12 CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO 13 CAPITULO II MARCO TEÓRICO 1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN Para la realización de esta investigación se encontraron algunos proyectos de años anteriores de modo que amplían la información a la investigación a realizar, los cuales aportaron a los autores apoyos instrumentales, documentales y prácticos, así durante los estudios realizados encontramos las siguientes información: Hidalgo. K, (2009), en su trabajo Especial de Grado, presentada en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín, titulado el análisis de la ejecución de la providencia administrativa de reenganche emanada de la Inspectoría del Trabajo de Venezuela, tuvo como propósito analizar la ejecución de la providencia administrativa de reenganche emanada de la inspectoría del trabajo de Venezuela. El espacio observacional es en el contexto jurídico laboral de la República Bolivariana de Venezuela. La metodología es de carácter descriptiva con diseño documental. Se realizó un análisis cualitativo discriminando sus aspectos más importantes. El resultado del análisis precisó, que el derecho fundamental de la estabilidad laboral exige la introducción en el ordenamiento jurídico de mecanismo que permitan al 13 14 inspector de trabajo hacer eficaz la ejecución de la orden de reenganche. Es necesario brindar una mayor garantía que permita el cumplimiento de la estabilidad laboral desde el área administrativa sin tener que acudir a los tribunales o la Acción de Amparo Constitucional. Para restablecer al trabajador afectado en el goce efectivo de los derechos y garantías fundamentales infringidos. Como principal recomendación, plantear mayor potestad laboral a la inspectoría del trabajo, para saldar la deuda con los trabajadores, quienes necesitan asegurar que sus mecanismos de protección se desarrollen de acuerdo a la Constitución como: gratuidad, celeridad, oralidad, inmediatez, prioridad de la realidad de los hechos, la equidad y rectoría del Juez en el proceso. Por otra parte, Pérez (2009), investigo sobre efectos de la sentencia de amparo constitucional, en la universidad Monteávila, y dicha investigación arrojo como resultados, según nuestra Carta Fundamental de 1999, donde existen novísimas instituciones jurídicas, como los poderes del juez, la tutela judicial efectiva, Estado de Derecho y de Justicia, el amparo mismo, los cuales conforman importantes instituciones para ampliar los efectos de la sentencias de amparo como el de condena. Con ello, rescatar el amparo constitucional, de la entelequia jurídica en que, prácticamente, se ha convertido hoy. Así, por ejemplo, el sólo hecho de no otorgarle efectos indemnizatorios, a nuestro juicio, constituye una franca violación a la Constitución Nacional, concretamente en su 15 artículo 27, lo cual abordaremos en el desarrollo del primer aparte. En todo caso, de acuerdo a lo que se ha sostenido, concluimos que la doctrina judicial debe interpretar el amparo constitucional en su carácter restablecedor integral y, de acuerdo a la morfología de la sentencia que tome para el caso concreto, recomendamos, que serevele como una verdadera garantía constitucional. Además, debería imponerse: i) Desaplicar la norma jurídica contemplada en el ordinal Tercero, del Artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales o bien otorgar una interpretación sistemática de la norma a la luz de la Constitución, en el sentido de que se entienda que la tutela judicial efectiva, impone una ampliación de lo que se concibe como restablecimiento o restitución en el amparo; ii) En caso de admisibilidad y suficiente prueba en autos de la lesión a un derecho fundamental, además, de asistirle la razón al quejoso, la sentencia debería, necesariamente, pronunciarse como de condena, al ordenar el pago de daños morales y, oportunamente, el pago de daños y perjuicios. En razón de lo antes dicho, se estima que la contribución de esta investigación corresponde a la medida de amparo constitucional ser un mecanismo de garantizar los derechos de las personas que acuden a las instancias correspondientes, así como, la de materializar efectivamente las resultas de la decisión del amparo constitucional. Asimismo, Ballestero, M. (2008), en la Universidad Dr. Rafael Belloso 16 Chacin, realizo un trabajo de investigación titulado el análisis del amparo constitucional como garantía de los derechos humanos en Venezuela y del principio de progresividad.La presente investigación tuvo como objetivo analizar el Amparo Constitucional como garantía de los Derechos Humanos en Venezuela y del Principio de Progresividad. Bajo el contexto teórico de Ballestero (1992), Brewer-Carias (2000), Burgenthal (1990), Calcaño (2002), Eymar (1987), Garay (2000), Jelin (1996), Pérez (1995) y Verna (1991), el tipo de investigación fue la documental. La población de estudio estuvo conformada por objetos referentes a la materia. La técnica e instrumentos de recolección de datos necesaria para el desarrollo de la presente investigación fue la observación directa documental. Además se utilizó como instrumento la guía de observación. La validación del contenido se efectuó por los expertos que conforman el Comité Académico de Investigación de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Escuela de Derecho de URBE. El tratamiento de la información por tratarse la misma de tipo documental, fue cualitativo y la misma fue interpretada. Los resultados son: Que el amparo constitucional está destinado a restablecer las lesiones que se produzcan en los derechos fundamentales de los ciudadanos. Es decir, es una garantía de los derechos de todos los habitantes de Venezuela, siendo sus principales características que es un medio 17 constitucional, es una vía jurisdiccional que opera en el ámbito general, tiene carácter extraordinario y su efecto inmediato es el de restablecer la situación jurídica infringida. La contribución de este trabajo a la investigación, se relaciona con el aspecto de considerar el amparo constitucional como un medio de garantías de los derechos de los ciudadanos por ende de los trabajadores. Por su parte, Briceño, H, (2006), en su investigación titulada análisis de la efectividad del amparo constitucional en el derecho laboral venezolano. Trabajo especial de Grado, presentado en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Escuela de Derecho, Maracaibo, tuvo como objeto analizar la efectividad del amparo constitucional en el derecho laboral venezolano, siendo el amparo una acción caracterizada por buscar el restablecimiento de los derechos consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; en la Ley orgánica de amparo sobre derechos y garantías constitucionales así como en la ley orgánica procesal laboral. Por lo cual el tipo de investigación utilizada fue en parte documental y en otra descriptiva basándose en la información recabada de los textos, leyes y jurisprudencias como en una investigación de campo coligiendo que el régimen venezolano esta en busca de ejercer eficazmente esos medios siendo necesario para esto corregir en fondo el Sistema Jurídico venezolano. Ya que en algunos casos no se restablece la situación 18 jurídica infringida con veracidad y celeridad siendo poco efectivo dichos principios por encontrase abarrotados los mismos de causas semejantes debido a la inestabilidad de empleo que existe en el país. Así como, se observo lo perjudicial socio-económicamente que ha sido el decreto de inamovilidad laboral promulgado en junio de 2002 y sus prorrogas, por cuanto el amparo constitucional en el derecho laboral venezolano es efectivo mientras no se renuncie a la acción. La contribución de este trabajo a la investigación, se evidencia la efectividad del amparo constitucional, así como el único medio de acción que tienen los trabajadores para lograr el restablecimiento de sus derechos constitucionales y laborales. Díaz, J. (2006), realizo un trabajo de grado para optar al titulo de Magíster en Derecho Procesal Civil, dicho trabajo se refirió al Amparo Constitucional como defensa de los terceros contra decisiones judiciales: El amparo constitucional es el derecho que tiene toda persona a acceder a los órganos de administración de justicia, para la defensa de sus derechos y garantías consagrados en la Constitución. En los terceros, la complejidad de las relaciones jurídicas hace que frecuentemente la litis afecte sus derechos. El propósito del estudio es analizar el amparo constitucional como defensa de los terceros contra decisiones judiciales. Es una investigacióndocumental, que toma como base lo contemplado en la 19 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la interpretación y análisis de documentos, doctrinas, leyes y jurisprudencia en general sobre la materia. Para ello, se siguió una metodología de carácter: de tipo bibliográfico o documental y ex post facto, y se concluye que con la puesta en vigencia de la nueva Constitución de1999, cobra vigor la institución del tercero, más aún el actual Código de Procedimiento Civil contempla las formas que los terceros podrán participar en un proceso en sus diversas formas de Intervención, las cuales se encontraban dispersas en el derogado Código de Procedimiento Civil. Este trabajo de investigación aporto a los investigadores del presente estudio, un compendio de conocimientos teóricos en cuanto al amparo constitucional como medio de protección a la violación de los derechos laborales en la republica bolivariana de Venezuela, conocimientos que serán vitales para este trabajo. 2. FUNDAMENTACIÓN LEGAL – DOCTRINAL Para el desarrollo de las bases Legales - Doctrinales de la presente investigación fue necesario utilizar La Ley Orgánica de Amparo sobre Garantías y Derechos Constitucionales (1988), así como la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), también se manejo el contexto teórico de Rengel (2004), Ortíz (2006), Fix (2002), Linares (2006), Ayala (2006) y Rondón (2000). 20 2.1.1. FUENTE DEL DERECHO DEL AMPARO CONSTITUCIONAL El pretendido supuesto de supralegalidad, de acuerdo con Brewer (2002, p. 19),“está intrínsecamente ligado con la idea del juicio de la constitucionalidad, el cual consiste, en primer lugar, en leer su texto y asignar sentido a las disposiciones que lo integran, de acuerdo a la ley natural”. Por lo tanto, un texto constitucional, afirma el mismo autor, puede ser entendido no sólo porque se conoce su vocabulario sino, y sobre todo, porque se domina la gramática del lenguaje constitucional empleado para el reconocimiento a los derechos y garantías. Asimismo, se programa la distribución, asignación de potestades y control de las funciones estatales. En razón de esto, las constituciones en los actuales momentos presentan dos partes: la parte dogmática que es el producto de ese reconocimiento a los derechos y garantías ciudadanas y la parte orgánica donde se desarrollan las competencias y sus limitaciones, anteriormente aludidas. Por tanto, el control judicial es un segmentomuy importante en la interpretación constitucional, en este sentido, es una tarea fundamental, la potestad de juzgar, por lo que, se considerar que la argumentación conforme a la Constitución y la jurisdicción constitucional, constituyen la delegación predispuesta por el pueblo en el pacto original. En tal sentido, la correspondencia entre interpretación y control es muy fuerte; claro está, siempre que lleve adelante el test de constitucionalidad de un acto o norma infraconstitucionallo cual resulta la descalificación o 21 incompatibilidad o no del producto enjuiciado, forzosamente hay que interpretar y decidir si algún conflicto existe o no e inclusive permite la interpretación de la propia Constitución a partir de un hecho concreto, no en abstracto, que se haya requerido el alcance y sentido de la norma constitucional. En tal sentido, es preciso señalar que los tribunales fungen como cuerpos intermedios entre el pueblo y el poder legislativo, en este caso, se hace imperioso mantener los poderes dentro de la autoridad que les ha sido conferida, coexiste, un límite y en aras de tal actividad, los tribunales no deben observar sino la Constitución por encima de todo el ordenamiento jurídico; por otro lado, esta actividad es posible la limitación dentro de sus competencias a los poderes del Estado, por lo que está encaminada a garantizar la libertad de los ciudadanos. En ese sentido, esta concepción conduce inevitablemente a sostener la superioridad de la Constitución sobre la ley ordinaria, que dicho sea, se consagra inequívocamente en el artículo 7 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), tal como ha pronunciado la Sala Constitucional de Venezuela en la sentencia número 33, de fecha 25 de enero 2001, caso Baker Hughes S.R.L, Recurso de Revisión, ponencia del Magistrado José Manuel Delgado Ocando, que, en el capítulo II “ de la Competencia”, expresa: La Constitución es suprema, entre otras cosas, porque en ella se 22 encuentran reconocidos y positivizados los valores básicos de la existencia individual y de la convivencia social, al tiempo que instrumenta los mecanismos democráticos y pluralistas de legitimación del poder, tales como los relativos a la designación de las autoridades y a los mandatos respecto al cómo y al para qué se ejerce la autoridad. Persigue con ello el respeto a la determinación libre y responsable de los individuos, la tolerancia ante lo diverso o lo distinto y la promoción del desarrollo armonioso de los pueblos. El principio de supremacía de la Constitución, responde a estos valores de cuya realización depende la calidad de vida y el bien común. En criterio de los autores de la tesis, obviamente de acuerdo a lo señalado anteriormente, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999),en el artículo 27 se encuentra por encima de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988). Por ello, todo lo que la ley disponga, en forma contraria o bien cuando su interpretación literal no es clara, entonces, es preciso a acudir, en aquél caso concreto, a la interpretación que con apego a la Constitución, resulte de la operación juzgadora del juez. 2.1.1.1. NATURALEZA JURIDICA DEL AMPARO CONSTUTICIONAL En lo referente a la naturaleza jurídica de una institución implicaineludiblemente el análisisiusfilosóficoel cual comprende la naturaleza de un ser, entrando por lo tanto en el mundo de la ontología jurídica, no obstante, es un tópico extenso y de análisis muy profundo, solo se enunciaran algunos elementos que la historicidad de la filosofía de la humanidad arrojan a favor de construir de manera simple y comprensible, un concepto sobre naturaleza jurídica.Para poder establecer la naturaleza de un 23 ser, es necesario acudir a las premisas filosóficas derivadas de la era griega, en especial las enseñanzas de Aristóteles acerca de la naturaleza de las cosas. Cabe considerar, a Aristóteles al señalar que la, “naturaleza es, pues, lo que se ha dicho. Y las cosas que tienen tal principio se dice que tiene naturaleza. Cada una de estas cosas es una sustancia, pues es un substrato”, así pues, se infiere claramente que la naturaleza de las cosas está conformada por su esencia, por esto, el conjunto de propiedades de un género, conjunto de propiedades los cuales definen; como primera categoría que integra la estructura del ser. La substancia concepto ontológico, llevado a lo lógico a través de la esencia permite determinar la naturaleza del ser, lo que el ser en sí mismo significa. Después de las consideraciones anteriores, varios doctrinariosen la materia de amparo constitucional en Venezuela, disienten, sobre la naturaleza jurídica, al señalar que el amparo constitucional es un recurso, un derecho, una garantía, un remedio judicial o una acción, por lo que se exponen a continuación algunas consideraciones al respecto. Con referencia a lo anterior, concibiéndose por recurso, el medio técnico de impugnación que casualmenteadolecen de una resolución judicial, dirigido a provocar la revisión de la misma, ya sea por el Juez, el cual la dictó o por otro de superior jerarquía. En este sentido, por impugnación se entiende el lenguaje jurídico común; la acción y efecto de atacar, tachar o 24 refutar un acto judicial, documento, testigo, con el objeto de obtener su revocación o invalidación, por lo que todo recurso es un medio impugnativo pero no toda impugnación es un recurso. Al respecto, Rengel (2004, p. 430), señala que “todos los recursos tienen una clara admiteindudablemente finalidad un impugnatoria”, acto previo de cuya esta manera, revisión se se pide obligatoriamentemediante el recurso; éste implica que se halla recorrido todo un item, resuelto en la decisión recurrente. En este orden de ideas se puede citar, a Ortíz (2006, p. 237), el cual afirma, “el amparo no es un recurso, los recursos reflejan las posibilidades de impugnación de las partes o de los terceros con vistas a la inexactitud o injusticias de un proceso o un acto procesal de resultados”, con base en esto, es obvio que el amparo no es un recurso en el sentido técnico procesal del término. En este mismo sentido, Linares (2006, p. 86), opina, “el amparo no es un recurso, dado que el mismo como recurso presenta dos irreparables fallas producto del desarrollo histórico del amparo”, esta postura se encuentra siempre unida a la consideración por la cual el amparo procede exclusivamente frente a actos estatales. Así, el amparo era siempre un recurso contra un acto previo. Debe señalarse, de acuerdo al desarrollo histórico del amparo 25 constitucional, éste presenta dos irremediables fallas; por un lado la teoría amparo recurso al suponer actos lesivos sólo estatales, no explica la posibilidad de amparo frente a particulares, por otro lado la teoría no ofrece luz sobre el supuesto de amparos intentados contra conductas estatales que no sean actos, tales como la vía de hecho. Queda así expuesta la insuficiencia de la hipótesis amparo como un recurso. Al respecto Fix (2002, p. 24),plantea: Que el amparo constitucional posee un objetivo común, que es el de la protección jurisdiccional de los derechos humanos, como garantía constitucional que tiene como objeto la tutela de los derechos humanos consagrados en el ordenamiento constitucional, por conducto de un procedimiento breve, rápido, sencillo y eficaz, que culmina en un fallo que en lo posible debe restituir al afectado en el goce y ejercicio de sus derechos infringidos, por cualquier autoridad, y en ocasiones también por particulares en situaciones de predominio. Para el autor antes mencionado, el amparo constitucional, es un medio jurisdiccional de protección de derechos humanos y garantías constitucionales. Por el contrario, Vescovi (2002, p. 466), afirma, “acción de amparo significa proteger, que conforme al Diccionario de la Real Academia, amparo es favorecer, proteger, proviene del latín antepere, prevenir”. En este sentido, la acción de amparo constitucional, comporta el concepto de ser remedio para proteger los derechos fundamentales consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), y Declaración de los Derechos, señalados en la mayoría de las 26 legislaciones como un procedimiento breve, sumario, rápido y eficaz, que se da en la medida de la inexistencia de