TEMARIO Importe de Artículos Solicitados al Almacén de Suministros 3 Código de Ética del Poder Judicial del Estado de Querétaro 5 Crónica Lic. María del Carmen Bárcenas Manríquez Lic. Carlos Reséndiz Tirado Lic. María del Pilar Muñiz Padilla El Concepto de Ley Suprema Judicial 9 Lic. René Casoluengo Méndez De la Dialéctica Punitiva a la Deconstrucción de la Libertad 17 Lic. Oscar Huicochea García El Derecho Canónico, Primer Sistema Jurídico 23 Dr. José Carlos Rojano Esquivel Garantía de “Defensa Adecuada” en Justicia para Adolescentes 31 Lic. Rebeca A. Schmitter Tello La Teoría del caso y la Apología de Sócrates 34 Arturo Flores Velázquez CONSEJO EDITORIAL Lic. Jesús Garduño Salazar Magistrado M. en F. Arturo Flores Velázquez Director del Instituto de Especialización Judicial ISC. José Villalón Charre Director de Informática Gabriela Martínez Reyes Diseño Gráfico “Crónica Judicial”, órgano de difusión del Poder Judicial del Estado de Querétaro, de distribución gratuita, los materiales que aquí se publican son responsabilidad de los autores. Comentarios, sugerencias y colaboraciones, favor de dirigirlas a nuestras oficinas en www.tribunalqro.gob.mx, Revista del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro, publicación trimestral, ISSN 1665-7802, Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2006-042414295800-102, Número de Certificado de Licitud de Título: 13569, Número de Certificado de Licitud de Contenido: 11142, Pasteur Sur núm. 4, Col. Centro, C.P. 76000, Querétaro, Qro. Época II , Año 3, Núm. 12, 2009. 1 PODER JUDICIAL DEL ESTADO TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA CONSEJO DE LA JUDICATURA IMPORTE DE ARTÍCULOS SOLICITADOS AL ALMACÉN DE SUMINISTROS PERÍODO ENERO - ABRIL DE 2009 3 PODER JUDICIAL DEL ESTADO TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA CONSEJO DE LA JUDICATURA IMPORTE DE ARTÍCULOS SOLICITADOS AL ALMACÉN DE SUMINISTROS PERÍODO ENERO - ABRIL DE 2009 ÁREAS JURÍDICAS Y ÁREAS ADMINISTRATIVAS 4 CÓDIGO DE ÉTICA DEL PODER JUDICIAL DEL ESTADO DE QUERÉTARO Lic. María del Carmen Bárcenas, Lic. Carlos Reséndiz Tirado y Lic. María del Pilar Muñiz Padilla La presentación de este Código obedece a la necesidad de plasmar en un documento, de manera sistematizada, las directrices que constituyen un referente institucional para incentivar y facilitar la reflexión crítica de cada juzgador sobre su conducta. El mundo cambia, y con él también lo hace el Derecho, y esto no es una percepción obvia, significa conocimiento amplio y especializado para que la capacidad de recuperación de la norma a las circunstancias y necesidades sea suficiente y oportuna. Como lo señalara PIERO CALAMANDREI: "El Derecho, mientras nadie lo perturba y lo contrasta, resulta invisible e impalpable, como el aire que respiramos; inadvertido como la salud, cuyo valor solo se conoce cuando nos damos cuenta de haberla perdido. Pero cuando el Derecho es amenazado o violado, descendiendo entonces del mundo astral en que reposaba en forma de hipótesis al de los sentidos, se encarna en el Juez y se convierte en expresión concreta de voluntad operante a través de su palabra". Es por ello que, en estos tiempos de modernidad, el Juez debe aprovechar todos los instrumentos y tecnologías que la sociedad de nuestro tiempo viene produciendo; pero nada suple su responsabilidad, debe allegarse todos los elementos que, amén del proceso, le permitan dictar una sentencia justa y apegada a Derecho. No debemos olvidar que el "JUEZ ES EL DERECHO HECHO HOMBRE"; y que este hombre debe pronunciar siempre una palabra: "JUSTICIA". Y así comprender que el Derecho no es una sombra vana; porque si el Juez no está despierto, la voz del Derecho queda desvaída y lejana, como las inaccesibles voces de los sueños. Alguien puede pensar que la modernidad en nuestros días es el reclamo de la sociedad por la legalidad, el Estado de Derecho, y que la Justicia ha quedado como una excelsa virtud, cerca del ideal que guía frente a la adversidad cotidiana, y cuando sucede, le pasa lo que a los milagros, que pocos creen en ellos; aunque en cada conflicto grave y en los actos inexplicables en nuestra vida, estamos deseando que la Justicia esté de nuestro lado, mientras la verdad aparece. Por lo anterior que se ha considerado necesaria la presentación del Código de Ética como un instrumento que busca un punto razonable de equilibrio entre unos y otros valores: si se quiere, entre los valores del Juez en cuanto Ciudadano y en cuanto Titular de un Poder, cuyo ejercicio repercute en los bienes e intereses de individuos concretos y de la sociedad en general. CAPÍTULO I INDEPENDENCIA ARTÍCULO 1°.- La independencia de los jueces es el principio institucional en virtud del cual, en el momento en que juzgan, deben sentirse libres de toda subordinación jerárquica; es un duro privilegio a quien lo disfruta, el valor de responder sin esconderse tras la cómoda pantalla de la orden superior. ARTÍCULO 2°.- El Juez independiente es una garantía para los justiciables, porque sus decisiones son apegadas a derecho, sin dejarse influir por factores ajenos que afecten su independencia. ARTÍCULO 3°.- El Juez preserva el recto ejercicio de su función denunciando cualquier acto que trate de vulnerar su independencia. 5 ARTÍCULO 4°.