ENSAYOS Problemática y desafío de la educación

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ENSAYOS
Problemática y desafío de la educación vinculada al trabajo en el
marco de la propuesta neoliberal
1
Onavis Carmelo Cabrera
INTRODUCCIÓN
Los nuevos cambios económicos, políticos, sociales, científicos y tecnológicos que
se están operando en la comunidad mundial, con la emergencia del
neoliberalismo, con la desarticulación del bloque socialista y la desaparición de la
URSS, con la aparición de nuevas formas de organización de la sociedad y del
Estado, unido a los afanes de los países industrializados de impulsar un proyecto
de Nuevo Orden Económico Internacional y una nueva división internacional del
trabajo. Además, la promoción de la globalización de la economía está impactando
de manera determinante en los nuevos escenarios que se están configurando en
la Región.
En América Latina y el Caribe, este proceso se configura en un contexto de crisis
económica y sus consecuentes efectos económico-sociales, en él se manifiesta
una gravosa deuda externa que impacta el desarrollo de todas las instituciones de
la sociedad; en el marco de políticas de ajuste estructural, de apertura de la
economía y de crisis del Estado benefactor, lo cual se expresa en el auge del
proyecto neo liberal como modelo de organización de la sociedad.
Este proceso en el ámbito productivo, se caracteriza por una fuerte tendencia
hacia la modernización de la economía y la introducción de nuevas tecnologías
para la producción de bienes y servicios. Esta nueva realidad para el sector
educativo se expresa en una nueva y distinta demanda de formación de recursos
profesionales y de calificación de fuerza de trabajo. Esta nueva demanda parte del
criterio de que "los mismos procesos productivos de alta tecnología exigen de los
trabajadores una mayor capacidad de diseño, creatividad e innovación que no la
proporciona el modelo tradicional de capacitación laboral" (Andrade, 1993: 56).
En este contexto, a la educación de adultos y en particular al programa de
educación y trabajo, se les plantea el desafío de la modernización, que está
promoviendo el neoliberalismo, lo cual implica una reorientación de sus prácticas
para poder responder al requerimiento de elevar la eficacia y la eficiencia del
servicio que ofrece, de manera que el mismo se traduzca en una educación de
calidad, que responda a las actuales demandas de formación profesional y
capacitación de la fuerza de trabajo.
Este desafío, en un primer plano, lo situamos en la necesidad de una reorientación
curricular en el ámbito de la propuesta de educación y trabajo. Proceso éste que
se inscribe en el marco de la problemática educativa de América Latina, la cual ha
determinado que varios países hayan iniciado procesos de cambio en el diseño
curricular y de reforma institucional.
Cabe precisar que nos abocamos al análisis de
la reorientación curricular en educación y
trabajo en el contexto de la problemática
económico-social, política y cultural de América
Latina y el Caribe, dado el consenso que existe
en el área sobre la importancia que tiene esta
estrategia de cambio educativo, el cual
constituye el marco de referencia en el que
deberían resolverse aspectos importantes de la
calidad de los aprendizajes y, por ende, el de la
calidad de la educación.
En el marco de estas ideas, desarrollaremos el
presente trabajo, en un primer momento,
abordaremos de manera sucinta el contexto
latinoamericano que sirve de referente
inmediato de la problemática de educación y
trabajo; en igual medida, en un segundo
aspecto
procuraremos
caracterizar
los
elementos más distintivos del neoliberalismo como propuesta emergente en la
sociedad latinoamericana y caribeña; en un tercer momento caracterizaremos la
problemática de la educación vinculada al trabajo en sus aspectos cuantitativos y
cualitativos y sus implicaciones en el proceso de modernización que promueve el
neoliberalismo. Por último, destacaremos a nuestro entender, desde la perspectiva
de la renovación curricular, los nuevos retos y desafíos que se le plantean a la
educación y trabajo, que le permitirá responder a los actuales requerimientos de
formación profesional y de capacitación laboral que está demandando la sociedad
en los actuales momentos.
I.
CONTEXTO DE LA PROBLEMÁTICA
Al destacar la problemática de la educación y trabajo en los países de la Región,
necesariamente nos tenemos que referir a la situación que vivió el área en la
llamada década perdida (1979/1989), y sus consecuencias, las cuales se
caracterizan entre otros aspectos por la crisis económica, cuyos efectos aún
subsisten en iguales o menores magnitudes y en algunos casos se expresan con
mayores niveles de agudización.
El fenómeno de la crisis económica se caracterizó por una reducción significativa
del financiamiento, por una crisis del crecimiento económico, pues decrece la
entrada de ahorro y comienza a tener signo negativo, o sea que hay salida de
capital, adicionalmente se produce un significativo descenso del precio en dólares
de los bienes de exportación, agudizándose con ello, en grado extremo, los
términos del intercambio que la Región mantiene con los países centrales. A este
hecho también se suman los efectos negativos por el pago de los servicios de la
deuda.
Sobre este particular "para diciembre de 1990, en versión del Banco Mundial (BM)
en lo que coinciden la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el
Sistema Económico Latinoamericano (SELA), el monto total de la deuda externa
de América Latina ascendía a los 429 000 millones de dólares".1
Para la recuperación economía de la región, la deuda externa constituyó en la
década de los 80, y aún lo sigue siendo, uno de los más graves problemas,
muestra de ello, es que "en el período de siete años, 1983-1990, el conjunto de los
países del área habían pagado 2 000 millones de dólares a la banca internacional
por concepto de los intereses de la deuda, sin incluir la amortización del capital"
(Idem).
Como consecuencia directa de esta problemática, se va a producir una crisis en
sectores estratégicos de la economía que a su vez va a provocar un elevado
índice de desempleo y subempleo de una población total de 450 millones de
habitantes, "al iniciarse 1991, según estadística, 200 millones de latinoamericanos
se encontraban en condiciones de desempleo" (Idem, p. 47).
En este sentido se sostiene que un tercio de la población económicamente activa
se debatió entre el desempleo y el subempleo, hecho que determinó que en dicho
período se consolidara lo que se ha dado en llamar el sector informal de la
economía.
A esta crisis de la economía se suman las políticas de ajuste estructural que los
gobiernos de la Región empezaron a implantar, lo que va a provocar una
tendencia creciente en la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores de los
diferentes sectores de la economía, incluyendo al sector estatal.
El "deterioro en el ingreso real de los trabajadores tiene una caída del 70%, en
prácticamente todos los países del área, capital y trabajo sufren modificaciones
relevantes. En 1980 al trabajo correspondía el 45% del PIB, mientras que al capital
el 55%; pero para 1989, al trabajo sólo le pertenecía el 42% del PIE y al capital
58% [...] La tendencia anuncia que las diferencias tenderán a radicalizarse
siempre a favor del capital" (Rubén Aguilar, doc. cit. p. 47).
En igual medida que la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, el
fenómeno de la inflación contribuyó a agravar la situación de los latinoamericanos
1
Rubén Aguilar."Los efectos de la crisis y el futuro de la educación de adultos". En: Revista lnteramericana de
Educación de Adultos, Vol. 14, No. 2, 1992. CREFAL/OEA, México, p.46
y caribeños. "Aunque se ha logrado frenar en alguna medida, continúa presente
con uno de los más relevantes problemas de la economía latinoamericana.
Durante 1990 el promedio general en el área fue de 25%, pero sin incluir las
inflaciones crónicas [...] Los países de inflación crónica obtuvieron los siguientes
porcentajes: Argentina 800%; Brasil 2 400%; Nicaragua y Perú 900%, cada uno"
(Idem).
Este proceso coyuntural, en el ámbito de lo político-social, se expresa en una
crisis del Estado benefactor y de sus instituciones, acentuándose su ineficiencia.
El Estado tiende a perder sus atribuciones económicas, políticas y sociales en
tanto se plantea el traspaso de muchas de sus responsabilidades al sector
privado. En este marco de acción el Estado tiende en lo fundamental a centrarse
en la administración de la deuda.
