Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 1 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Revista de Educación Física ISSN: 2322-9411 Título abreviado: VIREF Rev Educ Fis Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 INSTITUTO UNIVERSITARIO DE EDUCACIÓN FÍSICA 2 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 INSTITUTO UNIVERSITARIO DE EDUCACIÓN FÍSICA Rector Universidad de Antioquia Dr. Alberto Uribe Correa Director Instituto Universitario de Educación Física Mag. Iván Darío Uribe Pareja Jefa de Departamento Académico Mag. Gloria María Castañeda Clavijo Comité Editorial Mag. José Albeiro Echeverry Ramos (Colombia) Correo: twodelfin@yahoo.es Esp. Luis Fernando Acevedo Ruiz (Colombia) Correo: enviref@gmail.com Lic. León Jaime Urrego Duque (Colombia) Correo: leonurrego@gmail.com Mag. Marlon Andrés Amaya Cadavid (Colombia) Correo: marlonama@gmail.com 3 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Comité Académico Mag. Beatriz Elena Chaverra Fernández (Colombia) Correo: biatachf@yahoo.es Dra. Beatriz Muros (España) Correo: beatriz.muros@uah.es Mag. Carlos Alberto Agudelo Velásquez (Colombia) Correo: agudelojudoka@gmail.com Mag. Didier Fernando Gaviria Cortés (Colombia) Correo: gaviriadidier@yahoo.es Mag. Elkin Fernando Arango Vélez (Colombia) Correo: elkinarango@yahoo.com Dr. Felipe Isidro Donate (España) Correo: fisidro@gmail.com Mag. Franklin Castillo Retamal (Chile) Correo: fcastillo.fc@gmail.com Dr. Gustavo Ramón Suárez (Colombia) Correo: gusramon2000@yahoo.es Dr. Jaison José Bassani (Brasil) Correo: jaisonbassani@uol.com.br Mag. José Hernán Parra Fica (Chile) Correo: jparra@ucm.cl Dr. José Luis Pastor Pradillo (España) Correo: tote.pastor@gmail.com Arq. Juan Andrés Hernando López (España) Correo: hernando@hernandosauque.es Dr. Juan Antonio Mestre Sancho (España) Correo: juan.mestre@ucv.es Ms. Juan Ramón Heredia Elvar (España) Correo: juanrafitness@hotmail.com Dra. Margarita María Benjumea Pérez (Colombia) Correo: mbenjumeaperez@yahoo.com Mag. Shirley Andrea Bustamante Castaño (Colombia) Correo: shirleyandrea.bustamante@gmail.com 4 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Diseño Catalina Acosta García Traducción al inglés Kathleen Jiwel Palacios Quiñones Fotografía Cubierta e interiores Oficina da Capoeira Medellín Juan Pablo Muñoz www.facebook.com/jpablomoz jpablomz@yahoo.com Contacto VIREF Revista de Educación Física Instituto Universitario de Educación Física y Deporte Universidad de Antioquia / Campus de Robledo Cr. 75 No. 65-87 Bloque 45-106 Teléfonos (574) 219 92 50 - 219 92 63 revistaviref@gmail.com http://viref.udea.edu.co 5 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Contenido Capoeira, um eco na cidade: Oficina da Capoeria Medellín Lina Marcela Tobón Londoño ............................................................................................................................. 7 La intervención en motricidad. Nuevos planteamientos metodológicos José Luis Pastor Pradillo ................................................................................................................................... 15 Motricidad: una herramienta para la enseñanza del ajedrez escolar Miguel Ángel Taborda Saldarriaga ................................................................................................................... 49 La enseñanza de la natación con adultos mayores. Aspectos gerontológicos a tener en cuenta Débora Di Domizio............................................................................................................................................ 64 Ideas y prácticas de la Grecia ateniense y su influencia en la educación física actual Beatriz Elena Chaverra Fernández .................................................................................................................... 74 Bases fisiológicas del reclutamiento de motoneuronas Gustavo Ramón Suárez ..................................................................................................................................... 87 La institución educativa como promotora de salud y la actividad física Didier Fernando Gaviria Cortés ...................................................................................................................... 103 Cuerpo y Educación Física Beatriz Muros ................................................................................................................................................. 119 La gimnasia como ejercicio espiritual en Platón Jonathan Andrés Rúa Penagos ....................................................................................................................... 128 Efecto del entrenamiento de fuerza en la potencia absoluta y la masa corporal de ciclistas ruteros Jenaro Legízamo Herrera ................................................................................................................................ 136 Correlación entre la potencia en miembros inferiores (altura de despegue del salto) medida con protocolo de Bosco y la velocidad frecuencial (medida con el test de 30 y 60 metros planos) de la selección Colombia femenina y masculina de ultimate frisbee Cristiam Paul Tejada Otero ............................................................................................................................. 148 Un aporte de la tecnología para el entrenamiento de la velocidad en el futbol sala Yofre Danilo Sanabria Arguello ....................................................................................................................... 164 Análisis Biomecánico del saque de banda en el fútbol Rafael Tadeo Herazo Sánchez, Wilson Salazar Isaza ...................................................................................... 177 Indicaciones para los autores ........................................................................................................................ 191 6 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Capoeira, um eco na cidade: Oficina da Capoeira Medellín Capoeira, an echo in the city: Capoeira office Medellín Lina Marcela Tobón Londoño Directora del grupo Oficina da Capoeira Medellín. Estudiante de Licenciatura en Educación Física de la Universidad de Antioquia. Correo: capoeiramedellin@gmail.com - Web: http://capoeiramedellin.webnode.es Capoeira se toma la ciudad. Mural realizado por integrantes de la Oficina da Capoeira frente al Centro de Desarrollo Cultural de Moravia (Medellín, Colombia). Fotografía: León Jaime Urrego Duque. Capoeira es una cosa seria… que hacemos jugando. Mestre Ray 7 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Algo de Historia La Capoeira ha pasado por tres diferentes periodos, todos sujetos a los cambios sociales y políticos en la historia de Brasil. El primero se comprende como una Lucha disfrazada en danza. El negro esclavo llegaba a América para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar, café y algodón, pero su importancia no solo estaba en el aspecto económico. Con ellos llegaban sus creencias y rituales, haciendo parte de un legado social, artístico y cultural. Sin embargo, no es solo en las haciendas donde la particularidad de sus prácticas se siente; es fácil imaginar las plazas públicas y los mercados donde muchos de los negros realizaban manifestaciones culturales solo bajo la supervisión de sus amos, que cedían a estas necesidades con el fin de dejarles liberar las tensiones que generaba su estado de esclavitud. Entre tanto, los negros revivían en la clandestinidad sus ritos y veneraban a sus dioses, jugando con el sistema impuesto por colonizadores y evangelizadores. Con la efímera sensación de independencia, los negros conseguían tener encuentros para reforzar sus ansias de libertad y regresar a antiguas prácticas que servían de entrenamiento para enfrentarse a sus opresores, que en muchas ocasiones se veían sorprendidos y derrotados; por esto, la necesidad de fingir, esconder sus manifestaciones y simularlas en una danza. El segundo periodo, parte de ser una práctica prohibida e ilegal. En la década de la abolición de la esclavitud (1880) los negros libertos se encontraban en las calles, con hambre y sin empleo, muchos de ellos trabajaban como guardaespaldas o sujetos de seguridad para grandes mercaderes, pero los que no contaban con tanta suerte vivían en las calles como mendigos y en la marginalidad. Algunos fueron presos por realizar manifestaciones de resistencia y encuentros violentos contra las fuerzas de seguridad del Estado a través de la Capoeira. Para la guerra de Brasil-Paraguay, muchos de los capoeiristas presos fueron invitados a participar con la promesa de su libertad, promesa no siempre cumplida; su trabajo consistía en ser el frente del pelotón, preparados para invadir y realizar un combate cuerpo a cuerpo y así conquistar las trincheras enemigas. Bajo la condición psicológica de la postguerra, los capoeiristas andaban sueltos y de nuevo desempleados por las calles de las ciudades; sin duda, se puede decir que fueron elementos claves para la formación de las Maltas1 o Bandas, en ciudades como Rio de Janeiro, dejando un ambiente crítico y caótico. Los capoeiristas se tornan un problema de orden público por sus corrientes políticas y sociales, y la Capoeira fue prohibida en el Código Penal de la Republica decreto número 487, del 11 de octubre de 1890 en el cual el artículo 402 decía: “Fazer nas ruas e praças públicas exercícios de agilidade e 1 En portugués, la expresión “malta” es sinónimo de bando asociado a prácticas criminales. El término está actualmente en desuso en Brasil. “Las primeras organizaciones colectivas de la Capoeira de que se tiene noticia se denominaban Maltas y constituían un universo social hecho por y para los hombres negros. ‘Fraternidades’ masculinas con reglas, banderas, gestos y colores propios”. (Lube, 2011). 8 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 destreza corporal conhecida pela dominação de capoeiragem” (Silva), dando como pena de 2 a 6 meses de prisión o 200 latigazos. Solo hasta 1930 surge el tercer periodo y la Capoeira comienza abrirse espacio en los centros culturales, academias y gimnasios, hasta llegar a nuestros tiempos. Este cambio también es permeado por las transformaciones que tiene Brasil como país; el presidente de la época, Getúlio Vargas, tomó algunas medidas para lograr la simpatía popular y en algunos de sus aciertos elimina la ley que prohíbe la práctica de la Capoeira y otras manifestaciones de cultos afro-brasileros como el Candomble. Sin embargo, obliga a que estos cultos sean realizados en espacios cerrados, de ahí es que surge la necesidad de llevar a las academias estas manifestaciones, pero para esto también se necesitaba un cambio desde las estructuras de cada manifestación; surgen contradicciones y rivalidades para quienes luchan por mantener la memoria, el legado y la herencia y quienes desean transformaciones. Un personaje importante en este tercer momento de la Capoeira está representado por el Mestre Bimba, Manuel Dois Reis Machado, quien es invitado para presentar ante amigos y autoridades del Palacio del Gobierno su academia y sus nuevas propuestas metodológicas para la práctica de la Capoeira como Lucha Regional Bahiana; esta presentación fue importante para la evolución y legalización de la Capoeira por medio del mandatario, quien la reconoció como Lucha Nacional Brasilera y, posteriormente, oficializó su práctica a través del Ministerio de Educación. La Capoeira sufrió más de una transformación, cambió las calles por las academias, la marginalidad por la educación. Muchos tradicionalistas piensan que perdió su esencia de filosofía de vida para tornarse más académica-deportiva, pero, por otro lado, conquistó otros espacios; Capoeira vuelve a los escenarios culturales, musicales, en las artes plásticas y la literatura y, por supuesto, para ser parte también del currículo escolar y universitario de las principales ciudades de Brasil. Fue a través de esta evolución que comenzó a ser enseñada en países de Europa, Canadá y Estados Unidos, llevando la herencia de los esclavos manifestada en una práctica corporal de resistencia. Capoeira llega a Medellín “entre los años de 1994 y 1995, en la corporación teatral Mandrágora, que al explorar nuevos caminos desde las artes escénicas se encuentra con una danza de orígenes desconocidos.” (Restrepo, 2010), para, rápidamente, generar procesos en diferentes escenarios de la ciudad. El Grupo Oficina da Capoeira surge en abril de 2007, como iniciativa de un grupo de jóvenes interesados en crear una propuesta dinámica con contenido social y artístico para la ciudad y se vincula a otra propuesta de ámbito internacional, el Grupo Internacional Oficina da Capoeira Brasil, fundada en 1987 por Mestre Ray. En este sentido, el grupo se ha enfocado desde sus inicios en realizar proyectos en poblaciones urbanas con alto grado de vulnerabilidad, afectadas no solo por condiciones de conflicto e injusticia social, sino por la falta de oportunidades en cuanto a la educación y al arte. Así, durante seis años se ha logrado formar a niños, jóvenes y adultos en la práctica y el conocimiento de la Capoeira como otra alternativa de convivencia. 9 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Capoeira: experiencia desde el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia Capoeira: práctica corporal como elemento transformador en comunidades educativas y culturales La propuesta surge desde la experiencia2 con el proceso generado en el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia (Medellín) donde, a partir de un proyecto de intervención, se crean los talleres de Capoeira para la población infantil y juvenil, dando como resultado el Grupo de Proyección de Capoeira que integra participantes desde los cinco años en adelante; en este proyecto los participantes, por medio de unidades pedagógicas, obtienen conocimientos en áreas musicales, dancísticas, acrobáticas y aprenden sobre la historia de la esclavitud y las prácticas de resistencia en América Latina. El grupo Oficina da Capoeira-Medellín viene desarrollando este proyecto artístico y educativo en el programa de formación del Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, en el Gimnasio El Molino, la Fundación Universitaria Bellas Artes, la Casa de la Cultura del municipio de Bello y en el municipio de Jericó. El propósito fundamental de nuestro trabajo es el desarrollo del individuo desde sus capacidades deportivas, artísticas y sociales, y todos nuestros intereses apuntan a la intervención desde la pedagogía y el uso de la Capoeira como medio para enseñar, aprender y brindar elementos a través del juego, el arte, la cooperación, la creatividad y la expresión, como una manifestación sana ante problemáticas sociales tan complejas y arraigadas en nuestro entorno, como la intolerancia, la agresividad, el conflicto armado, la deserción escolar, entre otros. Pertinencia sociocultural Con la práctica de Capoeira se pretende generar encuentros con el interés de reflexionar sobre el sentido de esta expresión motriz en los diferentes espacios de la ciudad; para ello es importante considerar que se trata de un ritual ancestral que combina la danza, el juego y la marcialidad de un pueblo en opresión; su desarrollo histórico hace parte de un debate por la escasez de datos que se pueden tener al respecto, sin embargo se puede decir que su origen enlaza culturas Afro e Indígenas del Brasil. En tal sentido, poner en juego la Capoeira como práctica corporal es establecer conexiones en una mirada de pasado–presente que tenga algo que decirnos hoy, en un momento histórico donde se necesita de otras miradas y unas otras formas de ver y sentir el mundo que habitamos. En consecuencia, es importante resaltar que la práctica de la Capoeira puede ser considerada como un juego que conlleva a tener relaciones lúdicas en una integración con el arte. En el juego 2 Parafraseando a Larrosa, la Experiencia es eso que me pasa, que me sucede a mí y que puede no pasarle a otra persona. Es ese acontecimiento que me forma y me trans-forma en mis maneras de ser y ver el mundo. 10 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 de la Capoeira el cuerpo se vuelve movimiento por medio de la música, donde la danza de los cuerpos se sincroniza con músicas ancestrales, codificando gestos y rituales, permitiendo a sus participantes generar expresiones teatrales, movimientos de escape acrobáticos y técnicas marciales heredadas de africanos esclavizados, lo cual permite pensar el cuerpo desde los talleres prácticos, donde éste se confronta permanentemente entre sus saberes previos y los nuevos, que le permitan expresarse de otros modos. En la actualidad la Capoeira se ha expandido más allá de las fronteras de su lugar de origen3, se ha permeado por otras culturas y sus códigos han cedido para dar acogida a otras manifestaciones como la Samba y el Maculelê4, que si bien han acompañado esta práctica ahora son más relevantes en los procesos de formación. La Capoeira, como práctica corporal, se ha ido integrando en las dinámicas de algunas ciudades, generando en los niños, jóvenes y adultos otras formas de vida y así mismo otras maneras de relacionarse con el mundo; en tal sentido, la propuesta “Capoeira: práctica corporal como elemento transformador en comunidades educativas y culturales” busca generar la reflexión en las comunidades de todos los estratos socioeconómicos, a partir de las actividades artísticas y culturales, donde los encuentros en torno a la Capoeira no releguen su componente histórico, su legado y sus raíces, pero que además, con sentido de inclusión, reivindique el papel de los sujetos desde su propia condición, emergiendo allí otras posibilidades que facilitan a todas las personas hacer parte en esta propuesta. Así como sucedía antiguamente, donde la Capoeira era practicada por la gente de los estratos más bajos, esclavos y/o negros libertos, que se unían a otras manifestaciones de rituales afro, como el candomble5, y donde después de la prohibición de los cultos y rituales afro en Brasil, las comunidades capoeiristas, bajo el liderazgo de algunos visionarios y grandes Maestros, propusieron una nueva forma de encontrarse con esta práctica, llevándola a otro nivel sociocultural; se trata aquí de que la Capoeira sea la práctica corporal que se realiza en las ferias de mercados, plazas y calles, además de éstos es una apuesta por la toma de los espacios académicos y las instituciones educativas, que posibilite a las diferentes poblaciones hacer parte de su práctica. Considerando que la Capoeira, más que una práctica es un estilo de vida, se trata desde esta propuesta, que bien puede ser considerada pedagógica, de sugerir unos cambios en los códigos de comportamiento de los niños y jóvenes donde el consumo de bebidas alcohólicas o el tabaquismo, 3 Brasil es la cuna de la Capoeira pero, a partir de 1970, comienza a ser enseñada en diferentes países de Europa y en los Estados unidos, tras el legado de Mestre Bimba. 4 “O mote central do maculelê é a luta de um povo que desejava liberdade, através de danças com bastões e ritmos que lhe são peculiares, levando o brincante de maculelê a momentos de fantasia e recordação de experiências vividas pelos nossos antepassados,”. (Rezek y Souza, 2012). 5 “O Candomblé. Religião brasileira dos orixás e outras divindades africanas que se constituiu na Bahia no século XIX - e demais modalidades religiosas conhecidas pelas denominações regionais de xangô, em Pernambuco, tambor-de-mina, no Maranhão, e batuque, no Rio Grande do Sul, formavam, até meados do século XX, uma espécie de instituição de resistência cultural, primeiramente dos africanos, e depois dos afro-descendentes, resistência à escravidão e aos 11 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 entre otros, puedan ser remplazados por la danza, la acrobacia, el canto, la música y en general las artes, que potencien otras maneras de relación con el mundo, como se ha mencionado. Es pensar que desde la Capoeira se visibilicen unas actividades que sugieran otras potencias de vida y por tal motivo sea considerada como un componente en los currículos escolares, en facultades de Educación Física, centros urbanos y culturales del país y así mismo sea incluida en proyectos de atención a niños y jóvenes que utilizan la Capoeira como actividad lúdica y educativa, siendo esta una posibilidad clara del valor pedagógico en una sociedad que pueda darle al arte la fuerza como actividad motivante, sensibilizadora y significativa. Haga click en la imagen para ver el video Capoeira um eco na cidade mecanismos de dominação da sociedade branca e cristã que marginalizou os negros e os mestiços mesmo após a abolição da escravatura”. (Prandi, 1991). 12 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Referencias Capoeira, N. (1999). Capoeira os fundamentos da malicia. Rio de Janeiro: Editorial Record. Lube Guizardi, Menara (2011). “Genuinamente brasileña”. La nacionalización y expansión de la Capoeira como práctica social en Brasil. Araucaria: Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, 26:72-100. Prandi, Reginaldo (1991). Os Candbombles de Sâo Paulo. A velha magia na metrópele nova. Brasil: Editora Hucitec. Restrepo, A. B. (2010). Caso Capoeira. Aproximaciones, descripciones y relatos de la Capoeira en la ciudad de Medellín. Rezek Leopoldino, Elcio; Souza de Lemos Chagas, Andréia (2012). Relato de uma experiência Maculelê: vivência e saberes de um corpo brincante. VI Colóquio Internacional. "Educacâo e Contemporaneidade". São Cristovão, Brasil. Silva, Carlos José (2012). Educação e Capoeira como agentes de autonomía. IX Anped Sul – Seminário de pesquisa em Educação da Região Sul. Brasil. 13 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 14 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 La intervención en motricidad. Nuevos planteamientos metodológicos Intervention in motricity. New methodological approaches José Luis Pastor Pradillo Lic. Educación Física, Lic. Psicología, Dr. Ciencias de la Educación, Dr. Historia. Profesor titular Universidad de Alcalá, Dir. Revista Española de Educación Física y Deporte. Correo: tote.pastor@uah.es Resumen La metodología necesaria para el desarrollo de la intervención desde la motricidad ha de estar sujeta a distintas circunstancias que inevitablemente han de ser matizadas y definidas desde el compromiso previo que implica la elección de una fundamentación teórica concreta. Esta significación, a su vez, impondrá la descripción de otros aspectos fundamentales del esquema metodológico como son la descripción de las orientaciones metodológicas, la identificación de los ámbitos de intervención, los dominios intervinientes o en los que se pretende repercutir, los efectos de la intervención o los recursos técnicos necesarios para lograr los objetivos propuestos en cada caso. Palabras clave: Motricidad, intervención, metodología, Educación Física. Abstract The necessary methodology for the development of the intervention from the mobility is adapted to different circumstances according to theoretical basis. This includes the description of essential methodological aspects such as methodological orientations, identification of implementation areas, intervention domains or receiving domains of intervention, and technical resources in order to achieve the goals settled in each situation. Key words: Mobility, intervention, methodology, Physical Education. Las aportaciones de las modernas ciencias del hombre dejaron obsoletos aquellos viejos paradigmas cartesianos que entendían la naturaleza humana desde un modelo dualista. El corte epistemológico, como lo define Manuel Sergio (2003), impuso una nueva fundamentación paradigmática, una revisión conceptual y el diseño de metodologías inéditas en cuantas áreas tienen por objeto principal al hombre, incluidas las “actividades físicas” o la conducta motriz. Si aceptamos el concepto de Motricidad como el resultado de la superación del paradigma cartesiano, como una nueva comprensión de la conducta humana entendida ahora desde el 15 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 paradigma unitario y globalista, parece inevitable que, a continuación, también definamos qué debe identificar los nuevos procesos de intervención, a que campos puede ser aplicado, que objetivos han de perseguirse en cada caso y cuáles pueden ser las técnicas más apropiadas y eficaces para conseguirlos. Para lograrlo es necesario que, previamente, admitamos la diversa significación conceptual y epistemológica de la que la noción de motricidad es susceptible, según cuál sea el sistema psicológico o el modelo de motricidad elegido y como este condiciona el diseño final que de la intervención se realice, la identificación de los factores constitutivos de la metodología, sus campos de actuación o sus objetivos. 1. Concepto de intervención motriz El modelo unitario psico-motriz, somato-psíquico o psico-orgánico que adoptamos nos obliga a considerar el significado de las dos dimensiones que le integran. Cualquier ensayo que pretenda aproximarse a una definición de motricidad admite distintos contenidos que, dependiendo de cuáles sean o cómo se utilicen, la describirán desde perspectivas claramente diferenciadas. Por tanto, dependerá de cuál sea la descripción del modelo de conducta motriz en que se apoye la construcción conceptual de Motricidad, del sistema psicológico desde el que se intente explicar la conducta del hombre o de las teorías que se esgriman para describir su estructura psicomotriz, para que también sean distintas las soluciones metodológicas con las que se intente alcanzar unos determinados objetivos en cada uno de los campos de actuación en los que la motricidad tenga posibilidad de estar presente. 1.1. Aproximación al concepto de motricidad En nuestra opinión, cualquiera sea la elección teórica que se decida para elaborar el cuerpo doctrinal en que se sustente una definición coherente del concepto de motricidad, exigirá la aceptación de una creencia previa, de un paradigma inicial que, como afirma Cecchini, evidencie la imposibilidad de una “actividad motora desligada de elementos psicológicos” (1993:128). A nivel epistemológico, este nuevo enfoque trasladaría el interés de lo motor a lo corporal y del cuerpo a un Yo descrito como un cuerpo en movimiento. La motricidad será el resultado de una identificación sustancial entre lo somático y lo psíquico que no se concreta en una interpretación unívoca sino que, por el contrario, ubicándonos en los distintos sistemas psicológicos o en las diferentes interpretaciones de que es susceptible la descripción de la conducta, podremos encontrar numerosos modelos y las más variadas versiones. Posiblemente, cada una de estas posibilidades servirá de referencia para distintas propuestas epistemológicas y, como consecuencia, para proponer diversas alternativas metodológicas. Por tanto, podríamos afirmar que el objetivo fundamental de la Motricidad ha de referirse a la potenciación de cuantas estructuras, organizaciones funcionales o sistemas psicomotrices 16 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 permiten al individuo resolver su problema adaptativo, la emisión de comportamientos y el desarrollo de su personalidad (Berruezo, 2000)6. Si todos los objetivos de la Motricidad se orientan hacia la comprensión de la conducta y, en consecuencia, la intervención se realiza mediante el empleo de las posibilidades que proporciona el comportamiento motor, la alternativa metodológica debería dar respuesta tanto a objetivos vivenciales como funcionales que, de acuerdo con Boscaini, se integrarían en la noción del “Yo” encargado de la ejecución de la conducta (1994) y en quien radica el principio de realidad (1992). 1.2. El proceso de intervención en motricidad Si por intervención entendemos cualquier procedimiento con el que se pretenda incidir en la alteración, potenciación, favorecimiento, desarrollo o modificación de determinados procesos, mecanismos o sistemas, en este caso se referiría a aquellas capacidades, estructuras o conductas, identificadas o descritas desde una previa y concreta fundamentación epistemológica, que previamente hayan sido elegidas como objeto de la Motricidad. Pero con independencia de cuál sea el resultado de este compromiso, siempre deberán distinguirse dos aspectos fundamentales de cuya definición dependerá tanto el diseño como el desarrollo de la intervención: la intención con la que se aborda el proceso de intervención y la acción en que se concreta su desarrollo. Discriminar ambos aspectos, respetando el inevitable compromiso conceptual previo, en nuestro criterio y de manera esquemática, requerirá que la estrategia utilizada tenga en cuenta los siguientes postulados (Fundación ICSE, 1993-94): o Considerar el desarrollo psicológico como consecuencia de la intervención activa del individuo en el mundo mediante el conocimiento y control de su propio cuerpo y la acción consciente. o El desarrollo implica una identidad, como un proceso único, de las funciones neuromotrices y psíquicas. o Las capacidades mentales complejas (análisis, síntesis, abstracción, simbolización, etc.) se fundamentan en el grado de elaboración del esquema corporal. o Lo corporal es la dimensión básica, el medio indispensable para establecer la relación con el mundo. o El movimiento es el recurso relacional necesario del comportamiento. 6 Algunos tratadistas esquematizan su descripción resaltando aquellos elementos o aspectos que permiten al sujeto integrar “las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto social” (Berruezo, 2000:29) 17 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Por otra parte, en Motricidad, el diseño de una estrategia de intervención requiere, cuando menos, considerar y prever la participación de tres elementos: o Los niveles de la intervención a los que se pretende acceder o Los ámbitos de actuación o Los medios y recursos, personales o materiales, que es más conveniente utilizar según cuales sean los objetivos o los campos de actuación donde se realice. A este respecto, teniendo en cuenta el carácter globalista que reivindicamos, todo diseño de intervención debería contemplar su repercusión, al menos, en los siguientes dominios o dimensiones: tónico-motor, cognitivo, emocional-afectivo, el simbólico y, para algunos autores, también el social. Justo Martínez (2000:121) propone los siguientes: tónico-emocional, sensoriomotor, perceptivo-motor y perceptivo simbólico y conceptual. 1.3. El esquema de intervención Elaborar un esquema que permita sistematizar cuantos elementos están presentes en un proceso de intervención nunca puede alejarse demasiado de lo que, en cualquier caso, describiría la dinámica conductual. En nuestro caso, para iniciar esta sinopsis partiremos del referente fundamental que representa la necesidad adaptativa como circunstancia que activa y orienta la conducta humana. La permanente tendencia hacia la solución de esta coyuntura mediante la conquista o mantenimiento de un equilibrio, de una relación homeostática entre el sujeto y el medio donde se ubica, propicia el establecimiento de una situación interactiva entre los tres elementos que podemos representar como (O-M): el organismo y el medio. 18 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 La intervención entendida desde la Motricidad, aunque solo sea de manera general, pretenderá resolver este problema adaptativo o contribuir a su solución mediante el desarrollo de capacidades, la organización de estructuras, el aprendizaje de habilidades o, en definitiva, mediante la emisión de conductas. Por tanto, será determinante y fundamental otorgar un valor, un significado concreto, a cada uno de los elementos de una ecuación (O-M) ya que su solución solo es posible lograrla mediante la emisión de una conducta capaz de equilibrar a los dos miembros: el organismo y el medio. Esta conducta, como ocurre en álgebra, no solo será resultado de los valores con el que se sustituyan las dos incógnitas sino, también, del carácter o significado que, en este caso, ostentaría el guión (-). Como ocurre en las operaciones algebraicas, cualquiera sea el valor de las dos incógnitas (O y M), el resultado, la respuesta o conducta, variará dependiendo del signo que la relacione o, en este caso, del carácter que se atribuya al guión. a. El Yo (O) Nosotros, a este respecto, identificamos este elemento con una noción del Yo que entendemos como integrante de la estructura de la personalidad. De forma genérica proponemos el término de autopercepción para incluir en un complejo conceptual los diversos constructos que, de distinta manera, pretenden hacer referencia a algún tipo concreto de conocimiento del individuo. Como resultado inmediato de esa autopercepción se determinará el grado de disponibilidad conductual que percibe cada individuo y que le sugiere los límites de su propio comportamiento. b. El medio (M) La percepción del mundo de los objetos requiere del desarrollo de ciertas capacidades que posibiliten al sujeto el acceso a un grado de conocimiento y de relación necesario para otorgarle un determinado valor o significación. Esto implica que su percepción, dependiendo de diversas causas o circunstancias, tendrá diversos resultados: objetiva, subjetiva y, como algunos autores proponen distinguir, también fruto de una interpretación simbólica. De idéntica manera, la relación que establece el individuo con el resto de las personas situadas en su entorno adaptativo, ya sea de tipo social, afectivo o de cualquier otra naturaleza, requiere, al menos, de dos ingredientes fundamentales: de una parte la base empática sobre la que se sustenta el carácter emocional o afectivo que orienta y da sentido al nexo relacional y, de otra, las habilidades necesarias para conseguir una capacidad expresiva y una eficacia comunicativa. Dependiendo de cuál sea la percepción que el sujeto realice del contexto en que se ubica, probablemente, así será el carácter de su respuesta adaptativa. Debemos recordar que la conducta solo responde, directamente, a la información sensorial en el caso de los movimientos reflejos. El resto del comportamiento ya son reacciones ante el estímulo en que se constituye la percepción. Por tanto, en una primera instancia, el acierto y el éxito adaptativo de la respuesta que se emita dependerá de la eficacia con que se desarrolle la operación perceptiva y de cuál sea el tratamiento concreto que se proporcione a la información sensorial al analizarla, filtrarla y organizarla en una imagen coherente. En esta información inicial, cuyo material puede ser tanto 19 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 de procedencia endógena como exógena, resulta imprescindible aquella otra que informa del contexto o medio. El conocimiento que del mundo ostente el sujeto admite múltiples interpretaciones, niveles y grados según con que contenidos se realice la percepción o dependiendo de cuál sea el carácter de los nexos que se establezcan entre los componentes de la ecuación (O-M). Si clasificamos estos elementos de manera genérica, de acuerdo con Vayer (1977, 1982), distinguiríamos dos grandes categorías: el mundo de los objetos y el mundo de los demás. c. La respuesta (R) A lo largo de la evolución conceptual en cuyo final pretendemos situar la Motricidad también se han utilizado distintos términos para denominar a este elemento dependiendo de cual fuera la definición que de él se propusiera. En la medida en que su significado evolucionó desde una inicial y absoluta significación mecanicista hacia un modelo unitario y holístico, se fueron añadiendo nuevos contenidos que facilitaron otras construcciones conceptuales y se utilizaron distintos términos para referirse a la expresión dinámica generada por el individuo como medio para resolver el problema adaptativo: movimiento, praxia, acción, respuesta, actividad, conducta, etc. Con respecto a este factor la intervención en Motricidad suele perseguir varios fines: la potenciación y desarrollo de determinadas capacidades, mecanismos o estructuras y, como consecuencia, la producción de unos efectos concretos por la ejecución de la conducta; proporcionar al individuo experiencias que le permitan un mayor conocimiento de los elementos de la ecuación existencial (O-M); y, finalmente, la construcción de un repertorio dinámico que, una vez interiorizado, permita al individuo una mayor eficacia conductual. d. La relación (-) La modularización de la respuesta no sólo será consecuencia de su adecuación a ciertos parámetros físicos como son el espacio o el tiempo en que se ejecuta el formato motor sino que, también, estará condicionada por otros factores como son, por ejemplo, el carácter de la relación que se define como el nexo de interacción entre el sujeto y el mundo, cualesquiera sean los elementos relevantes que en cada momento lo concreten. No obstante, con relación al proceso de intervención, nos interesa destacar la importancia que otorgamos a la naturaleza holística con que se percibe la situación existencial y como esta imagen global nunca es “vivida” con una significación neutra. Interpretar su significación no solo será fundamental para quien ha de resolver el problema adaptativo sino, también, para quien ha de observar y controlar la conducta del sujeto como medio del proceso de intervención. El esquema que analizamos contiene un complejo entramado relacional entre sus elementos cuya dinámica facilita unos efectos que Munchielli calificaba de estructuración recíproca. La naturaleza concreta que en cada caso caracterice la relación no solo estará determinada por la orientación intencional del proceso adaptativo sino que, también, exigirá, para resolverlo, la ejecución de un formato de conducta concreto. A menudo, el proceso de intervención se 20 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 propondrá como objetivo el mantenimiento, la modificación o la sustitución del carácter de estos nexos relacionales (Lapierre, 1997). Esquema de intervención El término “relación” no posee un significado unívoco. La relación que se establece entre el sujeto y su medio (O-M), cualesquiera sean los elementos de este esquema con los que se concrete, se manifiesta siempre mediante el vínculo interactivo que requiere una solución adecuada para recuperar el estado de equilibrio que algunos psicólogos, como Piaget, identifican con la noción de adaptación. El diseño inicial de un recurso didáctico o de intervención ha de ajustar la dinámica de su desarrollo a la interacción dialéctica establecida entre el organismo y su medio, cualquiera que sea la dirección que se decida para establecer la subsidiariedad entre ambos elementos activando los mecanismos de asimilación o los de acomodación. Cuando nos referimos al concepto de “relación”, de manera inmediata, podemos destacar dos significaciones básicas: por una parte, aquella que se refiere a la identificación de los nexos que el sujeto ha de establecer con el mundo, e incluso consigo mismo, como consecuencia de su interacción y, por otra, aquella que indica la naturaleza de carácter cognitivo, emocional, afectivo, simbólico, etc. que define los contenidos de esta relación. El establecimiento de estos nexos de distinta naturaleza, en términos generales, propicia cuatro tipos de efectos: o La ejecución de una conducta que, en ocasiones, con una orientación determinada, pretenderá conseguir un nuevo equilibrio entre los elementos interactuantes o que, otras veces, no será sino el medio, la acción transitiva que permite establecer la relación misma. o Proporcionar al individuo que actúa o al que observa un determinado nivel de conocimiento según cual sea el carácter y contenido que caracterice la relación. 21 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 o Ordenar el contexto adaptativo en que se ubica el individuo estableciendo los límites y condicionantes de su propio actuar y, como consecuencia, modulando su personalidad. o La misma relación contiene un factor, unos contenidos y una temática que la convierten en instrumento fundamental de comunicación. 2. Aspectos determinantes del diseño del proceso de intervención Cualquier metodología de intervención ha de tener en cuenta, al menos, los siguientes aspectos: 2.1. Elementos intencionales del diseño El desarrollo de una intervención, exige que, previamente, el diseño clarifique convenientemente determinados aspectos o elementos como son: o El campo de aplicación o de actuación donde se pretende actuar. Cada uno de los posibles campos de aplicación del procedimiento de intervención plantea unos fines y unos objetivos concretos y diferenciados que, finalmente, condicionarán o limitarán las técnicas con que se lleve a efecto la praxis metodológica: el ámbito educativo, la recreación, la rehabilitación, la tercera edad, la reeducación, la terapia o la clínica plantearán unas condiciones ineludibles en la programación. o El ámbito de intervención para el que se diseña el procedimiento. Es necesario distinguir claramente cuando los fines que se proponen están vinculados al proceso de elaboración y actualización de la autopercepción o a la construcción de un repertorio conductual y considerar, previamente, el tipo de relación que se pretende utilizar o en la que se desea actuar. o Las dimensiones o dominios psicomotrices intervinientes en la construcción, modularización o ejecución de la conducta que ha de constituir la experiencia cuyos efectos se trata de aprovechar como recurso metodológico del proceso de intervención: tónica-motriz, cognitiva, psicofuncional, afectivo-emocional, simbólica, etc. o Los niveles de conciencia en que se pretende intervenir, en los que ha de situarse la acción o en los que ha de repercutir la experiencia conductual. Dependerá de cual sea la concreción que de estos niveles se realice para determinar la conveniencia o la posibilidad de discriminar determinados objetivos o para decidir la elección de las técnicas más adecuadas. o Los aparatos, mecanismos, capacidades o aptitudes que condicionan la calidad del comportamiento según cual sea su eficacia o sus resultados. Estos elementos pueden constituirse, por sí mismos, en objetivos específicos del proceso de intervención. o Los fines y objetivos de la intervención. La eficiencia del proceso no puede confiarse a la consecución de unos fines o de unos objetivos excesivamente genéricos, voluntaristas o determinados con escasa concreción. La complejidad de la estructura en que se pretende intervenir, la multiplicidad de elementos que contiene o los mecanismos que condicionan su funcionalidad, para diseñar una estrategia eficaz, exigen decidir una intencionalidad 22 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 suficientemente premeditada, evaluar las posibilidades que ofrecen los recursos y elegir eficientemente las técnicas a emplear7. 2.2. Los contenidos del proceso de intervención Entendiendo la Motricidad desde una perspectiva global y holística, resulta inevitable que la comprensión de la naturaleza humana, que a fin de cuentas es el sujeto de la intervención que proponemos, deba realizarse desde un planteamiento unitario. Sintetizar la complejidad que impone esta perspectiva, como hemos visto, requiere elaborar un constructo que nos permita comprender cuales son sus elementos y, sobre todo, como se producen las relaciones, las interacciones o los nexos dialécticos existentes entre ellos puesto que, finalmente, serán las capacidades necesarias para el comportamiento lo que condicione la disposición vivencial, experiencial o existencial del individuo. La estructura psicomotriz constituye la base funcional donde se asienta el Yo. Podríamos definirla como un constructo en el que se pretende integrar cuantos elementos intervienen en la organización del Yo y que, por tanto, condicionan su identidad, su actuación y la percepción del mundo con el que ha de relacionarse. Todos los contenidos de la intervención han de ser ubicados en esta estructura puesto que cualquier efecto que de la praxis de la intervención pudiera derivarse, necesariamente, ha de repercutir en ella o en alguno de sus elementos. A la vista de esta estructura psicomotriz ha de decidirse la estrategia y la actuación concreta que persiga la metodología de la intervención de tal manera que se convierte en el referente permanente, en el mapa conceptual, desde el que se decida tanto la intención como el ámbito de actuación o los objetivos específicos que se pretendan en cada caso. En la descripción de “estructura psicomotriz” creemos necesario determinar previamente, al menos, dos aspectos: o La noción que ostentamos de estructura. Creemos que la estructura es el factor que ordena los distintos elementos que intervienen en la ejecución de la conducta, constituye el canon que ordena cuantas relaciones se establecen entre sus elementos de tal manera que, al tiempo que se constituye como un complejo por efecto de la experiencia conductual, también condiciona la posibilidad de su emisión o la eficacia de su ejecución determinando así la disponibilidad y la interacción del individuo con su medio. o La noción de capacidad plástica, de autoorganización, de que es susceptible tanto la estructura psicomotriz como la mayoría de sus elementos. 7 Para un análisis más detallado de los planteamientos en que fundamentamos nuestra propuesta de intervención se sugiere consultar la obra Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en Educación Física (Pastor, 2002). 23 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 La conducta genera una experiencia que se concreta en unos determinados efectos que permiten su utilización como recurso metodológico para conseguir los objetivos que se propone el proceso de intervención. Esta diversidad de utilización, en gran medida, posibilita la manifestación del carácter plástico que caracteriza la naturaleza humana, cuyas estructuras o la mayoría de sus capacidades no son resultado de una programación genética previa. La continua ejercitación que supone el permanente intento por mantener o conseguir un estado de equilibrio adaptativo produce efectos sobre la totalidad de los componentes de la estructura psicomotriz induciendo el desencadenamiento de un proceso de autoorganización en el que, en gran parte, se apoya la capacidad evolutiva de la especie. No obstante, cualquiera que sea la concepción de una estructura compleja integrada por varias dimensiones (motriz, cognitiva y emocional o afectiva) su significación quedará condicionada por los planteamientos que, con respecto a cada una de ellas, mantengan los distintos autores para definirlas o para integrarlas en un modelo de intervención (Pastor, 2002:130ss). 