¡OSÉ E. PICAZa SÁNCHEZ 1, M. MILAGROS MACIAS LOPEZ 2 1 2 Pro! de enseñanza secundaria lES La Granja. Jerez de la Frontera. Cádiz Pro! de enseFíanza secundaria lES Sancti Petri. San Fernando. Cádiz RESUMEN Presentamos el estudio de un individuo varón adulto datado en el siglo Va. C., hallado en Cádiz en 1995. En la inspección macroscópica de la mandíbula observamos un pequeño orificio ovalado y levemente acodado en la cortical interna del cuerpo mandibular izquierdo. Realizada la radiografía ortopantonorámica, se observó una amplia cavidad quística que destruía el tejido esponjoso, respetando a las piezas dentarias. No se advirtió ningún tipo de reacción ósea alrededor de la lesión. El diagnóstico diferencial se estableció entre varias lesiones que cursan con cavidades quísticas mandibulares semejantes. También observamos en este individuo cribra orbitalia, espondiloartrosis lumbar, artrosis en ambos codos, hipoplasia del esmalte y una marcada impresión aórtica en las vértebras sexta a onceava. PALABRAS CLAVES: paleopatología, tumor mandibular, lesión quística mandibular, cribra orbitalia, espondiloartrosis lumbar, hipoplasia del esmalte, impresión aórtica, fenicio-púnico. ABSTRACT This report concerns a case of mandible quistic lesion found in a skeleton from Cádiz (South of Spain) from fenicio-púnico age. An adult man showed a little hole on inner cortical bone in the left mandible body The ortopantonoramic X-rays films showed a big cavity in the inner with the sponjoso tissue destroyed. There is not bony reaction around the lesion. Other pathologies founded in this individual were: cribra orbitalia, lumbar arthrosis and enamel hypoplasia. This individual showed also, aortic impression in sixth to eleventh dorsal vertebrae. KEY WORDS: paleopathology, mandible tumour, mandible quistic lesion, fenicio-púnico, cribra orbitalia, aortic impression, enamel hypoplasia. INTRODUCCIÓN En la excavación de urgencia del solar del antiguo Teatro Andalucía en 1995 situado en el centro histórico de la ciudad de Cádiz y dirigida por D. Luis Cobas Rodriguez, se desenterró una gran factoría de salazón junto a la cual apareció una zona de enterramientos en fosa simple, de la que se recuperaron 12 individuos datados en el siglo II a.e. y el individuo 305 objeto de nuestro estudio datado en el siglo V. a.e. (1). La orientación en la tumba de fosa simple era N-S; su posición en decúbito lateral derecho con los brazos flexionados en ángulo de 45°, con la manos unidas por delante del tórax, las piernas semiflexionadas tanto a nivel de cintura pelviana como de la rodilla. Se recuperó aproximadamente el 90 % del esqueleto en un buen estado de conservación. El sexo fue determinado por la morfología de la carilla auricular del ilion, ángulo ciático y características craneales (2). La edad, atendiendo a las características de la carilla auricular (3), fue de 35-39 años y la edad dental (4) de 30-35 años. Las vértebras SI y S2 se hallan fusionadas, 10 que suele ocurrir a partir de los 30 años. Según el estado del cierre de las suturas craneales la edad correspondiente era de 24-28 años. Al ser esta última la que presenta una mayor variabilidad con respecto a la edad y los distintos autores, podemos concluir que la edad de este individuo era de 30-39 años. La altura estimada, utilizando las tablas de Manouvrier oscila entre 1,65-1,69 m. En general su esqueleto presenta características robustas, pero son las clavículas, con una curvatura muy acusada y una evidente huella de la inserción de los músculos claviculares (en especial el tubérculo conoideo), las que más destacan. Estas características nos indican una gran utilización y desarrollo de esta musculatura. Cabe también destacar el aumento del grosor de la cresta iliaca en su tercio anterior, lugar de inserción del músculo gluteo medio. El cráneo es de tipo dolicocéfalo. ESTUDIO PALEOPATOLÓGICO La inspección macroscópica del esqueleto manifestó varias patologías y/o anomalías anatómicas