ENSAYOS Problemática y desafío de la educación vinculada al trabajo en el marco de la propuesta neoliberal 1 Onavis Carmelo Cabrera INTRODUCCIÓN Los nuevos cambios económicos, políticos, sociales, científicos y tecnológicos que se están operando en la comunidad mundial, con la emergencia del neoliberalismo, con la desarticulación del bloque socialista y la desaparición de la URSS, con la aparición de nuevas formas de organización de la sociedad y del Estado, unido a los afanes de los países industrializados de impulsar un proyecto de Nuevo Orden Económico Internacional y una nueva división internacional del trabajo. Además, la promoción de la globalización de la economía está impactando de manera determinante en los nuevos escenarios que se están configurando en la Región. En América Latina y el Caribe, este proceso se configura en un contexto de crisis económica y sus consecuentes efectos económico-sociales, en él se manifiesta una gravosa deuda externa que impacta el desarrollo de todas las instituciones de la sociedad; en el marco de políticas de ajuste estructural, de apertura de la economía y de crisis del Estado benefactor, lo cual se expresa en el auge del proyecto neo liberal como modelo de organización de la sociedad. Este proceso en el ámbito productivo, se caracteriza por una fuerte tendencia hacia la modernización de la economía y la introducción de nuevas tecnologías para la producción de bienes y servicios. Esta nueva realidad para el sector educativo se expresa en una nueva y distinta demanda de formación de recursos profesionales y de calificación de fuerza de trabajo. Esta nueva demanda parte del criterio de que "los mismos procesos productivos de alta tecnología exigen de los trabajadores una mayor capacidad de diseño, creatividad e innovación que no la proporciona el modelo tradicional de capacitación laboral" (Andrade, 1993: 56). En este contexto, a la educación de adultos y en particular al programa de educación y trabajo, se les plantea el desafío de la modernización, que está promoviendo el neoliberalismo, lo cual implica una reorientación de sus prácticas para poder responder al requerimiento de elevar la eficacia y la eficiencia del servicio que ofrece, de manera que el mismo se traduzca en una educación de calidad, que responda a las actuales demandas de formación profesional y capacitación de la fuerza de trabajo. Este desafío, en un primer plano, lo situamos en la necesidad de una reorientación curricular en el ámbito de la propuesta de educación y trabajo. Proceso éste que se inscribe en el marco de la problemática educativa de América Latina, la cual ha determinado que varios países hayan iniciado procesos de cambio en el diseño curricular y de reforma institucional. Cabe precisar que nos abocamos al análisis de la reorientación curricular en educación y trabajo en el contexto de la problemática económico-social, política y cultural de América Latina y el Caribe, dado el consenso que existe en el área sobre la importancia que tiene esta estrategia de cambio educativo, el cual constituye el marco de referencia en el que deberían resolverse aspectos importantes de la calidad de los aprendizajes y, por ende, el de la calidad de la educación. En el marco de estas ideas, desarrollaremos el presente trabajo, en un primer momento, abordaremos de manera sucinta el contexto latinoamericano que sirve de referente inmediato de la problemática de educación y trabajo; en igual medida, en un segundo aspecto procuraremos caracterizar los elementos más distintivos del neoliberalismo como propuesta emergente en la sociedad latinoamericana y caribeña; en un tercer momento caracterizaremos la problemática de la educación vinculada al trabajo en sus aspectos cuantitativos y cualitativos y sus implicaciones en el proceso de modernización que promueve el neoliberalismo. Por último, destacaremos a nuestro entender, desde la perspectiva de la renovación curricular, los nuevos retos y desafíos que se le plantean a la educación y trabajo, que le permitirá responder a los actuales requerimientos de formación profesional y de capacitación laboral que está demandando la sociedad en los actuales momentos. I. CONTEXTO DE LA PROBLEMÁTICA Al destacar la problemática de la educación y trabajo en los países de la Región, necesariamente nos tenemos que referir a la situación que vivió el área en la llamada década perdida (1979/1989), y sus consecuencias, las cuales se caracterizan entre otros aspectos por la crisis económica, cuyos efectos aún subsisten en iguales o menores magnitudes y en algunos casos se expresan con mayores niveles de agudización. El fenómeno de la crisis económica se caracterizó por una reducción significativa del financiamiento, por una crisis del crecimiento económico, pues decrece la entrada de ahorro y comienza a tener signo negativo, o sea que hay salida de capital, adicionalmente se produce un significativo descenso del precio en dólares de los bienes de exportación, agudizándose con ello, en grado extremo, los términos del intercambio que la Región mantiene con los países centrales. A este hecho también se suman los efectos negativos por el pago de los servicios de la deuda. Sobre este particular "para diciembre de 1990, en versión del Banco Mundial (BM) en lo que coinciden la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), el monto total de la deuda externa de América Latina ascendía a los 429 000 millones de dólares".1 Para la recuperación economía de la región, la deuda externa constituyó en la década de los 80, y aún lo sigue siendo, uno de los más graves problemas, muestra de ello, es que "en el período de siete años, 1983-1990, el conjunto de los países del área habían pagado 2 000 millones de dólares a la banca internacional por concepto de los intereses de la deuda, sin incluir la amortización del capital" (Idem). Como consecuencia directa de esta problemática, se va a producir una crisis en sectores estratégicos de la economía que a su vez va a provocar un elevado índice de desempleo y subempleo de una población total de 450 millones de habitantes, "al iniciarse 1991, según estadística, 200 millones de latinoamericanos se encontraban en condiciones de desempleo" (Idem, p. 47). En este sentido se sostiene que un tercio de la población económicamente activa se debatió entre el desempleo y el subempleo, hecho que determinó que en dicho período se consolidara lo que se ha dado en llamar el sector informal de la economía. A esta crisis de la economía se suman las políticas de ajuste estructural que los gobiernos de la Región empezaron a implantar, lo que va a provocar una tendencia creciente en la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores de los diferentes sectores de la economía, incluyendo al sector estatal. El "deterioro en el ingreso real de los trabajadores tiene una caída del 70%, en prácticamente todos los países del área, capital y trabajo sufren modificaciones relevantes. En 1980 al trabajo correspondía el 45% del PIB, mientras que al capital el 55%; pero para 1989, al trabajo sólo le pertenecía el 42% del PIE y al capital 58% [...] La tendencia anuncia que las diferencias tenderán a radicalizarse siempre a favor del capital" (Rubén Aguilar, doc. cit. p. 47). En igual medida que la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, el fenómeno de la inflación contribuyó a agravar la situación de los latinoamericanos 1 Rubén Aguilar."Los efectos de la crisis y el futuro de la educación de adultos". En: Revista lnteramericana de Educación de Adultos, Vol. 14, No. 2, 1992. CREFAL/OEA, México, p.46 y caribeños. "Aunque se ha logrado frenar en alguna medida, continúa presente con uno de los más relevantes problemas de la economía latinoamericana. Durante 1990 el promedio general en el área fue de 25%, pero sin incluir las inflaciones crónicas [...] Los países de inflación crónica obtuvieron los siguientes porcentajes: Argentina 800%; Brasil 2 400%; Nicaragua y Perú 900%, cada uno" (Idem). Este proceso coyuntural, en el ámbito de lo político-social, se expresa en una crisis del Estado benefactor y de sus instituciones, acentuándose su ineficiencia. El Estado tiende a perder sus atribuciones económicas, políticas y sociales en tanto se plantea el traspaso de muchas de sus responsabilidades al sector privado. En este marco de acción el Estado tiende en lo fundamental a centrarse en la administración de la deuda. En este nuevo rol, el Estado se ve compelido a reducir su gasto social siendo los más afectados el sector salud y el educativo. "El gasto en materia de educación y salud se redujo del 26 al 23% del PIE, lo