- La independencia judicial implica que al Juez le esta vedado recomendar, insinuar o sugerir, con un fin legítimo, el sentido en que deban emitir los demás juzgadores cualquier determinación judicial. ARTÍCULO 16°.- Las resoluciones del Juzgador deben ser orientadas por las normas del Derecho y no por preferencias personales, ni condiciones sociales. CAPÍTULO IV ARTÍCULO 5°.- El Juez independiente evita involucrarse en actividades políticas partidistas. CAPÍTULO II PROFESIONALISMO ARTÍCULO 17°.- Es la disposición del Juzgador para ejercer de manera seria, responsable y competente, la función jurisdiccional, con relevante capacidad , estudio e investigación. IMPARCIALIDAD ARTÍCULO 6°.- La imparcialidad judicial consiste en juzgar con ausencia absoluta de designio anticipado o de prevención, a favor o en contra de los justiciables, quienes deben ser tratados por igual y, por tanto, a no ser discriminados en el desarrollo de la función jurisdiccional. ARTÍCULO 18°.- La exigencia de conocimiento y de capacitación permanente de los Jueces tienen como fundamento el Derecho de los justiciables, y de la sociedad en general, a obtener un servicio de calidad en la administración de justicia ARTÍCULO 7°.- El Juez imparcial es aquel que persigue con objetividad y con fundamento en las pruebas la verdad de los hechos, evitando conceder ventajas o privilegios ilegales a cualquiera de las partes. ARTÍCULO 19°.- El Juez bien formado es el que conoce el Derecho vigente y ha desarrollado las capacidades técnicas y las actitudes éticas adecuadas para aplicarlo correctamente. ARTÍCULO 8°.- El Juez imparcial evita toda apariencia de trato preferencial o especial con los abogados y con los justiciables, provenientes de su propia conducta o de la de los otros integrantes de la oficina judicial. ARTÍCULO 20°.- El Juez se actualiza permanentemente en sus conocimientos jurídicos estudiando los precedentes y jurisprudencia, los textos legales, sus reformas y la doctrina relativa. ARTÍCULO 9°.- La imparcialidad del juicio obliga al juzgador a generar hábitos rigurosos de honestidad intelectual y de autocrítica. ARTÍCULO 10°.- El juez imparcial, si es integrante de un Órgano Jurisdiccional Colegiado, trata con respeto a sus pares, escucha con atención y apertura de entendimiento sus planteamientos y dialoga con razones y tolerancia. ARTÍCULO 21°.- El Juzgador se profesionaliza día con día y asume responsable y valerosamente las consecuencias de sus decisiones, acepta sus errores, guarda celosamente el secreto profesional, trata con respeto y consideración a subalternos, con amabilidad a los justiciables, administra con diligencia, esmero y eficacia el órgano jurisdiccional a su cargo y busca con afán que sus acciones reflejen la credibilidad y confianza propias de su investidura. CAPÍTULO III CAPÍTULO V OBJETIVIDAD EXCELENCIA ARTÍCULO 22°.- El Juzgador se perfecciona cada día para llevar a la práctica los principios, valores y virtudes judiciales, con una institucionalidad manifiesta. ARTÍCULO 11°.- El Juzgador debe emitir sus fallos por las razones que el Derecho le suministra, y no por su forma personal de pensar o de sentir, pero si dentro de los límites de las posibilidades humanas, ser sencillamente justos. ARTÍCULO 23°.- El Juez humanista, en cada momento de su quehacer, está consciente de que las leyes se hicieron para servir al hombre, de modo tal que la persona constituye el motivo primordial de sus afanes. ARTÍCULO 12°.- El Juez, al emitir una resolución, nunca busca reconocimiento alguno. ARTÍCULO 24°.- El Juzgador, en cada uno de los asuntos sometidos a su potestad, se esfuerza por dar a cada quien lo suyo. ARTÍCULO 13°.- El Juzgador al tomar sus decisiones en forma individual o colegiada, buscará siempre la realización del Derecho frente a cualquier beneficio o ventaja personal. ARTÍCULO 25°.- El Juzgador busca ser prudente, distinguiendo entre lo bueno y lo malo en su trabajo jurisdiccional en las relaciones con sus semejantes, ya que el juicio prudente exige al juez capacidad de comprensión y esfuerzo por ser objetivo. ARTÍCULO 14°.-EI Juez procurara actuar con serenidad de ánimo y equilibrio interno, a fin de que sus decisiones estén alejadas de aprensiones y prejuicios. ARTÍCULO 26°.- EI Juzgador asume de manera responsable las consecuencias de sus actos, resultado de las decisiones que tome. ARTÍCULO 15°.- Que el Juzgador este dotado de una madurez emocional que le permita ser asertivo en sus juicios, y no esté sujeto a influencias extrañas al Derecho provenientes de si mismo. 6 ARTÍCULO 27°.- El Juzgador cuenta con tal fortaleza que, en situaciones adversas, resiste las influencias nocivas, soporta las molestias y se entrega con valentía para vencer las dificultades y cumplir con su función jurisdiccional. ARTÍCULO 28°.- El Juez, de forma leal, se adhiere a la Institución a la que pertenece, por medio de vínculos implícitos, de tal modo que refuerza y protege, en su trabajo cotidiano, el conjunto de valores que aquélla representa. ARTÍCULO 29°.- El Juez es ordenado en mantener la adecuada organización y planificación en el trabajo a su cargo, con respeto a la dignidad de los demás. ARTÍCULO 30°.- El Juzgador goza de sencillez, evitando denoten alarde de poder. actitudes que ARTÍCULO 31°.- La cortesía de los Jueces tiene su fundamento en la moral y su cumplimiento contribuye a un mejor funcionamiento de la Administración de Justicia. 