que condujeron a un estudio más exhaustivo. La anomalía más destacable apareció en la cara interna del cuerpo mandibular, en la que se observó una lesión lítica de la compacta, situada en la fosa submaxilar izquierda y por debajo de la línea mi10hiohidea. Sus bordes eran romos, 10 que descartaba que cualquier acción postmortem la hubiese producido. De forma ovalada e irregular, sus medidas fueron: 125 mm x 5 mm (Foto 1). Se procedió a realizar una radiografía ortopantonorámica para ver la naturaleza de dicha lesión, encontrándose una destrucción ósea de la esponjosa que se extendía desde el tercer al primer molar y hasta el borde inferior mandibular, manteniéndose las raíces de los molares indemnes y estando rodeadas aún de restos de tej,ido esponjoso. Alrededor de esta destrucción de tejido no se observa ningún tipo de reacción ósea (esclerosis, burbujas, etc). Además de esta lesión se observaron otras patologías en techo de órbita, columna vertebral, codo, pie y coxal. Fotografía 1: Imagen lítica en la cara interna del cuerpo mandibular. 306 En el techo de ambas órbitas se observa una serie de orificios compatibles con el tipo «c» de la clasificación de Knipp (5) compatibles con cribra orbitalia. Asimismo, el borde supraorbitario y el área supraciliar están repletos de pequeños orificios no confluyentes. La columna se conserva indemne a excepción de la 4ay sa vértebras lumbares. En ellas se aprecia un labiamiento óseo del borde anterolateral izquierdo superior de la Sa vértebra lumbar que se dirige hacia arriba, encajando perfectamente con otro de características semejantes en la 4a vértebra lumbar. Este labiamiento tiene forma semicircular y no existe solución de continuidad de la compacta de ambos cuerpos vertebrales. Las vértebras dorsales 6a a 11 a presentan una depresión suave y homogénea en el lado izquierdo de sus cuerpos. Por ultimo también nos encontramos con un ligero reborde osteofítico en las caras articulares de ambas articulaciones del codo, un leve peine artrósico en el calcáneo y un reborde artrósico en la parte más externa e inferior de la carilla auricular del coxal. PALEOESTOMATOLOGÍA Nuestro sujeto conserva todas las piezas dentarias a excepción de la 28 por pérdida antemortem. No posee ninguna caries. En casi todas las piezas se advierten hipoplasias del esmalte en forma de leve banda lineal, excepto en los caninos inferiores que presenta áreas punteadas. Las edades a las que se produjeron las hipoplasias (6) se han calculado a los O, 4, 5 Y7 años, aproximadamente. Se observa sarro de grado moderado en todas las piezas dentales mandibulares, no existiendo en las maxilares. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Los huesos maxilares constituyen un campo fecundo y peculiar para el desarrollo de una gran variedad de lesiones tumorales y neoplásicas. Debido fundamentalmente a que son huesos de osificación membranosa (si bien algunas partes del maxilar inferior pueden desarrollarse a expensas del cartílago de Meckel), poseen piezas dentarias y restos de tejidos embrionarios, pueden contener tejido glandular salival heterotópico, y poseen un recubrimiento mucoso gingival, que pueden ser asiento de tumores A la hora de realizar el posible diagnostico de la lesión mandibular debemos tener presente las diferentes patologías osteolíticas que pueden asentar en dicha región anatómica, descartando aquellas que se manifiestan más frecuentemente como osteoesclerosis: algunas enfermedades generalizadas, infecciones, lesiones quísticas y pseudoquísticas, tumores primarios odontogénicos, tumores primarios no odontol)énicos y los tumores metastásicos. DISCUSIÓN Con respecto a las enfermedades generalizadas, el hiperparatiroidismo suele presentarse como una pérdida generalizada de la lámina dura sin ampliación de la lámina periodontal y la enfermedad de Paget como un proceso lítico, mixto o escleroso difuso con agrandamiento grosero de la mandíbula. Los procesos infecciosos más compatibles