Oficina para Amércia Latina y el Caribe Otros títulos sobre capacitación y educación de los consumidores/as: • Educación del consumidor, democracia y ciudadanía. Consumers International - CEAAL, Chile, 1995. Consumers International es una federación de organizaciones de consumidores dedicada a la protección y a la promoción de los intereses de los consumidores en todo el mundo a través del apoyo al surgimiento de asociaciones, la educación, la investigación y la representación ante los organismos internacionales. Fue fundada en 1960, y actualmente cuenta con más de 250 asociaciones en 115 países. Es una organización sin fines de lucro, registrada en el Reino Unido (UK Reg. M| 4337865). Posee oficinas regionales en África (Zimbabwe y Senegal), AsiaPacífico (Malasia) y en América Latina y el Caribe (Chile). Su Dirección General y la Oficina para Economías Desarrolladas y en Transición están en Londres. • Los consumidores y la Organización Mundial de Comercio. Consumers International, Chile, 1996. • Educaciónn, consumo y calidad de vida. Consumers International UNESCO, Chile, 1998. • Manual de educación en consumo sustentable. Consumers International, Chile, 1999. GÉNERO Y CONSUMO Hacia un enfoque de género en la educación para el consumo • Consumidores y servicios públicos: propuestas para la acción. Consumers International, Chile, 1999. • Seguridad alimentaria y etiquetado de alimentos. Consumers International, Chile, 2000. • Aspectos legales de las relaciones de consumo. Manual para la formación de formadores. Consumers International, Chile, 2000. Plataforma regional: reflexiones para un diálogo en torno a la educación de los consumidores/as. Consumers International, Chile, 2001. Oficina para América Latina y el Caribe: Las Hortensias 2371, Providencia, Santiago, Chile. Tel.: (56-2) 335 16 95. Fax: (56-2) 231 07 73. Dirección postal: Casilla 9635, Santiago, Chile. Correo electrónico: consint@consint.cl Página Web: http://www.consumidoresint.cl • Los consumidores frente al ALCA. Consumers International, Chile, 2002. GÉNERO Y CONSUMO Hacia un enfoque de género en la educación para el consumo Consumers International Oficina para América Latina y el Caribe 1 GÉNERO Y CONSUMO. Hacia un enfoque de género en la educación para el consumo Programa de Educación del Consumidor/a Oficina para América Latina y el Caribe Consumers International Primera edición Julio de 2003 Santiago de Chile © 2003 Consumers International Inscripción Nº 133924 ISBN: 956-7665-18-4 Autor: Ricardo Iturra Con la colaboración de Angela Zambrano Diseño y diagramación: Rosa Varas/Francisca Yáñez Corrección de textos: María Eugenia Pavez Impresión: Andros Ltda. La publicación contó con el apoyo de Ana Vásquez, Carmen Varese, Lezak Shallat, Marcela Ortiz y Juan Trímboli. La realización de esta edición ha sido posible gracias al valioso apoyo económico de Novib (Oxfam – Netherlands). 2 Índice Presentación ............................................................................................... 5 Introducción ................................................................................................. 6 1. Género y consumo como relaciones sociales ................................................. 9 1.1 De cómo los seres humanos construyen su vida en un sistema de relaciones ...................................................................... 9 1.2 Género y construcción de relaciones de género ..................................... 13 1.3 Consumo y construcción de relaciones de consumo ............................. 21 1.4 Convivencia social y normas escritas y no escritas ................................ 28 1.5 Consumo y derechos ............................................................................... 32 2. Los derechos en las esferas pública y privada ............................................. 34 2.1 El sistema de derechos de consumidores y consumidoras .................... 34 2.2 Satisfacción de las necesidades básicas ................................................ 37 2.2.1 Lo público: Pobreza y discriminaciones de género ...................... 39 2.2.2 Lo privado: Las desigualdades privadas y la pobreza secundaria ..................................................................................... 44 2.3 La elección: Derecho y posibilidad .......................................................... 46 2.3.1 El ámbito público: Las condiciones de la elección ....................... 48 3. Talleres ............................................................................................................ 52 3.1 3.2 3.3 3.4 Consideraciones metodológicas ............................................................. 52 Relaciones de género en el espacio privado ........................................... 53 Mujeres y varones ante el mercado ......................................................... 63 Estrategias en pro de la equidad ............................................................. 68 Presentación El Programa de Educación de la Oficina de Consumers International para América Latina y el Caribe y la Red de Educación Popular entre Mujeres (REPEM) han comenzado a implementar un proyecto cuyo objetivo principal es incorporar la perspectiva de género en los programas de educación de las consumidoras y consumidores. Este objetivo se fundamenta en la necesidad de avanzar hacia la igualdad de oportunidades y derechos para mujeres y hombres en el ámbito de las relaciones de consumo, condición básica de todo proceso de modernización y democratización social. Un producto principal del proyecto es la elaboración de esta publicación para que proporcione herramientas conceptuales y metodológicas y facilite la reflexión y el análisis de la perspectiva de género vinculada a las relaciones de consumo, con el fin de desarrollar actividades de educación del consumidor/a desde esta opción política. El material está dirigido a integrantes de organizaciones de consumidores/as y de mujeres, así como de otras organizaciones que, desde diferentes espacios, abordan la dimensión de la protección y promoción de los derechos de las/los consumidoras/es. Esperamos que también contribuya al trabajo de los ya numerosos docentes y educadores populares que en nuestra región incorporan en su quehacer contenidos de la educación del/la consumidor/a. Confiamos en que, al finalizar el estudio y el trabajo propuesto por esta publicación, logren: ■ Conocer las principales herramientas conceptuales sobre la perspectiva de género aplicada a las relaciones de consumo. ■ Desarrollar y/o fortalecer actitudes de respeto a los derechos de las personas y reconocimiento a la diversidad, en la esfera pública y privada. ■ Desarrollar habilidades para: - la reflexión y el análisis de los procesos sociopolíticos que sustentan la actividad de consumo, así como de aquellos que determinan el conjunto de la vida social en la que están inmersos; - la animación de actividades de educación para el consumo con perspectiva de género. José Vargas Niello Celia Eccher Director Oficina para América Latina y el Caribe de Consumers International Coordinadora General de REPEM 5 Introducción Las relaciones de género y las relaciones de consumo comprometen a todos los seres humanos. Nadie puede vivir en este mundo sin establecerlas. Vivimos inmersos en ellas desde que nacemos, forman parte de la estructura de nuestra cotidianidad. Es por eso que si no hacemos un esfuerzo particular sus formas imperantes nos parecen producto del orden natural de las cosas, y no distinguimos su carácter histórico y socialmente construido. Esas formas imperantes se caracterizan por la asimetría, el desequilibrio, la inequidad. En el caso del consumo, a favor de proveedores y en desventaja de consumidoras y consumidores. En el del género, en detrimento de las mujeres. En consecuencia, si combinamos consumo y género, las mujeres sufren un doble menoscabo. El movimiento de consumidores concibe su misión como una contribución a la justicia social, al desarrollo sostenible, económicamente justo y equitativo y a un ambiente sano. 1. Las citas que se incluyen en esta Introducción, si no indican otra fuente, corresponden a la ponencia Movimiento de consumidores y movimiento de mujeres, de Ana Vásquez, Directora del CESIP, en el Congreso Mundial de Consumers International (1997), publicada en la Carta de la Red de Educación de América Latina Nº 12, de Consumers International. 2. Alternativas de desarrollo con mujeres para una nueva era. Dawn Informa N°3. “Hablar de justicia social nos conduce necesariamente a hablar de equidad de género. La existencia de la marginación, de la exclusión de las mujeres es innegable, por lo tanto no es posible soslayar o restar importancia a la dimensión de género en acciones y proyectos que buscan la justicia y la equidad.”1 En virtud de lo anterior, es una necesidad evidente para el movimiento ocuparse de las inequidades de género que se establecen en las relaciones de consumo. “Como bien se señala en un artículo de DAWN Informa2, las políticas comerciales tienen efectos diferenciados para hombres y mujeres porque su estatus económico y social es distinto. Las mujeres y los hombres responden diferenciadamente a las políticas económicas y comerciales porque tienen diferentes tipos de recursos privados y diferentes niveles de acceso a los públicos. Los temas de género en el comercio internacional y en las relaciones de mercado son, pues, de gran importancia y de primer orden para las agendas de las organizaciones de consumidores.” “El género constituye una de las dimensiones de la desigualdad social, y a la vez su cuestionamiento expresa uno de los planos de lucha por la igualdad y justicia para todos y todas. Y en esto están las organizaciones de consumidores.” “Cuando hablamos de incluir la perspectiva de género estamos hablando de aportar a la modificación de la condición y posición de las mujeres, y lograr relaciones entre los géneros que sean equitativas, justas y solidarias. La perspectiva de género se refiere al género como opción política. Asumirla significa: 6 - Buscar el equilibrio de poder entre varones y mujeres. - Recoger y considerar los intereses y demandas de hombres y mujeres. - Considerar como agentes y sujetos de desarrollo a mujeres y hombres. Un enfoque de género demanda involucrar a otros, y atañe a la sociedad en su conjunto. La perspectiva de género tiene que ser asumida como temática, como una opción y una apuesta institucional.” Esta publicación responde, precisamente, a ese propósito: hacer del enfoque de género una forma natural de concebir y proyectar el trabajo de las organizaciones de consumidoras y consumidores. Y, en esa dirección, las actividades de educación deben jugar un papel significativo. Esperamos que también contribuya a producir acercamientos y alianzas con el movimiento de mujeres en el empeño por alcanzar objetivos que les son comunes. Su propósito es contribuir: - “a la construcción de relaciones entre las personas en un marco de tolerancia, respeto y democracia (en la calle y en la casa), sin discriminaciones de ningún tipo; - a un desarrollo material (económico) que beneficie a todos los habitantes, sin ahondar las desigualdades (más bien reduciéndolas) ni agredir al medio ambiente; - a generar mecanismos de participación ciudadana para la definición de políticas (públicas) y para la adopción de las decisiones que nos afectan; - a ser protagonistas de los procesos sociopolíticos en que se sustenta nuestra actividad de consumo; así como de aquellos que determinan el conjunto de la vida social.”3 Los principios y valores que informan estos propósitos son compartidos por el movimiento de mujeres y el de consumidores/as. La publicación está estructurada en tres segmentos claramente diferenciados. 3. Iturra, Ricardo y Trímboli, Juan. Plataforma Regional. Reflexiones para un diálogo en torno a la educación del consumidor/a. Consumers International. Santiago, 2001. En la primera parte, “Género y consumo como relaciones sociales”, se examina la base valórica común que sustenta los propósitos de ambos movimientos, la cual se expresa fundamentalmente en los derechos humanos internacionalmente reconocidos. A continuación, se aboca a la construcción de los instrumentos procedimentales* que permiten operar en el análisis de relaciones de consumo desde una perspectiva de género, destacando que ellas exceden con mucho los límites del mercado. Equilibrio y transparencia en las relaciones generan espacios propicios para el ejercicio de la autonomía de las personas. * Procedimientos que es necesario conocer y practicar. La segunda parte, “Los derechos en las esferas pública y privada”, examina el contenido de los derechos reconocidos y consagrados a las personas en su condición de consumidoras, como expresión concreta de los derechos humanos. El núcleo del examen está constituido por el derecho a satisfacer las necesidades básicas, expresión del derecho a la vida, y el derecho a elegir libremente y sin restricciones, expresión del derecho a la libertad, cuya posibilidad de ejercicio amplio y efectivo es indicativa del real espacio de autonomía de que gozan las personas. 