cual representó una reducción del 9% del gasto social por persona. Además, las políticas sociales no tuvieron un carácter compensatorio e incrementaron los efectos regresivos del ajuste. Esas consecuencias se vieron agravadas por la forma en que se financió el incremento del gasto público en algunos sectores: la elevación del déficit fiscal repercutió con mayor fuerza sobre los grupos más pobres".2 A causa del "carácter recesivo del ajuste macroeconómico aumentó la pobreza y se deterioró el mercado de trabajo. De 1980 a 1985, a raíz del descenso del ingreso por persona el cual significó un 12% y de la concentración del ingreso, la extensión de la pobreza en América Latina aumentó del 33 al 39% de la población. Dicho de otro modo, se volvió a la situación de pobreza registrada a principios de 1970 y el número de pobres ascendió de 120 a 160 millones" (Idem, p. 144). La tendencia al aumento de la pobreza ha seguido creciendo, en la década de los 90. De 136 millones de latinoamericanos en 1980 (41% de la población) a 139 millones en 1990 (46%) revirtiendo la tendencia a la baja que tuvo este problema desde la posguerra. Según parece, "ese deterioro fue mayor en las zonas urbanas, pues se estima que en 1985 la mitad de los pobres se encontraban en las ciudades, aunque la intensidad de la pobreza sigue siendo mayor en las zonas rurales" (Idem). En esta coyuntura se produce un fenómeno aparentemente contradictorio, en "toda la Región [...] se consolidan los procesos democráticos formales. Caen las dictaduras de Chile y Paraguay. Los procesos electorales, con más o menos 2 Álvaro García y otros. "Cómo pagar la deuda social en América Latina". En: Revista lnteramericana del Trabajo, Ginebra, Suiza, 1992. limpieza, se afianzan en todos los países, pero al mismo tiempo se acrecienta el autoritarismo que ahora se justifica por la necesidad de implantar ‘políticas de choques' en materia económica. Se argumenta que el ajuste tiene tales dimensiones y es de tal envergadura que exige que el Estado Nacional tenga el control absoluto sobre el conjunto de la sociedad, incluso a costa de la democracia".3 Esta situación, en términos globales, ha impactado de manera determinante en el sector educación, pues los servicios educativos también han experimentado una profunda crisis en todos sus niveles y estructuras, debido esencialmente al recorte de su asignación presupuesta!. Se detiene el proceso de ampliación de la cobertura de la educación básica. Se acentúa la baja eficiencia terminal y la calidad de la educación básica, al extremo que sólo puede egresar la mitad de la población que ingresa, constituyendo además uno de los problemas más serios de la escuela primaria de la Región. Los porcentajes del rezago educativo tienden a aumentar, pues se producen altos índices de escolaridad incompleta y en igual medida altos porcentajes de deserción, repitencia y ausentismo escolar. Los programas de capacitación y actualización docente se ven seriamente limitados, al tiempo que se mantiene la desvinculación entre el diseño de planes y programas con las demandas reales y con los nuevos requerimientos sociales que demandan los avances científicos y tecnológicos. En educación de adultos y alfabetización, la situación se presenta con acciones irrelevantes, con la existencia de planes y programas que no corresponden ni con la demanda de la sociedad ni con los intereses y necesidades del sujeto adulto. Se mantiene el carácter remedial y compensatorio de los programas de educación de adultos. El analfabetismo se mantiene en 42.5 millones de analfabetas, con una tendencia creciente, con el alto índice de analfabetismo funcional. La imagen social del docente se ve seriamente deteriorada, pues los bajos salarios, las limitaciones en las condiciones para su actualización y capacitación y la baja eficiencia terminal de la educación básica, determinan que la imagen del maestro se vea altamente cuestionada, hecho que se traduce en una baja estimación social en su condición de profesional de la educación y por ende una baja autoestima a su condición de ser humano. El impacto de esta realidad en el proyecto de educación y trabajo se ha expresado en un deterioro del servicio, en una mayor desarticulación entre los procesos educativos con los productivos y un divorcio entre el resultado alcanzado y los actuales requerimientos de formación y capacitación de fuerza de trabajo que está 3 Rubén Aguilar. Doc. cit., p. 52. demandando el proceso de modernización industrial que en el área se está operando con la introducción de la electrónica y la informática en el proceso productivo. II. EL NEOLIBERALISMO COMO PROPUESTA DE ORGANIZACIÓN DE LA SOCIEDAD Los procesos de reconversión industrial tendientes a la modernización del proceso productivo, así como sus características e impacto en el empleo y en la calificación laboral, están determinando en gran medida los lineamientos teóricometodológicos de un modelo de desarrollo que sustenta y norma propósitos y objetivos económicos, políticos, sociales y culturales. En este sentido, el neoliberalismo como propuesta de organización de la sociedad y como modelo de desarrollo está normando y orientando los actuales procesos de modernización industrial que se están operando en la mayoría de los países de la Región, comienza a cobrar vigencia en el área en el período de la llamada década perdida. Ante la crisis económica, las políticas implementadas al respecto pierden eficacia y pronto alcanzan su agotamiento, y es justamente el momento en que empieza a cobrar vigencia la teoría monetarista de corte neoliberal de Milton Friedman y Friedrich Hayek, dos conspicuos ideólogos del neoliberalismo contemporáneo. La puesta en vigencia del neoliberalismo determina un cambio profundo en las estrategias de desarrollo, pues se abandona la industrialización basada en la sustitución de las importaciones por el modelo de desarrollo denominado secundario-exportador, el cual se ha venido caracterizado en sus aspectos fundamentales por: desarrollar el proceso de acumulación de capital en ramas industriales más pesadas y en los sectores agroexportadores; plantea el desarrollo económico en función del sector externo de la economía; estimula las exportaciones manufactureras; procura la caída del salario real de los trabajadores; le asigna un nuevo rol al Estado en la que se privilegian funciones administrativas, políticas y la promoción de iniciativas privadas, propicia la liberación comercial, la modernización económica y la concentración y centralización del capital, principalmente el capital transnacional. Esta estrategia de desarrollo se "llama neoliberal porque intenta retomar [...] las viejas ideas clásicas y neoclásicas del siglo pasado y plantea adaptar sus conceptualizaciones a la crisis de los 80, siguiendo sus principios más fieles o más ortodoxos".4 Sus características principales son: 4 Arturo Ortiz Wadgymar. El fracaso del neoliberalismo en México. 1° Reducción del gasto público. 2° Eliminación del déficit presupuestal liquidando todo tipo de subsidio (incluyendo alimentos, medicinas, transporte barato para los pobres). 3° Reducción del tamaño del Estado, despido masivo de burócratas a quienes se les considera altamente negativos y reprivatización de las empresas estatales. 4° Mayor libertad económica para los banqueros, industriales y comerciantes, lo que quiere decir que deben eliminarse todo tipo de controles a los empresarios. 5° De lo anterior, se diría que se eliminen los controles de los precios; que no se grave el capital y que los salarios se fijen en función de la ley de la oferta y la demanda. 6° Desde el ángulo del sector externo, se recomienda la apertura total e indiscriminada de la inversión extranjera y a las mercancías provenientes del exterior. 