REVISTA NOTAS Nº18 CONSEJERÍA EDUCACIÓN COMUNIDAD DE MADRID) Los/as a dultos/as en la formación t écnico- profesional Francisco López de la Manzanara Pedrazo Profesor del Centro de EPA “Vallecas” (Madrid) E N los últimos años, se ha incorporado de forma generalizada a la oferta de los centros de personas adultas de nuestra Comunidad la formación técnico-profesional, yendo en aumento el número de alumnos que se inscriben en estas enseñanzas. La importancia de una adecuada formación en esta área en los adultos, que actualice sus conocimientos o les permita el acceso a nuevas y mejores cualificaciones en situaciones adecuadas a su disponibilidad de tiempo y con currículos adaptados a sus peculiaridades es, para la U.E., esencial en la nueva Europa. MEJORA DE LA EMPLEABILIDAD AUMENTO DEL NÚMERO DE PARTICIPANTES -Para el desarrollo del anterior objetivo, la Formación Técnico-profesional y Ocupacional es una de las tres áreas en las que se encuadran las actividades de los Centros de EPA. Por número de participantes, se situaría en el último puesto de todas las áreas y su evolución parece a primera vista negativa, como muestra la tabla 1. Un análisis más detallado, sin embargo, nos muestra otra lectura. Tabla 1. Número de alumnos y porcentaje inscrito en el Área de Formación TécnicoProfesional sobre el total de alumnos matriculados en los CEPA por curso académico El Consejo Europeo, en el año 2000, estableció las líneas generales sobre el aprendizaje permanente para los ciudadanos de la U.E. Dos son los objetivos de este aprendizaje permanente: promover la ciudadanía activa y mejorar la empleabilidad. Para el Consejo Europeo “la empleabilidad capacidad para lograr y mantener un empleo- es una dimensión central de la ciudadanía activa, pero también una condición decisiva a la hora de lograr el pleno empleo y de mejorar la competitividad y la prosperidad de Europa en la nueva eco- Curso Nº Alumnos % 99/00 5753 11 00/01 8800 13,8 01/02 6927 11 02/03 2924 4,3 03/04 2928 4 La formación técnico-profesional es una parte inseparable del aprendizaje permanente. En el adulto laboralmente activo debería formar parte de la formación básica si éste presenta carencia en la misma y, en principio necesaria a todo ciudadano que quiera ser miembro activo de la sociedad. En primer lugar, en general estas enseñanzas requieren de un número de horas considerable de formación, lo que restringe la posibilidad de muchos adultos de dedicación a las mismas. Si a ello unimos que, por su propia naturaleza, el nº de alumnos por clase no puede ser muy elevado, entendemos su posición con respecto al resto de enseñanzas que ofrecen los centros de formación de personas adultas. Así lo ha entendido la LOCE, y anteriormente la LOGSE, cuando en su artículo 52, al marcar los cuatro grandes objetivos de la educación de adultos, establece en uno de ellos "mejorar su (del adulto) cualificación profesional o adquirir una preparación para el ejercicio de otras profesiones". Junto a éste, aparecen el de formación básica y el de desarrollo personal y de participación como ciudadano. En segundo lugar, si analizamos detenidamente los datos ofrecidos por la Dirección General de Promoción Educativa en los últimos cinco cursos (del 99/00 al actual 03/04), veremos que en los tres primeros se incluían dentro de esta área la preparación para las pruebas libres de Formación Profesional de Primer Grado (cursos 99/00 al 01/02, año en que terminaron dichas pruebas) llegando a suponer el 80% de los alumnos inscritos nomía ”1 . Las personas participantes en la EPA . Tabla 2. Número de alumnos y porcentaje sobre el total de inscritos en el Área de Formación Técnico-profesional en Talleres 3. Operativos y/o Ocupacionales Curso - No presentan, en general, una intención real de inserción laboral. Ven más su participación en esta formación como una forma de mejorar su formación general. Nº Alumnos % 99/00 666 00/01 1879 21 01/02 1440 28,8 02/03 2145 73,3 03/04 2928 65,5 - Suelen tener carencias de competencias personales para trabajar en puestos cualificados. 