La reacción a la Guerra Civil española (19361939): "Con la muerte al hombro" y "El vengador" de José Luis Castillo-Puche. ¿Una reacción existencial o no? Kristof Geldhof Masterproef voorgelegd tot het behalen van de graad van Master in de taal- en letterkunde Spaans-Duits 2013-2014 Promotor Prof Dr. Elizabeth Amann Vakgroep Spaanse Letterkunde 1 2 Agradecimientos En estas palabras de agradecimiento quiero dirigirme a todas las personas que me han ayudado a realizar este trabajo. Por la imposibilidad de mencionar todas estas personas, voy a limitarme a las más importantes. En primer lugar quiero dar las gracias a mi directora de tesis, profesora y doctora Elizabeth Amann, para toda la ayuda que ella me ha ofrecido en cuanto a la preparación y la escritura de mi tesina. Siempre estaba dispuesta a responder a todas mis preguntas y me dejó trabajar independientemente. Con sus conocimientos profundos en cuanto a la literatura española del siglo XX me entusiasmó y me inspiró a investigar este dominio de la literatura. Especialmente sus clases sobre la literatura después de la Guerra Civil que tuvo lugar entre 1936 y 1939 me apeló a la imaginación, por lo que decidí profundizar mis conocimientos en esta materia. En segundo lugar el apoyo de mi familia fue de una importancia grandísima. Sobre todo mis padres siempre me apoyaron, por lo que empecé a escribir cada día lleno de optimismo. No solamente durante la escritura de este trabajo, sino durante toda mi carrera universitaria me han apoyado, por lo que finalmente tuve la posibilidad de escribir mi tesina. Además de mis padres, quiero dar las gracias a mi hermana y a mi cuñado que siempre estuvieron dispuestos a ayudarme en momentos cuando lo necesité. Finalmente quiero agradecer a mis mejores amigos que me apoyaron durante mis estudios. Gracias para todo vuestro apoyo que me habéis ofrecido y gracias para relajarme de vez en cuando, por lo que siempre he aguantado durante mis estudios. 3 4 Prefacio La Guerra Civil española entre 1936 y 1939 fue de la mayor importancia para la historia reciente de España. Fueron años de crueldad y de matanza que dejaron una impresión imborrable en la mente de todas las personas que vivieron esta guerra. También la literatura experimentó las secuelas de la guerra: a gran diferencia de la literatura de la anteguerra, que sobre todo focalizó en “una autonomía artística absoluta” (Gonzalo 1975: 24), surgió después de la guerra un nuevo interés por la literatura que enfoca a “las circunstancias reales del tiempo y del lugar en que se vive” (Gonzalo 1975: 24). Esta tendencia se llama el “nuevo realismo” y conoce tres dimensiones: la novela existencial, la novela social y la novela estructural. En este trabajo me limito a la novela existencial que enfoca la existencia humana en situaciones extremas como la Guerra Civil y que somete a prueba la condición humana (Gonzalo 1975:24). En primer lugar ofrezco una imagen bastante breve de la crueldad de la guerra y sobre todo de sus consecuencias porque solamente así se puede comprender la filosofía de la novela existencial. Después de esbozar brevemente el contexto literario de la posguerra, continuo con el estudio del existencialismo en la literatura. No voy a extenderme demasiado sobre la historia del existencialismo; sobre todo dirijo la atención hacia los rasgos existenciales dentro de la literatura. Dentro del paradigma literario existencial estudio dos novelas de José Luis Castillo Puche tituladas “Con la muerte al hombro” y “El vengador”. Castillo Puche escribió estas novelas respectivamente en 1954 y 1956 y en varias obras de consulta en cuanto a la literatura existencial estas novelas se consideran como novelas existenciales. Sin embargo, en muy pocos estudios literarios se profundiza en su carácter existencial y por eso averiguo en este estudio si estas novelas verdaderamente pueden considerarse como literatura existencial o no. Para llevar eso a buen término he intentado formular un paradigma de características existenciales en la literatura y luego someto a prueba estos elementos en las dos novelas de Castillo Puche. Palabras claves del estudio: Guerra Civil – literatura existencial – José Luis Castillo Puche – Con la muerte al hombro – El vengador 5 6 Índice Tabla de contenido Agradecimientos ............................................................................................................... 3 Prefacio ............................................................................................................................ 5 Índice ............................................................................................................................... 7 1. Introducción ................................................................................................................. 9 2. La Guerra Civil española y su influencia ....................................................................... 12 2.1. La crueldad de la guerra .................................................................................................... 12 2.1.1. La Guerra Civil ......................................................................................................... 12 2.1.2. Consecuencias de la Guerra Civil ............................................................................ 13 2.1.2.1. Las víctimas de la Guerra Civil ......................................................................... 13 2.1.2.2. Las primeras décadas del franquismo y sus problemas .................................. 14 2.1.2.2.1. Los problemas económicos ....................................................................... 14 2.1.2.2.2. El aislamiento ............................................................................................ 15 2.1.2.2.3. La política franquista ................................................................................. 16 2.1.2.2.4. Importancia de la Guerra Civil para la literatura ....................................... 