7 La elección no se refiere sólo a los bienes y servicios que se encuentran en el mercado; se refiere también a las políticas públicas, a los representantes, a los estilos y proyectos de vida, a las decisiones de la convivencia cotidiana. La mayoría de los otros derechos reconocidos a las y los consumidores apuntan a permitir y a mejorar las condiciones del ejercicio del derecho a elegir y, por ende, de satisfacer las necesidades. Entre estas condiciones, ocupa un lugar preeminente la existencia y conservación de un ambiente sano y propicio. La información, la no discriminación y la educación, están directamente vinculadas a la capacidad de elegir; lo mismo que la disposición de los medios económicos indispensables. Los derechos a disponer de bienes y servicios idóneos y seguros, a obtener resarcimiento y a representar los intereses generales, completan el escenario para el desenvolvimiento de una ciudadanía eficaz. El conjunto de ellos genera los espacios de transparencia y de equilibrio en las relaciones sociales, sean ellas de género o de mercado. La tercera parte propone talleres para realizar actividades de educación para el consumo con perspectiva de género y un conjunto de temas con los que se puede trabajar, sin que ello signifique que no existan otros medios que puedan ser abordados. Prácticamente todos los ámbitos de la vida y del conocimiento merecen y necesitan ser examinados con este enfoque. Las personas que emprendan este camino irán descubriendo cada día nuevas posibilidades, porque cuando se aprende a mirar la vida desde esta perspectiva se amplía el horizonte, se descubren nuevos problemas y también otras posibilidades de intervención. La vida se enriquece. Metodológicamente, esta publicación presenta una diversidad de recursos pedagógicos que permiten abordar e integrar estas dos categorías de análisis social. La presentación de lecturas de reflexión, preguntas de análisis para trabajo grupal, marco conceptual y actividades, entre otros, que permiten comprender e interiorizar las relaciones que se establecen en género y en consumo, así como entre estas dos dimensiones. El objetivo final es estimular la reflexión acerca de la existencia de brechas de inequidades que se establecen en el consumo y cómo éstas también están cruzadas por inequidades que se producen en las relaciones de género, así como decodificarlas y confrontarlas. Pensamos que esta herramienta puede ser de real beneficio para todas las personas que creen en la equidad y en la solidaridad como principios rectores de la convivencia social, y quieren contribuir desde la actividad educativa, sea en la comunidad o en la escuela, sea en los movimientos consumeristas, de mujeres u otros, a que estos principios se hagan realidad. Juan Trímboli 8 Coordinador Regional Programa de Educación del Consumidor/a 1. Género y consumo como relaciones sociales 1.1. De cómo los seres humanos construyen su vida en un sistema de relaciones Para leer y reflexionar Érase una vez, en un tiempo dentro del tiempo, que empezaron a nacer unos seres completamente diferentes los unos de los otros, con diferencias físicas evidentes. No había ninguno igual a otro. Los había blancos, negros, rojos, amarillos, gordos, flacos, altos, bajos, y con combinaciones de todas esas características. ¿Se puede imaginar tamaña diversidad? Y no sólo eso. Había, además, unos de un sexo y otros de otro. Tanto se distinguían unos de otros, que cada cual tenía, o quería tener, su propio nombre, pues se sentía distinto, especial. Sin embargo, a pesar de todas esas diferencias (y luego de una serie de conflictos, que no siempre resolvieron de manera muy elegante), llegaron a convencerse de que en el fondo, estructuralmente, formaban parte de la misma especie, la especie humana. En resumen, son todos seres humanos, y, aunque distintos, son iguales. Para vivir y desarrollarse, necesitan variados tipos de objetos. Acostumbran cubrirse el cuerpo con vestimentas; destinan espacios de terreno para cultivar vegetales que luego comen; construyen casas de diferentes tamaños, generalmente de material sólido, donde se cobijan en pequeños grupos, normalmente formados por una pareja y sus crías. Con el correr del tiempo han ido inventando una serie de objetos y artefactos, algunos bastante ingeniosos, destinados a facilitarles la vida, lo que en la práctica significa alejarse de la naturaleza y ser más dependiente de los objetos. Eso sí, no cuidan mucho su medio ambiente. Así como necesitan distintos objetos, igualmente necesitan del trabajo de otras personas para resolver muchas cuestiones de sus vidas. Es que, como se han ido especializando tanto, han dejado de practicar algunas labores. 9 Para leer y reflexionar A los objetos que necesitan para vivir y desarrollarse les han llamado bienes, y al trabajo de otras personas, servicios. Tanto unos como otros los adquieren mediante transacciones comerciales. Al principio de sus vidas, dependen de los adultos para obtener esos bienes y esos servicios. Su espacio de autonomía es muy reducido. A medida que crecen, van adquiriendo destrezas y desarrollando capacidades que les permiten desenvolverse y ocupar un lugar en su mundo. A ello contribuye fuertemente, en primer lugar, lo que aprenden en el seno de sus familias, en los grupos sociales en que participan (amistades, clubes, compañeras y compañeros, etc.), en los mensajes que reciben por los medios de comunicación masiva. Es lo que suelen llamar el proceso de socialización. También contribuyen los aprendizajes que realizan en la escuela, recinto donde se congrega a los jóvenes, agrupados por edades, y les transmiten el conocimiento acumulado, mucho de lo cual les sirve en su vida diaria. A eso llaman el proceso de educación propiamente tal. Esas destrezas y capacidades les permiten ampliar el campo de actividades en que toman sus propias decisiones. Pero las personas no están solas en el mundo. De modo que cada vez que toman una decisión o quieren emprender una acción para llevarla a efecto, encuentran en su campo de acción a otros seres humanos que tienen algún tipo de relación con esa decisión. En tales circunstancias, es necesario instituir las formas en que esas personas se van a relacionar, se requiere entablar negociaciones y establecer acuerdos; en el mejor de los casos, llegar a un acuerdo equitativo para las partes. 10 Para comentar en grupo Según su experiencia, ¿las personas siempre llegan a acuerdos para establecer relaciones equilibradas? ¿Qué opina de la siguiente definición? Una relación equilibrada se produce cuando ninguna de las partes toma decisiones que afectan al conjunto sin tener en consideración la opinión de las otras partes. Y es desequilibrada cuando la decisión independiente de una de las partes obliga a las otras. Entonces, decimos que hay una situación de dominación. Hay una parte dominante y otras, u otra, dominadas. ¿Qué ocurre frecuentemente cuando una de las partes tiene más poder que la otra o las otras partes? ¿Cuál puede ser la base de ese poder? Transparencia y equidad como fundamento para el desarrollo humano Para que se establezcan relaciones equilibradas, que respeten la autonomía de todas las personas, es necesario que se basen en la equidad y la transparencia. Equidad es el reconocimiento de que todas las personas tienen los mismos derechos, acompañado de la actitud de respeto por los derechos de cada ser humano. La práctica cotidiana del principio de equidad establece el equilibrio en las relaciones tanto personales como sociales. La transparencia es un complemento y una condición de la equidad para generar relaciones equilibradas. Consiste en disponer de toda la información necesaria para poder decidir con conocimiento y autonomía, de modo que ninguna de las partes participantes posea una información que le otorgue supremacía sobre las otras. 11 El imperio de la equidad y de la transparencia produce equilibrio de poderes en las relaciones humanas y sociales: poder de decidir, poder de elegir, poder de disponer, poder de establecer acuerdos. Tales son las condiciones en que se pueden desarrollar las capacidades esenciales para el desarrollo humano de mujeres y hombres. Las tres capacidades esenciales para el desarrollo humano son: ■ Vivir una vida larga y saludable. ■ Poseer conocimientos pertinentes y significativos. ■ Contar con acceso a los recursos necesarios para tener un nivel digno de vida. Pero no basta con la realización de estas tres capacidades básicas; el desarrollo humano se completa y se enriquece: 4. PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 1998. 12 ■ Contando con oportunidades políticas, económicas y sociales para ser creativos y productivos. ■ Alcanzando respeto por sí mismo. ■ Potenciando las capacidades individuales y colectivas. ■ Teniendo conciencia de pertenecer a una comunidad.4 1.2. Género y construcción de relaciones de género Para leer y reflexionar “Hombres y mujeres pueden realizar diferentes tipos de trabajos y ser iguales, y pueden hacer los mismos trabajos y ser desiguales. Lo que importa no es tanto quién hace qué cosa, sino quién define el papel del otro, y si tanto las mujeres como los hombres tienen derecho a elegir”5. Como dice Maureen Mackintosh, “nada en el hecho de que las mujeres tengan hijos implica que ellas sean las únicas que tengan que cuidarlos durante la infancia: menos aún implica que la mujer también alimente y cuide a los adultos, cuide a los enfermos, sea 5. Farr, Ellen y Rudo Chitiga. Hallo, Is gender there? A study on gender awareness in the Ms Programme in Zimbabwe, marzo 1991, citado por Shallat, Lesak y Paredes, Úrsula, op. cit. responsable de alguna de las tareas agrícolas o trabaje en industrias electrónicas.”6 Las ideas preconcebidas de lo que son “tareas femeninas” son uno de los factores que 6. Citado por Shallat, Lesak y Paredes, Úrsula, op. cit. más influye en las limitadas oportunidades de empleo de la mujer, reducida mayoritariamente a trabajos subordinados. La mujer, empleada o no, necesita ser liberada del peso de los quehaceres domésticos no compartidos y no remunerados. La esfera doméstica debería imbuirse de actitudes más abiertas hacia el trabajo femenino y masculino combinado. Ello debería ser apoyado por políticas gubernamentales que provean electricidad, saneamiento del agua, salud, educación, cuidado de los niños y demás servicios que alivien la carga de responsabilidad familiar de mujeres y hombres.7 7. Shallat y Paredes, op. cit. El acceso al poder económico y político de la mujer está lejos de ser directamente proporcional a su número, a sus necesidades y a su contribución. La participación de la mujer en la toma de decisiones es inferior a la del hombre: de lo público (en los parlamentos, las juntas, los sindicatos, etc.) a lo privado (en el hogar, entre parejas...). 13 Para leer y reflexionar El ejercicio de la autoridad por parte del hombre es tan ubicuo que se acepta como “cosa natural” por parte de hombres y mujeres. Pero la autoridad en sí misma no es atributo biológico, aunque se imponga por la fuerza física. Es un comportamiento aprendido. Al hombre se le educa a ejercerla; la mujer está educada para acatarla. La manifestación de las relaciones asimétricas de poder entre la mujer y el hombre se ve por todas partes. Hay poderes de hecho, como los privilegios que la sociedad y la tradición otorgan al hombre; existe un prejuicio masculino inherente en instituciones como la policía, la justicia y el poder legislativo; hay una legitimación ideológica de la subordinación de la mujer en la educación y la cultura; hay un desequilibrio de derecho institucionalizado en las leyes discriminatorias de propiedad y en los derechos a la herencia. Esto se debe al hecho de que estas leyes y estructuras legales fueron creadas por hombres, bajo su propia iniciativa y para proteger sus propios intereses. 14 Para comentar en grupo ¿Por qué se atribuyen funciones diferentes para mujeres y hombres? ¿Quién lo dispuso así? ¿Qué pasaría si fuera al revés? ¿Piensa que en su comunidad las relaciones entre mujeres y hombres son equilibradas? ¿Por qué? ¿Es posible una sociedad sin roles y funciones predeterminadas para hombres y mujeres? Mujeres y hombres: ¿Iguales o no tanto? Pese a que importantes acuerdos internacionales establecen que mujeres y hombres nacen iguales ante la ley, aún persisten muchas leyes en nuestros países, que consagran distintas formas de discriminación en contra de las mujeres. El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Uno de sus acápites sostiene: “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre8 no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”. Más adelante, en su artículo 2 señala: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Entre ellos se encuentran los siguientes derechos: ■ a la vida; ■ a la libertad; ■ a la seguridad; a no ser víctima de amenazas, violencia o agresiones; ■ a igual protección ante la ley; 8. Gracias al trabajo del movimiento de mujeres, la idea de que la palabra “hombre” incluyera a las mujeres ha ido evolucionando desde 1948. En la actualidad los textos internacionales se refieren a “mujeres y hombres”. 15 ■ a protegerse contra toda discriminación; ■ a casarse y formar familia libremente; ■ a poseer y disponer de bienes; ■ a elegir libremente el trabajo; ■ a tener un horario razonable de trabajo; ■ a igual salario por igual trabajo; ■ a vacaciones periódicas pagadas; ■ a educación elemental y fundamental gratuita; ■ al pleno desarrollo de la personalidad humana; ■ a participar libremente en la vida pública”. Pero incluso en los países en que la igualdad de derechos está inscrita en la Constitución, las mujeres encuentran enormes dificultades para hacerla respetar. De tal manera, el acento puesto en los derechos debe ser completado por el acento en la igualdad de oportunidades. Para comentar en grupo En la práctica, ¿encuentran las mujeres de su país condiciones que les permitan: ■ estar bien alimentadas; ■ gozar de una buena salud y vivir largo tiempo; ■ leer y escribir; ■ participar libremente en la vida pública; ■ tener tiempo para ellas; ■ tener dignidad y autoestima? ¿Se puede encontrar aspectos comunes en las mujeres de distintos estratos sociales? ¿Cómo se diferencian estas condiciones de las que tienen por lo general los hombres? Las posibilidades de que gozan hombres y mujeres ¿hasta qué punto se pueden comparar? 