18 DE MAYO – LUNES Séptima Semana de Pascua San Juan I

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18 DE MAYO – LUNES
Séptima Semana de Pascua
San Juan I, Papa y Mártir
Tupac Amaru II y compañeros
mártires
Testigos y testimonios de allá y de aquí
+ San Juan I Nació en Populonia (Italia) y fue elegido papa en el año 523.
Durante su pontificado, tuvo que cumplir la difícil misión de viajar a
Constantinopla, como enviado del emperador Teodorico. Este, ante los escasos
resultados de su misión (interceder por los godos orientales oprimidos), lo encarceló
en Ravena, donde murió en el año 526. Fue el primer papa que visitó
Constantinopla.
+ José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II: Fue un luchador por los
derechos de los indios de Perú y Bolivia. Se sublevó contra los malos tratos que
recibían los indígenas por parte de quienes se habían apropiado de las minas, de las
tierras, de las vidas. Se constituyó en autoridad de una vasta zona, hizo reparto
equitativo entre los indígenas y publicó un manifiesto al día siguiente donde aclaró
que su objetivo era “cortar el mal gobierno de tanto ladrón que nos roba la miel de tantos
nuestros panales”. Y decía “Campesinos, los patronos no comerán más de nuestra pobreza”. El 18
de mayo de 1781 fue decapitado después de haber presenciado el ahorcamiento de
su esposa y familiares, y haber sido atado a varios caballos que debían correr en
varias direcciones. Fue asesinado junto con otros compañeros, pero sembró el
anhelo de libertad, de justicia, de derechos… su memoria estimula al pueblo a seguir
luchando por su dignidad y libertad.
Antífona
(Hch 1,8)
Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis
testigos hasta los confines del mundo, aleluya
Oración colecta
Venga a nosotros, Señor, la fuerza del Espíritu Santo para que nos mantengamos
fieles a tu voluntad y para que podamos llevar una vida Santa. Por nuestro Señor
Jesucristo
Día litúrgico: lunes de la séptima semana de Pascua
Primera lectura
Hechos 19,1-8
¿Recibieron el Espíritu Santo al aceptar la fe?
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso.
Allí encontró unos discípulos y les preguntó: “¿Recibieron el Espíritu Santo al
aceptar la fe?” Contestaron: “Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo.”
Pablo les volvió a preguntar: “Entonces, ¿qué bautismo han recibido?”
Respondieron: “El bautismo de Juan.” Pablo les dijo: “El bautismo de Juan era
signo de conversión, y él decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después,
es decir, en Jesús.”
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús; cuando Pablo les
impuso las manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en
lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres. Pablo fue a la sinagoga y
durante tres meses habló en público del reino de Dios, tratando de persuadirlos.
Palabra de Dios
R/ Te alabamos Señor.
Salmo responsorial: 67
R/ Reyes de la tierra, canten a Dios.
+ Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, / huyen de su presencia los
que lo odian; / como el humo se disipa, se disipan ellos; / como se derrite la cera
ante el fuego, / así perecen los impíos ante Dios. R.
+ En cambio, los justos se alegran, / gozan en la presencia de Dios, /
rebosando de alegría. / Canten a Dios, toquen en su honor, / su nombre es el
Señor. R.
+ Padre de huérfanos, protector de viudas, / Dios vive en su santa morada. /
Dios prepara casa a los desvalidos, / libera a los cautivos y los enriquece. R.
EVANGELIO
Juan 16,29-33
Tened valor: yo he vencido al mundo
En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: “Ahora sí que hablas claro y
no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te
pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.” Les contestó Jesús: “¿Ahora
creen? Pues miren: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que se dispersen
cada cual por su lado y a mí me dejen solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo
el Padre. Les he hablado de esto, para que encuentren la paz en mí. En el mundo
tendrán que luchar; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.”
Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
Primera lectura: La Iglesia sigue avanzando con su mensaje evangelizador.
“Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso”. Éfeso
era una de las ciudades más importantes del Imperio romano, capital de la provincia
de Asia. Gozaba de cierta libertad por parte del imperio; tenía su propio senado y
asamblea y era gobernada por un procónsul. Era un centro comercial importante,
situado en la ruta principal entre Roma y el oriente. Tenía una importancia además
como centro religioso en el cual vivía un gran número de judíos.
Dice el texto que Pablo encuentra allí algunos “discípulos”, es decir que él no
fundó la iglesia de Éfeso pues otros ya habían evangelizado. Pablo llegó a completar
su proceso de formación en el camino de Jesús. Les faltaba un “pequeño detalle”
que a veces nos puede pasar a nosotros. No habían conocido a un personaje que a
veces entre nosotros también es el gran desconocido: el Espíritu Santo. “Ni siquiera
hemos oído hablar de un Espíritu Santo,” fue la respuesta de los Efesios, cuando
Pablo les preguntó. Próximos a celebrar la fiesta de Pentecostés ojalá generemos el
diálogo a cerca de este personaje algo desconocido entre nosotros. Ojalá
profundicemos un poco más en el estudio del Espíritu Santo y, sobre todo, en la
apertura a su acción para que Él nos acompañe siempre, nos ayude a vivir en
comunión como hermanos, en comunión con el Proyecto de Jesús y nos conduzca a
la verdad completa.
Evangelio: Jesús siempre ha hablado claramente. Lo que sucede es que a
veces consciente o intencionalmente cerramos nuestros oídos y nuestros ojos para
no escuchar ni ver las orientaciones de la Palabra de Dios. Quizá porque están más
abiertos a otras propuestas o porque estas propuestas, hacen tanto ruido, que no
dejan escuchar ni ver los signos del Reino. La fe de los discípulos y la de todos los
cristianos es todavía incipiente porque creemos saberlo y entenderlo todo, olvidando
que sin la fuerza del Espíritu Santo todos los intentos misioneros serán vanos. Una
fe con estas limitaciones fácilmente se acomoda o se atemoriza ante las exigencias y
desafíos de la misión. Las consecuencias son predecibles: dispersión y abandono. La
misión se queda sola. En estos momentos de crisis renace la esperanza al comprobar
que Dios no abandona a Jesús y que Jesús no abandona a sus discípulos y discípulas.
Con la convicción de que Jesús está siempre con nosotros, todas las dificultades
podrán ser asumidas con la seguridad que la justicia, la fraternidad y la paz
terminarán por establecerse en el mundo. Cabe preguntarnos, ¿con la manera de
vivir nuestro cristianismo estamos realmente venciendo el egoísmo y el mal en el
mundo? (evangelio: www.servicioskoinonia.org)
Oración sobre las ofrendas:
Que este sacrificio inmaculado nos purifique, Señor, y fortalezca nuestros corazones
con el poder divino de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de comunión
Señor muéstrate benigno con tu pueblo, al que has alimentado con los sacramentos
celestiales, y haz que del antiguo pecado pasemos a la vida nueva. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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