7 En 17 meses comparados con los números del periodo anterior, octubre 2006 - octubre 2007, los litigios crecieron un 20%, los civiles 32.9%, los familiares 34% y los juicios mercantiles mostraron un incremento de 34%. Solo superados por los municipales mercantiles que aumentaron en un 82% En el Juzgado de Justicia para menores los delitos con mayor incidencia penal fueron: Violación Daños dolosos Homicidio doloso Robo calificado con violencia Lesiones dolosas Lesiones culposas Robo simple Tentativa de violación Daños culposos 16 11 10 10 9 5 5 5 5 www.tribunalqro.gob.mx EL CONCEPTO DE LEY SUPREMA Análisis de las Tesis LXXVII/99 y IX/2007 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en contraste con el caso United States v. Curtiss-Wright Export Corporation, 299 U.S. 304 (1936). Lic. René Casoluengo Méndez* I. EL PRINCIPIO DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE LAS LEYES. Duverger1 refiere que a finales del siglo XVIII aparecieron, primero en Estados Unidos y después en Francia, unos textos que definían los órganos esenciales del Estado y proclamaban, en general, las libertades públicas fundamentales. Estos textos, denominados Constituciones o leyes constitucionales, se consideraron superiores a las leyes ordinarias votadas por el Parlamento y establecieron, por encima de la ley misma, un grado superior de legalidad, una especie de superlegalidad. La idea de Constitución-continúa el jurista francés- fue desarrollada por los filósofos del siglo XVIII como medio para debilitar el poder real, ya que establecía reglas que se imponían al propio rey, el cual encarnaba la soberanía, posteriormente se utilizó para poner límites al Parlamento, representante de la nación, que personificaba a la nueva soberanía. Esta idea no fue aceptada con facilidad, puesto que algunos teóricos sostenían que si la nación era soberana, no podía ser limitada, y que el poder legislativo del Parlamento, representante de la nación, no debía estar sometido a reglas constitucionales superiores. La idea de una superlegalidad constitucional -menciona el autor citado- se desarrolló originalmente en los Estados Unidos, dada su estructura federal. Los Estados miembros de la Federación norteamericana buscaron protegerse en contra de las interferencias del Congreso en su autonomía; por lo que surgió la regla de que los actos del Congreso, entre ellos las leyes, deben ser conformes a la Constitución. Sin embargo, el principio de la constitucionalidad de las leyes tiene un alcance diferente según que la Constitución contenga o no, una Declaración de derechos y según se trate de una Constitución rígida o una Constitución flexible. En relación con las Declaraciones se enfrentan dos tesis -sostiene Duvergerpara algunos juristas, sólo tienen un valor filosófico y moral y no establecen ningún derecho que puedan invocar los ciudadanos, únicamente las leyes promulgadas por el legislador crean derechos; esta teoría, en general, es rechazada, ya que las Declaraciones utilizan la palabra derechos que designa unas prerrogativas que pueden invocarse ante los tribunales y dichas Declaraciones están incorporadas a las Constituciones como preámbulo o como título primero; además, los principios y el sistema de valores que sirven de base a un sistema jurídico, forman parte del mismo, las Declaraciones definen principios de esta clase. La cuestión -señala el autor- se decide si la Constitución misma precisa el valor de la Declaración, bien porque establezca expresamente que ésta se impone a los tribunales y a las autoridades públicas, o bien porque exprese lo contrario. Pero para que exista esta superioridad de la Constitución -señala el también politólogo francés- resulta necesario que sus disposiciones no puedan ser modificadas por el Parlamento. En relación a este punto, hace referencia a la distinción entre las llamadas Constituciones rígidas y las denominadas flexibles, puntualizando que se denomina flexible a la que puede ser modificada por el Parlamento de la misma forma que las leyes ordinarias. En un sistema de esta naturaleza no puede haber contradicción entre la ley y la *Profesor-Investigador en el Centro de Capacitación Judicial Electoral, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación 1 DUVERGER, Maurice, Instituciones políticas y derecho constitucional, Quinta reimpresión de la Sexta edición, México, Editorial Planeta Mexicana S. A. de C.V., 1996, pp. 239-241. 9 Constitución, pues una ley que la contradice es, en realidad, una ley que la modifica y, por ende, el texto constitucional no tiene ninguna superioridad sobre la norma ordinaria. Esta superioridad sólo puede establecerse si se exige un procedimiento especial distinto al de creación de las leyes ordinarias para modificar la Constitución; en este caso se le califica de rígida. III. EL CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE LAS LEYES. El principio de la constitucionalidad de las leyes, puntualiza Duverger4, sólo puede aplicarse si la violación de la Constitución es constatada oficialmente, y si el órgano que ha realizado tal operación tiene poder para resolver al respecto. Esta verificación, a la que se denomina control de la constitucionalidad de las leyes, debe conducir a la anulación o a la no aplicación de la ley. II. EL CONCEPTO DE LEY SUPREMA. Arístides Torrecilla2 sostiene que la Constitución Política es considerada como la ley suprema de la