otros medios ordinarios que puedan restablecer la situación sufrida. Por tanto, considera el Amparo como un medio de protección. En este mismo orden de ideas Ayala (2006, p. 186), señala “que la acción de amparo constitucional es un remedio judicial, el cual se ejerce a través de la función jurisdiccional ejercida por ante los tribunales de la República”. Así, Linares (2006, p. 87), cataloga “el amparo como una acción precisamente porque está no presupone un acto a examinar”, por ello es procesalmente autónoma al dar inicio al procedimiento. Debe señalarse, la exigencia del amparo se convierte en la petición de una verdadera sentencia no de condena y no una solicitud de nulidad. Tal demanda debe llevarse a estrados mediante una acción y no mediante un recurso, igualmente el amparo permite al agraviado entablar una verdadera litis con el presunto agresor; queda así demostrado que el amparo es una acción. Por el contrario, resulta oportuno señalar de acuerdo a lo expresado por Carnelutti (2000, p. 37), “la acción es un derecho independiente del derecho material y su objeto es provocar la actividad procesal”, esta definición es coincidente con la de Rocco, citado por Ortíz (2006, p. 235), quien la define “como el derecho de pretender la intervención del Estado y la prestación de la actividad jurisdiccional para buscar la declaración de certeza o para la 27 realización de coactiva de intereses tutelados por las normas sustantivas” En este mismo, orden de ideas, Ortiz (2006, p. 233), afirma, el amparo no es una acción, “por cuanto esta noción comprende el marco general de una política constitucional de los pueblos, y además, atiende a un sentido publicístico e inmaterial desligado del contenido de los que se plantea”. En otras palabras la acción de amparo no es un tipo distinto de acción sino la manifestación externa del ejercicio de un derecho a la tutela jurisdiccional.Por su parte Rondón (2000, p.279), opina: La acción de amparo estaba consagrada en la Constitución de 1961 en el capítulo relativo a las Disposiciones Generales del titulo que correspondía a los derechos y garantías. Los capítulos inmediatos siguientes regulaban los derechos específicos (derechos políticos, derechos sociales, derechos económicos, etc) sin que existiese uno en especial se destinase a las garantías. Esta circunstancia hace pensar que las garantías se encuentran justamente en regulación destinadas a las Disposiciones Generales. Tal afirmación la llevó a concluir que el amparo no es un derecho sino la garantía jurisdiccional de todos los derechos, debido a que la Constitución de Venezuela de 1999 trae al amparo en igual ubicación que en la Constitución de 1961, por lo cual sabe señalar, si se aplica el mismo razonamiento, el amparo no se ubica como un derecho sino como una frecuentemente como sinónimas, tanto en la práctica judicial como en la doctrina jurídica. Sin embargo, proceso deriva del latín processus, que significa palabra avance, progreso. Procedimiento deriva del verbo proceder y éste del latín jurídico procedo, en el sentido de proceder una acción judicial, literalmente avanzar o progresar, definiciones que establecen la diferencia conceptual de 28 ambos términos. Dentro de este marco, el amparo constitucional a la luz de la teoría general del proceso, es concebido como un procedimiento especial; concibiendo por procedimiento, el conjunto de actos realizados por el Juez, las partes, los terceros, el Ministerios Público, los auxiliares de justicias, en determinado tiempo y lugar conforme a una orden establecido por la ley, en efecto, es el conjunto de reglas que regulan del proceso, mientras que el proceso es el método por la ley para definir la justicia, por lo que un proceso puede contener varios procedimientos. Ahora bien, se puede señalar que el amparo constitucional es una institución procedimental, evidentemente, la finalidad tutelar del goce de los derechos y garantías constitucionales, por esto, los derechos fundamentales de la persona humana que no figuren expresamente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), dado que el amparo se trata de un verdadero procedimiento especial a la luz del procedimiento ordinario o común establecido en el Código de Procedimiento Civil en su artículo 22, y la especialidad deriva de su cognición sumaria, los especiales efectos de la sentencia. Ello explica la remisión expresa que hace el artículo 48, de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), a las normas procesales en vigor, igualmente el artículo del Código anteriormente señalado, ordena aplicar a los procedimientos especiales las normas generales contenidas en dicho instrumento cuando no haya una remisión expresa. 29 2.1.1.2. CARACTERÍSTICAS DEL AMPARO CONSTITUCIONAL De acuerdo a lo establecido en el artículo 27, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), y lo señalado por varios doctrinarios, se puede decir que las características más resaltantes del amparo constitucional son las siguientes:a). El amparo constitucional es un procedimiento judicial, es decir, un medio jurisdiccional dado que la solicitud de amparo debe solicitarse y tramitarse por ante los Tribunales de la República y no ante otro tipo de organismo. Al respecto, Rondón de Sansó (2000, p. 56), expresa: “el amparo como acción es un medio jurisdiccional por lo cual se excluye su ejercicio si se efectúa ante un organismo que no tenga tal carácter”. Por ende, no cabe la menor duda que el amparo constitucional se concreta a un procedimiento judicial especial y en algunas otras fórmulas a prestaciones judiciales que permiten la resolución de las controversias de derechos fundamentales en tiempo breve. b). El amparo constitucional protege a todos los habitantes del país; puede ser utilizado por cualquier persona que se encuentre en el territorio venezolano, independientemente de su condición nacional o extranjero. En otras palabras, cubre a todo habitante de la República, lo cual alúde a cualquier sujeto del ordenamiento que se encuentre en el territorio de la República, bien sea en forma temporal, permanente, accidental, forzada o voluntaria, hay que indicar lo importante del carácter territorial de la lesión o amenaza, en el sentido de que sólo puede accionar la persona física (natural) 30 o jurídica (domiciliada) que se encuentre en el país. c). Otra de las características esenciales del amparo constitucional, es que esta destinado a resolver controversias que se refieran a derechos constitucionales, estén o no estén consagrados en el texto fundamental, pues de no estar pueden ser igualmente objeto de protección siempre y cuando se consideren como inherente a la persona humana. En efecto, debe alegarse la violación directa de un derecho constitucional, es decir, sólo puede utilizarse para la defensa de derechos constitucionales. d). De conformidad con los establecido en la Carta Magna de 1999, en el artículo 27, se desarrollan las pautas para el desenvolvimiento del procedimiento del amparo constitucional, donde el mismo artículo establece que su tramitación debe ser breve, oral, gratuito, público y no sujeto a formalidades, eso fue la intención del constituyente por tener la condición de urgencia, lo cual debe ser admitida con celeridad, y resuelta en el menor tiempo posible. e). El amparo constitucional tiene carácter extraordinario, dado que sólo procede cuando no existan otras vías a través de las cuales se obtenga el restablecimiento de los derechos constitucionales vulnerados.En este sentido, Rondón de Sansó (2000, p. 64), afirma: La característica que ha sido atribuida al amparo con mayor insistencia es la de su naturaleza de medio especial y subsidiario, esto es, el de ser una modalidad de garantía jurídica que difiere de 31 los medios ordinariamente establecidos y que, como tal, tiene también carácter residual, por cuanto sólo es ejercible cuando hubiesen sido agotados todos los recursos ordinarios que, para el caso específico, el sistema jurídico prevé. No habría, en consecuencia, posibilidad de interponer la acción de amparo si hubiese sido prevista otra o un recurso para dilucidar la misma cuestión. En todo caso, la característica anterior puede resumirse de la siguiente manera; el carácter de residualidad del amparo es el más limitado de todos, en virtud de que sólo puede ser ejercida si han sido agotadas las vías ordinarias existentes; lo anterior implica que la pérdida de la eficacia del amparo ante las situaciones de urgencia, por cuanto antes de recurrir al amparo debe recorrerse el camino de todas las instancias procesales por lo que su establecimiento se identifica como un recurso. De esta manera, la subsidiaridad, que parecería ser idéntica a la residualidad, no así, por cuanto con la subsidiaridad no se pretende exigir el agotamiento de todas las vías judiciales existentes, sino en el caso concreto resulte evidente que ellas no existan el caso planteado. El carácter extraordinario, en virtud del cual el amparo solo sería posible ejercerlo cuando no exista otra vía judicial adecuada para obtener el mismo fin; pero, siempre que la misma no se considere inidónea para tender eficientemente a satisfacer la pretensión que el actor deduce. 2.1.1.3. PROCEDIMIENTO PROCESAL DEL AMPARO CONSTITUCIONAL En cuanto al procedimiento en el juicio de Amparo Constitucional, es 32 oportuno referirse a los estratos más resaltantes de la sentencia vinculante de la Sala Constitucional del 01 de febrero de 2000, con ponencia del Magistrado Dr. Jesús Eduardo Cabrera Romero, que deslinda los parámetros bajo los cuales debe desarrollarse el nuevo procedimiento de amparo constitucional con la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Por otra parte, de acuerdo al carácter vinculante de la sentencia antes mencionada, los Tribunales de la República, incluidas las Salas del Tribunal Supremo de Justicia, están obligados a acatarla, de conformidad con el artículo 335, de la Constitución Bolivariana de Venezuela (1999). De igual manera, se investiga el tema del procedimiento del amparo sobrevenido y de la facultad revisora de la Sala Constitucional, que resulta de la sentencia N° del 20/01/2000, (caso Emery Mata Millán). Sin duda, al hablar de las características del procedimiento del amparo constitucional, establecidas en el artículo 27, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), se señala; el procedimiento de la acción de amparo Constitucional será oral, público, breve, gratuito y no sujeto a formalidades. Estas son las características de oralidad y ausencia de formalidades que rigen estos procedimientos, las que permiten que la autoridad judicial restablezca, a la mayor brevedad, la situación jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella.En este sentido, el Artículo 27 ejusdem señala: 33 Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en el goce y ejercicio de los derechos y garantía constitucionales, aún de aquellos inherentes a la persona que no figuren expresamente en esta Constitución o en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos. Evidentemente, el procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral, público, breve, gratuito y no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial competente tendrá potestad para restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella. Todo tiempo será hábil y el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier otro asunto. Se observa que, la acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser impuesta por cualquier persona, y el detenido o detenida será puesta bajo la custodia del tribunal de manera inmediata, sin dilación alguna. E n este sentido, el ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno por la declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías constitucionales. Es por ello, que en la aplicación inmediata del artículo 27 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), exhorta a la Sala a proteger el procedimiento de amparo establecido en la Ley Orgánica de Amparo sobre derechos y garantías constitucionales (1998). En este sentido, el Artículo 335 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), señala. El Tribunal Supremo de Justicia garantizará la supremacía y efectividad de las normas y principios constitucionales; será el máximo y último intérprete de la Constitución y velará por su 34 uniforme interpretación y aplicación. Las interpretaciones que establezca la Sala Constitucional sobre el contenido o alcance de las normas y principios constitucionales son vinculantes para las otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de la República. Dentro de esta perspectiva, todo proceso jurisdiccional contencioso debe constreñirse a los establecido en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), la cualasigna el debido proceso, el cual; como lo señala dicho artículo, se aplicará sin discriminación a todas las actuaciones judiciales por lo que los elementos que conforman dicho proceso deben estar presentes en el procedimiento de amparo, y, por lo tanto; las normas procesales contenidas en la Ley Orgánica de Amparo (1988), deben igualmente adecuarse a las prescripciones del citado artículo 49.El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia: 1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer el tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley. 2. Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo contrario. 3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier caso de proceso, con las debidas garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente, por un tribunal competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quien no hable castellano o no pueda comunicarse de manera verbal, tiene derecho a un intérprete. 4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las garantías establecidas en esta Constitución y en la ley. Ninguna 35 persona podrá ser sometida a juicio sin conocer la identidad de quien lo juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción o por comisiones creadas para tal efecto. 5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra sí misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad. La confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de ninguna naturaleza. 6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no fueren previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes. 7. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos hechos en virtud de los cuales hubiese sido juzgada anteriormente. 8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de exigir la responsabilidad personal del magistrado o magistrada, juez o jueza y del Estado, y actuar contra éstos o éstas. Por consiguiente, el querellado, tiene derecho a que se le escuche a fin de defenderse, lo que implica que se le notifique efectivamente de la solicitud de amparo; de disponer del tiempo, así sea breve; para preparar su defensa; de la posibilidad, que tienen todas las partes, de rebatir y controlar los medios de prueba ofrecidos por el promovente, y por esto, el procedimiento de las acciones de amparo deben contener los elementos que acceden el debido proceso. Igualmente, el carácter vinculante del fallo, es indiscutible ante esas realidades que emanan de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), la Sala Constitucional, obrando dentro de la facultad que le otorga el artículo 335,ejusdem, de implantar interpretaciones sobre el contenido y alcance de las normas y principios constitucionales, las cuales 36 serán, en materia de amparo previsto en la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1998), diferenciando si se trata de amparos contra sentencias o de los otros amparos, excepto el cautelar, de la siguiente forma: En relación con, el procedimiento de todo tipo de amparo, excepto contra sentencias, la solicitud debe ir acompañada de la oferta probatoria y de la producción de la prueba escrita con que se cuenta para el momento de incoar la acción.Con relación a los amparos que no se interpongan contra sentencias, tal como lo expresa el Artículo 16, de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988): La acción de amparo es gratuita por excelencia. Para su tramitación no se empleará papel sellado ni estampillas y en caso de urgencia podrá interponerse por vía telegráfica. De ser así, deberá ser ratificada personalmente o mediante apoderado dentro de los tres (3) días siguientes. También procede su ejercicio en forma verbal y, en tal caso, el Juez deberá recogerla en un acta. También, el Artículo18, de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), el cual señala: En la solicitud de amparo se deberá expresar: 1) Los datos concernientes a la identificación de la persona agraviada y de la persona que actúe en su nombre, y en este caso con la suficiente identificación del poder conferido; 2) Residencia, lugar y domicilio, tanto del agraviado como del agraviante; 3) Suficiente señalamiento e identificación del agraviante, si fuere posible, e indicación de la circunstancia de localización; 4) Señalamiento del derecho o de las garantías constitucionales violados o amenazados de violación; 37 5) Descripción narrativa del hecho, acto, omisión y demás circunstancias que motiven la solicitud de amparo; 6) Y, cualquiera explicación complementaria relacionada con la situación jurídica infringida, a fin de ilustrar el criterio jurisdiccional. En caso de instancia verbal, se exigirán, en lo posible, los mismos requisitos. En este orden de ideas, el proceso se iniciará por escrito o en forma oral conforme a lo señalado en dichos artículos; pero el accionante, asimismo de los elementos descritos en el citado artículo 18ejusdem, se debe señalar además en su solicitud, las pruebas que desea promover, siendo una carga cuya omisión produce la preclusión de la oportunidad, no solo la de la oferta de las pruebas omitidas, sino la de la producción de todos los instrumentos escritos, audiovisuales o gráficos, con que cuenta para el momento de incoar la acción y que no promoviere y presentare con su escrito o interposición oral; prefiriéndose entre otros instrumentos a producir, aquellos que sean auténticos. En cuanto, a la valoración de pruebas, el principio de libertad de medios regirá estos procedimientos, valorándose las pruebas por la sana crítica, excepto la prueba instrumental, que tendrá los valores establecidos en los artículos 1359 y 1360, del Código Civil (1982), para los documentos públicos, y en el artículo 1363, para los documentos privados auténticos y otros que merezcan autenticidad, entre ellos los documentos públicos administrativos.A este respecto, señalan los artículos del Código Civil (1982): 38 Artículo 1.359. El instrumento público hace plena fe, así entre las partes como respecto de terceros, mientras no sea declarado falso: 1º, de los hechos jurídicos que el funcionario público declara haber efectuado, si tenía facultad para efectuarlos; 2º, de los hechos jurídicos que el funcionario público declara haber visto u oído, siempre que este facultado para hacerlos constar. Artículo 1.360 ejusdem.- El instrumento público hace plena fe, así entre las partes como respecto de terceros, de la verdad de las declaraciones formuladas por los otorgantes acerca de la realización del hecho jurídico a que el instrumento se contrae, salvo que en los casos y con los medios permitidos por la ley se demuestre la simulación. 