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EDICIÓN ESPECIAL
PROPIEDAD INTELECTUAL
María de los Ángeles Garrido Bello
Juez de la Sala Regional en materia de Propiedad Intelectual del Tribunal
Federal de Justicia Fiscal y Administrativa de México.
El Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa como
garante de la legalidad de la
propiedad intelectual en México
RESUMEN: Se recorre la historia del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa de México, explicando su
configuración, competencia dentro de la estructura jurisdiccional de ese país y carácter de órgano jerárquico respecto
de las decisiones dictadas por el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, el Instituto Nacional de Derechos de
Autor y el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas.
PALABRAS CLAVES: Estado de derecho, principio de legalidad, tribunales administrativos, propiedad intelectual, México.
P
ara efectos de comprender la razón del porqué un
tribunal federal de justicia administrativa es el órgano encargado de velar por la legalidad de la propiedad intelectual en México, es necesario conocer
la evolución que a través de la historia de este país
ha tenido el citado órgano jurisdiccional.
Es necesario recordar que con el pensamiento
de los enciclopedistas y de la Revolución francesa surge propiamente la justicia administrativa en Francia, al estimar que los
procedimientos administrativos no podían ser juzgados por los
tribunales judiciales, ya que se trataba de conflictos entre los
particulares y el gobierno. Así nacen dentro del Consejo de Estado órganos jurisdiccionales especializados en lo contencioso
administrativo para conocer de los asuntos en controversia entre gobernantes y gobernados, primero impartiendo una justi-
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cia retenida, que al paso de algunos años se convirtió en justicia delegada.
Es importante señalar que el control de la legalidad de los
actos de las autoridades administrativas se da fundamentalmente para proteger la esfera jurídica de los administrados, lo
cual es obligación prioritaria del Estado democrático. La posibilidad de la actuación ilegal de la Administración Pública hace necesario el establecimiento de medios de control a fin de
evitar la afectación a los derechos de los gobernados. Estos medios de control constituyen una garantía para la protección de
tales derechos y tienen como fin la revisión de la legalidad de la
actuación administrativa, con el propósito de encauzarla dentro del marco legal.
Dentro de estos medios de control se encuentra la creación
de tribunales administrativos, encargados de dirimir las conAÑO 15, NO. 293, ABRIL 2011
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troversias que se suscitan entre la Administración Pública y los
gobernados. En México, en el siglo XIX, hubo intentos de establecer órganos contenciosos administrativos con la Ley de Lares y por una ley expedida por Maximiliano de Habsburgo, pero su aplicación fue efímera. Transcurrieron años hasta que
en 1936 se promulga la Ley de Justicia Fiscal, y el 1 de enero
de 1937 empieza a funcionar el segundo tribunal administrativo de toda América Latina, el llamado entonces Tribunal Fiscal de la Federación, que únicamente tenía competencia para
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conocer de la materia contenciosa fiscal, misma que al paso del
tiempo ha cambiado para ser hoy el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa (en lo sucesivo TFJFA), con competencia no solo para asuntos fiscales, sino también en toda clase de controversias en materia administrativa federal, salvo en
lo que se refiere a la materia laboral y agraria, para lo cual,
en 1946, se reformó nuestra Constitución y se le dio legalidad
constitucional a este tribunal.