16 ¿Las mujeres sufren restricciones desconocidas para los hombres? Si las mujeres tienen menos posibilidades que los hombres, los resultados de los programas de desarrollo tenderán a favorecer a estos últimos. En el corto plazo, las restricciones impuestas a las mujeres juegan a favor de los hombres, como en las negociaciones al interior de la pareja. ¿A qué se debe esta asimetría en las posibilidades que encuentran hombres y mujeres para su desenvolvimiento? ¿Es propia de la naturaleza de unas y otros? La verdad es que no hay nada en la estructura biológica de los seres humanos que justifique esa diferencia. Esas desigualdades no se han llegado a establecer en razón del sexo de las personas, sino que se han construido social y culturalmente. Esto es lo que llamamos género. Género y sexo no son sinónimos Sexo Es la identidad sexual de cada persona, la condición biológica con la que se nace: órganos sexuales femeninos, órganos sexuales masculinos. Es una determinación biológica no social ni cultural. Se nace mujer u hombre, pero, como veremos, el género se “hace”. Género Es el rol social que históricamente se ha supuesto que tienen los hombres, por un lado, y las mujeres, por otro. Estos diferentes roles han sido asignados por la sociedad desde tiempos inmemoriales de manera arbitraria, y supone que hombres y mujeres tienen diferentes funciones sociales determinadas por su sexo (condición biológica). De acuerdo a esta visión, por ejemplo, las mujeres deben ocuparse de las actividades domésticas y los hombres de las actividades públicas. La condición biológica no debería producir diferencias en las remuneraciones, por ejemplo. No obstante, las diferencias biológicas entre mujeres y hombres se usan como forma de justificar la discriminación contra la mujer. El papel asignado por razón de género se aprende. Cambia de una sociedad a otra, de un lugar a otro y en el tiempo. Características como el pelo largo pueden ser vistas como femeninas en una época y masculinas en otra.9 Las características sexuales se determinan en el vientre, al momento de la concepción. 9. Los temas de género se apoyan, cuando no se citan, en el documento Conceptos de género en la planificación del desarrollo, de Lezak Shallat y Úrsula Paredes. Instituto Internacional de las Naciones Unidas para la Investigación y Capacitación de la Mujer (INSTRAW), sin fecha. 17 La identidad asignada por razón de género evoluciona durante la niñez y la madurez. La asignación de funciones y relaciones basada en el sexo es un proceso en evolución constante. Los padres, hermanos, parientes y amigos desempeñan un importante papel, reforzando ciertos comportamientos para niñas y niños, y desaprobando otros. La escuela también desempeña un papel en la formación, al igual que los medios de difusión y otras instancias cercanas al hogar que transmiten valores, modelos y estereotipos, como la iglesia y el mercado laboral, entre otras. 10. Elson, Diane. Les préjugés masculins dans le processus de développement: généralités. La asimetría entre el género masculino y el femenino se puede expresar en términos de subordinación de género: las mujeres en tanto que género están subordinadas a los hombres. Pero, hablando así, se pone más el acento en las estructuras que en los actores. Se corre el riesgo de enmascarar la responsabilidad individual y de sugerir la presencia de fuerzas sociales inmutables, las que no tenemos más remedio que reconocer. Se puede utilizar como argumento para justificar el rechazo a conceder oportunidades iguales a las mujeres.10 Alcanzar la real equidad de género depende, en primer lugar, de la responsabilidad individual de las personas. La persistencia de las desigualdades y la lucha del movimiento de mujeres ha llevado a la comunidad internacional a adoptar varios acuerdos en relación a la equidad en las relaciones de género, desde la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer (México, 1975), pasando por la aprobación de las Estrategias de Nairobi para el Avance de la Mujer (Nairobi, 1985) a la IV Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing, 1995). En esta última, casi medio siglo después de la Declaración Universal de Derechos Humanos, se reconoce que, pese a ciertos avances, “Persisten las desigualdades entre mujeres y hombres y sigue habiendo obstáculos importantes”, y se reafirma el compromiso de: “Garantizar la plena aplicación de los derechos humanos de las mujeres y las niñas como parte inalienable, integral e indivisible de todos los derechos humanos y libertades fundamentales;” 18 Ejercicios ¿Qué ocurre en su comunidad? ¿Qué se considera normal y correcto que hagan las mujeres (“eso es cosa de mujeres”) y qué se considera anormal e incorrecto (“eso no lo hace una mujer”)? Cosas de mujeres Una mujer no lo hace ¿Y cuáles son las “cosas de hombres”? ¿Y lo que no es propio de un hombre? Cosas de hombres Un hombre no lo hace 19 Luego de este ejercicio, ¿Qué comentario le merece esta escena? Escena familiar: Ella: Vamos a jugar al papá y a la mamá. Él: Yo soy el papá. Ella: Sí, pues, quién más. Ven, vamos al dormitorio. Que no nos pillen. Entran a la pieza y cierran la puerta... Ella: Ponte aquí, en la cama. Él: ¿Así acostado? Ella: Eso. Entonces, tú te quedas mirando el fútbol en la tele, mientras yo te traigo una cerveza y te preparo la comida. (Ella tiene siete años y él tiene seis). Comentarios 20 1.3 Consumo y construcción de relaciones de consumo11 Para leer y reflexionar 11. Basado en Educación, Consumo y Calidad de Vida, Ricardo Iturra y Cristina Larraín. Consumers InternationalUNESCO. A menudo escuchamos hablar de “sociedad de consumo”, para referirse al tipo de organización que se ha impuesto últimamente en casi todo el mundo. ¿Se quiere decir con eso que sólo en este tipo de sociedades se realiza el consumo? ¿Que antes de imponerse la “sociedad de consumo” la gente no consumía? ¿Cómo se las arreglaban entonces hombres y mujeres para satisfacer sus necesidades? Si consideramos que el consumo es la actividad que nos permite satisfacer gran parte de nuestras necesidades mediante la utilización de bienes y servicios, debemos convenir en que consumo ha habido y hay en todas las sociedades y en todas las etapas de sus respectivos desarrollos; así como producción e intercambio. Pero, necesidades han tenido siempre los seres humanos. ¿Cuál es, entonces, la diferencia? Antes de que la producción industrial en masa se hiciera dominante, la principal característica de la organización de los procesos productivos era su orientación preferente hacia la satisfacción de las necesidades de las personas. Los productores recibían demandas concretas y específicas de sus clientes, y se esforzaban por satisfacerlas de la manera más cumplida. En ello iba su prestigio y su orgullo. La producción de bienes y de servicios estaba determinada por lo que la clientela demandaba, respetando, en gran medida, las preferencias individuales. Las relaciones entre productores/as y consumidores/as eran directas y claras. Usted mandaba a hacer exactamente lo que necesitaba, cómo quería y del material que elegía. Y si después había algo que no correspondía, iba y lo hacía modificar. 21 Con la producción en masa se invierte el sentido del proceso. Ahora se comienza con la producción de una gran cantidad de objetos semejantes para, luego, buscar las personas o grupos de ellas que estén dispuestas a adquirirlos. Para lograr ese propósito, los proveedores echan mano de todos los recursos que les permitan convencer a los consumidores de que los compren. Uno de los recursos más poderosos es la publicidad. Para comentar en grupo ¿Cuántas decisiones de consumo que usted ha tomado en los últimos meses han estado influenciadas por la publicidad? ¿Qué pasa con los demás miembros del grupo? ¿Mujeres y hombres son tratados de forma distinta por la publicidad? ¿Qué tipo de publicidad y sobre qué clase de productos va dirigida a hombres y a mujeres? Las personas buscan en el consumo un medio para satisfacer sus necesidades. Los proveedores, en cambio, buscan la ganancia, la mayor ganancia posible. Proveedor/a es toda persona que ejerce profesionalmente la función de producir, distribuir o vender bienes (mercancías), o la de prestar servicios (realizar trabajos para otros). ¿En qué consiste un buen negocio para un consumidor o para una consumidora? ¿Hay alguna diferencia? ¿Y cuál es un buen negocio para un proveedor/a? ¿Tienen ambos grupos los mismos propósitos? 22 Relaciones de mercado El encuentro de proveedores y consumidoras y consumidores establece las relaciones de mercado. De estas relaciones se derivan, como podemos ver, muchas consecuencias. El problema es que las partes que en ellas participan no tienen, espontáneamente, ni los mismos propósitos ni la misma capacidad económica y de influencia social o política. En efecto, las consumidoras/es se presentan, con su dinero en el bolsillo, a la búsqueda de un bien o de un servicio que satisfaga una necesidad específica. Su motivación es la necesidad que debe satisfacer. El proveedor, en cambio, lo que quiere es vender, y al precio más alto posible para obtener la mayor ganancia. Su motivación es la ganancia. La capacidad económica de los grandes proveedores es incomparablemente mayor; ella les permite ejercer influencias en los medios de comunicación, a través de campañas publicitarias o de información dirigida, y les abre puertas en el mundo de las decisiones políticas. Las consumidoras y los consumidores, por su parte, suelen encontrarse aislados y limitados a sus solas capacidades individuales; sujetos a aceptar las condiciones que los proveedores quieran imponer. Proveedores que, por lo demás, conocen todos los secretos de su rubro y constituyen poderosas organizaciones. ¿Qué consumidora o qué consumidor está en condiciones de conocer todos los detalles técnicos de todos los productos que utiliza y/o consume en su vida? En tales condiciones, las relaciones que se puedan generar tenderán a ser muy desiguales, desequilibradas y carentes de transparencia. ■ ¿De qué manera se puede corregir este desequilibrio? ■ ¿Cuáles serían las condiciones necesarias para que exista equilibrio y transparencia en las relaciones de mercado? ■ ¿Qué deberían hacer los consumidores y las consumidoras para restablecer el equilibrio y la transparencia en las relaciones de mercado? 23 Ejercicios ¿Cuándo consumimos? Piense en todo lo que hizo ayer, desde que se levantó hasta que se durmió. Haga una lista de todos los objetos -o bienesy de los servicios que utilizó. Todas esas acciones constituyen actos de consumo. ¿Qué habría ocurrido si no hubieran existido ni esos bienes ni esos servicios? Realice el siguiente ejercicio de imaginación: Todos los bienes y servicios que anotó en su lista han desaparecido, nadie los produce, nadie los ofrece; usted, por sus propios medios, debe encontrar la forma de satisfacer esas necesidades. ■ Imagine cada una de las acciones que debería emprender para levantarse, asearse, tomar desayuno, etc. ■ ¿Cómo sería su vida en esas condiciones? ¿En qué época la gente vivía de esa manera? Ahora, piense en los proveedores –productores, comerciantes, prestadores de servicios–, ¿qué pasaría con ellos? ¿Se imagina cómo sería la vida si sólo nos limitáramos a satisfacer las necesidades de la vida biológica? Lo que la gente necesita para vivir con dignidad, para sentir que su vida vale la pena, es mucho más que las exigencias de la sola supervivencia física. ¿Qué otras necesidades tienen las personas, fuera de las biológicas? ¿Cuáles son, para usted, las condiciones que debe cumplir su vida para considerar que tiene sentido; para sentirse realmente satisfecho? 24 Haga una lista con todas las necesidades biológicas que debe satisfacer; al frente de cada una, ponga aquello con que la satisface. En otra lista, escriba las necesidades no biológicas y, al frente, los satisfactores correspondientes. Necesidad biológica ¿Con qué se satisface? Necesidades no biológicas de la vida digna ¿Cómo las satisfago? ■ ¿Le parece que esas dos listas reflejan lo que para usted es una vida digna? ■ ¿Podríamos decir que ellas expresan su escala de valores? ■ ¿Todas las personas necesitan los mismos bienes y servicios que usted para sentir que llevan una vida digna, para sentirse satisfechas? 25 ■ ¿Nuestros antepasados necesitaban lo mismo? ■ ¿A qué se deben las diferencias? Aplique este mismo ejercicio a un grupo de hombres y a otro de mujeres. Compare los resultados. ■ ¿Existen diferencias entre los grupos? ■ ¿En qué tipo de necesidades hay más diferencias, en las biológicas o en las no biológicas? Los aspectos psicológicos y sociales del consumo deben merecer especial atención en las actividades educativas. Es recomendable destacar, comprender y valorar las diferencias, no sólo las históricas, sino también las culturales, las geográficas, las sociales, las de género y, por supuesto, las individuales. ¿Cuál es la casa ideal para usted? ¿Y cuál es para una persona de un país o ciudad diferente a la suya, o si es del campo o de la ciudad? 12. Harris, Marvin. Antropología Cultural, pág. 180. Alianza Editorial, 1983 “Los antropólogos subrayan el hecho de que las motivaciones para producir, intercambiar y consumir bienes y servicios están moldeadas por las tradiciones culturales. Las diferentes culturas valoran distintos bienes y servicios y toleran o prohíben diferentes tipos de relaciones entre la gente que produce, intercambia o consume.”12 ¿Podría reconocer en sus propias motivaciones y prácticas de consumo la influencia de determinadas tradiciones culturales? Recuerde que cada vez que usted dice o escucha decir “esto no se hace así” o “esto no se usa”, está en presencia de una manifestación del influjo de tradiciones culturales. ¿Qué papel juegan la publicidad y la moda en este proceso de identificación y representación? Los vínculos de lo personal y lo social en el consumo no se limitan a la influencia de la cultura sobre lo que la gente elige o sobre los tipos de relaciones que establecen. Ellos se extienden a las consecuencias que las prácticas personales de consumo tienen sobre la sociedad en su conjunto y sobre el medio ambiente. 