2º. De los Instrumentos Privados Artículo 1.363 ejusdem.- El instrumento privado reconocido o tenido legalmente por reconocido, tiene entre las partes y respecto de terceros, la misma fuerza probatoria que el instrumento público en lo que se refiere al hecho material de las declaraciones; hace fe, hasta prueba en contrario, de la verdad de esas declaraciones. Trámite de admisión del amparo Como puede apreciarse, los Tribunales o la Sala Constitucional las cuales conozcan de la solicitud de amparo por aplicación de los artículos de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1998), admitirán o no el amparo, ordenarán que se amplíen los hechos y las pruebas, o se corrijan los defectos u omisiones de la solicitud, para lo cual se señalará un lapso, también preclusivo. Todo ello conforme a los artículos 17 y 19 de la ley in comento: Articulo 17. El Juez que conozca de la acción de amparo podrá ordenar, siempre que no signifique perjuicio irreparable para el actor, la evacuación de las pruebas que juzgue necesarias para el esclarecimiento de los hechos que aparezcan dudosos u oscuros. Se entenderá que hay perjuicio irreparable cuando exista otro medio de comprobación más acorde con la brevedad del procedimiento o cuando la prueba sea de difícil o improbable evacuación. Articulo 19. Si la solicitud fuere oscura o no llenare los requisitos 39 exigidos anteriormente especificados, se notificará al solicitante del amparo para que corrija el defecto u omisión dentro del lapso de cuarenta y ocho horas siguientes a la correspondiente notificación. Si no lo hiciere, la acción de amparo será declarada inadmisible. Citación del presunto agraviante, modos de practicarla, formalidades y lapso de comparecencia. En este orden de ideas, admitida la acción, se ordena la citación del presunto agraviante y la notificación al Ministerio Público para que concurran al tribunal a conocer el día en que se celebrará la audiencia oral, la cual tiene lugar, dentro de las noventa y seis (96) horas siguientes contadas a partir de la última notificación efectuada. Sin embargo, en cumplimiento con el principio de brevedad y falta de formalidad, la notificación podrá ser practicada mediante boleta, o comunicación telefónica, fax, telegrama, correo electrónico, o cualquier medio de comunicación interpersonal, bien por el órgano jurisdiccional o bien por el Alguacil del mismo, señalándose en la notificación la fecha de comparecencia del presunto agraviante y dejando el Secretario del órgano jurisdiccional en autos, constancia detallada de haberse efectuado la citación o notificación y de sus consecuencias. Por otra parte, el desarrollo de la audiencia constitucional, en la fecha de la comparecencia a la audiencia oral y pública, las partes pueden proponer sus alegatos y defensas ante la Sala Constitucional o el tribunal que conozcan de la causa en primer instancia, y ésta o éste decidirán si hay lugar a pruebas, en este caso, el presunto agraviante puede ofrecer las 40 pruebas que considere legales y pertinentes, criterio éste que rige la admisibilidad de las pruebas. Los hechos esenciales para la defensa del agraviante, así como los medios ofrecidos por él, se recogerán en un acta, al igual que las circunstancias del proceso. Cabe agregar, las consecuencias de la falta de comparecencia de las Partes. En principio, la falta de comparecencia del presunto agraviante a la audiencia oral, producirá los efectos previstos en el artículo 23 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988). El cual señala: Si el Juez no optare por restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida, conforme al artículo anterior, ordenará a la autoridad, entidad, organización social o a los particulares imputados de violar o amenazar el derecho o la garantía constitucionales, que en el término de cuarenta y ocho (48) horas, contadas a partir de la respectiva notificación, informe sobre la pretendida violación o amenaza que hubiere motivado la solicitud de amparo. Para continuar, la falta de informe correspondiente se entenderá como aceptación de los hechos incriminados;en este sentido, la falta de comparecencia del presunto agraviado da por terminado el procedimiento, a menos que el tribunal considere que los hechos alegados afecten el orden público, caso en que podrá inquirir sobre los hechos alegados, en un lapso breve, puesto que conforme el principio general contenido del artículo 11, del Código de Procedimiento Civil (1984), y el artículo 14 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), la materia de amparo es de orden público y el juez podrá tomar de oficio las providencias 41 que creyeren necesarias. Por lo tanto el artículo 11 establece: En materia civil el Juez no puede iniciar el proceso sino previa demanda de parte, pero puede proceder de oficio cuando la ley lo autorice, o cuando en resguardo del orden público o de las buenas costumbres, sea necesario dictar alguna providencia legal aunque no la soliciten las partes. Por tanto, en lo concerniente a los asuntos no contenciosos, por los cuales se solicite alguna resolución, los jueces pueden obrar con conocimiento de causa, y, al efecto, puedenrequerirla ampliación de la prueba sobre los puntos que encuentren deficientes, y aún requerir otras pruebas que juzgaren precisas; todo sin necesidad de losformulismos del juicio. La resolución que dictaren dejará siempre a salvo los derechos de terceros y se mantendrá en vigencia mientras no cambien las circunstancias y no sea solicitada su modificación o revocatoria por el interesado, caso en el cual, el Juez obrará también con conocimiento de causa. Señala el artículo 14de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), lo siguiente: La acción de amparo, tanto en lo principal como en lo incidental y en todo lo que de ella derive, hasta la ejecución de la providencia respectiva, es de eminente orden público. Las atribuciones inherentes al Ministerio Público no menoscaban los derechos y acciones de los particulares. La no-intervención del Ministerio Público en la acción de amparo no es causal de reposición ni de acción de nulidad. En lo relacionado, a la Litis consorcios necesarios activos o pasivos, cualquiera de los litis consortes que asistan a los actos, representan al 42 consorcio. (Principio de la Representación Recíproca). En este mismo sentido, en lo referente a la admisión y evacuación de pruebas, en la misma audiencia, el órgano jurisdiccional puede decretar cuáles son las pruebas admisibles y necesarias, y además ordenar, de ser admisibles, también en la misma audiencia, su evacuación, que se realizará en ese mismo día, con inmediación del órgano jurisdiccional, en cumplimiento del requisito de la oralidad pudiendo el Juez diferir para el día siguiente la evacuación de las pruebas. Del mismo modo, la elaboración de las actas del debate oral y de las pruebas, en las audiencias orales, deberán grabarse o registrar las actuaciones cumplidas en el procedimiento, asimismo se volcarán en actas que permitan al Juez de la Alzada conocer el devenir probatorio, a cuyo efecto se levantará acta de lo actuado, la cual firma el Juez, el Secretario y todos los intervinientes. De este modo, los Jueces Constitucionales están facultados para interrogar a las partes y a los comparecientes. No obstante, en lo que respecta a la oralidad, como principio contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), el procedimiento de amparo no debe estar sujeto a formalidades, por lo cual los trámites bajo los cuales se deberá desarrollarse las audiencias y la evacuación de las pruebas, si fueran necesarias, las dicta el tribunal que conozca del amparo, siempre manteniendo la igualdad entre las partes y el derecho de defensa. Por ende, todas las actuaciones son públicas, a menos que por 43 protección a derechos civiles de rango constitucional, como el establecido en el artículo 60 de Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), se resuelva que los actos orales sean a puerta cerrada, pero siempre como inmediación del tribunal. En este sentido el señalado artículo establece: Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación.La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y el pleno ejercicio de sus derechos. De igual modo, la relación de la causa una vez concluido el debate oral o las pruebas, el Juez o el Tribunal en el mismo día, estudia personalmenteel expediente o puede deliberar (en los casos de los Tribunales colegiados) y puede: a). Decidir inmediatamente; en cuyo caso dispondrá de forma oral los términos del dispositivo del fallo; el cual deberá ser publicado íntegramente dentro de los cinco días siguientes a la audiencia en la cual se dictó la decisión correspondiente. El fallo lo comunicará el juez o el presidente del Tribunal Colegiado pero la sentencia escrita la redactará el ponente o quien el Presidente del Tribunal Colegiado decida. b). Diferir la audiencia por un lapso que en ningún momento será mayor de 48 horas, por estimar que es necesaria la presentación o evacuación de alguna prueba que sea fundamental para decidir el caso, o a petición de alguna de las partes o del Ministerio Público. 44 En consecuencia, el dispositivo del fallo surtirá los efectos previstos en el artículo 29 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), mientras que la sentencia se redactará de acuerdo a lo previsto en el artículo 32,ejusdem. Articulo 29. El Juez que acuerde el restablecimiento de la situación jurídica infringida ordenará, en el dispositivo de la sentencia, que el mandamiento sea acatado por todas las autoridades de la República, so pena de incurrir en desobediencia a la autoridad. Articulo 32 ejusdem: La sentencia que acuerde el amparo constitucional deberá cumplir las siguientes exigencias formales: A) Mención concreta de la autoridad, del ente privado o de la persona contra cuya resolución o acto u omisión se conceda el amparo; B) Determinación precisa de la orden a cumplirse, con las especificaciones necesarias para su ejecución; C) Plazo para cumplir lo resuelto. En este sentido, en contra de la decisión dictada en primera instancia, puede apelarse dentro de los tres días siguientes a la publicación del fallo. La apelación se oirá en un solo efecto, a menos que se trate del fallo dictado en un proceso el cual, por excepción, tenga una sola instancia. De no apelarse, pero ser el fallo susceptible de consulta. Igualmente, debe proseguirse con el procedimiento establecido en el artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988); es decir, la sentencia debe ser consultada con el Tribunal Superior respectivo, al cual se le remitirá inmediatamente el expediente, dejando copia de la decisión para la ejecución inmediata, por el juzgado a quo. El juzgado superior decide en un lapso no mayor de treinta días. La falta de decisión equivale a una denegación de justicia, a menos que 45 por el volumen de consultas a decidir se haga necesario prorrogar las decisiones conforme al orden de entrada de las consultas al Tribunal de la segunda instancia. Articulo 35 Contra la decisión dictada en primera instancia sobre la solicitud de amparo se oirá apelación en un solo efecto. Si transcurridos tres (3), días de dictado el fallo, las partes, el Ministerio Público o los procuradores no interpusieren apelación, el fallo será consultado con el Tribunal Superior respectivo, al cual se le remitirá inmediatamente copia certificada de lo conducente. Este Tribunal decidirá dentro de un lapso no mayor de treinta (30) días. Por consiguiente, a efecto de facilitar la labor revisora a cargo de los jueces superiores, es preciso cumplir con lo establecido en el artículo 189 del Código de Procedimiento Civil (1984), concordándolo, desde luego; a la especial naturaleza del procedimiento de amparo. Por esto, las intervenciones y las declaraciones de las partes, las declaraciones de testigos y cualquiera otra diligencia del Tribunal que deban hacerse constar en el acta, podrán ser tomadas mediante el uso de algún medio técnico de reproducción o grabación del acto, por disposición del Tribunal o a solicitud de alguna de las partes. Por consiguiente, la grabación debe hacerse bajo la supervisión del Juez, el ordena realizar la versión escrita de su contenido, y así seincorpora a las actas del expediente en el mismo día, previa su lectura y aprobación por las partes y terceros que participen en los actos el acta será firmada además por el Juez y el Secretario.Por su parte, el fallo vinculante del Tribunal Supremo de Justicia sentencia asignada con el numero 1175, de fecha 23 de Noviembre de 2.010, expediente N° 08-1497, dice textualmente 46 "Que el artículo 189 del Código de Procedimiento Civil (1984), regirá la confección de las actas, a menos que las partes soliciten que los soportes de las actas se envíen al Tribunal Superior". El acta deberá contener la indicación de las personas que han intervenido y de las circunstancias de lugar y de tiempo en que se han cumplido las diligencias de que hace fe; debe además contener la descripción de las actividades cumplidas y de los reconocimientos efectuados. El acto deberá ser suscrito por el Juez y por el Secretario. Por ello, en la intervención de otras personas, el Secretario, después de dar lectura al acta, les exige la firma. Si alguna de ellas no pudiere o no quisiere firmar, se pondrá constancia de ese hecho.Las declaraciones de las partes, las posiciones juradas, las declaraciones de testigos y cualesquiera otras diligencias del Tribunal que deban hacerse constar en acta, podrán ser tomadas mediante el uso de algún medio técnico de reproducción o grabación del acto, por disposición del Tribunal o por solicitud de alguna de las partes. A causa de esto, la grabación se mantendrá bajo la custodia del Juez, el cual ordenará realizar la versión escrita de su contenido por el Secretario o algún amanuense bajo la dirección de aquél, o por alguna otra persona natural o jurídica, bajo juramento de cumplir fielmente su cometido. En todo caso el Secretario, dentro de un plazo de cinco días agregará al expediente la versión escrita del contenido de la grabación, firmada por el Juez y por el Secretario. Si ninguna de las partes hiciere objeción al acta, señalando expresamente alguna inexactitud, la misma se considerará admitida, pasados que sean cuatro días de su consignación en los autos. 47 En caso de objeciones, el Juez fijará día y hora para la revisión del acta con los interesados, oyendo nuevamente la grabación. De lo resuelto por el Juez en ese acto, no habrá recurso alguno. El costo de la grabación estará a cargo del solicitante, y en caso de disponerla de oficio el Tribunal, será de cargo de ambas partes. Con el fin de mantener el orden sistemático, a continuación se hace necesario una ligera glosa del fallo vinculante del Tribunal Supremo del 01/02/2000. En los amparos contra sentencias, las formalidades se simplificarán aún más. Inmediatamente que sea presentada la solicitud se le admitirá y se ordenará la notificación del juez o encargado del Tribunal, así como las partes en su domicilio procesal, de la oportunidad en que habrá de realizarse la audiencia oral. En esa oportunidad el Juez señalado como causante del agravio y las partes manifestarán sus razones y argumentos respecto a la acción. Los amparos contra sentencias se intentarán con copia certificada del fallo objeto de la acción, a menos que por la urgencia no pueda obtenerse a tiempo la copia certificada, caso en el cual se admitirán las copias previstas en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, no obstante en la audiencia oral deberá presentarse copia auténtica de la sentencia. Las partes del juicio donde se dictó el fallo impugnado podrán hacerse parte en el proceso de amparo, antes y aún dentro de la audiencia pública, mas no después, sin necesidad de probar su interés. Los terceros 48 coadyuvantes deberán demostrar su interés legítimo y directo para intervenir en los procesos de amparo de cualquier clase antes de la audiencia pública. La falta de comparecencia del juez que dicte el fallo impugnado o de quien este a cargo el Tribunal, no significará aceptación de los hechos, y el órgano que conoce del amparo, examinará la decisión impugnada.La labor revisora de las sentencias de amparo que atribuye el numeral 10 del artículo 336 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) a la Sala, será realizada en forma selectiva, sin atender a recurso específico y sin quedar vinculada la Sala por peticiones de las partes. Se trata de una vía excepcional que ejerce la Sala discrecionalmente, siempre que se trate de una sentencia definitivamente firme dictada en amparo constitucional, como lo exige el numeral 10 del artículo 336 de la Constitución. Por sentencia firme se entiende un fallo contra cual se hayan hecho valer los recursos ordinarios de impugnación establecidos en las leyes. Razón por la cual el fallo objeto del recurso de revisión exige que la sentencia haya sido dictada por un Tribunal que haya conocido del asunto en segunda instancia, bien sea con motivo de la apelación intentada por la parte perdidosa o con motivo de la consulta legal que exige el procedimiento de amparo. Ese poder se extiende también al desacato por parte de las demás Salas de ese Tribunal Supremo de Justicia, a los fallos vinculantes dictados por la Sala Constitucional de conformidad con lo establecido en la disposición 49 constitucional anteriormente citada.Por su parte, el Artículo 336 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Son atribuciones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia:..." Revisar las sentencias de amparo constitucional y de control de constitucionalidad de leyes o normas jurídicas dictadas por los tribunales de la República, en los términos establecidos por la ley orgánica respectiva. Es oportuno acotar, que la Sala no queda circunscrita en su poder de revisión a los señalamientos concretamente formulados por la parte afectada por el fallo impugnado, pudiendo la Sala declarar de oficio su nulidad si considera que los hechos probados tipifican otra infracción constitucional.Todos los jueces de la República, en el ámbito de sus competencias y conforme a lo previsto en la Constitución y en la ley; están en la obligación de asegurar la integridad de la Constitución mediante el ejercicio del control difuso. A cuyo efecto; en caso de incompatibilidad entre la Constitución y una ley u otra norma jurídica, aplicarán preferentemente las disposiciones constitucionales con lo cual coadyuvan con el Tribunal Supremo en la delicada tarea de garantizar la supremacía de la Constitución.El tratamiento de la figura del amparo sobrevenido ha sufrido una importante modificación en el fallo vinculante de la Sala Constitucional, en el sentido de no intentarse en adelante ante el mismo Tribunal autor del agravio, sino ante el Tribunal 50 Superior que conozca de la apelación. Dice al efecto el fallo en cuestión: "Las violaciones a la Constitución que cometan los jueces serán conocidas por los jueces de la apelación. A menos que sea necesario restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida, caso en que