En este nuevo rol, el Estado se ve compelido a reducir su gasto social siendo los
más afectados el sector salud y el educativo. "El gasto en materia de educación y
salud se redujo del 26 al 23% del PIE, lo cual representó una reducción del 9% del
gasto social por persona. Además, las políticas sociales no tuvieron un carácter
compensatorio e incrementaron los efectos regresivos del ajuste. Esas
consecuencias se vieron agravadas por la forma en que se financió el incremento
del gasto público en algunos sectores: la elevación del déficit fiscal repercutió con
mayor fuerza sobre los grupos más pobres".2
A causa del "carácter recesivo del ajuste macroeconómico aumentó la pobreza y
se deterioró el mercado de trabajo. De 1980 a 1985, a raíz del descenso del
ingreso por persona el cual significó un 12% y de la concentración del ingreso, la
extensión de la pobreza en América Latina aumentó del 33 al 39% de la población.
Dicho de otro modo, se volvió a la situación de pobreza registrada a principios de
1970 y el número de pobres ascendió de 120 a 160 millones" (Idem, p. 144).
La tendencia al aumento de la pobreza ha seguido creciendo, en la década de los
90. De 136 millones de latinoamericanos en 1980 (41% de la población) a 139
millones en 1990 (46%) revirtiendo la tendencia a la baja que tuvo este problema
desde la posguerra.
Según parece, "ese deterioro fue mayor en las zonas urbanas, pues se estima que
en 1985 la mitad de los pobres se encontraban en las ciudades, aunque la
intensidad de la pobreza sigue siendo mayor en las zonas rurales" (Idem).
En esta coyuntura se produce un fenómeno aparentemente contradictorio, en
"toda la Región [...] se consolidan los procesos democráticos formales. Caen las
dictaduras de Chile y Paraguay. Los procesos electorales, con más o menos
2
Álvaro García y otros. "Cómo pagar la deuda social en América Latina". En: Revista lnteramericana del Trabajo,
Ginebra, Suiza, 1992.
limpieza, se afianzan en todos los países, pero al mismo tiempo se acrecienta el
autoritarismo que ahora se justifica por la necesidad de implantar ‘políticas de
choques' en materia económica. Se argumenta que el ajuste tiene tales
dimensiones y es de tal envergadura que exige que el Estado Nacional tenga el
control absoluto sobre el conjunto de la sociedad, incluso a costa de la
democracia".3
Esta situación, en términos globales, ha impactado de manera determinante en el
sector educación, pues los servicios educativos también han experimentado una
profunda crisis en todos sus niveles y estructuras, debido esencialmente al recorte
de su asignación presupuesta!. Se detiene el proceso de ampliación de la
cobertura de la educación básica. Se acentúa la baja eficiencia terminal y la
calidad de la educación básica, al extremo que sólo puede egresar la mitad de la
población que ingresa, constituyendo además uno de los problemas más serios de
la escuela primaria de la Región.
Los porcentajes del rezago educativo tienden a aumentar, pues se producen altos
índices de escolaridad incompleta y en igual medida altos porcentajes de
deserción, repitencia y ausentismo escolar.
Los programas de capacitación y actualización docente se ven seriamente
limitados, al tiempo que se mantiene la desvinculación entre el diseño de planes y
programas con las demandas reales y con los nuevos requerimientos sociales que
demandan los avances científicos y tecnológicos.
En educación de adultos y alfabetización, la situación se presenta con acciones
irrelevantes, con la existencia de planes y programas que no corresponden ni con
la demanda de la sociedad ni con los intereses y necesidades del sujeto adulto. Se
mantiene el carácter remedial y compensatorio de los programas de educación de
adultos. El analfabetismo se mantiene en 42.5 millones de analfabetas, con una
tendencia creciente, con el alto índice de analfabetismo funcional.
La imagen social del docente se ve seriamente deteriorada, pues los bajos
salarios, las limitaciones en las condiciones para su actualización y capacitación y
la baja eficiencia terminal de la educación básica, determinan que la imagen del
maestro se vea altamente cuestionada, hecho que se traduce en una baja
estimación social en su condición de profesional de la educación y por ende una
baja autoestima a su condición de ser humano.
El impacto de esta realidad en el proyecto de educación y trabajo se ha expresado
en un deterioro del servicio, en una mayor desarticulación entre los procesos
educativos con los productivos y un divorcio entre el resultado alcanzado y los
actuales requerimientos de formación y capacitación de fuerza de trabajo que está
3
Rubén Aguilar. Doc. cit., p. 52.
demandando el proceso de modernización industrial que en el área se está
operando con la introducción de la electrónica y la informática en el proceso
productivo.
II.
EL NEOLIBERALISMO COMO PROPUESTA DE ORGANIZACIÓN DE LA
SOCIEDAD
Los procesos de reconversión industrial tendientes a la modernización del proceso
productivo, así como sus características e impacto en el empleo y en la calificación
laboral, están determinando en gran medida los lineamientos teóricometodológicos de un modelo de desarrollo que sustenta y norma propósitos y
objetivos económicos, políticos, sociales y culturales.
En este sentido, el neoliberalismo como propuesta de organización de la sociedad
y como modelo de desarrollo está normando y orientando los actuales procesos
de modernización industrial que se están operando en la mayoría de los países de
la Región, comienza a cobrar vigencia en el área en el período de la llamada
década perdida. Ante la crisis económica, las políticas implementadas al respecto
pierden eficacia y pronto alcanzan su agotamiento, y es justamente el momento en
que empieza a cobrar vigencia la teoría monetarista de corte neoliberal de Milton
Friedman y Friedrich Hayek, dos conspicuos ideólogos del neoliberalismo
contemporáneo.
La puesta en vigencia del neoliberalismo determina un cambio profundo en las
estrategias de desarrollo, pues se abandona la industrialización basada en la
sustitución de las importaciones por el modelo de desarrollo denominado
secundario-exportador, el cual se ha venido caracterizado en sus aspectos
fundamentales por: desarrollar el proceso de acumulación de capital en ramas
industriales más pesadas y en los sectores agroexportadores; plantea el desarrollo
económico en función del sector externo de la economía; estimula las
exportaciones manufactureras; procura la caída del salario real de los
trabajadores; le asigna un nuevo rol al Estado en la que se privilegian funciones
administrativas, políticas y la promoción de iniciativas privadas, propicia la
liberación comercial, la modernización económica y la concentración y
centralización del capital, principalmente el capital transnacional.
Esta estrategia de desarrollo se "llama neoliberal porque intenta retomar [...] las
viejas ideas clásicas y neoclásicas del siglo pasado y plantea adaptar sus
conceptualizaciones a la crisis de los 80, siguiendo sus principios más fieles o más
ortodoxos".4
Sus características principales son:
4
Arturo Ortiz Wadgymar. El fracaso del neoliberalismo en México.
1° Reducción del gasto público.
2° Eliminación del déficit presupuestal liquidando todo tipo de subsidio (incluyendo
alimentos, medicinas, transporte barato para los pobres).
3° Reducción del tamaño del Estado, despido masivo de burócratas a quienes se
les considera altamente negativos y reprivatización de las empresas estatales.
4° Mayor libertad económica para los banqueros, industriales y comerciantes, lo
que quiere decir que deben eliminarse todo tipo de controles a los empresarios.
5° De lo anterior, se diría que se eliminen los controles de los precios; que no se
grave el capital y que los salarios se fijen en función de la ley de la oferta y la
demanda.
6° Desde el ángulo del sector externo, se recomienda la apertura total e
indiscriminada de la inversión extranjera y a las mercancías provenientes del
exterior.
7° Por lo anterior, es necesaria una política cambiaria "altamente flexible que
permita que entren y salgan libremente los capitales nacionales y extranjeros sin la
intervención reguladora por parte del Estado" (Idem, p. 14-15).
En el marco de estos lineamientos se está
realizando el programa de reforma y en la
mayoría de los países de la Región se
está reformando el Estado, lo cual está
significando una nueva racionalidad de
sus funciones; se está modificando el
sistema tributario en favor de la economía
de mercado del libre comercio y una
modernización de la sociedad en el
contexto de la globalización de la
economía y de los procesos sociales y
culturales.
