas fundamentales.
La sociología estudia al hombre en su medio social, es decir, en el seno de una sociedad, cultura, país, ciudad,
clase social, etcétera.
La filosofía positiva o "positivismo" del francés Augusto Comte abandonó la especulación acerca de lo
sobrenatural en favor de la investigación científica.
El francés Émile Durkheim, uno de los fundadores de la sociología moderna, utilizó métodos científicos para
aproximarse al estudio de los grupos sociales. Durkheim creía que los individuos son el producto de fuerzas
sociales complejas y no pueden entenderse fuera del contexto social en el que viven.
Max Weber, economista y sociólogo alemán, está considerado como uno de los fundadores del pensamiento
sociológico moderno.
"Sociología," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993−1999 Microsoft Corporation. Reservados
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"Sociología del derecho," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993−1999 Microsoft Corporation.
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"Matrimonio (sociología)," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993−1999 Microsoft Corporation.
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"Vivienda (sociología)," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993−1999 Microsoft Corporation.
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"Nombre (sociología)," Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993−1999 Microsoft Corporation.
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