26 Impacto ambiental y social del consumo Los procesos individuales de consumo acarrean importantes consecuencias en el sistema productivo, ya que, en última instancia, son las preferencias de consumidoras y consumidores las que deciden (o pueden llegar a decidir) qué se produce y qué no se produce en una sociedad. Preferencias que, muchas veces, son manipuladas y distorsionadas por los sistemas comunicacionales (publicidad, moda) de los proveedores. Esa es, además, una de las vías mediante las cuales las decisiones de consumo repercuten, a la postre, en las condiciones del medio ambiente. En efecto, de la elección que las personas hagan de bienes o servicios que son resultado de procesos productivos que respetan el medio ambiente o que lo contaminan, que se preocupan por salvaguardar los recursos naturales o que los depredan, cuya utilización es limpia o contaminante, dependerá la preservación o el deterioro del medio ambiente. Otra fuente de impactos sobre el ambiente se encuentra en la generación de desechos sólidos y su inadecuada disposición, como resultado de la utilización de bienes y servicios. Para comentar en grupo ■ ¿Tiene conciencia de todos los desechos que usted produce diariamente como individuo, familia y comunidad? ■ ¿Conoce qué ocurre con los desechos sólidos después de que usted los abandona? ¿A dónde van a parar? ¿Qué efectos producen sobre el ambiente? ■ ¿Qué se puede hacer para reducir la cantidad y el volumen de los desechos domiciliarios? ¿Conoce productos alternativos u otras maneras de consumir para que se genere una menor cantidad de desechos en su hogar? ■ ¿Conoce sistemas de reciclaje de basura aplicables en su localidad? Por último, pero no menos importante, la preferencia de los consumidores/as por determinados bienes y servicios contribuye a estimular o no la persistencia de procesos productivos que respetan o atropellan los derechos o la dignidad de los trabajadores/as, o prácticas comerciales respetuosas o violatorias de los derechos de los consumidores/as. Una de las primeras acciones organizadas por el moderno movimiento de los consumidores ocurrió en Estados Unidos a fines del siglo pasado, cuando un grupo de 27 profesionales inició una campaña de boicot (negarse a comprar) de los productos de determinadas fábricas que empleaban mujeres y niños en condiciones inhumanas. ¿Sabía usted que la Unión de Consumidores (Consumers Union) de Estados Unidos organizó un exitoso boicot contra una famosa marca de zapatillas, que las fabricaba explotando niños en Asia? Es necesario tener siempre presente esta dimensión del proceso de consumo en el trabajo educativo. Como usted puede darse cuenta, la comprensión de los vínculos de las acciones cotidianas individuales con distintos aspectos relevantes de los sistemas productivos, de interacción social y ambiental, es de primera importancia para el desarrollo de actitudes y conductas conscientes, responsables y solidarias por parte de los consumidores/as. 1.4 Convivencia social y normas escritas y no escritas Con el paso del tiempo y la lucha de los sectores progresistas de la humanidad, las normas escritas han ido tratando de ampliar los fundamentos de la transparencia y del equilibrio en las relaciones sociales. Pero muchas veces subsisten normas que consagran la desventaja de la mujer en cuestiones tan importantes como las señaladas más arriba, u otras que, al no sancionarlas, permiten conductas discriminatorias en el acceso al trabajo, en los salarios, o en los sistemas de salud. Desde el fondo cultural de tradiciones, costumbres y creencias surgen, se imponen y perduran otras normas de la convivencia social, cuya característica principal es su carácter conservador. No están escritas. Y, con frecuencia, son las que impiden que se cumplan las disposiciones escritas que buscan establecer condiciones de igualdad y respeto entre las personas, al margen de sus características físicas o ideológicas. Son las que se imponen en la convivencia cotidiana, como si se tratara del orden natural de las cosas. El movimiento de mujeres y el movimiento de consumidoras y consumidores comparten el propósito de influir para modificar tanto las normas escritas como las no escritas y las prácticas sociales, con el fin de generar las condiciones que permitan relaciones sociales equilibradas y transparentes en todos los ámbitos. Condiciones que fomentan la capacidad de las personas para ejercer su autonomía. Es mediante el ejercicio y el respeto de la autonomía de las personas y de los grupos que se consiguen establecer los acuerdos que conducen al desarrollo de una vida social democrática y solidaria. 28 Para leer y reflexionar La autonomía: “El poder de controlar su propia vida, es decir, una suerte de fuerza y de confianza interiores que permiten afrontar la vida, el derecho de hacer elecciones y de influir en el cambio social”. La autonomía, que hace alusión a las ideas de autoridad, de libertad, de igualdad de oportunidades para todos, se debe comprender en el cuadro de la lucha contra la pobreza y la desigualdad al nivel de las clases, del género y de las razas. (...). La autonomía es, entonces, el control sobre su propia vida y sobre su cuerpo.13 13. Pronk, Jan. Femmes dans le dévelopment; le chemin vers I’autonomie (Fotocopia sin referencias). Para comentar en grupo ¿Qué diferencia en el grado de autonomía tienen las personas adultas de su localidad o país, según su género, condición social o edad? ¿Qué comentario le provoca la situación que se plantea a continuación? ¿Considera que la misma refleja hechos frecuentes en su comunidad? ¿Qué dificultades añadidas de consumo encuentran las madres solteras u otros grupos de mujeres que se presentan como “fuera” de las tradiciones o roles asignados socialmente? Estaciones en la vida cotidiana de María María trabaja en una empresa y aprovecha el tiempo del almuerzo para realizar trámites en la institución financiera que le concedió un crédito para el tratamiento odontológico de su hija. El dinero no le alcanza para pagar la cuota completa correspondiente a ese mes. Diálogo con el funcionario: - Señor, quería ver si es posible... Sabe, tuve gastos extraordinarios, entonces ... - ¿Y qué se le ofrece, señora? - Quería saber si esta cuota, sólo esta cuota, la podría pagar en dos cuotas. Bueno, no sé... - Sí, no es problema. Dígale a su marido que venga a firmar y asunto arreglado. - ¿Marido? ¿Y no puedo firmar yo? Yo soy la mamá. El papá, usted sabe... - No, señora; tiene que ser él. 29 La autonomía en sentido estratégico “El concepto de autonomía se utiliza también en un sentido estratégico, y de dos maneras. Primero, en un sentido ideal enraizado en una visión de la sociedad. Se le considera como un objetivo a largo plazo o como un medio para cambiar la sociedad en su conjunto. El segundo sentido estratégico es más operacional y funciona principalmente como una piedra de tope que permite escoger las acciones a emprender a partir del análisis (de género). 14. Pronk, Jan. Op. cit. 15. Id. Tomado en sentido amplio, la autonomía no tiene como objetivo únicamente la transformación de la sociedad, ella proporciona también los medios para lograrlo.”14 La autonomía significa acceso al poder. Significa tomar el destino en las propias manos con el fin de cambiar las relaciones desiguales de poder. No para intercambiar los roles y oprimir a aquellos que antes eran los opresores, sino para establecer la igualdad en un contexto de diferenciación.15 Es importante distinguir correctamente la posición y la visión de cada parte cuando se está en presencia de relaciones desiguales de poder. Según Marijke Priester: “Los hombres deben aceptar igualmente una parte de responsabilidad en el empeño de la redistribución. (...) Yo insisto en la importancia de implicar a los hombres en la redistribución del poder y de los escasos recursos entre los dos sexos. Pero el objetivo principal sigue siendo el reforzamiento del poder de negociación de las mujeres con los hombres a objeto de que ellas lleguen a determinar sus propias relaciones de género sobre un pie de igualdad.” 30 Marco jurídico e institucional Para que puedan imperar las condiciones de equilibrio y transparencia en las relaciones de mercado, es necesario que exista, por una parte, un conjunto de normas jurídicas –leyes, decretos, reglamentos– que regulan tanto las actividades de unos y otros como sus relaciones recíprocas, y, por la otra, un sistema de instituciones que supervisen el cumplimiento de las normas, sancionen las infracciones y resuelvan las controversias. Esas normas reconocen, consagran y hacen operativos los derechos de consumidoras y consumidores, tanto como los de los proveedores; velan porque la actividad productiva se desarrolle en condiciones de respeto por el medio ambiente, y de seguridad y equidad en las relaciones laborales. Corresponde al Estado crear el marco jurídico e institucional en que se desenvuelven las actividades económicas. Pero corresponde a la ciudadanía vigilar para que el Estado y sus instituciones cumplan a cabalidad las funciones de protección de los derechos de consumidoras y consumidores. ■ ¿Conoce las leyes de protección de los derechos de consumidoras y consumidores? ■ ¿Qué instituciones son las encargadas de supervisar su cumplimiento? ■ ¿Conoce las normas que regulan la libre competencia? ■ ¿Las que reprimen o regulan las situaciones de monopolio? ■ ¿Y las que impiden y sancionan la depredación y la contaminación del medio ambiente? ■ ¿Sabe cuáles son las disposiciones legales que establecen requisitos de seguridad, calidad e higiene de los productos? ■ ¿Y las que regulan las condiciones de contratación? Necesidad de acción organizada ¿Cuántos actos de consumo realiza usted diariamente? ¿Y cuántos el resto de los habitantes del país? ¿Serán varias decenas de millones? ¿Cree que puede haber un aparato estatal capaz de supervisar el cumplimiento de las disposiciones legales en todas y cada una de esas acciones de consumo? Nadie mejor que las propias personas que consumen –que son las protagonistas– para hacer valer sus derechos y defender sus intereses. Pero las personas aisladas sólo pueden, en el mejor de los casos, dar solución a las cuestiones cotidianas más inmediatas. 31 ■ ¿Cómo pueden enfrentar las cuestiones más generales, las que tienen que ver, por ejemplo, con los impactos sociales y ambientales? ■ ¿Cómo pueden hacer presente a las instancias correspondientes las insuficiencias, vacíos o errores que pueda contener el marco jurídico e institucional? ■ ¿Qué pueden hacer para modificar circunstancias o prácticas que alteren el equilibrio y la transparencia en las relaciones de mercado? La única respuesta válida a estas interrogantes es la organización, la acción organizada de los consumidores y de las consumidoras en defensa de sus intereses, y la generación de alianzas y redes con otros movimientos sociales afines. La acción ciudadana, para ser completa y eficaz, tiene que compatibilizar esas dos dimensiones: una individual y cotidiana y otra social y colectiva, por la vía de la organización. 1.5 Consumo y derechos Para equilibrar las relaciones de mercado, el llamado movimiento de consumidores (así se le ha llamado tradicionalmente, “de consumidores”, aunque hayan sido las consumidoras sus principales animadoras) ha desplegado, desde sus inicios, actividades destinadas a obtener el reconocimiento de los derechos de consumidoras y consumidores en las leyes positivas de los países. Una de las cosas que una ley de esta naturaleza debe hacer es restablecer el equilibrio entre proveedores y consumidoras y consumidores. Cosa que la propia fuerza del mercado, esto es la oferta y la demanda, no puede hacer por sí misma. 16. Serra, Antonino y Varese, Carmen. Aspectos legales de las relaciones de consumo. Manual para la formación de Formadores. Pág. 16. Consumers International, Santiago, Chile, 2000. 32 “La principal preocupación de las primeras organizaciones de consumidores fue defender el valor del dinero en las relaciones de mercado, obtener la mejor calidad al mejor precio. Con el correr del tiempo se añadió la preocupación por el valor de la gente, su acceso al consumo y las condiciones de trabajo. Hoy en día persiguen, además, la promoción de los valores más altos de la sociedad civil: libertad, justicia, equidad, junto con la defensa del medio ambiente”.16 Las primeras organizaciones se formaron en Estados Unidos (1891) y en Europa (1910), bajo la forma de Ligas. Paralelamente, se produjeron movimientos espontáneos de consumidoras y consumidores que organizaron boicot (abstención de comprar) a determinados establecimientos y productos. El recuento de los boicots dirigidos a los precios se remonta en Estados Unidos por lo meno al año 1902, e incluye el boicot nacional contra los supermercados, en 1996, y el de los alimentos, en los años setenta. Revisando esos movimientos, Friedman (1995)17 descubrió que tanto los líderes como los participantes eran mayoritariamente mujeres. La misma impronta de género se puede encontrar como característica de los boicots de consumidores que tienen metas menos económicas, como aquellos en contra de Nestlé por las técnicas de marketing empleadas para introducir las fórmulas de leche infantil (sucedáneo de la leche materna) en los países menos desarrollados, y aquellos realizados en contra de comerciantes que discriminaban a los consumidores por razones de raza. En suma, debe haber una relación entre la participación de las mujeres en el movimiento de consumidores y el uso del boicot. En efecto, habría que pensar si el hecho de negarse a comprar bienes y servicios por razones económicas o políticas no debería ser rebautizado como “girlcott” *.18 * En inglés la palabra es boycott – boy = niño; girl = niña. El movimiento de consumidores tiene un impulso definitivo a partir de las palabras del entonces presidente Kennedy, el 15 de marzo de 1962, ante el congreso de Estados Unidos: “Todos somos consumidores y siendo el grupo más importante del mundo, se nos olvida continuamente”. En el mismo mensaje, proclama los cuatro derechos fundamentales del consumidor: “a la seguridad, a la información, a elegir y a la representación.”19 Derechos que más tarde evolucionarían en función de las nuevas áreas de acción del movimiento de consumidores y de los debates abiertos sobre el tema en el seno de los organismos internacionales. 17. Friedman, M. 1995. American consumers boycotts in response to rising food prices: Housewives’ protests at the grassroots level. Journal of Consumer Affairs (March), 55 - 72. 18. Mayer, Robert N. Thoughts on women’s contributions to the modern consumer movement. University of UTA. 19. Id., pág. 16. El movimiento de consumidores amplió así su trabajo práctico y teórico y se presenta como un referente ciudadano tanto a escala internacional como en cada país. ¿Qué hace el movimiento de consumidores en su país y cuáles han sido sus logros? ¿Cómo puede usted colaborar para su fortalecimiento y que se cumplan los derechos de los consumidores y consumidoras? Bien vale la pena reflexionar al respecto. 33 2. Los derechos en las esferas pública y privada 2.1 El sistema de derechos de consumidores y consumidoras Para leer y reflexionar El 9 de abril de 1985, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó las “Directrices para la Protección del Consumidor”. Este es un conjunto de recomendaciones para que los gobiernos creen condiciones que permitan a consumidoras y consumidores tener un nivel de protección adecuado para satisfacer sus necesidades. “Sobre la base de lo establecido en las Directrices, de la evolución y de la experiencia del movimiento de consumidores, Consumers International20, con el consenso de sus organizaciones miembros, ha sistematizado los derechos de los consumidores. 20. Mayer, Robert N. Op. cit., pág. 22. Los ocho derechos básicos de los consumidores son: 1. Derecho a la satisfacción de las necesidades básicas. 2. Derecho a la seguridad. 3. Derecho a la información. 4. Derecho a elegir. 5. Derecho a la representación. 6. Derecho a la reparación. 7. Derecho a la educación para el consumo. 8. Derecho a un medio ambiente saludable.” 34 Para comentar en grupo ¿Cuáles de estos derechos se respetan y ejercen permanentemente en su comunidad? ¿Conocen sus derechos como consumidores y consumidoras? ¿Qué caminos tienen para hacerlos respetar? ¿Es necesario un fuerte movimiento de consumidores para lograr el cumplimiento de estos derechos? ¿Es necesaria la organización ciudadana? Un sistema de salvaguarda de derechos Los ocho derechos formulados por Consumers International y reconocidos por la comunidad internacional constituyen un sistema para la salvaguarda de los intereses de las personas en el área del consumo. Este sistema se organiza en torno a dos ejes: el derecho a satisfacer las necesidades básicas de manera suficiente y digna, vale decir, el derecho a consumir; y el derecho a elegir de manera libre y autónoma los bienes y servicios que mejor se acomoden a los intereses, gustos y propósitos de cada cual. Vida y libertad El primero es la afirmación del más básico de los derechos humanos, el derecho a la vida; y el segundo, de aquel que hace que ésta tenga sentido, el derecho a la libertad, que se expresa en la posibilidad de actuar con autonomía. Los siguientes seis derechos (información, calidad, reparación, representación, educación, medio ambiente) contribuyen a que se cumplan las condiciones para el ejercicio pleno de los derechos a satisfacer las necesidades y a elegir. Cada día adquiere más relevancia la importancia del medio ambiente para la mantención de la vida. Un medio ambiente sano y propicio es condición indispensable para el desenvolvimiento de la existencia de los seres vivos. 35 Información Representación Elección Reparación Satisfacción de necesidades Calidad - Seguridad LIBERTAD Medio ambiente VIDA Ambos derechos, vida y libertad, también son pilares de todos los movimientos de mujeres. 36 Educación VIDA DIGNA 2.2 Satisfacción de las necesidades básicas Para leer y reflexionar La voz de los pobres El estudio La Voz de los pobres, basado en casos reales de más de 60.000 hombres y mujeres de 60 países, se realizó como base para el Informe sobre el Desarrollo Mundial, 2000/2001 de Naciones Unidas. Las siguientes citas son una ilustración de lo que significa vivir en la pobreza: No me pregunten qué es la pobreza porque me han encontrado fuera de casa. Miren la casa y cuenten el número de agujeros. Miren los utensilios y la ropa que llevo. Miren todo y cuenten lo que ven. Eso que ven, eso es la pobreza. Hombre pobre, Kenya. Nuestra actividad agrícola es reducida; todo lo que compramos en las tiendas es caro; la vida es dura: trabajamos pero ganamos poco dinero, compramos poco, hay pocos productos, no hay dinero y tenemos la impresión de ser pobres. Si hubiera dinero.... De un grupo de debate de hombres y mujeres pobres, Ecuador. Cuando mi marido se pone enfermo, la situación es catastrófica. Nuestra vida se paraliza hasta que se recupera y vuelve a trabajar. Mujer pobre, Zawyet Sultan, Egipto. La pobreza es humillación, es tener la sensación de depender de ellos, y de verse obligada a aceptar las malas maneras, los insultos y la indiferencia cuando buscamos ayuda. Mujer pobre, Letonia. Al principio, tenía miedo de todos y de todo; de mi esposo, del jefe de la aldea, de la policía. Hoy, no temo a nadie. Tengo mi propia cuenta bancaria. Dirijo el grupo de ahorro de mi aldea... hablo a mis hermanas acerca de nuestro movimiento. Y contamos con una asociación de 40.000 miembros en el distrito. Fuente: Narayan, Chambers, Shah y Petesch, 2000; Narayan, Patel, Schafft, Rademacher y Koch-Schulte. 2000. De un grupo de debate de hombres y mujeres pobres, India. 37 Para comentar en grupo ¿Para usted, cómo se manifiesta la pobreza en su comunidad? ¿Qué necesidades son las más afectadas? ¿Qué relaciones encuentra entre pobreza y consumo? ¿Hay diferencias en la vida de las personas pobres por razón de su género? ¿Cuáles? ¿Puede poner ejemplos de su comunidad? ¿Qué diferencia encuentra entre decir que los pobladores “son pobres” y decir que “están pobres”? ¿Cuál debería ser la manera en la que debemos hablar de esta situación? Satisfacción de necesidades básicas y distribución de la pobreza El derecho a la satisfacción de las necesidades básicas consiste en: Tener acceso a productos y servicios esenciales y básicos para el desarrollo de la vida: alimentación adecuada, vestimenta, vivienda, servicios de salud, educación, saneamiento. Para que esto pueda realizarse, las Directrices de Naciones Unidas para la Protección del Consumidor llaman a los gobiernos a promover un desarrollo económico y social justo, equitativo y sustentable. La satisfacción de las necesidades está directamente determinada por las condiciones económicas y sociales en que se encuentran los países y en las que viven las personas. El espectacular crecimiento experimentado por el consumo en el siglo XX, que entre 1950 y 1998 aumentó en seis veces su nivel, no se ha visto reflejado de manera homogénea en el conjunto de la población. Por el contrario, ha sido tan malamente distribuido que sólo ha provocado un incremento de las insuficiencias y de las desigualdades. 21. Iturra, Ricardo y Trímboli, Juan. Plataforma Regional – Reflexiones para un diálogo en torno a la educación del consumidor/a. Consumers International. Santiago, 2001. 38 A escala mundial, el 20% de los habitantes de los países de mayor ingreso hace el 86% del total de los gastos en consumo privado, en tanto que el 20% más pobre sólo hace un minúsculo 1,3% de esos gastos. Esta diferencia que se da entre los países a escala mundial, se encuentra reproducida, en diferentes proporciones, al interior de los mismos. En los países de la región, la desigualdad es una brecha que crece.21 2.2.1 Lo público: Pobreza y discriminaciones de género La pobreza entre las mujeres jefas de hogar es más aguda que la de los hombres. Naciones Unidas estima que un 70 por ciento de los 1.300 millones de personas en situación de pobreza en el mundo son mujeres. Esta realidad contrasta con los avances educativos que ha tenido la mujer, pero a su vez se explica por las severas condiciones de segregación, discriminación y exclusión social de que la mujer es objeto. Un ejemplo de esa exclusión social la hallamos en sus posibilidades de participación política en Latinoamérica, donde ocupa apenas un 10 por ciento de los cargos sujetos a elección popular. Las desigualdades de género inciden en la pobreza de las mujeres y en su acceso desigual al poder y a los recursos. La feminización de la pobreza es un concepto que da cuenta de la incapacidad de satisfacer las necesidades básicas de grandes contingentes de mujeres, y la inequidad en la distribución de los beneficios socioeconómicos entre los sexos. El “orden de género” y la pobreza de las mujeres22 La división sexual del trabajo es una de las bases del orden de género. Esta no sólo se expresa en la división del trabajo concreto entre hombres y mujeres –productivo y reproductivo– sino también en las normas que regulan sus trabajos, las representaciones de lo femenino y lo masculino, el reconocimiento social y el poder para expresar sus opiniones y desarrollar sus proyectos personales y colectivos. Incide también en la identidad de los géneros, es decir, en las pautas socialmente esperadas de las conductas, valores y expectativas de las personas según su sexo, y que son asumidas como naturales. La división del trabajo por sexos está asociada a la pobreza de las mujeres, por las menores oportunidades de éstas para acceder a los recursos materiales y sociales y a la toma de decisiones en materias que afectan su vida y el funcionamiento de la sociedad. 22. Fuente: www.cintefor.org.uy/ mujer/doc/cinter/ equidad/cap1/wi/ index.htm La responsabilidad que se asigna a las mujeres de la mayor parte del trabajo doméstico y el cuidado de la familia genera desigualdad de oportunidades en el acceso a los recursos económicos, culturales, sociales y políticos. A su vez, el trabajo reproductivo de la mujer no tiene valor económico en nuestra sociedad –no se transa en el mercado–, por lo que es menos apreciado que el papel económico del hombre, que es medible y más visible. 39 Eso significa que las mujeres dedican una gran cantidad de horas al día a un trabajo que no es remunerado (quehaceres del hogar, crianza de los niños, atención a los ancianos, cuidado de la salud, etc.). Para amplios sectores de la población, esto impone restricciones a la participación de la mujer en condiciones de igualdad en el mundo público y genera una dependencia económica de la mujer con respecto al hombre. Por otro lado, las mujeres tienen menor acceso a los recursos productivos: la propiedad de la tierra y de las empresas, el capital productivo, el crédito. Esto constituye un círculo vicioso que las mantiene alejadas de la riqueza y el poder económico. Ellas enfrentan menores oportunidades para desarrollar su capital humano, ya que el sistema educativo y de formación profesional tiende a reproducir las pautas tradicionales sobre las relaciones e identidades de género, en que lo femenino es menos valorado socialmente. Estaciones en la vida cotidiana de Ana Ana en reunión del curso de su hijo. Todos los “apoderados” son mujeres, salvo uno que es hombre. Ana conversa con el único hombre presente. Mire, qué bueno que usted se ocupe de estas cosas. No todos los hombres lo hacen. Sí, es que yo trato de colaborar lo más que puedo en la casa. Bien. Entonces, ¿cómo cree que podemos hacer para que estos niños no se aficionen a esa comida chatarra que sale en la tele, y que no anden pidiendo esas zapatillas y esa ropa de la publicidad? Este. No sé, porque mi mujer es la que se ocupa de esas cosas. 40 Las mujeres, especialmente las pobres, tienen mayores dificultades para acceder al trabajo remunerado, por las barreras que le imponen sus tareas domésticas, su falta de preparación e información o por pautas culturales que no incentivan el trabajo femenino. Además, enfrentan de parte de los empleadores imágenes estereotipadas y conductas discriminatorias que limitan sus opciones. El menor acceso a la toma de decisiones y la baja presencia de las mujeres en los organismos que inciden en los diversos aspectos de su vida también se expresa en la exclusión de sus intereses específicos de género de las agendas políticas, económicas y gremiales. Por ejemplo, la pobreza es usualmente percibida como “neutra” en términos de género, y, por lo tanto, las políticas de combate a la pobreza tienden muchas veces a reproducir las desigualdades de género. Tal como se ha señalado, los derechos reconocidos en las leyes no son siempre aplicados en la práctica. Tampoco son aplicados de la misma manera para todos los sectores de la sociedad. ■ ¿Son las mujeres las personas que más dificultades encuentran para hacer valer sus derechos como consumidoras? ■ ¿Hay otros sectores en las sociedades de la región que encuentran dificultades semejantes? ■ ¿Es diferente el grado de dificultad según el nivel social y la riqueza de las personas? Las posibilidades de realización del consumo, y también las formas de hacerlo, están poderosamente condicionadas por decisiones que se producen en esferas en que las consumidoras y los consumidores no tienen mayor injerencia. “Al organizarse para proveer comida, vivienda, traslado y diversión a los miembros de una sociedad, el sistema económico “piensa” cómo reproducir la fuerza de trabajo y aumentar las ganancias de los productos. Podemos no estar de acuerdo con la estrategia, con la selección de quiénes consumirán más o menos, pero es innegable que la oferta de bienes y la inducción publicitaria de su compra no son actos arbitrarios.”23 23 García Canclini, N. El consumo sirve para pensar. En: Consumidores y Ciudadanos. Grijalbo, México, 1995. Estaciones en la vida cotidiana de Doris Doris, al salir de su trabajo, debe llevar a reparar la computadora de “los niños”. Por suerte, el marido pudo ayudarle en la mañana y se la llevó a la oficina de ella. Además, para mayor suerte, un compañero de trabajo, amigo de su marido también, le ofreció llevarla en su auto al servicio técnico. Diálogo con el encargado del servicio técnico: Doris: Señor, aquí le traigo la computadora de la que le hablé por teléfono ayer. Técnico: Sí. Vamos a ver. (Se dirige al amigo.) Señor: Mire, esta computadora está muy mal tratada. Yo se la voy a reparar, pero usted tendrá que hacer que la traten con más cuidado. Amigo: Oiga, la computadora no es mía; es de la señora. Técnico: Sí, pero es que... 41 En tales condiciones, los sectores más vulnerables ven muy limitadas sus posibilidades de tomar decisiones conducentes a la plena satisfacción de sus necesidades; su autonomía se ve reducida a un estrecho círculo de acción. Estos sectores dependen, en gran escala, de las medidas que adopten las políticas públicas para apoyarlos. Lo privado y lo público se articulan de manera estrecha en la actividad de consumo. El proceso de satisfacción de necesidades en el ámbito privado también pone en movimiento relaciones entre personas y, por lo tanto, oportunidades para ejercer y respetar derechos y asumir responsabilidades; oportunidades para fomentar la equidad y establecer el equilibrio entre los seres humanos. Estaciones en la