2.3. Los medios de intervención No es solo el objeto de estudio lo que identifica una ciencia; a menudo, también contribuyen a su definición los medios que utiliza para alcanzar sus objetivos o para aplicar sus postulados. Si analizamos los medios que habitualmente se atribuye la Motricidad, la mayoría de los autores coincidirían en destacar dos: el cuerpo y el movimiento. Toda metodología de intervención desarrollada desde la Motricidad descansa en las posibilidades que ofrecen estos dos conceptos. El cuerpo y el movimiento no solo concretan los objetos de estudio más característicos de la Motricidad sino que, al mismo tiempo, proporcionan recursos metodológicos suficientes para acceder a la consecución de los objetivos. Sin embargo, la simple formulación de ambos medios ni concluye este análisis ni clarifica suficientemente su papel o sus posibilidades metodológicas. Para comprender su verdadera dimensión e importancia, por una parte, deberíamos recordar la necesidad de revisar la significación de la que son susceptibles cada uno de ellos; por otra, también convendría tener en cuenta que ni la Motricidad, ni la Educación Física, ni la Psicomotricidad, poseen en exclusividad, como objetos de estudio, el monopolio o el dominio de estos dos conceptos. La Medicina, la Mecánica y otras ciencias también encuentran en ellos el objeto de su interés o recursos específicos de actuación. En consecuencia, convendría determinar en qué circunstancias o con qué significación ambos conceptos se constituyen en elementos identitarios de la Motricidad. En nuestra opinión, para que se puedan considerar objeto o medio propio de la Motricidad, ambos han de ser asumidos de manera conjunta. Sólo así esa asociación podrá constituirse en el fundamento de un cuerpo doctrinal y proporcionar sustento doctrinal suficiente como para convertirse en medios de actuación y en elementos nucleares de las técnicas que en el proceso de intervención puedan emplearse. No obstante, también volvemos a recordar que, a pesar de que esta relación se produzca, es necesario que la interpretación de cada uno de ellos derive de la adquisición de un compromiso epistemológico y de la adopción de unos determinados paradigmas. 24 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 2.4. Los ámbitos de intervención Definir cuales son los ámbitos de intervención o los aspectos en los que la metodología pretende influir de manera premeditada y sistemática para obtener unos efectos concretos o interferir en determinados procesos nos parece una tarea fundamental para decidir la propuesta de diseño metodológico. A nuestro parecer, la elaboración de una propuesta de procedimiento ha de ser coherente, en primer lugar, con el paradigma unitario y, después, con el esquema que, para describir la conducta, hemos desarrollado anteriormente. Como ya hemos formulado con anterioridad, este esquema de intervención permite, desde la motricidad, incidir en tres aspectos concretos: o En la autopercepción que otorga al sujeto un conocimiento de su propia realidad y, como consecuencia, de su disponibilidad comportamental o En la respuesta conductual mediante el desarrollo de una organización dinámica o conductual que permita una respuesta adaptada al resto de las circunstancias que componen su contexto existencial. o En el tipo de relación que se establezca se determinará cuál ha de ser la conducta más adecuada para resolver la ecuación existencial que planteábamos o, analizado desde otra perspectiva, del comportamiento ejecutado dependerá el carácter que defina la relación que se establezca entre el individuo y el medio. a. La autopercepción. Incluye, al menos, dos aspectos tan concretos como son la aferencia de información y la organización de estructuras. Muchos autores han concretado ambos procesos como factores propios de la estructuración del Yo (Pastor, 2002). Parece evidente que si el objeto de la Motricidad se basa en la conducta, la formación del Yo aparecerá como un aspecto inevitable. Si consideramos al Yo como aquel aspecto de la personalidad que, ejerciendo el principio de realidad, se encarga de la decisión conductual y que, a través de ella, se autoorganiza la estructura psicomotriz y la misma personalidad, también sería necesario identificar cuales son los mecanismos y elementos que permiten este proceso. Nosotros, utilizando la noción genérica de autopercepción, incluimos en el constructo numerosos contenidos y diversos objetivos. La construcción del Yo corporal, entendida como principal objetivo de la autopercepción, sería el resultado de distintos elementos que Basquin (1995:29) intenta sistematizar en tres grandes componentes: o El esquema corporal, que este autor interpreta casi como un elemento puramente neurológico. o La representación psíquica del cuerpo, que permite la formación y la aplicación de estrategias con operatividad. o Las experiencias afectivas del cuerpo que, desde la orientación psicoanalítica que propone, se identifican con las pulsiones libidinales y con la memorización de lo vivido. 25 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 El término de “conciencia corporal”, dependiendo del autor que lo utilice, estaría ligado a otros conceptos como son, por ejemplo, “Yo”, “yo corporal”, “imagen corporal”, “imagen de sí” o, simplemente, “esquema corporal”. Schilder, por ejemplo, denomina esquema corporal a una noción muy semejante a la que Head llama “esquema postural”, mientras que Wapner, según en qué casos, lo denomina “imagen del cuerpo”, “modelo del cuerpo”, “imagen de sí” o “percepto de cuerpo” (Wapner y otros, 1969). El término “imagen corporal” es el que con más frecuencia se usa en los ámbitos psicoanalíticos para entender las etapas de la organización del Yo. Schilder considera la “imagen del cuerpo” como aquella imagen de nuestro cuerpo que formamos en el espíritu o como aquella forma con la que el propio cuerpo se aparece ante nosotros mismos formada por tres tipos de materiales: los fundamentos fisiológicos, la estructura libidinal y el aspecto social. Por su parte Frosting, al proponer el término “conciencia corporal” intenta recuperar una diversificación taxonómica en la que distingue tres funciones: o La imagen corporal o suma de todas las sensaciones y sentimientos que conciernen al cuerpo (el cuerpo como se siente). o El esquema corporal o adaptación de los segmentos corporales y de la tensión o relajación necesarias para mantener la postura. o El concepto corporal o conocimiento fáctico del cuerpo, condicionado por la información que sobre él poseamos (por ejemplo: saber que tiene ojos, dos hombros que unen los brazos al cuerpo, etc.). Su desarrollo, por consiguiente, estará condicionado a un aspecto específicamente cognitivo, como es la información que se dispone sobre la morfología del propio cuerpo. Si, como hemos afirmado, la actuación del individuo está condicionada por la imagen que de sí mismo ha ido construyendo a lo largo de los años, para diseñar una metodología de intervención será muy importante conocer cual es este proceso puesto que ineludiblemente la intervención deberá perseguir objetivos relacionados con él. b. La organización conductual. Completando el esquema básico que nos servía de punto de partida, el segundo elemento que destacábamos como manifestación de la interacción dialéctica establecida entre el Yo el Mundo (O-M), es el comportamiento (igual daría utilizar ahora el término movimiento, conducta, o cualquier otro). Lo importante, en este caso, es preservar su significación como recurso adaptativo que desarrolla el sujeto para recuperar o mantener una situación de equilibrio con respecto al medio donde se ubica. Este elemento del esquema, para su concreción funcional, requiere de un conjunto de condiciones, de capacidades, de aptitudes o de aprendizajes que nosotros, en su conjunto, denominamos organización conductual. Tanto este proceso organizativo como el desarrollo de las capacidades y aprendizajes necesarios para su funcionamiento son también objetivos de la intervención motriz y constituyen, por tanto, referentes relevantes para diseñar cualquier metodología. 26 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Por otra parte, cualquiera sea su denominación o el significado que se le atribuya, la acción motriz es el único recurso que, desde la esfera de la Motricidad, podemos utilizar como elemento de intervención. Por tanto, nosotros le daremos una doble valoración: o Como recurso de intervención, en tanto que proponemos o inducimos su ejecución o Como proceso que aporta determinados efectos a través de los cuales se alcanzan los objetivos propuestos mediante la modificación, desarrollo o estructuración de funciones muy concretas, de capacidades psicomotrices o de estructuras específicas. El concepto de comportamiento motor admite múltiples interpretaciones, según cuales sean los parámetros que determinen su formulación, y así podemos encontrar distintos modelos: desde aquellos que con la clara intención de contrarrestar posturas antimentalistas anteriores sitúan su paradigma definidor en la acción, hasta aquellos otros que se interesan por la interacción dialéctica constante establecida entre el organismo y su medio y que, como consecuencia, encuentran en la necesidad adaptativa la principal causa del comportamiento. Nosotros, aquí, para determinar nuestro punto de vista particular, utilizaremos dos nociones fundamentales: o Identificar el comportamiento, al menos en su manifestación observable, como respuesta a un estímulo o información. o Presuponer que éste incluye un componente motor. Sería un error abordar el estudio del movimiento sólo desde un plano exclusivamente motor. Esta decisión nos obligaría a considerar la motricidad como una simple función instrumental puramente ejecutora que únicamente se moviliza por efecto de fuerzas exógenas a ella misma. Ajuriaguerra, lejos de admitir esta despersonalización del movimiento, afirma que las modificaciones tónicas y la misma actividad motriz son, al mismo tiempo, expresión y reacción, de tal manera que nos recuerda, como señala Kanders, que “no existe un límite entre la serie de fenómenos motores y psíquicos” (Wapner y otros, 1969:213). 3. Principios teóricos y orientaciones metodológicas de la intervención Cuando se aborda el diseño de un procedimiento de intervención, a menudo el primer problema que se ha de resolver requiere evitar que el fin genérico o general sea tan ambiguo que impida la concreción necesaria de sus objetivos. Afirmar, por ejemplo, que la salud es el fin de la Medicina puede ser una aseveración válida en aquel nivel genérico que identifica a la misma ciencia, incluyendo su cuerpo doctrinal y deontológico, sus recursos técnicos o sus estrategias terapéuticas. Sin embargo, actualmente, para identificar parcialmente alguno de sus ámbitos de actuación o las técnicas específicas que han de utilizarse, se requieren referentes más concretos para seleccionar objetivos específicos diferentes, procesos operativos particulares o perspectivas distintas, si se trata, por ejemplo, de la salud del sistema nervioso, de la salud del sistema cardiovascular o de la higiene podológica. La metodología, cuando se caracteriza por una naturaleza integral que favorece el total desarrollo y realización de la personalidad, para abordar su diseño de intervención, ha de considerar 27 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 previamente los distintos aspectos que caracterizan aquellos niveles de la estructura o los dominios y dimensiones en que se pretende intervenir y, como consecuencia, decidirá la adecuación del diseño metodológico en función de cuales sean los principios teórico-técnicos que, en cada caso, se deduzcan de su fundamentación conceptual o epistemológica. 3.1. Fundamentación teórica Cualquier diseño ha de clarificar, previamente, cuales son los principios teóricos en que se fundamenta; requiere un compromiso doctrinal previo que, desde una fundamentación epistemológica concreta, proporcione unas posibilidades de actuación, permita el diseño y empleo de unos determinados recursos, identifique los objetivos que justifiquen la aplicación del proceso metodológico y, de manera fundamental, sustente una determinada manera de entender los elementos, los medios y los ámbitos de la intervención. Este compromiso, por sí mismo, resaltará una serie de elementos o factores, identificará el uso de las técnicas más adecuadas o las posibilidades de actuación en determinados campos, por ejemplo. Estamos de acuerdo con John Dewey cuando afirmaba que no existe mejor práctica que una buena teoría y, al mismo tiempo, también somos conscientes de como, con demasiada frecuencia, en la intervención motriz suscita mayor interés la actividad que la intencionalidad del procedimiento. El activismo es un tic excesivamente frecuente que, finalmente, suele propiciar un desarrollo metodológico inspirado más por la variación de las actividades, el empleo de materiales, o el ensayo de dinámicas inéditas que por una intencionalidad adecuada a los objetivos perseguidos o por una determinada versión conceptual. Si renunciamos a un posicionamiento concreto y militante deberíamos admitir que la verdad no reside, en exclusiva, en ninguna de las propuestas o sistemas psicológicos. Por el contrario, a menudo cada uno de ellos parece más interesado en un aspecto concreto, aquel con el que se suele identificar en mayor medida y que acostumbra a convertir en su objeto de estudio principal. Aspectos tan básicos como pueden ser para nosotros la comprensión del movimiento o de la conducta motriz se explican de manera diferente en cada uno de estos sistemas: el Psicoanálisis destaca una dimensión afectiva que fundamenta, orienta y describe el comportamiento introduciendo una dinámica a nivel inconsciente y simbólico; el Conductismo analiza la conducta como el resultado de un condicionamiento, atribuyendo al aprendizaje la función de elaborar el repertorio conductual; y el Cognitivismo, por ejemplo, sugiere que es el tratamiento de la información el principal mecanismo en que se sustenta la explicación de la conducta motriz. Por nuestra parte no tenemos inconveniente en aceptar alternativamente la fundamentación de cada uno de estos sistemas según qué objetivos nos propongamos, para intervenir, en según qué dimensiones lo hagamos o dependiendo de cuál sea la forma de actuación elegida en el desarrollo práctico del procedimiento de intervención. A este respecto mantenemos nuestro convencimiento de que cualquier propuesta que se realice en el ámbito de la Motricidad ha de ser analizada desde dos referentes fundamentales: cuerpo y movimiento (Pastor, 2007a). 28 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 a. Concepto de cuerpo Para clarificar el diseño de nuestra propuesta metodológica desde la motricidad parece conveniente resaltar, al menos, los siguientes aspectos: a.1. El concepto de la naturaleza humana, que nosotros consideramos desde un modelo unitario, global y holístico. Para su tratamiento la describimos como una estructura psicomotriz, psicoorgánica o psico-somática, en la que integramos aquellas dimensiones que serán condición y objeto de la misma intención metodológica. a.2. El equilibrio holístico. Identificando la naturaleza humana con el modelo teórico que denominamos “estructura psicomotriz” no pretendemos otra cosa que evidenciar la necesidad de que todos sus elementos, áreas o dimensiones, se organicen en una funcionalidad óptima. Esta capacidad funcional, contemplada desde una óptica adaptativa, se concreta en la emisión de conductas y en los efectos que esta ejecución genera para el individuo. De la organización de estructura y de su capacidad de actuación depende el carácter, la naturaleza, la pertinencia o la eficacia de las relaciones que el sujeto establece consigo mismo y con el resto de los elementos que componen el esquema (O-M) expuesto con anterioridad. b. Concepto de movimiento La evolución conceptual a que ha estado sometida la comprensión de la naturaleza humana también afectó a la significación del movimiento y, en especial, a la descripción que de él se realizaba en el ámbito de la actividad física. La Motricidad, al concebirlo desde una perspectiva global, como expresión y respuesta de un organismo en la interacción con su medio, le identifica con la conducta o expresión de un Yo constituido en elemento nuclear de la personalidad. Para explicar como entendemos la conducta y los nexos relacionales que la determinan apelamos a los siguientes principios teóricos: b.1. Principio homeostático de la relación. Nosotros hemos concretado la solución de este problema adaptativo en el establecimiento de un equilibrio interactivo entre los dos miembros de la ecuación (O-M). Esta dialéctica establecida entre el organismo y el medio se resuelve mediante la consecución de una relación homeostática que, en el caso del hombre, integra múltiples factores de naturaleza diversa y de percepción heterogénea y subjetiva. En nuestra propuesta metodológica potenciamos el valor y la trascendencia que posee el ejercicio encaminado a la resolución del problema existencial para facilitar los procesos de autopercepción y autoorganización del individuo. Coincidimos con Henry Wallon al considerar que entre el acto motor, el movimiento y la representación mental se sitúan todas las relaciones posibles entre el individuo (O) y el medio (M) en que se ubica. Por tanto, entendido así el problema existencial, podríamos considerar que la conducta es una reacción del organismo ante el mundo, que se transforma en acciones con una expresión de carácter diverso dependiendo cual sea su orientación, su finalidad o en que medida participen cada una de las dimensiones que la integran: físicas, perceptivas o mentales. 29 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Por lo que se refiere a un diseño metodológico, un procedimiento de intervención que tenga en cuenta esta relación homeostática y que se proponga utilizarla ya sea como condición de acción o como objetivo del proceso, ha de plantearse las siguientes metas: o Identificación de planes y expectativas, de las motivaciones iniciales, que constituyen o cualifican la información sensorial tanto de origen exógeno como endógeno. o Percepción de estímulos propioceptivos que proporcionan al individuo el conocimiento o la intuición inmediata de sí mismo y de su disponibilidad conductual: autoaceptación y autoconcepto. o Autoorganización: construcción del esquema corporal y organización de la estructura psicomotriz. o Desarrollo de las capacidades y aptitudes motrices necesarias para la conducta: capacidades físicas básicas y aptitudes psicomotrices. o Adquisición de un repertorio dinámico que incluya desarrollo de la espontaneidad como base de la disponibilidad, el almacenamiento de formatos de conducta y la adquisición de habilidades y destrezas motrices. o Establecimiento de la interacción con el medio a través de un eficaz análisis de las propiedades de los objetos y de las relaciones establecidas entre ellos mediante procesos de comprensión adecuadamente elaborados. b.2. Concepto de adaptación. Traduciendo el principio homeostático a un concepto más funcional podríamos afirmar que únicamente se consigue alcanzar el equilibrio entre el organismo y el medio cuando, como resultado de su relación interactiva, se produce la adaptación del sujeto. Jean Piaget, cuando estudia este proceso, afirma que su solución puede alcanzarse orientando la conducta en dos direcciones o utilizando dos estrategias diferentes: la “acomodación”, cuando el organismo condiciona su comportamiento a las condiciones del medio, o mediante la “asimilación”, modificando el medio ajustando sus características y elementos a las aptitudes del individuo. La Motricidad no solo ha de proponerse el desarrollo de las capacidades físicas o psicomotrices necesarias para desarrollar ambas alternativas de actuación mediante conductas eficaces, sino que también ha de asumir como objetivo proporcionar al individuo aquellas habilidades que le permitan un análisis de la situación más acertado y, como consecuencia, diseñar estrategias conductuales que, en cualquiera de las dos direcciones, resulten eficaces para resolver el problema adaptativo. b.3. La noción de disponibilidad. Cuando de lo que se trata es de utilizar el movimiento como medio de intervención, resulta fundamental conocer la capacidad que, potencialmente, posee el sujeto para diseñar o ejecutar conductas. 30 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Entendemos la disponibilidad como un resultado del proceso genérico de autopercepción que condiciona el comportamiento del individuo. Es uno de los efectos que produce la experiencia conductual entendida como resultado de la relación dialéctica establecida entre el sujeto y el medio. La información de retorno que obtiene el sujeto de su propia conducta, de la percepción de sus elementos, de la naturaleza de las relaciones o de los efectos y resultados de su comportamiento, va concluyendo una conciencia sobre sí mismo y sobre sus capacidades, sus límites y sus posibilidades de actuación. b.4. La modularización de la conducta. Si entendemos que la conducta es la ejecución de un formato motor y que el movimiento así entendido es el que se utiliza como medio de intervención, convendría detenerse en el análisis de este concepto. Un formato motor es un instrumento que, ubicado en la memoria, nos permite ejecutar una conducta en función de, al menos, tres acciones: o Relacionar un determinado formato motor con el engrama sensorial, el estimulo o la información de la circunstancia a la que se responde para alcanzar el equilibrio adaptativo concretado en un objetivo determinado. o Adquirir formatos motores que, una vez interiorizados, puedan ser empleados como formato básico de la conducta. o Elegir con acierto un determinado formato que se adecue al problema que ha de resolverse. Sin embargo, estas tres acciones, por sí mismas, son insuficientes para asegurar el éxito adaptativo de la conducta. Todavía será necesario ajustar el formato elegido a las variables imprevisibles que singularizan la situación o que alteran y actualizan tanto el valor del individuo como el del medio. En gran medida, se elige el formato en función del carácter del nexo que relaciona a los elementos que interactúan mientras que son las circunstancias que, en cada momento, definen a ambos elementos de la ecuación (O-M) las que sirven de referentes para desarrollar el proceso de modularización. Los formatos motores están compuestos de una serie de elementos invariantes que, para ser ejecutados de manera eficaz, requieren de una adaptación o ajuste a la circunstancia concreta que les complete con determinados elementos variantes entre los cuales, inevitablemente, siempre están presentes el tiempo y el espacio. Modularizar una conducta requiere adecuar un formato motor añadiéndole nuevos elementos variantes, en función de las características definitorias actualizadas tanto del individuo como del medio donde ha de adaptarse. A este respecto, Le Boulch denomina “función de ajuste” a una noción muy cercana a la de modularización cuando la describe como el “aspecto que toma la acomodación en lo que concierne a la respuesta motriz ante las exigencias del mundo”. Sería la capacidad de variar algunos de lo que él mismo identifica como “plasticidad”. En nuestra opinión, la metodología de la intervención debe considerar que esta capacidad de modularización de la conducta se produce en función de tres factores principales: el grado de autopercepción que el sujeto posee; su nivel de 31 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 conocimiento del medio; la naturaleza de la relación que suele orientar la intencionalidad de la conducta (Pastor, 2007a). b.5. El modelo de conducta. Si consideramos el movimiento como una expresión conductual y, como consecuencia, si basamos la intervención en los efectos que pueda producir su experiencia, tanto en la estructuración o autoorganización psicomotriz como en el desarrollo de cuantas capacidades son necesarias para un comportamiento adaptativo eficaz, parece aconsejable la elección de un modelo que, por una parte, sirva para describir la dinámica conductual, sus elementos o factores integrantes y, por otra, que explicando su funcionamiento, identifique los objetivos que, necesariamente, deban ser modificados para que su resultado sea eficaz. Cada corriente del pensamiento psicológico, al igual que ocurre con los distintos modelos utilizados para explicar la motricidad, oferta diferentes versiones pare explicar su concepto de conducta, elige procedimientos particulares para su estudio o selecciona de manera distinta los objetivos sobre los que pretende actuar. Como consecuencia, estas interpretaciones y condicionantes permiten distintas interpretaciones que, en cada caso, exigen orientaciones metodológicas diversas. Nuestro modelo, sin renunciar al carácter sincrético con el que nos hemos comprometido, desde el principio ha de concebirse desde el paradigma unitario que considera la conducta como una expresión o producto de la intervención de, al menos, tres dimensiones: tónico-motriz, afectivoemocional y cognitiva. Cada uno de estos dominios resaltará o exigirá la participación de mecanismos muy concretos, de funciones particulares o de cualidades específicas que habrán de ser tenidas en cuenta cuando se diseñe el proceso de intervención. 32 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 c. Otros principios referidos a la adecuación metodológica Además de los principios teóricos señalados, que de alguna manera sugieren una orientación metodológica inspirada por un concepto muy concreto de cuerpo y de movimiento, también es necesario advertir de la importancia que concedemos a otros factores relacionados con cuestiones de distinta naturaleza o que requieren de una consideración especial en tanto que su trascendencia puede condicionar de manera fundamental aspectos tan básicos como son, por ejemplo, la identificación de los objetivos, la creación de los recursos y de las actividades o los mismos procesos y dinámicas que se pretenden activar. En nuestro criterio, son dos los principios necesarios para completar la orientación teórica del procedimiento de intervención: c.1. La función de interiorización. La operación que J. Piaget define como interiorización, Le Boulch, con una interpretación muy semejante, la incluye en la metodología psicocinética con la denominación de “internalización”. Creemos que, en ambos casos, se alude a un aspecto de la representación mental por el que la acción o la información propioceptiva se sustituye por algún tipo de imagen o esquema. El concepto de “representación enactiva” que propone J.S. Bruner (1989) tampoco difiere demasiado de esta definición. Su aplicación metodológica no solo caracteriza algunas versiones psicomotricistas sino que también expresa un planteamiento doctrinal que pretende que el objeto de la educación física supere el viejo reduccionismo que, simplemente, la adscribía al desarrollo de la “dinámica”. Le atribuye así otros fines que, en opinión de Le Boulch, aluden a una conciencia adquirida mediante unas “técnicas del cuerpo” que utilizan como referente principal el esquema corporal o la autopercepción (2001:116). En nuestro criterio, la función de interiorización se describiría mejor como el resultado de distintos procesos estructurados como consecuencia de su intervención en la ejecución de fenómenos conductuales diversos; como el resultado de los efectos de una experiencia conductual que integra en su ejecución la intervención de diversos dominios y de la que, como consecuencia, el individuo obtiene datos heterogéneos sobre la realidad de sí mismo y de su actuar que organizará en esquemas sensoriales, cognitivos y motores. Por tanto, para diseñar un procedimiento de intervención, nos parece relevante considerar la relación que en la ejecución de la conducta motriz se establece entre la conciencia y la atención. Igualmente, del análisis del concepto de interiorización se desprende que solo la adquisición del esquema corporal y la posesión de un esquema de acción permite al sujeto la anticipación de la conducta, lo que, consecuentemente, condiciona su capacidad creativa y la eficacia de su conducta espontánea. La importancia y repercusión de los procesos de interiorización en el diseño metodológico se evidencia especialmente si se consideran dos aspectos: 33 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 o Como condición de actuación, en tanto que delimita o determina la capacidad de analizar, organizar y percibir la respuesta que permite al individuo resolver una determinada situación, ser más eficaz en su proceso adaptativo y, en consecuencia, generar experiencias más complejas y enriquecedoras. o Como objetivo que ha de procurarse para que los efectos de la intervención favorezcan aquellas estructuras necesarias para la mejora de la capacidad conductual del individuo. El proceso de intervención ha de elaborar recursos que favorezcan el eficaz desarrollo de esta función. c.2. La contextualización psicoevolutiva de la propuesta metodológica de intervención. Todos los principios teóricos enunciados hasta ahora carecerían de sentido si no estuvieran contextualizados desde una perspectiva psicogenética y evolutiva. Cada uno de los mecanismos y fenómenos que hemos seleccionado para explicar la conducta o la dinámica conductual están sujetos a una cualificación evolutiva y su presencia responde a un determinado grado de desarrollo y a un nivel de maduración concreto. Por tanto, dependiendo de este contexto evolutivo, se delimitan las posibilidades de actuación, los objetivos se seleccionan o los ámbitos de intervención se definen para, desde ellos, diseñar una metodología específica y especializada. 3.2. Aspectos metodológicos del proceso de intervención en Motricidad Jean Le Boulch (1997:30), en una de sus últimas obras publicadas, afirmaba: “hacer del cuerpo un fiel instrumento de adaptación al entorno biológico y social a través del desarrollo de sus cualidades motrices y psicomotrices que permiten alcanzar el dinamismo corporal, elemento del dominio del comportamiento, condición indispensable para la libertad”. Coinciden sus postreros posicionamientos doctrinales con aquellas primeras formulaciones, en las que identificaba los fines de la Psicocinética con los de una “educación general” o común, para todos los ciudadanos. También es verdad que, pese al acierto de este punto de vista, una definición tan genérica no solo desvela escasos sustentos en la aplicación del procedimiento de intervención sino que, también, replantea la vieja disyuntiva metodológica que obligaba a decidir entre el análisis y la síntesis. Ante el dilema que representa elegir llegar al todo desde las partes o a las partes desde el todo, nosotros creemos que deben superarse las posturas excluyentes que únicamente permiten una alternativa aceptando, de acuerdo con las propuestas de la Gestalt, que la suma de las partes no constituyen el todo o que, al menos, son diferentes del todo porque siempre existe un elemento añadido que completa el conjunto, que determina la forma, que da coherencia a la estructura y que organiza el fondo proporcionando sentido a la realidad. Este elemento, nosotros lo identificamos con la noción de estructura. Desde una posición ecléctica admitimos cualquiera de las dos posibles alternativas metodológicas siempre que su empleo sea pertinente como consecuencia de la valoración que de los objetivos propuestos se realice. Creemos que a un diseño metodológico no solo se le debe exigir que de respuesta procedimentales eficaces sino también que se sustente sobre unos principios teóricos que le proporcionen la coherencia necesaria para ajustarse a unos aspectos normativos de los que, en nuestro caso, nos parecen fundamentales los siguientes (Pastor, 2005): 34 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 a. Uso de una metodología activa Como recuerda Le Boulch, ya a principios del siglo XX, John Dewey afirmaba que todo aprendizaje debería concebirse como una experiencia” (2001:25). Esta experiencia, como aseveraba Munchielli, para que sea eficaz, ha de facilitar el establecimiento de un nexo interactivo entre cuantos elementos intervienen en el esquema de conducta. Algunos autores y tratadistas, como Feuerstein (1992) y la llamada “Pedagogía de la Mediación”, afirman que, para que este efecto se produzca, es necesario que la experiencia posea aquellas características que definen lo que ellos denominan “ejercicio problema”. b. Aceptar la realidad del individuo sujeto de la intervención La metodología ha de permitir la vivenciación, individualizada o colectiva, como resultado de que los efectos o informaciones generadas por la experiencia puedan ser asimiladas o interiorizadas de forma peculiar por cada participante. Las estrategias decididas para abordar el tratamiento de los objetivos han de establecerse utilizando como punto de partida la realidad de la estructura psicomotriz del individuo, mediante un diagnóstico previo y un pronóstico personalizado. c. Aplicar el principio de globalidad al análisis y en la aplicación práctica Se debe aspirar a que los efectos de la experiencia repercutan en todas las posibles dimensiones de la estructura psicomotriz. La primera y principal consecuencia de este planteamiento afectará al modo en que han de concebirse los recursos metodológicos. Los ejercicios construidos basados en estereotipos motores o las conductas motrices reproductoras de modelos, carecen de interés y utilidad. Solo puede aspirarse a conseguir este propósito mediante el empleo de actividades libres de condicionantes que limiten su duración, su forma, su intencionalidad o su dinámica y desarrollo. No serán útiles aquellas que, tradicionalmente, se ha denominado “ejercicios” siendo, por el contrario, más eficaz el uso de actividades que permitan, a lo largo de su desarrollo, la inclusión coherente, simultánea o sucesiva, de distintas conductas que exijan la resolución de problemas de carácter diverso y el establecimiento de relaciones de naturaleza heterogénea. d. El fomento de la relación En nuestro diseño de intervención concedemos una especial importancia a la relación. Por esa razón, también nos parece adecuado considerar estos nexos como objetivos de la intervención atribuyendo a la relación una doble consideración que contiene diversos objetivos: o Como condición en el esquema conductual, pues su naturaleza orienta la intencionalidad de la conducta, la elección de la respuesta, la intervención de las distintas dimensiones o la repercusión de sus efectos en la estructura psicomotriz. o Como objetivo de la intervención, pues, a menudo, es necesario organizar los nexos relacionales para asegurar una conducta adaptativamente eficaz y equilibrada. 35 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Desde nuestro planteamiento global y holístico entendemos que los vínculos relacionales establecidos entre los distintos elementos del esquema conductual pueden ser de naturaleza heterogénea, por lo que la metodología deberá prever procedimientos adecuados a la consecución de los distintos fines y aspectos que cada uno de ellos reclame. Esta diversidad relacional es la que, precisamente, ha de ser contemplada a lo largo del desarrollo de la actividad ya sea para aprovechar las posibilidades que proporciona o para que, una vez considerada como objetivo, se aborde su estructuración o adecuación como base de la conducta. e. El uso de la vivencia como recurso de la intervención Como una forma de superar el empleo del llamado “ejercicio construido” y de dar respuesta a las exigencias que el nuevo planteamiento unitario reclama se propuso la “vivencia” como recurso metodológico más apropiado. Si nos proponemos, como hemos afirmado en epígrafes anteriores, que la experiencia motriz genere repercusiones en la totalidad de las dimensiones de la estructura psicomotriz, que incluya el mayor número y variedad de relaciones y que afecte a objetivos diversos pertenecientes a todos los dominios; entonces, las actividades que se empleen en la praxis de la intervención han de reunir aquellas características que faciliten este propósito. Para conseguirlo, algunos tratadistas, proponen el uso de la vivencia aunque, de ella, cada uno formula una descripción distinta. En nuestra opinión, la vivencia, cualquiera que sea el campo de aplicación donde se desarrolle el procedimiento de intervención o el proceso conductual con que se pretenda suscitar, ha de integrar, al menos, tres aspectos relevantes (Pastor, 2007a): o La naturaleza de la experiencia que genera y, por tanto, que esta sea “satisfactoria” y eficaz en la consecución de los objetivos pretendidos. o El control de la repercusión o dinamización que activa su presencia en diversos mecanismos y, en consecuencia, el control de los planos afectados o de los aparatos intervinientes: el perceptivo, el motor, el intelectual y el afectivo. o Igualmente, su significación deberá ser diversa, integrando conclusiones de tipo racional, afectivo y simbólico. Para aquellas metodologías cuya orientación es sugerida por el psicoanálisis, esta dinamización deberá producirse en todos los niveles de la conciencia: en el nivel consciente y en el inconsciente. Sólo entonces, advierten estos autores, la vivencia podrá ser empleada, por ejemplo, en el plano escolar o con fines precisos en otras áreas como son: la expresión plástica, la verbal, la lógica, la musical, etc. f. Potenciar el carácter espontáneo de la acción En cualquier metodología, los recursos que se utilicen han de permitir el máximo control de sus efectos pero, sobre todo, han de responder a una intencionalidad previamente establecida. Asumiendo este planteamiento, tanto si declaramos la conducta como objeto principal de la Motricidad como si la empleamos como medio de intervención, será difícil aceptar su carácter espontáneo si con esa cualidad identificamos una conducta sin intencionalidad o sin objetivo y 36 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 cuya ejecución no puede ser analizada desde el modelo de intervención que proponemos como fundamento inicial del diseño metodológico. En nuestra opinión, una conducta calificada de espontánea solo es posible si, previamente, el individuo ha adquirido determinados esquemas sensorio-motores a través de los procesos anteriormente descritos y dispone de ellos una vez integrados en su almacén mnésico. Esta consideración destaca la necesidad de dotar o reconstruir, en el sujeto, un repertorio dinámico o conductual que le permita emitir un comportamiento espontáneo. g. Fomento de la creatividad como criterio metodológico para la elaboración de recursos y actividades Separar la espontaneidad de la creatividad resulta difícil si previamente no realizamos un análisis conceptual de ambos términos. La creatividad es un concepto complejo que admite distintas interpretaciones. Mientras que Guillford (1976) la relaciona con la inteligencia otros analistas, como Landau (1987), enfatizan aspectos relacionados con la capacidad de establecer nuevas relaciones entre experiencias y, como consecuencia, con la capacidad de construir nuevos esquemas, conceptos, gestos o conductas. Mechén (1998), por su parte, más recientemente, hacía referencia a la percepción de la realidad de manera original mediante el uso de nuevos valores o el descubrimiento de significados inéditos, lo cual, de alguna manera, conciliaría las propuestas anteriores. Nosotros, cuando analizamos este concepto desde la Motricidad, creemos pertinente destacar también su relación con otros aspectos como es la “plasticidad” o capacidad para resolver problemas de manera original y no programada. Desde la perspectiva específica de la Motricidad, López (2005:23) la describe como “la capacidad humana que permite al individuo realizar innovaciones valiosas y resolver innovadoramente problemas de carácter motor”. El proceso creativo destaca el carácter innovador como condición indispensable en algunos procesos fundamentales como son: o La percepción de la situación y la toma de decisiones intencionales. o El establecimiento de relaciones entre elementos. o El diseño y ejecución de la respuesta o conducta motriz. h. Elección premeditada de la estimulación de la conducta El principio de los estímulos, tan recurrente en la metodología tradicional de la educación física, debe ser adaptado a las nuevas exigencias de tipo conductual y de procedimiento que plantea la Motricidad. Si, en el esquema de intervención que proponemos, situamos la estimulación que lo dinamiza al principio, no resultará estéril considerar el empleo de los recursos e informaciones que se elijan, su naturaleza, su tipo o las condiciones en que han de presentarse. No nos parece irrelevante ni la naturaleza de los estímulos que activan la conducta ni sus contenidos. Cualesquiera que sean, su 37 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 uso y elección deberán responder a un planteamiento crítico y premeditado en función de los efectos que se pretendan ya que, a menudo, de esta estimulación, depende la calidad y el carácter de la conducta con que se resuelve la circunstancia existencial o el tipo de relaciones que van a caracterizarla. i. Identificación de los dominios y mecanismos intervinientes en el esquema conductual La discriminación de objetivos puede plantearse de manera previa y específica, tal y como sugiere una metodología analítica, o como consecuencia de considerar las dimensiones que se pretendan activar y que se prevé que han de intervenir, tal y como contempla la metodología sincrética. En cualquier caso, un diseño metodológico ha de prever en que ámbito se pretende influir, que dominio va a intervenir en la ejecución de la conducta o que mecanismos son necesarios para desarrollarla. Solo conociendo estas cuestiones podrá afirmarse que la intervención se realiza de manera crítica y que en ella se controlan cuantos elementos fundamentan y justifican la eficacia del procedimiento. El desarrollo o aplicación del procedimiento metodológico de la intervención requiere la activación de aquellos mecanismos dinamizadores de la conducta más adecuados para cada objetivo, para cada momento evolutivo o para cada campo de aplicación. j. Adecuar evolutivamente el proceso de intervención Si los procesos de maduración y desarrollo determinan el estado de las estructuras fundamentales del individuo, el nivel funcional de sus distintas dimensiones psicomotrices y de los diferentes mecanismos conductuales o sus rendimientos, parece lógico que la definición conductual no responda exclusivamente a criterios cuantitativos sino que las diferencias que puedan advertirse estén regidas y ocasionadas por factores cualitativos. El desarrollo y la maduración de la inteligencia, por ejemplo, permite distintas formas de asignar valores a todos los elementos del esquema conductual (O-M) lo que, finalmente, generará respuestas diferenciadas. Por tanto, para conseguir una mejor adecuación de objetivos y una mayor eficacia con las praxias de intervención empleadas, es necesario adecuar el diseño metodológico a los preceptos evolutivos teniendo en cuenta los siguientes aspectos (Pastor, 2007): o La selección de objetivos adecuados a las necesidades de cada etapa, de manera que la motivación y los mecanismos del individuo respondan a una demanda endógena. o El tratamiento específico de estos objetivos que, dependiendo de la etapa evolutiva en que se encuentre el sujeto, requerirán una consideración singular. o En cada campo cobra una diferente importancia identificar los ámbitos de intervención desde donde se pretende abordar al individuo. 38 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 o Desde un punto de vista metodológico, el momento evolutivo también condiciona, en gran medida, la elección de los elementos que caracterizan cada una de las distintas propuestas de intervención: El estilo que adopte el psicomotricista y los elementos temáticos, simbólicos o formales que cualifican las actividades. Los elementos inductores de la acción que se empleen. El diseño de la actividad o vivencia ha de estar de acuerdo con al momento evolutivo que caracterice al sujeto de la intervención. k. Uso de la experiencia vivida como recurso de la intervención Jean Piaget afirmaba que la acción constituye el principal factor del desarrollo, la base del aprendizaje y el principal motor de la evolución del hombre. Por eso, la motricidad requiere que la conducta utilizada como medio de intervención posea determinadas cualidades que la caractericen como experiencia vivida o, dicho de otra forma, que otorguen a la experiencia un carácter vivencial o vivenciado. Para que una experiencia motriz pueda calificarse de vivida ha de cumplir una serie de requisitos que, de manera genérica, la describen por su capacidad para que la información o los efectos generados repercutan en todas las dimensiones o dominios de la estructura psicomotriz. La experiencia vivida, para ser utilizable como recurso metodológico, aunque siempre incluya un aspecto sensorio-motor, ha de rebasar esta significación integrando también otros factores, mecanismos o aparatos pertenecientes al resto de las dimensiones hasta adquirir una naturaleza holística y global. Será, por tanto, el resultado de una información variada y organizada de manera compleja, compuesta por informaciones de distinto signo que son adquiridas a través de múltiples cauces, mecanismos o procesos aferentes de carácter sensorial, anímico, afectivo, cognitivo, simbólico, kinestésico, etc. La experiencia vivida será aquella que proporcione una vivencia, o sea, el aprendizaje, el efecto, la consecuencia, el rastro o el trazo (cualquiera de los términos que en función del compromiso conceptual convenga utilizar) producido por una conducta en la que participa la totalidad de las dimensiones y aparatos integrantes de la estructura psicomotriz (Pastor, 2006a). l. Fomentar los procesos de interacción considerándoles recursos u objetivos metodológicos Sea como condición o como objetivo, el procedimiento de intervención ha de tener en cuenta cuantos nexos relacionales se establecen entre los factores y los elementos constitutivos del esquema de conducta. Sin embargo, esta relación no ha de limitarse solo al reconocimiento de su naturaleza sino que, fomentando y organizando estos nexos, intentará que se produzca una interacción entre los distintos elementos relacionados para que, como resultado de esta dinámica, se concrete una adecuación estructural entre ellos o se modifiquen aquellos aspectos que hayan sido considerados objetivos de la intervención. 