con la morfología lesional son la osteítis periapical que aparece como una lesión lítica redondeada en el ápex de un diente no vital, el absceso de Brodie que muestra una zona osteolítica bien delimitada rodeada por una zona irregular de esclerosis densa, la tuberculosis que se manifiesta como múltiples áreas líticas de pequeño tamaño con bordes escleróticos bien definidos y la actinomicosis que morfológicamente adopta una imagen de lesión lítica en el ángulo de la mandíbula con tendencia a fistulizar hacia el exterior (7). Existen un número elevado de lesiones quísticas y pseudoquísticas que pueden asentar en la mandíbula, destacamos las siguientes: quiste radicular (quiste dental, quiste periodontal), es el quiste más frecuente de la mandíbula, desarrollándose como consecuen- 307 cia de la infección de la pulpa dental y apareciendo como un área radiotransparente redonda u ovalada con bordes discretos bien definidos; quiste dentígeno (quiste folicular)¡ lesión radiotransparente unilocular bien circunscrita¡ lisa y redondeada que contiene la corona de un diente no brotado afectando a las zonas caninas y molares de la mandíbula; quiste primordiaC lesión radiotransparente pura que no contiene corona dentaC se desarrolla con más frecuencia en la región del tercer molar de la mandíbula y se expande hacia atrás en la rama o hacia arriba en la apófisis coronoides; quiste traumático (quiste oseo hemorrágico¡ quiste oseo solitario)¡ cavidad radiotransparente unilocular sin trabeculación interna¡ generalmente con borde cortical completo con tendencia a extenderse hacia arriba entre las piezas dentarias; quiste del desarrollo fisuraC lesión radiotransparente de localización en la línea media mandibular; y el quiste oseo aneurismático¡ cavidad quística radiotransparente de crecimiento rápido con cavernas revestidas de endotelio y de una red fibrosa cuya presentación es igual que la de un quiste oseo solitario desplazando la corteza adelgazada (8). Del grupo de tumores primarios odontogénicos podemos pensar en la existencia de un ameloblastoma (adamantinoma)¡ lesión benigna más frecuente de la mandíbula¡ primariamente unilocular que al aumentar de tamaño se hace multilocular con cavidades quísticas; o de un cementpma (fibroma cementante)¡ lesión periapical radiotransparente frecuentemente de localización múltiple (9,10). Los tumores primarios no odontogénicos son un conjunto de neoplasias heterogéneas de las que podemos destacar: osteoblastoma, lesión osteolítica bien circunscrita excéntrica y expansiva que puede romper la cortical; displasia fibrosa, lesión expansiva lítica o esclerótica bien delimitada, frecuentemente afecta a la porción posterior de la mandíbula; fibrosarcoma, lesión osteolítica irregular con adelgazamiento¡ expansión y erosión de la corteza junto con proliferación perióstica; histiocitosis X (granuloma eosinófilo)¡lesión lítica de aspecto multilocular bien definida que aumenta de tamaño produciendo una erosión endostal con imagen característica de l/diente flotantel/; granuloma de células gigantes, lesión expansiva uni o multilocular que nace por delante de los primeros molares; hemangioma oseo¡ area osteolítica con trabeculación; y lipoma, lesión osteolítica expansiva asociada con corteza adelgazada (11). Los tumores metastásicos siempre tienen que estar presente cuando se sospecha una etiología neoplásica¡ suelen tomar una morfología punteada y múltiple aunque también pueden aparecer de localización única. Con respecto a la posible etiología del restos de las lesiones paleopatológicas¡ podemos comentar lo siguiente: Se han propuesto numerosas etiologías como responsables de la cribra orbitalia¡ pero la mayoría de los autores coinciden en apuntar a las anemias por deficiencias como el factor causal más probable¡ principalmente anemias por déficit nutricional de hierro¡ anemias parasitarias como la leishimaniosis o la ancylostomosis (12) y las helmintiasis o amebiasis (13); aunque también se