unión, encargada de estructurar a un estado y regular sus funciones; por ende, considera que es un acto fundamental en el que están determinados los derechos políticos de una nación, la forma de su gobierno y la organización de los poderes públicos de que se compone. La Constitución, agrega, es superior a toda la legislación de un estado, sobre ella o en contra de ella no puede subsistir ni ley, ni acto de autoridad, ni de particulares, la Constitución es la ley suprema del país, a la que deben estar subordinadas todas las leyes secundarias, las que siempre deberán guardar, sin contravenir, las disposiciones de la propia Constitución. En los ordenamientos contemporáneos, explica Guastini5, existen diversos sistemas de control sobre la conformidad de las leyes con la Constitución, que pueden ser evaluados desde el punto de vista de su eficacia. Al respecto, menciona que pueden distinguirse tres modelos fundamentales: Primer modelo (por ejemplo Estados Unidos), consistente en un control a posteriori (por vía de excepción), in concreto, ejercido por cada juez en el ámbito de su competencia. Este sistema permite que una ley inconstitucional cobre vigencia y que sea aplicada por un tiempo considerable antes de que su ilegitimidad constitucional sea determinada por los jueces. Además, la decisión del juzgador no produce efectos generales, sino únicamente efectos relativos a la controversia (aunque son prácticamente generales en los ordenamientos en que esté vigente el principio stare decisis). Por su parte, el Ministro jubilado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Ulises Schmill3, establece que en el Estado federal existen tres órdenes normativos diferentes: 1. El orden constitucional. 2. El orden federal o federación, que es un conjunto normativo con validez sobre todo el territorio. 3. Los órdenes locales o Estados locales, que son diversos órdenes normativos que tienen validez sobre partes del territorio. La Constitución del Estado federal, agrega el Ministro, es simultáneamente Constitución del orden subordinado de la federación, válido sobre la totalidad del territorio y es, además, complejo normativo que establece las bases de las Constituciones locales. Para ilustrar lo anterior, manifiesta que existen cuatro funciones jurídicas que no pueden ser consideradas como funciones federales ni locales y que, por ello, deben adscribirse al orden constitucional, ya que ninguna de ellas es materia de los órdenes subordinados a la Constitución, puesto que implican modificaciones a la división de competencias y ámbitos de validez de los órdenes subordinados federal y locales o la revisión de la regularidad de sus actos: 1. Las reformas o adiciones a la Constitución. 2. La reforma a la Constitución en su aspecto geográfico. 3. La suspensión de garantías. 4. El control de la constitucionalidad. Segundo modelo (Francia), control a priori (por vía de acción), in abstracto, ejercido por un Tribunal Constitucional (o por un órgano similar), que impide que una ley inconstitucional entre en vigor. Este tipo de control no puede asegurar una total conformidad de las leyes con la Constitución, ya que los efectos no siempre pueden ser determinados plenamente, pues debe estarse a su impacto sobre casos concretos. Tercer modelo (Alemania, Italia, España), control a posteriori (por vía de excepción), in concreto, ejercido por un Tribunal Constitucional; este tipo de control no puede impedir que una ley inconstitucional entre en vigor. La decisión produce efectos erga omnes. IV. EL ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dispone, en el artículo 133, lo siguiente: 2 ARÍSTIDES TORRECILLA, Victorio, “El Poder Legislativo en la Constitución Nacional”, http://www.demoprogresista.org.ar/publi_podlegcn0.htm 3 SCHMILL, Ulises, Fundamentos teóricos de la Defensa de la Constitución en un Estado Federal, en la Defensa de la Constitución, segunda edición, México, Distribuciones Fontamara, 2000, pp. 24-25. 4 DUVERGER, Maurice, Instituciones políticas y derecho constitucional, Quinta reimpresión de la Sexta edición, México, Editorial Planeta Mexicana S. A. de C.V., 1996, p. 242. 5 GUASTINI, Ricardo, La Constitucionalización del ordenamiento jurídico, en Neoconstitucionalismo(s), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Editorial Trotta, 2003, pp. 51-52. 10 “Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión, que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados.” Si alguien te solicita Los Doctores Jorge Carpizo y Alonso Gómez-Robledo Verduzco6, puntualizan que el citado artículo reviste una gran trascendencia en nuestro orden jurídico, dado que establece lo siguiente: a) La supremacía de la Constitución. b) La jerarquía de las normas en el orden jurídico mexicano. c) La naturaleza jurídica de los tratados internacionales que estén de acuerdo con la Constitución, celebrados por el presidente de la república y aprobados por el Senado, mismas que se consideran normas internas del orden jurídico mexicano. d) La ausencia de jerarquía entre las normas federales y locales, puesto que en caso de una aparente contradicción, el problema se resuelve examinando qué autoridad es constitucionalmente competente para expedir esa norma. e) Los jueces locales respetarán y aplicarán la Constitución general de la República a pesar de las disposiciones en contrario que pudiera contener el