7° Por lo anterior, es necesaria una política cambiaria "altamente flexible que permita que entren y salgan libremente los capitales nacionales y extranjeros sin la intervención reguladora por parte del Estado" (Idem, p. 14-15). En el marco de estos lineamientos se está realizando el programa de reforma y en la mayoría de los países de la Región se está reformando el Estado, lo cual está significando una nueva racionalidad de sus funciones; se está modificando el sistema tributario en favor de la economía de mercado del libre comercio y una modernización de la sociedad en el contexto de la globalización de la economía y de los procesos sociales y culturales. El neoliberalismo fondo monetarista no sólo se está proyectando como una propuesta modernizadora en el ámbito de la economía, sino también se está configurando en la organización política, social y cultural de la sociedad, con la particularidad de que lo económico se sitúa en primer plano del análisis social. En esta concepción de organización de la sociedad, el papel del individuo, es una acción libre. Los hombres son, "los sujetos protagonistas en la sociedad, son los individuos, como negación a las organizaciones sociales, las cuales" (Idem, p. 21) son consideradas como fin último de la sociedad. La limitación de las funciones del Estado está planteada como una de las tesis centrales de la propuesta neoliberal. A partir de la limitación de las funciones del Estado se favorece el fortalecimiento del libre mercado, sin ataduras normativas reguladoras. "La organización económica es importante como medio para el fin de la libertad política, por sus efectos sobre la concentración o dispersión del poder" (Idem, p. 62). Desde esta perspectiva, se plantea la existencia de un Estado reducido y pasivo, un Estado que en lo fundamental debe limitarse a los asuntos políticoadministrativos, un Estado que debe recortar sus gastos sociales y hacer corte redistributivo, que debe reducir su función de productor de bienes y servicios y de prestación de servicios sociales, los cuales deben pasar a manos de la iniciativa privada. El Estado en el ámbito de lo económico debe pasar al sector privado las principales empresas estatales, o sea debe promover la reprivatización de la economía y centrar sus funciones económicas en crear políticas favorables al desarrollo de los sectores dinamizadores de la economía de mercado. Una de las tesis centrales de esta propuesta es la globalización, que es entendida por la Internacional Liberal (Asociación Internacional de Partidos que siguen la ideología liberal), como un mecanismo de la cooperación internacional. En este sentido plantean "la necesidad de la libre circulación de personas, bienes capitales y servicios, así como la necesidad de la división internacional del trabajo y de la cooperación internacional en la más amplia medida posible en el ámbito monetario, social y tecnológico".5 La globalización está asociada a la internacionalización de la economía, la integración de las economías nacionales a la dinámica del comercio internacional; está relacionada a procesos de globalización financiera, a la revolución tecnológica y a la innovación de las telecomunicaciones y transportes, que promueve una mayor apertura y socialización de los procesos económicos y sociales en la comunidad mundial. En el marco de la globalización del libre comercio se constituye la idea conductora de las relaciones económicas internacionales, cuyo postulado de eficiencia es la competencia internacional de empresas y productos, su credo es el de las economías abiertas y los mercados libres, sus instrumentos son la inversión privada y la tecnología de punta. Un aspecto concreto del proceso de globalización en que empiezan a insertarse 5 "El liberalismo en el mundo de hoy". Fundación Friedrich Naumann. los países de la Región, lo constituye el caso mexicano, con la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Los promotores de este acuerdo afirman que un tratado de esta naturaleza estimularía el crecimiento económico sostenido mediante mayores flujos de comercio e inversión, al conformarse un mercado de más de 360 millones de personas y un producto regional de 6 billones de dólares. De esta manera se pretende que el Tratado contribuya a que los países involucrados enfrenten con éxito los retos derivados del proceso de globalización económica que se están dando en el marco del nuevo orden internacional. En la misma medida en que la globalización constituye uno de los aspectos centrales de la propuesta neoliberal, también lo es la apertura económica, la cual es entendida como un concepto netamente comercial de interrelación general de las actividades económicas a nivel internacional. El propósito básico de la apertura económica es un incremento en la producción, en "un contexto de intercambios profundos en las técnicas de producción y de financiamiento, pues supone un intercambio dinámico de ventajas económicas comparativas que pone a prueba la propia estabilidad y supervivencia de empresas productivas" (Idem). Otro aspecto que a nuestro entender es estratégico en la propuesta neoliberal, lo es el de la llamada modernización industrial la cual influye en los demás ámbitos de la vida social, lo político, lo cultural y lo educativo. Ello requiere en primer plano, de una adecuada articulación entre lo social con el desarrollo científico y tecnológico, con el proceso productivo que se está dando en la sociedad. En el proyecto modernizador se pueden distinguir dos aspectos importantes en su configuración, uno lo podríamos catalogar de cuantitativo en cuanto está vinculado con las estrategias de búsqueda permanente de aumento de la productividad, la eficiencia y la eficacia, en términos de ganancias comparativas. El otro lo podemos denominar cualitativo; el cual está asociado a un proceso que va más allá de lo técnico y lo económico y se sitúa en la dimensión política, social y cultural, en tanto se procura que el individuo internalice los nuevos valores y patrones de comportamientos que el modelo postula como buenos y válidos. Lo cualitativo está articulado a los nuevos valores, en la forma de concebir la producción de bienes y servicios, que en el contexto del trabajo se traduce en nuevas relaciones técnicas y sociales de producción, lo que significa que los trabajadores tengan que asumir los nuevos valores del proceso productivo. En esta lógica, los trabajadores deberán someterse a un proceso de reciclaje de su fuerza de trabajo, que tiene que ver con la adquisición de nuevos aprendizajes, como una condición para responder adecuadamente a las exigencias que le impone el mercado de trabajo y el proceso de reconversión industrial. La dimensión cualitativa de la modernización está internamente vinculada con los requerimientos de modernización del Estado y de la sociedad civil; en igual medida está relacionada con la demanda de modernización del sistema educativo y en particular con las exigencias de que educación y trabajo respondan adecuadamente a la necesidad de reciclar la fuerza de trabajo que está demandando el mercado laboral y el modelo de desarrollo neoliberal. III. CARACTERIZACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA La educación vinculada al trabajo y a la producción como proyecto educativo, es una modalidad de la educación de adultos, que en lo esencial está orientada a procurar el desarrollo de las competencias sociales, culturales y laborales del educando adulto, con el propósito de que éste se pueda integrar a la sociedad con una actividad socialmente productiva. Educación y trabajo en los países de la Región ha venido desarrollándose en el marco de dos ámbitos y en el contexto de dos grandes enfoques socioeducativos. Estos ámbitos están constituidos por los programas y proyectos centralmente productivos y por los centralmente educativos. Con la particularidad de que se da mayor prioridad a los programas y proyectos cuyos objetivos de formación y capacitación están orientados al proceso productivo, relegando a un segundo orden los que persiguen elevar el nivel educativo y cultural de los adultos. Con respecto a los enfoques que orientan la práctica educativa en educación y trabajo, los que han predominado en los programas de formación y capacitación son el de capital humano y el denominado de pobreza estructural. En este sentido, los programas que asumen el punto de vista del "Capital Humano, sostienen que la formación general básica hace a los individuos más 'empleables' en el mercado de trabajo o más racionales en su actividad productiva. Así convienen actividades de postalfabetización porque esto redituará en forma automática, vía worker effect y el Allocative effect, sobre mayores niveles de productividad y por tanto en los niveles de vida de la población carente".6 6 Sylvia Shmelkes. Postalfabetización y trabajo en América Latina. OREALC/UNESCO/CREFAL, México, 1990, p. 26. El segundo enfoque parte del criterio de que, para que las actividades socioeducativas contribuyan a calificar fuerza de trabajo, deben estar integradas a proyectos de desarrollo social y comunitario que procuren, como propósito, el mejoramiento de las condiciones de vida de los educandos adultos y de su comunidad. Cabe precisar que el enfoque que ha predominado en la Región es el que asume el punto de vista de capital humano, en que "la formación laboral manifiesta la lógica del capital, al enfatizar lo útil y lo rentable en la perspectiva