ALBOAN Una experiencia colectiva de búsqueda de alternativas 2013

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Una experiencia colectiva de búsqueda de alternativas:
el desarrollo de capacidades como estrategia de cambio
I.
Introducción
Es un hecho que el modelo socioeconómico vigente durante décadas nos ha llevado a una
crisis global de grandes dimensiones que ha vuelto a poner de actualidad el debate sobre
el concepto y los modelos de desarrollo. La evidencia de las claras injusticias que origina
el modelo económico presenta una oportunidad para ensayar nuevas lógicas, respuestas y
propuestas que nos encaminen a un escenario mejor.
Esta situación nos llama a movernos, a asumir el reto de proponer y de sumarnos a
movimientos y redes que están discutiendo y promoviendo vías alternativas. No nos
conformamos con la realidad de crisis y devastación que vivimos, estamos convencidos
que el mundo puede y debe ser transformado. Ante estos cambios profundos estamos
intentando cambiar, aportar a la creación de nuevo pensamiento y nuevas actitudes que
nos encaminen a un futuro mejor.
Las organizaciones que formamos la comunidad de aprendizaje COMPARTE asumimos el
reto de pensar juntas el desarrollo que queremos y por el que trabajamos. Queremos jugar
un papel activo en la elaboración de objetivos, creación de propuestas y presentación de
alternativas. Somos conscientes que este reto nos rebasa, que supone un camino de largo
plazo y demanda esfuerzo y exigencia; pero a pesar de ello, tenemos la convicción de que
no podemos dejar de asumir este compromiso porque nos jugamos la legitimidad y el futuro
de nuestras propuestas.
Por ello, COMPARTE supone la voluntad de querer caminar junto con otros/as, sumar
voluntades y aportar, desde nuestros humildes esfuerzos, a la construcción de nuevas
lógicas de desarrollo teniendo como preocupación central a las personas con y por las
cuáles trabajamos.
La experiencia que aquí presentamos intenta resumir las aportaciones y el trabajo de
muchas organizaciones y personas que dan vida a la comunidad. Nuestro objetivo es
difundir parte del proceso que estamos viviendo como comunidad de aprendizaje, así como
algunos resultados de nuestra discusión y comprensión colectiva del desarrollo.
Esta ponencia recoge extractos de textos elaborados en los años anteriores y de
documentos inéditos que la comunidad está construyendo. Este documento presenta
algunos anticipos de la publicación sobre el debate y la propuesta de desarrollo de
capacidades de COMPARTE que se presentará a inicios del 2014.
1
II.
El camino compartido
a) ¿Qué es y cómo nace COMPARTE?
La comunidad COMPARTE nace en 2011 como fruto de un proceso de diálogo y encuentro
entre organizaciones sociales que tenemos un sueño común: concebir y ensayar el
bienestar desde lógicas alternativas.
La comunidad está conformada por un grupo de 15 organizaciones latinoamericanas y
ALBOAN. Esta iniciativa nació a raíz de la convocatoria de ALBOAN a un grupo de
organizaciones aliadas con las que compartimos inquietudes, perspectivas y líneas de
acción. Distintos encuentros y la convergencia de retos y desafíos dio como resultado la
decisión de conformar este espacio que se ha asumido como un programa de la Red de
Centros Sociales de la Compañía de Jesús en América Latina.
COMPARTE es un espacio de aprendizaje compartido en que organizaciones de distintos
contextos queremos mirar críticamente nuestra práctica, reflexionar sobre ella y
enriquecerla. Esta comunidad tiene el convencimiento de que podemos aportar, desde
nuestra sencillez, a la reflexión teórico-práctica sobre el desarrollo y a la creación de
alternativas viables, posibles y queridas por las personas empobrecidas con las que
trabajamos.
Nos une la pasión por poner en práctica estrategias para el mundo inclusivo que soñamos,
y nos motiva la posibilidad de ser más eficaces a través de la puesta en común de
aprendizajes. Somos un grupo de organizaciones vinculadas por un sueño común, con
rasgos y formas de proceder compartidas. Tenemos un camino de trabajo común, de
revisión de nuestras prácticas y asumimos el reto de continuar construyendo una visión y
un discurso común y diseñar nuevas iniciativas concretas.
Los puntos de interés entre las instituciones que venimos participando son muchos y muy
amplios. El debate del desarrollo es aún más amplio y complejo. Conscientes de ello,
hemos tenido que elegir, centrar el debate y optar por algunos aspectos que nos permitan
obtener resultados, modestos pero posibles, y que nos entrene en este intercambio de
experiencias y saberes.
A continuación presentamos algunos de esos consensos a los que hemos llegado. Son
pequeños pasos en común que queremos compartir para que desde ahí, podamos explicar
lo que ha implicado este camino compartido.
b) Las opciones consensuadas
Un horizonte compartido
El debate sobre el desarrollo no ha sido sencillo. Somos personas y organizaciones
diversas, de distintos contextos y experiencias. Esta condición enriquece la reflexión pero
también supone esfuerzos por encontrar puntos comunes que nos movilicen en la misma
dirección. Hay organizaciones que asumen que la búsqueda de alternativas al desarrollo
supone una revisión profunda del concepto y de las estrategias para alcanzar desarrollo.
Otro grupo, principalmente de organizaciones que trabajan con pueblos indígenas, que
plantean mayores cuestionamientos al concepto y proponen crear nuevos, vías novedosas
que escapen de esta idea tan enraizada en la cultura occidental de lo que es desarrollo.
Estas distintas posturas nos han llevado a debates profundos que nos van dando luces y
puntos de convergencia que nos ayudan a avanzar.
A modo de resumen, podemos decir que en COMPARTE asumimos que lo alternativo
significa ofrecer propuestas que permitan pensar en un mundo diferente, habitable y
garante del cumplimiento de los derechos humanos de todas las personas. El modelo
vigente no sirve porque ha demostrado su ineficacia, es incapaz de solucionar los nuevos
desafíos que el mundo nos plantea (pobreza, desigualdad, crisis ambiental) y no tiene
como referente la justicia, la equidad y la dignidad de las personas. Creemos que el
2
concepto de desarrollo que lo sustenta, prioriza el beneficio individual frente al bienestar
colectivo, y plantea una evolución lineal e inminente del progreso material que ha generado
una creciente desigualdad entre comunidades, países, y continentes. Por lo tanto,
queremos promover un desarrollo distinto al vigente, novedoso, incluyente, pacificador, que
busque la armonía y ponga en el centro a la personas y a sus comunidades. Pero tenemos
claro que no existe un único modelo alternativo, sino varios y diversas lógicas que son
complementarias. De ahí que tengamos muchas más razones para hablar de “alternativas
1
al desarrollo” que de “desarrollo alternativo”, ya que nos permite incorporar la diversidad
de modelos, caminos y metodologías según los contextos socio-culturales, y apostar por la
construcción de propuestas y estrategias de desarrollo a través de un proceso amplio,
abierto y de multi-actores.
Nuestro propósito es construir estrategias que construyan alternativas al modelo dominante
y que se generen desde abajo, es decir, desde los espacios locales de acuerdo a las
necesidades y características de los territorios y sus poblaciones. Queremos construir
poder social, apoyar al empoderamiento de las comunidades con las que trabajamos para
que se fortalezcan como alternativas al orden dominante. Así, partimos de una propuesta
conceptual que se enriquece del modelo del desarrollo humano sostenible y de las
corrientes del buen vivir, y que está inmersa en este sistema del que no podemos escapar,
pero que nos permite caminar ahí dentro con nuestros principios y valores para entender
sus estructuras, nombrarlas y transformarlas. Dicha propuesta nos permite pensar en el
desarrollo como:
(i)
(ii)
(iii)
un proceso de transformación colectiva, desde su entorno natural y claramente, por
el lugar donde estas relaciones cobran un sentido vital;
un proceso de transformación integral, en la medida que no se supedita a lo
económico, sino que ve lo económico dentro de la articulación con las otras
dimensiones del desarrollo de la persona y la comunidad: la social, la política, la
cultural, la ecológica y sobre todo, la dimensión ética.
un proceso de transformación territorial, entendido como la capacidad de los
distintos actores, agentes e instituciones presentes en un territorio para actuar de
forma pertinente, conjunta y eficaz en la consolidación de intereses individuales y
colectivos.
Nuestra propuesta engloba ocho rasgos que, a nuestro entender, caracterizan lo
alternativo en cualquier proceso de desarrollo que impulsamos y que están recogidos en la
publicación “El desarrollo alternativo por el que trabajamos”. Somos conscientes de que
todos ellos son interdependientes y complementarios, y que hablar de uno implica relación
con otro. También, entendemos que no son todos los rasgos que podríamos caracterizar
sobre la transformación que queremos pero son, al menos, los que como comunidad
hemos identificado.
Los RASGOS DEL DESARROLLO que se han identificado desde nuestra práctica y que
queremos proponer como horizonte alternativo:
En defensa de la vida: la persona y su dignidad es el centro.
Parte de lo local: construimos una visión alternativa desde lo local.
Genera capacidad de Participación y de Discusión: generación de capacidades
para el ejercicio de la libertad y la toma de decisiones.
Apuesta por la construcción colectiva.
Rescata la riqueza de la diversidad: del nosotros/as excluyente al nosotros/as
incluyente.
1
En esta expresión el término “desarrollo” se refiere al que se ha impuesto desde el capitalismo liberal
globalizado.
3
Emplea de forma justa y sostenible la riqueza de los Recursos Naturales: Vive
en armonía con su entorno natural, que genera beneficios sociales y ambientales.
Fortalece el papel de la mujer: no hay auténtico desarrollo si las mujeres no son,
también, protagonistas.
Prioriza la buena vida para todas las personas: la prioridad no es la acumulación
de capital si no el “buen vivir” para todas las personas.
La dimensión socioeconómica
El debate en la comunidad sobre el desarrollo ha sido desde una perspectiva integral, pero
también hemos optado por concreciones y miradas puntuales. Durante el camino andado, y
concretamente en los últimos tres años, decidimos focalizar nuestra atención a la
dimensión económica del desarrollo porque era en aquélla que nos jugamos la
sostenibilidad de los procesos y la generación de medios de vida para la gente a la que
acompañamos.
Las organizaciones que dan vida a COMPARTE acompañan y animan iniciativas
económico-productivas en distintos contextos. Al mismo tiempo son entidades, la mayoría
de ellas, que han trabajado por muchos años en los ámbitos político y social. El trabajo en
las distintas dimensiones del desarrollo aporta una gran riqueza al debate, ninguna de las
organizaciones participantes realiza un trabajo “exclusivamente” en la dimensión
económica del desarrollo.
Otro elemento común es que todas las organizaciones participantes experimentaban la
dificultad que supone sostener procesos complejos en lo económico-productivo, por las
condiciones de pobreza y exclusión en los que trabajamos y los contextos adversos que
enfrentamos. Siendo esta realidad así, optamos por focalizar la reflexión en esta dimensión
del desarrollo en la que se constató un menor conocimiento y posicionamiento del conjunto
de las organizaciones miembro: atender a los procesos de desarrollo económico-productivo
y a la forma en la que en esos procesos se generan las CAPACIDADES para impulsar
propuestas alternativas.
El desarrollo de capacidades
Para quienes formamos COMPARTE, el desarrollo de capacidades es clave para el
fomento de propuestas alternativas orientadas a transformar la sociedad. Planteamos el
2
desarrollo de capacidades tanto como un rasgo singular del desarrollo alternativo como
una estrategia para construirlo y alcanzarlo.
Como rasgo singular, optamos por la generación de capacidades para el ejercicio de la
libertad y la toma de decisiones, puesto que hablamos de las capacidades que debe tener
un ser humano -una comunidad y una sociedad- para que pueda construir su bienestar, su
propia libertad y su propio futuro. Y esto solo pasa cuando ese ser humano es capaz de
actuar y de participar, individual y colectivamente. Dicho de otra forma, reconocemos la
urgencia por generar capacidad de participación y de decisión, ya que entendemos que la
participación no es otra cosa que la posibilidad de que las personas puedan sentirse parte
de una comunidad política en igualdad de condiciones a través del ejercicio de derechos y
deberes. Pensamos en cómo hacer para impulsar en las personas capacidades de
autonomía, participación y visión de futuro que contribuyan al surgimiento de propuestas
orientadas al bienestar individual y colectivo. Para ello, creemos que es necesario ayudar a
las mujeres y a los hombres a descubrir la identidad de su territorio, a ganar capacidad
para diagnosticar sus problemas y, del mismo modo, a fortalecer aptitudes que les ayuden
en la búsqueda de soluciones, asumiendo que es un proceso complejo, colectivo e
individual. Esto solo puede hacerse desde las sabidurías existentes (fortaleciéndolas,
sacándolas a la luz y potenciándolas), y teniendo en cuenta sus necesidades, intereses y
valores. Y es aquí donde subyace la idea de “personas alternativas” que construyen
2
A lo largo del texto se utilizarán indistintamente los siguientes términos: generación de capacidades,
desarrollo de capacidades, creación de capacidades.
4
“grupos alternativos” que aspiran a vivir su proyecto de vida desde una perspectiva nueva
en libertad y en igualdad con capacidad de participación y decisión.
Como estrategia, entendemos que la generación de capacidades es esencial en nuestro
trabajo de acompañamiento a las personas y organizaciones que viven con la inquietud de
promover cambios sostenibles e incluyentes en sus respectivas sociedades, y que
requieran de un reforzamiento de sus capacidades para un desempeño más eficaz. Para
saber qué capacidades hace falta promover, primero hemos clarificado cuáles son los
colectivos estratégicos con los que queremos trabajar, sumándonos a la particularidad de
cada problemática, analizándola y diseñando la estrategia en función de cada realidad.
Hecha esta alusión general a nuestras reflexiones iniciales sobre el desarrollo de
capacidades, debemos mencionar que de entre las cuatro estrategias que consensuamos
para trabajar procesos transformadores (acompañar, incidir, aprender de la experiencia,
generar capacidades), optamos por reflexionar más hondamente sobre ésta ultima. Esto
supone profundizar en cómo estamos promoviendo estas capacidades, de qué forma
estamos desplegando estas estrategias en distintos contextos, con qué énfasis se está
haciendo y cómo podemos mejorar e impulsar dichas estrategias.
III.
El concepto de capacidades para COMPARTE
Las capacidades son un modo de definir, alternativamente, el desarrollo humano. El
enfoque de capacidades plantea un concepto distinto de bienestar que lo define como
capacidades de una persona para ser más persona.
Según definimos cuál es el bienestar que queremos estamos definiendo ese desarrollo por
el que trabajamos. El bienestar se convierte en el nuevo referente. El “buen vivir” o la “vida
querida” son formulaciones del bienestar que las organizaciones miembro del COMPARTE
queremos profundizar y llenar de contenido a partir de la práctica.
La definición de las capacidades es un horizonte sobre la condición humana que merece
ser vivida. También, es una definición política en la que tiene que participar toda la
comunidad. El enfoque de capacidades sostiene que la pregunta clave que cabe hacerse al
comparar y evaluar sociedades conforme a su calidad de vida y bienestar es: ¿qué es
capaz de hacer y de ser cada persona? Es decir, la calidad de vida de las personas se
define por las capacidades que tiene.
La propuesta que se plantea desde COMPARTE es superar la centralidad de las
capacidades individuales, que se reconocen como fundamentales pero no exclusivas. Las
capacidades colectivas son un elemento central y son las que faltan en la propuesta de
algunos autores y organizaciones internacionales (como el PNUD). En esta comunidad
desde los acuerdos iniciales hemos tenido clara la necesidad de apostar por la
construcción colectiva como condición que posibilita el desarrollo. Sabemos que
atender a lo colectivo no va en detrimento de la persona, sino que se trata de recuperar la
idea de que el orden colectivo es fundamental para su bienestar. Y esto nos remite a las
“categorías colectivas del bienestar” que existen cuando las personas actúan en
conjunto, trabajando en comunidad, sintiendo la confianza del entorno social en el que
viven y en donde desarrollan su individualidad. Dichas categorías nos ayudan a hacer
operativa la idea de vida buena a nivel colectivo y, de todas ellas, nos interesa centrarnos
3
en las capacidades colectivas . Entendemos que, para que una sociedad funcione, es
fundamental que tales capacidades existan, funcionen y se interrelacionen.
Finalmente, en COMPARTE entendemos que el desarrollo de las personas se realiza en el
marco de estructuras que lo impulsan o lo limitan, especialmente instituciones que
encarnan lo público. Por tanto, las capacidades individuales se enriquecen y complementan
desarrollando capacidades colectivas de grupos sociales, económicos y políticos concretos
3
Tomamos cuatro categorías colectivas de bienestar que son: (i) capital social, (ii) bienes públicos, (iii)
seguridad humana y (iv) capacidades colectivas (Alboan, 2011:25-26).
5
y, por último, cristalizan en capacidades de las instituciones para negociar y articular
políticas que favorecen las capacidades de los actores.
Estas afirmaciones que vamos haciendo como comunidad nos suponen un paso adelante
en la reflexión colectiva, pero siempre en tensión. Reconocemos la complejidad de los
procesos de desarrollo y, dentro de ellos, de la generación de capacidades. Nuestras
propuestas tienen que estar vinculadas con la gobernabilidad democrática y la organización
social, rompiendo la visión de que el desarrollo económico es lo central y que el resto ya
vendrá.
IV.
Una propuesta: el mapa de capacidades
Las capacidades no se desarrollan en el vacío. Para que sean de utilidad, deben estar
arraigadas en un objetivo más amplio de desarrollo. En COMPARTE optamos por
reflexionar sobre la generación de capacidades en los procesos económicos-productivos
que impulsamos y apoyamos. Decidimos analizar dichos procesos para conocer más a
fondo qué capacidades estamos generando a través de estos y de qué forma, e identificar
su vínculo con la construcción de un desarrollo alternativo.
Para ello, hemos asumido que las capacidades se generan en tres niveles o dimensiones
(personas, colectivo-organizaciones y entorno-sociedad en su conjunto) y que existen
diferentes categorías (entendidas como grupos de capacidades que nos permiten
clasificarlas, ordenarlas y relacionarlas) que pueden ayudar en el diseño, planificación y
seguimiento de una estrategia de generación de capacidades. Esta tarea de hacer
operativo el enfoque de capacidades en los procesos de desarrollo no es fácil, y las recetas
únicas no sirven porque siempre hay que tener en cuenta el contexto, la historia, las
oportunidades y problemas que deben abordarse y sobre todo el propio proceso en el que
nos ubicamos; lo cual significa reconocer el carácter contextual y dinámico de las
capacidades. No obstante, el PNUD (2009) formula tres preguntas básicas que pueden
ayudarnos en este propósito:
-
¿Para qué necesitamos desarrollar estas capacidades? ¿Cuál será su propósito?
¿De quién/es son las capacidades que debemos desarrollar? ¿Qué grupos o
personas necesitan mayor empoderamiento?
¿Qué tipos de capacidades necesitamos desarrollar para que se logren los
objetivos más amplios del desarrollo?
En términos generales, estas preguntas nos sirven para abordar la cuestión sobre las
dimensiones, categorías y tipos de capacidades. La segunda pregunta alude a la cuestión
sobre los niveles o dimensiones en los que se crean y desarrollan las capacidades: el
entorno, las organizaciones y las personas (PNUD, 2009).
-
El entorno es el amplio sistema social en el que operan las personas y las
organizaciones. Incluye todas las reglas, leyes, políticas, relaciones de poder y normas
sociales que regulan la interacción cívica. Es el entorno favorable el que marca el
alcance del desarrollo de capacidades.
-
El nivel organizacional se refiere a la estructura, políticas y procedimientos internos
que determinan la efectividad de una organización. Es aquí donde se ponen en juego
los beneficios del entorno favorable y donde se reúne una variedad de personas.
Cuanto mejor alineados estén estos elementos y mejores sean sus recursos, mayor
será el potencial de su capacidad de crecimiento.
-
El nivel individual lo conforman las aptitudes, experiencias y conocimientos de cada
persona que permiten su desarrollo. Algunas de estas aptitudes son adquiridas
formalmente, a través de educación y capacitación; pero otras son de origen informal y
provienen de las acciones y observaciones de las personas.
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Los tres niveles se influyen recíprocamente de manera fluida. Así, el acceso a recursos y
experiencias que permiten desarrollar la capacidad individual es moldeado en gran parte
por los factores organizacionales y sistémicos, los cuales son influenciados a la vez por el
grado de desarrollo de capacidades de cada persona.
Este proceso de generación de capacidades en los tres niveles incluye capacidades
individuales y colectivas.
a) La construcción del mapa
La comunidad COMPARTE tiene espacios de encuentro virtual y presencial. Como parte
de nuestro proceso de construcción colectiva nos dimos cita en 2012 en un seminario que
tuvo por título “Aterrizando propuestas para el desarrollo alternativo: un acercamiento a la
generación de capacidades en iniciativas económico productivas”, que hizo posible que
llegáramos a concretar un horizonte propio, conscientes del riesgo que supone apostar por
algo alterno a lo ya existente, pero también convencidos/as de la necesidad de construir un
marco de referencia que nos guíe en la generación de procesos de transformación
compartidos.
Lo que hicimos en este encuentro fue concretar nuestra “teoría de cambio”: aquella que
“nos permite ordenar nuestro pensamiento y configurar de manera abstracta, y a partir de
nuestro cuerpo de conocimiento y experiencia, aquellas condiciones necesarias para lograr
el cambio deseado en un contexto determinado” (Retolaza, 2010:2). Una teoría de cambio
es, entre otros aspectos, un enfoque de pensamiento-acción que ayuda a identificar hitos y
condiciones que han de darse en el camino hacia el cambio que deseamos provocar. Así
mismo, es una herramienta de proceso que permite monitorear consciente y críticamente
nuestro pensar y nuestra acción de manera individual y también colectiva. No es, por tanto,
algo que podamos acoger y asumir como una verdad absoluta e incuestionable de cómo ha
de darse el cambio, de cómo va a ocurrir o incluso de cómo desearíamos que ocurriese; ni
tampoco una receta definitiva que ayuda a eliminar la incertidumbre existente en procesos
sociales emergentes y complejos (ibídem).
Estas breves premisas nos sirven para empezar introduciendo algunas consideraciones
básicas sobre el Mapa del Desarrollo de Capacidades del COMPARTE que conviene tener
presentes antes de pasar a ver en qué consiste y cómo se materializa:
(i)
(ii)
(iii)
Es un proceso con valor en sí mismo. Para la Comunidad no vale cualquier
proceso de desarrollo de capacidades ni implementado de cualquier forma.
Nos importan las maneras de hacer en las que esas capacidades se
desarrollan y, desde luego, el para qué.
Es un proceso en construcción que debe evolucionar a partir del diálogo
continuo con la práctica. La propuesta que aquí se presenta ha surgido de las
reflexiones, conocimientos y experiencias que las personas y organizaciones
que formamos COMPARTE tenemos y hemos podido desarrollar hasta el
momento.
Es un proceso flexible que incita a la reflexión-acción continúa. Justamente,
esta actitud crítica de base constructiva es la que nos ha llevado a crear algo
propio a partir de otros modelos ya existentes y de las reflexiones realizadas
por otras personas, organizaciones e instituciones activas en el ámbito del
desarrollo. Hemos explorado lo que hay alrededor en torno al enfoque de las
capacidades y el desarrollo humano, y rescatado de todo ello lo que más
contribuye en estos momentos al cambio deseado por COMPARTE.
En definitiva, es una propuesta que nos hace sentir parte de un proyecto político común,
entendernos y trabajar en alianza. Enfatizamos la dimensión colectiva del desarrollo de
capacidades en los procesos económicos-productivos que ya están en marcha, y nos
referimos a un sujeto colectivo organizado que es quien lleva los trabajos, retos y procesos
adelante, buscando su viabilidad y sostenibilidad.
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MAPA DE DESARROLLO DE CAPACIDADES
Construir un sueño
común: Sentido de
vida y horizonte de
futuro
b) ¿Para qué nos sirve?
Queremos que el mapa nos sirva para alcanzar cambios reales y transformaciones
concretas con las poblaciones que estamos comprometidos. Que nos ayude a generar
modos de vida que permitan a las personas avanzar. Y esto requiere una mejora de
nuestras prácticas a través de la sistematización, el intercambio y el aprendizaje mutuo.
Para ello, necesitamos movernos en un marco consensuado que nos integre, nos dé
identidad y nos dé ruta; un marco que nos ofrezca un lenguaje y forma de proceder
comunes y que, por lo tanto, nos permita abrir el diálogo entre nosotras/os y con “otras/os”.
Este marco se concreta en una ruta para la generación de capacidades que puede
ayudarnos a alcanzar el horizonte político que promueve COMPARTE, y cuyos rasgos
característicos son:
-
Está determinada por el contexto y otras variables. Recoge una amplia variedad de
capacidades que no todas tienen que darse y/o generarse en todas las experiencias y
organizaciones de la misma manera y al mismo tiempo. El tipo de capacidades que se
dan y/o necesitan generar varían según el contexto, el sector de actuación, la historia y
trayectoria de la organización, el colectivo con el que se trabaja y al que se acompaña,
4
el momento histórico de la iniciativa o proceso impulsado, etc .
4
Esta cuestión se aborda acertadamente en los trabajos de Baser & Morgan, 2008; Bebbington, 2005,
1999; Engel, Keijzer & Land, 2007; Huisman & Ruijmschoot, 2013.
En relación al contexto, una de las conclusiones del estudio realizado por Huisman & Ruijmschoot (2013)
entre 358 organizaciones operativas en África y Asia fue que el contexto en el que operan las
organizaciones tiene mayor influencia en el desarrollo de sus capacidades que las áreas temáticas de su
trabajo. En otras palabras, observaron que había más similitudes dentro de las organizaciones de cada
país a la hora de identificar sus capacidades, que entre organizaciones ubicadas en diferentes países con
áreas de trabajo en común. Esto, entre otras cosas, indica que una estrategia para el desarrollo de
capacidades puede ser elaborar planes de apoyo por país o región. Igualmente, otra de las conclusiones
de dicho estudio en torno al tipo de organización alude a que, en ocasiones, es necesario elaborar un plan
de desarrollo de capacidades específico a una organización que se ajuste y adecué a sus características
del momento.
8
-
Se refiere principalmente a un sujeto colectivo organizado. Esto significa que
nuestra ruta incorpora en su mayoría capacidades colectivas que se dan y/o generan
en el marco de las organizaciones que llevamos adelante las experiencias económicoproductivas. No obstante, esto no debe hacernos perder de vista el carácter circular e
interactivo de las capacidades entre dimensiones, ya que van de “dentro – hacia fuera”
del círculo. Es decir, van del nivel individual a los niveles colectivos y, en ocasiones,
puede ser a la inversa. Hay capacidades que empiezan a desarrollarse en lo social
(organizacional y/o entorno-sistema) y después tienen eco o repercusión en lo
personal. Se da una retroalimentación entre las diferentes dimensiones del desarrollo
de capacidades que, precisamente, representa el dinamismo y circularidad del mapa.
-
Atiende al enfoque integral del desarrollo por el que apostamos. No se centra en
generar capacidades exclusivamente en la dimensión económica-productiva, sino que
apunta a que las experiencias en este ámbito necesitan generar capacidades
relacionadas con otros ámbitos del desarrollo (social, cultural, político, etc.).
-
Recoge una propuesta de capacidades no agotada, dinámica y abierta a nuevas
capacidades que se vayan experimentando/generando en las experiencias del
COMPARTE. Para ello, hace falta seguir sistematizando experiencias y destilando
aprendizajes.
-
Propone un marco común de diálogo para el acompañamiento, intercambio y
aprendizaje mutuos. Apuesta por unificar modos de proceder en el acompañamiento
que nos sirvan para evitar experiencias frustrantes o para validar las exitosas. Es, por
tanto, una herramienta para avanzar en el intercambio de experiencias válidas y
capitalizar el conocimiento; una herramienta para reflexionar sobre las prácticas,
sistematizarlas, compartirlas, cuestionarlas y sacar aprendizajes.
El sentido de la ruta propuesta no es comparar unas prácticas con otras, sino más bien ser una
herramienta válida para ver si la experiencia está avanzando hacia el horizonte trazado por la
comunidad COMPARTE e identificar los aspectos en donde tenemos que empujar más (en lo
psicológico, en lo personal, en lo territorial, en lo material) en esa experiencia concreta que se
desarrolla en un momento y contexto determinados. A medio-largo plazo, puede ayudarnos a
generar indicadores que nos permitan crear evidencia de que hay cambios en las personas y
en los colectivos desde una visión alternativa con los valores y rasgos que promueve
COMPARTE.
En breve, nuestra ruta del desarrollo de capacidades es la forma de ir concretando nuestro
camino de cambio. Se basa en el marco de análisis que está compuesto por cuatro categorías
que agrupan las capacidades colectivas y las competencias individuales de las personas que
forman parte de una organización o sistema.
- Categoría físico-material: recursos materiales, condiciones de salud,
alimentación, vivienda, educación, conocimientos técnicos.
- Categoría político-social: redes sociales, gozar de oportunidades de
participación política, derechos de propiedad y del trabajo. Competencia
para participar en acciones colectivas con una autonomía de sus
participantes. Cerrar brechas de capacidad entre los grupos que forman la
colectividad con especial atención a las mujeres.
- Categoría psicológica: la autoestima, el coraje, la iniciativa, la
imaginación, el pensamiento crítico, y un ambiente de libertad para
manifestar gustos y creencias.
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- Categoría de sentido e identidad: vivir con otros/as en armonía, interés
por otros seres humanos, por la naturaleza y su relación con la vida.
Valorar la interioridad, los encuentros, los descubrimientos continuos, la
sorpresa, la maravilla.
Dentro de cada categoría hemos identificado cinco capacidades colectivas de una
organización o sistema que deben construirse mediante la generación de competencias en
las personas que forman parte de la misma:
C.C.1. Capacidad para comprometerse y dedicarse a acciones de desarrollo
C.C.2. Capacidad para realizar tareas o funciones logísticas, ofrecer servicios
y técnicas
C.C.3. Capacidad para relacionarse y conseguir apoyos y recursos
C.C.4. Capacidad para adaptarse y renovarse
C.C.5. Capacidad para equilibrar coherencia con diversidad
V.
¿Dónde estamos y qué retos enfrentamos?
Es necesario avanzar con paso firme, dar solidez al proceso de reflexión iniciado y ganar
en profundidad y aplicaciones prácticas. En relación al desarrollo de capacidades
continuamos en el desarrollo conceptual de nuestro mapa y queremos devolver mejoras a
la práctica. El aterrizaje práctico del desarrollo de capacidades (en lo individual,
organizacional o sistémico) no es posible sin la puesta en marcha de estrategias de trabajo,
por ejemplo de formación, participación, comunicación, etc.
En el trabajo de 2012 se confirmaron un conjunto de estrategias que se ponen en marcha
para el desarrollo de capacidades. Estamos en la revisión de ejemplos de las propias
experiencias para verificar cómo consiguen la ampliación y el desarrollo de capacidades. El
proceso previo de trabajo nos indica que las estrategias son:
-
Formación
Innovación y desarrollo tecnológico
Sistematización e investigación
Incidencia política y social
Comunicación
Fortalecimiento de la organización colectiva del trabajo
Planificación y gestión (mejora de la gestión de las organizaciones y grupos
participantes).
El debate abierto en la comunidad es amplio, rico y también complejo. Estamos por iniciar
formalmente la línea de desarrollo territorial, donde nuestra propuesta de desarrollo de
capacidades juega un papel clave en el momento de fortalecer procesos más regionales o
territoriales. Enfrentamos un gran reto de armonizar, acompasar y avanzar en distintos
procesos abiertos a la vez.
Por otro lado, la comunidad COMPARTE necesita apoyo académico para crear
conocimiento desde la práctica y aportar evidencia de avances, aprendizajes y lecciones
recogidas. Para ello, apostamos por un horizonte de colaboración con algunas
universidades para:
-
Aportar elementos para la comprensión de la complejidad de eso que llamamos
alternativas al desarrollo.
10
-
-
-
Profundizar en el debate académico sobre esas alternativas y el desarrollo de
capacidades, con rigor y con posibilidad de enriquecimiento del pensamiento que
orienta nuestra acción.
Colaborar en la construcción del propio mapa de capacidades para el desarrollo,
contrastando y construyendo desde el diálogo con las organizaciones sociales.
Monitorear la implementación del mapa para extraer evidencia empírica de los avances
y crear categorías, medición y así constatar en qué condiciones y con qué actores las
estrategias que se han promovido hasta el momento son válidas.
Apoyar en el diseño e implementación de planes de desarrollo territorial, monitorear la
implementación y extraer aprendizajes.
Documentar casos de estudio que permitan crear ejemplos replicables de ese
desarrollo alternativo que estamos promoviendo.
Finalmente, desde ALBOAN como organización miembro del COMPARTE y como
responsable de la secretaría ejecutiva, podríamos extraer algunos aprendizajes del camino
andado que compartimos brevemente:
(i) El debate sobre los enfoques y los conceptos comunes ha sido intenso. Somos
personas y organizaciones muy diversas, de distintos contextos y procedencias.
Esta condición enriquece la reflexión pero también supone dificultades. La suma de
nuevos actores representa un reto aún mayor de generar diálogo, comprensión y
sentido de comunidad entre los participantes.
(ii) La dificultad que supone que el debate y las propuestas sean significativas para
todas las organizaciones atendiendo la diversidad y el momento de cada una.
Algunas experiencias, en el ámbito económico-productivo, son aún incipientes y
muy concretas, mientras que otras se amplían con visiones más territoriales o con
mayor capacidad de intervención, articulación social y política. Esta diferencia de
momentos y contextos tendría que aprovecharse como una fortaleza que permita
testar propuestas comunes en distintos contextos con diferentes aplicaciones y
resultados. Por tanto, es necesario plantear una propuesta suficientemente amplia
en la que quepan las distintas realidades, pero que a la vez permita comparar
metodologías, compartir aprendizajes, identificar dificultades y fortalecernos en ese
intercambio internacional que se está promoviendo.
(iii) La propuesta implica distintos niveles de trabajo que demandan profundidad en
cada uno de ellos y equilibrio entre sí: (a) mejoras de las experiencias; (b)
intercambio de saberes y espacios de encuentro; y (c) generación de conocimiento
y aprendizajes. Conjugar estos niveles supone un alto nivel de coordinación y
procurar los recursos disponibles y adecuados para trabajarlos de manera
articulada.
(iv) La distancia y los tiempos suponen, en ocasiones, dificultad. El funcionamiento de
la comunidad requiere de un andamiaje metodológico que es demandante para los
participantes. El trabajo en terreno muchas veces dificulta la interacción, a pesar,
que el compromiso con la comunidad es fuerte y al interior de cada organización
hay personas claramente designadas para participar y para las cuáles la
comunidad supone un espacio real de aprendizaje.
(v) El trabajo de coordinación que se realiza desde el equipo dinamizador y desde la
secretaría técnica es clave para el funcionamiento de la comunidad. Clarificar
objetivos, diseñar la ruta a seguir, poner en marcha las acciones o devolver las
síntesis del diálogo no es tarea fácil. Los avances en el COMPARTE se deben, en
gran medida, al papel que el equipo dinamizador ha jugado a la hora de proponer,
animar y posibilitar que las cosas sucedan (búsqueda de financiación, generación
de alianzas, etc).
(vi) Una identidad compartida favorece las dinámicas de intercambio de la información
y aprendizaje conjunto. Que un número importante de las organizaciones sean
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parte de la red de de centros sociales de la Compañía de Jesús en América Latina
le dota de un marco que favorece la interacción.
(vii) Desde ALBOAN esta experiencia nos supone avanzar en la concreción de lo que
creemos que es la cooperación al desarrollo. COMPARTE es un ejemplo de formas
de hacer compartidas, de construcción de aprendizajes y enfoques y de diálogo de
ida y vuelta. Para ALBOAN esta comunidad encarna una forma de hacer
cooperación basada en relaciones de alianza que vienen de lejos y que nos
proyecta a largo plazo. También, nos supone un aprendizaje en un tipo de
cooperación basada en la generación de conocimiento y la creación de espacios
de encuentro e intercambio. En esta comunidad jugamos un papel dinamizador y
de “puente” que nos permite evidenciar una cooperación más basada en el
conocimiento y el intercambio que en una cooperación intensiva en financiación.
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Bibliografía
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experiencia.
http://centroderecursos.alboan.org/ebooks/0000/0664/Desarrollo_Alternativo_-_aprendizajes.pdf
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http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/2/23012/lcg2275e.pdf
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[http://institucional.us.es/araucaria/nro20/ideas20_3.htm]
Retolaza Eguren, Iñigo (2010. Teoría de cambio. Un enfoque de pensamiento-acción para
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Cooperación al Desarrollo (HIVOS).
[http://compartedesarrollo.wordpress.com/2012/07/09/guia-teoria-de-cambio/]
Documentos de trabajo
PROGRAMA COMPARTE, Comunidad de Aprendizaje para el Desarrollo Alternativo. Síntesis
del camino recorrido y propuesta segunda fase 2013-2015. Octubre 2013.
Relatoría del Seminario COMPARTE, 24-27 de septiembre 2012 (Loiola – Gipuzkoa).
“Aterrizando propuestas para el desarrollo alternativo: un acercamiento a la generación de
capacidades en iniciativas económico productivas”.
Capítulos: 1, 2 y 4 de la publicación “MAPA DE DESARROLLO DE CAPACIDADES DE
COMPARTE”. 2013
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