admiten que las anemias hemolíticas hereditarias¡ tipos talasemias o sicklemias¡ puedan ser un factor determinante en grupos de áreas geográficas donde estas anemias son comunes (14,15). En la actualidad la Bahía de Cádiz es una de las poblaciones que tiene mayor índice de talasemias de la cuenca del Mediterráneo: 1¡52 hemoglobinopatías estructurales por cada 1000 habitantes y f.S-Talasemias en el 0¡69 % de la población (16)¡ relacionándose este hecho con la población fenicia y púnica que se asentó en ella desde el siglo VIII a. c.. Atendiendo a esta hipótesis, y de acuerdo con algunos autores¡ es probable que la cribra orbitalia presente en este individuo esté relacionada con la talasemia. Por otra parte¡ este individuo presenta una serie de lesiones que pueden estar relacionadas entre sí y probablemente, con el tipo de actividad que desarrollara¡ como son las lesiones osteofíticas del codo¡ del calcáneo y de la columna lumbar. Ello se encuentra respaldado por el gran desarrollo de la musculatura, sobre todo de la cintura escapular¡ que muestra las 308 inserciones óseas y la robustez de sus huesos. En cuanto a la hipoplasia del esmalte, GOODMAN y ROSE (17), la definen como deficiencias en el grosor del esmalte resultado de perturbaciones fisiológicas durante la fase secretora de la amelogénesis, constituyendo la respuesta más frecuente al stress metabólico sistémico. Puede responder a una gran variedad de disturbios sistémicos, en la mayoría de los casos por problemas nutricionales, pero también a parasitismos, enfermedades infecciosas, etc. Debido a la incapacidad del esmalte para la remodelación, los defectos producidos son permanentes, por lo que se puede registrar el momento de su formación. Los picos de máxima frecuencia de las hipoplasias se han relacionado con las dietas del destete. En las poblaciones cazadoras recolectoras se dan unos picos máximos de stress más tardíos a causa del retraso en destetar a los niños, ya que este proceso era una forma de controlar la natalidad y el tamaño de la población. El resultado de alteraciones en la formación del esmalte nos proporciona información de carencias alimentarias, valoraciones de la incidencia de enfermedades durante la primera infancia e influencias prenatales y postnatales del ambiente materno (18). La columna torácica puede presentar en su parte media y en el lado izquierdo de los cuerpos vertebrales, una depresión longitudinal que corresponde a la aorta descendente. Es la «impresión aórtica» o «canal aórtico». La impresión aórtica presenta variaciones individuales muy extensas: muy acentuadas en algunos sujetos y apenas visibles en otros (19). En este individuo se trata de una adaptación, por impresión vascular producida por la aorta, constituyendo una variedad de crecimiento, ya que no se aprecia desgaste de las vértebras, que induciría a pensar en un aneurisma de la aorta descendente (20). CONCLUSIÓN Se ha estudiado a un individuo datado en el siglo V a.e. (época fenicio-púnica), hallado en una necrópolis colindante a una gran factoría de salazón, de sexo masculino, edad de 3039 años y 1,65-1,69 m de estatura, de complexión robusta, poseyendo un acentuado desarrollo de la musculatura de la cintura escapular. En cuanto a la patología destaca la presencia de un lesión mandibular compatible en orden de posibilidades con una actinomicosis, un granuloma eosinófilo o un quiste oseo hemorrágico; evidencias de stress sistémico como la cribra orbitalia, relacionada probablemente con algún tipo de anemia como las talasemias, frecuente en el Mediterráneo; y la hipoplasia del esmalte, que delata varios episodios de stress sistémicos sufridos en la infancia. Así mismo podemos observar signos de stress ocupacional como la osteofitosis del codo, calcáneo y columna lumbar. Como variante anatómica es visible en las vértebras dorsales 6aa na la denominada impresión aórtica. BIBLIOGRAFÍA 1. COBOS RODRIGUEZ, L. 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