técnica de la producción de valores de cambio. Un trabajo vale si lo que produce tiene valor en el mercado. Por ello la formación para el trabajo será juzgada como eficiente en la medida que proporcione los conocimientos y habilidades necesarias para un oficio o una profesión rentable, aun cuando la identificación vocacional esté ausente (lo cual entraña que la identificación con un oficio discutible y reconfortable pasa a segundo plano)".7 En el marco de estos planteamientos, la educación y el trabajo, en la práctica, constituye un "conjunto de programas educativos para adultos con niveles bajos o sin escolaridad; son éstos los que han asegurado una vinculación más estrecha entre educación y trabajo. Esto, en tanto la mayoría de estos programas han respondido a políticas globales de calificación de fuerza de trabajo, coordinando particularmente con el sector industrial y la acción de diversos sectores y organismos"8 gubernamentales y no gubernamentales. En el discurso las políticas de formación y capacitación de recursos humanos han estado orientadas en el sector moderno de la economía, al manufacturero, al de servicio y al agrícola, dándose la preocupación por prestar especial atención al sector informal de la economía. Esta tendencia se acentúa en la medida en que se percibe "una creciente importancia del sector informal en el proceso productivo. Se integra en este sector a las microempresas y a las poblaciones marginales de bajo ingreso y actividad inestable, caracterizadas por las precarias condiciones de vida, la baja escolaridad y la falta de preparación profesional" (Idem, p. 21). En la práctica, educación y trabajo ha centrado su atención y esfuerzo en el sector servicio que incluye peluquería, corte y confección, tejido, bordado, cocina, fotografía, etc., en detrimento de los demás sectores de la economía, de ahí que la demanda que se ha venido generando de formación y capacitación de fuerza laboral, en el sector moderno y en el primario, en gran medida, haya sido atendida de manera limitada. Esto ha determinado que las acciones de educación y trabajo 7 Raymundo Andrade Peralta. "Curriculum y trabajo, tentativa para organizar la actividad productiva como ambiente educativo". En: Revista Interamericana de Educación de Adultos. OEA/CREFAL, México, 1992, p.54. 8 Marcela Gajardo. Educación de adultos, problemas y tendencias. (Aportes para un debate). OREALC/UNESCO, Santiago de Chile, 1983, p.26 tal y como se han venido realizando no hayan posibilitado una adecuada inserción del adulto en aquellas actividades productivas consideradas no marginales en la estructura productiva de la Región. Más allá del discurso, la práctica de la educación vinculada al trabajo se ha venido caracterizando por una serie de dificultades y de limitaciones que, en gran medida explican la problemática de las políticas, de las estrategias y de la práctica de formación y de capacitación de recursos profesionales en las últimas décadas en la Región. En este sentido, investigaciones en esta área de estudio han demostrado que tan sólo "un diez por ciento de los jóvenes [...] adquieren una formación para el trabajo",9 fenómeno que explica el por qué la cobertura educativa en esta modalidad es sumamente baja; además, es un indicador de la magnitud del problema de la formación y capacitación para el trabajo y la producción en nuestros países. Cabe decir que, pese a las posibles ventajas que puede ofrecer esta modalidad a la formación y capacitación de la población económicamente activa, sus actividades "son relativamente escasas. Sólo el 2% de los trabajadores asisten a cursos de este tipo en institutos oficiales de formación profesional; generalmente su educación es de 80 a 120 horas, lo que implica que el Estado ofrece apenas el equivalente a dos semanas [...] de capacitación a cada trabajador, en cada período de 50 años. Se podría concluir que el trabajador no recibirá más que el equivalente de cuatro a cinco semanas de capacitación durante toda su vida laboral".10 A los problemas de orden cuantitativo y de cobertura se suman los de planificación centralizada, que caracteriza la organización de la práctica educativa; esto se expresa en la desvinculación entre los procesos de la educación básica y los de capacitación y formación laboral. Los contenidos curriculares de la propuesta educación y trabajo, por lo general, son "elaborados, ordenados y seleccionados por los expertos, a partir de la demanda de calidad y cantidad de los dueños o directores de la entidad productiva",11 sin tener en cuenta las opiniones de los propios sujetos de la 9 Rodolfo González Rissotto. "Perspectivas sobre la vinculación entre educación y trabajo". En: Revista Interamericana de Educación de Adultos, 2a. época, Vol. 1, 1992, CREFAL, Pátzcuaro, México, p. 44. 10 11 CEPAL. Equidad y transformación productiva, un enfoque integrado, Santiago de Chile, 1992, p. 142. Lautaro Prado B. "Capacitación y técnica. Hacia una clasificación de los modelos en concurso". Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, Vol. XIV; No. 1-2, p. 209. formación y capacitación ni los requerimientos de los diferentes sectores que demandan el servicio de la calificación de fuerza laboral. Además, se advierte la desarticulación del currículum de la educación formal con la dinámica social y productiva, lo cual repercute en la pertinencia y relevancia de dicha educación; al respecto, una propuesta de reorientación curricular debería tener en cuenta la tendencia de distribución de la población económicamente activa en los sectores más importantes de la actividad económica que realizan los diferentes sectores de la sociedad. Las estrategias de aprendizaje están fundamentadas en la eficiencia del conductismo, la enseñanza individualizada en el adiestramiento programado, la instrucción programada y en los llamados procedimientos autoadministrativos, que en lo esencial no posibilitan la creatividad de los participantes de la experiencia educativa, ni la creación de un proceso de interaprendizaje como generador colectivo de conocimientos. A estos problemas se agrega la falta de preparación y de visión global de muchos capacitadores y educadores que "insisten reiteradamente en divulgar y difundir procesos y nociones tecnológicas, que si bien preparan para una función determinada respecto a instrumentos y máquinas, no siempre logran prepararlo para que el autoaprendizaje, la innovación y la versatilidad laboral que los modernos procesos productivos requieren" (Idem, p. 20), Y demandan al sector educativo. En este contexto "se aprecia una acentuada diferencia metodológica en el proceso de enseñanza en el personal docente o de campo. El problema parece consistir en que el personal docente tiene dificultad de articular las actividades educativas con las productivas. En todos los casos, el personal parece privilegiar la segunda (las productivas) y no sabe cómo ni cuándo incorporar las primeras (las educativas)".12 En algunos casos se aduce que los educadores o capacitadores carecen de conocimientos metodológicos de la educación de adultos. "También es importante en este apartado la dificultad de comunicación de docentes o promotores, sobre todo los técnicos, que encuentran dificultades para traducir la tecnología técnica a lenguaje comprensible para los destinatarios" (Idem), del proceso educativo. Además, se vienen dando limitaciones docentes en el manejo de grupos con dificultades para "adaptarse a destinatarios cambiantes, para conducir planificaciones e investigaciones participativas; para promover la organización. Se menciona también el desconocimiento de las características socioculturales de los destinatarios, su falta de experiencia previa, su desconocimiento de otras experiencias similares'" (Idem). A este cuadro de limitaciones y dificultades metodológicas de la mayoría de los 12 Sylvia Schmelkes. Doc. cit. p. 27. docentes que trabajan en educación vinculada al trabajo, hay que mencionar "sobre todo la ausencia de material didáctico de biblioteca y de material de estudio; la falta de transporte para llevar a los destinatarios; los bajos sueldos al personal docente o de campo; la ausencia o insuficiencia de infraestructura para el trabajo, las deficiencias en los equipamiento s de los talleres y la escasez de recursos económicos" (Idem), con que deben operar los programas de formación y de capacitación en y para el trabajo. Esta problemática tiende a agravarse en los actuales momentos, en que en la Región se manifiesta una creciente tendencia hacia una industrialización mayor que implica la modernización de la planta productiva y de los