El neoliberalismo fondo monetarista no
sólo se está proyectando como una
propuesta modernizadora en el ámbito de
la economía, sino también se está
configurando en la organización política,
social y cultural de la sociedad, con la
particularidad de que lo económico se
sitúa en primer plano del análisis social.
En esta concepción de organización de la
sociedad, el papel del individuo, es una acción libre. Los hombres son, "los sujetos
protagonistas en la sociedad, son los individuos, como negación a las
organizaciones sociales, las cuales" (Idem, p. 21) son consideradas como fin
último de la sociedad.
La limitación de las funciones del Estado está planteada como una de las tesis
centrales de la propuesta neoliberal. A partir de la limitación de las funciones del
Estado se favorece el fortalecimiento del libre mercado, sin ataduras normativas
reguladoras. "La organización económica es importante como medio para el fin de
la libertad política, por sus efectos sobre la concentración o dispersión del poder"
(Idem, p. 62).
Desde esta perspectiva, se plantea la existencia de un Estado reducido y pasivo,
un Estado que en lo fundamental debe limitarse a los asuntos políticoadministrativos, un Estado que debe recortar sus gastos sociales y hacer corte
redistributivo, que debe reducir su función de productor de bienes y servicios y de
prestación de servicios sociales, los cuales deben pasar a manos de la iniciativa
privada. El Estado en el ámbito de lo económico debe pasar al sector privado las
principales empresas estatales, o sea debe promover la reprivatización de la
economía y centrar sus funciones económicas en crear políticas favorables al
desarrollo de los sectores dinamizadores de la economía de mercado.
Una de las tesis centrales de esta propuesta es la globalización, que es entendida
por la Internacional Liberal (Asociación Internacional de Partidos que siguen la
ideología liberal), como un mecanismo de la cooperación internacional. En este
sentido plantean "la necesidad de la libre circulación de personas, bienes capitales
y servicios, así como la necesidad de la división internacional del trabajo y de la
cooperación internacional en la más amplia medida posible en el ámbito
monetario, social y tecnológico".5
La globalización está asociada a la internacionalización de la economía, la
integración de las economías nacionales a la dinámica del comercio internacional;
está relacionada a procesos de globalización financiera, a la revolución
tecnológica y a la innovación de las telecomunicaciones y transportes, que
promueve una mayor apertura y socialización de los procesos económicos y
sociales en la comunidad mundial.
En el marco de la globalización del libre comercio se constituye la idea conductora
de las relaciones económicas internacionales, cuyo postulado de eficiencia es la
competencia internacional de empresas y productos, su credo es el de las
economías abiertas y los mercados libres, sus instrumentos son la inversión
privada y la tecnología de punta.
Un aspecto concreto del proceso de globalización en que empiezan a insertarse
5
"El liberalismo en el mundo de hoy". Fundación Friedrich Naumann.
los países de la Región, lo constituye el caso mexicano, con la firma del Tratado
de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Los promotores de este
acuerdo afirman que un tratado de esta naturaleza estimularía el crecimiento
económico sostenido mediante mayores flujos de comercio e inversión, al
conformarse un mercado de más de 360 millones de personas y un producto
regional de 6 billones de dólares. De esta manera se pretende que el Tratado
contribuya a que los países involucrados enfrenten con éxito los retos derivados
del proceso de globalización económica que se están dando en el marco del
nuevo orden internacional.
En la misma medida en que la globalización constituye uno de los aspectos
centrales de la propuesta neoliberal, también lo es la apertura económica, la cual
es entendida como un concepto netamente comercial de interrelación general de
las actividades económicas a nivel internacional.
El propósito básico de la apertura económica es un incremento en la producción,
en "un contexto de intercambios profundos en las técnicas de producción y de
financiamiento, pues supone un intercambio dinámico de ventajas económicas
comparativas que pone a prueba la propia estabilidad y supervivencia de
empresas productivas" (Idem).
Otro aspecto que a nuestro entender es estratégico en la propuesta neoliberal, lo
es el de la llamada modernización industrial la cual influye en los demás ámbitos
de la vida social, lo político, lo cultural y lo educativo. Ello requiere en primer plano,
de una adecuada articulación entre lo social con el desarrollo científico y
tecnológico, con el proceso productivo que se está dando en la sociedad.
En el proyecto modernizador se pueden
distinguir dos aspectos importantes en su
configuración, uno lo podríamos catalogar
de cuantitativo en cuanto está vinculado con
las estrategias de búsqueda permanente de
aumento de la productividad, la eficiencia y
la eficacia, en términos de ganancias
comparativas.
El
otro
lo
podemos
denominar cualitativo; el cual está asociado
a un proceso que va más allá de lo técnico y
lo económico y se sitúa en la dimensión
política, social y cultural, en tanto se procura
que el individuo internalice los nuevos
valores y patrones de comportamientos que
el modelo postula como buenos y válidos.
Lo cualitativo está articulado a los nuevos
valores, en la forma de concebir la
producción de bienes y servicios, que en el
contexto del trabajo se traduce en nuevas
relaciones
técnicas
y
sociales
de
producción, lo que significa que los trabajadores tengan que asumir los nuevos
valores del proceso productivo. En esta lógica, los trabajadores deberán
someterse a un proceso de reciclaje de su fuerza de trabajo, que tiene que ver con
la adquisición de nuevos aprendizajes, como una condición para responder
adecuadamente a las exigencias que le impone el mercado de trabajo y el proceso
de reconversión industrial.
La dimensión cualitativa de la modernización está internamente vinculada con los
requerimientos de modernización del Estado y de la sociedad civil; en igual
medida está relacionada con la demanda de modernización del sistema educativo
y en particular con las exigencias de que educación y trabajo respondan
adecuadamente a la necesidad de reciclar la fuerza de trabajo que está
demandando el mercado laboral y el modelo de desarrollo neoliberal.
III.
CARACTERIZACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA
La educación vinculada al trabajo y a la producción como proyecto educativo, es
una modalidad de la educación de adultos, que en lo esencial está orientada a
procurar el desarrollo de las competencias sociales, culturales y laborales del
educando adulto, con el propósito de que éste se pueda integrar a la sociedad con
una actividad socialmente productiva.
Educación y trabajo en los países de la Región ha venido desarrollándose en el
marco de dos ámbitos y en el contexto de dos grandes enfoques socioeducativos.
Estos ámbitos están constituidos por los programas y proyectos centralmente
productivos y por los centralmente educativos. Con la particularidad de que se da
mayor prioridad a los programas y proyectos cuyos objetivos de formación y
capacitación están orientados al proceso productivo, relegando a un segundo
orden los que persiguen elevar el nivel educativo y cultural de los adultos.
Con respecto a los enfoques que orientan la práctica educativa en educación y
trabajo, los que han predominado en los programas de formación y capacitación
son el de capital humano y el denominado de pobreza estructural.
En este sentido, los programas que asumen el punto de vista del "Capital Humano,
sostienen que la formación general básica hace a los individuos más 'empleables'
en el mercado de trabajo o más racionales en su actividad productiva. Así
convienen actividades de postalfabetización porque esto redituará en forma
automática, vía worker effect y el Allocative effect, sobre mayores niveles de
productividad y por tanto en los niveles de vida de la población carente".6
6
Sylvia Shmelkes. Postalfabetización y trabajo en América Latina. OREALC/UNESCO/CREFAL, México, 1990, p.
26.
El segundo enfoque parte del criterio de que, para que las actividades
socioeducativas contribuyan a calificar fuerza de trabajo, deben estar integradas a
proyectos de desarrollo social y comunitario que procuren, como propósito, el
mejoramiento de las condiciones de vida de los educandos adultos y de su
comunidad.
