Patente unitaria europea: ¿Qué consecuencias tendrá para España? El desarrollo de los litigios en materia de patentes, así como su registro a nivel comunitario, se encuentran en pleno cambio hacia una unificación que, de momento, dejará fuera a España e Italia -por voluntad propia- y que se encuentra a punto de culminar. Se trata del fruto de años de diálogo que desembocaron en 2012 en la aprobación de dos Reglamentos sobre la patente unitaria, adoptados en un procedimiento de cooperación reforzada que incluyó a 25 Estados miembros todos excepto Italia y España, en contra de que español e italiano quedaran excluidos de la lista de idiomas de registro-. Tras ello, el Acuerdo del Tribunal Europeo de Patentes (TPU) -futuro órgano para solucionar los procedimientos sobre esta materia- se firmó el 19 de febrero de 2013 por la mayoría de los Estados miembros. Ahora, Europa da un nuevo paso hacia la culminación de las modificaciones normativas necesarias, a través de una propuesta de Reglamento por el que se modifica el famoso texto de Bruselas I, relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil. Se trata de cubrir la necesidad de adaptar esta importante norma a las exigencias del nuevo Tribunal Unitario de Patentes, que será el órgano jurisdiccional común a determinados Estados miembros y que tendrá competencia exclusiva -y, por tanto, sustituirá a los órganos jurisdiccionales nacionales- en las materias a las que se aplique el Acuerdo TUP. Hacia una patente unitaria El objetivo de este paquete de medidas pasa por posibilitar a los interesados la obtención de una patente europea con efecto unitario -un título jurídico que garantiza la protección uniforme en los 25 Estados miembros firmantes-, a través de una ventanilla única. Es decir, bastará una solicitud única, sin otros trámites añadidos en el resto de Estados miembros, para el registro de la patente. Ello supone eliminar requisitos como los de validación y traducción, dando vía libre al acceso de los inventores a los mercados de otros Estados miembros de forma más rápida y sencilla, exceptuando a España y a Italia. Actualmente, para obtener una patente a nivel europeo es necesaria, bien la presentación de una solicitud de patente nacional en cada uno de los países, bien la solicitud de una patente europea mencionando a los distintos Estados de la UE. La desventaja es que, una vez concedida la patente europea, algunos Estados exigen la traducción y validación de la patente europea ante sus oficinas nacionales para que esta tenga efecto en su territorio. Otra desventaja, de gran importancia, pasa por los distintos efectos jurídicos de la patente europea en cada Estado, ya que en cada uno de ellos se aplica la legislación nacional. Las demandas de este tipo, por tanto, se deben llevar a cabo en cada Estado afectado, y conforme a su Derecho Interno. De ahí que la patente unitaria trate de acabar con estos problemas, tratándose de una licencia única para toda la UE, sometida al futuro Tribunal Unificado. Las ventajas de este sistema pasan por la reducción de costes -traducción, tasas de mantenimiento- y de cargas administrativas. Sin embargo, también hay puntos oscuros, como el hecho de que el Tribunal Unificado de Patentes pueda invalidar una patente con efecto en los 25 Estados miembros participantes. Con el sistema actual, según recuerda Gómez-Acebo & Pombo Abogados en un análisis de la nueva regulación, es posible que una patente europea sea declarada nula por los Tribunales de un Estado y declarada válida por los de otro. Además, se perfila como problema el pago de una única tasa anual, independientemente del mercado efectivo en el que se desarrolle esa patente. La empresa abonará en todo caso las tasas de mantenimiento aunque en la práctica no comercie en ciertos Estados miembros. Eso sí, siempre queda abierta la posibilidad de que conceda licencias de explotación en los territorios donde ella misma no opere. En el caso de España e Italia, al quedar fuera de este sistema, no resultará de aplicación la patente unitaria, lo que significa, de un lado, que los tribunales españoles sean los únicos competentes para enjuiciar estos supuestos cuando una patente tenga efectos en España; y de otro, que para extender los efectos de una patente unitaria a España haga falta validar la licencia, con el correspondiente pago de una tasa, junto con una necesaria traducción completa al español. Para las empresas españolas, una gran desventaja se encuentra en el hecho de que, si solicitan la protección de su invención por esta vía, y dado que España no es participante, una patente europea con efecto unitario procedente de un solicitante español será considerada como una patente alemana en cuanto, al ser este país el que acoge la sede de la Oficina Europea de Patentes, quedando sometida a la legislación del país germano. Como ventaja, a la patente unitaria concedida a un solicitante español no le afectará la prohibición de la doble protección, de modo que si el Tribunal Unificado de Patentes tumba la patente unitaria, seguirá intacta la patente nacional española. Un Tribunal único para solucionar discrepancias El acuerdo internacional sobre el Tribunal Unificado de Patentes se firmó el 19 de febrero de 2013 y entrará en funcionamiento una vez modificado el reglamento Bruselas I. El Tribunal tendrá competencia exclusiva y, por tanto, sustituirá a los órganos jurisdiccionales nacionales en las materias a las que se aplique el Acuerdo TUP. Será, asimismo, un Tribunal común para todos los Estados miembros contratantes y, por ende, sujeto a las mismas obligaciones en virtud del Derecho de la Unión que cualquier otro tribunal nacional de los Estados miembros firmantes. El TUP tendrá su sede central en París, con secciones en Londres y Múnich, aunque se creará una División nacional en cualquier Estado miembro si lo solicite, correspondiendo al Estado miembro contratante que albergue una División nacional la designación de su sede. Además, se creará otra División nacional cuando que en dicho Estado se hayan incoado al menos 100 asuntos de patentes por año civil durante tres años consecutivos anteriores o posteriores a la fecha de entrada en vigor del presente Acuerdo. En todo caso, el número de Divisiones nacionales en cada Estado miembro contratante no será superior a cuatro. El objetivo es que, cuando se trate de una patente unitaria, se desarrolle un único litigio, en lugar de varios paralelos ante los tribunales nacionales, logrando así resoluciones más rápidas con un menor coste económico y de eficiencia. Dado que el Acuerdo se basa en el Reglamento Bruselas I, éste servirá para determinar la competencia judicial internacional del Tribunal Unificado de Patentes. Además, el acceso al Tribunal Unificado de Patentes y al Tribunal de Justicia del Benelux estará garantizado en los casos en que el demandado no tenga su domicilio en un Estado miembro de la UE, como lo está en los casos en que sí lo tiene. Además, este acceso está garantizado con independencia de la instancia o división del Tribunal Unificado de Patentes que vaya a conocer de la demanda. Asimismo, se establece un foro adicional para los litigios en los que estén involucrados demandados con domicilio fuera de la UE. La propuesta de modificación del reglamento Bruselas I dispone que se puede actuar contra un demandado con domicilio en un tercer país en el lugar en que estén sitos sus bienes muebles, siempre que su valor no sea insignificante en relación con la cuantía de la demanda, y que el litigio tenga una vinculación suficiente con el Estado miembro del órgano jurisdiccional al que se somete el asunto. Las normas en materia de litispendencia y conexidad del Reglamento Bruselas I se aplican a las relaciones entre el TUP o el Tribunal del Benelux, por una parte, y los órganos jurisdiccionales de Estados miembros no contratantes (España e Italia), por otra. 27/05/2014 LUCÍA SICRE http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/selfabr13/envio-ultima-horaecoley/noticias/5811686/05/14/Patente-europea-Que-consecuencias-tendra-paraEspana.html#.Kku8cjPm1Njp4EZ