Banco de México Documentos de Investigación Banco de México Working Papers No. 2008-XX Consideraciones sobre el Mecanismo de Transmisión de la Política Monetaria en México José J. Sidaoui Banco de México Manuel Ramos Francia Mario Alejandro Gaytán González Banco de México Banco de México Julio 2008 La Serie de documentos de investigación del Banco de México divulga resultados preliminares de trabajos de investigación económica realizados en el Banco de México con la finalidad de propiciar el intercambio y debate de ideas. El contenido de los Documentos de Investigación, así como las conclusiones que de ellos se derivan, son responsabilidad exclusiva de los autores y no reflejan necesariamente las del Banco de México. The Working Papers series of Banco de México disseminates preliminary results of economic research conducted at Banco de México in order to promote the exchange and debate of ideas. The views and conclusions presented in the Working Papers are exclusively the responsibility of the authors and do not necessarily reflect those of Banco de México. Documento de Investigación 2008-XX Working Paper 2008-XX Consideraciones sobre el Mecanismo de Transmisión de la Política Monetaria en México * José J. Sidaoui† Banco de México Manuel Ramos Francia∮ Banco de México Mario Alejandro Gaytán González‡ Banco de México Resumen Durante la última década, el proceso inflacionario y el mecanismo de transmisión de la política monetaria en México han experimentado cambios importantes. La adopción de políticas macroeconómicas y reformas financieras conducentes a la estabilidad de precios ha contribuido a mejorar el funcionamiento de los sistemas nominal y real de la economía. En este contexto, el presente artículo analiza los cambios que han tenido lugar en el proceso inflacionario y en los canales de transmisión de la política monetaria. Después de una revisión de los trabajos de investigación recientes que se han realizado en el Banco de México y que documentan estos cambios, este artículo explora el funcionamiento de los canales de crédito y de expectativas en el mecanismo de transmisión de la política monetaria. El análisis se realiza utilizando vectores autorregresivos (VAR) y un modelo macroeconómico de pequeña escala. Palabras Clave: Política Monetaria, Mecanismo de Transmisión de la Política Monetaria Abstract During the last decade, the inflation process and the monetary transmission mechanism in Mexico have undergone important changes. The adoption of macroeconomic policies and financial reforms conducive to price stability has contributed to improve the functioning of the economy’s nominal and real systems. In this context, this paper analyses the changes that have taken place both in the inflation process and in the channels of monetary policy transmission. After revising recent research undertaken at Banco de Mexico that documents these changes, this paper explores the functioning of the credit and expectations channels of monetary transmission. The analysis is made using vector autoregressive (VAR) estimations and a small-scale macroeconomic model. Keywords: Monetary Policy, Monetary Transmission Mechanism JEL Classification: E52, E58, F33 * Las opiniones expresadas en este documento son responsabilidad de los autores y no necesariamente representan el punto de vista del Banco de México. Una versión en inglés de este documento se puede encontrar en BIS Papers, Núm. 25, pp. 363-394. † Subgubernatura. ∮ Dirección General de Investigación Económica. Email: mrfran@banxico.org.mx. ‡ Dirección General de Investigación Económica. Email: agaytan@banxico.org.mx. 2 I. Introducción Las acciones de política monetaria se transmiten a la economía a través de diferentes canales. Por ello, para la autoridad monetaria resulta fundamental conocer la importancia relativa de estos canales y el efecto rezagado con el que estas acciones afectan a las principales variables de la economía. El presente artículo proporciona una descripción de la transformación de la economía mexicana en años recientes y analiza sus implicaciones para el proceso inflacionario y el mecanismo de transmisión de la política monetaria. Para ello, en este documento, se realiza primero una breve revisión de las políticas macroeconómicas y de las reformas financieras implementadas en la última década que han contribuido a esta transformación. Posteriormente, se resumen los resultados principales de trabajos de investigación recientes realizados en Banco de México sobre la inflación y el mecanismo de transmisión monetaria. Finalmente, se presentan estimaciones para ilustrar la creciente importancia de los canales de crédito y de expectativas en la transmisión de la política monetaria, para lo cual se utiliza un modelo de vectores autorregresivos (VAR) y un modelo macroeconómico de pequeña escala. A lo largo de la última década, el proceso inflacionario y el mecanismo de transmisión de la política monetaria en México han experimentado cambios importantes. Dicha década estuvo marcada por la recuperación de la crisis financiera de 1995. A partir de la crisis, las políticas fiscal y monetaria se han orientado hacia el logro de la estabilidad macroeconómica como una condición necesaria para un crecimiento económico sostenido. La estabilidad macroeconómica, junto con reformas financieras y otras medidas adoptadas para mejorar el marco de regulación y supervisión del sistema financiero, han permitido la recuperación del crédito al sector privado y el desarrollo de mercados financieros profundos y líquidos. En lo que respecta al proceso inflacionario, a lo largo de la última década, se ha observado no sólo una reducción del nivel y de la volatilidad de la inflación, sino que también ha disminuido de forma importante su persistencia (Capistrán y Ramos-Francia (2006)). A este respecto, al considerar las características dinámicas de la serie de tiempo de la inflación, la evidencia sugiere que la inflación ha pasado de ser un proceso no estacionario, a uno estacionario (Chiquiar, Noriega y Ramos-Francia (2007)). Por otra parte, la adopción de políticas macroeconómicas conducentes a la estabilidad de precios (disciplina fiscal, régimen de tipo de cambio flexible, reformas al sector financiero, y la implementación de una política monetaria con un sesgo congruente con la estrategia para reducir la inflación a través de un esquema de objetivos de inflación) ha mejorado el funcionamiento de los sistemas nominal y real de la economía, y, por lo tanto, ha modificado el funcionamiento de los diversos canales de transmisión de la política monetaria (Gaytán y González-García (2006)). Con respecto al esquema de objetivos de inflación, existe evidencia empírica que sugiere que dicho esquema ofrece ventajas para anclar las expectativas de inflación (Capistrán y Ramos-Francia (2007)). El esquema de objetivos de inflación no sólo ha implicado un cambio en la respuesta de la política monetaria a los distintos choques que afectan a la 3 inflación sino que, en la medida en la que el funcionamiento del sistema nominal de la economía, y, por tanto, del sistema real, han mejorado substancialmente en años recientes, también ha contribuido a modificar la forma en como se transmite la postura de política monetaria a otras variables. En lo que se refiere al tipo de cambio, la adopción de un régimen de tipo de cambio flexible y la transición a un equilibrio con inflación baja y estable han contribuido a que haya disminuido considerablemente el contenido de información acerca de presiones inflacionarias que puede extraerse de cambios en dicha variable. Por una parte, la evidencia sugiere que los choques al tipo de cambio real ahora son absorbidos más por el tipo de cambio nominal y menos por la inflación doméstica (Gaytán y González-García, op cit). Por otra parte, en el presente artículo se presentan resultados que sugieren que, en años recientes, ha tenido lugar una reducción significativa en el traspaso del tipo de cambio a los precios y, en consecuencia, en la importancia relativa del canal del tipo de cambio. En este documento se exploran dos canales adicionales de transmisión monetaria: el canal de crédito y el canal de expectativas. Con respecto a los efectos de la política monetaria sobre el crédito, los resultados aún son mixtos. Por un lado, se presenta evidencia que sugiere que, en años recientes, el financiamiento de las empresas mediante la emisión de valores se ha vuelto más sensible a las fluctuaciones de la tasa de interés. Por otro lado, con respecto a la transmisión monetaria a través del crédito bancario, en los ejercicios estadísticos que se presentan los cambios en la tasa de interés no parecen tener los efectos esperados sobre el crédito bancario a los hogares. Entre las posibles explicaciones a este resultado se encuentran factores tanto de la demanda como de la oferta de crédito. Por el lado de la demanda, después de varios años de enfrentar importantes restricciones crediticias, los hogares en México han mantenido demandas de crédito para el gasto de consumo y la adquisición de vivienda elevadas, lo que, temporalmente, puede implicar una sensibilidad de la demanda a la tasa de interés relativamente baja. Por el lado de la oferta, a lo largo de la última década han tenido lugar cambios en el sistema financiero que complican la evaluación de los efectos recientes de la política monetaria sobre la oferta de crédito. Entre estos cambios se encuentran: una mejora significativa en la salud de las instituciones bancarias, mejoras en la información sobre los acreditados y en la capacidad para forzar el cumplimiento de los contratos, una mayor disponibilidad de recursos financieros, etc. No obstante, en la medida en que los hogares van alcanzando su nivel deseado de endeudamiento y los efectos de una sola vez de la mejora en las condiciones financieras se desvanecen, el canal tradicional de la tasa de interés (sustitución intertemporal del consumo) y el canal del crédito en el mecanismo de transmisión de política monetaria tienden a fortalecerse. Durante los últimos diez años, la política monetaria en México ha contribuido a inducir una reducción importante y rápida de la inflación. A este respecto, la mayor efectividad de la política monetaria para contrarrestar las presiones inflacionarias no puede ser explicada en su totalidad sin considerar el canal de expectativas. Ramos-Francia y Torres (2008) utilizan un modelo de la nueva curva de Phillips para analizar si en años recientes, conforme la economía ha convergido a un ambiente de inflación baja, ha tenido lugar un cambio en la importancia relativa de los componentes de “visión hacia delante” (forward-looking) y “visión hacia atrás” (backward-looking) de la inflación para explicar su dinámica de corto 4 plazo. En efecto, bajo los supuestos utilizados en dicho enfoque, la evidencia sugiere que ha disminuido la fracción de empresas que fijan sus precios de acuerdo con reglas simples basadas en la trayectoria pasada de las variables relevantes (backward-looking rule of thumb), y que el componente de “visión hacia delante” en el proceso de determinación de precios ha ganado importancia. En el presente documento se extiende el análisis sobre el cambio en la importancia relativa de estos dos componentes, utilizando un modelo macroeconómico de pequeña escala con expectativas racionales. Los resultados sugieren que en años recientes, las expectativas tienen un papel más importante en la respuesta de la economía ante distintos tipos de choques. Este cambio en la importancia de las expectativas de los agentes económicos ha contribuido a reducir la inflación. La estructura de este artículo es la siguiente: la sección II presenta una revisión de la política macroeconómica y de las reformas financieras a lo largo de la última década. La sección III explora de manera preliminar e intuitiva las consecuencias de dichas políticas sobre el funcionamiento de los distintos canales del mecanismo de transmisión de la política monetaria. La sección IV presenta evidencia sobre los cambios que han tenido lugar en el proceso inflacionario y en el mecanismo de transmisión de la política monetaria. Para ello, la subsección IV.1 resume la investigación reciente llevada a cabo en el Banco de México y presenta nuevas estimaciones en relación al funcionamiento de los canales del tipo de cambio nominal y del crédito. La subsección IV.2 presenta evidencia sobre los cambios en el canal de las expectativas en la transmisión de la política monetaria. Finalmente, la sección V presenta algunas consideraciones finales. II. Estabilización macroeconómica y reformas financieras II.1 Políticas fiscal y monetaria Al final de los años ochenta y principios de los años noventa, se llevaron a cabo esfuerzos de estabilización macroeconómica con el objeto de acabar con los problemas financieros recurrentes que la economía mexicana había experimentado desde la crisis de la deuda externa en 1982. Los elementos principales de este programa de estabilización fueron los siguientes: un ajuste fiscal, la renegociación de la deuda pública externa de México, negociaciones para limitar y coordinar los incrementos en precios y salarios, y el uso del tipo de cambio como el ancla nominal de la economía, a través de un régimen cambiario semi-fijo (zona cambiaria). En un inicio, este programa de