Como órgano jurisdiccional, se trata de un tribunal adGACETA JUDICIAL | 91
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ministrativo, sin sujeción a ninguna autoridad administrativa y con plena libertad para dictar sus fallos. Su propósito es
mantener la división de poderes y el respeto a la acción de legalidad de todo órgano o entidad inmerso en el Poder Ejecutivo Federal. Su creación se encuentra en el seno mismo de
la Carta Magna de nuestro país y en específico en el artículo
73, fracción XXIX-H, con la denominación y reconocimiento de un tribunal administrativo dotado con plena autonomía que tiene a su cargo, entre otras, dirimir las controversias que se susciten entre la Administración Pública Federal y
los particulares, y establecer las normas para su organización,
su funcionamiento, el procedimiento y los recursos contra sus
resoluciones. Su evolución no solo ha sido respecto de su organización y al procedimiento que se sigue para resolver las
controversias que se le someten a su consideración, sino también de su competencia material, siendo así que en diciembre
de 2000 se dieron las reformas más destacadas a su Ley Orgánica, por las que cambió, después de 63 años, el nombre tradicional con el que fue conocido: Tribunal Fiscal Federal, al de
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, con el correspondiente cambio en la Ley Orgánica. Ello en virtud de
que se le otorgó competencia no solo para resolver los juicios
en contra de resoluciones que concluyan el recurso de revisión
previsto en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo
(en lo sucesivo, LFPA) -misma que prevé las formalidades jurídicas que debe de contener cualquier acto emitido por una autoridad federal y los medios de defensa que en contra estos se
pueden interponer, evitando así el maremágnum de requisitos
y recursos que se encontraban contenidos en las diversas leyes
administrativas-, sino también para conocer de las controversias respecto a los actos dictados por las autoridades administrativas que pongan fin a un procedimiento administrativo, a
una instancia o resuelvan un expediente, en los términos de
la referida ley procedimental.
Así, un tribunal que nació con una competencia restringida, únicamente respecto de la materia fiscal federal, ahora la
tiene más amplia, al conocer de casi todas las materias administrativas federales, con las salvedades que han quedado precisadas, por lo que por lógica conoce, desde luego, de la materia de
propiedad intelectual en todas sus vertientes, dado que las resoluciones que al respecto se emiten son dictadas por una auto1
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ridad federal, que puede ser el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, el Instituto Nacional de Derechos de Autor o
el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas,
llamado SNICS por sus siglas en español1. Además de que a los
actos y procedimientos administrativos emanados de las referidas autoridades les son aplicables en forma directa y no supletoria las disposiciones de la LFPA a la que antes aludíamos, en
virtud de que la materia de propiedad industrial no está excluida del ámbito de aplicación de dicha ley, ya que no es materia
de competencia económica.
Aunado a lo anterior, es de estimarse que el TFJFA, con la
Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo (en
lo sucesivo LFPCA), vigente a partir de 2006, que le concede
una plena jurisdicción para ejecutar sus fallos, se ha convertido en un verdadero “Tribunal Federal de lo Contencioso Administrativo”. Sin embargo, esta nueva etapa del Tribunal, sin
la consecuente adecuación a su estructura organizacional, ha
conllevado a cargas excesivas de trabajo, que requerían de manera ingente ser atendidas para ser abatidas y así dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 17 de la Constitución de
los Estados Unidos Mexicanos, en cuanto alude a que la justicia debe de ser pronta y expedita.
Por ello, considerando lo dispuesto tanto por el artículo
14 como el 17 antes aludido de nuestra Constitución política2, que disponen que nadie podrá ser privado de la libertad o
de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el
que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento
y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho, y
que las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de
controversias, las actuales LFPCA, que es la que rige el procedimiento seguido ante el órgano jurisdiccional que represento, y la Ley Orgánica del TFJFA, han considerado varias soluciones posibles a implementar para abatir la referida carga de
trabajo y actualizar el procedimiento contencioso administrativo que allí se sigue.
Esas soluciones, entre otras, incluyen el implantar diversas medidas como son: la creación de salas especializadas, la
primera de ellas la Sala Especializada en Propiedad Intelectual3, para iniciar así un parte aguas en la justicia administrativa que se imparte en México; otra es el subsistema del juicio
Artículo 14, fracciones XI, XII y XIV, de Ley Orgánica del TFJFA, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de diciembre de 2007, con sus últimas reformas publicadas en el Diario Oficial
de la Federación de 12 de junio de 2009.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que reforma la del 5 de febrero de 1857, con sus últimas reformas publicadas en el Diario Oficial de la Federación de 12 de junio de 2009.
Artículo 23, del Reglamento Interior del TFJFA, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 13 de noviembre de 2009.
Artículos del 58 A, al 58 S, del capítulo X, de la LFPCA, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1º de diciembre de 2005, con las últimas reformas publicadas en el citado órgano
informativo de 28 de enero de 2011.
Artículos del 58 I, al 58 15, del capítulo XI, de la LFPCA, ob. cit.
Artículo 14 de la Ley Orgánica del TFJFA, ob. cit.
Artículos 1° y 50 de la LFPCA ob. cit.
Artículo 2° de la LFPCA op.cit.
Artículo 52, fracción V, inciso d), con relación al artículo 6° de la LFPCA ob. cit.
Artículo 14, último párrafo de la LFPCA ob. cit.
Artículo 14, fracción I, de la LFPCA ob. cit.
Artículos del 24 al 28 de la LFPCA ob. cit.
Artículo 52, fracción IV, de la LFPCA ob. cit.
Artículo 69 de la LFPCA ob. cit.
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en línea, con el cual el Tribunal ingresa a la era de la tecnología y del conocimiento, con la aplicación en todos sus aspectos
de las nuevas tecnologías a nuestro alcance, al preveer para el
mes de agosto de 2011 el trámite totalmente vía electrónica de
un juicio en línea, tal y como lo dispone el capítulo X, de la
LFPCA4, con el cual cualquier persona, en cualquier parte del
país o del mundo, podrá hacer valer sus derechos ante este Tribunal; además, un juicio sumarísimo, a fin de evitar procedimientos engorrosos y costosos para los justiciables5.
Así, el juicio contencioso administrativo que se sigue en el
TFJFA tiene las siguientes características:
• El juicio contencioso administrativo solo resulta procedente en contra de resoluciones definitivas, actos administrativos y procedimientos dictados por autoridades administrativas y contemplados por el artículo 14 de la Ley Orgánica
del TFJFA6;
• Justicia completa no obstante que la resolución impugnada
se refiera a un desechamiento del recurso administrativo,
si es que el desechamiento resultó ilegal7;
• La procedencia del juicio contencioso administrativo en
contra de actos administrativos, decretos o acuerdos de carácter general, distintos de los reglamentos8;
• La condena en costas en ciertos casos, así como el pago o
indemnización al particular por los daños y perjuicios causados cuando la autoridad demandada, estando en los casos previstos en la ley, no se allana a la demanda9;
• El expediente puede ser prueba en el juicio contencioso administrativo10;
• El particular tiene derecho a señalar domicilio para recibir notificaciones en cualquier parte del territorio nacional, salvo que tenga su domicilio en la sede de la Sala competente11;
• Las medidas cautelares y la suspensión del acto impugnado
ahora están reguladas con mayor detalle, incluso se prevé
la posibilidad de decretar medidas cautelares positivas, lo
cual va más allá de lo previsto incluso para el juicio de amparo12;
• Los poderes conferidos a las salas del conocimiento de reducir el importe de las liquidaciones y sanciones13;
• En algunos casos marcados por la LFPCA, próxima a publicarse, se pueden llevar a cabo juicios sumarísimos a fin de
proporcionar una verdadera justicia pronta y expedita;
• A partir del próximo mes de agosto se podrá interponer el
juicio contencioso administrativo vía electrónica y seguir
todo su procedimiento hasta su conclusión por la misma
vía;
• La próxima existencia de un boletín electrónico para efectos de la notificación de los actos emanados dentro del juicio14;
• La existencia de salas especializadas; la primera de ellas,
por su trascendencia en la vida nacional, la Sala especiali94 | GACETA JUDICIAL
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zada en propiedad intelectual, con competencia en todo el
territorio nacional.
En materia de propiedad intelectual cabe aclarar que antes de las reformas acaecidas en el mes de diciembre de 2000,
los órganos jurisdiccionales encargados de dirimir las controversias en materia de propiedad intelectual eran los juzgados
de distrito del Poder Judicial Federal, que solo tenían facultades para revisar la legalidad de la actuación de la autoridad
sin poder entrar al estudio del fondo del asunto ni definir
en forma completa la controversia en cuestión, como ahora
sí lo hace el órgano jurisdiccional en comento; sin embargo,
la idea de crear un tribunal que no solo conociera de decisiones de autoridades administrativas en las que se determinan
impuestos, sino también que conociera de cualquier acto de
una autoridad administrativa que tuviera el carácter de definitivo, hizo que esa materia también pasara al ámbito competencial del TFJFA.