el amparo lo conocerá otro juez competente superior a quién cometió la falta, diferente a quien sentenció u ordenó el acto que contiene la violación o infracción constitucional, en estos casos, los que apliquen los artículos 23, 24 y 25 de la Ley Orgánica de Amparo (1988)." Cuando las violaciones a derechos y garantías constitucionales surgen en el curso de un proceso, debido a actuaciones de las partes, de terceros, de auxiliares de justicia o de funcionarios judiciales diferentes a los jueces, el amparo podrá interponerse ante el juez que esté conociendo la causa, quien los sustanciará y decidirá en cuaderno separado Con esta posibilidad, se hace evidente la necesidad de mantener esta importante manifestación del amparo constitucional, debido a la ventaja de ser dictada dentro el mismo proceso del cual se produce la lesión o amenaza de lesión de derechos constitucionales, manteniéndose así el principio de la unidad del proceso, a no tener que abrirse causas procesales distintas -con los retardos naturales que se producirían para verificar si efectivamente se ha producido la violación denunciada. Igualmente, se lograría la inmediación del juez con la causa que se le somete al conocimiento, la cual no sólo incidiría positivamente en la decisión 51 del amparo interpuesto, sino que también pudiera aportar elementos de juicio necesarios para tomar medidas, bien sean cautelares o definitivas, en la causa principal y en el propio amparo. Un aspecto a considerar en el procedimiento de amparo es la aplicación de la tutela judicial efectiva, ese nuevo concepto que sea de paso en nuestro Derecho como garantía del derecho del ciudadano a tener acceso a la justicia en forma expedita, sin dilaciones indebidas y sin formalismos o reposiciones inútiles. Se ha dicho que el derecho a la tutela judicial efectiva, es de amplísimo contenido, comprende el derecho a ser oído por los órganos de administración de justicia establecidos por el Estado, es decir, no sólo el derecho de acceso sino también el derecho a que, cumplidos los requisitos establecidos en las leyes adjetivas, los órganos judiciales conozcan el fondo de las pretensiones de los particulares y, mediante una decisión dictada en derecho, determinen el contenido y la extensión del derecho deducido. De allí que la Constitución señala que no se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales y que el proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia (artículo 257). Artículo 257, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán 52 un procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales. En un Estado social del derecho y de justicia (artículo No. 2 de la Constitución Nacional), que garantiza una justicia expedita, sin dilaciones indebidas y sin formalismos o reposiciones inútiles (artículo 26 ejusdem), la interpretación de las instituciones procesales debe ser amplia, tratando de que si bien el proceso sea una garantía para que las partes puedan ejercer su derecho de defensa, no por ello se convierta en una traba que impida lograr las garantías que el Constitucional 26 instaura. (Sala Constitucional, sentencia N° 708 de 10/05/2001).Artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles. Este criterio de la tutela judicial efectiva ha llevado a la Sala Constitucional a considerar que la decisión de un Tribunal de última instancia mediante la cual se declare inadmisible una acción, basada en un criterio erróneo del juzgador, concretaría una infracción en la situación jurídica de quien interpone la acción y del derecho a la tutela judicial efectiva, lo cual 53 puede ser analizado de oficio por el juez constitucional aunque no haya sido alegado por los accionantes. (Sala Constitucional, sentencia N° 708 de 10/05/2001). Por su parte, la tutela judicial efectiva conlleva también a que las personas llamadas a un proceso, o que de alguna manera intervengan en el mismo en condición de partes, gocen ampliamente del derecho y garantía constitucional a la tutela jurisdiccional efectiva, en el sentido de tener igual acceso a la jurisdicción para su defensa; a que se respete el debido proceso; a que la controversia sea resuelta en un plazo razonable; y, a que, una vez dictada sentencia motivada, ésta se ejecute, a los fines que se verifique cabalmente la efectividad de sus pronunciamientos (Sala Constitucional, sentencia N° 72, de 26/01/2001). En definitiva, el amparo es considerado a un proceso cautelar y restitutorio, tendente únicamente a la constatación de la violación o amenaza de violación del derecho o garantía constitucional, a objeto de que se le restablezca al solicitante el pleno goce y ejercicio de tales derechos sin prejuzgar sobre ninguna otra materia, quedando abiertas a las partes las vías ordinarias para reclamar las indemnizaciones o restituciones a que haya lugar en derecho. 2.1.1.4. EFECTOS DEL AMPARO CONSTITUCIONAL El amparo es una institución jurídica ubicada por encima de todo instrumento de control de la constitucionalidad y de la legalidad, pues es una garantía constitucional que tiene por objeto velar, proteger, salvaguardar el 54 cumplimiento de los derechos fundamentales, debiendo ser, en términos formales, un procedimiento rápido y efectivo que tengan las personas para defenderse de las arbitrariedades que lesionan sus derechos fundamentales. De este modo, el amparo se revela como una garantía que goza de inmediata protección en el texto constitucional, debiendo dichas disposiciones activarse ante violaciones o amenazas de violación de tales derechos; decimos, las que consagran los artículos 26 y 27 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), para que, de esta manera, se comporte como un determinante procurador de derechos subjetivos, a través de aspectos adjetivos, los cuales deben accionar los ciudadanos. Con esta concepción, se difiere con la opinión de Casal (2004, p. 95), donde afirma que, “entre los instrumentos del control de la constitucionalidad se encuentra, el amparo constitucional”. Así, de acogerse la opinión del profesor Casal, el amparo sería interpretado como derecho, sencillamente un derecho sustantivo de los tantos que la Constitución otorga a los Ciudadanos para su interrelación normal. Por lo que, quedaría al margen la consideración que se hace en la exposición de motivos la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, acerca de su expreso reconocimiento como garantía reforzada para la tutela judicial de los derechos humanos. Consecuencialmente, la defensa inmediata del derecho del quejoso ante una lesión o amenaza a uno de sus derechos constitucionales, pues, por esa vía que no compartimos; decimos, como mero instrumento de control de la constitucionalidad, es posible que le sobrevengan requisitos de 55 admisibilidad como el del caso Banvenez, con ello el alejamiento de la inmediata protección constitucional que debería operar. Por ello, se hace énfasis en la idea de que, efectivamente, el amparo podría ser utilizado como una herramienta de control de la constitucionalidad, pero no debe limitarse a este aspecto porque se corre el riesgo de que se maneje sólo como un instrumento de control objetivo de la constitucionalidad en perjuicio de su naturaleza, la cual está referida, como tantas veces afirmamos, a ser un juicio eminentemente subjetivo, procurador de los derechos fundamentales. En cuanto a los efectos Jurídicos Materiales, tiene lugar en la consideración del amparo como un juicio breve, sumario, no sujeto a formalidades que requiere la ilustración probatoria al juez sobre la denuncia de violación de un derecho fundamental, la cual debe resultar de autos tan grave como evidente. Justo aquí, el poder inquisitivo del juez permite verificar, por argumento contrario, el cumplimiento de los requisitos establecidos en el artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), ya que los mismos precisan los requisitos de inadmisibilidad. Además de la falta de subsanación de omisiones que le hubieran sido señaladas al actor, por el juez, a través del despacho saneador que contempla el artículo 19 de la referida ley; aun así, de acuerdo a su carácter de juez constitucional establecido en el 334 de la Constitución de la 56 República Bolivariana de Venezuela (1999), el juez de amparo tiene amplios poderes para ejercer el control de la constitucionalidad. De tal manera que, si se declara la inexistencia de causales de inadmisibilidad, siguiendo a Linares, no podrá lógicamente, el juez, hacer un pronunciamiento del fondo del asunto pretendido y menos tener algún efecto material su sentencia; no obstante, el justiciable, de creerse asistido en el derecho pretendido, podrá acudir a la vía ordinaria a procurar justicia, en perfecta armonía con sus derechos a la tutela judicial efectiva y acceso a la justicia. En cuanto a los efectos de la Sentencia desestimatoria de la pretensión, Se produce cuando el juez entra a analizar el petium que, desde luego, trátase de la denuncia de una lesión u amenaza a un derecho fundamental y puede suceder que de los autos aparezca suficientemente probado o deducido el daño inminente. Ahora bien, si es el caso contrario al anterior, es decir, que de los autos no parece probado o deducido el daño inminente o, simplemente, el quejoso no tiene razón, se declarará, obviamente, desestimada la pretensión y se podrá, a tenor del artículo 28 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), ordenar el arresto hasta por 10 días, del quejoso, si procedió de forma temeraria e, igualmente, condenar en costas, de acuerdo al artículo 33 de la señalada Ley, a la parte perdidosa. Pero, sólo proceden costas entre particulares, tal como lo estableció la sentencia de la Sala Constitucional número 320, de fecha 04 de mayo del 2000, en el caso 57 Seguros la Occidental. En cuanto al efecto restitutorio al efecto mixto del amparo constitucional, De acuerdo a lo planteado anteriormente, no es necesario, a nuestro juicio, hacer una exposición cabal de los temas: supremacía y supra legalidad constitucional, constitución como norma jurídica y, el rol de los derechos fundamentales en la limitación del poder, para aseverar que los derechos fundamentales se encuentran consagrados en el título III de nuestra Constitución Nacional (1999), con una protección reforzada y con aplicación preferente e inmediata a cualquier otra norma jurídica. En consecuencia, siendo el amparo constitucional un dispositivo procesal sumario, breve y sin formalidad, que procura proteger y salvaguardar los derechos fundamentales, a partir del análisis de la situación fáctica de la persona frente a la norma constitucional, a través del cual los jueces de la República deben. Con aplicación de la norma constitucional, conjuntamente con la ponderación de sus valores, principios, con el método del equilibrio y el uso de la técnica de la ponderación, sentenciar favorablemente al quejoso, cuyo mandamiento debe ser de naturaleza mixta, a su vez de condena o indemnizatorio; además, de otros efectos de acuerdo al caso planteado. No únicamente de carácter restitutorio. Obviamente, siempre que, en tal caso, la pretensión sea admisible, que de autos consten probados suficientemente sus dichos y además, que le asista la razón. Por ello, si el juez, de acuerdo al artículo 27 de la Constitución de la 58 República Bolivariana de Venezuela (1999), no se pronuncia sobre este restablecimiento en términos amplios, es decir, atendiendo más allá de restablecer, el mandato de la conjunción disyuntiva de este artículo que establece: “… o la situación que más se asemeje a ella….”; contrariamente, violaría el derecho a la tutela judicial efectiva, prevista en el artículo 26,ejusdem, pues, no se estaría haciendo justicia al quejoso ni su pretensión entendida, conforme es consustancial al Estado de Derecho mismo. En todo caso, esta confusión entre restablecimiento y restitución, se aprecia fácilmente de la Sala Político-Administrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia, caso María Isabel Gomis, de fecha 03 de febrero del 1998; al respecto, quedó establecido: Ha sostenido reiteradamente este Supremo Tribunal en jurisprudencia que una vez más ratifica- que uno de los caracteres fundamentales de la acción de amparo es el de ser un medio judicial restablecedor, tendente a restituir la situación infringida, esto es, a poner de nuevo al solicitante en el goce en el goce de los derechos fundamentales que le han sido menoscabados. De acuerdo con esta interpretación, se aprecia, toda acción de amparo devendría en inadmisible por irreparabilidad, toda vez que absolutamente nada puede volver íntegramente al estado que tenía antes de la violación constitucional. De tal suerte que este restablecimiento no puede seguir siendo interpretado en la forma como lo ha entendido la jurisprudencia, por cuanto el restablecimiento está referido a la necesidad de protección urgente de un sujeto frente a las violaciones de sus derechos constitucionales sin 59 que, necesariamente, implique colocar al sujeto de forma definitiva en la situación previa a la violación o amenaza. En cambio, el alcance del restablecimiento debería estar supeditado al objeto material contra el cual se dirige la acción y, por otro lado, va a depender de la forma procesal en que haya sido ejercido el amparo constitucional, esto es, de forma autónoma o unido a otra acción, es decir, con el carácter cautelar. El Derecho histórico distinguía perfectamente nuestro punto de vista sobre el restablecimiento integral. Así, se conoció antiguamente la restitutio in integrum, el cual es expuesto por la Enciclopedia Jurídica OPUS (1995, p. 463), de la siguiente manera: Lat. Restitución por entero. Medida jurídica consistente en la cancelación plena de los efectos y consecuencias de un hecho o negocio jurídico, restableciendo la cosa o situación en su estado anterior, como si tal hecho o negocio jurídico no se hubiese realizado. En la esfera del Derecho Procesal romano constituye una de las medidas que tiene a su alcance el magistrado para solucionar una cuestión en virtud de su imperium. La concedía por decreto, previo conocimiento de causa, estimada justa, presente el adversario o declarada su contumacia. A su vez, Cabanellas (1997, p. 206), expone sobre dicho concepto lo siguiente: Beneficio extraordinario, proveniente del Derecho Romano, concedido a favor de determinadas personas que habían padecido lesión en un acto o contrato, aun cuando fuera legítimo, para obtener la reintegración o reposición de las cosas en el estado que tenían antes del daño o perjuicio. Su fundamento se encuentra en la equidad; en el deseo de proteger a los menores o incapaces, e incluso a personas abstractas, por su trascendencia. 60 En lo referente, a los efectos jurídicos procesales, el sistema de justicia constitucional patrio ha cambiado con relación a este tema de la Cosa Juzgada, evidentemente por lo contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 336, ordinal 10, sobre la revisión de sentencia; sin embargo, se conviene doctrinariamente en que existe cosa juzgada material y formal, caracterizada por la Inimpuganablidad, Inmutabilidad, Coercibilidad, de los fallos que la causan. De tal forma que, si la sentencia se revela como coercible, hablamos de cosa juzgada material y, si es de tipo formal, es cuando se juzga sobre la situación jurídica de un accionante, un accionado frente una cosa objeto de la disputa, dentro de un proceso determinado y cuya decisión se revela como inmutable. En todo caso, desde un punto de vista crítico y de acuerdo al análisis de la doctrina judicial patria, se puede decir que es dudoso que exista Cosa Juzgada, a propósito de la revisión de sentencia prevista en el mencionado artículo 336, ordinal 10, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), pues, de la decisión número 660, de fecha 30 de marzo del 2006, caso Julián Isaías Rodríguez Díaz, en su condición de Fiscal General de la República, se observa que existe, tal como establece la Constitución, toda una doctrina judicial dirigida a considerar a la revisión constitucional como recurso extraordinario contra las sentencias definitivamente firmes y en las decisiones donde se haya desaplicado una norma legal o que haya aplicado una norma constitucional, en vez de una legal. 61 Pero, hasta tal fecha, de acuerdo a la sentencia número 3509, 16 de diciembre del 2003, en el caso Orlando José Rodríguez, la Sala Constitucional consideraba que también la revisión constitucional operaba para los casos donde no existía aún sentencia definitivamente firme; salvo el voto disidente del Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz, quien advirtió de este grave precedente para la Cosa Juzgada. Igualmente, en las decisiones producto del control difuso de la constitucionalidad se ha puesto en entredicho la Cosa Juzgada, tal como se aprecia en la sentencia número 3126, de fecha 15 de diciembre del 2004, con ponencia del Magistrado Antonio J. García García, al juzgar que la revisión podía llegar a tocar incluso el fondo del asunto debatido. Sin embargo, a lo mejor por cuestiones de operatividad entendió que no era conveniente asumir todo el trabajo de los tribunales del país, por lo que en las sentencias números: 1696, 731, 1596, de los años, 2005 y 2006, las dos últimas, indican que las decisiones objeto de revisión constitucional, enmarcan el criterio que deben apreciar los jueces para decidir. Sin embargo, en materia de control difuso, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en aras de precisar los asuntos debatidos en la sentencia número 1225, de fecha 19 de octubre del 2000, estimó que los jueces deberían elevar un informe a la Sala Constitucional y señalar inequívocamente si la decisión quedó definitivamente firme, criterio ratificado 62 en las sentencias números: 2085 y 2793, ambos del 2004; no obstante, se aprecia el conocido caso la viuda de Carmona, que estas sentencias de revisión constitucional se revelan como casuísticas, pues, se pronunció sobre el fondo del asunto debatido, poniendo en entredicho el valor de la cosa juzgada. Igualmente, el amparo contra sentencia ataca la Cosa juzgada, de la cual ya establecía la Sala de Casación Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia, lo cual sería solo aparente si produce violación de los derechos constitucionales. En todo caso, en sentencia 1648, fechada 26 de noviembre del 2009, la Sala Constitucional, estableció un nuevo criterio en cuanto a la revisión constitucional: En definitiva, desde el texto del artículo 336, cardinal 10, de la Constitución, posteriormente objeto de desarrollo por el artículo 5, cardinales 4 y 16, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, los criterios de la Sala en materia de revisión constitucional han ido evolucionando y delimitando el alcance, objeto y finalidad de este medio procesal constitucional, al punto de que se pueda considerar, en la actualidad, que son objeto de revisión constitucional por parte de esta Sala, las sentencias definitivamente firmes de otras Salas de este Supremo Tribunal cuando se alegue que violen principios jurídicos fundamentales que estén contenidos en la Constitución o Convenios Internacionales –lato sensu- que hayan sido suscritos y ratificados válidamente por la República, o que hayan sido dictadas como consecuencia de un error inexcusable, dolo, cohecho o prevaricación; asimismo, son objeto de revisión las sentencias definitivamente firmes de amparo constitucional y control de la constitucionalidad de leyes o normas jurídicas que sean expedidas por los demás Tribunales de la República. En estos casos, la revisión constitucional tendrá dos posibles finalidades: una objetiva, tendente a la salvaguarda de la uniformidad en la 63 interpretación y aplicación del Texto Fundamental y, si se trata de un veredicto de otra Sala del Tribunal Supremo de Justicia, además, una subjetiva, para el control de la violación a derechos constitucionales. Así se declara. (…)” En suma, la doctrina venezolanaconsidera que el amparo constitucional solo produce cosa juzgada formal. Por ende, se aportan dos debatas fundamentales: la posible variación de estado del hecho, que implica, que como el juicio de amparo constitucional es un juicio breve, sumario, sin formalidades no esenciales, donde se denuncia la infracción de un derecho fundamental y cuya sentencia, va a proteger aquel derecho fundamental, pero dentro determinada situación fáctica. Por el contrario, si llegase a cambiar la situación fáctica que se protegió por encuadrar en determinado supuesto de hecho, la sentencia de amparo ya no causaría en ese caso, cosa juzgada entre las partes y, si se llegase a denunciar nuevamente el hecho, el mismo u otra variante del hecho, el fallo anterior no podrá oponerse como cosa juzgada, puesto que materialmente la decisión, habría examinado otro supuesto de hecho. En tal caso, al ventilar un nuevo juicio, el amparo no tendrá valor sino de simple prueba. 