orden jurídico local. f) Todas las autoridades, incluso las administrativas, deben respetar la supremacía constitucional; en consecuencia, no han de aplicar una ley si ésta es inconstitucional. el magistrado, dinero para: el juez, el actuario, algún funcionario o empleado judicial En relación a los aspectos señalados en los incisos b) y c), sostienen que el quid para conocer la jerarquía de las normas en el orden jurídico mexicano se encuentra: a) En la expresión "las leyes del Congreso de la Unión, que emanen de ella" y b) El artículo 133 debe interpretarse en relación con otros preceptos constitucionales. DENÚNCIALO Coincidiendo con Mario de la Cueva, Héctor Fix-Zamudio y Salvador Valencia, los autores referidos consideran que existen leyes que emanan de la Constitución y que son las leyes constitucionales, mismas que, a su juicio, son materialmente diferentes de las federales; en consecuencia, afirman que entre la legislación federal y la local no existe un principio de jerarquía, sino de competencia, por las siguientes razones: a) El artículo 41 constitucional, en su primer párrafo, establece que es la propia Constitución la que precisa la competencia de los poderes federales y la de los Estados. b) El principio de autoridad competente es una garantía individual; un derecho humano que permite conocer con precisión cuál es la autoridad que está facultada constitucionalmente para actuar. c) En México no se conocen las facultades concurrentes, en virtud de las disposiciones de los artículos 16, 40, 41 y 103 constitucionales, cuyas finalidades están orientadas en el sentido de que no exista ninguna indefinición o incertidumbre respecto a cuál es la autoridad competente para actuar. El artículo 40 indica que la acción de las entidades federativas está limitada a su régimen interior. d) El artículo 124 constitucional establece que las facultades que no están expresamente concedidas a la Federación, se entienden reservadas a los Estados. e) El artículo 103 constitucional dispone que procede el juicio de amparo contra leyes o actos que vulneren o restrinjan las facultades que la Constitución concede a las autoridades federales o locales. f) El artículo 105 constitucional establece la controversia constitucional y la acción de inconstitucionalidad, y una de las causas de procedencia es precisamente la violación de la división de competencias en el Estado federal mexicano que establece la Constitución. g) Si las leyes que emanan de la Constitución, a las que se refiere el artículo 133 constitucional, fueran las federales, en México existiría supremacía de éstas sobre las locales; lo que conduciría a que todos los artículos constitucionales mencionados serían contradictorios al artículo 133. orientacion@tribunalqro.gob.mx 6 CARPIZO, Jorge y GÓMEZ-ROBLEDO VERDUZCO, Alonso, Los Tratados Internacionales, el Derecho a la Información y el respeto a la vida privada, http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/97/art/art1.htm 11 224 08 64 www.tribunalqro.gob.mx En atención a lo anterior, formulan las siguientes conclusiones: Constitución y ser aprobadas por un órgano constituido, como lo es el Congreso de la Unión y de que los tratados deben estar de acuerdo con la Ley Fundamental, lo que claramente indica que sólo la Constitución es la Ley Suprema. El problema respecto a la jerarquía de las demás normas del sistema, ha encontrado en la jurisprudencia y en la doctrina distintas soluciones, entre las que destacan: supremacía del derecho federal frente al local y misma jerarquía de los dos, en sus variantes lisa y llana, y con la existencia de "leyes constitucionales", y la de que será ley suprema la que sea calificada de constitucional. No obstante, esta Suprema Corte de Justicia considera que los tratados internacionales se encuentran en un segundo plano inmediatamente debajo de la Ley Fundamental y por encima del derecho federal y el local. Esta interpretación del artículo 133 constitucional, deriva de que estos compromisos internacionales son asumidos por el Estado mexicano en su conjunto y comprometen a todas sus autoridades frente a la comunidad internacional; por ello se explica que el Constituyente haya facultado al presidente de la República a suscribir los tratados internacionales en su calidad de jefe de Estado y, de la misma manera, el Senado interviene como representante de la voluntad de las entidades federativas y, por medio de su ratificación, obliga a sus autoridades. Otro aspecto importante para considerar esta jerarquía de los tratados, es la relativa a que en esta materia no existe limitación competencial entre la Federación y las entidades federativas, esto es, no se toma en cuenta la competencia federal o local del contenido del tratado, sino que por mandato expreso del propio artículo 133 el presidente de la República y el Senado pueden obligar al Estado mexicano en cualquier materia, independientemente de que para otros efectos ésta sea competencia de las entidades federativas. Como consecuencia de lo anterior, la interpretación del artículo 133 lleva a considerar en un tercer lugar al derecho federal y al local en una misma jerarquía en virtud de lo dispuesto en el artículo 124 de la Ley Fundamental, el cual ordena que "Las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados.". No se pierde de vista que en su anterior conformación, este Máximo Tribunal había adoptado una posición diversa en la tesis P. C/92, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Número 60, correspondiente a diciembre de 1992, página 27, de rubro: "LEYES FEDERALES Y TRATADOS INTERNACIONALES. TIENEN LA MISMA JERARQUÍA NORMATIVA."; sin embargo, este Tribunal Pleno considera oportuno abandonar tal criterio y asumir el que considera la jerarquía superior de los tratados incluso frente al derecho federal. a) En México, los tratados internacionales que han sido ratificados, constituyen normas internas de nuestro orden jurídico y existen para ser aplicadas. b) En México no existe supremacía de la ley federal sobre la local; en consecuencia, el artículo 133 se refiere a las leyes constitucionales con la expresión las leyes que emanen de ella. Por lo anterior, las leyes constitucionales y los tratados internacionales tienen la misma jerarquía en el orden jurídico mexicano, y si entre ellas llega a existir alguna contradicción, se aplican principios generales del derecho, como la primacía de la ley posterior sobre la anterior y de la ley particular sobre la general. c) El tratado internacional tiene una jerarquía superior a la ley federal y en caso de contradicción entre ellas, prevalece el primero. Carpizo y Gómez-Robledo señalan que diversos juristas (entre ellos Gabino Fraga, Eduardo García Máynez y Elisur Arteaga Nava) niegan la existencia de las leyes constitucionales, puesto que sostienen que la ley federal tiene en México una jerarquía superior a la local, lo que a juicio de los autores citados en primer término, es contrario a toda la ingeniería constitucional de 1917 y a la concepción de nuestro Estado federal contenida en la ley fundamental. V. LAS TESIS LXXVII/99 Y IX/2007 DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, EN CONTRASTE CON EL CASO UNITED STATES V. CURTISS-WRIGHT EXPORT CORPORATION, 299 U.S. 304 (1936). 1. Las Tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Los datos de identificación, así como el rubro y texto de la Tesis LXXVII/99, son los siguientes: Localización: Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta X, Noviembre de 1999, Página: 46, Tesis: P. LXXVII/99 Tesis Aislada, Materia(s): Constitucional. TRATADOS INTERNACIONALES. SE UBICAN JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA DE LAS LEYES FEDERALES Y EN UN SEGUNDO PLANO RESPECTO DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. Persistentemente en la doctrina se ha formulado la interrogante respecto a la jerarquía de normas en nuestro derecho. Existe unanimidad respecto de que la Constitución Federal es la norma fundamental y que aunque en principio la expresión "... serán la Ley Suprema de toda la Unión ..." parece indicar que no sólo la Carta Magna es la suprema, la objeción es superada por el hecho de que las leyes deben emanar de la Amparo en revisión 1475/98. Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo. 11 de mayo de 1999. Unanimidad de diez votos. Ausente: José Vicente Aguinaco Alemán. Ponente: Humberto Román Palacios. Secretario: Antonio Espinoza Rangel. 12 El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el veintiocho de octubre en curso, aprobó, con el número LXXVII/1999, la tesis aislada que antecede; y determinó que la votación es idónea para integrar tesis jurisprudencial. México, Distrito Federal, a veintiocho de octubre de mil novecientos noventa y nueve. Nota: Esta tesis abandona el criterio sustentado en la tesis P. C/92, p u b l i c a d a e n l a G a c e ta d e l Semanario Judicial de la Federación Número 60, Octava Época, diciembre de 1992, página 27, de rubro: "LEYES FEDERALES Y TRATADOS INTERNACIONALES. TIENEN LA MISMA JERARQUÍA NORMATIVA.". En la tesis de referencia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación sostiene lo siguiente: 1. Sólo la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos es la Ley Suprema de toda la Unión. En principio, sostiene la Corte, la expresión "... serán la Ley Suprema de toda la Unión..." parece indicar que no sólo la Carta Magna es la suprema, sin embargo esta objeción es superada por el hecho de que las leyes deben emanar de la Constitución y ser aprobadas por un órgano constituido, como lo es el Congreso de la Unión y de que los tratados deben estar de acuerdo con la Ley Fundamental. 2. La jerarquía de las demás normas del sistema ha encontrado en la jurisprudencia y en la doctrina distintas soluciones, entre las que destacan: supremacía del derecho federal frente al local y misma jerarquía de los dos, en sus variantes lisa y llana, y con la existencia de "leyes constitucionales", y la de que será ley suprema la que sea calificada de constitucional. 3. Los tratados internacionales se encuentran en un segundo plano, inmediatamente debajo de la Ley Fundamental y por encima del derecho federal y el local. Esta interpretación del artículo 133 constitucional, argumenta la Corte, deriva de que estos compromisos internacionales son asumidos por el Estado mexicano en su conjunto y comprometen a todas sus autoridades frente a la comunidad internacional; por ello se explica que el Constituyente haya facultado al presidente de la República a suscribir los tratados internacionales en su calidad de jefe de Estado y, de la misma manera, el Senado interviene como representante de la voluntad de las entidades federativas y, por medio de su ratificación, obliga a sus autoridades. Además, en esta m a t e r i a n o e x i s t e l i m i ta c i ó n competencial entre la Federación y las entidades federativas, esto es, no se toma en cuenta la competencia federal o local del contenido del tratado, sino que por mandato expreso del propio artículo 133 el presidente de la República y el Senado pueden obligar al Estado mexicano en cualquier materia, independientemente de que para otros efectos ésta sea competencia de las entidades federativas. 