17 2.2. La novela española de posguerra ...................................................................................... 18 2.2.1. El nuevo realismo .................................................................................................... 18 2.3. Existencialismo: su origen, la guerra y su papel en la literatura ....................................... 19 2.3.1. Origen y definición del existencialismo .................................................................. 19 2.3.2. La guerra es la base ideal para el existencialismo .................................................. 21 2.3.3. ¿Por qué aparece el existencialismo en la literatura? ............................................ 22 2.4. Existencialismo en España ................................................................................................. 22 2.4.1. ¿Hay existencialismo en España o no? ................................................................... 22 2.4.2. El tremendismo ....................................................................................................... 23 3.“Con la muerte al hombro” y “El vengador”: ¿novelas existenciales? ............................ 25 3.1. Existencialismo en las dos novelas estudiadas ................................................................. 25 3.1.1. José Luis Castillo Puche y su literatura ................................................................... 25 3.1.2. Breve resumen de “Con la muerte al hombro” y “El vengador” ............................ 26 7 3.1.2.1. Con la muerte al hombro ................................................................................. 26 3.1.2.2. El vengador ....................................................................................................... 27 3.1.3. Temas existenciales ................................................................................................ 28 3.1.3.1. El horror de la guerra como base de las ideas existenciales............................ 28 3.1.3.2. La existencia del individuo como punto principal ............................................ 30 3.1.3.3. La libertad ......................................................................................................... 32 3.1.3.3.1. Decisión y elección .................................................................................... 32 3.1.3.3.2. La responsabilidad ..................................................................................... 35 3.1.3.3.3. Angustia ..................................................................................................... 36 3.1.3.3.4. El dolor del camino .................................................................................... 37 3.1.3.3.4.1. El existir no orientado ......................................................................... 38 3.1.3.3.4.1.1. La desesperanza ........................................................................... 38 3.1.3.3.4.1.2. La absurdidad ............................................................................... 39 3.1.3.3.4.1.3. El fracaso ...................................................................................... 41 3.1.3.4. Contraer relaciones con otras personas .......................................................... 42 3.1.3.4.1. El miedo de convertirse en un objeto ....................................................... 42 3.1.3.4.2. La soledad .................................................................................................. 44 3.1.3.5. La muerte ......................................................................................................... 46 3.1.3.5.1. Reflexión sobre la muerte a causa de la Guerra Civil ................................ 47 3.1.3.5.2. Hécula y el culto de la muerte ................................................................... 47 3.1.3.5.3. Autenticidad versus inautenticidad........................................................... 52 3.1.3.5.4. La importancia de una muerte personal ................................................... 56 3.1.3.5.5. La muerte como factor clave en las dos novelas estudiadas .................... 59 3.1.4. La técnica narrativa ................................................................................................. 59 4. Conclusión .................................................................................................................. 61 5. Bibliografía ................................................................................................................. 64 Palabras sin bibliografía: 22 142 8 1. Íntroduccion La Guerra Civil española entre 1936 y 1939 fue un momento decisivo en la historia de la España contemporánea: significó el fin de la Segunda República y la instalación del franquismo, pero ante todo causó una discordia enorme entre dos grupos: los vencedores por un lado y los vencidos por otro lado. Un montón de familias se dividieron en un campo nacionalista y un campo republicano y además de eso murieron más o menos quinientas mil personas (Ocaña 2005). Así, las consecuencias morales para la población española fueron de una dimensión sin precedentes y además de eso el fin de la guerra en 1939 no significó la unión del pueblo español. La persecución y la represión de los vencidos después de la guerra por parte de los franquistas lo dificultó aún más de superar el trauma de la guerra. Esta represión después de la guerra en combinación con su crueldad hice que “las heridas de la Guerra Civil perduraron durante decenios” (Ocaña 2005). Es bien sabido que muchas veces las condiciones de vida ejercen influencia en la literatura y aquí la influencia de la guerra y del franquismo es de una importancia inmensa. Después de la guerra surgió de nuevo un interés por “las circunstancias reales del tiempo y del lugar en que se vive” (Gonzalo 1975: 24). Esta tendencia se llama “el nuevo realismo” y consiste en tres dimensiones: la novela existencial, la novela social y la novela estructural. En este trabajo solo dirijo mi atención hacia la novela existencial que enfoca la existencia humana en situaciones extremas como la Guerra Civil y que somete a prueba la condición humana (Gonzalo 1975:24). Particularmente estudio las novelas “Con la muerte al hombro” y “El vengador” de José Luis Castillo Puche. Dado que las condiciones de vida tienen una importancia bastante grande aquí, el primer capítulo se trata de la Guerra Civil y su influencia en la literatura. Es evidente que un capítulo sobre la Guerra Civil es imprescindible para poder comprender la literatura existencial de la posguerra. En este capítulo empiezo por explicar el contexto histórico de la Guerra Civil, pero como no planteo como objetivo la creación de un trabajo historiográfico esta parte queda muy breve. Lo que más me interesa son las consecuencias morales de la Guerra Civil para la población española y sobre todo su influencia en la literatura. Por esa razón doy una imagen del campo literario de la posguerra fijando la atención sobre todo en 9 la novela existencial. A continuación intento declarar por qué se habla de una novela “existencial”; ¿de dónde viene este término y qué significa? Para aclarar eso es interesante saber algo más sobre el origen del existencialismo filosófico. No obstante, no es el objetivo de perderme en las filosofías existenciales de Heidegger, Kierkegaard, Sartre, Marcel,… porque eso desviaría la atención de nuestro tema principal que es la novela existencial. Lo que sí vale la pena en este contexto es darse cuenta de que la guerra siempre sirve como una base ideal para pensamientos existenciales. En el último punto del primer capítulo discutimos el existencialismo en España, lo que se relaciona con el tremendismo que a veces también se menciona como el existencialismo español. El capítulo que precede sirve sobre todo como introducción al existencialismo y su importancia en la literatura para poder captar el espíritu de aquella época . En el segundo capítulo llegamos a la parte concreta del trabajo: como mencionado en el prefacio existen muy pocos estudios literarios que solamente focalizan el carácter existencial de una o varias novelas. Por tanto este capítulo persigue un objetivo muy concreto: examinamos dos novelas del escritor José Luis Castillo Puche, tituladas “Con la muerte al hombro” y “El vengador”, en cuanto a sus características existenciales. La pregunta clave de este capítulo constituye también el objetivo principal del trabajo: ¿qué son los rasgos distintivos de una novelas existencial y en qué medida podemos percibirlos en “Con la muerte al hombro” y “El vengador” de Castillo Puche? ¿Podemos considerar estas novelas verdaderamente como novelas existenciales o no? A fin de contestar a estas preguntas puede ser útil de saber algo más sobre el autor de las dos novelas. Por tanto el primer tema del segundo capítulo se trata de José Luis Castillo Puche y sobre todo nos dirigimos hacia su experiencia de la Guerra Civil. En el segundo tema, al mismo tiempo la esencia del estudio presente, profundizamos en las preguntas antedichas. Puesto que no existe algo como una lista de control con características existenciales referente a la literatura, he intentado elaborar tal lista basándome en la literatura secundaria que se trata de la novela existencial. A pesar de las grandes diferencias que presentan estos estudios, también hay unos elementos que siempre se repiten como la individualidad de la existencia, la libertad y la importancia de la muerte. Partiendo de estas características principales y sus subtemas intento evaluar el carácter existencial de las dos novelas estudiadas. Así podemos llamar el método de trabajo que se aplica aquí un método 10 deductivo, es decir, siempre partimos de un concepto general que es típico para la literatura existencialista, luego lo concretizamos basándonos en fragmentos de las novelas. Las dos novelas de Castillo Puche no se discuten separadamente, sino que se comparan juntas respecto a cada característica discutida en este trabajo. Este trabajo tiene en primer lugar la aspiración de contestar a las dos preguntas claves ya mencionadas anteriormente. Así, queremos formular un paradigma de características importantes en cuanto a la literatura existencial sabiendo muy bien que este paradigma todavía no está completo. Además de eso tenemos el objetivo de poner a prueba este paradigma a dos novelas de Castillo Puche que se consideran en varias fuentes secundarias como ejemplos de la literatura existencial. En segundo lugar este trabajo intenta enriquecer la investigación científica respecto a la literatura de José Luis Castillo Puche. Es un escritor importantísimo cuando quieres captar el espíritu de la Guerra Civil y de la posguerra y a pesar de sus méritos he experimentado que todavía quedan muchas posibilidades en cuanto al estudio literario de su obra. Varias de sus obras, como por ejemplo “El vengador”, han sido investigadas muy pocas veces y por eso espero que con este trabajo pueda sensibilizar investigadores para estudiar la literatura de Castillo Puche. La crueldad de la Guerra Civil y sus consecuencias tienen que servir como una lección para el futuro y en este contexto la literatura de Castillo Puche puede ser de un valor incalculable. 11 2. La Guerra Civil espanola y su influencia 2.1. La crueldad de la guerra 2.1.1. La Guerra Civil La crisis económica internacional de los años treinta en combinación con los extremismos europeos de Stalin y Hitler causaron una lucha política que se radicalizó en España por una fragmentación entre “las derechas” y “las izquierdas” (Ocaña). Esta polarización política se manifestó sobre todo en los resultados de las elecciones de febrero de 1936: el Frente Popular, la coalición de las izquierdas, ganó las elecciones con el 47 % de los votos, pero ganaron con un adelanto de solo 1 por ciento con respecto a las derechas (Ocaña). La discordia dentro de España no quedó sin mayores consecuencias: a partir de abril se sucedieron unas confrontaciones violentas en las calles entre grupos de la derecha y grupos de la izquierda (Ocaña). Eso fue el presagio de una guerra extremadamente sangrienta que empezó el 17 de julio de 1936 con un alzamiento militar contra la República. Este golpe militar provocó “la destrucción de las estructuras estatales de la Segunda República” (Ocaña), por lo que surgió un vacío de poder. Ambos grupos, tanto los republicanos (las izquierdas) como los nacionalistas (las derechas) intentaron tomar el poder, lo que desembocó en una guerra muy sangrienta. El grupo republicano ya no fue administrado por el gobierno, sino que fueron unos comités obreros de partidos y sindicatos que organizaron la resistencia contra la derecha. Los nacionalistas se dirigieron por generales del ejército y aludieron a un estado militarizado (Ocaña). Como ya mencionado en el primer párrafo, la guerra fue extremadamente sangrienta y eso tiene que ver con lo que se llama el “terror rojo” y el “terror blanco” (Amann 2013). El terror rojo fue “la eliminación física del disidente, efectivo o potencial” (Tussell 2005) por parte de los republicanos, mientras que el terror blanco fue esta misma eliminación pero por parte de la derecha. Esto llevó a atrocidades inmensas fundadas en el odio y el miedo: “Las atrocidades suscitadas por la guerra en toda España han sido el desquite monstruoso del odio y del pavor. El odio se satisfacía en el exterminio. La humillación de haber tenido miedo 12 y el ansia de no tenerlo más atizaban la furia" (Azaña 1967). Como dice Tussell, citando Azaña, el odio de los nacionalistas se dirigió sobre todo a francmasones, profesores, diputados y ex-diputados republicanos, socialistas, gobernadores y alcaldes mientras que los republicanos atacaron a curas, frailes, obispos, militares y políticos de la derecha (Tussell 2005). Después de todo el derramamiento de sangre el 1 de abril 1939 los nacionalistas, comandados por Francisco Franco, ocuparon Madrid y eso significó el fin de la Guerra Civil. Un elemento importantísimo para la victoria de los nacionalistas fue “el puente aéreo” (Ocaña) organizado con aviones alemanes e italianos. Esto resultó en ataques aéreos como el bombardeo de Guernica que se desarrolló hasta una de las operaciones más famosas durante la Guerra Civil. Alemania y Italia, respectivamente bajo el poder de Adolf Hitler y Benito Mussolini, siguieron una política sumamente nacionalista con tal que su apoyo para los nacionalistas en España fue bastante lógico. A partir del 1 de abril de 1939 se instaló una dictadura a la voz de mando de Francisco Franco que duraría hasta 1975. 2.1.2. Consecuencias de la Guerra Civil 2.1.2.1. Las víctimas de la Guerra Civil Como hemos dicho en la introducción “las heridas de la Guerra Civil perduraron durante decenios” (Ocaña 2005). Un factor importantísimo en relación con estas cicatrices morales fue el número elevado de víctimas. Durante la Guerra Civil murieron más o menos trescientas mil personas y a eso hay que añadir miles de personas que fueron ejecutadas en secreto (Amann 2013). Otro elemento importante fue la oposición entre vencedores y vencidos después de la Guerra Civil. Como dice Sobejano: Para los vencedores el triunfo significaba el supremo logro de una tradición nacionalista y católica que la República había puesto en peligro. Para los vencidos la derrota equivalía al malogro de un siglo entero de esfuerzos en favor de libertad política y de la revolución social. (Sobejano 1975: 23) La tirantez entre ambos grupos se manifestó por ejemplo en las cuatrocientas cuarenta mil víctimas que fueron obligadas a vivir en exilio. Diez mil personas murieron en campos de concentración nazi (Amann 2013). Por último cabe añadir que después de la guerra cuatrocientas mil personas fueron forzadas a “pasar tiempo en prisiones o en campos de 13 trabajo” (Amann 2013). Estos números vertiginosos muestran que la Guerra Civil y la posguerra ejercieron una presión enorme sobre una gran parte de la población española, por lo que no es de extrañar que fue muy difícil de superar las heridas de la guerra. 2.1.2.2. Las primeras décadas del franquismo y sus problemas 2.1.2.2.1. Los problemas económicos La población española no solo intentó superar el trauma de la Guerra Civil, sino que también tuvieron resolver un montón de problemas adicionales. Según López (2012), “la depresión posbélica española fue mucho más intensa y larga que la de los países europeos afectados por la Segunda Guerra Mundial”, lo que indica el tamaño de los problemas. En primer lugar la economía se encontró en un atolladero y fue necesario de reconstruirla completamente. La industria del tejido se hundió totalmente, lo que causó una vuelta a una economía básicamente agraria (Ocaña 2005). Además de eso muchas casas y pueblos fueron destruidos: se calculó que unas doscientas cincuenta mil viviendas fueron destruidas por la guerra (Ocaña 2005). Sin embargo, no solo tuvieron ajustar cuentas con estos problemas de infraestructura, sino también con el hambre que fue uno de los problemas de importancia primordial de los primeros años después de la Guerra Civil. España necesitó la importación de varios productos desde el extranjero, pero Franco limitó esta importación, puesto que quiso una economía autosuficiente, o sea, una autarquía. Franco lo expresa así: “España es un país privilegiado que puede bastarse a si mismo. Tenemos todo lo que hace falta para vivir y nuestra producción es lo suficientemente abundante para asegurar nuestra propia subsistencia. No tenemos necesidad de importar nada” (Franco 1939: 263). La consecuencia de su punto de vista fue que durante los años cuarenta, pero también durante los primeros años de la década siguiente predominó el hambre (Ocaña 2005). La demanda superó la oferta, de manera que el mercado negro desempeñó un papel cada vez más importante (López 2012). El estraperlo, como también nombraron al mercado negro, se convirtió en “el único medio para adquirir los bienes necesarios” (Ocaña 2005). El crecimiento del mercado negro también fue responsable para una corrupción enorme: las personas que mantuvieron contactos con funcionarios del régimen pudieron obtener los bienes con facilidad mientras que los demás encontraron dificultades enormes. Por consiguiente, muchas de estas 14 personas que mantuvieron contactos se convirtieron en estraperlistas, puesto que así se enriquecieron de una manera bastante fácil (López 2012). Todo lo que precede causó que los años cuarenta y los primeros años de la década siguiente fueron, desde un punto de vista económico, años de menesterosidad para la población española (Sobejano 1975: 37). 