2.1.2. DERECHOS LABORALES DEL TRABAJADOR En los últimos años, según Gaudu (2006, p. 7), la materia de los derechos de los trabajadores ha sido entidad de especial atención y estudio en el campo del Derecho del Trabajo. Los derechos humanos, los derechos fundamentales en el trabajo, los derechos de la persona del trabajador, han tenido un desarrollo particular en los estudios y trabajos de investigación en 64 diversos países, lo que ha repercutido en la normativa y en variados instrumentos. Asimismo, conceptos como el de ciudadanía en las empresas, han venido a poner el acento en el grupo de derechos de la persona del trabajador, además de los derechos que surgen de su condición de trabajador. Otra tendencia de gran importancia vinculada con la anterior es la invocación de los principios y disposiciones constitucionales de modo de lograr una mayor protección de los trabajadores. De acuerdo a ello ha incidido la jurisprudencia de los Tribunales Constitucionales de los diversos países. Y ha llevado a algunos a preguntarse si se está en camino de un retorno del garantismo. Sin embargo, las dos directricesreseñadas se apuntan en un movimiento mundial de respeto y tutela de los derechos, y también se observan en la actualidad en otras disciplinas, como el caso, del derecho civil. Por ello, los civilistas en diversas naciones también recurren a los principios generales con recepción constitucional para su aplicación en caso de vacío legal. Asimismo, es capaz de sometersetendencias que han incidido efectivamente en el campo del Derecho del Trabajo, ampliando el sistema de protección en varios países, lo que ha sido posible en los hechos por su recepción jurisprudencial. Según Bronstein (2007, p. 35), una importante “corriente jurisprudencial de los tribunales de trabajo, cortes supremas y 65 tribunales constitucionales en América Latina ha relaboralizado” las relaciones de trabajo, y ha afirmado el denominado “bloque de constitucionalidad”. Por su parte, una de las propensiones de mayor preeminencia en la actualidad en el campo del Derecho del Trabajo es la globalización de los derechos laborales. El pensamiento de determinados derechos laborales deben ser respetados, cualquiera sea el país en el que se preste la actividad, ha cobrado un nuevo impulso y presenta nuevos modos de llevarla a la práctica. Se trata de derechos laborales de aplicación en todo el mundo. Se observa, cómo esta tendencia acarreo cambios en el sistema de fuentes del Derecho del Trabajo. Debe hacer faltanosuponer una disminución de las condiciones de trabajo existentes, ni pretende sustituir la legislación. Los caminos para la aplicación de un elenco de derechos laborales universales en épocas recientes han sido varios, mencionaré sólo algunos. Asimismo, la declaración de principios y derechos fundamentales en el trabajo de la Organización Internacional del Trabajo de 1998 que expresa que los Miembros, por la sola pertenencia a la Organización, tienen el compromiso de respetar y hacer realidad los principios y derechos fundamentales que en ella se explicitan, con independencia de la ratificación o no del Convenio Internacional de Trabajo respectivo, puede encontrarse en el camino hacia un “orden público social internacional” (Supiot, 2006, p. 7). Aunque el contenido de la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo de 1998 sea reducido, ello no implica restar relevancia a otros derechos. Interesa especialmente el sistema por el cual se establece la 66 obligatoriedad del cumplimiento de los principios y derechos fundamentales en el trabajo recogidos en dicha Declaración. De todos modos, como sostiene Supiot (2006, p. 7), dicha “Nómina puede verse complementada por otros pronunciamientos de la propia Conferencia Internacional del Trabajo”, tal como ha ocurrido con la seguridad social, respecto a la cual la Conferencia ha expresado en el 2001 (89 ª reunión) que es un derecho humano fundamental (conclusión nº 2). Si bien, esta tendencia se ha visto favorecida por los desafíos que plantea la globalización, trasciende dicha cuestión. Tiene que ver más precisamente, con una conciencia universal de respeto de los derechos laborales, con un orden público social, que seguramente será en el futuro un orden público social internacional. En suma, de acuerdo a lo expuesto, se infiere que el trabajo subordinado, regula algunos de estos principios y derechos contenidos en los distintos instrumentos mencionados también refieren al trabajo autónomo. Como por ejemplo, la prohibición del trabajo infantil, o el derecho a trabajar en un ambiente libre de toda discriminación, o libre de toda forma de acoso laboral.Esto se relaciona con otra directriz anunciada pero aún no completada, la referida a la ampliación del campo del Derecho del Trabajo para percibir todo tipo trabajo, comprendiendo contractuales y distintos niveles de protección. varias modalidades 67 2.1.2.1. DERECHO A LAS PRESTACIONES SOCIALES La institución laboral señalada en la actualidad, como lo son las prestaciones socialesse estableció en la legislación del trabajo en Venezuela en la Ley del Trabajo del año 1936, como la llamada indemnización de antigüedad y, procedía en los casos siguientes: a) Despido del trabajador por el patrono sin justo motivo; b) Retiro del trabajador con justo motivo; y, c) Por extensión, en los demás casos de ruptura de la relación laboral ajenos a la voluntad del trabajador. Por su parte, Caldera en su clásica obra (1936, p. 295), apunta una serie de elementos que caracterizan esta institución desde su origen. Al efecto señala: “…existe otra indemnización para el caso de la ruptura del vínculo de trabajo, que es creación del Derecho del Trabajo y obedece a un imperativo de neta Justicia Social: la “Indemnización por despido”, que es en nuestro Derecho, más perfecto en eso que el de otros países americanos, la ‘indemnización por antigüedad’ ”. Seguidamente, Bortolotto, citado por Caldera (1936, p. 296), señala “la indemnización de antigüedad se considera como correlación por reconocimiento del servicio prestado y como indemnización de previsión a favor del trabajador”; en cuanto se supone que la empresa acumula en su ventaja un ahorro proporcionado al tiempo de servicio, para el período de necesidad. Como diceFolch (2000, p. 296)“La indemnización de antigüedad es, pues, para el trabajador, “un derecho, de carácter económico, nacido de 68 su permanencia en una misma empresa, colaborando a su actividad productora” La institución laboral que se conoce con el nombre de “prestaciones sociales” ha evolucionado con el tiempo. En el presente no intervienen las causas de la terminación de la relación laboral para su procedencia como derecho del trabajador y, por lo tanto, ha perdido el carácter indemnizatorio ya que no existe daño que resarcir o reparar, pues, no es tal, la permanencia de un trabajador al servicio de un empleador. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 92, establece las bases de esta institución, al respecto señala: Todos los trabajadores y trabajadoras tienen derecho a prestaciones sociales que les recompensen la antigüedad en el servicio y los amparen en caso de cesantía. El salario y las prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata. Toda mora en su pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor y gozarán de los mismos privilegios y garantías de la deuda principal. El Constituyente del año 1999 fue sumamente claro y preciso al determinar las características de la institución laboral, a saber:a)Es un derecho de todo trabajador y trabajadora independientemente del carácter público o privado del empleador.b) Es una recompensa por el tiempo de servicio prestado o duración de la relación laboral y una medida de protección en caso de cesantía. c) El salario y, también, las prestaciones sociales, son créditos laborales de exigibilidad inmediata, es decir, no se trata de un crédito civil o 69 mercantil, es, sólo, laboral, y dicho crédito, es de exigibilidad inmediata, debe ser pagado por el empleador al trabajador al momento que se causa u obtiene el derecho.d) Toda mora en el pago, se refiere tanto al salario como a las prestaciones sociales, genera intereses. Por su parte, Calderón, (2006, p. 249) sostiene lo siguiente: Los intereses moratorios “los ha previsto la ley sustantiva; a tenor de la anterior Ley del Trabajo y hoy de la Ley Orgánica del Trabajo y su reforma, siempre se ha estimado que las prestaciones sociales de antigüedad generan intereses”, tanto en vigencia de la relación laboral, como según la interpretación jurisprudencial, después de culminada la misma, si no han sido honradas de forma inmediata. Más aun, continúa la autora, esta institución ha avanzado, pues de prever para el pago de las prestaciones sociales vigente la relación laboral, un interés de acuerdo a una tasa fija que establecía el Banco Central de Venezuela (B.C.V.), saltó a la pluralidad de tasas, dependiendo del caso, es decir, activa (en forma de sanción, pero no a la mora), promedio entre la activa y la pasiva fijada por el B.C.V. (acreditación en la contabilidad de la empresa).Los intereses moratorios, no son otra cosa que la sanción efectiva por el retardo en el pago de una obligación contraída en dinero a)La deuda principal, se refiere al salario y las prestaciones sociales, y la deuda accesoria, es decir, los intereses por inoportunidad en su pago, constituyen para el trabajador una acreencia privilegiada. Una deuda es 70 privilegiada, tal es el caso de la contraída con garantía hipotecaria o pignoraticia, porque tiene preferencia sobre otras en caso de concurrencia de créditos, así lo sostiene G. Cabanellas en su Diccionario de Derecho Usual. b) La mora en el pago del salario y las prestaciones sociales genera intereses que se constituyen en “deudas de valor”. Una deuda de valor es aquella que: “no nace con un quantum específico, pero que utilizan la moneda como patrón a los fines de su cumplimiento”. Son aquellas donde las monedas no son en sí el objeto de la obligación, sino la forma establecida de cumplir con la misma. La institución laboral “prestaciones sociales” ha tenido en Venezuela una importante evolución y desarrollo legislativo. Nace en la Ley del Trabajo del año 1936 y va obteniendo mejoras cualitativas y cuantitativas en las reformas de 1945, 1947, 1966, 1974, 1975, y 1983. La Ley del año 36 se mantiene vigente hasta el año 1991. En el año 1974, se supera la condición de derecho del trabajador sólo cuando el término de la relación laboral se produce por justa causa. A partir de esa fecha es un derecho adquirido de todo trabajador bien sea que se desenvuelva en el sector público o en el sector privado y cualquiera sea la causa de la terminación de la relación laboral. En 1990 se sanciona y promulga la Ley Orgánica del Trabajo (LOT), la cual entra en vigencia el 01-05-1991. En esta Ley se fusiona en una sola institución, bajo el 71 nombre de indemnización de antigüedad, las instituciones de auxilio de cesantía y antigüedad establecidas en la legislación derogada. En el año 1997 se reforma parcialmente la Ley Orgánica del Trabajo y se produce la modificación mas sustantiva que ha sufrido la institución de las prestaciones sociales. Dos artículos de la Ley in comento resultan claves para entender el nuevo régimen de prestaciones sociales: el artículo 108 y el artículo 672. El primero, el artículo 108, conjuntamente con los artículos 125, 133 y 146, desarrolla extensamente la institución laboral. El segundo, el 672, preserva los regímenes de prestaciones sociales de fuentes distintas a la ley laboral venezolana.El régimen establecido en el artículo 108 tiene, entre otros, los caracteres siguientes: a) El derecho del trabajador a cobrar la “prestación de antigüedad” nace a partir del tercer mes de servicio ininterrumpido. b) La liquidación es mensual, a razón de 5 días de salario del mes anterior por cada mes de servicio, con un adicional de 2 días, a partir del segundo año de servicio hasta acumular un total de 30 días; en total, el trabajador puede alcanzar hasta 90 días de salario por concepto de prestación de antigüedad, dependiendo de la antigüedad en el servicio. c) A los fines de la colocación o depósito por parte del empleador de la prestación de antigüedad, en la forma como ésta se causa, impera la voluntad del trabajador. d) Lo depositado o acreditado mensualmente se pagará al término de la relación de trabajo y devengará intereses según las siguientes opciones: 1. 72 Al rendimiento del fideicomiso o los fondos de prestaciones de antigüedad o la tasa de mercado si fuere en una entidad financiera; 2. A la tasa activa determinada por el Banco Central de Venezuela, si el trabajador hubiese requerido del empleador el lugar del depósito y éste no cumpliere lo solicitado; y, 3. A la tasa promedio entre la activa y pasiva, determinada por el BCV, tomando como referencia los seis (6) principales bancos comerciales y universales del país, si fuere en la contabilidad de la empresa. e) El trabajador podrá retirar hasta el 75% de lo depositado por los motivos fijados por la Ley. f) Los intereses serán acreditados mensualmente y pagados al cumplir cada año de servicio, salvo que el trabajador, mediante manifestación escrita, decidiere capitalizarlos. g) El campo de aplicación subjetivo de este régimen comprende tanto a los trabajadores subordinados del sector público como del sector privado. El artículo 672 de la Ley Orgánica del Trabajo (2007), regula los regímenes de prestaciones sociales que no transitaron o migraron al nuevo régimen (108 L.O.T.) sino que permanecieron bajo las condiciones anteriores. En este caso se encuentran los trabajadores de varias universidades nacionales y, podrían o deberían estar los trabajadores que si transitaron pero el empleador no cumplió con los términos del cambio. Consecuentemente, el artículo 672, es muy claro y preciso: “Los regímenes de fuentes distintas a esta Ley, que en su conjunto fueren más favorables al sancionado en los artículos 108, 125, 133 y 146 de esta Ley, se aplicarán con preferencia en su integridad y no serán acumulativos en ningún 73 caso”.No hay duda alguna que el legislador orgánico se refiere a los regímenes convencionales, es decir, los alcanzados por los trabajadores mediante la contratación colectiva u otro tipo de convención laboral. Otros artículos de la Ley Orgánica del Trabajo (2007),que fundamentan y dan protección a la institución de las “prestaciones sociales” son el artículo 159 y 160 referidos al privilegio del salario, las prestaciones e indemnizaciones y cualesquiera otros créditos debidos al trabajador con ocasión de la relación de trabajo. La Ley de Carrera Administrativa (1975) y, en la actualidad, la Ley del Estatuto de la Función Pública (2002), no crearon un régimen especial de prestaciones sociales para el funcionariado público. Al establecer y reconocer el derecho remitieron su ejecución a la legislación laboral ordinaria. 2.1.2.2. DERECHO A UN SALARIO Y REMUNERACIÓN JUSTA Conforme a los artículos 87 y 91 de la constitución de Venezuela (1999), relacionados con normativa supra legal contenida en Convenios y Tratados Internacionales, entre ellos Convenio 95 de la Organización Internacional de Trabajo, artículos 23 y 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y normativa legal (Ley Orgánica del Trabajo, 2007) concordante, todo trabajador tiene el derecho a una remuneración justa o salario justo. Por su parte, Cabanellas (2003, p. 574) señala que “La equivalencia no solamente entre lo que se produce y lo que se precisa, sino 74 entre lo requerido además por el hombre para cubrir sus primigenia necesidades, constituye el salario” Es por ello, que el concepto de salario justo dice relación con dos presupuestos: que al no ser mercancía el trabajo, el precio o valor que se le asigne no puede ser unilateralmente impuesto por el patrono; y, segundo, que la naturaleza intrínseca del trabajo es ser fuente de creación de valor o riqueza, pero con resguardo de la dignidad, por lo que el salario debe ser retribuido justamente esto es en acorde correspondencia y proporción a su valor. Por otra parte, el título jurídico o causa obligacional del pago del salario está en la prestación efectiva el trabajo, no en el convenio o contrato. Para que el proceso del trabajo sea manifestación de realización plena del hombre, debe ser justamente retribuido. Estas ideas se recogen en normativa superior, y de la siguiente manera en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículos 23 y 25, interdependientes por su conexión sustantiva.Por su parte el de la Constitución de la artículo91 República Bolivariana de Venezuela (1999), indican que el trabajo debe ser debidamente remunerado, esto es una remuneración justa o salario justo, y asimismo que debe procurarse por vía de salario mínimo bienestar y existencia digna al trabajador. Debe entonces, distinguirse los conceptos salario justo y salario mínimo, ambos de rango constitucional y supra legal. El salario mínimo no 75 satisface ni agota los alcances del concepto salario justo pues este último es más amplio y complejo. Y por otra parte el salario justo no queda satisfecho con una política de salarios mínimos. Así y a manera de ejemplo se puede afirmar que en Venezuela una gran cantidad de conflictos individuales, sobre todo en el Sector Público, obedecen a problemas de salario justo y no de salario mínimo. Lo anterior, tiene relación contraprestación debida. La doctrina con el tema del salario como coincide en que el salario es un elemento esencial de la relación o vínculo laboral. Sin salario, sin remuneración, no hay relación de trabajo. El salario por su parte y según el artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)), y 1 del Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo es remunerador, esto es, se trata de una contraprestación justa y debida. Por tratarse de un contrato sinalagmático y conmutativo, elemento decisivo, existe y debe existir una cierta proporción y equilibrio entre prestaciones y contraprestaciones con motivo del trabajo, así como una obligación de cumplimiento, dado que una prestación es la causa jurídica de la otra y viceversa. Entonces, de conformidad con los artículos 91 Constitucional, 1 del Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo, 177 y 162 de laLey Orgánica del Trabajo, y la doctrina sobre la materia, el salario es una 76 contraprestación a cargo del patrono por motivo del contrato de trabajo, que es un contrato realidad o una relación de trabajo. Indica el artículo 1 del Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado por Venezuela: A los efectos del presente convenio, el termino salario significa la remuneración o ganancia, sea cual fuere su denominación o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en efectivo, fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida por un empleador a un trabajador en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el trabajo que este último haya efectuado o deba efectuar o por servicios que haya prestado o deba prestar Se deduce, la existencia de una relación sinalagmática y conmutativa, esto significa la existencia de cierto equilibrio y proporción contraprestaciones pues una (el trabajo concreto en las materializado en obligaciones comportamientos y actuaciones) presupone necesariamente a la otra (remuneración debida como contraprestación). Desde este punto de vista, las prestaciones y contraprestaciones (trabajo y salario) guardan un cierto equilibrio y proporción intrínseco originado en la relación de trabajo, y el patrono está obligado a remunerar la prestación pues ésta es el origen de su obligación. Es por tanto ilícito no remunerar el trabajo que ha sido prestado en los términos propios del contrato de trabajo, que es una realidad y no un convenio. 77 2.1.2.3. DERECHO AL TRABAJO Y A LA ESTABILIDAD SOCIAL En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) es de neto corte social. El preámbulo, de la misma recoge la búsqueda del bien común, la justicia social, el derecho al aseguramiento del trabajo y la preservación de los derechos humanos, bajo el signo de una democracia participativa y protagónica, y un Estado de justicia social. Para poder garantizar todo lo señalado, es menester el predominio de una sociedad igualitaria y sin discriminaciones, que defienda y sostenga el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad. El desarrollo de la persona sólo se logra, a través del acceso de ella a un trabajo digno, adecuado y permanente (estable), que le garantice ingresos para poder sostenerse a sí misma y a su grupo familiar y, además, para existir plenamente (junto con su grupo familiar) en su entorno, desarrollándose cabalmente. Es decir, que el trabajador pueda contar con un futuro material. En este sentido, este aspectodel futuro material de los trabajadores, a través de un empleo seguro, es lo que permite comprender la importancia de la relación laboral adecuada y estable. Así, podría señalarse, la importancia del derecho al trabajo después del derecho a la vida, quizás el trabajo es el derecho humano más importante, porque toca el tema de la subsistencia y, evidentemente la actividad laboral debe desarrollarse en condiciones de dignidad.Es interesante traer a colación, lo que ha señalado el informe de la 78 Organización Internacional del Trabajo, en la 89ª Reunión de junio del año 2001, sobre lo que ese ente denomina trabajo decente (OIT, 2001): La mejor expresión de la meta del trabajo decente es la visión que tiene de él la gente. Se trata de un puesto de trabajo y sus perspectivas futuras, de sus condiciones de trabajo, del equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, de la posibilidad de enviar a sus hijos a la escuela o retirarlos del trabajo infantil. Se trata de la igualdad de reconocimiento y de la capacitación de las mujeres para que puedan tomar decisiones y asumir el control de su vida. Se trata de las capacidades personales para competir en el mercado, de mantenerse al día con las nuevas calificaciones tecnológicas y de preservar la salud. Se trata de desarrollar las calificaciones empresariales y de recibir una parte equitativa de la riqueza que se ha ayudado a crear y de no ser objeto de discriminación; se trata de tener una voz en el lugar de trabajo y en la comunidad. En las situaciones más extremas, se trata de pasar de la subsistencia a la existencia. Para muchos es la vía fundamental para salir de la pobreza. Para muchos otros, se trata de realizar las aspiraciones personales en la existencia diaria y de manifestar solidaridad para con los demás. Y en todas partes, y para todos, el trabajo decente es un medio para garantizar la dignidad humana...El trabajo decente ofrece, pues, un medio para combinar el empleo, los derechos, la protección social y el diálogo social en las estrategias de desarrollo. En los actuales momentos en Venezuela, se compromete con el desarrollo de sus habitantes y de su sociedad, para obtener un estado de satisfacción, que le permita prosperidad, dado el gravísimo momento de pobreza crítica y de desnutrición que azota a la mayor parte de su población, que vive en miserables ranchos, pese a la inmensa fortuna que ha salido de los pozos petroleros de este país. No es casualidad, la pobreza que sufre Latinoamérica y en especial Venezuela, la cual golpea a la clase intermedia, llevándola a niveles 79 extremos nunca antes conocidos, y también a la clase obrera y a los trabajadores informales. Ello se localiza cuando se observa la proletarización de los niveles medios, hasta casi la desaparición de la clase media y también en el éxodo de profesionales universitarios hacia países avanzados, lo cual representa la dolorosa y grave fuga de cerebros, que luego de grandes esfuerzos para formarlos, resulta sumamente difícil recuperarlo. Y en los estratos más bajos, los graves números de la pobreza crítica, que lleva a la población a la indigencia, sin lugar a dudas. Esta situación permite diagnosticar, que es necesario atacar ese flagelo de la pobreza, y de allí que el trabajo sea un proceso primordial para Venezuela. La disminución sustancial de los niveles de desempleo, a través del establecimiento de relaciones laborales apropiadas y permanentes será un factor esencial e importante para la baja de las altas tasas o porcentajes de inseguridad ciudadana (delincuencia urbana y rural), reducción de los explosivos números de la desnutrición, pobreza crítica y carencias sanitarias, la limitación de los juegos de envite y azar (que se traduce en grandes masas de personas dedicadas a la vagancia, el ocio y otras actividades deplorables), el combate a la prostitución y a las drogas. A causa de esto, el Estado tiene como proceso fundamental al trabajo. Pues bien, desde otro ángulo, puede observarse que el trabajo adecuado y permanente, permite garantizar al trabajador el acceso a los planes de vivienda, a la adquisición de bienes y servicios, de hospitalización, medicinas 80 y seguridad social. En consecuencia, los servicios de comedores en la empresa, y así mismo, a disciplinarse en el uso de los implementos de higiene y seguridad y en la existencia de un lugar de trabajo adecuado (lo cual impide o limita los infortunios laborales). No de debe olvidarse que cubiertas las necesidades básicas de un trabajador, el cual reciba capacitación para desarrollar sus trabajo, que cuente con un buen ambiente y condiciones de higiene y seguridad en el mismo, que reciba y use sus implementos para efectuar su actividad, que se siente a gusto en su empresa, porque recibe una remuneración justa, constituye una barrera para que se produzcan desgracias en las fábricas y establecimientos, y es un elemento vital en la productividad. Por consecuencia, la garantía de una relación laboral justa y estable reside en el Estado, pues innegablemente la realidad del campo de trabajo indica que, normalmente, existen manejos y vicios que disminuyen los derechos del trabajador, por ejemplo: extensión arbitraria de la jornada laboral (sin retribución y sin consideración de las fuerzas físicas y psíquicas del trabajador), engañoen los pagos (cesta-ticket, bonos, entre otros.), la no inscripción en el seguro social obligatorio, pagos por debajo del salario mínimo y otras situaciones. Por ende, no puede olvidarse que muchas veces se pretende esconder una relación de trabajo bajo formas distintas, para hacerlas aparecer como 81 otro tipo de contrato (arrendamiento, concesión, sociedad, entre otras.). Casos laborales que se conocen con el nombre de simulación contractual o fraude laboral, los cuales buscan burlar la aplicación de las normas del trabajo y la legislación social. Ello no debía ocurrir y por eso, resulta necesaria la creación de los mecanismos directos de control y supervisión al respecto. Por consiguiente, la importancia y trascendencia de la intervención del Estado, como órgano protector de una relación laboral adecuada y estable, ya que realmente, en otras situaciones, el trabajador está totalmente desasistido, pues una relación laboral irregular (donde no existe estabilidad, ni un salario justo y remunerador, donde carezca de seguro para enfrentar las enfermedades personales y las del grupo familiar, donde no se le garantice buenas condiciones de trabajo, ambiente adecuado e implementos para su labor, entre otros) es una calamidad tanto para ese trabajador, para la sociedad y para el país, en general. En referencia, a la estabilidad en el trabajo, el artículo 93 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) consagra: “La ley garantizará la estabilidad en el trabajo y dispondrá lo conducente para limitar toda forma de despido no justificado. Los despidos contrarios a esta Constitución son nulos”. Es importante resaltar, de acuerdo con los principios expuestos con relación al criterio internacional que regula la estabilidad laboral, al igual que la Constitución Nacional en el artículo 93, y lo dispuesto en la Ley Orgánica 82 del Trabajo, la prioridad está orientada a evitar el despido injustificado. No obstante, de acuerdo a lo señalado por Oberto (2002, p. 23), “la Ley Orgánica del Trabajo a diferencia de la disposición constitucional y de los decretos de inamovilidad especial vigentes desde abril del año 2002”, reconoce a los trabajadores las indemnizaciones correspondientes si tal despido ocurre, sentando las bases para un debate doctrinal sobre la aparente contradicción entre los dos instrumentos normativos. Según (www.GrupoBologna.wordpress.com Castilla La Mancha, 08/03/2012).Igualmente, de acuerdo a lo establecido con la naturaleza del principio del derecho al trabajo y el derecho a la estabilidad en el empleo constituyen dos prerrogativas inherentes a la dignidad de la persona humana. Es por ello, que la Organización Internacional del Trabajo y la legislación nacional vigente se respaldan en un concepto protector e integrativo, el trabajo decente, orientado a garantizar no sólo la permanencia y seguridad dentro del empleo. De igual manera el mismo se encuentra inmerso dentro de una serie de elementos vinculados a la esencia del ser humano, y cuya convergencia determina el carácter ético del trabajo a objeto de garantizar empleos en cantidad y calidad, y además recuperar el sentido de dignidad que para el hombre tiene el trabajo En general, dichos principios, buscando el bienestar social, económico, psicológico y de salud de los trabajadores, marcan una tendencia natural de prestación de servicios personal y subordinada, mediante un vínculo por 83 tiempo indeterminado, en tanto que los contratos por obra determinada o por tiempo determinado constituyen la forma atípica de la prestación del servicio. La regla es el tiempo indeterminado; la excepción, es lo temporal, la transitoriedad, que puede derivarse de un acuerdo de voluntades mediante el cual el patrono y el trabajador establecen anticipadamente un momento fijo o el acontecimiento de una circunstancia laboral que determina la conclusión de la relación de trabajo. Por su parte, de acuerdo a lo expresado por Oberto (2002, p. 28), señala el derecho que tiene el trabajador a conservar el empleo por todo el tiempo en que la naturaleza misma de la relación se lo pida. En este sentido, la temporalidad no debe estar sujeta al capricho y arbitrariedad del patrón ya que sería contraria al principio de la estabilidad en el empleo. En Venezuela, doctrinariamente, se considera que existen dos clases de estabilidad, la absoluta y la relativa. De conformidad con la Ley Orgánica del Trabajo (1997), la estabilidad relativa se establece como el régimen general aplicable al trabajo subordinado o dependiente (Artículo 112ejusdem), mientras que la estabilidad absoluta se muestra como una limitada especie de excepción, reservada a contingentes específicos de trabajadores expresamente contemplados en la norma, es decir la Ley Orgánica del Trabajo (1997), y la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo. (2005). 84 Por consiguiente, en los actuales momentos en Venezuela existe una marcada predisposición en la legislación al establecimiento de la estabilidad absoluta, lo cual se pone de manifiesto con la promulgación de Decretos Presidenciales de Inamovilidad Laboral Especial, vigentes desde abril del año 2002 abarcando la última de sus prórrogas hasta el 31 de Diciembre de 2008, los cuales comprenden a los trabajadores que devenguen hasta tres (3) salarios mínimos. Paralelamente, se encentra en discusión la propuesta de Ley Orgánica de Estabilidad en el Trabajo (L.O.E.T.). En resumen se infiere una fuerte inclinación hacia la rigidez normativa del trabajo lo que probablemente coloca al Derecho del Trabajo venezolano, apartado del proceso flexibilizador del mercado de trabajo, hacia el cual se encamina un gran número de países en el mundo, con el fin de adaptarse a los cambios económicos y tecnológicos que se experimentan en el planeta, y enfrentar las fuertes crisis que los mismos generan en las economías nacionales. 2.1.2.4. DERECHO A LA CONTRATACIÓN COLECTIVA Los derechos de sindicación, a la negociación colectiva, a la solución pacífica de los conflictos y a la huelga son los derechos colectivos básicos o fundamentales de los trabajadores, que con base constitucional (Arts. 95, 96 y 97), su ejercicio se les garantiza. Resulta conveniente destacar que la 85 situación de los funcionarios públicos ha sido diversa, tanto en los textos constitucionales como en el ordenamiento jurídico laboral. Por su parte, la Constitución de 1961,no establecía nada en cuanto a derechos colectivos de los funcionarios públicos, se limitó a establecer lo relativo a los aspectos concernientes a la carrera administrativa y las circunstancias que debían ser objeto de regulación a través de una Ley (Artículo. 122).Como señalaParra(1999, p. 49), “tiene defectos por su origen humano y por enunciar la ideología predominante en un espacio y en un tiempo dados. Si se considera que ésta ha cambiado, luce lógica la necesidad de reactualizarla para que exprese los nuevos valores” En este sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), dispone expresamente que todos los trabajadores del sector público y del privado “tienen derecho a la negociación colectiva voluntaria y a celebrar convenciones colectivas de trabajo, sin más requisitos que los que establezca la ley” (Articulo 96), y tienen derecho a la huelga (Articulo 97). En cuanto al derecho de sindicación, es reconocido a todos los trabajadores “sin distinción alguna y sin necesidad de autorización previa” (Artículo 95). Asimismo, en la exposición de motivos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), no se indica sobre las razones para reconocer tales derechos a los trabajadores del sector público, se limita a señalar en forma general: “En el campo laboral se reconocen los derechos 86 individuales al trabajo, a la estabilidad y a las vacaciones, así como los derechos colectivos de sindicalización, contratación colectiva y derecho a la huelga por parte de los trabajadores y de las trabajadoras”. Por su parte, autores como Brewer (2002, p. 21), consideran que debió establecerse una distinción a los efectos de los derechos a la contratación colectiva y a la huelga, entre el sector público y el sector privado, criterio que consideramos razonable, dada la circunstancia del sector público en Venezuela. Para, García (1991, p.241), en su última edición, conceptualiza a la negociación colectiva como “sistema de sustanciación de conflictos colectivos de trabajo”, y la define como “el procedimiento utilizado para llegar a un convenio colectivo que ponga fin al conflicto o satisfaga la pretensión deducida por una de las partes interesadas cuando aquél o ésta se dan”. De esta forma se está en presencia de las negociaciones y conflictos colectivos que surgen entre los sujetos laborales, para modificar las condiciones de trabajo, como establece la legislación laboral venezolana (Art. 469 Ley Orgánica del Trabajo). Por su parte, la negociación colectiva, de acuerdo a Rojas (2003), representa un instrumento de canalización que opera en las relaciones laborales entre las dos fuerzas, empresa-trabajo, percibiéndose a través de 87 ésta una demostración de la necesidad de equilibrar lo económico con lo social y jurídico dentro de la empresa contemporánea. Por consiguiente, en la legislación venezolana del trabajo hay la tendencia a confundir el procedimiento de negociación con los conflictos colectivos, y autores como Villasmil (2009, p. 11), señalan la necesidad de diferenciar ambos institutos, precisando que tal confusión responde a un criterio funcional, por la tendencia limitativa de la huelga, y que el conflicto “es un momento secuencial y necesariamente terminal de la negociación lo que explica el procesalismo del sistema de negociación colectiva que la Ley consagra” Siguiendo a este mismo autor, cabe destacar que en la legislación vigente se consagra la sindicalización del conflicto y de la negociación (Articulo 469 Ley Orgánica del Trabajo de 1997), haciendo aparecer al sindicato como un actor privilegiado y exclusivo frente a dos procesos vitales para la caracterización de un sistema de relaciones laborales. Esto resulta claramente inconstitucional, por cuanto la Constitución de 1961 (Articulo 92), reconocía el derecho de huelga a las coaliciones o grupos de trabajadores, con las mismas facultades de los sindicatos en este aspecto, y la Constitución de 1999, reconoce a “todos los trabajadores” el derecho a la negociación colectiva y a celebrar convenciones colectivas de trabajo (Articulo 96), y el derecho a la huelga (Articulo97) 88 Asimismo, Villasmil(2009, p. 12), también expone sobre el ámbito de la negociación colectiva, determinando su vigencia en atención a tres criterios: subjetivo o personal, que define a los trabajadores amparados por la convención colectiva; objetivo o espacial, referido a la vigencia territorial de la convención, rigiéndose según el caso por empresa (negociación descentralizada) o por toda una rama de actividad (negociación centralizada); y temporal, que define la duración de la convención. De lo indicado se desprende, que atendiendo a la vigencia espacial de la convención colectiva, la Ley Orgánica del Trabajo reúne los dos modelos de negociación que tradicionalmente han existido en la legislación venezolana: Negociación Descentralizada o a nivel de la Empresa (Capítulos III y IV del Título VII) y Negociación Centralizada o de Rama de Actividad (Capítulo V del mismo Título). 