Cabe precisar que el enfoque que ha predominado en la Región es el que asume
el punto de vista de capital humano, en que "la formación laboral manifiesta la
lógica del capital, al enfatizar lo útil y lo rentable en la perspectiva técnica de la
producción de valores de cambio. Un trabajo vale si lo que produce tiene valor en
el mercado. Por ello la formación para el trabajo será juzgada como eficiente en la
medida que proporcione los conocimientos y habilidades necesarias para un oficio
o una profesión rentable, aun cuando la identificación vocacional esté ausente (lo
cual entraña que la identificación con un oficio discutible y reconfortable pasa a
segundo plano)".7
En el marco de estos planteamientos, la educación y el trabajo, en la práctica,
constituye un "conjunto de programas educativos para adultos con niveles bajos o
sin escolaridad; son éstos los que han asegurado una vinculación más estrecha
entre educación y trabajo. Esto, en tanto la mayoría de estos programas han
respondido a políticas globales de calificación de fuerza de trabajo, coordinando
particularmente con el sector industrial y la acción de diversos sectores y
organismos"8 gubernamentales y no gubernamentales.
En el discurso las políticas de formación y capacitación de recursos humanos han
estado orientadas en el sector moderno de la economía, al manufacturero, al de
servicio y al agrícola, dándose la preocupación por prestar especial atención al
sector informal de la economía.
Esta tendencia se acentúa en la medida en que se percibe "una creciente
importancia del sector informal en el proceso productivo. Se integra en este sector
a las microempresas y a las poblaciones marginales de bajo ingreso y actividad
inestable, caracterizadas por las precarias condiciones de vida, la baja escolaridad
y la falta de preparación profesional" (Idem, p. 21).
En la práctica, educación y trabajo ha centrado su atención y esfuerzo en el sector
servicio que incluye peluquería, corte y confección, tejido, bordado, cocina,
fotografía, etc., en detrimento de los demás sectores de la economía, de ahí que la
demanda que se ha venido generando de formación y capacitación de fuerza
laboral, en el sector moderno y en el primario, en gran medida, haya sido atendida
de manera limitada. Esto ha determinado que las acciones de educación y trabajo
7
Raymundo Andrade Peralta. "Curriculum y trabajo, tentativa para organizar la actividad productiva como ambiente
educativo". En: Revista Interamericana de Educación de Adultos. OEA/CREFAL, México, 1992, p.54.
8
Marcela Gajardo. Educación de adultos, problemas y tendencias. (Aportes para un debate). OREALC/UNESCO,
Santiago de Chile, 1983, p.26
tal y como se han venido realizando no hayan posibilitado una adecuada inserción
del adulto en aquellas actividades productivas consideradas no marginales en la
estructura productiva de la Región.
Más allá del discurso, la práctica de la educación vinculada al trabajo se ha venido
caracterizando por una serie de dificultades y de limitaciones que, en gran medida
explican la problemática de las políticas, de las estrategias y de la práctica de
formación y de capacitación de recursos profesionales en las últimas décadas en
la Región.
En este sentido, investigaciones en esta área de estudio han demostrado que tan
sólo "un diez por ciento de los jóvenes [...] adquieren una formación para el
trabajo",9 fenómeno que explica el por qué la cobertura educativa en esta
modalidad es sumamente baja; además, es un indicador de la magnitud del
problema de la formación y capacitación para el trabajo y la producción en
nuestros países.
Cabe decir que, pese a las posibles ventajas que puede ofrecer esta modalidad a
la formación y capacitación de la población económicamente activa, sus
actividades "son relativamente escasas. Sólo el 2% de los trabajadores asisten a
cursos de este tipo en institutos oficiales de formación profesional; generalmente
su educación es de 80 a 120 horas, lo que implica que el Estado ofrece apenas el
equivalente a dos semanas [...] de capacitación a cada trabajador, en cada
período de 50 años. Se podría concluir que el trabajador no recibirá más que el
equivalente de cuatro a cinco semanas de capacitación durante toda su vida
laboral".10
A los problemas de orden cuantitativo y de cobertura se suman los de planificación
centralizada, que caracteriza la organización de la práctica educativa; esto se
expresa en la desvinculación entre los procesos de la educación básica y los de
capacitación y formación laboral.
Los contenidos curriculares de la propuesta educación y trabajo, por lo general,
son "elaborados, ordenados y seleccionados por los expertos, a partir de la
demanda de calidad y cantidad de los dueños o directores de la entidad
productiva",11 sin tener en cuenta las opiniones de los propios sujetos de la
9
Rodolfo González Rissotto. "Perspectivas sobre la vinculación entre educación y trabajo". En: Revista Interamericana
de Educación de Adultos, 2a. época, Vol. 1, 1992, CREFAL, Pátzcuaro, México, p. 44.
10
11
CEPAL. Equidad y transformación productiva, un enfoque integrado, Santiago de Chile, 1992, p. 142.
Lautaro Prado B. "Capacitación y técnica. Hacia una clasificación de los modelos en concurso". Revista
Latinoamericana de Estudios Educativos, Vol. XIV; No. 1-2, p. 209.
formación y capacitación ni los requerimientos de los diferentes sectores que
demandan el servicio de la calificación de fuerza laboral.
Además, se advierte la desarticulación del currículum de la educación formal con
la dinámica social y productiva, lo cual repercute en la pertinencia y relevancia de
dicha educación; al respecto, una propuesta de reorientación curricular debería
tener en cuenta la tendencia de distribución de la población económicamente
activa en los sectores más importantes de la actividad económica que realizan los
diferentes sectores de la sociedad.
Las estrategias de aprendizaje están fundamentadas en la eficiencia del
conductismo, la enseñanza individualizada en el adiestramiento programado, la
instrucción programada y en los llamados procedimientos autoadministrativos, que
en lo esencial no posibilitan la creatividad de los participantes de la experiencia
educativa, ni la creación de un proceso de interaprendizaje como generador
colectivo de conocimientos.
A estos problemas se agrega la falta de preparación y de visión global de muchos
capacitadores y educadores que "insisten reiteradamente en divulgar y difundir
procesos y nociones tecnológicas, que si bien preparan para una función
determinada respecto a instrumentos y máquinas, no siempre logran prepararlo
para que el autoaprendizaje, la innovación y la versatilidad laboral que los
modernos procesos productivos requieren" (Idem, p. 20), Y demandan al sector
educativo.
En este contexto "se aprecia una acentuada diferencia metodológica en el proceso
de enseñanza en el personal docente o de campo. El problema parece consistir en
que el personal docente tiene dificultad de articular las actividades educativas con
las productivas. En todos los casos, el personal parece privilegiar la segunda (las
productivas) y no sabe cómo ni cuándo incorporar las primeras (las educativas)".12
En algunos casos se aduce que los educadores o capacitadores carecen de
conocimientos metodológicos de la educación de adultos. "También es importante
en este apartado la dificultad de comunicación de docentes o promotores, sobre
todo los técnicos, que encuentran dificultades para traducir la tecnología técnica a
lenguaje comprensible para los destinatarios" (Idem), del proceso educativo.
Además, se vienen dando limitaciones docentes en el manejo de grupos con
dificultades para "adaptarse a destinatarios cambiantes, para conducir
planificaciones e investigaciones participativas; para promover la organización. Se
menciona también el desconocimiento de las características socioculturales de los
destinatarios, su falta de experiencia previa, su desconocimiento de otras
experiencias similares'" (Idem).
A este cuadro de limitaciones y dificultades metodológicas de la mayoría de los
12
Sylvia Schmelkes. Doc. cit. p. 27.
docentes que trabajan en educación vinculada al trabajo, hay que mencionar
"sobre todo la ausencia de material didáctico de biblioteca y de material de
estudio; la falta de transporte para llevar a los destinatarios; los bajos sueldos al
personal docente o de campo; la ausencia o insuficiencia de infraestructura para el
trabajo, las deficiencias en los equipamiento s de los talleres y la escasez de
recursos económicos" (Idem), con que deben operar los programas de formación y
de capacitación en y para el trabajo.
Esta problemática tiende a agravarse en
los actuales momentos, en que en la
Región se manifiesta una creciente
tendencia hacia una industrialización
mayor que implica la modernización de la
planta productiva y de los servicios
ligados a la producción que está
impulsando el proyecto neoliberal.