servicios ligados a la producción que está impulsando el proyecto neoliberal. Además, se tiende a ser cada vez más infuncional por no corresponder a la nueva lógica que se está articulando en términos de los nuevos requerimientos de formación de recursos profesionales y laborales. En este sentido, la propia lógica del nuevo modelo de desarrollo propicia un definido proceso de reconversión industrial con el uso de tecnología de punta, lo cual se traduce en la demanda de un nuevo modelo de formación y capacitación de fuerza laboral. IV. LA MODERNIZACIÓN Y SUS IMPLICACIONES EN EDUCACIÓN Y TRABAJO El actual modelo de formación de recursos laborales y profesionales, en lo fundamental, fue diseñado para corresponderse con un patrón de acumulación basado en la sustitución de importaciones el cual primó en la Región, desde la posguerra, época en que los gobiernos del área adoptaron las estrategias cepalinas de desarrollo, en lo que se procuraba la industrialización y la modernización de nuestros países, así como la creación de un fuerte mercado interno, para lo cual se requería de la formación y capacitación de grandes contingentes de mano de obra que pudieran echar andar el referido proyecto de desarrollo. Hoy en día la realidad en la Región ha cambiado con los nuevos escenarios económicos, políticos y sociales que se están configurando, el proyecto populista y el modelo de sustitución de importaciones agotaron sus posibilidades de viabilidad. Con la recesión económica que experimentan los países centrales y con la crisis económica que vivió el área en la década de los 80, se crearon las condiciones históricas para el surgimiento del neoliberalismo y su proyecto de modernización de la sociedad, lo cual implica una nueva racionalidad, un cambio cualitativo en la manera de hacer y concebir los procesos económicos, políticos y sociales. Este nuevo proceso trae consigo una serie de implicaciones económicas, políticas y sociales, que están impactando en toda la sociedad, particularmente en el empleo y en la calificación de la fuerza de trabajo. Esta situación se traduce en la necesidad de reorientar las principales funciones de las instituciones de la sociedad, de manera particular procurar una redefinición de los objetivos de la educación. Ello explica que en el ámbito de la educación de adultos, y en particular en el de la educación y trabajo, se deberán introducir cambios, fundamentalmente en sus postulados básicos. Dado el carácter disfuncional que está resultando de las prácticas de educación y trabajo, plantea la necesidad de una reorientación sustantiva para responder a las nuevas demandas de la sociedad y a las exigencias del mercado de trabajo. Ello explica que se deberán asumir nuevos esquemas y nuevas dinámicas de trabajo pedagógico y un nuevo enfoque que permita entender y concebir la educación y trabajo desde nuevas perspectivas socioeducativas. Este proceso deberá prestar especial atención a la introducción y difusión de nuevas tecnologías la cual está promoviendo la reconversión industrial con base en la "microelectrónica y la tele información, hecho que está modificando fuertemente la relación entre los factores de la producción, hasta el punto que se habla de un nuevo paradigma técnico-económico, que implica una ruptura con el modelo taylorista y fordista de producción" (Idem). Situación que está impactando en los procesos de la modernización. La reconversión "supone una masiva incorporación de innovaciones tecnológicas. Estas implican la aparición de nuevos productos o de formas para producir bienes ya conocidos. En general, tales innovaciones dan lugar a cambios en el proceso de trabajo que pueden resultar bastante sustantivos. La nueva maquinaria exige nuevos procedimientos y nuevas operaciones concretas por parte de la fuerza de trabajo, cambiar los movimientos y frecuencia temporal, etc. El trabajo concreto asume nuevas características. Consecutivamente se modifica el tipo de calificación requerida a la fuerza de trabajo. Además, se puede esperar que la reconversión eleve el promedio y el nivel de calificación que debe satisfacer la demanda actual del mercado de trabajo"13 13 Esthela Gutiérrez Garza. Austeridad y reconversión. Testimonio de la crisis. Editorial Siglo XXI, UNAM, México, 1990, p.l53-154. En este contexto, una reorientación de educación y trabajo debe significar una redefinición en la manera de entender y realizar la práctica educativa como una condición para asimilar e incorporar plenamente las ideas al proceso de modernización que se está promoviendo en la sociedad y de manera particular en el ámbito de la producción. Además, es una condición para darse cuenta que se están produciendo nuevas conceptualizaciones en torno a las nuevas formas de producción que a su vez están transformando los criterios para la utilización de la fuerza de trabajo en función a su calificación. Se sostiene que esta "transformación implicará un mantenimiento y restablecimiento del trabajo calificado, siendo requeridos los trabajadores calificados con conocimientos sobre problemas tecnofísicos de las modernas unidades de producción (con acento en la tecnomecánica), con una visión global y competencia en la actuación en sistemas mecánicos automatizados y procesos de transformación físico-químicos de la materia en relación con los procesos tecnoproductivos". (Idem). Esta nueva realidad también implica darse cuenta de que, en la actualidad, la introducción de nueva tecnología está determinando una redefinición de las calificaciones reales y una exigencia de conocimientos, habilidades y destrezas cada vez más abstractas y conceptuales que superarían a las calificaciones en el empleo. No sería tan fácil para las empresas calificar en el trabajo, porque ya no se trata de destrezas y habilidades manuales para puestos fijos de trabajo, sino habilidades y destrezas diversas y muy complejas. De esto se deduce que los efectos de la modernización no sólo están impactando en el mercado de trabajo, sino también en los propios criterios de algunas empresas, de calificar mano de obra en el mismo proceso productivo; situación que ubica a la educación y trabajo en una posición de importancia como proyecto educativo, en el nuevo escenario que se está consolidando en los países de la Región. En esta perspectiva de reorientación y de redefinición, las políticas y estrategias de educación y trabajo deberán tener en cuenta el impacto que causará el proceso de modernización en el empleo y en la demanda de calificación laboral, demanda que está articulada sobre la base de una nueva división internacional del trabajo, el cual se sustenta en el saber, el conocimiento y la tecnología, principalmente la tecnología de punta, para lo que se precisa de un personal altamente calificado y en cantidades reducidas, como lo demuestra la creciente tendencia al desempleo y subempleo que se viene produciendo en la Región desde la década pasada. En este sentido, se sostiene que "en la nueva división internacional del trabajo parece existir un auto-consenso en que la introducción de las nuevas tecnologías en el proceso productivo, contribuya a polarizar las escalas de calificación del personal de la producción, pues se da la tendencia a aumentar el mínimo de técnicos y a disminuir el número de puestos de trabajo" (Idem). Proceso que tiende a consolidar la tendencia creciente de la economía informal. Sobre el particular se afirma que "el cambio en el tipo de calificaciones plantea el problema del reciclaje de la fuerza de trabajo y podría generar desocupación. El mayor nivel de calificación plantea otro problema: crece la demanda por la parte más escasa de la fuerza de trabajo y viceversa: para la parte más abundante la demanda se expande a menores ritmos. También por este lado se pueden presentar impulsos a un mayor desempleo".14 Estos impactos explican la naturaleza excluyente y concentradora del proyecto modernizador que en la Región se está consolidando. Proyecto que da sentido al modelo económico de la economía de mercado, a la globalización de los procesos económicos y sociales y al empleo de una tecnología sofisticada y, por ende, la demanda de una reducida fuerza de trabajo para reproducirse. Proyecto que en gran medida establece los términos en que deben darse los nuevos retos y desafíos de la educación de adultos. V. DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN Y TRABAJO Las actividades de educación y trabajo en la actual coyuntura se están desarrollando en un contexto (como el descrito más arriba), caracterizado por cambios económicos, políticos, sociales y tecnológicos, de crisis y de