2.1.2.5. DERECHO A LA LIBERTAD SINDICAL En lo referente a la libertad sindical, en Venezuela se ha ratificado las normas internacionales aplicables a la libertad sindical y negociación colectiva contenidas en los Convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo. El Convenio 87 el cual establece el derecho de los trabajadores y empleadores, sin ninguna distinción y sin autorización previa, de constituir las organizaciones que estimen conveniente, así como el de 89 afiliarse a estas organizaciones, con la sola condición de observar los estatutos de las mismas. En este sentido, se reconoce en ese instrumento el derecho de elegir libremente a sus representantes, el de organizar su administración y sus actividades y el de formular su programa de acciones. Se agrega que las autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que tienda a limitar ese derecho o a entorpecer su ejercicio legal. En este sentido, el soporte de del convenio in comento internacional obliga a las autoridades públicas a mantenerse al margen del sistema organizativo sindical. Por eso es que, tanto este convenio como la Constitución vigente, limitan la actuación del Estado en la reglamentación de la constitución y funcionamiento de los sindicatos. Por lo tanto, el Convenio Nº 98 de la Organización Internacional del Trabajo (1949), relativo a la aplicación de los principios del derecho de sindicación y de negociación colectiva, ratificado por Venezuela, que ha servido de base al texto constitucional, por supuesto, a la misma Ley in comento, permite que exista en Venezuela, una normativa garantizadora de la libertad sindical y del derecho a la negociación colectiva. A este respecto, la libertad sindical, se compone de la libertad fundamental, constituida por dos planos o niveles simultáneos; un plano individual en el cual los trabajadores individualmente considerados tienen el derecho de organizarse entre sí para la defensa de sus intereses comunes 90 en la sociedad y junto a éste, un plano colectivo en el que se garantiza que las organizaciones constituidas en el ejercicio de esa libertad, tendrán también el derecho, y consecuentemente la garantía, de existir, funcionar y cumplir libremente con los fines para los cuales fueron constituidas. Asimismo, como derecho fundamental, la libertad sindical puede encontrar su plena vigencia a partir de los enunciados constitucionales y de las normas internacionales que la establecen, también se requiere de regulaciones mucho más específicas en cada ámbito nacional. Se trata en este caso de normas ordinarias, dirigidas a los eventuales infractores, Estado, empresarios o sus organizaciones, trabajadores y sindicatos de trabajadores, destinadas a garantizar la vigencia efectiva de la libertad sindical. Por su parte, el Comité de Libertad Sindical (2006, p.47), ha desarrollado ampliamente esta garantía de la libertad de constitución, al señalar:"El principio de la libertad sindical podría llegar a ser muchas veces letra muerta si para crear una organización sindical los trabajadores” tuviesen que obtener un permiso cualquiera, ya revista la forma de una licencia para fundar la organización sindical propiamente dicha, de una sanción discrecional de sus estatutos o de su reglamento administrativo o de alguna autorización previa indispensable para proceder a su creación. Sin embargo, los fundadores de cualquier sindicato deben observar los requisitos de publicidad u otros análogos que pueden regir de acuerdo con 91 determinada legislación, tales requisitos no deben equivaler prácticamente a una autorización previa ni constituir un obstáculo para la creación de una organización hasta el punto de constituir en los hechos una prohibición pura y simple. Por consiguiente, la actividad del sindicato presume que las organizaciones de trabajadores se organizan con un objeto genérico y amplio, sin que resulte posible que la acción del Estado limite sus actividades. Lo cual implicaría, entender que el Estado restringe la libertad de constitución cuando limita las relaciones de las organizaciones sindicales con otras organizaciones o personas que también actúan en la sociedad o cuando se limitan ilegítimamente los fines para los cuales pueden constituirse las organizaciones de trabajadores. 2.1.2.6. DERECHO A LA HUELGA En Venezuela, la huelga es un derecho humano laboral reconocido tanto por la Constitución como por Convenios Internacionales de derechos humanos. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 97, lo consagra en los siguientes términos: “Todos los trabajadores y trabajadoras del sector público y del privado tienen derecho a la huelga, dentro de las condiciones que establezca la ley”. Generalmente, los trabajadores la usan para exigirle a los patronos mejores condiciones laborales y económicas. Ahora bien, la historia del 92 proceso de lucha social en el mundo, nos enseña, que en algunos momentos, la huelga deja de ser un instrumento de lucha sólo de los trabajadores y es usada por otros sectores sociales. En fin, el ejercicio legítimo del derecho a huelga de carácter general e indefinido no debe afectar a otros ciudadanos el ejercicio de derechos fundamentales. En caso de que esté ocurra, el Estado tiene la obligación de adoptar medidas adecuadas para evitarlo. De acuerdo al artículo 203 del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo (2006), la huelga supone la suspensión colectiva de las labores y cualquier otra medida que altere el normal desenvolvimiento del proceso productivo, concertada por los trabajadores involucrados en un conflicto colectivo de trabajo para la defensa y promoción de sus intereses. 2.1.2.7. DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL En Venezuela, el área de la seguridad y salud en el trabajo se ha caracterizado por la ausencia de políticas adecuadas que permitan el desempeño de una acción eficaz tanto por parte de empleadores y trabajadores, como de los organismos oficiales encargados de la materia. Es evidente, ante la ausencia de políticas coherentes por parte de los organismos empresariales y sindicales, así como la existencia de múltiples organismos (Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Ministerio del 93 Poder Popular para la Salud y Protección Social, Ministerio del Poder Popular para el Trabajo yla Seguridad Social, Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleos). Desarrollan su acción, con escasez de recursos, sin una mínima coordinación entre ellos, sin programas actualizados, con solapamiento de funciones y sin una adecuada planificación de actividades, lo que hace muy reducida y poco efectiva su acción sobre la problemática de la seguridad y saluden el trabajo. Por otra parte, la reforma de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones yMedioAmbiente del Trabajo (2005), ha ubicado el tema de la salud de los trabajadores en la agenda de los actores sociales. Los trabajadores han asumido un rol protagónico expresado en un incremento de las denuncias sobre condiciones que afectan su salud y en la elección de más de 62.000 delegados de prevención entre los años 2005/2006 y 2007, superando en un 171%, la cifra estimada para el año 2007. (Agencia Bolivariana de Noticias, 2008). Por otra parte, los empleadores han comenzado a incorporar en sus metas productivas el elemento de mejora de las condiciones del ambiente laboral. 2.1.2.8. DEBIDO PROCESO En esta línea, Bustamante (2002), sostiene lo siguiente, la dimensión material del debido proceso exige que todos los actos de poder, sean normas jurídicas, actos administrativos o resoluciones judiciales, inclusive, sean 94 justos, es decir, que sean razonables y respetuosos de los valores superiores, de los derechos fundamentales y de los demás bienes jurídicos constitucionalmente protegidos, a tal punto que su inobservancia debe ser sancionada con la inaplicación de aquel acto o con su invalidez. De ese modo, un acto será considerado arbitrario, y por tanto lesivo del derecho fundamental a un debido proceso sustantivo, si no se sujeta a parámetros de razonabilidad; es decir, si su fin no es lícito en tanto vulnera un derecho o un bien jurídico de mayor jerarquía que el que pretenden protegerse– y los medios para alcanzarlo no son proporcionales en tanto no respetan los principios de adecuación, necesidad y proporcionalidad en estricto. En este sentidos, las leyes y normas, además de los actos de autoridad requieran para su validez, no sólo haber sido promulgados por órganos competentes y procedimientos debidos, sino también pasar la revisión de fondo por su concordancia con las normas, principios y valores supremos de la Constitución (formal y material), como son los de orden, paz, seguridad, justicia, libertad, etc., que se configuran como patrones de razonabilidad. Es decir, que una norma o acto público o privado sólo es válido cuando, además de su conformidad formal con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), esté razonablemente fundado y justificado 95 conforme a la ideología constitucional. De esta manera se procura, no sólo que la ley no sea irracional, arbitraria o caprichosa, sino además que los medios seleccionados tengan una relación real y sustancial con su objeto. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en sus artículos 49 y 51; la Declaración Universal, artículos 10 y 11; Declaración Americana artículo 25; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su artículo 14 y la Convención Americana en su artículo 8, contemplan el derecho al debido proceso. Al respecto, La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia a señalado que: El derecho al debido proceso se consagra como un derecho fundamental, tendente a resguardar todas las garantías indispensables que deben existir en todo proceso para lograr una tutela judicial efectiva. En este sentido, la Sala, mediante decisión del 15 de marzo de 2000, (caso: Enrique Méndez Labrador), señaló la necesidad de que cualquiera sea la vía procesal escogida para la defensa de los derechos o intereses legítimos, las leyes procesales deben garantizar la existencia de un procedimiento que asegure el derecho de defensa de la parte y la posibilidad de una tutela judicial efectiva. El propio Supremo Tribunal, con relación al derecho de defensa señala en decisión de Sala Político Administrativa de fecha 26-06-2001, que se 96 concibe el derecho a la defensa, entre otras manifestaciones, como el derecho a ser oído, puesto que no podría hablarse de defensa alguna, si el administrado no cuenta con esta posibilidad; el derecho a ser notificado de la decisión administrativa a los efectos de que le sea posible al particular. Presentar los alegatos que en su defensa pueda aportar al procedimiento, más aún si se trata de un procedimiento que ha sido iniciado de oficio; el derecho a tener acceso al expediente, justamente con el propósito de examinar en cualquier estado del procedimiento, las actas que lo componen, de tal manera que con ello pueda el particular obtener un real seguimiento de lo que acontece en su expediente administrativo. 2.1.3 JURISPRUDENCIA SOBRE LAS GARANTÍAS DE LOS DERECHOS LABORALES Al referirse a los Principios o Garantías que establecen la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), puede señalarse, que son los criterios, directrices, reglas y orientaciones que rigen las diversas situaciones que pueden surgir en cualquier proceso, como la actuación de las partes, sus representantes judiciales y operadores de justicia. En este sentido, es preciso verificar el primer de los Principios o Garantías Constitucionales es el llamado acceso a la justicia, también conocido como Derecho a la Tutela Judicial Efectiva establecido en el artículo 26 ejusdem y que consiste en el derecho inalienable que tienen todos 97 los justiciables de poder acceder a la tutela efectiva de sus derechos e intereses, mediante la aplicación de mecanismos legales que garanticen una justicia objetiva, imparcial y transparente. Constituyen una disposición de fructíferos resultados, que ha dado lugar al desarrollo y obtención de una tutela judicial inmediata, que comporta además como características la de obtener una decisión motivada, que se pronuncie sobre todos los argumentos esgrimidos; a la ejecución de la sentencia; a intentar todas las acciones y recursos procedentes en vía judicial. Al llegar a este punto, la tutela no puede ser efectiva, al no aplicar el Segundo Principio o Garantía Constitucional, también el Debido Proceso Constitucional, consagrado en el artículo 49 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en este sentido le incumbe al Estado avalar una justicia caracterizada por elementos de suma importancia tales como Transparencia, la Gratuidad, Autonomía, Accesibilidad, Independencia, Imparcialidad, Responsabilidad, Idoneidad, Equidad, Rapidez e Informalidad, para así alcanzar la justicia como valor superior del Ordenamiento Jurídico Constitucional. Al mismo tiempo, así como la tutela judicial efectiva y el debido proceso Constitucional, solicitan de un tercer Principio o Garantía Constitucional, designado Protección del Estado al Trabajo como Hecho Social, determinado 98 en el artículo 89 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (1999), por la cual se instituye la necesidad para el Estado de la Protección al Trabajo como hecho Social, la Intangibilidad, la Progresividad de los Derechos y Beneficios Laborales, la Prioridad de la Realidad sobre las formas o apariencias, la Irrenunciabilidad de los Derechos Laborales y el denominado In dubio Pro Operario. Cabe señalar que, así como la tutela judicial efectiva, el debido proceso constitucional y la protección del Estado al trabajo como hecho social, no pueden pronunciarsey tampoco tener eficacia plena sin el cuarto Principio o Garantía Constitucional, acreditado como justicia y proceso, determinado en el artículo 257 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela(1999), en el cual se establece textualmente que: El proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades no esenciales. 2.1.3.1. SENTENCIA ASUNTO: NP11-O-2011-000006 Según sentencia asunto: NP11-O-2011-000006 del juzgado primero de primera instancia de juicio del nuevo régimen Procesal y transitorio del trabajo de la circunscripción Judicial del estado Monagas de facha Primero (01) de Junio del año dos mil once (2011), el caso José AngelGuainet y Sixto José Valdez contra Obras Públicas Estadales del Estado Monagas, se expreso lo siguiente: 99 Ha sido criterio pacífico y reiterado de esta Sala Constitucional, que el conocimiento de las acciones referidas a providencias administrativas emanadas de las Inspectorías del Trabajo, corresponde a la jurisdicción contenciosa administrativa. “Artículo 259. La jurisdicción contencioso administrativa corresponde al Tribunal Supremo de Justicia y a los demás tribunales que determine la ley. (…). Así las cosas, si bien es cierto que el referido artículo 259 establece una regla general, existen algunas excepciones, como es el caso de la jurisdicción especial agraria, que conoce asuntos que versan sobre aspectos del contencioso administrativo, pero que por la especialidad de la materia y la protección constitucional reconocida a la misma, han sido reservados a los tribunales agrarios (artículo 269 de la Ley de Reforma Parcial del Decreto con Fuerza y Rango de Ley de Tierras y Desarrollo Agrario). En vista de esta situación, considera oportuno la Sala revisar los criterios de interpretación de esta norma constitucional, que ha venido aplicando de manera pacífica y reiterada en casos como el de autos, a fin de garantizar la efectiva vigencia y respeto de los derechos y garantías consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En efecto, los órganos jurisdiccionales especializados en los conceptos debatidos en las distintas pretensiones que se planteen en relación con los actos administrativos dictados por los Inspectores del Trabajo (derecho al trabajo y a la estabilidad en el trabajo), sea que se trate, entre otras, de la pretensión de nulidad a través del recurso contencioso administrativo, sean las pretensiones relativas a la inejecución de dichos actos como consecuencia de la inactividad de la Administración autora o bien del sujeto obligado -el patrono o el trabajador- para su ejecución o, por último, sea que se trate de pretensiones de amparo constitucional con fundamento en lesiones que sean causadas por el contenido o por la ausencia de ejecución de dichos actos administrativos; son los tribunales del trabajo. Así se declara. Continúa el Tribunal: De acuerdo a lo planteado, a criterio de quien decide, los hechos, actos u omisiones que conforman la pretensión de derechos conculcados, constituyen una flagrante violación de desacato a una orden administrativa, por lo tanto la vía extraordinaria de amparo debe prosperar, pues, no tiene el recurrente otro medio o 100 vía idónea para lograr la satisfacción o restitución de los derechos señalados como menoscabados, siendo un estado de indefensión que pese a todas las diligencias tendientes a lograrlo, dicho cumplimiento ha sido infructuoso por parte de la propia Administración, quedando solo acudir a la vía del procedimiento de Amparo, como lo hizo los recurrentes; en consecuencia, este Tribunal actuando en sede Constitucional debe declarar Con Lugar el Amparo solicitado, todo ello, a fin de garantizar el Derecho al Trabajo y de Estabilidad laboral, consagrado en los artículos 87 y 93 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y deberá la agraviante OBRAS PUBLICAS ESTADALES, dar cumplimiento inmediato a lo ordenado en la Providencia Administrativa Nº 00161-10, de fecha once (11) de Mayo de 2010, emanada por la Inspectoría del Trabajo del Estado Monagas, en el expediente signado con el N° 044-2010-01-00063. Así se declara. De lo anterior, el recurso de amparo reside en una demanda la cual es introducida ante un juez para obligar al infractor a restituir una situación jurídica anterior y cuyo quebrantamiento perjudica al demandante. Al mismo tiempo, es importante contar con la asistencia de un abogado y el procedimiento es relativamente breve, al menos comparándolo con el juicio ordinario. De igual modo, los derechos propios del hombre por su naturaleza, se han devenido en garantías de carácter constitucional, que son recogidas en garantías fundamentales, las cuales pregonan que esos derechos son inviolables y no pueden ser desconocidos ni por los propios ciudadanos, no por ninguna autoridad formal, ni jerárquica, por más importante que esta sea. Esta idea se afinca en el derecho que la personalidad humana, su dignidad es de carácter inalienable y no pueden ser desconocidos. 