Además, se tiende a ser cada vez más
infuncional por no corresponder a la
nueva lógica que se está articulando en
términos de los nuevos requerimientos de
formación de recursos profesionales y
laborales. En este sentido, la propia
lógica del nuevo modelo de desarrollo
propicia un definido proceso de
reconversión industrial con el uso de
tecnología de punta, lo cual se traduce en
la demanda de un nuevo modelo de
formación y capacitación de fuerza
laboral.
IV.
LA MODERNIZACIÓN Y SUS IMPLICACIONES EN EDUCACIÓN Y
TRABAJO
El actual modelo de formación de recursos laborales y profesionales, en lo
fundamental, fue diseñado para corresponderse con un patrón de acumulación
basado en la sustitución de importaciones el cual primó en la Región, desde la
posguerra, época en que los gobiernos del área adoptaron las estrategias
cepalinas de desarrollo, en lo que se procuraba la industrialización y la
modernización de nuestros países, así como la creación de un fuerte mercado
interno, para lo cual se requería de la formación y capacitación de grandes
contingentes de mano de obra que pudieran echar andar el referido proyecto de
desarrollo.
Hoy en día la realidad en la Región ha cambiado con los nuevos escenarios
económicos, políticos y sociales que se están configurando, el proyecto populista y
el modelo de sustitución de importaciones agotaron sus posibilidades de
viabilidad. Con la recesión económica que experimentan los países centrales y
con la crisis económica que vivió el área en la década de los 80, se crearon las
condiciones históricas para el surgimiento del neoliberalismo y su proyecto de
modernización de la sociedad, lo cual implica una nueva racionalidad, un cambio
cualitativo en la manera de hacer y concebir los procesos económicos, políticos y
sociales.
Este nuevo proceso trae consigo una serie de implicaciones económicas, políticas
y sociales, que están impactando en toda la sociedad, particularmente en el
empleo y en la calificación de la fuerza de trabajo. Esta situación se traduce en la
necesidad de reorientar las principales funciones de las instituciones de la
sociedad, de manera particular procurar una redefinición de los objetivos de la
educación. Ello explica que en el ámbito de la educación de adultos, y en
particular en el de la educación y trabajo, se deberán introducir cambios,
fundamentalmente en sus postulados básicos.
Dado el carácter disfuncional que está resultando de las prácticas de educación y
trabajo, plantea la necesidad de una reorientación sustantiva para responder a las
nuevas demandas de la sociedad y a las exigencias del mercado de trabajo. Ello
explica que se deberán asumir nuevos esquemas y nuevas dinámicas de trabajo
pedagógico y un nuevo enfoque que permita entender y concebir la educación y
trabajo desde nuevas perspectivas socioeducativas.
Este proceso deberá prestar especial atención a la introducción y difusión de
nuevas tecnologías la cual está promoviendo la reconversión industrial con base
en la "microelectrónica y la tele información, hecho que está modificando
fuertemente la relación entre los factores de la producción, hasta el punto que se
habla de un nuevo paradigma técnico-económico, que implica una ruptura con el
modelo taylorista y fordista de producción" (Idem). Situación que está impactando
en los procesos de la modernización.
La reconversión "supone una masiva incorporación de innovaciones tecnológicas.
Estas implican la aparición de nuevos productos o de formas para producir bienes
ya conocidos. En general, tales innovaciones dan lugar a cambios en el proceso
de trabajo que pueden resultar bastante sustantivos. La nueva maquinaria exige
nuevos procedimientos y nuevas operaciones concretas por parte de la fuerza de
trabajo, cambiar los movimientos y frecuencia temporal, etc. El trabajo concreto
asume nuevas características. Consecutivamente se modifica el tipo de
calificación requerida a la fuerza de trabajo. Además, se puede esperar que la
reconversión eleve el promedio y el nivel de calificación que debe satisfacer la
demanda actual del mercado de trabajo"13
13
Esthela Gutiérrez Garza. Austeridad y reconversión. Testimonio de la crisis. Editorial Siglo XXI, UNAM, México,
1990, p.l53-154.
En este contexto, una reorientación de educación y trabajo debe significar una
redefinición en la manera de entender y realizar la práctica educativa como una
condición para asimilar e incorporar plenamente las ideas al proceso de
modernización que se está promoviendo en la sociedad y de manera particular en
el ámbito de la producción. Además, es una condición para darse cuenta que se
están produciendo nuevas conceptualizaciones en torno a las nuevas formas de
producción que a su vez están transformando los criterios para la utilización de la
fuerza de trabajo en función a su calificación.
Se sostiene que esta "transformación implicará un mantenimiento y
restablecimiento del trabajo calificado, siendo requeridos los trabajadores
calificados con conocimientos sobre problemas tecnofísicos de las modernas
unidades de producción (con acento en la tecnomecánica), con una visión global y
competencia en la actuación en sistemas mecánicos automatizados y procesos de
transformación físico-químicos de la materia en relación con los procesos
tecnoproductivos". (Idem).
Esta nueva realidad también implica
darse cuenta de que, en la
actualidad, la introducción de nueva
tecnología está determinando una
redefinición de las calificaciones
reales
y
una
exigencia
de
conocimientos,
habilidades
y
destrezas cada vez más abstractas y
conceptuales que superarían a las
calificaciones en el empleo. No sería
tan fácil para las empresas calificar
en el trabajo, porque ya no se trata
de destrezas y habilidades manuales
para puestos fijos de trabajo, sino
habilidades y destrezas diversas y
muy complejas.
De esto se deduce que los efectos de
la modernización no sólo están
impactando en el mercado de trabajo,
sino también en los propios criterios
de algunas empresas, de calificar
mano de obra en el mismo proceso
productivo; situación que ubica a la educación y trabajo en una posición de
importancia como proyecto educativo, en el nuevo escenario que se está consolidando en los países de la Región.
En esta perspectiva de reorientación y de redefinición, las políticas y estrategias
de educación y trabajo deberán tener en cuenta el impacto que causará el proceso
de modernización en el empleo y en la demanda de calificación laboral, demanda
que está articulada sobre la base de una nueva división internacional del trabajo,
el cual se sustenta en el saber, el conocimiento y la tecnología, principalmente la
tecnología de punta, para lo que se precisa de un personal altamente calificado y
en cantidades reducidas, como lo demuestra la creciente tendencia al desempleo
y subempleo que se viene produciendo en la Región desde la década pasada.
En este sentido, se sostiene que "en la nueva división internacional del trabajo
parece existir un auto-consenso en que la introducción de las nuevas tecnologías
en el proceso productivo, contribuya a polarizar las escalas de calificación del
personal de la producción, pues se da la tendencia a aumentar el mínimo de
técnicos y a disminuir el número de puestos de trabajo" (Idem). Proceso que
tiende a consolidar la tendencia creciente de la economía informal.
Sobre el particular se afirma que "el cambio en el tipo de calificaciones plantea el
problema del reciclaje de la fuerza de trabajo y podría generar desocupación. El
mayor nivel de calificación plantea otro problema: crece la demanda por la parte
más escasa de la fuerza de trabajo y viceversa: para la parte más abundante la
demanda se expande a menores ritmos. También por este lado se pueden
presentar impulsos a un mayor desempleo".14
Estos impactos explican la naturaleza excluyente y concentradora del proyecto
modernizador que en la Región se está consolidando. Proyecto que da sentido al
modelo económico de la economía de mercado, a la globalización de los procesos
económicos y sociales y al empleo de una tecnología sofisticada y, por ende, la
demanda de una reducida fuerza de trabajo para reproducirse. Proyecto que en
gran medida establece los términos en que deben darse los nuevos retos y
desafíos de la educación de adultos.
V.
DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN Y TRABAJO
Las actividades de educación y trabajo en la actual coyuntura se están
desarrollando en un contexto (como el descrito más arriba), caracterizado por
cambios económicos, políticos, sociales y tecnológicos, de crisis y de
modificaciones en el mercado de trabajo, lo que implica que esta modalidad
educativa se vea sometida a un profundo proceso de reorientación de muchos de
sus supuestos, de redefinición de sus prácticas, constituyendo ello un desafío, de
manera que pueda responder adecuadamente a los nuevos requerimientos de la
estructura ocupacional y a las nuevas demandas de la sociedad.