vida cotidiana de Consuelo Consuelo participa en una reunión del barrio para impedir que se produzca la venta ilegal de fuegos artificiales; como ocurrió en años anteriores con ocasión de las fiestas de fin de año, lo que produjo muchos accidentes entre niños y niñas. Resuelven ir a hablar con el comerciante que habitualmente los vende. Se forma una delegación de cinco mujeres. Diálogo con el comerciante: - Señor, venimos en representación de los vecinos... - Vuelva otro día, ahora no tengo tiempo. - Es que tenemos que hablar de un problema muy grave... - Yo no tengo tiempo ahora, ya les dije. - Es que queremos una explicación. - Yo no tengo nada que dar explicaciones... (Y se va.) (Vuelven las mujeres con un hombre, y es él quien habla). - Buenas tardes, dicen las señoras que usted no las quiere escuchar. - ¿Yo? ¿Y sobre qué sería? - Es sobre la venta de fuegos artificiales. Usted sabe que están prohibidos porque son muy peligrosos... - Uy, pero si no me dijeron nada. Me hubieran dicho que se trataba de eso. 42 Ejercicios Realice una encuesta entre personas de su comunidad con las preguntas que se plantean a continuación. Luego reúna las respuestas y saque sus propias conclusiones sobre el nivel de comprensión que muestran los entrevistados sobre el derecho a la satisfacción de las necesidades básicas y las diferencias existentes por razones de inequidad en la distribución de la riqueza y, particularmente, de género. ■ ¿Tienen las consumidoras y consumidores de bajos ingresos acceso a alimentos básicos?, ¿a agua potable?, ¿a servicios sanitarios?, ¿a electricidad, gas?, ¿a otros servicios básicos? ■ ¿Se subsidia la provisión de servicios básicos para grupos de bajos ingresos? ¿Es una vía adecuada para proteger los derechos de consumidores y consumidoras? Si no lo cree así, entonces ¿qué se debería hacer para ello? ■ ¿Existen programas de préstamos o de construcción de viviendas para las personas de bajos recursos? ■ ¿Conoce servicios especiales de salud reproductiva? ■ ¿Hay educación primaria gratuita para todos? ¿Debería haberla? ■ ¿Existen restricciones para que las mujeres puedan acceder a determinados servicios, como los de educación y salud, por ejemplo? 43 2.2.2 Lo privado: Las desigualdades privadas y la pobreza secundaria La actividad de consumo ocupa la atención de los miembros de los grupos familiares. Es el tema de buena parte de los mensajes que se intercambian cotidianamente en su seno. Está en el origen de muchas de las tensiones que allí se viven, así como sirve para expresar afectos y alegrías; y llega, incluso, a ser causal de graves conflictos. Cada uno de los miembros del grupo familiar procura satisfacer algunas (muchas) de sus necesidades por medio de la utilización de bienes y de servicios (cosas y trabajo especializado de otros) que ofrece el mercado. El grupo mismo, como unidad, hace otro tanto. ¿Cómo se hace efectivo en este ámbito el derecho a la satisfacción de las necesidades básicas? Pobreza secundaria La pobreza secundaria es tan importante para las mujeres como la pobreza en sí, porque muestra, por ejemplo, que muchos hombres no entregan la totalidad de sus ingresos al hogar, sino que utilizan una parte para sus actividades “sociales”. Algunos hogares no son considerados pobres, según los ingresos ganados, pero en ellos las mujeres y los niños están efectivamente en situación de pobreza (secundaria) porque los recursos disponibles para ellos son mucho más bajos que los recursos totales del hogar. (...) 24. Bradshaw, Sara. El caso del Mitch. En: “Análisis de género en la evaluación de los efectos socioeconómicos de los desastres naturales”. Documento preliminar. Septiembre, 2000. Es común que muchos hombres retengan ingresos para sí mismos y que, en promedio, destinen al hogar entre el 50 y 70% del total de sus ingresos. En cambio, las mujeres utilizan todos o casi todos sus ingresos para satisfacer las necesidades del hogar y cuidar de sus hijos. 24 En situaciones de crisis social o de emergencia económica, en distintos países se han desarrollado interesantes experiencias para salvar dificultades en la satisfacción de las necesidades básicas. Todas se caracterizan por movilizar la actividad solidaria, la ayuda mutua y la colaboración, y porque han sido impulsadas, lideradas y mantenidas mayoritariamente por mujeres. Entre ellas podemos nombrar, a modo de ejemplo, los “comprando juntos”, las “ferias de trueque”, los talleres comunitarios, las cooperativas de consumo. 44 ■ ¿Conoce alguna experiencia de este tipo en su localidad o en su país? ■ ¿Cuáles son sus rasgos principales? Ejercicios Entreviste con el siguiente cuestionario y por separado a hombres y mujeres. ¿Quién establece las normas que rigen las relaciones relativas al consumo en el espacio privado? ¿Cómo interactúan los miembros del grupo familiar para organizar esa actividad? ¿Quién elige qué? ¿Quién toma las decisiones? ¿Qué decisiones toman los hombres y cuáles las mujeres? ¿Quién hace qué? ¿Cómo se establecen los objetivos de mediano y largo plazo del grupo? ¿Cómo se dirimen los conflictos? ¿Cómo se fijan las prioridades? Organice las respuestas y comente los resultados con su grupo de trabajo. 45 2.3 La elección: Derecho y posibilidad Para leer y reflexionar Funcionamiento del hogar Uno de los modelos que permite entender el funcionamiento de un hogar es el de “cooperación conflicto”, en el cual la idea de negociación es central. Los miembros de un hogar buscan mejorar tanto su propia situación como el “bienestar” colectivo del mismo, y establecen, por tanto, diferentes prioridades. La resolución de estas diferencias es resultado de la capacidad de negociación de cada uno de ellos. Los factores que influyen en la capacidad o posición de negociación son la autopercepción de cada integrante respecto de su valor como persona y de la percepción del valor que las otras personas del hogar le confieren. Ambas, a su vez, dependen de la valorización de la contribución de cada uno al bienestar del hogar, la que se traduce en la cantidad de recursos –ingresos, por ejemplo– que una persona puede obtener. Las mujeres, en general, están en una posición más débil de negociación que los hombres, porque su contribución es invisible, no es reconocida o es considerada de menor valor, lo que afecta la valoración de sí misma. Hay otros factores, además del económico, que también inciden en la capacidad negociadora de los integrantes del hogar. Las diferentes personas tienen, en el tiempo, distintas capacidades en el proceso de toma de decisiones, o posiciones distintas de poder para decidir sobre el uso de los recursos. Las personas en un hogar cooperan entre sí para beneficio de todos; sin embargo, aunque todos podrían salir igualmente beneficiados, algunos miembros lo serán menos que otros. Entre estos últimos se encuentran, por lo general, las mujeres. 46 Existe cooperación en tanto todas puedan ganar algo, pero existe conflicto cuando algunas ganan más que otras por las diferencias en sus posiciones de negociación. Las oportunidades que existen fuera del hogar, como la participación en organizaciones sociales, también influyen en la posición relativa de las personas dentro de él; aquellas que no tienen muchas posibilidades fuera de ese espacio soportarán mucho más situaciones desiguales de acceso a recursos que otros.”25 25. Bradshaw, Sara. Op. cit. Para comentar en grupo ■ ¿Qué papel juegan las mujeres en la definición de un proyecto familiar, qué queremos hacer, qué proyectamos para el futuro, quién se responsabiliza de qué? ■ ¿Cómo se distribuye el tiempo libre al interior de la familia? ¿Gozan las mujeres de igual cantidad de tiempo libre que los hombres? ■ ¿Pueden las mujeres disponer libremente del mismo tiempo de ocio que los hombres? ■ ¿Qué piensan las mujeres de su entorno sobre esta situación? La posibilidad de elegir La posibilidad de elegir de manera libre y autónoma los bienes y servicios que mejor se acomoden a los intereses, gustos y propósitos de cada cual es un claro indicador del grado de autonomía de que se dispone. Establecida la condición previa para que las personas satisfagan sus necesidades en una sociedad de mercado, vale decir, disponer de los recursos suficientes para adquirir los bienes y servicios apropiados, es preciso que se cumplan otros requisitos para que el derecho a elegir esté plenamente garantizado. 47 Es necesario que exista ■ La oferta de una variada gama de productos y servicios, a precios competitivos, con garantía de calidad satisfactoria; ■ Control de prácticas empresariales abusivas y restrictivas; ■ Productos idóneos, adecuados para el propósito que se les destina, que cumplen con condiciones suficientes de seguridad, durabilidad, utilidad y confiabilidad, y la correspondiente garantía; ■ Disponibilidad de servicios y piezas postventa confiables. Es necesario, además, que las leyes consagren el derecho y establezcan los mecanismos para hacer efectivas las condiciones de su ejercicio. Sin embargo, la posibilidad de elegir con autonomía no se realiza necesariamente por la simple existencia de los requisitos señalados. Las posiciones de poder (o de no poder) en que se encuentran las personas, o grupos de ellas, serán determinantes para su efectiva realización. 2.3.1 El ámbito público: Las condiciones de la elección A diferencia del privado al que se refirió la lectura introductoria de esta parte, en el ámbito público la normatividad de actuación es más expresa, pero existe sin embargo una gran distancia con su aplicación en la realidad. Si consultamos las leyes, seguramente nos dirán que el derecho a elegir de manera fundada está garantizado para todos los ciudadanos sin distinción, con lo que quieren decir ciudadanas y ciudadanos. Pero si examinamos la realidad, nos encontraremos con muchas oportunidades y situaciones en que la elección es muy difícil, cuando no, imposible. Información y educación Para elegir es necesario conocer las características de las distintas alternativas que se nos presentan. Y esas características sólo podemos conocerlas mediante una información completa, veraz y oportuna. 48 ■ ¿Quién se encarga de ofrecer esa información? ■ ¿Entregan los proveedores todos los datos que necesitamos saber para tomar decisiones informadas? Muchas veces, los mensajes que recibimos contienen información que no estamos en condiciones de aprovechar, porque no tenemos los conocimientos ni los criterios para hacerlo; porque no estamos en condiciones de discernir siquiera si es una información útil; sin mencionar aquellos mensajes que contienen información engañosa, o simplemente falsa. Entonces, junto con la información, necesitamos recibir la educación suficiente para desenvolvernos en este mundo. Nuestro derecho es recibirla. Al mismo tiempo, es responsabilidad nuestra buscar y reclamar las formas que nos permitan adquirir los conocimientos necesarios para actuar. La responsabilidad de saber, de enterarse es importante no sólo para elegir el bien o servicio idóneo para un fin específico de nuestra vida familiar; lo es también para discriminar entre los bienes que son resultado de procesos productivos que respetan o no los derechos de trabajadoras y trabajadores; que son amables o agresivos con el ambiente. Debemos encontrar formas de hacer llegar al consumidor/a la información que le permita premiar o castigar con su compra las marcas fabricadas que respetan a los trabajadores. A mí me parece escandaloso que existan etiquetas que aseguran que un producto cosmético está confeccionado sin maltratar a un animal, pero que todavía no exista la prenda que me asegure un trato y sueldo dignos para la mujer que la fabricó.26 ■ ¿Reciben las mujeres la información necesaria para hacer elecciones fundadas? ■ ¿Tienen ellas los conocimientos adecuados para hacer uso de esa información? ■ ¿Quién se encarga de entregar la información y de ofrecer educación? 26. Shallat, Lezak. Mujeres, consumo y ciudadanía. En Carta Red de Educación Nº 12. Consumers International. Santiago, enero 2002. La publicidad no es información Con seguridad, los mensajes que más recibimos son los publicitarios; aquellos que no nos hablan de los productos o de los servicios que ofrecen, sino de las personas que los usan y lo felices que seríamos si nos pareciéramos a ellas, para lo cual no podemos dejar de comprar esto o aquello. Los mensajes publicitarios, por lo general, procuran movilizar los sentimientos, no siempre los más nobles, los prejuicios y las creencias del público al cual se dirigen. Para esos efectos utilizan con mucha frecuencia imágenes y situaciones en que las mujeres aparecen, o como objeto sexual o como personaje subordinado, al servicio de los demás, y limitadas a las actividades domésticas. Mensajes que reafirman las condiciones de inequidad en las relaciones de género. 49 Discriminaciones y autolimitaciones Conspira también contra la posibilidad de elecciones autónomas, por parte de las mujeres, la existencia de situaciones discriminatorias que persisten en las prácticas sociales. Al margen de las negociaciones y de los acuerdos que se hayan logrado en el grupo familiar, en el mundo del mercado dominado por hombres, las mujeres suelen encontrar muchas limitaciones en la práctica de su actividad de consumo. ■ ¿Si una pareja entra a una tienda, a quién se dirige por lo general el vendedor? ■ ¿Quién se espera que ordene el menú en el restaurante? ■ Cuando hay que reclamar por el desperfecto de un aparato, ¿a quién le hacen más caso en el servicio técnico? Si a eso agregamos el hecho de que la mayor parte de las mujeres que trabajan, además de la jornada laboral, con sus discriminaciones propias, debe ocuparse, también, de las labores del hogar y del cuidado de hijas e hijos, tenemos un cuadro propenso a producir una baja autoestima en quien lo sufre. Situación que inhibe el desarrollo de la asertividad, de la segura afirmación de sus derechos. Este es un tema de la mayor importancia en las actividades de educación para el consumo; puesto que la vigencia de los derechos en la actividad de consumo depende de la actitud con que la persona, en su vida cotidiana, los ejerce y los reclama. Aprender a practicarlos con serenidad y firmeza es un objetivo básico de esta educación. La representación y la elección ciudadana La necesidad de poder elegir no se limita a los bienes y a los servicios que se encuentran en el mercado. Para que la satisfacción de las necesidades sea efectiva para todas las personas, y para que el ejercicio de la autonomía no tenga más limitaciones que las de la sana convivencia democrática, es preciso que consumidoras y consumidores tengan injerencia en las decisiones de políticas públicas que establecen las condiciones en que se realizan las actividades y se entablan las relaciones de consumo. De tal manera, la actividad que realizamos como consumidoras y consumidores adquiere una dimensión ciudadana en dos niveles de la realidad social. 