101 De esta circunstancia nace el hecho de que, la acción de amparo es de naturaleza constitucional y garantiza los derechos laborales consagrados en la Constitución Nacional (1999), ya que es inconcebible que la jerarquía de esos derechos inherentes al hombre fuesen discriminados de esa acción. De todos modos, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999),instituye una protección especial a los derechos de los trabajadores y del mismo modo la Ley Orgánica del Trabajo (1997), en sus diferentes artículos, además acompañada de su reglamento, garantizan aquellos derechos que son objeto de protección por parte de la acción de amparo, es decir, aquellos derechos y garantías establecidas en la Constitución y en las demás leyes sociales del País. Es prudente advertir que, las características de los derechos laborales, tienen su origen en su naturaleza perentoria y la dependencia que tienen los mismos del trabajador, estas características son: La celeridad, La oralidad, la gratuidad, la efectividad y la no discriminación. Eso es pues, la acción de amparo debe ser un procedimiento breve y sumario, y el juez competente en este procedimiento, el Juez de Primera Instancia Laboral, tiene la facultad de reestablecer inmediatamente la situación jurídica infringida de la otra persona. En los actuales momentos, es un mecanismo que garantiza a los trabajadores, a sus organizadores sindicales o a sus dirigentes, los principios de justicia laboral. 102 2.1.3.2. SENTENCIA Exp. Nº 7372-09 Según sentencia Exp. Nº 7372-09, del tribunal primero de primera instancia de juicio del trabajo de la circunscripción judicial del estado Mérida de fecha 02 de abril de 2009, el caso Alfredo José González Rugelescontra La Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada (UNEFA), en la persona del ciudadano Rector V.A. Franklin Mauricio Zeltzer Malpica y la ciudadana Decana Lic. Nguyen Manrique Molina., se expreso lo siguiente: De la Denuncia: El presunto agraviado, denuncia la violación de los derechos constitucionales, consagrados en los artículos 49, 87, 89, 93 y 94, es decir, el derecho al debido proceso, el derecho al trabajo y, el derecho a percibir un salario digno, por ser destituido del cargo de Instructor a tiempo completo que venia desempeñando en la Universidad Nacional Politécnica de la Fuerzas Armadas (UNEFA), por parte de los ciudadanos, Rector V.A. Franklin Mauricio Zeltzer Malpica y la ciudadana Decana Lic. Nguyen Manrique Molina, con el carácter antes señalado. De los fundamentos por el cual solicita la Acción de Amparo Constitucional: (omissis) “(…) se me restituya a mis funciones y se ordene la cancelación de mi remuneración por concepto de pago de mi salario y beneficios colaterales del mismo (…)” Asimismo estipula le tribunal: Así las cosas, se la revisión y análisis que se realizó, tanto del escrito de acción de amparo constitucional, así como de los anexos consignados, se verifico que el accionante de la acción de amparo, interpuso el mismo debido a la violación de los derechos constitucionales, como son el derecho al debido proceso, al trabajo y el derecho a percibir un salario digno, señalando que se le suspendió del cargo de encargado de la División Administrativa y Departamento de Servicios Generales del Núcleo Mérida Unefa, solicitando se le restituya en su cargo de Instructor a tiempo 103 completo (docente), que ejerció el Recurso de Reconsideración de la mencionada decisión, el cual ejerció dentro del lapso legal establecido, ante el Ministro del Poder Popular para la Defensa, Dirección de Educación, y ante el ciudadano Rector y Decana de la mencionada Universidad, señalando igualmente que hasta la presente fecha no ha recibido respuesta alguna a dicho recurso. Entendiendo, quién aquí decide, que los hechos narrados por el presunto agraviando, están enmarcados dentro de una actividad funcionarial, considerando esta Jurisdiscente, que los hechos denunciados como violados deben atacarse a través de un recurso contencioso-administrativo funcionarial, y así restablecer la situación jurídica presuntamente infringida. Decide el Tribunal: Por último, y como consecuencia de todo lo anteriormente expuesto, este Tribunal Primero de Primera instancia de Juicio del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida, actuando es sede estrictamente Constitucional, señala que la presenté acción de amparo constitucional, debe ser declarado INADMISIBLE, con base en lo previsto en el numeral 5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, en virtud que dentro del ordenamiento jurídico encuentra todo un proceso el cual esta dirigido a controlar los actos, actuaciones, hechos u omisiones de la administración que sea contrario al derecho, es decir, una vía ordinaria para el logro de la pretensión del actor, como resulta ser la interposición por parte del quejoso, del recurso contencioso administrativo funcionarial o querella funcionarial, a los fines del restablecimiento de la situación jurídica presuntamente violada lesionada, por enmarcarse la actividad desarrollada por el agraviado, según los hechos narrados por este.. Y Así se Decide. Consecuente con la doctrina sobre la competencia que la Sala desarrolla en este fallo, así como con el principio antes expuesto que las leyes cuyos artículos no colidan con la Constitución, continúan vigentes, pasa la Sala a interpretar la competencia de los tribunales que deban conocer los 104 amparos previstos en el artículo 5° de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales. Dicho artículo, a juicio de esta Sala, no colide con la Constitución y por lo tanto, tiene plena vigencia, y según él, las acciones de amparo pueden ejercerse conjuntamente con el recurso contencioso administrativo de nulidad de actos administrativos o contra las conductas omisivas. En este punto se puede destacar observando, bajo la vigencia del citado artículo 5°, surge una excepción a la doctrina sobre la competencia en materia de amparo, contenida en este fallo, y es que los tribunales, incluyendo las Salas de este Supremo Tribunal, que conozcan de procesos de nulidad de actos administrativos de efectos particulares, o contra negativas o abstenciones de la Administración. Mediante recursos contenciosos administrativos, podrán a su vez conocer de los amparos previstos en el artículo 5° de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1998), siempre que el recurso de nulidad o por abstención de la Administración, no se funde en una infracción directa e inmediata de la Constitución, y siempre que la acción de amparo no se encuentre caduca. 2.1.3.3. SENTENCIA N° DP11-O-2010-000024 Según sentencia N° Expediente : DP11-O-2010-000024del tribunal Juzgado Primero de Juicio del Trabajo de la circunscripción judicial del 105 estado Aragua de fecha 03 de diciembre de 2010, el caso José Jiménez, Lolimar Alvarado, Karina Pérez, Jesús Quinterocontra INVERSALUD Farmacia C.A., se expreso lo siguiente: Conforme a lo contemplado en los artículos 26, 49 y 257 ejusdem, encontrándose este Juzgado Primero de Primera Instancia de Juicio del Trabajo del Circuito Judicial Laboral del Estado Aragua, como órgano del Estado Venezolano, parte integrante de uno de los Poderes Públicos Nacionales, como lo es el Poder Judicial, en la necesaria obligación de garantizar protección integral al “hecho trabajo”, como hecho social y realidad, y además que estamos en presencia de un procedimiento especial para el Derecho del Trabajo como lo es la Acción de Amparo Constitucional, la cual a su vez desarrolla la denominada garantía constitucional de protección hacia los trabajadores y trabajadoras del País, sin discriminación alguna y en base a ello debemos tener en cuenta que de acuerdo a los principios constitucionales procesales, los cuales son criterios que rigen tanto para las diversas situaciones que puedan surgir en el proceso, como la actuación de las partes, sus representantes judiciales y operadores de justicia, los cuales no son de carácter procesal, sino de carácter constitucional que permiten el funcionamiento del proceso para luego cumplir su fin, garantizando los derechos fundamentales de todos los ciudadanos y ciudadanas, bajo los lineamientos del texto constitucional, conforme a lo previsto en su artículo 257, el cual tiene como objetivo la realización de la justicia, y conforme con lo establecido en el artículo 26 ejusdem, debe ser gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa, expedita, sin dilaciones indebidas y sin formalismos, elementos estos últimos que equivalen a que la justicia debe prevalecer frente a las formas, tal como lo preceptúa el artículo 2 ibidem en concordancia con el artículo 2 de la Ley Adjetiva Laboral En este sentido decide la Sala lo siguiente: De conformidad con los planteamientos anteriores este tribunal considera que si se produjo la violación al derecho al trabajo como hecho social y el deber de trabajar, así como a la estabilidad laboral alegada por parte Agraviada, prevista en los Artículos 87 y 106 89 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es por lo que se ordena a la Parte Agraviante INVERSALUD FARMACIA C.A. a dar estricto cumplimiento a lo establecidos en las enunciadas normas constitucionales so pena de la aplicación de las sanciones a que se hagan merecedores a partir de la publicación de la presente sentencia; en consecuencia quien aquí sentencia ordena de forma inmediata el reenganche de los trabajadores JOSE JIMENEZ, LOLIMAR ALVARADO, KARINA PEREZ, JESUS QUINTERO, a su puesto de trabajo y se ordena el Pago de los Salarios Caídos desde la fecha del despido hasta su efectiva reincorporación, considerando que de ser procedente los incrementos salariales por Decreto Presidencial- ASI SE DECIDE.En relación a lo alegado por las Partes Presuntamente Agraviadas relativas a la Libertad Sindical o el Ejercicio del Derecho Sindical, se sintetiza lo siguiente: que si bien es cierto que las misma se encuentran establecidas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, como en la Ley Orgánica del Trabajo y el su Reglamento, así como en lo establecido en el Convenio Internacional Nº 87 ratificado por Venezuela, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y en las diferentes Convenciones Colectivas que regulan las relaciones laborales entre el patrono y los trabajadores, las mismas orientan siempre las actuaciones de este tribunal en el momento de dictar cualquier decisión referidas a las Organizaciones Sindicales de este país, por cuanto las mismas no son motivo de controversias en el presente caso de marras, ya que dicha acción solamente esta referida a la actuación de este tribunal ante el incumplimiento de una Providencia Administrativa dictada por la Inspectoria del Trabajo de Maracay Estado Aragua.ASI SE DECIDE.Al examinar brevemente, el Amparo el cual representa un derecho constitucional de protección que comprende derechos y garantías, entre los que se incluyen los socio-laborales. Esto quiere decir, el país ha avanzado en cuanto a la garantía institucional de los derechos fundamentales.En general, los derechos fundamentales en el trabajo en Venezuela cuentan con una garantía normativa, pero la realidad de los hechos define que hay que implementar mecanismos, orientados a que el cumplimiento de estos sea 107 eficiente y efectivo en pro de la paz y justicia social, en lo cual la institucionalidad democrática juega un papel decisivo. Por su parte, los Derechos Fundamentales en el Trabajo conforme a la nombrada Declaración Organización Internacional del Trabajo (1944), son: la libertad de asociación, la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva; la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva del trabajo infantil; y la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación. Sobre estos últimos se harán consideraciones en el presente trabajo y corresponden a un conjunto de normas internacionales, calificadas como Convenios Fundamentales. 2.1.3.4. SENTENCIA ASUNTO: ASUNTO: TP11-R-2010-0000063 Según sentenciaasunto: TP11-R-2010-0000063, del Juzgado Superior del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia de fecha 07 de enero del dos mil once, el caso Irma Lucia Araujo Gil contra Gobernación del Estado Trujillo, se expreso lo siguiente: En el caso objeto de la presente decisión se interpuso una acción de amparo constitucional contra el incumplimiento de una providencia administrativa, siendo que desde la fecha en que la misma quedó firme, que según la Sala Constitucional en sentencias de fecha 29-05-2002 y 10-02-2003 es desde cuando el accionante tuvo conocimiento de la decisión impugnada y no a partir de la oportunidad cuando se produjo el hecho lesivo es decir (fecha de notificación de la misma): 17 de Diciembre del 2002 hasta la fecha que se interpuso el amparo 03 de Noviembre del 2010, ha transcurrido un lapso de siete (7) años once (11) meses y 108 catorce (14) días. Igualmente revisadas las actuaciones se evidencia al Folio 165 de la Causa Principal la notificación realizada en fecha 08-02-10 a la Gobernación del Estado Trujillo en el Procedimiento de la Imposición de la Sanción de Multa y al Folio 167 la notificación en fecha: 08-02-10 a la Procuraduría General del Estado Trujillo en el Procedimiento de la Imposición de la Sanción de Multa, fecha en que la misma quedó firme, y no fechas posteriores en las que hubo subsanación a errores involuntarios cometidos en la Inspectoria del Trabajo, razón por la que se debe concluir que habiéndose intentado la Acción de amparo en fecha 03-11-10, el lapso de caducidad de seis (6) meses había transcurrido a plenitud, por lo que sólo pudiese admitirse la acción en caso de existir razones de orden público, o que afecten las buenas costumbres, en los términos expuestos con anterioridad En este caso el Tribunal Superior decide lo siguiente: De lo anteriormente expuesto, se colige que de acuerdo con la interpretación que con carácter vinculante le ha dado la Sala Constitucional y de las pruebas aportadas a los autos, esta alzada no pudo observar una violación constitucional que afecte a una parte de la colectividad o el interés general, y que sea de tal magnitud que vulnere los principios que inspiran el ordenamiento jurídico, sino que la acción de amparo constitucional se refiere al incumplimiento de una Providencia Administrativa. Es por lo tanto, que este Juzgado Superior del Trabajo declara inadmisible la acción de amparo constitucional interpuesta de conformidad con el numeral 4 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales. Así se decide. Se puede señalar en pocas palabras, conforme al criterio sostenido por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, para los casos de los actos emanados de las Inspectorías del Trabajo, la ejecución de las decisiones administrativas debe ser necesariamente exigidas primeramente 109 en vía administrativa y en caso de no ser productiva la gestión y agotado el procedimiento de multa previsto en la Ley Orgánica del Trabajo (1997). Podrá recurrir a los mecanismos jurisdiccionales ordinarios. En consecuencia, si no hubo en sede administrativa el agotamiento íntegro de la vía administrativa con la notificación al patrono de la multa impuesta, no se cumplió con un requisito por demás necesario para la interposición del Recurso de Amparo Constitucional en sede jurisdiccional, y por tanto, vinculante para declararlo procedente. De ese modo, sólo en situación excepcional cuando el incumplimiento afecte un derecho constitucional, puede recurrirse al amparo constitucional, para exigir un mandamiento judicial que consista en una conducta que debió instarse directamente en sede administrativa, como en principio es el caso de autos. La naturaleza del amparo constitucional, tal como es la pacífica jurisprudencia de esta Sala, es la de un mecanismo extraordinario, que sólo procede cuando se han agotado las vías ordinarias o, en caso adicional, cuando no es posible exigir ese agotamiento en vista de las circunstancias del caso concreto y de la urgencia de resolución de la controversia. 3. SISTEMAS DE CATEGORIAS 3.1. DEFINICIÓN NOMINAL Amparo Constitucional 110 3.2. DEFINICIÓN CONCEPTUAL Según el Rondón (2000), es el medio efectivo de hacer respetar los derechos y garantías no solo mencionadas en la Constitución, sino todas las que son inherentes a la persona humana entre todo acto arbitrario carente de legitimidad que sea cometido por los particulares o entre todo abuso de autoridad o desviación de poder proveniente de algún funcionario u organismo público. 3.3. DEFINICIÓN OPERACIONAL El Amparo Constitucional es una acción que permite buscar la seguridad procesal de los derechos, teniendo en cuenta que es un medio de impugnación para resguardar y proteger derechos de carácter constitucional (derechos individuales, sociales, económicos y políticos), igualmente es un procedimiento que se invoca en nuestro ordenamiento jurídico Venezolano y cuya finalidad es resguardar y garantizar la seguridad jurídica de las personas que le han sido infringido y vulnerados sus derechos. Por tal sentido, el Amparo Constitucional es acción extraordinaria y excepcional que debe referirse ha hechos claros y concretos, donde se pretenda proteger al trabajador mediante procedimientos de control por los tribunales, frente a su función judicial en la que se resuelvan conflictos en 111 materia laboral. Ahora bien, el proceso de Amparo constituye una acción protectora cuando se ven amenazada o menoscabada los derechos por infracciones que puedan atentar contra las personas, restableciendo al afectado el pleno disfrutes de sus derechos lesionados; por tanto se debe tomar todas las prevenciones necesarias para que el Estado en su carácter de protector deba asegura los medios de protección y derechos de los trabajadores para garantizar su seguridad jurídica. 112 CUADRO 1 OPERACIONALIZACION DE LA CATEGORIA OBJETIVO GENERAL: Analizar el amparo constitucional como medio de protección a la violación de los derechos laborales en la República Bolivariana de Venezuela OBJETIVO ESPECIFICO CATEGORIA Analizar el régimen legal del amparo constitucional como medio de protección en la legislación laboral venezolana. Analizar los derechos del trabajador según la legislación laboral venezolana Analizar jurisprudencialmen te las garantías de los derechos laborales SUBCATEGORIA Régimen legal del amparo constitucional Amparo constitucional como medio de protección a la violación a los derechos laborales Derechos laborales del trabajador Garantía de los derechos laborales Fuente:Gómez, Herrera, González (2012) UNIDAD DE ANALISIS - Fuentes del derecho del amparo Constitucional. -Naturaleza jurídica del Amparo Constitucional. - Características del Amparo Constitucional - Procedimiento procesal del Amparo constitucional. - Efectos del Amparo Constitucional. - Derecho a las Prestaciones Sociales - Derecho al salario y remuneración justa - Derecho al trabajo y la estabilidad social - Derecho a la contratación colectiva - Derecho a la libertad sindical Derecho a la huelga - Derecho a la seguridad social - Debido proceso -Sentencia Asunto: NP11-O-2011-000006. -Sentencia Exp. Nº 7372-09. -Sentencia N° DP11-O2010-000024. Sentencia Asunto TP11-R-2010-0000063.