4. La interpretación del artículo 133 lleva a considerar en un tercer lugar al derecho federal y al local en una misma jerarquía, en virtud de lo dispuesto en el artículo 124 de la Ley Fundamental, el cual ordena que "Las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitución a los funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados." Por lo que se refiere a la Tesis IX/2007, los datos de identificación, así como el rubro y texto son los siguientes: Localización: Novena Época,Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXV, Abril de 2007, Página: 6, Tesis: P. IX/2007 Tesis Aislada, Materia(s): Constitucional. TRATADOS INTERNACIONALES. SON PARTE INTEGRANTE DE LA LEY SUPREMA DE LA UNIÓN Y SE UBICAN JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA DE LAS LEYES GENERALES, FEDERALES Y LOCALES. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL. La interpretación sistemática del artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos 13 2. Los tratados internacionales se ubican jerárquicamente abajo de la Constitución Federal y por encima de las leyes generales, federales y locales. Lo anterior es así, razona la Corte, en la medida en que el Estado Mexicano al suscribirlos, contrae libremente obligaciones frente a la comunidad internacional que no pueden ser desconocidas invocando normas de derecho interno y cuyo incumplimiento supone, por lo demás, una responsabilidad de carácter internacional. Mexicanos permite identificar la existencia de un orden jurídico superior, de carácter nacional, integrado por la Constitución Federal, los tratados internacionales y las leyes generales. Asimismo, a partir de dicha interpretación, armonizada con los principios de derecho internacional dispersos en el texto constitucional, así como con las normas y premisas fundamentales de esa rama del derecho, se concluye que los tratados internacionales se ubican jerárquicamente abajo de la Constitución Federal y por encima de las leyes generales, federales y locales, en la medida en que el Estado Mexicano al suscribirlos, de conformidad con lo dispuesto en la Convención de Viena Sobre el Derecho de los Tratados entre los Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales y, además, atendiendo al principio fundamental de derecho internacional consuetudinario "pacta sunt servanda", contrae libremente obligaciones frente a la comunidad internacional que no pueden ser desconocidas invocando normas de derecho interno y cuyo incumplimiento supone, por lo demás, una responsabilidad de carácter internacional. 2. El caso United States v. Curtiss-Wright Export Corporation, 299 U.S. 304 (1936). Contrastando las posiciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación -que han quedado referidas- con aquéllas que asumió la Corte Suprema de los Estados Unidos de América en el caso United States v. CurtissWright Export Corporation, 299 U.S. 304 (1936), encontramos lo siguiente7: 1. El caso mencionado implicó principios de regulación gubernamental de negocios y la supremacía de la rama ejecutiva del gobierno federal para conducir asuntos exteriores. Amparo en revisión 120/2002. Mc. Cain México, S.A. de C.V. 13 de febrero de 2007. Mayoría de seis votos. Disidentes: José Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna Ramos, José Fernando Franco González Salas, José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza. Ponente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Secretarios: Andrea Zambrana Castañeda, Rafael Coello Cetina, Malkah Nobigrot Kleinman y Maura A. Sanabria Martínez. 2. La Corte Suprema sostuvo que en el ámbito de las relaciones internacionales es donde el poder del gobierno federal llega a su máximo, ya que en tanto la Constitución distribuye las facultades gubernamentales para atender asuntos internos entre el gobierno nacional y los Estados, no existe distribución alguna en relación a asuntos internacionales ya que, desde la independencia, la atribución para dirigir las relaciones internacionales pasó directamente de la Corona Británica a los Estados Unidos, constituidos como nación; por ende, dado que los Estados no tuvieron nunca esa facultad, no existió la necesidad de compartirla en la Constitución. El Tribunal Pleno, el veinte de marzo en curso, aprobó, con el número IX/2007, la tesis aislada que antecede. México, Distrito Federal, a veinte de marzo de dos mil siete. Nota: En la sesión pública de trece de febrero de dos mil siete, además del amparo en revisión 120/2002, promovido por Mc Cain México, S.A. de C.V., se resolvieron los amparos en revisión 1976/2003, 787/2004, 1084/2004, 1651/2004, 1277/2004, 1576/2005, 1738/2005, 2075/2005, 74/2006, 815/2006, 948/2006, 1380/2006, y el amparo directo en revisión 1850/2004, respecto de los cuales el tema medular correspondió a la interpretación del artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a que se refiere esta tesis aislada. VI. OPINIÓN PERSONAL. 