11,6 en el área técnico-profesional. Sin embargo, la evolución de los alumnos que realizan cursos ocupacionales, operativos o de formación técnico-profesional ha ido en aumento. Es decir, la oferta propia de los centros, va siendo cada vez más demandada por los adultos, llegando incluso a duplicarse en los dos últimos años, como muestra la tabla 2. El éxito que tuvo en su momento la preparación para las pruebas libres de la desaparecida FP1, nos hace suponer que, en caso de plantearse este tipo de pruebas para los Ciclos Formativos de Grado Medio, nuestros centros serían un excelente referente para los adultos que quisieran acceder a dicha titulación sin acudir a los institutos. Es claro que, en general, el adulto dispone de poco tiempo y de horarios especiales, lo que le impide o dificulta grandemente la posibilidad de realizar los estudios de formación profesional de grado medio en los institutos en horario ordinario. También es cierto que, aunque el Decreto Marco para la Edu-cación 4 establece de Adultos en la Comunidad de Madrid en su artículo 10 la posibilidad de los centros de EPA de impartir ciclos formativos de grado medio, a día de hoy no se ha desarrollado y parece difícil que muchos centros pudieran contar con los requisitos necesarios para ello. Una vía intermedia, en la que adultos con experiencia laboral práctica pudieran terminar de prepararse en los centros de adultos para la superación "por libre" de dichas pruebas, con horarios y "ambiente" especialmente pensado para ellos, podría ser una buena solución, ya que no requeriría una inversión tan fuerte por parte de los centros en recursos materiales y humanos. - Su necesidad de formación real se encontraba más en el desarrollo de capacidades básicas y en una orientación laboral adecuada que en una formación en una ocupación específica. - Suelen ser mujeres de entre 30 a 45 años, con el antiguo Graduado Escolar, que no trabajan o tienen un trabajo no reconocido. Sus expectativas de trabajo son a largo plazo, sin una búsqueda activa de empleo, en general, en el momento de su formación. Este sería a grandes rasgos el perfil de los actuales participantes en las enseñanzas técnicoprofesionales de los centros de adultos. Sin embargo no se nos oculta otro "público" que puede acudir a ellas. ¿Cuál? Alumnos diana Debemos reconocer que el perfil de los posibles participantes en la formación ocupacional de nuestros centros es muy variado. Algún grupo concreto va aumentando año tras año, aunque su incorporación es lenta. La dificultad del aumento de demanda no se encuentra ni en el contenido, ni en LOS DEMANDANTES En la IV Escuela de Verano de Educación de Personas Adultas (junio 2002), se desarrolló un seminario temático sobre la tipología de los demandantes de esta área en los centros de adultos 5 . En él se recogen, en resumen, las siguientes características: Las personas participantes en la EPA la falta de conexión con la demanda del mercado de trabajo, o en la calidad de la enseñanza que ofrece la oferta, que creo que está muy actualizada y es de gran calidad. En este sentido, los centros han hecho un gran esfuerzo para incorporar en su programación cursos de ocupaciones que en su entorno son muy demandadas y en elaborar unos programas de contenidos muy completos y, en gran medida, estandarizados; véase si no las diferentes publicaciones de la Dirección General de Promoción Educativa sobre los talleres ocupacionales y que han ayudado a unificar los contenidos y a estimular su incorporación a la oferta de otros centros. La causa está fundamentalmente en la falta de homologación de los certificados. Es necesaria una clarificación y catalogación de las capacidades asociadas a cada ocupación que permitan unificar los diferentes certificados de las distintas instituciones, entre ellos los de los centros de adultos. A ello tenemos que unir la necesidad de invertir en difusión a través de los medios de comunicación de la oferta específica del área técnico-profesional, si queremos estar en la misma situación de competitividad que otras instituciones. Haciendo un recorrido por los posibles participantes podemos distinguir los siguientes: - Personas con formación básica, o sin ella, que quieren mejorar su situación laboral actual para promocionar en el trabajo. -Personas que quieren reincorporarse al mundo laboral después de estar un tiempo alejadas de él y no tienen una profesión o la suficiente cualificación en la misma. - Personas que están en paro y quieren "actualizarse" en su profesión, o en otra, en tanto encuentran un nuevo empleo. potenciales alumnos que encuentran en nuestros centros adaptaciones horarias y curriculares más acordes con sus circunstan cias personales. - Personas sin un interés inmediato en el ingreso en el mercado laboral, pero que ven en los talleres ocupacionales de los centros de adultos una opción formativa más interesante para ellos que el resto de la oferta. - Inmigrantes que no poseen certificaciones profesionales de origen o no han conseguido la convalidación de su formación y buscan en la oferta ocupacional de los centros una certificación que pueda avalar su preparación, o que les facilite su acceso a nuevas ocupaciones. NECESIDADES - Jóvenes con o sin titulación básica que no quieren o no pueden realizar módulos de