50 El primero, cuando elegimos bienes y servicios de calidad, cuyas características han sido debidamente informadas, resultado de procesos respetuosos del medio ambiente y de los derechos de trabajadoras y trabajadores, con lo cual estimulamos a los buenos productores. El segundo, cuando intervenimos a través de organizaciones sociales en las decisiones políticas que nos conciernen. Para concluir en grupo Los siguientes son temas de reflexión sobre la relación entre consumo y género. Es importante discutirlas de manera propositiva, para que sean el primer paso hacia la acción organizada y permanente. ¿Existen demandas que son propias de las consumidoras? ¿De qué manera se ocupa su organización de representar los intereses de las consumidoras frente a las autoridades y a los proveedores? ¿Cuántas mujeres forman parte de la directiva de su organización? ¿Pueden las consumidoras y los consumidores elegir entre bienes o servicios que producen o no daño al medio ambiente, tanto en su proceso de producción como en su utilización y disposición final ? ¿Pueden elegir entre productos o servicios en cuyos procesos de producción o comercialización se respetan o no los derechos de trabajadoras y trabajadores, o se emplea el trabajo de niñas o niños ? ¿Cómo afectan a las mujeres las exigencias y las tensiones con que el mundo del mercado invade sus vidas cotidianas y sus espacios familiares? ¿Qué estrategias implementan, como personas y con el grupo familiar, para hacerles frente con éxito? ¿Qué medidas pueden tomar las organizaciones para contribuir a que se instaure una cultura de respeto, equilibrio y transparencia en las relaciones sociales, incluidas las de género y las de consumo ? 51 3. Talleres Aplicación de la perspectiva de género en la educación para el consumo 3.1. Consideraciones metodológicas Presentamos a continuación un conjunto de sugerencias sobre formas de aplicar la perspectiva de género en las actividades de educación para el consumo, las cuales sólo indican algunas posibilidades. Las personas que trabajan en educación podrán hacer uso de ellas como guías para actividades educativas o como fuentes de inspiración para construir sus propios materiales. Recomendamos, sí, el trabajo de taller, porque durante su desarrollo permite establecer relaciones de respeto, de intercambio y de equidad entre quienes participan, que es el tipo de relaciones que estamos propiciando. Entonces, es muy importante que la persona que facilita o coordina el trabajo sea muy cuidadosa en el trato que establece y que patrocina. Como sabemos, en todo proceso colectivo de construcción de conocimientos es fundamental basarse en la experiencia de las personas, rescatar los hechos que les son significativos y el lenguaje que usan para nombrarlos. Consideremos que los temas de género y de consumo forman parte de las experiencias habituales de todas/os. Además, todo el mundo tiene opiniones sobre uno u otro aspecto; sólo que, por lo general, estas opiniones no han sido estructuradas de manera coherente. Lo que hacemos, entonces, con la reflexión colectiva, es un esfuerzo de sistematización dentro de un conjunto de valores y de objetivos sociales que compartimos. 27. Isch L., Edgar. Apuntes sobre el enfoque de género en la educación. Quito, enero, 2000. 52 En el trabajo educativo, en la construcción de material didáctico, en la generación de situaciones de aprendizaje, tanto en la escuela como en la comunidad, así como en el enfoque de género, es recomendable tener presente las siguientes categorías de análisis27: Atributos y roles de género. Se refiere a las expectativas de la sociedad en su conjunto o de un grupo en particular sobre como deben ser, sentir y actuar hombres y mujeres, según su sexo. Condición y posición. Sus límites no siempre son nítidos y pertenecen a una realidad dinámica. Condición. Hace referencia a los aspectos relacionados con el bienestar material de la población. Posición. Guarda relación con la estructura de poder al interior de los grupos sociales. Acceso. Se refiere a la oportunidad de hacer uso de determinados recursos para satisfacer necesidades personales o grupales. Control. Es la posibilidad de hacer uso de esos recursos cuando se los requiera y tomar libremente decisiones sobre su uso y conservación. Autonomía. Es el poder de determinar la vida propia. El propósito de este trabajo es ampliar nuestro horizonte de comprensión y disponer de mayores oportunidades y recursos para el desarrollo humano. 3.2 Relaciones de género en el espacio privado Taller: Los derechos humanos en clave de género Objetivos 1. Identificar los principales derechos consagrados internacionalmente. 2. Distinguir la percepción de su cumplimiento por parte de hombres y de mujeres. 3. Diseñar estrategias para lograr el pleno cumplimiento de los derechos humanos para todas las personas. Duración Primera parte: 45 minutos Segunda parte: 45 minutos Participantes Dirigentes y miembros de organizaciones de ambos sexos. Se procurará formar grupos equilibrados (por ejemplo, 6 mujeres y 6 hombres) Actividades La persona que conduce o facilita introduce el tema. Expone muy brevemente el sentido general de los derechos humanos (ver 1.3.), y explica el objetivo y la organización del trabajo. 53 Primera parte Se forman grupos de hombres y grupos de mujeres. La consigna es: ¿Cómo se cumplen estos derechos en nuestras vidas? A. Cada grupo recibe un conjunto de 14 tarjetas. Cada tarjeta contiene uno de los derechos y una planilla para anotar las respuestas. Se saca una tarjeta al azar, se lee el derecho, se comenta en el grupo y se responde la pregunta. La respuesta (Siempre, A veces, Nunca) se anota en la hoja de respuestas. El grupo indica tres razones, ejemplos o argumentos para justificar cada respuesta. Luego se saca una nueva tarjeta y se repite el procedimiento. Otra posibilidad es que cada grupo elija los siete derechos que les parecen más significativos, y sobre ellos trabaje. B. Los grupos exponen sus resultados. Los muestran en un papelógrafo al conjunto. El facilitador/a dice: para medir el grado de cumplimiento, vamos a poner puntos a las respuestas, 3 puntos para Siempre, 2 para A veces, 1 para Nunca. Se suman los puntos. A continuación, pide un comentario comparativo general. ¿Qué les parece? ¿Hay diferencias? ¿A qué creen que se deben estas diferencias? Luego de expresadas las opiniones, hace un pequeño resumen y anuncia que en la segunda parte se va a trabajar sobre la forma de eliminar las diferencias y de aumentar el puntaje en general. Segunda parte Ahora se forman grupos mixtos. A la vista de todos están los papelógrafos con las respuestas de la primera parte. La consigna es: Proponer medidas para mejorar el puntaje de cumplimiento de los derechos. Cada grupo comienza su trabajo con los derechos que recibieron menor puntaje. La columna de razones, ejemplos y argumentos puede servir de guía. 54 ■ ¿Qué habría que hacer para mejorar el puntaje, para que las razones, los ejemplos y los argumentos cambien de manera positiva? ■ ¿Qué se debería hacer a nivel del Estado? ■ ¿Habría que tomar medidas diferentes para hombres y mujeres? ■ ¿Qué podemos hacer como organización? ■ ¿Qué puedo hacer yo personalmente? ■ ¿Hay medidas que sirven para mejorar el cumplimiento de más de un derecho? Cada grupo prepara y expone sus respuestas en un papelógrafo. El facilitador/a propone: hacer un resumen de las medidas y de las responsabilidades. Responsabilidades Medidas Estado Organización Personal Comunes Para mujeres Para hombres Evaluación: Cada grupo elabora una lista de diez puntos en respuesta a la pregunta ¿Qué hemos aprendido? Se da lectura a las respuestas. El facilitador/a agradece y felicita a las personas participantes. 55 Tarjetas para el trabajo de taller 1 Derecho a la vida. 8 Derecho a elegir libremente el trabajo. 2 Derecho a la libertad. 9 Derecho a tener un horario razonable de trabajo. 3 Derecho a la seguridad de la persona; a no ser víctima de amenazas, violencias o agresiones. 10 Derecho a igual salario por igual trabajo. 4 Derecho a igual protección ante la ley. 11 Derecho a vacaciones periódicas pagadas. 5 Derecho a protección contra toda discriminación (postergación). 12 Derecho a educación elemental y fundamental gratuita. 6 Derecho a casarse y formar familia libremente. 7 Derecho a poseer y disponer de bienes. 13 Derecho al pleno desarrollo de la personalidad humana. 14 Derecho a participar libremente en la vida pública. HOJA PARA RESPUESTAS (S = Siempre; AV = a veces; N = nunca) Derecho S AV N Razones, ejemplos o argumentos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 57 Taller: Mundo femenino. Mundo masculino Objetivos 1. Evaluar críticamente las funciones asignadas socialmente a hombres y mujeres. 2. Apreciar y valorar las diferencias de percepción de los respectivos mundos sociales de unas y otros. 3. Distinguir las limitaciones que las funciones socialmente asignadas ponen al desarrollo de las mujeres. 4. Diseñar acciones correctivas de las desigualdades de género. Actividad 1: Cosas de hombres y cosas de mujeres Duración: 45 minutos Se trabaja con grupos diferenciados por sexo. Cada grupo se ocupa de expresar su imagen de lo que es propio del sexo opuesto. A. Los grupos de hombres responden la siguiente cuestión: ¿Qué se considera normal y correcto que hagan las mujeres (“eso es cosa de mujeres”) y qué se considera anormal e incorrecto (“eso no lo hace una mujer”)? Cosas de mujeres 58 Eso no lo hacen las mujeres B. Los grupos de mujeres responden. ¿Cuáles son las “cosas de hombres”? ¿Y lo que no es propio de un hombre? Cosas de hombres Lo que los hombres no deben hacer Se expone el resultado. El facilitador/a pide a las mujeres que comenten la visión de los hombres, y a éstos la de aquellas. A continuación plantea la siguiente cuestión: ■ ¿Hay alguna de las funciones de las mujeres que un hombre esté físicamente incapacitado de hacer? ■ ¿Hay alguna de las funciones asignadas a los hombres que una mujer esté físicamente imposibilitada de realizar? Luego de un breve debate, que debería dejar en claro que las funciones asignadas a unas y a otros no dependen de su condición biológica, el facilitador/a resalta la desigualdad que se aprecia en la situación de hombres y mujeres, en desmedro de estas últimas. Para concluir la actividad, el facilitador/a les pide que cierren los ojos y se imaginen cómo sería el mundo si hombres y mujeres desempeñaran las mismas funciones y compartieran sus actividades. Y va leyendo, una a una, lentamente, las funciones propuestas: “Si hombres y mujeres...” 59 Actividad 2: Las necesidades de la vida Duración: 45 minutos Grupos diferenciados de hombres y mujeres. Cada grupo hace una lista de las diez necesidades más importantes para su propia vida. Las anotan en orden de importancia. Al frente de cada necesidad anotan aquello que mejor la satisface. Necesidades para una vida digna Con qué se satisface mejor 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 A continuación, cada grupo presenta su lista de prioridades. El facilitador/a plantea las siguientes cuestiones: 60 ■ De las necesidades anotadas, ¿cuáles son aquellas que si no son satisfechas se pone en peligro la vida biológica? ■ ¿Cuántas necesidades se satisfacen con cosas (bienes), cuántas con servicios y cuántas con otro tipo de satisfactores (relaciones, afectos, etc.)? ■ ¿Qué diferencias hay entre las prioridades de los grupos de mujeres y las de los hombres? ■ ¿A qué le dan más importancia unas y otros? ■ ¿Podemos establecer una relación entre las funciones socialmente asignadas (actividad 1) y las prioridades de mujeres y hombres? Actividad 3: Negociando un acuerdo equitativo Duración: 45 minutos Los grupos se mezclan, procurando que queden constituidos por igual número de mujeres y de hombres. Cada grupo recibe una copia de una lista de prioridades de hombres y una de mujeres. La consigna es: Confeccionar una lista de prioridades para una familia, que cuente con el acuerdo de todas las personas del grupo. El grupo será considerado como una familia con un presupuesto equivalente a un salario medio, representativo del grupo. Antes de iniciar la lista, deberán definir el monto de los ingresos mensuales y la composición de la familia. A cada satisfactor se le asignará un costo, de acuerdo a los precios de mercado. Cada grupo organiza su trabajo como mejor le parezca. Necesidad Satisfactor Costo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Elaboradas las listas, las presentan al conjunto de participantes. ■ ¿Qué diferencias tienen con las listas anteriores? ¿A cuál se aproxima más? ■ En cada grupo, ¿cómo se pusieron de acuerdo?, ¿cómo resolvieron las diferencias? ■ En sus familias, ¿proceden de la misma manera para organizar el presupuesto familiar? 