1 La ley Suprema de toda la Unión y el orden jurídico superior. La Tesis LXXVII/99 sustentada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, establece que sólo la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos es la Ley Suprema de toda la Unión, en tanto que la Tesis IX/2007, también emitida por la propia Corte, establece que en México existe un orden jurídico superior, de carácter nacional, integrado por la Constitución Federal, los tratados internacionales y las leyes generales. Al respecto, considero que en este último Registro No. 180431 En la tesis que ha quedado transcrita, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido lo siguiente: 7 United States V. Curtiss-Wright Export Corporation, 299 U.S. 304 (1936) 299 U.S. 304 http://caselaw.lp.findlaw.com/cgibin/getcase.pl?court=us&vol=299&invol=304 United States v. Curtiss-Wright Export Corp. http://en.wikipedia.org/wiki/United_States_v._CurtissWright_Export_Corp. BARKER, Robert S., El Federalismo en los Estados Unidos de América, Revista Jurídica del Perú, Enero Marzo, 1998, Año XLVIII, N° 14 http://es.geocities.com/tdpcunmsm/derpol11.htm 1. En México existe un orden jurídico superior, de carácter nacional, integrado por la Constitución Federal, los tratados internacionales y las leyes generales. Lo anterior, sostiene la Suprema Corte, deriva de la interpretación sistemática del artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 14 punto es posible advertir coincidencia con la opinión del Ministro jubilado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Ulises Schmill, quien -como ya se dijo- estima que en el Estado federal existen tres órdenes normativos diferentes: 1. El orden constitucional, que sería el orden superior. 2. El orden federal o federación, que es un conjunto normativo con validez sobre todo el territorio. 3. Los órdenes locales o Estados locales, que son diversos órdenes normativos que tienen validez sobre partes del territorio. 2. Jerarquía de las normas del sistema distintas a la Constitución. La Tesis LXXVII/99, ya referida, reconoce que la jerarquía de las normas del sistema, distintas a la Constitución, ha encontrado distintas soluciones en la jurisprudencia y en la doctrina, entre las que destacan: supremacía del derecho federal frente al local y misma jerarquía de los dos, en sus variantes lisa y llana, y con la existencia de "leyes constitucionales", y la de que será ley suprema la que sea calificada de constitucional. 3. Jerarquía de las leyes constitucionales y de los tratados internacionales. Carpizo y Gómez Robledo sostienen que en México no existe supremacía de la ley federal sobre la local y que, en consecuencia, el artículo 133 se refiere a las leyes constitucionales con la expresión las leyes que emanen de ella. Por lo anterior, afirman que las leyes constitucionales y los tratados internacionales tienen la misma jerarquía en el orden jurídico mexicano y que si entre ellas llega a existir alguna contradicción, se aplican principios generales del derecho, como la primacía de la ley posterior sobre la anterior y de la ley particular sobre la general. 4. Jerarquía de los tratados internacionales en relación con las leyes generales, la ley federal y la local. La Tesis LXXVII/99 establece que los tratados internacionales se encuentran en un segundo plano, inmediatamente debajo de la Ley Fundamental y por encima del derecho federal y el local, en tanto que la Tesis IX/2007 considera que los tratados internacionales son parte integrante de la Ley Suprema de La Unión y se ubican jerárquicamente abajo de la Constitución Federal y por encima de las leyes generales, federales y locales. Lo anterior es así, razona la Corte, en la medida en que el Estado Mexicano al suscribirlos, contrae libremente obligaciones frente a la comunidad internacional que no pueden ser desconocidas invocando normas de derecho interno y cuyo incumplimiento supone, por lo demás, una responsabilidad de carácter internacional. Por su parte, Carpizo y Gómez Robledo sostienen que el tratado internacional tiene una jerarquía superior a la ley federal y en caso de contradicción entre ellas, prevalece el primero. 5. El caso United States v. Curtiss-Wright Export Corporation, 299 U.S. 304 (1936). En este caso, como ya quedó asentado, la Corte Suprema sostuvo que la atribución para dirigir las relaciones internacionales pasó directamente de la Corona Británica a los Estados Unidos, constituidos como nación, y que, por ende, dado que los Estados no tuvieron nunca la facultad para atender asuntos internacionales, no existió la necesidad de compartirla en la Constitución. De lo anterior, se advierte que la facultad para celebrar tratados internacionales corresponde al Presidente de los Estados Unidos de América y que dicha facultad no le fue delegada a la Federación, por parte de los referidos Estados; sin embargo, también es posible advertir que tal cuestión no permite, a mi juicio, sostener que a partir del origen de tal facultad, pueda establecerse también que los tratados tengan una jerarquía superior a las leyes de la propia Federación y a las de los Estados. 15 AHPJQ Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Querétaro Lic. Manuel Septién y Septién ahpjq@tribunalqro.gob.mx, 5 de mayo y Pasteur norte, Centro Histórico, Querétaro, Qro