estabilización tuvo algunos logros, permitiendo una reducción de la inflación anual de 159.2 por ciento en 1987, a 8.0 por ciento en 1993. La firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la liberalización de la cuenta de capitales, y algunos cambios en el sector financiero, tales como la privatización del sistema bancario, el abandono del esquema de encaje legal, de los requerimientos de reserva y de los techos a las tasas de interés, condujeron, en un contexto de alta liquidez en los mercados internacionales, a grandes flujos de entrada de capitales. Estos flujos de capital contribuyeron a una expansión importante del crédito, que se transformó en una 5 fuerte expansión del gasto y en un creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos.1 Sin embargo, la liberalización financiera no fue acompañada por una regulación y una supervisión prudencial eficiente del sistema bancario. La combinación de marcos de regulación y supervisión débiles y de abundante liquidez en el mercado generó un portafolio crediticio de dudosa calidad, así como la acumulación de descalces importantes en términos de moneda de denominación y de madurez de activos y pasivos en los balances de los bancos y de las empresas. Adicionalmente, en la medida en que diversos choques afectaron la economía y deterioraron la situación macroeconómica de México, el gobierno federal se vio forzado a modificar la composición de su deuda a obligaciones de corto plazo denominadas en dólares en un esfuerzo por aplazar el ajuste que, de otra manera, hubiese conducido a una devaluación del peso y, posiblemente, a una crisis financiera. Con la reversión repentina de los flujos de capital a finales de 1994, la defensa de la zona cambiaria llegó a ser insostenible. México se vio forzado a abandonar el esquema de tipo de cambio semi-fijo, generando un ajuste significativo de la paridad que propició un incremento en la inflación y en las tasas de interés. Por su parte, la actividad económica se redujo sustancialmente. Estos hechos, junto con los desequilibrios en los balances de los bancos comerciales y el perfil vulnerable de la deuda del gobierno federal, incrementaron la fragilidad del sistema financiero. Para evitar una corrida bancaria sistémica, el gobierno federal respaldó los depósitos bancarios. Para ello, se implementaron varios programas, entre los que destacan: (i) financiamiento en dólares a corto plazo a los bancos comerciales; (ii) programas de deuda subordinada para capitalizar a los bancos; (iii) descuentos en la tasa de interés para los deudores con préstamos al corriente en sus pagos; (iv) compras de préstamos bancarios a valor en libros si los bancos conseguían recursos adicionales para aumentar su capital; y, (v) intervención de los bancos insolventes. Con la finalidad de dar certidumbre sobre el compromiso del gobierno federal de cumplir con sus obligaciones de corto plazo denominadas en dólares, el gobierno negoció un paquete internacional de ayuda financiera por más de 50 mil millones de dólares. Adicionalmente, resultó necesario inducir, en el corto plazo, un ajuste macroeconómico ordenado congruente con la salida repentina de los flujos de capitales. Para ello, la política fiscal se orientó a incrementar el ahorro público a través de un incremento en los impuestos indirectos y en los precios y tarifas públicos, y de una contracción del gasto público (Ramos-Francia y Torres (2005)). En los años siguientes, la política fiscal se vio en la necesidad de generar márgenes adicionales para absorber el costo de los programas que fueron implementados para hacer frente a la crisis financiera y bancaria. Desde entonces, las finanzas públicas han mantenido balances cercanos al equilibrio. El déficit económico entre 1997 y 2007 representó en promedio, 0.63 por ciento del PIB (superávit de 0.05 por ciento en 2007), en comparación con un déficit promedio de 9.91 por ciento durante los años ochenta. Una definición más amplia del déficit fiscal, esto es, los Requerimientos 1/ El crédito vigente de la banca al sector privado no financiero registró niveles históricos por un total de 34 por ciento del PIB en diciembre de 1994. Para poder realizar comparaciones a lo largo del tiempo, en este documento se utiliza el PIB con base 1993 para calcular la razón de diferentes agregados macroeconómicos al producto. 6 Financieros del Sector Público (RFSP), que incluyen adicionalmente la intermediación financiera de la banca de desarrollo y el cambio en las obligaciones contingentes PIDIREGAS, IPAB, FARAC y los programas de apoyo a deudores- representó en promedio 3.0 por ciento del PIB en el periodo 1997-2007 y 1.3 por ciento en 2007.2 La disciplina fiscal ha permitido una reducción importante de la deuda pública en años recientes. Por ejemplo, mientras que en 1986 la Deuda Económica Amplia Neta del sector público alcanzó niveles cercanos al 90 por ciento del PIB, en diciembre de 2007 ésta constituyó sólo el 16.3 por ciento del producto.3 Por otra parte, el manejo de la deuda pública se ha orientado a cambiar la composición de la deuda hacia un perfil con menor vulnerabilidad. La estabilidad nominal, la integración con los mercados financieros internacionales, y la reducción de la percepción del mercado sobre el riesgo de inversión en México han hecho posible el desarrollo de mercados líquidos para los valores gubernamentales a distintos vencimientos.4 Estos factores han permitido que el gobierno federal dependa menos de los mercados de deuda externa y que se amplíe significativamente el plazo de vencimiento y la duración de su deuda, así como el financiamiento a través de valores de tasa de interés fija, reduciendo de esta manera la vulnerabilidad de las finanzas públicas a cambios en la tasa de interés y a las fluctuaciones del tipo de cambio. Con anterioridad a la crisis, en general, los regímenes cambiarios prevalecientes habían permitido que el tipo de cambio funcionara como ancla nominal de la economía. No obstante, con el abandono del tipo de cambio semi-fijo a finales de 1994, la política monetaria enfrentó la necesidad de convertirse en la nueva ancla nominal de la economía, 2/ 3/ 4/ En virtud de que estos componentes son garantizados por el gobierno federal, representan obligaciones contingentes del mismo. Los PIDIREGAS son proyectos de infraestructura de largo plazo asignados a terceros para que realicen la inversión a nombre de las entidades públicas, que a su vez pagan los proyectos terminados con los recursos generados por la misma infraestructura. El IPAB es el Instituto de Protección al Ahorro Bancario. La definición de RFSP incluye el servicio de las obligaciones netas del IPAB que fueron generadas durante la crisis bancaria de 1995. El FARAC incluye el servicio de las obligaciones netas del programa del rescate de carreteras privadas. Hasta el día de hoy, el fideicomiso no ha requerido subsidios fiscales. Los programas de apoyo a deudores son los requerimientos financieros que tiene que cubrir el gobierno federal por el costo asociado a los descuentos otorgados al pago de los créditos y por la reestructuración de la cartera crediticia en Udis que se realizó durante el periodo 19951996, con motivo de la crisis que afectó al sistema bancario en 1995. Estas cifras corresponden a la definición del Banco de México de Deuda Económica Amplia Neta (DEAN). La DEAN comprende los pasivos netos del gobierno federal y del sector paraestatal no financiero y los resultados de los intermediarios financieros oficiales (bancos de desarrollo y fideicomisos oficiales de fomento). Esta definición de deuda pública está disponible de 1980 a la fecha. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) publica una definición más amplia de deuda pública, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), disponible de 1990 a la fecha, que también incluye los pasivos contingentes (PIDIREGAS, IPAB, programas de apoyo a deudores, y FARAC). El SHRFSP se redujo de 45.7 por ciento del PIB en 1990 a 34 por ciento en 2007. Con anterioridad a 2000, el gobierno no tenía deuda de largo plazo a una tasa de interés nominal fija. A partir de dicho año, el gobierno ha emitido valores de mayor plazo y a tasa fija. Las primeras emisiones de los valores a tres y cinco años ocurrieron en enero y mayo de 2000; en julio de 2001, se emitieron valores a diez años; en octubre de 2003, se introdujeron los valores a 20 años; y, finalmente, en octubre de 2006 se emitieron bonos a 30 años por primera vez. 7 ello en un contexto de fragilidad financiera y de gran incertidumbre sobre la evolución de la inflación.5 En este contexto, en los años inmediatos posteriores a la crisis (1995 y principios de 1996), la política monetaria definió límites a la expansión del crédito interno neto, así como objetivos de acumulación de reservas internacionales. El propósito era doble: por un lado, enviar una señal de que el banco central no validaría ataques especulativos contra el peso y, por otro, permitir la remonetización de la economía, pero únicamente a través de sus cuentas con el exterior. El periodo comprendido entre la segunda mitad de 1996 y 1997, una vez superada la turbulencia inicial generada por la crisis, se caracterizó por la consolidación de los avances obtenidos en materia de contención de la inflación y por el establecimiento de mecanismos no discrecionales para la intervención en el mercado cambiario. Durante este periodo, la política monetaria utilizó el objetivo sobre el saldo acumulado de las cuentas corrientes de los bancos comerciales en el banco central como instrumento de política monetaria (conocido como “el corto”) con la finalidad de contener las presiones inflacionarias. Por otra parte, el Banco de México introdujo mecanismos transparentes y no discrecionales para su intervención en el mercado cambiario (Ramos-Francia y Torres (2005)). Con estos mecanismos se buscaba acumular reservas internacionales y evitar una volatilidad excesiva del tipo de cambio.6 El objetivo de estas reglas era establecer mecanismos no discrecionales para prevenir que las intervenciones en el mercado cambiario pudieran ser interpretadas como cambios en la postura de política monetaria. A partir de 1998, una vez que los retos más importantes de la crisis habían sido resueltos y que fue claro que no se incurriría en una situación de dominancia fiscal, la política monetaria comenzó a orientarse a buscar que la inflación convergiera hacia niveles reducidos. La estrategia general de la política monetaria se basó en tres elementos principales: i) mantener un sesgo en el instrumento de política monetaria (“corto”) congruente con el propósito de reducir la inflación de manera sostenible; ii) responder de forma adecuada a los choques inflacionarios; y, iii) mejorar la transparencia en la conducción de la política monetaria (Ramos-Francia y Torres (2005)). Adicionalmente, en 1998 la conducción de la política monetaria comenzó un proceso de convergencia gradual hacia un esquema de objetivos de inflación. En 1999, el Banco de México anunció por primera vez una meta de mediano plazo para la inflación: la convergencia, hacia finales de 2003, a los niveles de inflación de los principales socios comerciales de México. Durante 2000, se instrumentaron otras medidas: (i) se introdujo el indicador de inflación subyacente; (ii) se consolidó la estrategia de comunicación a través de la publicación de los Informes Trimestrales sobre la Inflación; y, (iii) se mencionó por primera vez una meta explícita de 3 por ciento para el cierre de 2003. Posteriormente, a principios de 2001, se adoptó formalmente el esquema de objetivos de 5/ 6/ El Banco de México obtuvo autonomía constitucional en diciembre de 1993. Entre agosto de 1996 y junio de 2001, la Comisión de Cambios implementó un mecanismo de intervención para la acumulación de reservas internacionales mediante subastas mensuales de opciones de venta de dólares al Banco de México. Asimismo, entre febrero de 1997 y julio de 2001, estuvo vigente un mecanismo para la subasta de dólares a los intermediarios financieros ante circunstancias de excesiva volatilidad en el mercado cambiario. 