39 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 3.3. Orientaciones técnicas de la intervención Al igual que puede ser flexible la elección de los principios metodológicos en función de ciertas circunstancias o en la selección de los objetivos que se pretendan en función del campo de actuación donde se desarrolle la intervención, también las orientaciones técnicas pueden variar dependiendo de las circunstancias o de los factores que singularicen la intervención. Los fines que se propongan, los ámbitos donde se actúe o la fundamentación teórica desde la que se expliquen o diseñe la estrategia de la intervención, en muchas ocasiones, determinarán las posibilidades de uso de los materiales, el empleo de los recursos, la elección de las actividades o las técnicas que se utilicen por ser previsiblemente más eficaces. No vamos a analizar aquí estos aspectos de manera exhaustiva aunque sí nos detendremos lo suficiente para poder identificar los aspectos más importantes que un diseño metodológico o su posterior aplicación ha de tener en cuenta (Pastor, 2006b). a. Con relación a los recursos técnicos Siendo coherentes con los planteamientos que hasta ahora hemos sostenido, creemos que las técnicas de trabajo que se utilicen han de ser, en primer lugar, compatibles con la fundamentación teórica en que se sustenta el diseño de la intervención y, también, con la descripción concreta que de la conducta se realice. La elección de recursos técnicos para desarrollar el procedimiento de intervención no puede ser el resultado de una decisión aleatoria, ni puede concretarse en función de sus efectos lúdicos o de otros objetivos ajenos a los fines concretos del procedimiento metodológico. La elección de los recursos técnicos ha de responder a una intencionalidad premeditada, a unos fines, a las circunstancias de aplicación, a un diagnóstico previo y a un pronóstico final. Consecuentemente, la elección de las técnicas debería responder a un proceso selectivo orientado por distintas consideraciones: o El fundamento conceptual en que se sustente la metodología. o El ámbito o campo de aplicación donde se proyecte aplicar. o Los objetivos que justifiquen la conveniencia de desarrollar este proceso de intervención. o Y, finalmente, la dimensión o dominios que intervengan en la activación y conclusión de la conducta, de los que la motricidad será un elemento presente de manera permanente. b. Con relación al uso de aprendizajes y destrezas El empleo de situaciones-problema en la ejecución de la conducta implica la participación de otros ámbitos distintos al tónico-motor, lo que requiere disponer de determinados formatos motores, destrezas o habilidades que, mediante su modularización, permitan resolver el problema adaptativo. Debe identificarse cuales son aquellos que interesan en motricidad y, sobre todo, 40 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 rompiendo la inercia que la influencia deportiva todavía impone, no confundirlas con aquellas habilidades propias de una instrucción de esta naturaleza. En ocasiones, la pertinencia en la elección de estas destrezas determina la eficacia y trascendencia de una experiencia motriz y, otras veces, dotar al individuo de estas habilidades, en la medida en que son necesarias para resolver el problema existencial, constituye, así mismo, un objetivo de la intervención. c. Con relación al estilo de dirección El ámbito en que se pretende intervenir, los objetivos propuestos o las características de los participantes, por ejemplo, son circunstancias que, a menudo, determinan la oportunidad para adoptar un determinado estilo de dirección. Desde nuestra perspectiva nos parece oportuno distinguir dos tipos principales: o Aquel que resulta más adecuado para una intervención cuyos objetivos son de carácter instrumental, cuyo desarrollo suele ajustarse a una propuesta de objetivos concretos y cuyos fines son abordados de manera analítica. Este estilo de dirección tiende a ser más directivo y el motricista, suele ajustar su actuación y el desarrollo de la intervención a una programación previa. o Aquel estilo menos intervencionista o menos directivo que, recurriendo más al empelo de la vivencia que al uso de la situación-problema, no requiere de una programación exhaustiva de objetivos sino que, desde un análisis de la dinámica de grupo, va encauzando el desarrollo del proceso mediante el uso de distintos materiales, la oferta de propuestas de actividades variadas o el empleo de técnicas concretas. d. Otros factores En este breve resumen de aspectos técnicos también creemos relevante incluir otras consideraciones de índole diversa: o Las características que describen al grupo. La edad de los participantes, el género, su procedencia, la proporción de los integrantes en función de su género, el nivel psicomotriz que le define o el estatus afectivo que disfrutan sus miembros; la razón de acceso al grupo y su carácter voluntario, obligatorio, etc. y la gratuidad de la actividad o la institución donde se desarrolle o que la patrocine. o Los recursos materiales. No solo han de tenerse en cuenta las posibilidades que cada material propicia sino que, en ocasiones, su misma elección suscita la aparición de determinadas dinámicas que, según los casos, convendrá fomentar o inhibir. En nuestra propuesta admitimos todo tipo de materiales aunque preferimos aquellos que, por sus características, admiten una utilización más diversa y una mayor capacidad de adaptación a usos múltiples o a cualquier circunstancia. 41 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 o Instalaciones e infraestructura. Para la eficacia de la metodología tienen una importancia decisiva las características del local donde se vaya a desarrollar la actividad: la iluminación, los elementos de construcción como, por ejemplo, el material empleado en la superficie del suelo, la estructura del local y la disposición de sus elementos arquitectónicos (ventanas, columnas, puertas, etc.), la temperatura y la capacidad de ventilación, refrigeración o calefacción, el aislamiento del local y la posibilidad de irrupción de estímulos exteriores, etc. De estas características depende en gran parte la posibilidad de que prosperen ciertas dinámicas grupales o que sean investidas de significaciones particulares. Nadie puede desconocer la significación simbólica que el espacio reviste y, por esa misma razón, tampoco se puede pretender convertir el espacio de trabajo en una superficie emocionalmente neutra. 4. Dominios o dimensiones de la intervención No basta con que la estructura psicomotriz se organice de una manera eficaz o que su actividad se manifieste de manera más o menos diversificada si, al mismo tiempo, su funcionalidad no adquiere un mínimo sentido como consecuencia de la finalidad por la que, básicamente, ha de regirse. Esta intencionalidad u objeto de la conducta ha de poseer el carácter adaptativo que nosotros hemos intentado expresar en la ecuación con la que representábamos la relación interactiva que se establece entre cualquier organismo y su medio (O-M). Como forma de sistematizar los grandes dominios funcionales de la estructura psicomotriz podemos destacar tres grandes dimensiones que, en todo caso, han de entenderse dentro del concepto unitario que caracteriza el modelo que propugnamos. Las dimensiones que aquí destacamos las singularizaremos por su naturaleza estructural, lo cual nos permitirá describir mejor el carácter de la relación que, en cada caso, se establezca entre el sujeto y su medio: o El dominio tónico-motor o El dominio cognitivo o psicofuncional o El dominio anímico-afectivo o emocional Algunos autores, en función de su perspectiva teórica particular, destacan otras dimensiones como pueden ser la simbólica o la social, aunque a nosotros nos parece que, en gran parte, estos aspectos provienen o pertenecen más al medio cultural y exógeno del individuo. Todos estos ámbitos, en definitiva, no son sino distintas perspectivas, diferentes formas de entender las posibilidades adaptativas del ser humano o, de otro modo, aptitudes específicas agrupadas en función de criterios funcionales. En ningún caso deben ser considerados como instrumentos específicos que actúen de forma esporádica e inconexa. 4.1. El dominio tónico-motor Desde nuestra perspectiva, no nos interesamos tanto por la función clónica y sus posibilidades transitivas como por otras implicaciones que, en definitiva, expresan o sirven de instrumento para el establecimiento de relaciones con el medio (Velasco y Burger, 1982). 42 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En el contexto genérico que inicialmente pretendemos describir para ubicar en él nuestro concepto de motricidad, consideramos la tonicidad como el elemento fundamental que constituye la trama del movimiento y, por tanto, un factor imprescindible para la construcción de la conducta. Evidenciamos así una relación entre tono y personalidad que Wallon se ocupó de analizar con mucho acierto y que, más tarde, inspiraría a P. Vayer para diseñar su alternativa metodológica. El dominio tónico-motor, de alguna manera, integra cualquier manifestación conductual con independencia de cuál sea su carácter (motor, afectivo, cognitivo o emotivo) sirviendo de nexo entre todos los dominios de la estructura de la personalidad de tal forma que, en opinión de Wallon, no solo constituye la función más compleja del ser humano sino que, además, es responsable de la interrelación entre el psiquismo y la motricidad. Así pues, corresponde a la función tónica la labor de establecer la conexión entre los músculos estriados, los lisos, el sistema hormonal y, como subraya Wallon, ejercer como principal recurso en la construcción de la actividad de relación a partir de lo que él denominó “diálogo tónico” y también mediante la función de vigilancia. Así, este autor sitúa el tono en la base de las emociones de manera que “sirve de tejido a la vida afectiva”(Wallon, 1965). 4.2. El dominio cognitivo o psicofuncional La simple alusión a este ámbito parece evocar otros términos, aparentemente equivalentes, que integran contenidos que exigen un trato específico y diferenciado, como puedan ser, por ejemplo, mental, inteligencia, conciencia, percepción, psiquismo, etc. Con relación a esta dimensión, parece interesante destacar la relación y la identidad existente entre la realización motora y los procesos intelectuales o cognitivos. A.R. Luria se interesaba por aquellos mecanismos cerebrales en los que se basan los procesos mentales. A este respecto, se preguntaba si los procesos cognitivos y las acciones motivadas del hombre son el resultado del trabajo de todo el cerebro como una sola entidad o, en otro caso, si el “cerebro en acción” es en realidad un “complejo sistema funcional” que agrupa varios niveles y diversos componentes, cada uno de los cuales aportaría su propia contribución a la estructura final de la actividad mental (1974:9). 4.3. El ámbito afectivo-emocional Las cualidades específicas de la afectividad implican el reconocimiento de un doble aspecto, el psíquico y el orgánico. Este planteamiento admite la intervención de ambas dimensiones de la naturaleza humana en este tipo de conducta otorgando a este ámbito un carácter psicoorgánico, psicosomático, absolutamente identificable con el paradigma unitario. En su interacción, ambos aspectos definen tres estados afectivos básicos (Pastor, 1994:91): los sentimientos dirigidos, como el resultado de la relación entre el yo y el medio (O-M); los estados de conciencia, que surgen de manera espontánea; y los sentimientos vitales, portadores de una significación inmediata y subjetiva. 43 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Podrían ensayarse diversas definiciones de afectividad como la que propone Bleuler al describirla como una reacción emotiva generalizada que produce efectos definidos en el cuerpo y en la psique, o la que aporta Vayer cuando afirma que la afectividad es la esfera de los sentimientos relacionados con las modificaciones de la vivencia corporal con el medio. Desde perspectivas distintas, Jasper, Max Sheler, Schneider o López Ibor concebían la afectividad como una realidad psíquica, al igual que pueda ser la inteligencia o la percepción, caracterizada por dos cualidades: por su carácter subjetivo, habida cuenta que los procesos afectivos, en ningún caso, son neutrales o indiferentes; y por su estructura bipolar, en la que siempre existe un enfrentamiento entre sentimientos de signo contrario: positivos-negativos, placer-displacer, excitación-reposo, relajación-tensión, etc. (Compárese este planteamiento con el que formula la corriente psicomotriz relacional de André Lapierre y Bernard Aucouturier en relación con los contrastes y los matices). Así, en la misma naturaleza afectiva radicaría la posibilidad de convertir toda relación en experiencia interna o en lo que, en muchos casos, se ha convenido en denominar como “vivencia”, siendo su finalidad más importante la de dotar de significado, personal y subjetivo, a los propios contenidos de la experiencia. En la actualidad se tiende a distinguir, como formas fenomenológicas específicas, a los fenómenos de naturaleza afectiva de las operaciones de tipo intelectual. En la frontera entre ambos se situaría la “empatía” la cual cobra una importancia capital cuanto se refiere a la relación interpersonal, a la comunicación no verbal o en la formación de las actitudes. En nuestro caso, sea cual fuere la orientación elegida para describir la afectividad, siempre deberá tenerse en cuenta, cuando menos, tres aspectos principales: sus formas de manifestación o fenómenos afectivos, su desarrollo evolutivo y el concepto que “de lo corporal” se elabora y, como consecuencia, el lugar y el modelo de inteligencia que en él se reserva al dominio afectivo. Actualmente, las distintas perspectivas que facilitan las diferentes corrientes de pensamiento nos proporcionan descripciones heterogéneas, contenidos diversos y significaciones inéditas y, como consecuencia, maneras peculiares de entender este fenómeno: como una forma de inteligencia, como una estructura cognitiva y con el tratamiento libidinal e inconsciente recibido desde la perspectiva psicoanalítica en tanto que esta corriente ha sido decisiva en el desarrollo de la psicomotricidad. 5. Estrategia de intervención Podemos describir el mapa conceptual sobre el qué diseñar una estrategia de intervención, utilizando el siguiente esquema: 44 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Referencias Basquin, M. (1995). Psicomotricidad, pensamiento y lo afectivo. En: J. Richard y L. Rubio, Terapia psicomotriz. Barcelona, España: Masson, pp. 29 y ss. Berruezo, Pedro Pablo (2000). Hacia un marco conceptual de la Psicomotricidad a partir del desarrollo de su práctica en Europa y en España. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 37:21-33. Boscaini, Franco (1992). Hacia una especificidad de la Psicomotricidad. Psicomotricidad. Revista de Estudios y Experiencias, 40:5-49. Boscaini, Franco (1994). La educación psicomotriz en la relación pedagógica. Psicomotricidad. Revista de Estudios y Experiencias, 47(2):7-21. Bruner, Jerome (compilación de José Luis Linaza) (1989). Acción, pensamiento y lenguaje. Madrid, España: Alianza Psicología. Cárdenas Vélez, David; Torre Ramos, Elisa (2005). El desarrollo de la creatividad en el deporte. En: Francisco Javier Giménes Fuentes-Guerra y otros (ed.), Educar a través del deporte. Huelva, España: Universidad de Huelva. 45 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Cecchini Estrada, José Antonio (1993). Antropología y epistemología de la educación física. Oviedo, España: Ferrería. Feuerstein, P. (1992). Pedagogía de la médistión. Lyon, France: Ed. Chronique Sociale. Fundación ICSE Instituto de Ciencias Sanitarias y de la Educación (1993-94). Especialista en técnicas de Expresión y Psicomotricidad. Madrid, España. Guillford, J.P. (1976). Creatividad: retrospectiva y prospectiva. Innovación creadora, 1:9-12. Justo Martínez, Eduardo (2000). Desarrollo psicomotor en educación infantil. Bases para la intervención en psicomotricidad. Almería, España: Universidad de Almería. Landau, E. (1987). El vivir creativo. Teoría y práctica de la creatividad. Barcelona, España: Herder. Lapierre, André (1997). Psicoanálisis y análisis corporal de la relación. Bilbao, España: Editorial Desclée De Brouwer. Le Boulch, Jean (1997). El movimiento en el desarrollo de la persona. Barcelona, España: Editorial Paidotribo. Le Boulch, Jean (2001). El cuerpo en la escuela en el siglo XXI. Barcelona, España: INDE. López Tejada, Antonio (2005). La creatividad en las actividades motrices. Apunts. Educación Física y Deportes, 79:20-28. Luria, A.R. (1974). El cerebro en acción. Barcelona, España: Editorial Fontanella. Mechén, F. (1998). Descubrir la creatividad: Desaparecer para volver a aprender. Madrid, España: Pirámide. Pastor Pradillo, José Luis (1994). Psicomotricidad escolar. Guadalajara, España: Universidad de Alcalá. Pastor Pradillo, José Luis (2002). Fundamentación conceptual para una intervención psicomotriz en Educación Física. Barcelona, España: INDE. Pastor Pradillo, José Luis (2005). Principios teóricos para una fundamentación conceptual de la intervención psicomotriz. Tabanque. Revista de Pedagogía, 19: 229-242. Pastor Pradillo, José Luis (2006a). Autopercepción, Conducta e intervención. En: Eduardo Gamero y otros (eds.), Violencia, deporte y reinserción social. Huelva, España: Universidad de Huelva. Pastor Pradillo, José Luis (2006b). Importancia de los aspectos técnicos en el diseño de la intervención psicomotriz. Habilidad Motriz. Revista de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, 26: 38-48. Pastor Pradillo, José Luis (2007a). Motricidad. Perspectiva Psicomotricista de la intervención. Sevilla, España: Wanceulen. 46 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Pastor Pradillo, José Luis (2007b). Motricidad, ámbitos y técnicas de intervención. Madrid, España: Universidad de Alcalá. Sergio, Manuel (2003). Um corte epistemológico. Da educaçao física à motricidade humana. Lisboa, Portugal: Instituto Piaget. Vayer, Pierre (1977). El niño frente al mundo. Barcelona, España: Editorial Científico-Médica. Vayer, Pierre (1982). El equilibrio corporal. Aproximación dinámica a los problemas de actitudes y comportamiento. Barcelona, España: Editorial Científico-Médica. Velasco Herrero, M.; Burger Velasco, R. (1982). Maduración afectiva, motórica e intelectual del movimiento. Zaragoza, España: ICE de Zaragoza. Wallon, Henry (1965). Los orígenes del carácter del niño. Argentina: Ediciones Lautaro. Wapner, S.; Werner, H. y otros (1969). El percepto del cuerpo. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós. 47 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 48 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Motricidad: una herramienta para la enseñanza del ajedrez escolar Motricity: a tool for teaching scholar chess Miguel Ángel Taborda Saldarriaga Licenciado en Educación Física, Universidad de Antioquia (Colombia). Correo: angel.udea@hotmail.com Resumen El ajedrez, como deporte intelectual, tiene la característica de aportar a quien lo estudia y lo practica habilidades cognitivas; incrementa el cociente de inteligencia, la memoria, la concentración y la capacidad de análisis; potencia aptitudes numéricas y verbales; desarrolla el pensamiento crítico y creativo, un importante número de cualidades que cualquier profesor desearía infundir en sus clases (Ferguson, 1995). Pero para esto, en nuestro contexto se tendría que dar solución a dos problemas que dificultan su enseñanza en las clases de educación física en la escuela. El primero, la poca motivación del alumnado por practicarlo. Segundo, la ausencia de esta modalidad en el currículo oficial. Es por esto que mediante la investigación acción en educación se quiso dar respuesta a la pregunta: ¿Cómo despertar la motivación hacia el ajedrez en la escuela, siendo coherentes con los contenidos para la educación física escolar? Se propone un plan estratégico que innove la enseñanza del ajedrez en las etapas iniciales, con una metodología que permita interiorizar los movimientos de piezas a través de la vivencia con el propio cuerpo. Palabras clave: ajedrez, educación física, innovación educativa, motricidad, investigación acción. Summary Chess, as intellectual sport which has the characteristic of giving to whom studies and practices it, some cognitive characteristics; increases the intelligence quotient, the memory, the concentration and the capacity of analysis; it improves numerical and oral aptitudes; develops the critical and creative judgment, an important number of qualities that any professor would like instill in his pupils (Ferguson, 1995). For this in our context, we should have to give a solution to two problems that makes it difficult: first, chess is not taught in the physical education classes because students do not have an intrinsic or extrinsic motivation toward the traditional training on this sport. Therefore through action research in education wanted to answer the question ¿How to initiate motivation on chess in the school, being coherent with the contents for the scholar physical education? The strategic plan proposed includes, the teaching of chess in the initial stages with a methodology that allows internalizing the pieces movements using their own bodies. Key words: Chess, physical education, educative innovation, motricity, research action. 49 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 1. Introducción Contexto de la investigación Esta investigación, junto con la práctica educativa, fue la labor desarrollada durante el año de énfasis (último año) de la Licenciatura en Educación Física de la Universidad de Antioquia. Se realizó en la institución educativa Santa Bertilla Boscardín, colegio de carácter privado, localizado en la ciudad de Medellín, Colombia. El Ajedrez en nuestro contexto El ajedrez fue reconocido como deporte de exhibición por el Comité Olímpico Internacional en las olimpiadas de Sidney 2000; se practica en más de 150 países en el mundo; tiene la característica de aportar a quien lo estudia y lo practica habilidades cognitivas; incrementa el cociente de inteligencia (IQ), la memoria, la concentración y la capacidad de análisis; potencia aptitudes numéricas y verbales; desarrolla el pensamiento crítico y creativo (Ferguson, 1995). El ajedrez ha ganado importancia, a tal punto que ha logrado hacer parte del currículum en miles de escuelas de casi 30 países alrededor del mundo (Ferguson, 1995) promoviendo que, a partir de edades tempranas, se potencie el desarrollo del pensamiento. Es tanto su valor que organizaciones como la Comisión Mundial de Ajedrez en las Escuelas FIDE, se esfuerzan constantemente por la popularización de este deporte en los sistemas educativos a nivel mundial. En nuestro contexto, el ajedrez todavía no consigue ser un deporte masificado; por el contrario, su lógica es poco conocida. Una razón puede ser la falta de promoción por parte de los maestros y la carencia de estrategias de enseñanza que permitan convocar y motivar su práctica. Una posible solución es que la escuela se convierta en un medio para motivar más personas hacia este deporte, para lo cual se tendría que contar con un currículo escolar que involucre esta modalidad desde los primeros grados; infortunadamente aun en nuestro medio no hace parte de los contenidos de la educación básica primaria. Aquí los licenciados en educación física debemos jugar un papel en la lucha por incluirlo en la escuela, siempre con la finalidad de aprovechar esta modalidad deportiva como estímulo de las capacidades mentales, complementando el desarrollo físico y social. Cambiar el currículo de la educación física escolar y lograr incorporar el ajedrez en sus contenidos, es una labor complicada y más aun obtener el interés de nuestros alumnos desde la clase hacia este deporte intelectual, el cual, si bien es una excelente herramienta para el mejoramiento de los procesos cognitivos, va en contra de esa naturaleza de movimiento que caracteriza la clase de educación física, la cual en nuestro medio va más enfatizada hacia la movilización corporal y el mejoramiento de capacidades físicas y condicionales. La motivación hacia el ajedrez y los contenidos establecidos para la educación física en la escuela, son problemas que impiden que este deporte sea enseñado y practicado en nuestro contexto escolar. Se debe idear una vía para que los niños y niñas puedan recibir conocimientos ajedrecísticos desde este espacio, pero también, muy importante, que puedan alcanzar la 50 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 motivación necesaria para que lo aprendan y lo practiquen. Necesitamos idear una estrategia para lograr este propósito, siendo coherentes en la enseñanza con los contenidos que nuestro sistema educativo exige para la clase de educación física. La presente investigación se hizo procurando dar solución a estos problemas; por ello se propone una metodología de enseñanza que pueda motivar, que no vaya en contra de esa naturaleza de movimiento que caracteriza las clases de educación física y que sea acorde con los contenidos que el sistema educativo requiere para los primeros grados de la etapa escolar. Una metodología innovadora, la cual esté complementada con las actividades que más han dado resultado en la enseñanza tradicional en ajedrez. Pregunta de investigación ¿Cómo despertar la motivación hacia el ajedrez en la escuela, siendo coherentes con los contenidos para la educación física escolar? Objetivos General Construir un proceso de enseñanza que motive el aprendizaje y la práctica del ajedrez en las clases de educación física, en los grupos tercero B y C de la escuela Santa Bertilla Boscardín. Específicos o Desarrollar una propuesta educativa en ajedrez coherente con el Currículum de Educación Física para Primaria. o Innovar métodos de enseñanza en ajedrez que impliquen la participación motriz de los alumnos. o Identificar qué métodos de enseñanza generan más motivación en los alumnos de tercero B y C de la escuela Santa Bertilla Boscardín para el aprendizaje del ajedrez. 2. Metodología Población Para este trabajo se contó con la participación de 54 niños y niñas de grado tercero, con edades entre 8 y 9 años. Instrumentos y fuentes de datos empleados Durante el proceso de investigación fue necesario hacer uso de los siguientes instrumentos: entrevistas, encuestas, fichas de control, evaluaciones orales y escritas, fotografías y videos. Contenidos desarrollados o Lógica del ajedrez: historia, el tablero, las piezas, movimientos y dinámica de juego. 51 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 o Habilidades motrices básicas: marchar, correr, saltar, equilibrio. o Habilidades gimnásticas: volteos adelante, atrás, rodar, desplazamientos varios. o Motricidad fina. Tales contenidos responden al objetivo de crear una metodología de enseñanza donde la motricidad hace presencia en el proceso de asimilación de la lógica del ajedrez, al tiempo que se va de la mano de los contenidos para la educación física escolar, en procura de alcanzar niveles de motivación más altos hacia el aprendizaje del juego ciencia. Para la enseñanza de los movimientos del peón y la torre se elaboró un circuito en el cual inicialmente se debían hacer saltos simulando el movimiento del peón; posteriormente se pasó a hacer desplazamientos verticales y horizontales en una estructura acolchonada, lo cual tiene semejanza al movimiento de la torre. Se busca que los movimientos de las fichas de ajedrez sean aprendidos por medio del movimiento con el propio cuerpo. Circuito para los movimientos de peón y Torre Balones medicinales Salto como los peones. Al inicio 2, luego de a uno. Desplazamiento en cuadrúpedia empujando la bola de cañón = carros de combate = Torres. Colchonetas Variantes. Hacer desplazamientos varios; rodando, arrastrándose, royos adelante, atrás, etc. Movimientos de Peón y Torre 52 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Para la enseñanza de los movimientos del caballo, se diseñó un circuito en el que los alumnos debían saltar sobre aros ubicados estratégicamente en forma de “L”, simulando las casillas que recorre el caballo en un tablero de ajedrez. Para el movimiento del alfil se delimitó una diagonal, por la cual el alumno debía desplazarse haciendo tareas de equilibrio. Circuito para los movimientos de Caballo y Alfil lli ba ca to Aros Saltos marcados Ca-ba-lli-to Relevos 53 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Movimiento del Alfil Movimiento del Caballo Para la enseñanza de los movimientos del Rey, se ubicaron aros estratégicamente de forma que el alumno, por medio de saltos, experimentara todas las posibilidades de movimiento del rey en el centro de un tablero. Para el movimiento de la dama se elaboró una ruta en la que se evidencia el movimiento horizontal, vertical y diagonal que caracteriza a esta ficha. La actividad se hizo en forma de relevos y se le dotó de bombas estallarlas al final del recorrido. Circuito para los movimientos de Rey y Dama Movimiento del Rey Vertical Bombas Horizontal Movimiento de la Dama 54 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Movimiento del Rey Movimiento de la Dama Es recomendable, una vez se finalicen las actividades de aprendizaje por medio del movimiento con el propio cuerpo, hacer una aproximación teórica que permita garantizar la transferencia de los movimientos desde el terreno de juego al tablero de ajedrez. Explicación teórica Teniendo en cuenta que los grupos en la Institución Educativa son muy numerosos, fue necesario diseñar una estrategia para trabajar con pequeños subgrupos que permitieran un mejor control del alumnado, una interacción más constante en las actividades y un aprendizaje más significativo. Como actividades alternas a los juegos de roles, se elaboraron acciones que permitieron potenciar el desarrollo de la motricidad fina; entre ellas, la realización de fichas de ajedrez en porcelanicrom, dibujos a lápiz para colorear y elaboración de tableros de ajedrez en cartulina. 55 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Elaboración de fichas en porcelanicron Elaboración de dibujos para colorear Dibujos realizados en clase por alumnos Elaboración de tableros de ajedrez en cartulina 56 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Clase tradicional Para finalizar la propuesta educativa, y con el fin de reforzar todos los conocimientos vistos en ajedrez, se dictó una clase en el aula de forma tradicional; con ella los alumnos identificaron dos métodos de enseñanza: el habitual, que consiste en la instrucción directa con tableros de ajedrez, y el aprendizaje motriz, el cual vivieron en los patios de la escuela. Instrumentos para evaluar el aprendizaje Todas las clases fueron evaluadas teóricamente una vez finalizadas, con el fin de garantizar que los aprendizajes se den en la forma correcta; además, se realizaron los siguientes ejercicios: Evaluación movimiento de la torre En este ejercicio el alumno debe señalar el camino correcto hacia la salida del laberinto, teniendo en cuenta la naturaleza del movimiento ejecutado; horizontal y vertical. Ejercicio realizado por un alumno Evaluación del movimiento del peón En este ejercicio el alumno debe escoger de entre cuatro posibilidades la respuesta correcta, teniendo en cuenta los movimientos realizados en la clase. 57 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Ejercicio realizado por un alumno Evaluación de los movimientos de Rey y Dama En este ejercicio el alumno debe marcar todas las casillas a las cuales tiene posibilidad de mover tanto el Rey como la Dama. Ejercicio realizado por un alumno Instrumento para evaluar la motivación y el aprendizaje Por medio de esta encuesta el alumno puede expresar de 1 a 4 la motivación y el aprendizaje logrado en la clase, siendo 1 muy bajo y 4 muy alto. 58 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 ¿Sientes motivación al aprender ajedrez en las clases de educación física? Encuesta realizada por un alumno Instrumentos para evaluar la motivación Encuesta Por medio de ella el alumno puede señalar un gusto, un disgusto o un estado neutral por el ajedrez en la clase de educación física. Encuesta realizada por un alumno Entrevistas Se preguntó a los alumnos acerca de los contenidos que querían seguir viendo en las clases posteriores de educación física, ajedrez o contenidos diferentes a este deporte, y dependiendo de su interés, los alumnos debían dirigirse hacia una de las dos alternativas. 59 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Se les preguntó por la forma de enseñanza que preferían para los contenidos de ajedrez en la clase de educación física, la forma tradicional en las aulas o la metodología motriz con aprendizaje con el propio cuerpo. Resultado y análisis de datos A la pregunta ¿Sientes motivación al aprender ajedrez en las clases de educación física?, la respuesta fue: 8% 12% 14% 66% A la pregunta: ¿Quieres aprender más acerca del ajedrez?, la respuesta fue: 8% 8% 14% 70% A la pregunta: ¿Te gusta aprender ajedrez en las clases de educación física?, la respuesta fue: No me gusta: 6%. Me gusta: 82%. Neutral: 11% A la pregunta: ¿Quieres aprender más acerca del ajedrez?, la respuesta fue: No me gusta: 6%. Me gusta: 88%. Neutral: 6% Las anteriores preguntas nos dieron información del nivel motivacional que generaban las clases de ajedrez; en estas se puede notar unos porcentajes superiores, indicando un estado motivacional alto hacia el aprendizaje de este deporte. A la pregunta: ¿Qué metodología prefieres para aprender ajedrez en la clase de educación física, la tradicional en las aulas o la metodología motriz con aprendizaje con el propio cuerpo?, el 86% expresó haberle gustado más la enseñanza por medio del movimiento y un 14% dijo ser mejor la enseñanza tradicional. Para la comprensión de estas dos metodologías fue necesario elaborar, además de la estrategia motriz, una clase en el aula en la cual se transmitiera la enseñanza del tablero, piezas y movimientos por medio de explicaciones y ejercicios con el tablero de ajedrez. 60 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 A la pregunta ¿En las próximas clases de educación física quieres aprender cosas diferentes al ajedrez?, el 55% se seleccionó esta alternativa. A la pregunta ¿En las próximas clases de educación física quieres seguir aprendiendo ajedrez?, el 45% seleccionó esta alternativa. Para estas dos últimas preguntas se realizó un ejercicio de toma de decisiones, en el que los alumnos podían decidir qué clase de contenidos querían aprender en las próximas clases de educación física; el 45% de los alumnos mostro interés por los temas relacionados al ajedrez y el 55% expresó querer ver enseñanzas diferentes a este deporte. Los porcentajes nos muestran un significativo grupo de estudiantes motivados hacia la enseñanza y práctica del ajedrez, aun teniendo en cuenta que son múltiples los contenidos que los niños de tercero de primaria pueden querer para sus clases de educación física. Conclusiones Por medio de este trabajo se pretendió explorar, conocer y experimentar una metodología educativa que busque innovaciones necesarias para motivar e incorporar la enseñanza y el aprendizaje del ajedrez en primaria. Esto es posible lograrlo desde las clases de educación física, sin abandonar la esencia de lo motriz y aportando a los contenidos curriculares establecidos. Basta con una buena programación para lograr que la práctica del ajedrez, acompañada de todas sus bondades, sea potenciada desde nuestro contexto escolar. El reto es grande, se trata de fomentar el ajedrez en etapas iniciales del proceso escolar por medio de las clases de educación física. Si se tiene éxito en este propósito se extenderá la práctica de este deporte en nuestro contexto, contribuyendo así a que nuestros niños y jóvenes pongan su mente también en movimiento. 61 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Referencias Ferguson, Robert (1995). Chess in education: a wise move (Sumario de las investigaciones del ajedrez en la educación, traducidopor Jorge Barón). USA: American Chess School. Fernández Amigo, Joaquin; Pallarés Porcar, Maria Rosario (2003). Implantación del ajedrez en un centro de primaria. Gestión de Centros. Fernández Amigo, Joaquin; Pallarés Porcar, Maria Rosario (2009). Cómo sensibilizar la escuela hacia el ajedrez. Gestión de Centros. Gálvez Fernández, Ana María (2006). Motivación hacia el estudio y la cultura escolar: estado de la cuestión. Pensamiento Psicológico, 6:87-101. Latorre Beltrán, Antonio (2004). La investigación-acción. Conocer y cambiar la práctica educativa. Barcelona: Graó. Martínez Serrano, Gustavo (sf). Xecball: ajedrez en movimiento. España. Vogel, Erni (2005). Fundamentación del ajedrez escolar: entre la fragilidad y la panacea. Efdeportes, Revista Digital, 10(83). 62 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 63 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 La enseñanza de la natación con adultos mayores. Aspectos gerontológicos a tener en cuenta The teaching of swimming with older adults. Gerontological aspects to consider Débora Di Domizio Docente investigadora. Departamento de Educación Física. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Área de Estudios e Investigaciones en Educación Física. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de La Plata. Magíster en Educación Corporal. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata. Especialista en Gerontología Comunitaria e Institucional. Ministerio de Desarrollo Social de la Nación Argentina. Facultad de Psicología. Universidad Nacional de Mar del Plata. Correo: dedido18@yahoo.com.ar Resumen Este ensayo tiene como objetivo describir y poner de relieve los discursos y representaciones que tienen respecto de la vejez y los adultos mayores los profesores en Educación Física en la enseñanza de contenidos de la disciplina: en este caso, la natación y las prácticas acuáticas con adultos mayores. La cuestión a desarrollar es cómo ciertas ideas preestablecidas y preconceptos se instalan subrepticiamente en el imaginario profesional e inciden a posteriori en su práctica profesional, sin contemplar una visión amplia, crítica y superadora de la vejez. Siguiendo la misma línea argumental, en las conclusiones se invita a reflexionar en términos de una Educación Física crítica y gerontológica haciendo especial referencia a las prácticas acuáticas con adultos mayores. Palabras clave: Educación Física, Natación, Vejez, Gerontología. Summary This paper aims to describe and highlight discourses and representations in relation to physical education teacher’s conceptions about old age and older adults toward disciplinary content teaching: in this case, swimming and aquatic practices with senior citizens. The question is how certain preconceived and prejudices installed in the professional imaginary influence the professional practice without providing a wide, critical and comprehensive view of the elderly. Following the same line of argument, the conclusions invite to think in terms of a critical gerontological Physical Education with particular reference to aquatic practices with older adults. Key words: Physical Education, Swimming, Old age, Gerontology. 64 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Introducción El presente texto tiene el propósito de ofrecer una reflexión crítica sobre ciertas representaciones de la vejez que poseen profesores en Educación Física y docentes en formación en Educación Física que se desempeñan impartiendo contenidos de la disciplina con alumnos adultos mayores. La idea central a desarrollar aquí es cómo influyen, se comunican y categorizan sentidos sobre el envejecimiento en función de las propias creencias de los profesores en las prácticas de enseñanza de la disciplina. De cara a la formación de profesores en Educación Física especialistas en natación y prácticas acuáticas que se desempeñan con adultos mayores, la generación de conocimiento acerca de esta temática nos permitirá efectuar aportes teóricos con el objeto de que el ejercicio de la función docente resulte lo más apropiada posible, evitando incongruencias o conductas impropias en su labor. Para este enfoque se tuvo en cuenta el sustento teórico de las recomendaciones (Nº 49-50-59) del Plan de Acción Internacional de Viena sobre el Envejecimiento (Austria, 1982). Ese documento postula acciones de educación, capacitación e investigación acerca de la vejez en los planes de estudios de las distintas áreas, profesiones y disciplinas de todos los países del mundo. En los planes de estudio de la carrera en Educación Física, la mayoría de las veces esas acciones están ausentes, y, cuando aparecen, lo hacen refiriéndose a la vejez en términos eminentemente biologizados. 65 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Para el caso de nuestra disciplina, esas recomendaciones o postulados tendrían por objeto que los docentes en formación adquieran saberes respecto del envejecimiento, la vejez y de los sujetos que la transitan, con el propósito de articular estos saberes con la especificidad disciplinar. En otras palabras, el objetivo sería conocer el modo de desempeño con adultos mayores desde la enseñanza de los contenidos propios de la disciplina. Cuando proponemos un abordaje crítico de la temática, entendemos “crítico” como lo hace Valter Bracht, “en el sentido de negar el orden social vigente; o sea no crítica en función de un procedimiento presumiblemente científico, sino en función del cuestionamiento del contenido” (Bracht, 1996: 50). Por ello nos basamos en la Teoría del Ciclo Vital8 para considerar y reformular el “concepto de desarrollo humano” de manera abarcativa o extensiva a todas las etapas de la vida (desde el nacimiento hasta la muerte), con procesos de cambio que no siguen patrones fijos ni predeterminados, como aquellos que sí son estudiados en la formación docente, los cuales proclaman el siguiente patrón: progreso en la infancia y declive en la vejez. Los cambios cortos o de larga duración, los positivos o los negativos que acontecen a lo largo de la vida se contemplan dentro del concepto amplio de desarrollo, que trasciende las limitaciones restrictivas, biológicas o físicas, las cuales son asumidas por muchos especialistas del desarrollo infantil. Seguir esa perspectiva sería transitar un camino equivocado para que el adulto mayor logre un buen diálogo con el medio acuático y alcance un actuar libre y satisfactorio en él. Debido al escaso conocimiento del que disponemos los profesores en Educación Física acerca de las interacciones entre los procesos educativos y el desarrollo personal en las etapas más avanzadas del curso vital (Yuni y Urbano, 2007:6) es importante incorporar esta perspectiva para la enseñanza de habilidades en el medio acuático donde los alumnos adultos mayores no sólo desarrollarán el bagaje motor y su condición física, sino que también los ayudaremos a conquistar la propia autonomía y a aumentar la capacidad de creación e integración, ya que las situaciones que requieren colaboración y ayuda recíproca estimulan el descubrimiento de los demás y favorecen las relaciones interpersonales de las personas mayores (Bovi, 2005). Por otro lado, nos apartamos de la común mirada medicalizada y normalizadora, que continuamente insiste en homologar vejez con enfermedad. En la enseñanza de las distintas habilidades en el medio acuático hacemos hincapié en resignificar los cambios que acontecen en el sujeto con el paso del tiempo (proceso de envejecimiento) desde una mirada no patológica, contrarrestando la perspectiva tan popular que sostiene que el envejecimiento conduce irremediablemente a la enfermedad. Desde siempre, el enfoque patológico o medicalizado reforzó el paradigma que sitúa a los profesores en Educación Física únicamente como agentes de salud. En este sentido, es pertinente atender a las palabras de Carballo, quien sostiene: 8 La Teoría del Ciclo Vital asume el continuo proceso de cambio y estabilidad de la persona desde el nacimiento hasta la muerte. En ella se considera que la variabilidad interindividual de los sucesivos cambios adquiere un mayor significado normativo con la edad. 66 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 El trasfondo de la trama está dado por el valor que se le asigna al concepto de salud y por la subordinación del concepto de educación a aquel; esta subsunción se entiende si se reconoce el carácter disciplinante de la salud, que desborda el ámbito de la clínica médica tradicional para adoptar claras formas de control social. (Carballo, 2003:53) En la práctica, esta situación se advierte en los testimonios de profesores y docentes en formación en Educación Física, en cuyo imaginario las prácticas acuáticas y la natación con adultos mayores están estrechamente ligadas a la idea de una función terapéutica en detrimento de la función educativa. Por lo tanto, buscan meticulosamente recetas y metodologías para tal o cual enfermedad con el objeto de rehabilitar o curar.9 Adjudicarle un mayor o único protagonismo a dichas prácticas es ubicar al déficit por encima de la persona y, en consecuencia, subrayar la deficiencia tachando al sujeto. (…) Eternizar las prácticas corporales terapéuticas sobre esta población es hacerles recordar a cada momento que su cuerpo es una deficiencia; es desechar el disfrute por la actividad física. (Zucchi, 2007:7) Es importante destacar que el conocimiento biomédico producido acríticamente es inútil para la práctica pedagógica. La gerontología actual emerge desde una posición que contempla una mirada interdisciplinaria donde surgen nuevos modos de ser mayor; el cuerpo de los envejecentes no sólo se enferma o se cura, sino que también siente placer. Los adultos mayores construyen redes sociales y ejercen roles socialmente significativos. En esta línea argumental, “el cuerpo — depositario de sensaciones— durante la práctica en el agua es receptor de múltiples estímulos no usuales entre las personas de edad avanzada, quienes están faltos de sensaciones táctiles gratificantes. Uno de los efectos más agradecidos es la caricia del agua” (Soler y Gimeno, 1998:45) ¿Son "chicos” escolarizados? Otro eje de reflexión posible que involucra a esta franja poblacional con el campo de la Educación Física se circunscribe a los profesionales del área que asumen el rol docente con alumnos adultos mayores como si estuviesen frente a niños escolarizados. Así como es recurrente escuchar en el imaginario social que muchos adultos mayores “son como chicos”, también es frecuente escuchar esa idea en las prácticas de la enseñanza de los contenidos propios de la Educación Física con alumnos adultos mayores, lo que podría conducir también a reflexionar: ¿cómo se construyen ciertas representaciones sociales y conocimientos sobre este particular grupo etario en la formación docente? Al respecto, Pochintesta sostiene que se puede pensar cuál es el rol del docente en la habilitación, o no, de espacios para la discusión de esta temática y su inclusión en la formación de los alumnos. También señala la importancia de las 9 Las reflexiones que aquí se presentan son el producto del desempeño de la autora durante años en la Formación Docente en Educación Física en contenidos referidos a la vejez, asimismo al desempeño docente en prácticas corporales con adultos mayores (enseñanza en prácticas acuáticas) y a la atenta escucha sobre las percepciones acerca de la vejez que circulan en el campo de la Educación Física desde hace mas de 17 años. 67 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 concepciones que tienen las instituciones en la visibilización, o no, del envejecimiento, específicamente, en relación a la formación y transmisión docente (2011:280). En relación con esas ideas que se naturalizan acríticamente, Márquez Herrera (2006) denomina “infantilismo a aquellas actitudes, modos, discursos y prácticas que poseen ciertos agentes sociales en su trato con adultos mayores, a quienes se dirigen como si se tratase de niños. Creen que, en la etapa de la vejez, los sujetos vuelven a ser infantes y, por lo tanto, reclaman cuidados, vigilancia y toma de decisiones. Esto crea una situación de dependencia absoluta, ya que las personas de edad avanzada asumen esas actitudes como normales, propias, a modo de una verdad irrefutablemente internalizada”. La autora también tiene en cuenta el tema de la infantilización en la perspectiva de los derechos humanos: “Sostener la idea equivocada de que vuelven a ser como niños implica la pérdida de su condición de sujetos, y por lo tanto, la posibilidad del disfrute de sus derechos” (Márquez, 2004). Asimismo, agrega que esta forma de representación social, más allá de su carácter discriminatorio, niega la individualidad y el derecho a la diferencia. Nuestro desempeño en el campo de la Educación Física nos permite advertir que la aceptación e incorporación irreflexiva de la expresión “son como chicos” trae como consecuencia la construcción que se realiza desde la propia disciplina, la cual predica la preferencia por ciertas prácticas en lugar de otras, así como la aceptación de ciertos discursos en desmedro de otros. De esta manera, el acto de enseñanza regido por esta sentencia implica tomar posición en un modelo didáctico “tradicional”, el cual es pensado en y para el niño. En dicho modelo, la jerarquía asimétrica del docente se traduce en la ocupación de un lugar de poder (el saber de la disciplina), mientras que el niño (en este caso, el adulto mayor) se ve relegado al lugar del no saber, enfatizando actitudes de pasividad, dependencia y auto desvalorización, obstaculizando la posibilidad de empoderamiento en los sujetos mayores10. Por otro lado, está muy difundido el prejuicio que considera que los aprendizajes sólo son posibles a edades tempranas (en los niños), y esta idea refuerza aquella otra que postula a la escuela como único templo para aprender, siguiendo la noción que reduce la educación al ámbito escolar y formal. De acuerdo con este prejuicio, el adulto mayor ya no podría adquirir nuevas destrezas o aprendizajes motores por pérdida de capacidades o habilidades; tal es el caso de la enseñanza de las habilidades de la natación, de los deportes acuáticos o de diferentes prácticas acuáticas11. En consecuencia, la persona mayor es discriminada por esa supuesta concepción de pérdida de capacidades primordialmente cognitivas, bajo el concepto de involución del aparato psíquico, y de 10 El empoderamiento alude a un proceso de aprendizaje y acción que fortalece la autoestima, las habilidades analíticas y organizativas y la conciencia política de las personas, de manera que puedan adquirir un sentido de sus derechos y unirse para desarrollar sociedades más democráticas. 