61 Evaluación: Tiene una duración de 5 minutos y se realiza con grupos mixtos. Responden la siguiente cuestión: ¿Qué habría que hacer para que mujeres y hombres mantengan relaciones equilibradas en el ámbito familiar? Otros temas para talleres Los talleres propuestos permiten darse cuenta del sistema de relaciones de género socialmente impuesto, identificando las formas en que se expresa en la vida de todos los días y, al mismo tiempo, concebir formas de superarlo. Este proceso de puede profundizar abordando, en trabajo de taller, los temas que se exponen a continuación. a) Un día en la vida de consumidoras y consumidores Puede mostrar cómo las funciones socialmente asignadas a mujeres y hombres hacen que ellas tengan que trabajar más horas al día que los hombres. Se invita a que cada participante elabore un horario que contenga todas las actividades realizadas durante veinticuatro horas, desde que se levanta hasta que se vuelve a levantar, de un día de la semana y en un día domingo. Es recomendable hacer la diferencia entre las mujeres que tienen trabajo fuera del hogar, las que hacen trabajo productivo en el domicilio y las que únicamente desempeñan labores domésticas. La comparación de la cantidad de tiempo que les queda para sí mismas con el que disponen los hombres en una jornada es muy ilustrativa. b) Cuánto aporta ella, cuánto aporta él Tiene por objeto descubrir qué porcentaje de sus ingresos, en dinero, aportan hombres y mujeres a sus hogares. Hay que evitar hacer comparaciones de cifras absolutas, por eso se habla de porcentaje de los ingresos propios, pues lo que se busca es mostrar qué parte de ellos dedica cada cual a su propio beneficio. Esto se puede ligar con el tema anterior, ocupación del tiempo, y con el siguiente tema. c) Los valores del trabajo doméstico Con este tema se puede apreciar y otorgar valor, en dos de los sentidos de la palabra, al trabajo no remunerado que realizan las mujeres en el hogar. Suma que habría que tomar en cuenta para contabilizar lo que aporta la mujer, como en el tema anterior. 62 En este caso, primero habría que encontrar la alternativa socialmente más probable para reemplazar el trabajo de la mujer en la casa. Y, en seguida, cuantificar lo que habría que pagar para contratar un sustituto del trabajo doméstico femenino. Lo más probable es que ningún hogar estaría en condiciones de solventar el costo que significaría ese reemplazo. Pero mucho más importante que el valor económico del trabajo doméstico es reconocer y apreciar el valor moral, social y afectivo del rol de la mujer en la familia. Y quienes primero deben reconocerlo y reivindicarlo son las propias mujeres. En semejantes circunstancias, y con el afán de buscar condiciones de mayor equidad, ¿cuál puede ser el aporte del resto de los miembros del grupo familiar? Este es, sin duda, un proceso. Primero se producirá, probablemente, el movimiento de escamotear responsabilidades por parte de los hombres: ¡Pero si yo le ayudo! ¡Yo hago esto y aquello (a veces)! En tal caso, basta con examinar el empleo diario del tiempo para demostrar si la situación es o no equitativa. También es muy probable que sean las mismas mujeres las que justifiquen esa situación de desigualdad. Esta es una cuestión crucial, porque no puede haber relaciones equilibradas cuando una de las partes siente y cree que tiene menos derechos que las otras. 3.3 Mujeres y varones ante el mercado Taller: Reclamar es bueno Objetivos 1. Identificar los principales derechos que tienen las personas como consumidoras. 2. Valorar los beneficios de mantener una actitud asertiva en las relaciones de consumo. 3. Practicar el ejercicio de los derechos. Duración: 45 minutos La persona que facilita introduce el tema poniendo el acento en el hecho de que el consumo no sólo es comprar; que en todas las actividades de la vida diaria el consumo, de una u otra manera, está presente; que consumimos bienes y servicios con el propósito de satisfacer las necesidades que nos plantean los distintos planos de nuestras vidas. 63 Invita a la concurrencia a expresar espontáneamente circunstancias de sus vidas en que participa la actividad de consumo y las anota. Cuando tiene una gama de situaciones, hace un recuento y pregunta si alguna vez han encontrado problemas en esas actividades. ¿Qué hacen ustedes para resolver esas dificultades? Trabajo de grupos A partir de las experiencias de los miembros del grupo, inventan una situación de consumo en que el proveedor no respeta los derechos de las personas que consumen. A continuación, imaginan dos posibilidades, lo que haría esa persona para hacer valer sus derechos si fuera mujer, y si fuera hombre. Preparan una representación de las dos soluciones. Los grupos hacen sus representaciones. Explican el o los derechos involucrados. La asamblea discute si son las mujeres o los hombres quienes tienen más problemas con el respeto de sus derechos en las relaciones de mercado, y cuál es la mejor forma de hacerlos valer. Evaluación Cada integrante elaborará una consigna o recomendación sobre la mejor manera de hacer valer sus derechos, la que intercambiará con una compañera o compañero. Taller: Vivir los derechos como mujer Objetivos 1. Identificar los obstáculos que encuentran las mujeres para ejercer sus derechos como consumidoras. 2. Reconocer la importancia del ejercicio de los derechos. 3. Diseñar acciones sociales y privadas para fomentar la práctica del ejercicio de los derechos. Actividades La persona que facilita presenta los derechos y explica su alcance. Los grupos de trabajo responden la siguiente cuestión: ¿Qué dificultades, obstáculos o barreras encuentran las mujeres para ejercer sus derechos como consumidoras? 64 Derechos Actividad* Dificultades Satisfacer necesidades básicas Seguridad en el consumo (calidad) Información Elección libre Representación Reparación de daños Educación para el consumo Medio ambiente saludable * En esta columna, anote las actividades que las propias personas participantes consideran que realizan habitualmente para ejercer el derecho correspondiente. Puede que en relación a algún derecho no realicen ninguna actividad; ni se les ocurra qué podrían hacer. Lo que no deja de ser significativo. Los grupos presentan el resultado. ¿Los hombres encuentran las mismas dificultades? La persona facilitadora propone clasificar las dificultades en dos grupos: a) las que dependen directamente de las personas y b) las que dependen de circunstancias externas. A continuación, en conjunto, proponen las medidas que sería necesario adoptar para modificar las situaciones que crean esas dificultades, y se identifica a las personas o instituciones que deberían aplicarlas. El facilitador/a las anota en dos columnas: Medidas relacionadas con las personas y medidas relacionadas con las instituciones. ¿Qué pueden hacer las organizaciones para que las personas y las instituciones actúen en el sentido indicado? 65 Taller: Las mujeres en la publicidad Objetivos 1. Reconocer los estereotipos culturales utilizados en los mensajes publicitarios. 2. Apreciar el rol asignado a la mujer y al hombre en esos mensajes. 3. Hacer una lectura crítica de la publicidad. Actividad 1 Formar grupos de trabajo mixtos. Cada grupo hace una lista de los cinco avisos comerciales más recordados por el grupo. Producto publicitado Actividad del hombre Actividad de la mujer En la primera columna ponen el tipo de producto publicitado (no la marca). En la segunda, si aparece un hombre en el aviso, ponen el rol que juega o la actividad que desempeña. En la tercera, lo mismo sobre la mujer. ¿Qué nos dicen los avisos sobre los productos? ¿Nos entregan alguna información importante? Según los avisos, ¿quién desempeña las actividades más importantes?, ¿cuáles son las actividades propias de la mujer?, ¿y cuáles las del hombre? 66 Actividad 2 Los mismos grupos. Elegir uno de los productos de los avisos recordados. Inventar un aviso comercial que entrega información útil sobre el producto y que muestra mujeres y hombres en relaciones de equidad. Cada grupo representa su aviso publicitario. Luego se comenta lo observado. ¿Por qué los publicistas no hacen lo mismo? Evaluación Cada grupo elabora cinco recomendaciones para leer en forma crítica la publicidad. Otros temas para talleres a) Impacto ambiental del consumo En las actuales condiciones de organización del espacio familiar, las mujeres tienen una posición que les permite influir de manera importante para que todos los miembros del grupo practiquen hábitos de consumo sustentable, sea en el tema del control de residuos y contaminación, sea en el ahorro de agua y energía, e incluso en el rechazo (no compra) de productos resultantes de procesos contaminantes o que depredan los recursos naturales. Esta intervención en el espacio familiar puede dar a la mujer una nueva autoridad con la cual negociar modificaciones en el sistema de relaciones. (Ver 2.3.1.) b) Salud Este es un tema de la máxima importancia, por las implicancias que tiene para las personas la calidad y la cobertura de los sistemas de salud, por una parte y, en el caso de las mujeres, por el peso que pueden llegar a tener las normas y los prejuicios sociales en todo lo que tiene que ver con salud reproductiva. Estas circunstancias pueden producir situaciones de profunda discriminación hacia las mujeres, no sólo por la insuficiencia de los servicios, sino además por las prácticas de maltrato por parte del personal de salud, profesional o no. 67 3.4 Estrategias en pro de la equidad Para conseguir condiciones de equidad para las mujeres en el ámbito del consumo es preciso transitar dos vías: una pública y otra privada. Actividades educativas para enfrentar la privada han sido propuestas en los puntos 3.2. y 3.3. La vía de lo público encuentra su punto crítico en la representación de los intereses propios y particulares de las mujeres ante las instancias encargadas de adoptar medidas de políticas públicas. Ya es bastante raro, en nuestra región, que consumidores y consumidoras en general tengan representación en esas instancias. En los extraños casos en que eso ocurre suelen ser hombres, en su mayoría, los encargados de hacerlo, con lo cual las reivindicaciones netamente femeninas permanecen en la sombra. 28. Vásquez, Ana. Movimiento de consumidores y movimiento de mujeres: Una alianza estratégica. Carta Red de Educación Nº 12. Consumers International. Santiago. 68 Para evitar que eso continúe ocurriendo, “es necesario pensar en proyectos y acciones dirigidas especialmente a las mujeres, es necesario colocar en las agendas, en los planes de las organizaciones de consumidores, de las organizaciones compuestas exclusivamente o mayoritariamente por mujeres o en las organizaciones mixtas los intereses y demandas de las mujeres. Estas acciones no se contraponen con el desarrollo de estrategias dirigidas a varones y mujeres, y con estrategias que transversalmente abarcan la integridad del quehacer institucional. Son estrategias complementarias.”28 Y, sobre todo, es necesario estimular la participación de las mujeres en las instancias de representación. Taller: Representación en servicios públicos Objetivos - Conocer los principales problemas que encuentran consumidoras y consumidores en los servicios públicos. - Apreciar las diferencias de percepción de los problemas por parte de mujeres y hombres. - Definir propuestas de solución para esos problemas. Se trabaja en grupos diferenciados de hombres y de mujeres. Actividades Primera parte - Elegir entre los servicios de agua potable, electricidad y teléfonos para desarrollar la actividad. - Definir los principales problemas o dificultades que viven con los servicios públicos (agua, luz, teléfono). - Proponer soluciones para esos problemas. A continuación, se exponen los resultados del trabajo de los grupos. Persona facilitadora: - ¿Cuáles son las diferencias más resaltantes entre los problemas y sus soluciones mencionados por los hombres y los mencionados por las mujeres? - ¿Hay problemas y soluciones que son comunes a hombres y mujeres? - ¿Qué ocurriría si fueran sólo hombres quienes representan a consumidoras y consumidores ante los entes reguladores y ante las empresas de servicios? Segunda parte Las instancias que deciden han resuelto acoger dos medidas propuestas por los representantes de consumidoras y consumidores. 69 - Cada grupo forma dos propuestas para resolver los problemas que considera más importantes, entre los expuestos en la primera parte. - Los grupos exponen sus propuestas; indican por qué consideran importante enfrentar esos problemas. Facilitador/a - ¿Las propuestas toman suficientemente en cuenta los problemas de las mujeres? - En definitiva, ¿cuáles serán las dos propuestas que se presentarán? ¿Cómo se justifican? Evaluación Las personas participantes expresan la conveniencia o inconveniencia de representar los intereses de las mujeres por ellas mismas. 70 Oficina para Amércia Latina y el Caribe Otros títulos sobre capacitación y educación de los consumidores/as: • Educación del consumidor, democracia y ciudadanía. Consumers International - CEAAL, Chile, 1995. Consumers International es una federación de organizaciones de consumidores dedicada a la protección y a la promoción de los intereses de los consumidores en todo el mundo a través del apoyo al surgimiento de asociaciones, la educación, la investigación y la representación ante los organismos internacionales. Fue fundada en 1960, y actualmente cuenta con más de 250 asociaciones en 115 países. Es una organización sin fines de lucro, registrada en el Reino Unido (UK Reg. M| 4337865). Posee oficinas regionales en África (Zimbabwe y Senegal), AsiaPacífico (Malasia) y en América Latina y el Caribe (Chile). Su Dirección General y la Oficina para Economías Desarrolladas y en Transición están en Londres. • Los consumidores y la Organización Mundial de Comercio. Consumers International, Chile, 1996. • Educaciónn, consumo y calidad de vida. Consumers International UNESCO, Chile, 1998. • Manual de educación en consumo sustentable. Consumers International, Chile, 1999. GÉNERO Y CONSUMO Hacia un enfoque de género en la educación para el consumo • Consumidores y servicios públicos: propuestas para la acción. Consumers International, Chile, 1999. • Seguridad alimentaria y etiquetado de alimentos. Consumers International, Chile, 2000. • Aspectos legales de las relaciones de consumo. Manual para la formación de formadores. Consumers International, Chile, 2000. Plataforma regional: reflexiones para un diálogo en torno a la educación de los consumidores/as. Consumers International, Chile, 2001. Oficina para América Latina y el Caribe: Las Hortensias 2371, Providencia, Santiago, Chile. Tel.: (56-2) 335 16 95. Fax: (56-2) 231 07 73. Dirección postal: Casilla 9635, Santiago, Chile. Correo electrónico: consint@consint.cl Página Web: http://www.consumidoresint.cl • Los consumidores frente al ALCA. Consumers International, Chile, 2002.