8 inflación mientras que en 2002, se definió una inflación anual de 3 por ciento como meta a partir de 2003, con un intervalo de variabilidad de más/menos un punto porcentual. Ramos-Francia y Torres (2005) documentan la respuesta de la política monetaria a los choques de demanda y de oferta tipo cost-push para el período 1998-2003. Los autores encuentran evidencia que sugiere que durante este periodo la respuesta de la política monetaria fue congruente con el esquema de objetivos de inflación, en la medida en que el Banco Central restringió su política en respuesta a presiones de demanda y, de igual manera, ante choques de oferta cuando las expectativas de inflación se vieron afectadas por éstos. Como resultado de las políticas macroeconómicas instrumentadas después de la crisis de 1995, se ha logrado un progreso significativo en el combate a la inflación. La inflación anual medida por el INPC disminuyó de 52 por ciento en 1995 a 3.76 por ciento en 2007.7,8 II.2 Políticas y reformas financieras Un sistema financiero sano es importante no sólo para fomentar la intermediación financiera, sino para mantener la eficacia y credibilidad de las políticas fiscal y monetaria. La crisis de 1995 reveló que el marco de regulación y supervisión de la banca comercial no era apropiado para asegurar la estabilidad del sistema financiero. En particular, este marco no propició un esquema de incentivos apropiado para el sano desarrollo del sistema financiero. El seguro de depósito implícito, los bajos estándares en cuanto a la obligación para divulgar información, una valuación inadecuada de riesgos, y requisitos de capital subestimados generaron incentivos perversos para la toma excesiva de riesgos. Entre las principales reformas financieras llevadas a cabo en los últimos años para fomentar el sano desarrollo de los mercados e intermediarios financieros, destacan: 7/ 8/ Hasta 2005, las condiciones globales habían sido favorables para las economías emergentes, contribuyendo con ello a la reducción en la inflación, a menores primas de riesgo y a una mejora en los términos de intercambio. En los países en vías de desarrollo, la inflación anual promedio disminuyó de 36.7 por ciento en los años ochenta a 6.4 por ciento en 2007 (WEO, FMI). En este sentido, los esfuerzos de estabilización en México y otros países se vieron claramente beneficiados por un ambiente benigno en la inflación global. Entre los factores microeconómicos subyacentes en este proceso, cabe resaltar los siguientes (Rogoff (2006)): (i) una mayor competencia en mercancías y servicios como resultado de un comercio creciente; (ii) un incremento en la fuerza laboral mundial como resultado de la mayor presencia de países como China e India, lo que ayudó a reducir los costos laborales y el precio de las mercancías y servicios intensivos en trabajo; y, (iii) el progreso tecnológico, que fomentó el crecimiento de la productividad en las economías desarrolladas. Si bien es cierto que este ambiente global benigno probablemente ayudó a la estabilización de la economía, políticas macroeconómicas sensatas fueron fundamentales para este resultado. Además, el ambiente de amplia liquidez y de apetito por riesgo en los mercados mundiales permitió una reducción de las primas de riesgo de los países emergentes a niveles históricamente bajos. Recientemente, los efectos benignos de la globalización sobre la inflación parecen, hasta cierto punto, haberse revertido. Si bien la competencia global en mercancías ha permitido mantener sus precios en niveles bajos, se han observado efectos nocivos de los altos precios de las materias primas en las inflaciones de los distintos países, en particular en lo referente a alimentos y energía. Adicionalmente, el episodio de los créditos hipotecarios de alto riesgo en EEUU ha revertido las condiciones favorables en los mercados de crédito. 9 (i) (ii) Con la adopción del régimen de tipo de cambio flexible se instrumentaron medidas inmediatas para desarrollar el mercado cambiario y con ello garantizar un funcionamiento eficiente del nuevo régimen. Con la finalidad de fomentar los incentivos correctos para las instituciones financieras, los deudores y los acreedores se han llevado a cabo, entre otras medidas, cambios en la regulación prudencial y la supervisión eficaz de los intermediarios financieros, entre los que destacan: (a) Para atenuar los problemas de riesgo moral, se establecieron límites a los seguros de depósito y a préstamos relacionados, y se adoptaron regulaciones más estrictas sobre requerimientos de capital. (b) Se adoptaron medidas para mejorar la información sobre los deudores (burós de crédito) e intermediarios financieros (obligaciones para divulgar información, estándares contables, etc.). (c) Se instrumentaron mejoras en los sistemas de evaluación del manejo de riesgos de las instituciones financieras (valor-en-riesgo, pruebas de estrés, etc.) y medidas para mejorar la supervisión financiera y aumentar la disciplina de mercado. (iii) (iv) (v) (vi) 9/ 10/ Se autorizó una nueva ley de quiebras. La crisis reveló que la ley existente no era eficiente en forzar el cumplimiento de los contratos, especialmente en una situación de riesgo sistémico, ya que implicaba disputas legales largas y costosas, creando incentivos para que los deudores no reconocieran sus compromisos. Se modificó la ley bancaria, eliminando las restricciones de propiedad extranjera, siempre que se cumplieran ciertos requisitos legales. Este cambio permitió una capitalización más rápida de los bancos. Se promovió el desarrollo de instrumentos financieros y de mercados de cobertura de riesgo. El Banco de México eliminó las restricciones legales que limitaban el uso de instrumentos derivados por los bancos comerciales, y publicó los lineamientos y estándares sobre un manejo prudencial del riesgo para los intermediarios financieros que operan en estos mercados. La reforma del sistema de pensiones (SAR) implicó un cambio de un sistema de beneficios definidos a uno de contribuciones definidas.9 Esta reforma ha mejorado la viabilidad de largo plazo del sistema de pensiones y ha sido de gran importancia para el desarrollo del sector financiero en México, ya que ha aumentado el ahorro financiero del sector privado a niveles históricos.10 El SAR se refiere al Sistema de Ahorro para el Retiro. La nueva ley del sistema de pensiones (Ley del SAR) fue decretada en 1996 y cubre solamente las pensiones de los empleados y trabajadores del sector privado. Los empleados y trabajadores del gobierno federal, estatal, municipal, y de empresas públicas no están sujetos a la nueva ley. En marzo de 2007, la ley del sistema de pensiones del gobierno federal (Ley del ISSSTE) fue modificada para cambiar de un esquema de beneficios definidos a uno de contribuciones definidas. A finales de 2007, los ahorros en el SAR constituyeron el 13.1 por ciento del PIB y el 35.8 por ciento del ahorro de los hogares. 10 III. Los canales de transmisión de la política monetaria El mecanismo de transmisión de la política monetaria puede ser definido, en términos generales, como la forma en la cual cambios inducidos por el banco central en las condiciones bajo las cuales satisface las necesidades de liquidez de la economía afectan, a través de diferentes canales, al resto de las variables económicas y, en particular, a la inflación. El funcionamiento de estos canales en distintos países puede diferir debido a diferencias en apertura comercial, desarrollo del sistema financiero, historia inflacionaria y/o restricciones que enfrenta la política monetaria, entre otros factores. Esta sección explora los efectos de las políticas macroeconómicas y de las reformas financieras llevadas a cabo en la última década para ofrecer un análisis intuitivo del funcionamiento y de los posibles cambios que han tenido lugar en los canales de transmisión monetaria. Un elemento crucial que ha contribuido a dichos cambios ha sido la reducción de la inflación y de la incertidumbre acerca de la misma. Una inflación baja y estable provee de certidumbre a los contratos financieros, reduce las primas de riesgo contenidas en las tasas de interés y permite realizar contratos de más largo plazo (Gráfica 1). Esto ha disminuido los costos de financiamiento para los sectores privado y público, permitiendo obtener crédito a plazos mayores y fomentando, en consecuencia, el desarrollo del sistema financiero interno. Por otra parte, la estabilización macroeconómica y las reformas financieras también han permitido un aumento continuo del ahorro financiero. Mientras que en los años ochenta el ahorro financiero en activos internos (M4) representó en promedio 26.5 por ciento del PIB, en 2007 éste representó alrededor del 55 por ciento (Gráfica 2). Al modificar las condiciones de provisión de liquidez, la política monetaria, en general, tiene un efecto sobre las tasas de interés de corto plazo. Sin embargo, el efecto sobre los precios tiene lugar a través de los efectos de la política monetaria sobre los determinantes de la oferta y demanda agregada, los cuales se ven afectados por distintas tasas de interés, tanto de corto plazo como de largo plazo. Por consiguiente, un aspecto que resulta clave en la transmisión de la política monetaria es el grado con el cual las tasas de interés de corto plazo afectan al resto de las tasas de interés. En una primera etapa, la transmisión de la tasa de interés de corto plazo al resto de la curva de rendimientos tiene lugar en los mercados financieros a través de las transacciones que realizan los inversionistas basadas en sus expectativas de los rendimientos de instrumentos financieros de distinto plazo. Por ello, el efecto de la política monetaria sobre la curva de rendimientos está influenciado de manera importante por la profundidad y la liquidez de los mercados financieros. Como resultado de la estabilización de la inflación y de la disciplina fiscal, en años recientes, el gobierno ha sido capaz de emitir valores de largo plazo a una tasa de interés nominal fija, incrementando con ello el vencimiento promedio y la duración de la deuda del gobierno. Mientras que en diciembre de 1994 el vencimiento promedio de la deuda de gobierno era de 230 días, en diciembre de 2007 éste ascendió a 2,004 días (Gráfica 3). Por 11 otra parte, los valores de gobierno de largo plazo también han servido como referencia para el desarrollo de instrumentos privados de largo plazo. Es importante señalar que la política monetaria afecta de forma diferenciada a las distintas tasas que componen la estructura intertemporal de tasas de interés. En la medida en que el compromiso de la autoridad monetaria con la estabilidad de precios es creíble, es decir cuando las expectativas de inflación están bien “ancladas”, un incremento en la tasa de interés de corto plazo inducido por una restricción en la postura de política monetaria, tiende a generar incrementos de menor magnitud, e incluso reducciones, en las tasas de interés de mayor plazo. Lo anterior da lugar a un “aplanamiento” en la curva de rendimientos. A este respecto, hay evidencia que sugiere que el efecto de la política monetaria sobre la estructura de plazos de las tasas de interés ha cambiado. En el pasado, un cambio inducido por la política monetaria en la tasa de interés de corto plazo parecía generar movimientos paralelos en la curva de rendimientos, posiblemente debido a problemas de extracción de señal o a la falta de credibilidad. De hecho, en un contexto de incertidumbre inflacionaria es más difícil diferenciar los movimientos en los costos de financiamiento de los ajustes en la prima de riesgo. No obstante, Cortés et al (2008) presenta evidencia que sugiere que, en los últimos años, la curva de rendimientos se aplana después de una restricción en la postura de política monetaria. III.1 El canal tradicional de la tasa de interés El canal tradicional de la tasa de interés funciona directamente a través de la demanda agregada. Un cambio inducido por la política monetaria en la tasa de interés de corto plazo se transmite a toda la curva de rendimientos y, en presencia de rigideces nominales, conduce a un cambio en las tasas de interés real. En consecuencia, el costo del crédito para las empresas cambia, afectando los planes de gasto en capital de trabajo e inversión y, con ello, a la demanda agregada. Por otra parte, un aumento en la tasa de interés real genera un cambio en el precio relativo entre consumo presente y futuro y, por lo tanto, una sustitución intertemporal del consumo que reduce la demanda agregada actual. Finalmente, la reducción en la demanda agregada da lugar a una menor inflación. Es importante mencionar que en economías con inflación alta y volátil, el nivel de la tasa de interés real es incierto, lo cual, entre otros factores, reduce la efectividad de este canal de transmisión. Por ello, es de esperar que la convergencia a una inflación baja y estable haya propiciado una mayor efectividad en el funcionamiento de este canal. No obstante, en los últimos años la demanda de los hogares por crédito en México ha mostrado poca sensibilidad a los movimientos de la tasa de interés. Una explicación de este hecho es el relajamiento de las restricciones crediticias que enfrentaron los hogares después de la crisis de 1995. 