11 Soler y Gimeno (1998) proponen seis programas específicos de actividades acuáticas para la población mayor: agua lúdica, gimnasia acuática, aprendizaje de la natación, mantenimiento acuático, baños de sol, aire y agua en el mar y eutonía en el agua. Todos comportan diferentes niveles de participación y aprendizaje específico. A su vez, éstos podrían articularse con distintos tipos de intervenciones del profesor: terapéutico, sociocultural, higiénico preventivo, enseñanza-aprendizaje, etc. 68 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 este modo su condición etaria aparece como una patología. Lo verdaderamente desfavorable en esta perspectiva reside en que los propios viejos se han “hecho cargo” de estos prejuicios, no reconociendo su potencial de aprendizaje. La obediencia a los mandatos de una sociedad construida sobre los mitos y temores a la vejez lleva a los viejos a lamentarse con expresiones claramente reconocibles como “Yo, a mi edad, ¿qué voy a aprender?” Sin embargo, el aprendizaje de la natación es posible e irrefutable. Este es un objetivo más dentro de los programas de actividades acuáticas para mayores. Aprender a nadar supone un proceso progresivo en el que la adaptación y familiarización en el medio es fundamental y en el que el ritmo de aprendizaje requiere trabajar sin prisa, y que obliga en la mayoría de los casos a la adaptación de los estilos formales (pecho, crol, espalda). El principal interés se centra en conseguir un estilo cómodo, eficaz y, sobre todo, ajustado a las características personales de cada uno (Soler y Gimeno, 1998:56). En perspectiva histórica Para complementar el eje de reflexión analizado, merecen nuestra atención las consideraciones de Birgin y Pineau cuando sostienen que (…) en la modernidad comenzó el proceso de diferenciación de las edades, y el colectivo infancia —y más tardíamente juventud— fue separado del de los adultos12. Así se aportó preponderantemente a la construcción de la especificidad de la infancia, diferenciándola de la adultez. El niño fue comprendido como un ser incompleto, lo que lo convirtió en un sujeto que debía ser educado en instituciones específicas. Se construyó un sujeto pedagógico, el “alumno”, y se lo volvió sinónimo de infante normal. Desde entonces, educar es completar al niño para volverlo adulto, lo que llevó a una infantilización de todo aquel que, en cualquier circunstancia, ocupara el lugar de alumno. (Birgin y Pineau, 1999: 48) Un indicio claro, tomado desde nuestra disciplina, podría ser la apelación a los adultos mayores que asisten a distintas prácticas corporales mediante el vocativo “chicos”, lo que más que un elemento afectivo puede solapar otras cuestiones. De acuerdo con los autores anteriormente citados, el molde de la forma escolar plantea una réplica sin rupturas en el acto de enseñanza que desconoce por completo la adultez, y así el discurso pedagógico propone al adulto mayor como un niño encarnado. 12 El interesante trabajo de Birgin y Pineau puede ser vinculado con la perspectiva del psicólogo norteamericano Stanley Hall, quien en 1922 publica Senescence, the last half of life, en donde agrega que las diferencias individuales en la vejez son significativamente mayores que las que aparecen en otras etapas de la vida, y que la vejez tiene sus propios modos de sentir, pensar o querer, lo cual supone un aporte valioso a nuestra reflexión. 69 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Para el campo de la Educación Física, que la constitución de lo pedagógico didáctico se reduzca a lo escolar influye negativamente para una concepción de vejez superadora aportando más confusión a la temática. Atentos a las palabras de Ron, “se podrían mencionar tantas formas de Educación Física como prácticas que exijan la presencia de profesores de Educación Física, que, vinculados a instituciones muy diversas, se valen de diversidad de conocimientos hilvanados en derredor de un cuerpo practicado, pensado, vivido, experimentado, escrito, de forma particular. […] Evidentemente las relaciones entre la disciplina y la sociedad y la disciplinas y las instituciones son más que lo que la educación física escolar puede mostrar; es otra, así, la forma de observar, comprender y vincular los conocimientos. También debería ser otra, con independencia de que podamos acordar o no en cuál es el modo de relación entre los saberes específicos y particulares con referencia al cuerpo y sus modos de manifestación” (Ron, 2011: 3-5). Conclusión Romper con los prejuicios acerca de la vejez resulta una tarea ardua y compleja, que todos los actores sociales no están dispuestos a asumir con la claridad que se requiere. Omitir el reconocimiento a los adultos mayores como sujetos singulares atenta contra su identidad. No considerar en el adulto mayor sus experiencias de vida, trayectorias vitales, competencias, responsabilidades, capacidades, posibilidades y potencialidades, así como su envejecimiento diferencial, contribuye a subestimar el nivel evolutivo por el cual transitan. Es importante despojarse de miradas prejuiciosas y estereotipadas que obstaculizan su participación en diferentes situaciones educativas o su permanencia en las estructuras sociales. Las representaciones negativas en Educación Física limitan e impiden la creación de una realidad potenciadora para una población que cada vez es más numerosa y progresivamente se encuentra en una mejor situación física y mental. 70 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Una aproximación diferente sobre la vejez —que reconozca su doble dimensión política y pedagógica— es determinante en el empoderamiento de los adultos mayores. Consideramos que los aportes que se construyan o piensen en relación a la enseñanza de contenidos de la Educación Física (tal es el caso de la natación y las prácticas acuáticas) tendrían que coincidir con las contribuciones de la Gerontología Crítica, donde esta última se propone examinar los discursos y prácticas de las distintas disciplinas que tematizan en el quehacer gerontológico que muchas veces presentan sus supuestos como cuestiones irrefutables, hegemónicos, globalizadores o excluyentes. Referencias Araya Umaña, Sandra (2002). Las representaciones sociales: ejes teóricos para su discusión. Cuadernos de Ciencias Sociales, 127. [Internet] Birgin, Alejandra; Pineau, Pablo (1999). Son como chicos. El vínculo pedagógico en los institutos de formación docente. Cuadernos de Educación, 1(2). Bracht, Valter (1996). Educación física y aprendizaje social. Córdoba, Argentina: Ediciones Vélez Sarsfield. Carballo Carlos (2003). La Educación Física entre la crisis epistemológica y la confusión didáctica. En: Proponer y negociar. El ocaso de las tradiciones autoritarias en las prácticas de la educación física. La Plata, Argentina: Ediciones Al Margen. Gómez Raúl Horacio (2002). La enseñanza de la Educación Física en el nivel inicial y el primer ciclo de la EGB. Buenos Aires, Argentina: Editorial Stadium. Márquez Herrera, Aura Marlene (2006). Violencia y vejez. Reflexiones para la vida cotidiana y la educación. Decisio. Saberes para la acción en educación de adultos, 15:29-33. [Internet] Monchietti, Alicia (1996). Formas de envejecimiento que propicia la sociedad de fin de siglo. Revista Argentina de Geriatría y Gerontología. Asamblea mundial sobre envejecimiento (1982). Plan de acción internacional de Viena sobre el envejecimiento. Viena, Austria: El Autor. Pochintesta, Paula; Rodríguez Reaño, Rosa Elizabeth; Mansinho, Mariana; Irazabal, Eduardo Daniel; Ruiz, Monica Silvia; Gueiman, Berta Noemi; Macotinsky, Graciela Mónica (2011). Significaciones sobre los modos de envejecer en las narrativas docentes (Ponencia). En: III Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, en las XVIII Jornadas de Investigación y Séptimo encuentro de investigadores en Psicología del Mercosur. Ron, Osvaldo Omar (2011). Qué de la Educación Física: características, lógicas y prácticas (Ponencia). En: 9º Congreso Argentino y 4º Latinoamericano de Educación Física y Ciencias. Panel Educación Física y Territorio. La Plata, Argentina. 71 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Salvarezza, Leopoldo; Acrich de Gutmann, Luisa (1998). La vejez. Una mirada gerontológica actual. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós. Soler Vila, Ángeles; Jimeno Calvo, Margarita (1998). Actividades acuáticas para personas mayores. Gymnos. Madrid, España. Triadó Tur, Carmen (2001). Cambio evolutivo, contextos e intervención psicoeducativa en la vejez. Contextos Educativos, 4:119-133. Yuni, José; Urbano, Claudio (2007). Mayores activos: teorías, experiencias y reflexiones en torno a la participación. España: Editorial Dykison. Zucchi, Daniel Germán.(2007). Espacios accesibles y buenas prácticas corporales. Educación corporal sin prejuicios ni exclusiones. Novedades Educativas. 18(198):6-11. 72 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Clase en el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia 73 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Ideas y prácticas de la Grecia ateniense y su influencia en la educación física actual Ideas and practices of atheniens Greece and his influence in the physical education today Beatriz Elena Chaverra Fernández Licenciada en Educación Física. Magister en Educación y Desarrollo Humano. Estudiante del Doctorado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Profesora de la Universidad de Antioquia. Correo: biatachf@yahoo.es No hay educación sin deporte; solo el hombre educado físicamente es verdaderamente educado, sólo él es en efecto hermoso. Y, como nos enseñó Sócrates, lo hermoso es idéntico a lo bueno. Carl Diem, 1966:118 Resumen Analizar la influencia que la Grecia Ateniense ha tenido en lo que conocemos hoy como Educación Física sería un proyecto que demandaría grandes esfuerzos y recursos. En este breve texto se presenta un somero análisis sobre la construcción histórico-social de la gimnasia en los griegos, sobre el contexto histórico donde se desarrolló su propuesta, el significado social y educativo que le atribuyeron y las innovaciones para su época. Summary To analyze the influence that Athenian Greece has had on what we know today as Physical Education is a project that would require great efforts and resources. This short paper provides a brief analysis of the historical and social construction of gymnastics in the Greeks, taken into account, the historical context in which this proposal was developed plus the social, educational meaning attributed for these actions at that time. La Grecia Ateniense, el surgimiento de una potencia Haré un breve acercamiento al origen del pueblo griego y las condiciones en que se desenvuelven su cultura y creaciones, como una introducción para conocer el contexto en que surgieron sus significativos aportes al movimiento como elemento educativo. Es importante aclarar que Atenas y Esparta fueron Estados determinantes en la cultura griega; sin embargo, centraré mi atención en las propuestas y pensamientos del pueblo ateniense. 74 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En primer lugar, es necesario recordar que la historia del pueblo griego está atravesada por guerras y dominios, pero también por sus formas de participación social y sistema político, lo cual significó un aporte invaluable para todas las civilizaciones siguientes. El origen del pueblo griego es confuso; sin embargo, podemos decir que fue un pueblo constituido por aborígenes pelasgos e inmigrantes nórdicos. “En primer lugar los jonios, luego los aqueos y finalmente los dorios… estos pueblos, buscaron las soleadas riberas del Mediterráneo, donde un clima ideal les ofrecía mejores condiciones de vida” (Diem, 1966:118). Esta migración terminó y se conformó el pueblo griego, que si bien estaba constituido por diversas tribus, tenían algo en común que los hacía convertirse en un único pueblo: su religión y sus deportes. En el primer milenio a.c. los griegos se expanden por el Mediterráneo y el Mar Negro en busca de un espacio vital definitivo; es así que Atenas y Esparta lucharon por la conquista de todos los pueblos griegos, sin embargo se podían identificar entre estas dos poblaciones grandes diferencias. “Esparta fue el Estado del deber y Atenas el Estado del derecho: la primera, una monarquía atenuada, y la segunda, una democracia no siempre fiel a sus principios” (Diem, 1966:119). Esparta era un Estado dedicado a la guerra, mientras Atenas se dedicaba a pensar en la vida y las “banalidades” de la existencia. Estas diferencias serían sustanciales para el desarrollo de las actividades gimnásticas y especialmente hacia las intencionalidades formativas que les otorgaban. A pesar de las distancias ideológicas entre estos Estados, la guerra contra el imperio Persa los obligó a unir sus fuerzas, pero esta tregua no duró muchos decenios y las grandes diferencias entre ambos pueblos provocaron en 431 la guerra del Peloponeso, que terminó con Esparta victoriosa y Atenas con el derrumbe de su poder político. En 362, Esparta se rindió en “Martinea al ataque de los Tebarios, acaudillados por Epaminonadas” (Diem, 1966:119), esta situación dejó a Grecia debilitada, lo cual se convirtió en oportunidad para Filipo de Macedonia quien invadió los territorios griegos y extendió su dominio a toda Grecia; luego su hijo Alejandro expandió su reino hasta todo el Oriente, pero este imperio también sucumbió y fueron conquistados por Roma. Grecia dejó de ser una potencia política y se convirtió en una provincia del Imperio Romano Aun cuando Grecia deja de ser una potencia, el legado de sus pensamientos, escritura, ideas de ser humano y movimiento continúan vigentes en las civilizaciones siguientes hasta nuestros tiempos. Son las ideas de cuerpo, gimnasia, deporte y educación las que continuarán en la historia marcando un camino determinante hacia lo que hoy se conoce como Educación Física. El significado social de la gimnasia para los griegos y sus innovadoras propuestas Antes de la cultura Griega no es claro evidenciar que existiera una concepción del cuerpo como un elemento educativo y fundamental para la formación integral; tal vez podríamos retomar la importancia de las actividades corporales en la cultura Cretense, los cuales se han podido estudiar como predecesores de los griegos. 75 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Para ellos, el cuerpo tenía una valoración importante. Según los hallazgos, el disfrute por medio del cuerpo era ampliamente valorado en esta cultura, “se observa una gran preocupación por las necesidades corporales, por el cuidado del cuerpo, por su limpieza, por su estética, por su desarrollo”(Martínez, 2002:5). Sus actividades físicas, estudiadas por medio de los hallazgos arqueológicos, dan cuenta de la importancia que tuvieron los valores estéticos y el disfrute por encima de la fuerza y las prácticas bélicas. La actividad física se fundamentó en aspectos lúdicos o religiosos que implicaban agilidad, velocidad, habilidad, movimiento, acrobacia y no tanto fuerza y resistencia para adaptarse al medio, dominarlo o defenderlo. No está presente el uso de la fuerza, la agresividad o la violencia corporal; estos valores físicos no fueron objeto de desarrollo ni de interés en esta cultura ni para defender su tierra o sus posesiones (Martínez, 2002:6). Se puede ver la importancia y los valores no bélicos que le otorgaban a las actividades físicas, pero no podríamos afirmar que el cuerpo fue un motivo de interés educativo, como el que le concedieron más adelante los griegos. Por otro lado, no hay elementos que evidencien, en culturas anteriores a los griegos, una asunción del cuerpo como un aspecto a educar; por el contrario, se conoce que en otras culturas el cuerpo fue concebido como un instrumento básico de producción y reproducción. “Ni los textos literarios de las culturas mesopotámicas ni el abundante material figurativo del arte egipcio nos dejan entrever una actitud ante el cuerpo como la que veremos entre los griegos” (Pérez, 1993:24). Es cuando aparecen registros de la cultura griega, que se evidencia otro concepto de cuerpo; un cuerpo sentido, vivido y expresivo que necesita formarse y educarse, pero no solo en su aspecto físico, sino en su inseparable relación con el espíritu y la moral. Podríamos decir que la mayor innovación que propusieron los griegos en su época, y persiste aún, fue resignificar el cuerpo como parte fundamental de la educación y la integralidad. Para ello, se valieron de la gimnasia como el método que permitiría llevar a cabo esta finalidad. “La gimnasia persigue objetivos físicos, espirituales y morales”(Diem, 1966:123), por eso se convirtió en parte fundamental en la vida del griego ateniense, quien debía ejercitar siempre cuerpo y alma, nunca una sin la otra. Para los griegos las actividades gimnásticas se convirtieron en un elemento indispensable de la formación integral, llegando a la obligatoriedad para el ciudadano. “La gimnasia era una obligación moral… el descuido de esta obligación era una vergüenza” (Diem, 1966:123). Esta obligación estaba enmarcada en la búsqueda del hombre bueno y hermoso. “El hombre debe encontrar la sophrosyne, el equilibrio, a través de la búsqueda de lo hermoso (kalos) y de lo moralmente bueno (agathos), y en esta búsqueda de la kalokagathia, la educación del cuerpo tiene tanta importancia como la del espíritu” (Pérez, 1993:25). Es por esto que las acciones debían estar encaminadas al intelecto, pero también al cuerpo de manera complementaria y es allí donde la gimnasia jugó un papel determinante en la educación. Como expresan Betancour y Vilanou, la 76 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 gimnasia siempre ocupó un lugar destacado en la paidea helénica “que pretendía formar buenos y bellos ciudadanos”(1995:12). Eran tan importantes las actividades gimnásticas en los atenienses, que se reflejan en las descripciones fisionómicas que hacen de ellos, como lo demuestra Luciano cuando describe al joven griego: Cutis dorado por el sol, cuerpo armónico, ni seco ni enjuto ni demasiado pesado; toda la grasa innecesaria, eliminada por la gimnasia. El buen entrenamiento es atribuido a los ejercicios físicos y el régimen de costumbres que ellos exigen “ya son para el cuerpo humano lo que es la era para el trigo; son eliminadas todas las impurezas y resta sólo el grano puro”. (Diem, 1966:120). La gimnasia se convertía entonces, en una manera de educar el ser humano, en una forma de eliminar lo impuro por medio del movimiento y dejar lo más puro del sujeto para lograr la unidad y encontrar la paideia. “La paideia griega… es el ideal global de formación del individuo, el sistema por el que se puede llegar a alcanzar un equilibrio estable entre la formación intelectual y la física y orgánica” (Pérez, 1993:24). La paideia significa el cultivo tanto del cuerpo como del alma, para ello la gimnástica se convertía en la disciplina central para que el cuerpo alcanzara su pleno desarrollo, y por la música, la moral y la religión se formaba el espíritu. La Virtud, que era al mismo tiempo distinción física y espiritual, ocupaba el primer puesto de la “paideia” y el fin educativo estaba resumido en el término “areté”. Para los griegos, la Virtud o areté, era la perfección, la excelencia no solo moral, sino física y espiritual, por tanto para alcanzarla debía estar la gimnasia presente. El areté, “sólo podía ser alcanzado por medio de los ejercicios físicos, que bien tenían como meta ciertos rendimientos, no veían en éstos su único fin” (Diem, 1966:128). A partir de estas concepciones de integralidad, los griegos crearon lugares, profesiones y métodos para las actividades gimnásticas que resaltan su aporte a la educación y a la educación física. En primer lugar abordaremos el maestro, un personaje particular designado a la enseñanza de la gimnasia, llamado paidotribo o padotriba quien era: Mucho más que un preceptor de gimnasia, era un verdadero educador que, a su competencia deportiva, debía unir un conocimiento profundo de las leyes de la higiene y de todo lo que la ciencia médica griega había elaborado en cuanto a observaciones y a prescripciones concernientes al desarrollo del cuerpo y a los efectos de los diversos ejercicios. (Marrou, 1985:165) 51513 9Este maestro, a quien podríamos rotular actualmente con el nombre de “profesor de educación física” no en un sentido estricto por su formación y contexto, pero sí por su función educativa, 77 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 debía dominar la anatomía, así como ciertos conocimientos de retórica; en fin, debía tener una cultura general. Estas exigencias al maestro, demuestran que la función de enseñar no podía ser ejercida por cualquier ciudadano; por el contrario, debía ser alguien con suficiente formación para lograr los objetivos de la educación. Generalmente el paidotribo, vestía una capa púrpura y su autoridad se simboliza en una larga vara en forma de horquilla, que utiliza para “indicar o rectificar la posición de un miembro, cuanto para descargar un vigoroso correctivo sobre un alumno torpe, o sobre aquel que, durante el combate, comete una trampa o intenta un golpe irregular” (Marrou, 1985:170). Se puede identificar al paidotribo en las siguientes cerámicas: Anfora Panatenaica con discobolo e pedagogo. Napoli Museo Archeologico Nazionale (La Repubblica). Pelike Discobolos and Paidotrobes (British Museum). Otra característica importante del proyecto educativo griego era el lugar para la enseñanza de la gimnasia, el cual se denominaba palestra; este espacio desempeñaba un papel importante en la vida de los hombres por convertirse en un lugar de encuentro y aprendizaje, “solía ser un terreno al aire libre, cuadrado, rodeado de muros, con algunas habitaciones a los lados, que servían de vestuarios, de baños, de almacén de arena y aceite, necesarios para los ejercicios”(Rodríguez, 2000:76). En este lugar, se encontraban todas las generaciones, “se discutía, se conspiraba, se lanzaban bulos y rumores y se gestaban nuevas ideas; las palestras cumplían así una función educativa formal” (Mandell, 2006:68). Era el espacio para la formación física, pero también intelectual y 78 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 social, cumplía con las demandas que los griegos tenían sobre la educación, eran los espacios educativos de la época. En la palestra se practicaban ejercicios como salto, disco, jabalina, lucha y entrenamientos diversos; allí, las actividades se realizaban al desnudo y cada joven debía llevar aceite, un estrígilo y una esponja, elementos esenciales para realizar el “ritual” de los ejercicios, como bien lo describe Rodríguez. Cada chico, antes de comenzar se lavaba en una fuente, se untaba después con aceite y rociaba su cuerpo con una fina capa de polvo para protegerse de la intemperie. Al finalizar los ejercicios se limpiaba la piel con el estrígilo a modo de cepillo y se volvía a lavar. (2000:77). Los griegos tenían otro lugar para la enseñanza, denominado gimnasio; en él se ejercitaban casi en las mismas actividades que ya dominaban en la palestra; sin embargo “en él recibían, también, una formación militar, se les enseñaba el manejo de las armas y una formación intelectual, literaria fundamentalmente” (Rodríguez, 2000:78). En la literatura es discutida la diferencia entre gimnasio y palestra. Para Diem “la palabra palestra comprendía un campo para ejercicios de menores dimensiones, dedicado en particular a la lucha y el pugilato; mientras que el gimnasio designa una instalación algo mayor, con pista de carreras y un campo de lanzamientos” (1966:192). Al parecer, con el tiempo se limitó la diferenciación al lugar donde se ejercitaban los adultos (el gimnasio) y los niños (palestra). Parece que en la Atenas del siglo V los gimnasios eran edificios públicos, cedidos por la ciudad, donde se ejercitaban los efebos y los hombres adultos, a cuyo frente estaba el gimnasiarca, mientras que las palestras tenían un carácter totalmente particular y era el lugar de entrenamiento de niños y adolescentes, dirigidos por el pedotriba. (Cascón, 2005:163). A pesar de estas distinciones, Diem nos recuerda que no es posible diferenciar bien estos dos lugares porque “la significación de estas palabras cambió tantas veces en el transcurso de los siglos, que no es seguro que los dos términos técnicos diferentes designen en realidad cosas distintas” (1966:185). Lo que sí podemos afirmar es que estos lugares desempeñaron un papel fundamental en la vida de los varones griegos, contribuyendo a la confirmación de su cultura y vida política. Otra característica determinante en la cultura ateniense, es su actitud de competencia, el Agón, que quiere decir enfrentamiento. Este agón “aparece como la forma pura del mérito personal, expresando esa inequívoca voluntad de ser el primero, el mejor, el más rápido o el más fuerte” (Betancor y Vilanou, 1995:11). Esta actitud agonística no se limita a las actividades atléticas, sino que se lleva al plano literario y a cada elemento de la cultura; el agón hacía parte de los griegos, como lo afirma Navarro “competir, pues, es algo consustancial al alma griega” (2005:18). A partir de este agón, se gestan los juegos agonales, para rendir culto a los Dioses; en un principio fueron agones funerarios, luego estos juegos tomaron formas de deporte; los más importantes eran los Juegos Olímpicos, “pero existieron otros de menos importancia como los juegos de Nemea en honor a Hércules, los Istmitos en honor a Neptuno”(Contecha, 2007:133). 79 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Estos juegos estaban enmarcados en otras actividades y rituales para venerar a los dioses; sin embargo, retomaremos los juegos realizados en Olimpia por su significancia y relevancia en la cultura Griega y actual. Estos juegos eran la expresión de la formación recibida en su Estado y el fin último de sus entrenamientos, la finalidad en los juegos de Olimpia, fue, como lo expresa Homero, “distinguirse siempre y sobresalir entre los demás”. (Diem, 1966:120). Como lo hemos mencionado, los encuentros tenían el objetivo de rendirle culto a los dioses; en Olimpia se honraba a Zeus por medio de celebraciones religiosas, ofrendas y sacrificios, pero surgen también los agones como formas de adoración, “hay constancia que a partir de 776 a.c se celebró un agón atlético llamado “dromo” que traducimos actualmente por carrera” (Martínez, 2005:249). Pero no solo se realizó el dromo sino que se fueron incluyendo otros agones atléticos donde participaban jóvenes griegos “de pura casta”. Zeus concedía la victoria al participante que más se acercara al ideal de la Kalokagathía, “es decir, quién era el más evolucionado, más bello externa e internamente” (Martínez, 2005:249). Este triunfo obtenido en Olimpia era el máximo honor que podía alcanzar un griego en su vida. El premio consistía en una sencilla rama de olivo, pero los triunfadores eran festejados maravillosamente: “los mayores poetas cantaban sus combates con magníficos cantos y los máximos escultores modelaban sus estatuas para Olimpia” (Gombrich, 1999:73). Estos atletas eran recibidos en sus polis como héroes, por ser dignos representantes de sus Estados; por lo tanto, merecedores de todos los honores y distinciones. “Los grandes escultores de la época reflejaban en su obra el ideal estético del hombre ateniense y los poetas encumbraban sus versos a los atletas vencedores en los juegos” (Cascón, 2005:162). Proponer una integración cuerpo, mente y espíritu donde ningún elemento primara sobre el otro es, quizás, la mayor innovación que realizaron los atenienses a su época. La visión de la educación como un elemento integral y por tanto, la gimnasia como contenido imprescindible, nos abrió el camino para valorar la profesión que hoy día llamamos educación física. A pesar de estar en la cumbre de las civilizaciones, Atenas sufre los cambios de la época por sus guerras e invasiones; con ellas, su cultura se transforma y se desvirtúa el sentido que los griegos otorgaban a las actividades gimnásticas. Es a partir de la guerra del Peloponeso que cambió el sentido virtuoso del atleta y hubo un reclutamiento de jóvenes deportistas con un entrenamiento más intenso y riguroso, surgieron “ojeadores, entrenadores, estrategas y promotores profesionales” (Mandell, 2006:70). Ahora el premio del atleta no eran los versos de los poetas y las esculturas de los deportistas, sino que se cosechaban coronas, trofeos, que de regreso a las ciudades se transformarían en dinero y contrapartidas materiales. De esta parte de la historia del deporte en los atenienses no me ocuparé. Sin embargo, esta pérdida del sentido integral y educativo de la gimnasia, es también un legado de lo que ahora podría ser un deportista de alto rendimiento. 80 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Las funciones actuales de la educación física y su relación con la gimnasia ateniense Relacionar las funciones de la Educación Física propuestas por Hernández y Velásquez (1996) con las funciones que podría tener la gimnasia para los atenienses es un asunto complejo, porque, como hemos visto anteriormente, los griegos no separaban sus intencionalidades; por el contrario, defendían la unidad del ser y la educación integral. Sin embargo, haré referencia a las funciones que se podrían determinar como las más presentes en los relatos de los griegos, sin desconocer que las otras pudieron también ser parte de sus prácticas gimnásticas. En primer lugar retomaré la función anatómico-funcional: la característica de esta función es atender el desarrollo de las capacidades motrices “como preparación para la competición para la mejora del rendimiento físico” (Hernández y Velásquez, 1996:76). Si bien los griegos, no tenían en sus prácticas un desarrollo de la fuerza, la resistencia o la velocidad como elementos exclusivos, podríamos pensar que esta función sí era abordada por los ejercicios gimnásticos y fundamental para lograr el rendimiento deportivo óptimo para realizar un papel digno en los agones o en su vida misma. Esta función anatómica-funcional está muy ligada a la función agonística, la cual pretende demostrar las habilidades por medio del movimiento para vencer a otros; es “la capacidad de superación o deseo de competición” (Hernández y Velásquez, 1996:79). Esta es, tal vez, la función más importante que se identifica en los atenienses. Fue tan fuerte y valioso el significado y el sentido del agón, que la palabra “agonística” es un legado de los griegos. Ellos estaban siempre en la búsqueda de la excelencia, la areté, con una inquebrantable voluntad de triunfo sobre los demás, “ahí radica exactamente una de las características definitorias del espíritu deportivo, porque el deporte sin lucha es un simple juego” (Betancor y Vilanou, 1995:12). Es por ese sentimiento de competencia y lucha, que hoy en día seguimos refiriéndonos a lo “agonístico” cuando nos referimos a la competencia o al enfrentamiento. Otra función bien definida en los griegos es la estética y expresiva. En esta función se distinguen dos concepciones: “la que hace referencia a la búsqueda de la estética corporal de los participantes en actividades físicas y las que se refiere al valor estético del movimiento humano” (Hernández y Velásquez, 1996:77). En los griegos vemos que la concepción de la estética corporal se ve claramente reflejada en sus motivaciones para realizar ejercicios, ya que eran necesarios para lograr el ideal de “hombre hermoso y bueno”(Hernández y Velásquez, 1996:77). Recordemos que Zeus otorgaba la victoria al atleta que más se acercara a la Kalokagathia; por tanto, los escultores inmortalizaban la belleza del triunfador para ser apreciada con el paso del tiempo. A principios del siglo V, los escultores de vanguardia hacen sus primeros experimentos de escultura realista esbozando primero, y traduciendo luego, en el mármol o el metal, figuras de atletas en plena actividad o en la actitud relajada que sigue al esfuerzo. Así quedaría inmortalizada para la contemplación estética de las generaciones futuras la imagen fugaz de la belleza ideal en plena acción. (Mandell, 2006:68) 81 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Vemos como las actividades gimnásticas estaban íntimamente ligadas a este ideal estético y al agón. La función higiénica, relacionada a la conservación y mejora de la salud, también se hace presente en la cultura griega; en ella podemos observar que las actividades gimnásticas también fueron un medio para curar enfermedades o evitarlas. Contra el asma se recomendaban ejercicios respiratorios especiales; contra las hemorroides, ejercicios de lucha; contra oftalmias y constipados, ejercicios de marcha de puntillas; contra el vértigo, recomendaba Arataeus correr, saltar y determinados movimientos gimnásticos, prohibiendo los juegos de pelota y los baños fríos. (Diem, 1966:182). Referente a la prevención sobresale el reconocer la importancia del calentamiento y el estiramiento antes y después de las actividades, lo cual confirmamos en Galeno en su tratado sobre cómo debe conservarse la salud (Cascón, 2005:163), cuando recuerda que: “antes y después de la competición se realizaban ejercicios de estiramiento y relajación de músculos al compás de la flauta”. Si bien no podríamos llamarlo desarrollo de la flexibilidad, sí podemos pensar en la importancia que aun tiene en la práctica de la actividad física los momentos iniciales de calentamiento y finales de estiramiento, como requerimiento para una práctica saludable, que directamente atiende a esta función higiénica. Otra función que podemos identificar en los griegos es la comunicativa y de relación; en ella vemos como los atenienses utilizan su cuerpo, los movimientos y los lugares de enseñanza como una oportunidad para relacionarse con los otros y compartir ideas o sentimientos. Mandell afirma que los griegos “acudían al gimnasio o a la palestra para reunirse con sus amigos, para jugar a cualquier juego de tablero, cambiar noticias, hacer tertulia y, sobre todo, para chismosear” (2006:67). La función socializadora y de relación que cumplían las actividades gimnásticas en los griegos aun está presente en nosotros; los gimnasios, clubes deportivos y la escuela misma se convierten en lugares de encuentro donde las personas no buscan solo realizar actividades físicas, sino compañía, amigos y hacer relaciones sociales. Pensamiento y prácticas atenienses en la actualidad Sin lugar a duda, los griegos fueron una cultura que marcó un rumbo significativo para la era actual, y de ellos aún conservamos ideas, pensamientos, palabras y prácticas. En relación a las actividades gimnásticas, su legado puede leerse en dos direcciones, la educativa y el rendimiento deportivo. En el aspecto educativo, podemos decir que la concepción educativa de la gimnasia sentó las bases para que, a través de la historia, lográramos tener en la actualidad un área educativa denominada Educación Física, tal vez sin la misma intención formativa de aquel entonces, pero sí encargada de educar por y a través del movimiento. Sus aportes y creaciones alrededor del valor de la educación corporal permitieron que en el tiempo perduren premisas como las descritas por Homero (Diem, 1966:128): “Cultura física desde la más tierna infancia hasta la ancianidad y para ambos sexos; y unión de gimnasia y deporte, o sea, expresándolo en los términos clásicos, gimnástica y agonística”. 82 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Otro legado importante que podríamos agradecer a los griegos en un principio, es la profesión de ser maestro, desde los paidotribos se podía dilucidar la importancia de un personaje que asumiera la responsabilidad de guiar, educar y enseñar las artes de la gimnasia. Esta analogía con el maestro de educación física actual no es muy exacta, ya que la función actual de educador se puede desvirtuar por múltiples razones; sin embargo, sí se podría rescatar de la cultura griega la permanencia de esa profesión que hoy es ser profesor de educación física. En este mismo sentido, se podría relacionar con los atenienses los lugares específicos donde se realizaba la enseñanza de las actividades gimnásticas; la palestra o el gimnasio no son iguales en la actualidad, pero sigue existiendo un lugar determinado como aula de clase para llevar a cabo la educación física, llámese gimnasio (con otras connotaciones diferentes al original), salón, cancha polideportiva, piscina, etc. Los ateniense, comprendían que el cuerpo tenía múltiples capacidades y, por tanto, cada cuerpo era diferente y esta diferencia debía demostrarse en la competencia; esta idea tiene una profunda relación entre los deportes y lugares de Atenas y los deportes y lugares actuales. Esta es otra mirada en relación al entrenamiento deportivo del legado griego. Los lugares donde se realizaron los juegos (stadium), la competencia más representativa de la época (juegos de Olimpia), el entrenador (gimnastes o paidotribo), son herencias que hoy en día siguen vigentes, si bien no con las mismas concepciones sobre el agón, la kalokagathia o el areté, sí con los lugares (el estadio), los Juegos Olímpicos celebrados cada 4 años y la profesión de entrenadores físicos. La característica agonal del deporte sigue en vigencia; la idea de competir perdura en nuestros tiempos, pero no con la concepción del agón griego; esta idea se ha desvirtuado en el deporte y la intención es ganarle al otro a como dé lugar, no está presente en la actualidad la premisa de Homero (Cascón, 2005: 164) “se compite para vencer, no para dominar”. Esta actitud poco ética, se ve reflejada prioritariamente en el deporte de alto rendimiento, pero la escuela no ha escapado a ello y se ha llevando la actitud agonística de una manera distorsionada a nuestras clases de educación física, convirtiendo el logro de habilidades deportivas y la competencia en el fin último de la educación. Los elementos mencionados son algunos de los aportes que la cultura griega nos heredó. Sin embargo son pinceladas de poca profundidad ante una civilización tan amplia y compleja que nos legó grandes ideas, pensamientos y prácticas. 83 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Referencias Betancor León, Miguel Ángel; Vilanou Torrano, Conrad (1995). Consideraciones históricoantropológicas sobre el origen de la educación física y el deporte: un ensayo taxonómico. Apunts. Educación Física y Deporte, 40:7-26. Cascón Dorado, Antonio (2005). Educación y Política: el deporte en la sociedad antigua. En: F. García y B. Hernández (Eds.), In Corpore Sano. El deporte en la Antigüedad y la creación del moderno olimpismo (pp. 154-175). Madrid, España: Delegación de Madrid de la Sociedad de Estudios Clásicos. Contecha Carrillo, Luis Felipe (2007). Los conceptos en Educación Física: una perspectiva histórica. En: B. Chaverra e I. Uribe (Eds.), Aproximaciones epistemológicas y pedagógicas a la Educación Física: un campo en construcción (pp. 131-147). Medellín, Colombia: Funámbulos Editores. Diem, Carl (1966). Historia de los deportes, volumen 1. Barcelona, España: Luis de Caralt. Gombrich, Ernst H. (1999). Breve historia del mundo. Barcelona, España: Península. Hernández Álvarez, Juan Luis; Velásquez Buendía, Roberto (1996). La actividad física y deportiva extraescolar en los centros educativos. Madrid, España: Ministerio de Educación y Ciencia. La Repubblica (sf). Anfora Panatenaica con discobolo e pedagogo del pittore di Kleophrades. Italia. [Internet] Mandell, Richard D. (2006). Historia cultural del deporte. Barcelona, España: Ediciones Bellaterra. Marrou, Henry-Irenee (1985). Historia de la Educación en la Antiguedad. Madrid: Akal Editores. Martínez Gorroño, María Eugenia (2002). Historia de la actividad física en la antigua civilización cretense (2800-1100 a.c.): El desarrollo de los valores corporales no violentos. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 5(2). Martínez Gorroño, María Eugenia (2005). Las primeras ediciones de los Juegos Olímpicos: Coubertin y sus circunstancias. En: F. García y B. Hernández (Eds.), In Corpore Sano. El deporte en la Antigüedad y la creación del moderno olimpismo (pp. 247-283). Madrid, España: Delegación de Madrid de la Sociedad de Estudios Clásicos. Navarro González, José Luis (2005). Los juegos en Grecia: el nacimiento de un mito. En: F. García y B. Hernández (Eds.), In Corpore Sano. El deporte en la Antigüedad y la creación del moderno olimpismo (pp. 15-29). Madrid, España: Delegación de Madrid de la Sociedad de Estudios Clásicos. Pérez Ramírez, María del Carmen (1993). Evolución histórica de la Educación Física. Apunts. Educación Física y Deporte, 33:24-39. 84 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Rodríguez López, Juan (2000). Historia del Deporte. Barcelona: Inde. Imágenes La Repubblica. Anfora Panatenaica con discobolo e pedagogo. Napoli Museo Archeologico Nazionale. [Internet] The British Museum. Pelike Discobolos and Paidotrobes. [Internet] 85 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 86 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Bases fisiológicas del reclutamiento de motoneuronas Physiological basis of recruitment of motoneurons Gustavo Ramón Suárez Docente investigador vinculado a la Universidad de Antioquia (Colombia). Licenciado en Educación Física, Magister en Fisiología del Ejercicio, Doctor en Educación Física. Correo: gusramon2000@yahoo.es Resumen La actividad motora o conducta motora está controlada por una serie de neuronas que van desde la corteza cerebral hasta el músculo. El presente trabajo tiene como objetivo revisar el estado actual de conocimiento que existe sobre este hecho que implica una complejidad creciente de fenómenos. Iniciaremos desde el músculo e iremos acoplando los diferentes mecanismos hasta llegar a la corteza cerebral. Finalmente, plantearemos alternativas teóricas a lo encontrado. Summary Motor activity or motor behavior is controlled by a series of neurons from the cerebral cortex to the muscles. This paper has as objective to review the current knowledge state that exists on this fact. This event implies increasing complexity of phenomena. We begin from the muscle and we will go coupling different mechanisms to arrive the cerebral cortex. Finally, we will suggest theoretical alternatives to analyze this subject. Las células musculares voluntarias están compuestas fundamentalmente por dos tipos de miofilamentos: la actina y la miosina. La actina es un filamento delgado, formado por una doble hélice de actina globular, con otro filamento llamado tropomiosina que las mantiene unidas; dentro de ella también se encuentra otra estructura denominada troponina, la cual a su vez integra tres centros químicamente activos: la troponina C (para unirse con el calcio), la troponina T (para unirse a la tropomiosina), y la troponina I (para inhibir los sitios de unión a la miosina). La miosina es una molécula más fuerte y gruesa, que en su parte distal posee una cabeza con la particularidad de unirse a la actina y además de flexionarse. Estos miofilamentos están dispuestos de manera tal que generan la contracción muscular. Los filamentos de miosina se juntan por sus colas (Banda M) quedando las cabezas en sus extremos. Los filamentos de actina se colocan entre los de miosina, pero ellos están unidos a una estructura rígida llamada banda Z. Los elementos que 87 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 se encuentran entre dos bandas Z se llaman sarcómera, que es la unidad anatómica y funcional del músculo. En el momento de la contracción, la miosina se une a los filamentos de actina y hace que este filamento se introduzca entre los de miosina, pero dado que los filamentos de actina se encuentran unidos a la banda Z, esta también es arrastrada hacia los filamentos de miosina (Figura 1). El mecanismo de la contracción implica varios procesos químicos que se producen como una cascada. En primera instancia, la célula muscular, a semejanza de las neuronas, tiene carga eléctrica negativa en reposo, es decir, está polarizada. Un nervio motor proveniente de la médula espinal libera el neurotransmisor (NT) acetilcolina (ACo) en la unión mioneural (músculo-nervio) la cual se une a sus respectivos neurorreceptores ubicados en la membrana muscular permitiendo que el sodio ingrese al músculo y que el potasio salga del mismo, generando el mismo fenómeno que en las neuronas, conocido como despolarización. Como consecuencia el calcio, que está almacenado en el retículo sarcoplásmico (RS) (figura 2), se libera. Como hemos dicho al inicio, la troponina C está diseñada para unirse temporalmente con el calcio, de manera que una vez liberado el calcio del RS, se une a la troponina C. Esta unión hace que los sitios de la actina, que normalmente están ocultos, se coloquen en disposición para unirse a la miosina. Si en el interior del músculo hay adenosín trifosfato (ATP), entonces la ATPasa del músculo desfosforila el ATP liberando energía para que la cabeza de la miosina se una a la actina y flexione su cabeza, haciendo que la actina se deslice entre los filamentos de miosina (Figura 1, inferior). Figura 1. Arriba: Estructura microscópica de la sarcómera (filamento de actina, miosina, banda Z, banda M) (Günter y Kruse, 2007). Abajo: Músculo contraído y sarcómera acortada (González, sf). 