Senado de la Nación Secretaria parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-0461/09) Buenos Aires, 02 de marzo de 2009 Señor Presidente Ing. Julio César C. Cobos Su Despacho. – Tengo el agrado de dirigirme a usted a los efectos de solicitar la reproducción del Proyecto de Ley de mi autoría: Expediente S3623/07 presentado el 03-12-07; “ Reincorporación de la figura del infanticidio al Código Penal Argentino” Sin otro particular lo saludo muy atentamente. – Adriana Bortolozzi de Bogado. – PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,... DE REINCORPORACIÓN DE LA FIGURA DEL INFANTICIDIO AL CODIGO PENAL ARGENTINO. Articulo 1º: Incorpórase al texto del artículo 81 del Código Penal Argentino el Inciso "c", el que quedará redactado de la siguiente manera: “A la madre que habiendo sido víctima de los delitos previstos en los artículos 119 y 120 de este código, bajo la influencia del estado puerperal matare a su hijo recién nacido.” Articulo 2º : Comuníquese al Poder Ejecutivo. Adriana Bortolozzi de Bogado.- FUNDAMENTOS Sr. Presidente: La figura del infanticidio contemplada en la ley 11.179 ( Código Penal <http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3digo_penal> de la Nación Argentina <http://es.wikipedia.org/wiki/Argentina>) fue derogada por primera vez a través de la ley 17.567. Posteriormente dicha modalidad atenuada de homicidio regresa con la ley 20.509, siendo nuevamente derogada con la ley 21.338. Sin embargo en 1984 reapareció a partir de las reformas del texto ordenado del Código Penal (decreto 3992/84) para finalmente, ser derogada por la ley 24.410 (vigente desde diciembre de 1994), la cual abrogó el tipo penal de infanticidio, ubicado en el inciso 2º del art. 81de dicho código y que preceptuaba: "Se impondrá reclusión hasta tres años o prisión de seis meses a dos años a la madre que, para ocultar su situación matare a su hijo durante el nacimiento o mientras se encontrara bajo la influencia del estado puerperal y a los padres, hermanos, marido e hijos que, para ocultar la deshonra de su hija, hermana, esposa o madre, cometieren el mismo delito en las circunstancias indicadas en la letra a del inciso 1º de este artículo". Mas allá de la excesiva amplitud del texto legal precedentemente transcripto, respecto de la atenuación de la pena a personas que no fueren precisamente la madre de la víctima, la figura de infanticidio fundaba la disminución de la pena respecto de aquella, en la especial predisposición psicológica que acompañan a ciertos embarazos y alumbramientos(impresión subjetiva de vergüenza) o en la situación fisiológica de la madre por la posible influencia del estado puerperal en la aparición de ciertas psicosis consecuentes al parto. Las hipótesis fácticas imaginadas por el legislador respecto del estado psicológico de la parturienta, giraban sobre la angustia moral de las mujeres casadas con embarazos ilegítimos o los alumbramientos acontecidos antes del matrimonio. Hay que considerar que cuando se redactó originariamente esta modalidad atenuada de parricidio, (si bien se tomo como principal antecedente la legislación Suiza), de acuerdo a los convencionalismos sociales de la época, las mujeres debían ser castas, concebir hijos solamente dentro del matrimonio y por ende abstenerse de mantener relaciones extramatrimoniales; de lo contrario, sufrían el masivo desprecio social. La atenuante psicológica estaba justificada entonces en razón directa al grado de intolerancia social para los embarazos “ilegítimos”. Respecto del atenuante fisiológico (influencia del estado puerperal) se fundaba en los desordenes psíquicos que podían padecer las mujeres que daban alumbramiento en ámbitos en donde no existía atención medica u obstétrica, adecuada situación que potenciaba la aparición de estados de psicosis puerperal maniacodepresivas, o lapsus esquizofrénicos en algunas madres. La derogación de esta figura transformó lo que antes era infanticidio en homicidio calificado por el vinculo y muy a pesar de los augurios excusatorios de esta derogación de que la evolución de los tiempos hizo que desaparecieran la vergüenza social del parto de los tiempos del legislador originario o los alumbramientos sin atención profesional, la realidad nos demuestra que dista de la verdad afirmar que los embarazos ya no pueden dar vergüenza o que siempre hay asépticos nosocomios al alcance de las parturientas. Quienes propiciaron la derogación de la figura de infanticidio, olvidaron que no todos los grupos sociales evolucionan en el mismo sentido ni al mismo tiempo ni tienen las mismas características; y que existe realmente diversidad cultural y social en nuestro país. Indaguemos solamente la importancia del honor femenino en pueblos rurales del norte, donde cada mujer es valorada socialmente por su entorno en función a su honestidad o recato. En estas sociedades la presión social puede ser factor suficiente para que la mujer no soporte la vergüenza de un embarazo descalificado socialmente y ante la imposibilidad de abortar, recurra al “infanticidio honoris causa”. Igualmente mas allá de los reales propósitos de la madre, debería advertirse que el infanticidio , en la mayoría de las veces, lo cometen mujeres de escasos recursos económicos y/o que viven en condiciones precarias, violentas e inestables. Las estadísticas nos demuestran que esta modalidad delictiva es mas frecuentes en zonas rurales o urbanas de escasos recursos, mientras que los abortos son mas asiduos en poblaciones femeninas con mejores recursos económicos. Así las cosas, se advierte que la política legislativa implementada apunta a criminalizar al infanticidio con cadena perpetua (delito mayoritariamente cometido por personas de escasos recursos que no pueden pagarse un aborto) lo que de por si involucra la prisión preventiva de la madre imputada durante el proceso y una prolongada condena de cumplimiento efectivo. Para el aborto (mucho menos demostrable judicialmente y accesible a personas de posición económica acomodada) la previsión penal es de uno a cuatro años sin que la tentativa sea punible (Art. 88 del C.P.A.), y ello de por si garantiza a la imputada su excarcelabilidad durante el proceso y previsibles condenas en suspenso para el caso de considerársela culpable. La inequidad legislativa es palpable porque objetivamente, ambos son delitos contra la vida de un ser humano con la sola diferencia que en el aborto el bebe vivo todavía no ha nacido y en el infanticidio ya ha abandonado el vientre materno. A la condena de Romina Tejerina en la provincia de Jujuy a catorce años de prisión, le anteceden otras condenas aplicadas a María Laura González en Rosario, y a Gabriela Décima en Salta a ocho años de prisión, recientemente fue noticia un lamentable hecho de parte de una joven parturienta misionera que arrojo a su bebe por la ventana de un sexto piso. Lo llamativo de los fallos condenatorios es que los mismo magistrados sentenciantes, bucean en el mar de los atenuantes especiales del articulo 34 del Código Penal para evitar aplicar la cadena perpetua prevista para el infanticidio luego de la reforma del año 94 y algunos jueces hasta en sus considerandos critican dicha abrogación legislativa. Un destacado Ministro de la Corte con extensos antecedentes académicos y doctrinarios dentro del derecho penal, en una de sus últimas conferencias dictadas en el exterior (México) en el marco de un congreso de armonización de legislaciones con instrumentos internacionales en materia de derechos humanos de las mujeres, dijo: “el infanticidio es un delito muy raro en los centros urbanos, que por regla general ocurre en el interior del país. Quienes lo cometen son mujeres de muy escasa instrucción (...), en otros casos de condicionamiento cultural o marcado de aislamiento, con muy escasa capacidad de expresarse, de comunicarse y que tienen partos en soledad, en baños y los restos van a dar a pozos ciegos. Es decir, son casos más necesitados de una urgente asistencia social, psicológica y a veces hasta psiquiátrica que de punición. Llevar estos casos trágicos a una pena de reclusión o de prisión perpetua me parece algo verdaderamente terrible”. Lo transcripto lo dijo Eugenio Raúl Zafaronni ante un multitudinario auditorio integrado por juristas y legisladores de numerosos países. Aquí mientras tanto todavía, Romina, Gabriela, María y otras jóvenes mas esperan que por obra y gracia del principio de retroactividad de la ley penal mas benigna, alguna vez, la corrección de este error legislativo les traiga un poco de normalidad a sus vidas para poder entonces, recomenzar el secundario, ir a la facultad o tan solo tal vez, ver el cielo desde fuera del penal en donde cumplen sus respectivas condenas. El presente proyecto de ley apunta a que nuestro código penal recupere esta modalidad atenuada de homicidio calificado por el vínculo, no ya con ese texto amplio que beneficiaba hasta a padres, hermanos, maridos e hijos, sino con un contenido que recoge a cabalidad realidades frecuentes, en la especial predisposición subjetiva de quien mata a su hijo recién nacido y propensiones que a criterio de la presentante son los siguientes: 1º) el propósito de ocultar su situación (evitar la vergüenza social), 2º) influencia del estado puerperal (entendiendo el puerperio como un estado que puede repercutir en cuadros psicopatológicos con inclinación delictiva, hasta la primera menstruación de la madre luego del alumbramiento); 3º)El aborrecimiento al niño recién nacido cuando el embarazo haya sido a consecuencia de abuso sexual. La hipótesis absolutoria propuesta por el punto tres no deja de ser también admisible aun sin acreditarse la intención de ocultar su situación o la influencia del estado puerperal de la autora, pues podría ser comprensible dentro de la categoría de delito con atenuantes, las conductas de mujeres que por el origen violento, o no querido del embarazo, por la especial predisposición subjetiva de su condición de mujer abusada, por la conducta del padre biológico de la criatura o cualquier otra circunstancia, el niño recién nacido, le cause tal repulsión u odio que termine causándole la muerte. En el convencimiento de que infanticidio al código penal con es una necesidad legislativa legisladores este proyecto de enriquecimiento. Adriana Bortolozzi de Bogado.- la reincorporación de la figura de las modificaciones que se proponen urgente, propongo a mis pares ley, para su discusión crítica y