modificaciones en el mercado de trabajo, lo que implica que esta modalidad educativa se vea sometida a un profundo proceso de reorientación de muchos de sus supuestos, de redefinición de sus prácticas, constituyendo ello un desafío, de manera que pueda responder adecuadamente a los nuevos requerimientos de la estructura ocupacional y a las nuevas demandas de la sociedad. El punto de partida para asumir los nuevos desafíos que la realidad impone es empezar a reconocer, entre otros factores, que "la transformación productiva en dirección a una economía abierta y a una industria que busca competir a los niveles internacionales ya ha comenzado. Así lo demuestran Chile, México, Costa Rica, Colombia y Venezuela, estos últimos incorporados recientemente a este 14 Esthela Gutiérrez Garza, Coord. Op. cit. p. 154. proceso. El mismo incluye la reducción del Estado, la reasignación de recursos y el aumento de la productividad en la producción de bienes transables" 15 En esta misma línea de ideas consideramos necesario precisar que "antes de proponer una capacitación laboral específica, conviene recordar que el dominio de las habilidades básicas de lectoescritura y aritmética ampliada es absolutamente necesario no sólo para el ejercicio de la ciudadanía sino también para una participación no marginal en el mercado de trabajo" (Idem, p. 45). En esta posición se coincide con Fajnzlrer, quien ha señalado una serie de desafíos para los programas de educación y trabajo al destacar que el primero consiste en "elevar el nivel analítico de la formación básica (Lectura, Escritura, Matemáticas y Ciencias Naturales)" (Doc. cit. p. 58). En este contexto, consideramos que educación y trabajo como proyecto educativo puede asumir los nuevos desafíos que le impone la nueva realidad latinoamericana desde la perspectiva de la reforma curricular, dada su importancia en la reorientación de los diferentes momentos de la práctica educativa. Cabe precisar que al asumir este desafío hay que tener en cuenta que la evaluación de experiencias vividas en las décadas pasadas en la Región, las cuales han producido un fuerte escepticismo acerca de las posibilidades de éxito que ofrecen los procesos de cambio curricular, que sólo se limitan a los actores y procesos internos del sistema educativo. Sus impactos sobre las prácticas educativas resultan muy débiles e irrelevantes. Ello explica que toda reforma curricular deberá ir acompañada de una participación activa de actores externos al sistema educativo y, además, de un cambio institucional que dé sustentación y respaldo normativo a la referida reforma curricular. También hay que tener presente que las nuevas estrategias de reorientación curricular, orientadas a superar los enfoques tradicionales, deben estar basadas en el concepto de la satisfacción de, necesidades básicas de aprendizaje, con el objeto de que el proceso educativo realmente pueda responder a los requerimientos y demandas sociales. "Dicho en otros términos, este concepto nos retrotrae al objetivo de lograr aprendizaje socialmente significativo".16 Impulsar una reforma curricular que comprenda la reorientación de los objetivos, las estrategias metodológicas, la relación educador/educando, las estrategias de evaluación y seguimiento y procure una mayor inserción en los diferentes contextos sociales, deberá caracterizarse por la flexibilidad, la 15 María Antonia Gallart. "Los desafíos de la articulación entre educación y trabajo en la década de los 90: algunos temas cruciales a investigar". En: Revista Interamericana de Educación de Adultos, Segunda Época, Vol. 1, No. 2, OEA/CREFAL, México, 1992, p. 144. 16 Tedesco, Juan Carlos. Boletín del Proyecto Principal de Educación de América Latina y el Caribe. UNESCO/OREALC, No. 28, Santiago de Chile, 1992, p. 19. interdisciplinariedad, la transmisión de una visión totalizadora de procesos tecnológicos en que no sólo se contemple la tecnología moderna, sino también la llamada tecnología apropiada y la tecnología propia o tradicional de los sectores populares. También se deberá contemplar la formación de la fuerza de trabajo desde una perspectiva globalizante, en que pase por una capacitación de naturaleza general y polivalente, con énfasis en la lógica matemática, la cultura informática y la actualización en diferentes áreas de la cultura humano-social. Además, se deberá caracterizar por su sentido de integralidad del saber, del conocimiento y la técnica. "Ello significa que la reformulación de la propuesta curricular posibilite que la formación y capacitación obtenida por una vinculación entre educación y trabajo se oriente, no solamente a superar la simple transmisión de habilidades y destrezas operacionales de producción o de gestión, sino también a la promoción, al desenvolvimiento integral de quienes deben cumplir el proceso productivo y de desarrollo de todo contexto en su conjunto".17 En este orden de ideas, una re orientación de la educación y trabajo necesita delinear en términos generales una primera aproximación de los principales elementos teórico-metodológicos. En este sentido, conviene subrayar que la problemática de educación y trabajo se desarrolla en un contexto que se caracteriza por los efectos del impacto de la crisis económica que vivió la Región en la década pasada y por las implicaciones económicas, políticas y sociales de la vigencia del neoliberalismo y los nuevos roles del Estado y la sociedad civil. Un contexto en donde los mercados laborales informales son tan o más extensos que los formales; donde la tecnología recorre desde las técnicas más artesanales hasta sofisticadas máquinas programadas; donde los pobres y excluidos alcanzan porcentajes mayoritarios de la población. Contexto, que, en el plano de la propuesta curricular se deberá tener en cuenta en su intencionalidad, objetivos y propósitos, así como los nuevos procesos de producción de la economía de mercado, la internacionalización y globalización de la economía, la modernización tecnológica de producción y de organización de las empresas y ramas industriales y demás sectores de la economía. En el marco de estos condicionantes económico-sociales, la propuesta curricular que estamos asumiendo deberá plantearse la consecución de los objetivos siguientes: 1. Articular la demanda de formación de recursos profesionales y laborales del sector moderno de la economía, con las de los sectores medianos y pequeños productores, así como los sectores informales, que precisan de una capacitación laboral para poder insertarse adecuadamente en el mercado de trabajo. 2. Superar la vieja separación entre los modelos de educación y trabajo y los 17 Rodolfo González Rissotto. Revista Interamericana de Educación de Adultos, OEA/CREFAL, México, 1992, p. 45. procesos productivos en que se han venido expresando algunas experiencias de la práctica socioeducativa. 3. Procurar una mayor articulación en la práctica pedagógica entre los procesos centralmente educativos y los centralmente productivos, así como entre las experiencias formales y no formales de educación y trabajo. 4. Contribuir a la "generación de alternativas que vinculen la educación con el mundo del trabajo a nivel de la educación básica de adultos, educación técnica y profesional, la promoción y organización de proyectos comunitarios de impacto socioeconómico a nivel de microempresas, cooperativas y otras formas de organización solidaria de trabajo. 5. "Elaborar estrategias de aprendizaje flexibles, aplicando metodologías y contenidos apropiados a ser utilizados por los programas de educación formal y no-formal que sirvan para incorporar a los jóvenes y adultos que, por diversas razones, no terminaron la escuela primaria a fin de permitirles completar su formación escolar básica y recibir una capacitación para el trabajo productivo, en concordancia con sus condiciones y necesidades específicas y el medio en que se desenvuelven. 6. "Impulsar el desarrollo de tecnologías alternativas, y la innovación curricular, con miras a propiciar el desarrollo integral de poblaciones carente s del campo y la ciudad y la emergencia de alternativas de educación, organizaciónproducción autónoma para los egresados de la educación técnica". 7. Promover el desarrollo de competencias en los diversos dominios que definen la calidad de la vida de los sujetos de la práctica educativa, en la perspectiva de una formación político-social, laboral y científico-tecnológica. 