88 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Cuando se termina la acción de la ACo, la célula muscular se repolariza (el potasio vuelve al interior y el sodio sale del músculo), el calcio vuelve al RS y la célula se relaja. Toda la secuencia desde que se despolariza hasta que se repolariza integra el potencial de acción (Figura 3). La célula muscular puede ser reestimulada cuando se está repolarizando, dependiendo de la cantidad de impulsos que genere el nervio, generándose una serie de contracciones musculares que se suman, incrementando la tensión o fuerza que puede generar el músculo (Figura 3). Actina Sarcolema Túbulo T Triada Miosina Retículo sarcoplasmático Cisterna Figura 2. Relación entre el retículo sarcoplasmático y los miofilamentos (Sabbatino y otros, sf). En primera instancia, el grado de fuerza con que se contrae un músculo depende de la cantidad de neurotransmisores que libere en la estimulación, y en segunda instancia de la frecuencia con la cual lo haga. En la mayoría de los casos esto varía entre 10 y 70 Hz. A mayor frecuencia de liberación de pulsos de NT, mayor contracción muscular. Fatiga Máxima tensión Sumación de contracciones musculares Contracción muscular simple Tiempo (ms) Figura 3. Una contracción muscular simple y sumación de las mismas. Una estructura un poco más compleja la integra la llamada unidad motora (UM), que constituye la unidad medular de activación muscular. Una UM está compuesta por un célula nerviosa de las astas anteriores de la médula espinal (por su acción se denomina motoneurona) y una cantidad 89 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 variable de fibras musculares; en el caso del cuádriceps, una UM tiene una relación de 1/1500, es decir, una motoneurona activa que inerva a 1500 fibras musculares (que generan mucha fuerza) pero en el caso de los músculos de la mano o del ojo, la relación es de 1/1 – 1/10, (que generan movimientos de mucha precisión). De acuerdo al tipo de acción resultante, las UM se clasifican en tres clases; a) lentas, oxidativas o Tipo I, b) intermedias, oxidativas-glucolíticas o tipo IIa, y c) rápidas, glucolíticas o IIb. En el cuadro 1 se resumen las diferentes características de cada una de ellas. Las UM tipo IIa, en las cuales predomina el metabolismo glucolítico, son las que generan mayor cantidad de fuerza son las de mayor tamaño en la médula espinal, pero son las que más rápido se fatigan. Por el otro extremo están las fibras tipo I, las cuales son de tamaño pequeño, generan poca cantidad de fuerza pero son resistentes a la fatiga. Es importante destacar que son las unidades motoras las que son rápidas, intermedias o lentas, más no las fibras musculares. En experimentos realizados en animales, se han invertido las inervaciones musculares de grupos musculares que inicialmente eran lentos y rápidos, respectivamente; cuando se invierten las inervaciones, cambian las características metabólicas de los músculos. Cuadro 1. Características de las unidades motoras TIPO DE UNIDADES MOTORAS CARACTERÍSTICAS Lentas, tipo I Intermedias, tipo II a Rápidas, tipo II b Fibras por neurona motora 10-180 300-800 300-800 Tamaño de la neurona motora Pequeña Grande Grande Excitabilidad por neuronas superiores Alta Media Baja Velocidad de conducción del nervio Lenta Rápida Rápida Velocidad de contracción (m/s) 50 110 110 Tipo de miosina ATPasa Lenta Rápida Rápida Desarrollo del retículo sarcoplasmático Bajo Alto Alto Fuerza de la unidad motora Baja Alta Alta Capacidad aeróbica (oxidativa) Alta Moderada Baja Capacidad anaeróbica (glucolítica) Baja Alta Alta Un hecho que llama la atención de las motoneuronas es que no están distribuidas en un solo segmento de la médula espinal, sino en varios segmentos (Figura 4). A semejanza de la organización de la sensibilidad en el área 3-1-2, la organización de las neuronas en la médula 90 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 espinal es somatotópica, es decir, de acuerdo a su organización anatómica. De la misma manera, las fibras motoras que inerva una UM están distribuidas aleatoriamente dentro del músculo (Figura 4). Este factor anatómico complejiza aún más la activación de estas motoneuronas porque no todos las UM de todos los músculos tienen la misma proporción de los diferentes tipos mencionados. Así, puede ser que el porcentaje de UM tipo I que controlan el cuádriceps sea de 40%, las intermedias el 30% y las rápidas el 30%. En teoría, con este cuádriceps se podrían desarrollar acciones aeróbicas y anaeróbicas. Si la proporción variara, digamos al 70% de UM rápidas, 15% intermedias y 15% lentas, las actividades físicas que mejor se podrían realizar serían las anaeróbicas rápidas, explosivas de gran fuerza. La pregunta subyacente a este tipo de acciones es: ¿cómo hace el sistema nervioso para reclutar o accionar simultáneamente los diferentes tipos de UM que posee un músculo? Figura 4. Ubicación medular de las motoneuronas que controlan el gastrocnemio y el soleo en el gato (Purves y otros, 2004:374-375). En la década de los 60, Henneman y su grupo estudiaron este fenómeno llamado reclutamiento de UM o reclutamiento muscular. En experimentos con gatos, encontraron que a medida que el animal requería hacer movimientos más rápidos, reclutaba también las unidades motoras de mayor tamaño (Figura 5), fenómeno que se denominó el reclutamiento ordenado. La explicación a este fenómeno lo centraron en el hecho de que las motoneuronas de pequeño tamaño son más fácilmente excitables por las neuronas superiores y las de mayor tamaño menos excitables. En la actualidad aún se acepta como el mecanismo implicado en la acciones musculares humanas y más específicamente, en deportistas. 91 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Figura 5. Teoría del reclutamiento ordenado de Henneman (Purves y otros, 2004:378) . En 1977, Kanda y su colaboradores estudiaron en gatos descerebrados la tesis de Henneman y probaron que en este animal existen dos patrones de organización sináptica en el pool de motoneuronas. Encontraron que, en ocasiones, para activar las neuronas de mayor tamaño, se tienen que inactivar las de menor tamaño, de manera que el reclutamiento ordenado no siempre se cumple. González y Badillo (2003) opinan que el sistema no debe ser así de sencillo puesto que el tiempo para reclutar las neuronas pequeñas demoraría el tiempo para reclutar las grandes, hecho que en el campo deportivo retardaría las acciones musculares. De hecho, la disposición anatómica en la médula espinal genera otro grado de complicación. En la figura 6 se muestra cómo las motoneuronas que controlan los músculos proximales se ubican mas ventralmente, mientras que las que controlan los distales lo están más dorsalmente, obedeciendo a una organización somatotópica. Figura 6. Ubicación de las motoneuronas de los músculos proximales y distales (Fuente: Purves y otros, 2004:375). 92 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En la figura 7 se presenta un esquema funcional de la médula espinal. Las astas posteriores recogen la información de la periferia (músculo, piel) conformando el sistema sensitivo; este sistema se interconecta fundamentalmente con la segunda neurona sensitiva que conduce los estímulos hasta la corteza cerebral. En las astas anteriores de la médula espinal se ubican las motoneuronas, por lo que el sistema anterior de la médula espinal se denomina sistema motor. Este sistema motor está controlado por neuronas superiores que pueden ser del tallo cerebral o de la corteza cerebral. El sistema intercalar es un sistema de pequeñas neuronas que cumplen funciones excitatorias o inhibitorias, formando la mayor cantidad de neuronas de la médula espinal. Figura 7. Esquema funcional de la médula espinal (Tortora, 2011:465) El circuito intercalar puede ser de larga distancia y de corta distancia (figura 8). El de larga distancia es un circuito que: a) puede abarcar toda la médula espinal, b) puede tener ramas que pasan al lado contralateral, y c) inerva solo músculos axiales o proximales. Por su parte, el de corta distancia se caracteriza por: a) no abarcar más de cinco segmentos corporales, b) no pasar de la línea media (es unilateral), c) e inervar músculos distales. Figura 8. Tipos de interneuronas en la médula espinal (Adaptada de Purves, 2004:394). 93 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Estos dos sistemas de neuronas intercalares son a su vez controlados por seis centros superiores o tractos: a) colículoespinal, b) rubroespinal, c) retículoespinal, d) vestíbuloespinal, e) sistema corticoespinal directo, y f) sistema corticoespinal indirecto (Figura 9). De ellos, el sistema rubroespinal y el piramidal directo tienen relación con el sistema lateral de corta distancia, mientras que los demás la tienen con el sistema de larga distancia o proximal. Figura 9. Sistemas superiores que controlan las interneuronas de la médula espinal (Purves, 2004:395) El sistema colículoespinal, como su nombre lo indica, está situado en los colículos cuadrigéminos superiores del mesencéfalo; sus axones terminan en grupos de motoneuronas a nivel cervical, controlando la musculatura axial del cuello y, por tanto, los movimientos de orientación de la cabeza. El sistema rubroespinal se inicia en el núcleo rojo situado también en el mesencéfalo y termina en la región cervical de la médula; controla la musculatura distal de los brazos, junto con el fascículo corticoespinal directo. El sistema retículoespinal es más complejo; como su nombre lo sugiere, se inicia en el tallo cerebral desde el mesencéfalo hasta el bulbo raquídeo, conformando una red (de ahí su nombre) que termina en la médula espinal, activando motoneuronas proximales de las extremidades. Se le ha atribuido un papel fundamental en la coordinación temporal y espacial de los movimientos. El sistema vestíbuloespinal se origina en los núcleos vestibulares de la protuberancia, y termina en interneuronas mediales de la médula. Debido a que los núcleos vestibulares son centros que reciben información de los canales semicirculares, son el soporte para el control del equilibrio del cuerpo humano, siendo por tanto muy importantes en todo este tipo de movimientos que implican control estático y dinámico de los movimientos, sobre todo los que tienen que ver con el control de los músculos proximales de las extremidades. 94 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En la figura 10 se presenta un ejemplo de cómo estos sistemas de control postural intervienen en un movimiento tan sencillo como es la contracción de los flexores del codo al tirar de una polea. En el recuadro del tiempo se aprecia como la contracción del gastrocnemio antecede a la del bíceps braquial. Figura 10. Flexores del codo y activación de gastrocnemios (Purves, 2004:401) Finalmente, en el lóbulo frontal del cerebro existen tres áreas que controlan la activación de motoneuronas: el área primaria (Area 4 de Brodman), el área premotora (Area 6 de Brodman) y el área suplementaria (Area 8 de Brodman). El área primaria está estructurada de manera somatotópica, es decir, por áreas similares a las del cuerpo, razón por la cual también se conoce como homúnculo motor. En la figura 11 se puede observar que la representación de las manos y de la cara tiene una mayor proporción que el resto del cuerpo. El área 4 controla movimientos más que músculos en particular. Cada columna vertical de ésta área estimula dos tipos de células piramidales: a) dinámicas y b) estáticas. Las neuronas dinámicas se excitan de forma excesiva durante un corto período al inicio de la contracción muscular, generando la activación inicial y rapidez de la fuerza. Después las neuronas estáticas descargan con una frecuencia más lenta que mantiene la fuerza lograda. El área premotora, situada de manera adyacente a la primaria, genera patrones de movimientos mucho más concretos que la primaria. Esta área tiene una estrecha relación con los ganglios basales, el tálamo y la corteza primaria, constituyendo un sistema global complejo para el control de muchos de los patrones complejos de actividad muscular. Por su parte, el área suplementaria tiene particularidades como que los movimientos que se producen por su estimulación son bilaterales, tienen que ver con el control postural y de fijación de segmentos del cuerpo, así como también con los movimientos posicionales de la cabeza y de los ojos. Es un área que trabaja en asocio con las otras dos áreas. 95 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Area 8 Area 6 Area 4 Cápsula interna Fascículo corticoespinal Núcleo Rojo Mesencéfalo Pedúnculo cerebral Núcleo del trigémino Puente Nñ Núcleos pónticos Núcleo del hipogloso Bulbo raquídeo Pirámides bulbares Decuzación de las pirámides Bulbo raquídeo Fascículo Cortico espinal directo Fascículo corticoespinal indirecto Médula espinal Motoneurona Figura 11. Esquema del sistema corticoespinal bulbar y espinal (directo e indirecto) (Purves, 2008:444-448) El sistema corticoespinal (SCE) es un sistema de alrededor de dos millones (uno por cada hemisferio) de neuronas que llevan estímulos desde la corteza hasta la médula espinal. El 3% de ellas (30.000-35.000 neuronas-fibras) está conformado por células piramidales gigantes o células de Betz, con axones de 60 micras de diámetro y 70m/s de velocidad de conducción; el 97% restante está constituido por axones con 4 micras de diámetro cuya función es conducir señales tónicas o señales de retroalimentación para controlar la intensidad de las señales que llegan al cerebro. El SCE se origina en un 30% en la corteza primaria, un 30% en el área premotora y suplementaria y un 40% del área 3-1-2 del lóbulo parietal (área sensitiva primaria). Como se puede apreciar en la figura 11, el SCE baja desde la corteza hasta la médula, pero en su recorrido algunas fibras hacen contacto con el núcleo rojo, (fascículo corticorubral); otras hacen conexiones con el núcleo caudado y el putamen; otras con el sistema reticular y los núcleos vestibulares; un gran número de ellas se interconectan con los núcleos del puente y, desde allí, con el cerebelo; otras con los núcleos olivares que posteriormente se interconectan con el cerebelo; y finalmente, el resto de ellas continúa hacia el bulbo raquídeo, donde un alto porcentaje de fibra se decusa al lado contrario (decusación de las pirámides) conformando el haz corticoespinal indirecto, lateral o 96 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 dorsal y las fibras restantes continúan de manera directa hacia la médula conformando el fascículo corticoespinal directo o ventral. El fascículo corticoespinal dorsal termina en el sistema de interneuronas laterales que, como hemos visto, controla la motoneuronas de los músculos distales de las extremidades. El ventral termina en el sistema de interneuronas ventrales que controlan la musculatura proximal de las extremidades. El núcleo rojo tiene una muy estrecha relación con el SCE. Posee neuronas grandes similares a las de Betz del área primaria y posee una representación somatotópica similar a la de la corteza primaria, no siendo tan precisa. De acuerdo a los estudios clínicos, esta vía puede suplantar la vía corticoespinal, aunque no recupera los movimientos finos de las manos. Constituyen, junto con el SCE, el sistema motor lateral de la médula, en contraposición a los otros sistemas que constituyen el sistema motor medial de la médula. En la figura 12 se resume lo explicado anteriormente acerca de la manera como se controlan las motoneuronas de la médula espinal. Sistemas Descendentes Corteza motora Ganglios basales Cerebelo Centros Tallo Cerebral Interneuronas larga distancia Interneuronas corta distancia Motoneuronas medula espinal Músculos esqueléticos Figura 12. Esquema de control de las motoneuronas de la médula espinal. Las motoneuronas de la médula espinal no tienen un solo sistema de interconexión sino, por el contrario, existe toda la serie de fascículos provenientes del tallo y de la corteza que interactúan con ella (Figura 13). 97 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Figura 13. Sistemas de interacción entre la motoneurona espinal (señalada con la flecha gruesa) y los sistemas motores superiores (Guyton, 2005). De acuerdo con lo anterior, no nos parece adecuada la explicación del reclutamiento ordenado de Henneman, pues las motoneuronas se encuentran ubicadas a diferente nivel medular y la hipótesis no plantea si las motoneuronas se encuentran agrupadas por tamaño en una distribución anatómica cercana dependiendo del tamaño y/o si en los distintos segmentos medulares se encuentran en la misma posición; tampoco es claro si las motoneuronas de un mismo segmento controlan una parte del músculo y entre todos los segmentos, todas las fibras musculares; si las neuronas de los sistemas suprasegmentarios inervan motoneuronas a diferentes niveles o solo un determinado segmento (Figura 14). Figura 14. Probabilidades de reclutamiento de neuronas. Izquierdo: una fibra corticoespinal para diferentes segmentos. Centro: una fibra corticoespinal para cada segmento. Derecho: una fibra corticoespinal con una interneurona para diferentes segmentos. (Adaptado de Purves y otros, 2004:374). En los estudios llevados a cabo por Kandel (2007) sobre la Aplysia (un caracol marino) encontró que la estructura medular es la misma en todos estos animales. Gracias a técnicas con 98 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 microelectrodos pudo establecer el mapa de conexiones sinápticas de un ganglio de este animal, llegando a la conclusión de que la estructura era la misma en todos los animales y que las funciones eran también exactas. Estimulando una por una las neuronas motoras encontró una que, al ser estimulada, producía un único reflejo. Posteriormente ligaron el comportamiento de estas neuronas a las neuronas sensoriales y a interneuronas. Establecieron que de 24 neuronas sensoriales, seis de ellas siempre transmitían un estímulo externo que se conectaba siempre con 6 neuronas motoras (Figura 15). Figura 15. Arquitectura del reflejo de retracción en la branquia de la Aplysia (Tomado de Kandel, 2003:232). Estos hallazgos de Kandel pueden ser similares en el ser humano. Es posible que las respuestas específicas sean producidas por mecanismos específicos y no por mecanismos generales. En la figura 16 se ilustra la posibilidad de que sea en la corteza motora donde se encuentre la selección del tipo de unidad motora y que la activación de las neuronas sea dependiente de la información proveniente de los husos musculares (HM) y de los órganos tendinosos de golgi (OTG). A mayor información de estos sensores se seleccionan las UM respectivas. 99 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Sistemas Descendentes Corteza motora I IIa Ganglios basales Cerebelo IIb Centros Tallo Cerebral Interneuronas larga distancia Interneuronas corta distancia Motoneuronas medula espinal HM Músculos esqueléticos OTG Figura 16. Esquema de un control cortical de las motoneuronas. (HM= huso muscular. OTG= órgano tendinoso de golgi). Otra posibilidad es que el control esté en la médula espinal, en las interneuronas que activan las motoneuronas, como se ilustra en la figura 16. Sistemas Descendentes Corteza motora Ganglios basales Cerebelo Centros Tallo Cerebral Interneuronas larga distancia Interneuronas corta distancia Motoneuronas medula espinal I IIa IIb HM Músculos esqueléticos OTG Figura 17. Esquema de un control medular de las motoneuronas por intermedio de interneuronas de corta o larga distancia. (HM= huso muscular. OTG= órgano tendinoso de golgi). En resumen, el reclutamiento de motoneuronas en la médula espinal por parte del sistema nervioso central es aún un fenómeno no muy evidente. Los métodos tradicionales de investigación en neuroanatomía y neurofisiología son aún muy rudimentarios para abordar un modelo que 100 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 trabaja a escala nanométrica. Llama la atención que en el pool de investigaciones acerca de este tema, tan solo Henneman en 1966 y Kanda en 1977 hayan intentado resolver el problema. Los fisiólogos del ejercicio debemos implementar proyectos de investigación que nos permitan resolver el problema de la teoría del entrenamiento y del ejercicio físico. En el caso en particular, se ha estudiado el músculo como la última verdad del sistema; luego se ha estudiado el sistema medular y hasta supramedular. Se nos ha olvidado que las órdenes proceden del sistema cortical y que cuando se hacen experimentos de activación desde la médula espinal no se está estudiando el sistema como realmente funciona. El estudio desde la corteza cerebral será un trabajo duro pero será el que nos aclare el camino. Referencias González Badillo, Juan José; Ribas Serna, Juan (2002). Bases de la programación del entrenamiento de Fuerza. Barcelona, España: Inde. González Sandoval Clemente (sf). Fisiología del músculo (Apunte de clase). [Internet] Günther, Stefan; Kruse, Karsten (2007). New Journal of Physics, 9 (417). Guyton, Arthur C.; Hall, John E. (2006). Tratado de fisiología médica. Madrid, España: Elsevier. Henneman, Elwood; Somjen, George; Carpenter, David O. (1965). Excitability and inhibitibility of motoneurons of different sizes. Journal of Neurophysiology, 28:599-620. Kanda, K., Burke. R.E., y Walmsley, B. (1977). Differential control of fast and slow twitch motor units in the decebrate cat. Experimental Brain Research, 29:57-74. Kandel, Eric (2007). En busca de la memoria: nacimiento de una nueva ciencia de la mente. Buenos Aires: Katz. PB Proyecto Biosfera (sf). El sistema nervioso en humanos. España: Ministerio de Educación y Ciencia. Purves, Dale; Augustine, George J; Fitzpatrick, David; Hall, William C; Lamantia, Anthony Samuel; McNamara, James O; Williams, S. Mark (2004). Neuroscience, 3rd ed. Sunderland, Massachusetts USA: Sinauer Associates, Inc. Purves, Dale; Augustine, George J; Fitzpatrick, David; Hall, William C; Lamantia, Anthony Samuel; McNamara, James O; Williams, S. Mark (2008). Neurociencia. Buenos Aires, Argentina: Editorial Médica Panamericana. Sabbatino, Viviana E.; Lassalle, Andrea N.; Máquez, Silvia G. (sf). Sistema locomotor, Bloque IV Capítulo 10. En: Biología celular y humana. [Internet] 101 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 102 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 La institución educativa como promotora de salud y la actividad física The school as promoting health and physical activity Didier Fernando Gaviria Cortés Profesor del Instituto de Educación Física de la Universidad de Antioquia (Colombia). Licenciado en Educación Física, Especialista en Actividad Física y Salud, Magister en Salud Colectiva, Master en innovación, evaluación y calidad en Educación Física, Estudiante de Doctorado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Universidad Autónoma de Madrid. Correo: gaviriadidier@yahoo.es Resumen La institución educativa, escenario de aprendizaje en su esencia, debe desempeñar un rol protagónico en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad desde edades tempranas, especialmente ahora que los niños padecen riesgos de diferente índole. La educación física es, sin duda, un área idónea o privilegiada desde la cual educar en salud, entendida esta en un sentido amplio. En este trabajo se presenta una síntesis de planteamientos actuales de diversos autores acerca del rol de la escuela (con la necesaria participación activa de sus actores) como entidad promotora de estilos de vida saludable, en especial desde el área de la educación física. Summary The educative institution as a learning scenario should play a principal role in promoting health and preventing disease from early ages; especially now, that children have different kinds of risks. Physical education is undoubtedly an ideal or privileged area from which to teach in health can be understood in a broad sense. This paper presents an overview of current approaches of various authors about the school role (with the necessary participation of the actors) as promoter of healthy lifestyles, especially from the area of physical education. 103 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Introducción Los avances en las ciencias biológicas, psicológicas y sociales, han dado nuevas formas de pensar, comprender y entender la vida humana y el cuerpo. Hoy, el ser humano es considerado una unidad biosicosocial compleja, en el que interactúan todas sus dimensiones. La actividad física, el deporte y la educación física, intencionada en la búsqueda del bienestar individual y colectivo, implican una reflexión teórica desde referentes centrados en el desarrollo humano, la salud y la complejidad, desde una perspectiva orientada hacia la búsqueda de la formación del ser humano en su globalidad. Es así que el concepto de salud ha experimentado una evolución sustancial, producto de la transformación de la sociedad en la que vivimos; por lo tanto el concepto de salud es dinámico, histórico, cambia de acuerdo a la época, la cultura y las condiciones de vida y la idea que las personas tienen sobre la salud está limitada al marco social en el que actúan. (Gavidia, 2001). De esta manera: Se ha generalizado un paradigma que considera la salud como un concepto holístico positivo que integra todas las características del bienestar humano, y que además concilia dos aspectos fundamentales: la satisfacción de las llamadas necesidades básicas y derecho a otras aspiraciones que todo ser humano y grupo desea poseer; es decir, que además de tener dónde vivir, qué comer, dónde acudir si se está enfermo y contar con trabajo remunerado, también necesita acceder a otros componentes de la salud tales como: los derechos humanos, la paz, la justicia; las opciones de vida digna, la calidad de esa vida; la posibilidad de crear, de innovar, de sentir placer; de tener acceso al arte y la cultura y, en fin, de llegar a una vejez sin discapacidades y con plena capacidad para continuar disfrutando la vida hasta que el ciclo vital se termine. (Restrepo, 2001:24) La salud “como conjunto de capacidades biopsicosociales de un individuo o de un colectivo” (Weinstein, 1989) es el producto, de la relación del sujeto con la sociedad, con los medios y con él mismo, y se expresa como capacidad vital, goce, comunicación, autocrítica, crítica, autonomía, creatividad y solidaridad. Debido a esta forma actual de entender la salud, el tratamiento, estudio y reflexión de la misma ha dejado de ser exclusivo del ámbito médico y ha pasado a ser un tema de atención multidisciplinar, donde tiene cabida el profesional de la Actividad Física, la Educación Física y del Deporte (Delgado y Tercedor, 2002). De la misma manera podríamos plantear que se trabaja o lleva a práctica en múltiples escenarios, entre estos la escuela. Chapela y Jarillo (2001). Plantean que promover la salud es intervenir en las relaciones pedagógicas del sujeto individual o colectivo con la finalidad de elevar sus niveles de salud; es crear los ambientes pedagógicos como referente externo, en donde se le facilita a las personas aclarar su propia identidad, representaciones, contextos, deseos, posibilidades y acciones en torno a sus problemas de salud. Las escuelas facilitan así ambientes favorables de promoción de la salud 104 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 y la actividad física, en los cuales se posibilita el desarrollo de la salud tanto de los individuos como de los colectivos. Miradas de la salud desde los puntos anteriores, pueden motivar o despertar el interés del individuo y los colectivos por prácticas de actividad física y deporte más reflexivas, revisar sus acciones y participación, generar conciencia en el sentido que sus actos y decisiones pueden afectar su salud y la de las personas que lo rodean. Promoción de la salud y educación para la salud Para comprender el papel de la escuela en la promoción de la salud, se debe entender, el significado que tiene en la actualidad el concepto de promoción de la salud; según la Carta de Ottawa (OPS, 1986): Consiste en proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social un individuo o grupo debe ser capaz, de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente. También, desde esta mirada Uribe, Gallo y Castro (2002) plantean que la promoción de la salud implica una mirada en positivo de la salud, a la vida y el bienestar, una mirada al proceso vital humano. Desde estos mismos lineamientos. Estos conceptos afirman que las personas son en sí mismas quienes como actores pueden alcanzar y construir el poder de transformar sus realidades individuales y sociales, en consonancia tomar las decisiones para ello. Estas concepciones nos invitan a pensar en un modelo de hombre que no puede ser improvisado, un modelo que requiere acciones pedagógicas orientadas a la persona en su globalidad, a la inteligencia, a la razón, al sentimiento y a la voluntad, y para llevar a cabo esto se cuenta con una herramienta importante: la educación para la salud (EPS). Castillo (citado por López, 1998:35) la define como: Una acción ejercida sobre un individuo o sobre un grupo, acción aceptada e incluso buscada por ellos, para modificar profundamente sus formas de pensar, de sentir y de actuar, de forma que desarrollen al máximo sus capacidades de vivir, individual y colectivamente, en equilibrio con su entorno físico, biológico y socio cultural. La Educación para la Salud debe ser esencialmente liberadora: debe contribuir a despertar en cada uno un sentimiento de responsabilidad sobre su propia salud y sobre la de los demás. Perea (citada por Delgado y Tercedor, 2002:39) plantea la educación para la salud como: El proceso de formación permanente que se inicia en los primeros años de la infancia, orientado hacia el conocimiento de sí mismo en todas sus dimensiones tanto individual como sociales, y también del ambiente que le rodea en su doble dimensión, ecológica y social, con objeto de poder tener una vida sana y poder participar en la salud colectiva. 105 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Se debe formar al alumno, por medio de los programas de educación para la salud, para el cuidado de su cuerpo en relación con el medio ambiente, las demás personas que lo rodean, el uso del tiempo libre, la higiene, el desarrollo de buenas relaciones sociales, la convivencia, la solidaridad, la autonomía, etc. Se trata que el alumno o comunidad educativa cuide de su propia salud y adopte estilos de vida saludable. Escuelas promotoras de salud y actividad física Considerando este marco de la EPS en la promoción de la salud, Hernán y Pozuelos (citados por Delgado y Tercedor, 2002:40), plantean que el centro escolar se ha convertido en un pilar básico, debido a diferentes razones, entre las que se pueden destacar: o Porque es algo que afecta a nuestra calidad de vida (presente y futura) o Porque es un ámbito complejo que afecta a muchos factores: sociales, ambientales, biológicos, económicos,… y por ello no es exclusivamente sanitario. o Porque su preservación precisa nuestro compromiso y esto se aprende: no es espontáneo, ni fortuito. Necesita de un proceso continuado y reflexivo. o Porque la escuela sola no lo consigue, pero su apoyo la propicia y facilita. Además agregan que la escuela es una institución por la que pasan todas las personas y es el momento ideal para la adquisición de hábitos de vida saludable. Las escuelas promotoras de salud se definen como aquellas que refuerzan constantemente su capacidad como un lugar saludable para vivir, aprender y trabajar, con el fin de conseguir este objetivo, una escuela promotora de salud implica al personal de salud y de educación, a los profesores, a los estudiantes, padres y líderes de la comunidad, en la tarea de promover la salud. Fomenta la salud y el aprendizaje de todos los medios a su alcance y hace todo lo que está en su mano para ofrecer ambientes favorables para la salud y una serie de programas y servicios claves de promoción y EPS. (Delgado y Tercedor, 2002:40) Se trata de que la escuela se convierta en un espacio constructor de desarrollo social y que, a través del currículo, se creen los ambientes adecuados para crecer y ser, aprender y trasnsformar en cada una de las acciones que se realicen dentro de una organización viva y dinámica como es la escuela. Según Pelicione (citado por Guimarães, 2009) la escuela promotora de salud procura desarrollar conocimientos y habilidades para la reducción de la vulnerabilidad, valiéndose o utilizando todas las oportunidades educativas con las que cuenta la escuela, ya que la escuela fomenta el análisis crítico y reflexivo sobre los valores, las conductas, las condiciones sociales y estilos de vida que contribuyen a la mejora de la salud, el medio ambiente y del desarrollo humano. Cabe preguntarnos entonces sobre cuales son las actividades que en la escuela promotora de salud se deben de desarrollar para que se alcancen los objetivos o intenciones que se plantean. 106 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Dos Santos (sf) describe que los componentes y actividades que la escuela promotora de salud debe de desarrollar e intencionar en su cotidianidad son: construir ambientes favorables para la salud, estimular la alimentación saludable, elevar la autoestima, estimular el buen desempeño escolar, incentivar la formación del profesorado y la comunidad, desarrollar habilidades para la vida, abordar temas como el tabaco, el alcohol y otras drogas, la sexualidad y temas relacionados a la salud reproductiva, la prevención de accidentes y violencia e incentivar la práctica de actividad física. Al respecto de la actividad física como componente esencial en la escuela promotora de salud plantea: El cuerpo en movimiento, además de manifestación de expresión de las personas, vigoriza sus energías, libera tensiones, desarrolla autoconfianza y contribuye para la integración social. Así, la práctica de actividades físicas como caminar, nadar, correr, bailar, andar en bicicleta entre otras, puede mejorar la salud en la comunidad escolar. (Dos Santos, sf:19) Se dice que, una escuela “que promueve la práctica de actividad física en los miembros de la comunidad educativa y específicamente en el alumnado, es una escuela activa” (Veiga y Martínez, 2008:32). El programa PERSEO, un proyecto orientado a la promoción de la alimentación y la actividad física saludable específicamente en la escuela en España, plantea que para la creación de una escuela activa deben adoptarse dos tipos de iniciativas. La primera, llamada educativas, destinada a estimular la motivación de niños y niñas hacia el movimiento y la actividad física y a aprender las destrezas y los conocimientos que les permitan ser activos a largo plazo” y la segunda ecológicas, “destinadas a crear en la escuela un ambiente propicio para la actividad física, es decir, donde elegir ser activo resulte fácil porque en el entorno se dan las condiciones para serlo. (Veiga y Martínez, 2008:33) Cabe resaltar que dicho programa es una propuesta de promoción de la actividad física y trata de trascender la misma, más allá de la mera condición física y es así que propone entre sus beneficios la contribución a la disminución de la conflictividad escolar, la mejora de la integración escolar y social, la educación en valores, si su práctica es orientada de un modo formativo. Martínez, Romero y Delgado (2010) consideran que la enseñanza obligatoria puede constituir un potencial para crear estilos de vida y hábitos saludables mediante el desarrollo de prácticas, costumbres y actitudes. Además, que los niños y jóvenes que participan en actividades físicas frecuentes tienen la probabilidad de continuar participando en la edad adulta. Así, la escuela se puede convertir en el lugar ideal donde se promueva las actividades saludables y se ofrezca la posibilidad de practicar la actividad física. Igualmente, Martínez y Sánchez (citados por Martínez y otros, 2010) consideran que es necesario adoptar estrategias entre las que deben estar las actuaciones que se hagan desde los centros educativos en programar actividades para el tiempo 107 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 lectivo, de recreo y las actividades extraescolares que constituyan el medio donde se efectúe la actividad física. Teniendo en cuenta los planteamientos anteriores sobre promoción de la salud, educación para la salud, escuelas promotoras de salud y escuela activa, se puede decir que la educación física tiene la capacidad de influir sobre la salud de los individuos y el colectivo por dos vías. (ver gráfico 1). La primera, tiene qué ver con el efecto directo sobre la salud de la comunidad educativa a partir de la práctica de actividad física, la práctica de valores y aptitudes por medio de las actividades, juegos, dinámicas y actividades deportivas que se desarrollan en la clase. La segunda vía tiene qué ver con que la educación física puede tener un efecto indirecto sobre la salud en la medida que sea capaz de fomentar hábitos de actividad física, valores y hábitos de convivencia ciudadana, contribuyendo a que las personas y colectivos incorporen estos componentes en su vida cotidiana y a lo largo de la vida. Gráfico 1. Adaptado de Veiga y Martínez (2007). 108 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 La actividad física, entendida como una educación del ser humano que comprende el perfeccionamiento y desarrollo de todas sus dimensiones (cognitiva, afectiva, social, biológica, estética, madurativa, lúdica, erótica, ética, moral, comunicativa, espiritual y motriz), puede convertirse en una gran portadora de desarrollo y calidad de vida de la comunidad educativa, ya que el ser humano no solo se mueve sino que se expresa. Se busca entonces una actividad física que transcienda el aprendizaje de habilidades motrices, capacidades físicas e ideales estéticos y de belleza, en una formación para la vida, buscando el nivel más humano para el individuo y la sociedad. Estrategias e ideas prácticas para la promoción de la salud y la actividad física en las escuelas La clase de educación física, por medio de la práctica deportiva, de los juegos y de la actividad física, es y será un elemento de motivación para niños, niñas y jóvenes, teniendo presente las posibilidades de integración, aprendizaje lúdico, formación en normas y participación, todo ello en relación directa con la promoción del bienestar, hábitos saludables, el desarrollo físico y la salud. La educación física escolar, como parte de la programación y desarrollo curricular, es considerada un programa especial de promoción de la actividad física y la salud en niños, niñas y adolescentes, ya que es el único momento escolar en que este grupo poblacional, independiente de su proeza atlética, tiene la oportunidad de participar en actividades físicas (Devis y Beltrán). La cuestión es ¿cómo desarrollar un enfoque de salud en el currículum de educación física y en la escuela? Para dar respuesta a este interrogante nos apoyaremos en propuestas que presentan algunos autores, las cuales pueden ser aplicadas y desarrolladas teniendo presente las características, necesidades y problemáticas del contexto en el cual se vayan a llevar a cabo. Delgado (citado por Delgado y Tercedor, 2002:48) propone las siguientes actividades alternativas que se pueden llevar a cabo dentro del contexto escolar: 1. Efemérides. Utilización de los llamados “Día de…” (Mundial de la salud, sin tabaco, contra el sida, sin coche, etc.), para sensibilizar sobre la importancia de la adquisición de un estilo de vida físicamente activo. 2. Campañas sobre un tema de EPS, como el caso de la educación postural, la prevención de accidentes durante las clases, la adecuada utilización de espacios y materiales en educación física, etc. 3. “Semana de…”, y/o elaboración de revistas de temas de EPS, que ya condiciona que el trabajo de la comunidad educativa se centre en el tema seleccionado. 4. Desarrollo de talleres sobre temas de EPS, que pueden ir inicialmente orientados al profesorado, para que después puedan impartirlos a los alumnos. En educación física se podría realizar ejercicios aconsejados o desaconsejados, tratamiento de hábitos alimenticios en la práctica de actividad física, educación de la respiración durante la práctica de actividad física o el reposo, etc. 109 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 5. Integración curricular en unidades didácticas que configuren un tratamiento completo de los temas más relevantes de EPS desde la educación física. Delgado y Tercedor (2002:122) presentan una propuesta de contenidos básicos a implementar desde la educación física en la escuela: a. La creación de hábitos saludables 1. Hábitos de trabajo durante la sesión. o Estructuración lógica de la sesión de clase o entrenamiento. o Evitar la realización de ejercicios potencialmente negativos para la salud. o Conseguir un horario adecuado para las clases. o Educar adecuadamente la respiración. 2. Higiene corporal. 3. Educación postural. 4. Hábitos alimenticios. 5. Prevención de accidentes y conocimiento y aplicación de los primeros auxilios básicos. b. El desarrollo de la condición biológica 1. Desarrollo de la condición física orientada a la salud. 2. Evaluación del nivel de aptitud física: indicaciones y contraindicaciones a la práctica de actividad física. c. La correcta utilización de espacios y materiales: 1. Análisis crítico sobre el estado de instalaciones. 2. Utilización de un material adecuado. 3. Utilización de una vestimenta deportiva correcta. Los autores plantean que esta planificación de contenidos y actividades debería dar como resultado final el placer por el cuidado del cuerpo, la valoración de la importancia de un desarrollo físico equilibrado sobre la salud (física, psíquica y social) y la aceptación de las posibilidades personales para evitar riesgos innecesarios que dañen la salud. El desarrollo físico, mental y social de los individuos y comunidades, la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, el mejoramiento o mantenimiento de la calidad de vida social y laboral dependen no solo de las entidades gubernamentales sino de todos los integrantes de la sociedad. 110 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En Colombia, la Asociación de Medicina del Deporte de Colombia AMEDCO plantea que el trabajo de la promoción de la actividad física en las escuelas no es asunto de unos pocos, debe ser una misión de todos los componentes que conforman la sociedad (Gutiérrez, Sarmiento y Flórez, 2002) y proponen unas actividades y tareas en cada nivel de organización y de responsabilidad. 1. A nivel gubernamental o Hacer de la actividad física un tema de relevancia como elemento de promoción de la salud, incorporándolo en los programas y políticas nacionales, regionales y locales de los distintos estamentos gubernamentales. o Estimular, orientar y controlar el cumplimiento de las entidades prestadoras de servicios en salud, secretarias de salud y aseguradoras de riesgos profesionales para que la actividad física, la recreación y el deporte sean incluida como herramientas de promoción de la salud, la prevención de patologías, el tratamiento y rehabilitación de ellas en el marco de la legislación colombiana. o Supervisar centros recreativos, gimnasios y cajas de compensación para la práctica sana de la actividad física dirigida y controlada por personal capacitado para tal objeto. o Crear políticas para incentivar la actividad física limitando al máximo los mensajes contradictorios como: «adelgace en pocos días sin esfuerzos, sin ejercicio», o que el ejercicio o deporte sea patrocinado por empresas licoreras o tabacaleras. Vincular para la promoción de la actividad física otros sectores gubernamentales para realización de coaliciones que optimicen recursos y tengan un objetivo común. 2. En el escenario educativo o Mantener, estimular y mejorar la clase de educación física en colegios manteniendo el espacio para la realización de actividad física a nivel curricular observando la importancia en el desarrollo del ser humano no solo a nivel preescolar y escolar sino también a nivel universitario y tecnológico, creando en estos últimos, estímulos no solo a deportistas de alto rendimiento sino al practicante de actividad física recreativa. o Facilitar el espacio y los materiales necesarios para la participación segura en las escuelas, colegios y universidades. o Velar para que el personal que asuma la responsabilidad profesional de enseñar la educación física y el deporte tenga el entrenamiento y conocimiento apropiado del tema. o Desarrollar, implementar y evaluar los programas educativos no solo a nivel curricular sino extracurricular, involucrando la participación del cuerpo docente y padres de familia y otros sectores del vecindario. 111 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 3. En el escenario de Entidades de Salud o Incluir la actividad física como elemento preventivo y terapéutico en los programas de prevención y promoción de la salud. o Incluir la actividad física como herramienta terapéutica en el tratamiento de enfermedades crónicas y osteomusculares. o Capacitar al personal médico y paramédico sobre la importancia de la implementación de programas y asesorías adecuadas para el paciente sobre la práctica de actividad física. o Estimular en los usuarios la realización sana de la actividad física, brindando apoyo científico a quienes así lo requieran. La propuesta busca que las diferentes instituciones y agentes sociales tengan una participación activa en la promoción de hábitos saludables y de actividad física en la comunidad. La Organización Mundial de la Salud (1998) con vistas a la formulación de programas escolares y comunitarios para el fomento de la actividad física, nos recomienda algunas directrices a tener en cuenta en algunos escenarios y organizaciones de la sociedad. Política general o Formular políticas que fomenten entre los jóvenes una actividad física agradable a lo largo de toda la vida. o Recabar una educación física completa y diaria para los alumnos de las enseñanzas primaria y secundaria. o Recabar una educación completa en materia de salud para los alumnos de las enseñanzas primaria y secundaria. o Recabar que se comprometan recursos adecuados, incluidos presupuesto e instalaciones, para los programas y la instrucción en materia de actividad física. o Recabar la contratación de especialistas para que impartan educación física en las enseñanzas primaria y secundaria. o Recabar que la instrucción y los programas en materia de actividad física satisfagan las necesidades y los intereses de todos los estudiantes. Medio ambiente o Brindar marcos físicos y sociales que estimulen y permitan una actividad física segura y placentera. 112 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 o Brindar acceso a espacios e instalaciones seguros para la actividad física en la escuela y la comunidad. o Ceder tiempo de la jornada escolar para la actividad física no estructurada. o Desaconsejar la utilización o la denegación de la actividad física como castigo. o Formular programas de fomento de la salud destinados al profesorado y al personal de las escuelas. Educación física o Brindar programas de educación física planificada y progresiva en las enseñanzas o primaria y secundaria que fomenten una actividad física placentera a lo largo de toda la vida. o Utilizar programas de educación física coherentes con la normativa nacional al respecto. o Desarrollar los conocimientos y las actitudes positivas de los estudiantes en materia de educación física. o Facilitar la dedicación de un porcentaje substancial del tiempo semanal de actividad física recomendada de cada estudiante a clases de educación física. o Fomentar la participación en una actividad física placentera en la escuela, la comunidad y el hogar. Actividades extraescolares o Brindar programas de actividad física extraescolar que satisfagan las necesidades y los intereses de todos los estudiantes. o Brindar a todos los estudiantes una diversidad de programas de actividad física, competitiva y no competitiva, idónea para el desarrollo. o Vincular a los estudiantes con los programas comunitarios de educación física y utilizar los recursos comunitarios para apoyar los programas de actividad física extraescolar. Participación de los padres o Incluir a los padres y a los tutores en la instrucción en materia de educación física y en los programas comunitarios y extraescolares de actividad física y alentarlos para que apoyen la participación de sus hijos en actividades físicas placenteras. o Alentar a los padres para que aboguen por instrucción y programas de calidad en materia de actividad física para sus hijos. o Alentar a los padres para que apoyen la participación de sus hijos en actividades físicas idóneas y placenteras. 