La justicia en materia de propiedad intelectual primeramente se impartía por igual en todas las salas regionales que
conforman este órgano jurisdiccional; sin embargo, al ver la
importancia, el tecnicismo y las necesidades que de esos casos
se derivaban, y conscientes de la importancia que para la vida
cultural, económica, científica, tecnológica y por ende política tenía la propiedad intelectual en cualquier país que quisiera ser competitivo a nivel internacional, el pleno de la Sala Superior del dicho Tribunal decidió especializar aun más su ya
especializada competencia y crear una sala con alcance a todo
el territorio nacional, totalmente dedicada a la impartición de
justicia en materia de propiedad intelectual, con personal jurisdiccional totalmente especializado en la materia.
La creación de esta sala, además, sienta un nuevo sistema jurisdicional para la materia que hoy nos ocupa, al ser la primera de este tipo en toda América Latina, y porque no solo puede revisar la nulidad de cualquier acto de autoridad emitido en
dicha materia, sino que, al tener plena jurisdicción, cuenta con
facultades para ejecutar sus propios fallos con todos sus alcances, aun cuando se trate de cuestiones que versen sobre tratados o convenios internacionales. Las siguientes son las razones
consideradas para la creación de la sala especializada en materia de propiedad intelectual:
• Especialización de la materia. Como es bien conocido, esta se encuentra integrada por varios ordenamientos y organismos que la conocen, y es ampliamente regulada por convenios y tratados internacionales, lo que provoca que quien
realiza actividad jurisdiccional respecto de esta necesite conocer dichos instrumentos. Es por esto que se llegan a tener muchas circunstancias especiales que la hacen diferente de las demás materias del derecho administrativo.
• Homogeneización de criterios. Es importante señalar que,
en buena medida, la creación de la sala especializada tuvo
como razón de ser el evitar sentencias contradictorias. Ello
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así porque la naturaleza en ocasiones subjetiva o multifacética de los asuntos ventilados en materia de propiedad intelectual da lugar a la apreciación también subjetiva del juez
que conoce del asunto, lo que en ocasiones generó sentencias diferentes y hasta contradictorias para asuntos similares o derivados de una misma resolución; al ser una materia conocida por muchos y diferentes jueces, no se tenían
criterios uniformes para juzgar los asuntos ni un marco
global de referencia para su solución (ejemplo de ello pudiese ser la negativa para un registro marcario relacionado con una solicitud de caducidad o solicitud de nulidad
de la marca señalada como prioritaria por la autoridad registral).
• Mayor seguridad jurídica. Con la creación de una sala especializada en la materia, que al conocer de los asuntos sostenga criterios e interpretaciones similares respecto de las
leyes aplicables, se logra que los usuarios tengan una mayor
convicción sobre cuáles son las bases conforme a las cuales
se decidirán los asuntos conocidos por ella.
• Trascendencia de la materia para el desarrollo económico
del país. Si bien estamos conscientes de que el contenido de
la materia no es directamente económico, sus repercusiones en materia económica cultural, científica y tecnológica
sí son muy importantes para la economía de cualquier país,
ya que para la producción y desarrollo de cualquiera de estas ramas es necesario un correcto desarrollo de la propiedad intelectual.
Al aceptar el reto que significa formar parte de la Sala, adquirimos diversos compromisos, dentro de los cuales quisiera
destacar los siguientes:
• Dar certidumbre jurídica en materia de propiedad intelectual para contribuir a lograr un sano desenvolvimiento de
la industria, la tecnología, la ciencia y las artes de nuestro
país.
• Estar en constante capacitación y actualización, en general
de la evolución del sistema jurídico y en lo particular de los
temas novedosos que tengan que ver con la propiedad intelectual.
• Asegurar el pronunciamiento oportuno de las medidas
cautelares solicitadas, para que cumplan efectivamente con
el propósito de mantener la materia del juicio y lograr una
tutela jurisdiccional efectiva.
• Definir criterios y procedimientos uniformes para que exista certidumbre, congruencia y celeridad en el juicio contencioso administrativo.
• Satisfacer plenamente la pretensión de los particulares con
la emisión de sentencias que resuelvan el fondo del conflicto para evitar en lo posible los reenvios a la autoridad.
En suma, nuestro principal reto es actualizar la justicia administrativa y con ello prestar el servicio público de calidad
que se merece la sociedad de nuestro país.
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