8. Articular la reorientación curricular con una propuesta de desarrollo que no entre en contradicción con la naturaleza ni con el equilibrio ecológico y persiga con sentido de equidad social, la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de los diferentes sectores nacionales de la Región. En términos de los lineamientos de políticas de esta propuesta, se deberán tener presentes las características de los diferentes sectores de la economía, por ejemplo, el sector moderno o integrado que está "compuesto por trabajadores con estabilidad y cobertura social en las grandes empresas y la administración pública; este sector está actualmente en crisis debido a los procesos de desindustrialización y a la crisis del Estado, pero es clave por que, además de Secretaría de Educación y Cultura de la República Oriental del Uruguay. Publicación Serie: Aporte a la Educación Nacional, Educación trabajo. Seminario-Taller: Análisis de la experiencia educativa del Centro de Capacitación, Trabajo y Producción (CECAP), Montevideo, Uruguay, 1992, p. 44-45. 18 Gallart, doc. cit., p. 42-43. tener un peso relativo variable según los países, es el locus de la transferencia tecnológica. Un segundo sector es el de las pequeñas unidades económicas; éste resulta particularmente relevante por su capacidad de absorción de mano de obra en el actual contexto de lento crecimiento de los puestos en el sector integrado. Finalmente, existe un tercer sector, el agravio donde se encuentra gran parte de la población en la Región; en él existe un menor acceso a la educación formal y, por otra parte, se desarrollan la mayor parte de los movimientos de educación popular. Este sector es el que da origen a las migraciones que alimentan a los otros dos, predominantemente urbanos".18 En este ámbito, he de significar que con los requerimientos de la modernización económica, el sector integrado será el más favorecido pero no el único que va a existir, pues habrá sectores como el de la mediana y pequeña industria que no se podrán modernizar, por lo que inevitablemente se verán obligados a pasar a la informalidad de la economía sectores a quienes se deberán diseñar políticas de atención específicas. En la implementación de una política educativa de formación de recursos profesionales y laborales se deberá tener muy en cuenta el sector informal de la economía puesto que en los años de la obstrucción del crecimiento económico llevó a una disminución en la creación de empleo en el sector moderno público y privado, el cual disminuyó notablemente su participación en la PEA urbana: de 40% en 1980 pasó al 30% en 1989. Esto significa que la informalidad urbana aumenta del 24% en 1980 al 30% en 1989, absorbiendo el 45% de los empleos urbanos creados en la década" (Idem, p. 44). En esta lógica, los sectores en los que se deberá priorizar la atención en materia de políticas nacionales de formación y capacitación en y para el trabajo son, el sector moderno de la economía, por ser el que está introduciendo las nuevas innovaciones tecnológicas y los nuevos procesos productivos y en el llamado sector informal, por ser el que está absorbiendo cantidades significativas de la fuerza laboral que no tienen cabida en el mercado de trabajo neoliberal y por ser un sector que está contribuyendo de manera importante al producto interno bruto en nuestros países. En cuanto a la fundamentación teórica de la propuesta curricular aquí asumida, he 18 Gallart, doc. cit., p.42-43 de afirmar que "hay una discusión pendiente sobre el curriculum educativo desde el punto de vista de la formación para el trabajo, entre los que prefieren una formación especializada que desemboca en una ocupación o puesto de trabajo y los que privilegian una formación general polivalente centrada en desarrollar habilidades analíticas y de solución de problemas" (Idem, p. 46). Nosotros nos solidarizamos en esta última posición, por considerar que asumir la primera tesis significaría ser partidario de una formación y capacitación elitista y excluyente; significaría privilegiar una concepción tecnicista y economicista del curriculum y, además, entenderlo como un proyecto formal, normativo, "como un sistema cerrado de entradas, procesos y salidas, que por lo mismo el énfasis en su elaboración y realización está puesto en el control centralizado de la práctica educativa y en sus resultados".19 En el plano de superar esta concepción instrumentalista, nos situamos en una postura diferente de entender el curriculum, nos situamos desde la perspectiva de éste como proyecto socioeducativo que puede estar planeado como un poderoso instrumento de organización de la educación con el trabajo y también en la "gestión de la identidad cultural que, como se ha dicho anteriormente, se encuentra subyacente e integrada a los procesos del trabajo" (Idem, p. 57). En este contexto se deberá replantear la necesidad de una mayor vinculación de la teoría con la práctica, una mayor vinculación entre los procesos educativos y productivos con los de la vida cotidiana y con la cultura propia de los sujetos de la práctica educativa. "Se precisa de una mejor vinculación entre conocimiento científico y conocimiento popular, puesto que los hechos demuestran la necesidad de vincular el conocimiento científico/técnico, con los procesos de solución empírica que la propia cultura popular ha dado a muchos problemas técnicos. Podemos decir, entonces, que mientras no se establezcan mecanismos de confrontación e intercambio entre dos lógicas y prácticas, difícilmente habrá una ciencia y una técnica propiamente nacional",20 latinoamericana y caribeña. En la "concreción del enfoque educación y trabajo, y que puede estar expresado en la estructuración del curriculum para superar las concepciones eficientistas y conductistas de la adquisición de conocimientos, actitudes y habilidades relacionadas con el trabajo, habrá que pensar en procesos educativos que se caractericen por: Una formación flexible, polivalente e interdisciplinaria que huya de los esquemas y contenidos rígidos, cerrados y uniformes. Una formación que trabaje más los aspectos metodológicos y actitudinales que los cognoscitivos. 19 Andrade, doc. cit. p. 55 Lautaro Prado B. "Capacitación, ciencia y técnica. Hacia una clasificación de los modelos en concurso". En: Revista Latinoamericana de Sistemas Educativos, XIV, Nos. 1 y 2, p. 205. 20 Una formación que incentive los aspectos organizativos y de gestión y que posibilite, en definitiva, el autoaprendizaje. "El desarrollo de competencia como el trabajar en equipo, participar en la vida social, aprender y seguir aprendiendo y el hacer frente a la incertidumbre y a la complejidad" (Andrade, doc. cit. p.57). En lo concerniente al proceso de planeación curricular, consideramos ineludible desarrollar formas descentralizadas y participativas locales que "contribuyan a reconstruir el tejido social. Al respecto en la Región Latinoamericana se han venido desarrollando distintos modelos más abiertos y participativos que potencian estrategias de autogestión del impacto local y regional". [...] En "diferentes países se están trabajando formas descentralizadas de desarrollo curricular en las cuales adquieren un papel más protagónico las instancias organizativas locales en las que destaca el municipio o ayuntamiento" (Idem, p. 57). Con una visión de totalidad e integralidad de la formación y capacitación consideramos pertinente diseñar estrategias nacionales orientadas a que los trabajadores del campo y la ciudad adquieran las competencias laborales que les permitan incorporarse a la sociedad, con una actividad socialmente productiva que contribuya a su realización personal, social y al mejoramiento de sus condiciones de vida. Este proceso implica un nuevo reto para la educación de adultos y, en particular, para la educación y trabajo. Será "necesario analizar y discutir con mayor profundidad los conceptos, dimensiones y alcances de: educación básica, educación tecnológica, educación para el trabajo, educación en el trabajo, etcétera".21 La población objetivo de la educación y trabajo es, en principio, el total de la población de la Región que demande el servicio, en "particular los grupos más problemáticos para el mercado de trabajo como los jóvenes, las mujeres, o aquellas que abandonan tempranamente la educación formal, antes de haber adquirido las habilidades básicas que les permitan aprendizaje en el trabajo" (Gallart, doc. cit. p. 48). Como grupo problemático se deberá poner especial énfasis en la fuerza de trabajo femenina por el hecho, entre otros factores, de que "las mujeres sufren una discriminación en el mercado de trabajo que en muchos casos se une a una discriminación educativa. La articulación entre vida familiar y laboral hace que la inserción laboral de las mujeres sea intermitente