113 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 o Alentar a los padres para que sean modelos en cuanto a la práctica de la actividad física y planifiquen actividades familiares que comprendan la actividad física y participen en ellas. Formación de personal o Impartir al personal de la escuela y la comunidad encargado de la educación, el entrenamiento, la recreación, la atención de salud y tareas de otra índole una formación que transmita los conocimientos y las aptitudes necesarios para fomentar eficazmente entre los jóvenes una actividad física placentera y a lo largo de toda la vida. o Formar a profesores para que utilicen las estrategias de aprendizaje activo necesarias para desarrollar los conocimientos y las aptitudes de los estudiantes en materia de educación física e infundirles confianza a la hora de practicar la actividad física. Servicios de salud o Evaluar las modalidades de actividad física que se dan entre los jóvenes, prestarles asesoramiento en materia de actividad física, adscribirlos a los programas idóneos y abogar por que se impartan instrucción y programas de actividad física a los jóvenes. o Abogar por una instrucción y unos programas de actividad física que satisfagan las necesidades de los jóvenes. Según Veiga y Martínez (2007:56) el Programa PERSEO propone algunas actividades que se deben de tener presente a la hora de pensar en clases más activas desde la educación física, algunas de ellas relacionadas con el proceso de enseñanza dentro del contexto escolar, podemos destacar las siguientes: 1. Proponer actividades motivantes. 2. Preparar y disponer el material que se va a necesitar con tiempo suficiente. 3. Establecer metas que los alumnos puedan alcanzar. 4. Efectuar grupos de nivel dentro de la clase. 5. Utilizar material diverso, sencillo y motivante. 6. Animar constantemente, ser dinámico y activo. 7. Proponer un número de tareas adecuado para cumplir los objetivos de la sesión. 8. Organizar la actividad de la clase de forma que la ejecución de los alumnos sea simultánea y/o alternativa. 9. Considerar los juegos y actividades preferidos por el grupo clase. 114 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 10. Eludir organizaciones, juegos populares y otras actividades en las que el niño/a está la mayor parte del tiempo parado y sin realizar esfuerzo físico alguno. 11. Concluir la sesión con una actividad final global y motivadora. 12. Pautas de organización que favorezcan la participación. 13. Utilizar estrategias globales. 14. Presencia de situaciones que supongan reto. Como se puede ver, estas propuestas consideras algunos elementos que muchas veces no se tienen presentes a la hora de pensar en una educación física saludable, como son la planificación y el proceso de enseñanza. Entender la relación de la educación física y la actividad física con la salud es comprender, entender y valorar las diferencias de desempeño de cada uno de los alumnos, sus experiencias y conocimientos adquiridos sumados a los del contexto escolar, que le posibilitan conducir su vida de forma más saludable. A manera de conclusión En concordancia con los planteamientos expuestos, se hace necesario el desarrollo de modelos para la salud y la actividad física que orienten programas y proyectos en los cuales se manifiesten de manera implícita y explícita la participación del Estado, de los sujetos y de los colectivos sociales como protagonistas y orientadores de todos y cada uno de los procesos que se realicen. La actividad física dentro de la clase de educación física debe ser considerada desde un enfoque transdisciplinar, que comprenda en sus objetivos básicos el tratamiento de la salud desde una visión amplia y compleja del ser humano integral, en la cual se presentan interacciones biológicas, psicológicas y sociales en sus procesos de desarrollo. Integrar la salud y la actividad física como contenido de la educación física, propone considerar aspectos como la socialización de niños y niñas por medio de actividades motrices, en las que se fomente la práctica de la actividad física, la mejora de la condición física, la higiene corporal, la seguridad de los espacios donde se realiza, la promoción de hábitos saludables, el respeto a la diferencia y la participación en condiciones de igualdad y equidad para todos los niños y niñas, sin distinción de género, raza y cultura, además de propiciar espacios para el conocimiento propio y el de las otras personas y educar desde una perspectiva crítica que oriente reflexiones con relación al cambio y la necesidad de construir una sociedad que propenda por lograr mejores modos, condiciones y estilos de vida para su población. 115 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 La tendencia de los programas de educación física escolar debe estar encaminada en preparar a los educandos para un estilo de vida activo, en donde la práctica de la actividad física relacionada con la salud y la práctica de valores sociales, pasen a ser parte fundamental de su vida cotidiana a largo de toda su vida. En este sentido, tal como se ha planteado en los párrafos anteriores, las propuestas que surjan desde el campo de la salud, deben ser propuestas de vida, estructuradas desde modelos educativos orientados por principios pedagógicos que rescaten la idea de un sujeto actor que está llamado a ejercer una función dinámica en la organización social, sujeto que está llamado a transformar el entorno material y, fundamentalmente, el entorno social con el que interactúa, y como tal su acción debe estar dirigida a redefinir las relaciones de trabajo, las formas y modos en que se participa en la toma de decisiones, las relaciones de dominación y las orientaciones culturales. Referencias Chapela Mendoza, María del consuelo; Jarillo Soto, Edgar C. (2001). Promoción de la salud, siete tesis del debate. Cuadernos Médico Sociales, (79), 59-69. Delgado Fernández, Manuel; Tercedor Sánchez, Pablo (2002). Estrategias de intervención en educación para la salud desde la educación física. Barcelona, España: INDE. Devis Devis, José; Beltrán Carrillo, Vicente Javier (2007). La educación física escolar y la promoción de la actividad física y la salud. En: Diana Cevallos L. y Nery Molina R (Eds.), Educación corporal y salud: gestación, infancia y adolescencia (p.29-43). Medellín, Colombia: Funámbulos Editores. Dos Santos, C. Escola promotora de saúde uma vis o crítica da saúde escolar. Brasil: Sociedade Brasileira de Pediatria, Departamento Científico de Saúde Escolar . Gavidia Catalán, Valentin (2001). La transversalidad y la escuela promotora de salud. Revista Española de Salud Pública, 75(6): 505-516. Gutiérrez, Javier, Sarmiento, Juan Manuel; Flórez, Antonio María (2002). Manifiesto de actividad física para Colombia. Colombia: AMEDCO Asociación de Medicina del Deporte de Colombia. Lopéz Santos, Valle (1998). Hacia una escuela saludable. Sevilla, España: Junta de Andalucía, Consejería de Educación y Ciencia. Martínez Baena, Alejandro César; Romero Cerezo, Cipriano; Delgado Fernáncdez, Manuel (2010). Factores que inciden en la promoción de la actividad fisico-deportiva en la escuela desde una perspectiva del profesorado. Cuadernos de Psicología del Deporte, 10(2), 57-75. OMS Organización Mundial de la Salud (1998). El fomento de la actividad física en y mediante las escuelas. Estatutos políticos y orientaciones para la acción. Dinamarca: OMS. 116 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 OPS y OMS Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud (1986). Carta de Ottawa para la promoción de la salud. OPS, OMS. Pacífico de Asís Guimarães, Claudia Cristina (2009). ducaç o física escolar e promoç o da saúde uma pesquisa participante (Dissertação mestrado). São Paulo: Universidade São Judas Tadeu. Restrepo, Helena E; Málaga, Hernán (2001). Promoción de la salud: como construir vida saludable. Bogotá: Editorial Medica Panamericana. Uribe Pareja, Iván Darío; Gallo Cadavid, Luz Elena; Castro Carvajal, Julia Adriana (2002). Sentidos de la Motricidad en la promoción de la salud. Percepciones desde las familias de los municipios de Alejandría y Guatapé (Antioquia). Medellín: Universidad de Antioquia. Veiga, O., & Martínez, A. (2007). Actividad física saludable, Guía para el profesorado de Educación Física. Programa Perseo. España: Ministerio de sanidad y consumo. Veiga Nuñez, Oscar Luis; Martínez Gómez, David (2008). Guía para una escuela activa y saludable, orientación para los Centros de Educación Primaria. Programa Perseo. España: Ministerio de Sanidad y Consumo. Weinstein, Luis (1989). Salud y Autogestión. Montevideo: NORDAN. 117 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 118 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Cuerpo y Educación Física Beatriz Muros Profesora Titular Universidad. Universidad de Alcalá, Departamento de Educación. Alcalá de Henares, Madrid. Correo: beatriz.muros@uah.es Resumen En este artículo pretendo realizar una aproximación al concepto de cuerpo utilizando tres metáforas: cuerpo aprendido, cuerpo pensado y cuerpo escuchado. Para favorecer mi análisis me valgo de las reflexiones realizadas por un estudiante de Educación Física (EF) en el momento de su graduación nada más terminar sus estudios. Dichas reflexiones se centran en sus vivencias como deportista así como en los conocimientos adquiridos en relación con el cuerpo y el movimiento. Palabras clave: cuerpo, educación física, experiencia, movimiento. Summary In this article, I attempt to make an approach to the body concept using three metaphors: body learned, body thought and body heard. To facilitate my analysis I make use of reflections made by a student of Physical Education (PE) at the time of his finished his major. These reflections are focused on his experiences as an athlete and his previous knowledge in relation to the body and movement. Key words: body, physical education, experience, movement. Introducción Muchas veces he escuchado mi nombre pero hoy ha sido diferente. Hoy termino mis estudios de Educación Física (EF). Después de cinco años de no mucho estudio, pero sí muchas actividades, sesiones y demás “trabajos”, me he graduado. Tengo bajo mi brazo el preciado “título”. Hasta ahora siempre pensé que lo importante era tener en mi posesión este “papelito” pero, ahora que lo tengo, me asaltan dudas. Comienzan a tomar la palabra los diferentes profesores. De algunos he aprendido bastante, pero a otros les agradezco que me hayan aprobado sin suponer mucho esfuerzo. Esto igual no dice mucho de bueno de ellos… igual tampoco de mi… sobre todo ahora que ya “soy uno de ellos” y que, seguramente, en un futuro no muy lejano, también me gustará que “mis” estudiantes se tomen “en serio” mis enseñanzas. Bueno, quizás no podré predicar con mi ejemplo de actitud en todas las asignaturas cursadas pero, a partir de hoy, hago el firme propósito de cambiar. Así pues, comienzo a plantearme mi paso por la carrera, qué he aprendido, cómo lo he aprendido… Una idea sí que parece que me ha quedado clara a lo largo de estos años; la EF es diferente al resto de materias (más dinámica, divertida, motivadora). Eso creo que ya lo sabía al comienzo de los estudios pero, quizás ahora, tengo más argumentos para defenderlo. 119 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Otra lección que parece haber calado en mí es que la EF se basa en el estudio del cuerpo y el movimiento. Es más, la práctica de la EF permite que el cuerpo desarrolle nuevas capacidades que no poseía. No obstante, al pensarlo dos veces… el estudio del cuerpo en relación con el movimiento, la EF13… Finalizó mi graduación. Acto seguido comencé a investigar sobre ello. Sobre el significado del cuerpo Para Fullat Genís (2002:75), El cuerpo es el kilómetro cero a partir del cual se colocan las cosas, unas aquí, otras ahí y otras allí e incluso, vagamente, allá. La carne de cada cual, sin embargo no sólo coloca perspectiva espacial, sino igualmente jerarquía cualitativa (…) El cuerpo en un entre, es mediación y punto de encuentro de mi subjetividad y de mi exterioridad. La carne es puente, pasarela y pasaje hacia las cosas del cosmos; entiéndase: de nuestro cosmos. El significado de cuerpo, según esta definición, va más allá de una mera aproximación biológica incidiendo en su capacidad mediadora entre lo “interno” a la persona, su esencia y lo externo. Esta mediación se produce a través de experiencias que el cuerpo recibe del contexto histórico y social donde convive, así como de experiencias que el cuerpo produce y que dan sentido a ese mismo contexto. Es decir, las personas, a lo largo de nuestra vida, acumulamos experiencias, vivencias en el mundo que van dejando huellas, vínculos corporales que forman parte de nuestra historia y hacen historia (Esteban, 2004; Muros, 2007). Constituyen cuerpo de igual manera que componen cuerpo en una perfecta y equilibrada interacción. Por otro lado, el cuerpo se construye, desde una visión posmodernista, gracias a la negociación entre las tensiones, deseos, etc., desde lo individual, desde el individuo al colectivo, o lo que es lo mismo, la sociedad. Más concretamente entre el individuo y el orden y el significado social de las cosas. Shilling (Brown, 2005:9) lo explica atendiendo a diversas dimensiones como son “fuente” (en cuanto a propiedades generativas), “lugar” (en cuanto a receptividad social del cuerpo) y “medio” (en cuanto a las consecuencias de interacción y en cuanto al modo en que se constituye la sociedad). En el momento que se habla de cuerpo en conexión con la sociedad, se supone la existencia de “una” cultura corporal con la que el cuerpo coexiste en continuo diálogo. Este diálogo se produce en un espacio y un tiempo determinado. Cuerpo es espacio y tiempo en tanto que ambas dimensiones explican cuerpo. Evidentemente, el hecho de que exista “una” cultura corporal hace del cuerpo objeto de educación, de aprendizaje y hasta de disciplinización, de acuerdo a códigos socialmente establecidos. No hay más que pensar en la representación de cuerpo que posee una persona 13 En este artículo parto de la conexión inevitable entre cuerpo y movimiento (capacidad innata). Asimismo, considero la EF como movimiento. Me explico. El individuo, frente al movimiento (ej., desplazamientos, saltos, equilibrios, etc.), desarrolla conductas fruto del aprendizaje adquirido de las experiencias vividas en interacción con el medio. 120 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 anglosajona o una latina en cuanto a uso del espacio (distancia íntima), los gestos de afecto utilizados o las posturas de flirteo14. La EF, como práctica social, también forma parte de esta cultura. Es más, es un elemento clave de transmisión de la misma. La experiencia del movimiento, las modificaciones corporales que éste provoca, las posturas (también los gestos) se convierten en representaciones de la cultura corporal circundante que el cuerpo apropia, interpreta y exterioriza. 1. Cuerpo aprendido, cuerpo instruido Para Bourdieu existen dos nociones de historia: una, la de “historia objetivada” que describe como la acumulada “a lo largo del tiempo en cosas, máquinas, edificios, monumentos, libros, teorías, costumbres, leyes, etc.”; la otra, la de “historia encarnada”, “un conjunto estructurado y comúnmente aceptado de competencias, disposiciones, necesidades y estilos de conocimiento y de relación con el mundo que se encuentra en las personas mismas” (Bourdieu, 1981:305). La historia encarnada se graba en nuestros cuerpos y se nutre de lo que Bourdieu y Passeron (1977, 1981) llaman habitus. El habitus se concreta como una “matriz de percepciones, apreciaciones y acciones” (Bourdieu, 1977:83) que constituye un sistema de esquemas de percepción, pensamiento y acción perdurables en el tiempo generados por condiciones objetivas, pero con la tendencia a mantenerse aún después de que esas condiciones hayan sido alteradas (Giroux, 1983). Este último término de habitus, unido al de historia encarnada, me hizo pensar en las experiencias corporales que he tenido en mi vida. La primera idea me remontó a mi pasado como deportista. En esta etapa aprendí movimientos considerados como “perfectos” dentro del deporte que practicaba: gimnasia artística. Estos movimientos, esta praxis, me hizo valorar una estética corporal y unas competencias, capacidades, rendimientos o habilidades corporales muy específicas fruto de la cultura propia del deporte. En cierto modo, su aprendizaje me hace ser quien soy. Connel (1995) lo resume señalando que tanto nuestras prácticas corporales como nuestras experiencias son indivisibles y conllevan relaciones y simbolismos sociales que determinan nuestras vidas individuales. Así mismo, estas prácticas individuales y colectivas conforman lo que Esteban (2004:54) denomina “itinerario corporal” es decir, una acumulación de experiencias vitales siempre referidas a un grupo (ej., practicantes de gimnasia artística o rítmica, o de golf) y enmarcadas dentro de determinadas estructuras sociales y culturales. La práctica de actividad física y/o de algún deporte y/o así como otros factores como puede ser la religión, la clase social, el sexo, etc., (Berthelot y otros, en Esteban, 2004) proporcionan un conjunto de experiencias corporales propias de la práctica en sí que determinan cuerpo, su razón, su expresión, aunque cada persona lo manifieste de manera diferente. 14 No pretendo realizar un análisis de cuerpo desde el género aunque si reconozco la importancia de la definición dicotómica de cuerpo en cuanto al sexo. En este ejemplo, cuerpo femenino o masculino anglosajón difiere mucho del cuerpo femenino o masculino latino. Aunque todos ellos son cuerpo. 121 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 De una manera u otra, las repeticiones constantes, los hábitos y rituales que envuelven a la práctica del deporte, de la EF y, en definitiva del movimiento, nos hacen aprender los valores que entrañan, algunos de los cuales, según Brown (2005:28), “conciernen a la buena ejecución” (ej., constancia, perseverancia) otros “engrandecen el significado del movimiento” (ej., lucha, pasión) y todos favorecen la transmisión de la cultura corporal. Ello me lleva a compartir la idea de Bourdieu (1974) de que es a través de las prácticas diarias repetitivas (ej., movimientos articulares al comienzo de la clase de EF), tanto dentro como fuera de las instituciones (ej., la escuela, las federaciones, las clases extraescolares, las universidades de la actividad física y el deporte), que las personas in-corporamos (en el sentido literal de hacerlo corpóreo) gestos, hábitos y posiciones (dependientes de la clase social) que al ser institucionalizados son aceptados y actuados de forma global, reforzando los patrones socioculturales vigentes. Una idea de cuerpo que une tanto apariencia, materialidad, sensación, percepción, cognición y, por supuesto, movimiento como expresión del habitus en el contexto histórico y en el campo que convive. Por ejemplo, la forma de vestir o la forma de andar, que aparentemente parecen insignificantes, son manifestaciones del habitus y, como tales, tienen gran trascendencia en la reproducción del orden social dominante. Lo mismo podría decirse de las danzas u otras formas físicas como son la realización de abdominales o la repetición de gestos técnicos. El individuo no suele ser consciente de estos aspectos. Simplemente los incorpora sin preguntarse el porqué de ellos. De esta manera, las instituciones (y los intereses hegemónicos) pueden imponer el respeto por ciertas formas y normas, a la vez que implantan ciertas normas y formas de respeto. Este doble proceso de condicionamiento hace que el habitus sea complicado de transformar, especialmente cuando se trata de formas y normas generalizadas. Es decir, si todo el mundo hace algo (va al gimnasio, toma proteínas o ve el partido de fútbol todos los domingos) eso se acepta como normal, no viéndose la necesidad de cambiarlo. Ello nos conduce a reproducir estas acciones a la vez que somos partícipes de las expectativas que encarnan (de una acción se espera una reacción, una recompensa; de ir al gimnasio se espera un cuerpo musculoso, de practicar EF un cuerpo “en forma”). Y, sobre todo, a pensar que es así como debe de ser. 2. Cuerpo pensado, cuerpo creado Practicar gimnasia artística no solo me ha hecho entender mi cuerpo y mi capacidad de generar movimiento desde la técnica del deporte, sino que ha afectado también a mi forma de pensar. Yo crecí en la idea de que la práctica de dicho deporte era buena para mí, me hacía responsable, desarrollaba mi amor propio, mi autonomía. En definitiva, me hacía “mejor” persona del mismo modo que más fuerte, más capaz, más hábil. En muchos casos, desde las clases de EF en los colegios, la enseñanza de los deportes en institutos, y hasta desde la formación inicial en las Facultades de profesorado (sobre todo recuerdo desde determinadas asignaturas), se favorece la transmisión de un cuerpo “ideal”, que, paradójicamente, reproduce y legitima estereotipos sociales, culturales y económicos (Evans y Davies, 2004). Esta concepción de cuerpo es apoyada, a su vez, por una idea bastante generalizada y sesgada de 122 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 movimiento. Esto es, aquel basado en la realización y/o consecución de habilidades físicas que, consecuentemente, convierten al individuo en una persona más veloz, más resistente. Asimismo, la idea de cuerpo, sus capacidades o su estética se haya bajo la influencia de ideologías y políticas dominantes. Ejemplos pueden ser las de mercado, con todo un negocio detrás de la venta de productos “Light”, de “hipertrofia” o de ropa deportiva, o las de “salud” ligadas a políticas de prevención sanitaria masiva en la población. Todas ellas avaladas por la existencia de empresas o instituciones deportivas, dietéticas, farmacéuticas o de formación15. Incluso desde los videojuegos (ie., FIFA, Temple Run, Pro Soccer, etc.,) se refuerza dicha influencia reproduciendo cuerpos jóvenes, ágiles y proporcionados en relación con el “éxito” que consiguen (ej., futbolistas). Situación que comporta la asociación de cuerpo-éxito (dinero, consideración social, fama, etc.). Quién, en su “sano” juicio, no quiere poseer un cuerpo que sea estandarte de éxito. Todo lo expuesto provoca percepciones acríticas sobre el cuerpo (Bain, 1993; Tinning, 1990) y el movimiento. Por el contrario, desde visiones críticas, se debe reconocer la importancia de pautas, por ejemplo psicológicas, afectivas o existenciales, para explicar la naturaleza del cuerpo y su relación con el movimiento (ver a este respecto Pastor, 2007). Dicho de otro modo, la EF precisa, a mi parecer, de un planteamiento reflexivo para explicar el cuerpo que vaya más lejos de soluciones exclusivamente motoras entendiendo la naturaleza holística y multidimensional de su contenido e incluyendo implicaciones éticas y políticas. 3. Cuerpo escuchado, cuerpo valorado En mi deporte, era frecuente escuchar: “en una pista no da la tipología”, “por muy bien que lo haga sus caídas son muy pesadas”… Lo curioso es que todo el mundo utilizaba dichas construcciones, hasta los mismos padres y madres de los gimnastas. De un modo u otro, estos mensajes hicieron que la percepción de mi cuerpo pasara por dichos “filtros”. Evidentemente, no fueron los únicos. Estos discursos, junto a otros como "sin esfuerzo no hay resultados”, “la competición es buena para superarse”, “si te duele es porque estás trabajando bien” me acompañaron, día a día, en mi práctica. Comencé a comprender la realidad de mi cuerpo bajo aquel modelo. En las clases de EF también se utilizan discursos parecidos. Por ejemplo, en el caso de que la práctica de la EF sea “efectiva” nos referimos a un “cuerpo perfecto”, un “cuerpo 10”, con medidas “90-60-90”, un “cuerpazo...” o, por el contrario, percibimos un “cuerpo débil”, un “cuerpo enclenque”, un “cuerpo fofo...” si esta práctica no es efectiva. Y, todos ellos, colaboran, de forma decisiva, en la propagación de la cultura corporal centrada en símbolos y valores corporales orientados hacia el rendimiento, la estética y la salud. 15 En este punto los medios de comunicación tienen gran relevancia por su capacidad de difusión en una sociedad en continua demanda de información. 123 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Es más, “a través de la disciplina corporal y lingüística [...] las opciones que constituyen una cierta relación con el mundo se internalizan en la forma de patrones duraderos no accesibles a la conciencia; ni siquiera, en parte, a fuerza de voluntad” (Bourdieu en Giroux, 1983:271). La repetición de estos discursos se memoriza en nuestros cuerpos, formando parte de ellos. Este hecho puede parecer inquietante pero, lo que tal vez es aún más peligroso, es que esta única manera de interpretar nuestros cuerpos, se acepte como normal, única y la mejor y/o más exitosa. Dentro de la EF y del colectivo que representamos los profesionales de la EF, el uso regular y generalizado de discursos concretos (de rendimiento, salud o estética) no solo refleja simplemente la realidad circundante sino que interviene en su construcción (Foucault, 1974). Nos conecta inevitablemente entre nosotros y nos hace entendernos como iguales. Crea unidad, crea realidad y crea identidad (sobre el concepto de identidad ver Muros, 2011). Por último, tales discursos refuerzan, además, la idea de una EF como objeto de control donde los “resultados” de nuestro trabajo, de nuestra intervención, se calculan en función de lo demandado socialmente, o lo que es lo mismo, cuerpos delgados, fibrosos o definidos. Consecuentemente, la no consecución de estos “cuerpos” nos lleva a la consideración de un trabajo mal realizado o poco profesional. Reflexiones finales Hay ocasiones en los que es importante sentarse con detenimiento y pensar qué ha pasado o qué está pasando. Sólo así es que las personas podemos determinar nuestro futuro. Yo escogí el momento de graduarme puesto que lo entendí como el final de una etapa. No obstante, creo que cualquier momento es legítimo para preguntarse sobre las experiencias corporales vividas con el firme de propósito de tomar conciencia de ellas. Está claro que somos cuerpo. Cuerpo aprendido y aceptado, pero también homogeneizado, entrenado y disciplinado. Homogeneizado tras horas de enseñanzas que comparten la misma visión cinética y, por tanto incompleta, sobre el movimiento, sobre la EF, y sobre el cuerpo que simboliza tal movimiento. Entrenado tras miles de prácticas repetitivas en busca de un gesto técnico que se identifica como “perfecto”. Millones de prácticas rutinarias de clases de EF que siguen ahondando en lo crucial de un calentamiento o de una vuelta a la calma que poco tienen que ver con la clarificación del cuerpo como vía de reclamo de nuestra subjetividad. Disciplinado tras escuchar cientos de mensajes de cómo debe ser mi cuerpo y cómo debo entenderlo, utilizarlo y apreciarlo. Discursos, la mayor parte de ellos, construidos de forma aséptica y sin reconocer implicación ética alguna. Por otra parte, la experiencia corporal conlleva conocimiento, conocimiento adquirido en la acción. El conocimiento, a su vez, implica aprendizajes, aprendizajes que aplicamos a nuestros 124 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 razonamientos, actuaciones etc., sobre el cuerpo. En la medida que acumulamos experiencias, acumulamos conocimiento, aprendizajes y por tanto desarrollamos nuestra inteligencia corporal. Somos capaces de ofrecer respuestas ante las situaciones que se nos presentan, pero estas respuestas están condicionadas por los aprendizajes adquiridos dentro de “una” cultura corporal dominante. Lo que nos supedita a la hora de pensar, representar, actuar y, en definitiva, comprender nuestro cuerpo. Siguiendo con el esquema experiencial, la EF es, potencialmente, potenciadora de experiencias corporales que conforman o modifican cuerpo. Los binomios cuerpo- EF, cuerpo-deporte, cuerpoactividad física y hasta incluso cuerpo-movimiento expresivo construyen cuerpo. De ahí la importancia de plantearse qué tipo de experiencias propiciamos a nuestro estudiantado con nuestras enseñanzas y si obedecen, de un modo u otro, a estereotipos corporales sociales, culturales, económicos y/o políticos. De no ser así, corremos el riesgo de caer en contradicciones entre los intereses externos a nuestro campo de conocimiento y los propios, validando un cuerpo ajeno a nuestra voluntad. Tras lo expuesto, no considero que la solución esté en un choque frontal contra la hegemonía sino más bien creo en el cuestionamiento continuo como postura frente a las cosas (no un método que practico). No se trata de destruir sino de entender y comprender profundamente para, a partir de ahí, construir una realidad más coherente con nosotros mismos y nuestro entorno (Muros, 2009). La comprensión de los condicionamientos corporales supone un cambio en sí como medio de autodeterminación y liberación corporal. Una liberación que supone trascender la reflexión, superar la relación cuerpo-control y sentirse bien con el descubrimiento. Referencias Bain, Linda L. (1993). Ethical issues in teaching. Quest, 45, 69-77. Bourdieu, Pierre. (1974). The school as a conservative force: Scholastic and cultural inequalities. En: J. Eggleston (Coord.), Contemporary research in the sociology of education (pp. 32-46). Londres: Methuen. Bourdieu, Pierre (1977). Outline of theory and practice. Cambridge, MA: Cambridge University Press. Bourdieu, Pierre (1981). Men and machines. En : K. Knorr-Cetina y A. V. Cicourel (Coords.), Advances in social theory and methodology, (p. 304-317). Londres: Routledge & Kegan Paul. Bourdieu, Pierre (2000). La dominación masculina. Barcelona: Anagrama. Bourdieu, Pierre ; Passeron, Jean Claude (1977). Reproduction in education, society, and culture. Beverly Hills, CA: Sage. Brown, David H.K. (2005). Cuerpo, cultura y transmisión en la actividad física: considerando el ejemplo de las artes marciales tradicionales. En N.J. Bores Calle (coord.), La formación de los 125 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 educadores de las actividades físico-deportivas extraescolares (pp.23-35). Palencia: Cuadernos Técnicos. Connell, Raewyn (1995). Men’s bodies (chapter 2). In: Masculinities. Oxford/ Cambridge: Polity Press, 45-67. Esteban, Mari Luz (2004). Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio. Barcelona, España: Ediciones Bellaterra. Evans, John; Davies, Brian (2004). Pedagogy, culture and identity. En J. Evans, B. Davies y J. Wright (Coords.), Body knowledge and control: Studies in the sociology of physical education and health (pp. 3-18). Londres: Routledge. Fernández-Balboa, J.M., y Muros, B. (2006). The hegemonic triumvirate--ideologies, discourses and habitus in sport and physical education: implications and suggestions. Quest 58(2), 197-221. Foucault, Michel (1974). The archaeology of knowledge and the discourse on language. London: Tavistock. Giroux, Henry A. (1983). Theories of reproduction and resistance in the new sociology of education: a critical analysis. Harvard Educational Review, 53(3), 257-293. Gramsci, Antonio (1971). Selection from the prison notebooks. En: Q. Hoare y G. N. Smith (Coords.), Selections from political writings (pp. 5-23). Nueva York: International Publishers. Muros, Beatriz (2007). Corporeal Itineraries and bio pedagogy in the teaching of physical education. Comunicación presentada en la Conferencia Anual British Educational Research Association. Londres, 5–8 septiembre. Muros, Beatriz (2009). ¿Yo soy yo?: algunas reflexiones sobre el concepto de autonomía. Revista Española de Educación Física y Deportes, 13:9-16. Muros, Beatriz (2011). El concepto de identidad en el mundo virtual: el yo on-line. Revista Interuniversitaria del Profesorado, 14 (2): 49-56. Pastor Pradillo, José Luis (2007). Cuerpo y movimiento. En: J.L. Pastor Pardillo (Coord), La educación física en la enseñanza primaria (pp. 11-21). Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá. Tinning, Richard (1990). Ideology and physical education. Deakin, Victoria: Deakin University Press. 126 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 127 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 La gimnasia como ejercicio espiritual en Platón Gymnastics as a spiritual exercise in Plato Jonathan Andrés Rúa Penagos Docente de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Magister en Teología (Universidad Pontificia Bolivariana). Teólogo, estudiante de Filosofía estudiante de Licenciatura en Educación Física de la Universidad de Antioquia y gimnasta activo vinculado a la Liga Antioqueña de Gimnasia. Web: www.jonathanrua.com Correo: jonarua@hotmail.com Este artículo es una adaptación de la ponencia del mismo título pronunciada el día 30 de octubre de 2012 en el evento Expomotricidad Interna 2012-2, organizado por el Instituto Universitario de Educación Física de la Universidad de Antioquia. Resumen Este artículo de reflexión pretende evidenciar que la gimnasia hace parte de los ejercicios espirituales promovidos por Platón, en la medida en que es una práctica física orientada a la transformación del individuo y que se desarrolla en un contexto comunitario. La construcción de este texto se hizo teniendo en cuenta las características propias de un ejercicio investigativo cualitativo, de carácter hermenéutico o de análisis documental. Palabras clave: gimnasia, Platón, ejercicios espirituales, filosofía, comunidad, vida. Summary This article aims to shows that gymnastics is a part of the spiritual exercises promoted by Plato, to the extent that it is a physical practice oriented to individual transformation and taking place in a community setting. The construction of this text was made taking into account the characteristics of qualitative research exercise, the hermeneutic character or documentary analysis. Key words: gymnastics, Plato, spiritual exercises, philosopy, community, life 128 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Introducción La gimnasia, tal como la conocemos hoy, es una práctica llamativa. La espectacularidad de los saltos, la elegancia, la dificultad de los ejercicios y la dedicación de quienes la practican, hacen de este hermoso deporte un deleite para los ojos. La historia de la gimnasia se remonta a la antigua Grecia. Allí era común esta destreza. Ella incluía elementos de la gimnasia moderna, el atletismo, la lucha y la danza. Los lugares que frecuentaban los gimnastas eran básicamente tres: el gimnasio, la palestra y la efebía. En el gimnasio se practicaban las actividades mencionadas anteriormente, la palestra era más pequeña que el gimnasio y estaba destinada para la lucha. La efebía, por su parte, era el sitio para el entrenamiento militar. Aunque este bello deporte tenía un interés bélico, higiénico y competitivo, hay otro elemento de él que no ha sido muy explorado: las implicaciones de su práctica en la vida comunitaria y en la transformación del individuo. En este sentido, este texto tiene como pregunta orientadora: ¿Qué significado tenía la gimnasia, los ejercicios físicos, en el contexto de los ejercicios espirituales practicados y promovidos por Platón? Nos proponemos evidenciar que la gimnasia hace parte de los ejercicios espirituales promovidos por Platón, en la medida en que es una práctica física orientada a la transformación del individuo y que se desarrolla en un contexto comunitario. Para evidenciarlo daremos cuenta de 1) la teoría de las ideas de Platón, 2) la antropología platónica, 3) los ejercicios espirituales antiguos, 4) los ejercicios espirituales practicados y promovidos por Platón, y 5) ubicaremos la gimnasia en el contexto de los ejercicios espirituales platónicos. 1. La teoría de las ideas de Platón Aristocles, más conocido como Platón, vivió en Atenas entre los años 428/427 a.c. y 374 a.c. Para comprender la postura filosófica de Platón es necesario reconocer el valor que le asigna a las realidades suprasensibles, a aquellas que van más allá de los sentidos. El eje central de la teoría platónica es lo inteligible, aquello que se da en el plano del razonamiento. Estas cosas no pueden ser percibidas por los sentidos. De todo esto se desprende que para Platón hay dos planos de la realidad: la realidad sensible y la realidad inteligible. (Reale y Antíseri, 2007). Las causas de las realidades inteligibles fueron denominadas por Platón ideas o formas. Estas no son simples representaciones mentales o conceptos, sino entidades, substancias que constituyen el verdadero ser; son modelos permanentes de las cosas mismas, la esencia de las cosas. La idea o forma que está en la cúspide de la jerarquía de lo inteligible, la idea suprema, es el bien. El bien se manifiesta a través de lo bello, produce el ser, y por eso está por encima de las todas las cosas. 129 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 2. La antropología platónica Al leer el Fedón vemos que para Platón el ser humano es un compuesto de alma y cuerpo. Es el alma la que anima el cuerpo, ella hace que esté vivo. El alma existe antes de animar cualquier cuerpo, existe como esencia misma, es inmaterial, inmortal e imperecible, no muere. Las almas ya poseen el conocimiento, lo que hacen no es más que recordar por medio de los sentidos lo que ya sabían (reminiscencia). El alma se fija en las cosas eternas y encuentra la verdad por la razón. Por la razón se conoce la salud, la fuerza y la esencia de todas las cosas. Este conocimiento se dará plenamente después de la vida. El alma debe guiar y amaestrar las pasiones como el placer (amor, comer, beber), la tristeza y los temores del cuerpo. El cuerpo es material, su función es “atender a los objetos mediante los sentidos”, es corrupto, se descompone, es material, merece ser “despreciado”. Mientras se tenga, no será posible encontrar la verdad ya que los sentidos son un obstáculo para conocer. Este hecho se sintetiza en la ya conocida afirmación platónica: “El cuerpo es la cárcel del alma”. El ser humano, al ser un compuesto, al final de su vida se disuelve en los elementos que se compone. Por eso la muerte es una separación del alma y el cuerpo, una purificación para conocer la verdad. Todo lo mortal muere y lo que hay de inmortal se retira. Hay algo reservado para los hombres después de esta vida. Luego de la muerte, el hombre justo espera reunirse con los dioses, con los hombres buenos y volver a ver a quien ama. Los buenos serán mejor tratados que los malos. La tarea del filósofo es morir con esperanza, pues lo que ha hecho es ocuparse del alma y por ello gozará de bienes infinitos. Luego de la muerte, algunas almas manchadas, que temen al mundo invisible y a su castigo, andan por los cementerios como fantasmas o espectros que no han abandonado del todo su cuerpo y esa es la razón por la cual aún tienen algo de visibles. Al momento de separarse del cuerpo, las almas con sus hábitos y costumbres son llevadas al Hades y son juzgadas allí, según su comportamiento. Es un “daimón/genio”, el mismo que las ha acompañado siempre, el que las guía hacia el lugar del juicio, y luego de recibir lo que se merecen y permanecer allí el tiempo designado, otro conductor los vuelve a la vida presente después de muchos siglos. Este volver a la vida es llamado transmigración o metampsicosis; el alma vuelve a animar un cuerpo animal o humano. Luego del juicio en el Hades las almas son enviadas a unos lugares o lagos. Si las almas no son absolutamente criminales o absolutamente inocentes se les envía al Aqueronte, y desde allí son enviadas a la laguna Aquerusia donde habitan sufriendo castigos y recompensas por sus acciones. A esa laguna son remitidas, además, aquellas personas piadosas que han llevado una vida moderada. Por otro lado, las que se consideran culpables, a causa de lo grande de sus causas, son enviadas al Tártaro, de donde no saldrán jamás. Las que sólo han cometido faltas que pueden expiarse también son enviadas al Tártaro, pero, a diferencia de las anteriores, luego de un año, a las homicidas las envían al Cocito y a las parricidas al Pyriflegeton. Una vez expiadas sus culpas se les arrastra a la laguna Aquerusia; allí darán grandes gritos y se llamará a las personas que fueron asesinadas o víctimas de su violencia. Si las víctimas se compadecen de ellas, pasan y se libran de todos los males, y si no, son enviadas al Tártaro que los devuelve a los otros ríos hasta que hayan 130 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 conseguido el perdón de los ofendidos. Por último, las que han pasado su vida en santidad son recibidas en lo alto. En este contexto, la tradición platónica confiesa que lo mejor para el hombre es vivir una vida virtuosa, practicar la justicia con sabiduría y no dejarse llevar por las pasiones del cuerpo. De ese modo alcanzará su recompensa después de la muerte. La tarea del hombre es entonces, desde esta perspectiva, el cuidado del alma y su purificación. El conocimiento facilita esto porque a través de él el ser humano se transporta desde las cosas sensibles hasta las inteligibles y así al verdadero mundo, a la esencia de las cosas. La conversión es vista aquí como un ejercicio intelectual. 3. Los ejercicios espirituales antiguos Es en el ámbito de los dos planos de la realidad y de la antropología descrita anteriormente que los ejercicios espirituales tienen sentido. Y esto no sólo en Platón, sino en el conjunto de toda la filosofía. Según Hadot (2006) la filosofía en la antigüedad constituía una forma de vida. Ella estaba encaminada a alcanzar la sabiduría, lo que implicaba conocimiento pero también transformación de la vida, serenidad del espíritu y libertad interior. El filósofo hacía una opción fundamental que se daba en el contexto de un discurso específico y un modo de vida que se evidenciaba en ejercicios espirituales vividos en comunidad. Los ejercicios espirituales para este filósofo francés son: Las prácticas, que podrían ser de orden físico, como el régimen alimentario; o discursivo, como el diálogo y la meditación; o intuitivo, como la contemplación, pero que estaban todas ellas destinadas a operar una modificación y una transformación en el sujeto que las practicaba. (Hadot, 2006:15). Entre estos ejercicios se encontraban la meditación o centrar la atención en uno mismo; el examen de conciencia, la ejercitación para la muerte; la consciencia cósmica, es decir, sentirse parte de un todo; la relación con uno mismo, con el cosmos y con los demás; y el compromiso con la comunidad. Esa transformación del sujeto, en Platón, tenía una clara intención escatológica y política. Aristocles promovía una vida buena para ser recibido luego de la muerte como se merece el filósofo. También quien pueda gobernarse a sí mismo, a través de los ejercicios espirituales, podrá gobernar justamente la polis. 4. Los ejercicios espirituales en Platón Un sujeto se hacía filósofo fundamentalmente por una elección de vida, una opción existencial, de la cual se desprendía una vida comunitaria, una doctrina y visión del mundo (Hadot, 1998). Esto fue lo que llevó a Platón a que en el año 387 a.c. fundara la academia en un gimnasio dedicado al héroe Academos. El amor al bien era una motivación para permanecer en la escuela. Durante la estadía en ella se debía aprehender geometría y otras ciencias matemáticas para la purificación de la mente y la 131 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 adquisición de hábitos éticos. Además, se enseñaba dialéctica como técnica de discusión, no para mostrar quién tenía la razón, sino para la transformación del individuo, el dominio de la palabra y el razonamiento. Entre los ejercicios espirituales que practicaban Platón y sus discípulos se encuentra la preparación para el sueño en donde, a través de la meditación, se entrenaba la persona para no tener sueños violentos y calmar el deseo y la cólera. Se recomendaba también dormir poco. Otros ejercicios tenían que ver con conservar la tranquilidad en la desgracia utilizando máximas; el ejercicio de la muerte, para liberar al alma del temor a morir; la ética del diálogo y la sublimación del amor, cuyo fin era recordar que el amor hacia la forma de la belleza es rastro que sigue el alma hacia las formas trascendentes. 5. Los ejercicios físicos como ejercicios espirituales en Platón Los ejercicios espirituales estaban circunscritos a un contexto educativo. La educación en Atenas estaba inicialmente orientada a la adquisición de fuerza física, valentía, sentido del deber y del honor propio de los guerreros. A partir del siglo V, con el auge de la democracia, las ciudades tendrían el mismo interés de formar ciudadanos por medio de ejercicios del cuerpo, gimnasia y música, y del espíritu. Hadot (1998:23-24) lo expresa de esta manera: Desde los tiempos remotos de la Grecia homérica, la educación de los jóvenes es la gran preocupación de la clase noble, de los que poseen la aretê, es decir, la excelencia requerida por la nobleza de sangre, que más tarde se volverá, para los filósofos, la virtud, es decir, la nobleza del alma. La gimnasia es una manera de honrar a los muertos (Menexeno, 249b). Pero, sobre todo, está directamente relacionada con el dominio de las pasiones del cuerpo (Fedón, 94d). Al igual que la medicina, esta práctica física y espiritual es para el cuidado del cuerpo (Gorgias, 464b). Y si bien ha estado orientada fundamentalmente para la guerra (Laques), incita al aprendizaje de la estrategia militar y a la formación del carácter. Los ejercicios físicos siempre han tenido en Grecia un papel preponderante. Esto por su potencial bélico y cívico. Cuando Platón describe su Estado ideal da cuenta de la importancia de la educación de los ciudadanos, cada uno educado de acuerdo a las funciones que tendría en ese Estado: si es artesano será educado en su arte, si es guardián será formado a través de la música y la gimnasia con el fin de proteger y vigilar la Polis, si es gobernante será educado para gobernar a través de la música, la gimnasia y la filosofía (matemáticas, astronomía, armonía musical y dialéctica) (República, 473e). Platón comprende la educación de los guardianes en dos momentos, como dijimos, en la enseñanza de la música y la práctica de la gimnasia. La gimnasia es para el cuidado del hombre e implica una dieta y unas conductas propias (República, 410ss). Este tipo de educación ya era común en Atenas (República, 376). Por eso Platón recomienda que desde niños lo seres humanos deberán ser educados, porque podrán ser moldeados más 132 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 fácilmente y se puede imprimir en ellos enseñanzas sin inconvenientes (República, 377a). El objetivo con todo esto es la transformación del individuo, y por esto la gimnasia es un ejercicio espiritual cuyo objetivo es ejercitarse en la fogosidad, la velocidad, la fuerza y la formación del carácter. Cuando el ritmo y la armonía ayudan al ser humano y se constituyen en una muestra de amor para la belleza (República, 401b, 403c), el alma alimenta el cuerpo de estos beneficios. Y al mismo tiempo la fogosidad, bien educada a través de la gimnasia, se convierte en valentía y el alma será sobria y valerosa. Por esto no se puede prescindir de la música o la gimnasia; la educación debe ser armónica (República, 412a). La gimnasia debe practicarse de manera flexible y equilibrada (República, 403b) pues tiene fines higiénicos. Los guardianes, y entre ellos los gobernantes, no deben educarse como los atletas, pues en los atletas se produce somnolencia y salud precaria debido a su excesivo cuidado del cuerpo (República, 410b). Se sugiere no excluir de estas prácticas a las mujeres y niños de los guardianes, porque ellos deberán ser educados de la misma manera que su marido y progenitor (República, 452). Lo que hemos dicho hasta ahora es que la gimnasia tiene una función específica en el contexto de la educación en Atenas, una función política, bélica y ética. Todo esto, en última instancia, está enmarcado en el interés de Platón por lograr que la persona se gobierne a sí misma y luego pueda proteger y gobernar a la comunidad. Si bien Platón le da una mayor importancia a la práctica de la gimnasia por parte de los guardianes y los gobernantes, no podemos perder de vista el sentido que tiene ésta en su visión del mundo y de la persona. Conclusión Para Platón los ejercicios físicos son ejercicios espirituales porque están orientados a la transformación del individuo y la polis. Pero no es una práctica aislada, ella es una entre otras que harán que el individuo luche contra las pasiones del cuerpo y poco a poco se vaya elevando hacia el mundo de las formas como anticipo de lo que “vivirá” luego de su muerte. El objetivo en la vida filosófica es vivir conforme a la virtud. La gimnasia ayudará a la formación del carácter del guardián, del gobernante y en general del ciudadano que desee, porque al igual que el filósofo, motivará a llevar una vida buena en donde los ojos tengan como referente la belleza, signo de la verdad. 