Una experiencia colectiva de búsqueda de alternativas: el desarrollo de capacidades como estrategia de cambio I. Introducción Es un hecho que el modelo socioeconómico vigente durante décadas nos ha llevado a una crisis global de grandes dimensiones que ha vuelto a poner de actualidad el debate sobre el concepto y los modelos de desarrollo. La evidencia de las claras injusticias que origina el modelo económico presenta una oportunidad para ensayar nuevas lógicas, respuestas y propuestas que nos encaminen a un escenario mejor. Esta situación nos llama a movernos, a asumir el reto de proponer y de sumarnos a movimientos y redes que están discutiendo y promoviendo vías alternativas. No nos conformamos con la realidad de crisis y devastación que vivimos, estamos convencidos que el mundo puede y debe ser transformado. Ante estos cambios profundos estamos intentando cambiar, aportar a la creación de nuevo pensamiento y nuevas actitudes que nos encaminen a un futuro mejor. Las organizaciones que formamos la comunidad de aprendizaje COMPARTE asumimos el reto de pensar juntas el desarrollo que queremos y por el que trabajamos. Queremos jugar un papel activo en la elaboración de objetivos, creación de propuestas y presentación de alternativas. Somos conscientes que este reto nos rebasa, que supone un camino de largo plazo y demanda esfuerzo y exigencia; pero a pesar de ello, tenemos la convicción de que no podemos dejar de asumir este compromiso porque nos jugamos la legitimidad y el futuro de nuestras propuestas. Por ello, COMPARTE supone la voluntad de querer caminar junto con otros/as, sumar voluntades y aportar, desde nuestros humildes esfuerzos, a la construcción de nuevas lógicas de desarrollo teniendo como preocupación central a las personas con y por las cuáles trabajamos. La experiencia que aquí presentamos intenta resumir las aportaciones y el trabajo de muchas organizaciones y personas que dan vida a la comunidad. Nuestro objetivo es difundir parte del proceso que estamos viviendo como comunidad de aprendizaje, así como algunos resultados de nuestra discusión y comprensión colectiva del desarrollo. Esta ponencia recoge extractos de textos elaborados en los años anteriores y de documentos inéditos que la comunidad está construyendo. Este documento presenta algunos anticipos de la publicación sobre el debate y la propuesta de desarrollo de capacidades de COMPARTE que se presentará a inicios del 2014. 1 II. El camino compartido a) ¿Qué es y cómo nace COMPARTE? La comunidad COMPARTE nace en 2011 como fruto de un proceso de diálogo y encuentro entre organizaciones sociales que tenemos un sueño común: concebir y ensayar el bienestar desde lógicas alternativas. La comunidad está conformada por un grupo de 15 organizaciones latinoamericanas y ALBOAN. Esta iniciativa nació a raíz de la convocatoria de ALBOAN a un grupo de organizaciones aliadas con las que compartimos inquietudes, perspectivas y líneas de acción. Distintos encuentros y la convergencia de retos y desafíos dio como resultado la decisión de conformar este espacio que se ha asumido como un programa de la Red de Centros Sociales de la Compañía de Jesús en América Latina. COMPARTE es un espacio de aprendizaje compartido en que organizaciones de distintos contextos queremos mirar críticamente nuestra práctica, reflexionar sobre ella y enriquecerla. Esta comunidad tiene el convencimiento de que podemos aportar, desde nuestra sencillez, a la reflexión teórico-práctica sobre el desarrollo y a la creación de alternativas viables, posibles y queridas por las personas empobrecidas con las que trabajamos. Nos une la pasión por poner en práctica estrategias para el mundo inclusivo que soñamos, y nos motiva la posibilidad de ser más eficaces a través de la puesta en común de aprendizajes. Somos un grupo de organizaciones vinculadas por un sueño común, con rasgos y formas de proceder compartidas. Tenemos un camino de trabajo común, de revisión de nuestras prácticas y asumimos el reto de continuar construyendo una visión y un discurso común y diseñar nuevas iniciativas concretas. Los puntos de interés entre las instituciones que venimos participando son muchos y muy amplios. El debate del desarrollo es aún más amplio y complejo. Conscientes de ello, hemos tenido que elegir, centrar el debate y optar por algunos aspectos que nos permitan obtener resultados, modestos pero posibles, y que nos entrene en este intercambio de experiencias y saberes. A continuación presentamos algunos de esos consensos a los que hemos llegado. Son pequeños pasos en común que queremos compartir para que desde ahí, podamos explicar lo que ha implicado este camino compartido. b) Las opciones consensuadas Un horizonte compartido El debate sobre el desarrollo no ha sido sencillo. Somos personas y organizaciones diversas, de distintos contextos y experiencias. Esta condición enriquece la reflexión pero también supone esfuerzos por encontrar puntos comunes que nos movilicen en la misma dirección. Hay organizaciones que asumen que la búsqueda de alternativas al desarrollo supone una revisión profunda del concepto y de las estrategias para alcanzar desarrollo. Otro grupo, principalmente de organizaciones que trabajan con pueblos indígenas, que plantean mayores cuestionamientos al concepto y proponen crear nuevos, vías novedosas que escapen de esta idea tan enraizada en la cultura occidental de lo que es desarrollo. Estas distintas posturas nos han llevado a debates profundos que nos van dando luces y puntos de convergencia que nos ayudan a avanzar. A modo de resumen, podemos decir que en COMPARTE asumimos que lo alternativo significa ofrecer propuestas que permitan pensar en un mundo diferente, habitable y garante del cumplimiento de los derechos humanos de todas las personas. El modelo vigente no sirve porque ha demostrado su ineficacia, es incapaz de solucionar los nuevos desafíos que el mundo nos plantea (pobreza, desigualdad, crisis ambiental) y no tiene como referente la justicia, la equidad y la dignidad de las personas. Creemos que el 2 concepto de desarrollo que lo sustenta, prioriza el beneficio individual frente al bienestar colectivo, y plantea una evolución lineal e inminente del progreso material que ha generado una creciente desigualdad entre comunidades, países, y continentes. Por lo tanto, queremos promover un desarrollo distinto al vigente, novedoso, incluyente, pacificador, que busque la armonía y ponga en el centro a la personas y a sus comunidades. Pero tenemos claro que no existe un único modelo alternativo, sino varios y diversas lógicas que son complementarias. De ahí que tengamos muchas más razones para hablar de “alternativas 1 al desarrollo” que de “desarrollo alternativo”, ya que nos permite incorporar la diversidad de modelos, caminos y metodologías según los contextos socio-culturales, y apostar por la construcción de propuestas y estrategias de desarrollo a través de un proceso amplio, abierto y de multi-actores. Nuestro propósito es construir estrategias que construyan alternativas al modelo dominante y que se generen desde abajo, es decir, desde los espacios locales de acuerdo a las necesidades y características de los territorios y sus poblaciones. Queremos construir poder social, apoyar al empoderamiento de las comunidades con las que trabajamos para que se fortalezcan como alternativas al orden dominante. Así, partimos de una propuesta conceptual que se enriquece del modelo del desarrollo humano sostenible y de las corrientes del buen vivir, y que está inmersa en este sistema del que no podemos escapar, pero que nos permite caminar ahí dentro con nuestros principios y valores para entender sus estructuras, nombrarlas y transformarlas. Dicha propuesta nos permite pensar en el desarrollo como: (i) (ii) (iii) un proceso de transformación colectiva, desde su entorno natural y claramente, por el lugar donde estas relaciones cobran un sentido vital; un proceso de transformación integral, en la medida que no se supedita a lo económico, sino que ve lo económico dentro de la articulación con las otras dimensiones del desarrollo de la persona y la comunidad: la social, la política, la cultural, la ecológica y sobre todo, la dimensión ética. un proceso de transformación territorial, entendido como la capacidad de los distintos actores, agentes e instituciones presentes en un territorio para actuar de forma pertinente, conjunta y eficaz en la consolidación de intereses individuales y colectivos. Nuestra propuesta engloba ocho rasgos que, a nuestro entender, caracterizan lo alternativo en cualquier proceso de desarrollo que impulsamos y que están recogidos en la publicación “El desarrollo alternativo por el que trabajamos”. Somos conscientes de que todos ellos son interdependientes y complementarios, y que hablar de uno implica relación con otro. También, entendemos que no son todos los rasgos que podríamos caracterizar sobre la transformación que queremos pero son, al menos, los que como comunidad hemos identificado. Los RASGOS DEL DESARROLLO que se han identificado desde nuestra práctica y que queremos proponer como horizonte alternativo: En defensa de la vida: la persona y su dignidad es el centro. Parte de lo local: construimos una visión alternativa desde lo local. Genera capacidad de Participación y de Discusión: generación de capacidades para el ejercicio de la libertad y la toma de decisiones. Apuesta por la construcción colectiva. Rescata la riqueza de la diversidad: del nosotros/as excluyente al nosotros/as incluyente. 1 En esta expresión el término “desarrollo” se refiere al que se ha impuesto desde el capitalismo liberal globalizado. 3 Emplea de forma justa y sostenible la riqueza de los Recursos Naturales: Vive en armonía con su entorno natural, que genera beneficios sociales y ambientales. Fortalece el papel de la mujer: no hay auténtico desarrollo si las mujeres no son, también, protagonistas. Prioriza la buena vida para todas las personas: la prioridad no es la acumulación de capital si no el “buen vivir” para todas las personas. La dimensión socioeconómica El debate en la comunidad sobre el desarrollo ha sido desde una perspectiva integral, pero también hemos optado por concreciones y miradas puntuales. Durante el camino andado, y concretamente en los últimos tres años, decidimos focalizar nuestra atención a la dimensión económica del desarrollo porque era en aquélla que nos jugamos la sostenibilidad de los procesos y la generación de medios de vida para la gente a la que acompañamos. Las organizaciones que dan vida a COMPARTE acompañan y animan iniciativas económico-productivas en distintos contextos. Al mismo tiempo son entidades, la mayoría de ellas, que han trabajado por muchos años en los ámbitos político y social. El trabajo en las distintas dimensiones del desarrollo aporta una gran riqueza al debate, ninguna de las organizaciones participantes realiza un trabajo “exclusivamente” en la dimensión económica del desarrollo. Otro elemento común es que todas las organizaciones participantes experimentaban la dificultad que supone sostener procesos complejos en lo económico-productivo, por las condiciones de pobreza y exclusión en los que trabajamos y los contextos adversos que enfrentamos. Siendo esta realidad así, optamos por focalizar la reflexión en esta dimensión del desarrollo en la que se constató un menor conocimiento y posicionamiento del conjunto de las organizaciones miembro: atender a los procesos de desarrollo económico-productivo y a la forma en la que en esos procesos se generan las CAPACIDADES para impulsar propuestas alternativas. El desarrollo de capacidades Para quienes formamos COMPARTE, el desarrollo de capacidades es clave para el fomento de propuestas alternativas orientadas a transformar la sociedad. Planteamos el 2 desarrollo de capacidades tanto como un rasgo singular del desarrollo alternativo como una estrategia para construirlo y alcanzarlo. Como rasgo singular, optamos por la generación de capacidades para el ejercicio de la libertad y la toma de decisiones, puesto que hablamos de las capacidades que debe tener un ser humano -una comunidad y una sociedad- para que pueda construir su bienestar, su propia libertad y su propio futuro. Y esto solo pasa cuando ese ser humano es capaz de actuar y de participar, individual y colectivamente. Dicho de otra forma, reconocemos la urgencia por generar capacidad de participación y de decisión, ya que entendemos que la participación no es otra cosa que la posibilidad de que las personas puedan sentirse parte de una comunidad política en igualdad de condiciones a través del ejercicio de derechos y deberes. Pensamos en cómo hacer para impulsar en las personas capacidades de autonomía, participación y visión de futuro que contribuyan al surgimiento de propuestas orientadas al bienestar individual y colectivo. Para ello, creemos que es necesario ayudar a las mujeres y a los hombres a descubrir la identidad de su territorio, a ganar capacidad para diagnosticar sus problemas y, del mismo modo, a fortalecer aptitudes que les ayuden en la búsqueda de soluciones, asumiendo que es un proceso complejo, colectivo e individual. Esto solo puede hacerse desde las sabidurías existentes (fortaleciéndolas, sacándolas a la luz y potenciándolas), y teniendo en cuenta sus necesidades, intereses y valores. Y es aquí donde subyace la idea de “personas alternativas” que construyen 2 A lo largo del texto se utilizarán indistintamente los siguientes términos: generación de capacidades, desarrollo de capacidades, creación de capacidades. 4 “grupos alternativos” que aspiran a vivir su proyecto de vida desde una perspectiva nueva en libertad y en igualdad con capacidad de participación y decisión. Como estrategia, entendemos que la generación de capacidades es esencial en nuestro trabajo de acompañamiento a las personas y organizaciones que viven con la inquietud de promover cambios sostenibles e incluyentes en sus respectivas sociedades, y que requieran de un reforzamiento de sus capacidades para un desempeño más eficaz. Para saber qué capacidades hace falta promover, primero hemos clarificado cuáles son los colectivos estratégicos con los que queremos trabajar, sumándonos a la particularidad de cada problemática, analizándola y diseñando la estrategia en función de cada realidad. Hecha esta alusión general a nuestras reflexiones iniciales sobre el desarrollo de capacidades, debemos mencionar que de entre las cuatro estrategias que consensuamos para trabajar procesos transformadores (acompañar, incidir, aprender de la experiencia, generar capacidades), optamos por reflexionar más hondamente sobre ésta ultima. Esto supone profundizar en cómo estamos promoviendo estas capacidades, de qué forma estamos desplegando estas estrategias en distintos contextos, con qué énfasis se está haciendo y cómo podemos mejorar e impulsar dichas estrategias. III. El concepto de capacidades para COMPARTE Las capacidades son un modo de definir, alternativamente, el desarrollo humano. El enfoque de capacidades plantea un concepto distinto de bienestar que lo define como capacidades de una persona para ser más persona. Según definimos cuál es el bienestar que queremos estamos definiendo ese desarrollo por el que trabajamos. El bienestar se convierte en el nuevo referente. El “buen vivir” o la “vida querida” son formulaciones del bienestar que las organizaciones miembro del COMPARTE queremos profundizar y llenar de contenido a partir de la práctica. La definición de las capacidades es un horizonte sobre la condición humana que merece ser vivida. También, es una definición política en la que tiene que participar toda la comunidad. El enfoque de capacidades sostiene que la pregunta clave que cabe hacerse al comparar y evaluar sociedades conforme a su calidad de vida y bienestar es: ¿qué es capaz de hacer y de ser cada persona? Es decir, la calidad de vida de las personas se define por las capacidades que tiene. La propuesta que se plantea desde COMPARTE es superar la centralidad de las capacidades individuales, que se reconocen como fundamentales pero no exclusivas. Las capacidades colectivas son un elemento central y son las que faltan en la propuesta de algunos autores y organizaciones internacionales (como el PNUD). En esta comunidad desde los acuerdos iniciales hemos tenido clara la necesidad de apostar por la construcción colectiva como condición que posibilita el desarrollo. Sabemos que atender a lo colectivo no va en detrimento de la persona, sino que se trata de recuperar la idea de que el orden colectivo es fundamental para su bienestar. Y esto nos remite a las “categorías colectivas del bienestar” que existen cuando las personas actúan en conjunto, trabajando en comunidad, sintiendo la confianza del entorno social en el que viven y en donde desarrollan su individualidad. Dichas categorías nos ayudan a hacer operativa la idea de vida buena a nivel colectivo y, de todas ellas, nos interesa centrarnos 3 en las capacidades colectivas . Entendemos que, para que una sociedad funcione, es fundamental que tales capacidades existan, funcionen y se interrelacionen. Finalmente, en COMPARTE entendemos que el desarrollo de las personas se realiza en el marco de estructuras que lo impulsan o lo limitan, especialmente instituciones que encarnan lo público. Por tanto, las capacidades individuales se enriquecen y complementan desarrollando capacidades colectivas de grupos sociales, económicos y políticos concretos 3 Tomamos cuatro categorías colectivas de bienestar que son: (i) capital social, (ii) bienes públicos, (iii) seguridad humana y (iv) capacidades colectivas (Alboan, 2011:25-26). 5 y, por último, cristalizan en capacidades de las instituciones para negociar y articular políticas que favorecen las capacidades de los actores. Estas afirmaciones que vamos haciendo como comunidad nos suponen un paso adelante en la reflexión colectiva, pero siempre en tensión. Reconocemos la complejidad de los procesos de desarrollo y, dentro de ellos, de la generación de capacidades. Nuestras propuestas tienen que estar vinculadas con la gobernabilidad democrática y la organización social, rompiendo la visión de que el desarrollo económico es lo central y que el resto ya vendrá. IV. Una propuesta: el mapa de capacidades Las capacidades no se desarrollan en el vacío. Para que sean de utilidad, deben estar arraigadas en un objetivo más amplio de desarrollo. En COMPARTE optamos por reflexionar sobre la generación de capacidades en los procesos económicos-productivos que impulsamos y apoyamos. Decidimos analizar dichos procesos para conocer más a fondo qué capacidades estamos generando a través de estos y de qué forma, e identificar su vínculo con la construcción de un desarrollo alternativo. Para ello, hemos asumido que las capacidades se generan en tres niveles o dimensiones (personas, colectivo-organizaciones y entorno-sociedad en su conjunto) y que existen diferentes categorías (entendidas como grupos de capacidades que nos permiten clasificarlas, ordenarlas y relacionarlas) que pueden ayudar en el diseño, planificación y seguimiento de una estrategia de generación de capacidades. Esta tarea de hacer operativo el enfoque de capacidades en los procesos de desarrollo no es fácil, y las recetas únicas no sirven porque siempre hay que tener en cuenta el contexto, la historia, las oportunidades y problemas que deben abordarse y sobre todo el propio proceso en el que nos ubicamos; lo cual significa reconocer el carácter contextual y dinámico de las capacidades. No obstante, el PNUD (2009) formula tres preguntas básicas que pueden ayudarnos en este propósito: - ¿Para qué necesitamos desarrollar estas capacidades? ¿Cuál será su propósito? ¿De quién/es son las capacidades que debemos desarrollar? ¿Qué grupos o personas necesitan mayor empoderamiento? ¿Qué tipos de capacidades necesitamos desarrollar para que se logren los objetivos más amplios del desarrollo? En términos generales, estas preguntas nos sirven para abordar la cuestión sobre las dimensiones, categorías y tipos de capacidades. La segunda pregunta alude a la cuestión sobre los niveles o dimensiones en los que se crean y desarrollan las capacidades: el entorno, las organizaciones y las personas (PNUD, 2009). - El entorno es el amplio sistema social en el que operan las personas y las organizaciones. Incluye todas las reglas, leyes, políticas, relaciones de poder y normas sociales que regulan la interacción cívica. Es el entorno favorable el que marca el alcance del desarrollo de capacidades. - El nivel organizacional se refiere a la estructura, políticas y procedimientos internos que determinan la efectividad de una organización. Es aquí donde se ponen en juego los beneficios del entorno favorable y donde se reúne una variedad de personas. Cuanto mejor alineados estén estos elementos y mejores sean sus recursos, mayor será el potencial de su capacidad de crecimiento. - El nivel individual lo conforman las aptitudes, experiencias y conocimientos de cada persona que permiten su desarrollo. Algunas de estas aptitudes son adquiridas formalmente, a través de educación y capacitación; pero otras son de origen informal y provienen de las acciones y observaciones de las personas. 6 Los tres niveles se influyen recíprocamente de manera fluida. Así, el acceso a recursos y experiencias que permiten desarrollar la capacidad individual es moldeado en gran parte por los factores organizacionales y sistémicos, los cuales son influenciados a la vez por el grado de desarrollo de capacidades de cada persona. Este proceso de generación de capacidades en los tres niveles incluye capacidades individuales y colectivas. a) La construcción del mapa La comunidad COMPARTE tiene espacios de encuentro virtual y presencial. Como parte de nuestro proceso de construcción colectiva nos dimos cita en 2012 en un seminario que tuvo por título “Aterrizando propuestas para el desarrollo alternativo: un acercamiento a la generación de capacidades en iniciativas económico productivas”, que hizo posible que llegáramos a concretar un horizonte propio, conscientes del riesgo que supone apostar por algo alterno a lo ya existente, pero también convencidos/as de la necesidad de construir un marco de referencia que nos guíe en la generación de procesos de transformación compartidos. Lo que hicimos en este encuentro fue concretar nuestra “teoría de cambio”: aquella que “nos permite ordenar nuestro pensamiento y configurar de manera abstracta, y a partir de nuestro cuerpo de conocimiento y experiencia, aquellas condiciones necesarias para lograr el cambio deseado en un contexto determinado” (Retolaza, 2010:2). Una teoría de cambio es, entre otros aspectos, un enfoque de pensamiento-acción que ayuda a identificar hitos y condiciones que han de darse en el camino hacia el cambio que deseamos provocar. Así mismo, es una herramienta de proceso que permite monitorear consciente y críticamente nuestro pensar y nuestra acción de manera individual y también colectiva. No es, por tanto, algo que podamos acoger y asumir como una verdad absoluta e incuestionable de cómo ha de darse el cambio, de cómo va a ocurrir o incluso de cómo desearíamos que ocurriese; ni tampoco una receta definitiva que ayuda a eliminar la incertidumbre existente en procesos sociales emergentes y complejos (ibídem). Estas breves premisas nos sirven para empezar introduciendo algunas consideraciones básicas sobre el Mapa del Desarrollo de Capacidades del COMPARTE que conviene tener presentes antes de pasar a ver en qué consiste y cómo se materializa: (i) (ii) (iii) Es un proceso con valor en sí mismo. Para la Comunidad no vale cualquier proceso de desarrollo de capacidades ni implementado de cualquier forma. Nos importan las maneras de hacer en las que esas capacidades se desarrollan y, desde luego, el para qué. Es un proceso en construcción que debe evolucionar a partir del diálogo continuo con la práctica. La propuesta que aquí se presenta ha surgido de las reflexiones, conocimientos y experiencias que las personas y organizaciones que formamos COMPARTE tenemos y hemos podido desarrollar hasta el momento. Es un proceso flexible que incita a la reflexión-acción continúa. Justamente, esta actitud crítica de base constructiva es la que nos ha llevado a crear algo propio a partir de otros modelos ya existentes y de las reflexiones realizadas por otras personas, organizaciones e instituciones activas en el ámbito del desarrollo. Hemos explorado lo que hay alrededor en torno al enfoque de las capacidades y el desarrollo humano, y rescatado de todo ello lo que más contribuye en estos momentos al cambio deseado por COMPARTE. En definitiva, es una propuesta que nos hace sentir parte de un proyecto político común, entendernos y trabajar en alianza. Enfatizamos la dimensión colectiva del desarrollo de capacidades en los procesos económicos-productivos que ya están en marcha, y nos referimos a un sujeto colectivo organizado que es quien lleva los trabajos, retos y procesos adelante, buscando su viabilidad y sostenibilidad. 7 MAPA DE DESARROLLO DE CAPACIDADES Construir un sueño común: Sentido de vida y horizonte de futuro b) ¿Para qué nos sirve? Queremos que el mapa nos sirva para alcanzar cambios reales y transformaciones concretas con las poblaciones que estamos comprometidos. Que nos ayude a generar modos de vida que permitan a las personas avanzar. Y esto requiere una mejora de nuestras prácticas a través de la sistematización, el intercambio y el aprendizaje mutuo. Para ello, necesitamos movernos en un marco consensuado que nos integre, nos dé identidad y nos dé ruta; un marco que nos ofrezca un lenguaje y forma de proceder comunes y que, por lo tanto, nos permita abrir el diálogo entre nosotras/os y con “otras/os”. Este marco se concreta en una ruta para la generación de capacidades que puede ayudarnos a alcanzar el horizonte político que promueve COMPARTE, y cuyos rasgos característicos son: - Está determinada por el contexto y otras variables. Recoge una amplia variedad de capacidades que no todas tienen que darse y/o generarse en todas las experiencias y organizaciones de la misma manera y al mismo tiempo. El tipo de capacidades que se dan y/o necesitan generar varían según el contexto, el sector de actuación, la historia y trayectoria de la organización, el colectivo con el que se trabaja y al que se acompaña, 4 el momento histórico de la iniciativa o proceso impulsado, etc . 4 Esta cuestión se aborda acertadamente en los trabajos de Baser & Morgan, 2008; Bebbington, 2005, 1999; Engel, Keijzer & Land, 2007; Huisman & Ruijmschoot, 2013. En relación al contexto, una de las conclusiones del estudio realizado por Huisman & Ruijmschoot (2013) entre 358 organizaciones operativas en África y Asia fue que el contexto en el que operan las organizaciones tiene mayor influencia en el desarrollo de sus capacidades que las áreas temáticas de su trabajo. En otras palabras, observaron que había más similitudes dentro de las organizaciones de cada país a la hora de identificar sus capacidades, que entre organizaciones ubicadas en diferentes países con áreas de trabajo en común. Esto, entre otras cosas, indica que una estrategia para el desarrollo de capacidades puede ser elaborar planes de apoyo por país o región. Igualmente, otra de las conclusiones de dicho estudio en torno al tipo de organización alude a que, en ocasiones, es necesario elaborar un plan de desarrollo de capacidades específico a una organización que se ajuste y adecué a sus características del momento. 8 - Se refiere principalmente a un sujeto colectivo organizado. Esto significa que nuestra ruta incorpora en su mayoría capacidades colectivas que se dan y/o generan en el marco de las organizaciones que llevamos adelante las experiencias económicoproductivas. No obstante, esto no debe hacernos perder de vista el carácter circular e interactivo de las capacidades entre dimensiones, ya que van de “dentro – hacia fuera” del círculo. Es decir, van del nivel individual a los niveles colectivos y, en ocasiones, puede ser a la inversa. Hay capacidades que empiezan a desarrollarse en lo social (organizacional y/o entorno-sistema) y después tienen eco o repercusión en lo personal. Se da una retroalimentación entre las diferentes dimensiones del desarrollo de capacidades que, precisamente, representa el dinamismo y circularidad del mapa. - Atiende al enfoque integral del desarrollo por el que apostamos. No se centra en generar capacidades exclusivamente en la dimensión económica-productiva, sino que apunta a que las experiencias en este ámbito necesitan generar capacidades relacionadas con otros ámbitos del desarrollo (social, cultural, político, etc.). - Recoge una propuesta de capacidades no agotada, dinámica y abierta a nuevas capacidades que se vayan experimentando/generando en las experiencias del COMPARTE. Para ello, hace falta seguir sistematizando experiencias y destilando aprendizajes. - Propone un marco común de diálogo para el acompañamiento, intercambio y aprendizaje mutuos. Apuesta por unificar modos de proceder en el acompañamiento que nos sirvan para evitar experiencias frustrantes o para validar las exitosas. Es, por tanto, una herramienta para avanzar en el intercambio de experiencias válidas y capitalizar el conocimiento; una herramienta para reflexionar sobre las prácticas, sistematizarlas, compartirlas, cuestionarlas y sacar aprendizajes. El sentido de la ruta propuesta no es comparar unas prácticas con otras, sino más bien ser una herramienta válida para ver si la experiencia está avanzando hacia el horizonte trazado por la comunidad COMPARTE e identificar los aspectos en donde tenemos que empujar más (en lo psicológico, en lo personal, en lo territorial, en lo material) en esa experiencia concreta que se desarrolla en un momento y contexto determinados. A medio-largo plazo, puede ayudarnos a generar indicadores que nos permitan crear evidencia de que hay cambios en las personas y en los colectivos desde una visión alternativa con los valores y rasgos que promueve COMPARTE. En breve, nuestra ruta del desarrollo de capacidades es la forma de ir concretando nuestro camino de cambio. Se basa en el marco de análisis que está compuesto por cuatro categorías que agrupan las capacidades colectivas y las competencias individuales de las personas que forman parte de una organización o sistema. - Categoría físico-material: recursos materiales, condiciones de salud, alimentación, vivienda, educación, conocimientos técnicos. - Categoría político-social: redes sociales, gozar de oportunidades de participación política, derechos de propiedad y del trabajo. Competencia para participar en acciones colectivas con una autonomía de sus participantes. Cerrar brechas de capacidad entre los grupos que forman la colectividad con especial atención a las mujeres. - Categoría psicológica: la autoestima, el coraje, la iniciativa, la imaginación, el pensamiento crítico, y un ambiente de libertad para manifestar gustos y creencias. 9 - Categoría de sentido e identidad: vivir con otros/as en armonía, interés por otros seres humanos, por la naturaleza y su relación con la vida. Valorar la interioridad, los encuentros, los descubrimientos continuos, la sorpresa, la maravilla. Dentro de cada categoría hemos identificado cinco capacidades colectivas de una organización o sistema que deben construirse mediante la generación de competencias en las personas que forman parte de la misma: C.C.1. Capacidad para comprometerse y dedicarse a acciones de desarrollo C.C.2. Capacidad para realizar tareas o funciones logísticas, ofrecer servicios y técnicas C.C.3. Capacidad para relacionarse y conseguir apoyos y recursos C.C.4. Capacidad para adaptarse y renovarse C.C.5. Capacidad para equilibrar coherencia con diversidad V. ¿Dónde estamos y qué retos enfrentamos? Es necesario avanzar con paso firme, dar solidez al proceso de reflexión iniciado y ganar en profundidad y aplicaciones prácticas. En relación al desarrollo de capacidades continuamos en el desarrollo conceptual de nuestro mapa y queremos devolver mejoras a la práctica. El aterrizaje práctico del desarrollo de capacidades (en lo individual, organizacional o sistémico) no es posible sin la puesta en marcha de estrategias de trabajo, por ejemplo de formación, participación, comunicación, etc. En el trabajo de 2012 se confirmaron un conjunto de estrategias que se ponen en marcha para el desarrollo de capacidades. Estamos en la revisión de ejemplos de las propias experiencias para verificar cómo consiguen la ampliación y el desarrollo de capacidades. El proceso previo de trabajo nos indica que las estrategias son: - Formación Innovación y desarrollo tecnológico Sistematización e investigación Incidencia política y social Comunicación Fortalecimiento de la organización colectiva del trabajo Planificación y gestión (mejora de la gestión de las organizaciones y grupos participantes). El debate abierto en la comunidad es amplio, rico y también complejo. Estamos por iniciar formalmente la línea de desarrollo territorial, donde nuestra propuesta de desarrollo de capacidades juega un papel clave en el momento de fortalecer procesos más regionales o territoriales. Enfrentamos un gran reto de armonizar, acompasar y avanzar en distintos procesos abiertos a la vez. Por otro lado, la comunidad COMPARTE necesita apoyo académico para crear conocimiento desde la práctica y aportar evidencia de avances, aprendizajes y lecciones recogidas. Para ello, apostamos por un horizonte de colaboración con algunas universidades para: - Aportar elementos para la comprensión de la complejidad de eso que llamamos alternativas al desarrollo. 10 - - - Profundizar en el debate académico sobre esas alternativas y el desarrollo de capacidades, con rigor y con posibilidad de enriquecimiento del pensamiento que orienta nuestra acción. Colaborar en la construcción del propio mapa de capacidades para el desarrollo, contrastando y construyendo desde el diálogo con las organizaciones sociales. Monitorear la implementación del mapa para extraer evidencia empírica de los avances y crear categorías, medición y así constatar en qué condiciones y con qué actores las estrategias que se han promovido hasta el momento son válidas. Apoyar en el diseño e implementación de planes de desarrollo territorial, monitorear la implementación y extraer aprendizajes. Documentar casos de estudio que permitan crear ejemplos replicables de ese desarrollo alternativo que estamos promoviendo. Finalmente, desde ALBOAN como organización miembro del COMPARTE y como responsable de la secretaría ejecutiva, podríamos extraer algunos aprendizajes del camino andado que compartimos brevemente: (i) El debate sobre los enfoques y los conceptos comunes ha sido intenso. Somos personas y organizaciones muy diversas, de distintos contextos y procedencias. Esta condición enriquece la reflexión pero también supone dificultades. La suma de nuevos actores representa un reto aún mayor de generar diálogo, comprensión y sentido de comunidad entre los participantes. (ii) La dificultad que supone que el debate y las propuestas sean significativas para todas las organizaciones atendiendo la diversidad y el momento de cada una. Algunas experiencias, en el ámbito económico-productivo, son aún incipientes y muy concretas, mientras que otras se amplían con visiones más territoriales o con mayor capacidad de intervención, articulación social y política. Esta diferencia de momentos y contextos tendría que aprovecharse como una fortaleza que permita testar propuestas comunes en distintos contextos con diferentes aplicaciones y resultados. Por tanto, es necesario plantear una propuesta suficientemente amplia en la que quepan las distintas realidades, pero que a la vez permita comparar metodologías, compartir aprendizajes, identificar dificultades y fortalecernos en ese intercambio internacional que se está promoviendo. (iii) La propuesta implica distintos niveles de trabajo que demandan profundidad en cada uno de ellos y equilibrio entre sí: (a) mejoras de las experiencias; (b) intercambio de saberes y espacios de encuentro; y (c) generación de conocimiento y aprendizajes. Conjugar estos niveles supone un alto nivel de coordinación y procurar los recursos disponibles y adecuados para trabajarlos de manera articulada. (iv) La distancia y los tiempos suponen, en ocasiones, dificultad. El funcionamiento de la comunidad requiere de un andamiaje metodológico que es demandante para los participantes. El trabajo en terreno muchas veces dificulta la interacción, a pesar, que el compromiso con la comunidad es fuerte y al interior de cada organización hay personas claramente designadas para participar y para las cuáles la comunidad supone un espacio real de aprendizaje. (v) El trabajo de coordinación que se realiza desde el equipo dinamizador y desde la secretaría técnica es clave para el funcionamiento de la comunidad. Clarificar objetivos, diseñar la ruta a seguir, poner en marcha las acciones o devolver las síntesis del diálogo no es tarea fácil. Los avances en el COMPARTE se deben, en gran medida, al papel que el equipo dinamizador ha jugado a la hora de proponer, animar y posibilitar que las cosas sucedan (búsqueda de financiación, generación de alianzas, etc). (vi) Una identidad compartida favorece las dinámicas de intercambio de la información y aprendizaje conjunto. Que un número importante de las organizaciones sean 11 parte de la red de de centros sociales de la Compañía de Jesús en América Latina le dota de un marco que favorece la interacción. (vii) Desde ALBOAN esta experiencia nos supone avanzar en la concreción de lo que creemos que es la cooperación al desarrollo. COMPARTE es un ejemplo de formas de hacer compartidas, de construcción de aprendizajes y enfoques y de diálogo de ida y vuelta. Para ALBOAN esta comunidad encarna una forma de hacer cooperación basada en relaciones de alianza que vienen de lejos y que nos proyecta a largo plazo. También, nos supone un aprendizaje en un tipo de cooperación basada en la generación de conocimiento y la creación de espacios de encuentro e intercambio. En esta comunidad jugamos un papel dinamizador y de “puente” que nos permite evidenciar una cooperación más basada en el conocimiento y el intercambio que en una cooperación intensiva en financiación. 12 Bibliografía ALBOAN (2011). El desarrollo alternativo por el que trabajamos: aprendizajes desde la experiencia. http://centroderecursos.alboan.org/ebooks/0000/0664/Desarrollo_Alternativo_-_aprendizajes.pdf Bebbington, Anthony (2005). “Estrategias de vida y estrategias de intervención: el capital social y los programas de superación de la pobreza”. En Arriagada, Irma (eds.), Aprender de la experiencia. El Capital Social en la superación de la pobreza. Santiago de Chile: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 21-46. http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/2/23012/lcg2275e.pdf Bebbington, Anthony (1999). 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