2.1.2.2.2. El aislamiento Aparte de los problemas económicos, la población se sintió totalmente aislada por la desaparición del apoyo por parte de los aliados después de la Segunda Guerra Mundial. Puesto que los aliados no estuvieron de acuerdo con el régimen dictatorial de Francisco Franco, rompieron inmediatamente los lazos con España (Sobejano 1975: 38). La razón principal del extranjero para romper con España no fue el hecho que España colaboró con Alemania y Italia durante la Segunda Guerra Mundial, sino más bien el hecho que no habían aprendido nada de este conflicto. Aún después de la Segunda Guerra Mundial, que podemos considerar como una lección en favor de la democracia y contra la dictadura y el militarismo, Francisco Franco no quiso abandonar su política dictatorial que se manifestó por ejemplo en la ausencia de diferentes partidos políticos o medidas como la defensa de la “unidad de la Patria” (Ocaña 2005). Por lo que se refiere a esta unidad, Franco estuvo convencido de que España podría ser mucho más fuerte cuando el pueblo español formaría una unidad. Por consiguiente, Franco hizo todo a fin de evitar la discordia dentro de su país. Así, Franco tomó medidas contra la autonomía de ciertas regiones y además de eso quiso el castellano como la única lengua de su país, por lo que lenguas peninsulares como el catalán fueron prohibidas (Ocaña 2005). Sin embargo, este tipo de medidas reafirmó la impresión del extranjero de que gobernó una ausencia de libertad dentro de España. Así, la falta de apoyo internacional significó que España no pudo contar con la ayuda económica del Plan Marshall y tampoco fue admitida en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN (Ocaña 2005). De tal manera España se encontró entre sus propios muros, apartada del resto de Europa. A pesar de que Franco estuviera convencido de que España podría desarrollarse hasta una potencia fuerte dentro de Europa, Franco también se dio cuenta de que la ayuda por parte de otros países europeos le podría venir de molde. Por consiguiente, Franco 15 empezó una campaña publicitaria entre 1945 y 1946 con el objetivo de convencer el extranjero del hecho que España nunca apoyó el régimen hitleriano. No obstante, el extranjero no estuvo convencido por la campaña de Franco, puesto que los aliados dispusieron de varias pruebas que centenares de miles alemanes pudieron refugiarse en España durante la Segunda Guerra Mundial (Payne). El único apoyo que recibió el régimen de Franco en este momento provino de algunos países latinoamericanos, aunque países como México y algunos otros no quisieran tener que ver algo con España. Así, en 1940 se fundó el Consejo de la Hispanidad que quiso buscar “vínculos culturales comunes entre España e Hispanoamérica” (Barbeito Diez 1989: 114). El nuevo gobierno de Juan Perón en Argentina entre 1946 y 1948 fue de importancia máxima para España. Perón fue del parecer de que España persiguió objetivos internacionales similares que Argentina, por lo que nada le impidió la colaboración con España. La ayuda de Argentina no se puede subestimar, puesto que en 1948 un 25 por ciento de los productos que entraron en España vino de Argentina (Payne). Sin embargo, la ayuda de algunos países latinoamericanos no significó el fin del aislamiento de España. Durante los años cuarenta los países europeos y los Estados Unidos todavía evitaron el contacto con España. Solo con el inicio de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y Rusia la situación empezó a cambiar, porque los estadounidenses consideraron España como un aliado en la lucha contra el gobierno comunista de Rusia. No obstante, esta reintegración solo empezó al inicio de los años cincuenta, de manera que toda la década anterior se caracterizó por este aislamiento. 2.1.2.2.3. La política franquista Encima de los problemas económicos y el aislamiento, los españoles también tuvieron que vivir bajo el régimen de Franco. Es bien sabido que la política de Francisco Franco flexibilizó a lo largo de los años, pero aquí tratamos los años antes de “La España del desarrollismo”, los años antes de 1957, que se caracterizaron por la obstinación franquista. Franco siguió una política antiparlamentaria y antiliberal (Ocaña 2005). En concreto significó que todo el poder político estuvo en sus manos y que prohibió todos los otros partidos políticos. Sin embargo, nos queda la pregunta cómo Franco pudo gobernar durante 36 años. Su poder se basó en tres elementos: el ejército, la Iglesia y la Falange (Amann 2013). El 16 ejército fue muy importante para Franco, puesto que quiso crear una España militarista en que los militares gozaron un gran prestigio. Para ponerlo en práctica dedicó mucha atención a uniformes, banderas e himnos de tal manera que una comparación con el fascismo fue inevitable. Igual que el fascismo los símbolos y los uniformes fueron de una importancia mayor, pero también la exaltación de su propia persona y la violencia como medio político desempeñaron un papel importante en la política de Franco. Por añadidura, también el saludo fascista fue una expresión aceptada, al menos hasta la derrota de las tropas de Hitler y Mussolini (Ocaña 2005). Estos símbolos y saludos causaron que Franco pudo recordar y celebrar el origen bélico de su política militarista, por lo que fue aún más difícil de olvidar la miseria causada por la Guerra Civil. El segundo elemento clave del franquismo fue la importancia de la Iglesia y en concreto del Nacionalcatolicismo. La fe católica fue la única religión legitimadora de España y predominó en todo el país. El tercer elemento importante en cuanto al poder de Franco fue la Falange. La Falange arranca en 1933 y fue fundida por José Antonio Primo de Rivera quien deseó ardientemente la unidad de España, lo que significó la desaparición de la fragmentación política (Amann 2013). Al inicio existió un estrecho vínculo entre la Falange Española y el fascismo, pero después de la Segunda Guerra Mundial el carácter fascista disminuyó y su función principal fue “el control de la vida social y económica del país” (Ocaña 2005). 