133 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Referencias Hadot, Pierre (1998). ¿Qué es la filosofía? México: Fondo de Cultura Económica. Hadot, Pierre (2006). Ejercicios espirituales y filosofía antigua. Madrid: Siruela Platón. Fedón. En: Diálogos, volumen III. Madrid: Gredos. Platón. Gorgias. En: Diálogos, volumen II. Madrid: Gredos. Platón. La República. En: Diálogos, volumen IV. Madrid: Gredos, 1986. Platón. Laques. En: Diálogos, volumen I. Madrid: Gredos. Platón. Menéxeno. En: Diálogos, volumen II. Madrid: Gredos. Reale, Giovanni; Antiseri, Darío (2007). Historia de la filosofía, volumen I. Bogotá: San Pablo. 134 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 135 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Efecto del entrenamiento de fuerza en la potencia absoluta y la masa corporal de ciclistas ruteros Jenaro Leguízamo Herrera Licenciado en educación física, Especialista en entrenamiento deportivo, Candidato a Magíster en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Entrenador Nacional de Ruta. Investigador. Correo: leguiman7@yahoo.es Carlos Alberto Agudelo Velásquez Licenciado en educación física, Especialista en entrenamiento deportivo, Magíster en entrenamiento deportivo. Docente de la Universidad de Antioquia y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Asesor. Correo: agudelojudoka@gmail.com Resumen Frente a la inquietud de los posibles efectos del entrenamiento concurrente en el estado de preparación de ciclistas, se realizó una investigación de tipo experimental que consistió en una intervención adicional en fuerza, con un grupo experimental de 9 ciclistas y otro grupo de control de 8 integrantes, seleccionados a conveniencia por el entrenador-investigador de los 17 atletas. Para definir de una manera muy general el entrenamiento concurrente, se establece que es el entrenamiento simultaneo de resistencia y fuerza; como en el ciclismo de ruta la resistencia resulta obvia, se procuró establecer una intervención de fuerza en el subgrupo experimental para verificar que efectivamente tal proceso no produce efectos verificables en la potencia absoluta ni en la cadencia de los ruteros. Se espera en otro momento del proceso investigativo poder demostrar los posibles efectos en el Umbral Funcional de Potencia, para determinar si de forma definitiva o no los efectos del entrenamiento concurrente determinan la posibilidad de realizar una mejor preparación en ruteros. Palabras clave: cadencia, potencia absoluta, entrenamiento concurrente, efectos de entrenamiento. Abstract Face to the question about the possible effects of a cyclist's fitness training, an experimental study was developed. It consisted in made an additional strength intervention with an experimental group conformed by 9 cyclists and other control group formed by 8 cyclists, they were selected by the trainer/investigator. We established that parallel resistance and strength training as in road 136 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 cycling training is evident, one of the groups was given a strength training in order to verify that indeed, the strength training does not produce noticeable effects in the overall power and cadence of the riders. During the study, it is expected to demonstrate the possible effects of concurrent training on funtional treshold power, in order to determine if the effects of concurrent training determined the type of preparation needed by the riders. Key words: cadence, absolute power, concurrent training, training effects 1. Introducción En 1991 Paavolainen y colaboradores realizaron el primer estudio en el que se observaron efectos positivos del trabajo de fuerza sobre el de resistencia, tomando un grupo experimental de esquiadores de fondo en el que se empleó entre un 34 y un 42% del entrenamiento en el desarrollo de la fuerza explosiva, logrando el mantenimiento de la capacidad aeróbica y mejoras en la fuerza explosiva, aunque no en la fuerza máxima, comparado con el grupo control que realizó un volumen menor con desarrollo de la fuerza resistencia y sin cambios en los parámetros evaluados. Este tipo de trabajos empezó a crear un ambiente propicio para la aparición de teorías que se basaran en el efecto positivo sobre una de las dos capacidades, manteniendo cargas de importante valor tanto en resistencia como en fuerza; para el caso, sobre una modalidad donde la resistencia es el objetivo básico, no interesa qué tanto se mejora en fuerza sino cómo la “concurrencia” de trabajos de fuerza y resistencia puede afectar positiva o negativamente el resultado en resistencia; tal es el caso del trabajo propuesto por Tanaka en 2009, donde se encontró mejoras en el ritmo de carrera de ciclistas al implementar trabajo de fuerza de forma concurrente con la preparación en resistencia. Obviamente el resultado deportivo en el ciclismo de ruta depende de la mayor eficiencia en el tiempo, es decir, en una excelente preparación de la resistencia; desde la teoría del entrenamiento concurrente esta puede ser mejorada si se integran con cargas adecuadas los trabajos de fuerza y resistencia, por lo que surge la necesidad de visualizar si se puede mejorar la potencia absoluta, que depende del desarrollo de la resistencia específica en el ciclismo, con la incorporación de un trabajo de tipo desarrollo de la fuerza. Objetivos En la presente investigación se intentó dar respuesta a los interrogantes: 1. ¿Mejora la potencia absoluta de los ciclistas con la incorporación del entrenamiento de fuerza, además del tradicional entrenamiento de resistencia que se aplica en ciclismo de ruta? 2. ¿Se afecta la masa muscular de los atletas? 137 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 2. Metodología Revisión de Literatura El presente trabajo es el resultado de rastrear el tema en más de 430 artículos o libros y permitieron establecer un estado del arte en la forma y metodología para incluir trabajo de fuerza durante toda la preparación de ruteros, lo que permitió elaborar una propuesta metodológica que pudiera aplicarse a ciclistas del medio colombiano, para ratificar o rectificar los conceptos planteados en la literatura consultada. En este artículo se presenta una síntesis de la intervención realizada y los resultados obtenidos. La dosificación utilizada, el número de semanas seleccionado, los días de intervención y demás variables tenidas en cuenta se establecen a partir de lo que plantea la literatura, con las correspondientes adaptaciones que se deben hacer al entorno en que se desarrolló la propuesta. Se realizó una investigación con 17 atletas, ruteros del Departamento de Boyacá, entrenados por Jenaro Leguízamo, que se dividen en dos grupos, uno Experimental y otro de control. El grupo experimental lo conformaron 9 ciclistas y el grupo control, 8 ciclistas; los 17 ciclistas realizaron el mismo trabajo general de resistencia, durante 8 semanas con 2 sesiones por semana. Sesiones adicionales de media hora de trabajo de fuerza se realizaron exclusivamente por el grupo experimental. Estas sesiones se represen en la siguiente tabla: Variable independiente Trabajo de Fuerza de 8 semanas, realizando dos ejercicios de fuerza de pierna: subidas al banco y extensión de cadera con polea. La selección de los ejercicios se realizó siguiendo principios de semejanza del gesto del ejercicio de fuerza con relación a la especificidad del movimiento y los segmentos corporales directamente implicados en la acción determinante del gesto. (Agudelo, 2012). Semana 1 2 3 4 5 6 7 8 N°Series N°Rep Pausa (min) Frecuencia (días/ semana) 3 7 1 3 7 1 3 7 1 3 7 2 4 6 1 4 6 1 4 6 1 3 6 2 Tabla 1. Dosificación de la intervención de fuerza 138 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 2 2 2 2 2 2 2 2 Este trabajo estuvo en el medio de un pre-test y un pos-test, donde se evaluó como variable dependiente el valor en la prueba de 20 minutos de potencia absoluta y se realizó una medición antropométrica que determiné el grado de porcentaje de tejido magro de los atletas, observando si el trabajo cambió significativamente la generación de potencia y la constitución muscular de los ciclistas ruteros. Hipótesis Hipótesis nula Ho: el trabajo de 8 semanas no representa cambios significativos en la potencia absoluta y la constitución muscular de los ciclistas ruteros. Hipótesis alterna Ha: el trabajo de fuerza produce efectos significativos de la potencia absoluta y la constitución muscular de los ciclistas ruteros. 3. Resultados Los siguientes son los resultados obtenidos por los 17 atletas sometidos a este proceso investigativo, comparando los datos del pre-test aplicado el 29 de febrero de 2012 y el pos-test aplicado el 23 de abril de 2012. De estos resultados se seleccionan las siguientes siglas para la intervención estadística: %Magro= corresponde a la Composición Corporal, que se abrevia con CCr. Watts= corresponde al resultado de Potencia absoluta en la prueba de 20 minutos de ruta, la sigla a utilizar en el programa SPSS, es: PMx GC= Grupo Control y GE= Grupo experimental pos= Pos-test y pre= Pretest 139 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 POS-TEST Gr. Gr. N° %Magro Watts 269 1 51,28 278 2 50,76 230 2 51,75 276 3 51,7 261 3 52,2 286 4 51,5 266 4 52,0 350 5 51,3 277 5 51,1 287 6 52,5 263 6 52,5 308 7 50,6 248 7 51,4 266 8 49,2 257 8 49,1 326 9 52,6 269 9 52,8 282 51,3 260,0 51,6 295,4 1 51,3 282 1 51,4 272 2 45,86 267 2 45,85 258,4 3 52,62 234 3 52,57 234,7 4 49,1 242 4 49,2 242,3 5 52,4 260 5 52,5 252,7 6 52,7 241 6 52,8 237,5 7 55,3 264 7 52,3 266,0 8 54,7 234 8 51,6 238 51,7 253,0 51,0 250,1 Experimental 51,43 Ẍ Ẍ= Control N° %Magro Watts 1 Control Experimental PRE-TEST Ẍ Ẍ= Tabla 2: Resultados del pre-Test y pos- Test de los 17 atletas analizados. 140 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Los resultados de las medias o promedios obtenidos por cada una de las variables tanto en el pretest como en el pos-test se resalta en color azul. Condiciones de aplicación del test: se realizaron a la misma hora del día en dos días de condiciones climáticas semejantes; se intervino sobre variables como la dieta, la motivación y el estado general de recuperación y horas de sueño de los atletas de forma directa, con el fin de descartar que los resultados obtenidos puedan ser fruto de variables que pueden alterar los resultados. 4. Análisis de resultados 4.1 Normalidad de los datos El presente análisis de resultados se realiza con el programa SPSS versión 15, donde las siglas de las variables utilizadas son: CCrGEPre= Composición Corporal Grupo Experimental Pre-test PMxGEPre= Potencia Máxima Grupo Experimental Pre-test CCrGCPre= Composición Corporal Grupo Control Pre-test PMxGCPre= Potencia Máxima Grupo Control Pre-test CCrGEPos= Composición Corporal Grupo Experimental Pos-test PMxGEPos= Potencia Máxima Grupo Experimental Pos-test CCrGCPos= Composición Corporal Grupo Control Pos-test PMxGCPos= Potencia Máxima Grupo Control Pos-test. Tabla 3. Resultados de Normalidad de los datos tomados a los dos grupos en las dos variables, tanto en el pre-test como en el pos-test. 141 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Se observa que todos los test tienen normalidad en sus resultados, es decir, la distribución de los datos de cada test tiene una p>0.05; con excepción de la distribución de datos del Pos-test de la Composición corporal del grupo control, que tiene un valor de significancia de p=0.01, lo que lo hace una distribución paramétrica, y por lo tanto la significancia de la variación en la intervención de esta variable se debe hacer a través de un Wilcoxon y no de una T para muestras relacionadas. Valoración de la significancia de la variación de los resultados pre-test y pos-test. Tabla 4. Tabla de resultados de la significancia de la variación presentada entre los datos con distribución normal a través de una T pareada 142 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Tabla 5. Resultados de la pareja de datos paramétricos con la prueba de Wilcoxon. 5. Discusión Se encuentra que las dos variables iniciales analizadas, la potencia absoluta y la composición corporal, tienen las siguientes características: Todos los pre-test se comportan con distribución normal de los datos, lo que asegura que se pueden comparar las medias de los grupos entre sí luego de una intervención, lo que es de gran importancia, ya que si alguna de éstas distribuciones no es NORMAL, no se pueden atribuir las variaciones a la intervención, sino precisamente a esta característica de NO compatibilidad de los datos. En el grupo experimental todos los pos-test también tienen distribución normal de datos, lo que representa que su variación se puede calcular por una prueba T para variables relacionadas, en este caso relacionadas por una intervención en un trabajo de fuerza de 8 semanas. En el grupo experimental se confirma la hipótesis alterna en el caso de la potencia y la hipótesis nula en el caso de la composición corporal, lo que significa que para el grupo experimental se produjeron cambios significativos en la valoración de la potencia absoluta, sin tener ningún tipo de cambio en la composición corporal a través del cálculo del porcentaje (% ) de tejido magro. 143 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Para el grupo control, el resultado del pos-test en la composición corporal es de distribución paramétrica, lo que significa que se debe analizar el cambio de potencia con una prueba T de variables relacionadas y la composición corporal con una prueba paramétrica, como es el Wilcoxon. Haciendo la interpretación de los resultados de la valoración estadística de los cambios sucedidos en el grupo control, se confirma la hipótesis nula en ambos casos; es decir, estadísticamente se demuestra que el grupo que no recibió intervención de fuerza no tuvo cambios significativos en ninguna de las dos variables analizadas: composición corporal y potencia absoluta. En el grupo experimental se confirmó la Hipótesis alterna para el caso de la potencia, mientras en el grupo control se confirmó la Hipotesis nula. Se concluye así que la implementación de un plan de 8 semanas de fuerza se constituyó en un factor determinante de mejoramiento de la potencia absoluta. En caso de tener datos de la cadencia y la potencia relativa los resultados ratificarán o rectificarán lo que se obtiene con estos valores. Referencias Aagaard P, Andersen JL, Bennekou M, Larsson B, Olesen JL, Crameri R, Kjaer M (2011). Effects of resistance training on endurance capacity and muscle fiber composition in young top-level cyclists. Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports, 21(6): 298-307. Agudelo Velásquez, Carlos Alberto (2012). Planificación del entrenamiento deportivo por Modelamiento. Colombia: Kinesis. Atkinson G, Peacock O, St Clair GA, Tucker R (2007). Distribution of power output during cycling: impact and mechanisms. Sports Medicine, 37(8):647-67. Bastiaans JJ, Van Diemen AB, Veneberg T, Jeukendrup AE (2001). The effects of replacing a portion of endurance training by explosive strength training on performance in trained cyclists. European Journal of Applied Physiology, 86(1): 79-84. Bishop D, Jenkins DG, Mackinnon LT, McEniery M, Carey MF (1999). The effects of strength training on endurance performance and muscle characteristics. Medicine and Sciences in Sports and Exercise, 31(6): 886-891. Bompa T (1995). Periodización de la fuerza, la nueva onda en el entrenamiento de la fuerza. Argentina. 144 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Campos GE, Luecke TJ, Wendeln HK, Toma K, Hagerman FC, Murray TF, Staron RS (2002). Muscular adaptations in response to three different resistance-training regimens: specificity of repetition maximum training zones. European Journal of Applied Physiology, 88(1-2): 50-60. Chtara M, Chamari K, Chaouachi M, Chaouachi A, Koubaa D, Feki Y, Amri M (2005). Effects of intra-session concurrent endurance and strength training sequence on aerobic performance and capacity. British Journal of Sports Medicine, 39(8): 555-560. Coggan, Andrew; Hunter, Allen (2010). Training and Racing with a Power Meter. Boulder, Colorado: Editorial Velo Press. Del Rosso S (2010). Sistema Muscular, adaptaciones funcionales y estructurales del entrenamiento de la fuerza. Mendoza, Argentina: G-SE. Fleck SJ (1999). Periodized strength training: A critical review. Journal Strength and Conditioning Association, 13(1): 82-89. González Badillo, Juan José; Gorostiaga Ayestarán, Esteban (2001). Fundamentos del entrenamiento de la Fuerza. Aplicación al alto rendimiento deportivo. Barcelona, España: INDE Publicaciones. Hickson RC (1980). Interference of strength development by simultaneously training for strength and endurance. European Journal of Applied Physiology and Occupational Physiology, 45(2-3): 255263. Hunter G, Demment R, Miller D (1987). Development of strength and maximum oxygen uptake during simultaneous training for strength and endurance. Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, 27(3): 269-275. Issurin V (2008). Block periodization versus traditional training theory: a review. Journal of Sports Medicine and Physical Fitness, 48(1): 65-75. Jeukendrup AE, Hesselink MK, Snyder AC, Kuipers H, Keiser HA (1992). Physiological changes in male competitive cyclist after two weeks of intensified training. International Journal of Sport Medicine, 586: 35-44. Karavirta L, Hakkinen A, Sillanpaa E, Garcia-Lopez D, Kauhanen A, Haapasaari A, Hakkinen K (2011). Effects of combined endurance and strength training on muscle strength, power and hypertrophy in 40-67-year-old men. Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports, 21(3): 402-411. Larrazabal J (2010). Efectos sobre el rendimiento físico de un programa de entrenamiento combinado de fuerza y resistencia en ciclistas. Madrid, España: Universidad Autónoma de Madrid. 145 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Leveritt M, Abernethy PJ, Barry BK, Logan PA (1999). Concurrent strength and endurance training. A review. Sports Medicien, 28(6): 413-427. Norton K, Olds T (1991). Antropométrica. Rosario, Argentina: Byosistem Servicio Educativo. Paavolainen, Leena; Häkkinen, Keijo; Rusko, Heikki (1991). Effects of explosive type strength training on physical performance. European Journal of Applied Physiology and Occupational Physiology, 62(4):251-55. Ronnestad BR, HansenEA, Raastad T (2010). In-season strength maintenance training increases well-trained cyclists' performance. European Journal of Applied Physiology, 110(6): 1269-1282. Sale DG, MacDougall JD, Jacobs I, Garner S (1990). Interaction between concurrent strength and endurance training. Journal of Applied Physiology, 68(1): 260-270. Sunde A, Storen O, Bjerkaas M, Larsen MH, Hoff J, Helgerud J (2010). Maximal strength training improves cycling economy in competitive cyclists. Journal of Strength and Conditioning Research, 24(8): 2157-2165. Tanaka H, Swensen T (1998). Impact of resistance training on endurance performance. A new form of cross training? Sports Medicine, 25 (3): 191-200. Thomas, Jerry R.; Nelson, Jack K. (2006). Métodos de Investigación en actividad física. España: Paidotribo. 146 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 147 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Correlación entre la potencia en miembros inferiores (altura de despegue del salto) medida con protocolo de Bosco y la velocidad frecuencial (medida con el test de 30 y 60 metros planos) de la selección Colombia femenina y masculina de ultimate frisbee Correlation between the power in the lower limbs (height off the jump) protocol measured Bosco frequency and speed (measured with the test of 30 and 60 meter dash) of the Colombian national team, male and female, of ultimate frisbee. (Artículo publicado originalmente en la biblioteca virtual VIREF) Cristiam Paul Tejada Otero (Investigador principal) Licenciado en Educación Física, estudiante de Maestría en Entrenamiento Deportivo, docente Universidad de Antioquia. Correo: cristejada2002@yahoo.es Gustavo Ramón Suárez (Asesor) Doctor en Educación Física. Docente investigador adscrito al Instituto de Educación Física de la Universidad de Antioquia. Correo: gusramon2000@yahoo.es Resumen Este estudio tuvo como objetivo analizar la altura del salto vertical, la velocidad de carrera y analizar su correlación, en jugadores de “ultimate frisbee” de la selección Colombia. Para ello se aplicó el protocolo de Bosco, empleando una plataforma de contacto y el programa AXON JUMP®; para medir la velocidad se empleó el test de desplazamiento en carrera a 30 y 60 metros. La velocidad promedio del grupo fue de 7,2 m/s (± 0,3) en hombres y 6,4 m/s (± 0,4) en mujeres y la altura promedio del salto fue de 54,3 cm (±3,6) y 40,7 cm (±4,4), respectivamente; estas variables mostraron una correlación directa, significativa sólo en las mujeres. Palabras clave: ultimate frisbee, salto vertical, velocidad frecuencial. Abstract This study aimed to analyze the vertical jump height, speed race and analyze their correlation in players' ultimate frisbee 'selection of Colombia. This is achieved by the protocol of Bosco, using a contact platform and program Axon JUMP ® to measure the speed test was used to shift in the race to 30 and 60 meters. The group's average speed was 7.2 m / s (± 0.3) in men and 6.4 m / s (± 0.4) in females and the average height of the jump was 54.3 cm (± 3.6) and 40.7 cm (± 4.4) respectively, these variables showed a direct correlation, significant only in women. Keywords: ultimate frisbee, vertical jump, speed running. 148 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 1. Introducción Planteamiento del problema El Ultimate Frisbee en la actualidad está sumando más personas a su práctica. En Colombia ya existen 35 clubes aproximadamente, que se han venido conformando desde hace 10 años. Cuenta con torneos nacionales y entre países. En el mes de agosto de 2008 viajó una delegación con más de 106 personas que representarían a Colombia en el mundial de naciones realizado en Vancouver, Canadá. Estos deportistas lograron ubicarse como el mejor país latino americano en esa estrecha tabla de posiciones. El ultimate frisbee ya ha sido adoptado en del “Proyecto de aula” de instituciones educativas de Colombia en ciudades como Medellín, Bogotá, Envigado, Rionegro y además se practica en algunas universidades, así lo demuestra el informe de participantes elaborado por la Universidad Eafit (Medellín, Colombia) en la cuarta versión del torneo Universitario de ultimate frisbee (2008) donde participaron 19 universidades en las categorías masculino y femenino y alrededor de 14 instituciones educativas del territorio nacional. En la ciudad de Medellín ya hace parte de los programas de énfasis deportivos del programa “Escuelas populares del deporte” del instituto de Deportes y Recreación, INDER. Así pues este deporte es practicado por una población creciente de niños, niñas, adolescentes y adultos de la ciudad. Los deportistas que conforman la selección Colombia emplean las metodologías de entrenamiento que se han aplicado en deportes como fútbol y baloncesto, pues según los entrenadores éstas conservan características que se pueden adaptar al desarrollo de las habilidades y capacidades en el deporte. Además, estos deportistas lideran sus propios entrenamientos sólo con algunas nociones que han conocido mediante experiencia de otros equipos de ultimate frisbee como los de estados unidos, también mediante la consulta en libros (escasos sobre este deporte) y la indagación con profesionales del deporte. Por lo tanto, no se tiene claridad sobre la importancia del control del entrenamiento, tampoco sobre la evaluación del macrociclo en el entrenamiento deportivo. Así pues aún no se tienen test reconocidos por la comunidad científica, que puedan sustentar el rendimiento objetivo de los deportistas de ultimate frisbee. Por ende, si no se tienen test o valores de referencia acerca de las capacidades condicionales de los deportistas, los objetivos que se planteen en un macrociclo no contemplarán mecanismos de control que permitan evaluar el desarrollo de las capacidades y la forma deportiva como la velocidad, la fuerza, la potencia. A esta situación se suma que los entrenadores de la selección Colombia que conocen las experiencias de otros países y tienen algunos conocimientos sobre el deporte no evidencian la importancia de la evaluación como un mecanismo que permitirá crear objetivos claros al inicio del macrociclo de entrenamiento. 149 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En la actualidad deportes como voleibol, baloncesto, fútbol, entre otros, cuentan con datos de referencia en fuerza, en resistencia, en velocidad que les permite orientar un plan de trabajo específico porque cuentan con referentes específicos para su valoración. Es por eso que en el presente trabajo se plantea el siguiente problema ¿Cuál es la potencia de miembros inferiores, medida mediante la altura de despegue del salto, de los deportistas integrantes de la selección Colombia de ultimate frisbee y qué relación tiene con la velocidad en carrera de 30 y 60 metros? Marco teórico Inicialmente se presentarán las definiciones de algunos autores sobre los conceptos que competen a esta investigación: ultimate frisbee, estructura muscular, mecánica muscular, generación de tensión, contracción muscular, potencia, salto vertical, prueba de Bosco y velocidad frecuencial; también se presentarán algunas tablas que relacionan el salto vertical y la velocidad en la carrera. Caracterización del ultimate frisbee El Ultimate frisbee es un deporte de conjunto que combina capacidades y habilidades presentes en otros deportes. El juego emplea un disco volador o frisbee que pesa 175 gramos, durante su desarrollo no hay contacto corporal entre jugadores y el frisbee avanza solamente por medio de pases entre jugadores. Cuando el frisbee cae al piso por una intercepción o un mal pase, el otro equipo toma posesión de él automáticamente (Tejada, 2007). Cada equipo se compone de siete jugadores en el campo de juego. El gol o anotación se completa cuando una persona recibe el frisbee dentro de la zona de gol (end zone), mediante el pase de un compañero desde cualquier parte de la cancha (Parinella, 2004; Baccarini y Booth, 2008). En el gráfico 1 se definen las dimensiones de la cancha de ultimate frisbee, según Baccarini y Booth (2008). 150 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Gráfico 1. Dimensiones de la cancha de ultimate frisbee (Baccarini y Booth, 2008) Este deporte no tiene árbitros, por lo tanto “el juzgamiento” es hecho por los mismos jugadores dentro del campo de juego; el “Espíritu de Juego” es la regla máxima del ultimate frisbee, así como la filosofía que promueve, refiriéndose esta a la responsabilidad que tiene cada uno de los jugadores que participan en el juego. Este compromiso (espíritu de juego) como un sinónimo de juego limpio que convoca a todos los jugadores a que responsablemente desempeñen las normas sin ayuda de árbitros (Parinella, 2004; Tejada, 2007 y 2008). Estructura muscular En el organismo existen tres tipos de músculos, liso, el cardiaco y el esquelético, conformados por fascículos con múltiples células o fibras musculares, con núcleos cercanos a la membrana plasmática. Los sarcómeros son las unidades funcionales contráctiles de los músculos y se encuentran dentro de las miofibrillas; ellos contienen de una forma organizada los filamentos delgados de actina y los filamentos gruesos de miosina, además de otras proteínas. La fuerza es generada por el deslizamiento de los filamentos de miosina sobre los de actina, desapareciendo la banda I y la zona H, con el consiguiente acortamiento del sarcómero. Actualmente se sabe que otras proteínas como la titina se encuentran involucradas en este deslizamiento (Cardona, 2002). Mecánica muscular y generación de tensión La compresión del comportamiento mecánico del músculo esquelético cuando es controlado por el sistema nervioso es algo complejo de explicar. Las características visco-elásticas del músculo y su mecánica, hacen más complicada esa compresión. Se ve el músculo como una “unidad mecánica”, como un péndulo, formado por elementos viscosos y elásticos. El músculo esquelético se compone de tres elementos: Elemento contráctil activo, consiste en los procesos mediante los cuales el músculo responde al estímulo; Elementos elásticos, en serie y en paralelo (pasivos) son sometidos a tensión cuando los músculos son estirados. El músculo está en condiciones de generar tensión a partir de su contracción o por el aprovechamiento de la energía elástica y refleja que se 151 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 produce durante su formación. La contracción se produce por el deslizamiento: la actina (troponina y tropomiosina) sobre la miosina de diferentes cadenas y con la intervención de otras macroproteínas, prolongaciones de la miosina, la titina y la nebulina estabilizadoras del sarcómero durante la contracción (Cappa, 2002). Contracción muscular Cuando una señal nerviosa es procedente de una neurona motora, dispara un potencial de acción en el sarcolema, los túbulos en T lo transmiten hasta el retículo sarcoplasmático, abriendo los canales de calcio con la consiguiente liberación al citoplasma de este ión. El calcio se fija a la troponina C, modificando la troponina T y permitiendo un desplazamiento de la tropomiosina y descubriendo los sitios activos de la actina para su unión a la miosina. Se inicia de esta manera la contracción de las miofibrillas por la unión entre las cabezas de miosina y el filamento de actina (Cappa, 2002). La potencia La potencia se define como la cantidad de trabajo realizado por unidad de tiempo; es el resultado de la fuerza por la velocidad (F*V). En el deporte la potencia también se conoce como fuerza explosiva, por lo tanto se concibe como la habilidad para transformar la energía física en fuerza, de una manera rápida. Por esta razón depende de la cantidad de producción de ATP por unidad de tiempo. El entrenamiento de la potencia es utilizado para incrementar la velocidad de movimiento y la velocidad de los músculos para generar fuerza (nerviosa); por lo tanto, en este tipo de entrenamientos es necesario hacer énfasis en las capacidades condicionales fuerza y la velocidad. Algunos ejercicios de potencia son los saltos, el sprint (desplazamientos en carrera), los lanzamientos (Silva, 2002). Salto vertical Las pruebas de salto implican diferentes fenómenos neuro musculares que vinculan a su vez diferentes elementos como son el componente contráctil (CC) y los componentes elásticos en serie y en paralelo (CES, CEP) capaces de almacenar y reutilizar elevadas cantidades de energía. No hay que olvidar la influencia de la capacidad de coordinación entre las extremidades, así como la contribución a la producción de energía por parte de la acción violenta y enérgica del tronco. El sistema nervioso central con su reactividad, reflejo miotático, también contribuye a la producción de energía de este gesto motor, de esto se deriva la posibilidad de utilizar instrumentos de medición que nos permiten realizar la individualización en la contribución de cada uno de los componentes del músculo esquelético. La capacidad de salto como expresión de la potencia ha sido común en diferentes autores como Seargent, Abalakov y Verkhoshansky, entre otros, quienes diseñaron y perfeccionaron instrumentos de evaluación de la potencia (Cardona, 2002). Prueba de Bosco A través de una plataforma de contacto permite la evaluación y caracterización de los parámetros funcionales del salto en cada uno de los deportistas y también permite la medición de la fuerza de 152 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 las extremidades inferiores. Esta situación permite la individualización del proceso del entrenamiento y del incremento del rendimiento del deportista (Cardona, 2002). Según Cardona (2002), para realizar esta evaluación se han constituido los siguientes ítems: o Squat jump, o salto desde posición de semisentadilla con las rodillas flexionadas a 90º. o Counter movement jump, salto desde posición de pies y con la acción de contra movimiento. o Drop Jump, salto desde posición de pies y con caída en profundidad, salto pliométrico. o Squat jump y CMJ con cargas variables (porcentajes del peso corporal) y salto con el sobrepeso del cuerpo. o Saltos continuos, tipo CMJ en un tiempo de 15 a 60 segundos. o Saltos continuos, con rodilla bloqueda en un tiempo de 5 – 7 segundos. Counter movement jump El sujeto se encuentra en posición de pies con las manos en la cintura, luego realiza un contramovimiento, flexión de las rodillas hasta 90 grados y empuje hacia arriba, con el tronco lo más recto posible con el fin de evitar la influencia de este en el resultado de la prueba. La acción de saltar en forma vertical se realiza con la participación del ciclo estiramiento - acortamiento. El estiramiento de los elementos elásticos de la musculatura del muslo y la pierna permiten la consiguiente reutilización de la energía elástica; la mejoría del rendimiento con respecto al SJ se debe también a la intervención del reflejo miotático (factor de tipo coordinativo), igualmente al reclutamiento reflejo de las unidades motrices, reflejo miotático o estiramiento. El almacenamiento y la recuperación de la energía en los componentes elásticos de los diferentes músculos, permiten un aumento del 25 al 50% en el resultado del salto vertical. Esta forma de ejecución permite examinar la cualidad fuerza explosiva de los miembros inferiores, la capacidad de reclutamiento nervioso, la expresión de un elevado número de fibras rápidas, la reutilización de la energía elástica y la coordinación inter e intramuscular (Cardona, 2002). Abalakov Este test se realiza sobre la plataforma de salto permitiendo al deportista el uso de los brazos. Inicialmente se toma impulso por medio de una semiflexión de piernas, seguida de la extensión. Durante esta acción se utilizan los brazos para lograr un mayor impulso (Acevedo y cols., 2008). En la tabla 1 se define la altura del salto vertical (Abalakov) para hombres y mujeres Colombianos. 153 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Percentil Mujeres (cm) Hombres (cm) 91 – 100 38 - 55 55 – 70 81 – 90 34 - 38 51 – 55 71 – 80 32 - 34 49 – 51 61 – 70 30 - 32 47 – 49 51 – 60 28 - 30 45 – 47 41 – 50 27 - 28 43 – 45 31 – 40 25 - 27 41 – 43 21 – 30 23 - 25 38 – 41 11 – 20 21 - 23 34 – 38 1 – 10 13 - 21 16 – 34 Tabla 1. La altura del salto vertical (Abalakov) para hombres y mujeres Colombianos (Jáuregui, 1993). En la tabla 2 se define la altura del salto vertical con ayuda de los brazos (Abalokov), en hombres y mujeres deportistas (Cappa, 2002). Percentil Mujeres (cm) Varones (cm) 91 – 100 76.2 – 81.3 86.4 – 91.4 81 – 90 71.1 – 76.1 81.3 – 86.3 71 – 80 66.1 – 71.2 76.2 – 81.2 61 – 70 60.9 – 66.0 71.1 – 76.1 51 – 60 55.9 – 60.8 66.0 – 71.0 41 – 50 50.8 – 55.8 60.9 – 65.9 31 – 40 45.7 – 50.7 55.8 – 60.8 21 – 30 40.6 – 45.6 50.8 – 55.7 11 – 20 35.5 – 40.5 45.7 – 50.7 1 – 10 30.5 – 35.4 40.6 – 45.6 Tabla 2. Counter movement jump con ayuda de brazos (Abalakov) (Cappa, 2002). La velocidad frecuencial Es la capacidad de realizar movimientos cíclicos a máxima rapidez contra poca resistencia, por ejemplo en atletismo, ciclismo, natación, patinaje. Acentúa una elevada necesidad de coordinación intramuscular (Martín y cols., 2008). Los test que miden la velocidad tienen como característica común su corta duración debido a que la velocidad máxima sólo se puede mantener durante un espacio corto de tiempo. Algunos de los test más difundidos para evaluar la velocidad han sido el registro en segundos de la carrera máxima sobre distancia de 20, 30, 50 y 60 metros planos lanzados. Para aplicar el test, se realizarán tres carreras de 30 metros a máxima velocidad con una recuperación total entre las repeticiones (Alba, 2005). En la tabla 3 se presenta la escala para la valoración del tiempo en segundos de la carrera de 30 metros planos. 154 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Género Excelente Sobre media Promedio Bajo media Pobre Masculino < 4.0 4.2 – 4.0 4.4 – 4.3 4.6 – 4.5 > 4.6 Femenino < 4.5 4.6 – 4.5 4.8 – 4.7 5.0 – 4.9 > 5.0 Tabla 3. Escala para la valoración del tiempo realizado el test de la carrera en 30 metros (Alba, 2005). A partir del tiempo realizado al correr 30 metros se puede predecir los tiempos en las carreras de 60 metros, mediante la siguiente ecuación (Alba, 2005). Tiempo 60 m = 1.749 + (t30 * 1.385) + (t302 * 0.017) Objetivos del proyecto General Correlacionar la potencia de miembros inferiores, la altura de despegue del salto (medida con el test de Bosco) con la velocidad frecuencial (medida con la carrera de 30 y 60 metros lanzados) en los deportistas que conforman la selección Colombia masculina y femenina de ultimate frisbee. Específicos o Analizar la potencia de miembros inferiores, la altura de despegue del salto (medida con el test de Bosco) de los deportistas que conforman la selección Colombia masculina y femenina de ultimate frisbee. o Analizar la velocidad frecuencial medida con la carrera de 30 y 60 metros lanzados. o Describir la relación que se encontró entre la altura de despegue del salto y la velocidad frecuencial en los deportistas que conforman la selección Colombia masculino y femenino de ultimate frisbee. 2. Metodología Población y muestra Los hombres y mujeres integrantes de la selección Colombia Open de ultimate frisbee. Definición de las variables A continuación, en la tabla 4 se definen las variables: 155 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Variable Definición Conceptual Clase Nivel de Medición Indicador Edad Tiempo transcurrido desde el nacimiento Cuantitativa continua independiente Razón Años cumplidos y fracción Caracteres compartidos Cualitativa independiente Nominal Masculino o femenino Masa corporal Peso total de la persona incluyendo músculo, grasa, hueso y tejido residual Cuantitativa continua independiente Razón Kilogramos y gramos La altura de despegue del salto Tiempo que permanece el centro de gravedad del cuerpo humano en el aire Cuantitativa continua dependiente Razón Centímetros Género Velocidad frecuencial Tiempo registrado en los 30 y 60 metros corriendo Cuantitativa continua dependiente Metros por segundo (m/s). Razón Segundos (s) y centésimas (1/100). Tabla 5. Las variables de la investigación Procedimiento o Cada deportista realizará el salto máximo encima de la plataforma de contacto. o Luego realizará el test de velocidad a 30 y 60 metros, simultáneamente, en una cancha de grama o cancha de futbol. o Finalmente se realizará el análisis y manejo de los datos así: La altura del salto la proporciona el programa Axon Jump ®. La velocidad en los 30 y 60 metros la proporciona la duración en segundos que tarde el deportista recorrer cada distancia. El análisis descriptivo (media, desviación estándar, coeficiente de variación, máximo, mínimo y coeficiente de correlación de correlación) a través de la hoja de Excel, office 2007 ®. Para el grado de significación de la correlación entre las variables de la altura del salto y velocidad mediante el programa estadístico SPSS V15.0. 156 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 3. Resultados Estadística descriptiva de la velocidad de la carrera y el salto máximo Este estudio se realizó con 24 deportistas, jugadores de la selección Colombia categoría open de ultimate frisbee, 11 mujeres, 13 hombres. En el cuadro 1 se presenta la estadística descriptiva relacionada con la altura del salto y la velocidad de la carrera en los hombres. El salto máximo presentó un promedio de 54,3 cm (±3,6). La velocidad de la carrera tuvo un promedio de 6,6 m/s (±0,3) y 7,2 m/s (±0,3), 30 metros y 60 metros respectivamente. El tiempo empleado por los hombres en los desplazamientos en carrera tuvo un promedio de 4,5 s (±0,2) y 8,4 s (±0,4), 30 metros y 60 metros respectivamente. El coeficiente de variación (C.V.) indicó que los datos analizados fueron homogéneos (<10%). Mínimo Máximo Media Desviación típica Salto máximo (cm) 47,1 59,6 54,3 3,6 6,7 Tiempo de la carrera en 30m (segundos) 4,2 4,8 4,5 0,2 3,9 Tiempo de la carrera en 60m (segundos) 7,8 8,9 8,4 0,4 4,5 Velocidad de la carrera en 30m (m/s) 6,3 7,1 6,6 0,3 4,0 Velocidad de la carrera en 60m (m/s) 6,7 7,7 7,2 0,3 4,5 C.V. Tabla 6. Estadística descriptiva relacionada con la altura del salto y la velocidad de la carrera en hombres. (C.V.= Coeficiente de variación) En la tabla 7 se presenta la estadística descriptiva relacionada con la altura del salto y la velocidad de la carrera en las mujeres. El salto máximo presentó un promedio de 40,7 cm (±4,4). La velocidad en 30 metros tuvo un promedio de 6,0 s (±0,3) y 6,4 s (±0,4), 30 metros y 60 metros respectivamente. El tiempo empleado por las mujeres en los desplazamientos en carrera tuvo un promedio de 5,1 s (±0,3) y 9,4 s (±0,5), 30 metros y 60 metros respectivamente. El coeficiente de variación (C.V.) indicó que los datos analizados fueron homogéneos (<10%), llama la atención que existan algunas diferencias entre la altura alcanzada entre las mujeres (C.V. =10,8). 157 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Mínimo Máximo Media Desviación típica Salto máximo (cm) 33,4 47,4 40,7 4,4 10,8 Tiempo de la carrera en 30m (segundos) 4,7 5,5 5,1 0,3 5,4 Tiempo de la carrera en 60m (segundos) 8,5 10,2 9,4 0,5 5,7 Velocidad de la carrera en 30m (m/s) 5,5 6,4 6,0 0,3 5,3 Velocidad de la carrera en 60m (m/s) 5,9 7,0 6,4 0,4 5,7 C.V. Tabla 7. Estadística descriptiva relacionada con la altura del salto y la velocidad de la carrera en mujeres. (C.V.= Coeficiente de variación). Correlación entre la altura del salto y velocidad en carrera En la tabla 8 se presenta la correlación entre la altura del salto máximo y la velocidad de la carrera (30 metros y 60 metros) en hombres. Se puede observar que sólo hubo una correlación (r) de 0,4 y 0,5 para metros 30 y 60 metros, respectivamente. Por lo tanto no se considera significativa (α=0,23 y α=0,05). Correlación entre la altura del salto máximo y la velocidad de la carrera Salto máximo Velocidad en 30 metros r 0,4 α 0,23 Velocidad en 60 metros r 0,5 α 0,05 ** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). * La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral). Tabla 8. Correlación entre la altura del salto y la velocidad en carrera en hombres. (r= coeficiente de correlación de pearson. α= grado de significancia de la correlación). 158 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En la tabla 9 se presenta la correlación entre la altura del salto máximo y la velocidad de la carrera (30 metros y 60 metros) en mujeres. Se puede observar que hubo una correlación directa (r=0,7 y r=0,6) entre la velocidad que las jugadoras emplearon a 30 y 60 metros y el salto. Por lo tanto a mayor velocidad de desplazamiento, mayor altura del salto (α= 0,015 y α=0,033). Correlación entre la altura del salto máximo y la velocidad de la carrera Salto máximo Velocidad en 30 metros r 0,705 α 0,015** Velocidad en 60 metros r 0,644 α 0,033* ** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). * La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral). Tabla 9. Correlación entre la altura del salto y la velocidad en carrera en hombres. (r= coeficiente de correlación de pearson; α= grado de significancia de la correlación). 