EL PROXIMO 27 DE ABRIL LOS BEATOS JUAN PABLO II Y JUAN XXIII SERÁN CANONIZADOS Juan Pablo II consagró y dedicó la Catedral de Santa María la Real de la Almudena de Madrid. Las obras de fábrica de la Catedral habían finalizado el 4 de noviembre de 1992, previamente la Virgen de la Almudena había sido trasladada desde la Colegiata de San Isidro, entonces Catedral provisional, a su nueva y definitiva casa. El 15 de junio de 1993 Su Santidad Juan Pablo II vino a Madrid a dedicar el nuevo templo. El primer acto fue la entrega al Cabildo de los documentos pertenecientes a la construcción de la Catedral, gesto simbólico por el que les encomendaba la custodia del templo. Comenzó con la bendición del altar, el Papa rociándolo con agua bendita dijo: “Dios Padre de misericordia esté presente en esta casa de oración y con la gracia del Espíritu Santo, purifique a quienes somos templo vivo para su gloria. Amén”. Pidió el Santo Padre al Señor que impregnara con santificación celestial la Iglesia y el altar para que sirviera como “mesa de sacrificio, torrente de gracia, perdón de los pecados y memorial de la Pascua, lugar de alabanza y plegaria por la salvación del mundo”. Finalizó diciendo: “que los pobres encuentren aquí misericordia, los oprimidos alcancen la verdadera libertad, y todos los hombres sientan la necesidad de ser hijos tuyos, hasta que lleguen gozosos a la Jerusalén celestial” A continuación derramó el crisma en el medio y los cuatro ángulos del altar. Seguidamente el cardenal Arzobispo de Madrid, Monseñor Suquía y dos Obispos auxiliares de Madrid ungieron los muros de la Catedral, signando doce cruces distribuidas por la nave. Continuó el acto inaugural con el rito del incienso que invadió todos los rincones del nuevo templo y posteriormente se hizo la Luz, el Santo Padre encendió una vela que entregó a los diáconos, diciendo “ilumina Señor, a los que están en tinieblas y dirige nuestros pasos por la senda de la paz, Dios de Israel” con esta vela se fueron encendiendo las velas del presbiterio, las de las naves, las lámparas eléctricas la luz lo invadió todo arrancando de aquella primera luz de luz. Vestido y adornado el altar continuó la celebración de la Eucaristía. Terminados los actos el Papa se dirigió al altar de la Virgen de la Almudena para venerarla con esta oración: “Virgen de la Almudena, Madre y Señora Nuestra, vengo hasta tu imagen santa para venerarte con filiar devoción. En tu honor se ha construido esta Catedral, para que sea digna morada tuya y luminoso lugar de encuentro con todos tus hijos. Tú, que estuviste oculta en murallas del viejo Madrid, te manifiestas hoy como Madre de inmensa ternura. Tu nombre de Almudena hace referencia a la fortaleza; danos constancia firme para vivir siempre seguros en la Fe de la Iglesia. Mantén vivo y fuerte nuestro amor, para que ningún obstáculo pueda desviarnos del camino de la salvación. Enséñanos a verte siempre Madre, manantial de misericordia, regazo de perdón, abrazo de la esperanza, puerta de la Gloria. Llena con tu presencia maternal la dura soledad de los que sufren. Acoge con amor los deseos de sus hijos. Abre nuestros corazones a la alegría del espíritu. Como excelsa Patrona de Madrid, bendice y protege a quienes pronuncian cada día, con devoto amor, tu nombre santo y el de tu hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen”. El Museo Catedral de la Almudena expone en su última sala los ornamentos litúrgicos que se utilizaron en la consagración: aguamanil, copón, cáliz, patena y casulla. También en el museo puede contemplarse el video de la consagración del templo. La sala se completa con las imágenes de la última visita del Papa Juan Pablo II a España, la canonización en 2003 de Santa Maravillas de Jesús, San Pedro Poveda, San José Rubio y Santa Genoveva Torres, la casulla de Su Santidad Juan Pablo II y los relicarios que se veneraron el día de la canonización. En la Catedral puede venerarse la reliquia del Beato Juan Pablo II. Se trata de una ampolla con su sangre donada por el arzobispo de Cracovia, cardenal Stanislaw Dziwisz, que fue el secretario personal del Beato Juan Pablo II, al cardenal Rouco, arzobispo de Madrid, durante la Jornada Mundial de la Juventud. Está expuesta en el templo desde el 15 de abril de 2012, festividad de la Divina misericordia, instituida el 30 de abril del año 2000 por el Beato Juan Pablo II, coincidiendo con la canonización de Santa Faustina y que se celebra todos los años el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección.