El Neoclasicismo (1769 - 1830) El Neoclasicismo buscaba reflejar la belleza y la perfección formal a partir de la vuelta a las raíces clásicas. Estaba inspirado especialmente en las ideas de la ilustración que deseaban manifestar los valores eternos y universales. Su nacimiento se gestó en dos centros principalmente: París y Roma. Su cuerpo teórico estuvo contenido en la Enciclopedia francesa de Diderot, orientando el arte en sentido racional, rechazando la superficialidad del Rococó y el ilusionismo del Barroco. Principios generales Agregó a la pintura un valor didáctico y moralizante, considerando imprescindible el conocimiento científico de las fuentes clásicas. Buscan resucitar los modelos del Arte Antiguo, porque veían en ellos encarnadas la virtud y así lograr la perfección del mundo. Este nuevo estilo fue llamado “verdadero estilo”. El término “neoclásico”, no se empleo desde el principio, sino que se les aplicó más tarde de forma despectiva, porque se consideró a esta corriente carente de originalidad. Las obras neoclásicas llevan una fuerte carga racionalista producto de la ilustración, es decir, que predomina lo que se puede entender y rechazan todo aquello que venga impuesto por la fe o la tradición. Promueven, fomentan y prevalecen los temas que manifiesten las ideas liberales de la época como la igualdad, la fraternidad, la libertad. Sus principales generadores Roma (la ciudad eterna) fue la cuna donde se reunieron la mayor parte de los artistas, intelectuales y teóricos neoclásicos para asentar las bases de este nuevo estilo y difundirlo por toda Europa. Su principal generador teórico fue Winckelmann quién proponía una vuelta total a la Antigüedad, buscando asociar los modelos estéticos, morales y políticas en todas las manifestaciones artísticas. También determino como modelo adecuado para el “nuevo estilo” el arte griego definiéndolo como un arte de “noble sencillez y una serena grandeza”. Una de las obras más representativas del Neoclasicismo es la pintura mural de “El Parnaso”, realizado en 1790 para la villa romana del cardenal Albani, pintada por Antonio Rafael Mengs. En las épocas más avanzadas del neoclasicismo destaca el francés Jaques-Louis David (1748- 1825) quien utiliza el “Nuevo estilo” como arma ideológica contra el barroco, así como expresión de su ideales revoluciona-rios (ideas de la ilustración). Sus principales obras son “El juramento de los Horacios”, “Andrómana llorando la muerte de Héctor”, “Belisario pidiendo limosna” y “La muerte de Sócrates”. Después de David destaca su discípulo J. Aguste Ingres quien llega a rozar la frontera con el romanticismo. Arquitectura Proliferan las construcciones que mejoran la vida humana como hospitales, bibliotecas, museos, teatros, parques etc., todos pensados en carácter monumental. Se buscan modelos arquitectónicos de validez universal principalmente imitando los modelos clásicos (romanos y griegos). Buscan más la funcionalidad que el ornato o decoración; buscan que los elementos decorativos tengan también una función esencialmente práctica (evitan los adornos excesivos e inútiles), en definitiva se busca una arquitectura con lógica. Sus modelos son Grecia, Roma, tiene gran relevancia el descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano. También toman de modelo las construcciones de Egipto y Asia Menor. Las esculturas neoclásicas se realizaban en la mayoría de los casos en mármol blanco, sin ninguna policromía, porque así eran los modelos de esculturas antiguas que se conocían. En ellas destaca la sencillez y la serena belleza que Winckelmann había encontrado en todas las esculturas griega. Escultura En este mismo sentido se desarrollaron las teorías de Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781) que en su libro Laocoonte (1766) había tratado de fijar una ley estética con carácter universal que pudiera guiar a los artistas en su producción; sus concepciones sobre la moderación en las expresiones y en el plasmado de los sentimientos fueron de sus principales reglas para el modelo neoclásico. Así, los escultores de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, crearán obras en la que prevalecerá una sencillez y una pureza de líneas que los apartará del gusto curvilíneo del Barroco. En todos ellos el desnudo tiene una notable importancia ya que se busca rodear las obras de una cierta intemporalidad. Los modelos griegos y romanos, los temas tomados de la mitología clásica y las alegorías sobre las virtudes cívicas llenaron los relieves de los edificios, los frontones de los pórticos y los monumentos, como arcos de triunfo o columnas conmemorativas. El retrato también ocupó un importante lugar en la escultura neoclásica, dándole mayor relieve a la producción de bustos; Antonio CANOVA (17571822) representó a Napoleón como Marte (1810, Milán) y a su hermana Paulina Bonaparte como Venus Victrix (1807, Roma) tomando así los modelos de los dioses clásicos. Mientras Canova llega al clasicismo desde una formación barroca y configura un estilo de gran sencillez racional; el escultor danés Thorvaldsen siguió un estilo voluntariamente distante y frío que copia fuertemente las esculturas griegas. La pintura neoclásica Como las demás artes, en la pintura también se busca una mayor sobriedad en la forma y en los fondos, tratando de volver a los ideales clásicos (sencillez y armonía). El principal problema al que se enfrentan los pintores neoclásicos es que no tienen demasiados modelos clásicos ya que no se conservan pinturas de esa época por lo que toman las obras escultóricas como fuente de inspiración. Predomina la forma o el dibujo sobre el color, se llega a decir que algunas pinturas son "monocromas". Se da principalmente durante la Revolución Francesa y su principal representante es el pintor Louis David. Se busca resaltar los héroes nacionales como Napoleón, los valores patrios, el honor , la valentía y la libertad.