12 III.2 El canal de crédito Existen dos canales principales de transmisión de la política monetaria que dependen de fricciones en el mercado de crédito: el canal de crédito bancario o canal estrecho de crédito y el canal de hojas de balance o el canal amplio de crédito. El canal de crédito bancario funciona a través de los efectos de la política monetaria sobre la oferta de crédito bancario. Un aumento de la tasa de interés real puede generar que el conjunto de hogares y empresas dispuestas a demandar crédito sea más riesgoso. Ante este problema de selección adversa, es posible que los bancos moderen el otorgamiento de crédito. Así, una menor oferta de crédito bancario reduce el gasto (inversión, capital de trabajo y consumo) de los deudores dependientes del crédito bancario y, por ende, la demanda agregada. La importancia de este canal de transmisión monetaria es función del número de agentes que dependen del sistema bancario para obtener crédito y del efecto de la política monetaria sobre la oferta de préstamos bancarios. Así, en países sin fuentes de financiamiento alternativas al crédito bancario, es probable que este canal sea más importante. Por otra parte, los episodios de crisis bancarias que generan una reducción drástica en los fondos prestables de los bancos reducen la importancia del canal del crédito. Con respecto al canal de crédito ampliado o de hojas de balance, los efectos de la política monetaria se derivan de un mecanismo de propagación a través del balance financiero de las empresas. En presencia de información asimétrica, las empresas deben pagar una prima de riesgo para financiarse con recursos no propios (external finance) y dicha prima depende de la solidez de su balance. Una empresa con un valor neto (net worth) más favorable enfrenta un menor costo de financiamiento externo. La política monetaria puede afectar de forma diferenciada el balance de las empresas y, con ello, el costo al que pueden recibir financiamiento. Por ello, el canal de hoja de balance se ha denominado en la literatura como el acelerador financiero ya que puede amplificar el efecto inicial de la política monetaria (Bernanke et al. (1999)). En México, el deterioro que tuvo lugar en los mercados de crédito a raíz de la crisis financiera de 1995, implicó un severo endurecimiento de las restricciones crediticias para las empresas y los hogares. El crédito al sector privado no financiero (hogares y empresas) por parte de los bancos comerciales disminuyó de 39.5 por ciento del PIB en diciembre de 1994 a 7 por ciento en junio de 2002. Excluyendo la cartera vencida, estas cifras representaron el 35.9 por ciento y 6.1 por ciento del PIB, respectivamente.11 El endurecimiento en las restricciones crediticias disminuyó la efectividad de los canales tradicionales de tasa de interés y de crédito en el mecanismo de transmisión de la política monetaria. A partir de 2002 se inicia una clara recuperación del crédito bancario al sector privado no financiero. En particular, el crédito a los hogares presentó una tasa de crecimiento real promedio anual de 29.8 por ciento durante 2002-2007 (aunque partiendo de una base 11/ Estas cifras excluyen el portafolio de crédito comprado por el Fobaproa a los bancos comerciales (el Fobaproa era la institución mexicana de seguro de depósitos, función que actualmente desempeña el IPAB). 13 relativamente baja). La estabilidad macroeconómica y la recuperación de la salud financiera de los bancos contribuyeron, entre otras cosas, a la recuperación del crédito bancario al sector privado. Por consiguiente, se espera que este canal continúe cobrando mayor importancia en el futuro. Adicionalmente, se han observado dos procesos que podrían fortalecer este canal de transmisión monetaria: i) la reducción del financiamiento bancario al sector público ha liberado recursos del sistema bancario, los cuales han sido utilizados en parte para otorgar crédito a los hogares y, de manera más reciente, a las empresas pequeñas y medianas (Gráfica 4);12 y (ii) el desarrollo de los mercados financieros ha permitido que las grandes empresas puedan obtener financiamiento de mediano y largo plazo a través de emisión interna de valores. Ambos procesos permiten una reasignación de recursos financieros que propicia el relajamiento de las restricciones crediticias que enfrentan los hogares y las empresas medianas y pequeñas. Dado que estos sectores son tradicionalmente los deudores que dependen del sistema bancario para conseguir financiamiento, el canal de crédito bancario tendería a fortalecerse. Por otra parte, el desarrollo de los mercados privados de valores podría fortalecer, en el mediano plazo, los canales de hoja de balance y de precios de activos en el mecanismo de transmisión de la política monetaria. Los bajos niveles de endeudamiento de los hogares y el mayor acceso al crédito ayudan a explicar por qué, en años recientes, su demanda por crédito ha exhibido una baja elasticidad a la tasa de interés. Por ejemplo, durante 2004 la tasa de interés de corto plazo presentó incrementos de poco más de 400 puntos base y, a pesar de ello, el crédito al consumo continuó creciendo vigorosamente. Por el lado de la oferta, la recuperación de la salud del sistema bancario, la mejoría en la información crediticia y en el cumplimiento de los contratos, la creciente importancia de los intermediarios financieros no bancarios, los menores requerimientos financieros del sector público y el desarrollo de los mercados financieros han incrementado los recursos disponibles para el financiamiento al sector privado. Estos procesos pueden modificar de forma temporal la respuesta de la oferta y la demanda de crédito a cambios en la tasa de interés, dificultando la identificación del canal de crédito de la política monetaria. No obstante, en la medida en que los hogares se acerquen a su nivel deseado de endeudamiento y los efectos de una sola vez en la mejoría de las condiciones financieras que enfrentan se diluyan, el canal tradicional de tasas de interés (sustitución intertemporal del consumo) y el canal de crédito en el mecanismo de transmisión de la política monetaria tenderán a fortalecerse. 12/ La reducción del financiamiento bancario al sector público es reflejo de un déficit más pequeño del sector público y de la reducción en el acervo de obligaciones contingentes del sector público (principalmente del IPAB y los asociados a los programas de reestructuración de deuda) con los bancos comerciales. 14 Gráfica 1 Gráfica 2 Inflación y diferencial de tasas de CETES y bonos del Tesoro de EUA a 3 meses Inflación y M4 como porcentaje del PIB P unto s base % 60 8,000 Inflació n % 7,000 Diferencial 1 50 60 M4/PIB 6,000 40 % PIB Inflación 60 50 55 40 50 30 45 20 40 10 35 5,000 30 4,000 3,000 20 2,000 10 1,000 0 0 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 30 0 1990 1 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 Tasa de interés nacional (CETES) menos tasa de interés externa (bonos del Tesoro a 3 meses). Gráfica 3 Gráfica 4 Plazo promedio ponderado y duración de la deuda en valores públicos Crédito de la banca comercial. Tasa de crecimiento anual Día 2,500 s A ño s 80 4.0 P lazo P ro medio P o nderado Duració n % Ho gares 3.5 60 Empresas 3.0 40 Secto r público 1 2,000 2.5 1,500 20 2.0 0 1,000 1.5 -20 1.0 500 0 1994 1996 1998 2000 2002 2004 0.5 -40 0.0 -60 2006 1996 1 1998 2000 2002 2004 2006 Incluye gobierno federal, estados y municipios, IPAB, FARAC, PIDIREGAS, y programas de apoyo a deudores. III.3 El canal del tipo de cambio El canal de transmisión monetaria del tipo de cambio trabaja a través de su efecto sobre los precios de bienes importados y de su impacto sobre la demanda agregada vía exportaciones netas. Un aumento en las tasas de interés, inducido por la política monetaria, hace más atractivos los instrumentos financieros de los mercados internos en relación con los activos financieros de los mercados externos, el equilibrio en el mercado cambiario lleva a una depreciación gradual para restablecer la condición de no arbitraje. Para que esta depreciación sea posible, es necesaria una apreciación inicial del tipo de cambio que, 15 cuando los precios internos se ajustan lentamente, propicia que los bienes internos se encarezcan temporalmente con respecto a los bienes producidos en el extranjero. Así, el incremento en las tasas de interés lleva a una reducción temporal en las exportaciones netas y, con ello, a una disminución en la demanda agregada y a una menor inflación. Asimismo, una apreciación del tipo de cambio significa una disminución en el costo de los insumos importados, que se traduce en menores costos para las empresas y permite una expansión de la oferta agregada que también contribuye a una menor inflación. Otro mecanismo por el cual los movimientos en el tipo de cambio son transmitidos a la inflación trabaja directamente a través de su efecto sobre las expectativas de inflación. En particular, en algunos países en desarrollo una historia de inflación alta y volátil y de programas de estabilización basados en el tipo de cambio poco exitosos condujeron a una fuerte indexación de las expectativas de inflación al tipo de cambio. A este respecto, es importante señalar que el traspaso de la inflación externa a la inflación interna consta de dos componentes: el traspaso del tipo de cambio nominal (pass-through) y el de los precios externos. En México, hasta hace unos años, existía un elevado traspaso del tipo de cambio nominal a los precios en virtud de que las variaciones en el primero eran percibidas, en general, como permanentes, por lo que las variaciones cambiarias constituían una señal importante para la formación de expectativas de inflación. Por ello, el traspaso estimado del tipo de cambio nominal a los precios era considerablemente alto. Por ejemplo, Garcés (1999) estima que después de 12 meses, el 80 por ciento de una depreciación nominal se transmitía a los precios. No obstante, en años recientes, el régimen de tipo de cambio flexible prevaleciente y la transición a un equilibrio con inflación baja y estable han contribuido a que los movimientos de corto plazo del tipo de cambio nominal contengan menos información acerca del proceso de determinación de precios, reduciendo la importancia del tipo de cambio en la formación de expectativas de inflación y en el proceso de formación de precios de los agentes. En contraparte, la importancia relativa de los precios externos como determinantes de las presiones inflacionarias se ha visto incrementada. III.4 El canal de los precios de otros activos La política monetaria, al afectar las condiciones financieras de la economía y las expectativas de los agentes económicos puede tener un efecto sobre el precio de otros activos, como son los valores privados y gubernamentales, las acciones y los activos inmobiliarios. Cambios en los precios de estos activos pueden generar, a su vez, efectos riqueza y de hojas de balance en los hogares y las empresas y con ello afectar las decisiones de gasto en la economía. En economías desarrolladas que tienen acceso a un conjunto amplio de activos financieros e inmobiliarios y donde estos activos pueden ser utilizados como respaldo para el gasto en consumo, reducciones en los precios de activos generadas por un aumento en la tasa de interés, pueden propiciar una reducción en el gasto de los hogares. 16 Para las empresas, la q de Tobin mide el cociente del valor de la empresa con respecto al costo de reemplazo de su capital físico, por ello, mientras menor sea la q de Tobin, mayor será el costo de financiamiento de la empresa. Una reducción en el precio de sus acciones, generado por un aumento en las tasas de interés, hace que la inversión sea más costosa. A nivel agregado, una reducción en los precios de las acciones reduce la inversión, la demanda agregada y la producción.13 No obstante, en economías en las que el nivel de desarrollo de los mercados financieros no permite utilizar la riqueza hipotecaria para financiar el gasto de consumo, o donde la participación de las empresas en el mercado de capitales es reducida, la importancia de este canal en el mecanismo de transmisión de la política monetaria es limitada.14 III.5 El canal de expectativas En años recientes ha habido un reconocimiento cada vez mayor de la importancia que tienen las expectativas de los agentes respecto a la postura de política monetaria en el futuro en la efectividad de la política monetaria para estabilizar la inflación alrededor de su meta. Lo anterior obedece a que los cambios de precios y la renegociación de los contratos implican costos, por lo que en la determinación de sus precios y salarios los agentes económicos buscan incorporar toda la información disponible respecto del futuro, es decir, muestran un comportamiento con visión hacia delante (forward-looking). Las decisiones de política monetaria tienen efectos sobre las expectativas de los agentes económicos acerca de la evolución futura de la economía, en particular sobre la trayectoria futura de la inflación. Con base en dichas expectativas, las empresas y los hogares toman decisiones de consumo, ahorro, inversión y trabajo, las cuales afectan la determinación de precios y salarios. Cuando el compromiso de la política monetaria para reducir la inflación es creíble, su eficacia se fortalece con la posibilidad de afectar, hasta cierto punto, las expectativas de inflación. Así, cuando existe credibilidad en este compromiso, ante un choque que estimula la demanda (por ejemplo, un incremento temporal en el gasto público) los agentes 13/ 14/ Una discusión reciente relacionada con el canal de precios de activos es si la política monetaria debe responder a los movimientos en precios de activos. Bernanke y Gertler (2001) argumentan que la política monetaria debería ignorar los movimientos en precios de activos excepto en la medida que éstos afecten las expectativas de inflación dentro del horizonte relevante para la meta de inflación. Una visión opuesta es provista por Cecchetti et al. (2003), quienes afirman que los bancos centrales deberían responder de manera preventiva a los desequilibrios en los precios de activos. Bean (2003) toma una posición intermedia entre ambas opiniones, y argumenta que las implicaciones macroeconómicas de los movimientos en precios de activos y/o de los desequilibrios financieros se pueden incorporar adecuadamente dentro de una conceptualización apropiadamente flexible y de visión futura del esquema de objetivos de inflación. De esta forma, la política monetaria debe considerar las fluctuaciones en precios de activos en la medida en que éstas proporcionen información sobre los choques que afectan la economía o tengan implicaciones para la inflación y la producción en el mediano plazo, más allá del horizonte típico de objetivos de inflación. En 2007, la capitalización del mercado accionario representó 44.5 por ciento del PIB, mientras que en Chile y Brasil dicha capitalización representó 124 y 97 por ciento del PIB, respectivamente. 