2.1.2.2.4. Importancia de la Guerra Civil para la literatura Los problemas económicos, el aislamiento y la dictadura de Franco fueron de importancia primaria para la literatura española. Muchos de los españoles sintieron una aversión muy fuerte para con su propia patria y su política. Así, como dice Sobejano “la gente buscaba como busca en el sueño su alivio, una cura de olvido” (Sobejano 1975: 40). Lo único que quiso la población fue olvidar toda la miseria y la matanza de la Guerra Civil y por tanto prefirió leer novelas exóticas con el objetivo de escapar a la realidad. Así los primeros años después de la guerra se caracterizaron por un lector que “vuela, en alas de la fantasía, hacia países remotos” (Sobejano 1975: 40). El efecto de este vuelo exótico por parte del lector significó una crisis de la novela española a favor de autores extranjeros como Charlotte Brönte, Maurice Bäring y muchos otros (Sobejano 1975: 40-42). 17 2.2. La novela española de posguerra 2.2.1. El nuevo realismo En el último punto del capítulo anterior hemos esbozado una imagen de la importancia de la Guerra Civil para la literatura española. También acabamos de decir que el vuelo en la fantasía fue una reacción posible después de la guerra. Sin embargo, no fue la única respuesta literaria a la guerra, también existe una otra tendencia que se llama “el nuevo realismo” (Sobejano 1975: 24). Hay una gran diferencia entre las novelas de antes el inicio de la Guerra Civil y las novelas que fueron escritas después de la Guerra Civil. Las novelas de la anteguerra poseen casi todas una “autonomía artística absoluta” (Sobejano 1975: 24), lo que significa que no hay una verdadera relación con “las circunstancias reales del tiempo y del lugar en que se vive” (Sobejano 1975: 24). A gran diferencia de la novela de la anteguerra, la novela de la posguerra se caracteriza exactamente por esta conexión con las condiciones de vida. Este realismo tiene todo que ver con la Guerra Civil, puesto que la mayoría de los novelistas intenta superar esta experiencia traumática por hacer frente a la crueldad de la guerra en vez de huir en el mundo engañoso de la fantasía. A causa de la Guerra Civil los novelistas se interesan de nuevo por el hombre turbado “tanto en su conciencia angustiada como en su vida colectiva” (Roberts 1973: 43). Hablamos aquí de “nuevo” realismo, porque así evitamos la confusión con el costumbrismo del siglo diecinueve que sobre todo quiere “captar la superficie externa del hombre y del mundo” (Roberts 1973: 42). A diferencia del costumbrismo, el nuevo realismo tiene la aspiración de “penetrar en la relación dinámica de las vidas humanas y el medio en que se desarrollan” (Roberts 1973: 42). El nuevo realismo tiene tres dimensiones para describir la realidad española: la novela existencial, la novela social y la novela estructural. Los novelistas de la novela existencial sobre todo fueron jóvenes cuando la guerra estalló y escribieron su historia en la mayoría de las veces durante los años cuarenta. La existencia del hombre en situaciones extremas como la Guerra Civil es el tema de sus novelas. El segundo grupo, los novelistas de la novela social, consiste sobre todo en novelistas que vivieron la guerra como niños. Intentan captar “el vivir de la colectividad en estados y conflictos que revelan la presencia de 18 una crisis y la urgencia de su solución” (Sobejano 1975: 24). Importante para ellos es la observación de la sociedad española. El tercer grupo, el grupo de la novela estructural, plantea como objetivo el estudio de la persona individual mediante la observación de la estructura de su conciencia y de su contexto social. Los novelistas de esta última dimensión escribieron sobre todo en los años sesenta y setenta y muchos de ellos ya habían adquirido nombre en las décadas anteriores. (Sobejano 1975: 24-25). A pesar de las diferencias entre las dimensiones del nuevo realismo, también hay algo que tienen en común: la busca del pueblo perdido (Sobejano 1975: 25). Las tres dimensiones intentan esbozar el impacto de la Guerra Civil tanto en la sociedad como en las personas que vivieron esta guerra. En este trabajo no tratamos la novela social y la novela estructural, sino la novela existencial. No obstante, cabe recordar también que ninguna de las tres dimensiones está independiente de las otras dimensiones. Por poner un ejemplo, no cabe duda de que en una novela existencial que normalmente discute la existencia del hombre, también hay elementos que nos informan sobre el estado de la sociedad española como muchas veces es el caso en la novela social. Después de la sinopsis de las diferentes tendencias en cuanto a la novela española de la postguerra, vamos a profundizarnos en las páginas que siguen en el existencialismo filosófico y en particular en su influencia en la literatura. 2.3. Existencialismo: su origen, la guerra y su papel en la literatura 2.3.1. Origen y definición del existencialismo Para comprender la novela existencial es evidente que conocer su origen y sus ideas claves no hace daño. El existencialismo tiene su origen en el siglo diecinueve y surgió en Alemania con Martin Heidegger y Karl Jaspers quienes encontraron su inspiración en las ideas del danés Søren Kierkegaard. En el siglo veinte siguieron los franceses con Jean-Paul Sartre y Gabriel Marcel (Palley 1961: 21). Es evidente que no fueron los únicos filósofos con ideas existenciales, sino que ellos formaron la fuerza motriz de la filosofía existencial. Como ya mencionado en la introducción, este trabajo no persigue el objetivo de discutir cada filósofo con sus ideas propias en cuanto al existencialismo, sino que intentamos coleccionar 19 las ideas existenciales que cada vez aparecen de nuevo. Como cada uno de los filósofos existenciales tiene sus propias ideas sobre el existencialismo, resulta muy difícil de encontrar solo una definición correcta. Hay varias definiciones correctas, pero siempre depende desde qué ángulo consideramos el existencialismo. Sin embargo, Gemma Roberts cita a Régis Jolivet quien define el existencialismo así: El conjunto de doctrinas según las cuales la filosofía tiene por objeto el análisis y la descripción de la existencia concreta, considerada como el acto de una libertad que se constituye al afirmarse y no tiene otro origen u otro fundamento que esta afirmación de sí misma. Interesante en esta definición es en primer lugar que se habla de un “conjunto de doctrinas”, lo que indica que podemos interpretar el existencialismo según doctrinas diferentes. El segundo elemento interesante de su definición es que se trata de la existencia “concreta”. De esta manera no se trata de un sistema abstracto con que nadie puede identificarse, sino que se trata de la existencia de individuos. El último elemento interesante es que el existencialismo se relaciona con la libertad. Basándonos en estos datos, podemos concluir que el existencialismo es un conjunto de doctrinas filosóficas que tienen una base común por su interesa en la existencia concreta del individuo y la libertad de este individuo de examinar su propia existencia. La importancia del individuo es algo que también aparece en la definición de Julian Palley en su estudio sobre las tendencias existenciales en la novela española moderna: In fine: we have the visión of man standing on the edge of nothingness, which, along with his absolute freedom of choice, produces in him anguish. His world, therefore, is absurd; bu ton his foundation of despair, anguish, and complete candor with himself, there exists the possibility of constructing a new morality, a new ethic or faith.” (Palley 1961: 22) En la definición suya observamos temas como “la nada”, la libertad, la angustia, la absurdidad, la desesperanza, la responsabilidad,… Como un análisis extenso de cada uno de estas características sería demasiado teórico sin aplicarlo inmediatamente a las novelas estudiadas, vamos a profundizar en estas características en el momento que analizamos “Con la muerte al hombro” y “El vengador”. Sin embargo, esta definición nos capacita ya 20 para formar una imagen general de qué se trata en el existencialismo. Antes de empezar con el análisis temático de ambas novelas, parece ser útil de saber el origen de la interesa para la propia existencia. 2.3.2. La guerra es la base ideal para el existencialismo Como ya hemos dicho en el párrafo sobre el nuevo realismo la interesa para la propia existencia tiene todo que ver con la guerra. A cause de la primera guerra mundial y sus horrores, la gente sintió como nunca antes la necesidad de disfrutar de la vida. Esta necesidad se expresó sobre todo en la vida artística en que dominó un deseo de libertad. La libertad se manifestó en técnicas de libertad formal como la poesía pura y una sarta de tendencias artísticas que casi siempre terminaron en “-ismo” (Roberts 1973: 24). Después de la primera guerra mundial el pensamiento de Kierkegaard se difundió en Alemania (Roberts 1973: 25). Fue la primera vez que las ideas básicas del existencialismo se difundieron. A pesar de esta primera difusión no significó el triunfo definitivo del existencialismo en Europa, no fue más que un primer impulso. A partir de los años treinta el existencialismo fue alimentado por unos acontecimientos sociales que “contribuyeron a fomentar una conciencia ética, de seriedad y responsabilidad con el mundo y con el propio yo” (Roberts 1973: 26). La crisis económica, la amenaza de una nueva guerra y la Guerra Civil en España contribuyeron a una espiral negativa en Europa. Solo fue después de la Segunda Guerra Mundial que el existencialismo llegó al gran público. La experiencia terrible de masacres como el holocausto en combinación con el inicio de la guerra fría causó la necesidad de “una filosofía preocupada por la realidad angustiosa y dramática del ser humano” (Roberts 1973: 30). Como nunca antes el hombro fue “tan comprometido con la vida, nunca antes había sentido tan compulsivamente la necesidad de elección, ni experimentado su libertad como un principio dinámico de su existencia que le obliga a tomar posición en el mundo y ante sí mismo” (Roberts 1973: 23). El horror de la Segunda Guerra Mundial incitó a muchas personas a reflejar sobre su propia posición en el mundo y sobre su propia existencia. Un elemento clave en la preocupación existencialista fue la idea de la muerte. Como antes siempre se reprimió la conciencia de nuestra mortalidad, ahora fue imposible de ignorar nuestro destino. 21 Así pues, resumiendo, podemos decir que situaciones de crisis como una guerra desempeñan un papel importantísimo en cuanto a la reflexión sobre su propia existencia. De esta manera el surgimiento del existencialismo es lógico después de dos guerras mundiales, la Guerra Civil y el inicio de la Guerra Fría. 2.3.3. ¿Por qué aparece el existencialismo en la literatura? Como acabamos de decir en los párrafos anteriores, el existencialismo sobre todo es un modo de pensar que concierne a las personas que vivieron situaciones de crisis. Sin embargo, apareció también en la literatura en las llamadas “novelas existenciales”. Por eso se puede preguntar por qué también apareció en la literatura. En opinión de Simone de Beauvoir “la realidad no se define como comprensible mediante la mera inteligencia, ninguna descripción intelectual podrá ofrecer una descripción adecuada de ella” (Beauvoir 1946: 1161). De la opinión de Simone de Beauvoir se deduce que es imposible de describir la realidad de la posguerra mediante el sistema intelectual del existencialismo. Puesto que el existencialismo filosófico apela a la mera inteligencia, la novela existencial fue necesaria para describir la realidad de una manera adecuada. Por consiguiente la novela y el drama se consideraron como los medios más adecuados para describir la realidad y la existencia concreta (Roberts 1973: 18). Así se declara la necesidad de la novela existencial en el paradigma literario de la posguerra. 2.4. Existencialismo en España 2.4.1. ¿Hay existencialismo en España o no? Hay una discusión en cuanto al sí o no presencia del existencialismo en España. Algunos dicen que solo Miguel de Unamuno podría calificarse como un escritor existencial, mientras que otros dicen que él tampoco fue un existencialista. De cualquier modo, no hay ningún tratado filosófico de un escritor español, solo tenemos algunos ensayos de autores como Unamuno y Ortega, pero sobre todo disponemos de obras literarias de ficción. No obstante, autores como Unamuno, nos han ofrecido obras en que la existencia trágica y la preocupación por la muerte se hicieron notar, por lo que sí podríamos argumentar que España conoció una orientación existencial (Roberts 1973: 39). Además de eso una 22 observación que podemos hacer es la posibilidad de un existencialismo particular en España que se llama el tremendismo. 2.4.2. El tremendismo Después de la Guerra Civil surgió un nuevo término en España, es decir, el tremendismo. El tremendismo se describe muchas veces como la forma española del existencialismo y según Julian Palley acentúa más los aspectos sombríos de la vida como “la crueldad de la vida, el sufrimiento, la muerte, la angustia, la náusea, el aburrimiento”1 (Palley 1961: 25). Una segunda diferencia entre el tremendismo y el existencialismo europeo es que el deseo de encontrar el sentido de la vida es mucho menos presente en el tremendismo que en el existencialismo. A pesar de que el tremendismo se describa frecuentemente como el existencialismo de España, no se afirma por todo el mundo. Algunas personas son del parecer de que no podemos encontrar una filosofía de la existencia en la novela española de posguerra porque el existencialismo es antes de todo una doctrina filosófica y no un fenómeno literario (Roberts 1973: 45). Por lo tanto algunos abogan por la introducción de un nuevo término como el realismo existencial. En este término la palabra “existencial” se interpreta en un sentido más amplio que en la doctrina filosófica del existencialismo. El realismo existencial se caracteriza sobre todo por su atención en cuanto a la condición humana y los conflictos del individuo (Roberts 1973: 48). Lo que es muy interesante antes de examinar las novelas de Castillo Puche es la diferencia entre el realismo existencial en la novela española y la novela existencial europea. El primer elemento de divergencia es que la novela española es mucho menos especulativa que su variante europea. Significa que circunstancias sociales como la Guerra Civil favorecen una interpretación más objetiva (Roberts 1973: 49). En segundo lugar observamos que el contexto histórico es mucho más importante en la novela española que en la novela europea que sobre todo enfoca el mundo de significaciones. Una consecuencia relacionada es la preocupación por parte de los autores de la novela europea en cuanto a la estética de su novela. En cambio, los autores de la novela realista existencial se preocupan tanto de la estética como del contenido (Roberts 1973: 50). En tercer lugar percibimos que el entorno 1 Esta cita es una propia traducción desde el inglés 23 en que se desarrolla la novela es de mayor importancia en la novela española que en la novela europea. Eso se declara por el costumbrismo decimonónico que todavía ejerció su influencia sobre la literatura de la posguerra (Roberts 1973: 50). El cuarto punto de diferencia entre la novela existencial europea y su variante española es el público. Mientras que la novela española dedica su atención sobre todo a las inquietudes del hombre común, la novela existencial europea se dirige sobre todo a los intelectuales o los burgueses (Roberts 1973: 51). El último elemento que merece la pena de mencionar es que la novela española se caracteriza por una grande preocupación social, mientras que la novela europea presta más atención a elementos metafísicos. Todo lo expuesto con anterioridad en cuanto a la Guerra Civil y la reacción existencial a la guerra sirve como información de fondo para lo que vamos a discutir en las páginas siguientes. Como consecuencia, llegamos a la conclusión de que la Guerra Civil fue el factor decisivo que causó un retorno al realismo en la literatura española de la posguerra. Una de estas reacciones realistas, al lado de la novela social y de la novela estructural, fue la novela existencial. Como consecuencia del horror de la Guerra Civil, la gente empezó a reflexionar sobre la condición humana y su propia existencia. Además de eso la literatura y más bien la novelística resultó el medio más adecuado para expresar estas ideas existenciales. Eso se deja explicar por las descripciones subjetivas de la Guerra Civil que expresan la realidad adecuadamente, lo que no es posible con un sistema filosófico bastante abstracto como el existencialismo. Finalmente hemos discutido la diferencia por lo que se refiere al existencialismo entre la novela española y la novela europea. En las páginas que siguen llegamos finalmente a las novelas de José Luis Castillo Puche. En esta parte del trabajo intentamos contestar a la preguntas claves de este trabajo: ