Página 1 de 2 DICTAMEN Nº 22 # Nº. 22/1999, de 16 de marzo.* Expediente relativo a reclamación de responsabilidad patrimonial de la Administración Pública formulada por J.A.G.A., por daños causados en su vehículo como consecuencia de accidente de circulación ocurrido el 20 de abril de 1998 en la carretera CM-2015. ANTECEDENTES A causa de reclamación efectuada el 15 de julio de 1998 por J.A.G.A, se inició la tramitación de procedimiento de responsabilidad patrimonial de la Administración, derivada de un accidente de tráfico acaecido el día 20 de abril de 1998, a la altura del punto kilométrico 5,300 de la carretera CM-2015, consistente en salida de su vehículo de la calzada y posterior colisión como consecuencia del derrape imputado a la presencia de gravilla en una zona donde se había practicado recientemente una operación de bacheado. Posteriormente fue emitido informe por Ingeniero Técnico de Obras Públicas perteneciente al Servicio Provincial de Carreteras, en el que se reseñaba: - Que la carretera CM-2015, es en su totalidad de titularidad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. - Que en fechas previas al accidente, se llevaron a cabo obras de conservación entre los puntos kilométricos 4,300 y 6,500 consistentes en el bacheo de las zonas deterioradas, finalizando las labores el día 17 de abril de 1998. - Que el tramo señalado como lugar del accidente consiste en una curva a derecha y cambio de rasante, afectado en todo su recorrido por las siguientes señalizaciones: * Limitación de velocidad a 60 km./hora. * Prohibición de adelantamiento. * Curva Peligrosa a la derecha. Como consecuencia de las actuaciones probatorias llevadas a cabo en el procedimiento el reclamante dirigió comunicación a la Consejería de Obras Públicas, fechada a 22 de septiembre de 1998, aportando, entre otros documentos, declaración suscrita por el conductor del vehículo, padre del peticionario, en el que se describían las circunstancias del accidente en términos similares a los antes utilizados, añadiendo que en el momento del accidente circulaba a una velocidad de unos 65 kilómetros por hora. Formuló finalmente la Secretaría General Técnica de la Consejería de Obras Públicas la pertinente propuesta de resolución, en sentido desestimatorio, fundamentada básicamente en que "... las circunstancias concretas del accidente sólo resultan de la declaración del perjudicado [...]. No fue sino hasta cuatro días después del accidente cuando se dirigió a la Guardia Civil para denunciar los hechos, limitándose a recoger el atestado [...] las manifestaciones que aquél efectuó sin añadir actuación alguna a la investigación.... ha de afirmarse en cambio, que la conducta del perjudicado sí influyó en el desarrollo del accidente, ya que, según él mismo declara, circulaba a una velocidad de 65 km./hora, excediendo por tanto la velocidad máxima establecida". EXTRACTO DE LA DOCTRINA El sistema de responsabilidad extracontractual aplicable a nuestras Administraciones Públicas ha sido calificado por la doctrina como de carácter objetivo y directo, pudiendo acudirse para la determinación de tales notas identificadoras al contenido la Sentencia del Tribunal Supremo de Página 2 de 2 28 de noviembre de 1998, en cuyo fundamento Segundo se recoge: "Al afirmar que es objetiva se pretende significar que no se requiere culpa o ilegalidad en el autor del daño, a diferencia de la tradicional responsabilidad subjetiva propia del Derecho Civil, ya que se trata de una responsabilidad que surge al margen de cuál sea el grado de voluntariedad y previsión del agente, incluso cuando la acción originaria es ejercida legalmente, y de ahí la referencia al funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos en la dicción del artículo 40 de la Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado, pues cualquier consecuencia dañosa derivada de tal funcionamiento debe ser, en principio, indemnizada, porque de otro modo se produciría un sacrificio individual a favor de una actividad de interés público que, en algunos casos, debe ser soportada por la comunidad. Y es directa por cuanto ha de mediar una relación de tal naturaleza, inmediata y exclusiva de causa a efecto entre el actuar de la Administración y el daño producido, relación de causalidad o nexo causal que vincule el daño producido a la actividad administrativa de funcionamiento, sea éste normal o anormal, que la jurisprudencia de esta Sala viene reiteradamente exigiendo". El concepto de relación causal a efectos de apreciar la responsabilidad patrimonial se resiste a ser definido apriorísticamente, con carácter general, ya que cualquier acontecimiento lesivo surge normalmente como el resultado de un conjunto complejo de hechos y condiciones, reduciéndose el problema a fijar qué hecho o condición puede ser considerado como relevante en sí mismo para producir el resultado final. La doctrina administrativa, en el estudio de la problemática mencionada, se ha inclinado por la tesis de la denominada causalidad adecuada, exigiendo la presencia como premisa de los hechos lesivos de una causa adecuada, que precisa una "... conditio sine qua non sin la cual es inconcebible que otro hecho o evento se considere consecuencia del primero...", siendo necesario, además, "... que resulte normalmente idónea para determinar aquel evento o resultado, tomando todas las circunstancias del caso..." (Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de noviembre de 1998). Aplicando la teoría anteriormente expuesta a los hechos recogidos en antecedentes, debemos comenzar señalando que la concurrencia de nexo causal entre el funcionamiento del servicio público de mantenimiento de carreteras y la lesión patrimonial producida parece muy cuestionable. La actividad probatoria desplegada por el actuante también debe calificarse de insuficiente, pues se limita a unas fotografías que sólo evidencian que la calzada fue reparada, a una comparecencia y toma de declaración ante el puesto de la Guardia Civil de Sacedón, cuatro días después del accidente, que no fue seguida de ninguna comprobación o investigación por los agentes de dicho Instituto, por lo que aun sin negar la realidad de los hechos alegados debe manifestarse que no existe prueba concluyente sobre la causalidad que el reclamante atribuye a los baches con gravilla y a su falta de señalización. No concurre, por tanto, la "conditio sine qua non" necesaria para admitir la existencia de una causalidad adecuada entre el actuar del servicio público y las lesiones producidas, pues las características del lugar, su peligrosidad y la violencia del siniestro, inducen a pensar que fueron la velocidad excesiva del conductor, posiblemente mayor que la reconocida en el procedimiento, o en todo caso su falta de pericia, atención o cuidado, la causa primordial determinante de los hechos, que no se habrían producido de haber circulado a la velocidad señalizada y con las cautelas que las características de la vía requerían, como evidencia la inexistencia de otros accidentes en el lugar de referencia.