formación profesional reglada y se forman en una ocupación, mientras encuentran su primer empleo. - Personas (jóvenes y adultos) con interés en la formación profesional reglada que preparan su ingreso a través de las pruebas de acceso a los ciclos formativos. Aunque el Decreto marco 128/2001 de la Comunidad de Madrid para la educación de personas adultas, en su artículo 10, establece la posibilidad de la realización de Ciclos Formativos en centros de personas adultas que reúnan los requisitos, a día de hoy no hay ningún centro que los imparta, por lo que se está dejando de prestar un servicio a Las personas participantes en la EPA Si queremos abrir la oferta de formación técnico-profesional a todo este público, debemos tener en cuenta una serie de necesidades, algunas de las cuales ya fueron planteadas en la V Escuela de Verano 6 de EPA de la Comunidad de Madrid del curso pasado: - Contar con un catálogo de cualificaciones profesionales que permitan homologar las capacidades adquiridas en los talleres. En este sentido, D. Luis Peral Guerra, Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, manifestaba en el último número de esta 7 la inminente finalización de misma revista dicho catálogo y su apuesta por el papel de los centros de adultos en esa línea de actividad. - Reconocimiento y validez laboral de los cursos. Formación y Orientación Laboral de los talleres operativos y ocupacionales son, a todas luces, insuficientes para lograr dicho objetivo. - Realizar una orientación inicial al alumnado que permita una armonización entre sus intereses y la posibilidad de empleo. En ocasiones, la demanda de los participantes parte más de modas u otros criterios que de la ocupabilidad real. Una información clara y veraz de la situación del mercado laboral dejaría en mejor posición al adulto a la hora de elegir su formación para el trabajo. Pero, junto a esto, tenemos la imposibilidad de los centros de conocer tal situación. - No separar la formación básica de la ocupacional o establecer vías de conexión entre ambas. Una de las conclusiones de la IV Escuela de Verano era la de que, en general, los participantes en los programas de formación técnico-profesional presentaban deficiencias en su formación básica. Habría que establecer modelos de formación que permitieran subsanar tal problema, bien incorporando módulos de formación básica en los talleres, bien estableciendo canales de intercambio entre ambas formaciones. - Flexibilidad curricular suficiente para ajustar la oferta a las nuevas necesidades de empleo o a la evolución de las ocupaciones. Esto exige a la organización de los centros una adaptabilidad constante tanto de plantillas como de recursos e infraestructura. Pero debemos admitir que la formación técnico-profesional requiere de fuertes inversiones que se compensará, con creces, si se logra una sociedad con mayor nivel de ocupación y mejor cualificación. - Dar más importancia a la orientación laboral específica. El Memorando para el aprendizaje permanente insiste en la necesidad de desarrollar nuevas capacidades en las personas que les permitan una rápida adaptación a los cambios en el mercado laboral. Por lo tanto, una formación que prepare para estos cambios es fundamental. Quizá sea incluso más necesaria la formación para esta adaptabilidad que la formación específica y concreta de una ocupación que, tal vez, en un futuro no muy lejano, quede obsoleta. Los módulos actuales de - Incorporar nuevas capacidades a los programas. En este sentido, el Memorando insiste en la necesidad de incorporar nuevas competencias en los programas. Estos campos son el de las tecnologías de la informa ción y la comunicación (TIC), de los idiomas, de la cultura tecnológica, del espíritu empresarial y las habilidades sociales; todos ellos, como vemos, indispensables para una cua lificación de calidad en el trabajo. Notas Memorando sobre el aprendizaje permanente 2001. 1. . MECD. Elaboración del autor sobre datos aportados por la Dirección General de Promoción Educatica de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. 2. Elaboración del autor sobre datos aportados por la Dirección General de Promoción Educatica de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. 3. 4. Decreto 128/2001, de 2 de agosto. “Seminario temático D”. Actas de la IV Escuela de Verano . Comunidad de Madrid. 2003. 5. Conclusiones del Seminario “Un tema global: formación y empleo”. V Escuela de Verano de Personas Adultas . Comunidad de Madrid. Junio 2003. 6. “Entrevista: Luis Peral Guerra, Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid”. En Revista NOTAS nº 17 . Marzo de 2004, págs, 5-8. 7. Las personas participantes en la EPA