17 anticiparían que el banco central contrarrestaría el efecto de ese choque a través de condiciones monetarias más restrictivas. Dicha percepción de los agentes “ancla” las expectativas de inflación de mediano y largo plazo y, en consecuencia, el riesgo de que las negociaciones salariales y el proceso de determinación de precios se vean contaminados se reduce. Por otra parte, ante un choque de oferta que incrementa los costos de producción de las empresas, se esperaría que la política monetaria tome las acciones necesarias para que las expectativas de inflación de mediano y largo plazo no se vean contaminadas, para evitar así, efectos de segunda ronda sobre los precios y, consecuentemente, sobre la inflación. En este caso, si las empresas y los hogares anticipan este tipo de reacción por parte de la autoridad monetaria, en general, el banco central tendría mayor flexibilidad para acomodar el impacto inicial del choque sobre la inflación, sin que ello comprometa el “anclaje” de las expectativas de inflación de mediano y largo plazo. En el caso de México, el compromiso de la política monetaria para reducir la inflación ha ganado credibilidad gracias al sesgo restrictivo en la política monetaria y a una respuesta adecuada a los choques inflacionarios (Ramos-Francia y Torres (2005)). Los beneficios de esta credibilidad se han visto reflejados en un “anclaje” de las expectativas de inflación de mediano y largo plazo que, a su vez, ha propiciado que la importancia relativa del canal de expectativas en el mecanismo de transmisión de la política monetaria en México se haya incrementado. IV. Inflación y el mecanismo de transmisión de la política monetaria en México Las políticas de estabilización y las reformas financieras emprendidas en México han incrementado la flexibilidad de la economía para ajustarse ante distintos choques. La estabilidad macroeconómica y un sistema financiero más eficiente han inducido cambios en las decisiones económicas fundamentales de los agentes respecto a su gasto, ahorro, trabajo, producción, y determinación de precios. En este sentido, es probable que los factores que determinan el funcionamiento del sistema nominal de la economía, y, por lo tanto, del mecanismo de transmisión de la política monetaria, hayan cambiado junto con las reformas implementadas y los cambios en la política económica. La investigación empírica sobre el mecanismo de transmisión monetaria en México se ha visto limitada, en parte, por el contexto en el cual la política monetaria tuvo que funcionar y por la recurrencia de problemas financieros en la economía en el pasado reciente. Durante los años setenta y ochenta, la política monetaria enfrentó límites severos como resultado de la existencia de dominancia fiscal, represión financiera, y los regímenes cambiarios rígidos que prevalecieron. Del Negro y Obiols-Homs (2001) estudiaron el período 1975-1997 y no encontraron un efecto significativo de la política monetaria sobre los precios o la producción, mientras que los choques externos fueron los principales determinantes de estas variables. 18 Después de varios años de condiciones macroeconómicas estables y de mercados financieros más funcionales y eficientes, las posibilidades de análisis han mejorado notablemente con respecto a hace una década. Por ejemplo, en Gil (1998), la proximidad de la crisis de 1995 limitó la exploración cuantitativa del mecanismo de transmisión de la política monetaria. El análisis en dicho trabajo se concentró, principalmente, en explicar el instrumento de la política monetaria conocido como el “corto”.15 En esta sección se presenta evidencia que sugiere que el proceso inflacionario y el mecanismo de transmisión de la política monetaria en México han cambiado. Primero, se muestra evidencia estadística de estos cambios. Para ello, se resume la investigación reciente que ha tenido lugar en el Banco de México relacionada con el estudio de las propiedades estadísticas de ciertas variables en lo individual (inflación y expectativas de inflación) y de la identificación de los cambios en el mecanismo de transmisión monetaria. Estos resultados se complementan con una exploración estadística sobre el traspaso del tipo de cambio a los precios y sobre el canal del crédito en la transmisión monetaria usando la metodología de vectores autorregresivos (VAR). Finalmente, utilizando un modelo macroeconómico de pequeña escala, se presenta evidencia del cambio en el canal de expectativas del mecanismo de transmisión de la política monetaria. IV.1 Evidencia estadística Esta subsección resume parte de la investigación llevada a cabo en el Banco de México en años recientes con respecto a los cambios en el funcionamiento del sistema nominal de la economía, y presenta resultados adicionales con respecto al funcionamiento de algunos de los canales de transmisión monetaria. IV.1.1 La dinámica de la inflación La dinámica de la inflación en México ha cambiado de manera significativa. La investigación realizada en el Banco de México sugiere que, en años recientes, no sólo se han reducido la media y la varianza de la inflación, sino que ésta exhibe una menor persistencia. Capistrán y Ramos-Francia (2006) muestran que estos resultados no son exclusivos de México. Estos autores evalúan el proceso estocástico de la inflación para un grupo de diez países latinoamericanos. De este grupo, cinco países han adoptado esquemas de objetivos de inflación (Brasil, Chile, Colombia, México y Perú), mientras que los otros cinco (Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela) no han adoptado este esquema de política monetaria. En este trabajo, la persistencia de la inflación es medida por un escalar "α", que representa la suma de los coeficientes autorregresivos de un modelo autorregresivo 15/ Posteriormente, Baqueiro y Sánchez (2001) presentan evidencia sobre el funcionamiento del canal de crédito en México. En particular, muestran que un aumento en la tasa de interés real de corto plazo está asociado con un aumento en el diferencial entre las tasas de préstamo y depósito, y que el cambio en este diferencial tiene un efecto sobre la brecha de producto. Adicionalmente, los autores exploran el efecto de la tasa de interés sobre el crédito otorgado por los proveedores usando datos a nivel de empresa y encuentran que los aumentos en la tasa de interés están asociados con una reducción importante en este tipo de financiamiento. 19 de orden 12 (AR(12)) para la inflación del respectivo índice de precios al consumidor. El Cuadro 1 presenta las estimaciones de esta medida de persistencia para los países considerados utilizando dos muestras: la primera incluye el período de enero de 1990 a diciembre de 1999 y la segunda de enero de 2000 a junio de 2006. Los resultados muestran que la persistencia reciente de la inflación es relativamente baja (tomando como referencia los estándares históricos) en al menos seis de los diez países analizados. Ello contrasta con la percepción común de que una elevada persistencia inflacionaria es parte estructural de estas economías y favorece la visión alternativa de que cambios en el régimen de política monetaria pueden afectar esta persistencia. Por ejemplo, con excepción de Colombia, la persistencia de la inflación parece haber disminuido o permanecido relativamente baja en todos los países con esquemas de objetivos de inflación, mientras que sólo en aquellos países que no implementaron este esquema ésta parece haber aumentado. En el caso de México la reducción en la persistencia de inflación parece ser significativa, ya que la estimación (puntual) de la persistencia disminuyó de 0.95 durante los años noventa a 0.30 después de 2000. Cuadro 1 Persistencia de la inflación en Latinoamérica País Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador México Perú Uruguay Venezuela α 0.72 0.29 0.83 -0.21 0.62 1.00 0.95 0.25 0.22 0.79 1990:01 – 1999:12 Intervalo de confianza 90% Inferior Superior 0.61 0.71 0.66 -0.57 0.52 0.90 0.88 0.01 0.02 0.72 0.83 0.45 0.95 0.58 0.77 1.11 1.02 0.69 0.55 0.93 α 0.75 0.82 -0.06 0.18 0.67 0.59 0.31 0.28 0.85 0.96 2000:01 – 2006:06 Intervalo de confianza 90% Inferior Superior 0.60 0.66 -0.52 0.01 0.57 0.38 0.17 0.12 0.67 0.83 0.83 0.87 0.81 0.42 0.89 0.72 0.54 0.50 0.97 1.13 Fuente: Capistrán y Ramos-Francia (2006). Otro aspecto importante relacionado con la persistencia de la inflación consiste en determinar si la serie de inflación puede representarse en términos de un proceso estacionario alrededor de una media constante o de una tendencia o si, por el contrario, representa un proceso no estacionario que sigue una tendencia estocástica. Esta pregunta es particularmente relevante para un país que ha adoptado un esquema de objetivos de inflación, debido a que, bajo dicho esquema, el objetivo principal de un banco central consiste en alcanzar una tasa de inflación que sea estacionaria alrededor de la meta. Chiquiar, Noriega, y Ramos-Francia (op cit) estudian el cambio en persistencia del proceso inflacionario en México y encuentran evidencia que sugiere que a partir de finales de 2000 la inflación, medida por el INPC, se puede caracterizar como un proceso estacionario alrededor de una tendencia decreciente, mientras que con anterioridad a esta fecha, dicho proceso parecía ser no estacionario. IV.1.2 Cambios estructurales en el mecanismo de transmisión de la política monetaria 20 El cambio en la dinámica de la inflación antes descrito da lugar a preguntas adicionales sobre si han existido cambios en la respuesta de la política monetaria y en el funcionamiento general del mecanismo de transmisión de la política monetaria en los últimos años. Una metodología apropiada para realizar una exploración de estos temas es el vector autorregresivo con cambios de régimen de Markov (MS-VAR). El MS-VAR permite identificar distintos regímenes (cambios estructurales) que han prevalecido en el tiempo. La identificación de estos regímenes se ve afectada por tres criterios: el nivel de las variables, su volatilidad, y la relación dinámica entre ellas capturada por el modelo utilizado para describir el mecanismo de transmisión de la política monetaria. Es importante señalar que si un cambio en la regla de política da lugar a un cambio significativo en los criterios mencionados, éste será identificado como un cambio de régimen. En este sentido, las estimaciones que provienen de esta metodología pueden estar sujetas en menor grado a la crítica de Lucas que el caso de un VAR tradicional. Gaytán y González-García (op cit) estudian el mecanismo de transmisión de la política monetaria en México usando un modelo MS-VAR, y presentan evidencia que sugiere un cambio estructural importante en dicho mecanismo alrededor de principios de 2001. Su modelo incluye el tipo de cambio real, una medida de actividad económica (la brecha del producto), la inflación subyacente, las expectativas de inflación y la tasa de interés. Adicionalmente, incluye algunas variables exógenas para controlar por ciertos eventos externos: la tasa de fondos federales de EEUU, la tasa de crecimiento del sector manufacturero en EEUU, la inflación en mercancías de EEUU –para controlar por el proceso de desinflación mundial- indicadores del cambio en los precios internacionales del petróleo y de las materias primas.16 El régimen que prevalece en cada punto en el tiempo está dado por las probabilidades que la estimación le asigna a cada uno de los distintos regímenes. La Gráfica 5 muestra que esta metodología es capaz de identificar cambios de régimen en el período de estimación (septiembre de 1993 a febrero de 2005).17 Aunque los regímenes estimados aplican para el sistema en su totalidad, resulta ilustrativo considerar la inflación subyacente a la luz de los distintos regímenes identificados.18 El régimen 3, en general, incluye episodios de inestabilidad financiera, el periodo que siguió a la crisis de 1995 y el período de turbulencia financiera internacional observada en la segunda mitad de 1998. Así, este régimen está asociado a condiciones macroeconómicas muy volátiles. El régimen 2 prevaleció desde el periodo posterior a la inestabilidad asociada a la crisis de 1995 y hasta finales del año 2000 (con excepción del período de turbulencia financiera internacional de 1998). Bajo este régimen, tanto el nivel como la volatilidad de la inflación son intermedios y se observa un proceso de desinflación. Finalmente, a partir de principios 16/ 17/ 18/ El conjunto de variables incluidas es consistente con una clase amplia de modelos de economías pequeñas y abiertas (Galí y Monacelli (2002) y Svensson (2000)), los cuales incluyen una condición de paridad descubierta de tasas de interés, una ecuación de demanda agregada (IS), una curva de Phillips, y una función de reacción de la política del banco central. Los regímenes identificados en este artículo son robustos al uso de una muestra más reciente. La inflación se define en términos de la inflación subyacente mensual ajustada por estacionalidad. 21 de 2001 ha prevalecido el régimen 1. En términos del proceso inflacionario, este último régimen se caracteriza por una inflación baja, estable y menos persistente. Como puede notarse, el cambio al régimen estable en la estimación del mecanismo de transmisión monetaria coincide con el cambio en la persistencia inflacionaria reportada en Chiquiar, Noriega y Ramos Francia (op cit).19 Gráfica 5 Modelo MS-VAR: Probabilidades de regímenes e inflación subyacente 1.0 8.0 0.9 7.0 0.8 6.0 5.0 0.6 0.5 4.0 0.4 3.0 Porcentaje mensual Probabilidad 0.7 0.3 2.0 0.2 1.0 0.1 0.0 Sep-93 Ene-94 May-94 Sep-94 Ene-95 May-95 Sep-95 Ene-96 May-96 Sep-96 Ene-97 May-97 Sep-97 Ene-98 May-98 Sep-98 Ene-99 May-99 Sep-99 Ene-00 May-00 Sep-00 Ene-01 May-01 Sep-01 Ene-02 May-02 Sep-02 Ene-03 May-03 Sep-03 Ene-04 May-04 Sep-04 Ene-05 0.0 Régimen 1 Régimen 3 Régimen 2 Inflación subyacente Fuente: Gaytán y González-García (op cit). El análisis de las implicaciones de los cambios de régimen en el mecanismo de transmisión de la política monetaria se realiza a través de un análisis impulso-respuesta a distintos choques utilizando el MS-VAR estimado. Debido a que el régimen 3 es muy inestable, sólo se compararon los resultados de los regímenes 1 y 2, lo cual corresponde, en términos generales, a comparar a lo largo de la última década en el mecanismo de transmisión antes y después del año 2001. Después de 2001, la respuesta de todas las variables a choques al tipo de cambio real parece haberse reducido de forma importante. En particular, destacan la menor respuesta de la inflación y de las expectativas de inflación a estos choques. La Gráfica 6a muestra la 19/ Es importante aclarar que, a pesar de que la fecha de este cambio también coincide con la adopción formal del esquema de objetivos de inflación, esto no significa que la adopción de este régimen de política haya generado el cambio de régimen mencionado. Al momento de la adopción formal del esquema de objetivos de inflación, las políticas macroeconómicas y las reformas financieras implementadas en los años anteriores habían consolidado la estabilidad macroeconómica y contribuido a cambiar la dinámica del proceso inflacionario y del mecanismo de transmisión de la política monetaria. 22 respuesta de la inflación ante una depreciación de 1 por ciento en el tipo de cambio real: después de 2001, la inflación responde menos a una depreciación real en comparación con el período anterior. Este resultado sugiere que una mayor proporción de los choques al tipo de cambio real ha sido acomodada a través de cambios en el tipo de cambio nominal en lugar de cambios en los diferenciales de inflación, lo cual sugiere un mecanismo de ajuste menos costoso ante choques reales. La respuesta de las expectativas de inflación a los choques al tipo de cambio real también ha disminuido (Gráfica 6b). A medida que el tipo de cambio nominal se convierte en una variable que absorbe los choques, una depreciación real ahora se percibe más como un cambio en precios relativos y menos como una señal de movimientos en el nivel general de precios. En esta situación, donde los choques al tipo de cambio real generan menos presiones inflacionarias y no contaminan las expectativas de inflación, se esperaría una menor reacción de la política monetaria a estos choques.20 La Gráfica 6c sugiere que en efecto, la respuesta de la tasa de interés a este tipo de choque también se ha reducido. Por otra parte, las desviaciones de la producción con respecto a su nivel potencial requieren de una respuesta en la tasa de interés para que no se presenten desviaciones de la inflación con respecto a su meta. En este contexto, el modelo MS-VAR presenta evidencia de un cambio en la respuesta de la tasa de interés de corto plazo a los choques en la brecha del producto. Después del año 2001, las presiones en la brecha del producto generan incrementos en las tasas de interés (Gráfica 6d). Finalmente, la respuesta de la tasa de interés a los choques inflacionarios también se ha vuelto más fuerte y más persistente (Gráfica 6e). Esta investigación también sugiere que los cambios en la tasa de interés se han vuelto más efectivos en generar una reducción más rápida y fuerte de la inflación (Gráfica 6f). No obstante, en el modelo estimado un aumento en la tasa de interés tarda más de seis meses para generar una reducción en la brecha del producto. Por ello, el canal tradicional de la tasa de interés, que es el principal canal incorporado en el modelo VAR, no puede explicar la magnitud y velocidad de la reducción de la inflación ante un movimiento en la tasa de interés. Este último resultado requiere una exploración adicional del funcionamiento de otros canales de transmisión de la política monetaria. 20/ La menor reacción al tipo de cambio real es una tendencia empírica en las economías desarrolladas que han adoptado un esquema de objetivos de inflación para conducir la política monetaria (véase Sgherri (2005)). 23 Gráfica 6 Modelo MS-VAR Respuesta a un impulso de 1% (a) Respuesta: inflación Impulso: tipo de cambio real (b) Respuesta: expectativas de inflación Impulso: tipo de cambio real 0.70 0.25 0.60 Respuesta antes de 2001 Respuesta antes de 2001 0.40 Respuesta después de 2001 Respuesta después de 2001 0.15 Porcentaje Porcentaje 0.20 0.50 0.30 0.20 0.10 0.05 0.10 0.00 0.00 -0.10 Meses 56 51 46 41 36 Meses (c) Respuesta: tasa de interés nominal Impulso: tipo de cambio real (d) Respuesta: tasa de interés nominal Impulso: brecha del producto 0.80 0.70 0.60 Respuesta antes de 2001 0.40 0.50 Respuesta después de 2001 0.20 -0.40 Respuesta antes de 2001 56 51 46 41 36 31 26 Respuesta después de 2001 1 56 51 46 41 36 31 -1.20 26 -1.00 -0.20 21 -0.10 16 -0.80 11 0.00 6 -0.60 1 0.10 21 0.20 0.00 -0.20 16 0.30 11 Porcentaje 0.40 6 0.60 Porcentaje 31 26 21 16 11 1 56 51 46 41 36 31 26 21 16 6 11 1 6 -0.05 -0.20 Meses Meses (e) Respuesta: tasa de interés nominal Impulso: inflación (f) Respuesta: inflación Impulso: tasa de interés nominal 0.20 0.60 Respuesta antes de 2001 0.50 0.10 Respuesta después de 2001 0.40 Porcentaje Porcentaje 0.00 0.30 0.20 0.10 -0.10 -0.20 Respuesta antes de 2001 0.00 -0.30 Respuesta después de 2001 -0.10 -0.40 -0.20 56 51 46 41 36 31 26 21 16 11 6 56 51 46 41 36 31 26 21 16 11 6 1 Meses 1 -0.50 -0.30 Meses Fuente: Gaytán y González-García (op cit). 24 IV.1.3 Cambios en las expectativas de inflación Otras investigaciones realizadas recientemente en el Banco de México estudian los cambios en el “anclaje” de las expectativas de inflación y la importancia relativa de los componentes de visión hacia delante (forward-looking) y de visión hacia atrás (backward-looking) del proceso inflacionario para explicar su dinámica de corto plazo. Con respecto al “anclaje” de las expectativas de inflación, Capistrán y Ramos-Francia (2007) presentan evidencia que sugiere que el esquema de objetivos de inflación ha contribuido a “anclar” las expectativas inflacionarias. Los autores analizan el “anclaje” de las expectativas a través de un análisis de la dispersión de las expectativas de los pronosticadores profesionales del mercado. Bajo un esquema de objetivos de inflación, si la política del banco central tiene credibilidad entre los agentes, el pronóstico óptimo de inflación -para horizontes mayores al rezago con el que el efecto de la política monetaria opera a cabalidad en la economía- es el objetivo de inflación mismo. Puesto que este principio aplica a cada pronosticador, bajo un esquema de objetivos de inflación la varianza entre los pronosticadores debería disminuir y la distribución de los pronósticos debería, en el límite, colapsarse alrededor de la meta. Usando 16 años de datos mensuales de 14 economías con objetivos de inflación y de 12 economías sin dicho esquema, el artículo muestra que la dispersión de las expectativas de inflación es más reducida en las economías con objetivos de inflación, y que dicho efecto es generado, principalmente, por las economías emergentes. Estos resultados se obtienen después de controlar por efectos país, efectos temporales, la dispersión inicial, el nivel y la varianza de inflación, los períodos de desinflación y el proceso de desinflación mundial. Por otra parte, Ramos-Francia y Torres (2008) utilizan la especificación de la nueva curva de Phillips (Galí y Gertler (1999)) para analizar si en años recientes, a medida que la economía ha estado convergiendo a un ambiente de inflación baja, la dinámica de corto plazo de la inflación ha experimentado cambios significativos. En particular, los autores analizan los cambios que han tenido lugar en la importancia relativa de los componentes de “visión hacia delante” (forward-looking) y de “visión hacia atrás” (backward-looking) de la inflación. Para ello utilizan dos muestras: la primera es la muestra que comprende de enero de 1992 a julio de 2007; la segunda, es una sub-muestra de enero de 1997 a julio de 2007. Los resultados, con base a los supuestos de identificación inherentes al modelo utilizado, sugieren que la fracción de empresas que fija sus precios usando una regla de decisión con “visión hacia atrás” ha disminuido, mientras que el componente de “visión hacia delante” del proceso inflacionario ha ganado importancia. IV.1.4 Los canales de crédito y del tipo de cambio nominal La evidencia presentada hasta ahora es un punto de partida para llevar a cabo una exploración adicional sobre los cambios que han ocurrido en otros canales de transmisión de la política monetaria. En esta sección presentamos una estimación de los los canales del crédito y del tipo de cambio nominal. Para este propósito, utilizando información para el período de junio de 1996 a agosto de 2006 se estiman modelos VAR para dos submuestras, utilizando las fechas de los regímenes 1 y 2 sugeridos por el ejercicio del MS-VAR de 25 Gaytán y González-García (op cit). El primer período abarca de junio de 1996 a diciembre de 2000, y el segundo período de enero de 2001 a agosto de 2006. El conjunto de variables incluidas en esta estimación es similar al propuesto por Morsink y Bayoumi (2001). El modelo para estudiar el canal de crédito incluye las siguientes variables: (i) la brecha del producto; (ii) la inflación; (iii) la tasa de interés nominal de corto plazo; (iv) el crecimiento de M1; (v) el crecimiento real del crédito bancario a los hogares; (vi) el crecimiento real del crédito bancario a las empresas; (vii) el crecimiento real de los valores emitidos por el sector privado; y, (viii) la depreciación del tipo de cambio nominal.21 En el modelo, se considera a la tasa de interés de corto plazo como el indicador de la postura de política monetaria.22,23 Resultados empíricos El análisis empírico se realiza usando funciones de impulso-respuesta y análisis de descomposición de varianza. Para el análisis de impulso-respuesta, se presentan las respuestas acumuladas en las variables de interés ante un choque de 1 por ciento en la variable de impulso. Se utilizan las respuestas acumuladas debido a que, en ciertos casos, se busca analizar el efecto de los impulsos sobre el nivel de las otras variables (por ejemplo, para el efecto del traspaso, el impulso-respuesta acumulado muestra el cambio en el nivel de precios resultado de una depreciación de 1 por ciento). El primer ejercicio consiste en analizar los cambios que han tenido lugar en el traspaso del tipo de cambio nominal a los precios. La Gráfica 7a presenta la respuesta de los precios a una depreciación del tipo de cambio nominal de 1 por ciento. Los resultados sugieren que ha existido una reducción importante en este traspaso. Antes de 2001, una depreciación de 1 por ciento generaba un aumento de largo plazo en los precios de alrededor de 0.8 por ciento, resultado consistente con el reportado por Garcés (op cit). En el nuevo régimen, en vigor a partir de 2001, el efecto acumulado de una depreciación nominal sobre los precios es cercano a cero. Si bien el efecto directo de la depreciación nominal se ha reducido significativamente, existe un efecto indirecto a través del producto. Después de 2001, una depreciación nominal es acompañada por una respuesta reducida de los precios, generando una depreciación real, mientras que el producto exhibe el incremento típico de una economía pequeña y abierta (Gráfica 7b). 21/ 22/ 23/ Debido a que se busca identificar el cambio en el traspaso del tipo de cambio a los precios, se utiliza la depreciación nominal. Por el contrario, el uso del tipo de cambio real en Gaytán y González García (op cit) resulta útil para ilustrar cómo ha cambiado la forma en la cual la economía absorbe estos choques. Las variables utilizadas se definen como sigue: i) la brecha del producto se estima usando el filtro HP; ii) la inflación es la inflación mensual del INPC ajustada por estacionalidad y anualizada; iii) la tasa de interés de corto plazo es la tasa de CETES a 28 días; iv) la tasa de crecimiento mensual de M1 ajustada por estacionalidad y anualizada. Las variables de crédito al sector privado utilizadas son las tasas de crecimiento real de los respectivos saldos de financiamiento (v al vii). Por último, viii) la depreciación del tipo de cambio nominal es la variación mensual del tipo de cambio nominal FIX (promedio del mes) expresada en por ciento. Para identificar los choques, se supone una estructura recursiva conforme al orden en el cual se listaron las variables. Este orden es similar al utilizado por Morsink y Bayoumi (op cit). 26 Cuando se analizan los efectos directos de los cambios en la tasa de interés sobre la brecha del producto y la inflación, se obtienen los siguientes resultados: la actividad económica se contrae de manera menos drástica durante el nuevo régimen comparado con lo que se observaba antes de 2001 (Gráfica 7c). Por otra parte, en años recientes, un aumento de la tasa de interés genera una reducción directa más rápida y más fuerte de la inflación que anteriormente (Gráfica 7d). Ambos resultados son similares a los reportados por Gaytán y González-García (op cit). Gráfica 7 Modelo del canal de crédito: variables básicas Respuesta a un impulso de 1% (a) Respuesta: precios Impulso: tipo de cambio nominal (b) Respuesta acumulada: brecha del producto Impulso: tipo de cambio nominal 1.20 0.08 0.06 1.00 0.02 0.60 0.00 Porcentaje Porcentaje 0.04 0.80 0.40 Respuesta antes de 2001 0.20 Respuesta después de 2001 0.00 -0.02 -0.04 -0.06 Respuesta antes de 2001 -0.08 Respuesta después de 2001 -0.10 1.00 0.20 Respuesta después de 2001 0.50 0.00 0.00 -0.50 -0.10 -1.00 Meses 46 41 36 31 26 21 46 41 -4.00 36 -3.50 -0.70 31 -3.00 -0.60 26 -2.50 -0.50 16 -2.00 -0.40 21 41 -1.50 11 -0.30 6 -0.20 Respuesta después de 2001 1 Porcentaje 0.10 16 36 Respuesta antes de 2001 Respuesta antes de 2001 11 31 Impulso: tasa de interés 0.30 6 26 (d) Respuesta: precios Impulso: tasa de interés 1 21 Meses (c) Respuesta acumulada: brecha del producto Porcentaje 16 Meses 11 1 6 -0.12 46 41 36 31 26 21 16 11 6 1 -0.20 Meses 27 La segunda exploración consiste en analizar las variables de financiamiento al sector privado para estudiar los cambios que han tenido lugar en el funcionamiento del canal de crédito. Con respecto al financiamiento a las empresas, el crédito bancario muestra un efecto positivo, aunque transitorio, sobre la brecha del producto en años recientes (Gráfica 8a). Asimismo, la respuesta de este tipo de crédito a choques en la tasa de interés es negativa en ambos regímenes (Gráfica 8b). Por otra parte, el financiamiento que obtienen las corporaciones mediante la emisión de valores tiene un efecto positivo sobre la brecha del producto (Gráfica 8d). El efecto es fuerte si se considera el tamaño relativamente pequeño de este tipo de financiamiento (el saldo de valores del sector privado representa menos del 3 por ciento del PIB). Este tipo de financiamiento disminuye como resultado de los incrementos en la tasa de interés en ambos regímenes; sin embargo, la reducción en el nuevo régimen es más rápida y más fuerte (Gráfica 8c). Este resultado sugiere que podría existir un fortalecimiento del canal amplio de crédito de transmisión monetaria. El efecto del crédito bancario a los hogares sobre la actividad económica parece haber cambiado de forma importante. Después de 2001, un aumento en este tipo de crédito se asocia con un aumento en la brecha del producto, mientras con anterioridad a esta fecha el efecto era muy reducido (Gráfica 8e). En cuanto al efecto de la tasa de interés, se observa un efecto positivo sobre el crédito bancario a los hogares (Gráfica 8f). Este resultado, que en principio parece contradictorio, puede reflejar algunas de las condiciones que han caracterizado la actividad bancaria en años recientes. Como se ha mencionado anteriormente, en años recientes han existido cambios importantes tanto por el lado de la oferta como de la demanda de crédito a los hogares que podrían contribuir a explicar este resultado. En particular, el número de hogares que han tenido acceso al crédito, especialmente al crédito al consumo, ha aumentado significativamente en años recientes. Para controlar por este proceso de profundización financiera, incluimos en la estimación del VAR el número de tarjetas de crédito como una variable adicional que aproxima este proceso. Las líneas punteadas en las Gráficas 8e y 8f muestran los resultados al incluir esta variable para el período posterior a 2001. Después de controlar por el acceso de los hogares al crédito, la respuesta de la brecha del producto a un aumento en el crédito permanece prácticamente sin cambio, con respecto al ejercicio previo. Sin embargo, la respuesta de este tipo de crédito a los aumentos en la tasa de interés prácticamente desaparece, tal como sucedía antes de 2001. Estos resultados sugieren que, durante la última década, los efectos de la política monetaria a través del canal del crédito no han sido significativos. No obstante, es de esperarse que, a medida que el acceso al crédito por parte de los hogares se estabilice y éstos alcancen su nivel deseado de endeudamiento, los canales tradicionales de crédito y de tasa de interés se vean fortalecidos. 28 Gráfica 8 Modelo del canal de crédito: variables de crédito Respuesta a un impulso de 1% (a) Respuesta acumulada: brecha del producto Impulso: crédito de la banca a empresas (b) Respuesta acumulada: crédito a empresas Impulso: tasa de interés nominal Respuesta antes de 2001 0.20 0.40 Respuesta antes de 2001 Respuesta después de 2001 0.15 Respuesta después de 2001 0.20 0.10 Porcentaje 0.00 -0.20 Meses 0.10 46 41 36 (d) Respuesta acumulada: valores privados Impulso: tasa de interés nominal Respuesta antes de 2001 1.00 Respuesta después de 2001 0.50 Respuesta antes de 2001 Respuesta después de 2001 0.00 Porcentaje 0.08 0.06 0.04 0.02 -0.50 -1.00 -1.50 46 41 36 31 26 21 16 11 46 41 36 31 26 21 16 11 -3.00 6 -0.02 1 -2.50 6 -2.00 0.00 1 Porcentaje 31 Meses (c) Respuesta acumulada: brecha del producto Impulso: valores privados 0.12 26 21 16 1 46 41 36 31 26 21 16 -0.80 11 -0.15 6 -0.60 1 -0.10 11 -0.40 -0.05 6 Porcentaje 0.00 0.05 Meses Meses (e) Respuesta acumulada: brecha del producto Impulso: crédito a los hogares (f) Respuesta acumulada: crédito a los hogares Impulso: tasa de interés nominal Respuesta antes de 2001 2.50 0.35 0.30 Respuesta después de 2001 Respuesta después de 2001, controlando por acceso 2.00 1.50 Porcentaje 0.20 0.15 Respuesta antes de 2001 0.10 Respuesta después de 2001 0.05 Respuesta después de 2001, controlando por acceso 1.00 0.50 0.00 0.00 -0.05 Meses 46 41 36 31 26 21 16 11 6 1 46 41 36 31 26 21 16 11 6 -0.50 1 Porcentaje 0.25 Meses 29 Al analizar la descomposición de varianza para comparar los dos regímenes, se confirma la menor importancia que han tenido en años recientes los choques del tipo de cambio en la determinación de todas las variables, particularmente de la inflación. Mientras que antes del año 2001 la depreciación del tipo de cambio nominal explicaba el 25.6 por ciento de la varianza de la inflación, esta fracción se ha reducido a sólo el 3 por ciento. Con respecto a las variables de financiamiento al sector privado, la inflación explica una fracción más pequeña de su varianza después de 2001, en comparación con el período anterior, especialmente en el caso del financiamiento a los hogares, la cual disminuyó de 24 por ciento a solamente 6.1 por ciento. Por otra parte, en años recientes, la brecha del producto se ha convertido en una variable que explica una mayor proporción de los cambios en el crédito bancario a las empresas, mientras que la fracción de las fluctuaciones en el crédito a los hogares explicada por esta variable se ha reducido. Tabla 2 Modelo del canal de crédito: descomposición de varianza Horizonte de pronóstico de 5 años Error de pronóstico Brecha del producto Inflación Tasa de interés nominal Dinero Crédito de la banca a los hogares Crédito de la banca a empresas Valores del sector privado Tipo de cambio nominal Régimen 2 (Antes de 2001) Brecha del producto Inflación Tasa de interés nominal Dinero Crédito de la banca a los hogares Crédito de la banca a empresas Valores del sector privado Tipo de cambio nominal 1.4 11.2 39.3 13.0 12.5 30.6 5.4 2.2 2.2 2.3 0.4 1.7 14.0 18.6 11.8 6.0 14.5 25.6 3.2 7.5 12.2 7.0 5.2 6.7 35.3 5.4 1.6 63.6 1.5 1.9 21.2 3.8 5.9 6.9 17.0 4.6 6.7 9.1 24.0 2.8 4.9 13.4 27.7 6.4 11.7 4.8 4.5 7.4 9.2 6.0 6.9 53.6 4.9 7.5 9.9 10.5 6.8 7.7 5.9 2.7 13.7 37.3 15.4 21.2 20.4 6.4 7.5 2.4 0.7 23.2 6.5 32.9 0.9 4.8 65.4 11.4 2.9 68.9 3.4 4.7 7.6 3.7 4.9 2.8 6.0 3.1 2.4 2.6 7.4 3.0 2.6 11.4 27.8 4.9 4.4 8.6 34.7 8.9 5.7 55.8 14.5 4.5 2.7 2.6 3.4 7.8 6.8 6.8 1.7 5.3 6.1 4.4 7.5 59.6 6.8 6.6 3.7 2.6 17.2 3.9 2.4 13.3 2.8 56.1 0.9 3.4 5.2 7.3 4.4 6.2 12.5 12.2 2.9 52.4 2.1 16.6 5.8 2.0 7.2 3.7 7.6 5.5 6.5 61.7 Régimen 1 (Después de 2001) Brecha del producto Inflación Tasa de interés nominal Dinero Crédito de la banca a los hogares Crédito de la banca a empresas Valores del sector privado Tipo de cambio nominal 30 IV.2 El mecanismo de transmisión de la política monetaria y las expectativas de inflación Los resultados presentados en IV.1.2 y IV.1.4 se basan en un análisis del mecanismo de transmisión monetaria que utiliza la metodología VAR. Aunque esta metodología es adecuada para ofrecer una visión general del mecanismo de transmisión de la política monetaria no está diseñada para identificar el papel de las expectativas de inflación en el mecanismo de transmisión monetaria.24 Para explorar el canal de expectativas, en esta subsección se presenta un ejercicio utilizando un modelo macroeconómico de pequeña escala con expectativas racionales, asociado con el paradigma del nuevo modelo keynesiano. El modelo consta de cuatro ecuaciones de comportamiento: (i) una curva de Phillips para la inflación subyacente; (ii) una ecuación IS para la brecha del producto; (iii) una ecuación para el tipo de cambio real; y (iv) una regla de política monetaria tipo Taylor para la tasa de interés nominal. Como es común en este tipo de modelos, la dinámica alrededor del estado estacionario en estos modelos se define a partir de choques a estas ecuaciones (véase el Apéndice). El modelo tiene una estructura simple y pertenece a la clase de modelos llamados “híbridos”, los cuales incorporan elementos micro-fundamentados de visión hacia delante y de visión hacia atrás. La inclusión de rezagos y de expectativas de las variables endógenas en las ecuaciones es necesaria para replicar la dinámica de las series observadas. La información de variables rezagadas puede ser relevante debido a diversas rigideces reales y de información.25 Sin embargo, a medida que la economía se vuelve más flexible y la política monetaria gana credibilidad, la importancia del componente inercial tiende a disminuir. La Gráfica 9 ilustra el mecanismo de transmisión de la política monetaria implícito en la estructura de este modelo. En el corto plazo, el efecto del instrumento de política monetaria (la tasa de interés, i), sobre la inflación, π, funciona a través de tres canales: a) las expectativas de inflación, E[π], y su efecto directo sobre la inflación (curva de Phillips); b) la tasa de interés real, r, (a través de las expectativas de inflación) y su efecto sobre la brecha del producto, x (ecuación IS); y c) el tipo de cambio nominal, e, el cual tiene un efecto directo sobre la inflación (curva de Phillips) y, adicionalmente, por la existencia de rigideces nominales en el corto plazo, afecta transitoriamente al tipo de cambio real, q, y con ello a la brecha del producto (ecuación IS). 24/ 25/ La inclusión de información proveniente de encuestas sobre las expectativas de la inflación como una variable endógena en el VAR puede ayudar a atenuar el problema conocido como price puzzle. Sin embargo, ello no implica que la especificación estimada sea congruente con el supuesto de expectativas racionales. Por ejemplo, si los hábitos en consumo son importantes, la brecha del producto dependerá de sus propios rezagos (McCallum y Nelson (1999)). Por su parte, cuando hay información imperfecta, los agentes pueden fijar sus precios de acuerdo a una regla de aproximación basada en la inflación pasada (Galí y Gertler (op cit)). 31 Gráfica 9 Mecanismo de transmisión del modelo de pequeña escala E [π ] i r x π q e Con el modelo descrito se realiza un ejercicio para ilustrar los cambios en el mecanismo de transmisión de la política monetaria en México. Como se ha mencionado, la evidencia sugiere que la dinámica de la inflación y el mecanismo de transmisión de la política monetaria experimentaron cambios importantes hacia finales del 2000 y principios del 2001. Por lo tanto, la muestra se divide en dos sub-muestras: la primera de ellas comprende de 1996 a 2000, mientras que la segunda comprende del año 2001 al año 2006. El modelo y las estimaciones de los parámetros correspondientes a cada una de las sub-muestras se reportan en el Apéndice. Las estimaciones para las dos sub-muestras indican que en años recientes ha habido un aumento significativo en los componentes de visión hacia delante de la curva de Phillips y de la ecuación IS, así como una reducción en los elementos de visión hacia atrás. En la curva de Phillips, el efecto de las expectativas de inflación en la determinación de la inflación ha aumentado en años recientes, el coeficiente del componente de visión hacia delante de la inflación subyacente aumenta de aproximadamente 0.53 a 0.66.26 Cuando el compromiso de la política monetaria para mantener la inflación alrededor de un objetivo específico es creíble, este resultado implica que, ante la presencia de choques inflacionarios, las desviaciones de la inflación respecto a dicho objetivo disminuyen de manera más rápida, reduciendo así la persistencia de la inflación. En la ecuación IS, el hecho de que la brecha del producto dependa de las expectativas de su propio valor futuro (componente de visión hacia delante) implica que esta brecha no sólo es afectada por los valores contemporáneos de la tasa de interés real y del tipo de cambio real, sino también por la trayectoria futura esperada de estas dos variables. Por ello, el incremento en años recientes en la importancia relativa del componente de visión hacia delante de la curva IS (el coeficiente respectivo aumentó de 0.17 a 0.57) implica que el efecto de la evolución esperada de la tasa de interés real sobre la demanda agregada es más fuerte, lo que sugiere 26/ Este cambio es estadísticamente significativo. El intervalo de confianza al 95% del componente de visión hacia delante de la curva de Phillips es de [0.526, 0.528] antes de 2001, mientras que en la segunda submuestra es de [0.649, 0.679]. 32 que se ha incrementado la capacidad de la política monetaria para afectar la demanda agregada.27 Resulta ilustrativo analizar los cambios que la economía ha experimentado en respuesta a un choque de oferta tipo cost-push a la inflación subyacente, ya que este tipo de choques dan lugar a respuestas de la inflación y la brecha del producto en direcciones opuestas (Gráfica 10).28 Para contener el efecto del choque sobre las expectativas de inflación y lograr que la inflación retorne a su nivel inicial, la respuesta de la política monetaria consiste en un incremento transitorio de la tasa de interés. En este ejercicio, dicho incremento da lugar a una reducción adicional en la brecha del producto que contribuye a reducir la inflación. En la medida en que la tasa de interés y la inflación regresan a sus niveles iniciales, el efecto sobre la brecha del producto desaparece. Los resultados de la Gráfica 10 muestran que, después del año 2001, el incremento en la importancia relativa de los componentes de visión hacia delante de la inflación y el producto han implicado un cambio en el ajuste de la economía ante un choque de oferta tipo cost-push. Los resultados muestran que la respuesta de la inflación a dichos choques es menos persistente en la segunda sub-muestra. Estos resultados, junto con el incremento en la importancia de las expectativas en la determinación del proceso inflacionario sugieren que, en años recientes, las expectativas de inflación parecen estar mejor ancladas. Adicionalmente, dado que el efecto de la política monetaria sobre la demanda agregada es mayor después del año 2001, la respuesta requerida en la tasa de interés para contener las expectativas de inflación y llevar la inflación de regreso a su nivel inicial es menor. Gráfica 10 Modelo de pequeña escala, Respuesta a un choque de oferta (cost-push) de 1% (a) Respuesta: inflación subyacente 0.14 0.05 0.12 0.00 Respuesta antes de 2001 Respuesta antes de 2001 -0.05 -0.15 Respuesta antes de 2001 Respuesta después de 2001 1.0 0.8 0.6 0.4 0.2 0.0 Meses 22 19 16 13 7 10 22 19 16 13 10 1 -0.2 7 -0.30 22 -0.02 19 -0.25 16 0.00 13 -0.20 10 0.02 7 Porcentaje -0.10 4 0.04 1.2 1 Porcentaje 0.06 4 Respuesta después de 2001 4 Respuesta después de 2001 1 Porcentaje 1.8 1.4 0.08 Meses 28/ (c) Respuesta: tasa de interés nominal 1.6 0.10 27/ (b) Respuesta: brecha del producto Meses Este cambio es estadísticamente significativo. El intervalo de confianza al 95% cambió de [0.122, 0.214] en la primera sub-muestra a [0.556, 0.582] después del año 2001. Se supone un choque es de una sola vez y sin persistencia. 33 En resumen, el ejercicio anterior presenta evidencia acerca del incremento en la importancia del canal de expectativas en el mecanismo de transmisión de la política monetaria en años recientes. Los resultados muestran un cambio significativo en la importancia de los componentes de visión hacia delante en el proceso de formación de precios y en la dinámica de la demanda agregada. Estos cambios sugieren que la efectividad de la política monetaria para contener las presiones inflacionarias se ha incrementado en los últimos años. V. Consideraciones finales Durante la última década, el proceso inflacionario y el mecanismo de transmisión de la política monetaria en México han tenido una transformación significativa. Estos cambios son el resultado de diversos factores. La disciplina fiscal y la respuesta apropiada de la política monetaria a las presiones inflacionarias han sido elementos cruciales para entender los cambios que han ocurrido. Primero, el nivel y la volatilidad de la inflación han disminuido, y el componente inercial del proceso inflacionario se ha reducido considerablemente. Segundo, la reducción en persistencia ha implicado que, en años recientes, el proceso inflacionario parece ser claramente estacionario, lo cual es una condición necesaria para el funcionamiento apropiado del esquema de objetivos de inflación para la conducción de la política monetaria. También hay evidencia estadística clara que sugiere que en años recientes han existido cambios importantes en los canales de transmisión monetaria. Por un lado, las fluctuaciones en el tipo de cambio se han vuelto menos importantes en el proceso de determinación de precios. Por otra parte, los movimientos de la tasa de interés tienen un efecto más rápido y de mayor magnitud sobre la inflación. Estos cambios, aunados a un marco más transparente para la instrumentación de la política monetaria, han modificado los determinantes de las expectativas de inflación y de todo el proceso de determinación de precios. Como resultado, la economía mexicana ha presentado un período excepcionalmente largo de estabilidad macroeconómica en la historia reciente. La recuperación de la salud en el sistema bancario y el desarrollo de mercados financieros que han tenido lugar en años recientes, pueden implicar que en el futuro ciertos canales del mecanismo de transmisión de la política monetaria cobren mayor importancia. En particular, los canales de crédito (estrecho y amplio) podrían llegar a ser más importantes. Existe evidencia preliminar del funcionamiento de estos canales sobre el financiamiento a las empresas. No obstante, el canal de crédito bancario que funciona a través del crédito a los hogares al parecer aún no se encuentra operando a cabalidad. Esto podría ser consecuencia del relajamiento que en los últimos años se ha presentado en las restricciones crediticias, aunado a una oferta importante de fondos destinada a este sector. En este caso, en la medida en que los hogares satisfagan su acervo de bienes de consumo duradero y logren su nivel deseado de endeudamiento, el otorgamiento de este tipo de crédito posiblemente será más sensible a cambios en las tasas de interés. 34 La respuesta más rápida y de mayor magnitud de la inflación a los cambios en la postura de política monetaria no puede ser atribuida completamente a los canales tradicionales de la tasa de interés o del canal del crédito. La evidencia presentada en este artículo sugiere que el canal de expectativas parece ser la explicación más probable de este cambio. Todos estos cambios reflejan una mayor credibilidad en el compromiso de las políticas fiscal y monetaria para mantener la estabilidad macroeconómica, así como un sistema económico más flexible, que permite un ajuste más rápido de la economía ante los distintos choques y a un menor costo. En resumen, la experiencia mexicana muestra que la transición de una inflación alta y volátil a una inflación baja y estable genera cambios importantes en la forma en que el sistema nominal, y en consecuencia la economía real, funciona. Estos cambios tienen implicaciones importantes para la política monetaria y beneficios para los hogares y las empresas en la economía. 35 Apéndice El modelo híbrido de pequeña escala La especificación del modelo de la subsección IV.2 consta de cuatro ecuaciones de comportamiento (i a iv) y una identidad (v): Ecuación: (i) Curva de Phillips π tS = a1π tS−1 + a 2 E t [π tS+1 ] + a 3 x t + a 4 (∆et + π tUS ) + υ t (ii) Ecuación IS xt = b1 xt −1 + b2 E t [xt +1 ] + b3 rt −1 + b4 xtUS + b5 q t + u t (iii) Tipo de cambio real q t = c 0 ( q t −1 ) + c1 ( E t [q t +1 ] + ( rtUS − rt )) + wt (iv) Regla de Taylor i t = (1 − d 3 )( d 1 (π tA − π t* ) + d 2 x t ) + d 3 i t −1 + ε t (v) Definición (INPC) de la inflación π t ≡ ω c π ts + ω nc π tns Donde: πt es la inflación mensual del INPC, πst es la inflación subyacente mensual (definición anterior que excluye el subíndice de educación), πnst es la inflación no subyacente mensual (incluye educación), πAt representa la inflación general en términos anuales, π*t es la meta de inflación anual, xt la brecha del producto (estimada utilizando el IGAE y un filtro HP), et el logaritmo del tipo de cambio nominal, qt el logaritmo del tipo de cambio real, it la tasa de interés nominal, y πUSt y xUSt denotan la inflación mensual y la brecha del producto de EEUU (estimada utilizando la producción industrial y un filtro HP), respectivamente.29 Las primeras cuatro ecuaciones incluyen las innovaciones que determinan la dinámica del modelo: vt, es un choque de presiones en costos (cost-push), ut es un choque de demanda, wt es un choque al tipo de cambio real, y εt es un choque de política monetaria. Se supone que estos choques están distribuidos normalmente con media cero, varianza constante, no presentan correlación serial, y son ortogonales entre sí. Siguiendo la literatura referente a la estimación de este tipo de modelos, se utiliza el Método Generalizado de Momentos (MGM) para estimar las ecuaciones con el objeto de evitar el problema de endogeneidad de las expectativas. La periodicidad de los datos es mensual. i) La curva de Phillips estimada para las dos sub-muestras es la siguiente: Tabla A1 Curva de Phillips1/ Muestra 1996 – 20002/ 2001 – 20063/ π tS−1 0.458 (0.0006) 0.333 (0.0076) Ε t [π ts+1 ] 0.527 (0.0007) 0.664 (0.0076) xt 0.011 (0.0000) 0.013 (0.0006) 1/ Errores estándar reportados entre paréntesis. 29/ Las inflaciones mensuales fueron ajustadas por estacionalidad. ∆et + π tUS 0.015 (0.0001) 0.003 (0.0076) 36 2/ 3/ ii) La muestra utilizada para la estimación es de julio de 1996 a septiembre de 2000. El conjunto de instrumentos es: una constante; πt-1 a πt-5; ∆et-3 to ∆et-12; rt-1 a rt-12 y xt-3 a xt-18. Valor p estadístico J = 0.999. La muestra utilizada para la estimación es de enero de 2001 a agosto de 2006. El conjunto de instrumentos es: una constante; πt-6 a πt-12; ∆et-3 a ∆et-18; rt-1 a rt-18 y xt-3 a xt-18. Valor p estadístico J = 0.999. La ecuación IS estimada para las dos sub-muestras es la siguiente: Tabla A2 Ecuación IS1/ Muestra 1996-20002/ 2001-20063/ 1/ 2/ 3/ iii) Ε t [xt +1 ] xt −1 0.565 (0.0320) 0.312 (0.0104) 0.168 (0.0237) 0.569 (0.0066) rt −1 x tUS -0.061 (0.0081) -0.035 (0.0033) 0.139 (0.0424) 0.219 (0.0058) qt 1.749 (0.8887) 1.415 (0.0773) Errores estándar reportados entre paréntesis. En cada estimación se incluyó una constante para controlar por el hecho de que, dado el tamaño pequeño de las dos submuestras, la brecha del producto promedio en cada una es diferente de cero. La muestra utilizada para la estimación es de julio de 1996 a diciembre de 2000. El conjunto de instrumentos es: xt-2 a xt-12; ∆qt-1 a ∆qt-5; rt-2 a rt-7 y el cambio en el precio del petróleo ∆opt-1 a ∆opt-5. Valor p estadístico J = 0.733. La muestra utilizada para la estimación es de enero de 2001 a junio de 2006. El conjunto de instrumentos es: xt-2 a xt-12; qt-1 a qt19; rt-2 to rt-12 y el cambio en el precio del petróleo ∆opt-1 to ∆opt-15. Valor p estadístico J = 0.999. Los parámetros de la ecuación del tipo de cambio real se calibran para asegurar que en el largo plazo el tipo de cambio real sea congruente con la tendencia de largo plazo del producto (brecha de producto igual a cero): Tabla A3 Ecuación del tipo de cambio real Muestra 1996-2000 2001-2006 iv) qt −1 ( Ε t [q t +1 ] + rtUS − rt 0.401 0.315 ) 0.592 0.677 La regla tipo Taylor estimada para las dos sub-muestras es la siguiente: Tabla A4 Regla tipo Taylor1/ Muestra 1996-20002/ 2001-20063/ 1/ 2/ 3/ π tA − π t* 5.227 (1.4422) 1.086 (0.5504) xt 8.707 (2.8921) 1.556 (0.8365) it −1 0.851 (0.0699) 0.807 (0.0990) Errores estándar reportados entre paréntesis. En cada estimación se incluyeron una constante y una tendencia para controlar por la tendencia a la baja de la tasa de interés nominal como resultado de la reducción gradual de la inflación durante ambas submuestras. La muestra utilizada para la estimación es de julio de 1996 a diciembre de 2000. El conjunto de instrumentos es: una constante; πt-1 a πt-3; qt a qt-3; it-2 a it-4; iUSt; π*t-1; y xt-1 a xt-5. Valor p estadístico J = 0.287. La muestra utilizada para la estimación es de enero de 2001 a agosto de 2006. El conjunto de instrumentos es: una constante; πt-1 a πt-5; ∆et a ∆et-5; π*t-2 a π*t-3; xt-1 a xt-4; it-2; iUSt; y xUSt-1 a xUSt-2. Valor p estadístico J = 0.553. 37 v) La inflación del INPC se define usando las ponderaciones de los subíndices de la inflación subyacente y no subyacente, de acuerdo con las definiciones anteriores (vigentes hasta diciembre de 2007): π t ≡ 0.69 π ts + 0.31 π tns 38 Referencias Baqueiro, A, A Díaz de León y A Torres (2003): “Fear of Floating or Fear of Inflation? The Role of the Exchange Rate Pass-through,” BIS Papers, No. 19, pp. 338-354. 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