El punto de partida para asumir los nuevos desafíos que la realidad impone es
empezar a reconocer, entre otros factores, que "la transformación productiva en
dirección a una economía abierta y a una industria que busca competir a los
niveles internacionales ya ha comenzado. Así lo demuestran Chile, México, Costa
Rica, Colombia y Venezuela, estos últimos incorporados recientemente a este
14
Esthela Gutiérrez Garza, Coord. Op. cit. p. 154.
proceso. El mismo incluye la reducción del Estado, la reasignación de recursos y
el aumento de la productividad en la producción de bienes transables" 15
En esta misma línea de ideas consideramos necesario precisar que "antes de
proponer una capacitación laboral específica, conviene recordar que el dominio de
las habilidades básicas de lectoescritura y aritmética ampliada es absolutamente
necesario no sólo para el ejercicio de la ciudadanía sino también para una
participación no marginal en el mercado de trabajo" (Idem, p. 45). En esta posición
se coincide con Fajnzlrer, quien ha señalado una serie de desafíos para los
programas de educación y trabajo al destacar que el primero consiste en "elevar el
nivel analítico de la formación básica (Lectura, Escritura, Matemáticas y Ciencias
Naturales)" (Doc. cit. p. 58).
En este contexto, consideramos que educación y trabajo como proyecto educativo
puede asumir los nuevos desafíos que le impone la nueva realidad
latinoamericana desde la perspectiva de la reforma curricular, dada su importancia
en la reorientación de los diferentes momentos de la práctica educativa.
Cabe precisar que al asumir este desafío hay que tener en cuenta que la
evaluación de experiencias vividas en las décadas pasadas en la Región, las
cuales han producido un fuerte escepticismo acerca de las posibilidades de éxito
que ofrecen los procesos de cambio curricular, que sólo se limitan a los actores y
procesos internos del sistema educativo. Sus impactos sobre las prácticas
educativas resultan muy débiles e irrelevantes. Ello explica que toda reforma
curricular deberá ir acompañada de una participación activa de actores externos al
sistema educativo y, además, de un cambio institucional que dé sustentación y
respaldo normativo a la referida reforma curricular.
También hay que tener presente que las nuevas estrategias de reorientación
curricular, orientadas a superar los enfoques tradicionales, deben estar basadas
en el concepto de la satisfacción de, necesidades básicas de aprendizaje, con el
objeto de que el proceso educativo realmente pueda responder a los
requerimientos y demandas sociales. "Dicho en otros términos, este concepto nos
retrotrae al objetivo de lograr aprendizaje socialmente significativo".16
Impulsar una reforma curricular que comprenda la reorientación de los objetivos,
las estrategias metodológicas, la relación educador/educando, las estrategias de
evaluación y seguimiento y procure una mayor inserción en los diferentes
contextos
sociales,
deberá
caracterizarse
por
la
flexibilidad,
la
15
María Antonia Gallart. "Los desafíos de la articulación entre educación y trabajo en la década de los 90: algunos temas
cruciales a investigar". En: Revista Interamericana de Educación de Adultos, Segunda Época, Vol. 1, No. 2,
OEA/CREFAL, México, 1992, p. 144.
16
Tedesco, Juan Carlos. Boletín del Proyecto Principal de Educación de América Latina y el Caribe.
UNESCO/OREALC, No. 28, Santiago de Chile, 1992, p. 19.
interdisciplinariedad, la transmisión de una visión totalizadora de procesos
tecnológicos en que no sólo se contemple la tecnología moderna, sino también la
llamada tecnología apropiada y la tecnología propia o tradicional de los sectores
populares. También se deberá contemplar la formación de la fuerza de trabajo
desde una perspectiva globalizante, en que pase por una capacitación de
naturaleza general y polivalente, con énfasis en la lógica matemática, la cultura
informática y la actualización en diferentes áreas de la cultura humano-social.
Además, se deberá caracterizar por su sentido de integralidad del saber, del
conocimiento y la técnica. "Ello significa que la reformulación de la propuesta
curricular posibilite que la formación y capacitación obtenida por una vinculación
entre educación y trabajo se oriente, no solamente a superar la simple transmisión
de habilidades y destrezas operacionales de producción o de gestión, sino
también a la promoción, al desenvolvimiento integral de quienes deben cumplir el
proceso productivo y de desarrollo de todo contexto en su conjunto".17
En este orden de ideas, una re orientación de la educación y trabajo necesita
delinear en términos generales una primera aproximación de los principales
elementos teórico-metodológicos.
En este sentido, conviene subrayar que la problemática de educación y trabajo se
desarrolla en un contexto que se caracteriza por los efectos del impacto de la
crisis económica que vivió la Región en la década pasada y por las implicaciones
económicas, políticas y sociales de la vigencia del neoliberalismo y los nuevos
roles del Estado y la sociedad civil. Un contexto en donde los mercados laborales
informales son tan o más extensos que los formales; donde la tecnología recorre
desde las técnicas más artesanales hasta sofisticadas máquinas programadas;
donde los pobres y excluidos alcanzan porcentajes mayoritarios de la población.
Contexto, que, en el plano de la propuesta curricular se deberá tener en cuenta en
su intencionalidad, objetivos y propósitos, así como los nuevos procesos de
producción de la economía de mercado, la internacionalización y globalización de
la economía, la modernización tecnológica de producción y de organización de las
empresas y ramas industriales y demás sectores de la economía.
En el marco de estos condicionantes económico-sociales, la propuesta curricular
que estamos asumiendo deberá plantearse la consecución de los objetivos
siguientes:
1. Articular la demanda de formación de recursos profesionales y laborales del
sector moderno de la economía, con las de los sectores medianos y pequeños
productores, así como los sectores informales, que precisan de una
capacitación laboral para poder insertarse adecuadamente en el mercado de
trabajo.
2. Superar la vieja separación entre los modelos de educación y trabajo y los
17
Rodolfo González Rissotto. Revista Interamericana de Educación de Adultos, OEA/CREFAL, México, 1992, p. 45.
procesos productivos en que se han venido expresando algunas experiencias
de la práctica socioeducativa.
3. Procurar una mayor articulación en la práctica pedagógica entre los procesos
centralmente educativos y los centralmente productivos, así como entre las
experiencias formales y no formales de educación y trabajo.
4. Contribuir a la "generación de alternativas que vinculen la educación con el
mundo del trabajo a nivel de la educación básica de adultos, educación técnica
y profesional, la promoción y organización de proyectos comunitarios de
impacto socioeconómico a nivel de microempresas, cooperativas y otras
formas de organización solidaria de trabajo.
5. "Elaborar estrategias de aprendizaje flexibles, aplicando metodologías y
contenidos apropiados a ser utilizados por los programas de educación formal
y no-formal que sirvan para incorporar a los jóvenes y adultos que, por diversas
razones, no terminaron la escuela primaria a fin de permitirles completar su
formación escolar básica y recibir una capacitación para el trabajo productivo,
en concordancia con sus condiciones y necesidades específicas y el medio en
que se desenvuelven.
6. "Impulsar el desarrollo de tecnologías alternativas, y la innovación curricular,
con miras a propiciar el desarrollo integral de poblaciones carente s del campo
y la ciudad y la emergencia de alternativas de educación, organizaciónproducción autónoma para los egresados de la educación técnica".
7. Promover el desarrollo de competencias en los diversos dominios que definen
la calidad de la vida de los sujetos de la práctica educativa, en la perspectiva
de una formación político-social, laboral y científico-tecnológica.
8. Articular la reorientación curricular con una propuesta de desarrollo que no
entre en contradicción con la naturaleza ni con el equilibrio ecológico y persiga
con sentido de equidad social, la satisfacción de las necesidades materiales y
espirituales de los diferentes sectores nacionales de la Región.