4. Discusión El estudio se realizó con los jugadores, hombres y mujeres, que conformaron la selección Colombia de ultimate frisbee, categoría open, que participó en el Torneo mundial de naciones en la ciudad de Vancouver, Canadá, en el año 2008. Los deportistas participaron voluntariamente en las evaluaciones de la altura del salto y en los desplazamientos en carreras (velocidad); cada jugador debía realizar las dos pruebas, el test de salto y el test de la carrera. La potencia ha sido tema de estudio en el rendimiento, (Hertogh y Hue, 2002; Kyröläinen y cols., 2004; Méndez y cols., 2007) en deportes individuales y de conjunto, sin embargo estas investigaciones no concluyen en mecanismos prácticos de evaluación de la potencia sino que sugieren hardware y software que en algunas ocasiones no se adquieren fácilmente. En el presente trabajo se realizó una correlación de la potencia en los miembros inferiores a través de unos test de campo, el test de salto vertical y el test de velocidad de desplazamiento en carrera, mediante la premisa de Silva (2002) la potencia es la cantidad de trabajo por unidad de tiempo, que se puede describir mediante las acciones que realiza la cadena cinética inferior en el mecanismo flexoextensor como los saltos y el sprint. Por tanto la potencia se asume como la máxima altura obtenida en el salto vertical y como la máxima velocidad de un desplazamiento en carrera a 30 y 60 metros de distancia. Sin desestimar que también el concepto de potencia en 159 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 otras investigaciones asume, según Silva, (2002), la producción de fuerza muscular, la velocidad de transformación del ATP y la velocidad nerviosa para generar fuerza. Sólo que no se cuenta con el hardware y/o software para describir estas variables de la potencia y que se pueden expresar en su equivalencia en julios, vatios o kilovatios. Los datos que arrojó la investigación en el salto vertical en comparación con el salto en varones de 18 años (tabla 3, Jáuregui, 1993), el promedio de la altura del salto de los jugadores hombres de ultimate frisbee se ubica en el percentil 80. En las mujeres el promedio de la altura del salto se ubica en el percentil 90. Estos resultados indican que la altura máxima de los saltos se encuentra bien. La velocidad más alta se presentó en los desplazamientos a 60 metros con un promedio de 7,2 m/s (± 0,3) en hombres y de 6,4 m/s (± 0,4) en las mujeres; mientras que en el tiempo de los desplazamientos en la carrera a 30 metros, los jugadores hombres de ultimate frisbee tuvieron un promedio de 4,5s (± 0,2), lo que indica que para la tabla de valoración de Alba (2005) se ubica como “baja”. En las mujeres el tiempo de desplazamiento en la carrera a 30 metros tuvo un promedio de 5,1s (± 0,3), lo que para la tabla de valoración de (Alba, 2005) se ubica como “pobre”. Estos resultados indican que el tiempo empleado en los desplazamientos en carrera no es significativo para el rendimiento que deben presentar los jugadores de la “categoría open”, es decir, el tiempo resultante de los desplazamientos a 30 y 60 metros en ultimate frisbee se ubica por debajo del promedio de la tabla de Alba (2005). Por lo tanto, los jugadores (hombres y mujeres) tuvieron un buen rendimiento en el salto y un mal rendimiento en los desplazamientos. Ésta situación se explica en que la tabla que se utilizó para la comparación de los saltos (Jáuregui, 1993) se obtuvo de la población en general, mientras que la tabla de velocidad de Alba (2005) se obtuvo de deportistas. Si se compara con la tabla de Cappa (2002) los deportistas se ubican en el percentil 30, hombres y mujeres, respectivamente. En el presente trabajo la velocidad de desplazamiento en carrera en relación con la altura del salto tuvo una correlación directa (r=0,5 en hombres, r= 0,7 en mujeres), con un nivel de significancia sólo en las mujeres (α=0,015), es decir, a mayor altura de salto mejor velocidad de desplazamiento en carrera; por lo tanto, si se mejora el rendimiento en la velocidad de los desplazamientos en carrera también se mejorará la altura del salto y viceversa. Esta correlación también se había presentado en otro estudio realizado con hombres (Martín y cols., 2008), por lo tanto esta explicación se presenta debido a que la musculatura que participa en los desplazamientos en carrera también se emplea en el salto; por lo tanto la mayoría de los jugadores que tengan un buen desempeño en los desplazamientos en carrera también lo presentarán en la altura que alcanzan con el salto vertical, como lo demuestra el citado estudio. Los saltos y los desplazamientos en carrera en ultimate frisbee son un aspecto fundamental que los jugadores deben emplear para interactuar durante el juego, así que la evaluación y valoración del proceso de entrenamiento en el deporte de ultimate frisbee también debe incluir estos test (salto vertical y velocidad de desplazamiento) de forma que permitan un seguimiento al 160 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 rendimiento en el juego que se pueda presentar cuando se mejore la altura del salto y la velocidad de los desplazamientos en carrera. Conclusiones La velocidad promedio de los hombres jugadores que conforman la selección Colombia de ultimate frisbee fue de 6,6 m/s (± 0,3) en 30 metros y 7,2 m/s (± 0,3) en 60 metros. La altura que se logró en el “salto máximo” tuvo un promedio de 54,3 cm (± 3,6). La velocidad promedio de las mujeres jugadores que conforman la selección Colombia de ultimate frisbee fue de 6,0 m/s (± 0,3) en 30 metros y 6,4 m/s (± 0,4) en 60 metros. La altura que se logró en el “salto máximo” tuvo un promedio de 40,7 cm (± 4,4). Al relacionar la velocidad de la carrera y altura del salto se encontró que hubo una relación directa en mujeres (r=0,7 con una significancia de 0,015), es decir, a mayor velocidad de carrera mayor altura del salto. Referencias Acero Rafael, Martin; Fernández del Olmo, Miguel; Viana González, Oscar; Aguado Jodar, Xavier; Vizcaya Pérez, Francisco J. (2008). DSJ (salto vertical sem contra-movimento a partir de flexão de joelhos acima de 120º) e corrida de velocidade de 30m a partir do repouso. Fitness and Performance Journal, 5: 319-25. Acevedo, Derly; Hincapié, Francia; Sánchez, Jorge (2008). Valoración de la manifestación reactiva de la fuerza de los miembros inferiores a los integrantes de la selección Antioquia de voleibol de la categoría junior de la rama femenina (Trabajo de grado de especialización). Medellín, Colombia: Universidad de Antioquia. Alba Berdeal, Antonio (2005). Test funcionales, cineantropometría y prescripción de entrenamiento en el deporte y la actividad física. Armenia, Colombia: Kinesis. Axon Jump. Manual del usuario. Versión 2.01 (2004). Baccarini, Michael; Booth, Tiina (2008). Essential ultimate: teaching, coaching, playing. USA: Human Kinetics. Cappa, Darío (2002). Entrenamiento de la potencia muscular. Argentina: Sobreentrenamiento. Cardona A., Oscar (2002). Caracterización de los componentes contráctil y elástico del músculo esquelético de los miembros inferiores, mediante el salto vertical, en algunos deportes de potencia, de sexo masculino del departamento de Antioquia. Medellín, Colombia: Universidad de Antioquia. Hertogh C., Hue O. (2006). Evaluación del salto de jugadores élite de voleibol mediante dos métodos: ecuaciones de potencia de salto y plataforma de fuerza (traducción). Lúdica Pedagógica, 2(11): 139-142. 161 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Jáuregui, Germán; Ordoñez, Otoniel (1993). Aptitud física: pruebas estandarizadas en Colombia. Bogotá, Colombia: Ministerio de Educación Nacional. Kyröläinen H., Avela J., Mcbride M., Koskinen S., Andersen J.L., Sipilä S., Takala S., Komi V., (2004). Effects of power training on mechanical efficiency in jumping. Eur J Appl Physiol, 91: 155–159. Méndez, Édgar y Otros (2007). El trabajo de fuerza en el desarrollo de la potencia en futbolistas de las divisiones menores de un equipo profesional de fútbol. Iatreia, 20(2): 127 - 143. Parinella, James; Zaslow, Eric (2004). Ultimate techniques and tactics. USA: Human Kinetics. Ramos S., Santiago (2001). Entrenamiento de la condición física. Armenia, Colombia: Kinesis. Silva C., Germán (2002). Diccionario básico del deporte y la educación física, 3ª ed. Armenia, Colombia: Kinesis. Tejada Otero, Cristiam Paul (2007). Ultimate frisbee. Cartilla Guía. Colombia: VIREF: Biblioteca Virtual de Educación Física. ____________ (2008). Ultimate Frisbee, el deporte de conjunto que hizo diferencia por su espíritu de juego. Colombia: VIREF: Biblioteca Virtual de Educación Física. 162 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 163 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Un aporte de la tecnología para el entrenamiento de la velocidad en el futbol sala A contribution of technology to speed training in futsal Yofre Danilo Sanabria Arguello Licenciado en Educación Física. Magister en Pedagogía de la Cultura Física. Docente investigador de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Correo: yofresanar6@gmail.com Resumen En la actualidad, el aporte tecnológico influye en gran medida en el crecimiento que presenta el entrenamiento deportivo. El desarrollo científico y tecnológico nutre y se nutre del deporte, contribuyendo a la consecución de los objetivos propuestos. Por tal razón el objetivo de implementar ayudas tecnológicas en la investigación realizada sobre la velocidad de desplazamiento en los jugadores de fútbol Sala consistió básicamente en diseñar, construir e implementar un cronómetro digital con sensor de paso que permitiera registrar tiempos reales de velocidad de los jugadores de Futbol Sala, ofreciendo de esta manera mayor exactitud en el registro de tiempos, de acuerdo a las características propias del instrumento, ya que con los cronómetros manuales la velocidad medida por el cronometrista no es tan precisa. Los resultados arrojados, una vez implementado el instrumento, fueron 100% confiables, permitiendo de esta manera tener un mejor control del entrenamiento de la velocidad en los jugadores de Futbol Sala y permitiendo que lo que se constituyó en un instrumento para la realización de una investigación sea una herramienta permanente en el proceso de entrenamiento de la velocidad de jugadores de futbol-sala. Palabras clave: tecnología, cronómetro, Futbol sala. Abstract At present, technological input greatly influences the growth presents sports training. The scientific and technological development nourishes and feeds the sport contributing to the achievement of the objectives. For this reason the objective of implementing technological aids in the research on travel speed in soccer players was basically room design, build and implement a digital stopwatch with step sensor that allowed real time speed record of players futsal, thus providing more accurate time recording according to the characteristics of the instrument, as stopwatches to measure the speed is not as accurate timekeeper. 164 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 The results obtained once implemented the instrument were 100% reliable, thus allowing better control of speed training in Futsal players and allowing what became an instrument for the realization of an investigation is a permanent tool in the training process of the speed of indoor football players. Keywords: technology, timer, Indoor Soccer. 1. Introducción En el ámbito investigativo y en la realidad práctica de la dirección de las sesiones de entrenamiento del Futbol Sala, resulta indispensable la utilización de implementos tecnológicos como el cronómetro digital con sensor de paso, el cual fue inicialmente construido para el estudio realizado en la velocidad de desplazamiento en el Futbol sala y el cual se volvió una verdadera herramienta práctica en el desarrollo diario del entrenamiento. En el proceso de entrenamiento los deportistas requieren de un control riguroso del trabajo realizado, por eso la utilización de estas tecnologías realizan aportes significativos en el control y planificación del entrenamiento deportivo. Son diversos los aportes de este instrumento en el deporte, mejorando así el control del entrenamiento y en el ámbito investigativo como medio de recolección de información. Todo esto para mejorar el entrenamiento y seguidamente conseguir el éxito deportivo. 2. Método El estudio se desarrolló con 12 jugadores de la selección Tunja de futbol sala. A cada uno de ellos se le entregó la carta de consentimiento del trabajo que iban a desarrollar, así como el entrenamiento que posteriormente se aplicaría. El grupo fue homogéneo con respecto a la edad (15 años), con un plan de trabajo de ocho semanas con planificación ATR. Las pruebas se realizaron en la cancha de Futbol sala de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia al igual que los entrenamientos. Se realizó un pre test para conocer el estado de la velocidad de los jugadores. Una vez obtenidos los resultados, se realizó la planificación individualizada, al término de esta se realizó un pos test para observar si hubo diferencias significativas en tiempo en las velocidades. Procedimiento El estudio consistió en aplicar pruebas como el test de Illinois para observar el estado en el que se encontraba la velocidad de los jugadores de futbol sala, para posteriormente realizar un trabajo individualizado en función de los resultados obtenidos durante las pruebas. 165 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Una vez inician el recorrido los deportistas, se presenta una interrupción del emisor infrarrojo al receptor y es cuando el cronómetro digital empieza a registrar el tiempo en la prueba; una vez finalizado el recorrido se presenta una nueva interrupción, para el registro total del tiempo empleado en dicha prueba. Características del cronómetro Gráfica 3: diagrama general del Cronómetro digital con sensor de paso. Izquierda: Deportista en el inicio de la toma de tiempos con el cronómetro en el test de velocidad. Derecha: Deportista en el desarrollo de una sesión de entrenamiento controlando su tiempo de velocidad con el cronómetro diseñado. 166 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 El instrumento consta de cuatro componentes fundamentales: sensor de inicio y parada, unidad de conteo e interfaz computacional. Sensor de inicio y parada Consta de sensores de paso de tipo infrarrojo que envían un pulso de inicio a fin a la unidad de conteo hasta ser interrumpidos, con lo cual se tienen los momentos precisos en las cuales el atleta pasa por estos sensores. Cada sensor posee un emisor dotado con la batería de nueve voltios lo que le asegura la autonomía suficiente para trasmitir pulsos infrarrojos que llegan al receptor que puede ser ubicado a una distancia de entre cincuenta y cien centímetros. Los receptores se encuentran unidos a la unidad de conteo mediante un cable con longitud suficiente para su ubicación. Unidad de conteo Está diseñada con un sistema microcontrolado con frecuencia de funcionamiento de 40 MHZ y contadores temporizados de 32 bits, lo que asegura una precisión menor a un milisegundo; a él llegan las señales de los sensores de paso, registrando el tiempo que tarda el atleta en cruzar por los sensores con hasta un milisegundo de conteo. La comunicación con el computador se realiza mediante un puerto serial y un adaptador serial a puerto USB, con el fin de ser utilizado en un computador portátil. A continuación se presentan los esquemas de la fabricación de los circuitos electrónicos involucrados en el sistema. Figura 1: Prototipo del sistema microcontrolado. 167 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Figura 2: Acondicionamiento del emisor infrarrojo Interfaz computacional Se realizó el lenguaje de programación labview el software encargado de registrar los tiempos y datos concernientes a cada atleta y llevar los archivos para su posterior análisis. En la primera ventana se tienen los datos del deporte, lugar de ejecución del test, hora y fecha, nombre del deportista, edad. Figura 3: Datos del deportista 168 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Figura 4: Ventana de datos consolidados En la anterior ventana del programa se tienen los datos consolidados del atleta, así como los tiempos de algún test realizado con anterioridad junto con la fecha de su ejecución, además de la selección del puerto de comunicaciones que une la unidad de conteo con el software. Figura 5: Ventana de conteo La anterior ventana presenta el conteo con precisión de milisegundos de la prueba del atleta, para activar la interfaz se requiere presionar el botón rojo de la unidad de conteo con el fin de indicarle al programa que el atleta está listo para iniciar su prueba. 169 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Figura 6: Sistema preparado Figura 7: Sistema durante el conteo Una vez terminada la prueba se guardan los datos en la carpeta Illinois en la ubicación de documentos. Cada archivo es marcado con el apellido y nombre del correspondiente atleta, en él se plasman los resultados de las distintas pruebas que realice. Todos estos elementos tecnológicos son de gran aporte en el mundo del entrenamiento deportivo y los cuales nos contribuyen a realizar una planificación correcta y a tener un excelente control del entrenamiento. 170 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Gráfica 4: Ejemplo de sesión de entrenamiento con la utilización del cronómetro digital con sensor de paso. Las fotoceldas se deben ubicar al inicio y final del recorrido que realizan los deportistas en cada una de las sesiones planificadas en el entrenamiento para la mejora de la velocidad en el futbol sala. 3. Resultados Los resultados arrojados por el cronómetro digital con sensor de paso en el pre y el pos test a los deportistas de Futbol Sala fueron de gran confiabilidad teniendo en cuenta el valor de significancia, que fue de 0,05. 171 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Deportista Tiempo Pre test Tiempo Pos test 1 15,243 14,762 2 15,518 14,895 3 15,669 14,974 4 15,804 14,61 5 15,825 15,021 6 16,237 15,803 7 16,246 15,365 8 16,524 15,946 9 16,551 15,897 10 16,614 15,703 11 16,749 16,105 12 17,204 16,871 Tabla 1: Resultados pre test y pos test de los deportistas. Gráfica 1: Velocidad del Pre test arrojada por el instrumento 172 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En la gráfica 1 se visualiza que el tiempo empleado por los 12 deportistas al realizar el recorrido del test de Illinois, observando que el deportista número 6 es el más rápido y el deportista número 9 es el más lento del grupo, cuyos tiempos corresponden a 15,243 y 17,204 segundos respectivamente. Gráfica 2: Velocidad del post test arrojada por el instrumento. En la gráfica 2 se observa el tiempo empleado por cada uno de los deportistas; luego de participar en el plan de entrenamiento aplicado durante ocho semanas, se deduce que los tiempos empleados por cada uno de los deportistas fueron menores, lo cual indica que mejoraron su velocidad de desplazamiento ascendiendo en la escala de la tabla de valoración del test de Illinois; de igual forma se observa que el deportista número 12, aunque mejoró su tiempo notablemente, no subió de escala ya que este deportista es el portero. Los tiempos en esta prueba oscilaron entre 14,762 y 16,871s. VEL. INICIAL 15.243 15.518 15.669 15.804 15.825 16.237 16.246 16.524 16.551 16.614 16.749 17.204 VEL. FINAL 14.762 14.895 14.974 14.61 15.021 15.803 15.365 15.946 15.897 15.703 16.105 16.871 DIFERENCIA 0.481 0.623 0.695 1.194 0.804 0.434 0.881 0.578 0.654 0.911 0.644 0.333 RANGO RANGO SIGNADO 3 3 5 5 8 8 12 12 9 9 2 2 10 10 4 4 7 7 11 11 6 6 1 1 suma 78 Tabla 2: Valores de las variables de la velocidad inicial, velocidad final, diferencia y rangos. 173 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 4. Conclusiones El cronómetro digital con sensor de paso fue fundamental para la toma de datos en velocidad, presentado una confiabilidad del 100%. El instrumento es útil para el análisis de la velocidad de carrera para los jugadores de Futbol Sala en unas distancias de 0 a 30 m, suministrando resultados en tiempo real y puede ser utilizado para la valoración de las velocidades máximas y medias de los deportistas, así como para realizar un seguimiento de la evolución de su velocidad. El instrumento diseñado por el investigador para toma de tiempos fue de suma importancia porque permitió que los resultados no presentaran margen de error; contrario para aquellos aparatos que son manipulados manualmente y visualmente de acuerdo a la capacidad refleja del cronometrista. El instrumento de acuerdo a sus características puede ser utilizado en diferentes disciplinas deportivas, facilitando así realizar una mejor planificación del entrenamiento. Referencias Brown, Lee E.; Ferrigno, Vance A. (2007). Entrenamiento de velocidad, agilidad y rapidez. Badalona, España: Editorial Paidotribo. Congedo, Piero (1998). Artículo de la revista II Nuovo Calcio. Díaz, J.A. (1997). Futbol Sala. Teoría y práctica del entrenamiento deportivo. Madrid: Federación Española de Futbol. Díaz, J.A, García J.J. (2002). Preparación Física en alta competición. Madrid: Federación Española de Futbol. García Jiménez, José Vicente (2009). Reposición de líquidos y su efecto sobre nieles de deshidratación en jugadores de fútbol sala en función de la posición ocupada en el terreno de juego. Tesis doctoral. España: Universidad de Murcia. Departamento de expresión plástica, musical y dinámica. García Santos, Daniel; Moreno, Andrés (2008). Diferencias en la capacidad de aceleración en carrera en jugadores de fútbol sala en función de la categoría de juego. EF Deportes Revista Digital, 12 (116). Guerrero, Alfonso (2006). 3 Sesiones para el entrenamiento de la fuerza en el futbol sala. Madrid. 174 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Gómez, Julio (2002). Texto básico Los cinco del futsal. Lima: Upecud-Med. Katis, Athanasios; Kellis, Eleftherios (2009). Efectos de los juegos en espacios reducidos sobre el acondicionamiento físico y el rendimiento en jugadores de fútbol jóvenes. PubliCE Standard, Pid: 1203. Matveiev, L. P. (1965). Periodización del entrenamiento deportivo. Moscú: Madruga. National Instruments Corporation (2009). NI Serial Hardware Specifications Guide. National Instruments Corporation (ND). Serial Installation Guide. Palau Roig, Xavier (2009). 22 ejercicios de velocidad aplicados al fútbol sala. EF Deportes Revista Digital, 14 (133). Pérez, Marta (2002). Velocidad en el futbol sala. EF Deportes Revista Digital, 8 (47). Pombo Fernández, Manuel (2007). La velocidad de las piernas en futbol sala. Entrenamiento con escaleras. Futbol Táctico. Revista Profesional de Futbol y Futbol Sala, 3. Riveiro, Juan Emilio (2000). La preparación física del futbol sala. Sevilla, España: Editorial Wanceulen. 175 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 176 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Análisis Biomecánico del saque de banda en el fútbol Biomechanical analysis of the throw-in football Rafael Tadeo Herazo Sánchez tadeo.herazo@hotmail.com Wilson Salazar Isaza isalazar12@hotmail.com Estudiantes de quinto semestre del programa Profesional en Entrenamiento Deportivo. Curso: Biomecánica Deportiva. Instituto Universitario de Educación Física, Universidad de Antioquia (Colombia). Docente asesor: Mag. Carlos Alberto Agudelo Velásquez. Resumen Para lograr mejoras en el rendimiento deportivo, es necesario tomar como referente el conocimiento basado en evidencias y recurrir a técnicas probadas y confiables que se pueden aplicar a situaciones específicas, para comparar los resultados con otros hallazgos. El análisis biomecánico nos permite conocer objetivamente la eficacia en la ejecución del movimiento o gesto técnico para formular acciones de mejora sobre el mismo. El objetivo primordial en este trabajo es examinar con detalle el gesto del saque de banda de larga distancia en el futbol, desde las tres fases del movimiento: preparación, principal y recuperación, estudiando en cada una de ellas propósitos mecánicos, factores críticos y errores comunes, para efectuar el análisis biomecánico y llegar a resultados y conclusiones para las posibles acciones correctivas de dicho movimiento. El resultado final es un modelo biomecánico para dicho gesto. Este estudio se realizó durante la asignatura Biomecánica Deportiva del IV semestre del programa Profesional en Entrenamiento Deportivo de la Universidad de Antioquia, utilizando los medios adecuados para su realización y buscando que eventuales lectores, con conocimientos básicos en disciplinas como la fisiología, anatomía, la educación física y el entrenamiento deportivo, comprendan el sentido del análisis biomecánico. Palabras clave: rendimiento deportivo, biomecánica deportiva, análisis biomecánico, saque de banda en futbol, Summary To achieve improvements in athletic performance, is necessary to take as a reference the evidence-based knowledge and use proven and reliable techniques that can be applied to specific 177 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 situations, to compare results with other findings. The biomechanical analysis allows us to know objectively the effectiveness in implementing the technical gesture movement or improvement actions on it. The primary objective in this study is to examine in detail the throw gesture long distance in football, from the three phases of movement: preparation, main and recovery, studying each mechanical purposes, critical factors and common mistakes to perform biomechanical analysis and reach results and conclusions for possible corrective actions of this movement. The end result is a biomechanical model for that gesture. This study was conducted during the course of the Sports Biomechanics IV semester of Professional Athletic Training program at the University of Antioquia, using appropriate means for its realization and looking for casual readers with basic knowledge in disciplines such as physiology, anatomy, education physical and sports training, understand the meaning of biomechanical analysis. Keywords: sports performance, sports biomechanics, biomechanical analysis, the throw-in soccer 1. Introducción 1.1 Problema Encontramos escasos estudios prácticos sobre el análisis biomecánico aplicado a gestos deportivos específicos, como el saque de banda de larga distancia en el futbol. 1.2 Justificación Para alcanzar un mejor desempeño deportivo es necesario recurrir a conocimientos basados en evidencias y técnicas probadas y fiables que permitan identificar las causas específicas del nivel deportivo en un sujeto. La biomecánica deportiva ofrece una amplia variedad de técnicas para el análisis del movimiento en el deporte, permitiendo detectar con precisión el nivel técnico de ejecución y los aspectos a perfeccionar, como se mencionó, en aras de mejorar el rendimiento deportivo. 1.3 Objetivo Realizar el análisis biomecánico al gesto técnico saque de banda de larga distancia en el fútbol. 1.4 Marco Conceptual Fases del movimiento Meinel y Shnabel(1988) proponen dividir el transcurso del gesto deportivo en partes o procesos parciales que suceden en el tiempo, concluyendo sobre este la división existente en secuencias ordenadas en el tiempo, en las que: Fase preparatoria: se prepara el movimiento de la fase principal 178 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Fase principal: se realiza y ejecuta el principal objetivo del gesto deportivo Fase final: finaliza el gesto y se prepara el enlace con la acción siguiente Rendimiento deportivo Según Billat (2002:9), rendimiento deportivo es “una acción motriz, cuyas reglas fija la institución deportiva, que permite al sujeto expresar sus potencialidades físicas y mentales. Por lo tanto, se puede hablar de rendimiento deportivo, cualquiera que sea el nivel de realización, desde el momento en que la acción optimiza la relación entre las capacidades físicas de una persona y el ejercicio deportivo a realizar”. Romero (García, 2012) define el rendimiento deportivo como “la unidad entre ejecución y resultado de una acción deportiva de una forma medible a través de diferentes procesos de valoración”. Biomecánica deportiva El Instituto de Biomecánica de Valencia IBV (1992) define la biomecánica deportiva como el conjunto de conocimientos interdisciplinarios generados a partir de utilizar, con el apoyo de otras ciencias biomédicas, los conocimientos de la mecánica y distintas tecnologías, en primer lugar en el estudio del comportamiento de los sistemas biológicos y en particular del sistema del cuerpo humano, y en segundo lugar resolver los problemas que le provocan las distintas condiciones a las que puede verse sometido. Según Ramón (2006), la Biomecánica ha sido definida de muchas maneras: o Bases mecánicas de la biología, la actividad muscular, el estudio de los principios y relaciones implicadas. o Aplicación de las leyes mecánicas a las estructuras vivas, especialmente al aparato locomotor del cuerpo humano. o Ciencia que examina las fuerzas internas y externas que actúan sobre el cuerpo humano y el efecto que ellas producen. Para Ramón (2006) “la combinación del conocimiento de la biología, las propiedades materiales del esqueleto, el sistema neuromuscular, las leyes y principios de la mecánica dan origen al desarrollo de un nuevo campo: la biomecánica. Generalmente, la biomecánica es definida como el área de estudio del conocimiento y los métodos de la mecánica que son aplicados a la estructura y función del sistema de locomoción humana”. Por otro lado, el papel que desempeña la biomecánica dentro de las ciencias del deporte, es mejorar la técnica deportiva, con el fin de optimizarla y evitar las lesiones por sobrecarga, corrigiendo su origen; para tal efecto, es necesario contar con un instrumental sofisticado y con personal altamente calificado. (García, Biosca y Valios, 1997) 179 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Análisis del movimiento Ramón (2006) afirma que el estudio del movimiento humano se debe realizar de dos formas: el análisis cuantitativo y el cualitativo. El análisis cuantitativo implica la descripción de los movimientos del cuerpo o sus partes, en términos numéricos. El observador puede entonces usar esta cuantificación para explicar o describir la situación actual. El análisis cualitativo intenta describir un movimiento en términos no numéricos. Los datos obtenidos de un análisis cualitativo pueden ser sustentados con un análisis cuantitativo y muchos proyectos de investigación son formulados de esta manera. La evaluación de un análisis cualitativo se basa en la habilidad del entrenador para reconocer los momentos críticos de la ejecución o del gesto deportivo; el análisis cualitativo es el método predominante usado por los entrenadores o de los profesores de educación física en el análisis de los movimientos de sus deportistas. En la mayoría de los casos la observación visual es el procedimiento empleado, por medio de grabación de videos para el análisis cualitativo. Saque de banda en el futbol El saque de banda es una forma de reanudar el juego. Se concede cuando el balón cruza por completo cualquiera de las líneas de banda. El saque lo realiza un jugador del equipo que no tocó por última vez el balón antes de que saliera del campo de juego, y lo realiza con sus manos desde el lugar por donde salió el balón. El procedimiento para realizarlo es el siguiente: o El jugador debe estar de pie de frente al campo o Tiene ambos pies en el exterior del campo de juego (si pisa la lateral es un mal saque y se le concede al equipo contrario) o Usa ambas manos, debe lanzar el balón desde atrás y por encima de la cabeza, con los pies juntos. Antecedentes No se encontraron estudios relacionados con el tema que compete directamente a este estudio, el gesto del saque de banda y su análisis biomecánico. 2. Método Estudio descriptivo - análisis de un caso Materiales: cámara, programa Kinovea, Microsoft Excel. 180 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 3. Resultado 3.1 Descripción del gesto técnico: Saque de banda en el futbol Fase de Preparación o Esta fase es fundamental para que el lanzamiento sea óptimo y direccional; hay reclutamiento de fibras motoras y acumulación de energía. o Se programa el gesto deportivo a manera de feedback y una sinergia para preparase en la realización del movimiento con una activación muscular, el movimiento articular y el sistema nervioso central. Propósitos mecánicos Angulo de movimiento o Se prepara el cuerpo con los ángulos ideales para asegurar la impulsión que se debe tener en la fase principal. 181 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Factores críticos o Angulo del antebrazo en relación con el eje horizontal o Angulo en la abducción de hombro o Movimiento de extensión de cadera Errores comunes o Angulo de preparación del saque o Postura del cuerpo Fase Principal 182 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Lanzamiento del balón en tiro parabólico, realizando una fuerza de impulsión hacia el objetivo trazado por el jugador. Propósitos mecánicos Velocidad – Angulo de salida o Fuerza reactiva: busca mayor alcance y buena impulsión del balón. o Músculos principales del movimiento: Agonista (tríceps) Antagonista (bíceps) o Tiempo o Distancia 183 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Según Newton y Kraemer (Zapata, 2009), “la fuerza velocidad (fuerza explosiva según otros autores) es la responsable de la ejecución de actividades que requieren una secuencia de movimientos dirigida a producir una velocidad elevada de salida o de impacto en los cuerpos”. La fuerza que realiza el músculo para vencer la resistencia y la velocidad de salida que se logra por la aceleración que se produce, es el factor que determinará la distancia que podrá recorrer el cuerpo, en este caso, el balón de futbol en el saque de banda. 184 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Factores críticos o Angulo de lanzamiento o Velocidad del envío (impulso) o Tiempo de ejecución Errores comunes o Angulo final de impulsión o Poca fuerza de impulsión del saque o Extensión de cadera o Tiempo de ejecución (rápido) Fase de Recuperación 185 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 El cuerpo recupera su posición inicial (anatómica) y el equilibrio. Propósitos mecánicos Recuperar posición, desacelerando los segmentos corporales utilizados. Factores críticos: pérdida de estabilidad (equilibrio) Errores comunes: inestabilidad al momento del impulso. 3.2 Resultados en el caso analizado 186 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Corrección de errores Según Ramón (2006), el factor a mejorar se debe intervenir mediante reentrenamiento o aprendizaje si los errores son de carácter geométrico. En caso de errores atribuibles a falta de fuerza, esta se debe mejorar mediante un plan de entrenamiento. 4. Conclusiones o Al realizar el análisis biomecánico del saque de banda en el futbol se refleja la importancia de conocer y aplicar métodos biomecánicos para el análisis del movimiento, que arrojan resultados que se podrán comparar con otros en función de determinar falencias y fortalezas y poder corregir y perfeccionar en función de poder mejorar el rendimiento deportivo. o Dadas las características de la biomecánica deportiva se recomienda ser utilizadas por profesionales que trabajan en el fútbol, ya que sus principios podrían ayudar a la obtención de un mejor rendimiento deportivo tanto en lo, técnico, táctico, técnico y fisiológico. 187 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 o Modelo Biomecánico 188 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Referencias American College of Sports Medicine (2010). ACSM' s Resources for the personal trainer, 3ª ed. Filadelfia, PA: American College of Sports Medicine. Baechle, Thomas R.; Earle, Roger W. (2007). Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico, 2ª ed. Argentina: Médica Panamericana. Baechle, Thomas R.; Earle, Roger W. (2008). Manual NSCA: fundamentos del entrenamiento personal. Badalona, España: Editorial Paidotribo. Billat, Veronique (2002). Fisiología y metodología del entrenamiento. De la teoría a la práctica. España: Paidotribo Canovas Linares, Ricardo (2009). Entrenamiento de alta intensidad. Badalona, España: Paidotribo. Cossio-Bolaños, Marco Antonio; Arruda, Miguel de (2009). Aplicaciones de la biomecánica al fútbol. Educación Física – Chile, 80 (268): 45-53. Eston, Roger; Reilly, Thomas (2009). Kinanthropometry and exercise physiology laboratory manual: tests, procedures and data, vol. I: Anthropometry. 3ª ed. Nueva York, USA: Routledge. García-Fojeda, Alberto; Biosca, Francesc; Vàlios, Joan Carles (1997).La biomecánica: una herramienta para la evaluación de la técnica deportiva. Apunts. Educación Física y Deportes, 47:1520. Izquierdo Redin, Mikel (2008). Biomecánica y bases neuromusculares de la actividad física y el deporte. Madrid, España: Médica Panamericana. Meinel, Kurt; Schnabel, Günter (2004). Teoría del movimiento. Motricidad deportiva. Argentina: Stadium. Ramón Suárez, Gustavo (2006). Modelo biomecánico. Medellín, Colombia: VIREF Instituto de Educación Física, Universidad de Antioquia. Ramón Suárez, Gustavo (2009). Biomecánica deportiva y control del entrenamiento. Medellín, Colombia: Universidad de Antioquia, Instituto Universitario de Educación Física. Zabala Díaz, Mikel; García Artero, Enrique; Lozano, Luis; Lozano Cid, Javier; Soto Hermoso, Víctor M. (2006). Análisis de los golpeos de empeine y puntera en jugadores de élite de futbol sala. Archivos de Medicina del Deporte, 23 (114): 274-282. Zapata Vélez, Johnny Arley (2009). Convalidación de un plan de entrenamiento para las extremidades superiores por medio de la polimetría, en futbolistas de la categoría sub 15 del club deportivo semillero miranda y su incidencia en la distancia lograda desde el saque de banda (Trabajo de grado de Licenciatura). Medellín: Universidad de Antioquia, Instituto de Educación Física. 189 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Oficina da Capoeira Medellín Fotografía: Juan Pablo Muñoz 190 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Acerca de la revista Caracterización VIREF Revista de Educación Física es una publicación adscrita al Instituto Universitario de Educación Física de la Universidad de Antioquia (Colombia, Sur América), que hace parte de la estrategia de gestión del conocimiento VIREF Educación Física Virtual. Su componente de revista empezó a definirse desde comienzos del año 2012. La revista busca atender las temáticas que componen el Campo de la Educación Física, las Ciencias del Deporte y el Ocio. Publicará una amplia y diversa gama de trabajos académicos e investigativos que se producen en los escenarios local, nacional e internacional, aportando una proyección teórica, metodológica, disciplinaria, interdisciplinaria y contextualizada al Campo. Se publicarán todos los artículos aprobados durante el trimestre, de tal suerte que el tiempo máximo de espera para el autor será de tres meses, siempre y cuando atienda a tiempo las recomendaciones de los evaluadores. Sólo se aceptarán manuscritos originales, inéditos, con excepción de los trabajos publicados en la Biblioteca Virtual VIREF, que paulatinamente se incluirán en la revista. Frecuencia y medio de publicación VIREF Revista de Educación Física tendrá una periodicidad trimestral y se publicará exclusivamente en formato Digital, dando libertad a los lectores de reproducirla en formato impreso si lo requiere. Idiomas Se aceptarán manuscritos en los idiomas castellano, portugués e inglés. Indicaciones para los autores Tipología de manuscritos Raras veces un manuscrito es de tipología pura, pues en su mayor parte cada uno tiene algo de cada tipo; por ejemplo, todos implican investigación documental y usualmente todos pasan por la interpretación (hermenéutica) y experiencia (fenomenología) de sus autores. Sólo para efectos formales planteamos la siguiente clasificación: 1. Sistematización de experiencias Por Sistematización de Experiencias entendemos un método que permite recolectar, organizar y analizar datos, resultado de una experiencia, con el fin de extraer de ella un nuevo aprendizaje, como insumo para cualificar el desempeño, propio o de otros. A modo de resultado se suele presentar un informe en el que se consignan los datos más relevantes, su interrelación, la comparación con experiencias similares y el nuevo aprendizaje. 191 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 2. Trabajos didáctico/pedagógicos para clases y sesiones de entrenamiento Pueden ser como unidades didácticas, sesiones de ejercicios, compendios de actividades o juegos, entre otros, que sirven como apoyo pedagógico para la enseñanza de la Educación Física, el Deporte, el Ocio o la promoción de la salud mediante el ejercicio. Son trabajos diseñados y probados por los profesionales en su desempeño cotidiano y usualmente se elaboran a partir del análisis documental, la creatividad, la aplicación práctica a situaciones específicas y la evaluación de la experiencia. 3. Protocolo de intervención El protocolo es un procedimiento o conducta a seguir. Suele ser el resultado de un ensayo o prueba. Aunque en el Campo se suele referir a la aplicación de una prueba o test, también pueden ser los pasos a seguir cuando se atiende a personas con necesidades especiales o a la conducción de una actividad didáctica. Usualmente quien lo elabora lo ha probado con buenos resultados y, a partir de la experiencia, lo ha perfeccionado. 2. Ensayo En su doble acepción: a. Como resultado de una prueba o test, guarda estrecha relación con el protocolo. b. Como intento de abordar de forma crítica un problema, siempre con respaldo documental confiable. 3. Reporte de investigación En su composición deben tener la estructura IMRYD: Introducción, Metodología, Resultados y Discusión. 4. Revisión de literatura Síntesis de la producción académica más relevante en una temática específica. 5. Reseña Presentación crítica de libros o tesis sobre temas disciplinares e interdisciplinares del Campo. 6. Traducción Sólo se aceptarán traducciones al castellano desde idiomas diferentes del portugués o el inglés y mediante autorización expresa de sus autores. 7. Producción literaria y/o artística Trabajos de creación literaria (cuento, crónica, poesía) o artística (fotografía, pintura) relacionada con el Campo. Formato de presentación 192 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Envío de manuscritos al correo revistaviref@gmail.com con las siguientes características: Archivo en formato editable, Word o similar. Fuente Calibri 12, interlineado 1,5 con espacio entre párrafos. Hasta veinte páginas por manuscrito. Para documentos más extensos, añadir justificación. Contenido y Estructura Cada manuscrito debe contener, en su orden: a. Información preliminar: Título. Breve y suficientemente específico y descriptivo del trabajo. Debe estar acompañado de su traducción al Inglés. Nombre Completo de cada autor Títulos académicos más recientes o importantes a consideración de los autores Institución donde labora o recibe formación cada autor. Correo electrónico de cada autor. Foto tipo documento de cada autor (opcional) Grupos de investigación en los que participan los autores. Apoyos: se debe indicar si el trabajo recibió apoyo financiero para su elaboración por parte de alguna institución. Resumen: debe ser informativo, incluyendo el propósito, metodología, resultados, conclusiones del documento. Deberá ir acompañado de su traducción al inglés. Palabras clave: los términos más importantes del trabajo, con su traducción al inglés. b. Cuerpo del manuscrito En procura de una mejor composición, para todos ellos se recomienda, como estructura básica y hasta donde sea posible, la estructura IMRYD: Introducción (comprende problema, justificación, objetivos, antecedentes, marco conceptual). Metodología Resultados y Discusión. 193 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 En algunos casos se debe incluir la sección Población y Muestra y, acompañando la Discusión, se pueden agregar Conclusiones y Recomendaciones. Ilustraciones y tablas: deberán llevar numeración y leyenda descriptiva. Preferiblemente deben ser originales de los autores; en caso contrario se debe citar la fuente de procedencia. Deberán tener una adecuada resolución para su correcta visualización. Citas y referencias Generalidades Siempre se debe acudir a fuentes confiables, en especial porque hoy tenemos gran facilidad de acceso a información académica y científica publicada en revistas, tesis y libros, en su mayoría con acceso libre a su contenido. Por respeto a los autores y a la forma como se comunica el conocimiento, toda fuente consultada se debe citar correctamente y/o estar incluida en la sección de Referencias. Ambigüedades, inconsistencias o errores en la citas y referencias son motivo para la devolución del manuscrito a sus autores. La Cita es la alusión a una fuente consultada. Se compone de dos elementos: aquello que se plantea o plantea la fuente citada y un código (número o datos entre paréntesis) que remite con precisión a la fuente consultada y debe estar incluida en la sección de Referencias o Bibliografía. Hay tres tipos de cita: Cita Indirecta: en ella se expresa en palabras del autor su interpretación sobre lo que plantea la fuente consultada. Así, a través de ella se manifiesta la capacidad de interpretación y síntesis del autor del manuscrito; en este sentido es el tipo de cita que más se debe usar en el trabajo. Cita Directa o Textual: en ella se expresa literalmente lo que plantea la fuente consultada. Por la razón mencionada, es el tipo de cita menos recomendada, pues un manuscrito con exceso de citas textuales es principalmente un trabajo de copia y pega, razón por la cual se le suele desestimar. Cita de Cita: en ella se expresa lo que un tercero plantea y es citado a su vez en la fuente consultada. Tampoco se debe recurrir en exceso a las citas de cita, pues si el autor citado es de tal relevancia, se debería consultar como fuente directa. La Referencia, Referencia Bibliográfica o Referencia Documental, es el conjunto de datos necesarios y organizados que permite identificar con exactitud una fuente consultada y/o citada. 194 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Sistema de Citación y Referencias adoptado A partir de este número la revista adopta el estilo APA (consultar en línea), con las siguientes modificaciones: a. Citas En lo posible, en la cita se debe agregar el número de la página. Autores Cita según estilo de redacción En paréntesis Autor fuera del paréntesis Uno (Apellido, Año:Página) Apellido (Año, Página) Dos (Apellido y Apellido, Año:Página) Apellido y Apellido (Año:Página) Más de Dos (Apellido y otros, Año:Página) Apellido y otros (Año:Página) Institución: se abrevia con sigla (SIGLA, Año:Página) SIGLA (Año:Página) Citas Directas o Textuales inferiores a tres líneas irán en el párrafo entre comillas. Citas textuales mayores a tres líneas irán en párrafo aparte. b. Referencias Autores: preferiblemente incluir los nombres y apellidos completos de todos los autores del documento citado. Títulos de revista: preferiblemente completos, sin abreviación. Documentación disponible libremente en internet: al final de la referencia se agrega la palabra Internet, con hipervínculo al documento. No es necesario escribir la fecha de consulta ni la URL. Sistema de Revisión Los trabajos recibidos que cumplan con las líneas editoriales de VIREF Revista de Educación Física serán valorados por dos profesionales posgraduados con experiencia en publicaciones. En caso de diferencias notorias acerca de la valoración del artículo entre los evaluadores, el trabajo será enviado a un tercer revisor. Se aplican tres niveles de revisión de los artículos: el primer nivel lo realiza un profesor asesor del Instituto de Educación Física, el segundo nivel será responsabilidad de los editores de la revista y el tercer nivel se realizará por un experto designado por el comité editor, cuando la complejidad del trabajo y la temática lo requieran. Los editores notificarán a los autores los resultados de la evaluación de los expertos designados, con sus recomendaciones o la no aceptación del manuscrito para su publicación. 195 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Política de acceso Contenidos bajo licencia Creative Commons. Atribución–No Comercial–Sin Derivadas. CC-BY-NC-ND Declaración de responsabilidad y Copyright La revista se acoge al principio de buena fe de nuestros colaboradores, quienes serán responsables de los contenidos que envíen a evaluación para su inclusión en este medio. Los colaboradores enviarán una autorización de publicación firmada, donde harán constar que: a. Tienen participación suficiente en el trabajo para tomar responsabilidad pública por su contenido. b. El manuscrito representa un trabajo original, no es en parte o en su totalidad igual a otra publicación de otros autores y tampoco ha sido presentado en otras publicaciones electrónicas o impresas. c. Los derechos de propiedad intelectual relacionados con el mismo pasarán a ser propiedad del Instituto Universitario de Educación Física, quien será el encargado de autorizar su divulgación y reproducción, respetando y mencionando los derechos intelectuales de cada uno de sus autores. 196 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1 Revista de Educación Física ISSN: 2322-9411 Título abreviado: VIREF Rev Educ Fis Enero - Marzo de 2013, Volumen 2, Número 1 INSTITUTO UNIVERSITARIO DE EDUCACIÓN FÍSICA 197 Enero-Marzo 2013 Volumen 2 Número 1