y siga las etapas del ciclo vital, en el que se alternan o conjugan tareas productivas y reproductivas" (Idem, p. 49). Los contenidos curriculares deberán estar orientados al aprendizaje de conocimientos y habilidades de temática vinculada directamente con los sectores 21 Fredy Napoleón Alfaro. "Educación y trabajo. Estado, retos y desafíos". En: Revista Interamericano de Educación de Adultos, No. 1, Vol. 1, OEA/ CREFAL/CEDEFT. México, 1993, p. 42. de la economía que en la actualidad se están articulando, en función a la heterogeneidad estructural en que se manifiesta el cada vez más segmentado mercado de trabajo. En su organización se deberá tener en cuenta, además, una adecuada equivalencia distributiva entre los contenidos centralmente educativos y los centralmente productivos. Además, en el ámbito de esta reorientación curricular se tendrán que incluir contenidos que no se "relacionan directamente con la producción física de un bien, como son la capacitación administrativa y en gestión; la capacitación en contabilidad, la asesoría organizativa, la capacitación para la formulación de proyectos financieros de inversión y productivos, el manejo de crédito, la planeación",22 entre otros, fortalecer la capacidad autogestiva de los sectores intermedios e informales de la economía. Las estrategias metodológicas deben asumir como desafío la reorientación de la práctica en el sentido de promover el trabajo en grupos, la promoción del autoaprendizaje, poner énfasis en las necesidades e interés de los sujetos de la práctica educativa, privilegiar el "diálogo como recurso que asegura la valoración de la experiencia del adulto; en la adquisición de una conciencia crítica y activa sobre la realidad; en la necesidad de hacer de la postalfabetización (educación y trabajo) una actividad que tiene el aula sólo como punto de partida para la realización de actividades de la información de la realidad".23 Sobre los materiales educativos que los participantes deberán utilizar en el proceso de aprendizaje, deberán estar en función de sus características sociales y económicas y en igual medida se deberán diversificar en "atención a grandes categorías ocupacionales como obreros, jóvenes, mujeres, campesinos e integrantes del sector informal de la economía. Sin embargo, se considera aun mejor la posibilidad de elaborar materiales que respondan a la problemática concreta de grupos poblacionales a nivel microsocial" (Idem, p. 25). 22 Sylvia Schmelkes. Postalfabetización y trabajo en América Latina. OEA, Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura. XIV Reunión Técnica de Educación de Adultos Montevideo, Uruguay, 1988. p. 29. 23 Sylvia Schmelkes. Idem p. 24. Con respecto al apoyo logístico de la propuesta, constituye una estrategia importante o si no determinante en el logro de los objetivos de esta reorientación curricular, de ahí que se requiere un decidido respaldo institucional, del sector privado y de los demás sectores de la sociedad civil involucrados en el proceso productivo. Se necesita una adecuada asignación presupuestaria, de manera que educación y trabajo esté en condiciones de ofrecer una educación de calidad, en función de los actuales desafíos que pone en cuestión saberes y habilidades tradicionales y demanda de nuevas calificaciones. Es necesario superar la tradición, en algunos casos, de falta de apoyo suficiente para el desarrollo de los programas de educación y trabajo, sobre todo en lo concerniente a material didáctico, transporte para docentes y participantes, mejoramiento de los sueldos del personal, docente o de campo; creación de nuevas infraestructuras, así como el mejoramiento de las ya existentes (talleres, laboratorios), en igual medida procurar el equipamiento de los talleres, entre otros requerimientos. Un elemento que ofrece una visión de totalidad e integralidad a estos lineamientos generales de reorientación curricular en educación y trabajo, lo es el de la evaluación y seguimiento de los procesos de ejecución del diseño y de la fase operativa de la práctica educativa. Nos inscribimos en una propuesta participativa de la práctica de la evaluación y el seguimiento, que supere los criterios economicistas y tecnicistas de la concepción que sólo se apoya en la evaluación costo-beneficio. En este sentido, se precisa articular este proceso con las estrategias de sistematización que posibiliten adquirir conocimientos suficientes sobre la experiencia educativa, con el objeto de que se puedan evaluar los procesos y productos en términos de su coherencia, consistencia, congruencia, obstaculizadores, aciertos, errores, etc., y que dicho proceso facilite la retroalimentación o reorientación de la práctica educativa, y que se pueda establecer un sistema de información que a su vez permita en su conjunto la toma de decisiones. Una reflexión sobre esta perspectiva también estaría encaminada a diseñar estrategias de "evaluación de los programas en marcha pues los mismos pueden constituir un aporte importante para que la educación tenga un rol fundamental en la amortización de la deuda social y esté a la altura de los desafíos de los 90" (doc.cit. p. 51). Un aspecto importante a destacar es el de los actores, los que definen la propuesta curricular, consideramos que no se debe caer como en el pasado, bajo el control de los expertos, ni en lo sectores internos del sistema: docentes, autoridades políticas, administrativas y científicas, ni en manos de las grandes empresas, sino por el contrario, esta responsabilidad de la dirección y promoción, debe ser el producto de la acción coordinada y concertada de los diferentes sectores nacionales involucrados en el proceso productivo, incluyendo a los propios trabajadores. Desde esta perspectiva el Estado y la sociedad civil constituidos en actores se integran en un proceso de coordinación, diseño, organización y ejecución de los diferentes momentos de la práctica educativa. En el marco de una visión más amplia, el proyecto de "educación y trabajo no sólo deben suscitar la discusión en torno a cómo responder a las necesidades de los procesos productivos, sino también atender al enfoque teórico desde el cual se definen los conceptos de educación, trabajo, producción, bienestar y desarrollo".24 Ello explica que la educación y trabajo, no solamente debe estar orientada al dominio de habilidades y destrezas operacionales y ocupacionales de producción o de gestión, sino debe estar al servicio de objetivos de la promoción humana, al desenvolvimiento integral del hombre, el educando adulto. Esta concepción de la problemática y de los desafíos de educación vinculada al trabajo y a la producción nos sitúa en una perspectiva global de las políticas nacionales de formación de recursos profesionales y laborales, la cual debe estar sustentada en una concepción diferente del desarrollo económico y social que sea sostenible y sustentable, que privilegie el sentido del desarrollo humano, la calidad de vida y el crecimiento económico con equidad social. Nos planteamos la superación de la concepción predominante en el neoliberalismo que concibe al crecimiento económico como factor fundamental del desarrollo, ligado al mejoramiento de la eficiencia y la tecnología. El desarrollo debe "ir más allá de la producción y el consumo de bienes [...] por más que sea condición primordial para asegurar un cierto bienestar material y un mínimo nivel de vida; pero no es suficiente ese indicador. El desarrollo tiene que ser considerado complejo, social, científico, cultural".25 El concepto de desarrollo como una propuesta diferente, debe ser concebido como un "proceso más global y multirrelacional, que implica casi todos los aspectos de la vida de la comunidad, así como sus conexiones con el mundo exterior y la conciencia de sí misma. Está surgiendo una óptica humanista con respecto al desarrollo que insiste claramente en que el hombre debe ser a la vez agente y beneficiario de ese proceso y supone que no hay que considerar al desarrollo como simple concreción de la calidad de la vida [...] puesto que los nuevos parámetros de bienestar tienen como eje los valores éticos de la condición humana" (Idem). A modo de conclusión, esta concepción asume que la identidad cultural de los pueblos constituye un "estímulo indispensable y un eje fundamental en la empresa del desarrollo" (Idem), a lo que se adicionan los valores de democracia, participación real, equidad distributiva de los bienes socialmente producidos y justicia social. 24 25 Raymundo Andrade, doc. cit. p. 57. Federico Mayor Zaragoza. "Otro concepto de desarrollo". En: Revista Desarrollo, No. 12, 1987.