En términos de los lineamientos de políticas de esta propuesta, se deberán tener
presentes las características de los diferentes sectores de la economía, por
ejemplo, el sector moderno o integrado que está "compuesto por trabajadores con
estabilidad y cobertura social en las grandes empresas y la administración pública;
este sector está actualmente en crisis debido a los procesos de
desindustrialización y a la crisis del Estado, pero es clave por que, además de

Secretaría de Educación y Cultura de la República Oriental del Uruguay. Publicación Serie: Aporte a la Educación
Nacional, Educación trabajo. Seminario-Taller: Análisis de la experiencia educativa del Centro de Capacitación, Trabajo y
Producción (CECAP), Montevideo, Uruguay, 1992, p. 44-45.
18 Gallart, doc. cit., p. 42-43.
tener un peso relativo variable según los países, es el locus de la transferencia
tecnológica. Un segundo sector es el de las pequeñas unidades económicas; éste
resulta particularmente relevante por su capacidad de absorción de mano de obra
en el actual contexto de lento crecimiento de los puestos en el sector integrado.
Finalmente, existe un tercer sector, el agravio donde se encuentra gran parte de la
población en la Región; en él existe un menor acceso a la educación formal y, por
otra parte, se desarrollan la mayor parte de los movimientos de educación popular.
Este sector es el que da origen a las migraciones que alimentan a los otros dos,
predominantemente urbanos".18
En este ámbito, he de significar que con los
requerimientos
de
la
modernización
económica, el sector integrado será el más
favorecido pero no el único que va a existir,
pues habrá sectores como el de la mediana y
pequeña industria que no se podrán
modernizar, por lo que inevitablemente se
verán obligados a pasar a la informalidad de
la economía sectores a quienes se deberán
diseñar políticas de atención específicas.
En la implementación de una política
educativa de formación de recursos
profesionales y laborales se deberá tener
muy en cuenta el sector informal de la
economía puesto que en los años de la
obstrucción del crecimiento económico llevó
a una disminución en la creación de empleo
en el sector moderno público y privado, el
cual disminuyó notablemente su participación
en la PEA urbana: de 40% en 1980 pasó al
30% en 1989. Esto significa que la informalidad urbana aumenta del 24% en 1980
al 30% en 1989, absorbiendo el 45% de los empleos urbanos creados en la
década" (Idem, p. 44).
En esta lógica, los sectores en los que se deberá priorizar la atención en materia
de políticas nacionales de formación y capacitación en y para el trabajo son, el
sector moderno de la economía, por ser el que está introduciendo las nuevas
innovaciones tecnológicas y los nuevos procesos productivos y en el llamado
sector informal, por ser el que está absorbiendo cantidades significativas de la
fuerza laboral que no tienen cabida en el mercado de trabajo neoliberal y por ser
un sector que está contribuyendo de manera importante al producto interno bruto
en nuestros países.
En cuanto a la fundamentación teórica de la propuesta curricular aquí asumida, he
18
Gallart, doc. cit., p.42-43
de afirmar que "hay una discusión pendiente sobre el curriculum educativo desde
el punto de vista de la formación para el trabajo, entre los que prefieren una
formación especializada que desemboca en una ocupación o puesto de trabajo y
los que privilegian una formación general polivalente centrada en desarrollar
habilidades analíticas y de solución de problemas" (Idem, p. 46). Nosotros nos
solidarizamos en esta última posición, por considerar que asumir la primera tesis
significaría ser partidario de una formación y capacitación elitista y excluyente;
significaría privilegiar una concepción tecnicista y economicista del curriculum y,
además, entenderlo como un proyecto formal, normativo, "como un sistema
cerrado de entradas, procesos y salidas, que por lo mismo el énfasis en su
elaboración y realización está puesto en el control centralizado de la práctica
educativa y en sus resultados".19
En el plano de superar esta concepción instrumentalista, nos situamos en una
postura diferente de entender el curriculum, nos situamos desde la perspectiva de
éste como proyecto socioeducativo que puede estar planeado como un poderoso
instrumento de organización de la educación con el trabajo y también en la
"gestión de la identidad cultural que, como se ha dicho anteriormente, se
encuentra subyacente e integrada a los procesos del trabajo" (Idem, p. 57).
En este contexto se deberá replantear la necesidad de una mayor vinculación de
la teoría con la práctica, una mayor vinculación entre los procesos educativos y
productivos con los de la vida cotidiana y con la cultura propia de los sujetos de la
práctica educativa. "Se precisa de una mejor vinculación entre conocimiento
científico y conocimiento popular, puesto que los hechos demuestran la necesidad
de vincular el conocimiento científico/técnico, con los procesos de solución
empírica que la propia cultura popular ha dado a muchos problemas técnicos.
Podemos decir, entonces, que mientras no se establezcan mecanismos de
confrontación e intercambio entre dos lógicas y prácticas, difícilmente habrá una
ciencia y una técnica propiamente nacional",20 latinoamericana y caribeña.
En la "concreción del enfoque educación y trabajo, y que puede estar expresado
en la estructuración del curriculum para superar las concepciones eficientistas y
conductistas de la adquisición de conocimientos, actitudes y habilidades
relacionadas con el trabajo, habrá que pensar en procesos educativos que se
caractericen por:
 Una formación flexible, polivalente e interdisciplinaria que huya de los
esquemas y contenidos rígidos, cerrados y uniformes.
 Una formación que trabaje más los aspectos metodológicos y actitudinales que
los cognoscitivos.
19
Andrade, doc. cit. p. 55
Lautaro Prado B. "Capacitación, ciencia y técnica. Hacia una clasificación de los modelos en concurso". En: Revista
Latinoamericana de Sistemas Educativos, XIV, Nos. 1 y 2, p. 205.
20
 Una formación que incentive los aspectos organizativos y de gestión y que
posibilite, en definitiva, el autoaprendizaje.
 "El desarrollo de competencia como el trabajar en equipo, participar en la vida
social, aprender y seguir aprendiendo y el hacer frente a la incertidumbre y a la
complejidad" (Andrade, doc. cit. p.57).
En lo concerniente al proceso de planeación curricular, consideramos ineludible
desarrollar formas descentralizadas y participativas locales que "contribuyan a
reconstruir el tejido social. Al respecto en la Región Latinoamericana se han
venido desarrollando distintos modelos más abiertos y participativos que potencian
estrategias de autogestión del impacto local y regional". [...] En "diferentes países
se están trabajando formas descentralizadas de desarrollo curricular en las cuales
adquieren un papel más protagónico las instancias organizativas locales en las
que destaca el municipio o ayuntamiento" (Idem, p. 57).
Con una visión de totalidad e integralidad de la formación y capacitación
consideramos pertinente diseñar estrategias nacionales orientadas a que los
trabajadores del campo y la ciudad adquieran las competencias laborales que les
permitan incorporarse a la sociedad, con una actividad socialmente productiva que
contribuya a su realización personal, social y al mejoramiento de sus condiciones
de vida. Este proceso implica un nuevo reto para la educación de adultos y, en
particular, para la educación y trabajo. Será "necesario analizar y discutir con
mayor profundidad los conceptos, dimensiones y alcances de: educación básica,
educación tecnológica, educación para el trabajo, educación en el trabajo,
etcétera".21
La población objetivo de la educación y trabajo es, en principio, el total de la
población de la Región que demande el servicio, en "particular los grupos más
problemáticos para el mercado de trabajo como los jóvenes, las mujeres, o
aquellas que abandonan tempranamente la educación formal, antes de haber
adquirido las habilidades básicas que les permitan aprendizaje en el trabajo"
(Gallart, doc. cit. p. 48).
Como grupo problemático se deberá poner especial énfasis en la fuerza de trabajo
femenina por el hecho, entre otros factores, de que "las mujeres sufren una
discriminación en el mercado de trabajo que en muchos casos se une a una
discriminación educativa. La articulación entre vida familiar y laboral hace que la
inserción laboral de las mujeres sea intermitente y siga las etapas del ciclo vital, en
el que se alternan o conjugan tareas productivas y reproductivas" (Idem, p. 49).
Los contenidos curriculares deberán estar orientados al aprendizaje de
conocimientos y habilidades de temática vinculada directamente con los sectores
21
Fredy Napoleón Alfaro. "Educación y trabajo. Estado, retos y desafíos". En: Revista Interamericano de Educación de
Adultos, No. 1, Vol. 1, OEA/ CREFAL/CEDEFT. México, 1993, p. 42.
de la economía que en la actualidad se están articulando, en función a la
heterogeneidad estructural en que se manifiesta el cada vez más segmentado
mercado de trabajo. En su organización se deberá tener en cuenta, además, una
adecuada equivalencia distributiva entre los contenidos centralmente educativos y
los centralmente productivos.
Además, en el ámbito de esta
reorientación curricular se tendrán que
incluir contenidos que no se "relacionan
directamente con la producción física de
un bien, como son la capacitación
administrativa
y
en
gestión;
la
capacitación en contabilidad, la asesoría
organizativa, la capacitación para la
formulación de proyectos financieros de
inversión y productivos, el manejo de
crédito, la planeación",22 entre otros, fortalecer la capacidad autogestiva de los
sectores intermedios e informales de la
economía.
Las estrategias metodológicas deben
asumir como desafío la reorientación de
la práctica en el sentido de promover el
trabajo en grupos, la promoción del
autoaprendizaje, poner énfasis en las
necesidades e interés de los sujetos de la
práctica educativa, privilegiar el "diálogo
como recurso que asegura la valoración de la experiencia del adulto; en la
adquisición de una conciencia crítica y activa sobre la realidad; en la necesidad de
hacer de la postalfabetización (educación y trabajo) una actividad que tiene el aula
sólo como punto de partida para la realización de actividades de la información de
la realidad".23
Sobre los materiales educativos que los participantes deberán utilizar en el
proceso de aprendizaje, deberán estar en función de sus características sociales y
económicas y en igual medida se deberán diversificar en "atención a grandes
categorías ocupacionales como obreros, jóvenes, mujeres, campesinos e
integrantes del sector informal de la economía. Sin embargo, se considera aun
mejor la posibilidad de elaborar materiales que respondan a la problemática
concreta de grupos poblacionales a nivel microsocial" (Idem, p. 25).
22
Sylvia Schmelkes. Postalfabetización y trabajo en América Latina. OEA, Consejo Interamericano para la Educación,
la Ciencia y la Cultura. XIV Reunión Técnica de Educación de Adultos Montevideo, Uruguay, 1988. p. 29.
23
Sylvia Schmelkes. Idem p. 24.
Con respecto al apoyo logístico de la propuesta, constituye una estrategia
importante o si no determinante en el logro de los objetivos de esta reorientación
curricular, de ahí que se requiere un decidido respaldo institucional, del sector
privado y de los demás sectores de la sociedad civil involucrados en el proceso
productivo. Se necesita una adecuada asignación presupuestaria, de manera que
educación y trabajo esté en condiciones de ofrecer una educación de calidad, en
función de los actuales desafíos que pone en cuestión saberes y habilidades
tradicionales y demanda de nuevas calificaciones.
Es necesario superar la tradición, en algunos casos, de falta de apoyo suficiente
para el desarrollo de los programas de educación y trabajo, sobre todo en lo
concerniente a material didáctico, transporte para docentes y participantes,
mejoramiento de los sueldos del personal, docente o de campo; creación de
nuevas infraestructuras, así como el mejoramiento de las ya existentes (talleres,
laboratorios), en igual medida procurar el equipamiento de los talleres, entre otros
requerimientos.
Un elemento que ofrece una visión de totalidad e integralidad a estos lineamientos
generales de reorientación curricular en educación y trabajo, lo es el de la
evaluación y seguimiento de los procesos de ejecución del diseño y de la fase
operativa de la práctica educativa.
Nos inscribimos en una propuesta participativa de la práctica de la evaluación y el
seguimiento, que supere los criterios economicistas y tecnicistas de la concepción
que sólo se apoya en la evaluación costo-beneficio.
En este sentido, se precisa articular este proceso con las estrategias de
sistematización que posibiliten adquirir conocimientos suficientes sobre la
experiencia educativa, con el objeto de que se puedan evaluar los procesos y
productos en términos de su coherencia, consistencia, congruencia,
obstaculizadores, aciertos, errores, etc., y que dicho proceso facilite la
retroalimentación o reorientación de la práctica educativa, y que se pueda
establecer un sistema de información que a su vez permita en su conjunto la toma
de decisiones. Una reflexión sobre esta perspectiva también estaría encaminada a
diseñar estrategias de "evaluación de los programas en marcha pues los mismos
pueden constituir un aporte importante para que la educación tenga un rol
fundamental en la amortización de la deuda social y esté a la altura de los
desafíos de los 90" (doc.cit. p. 51).
Un aspecto importante a destacar es el de los actores, los que definen la
propuesta curricular, consideramos que no se debe caer como en el pasado, bajo
el control de los expertos, ni en lo sectores internos del sistema: docentes,
autoridades políticas, administrativas y científicas, ni en manos de las grandes
empresas, sino por el contrario, esta responsabilidad de la dirección y promoción,
debe ser el producto de la acción coordinada y concertada de los diferentes
sectores nacionales involucrados en el proceso productivo, incluyendo a los
propios trabajadores. Desde esta perspectiva el Estado y la sociedad civil
constituidos en actores se integran en un proceso de coordinación, diseño,
organización y ejecución de los diferentes momentos de la práctica educativa.
En el marco de una visión más amplia, el proyecto de "educación y trabajo no sólo
deben suscitar la discusión en torno a cómo responder a las necesidades de los
procesos productivos, sino también atender al enfoque teórico desde el cual se
definen los conceptos de educación, trabajo, producción, bienestar y desarrollo".24
Ello explica que la educación y trabajo, no solamente debe estar orientada al
dominio de habilidades y destrezas operacionales y ocupacionales de producción
o de gestión, sino debe estar al servicio de objetivos de la promoción humana, al
desenvolvimiento integral del hombre, el educando adulto.
Esta concepción de la problemática y de los desafíos de educación vinculada al
trabajo y a la producción nos sitúa en una perspectiva global de las políticas
nacionales de formación de recursos profesionales y laborales, la cual debe estar
sustentada en una concepción diferente del desarrollo económico y social que sea
sostenible y sustentable, que privilegie el sentido del desarrollo humano, la calidad
de vida y el crecimiento económico con equidad social.
Nos planteamos la superación de la concepción predominante en el neoliberalismo
que concibe al crecimiento económico como factor fundamental del desarrollo,
ligado al mejoramiento de la eficiencia y la tecnología. El desarrollo debe "ir más
allá de la producción y el consumo de bienes [...] por más que sea condición
primordial para asegurar un cierto bienestar material y un mínimo nivel de vida;
pero no es suficiente ese indicador. El desarrollo tiene que ser considerado
complejo, social, científico, cultural".25
El concepto de desarrollo como una propuesta diferente, debe ser concebido
como un "proceso más global y multirrelacional, que implica casi todos los
aspectos de la vida de la comunidad, así como sus conexiones con el mundo
exterior y la conciencia de sí misma. Está surgiendo una óptica humanista con
respecto al desarrollo que insiste claramente en que el hombre debe ser a la vez
agente y beneficiario de ese proceso y supone que no hay que considerar al
desarrollo como simple concreción de la calidad de la vida [...] puesto que los
nuevos parámetros de bienestar tienen como eje los valores éticos de la condición
humana" (Idem).
A modo de conclusión, esta concepción asume que la identidad cultural de los
pueblos constituye un "estímulo indispensable y un eje fundamental en la empresa
del desarrollo" (Idem), a lo que se adicionan los valores de democracia,
participación real, equidad distributiva de los bienes socialmente producidos y
justicia social.
24
25
Raymundo Andrade, doc. cit. p. 57.
Federico Mayor Zaragoza. "Otro concepto de desarrollo". En: Revista Desarrollo, No. 12, 1987.
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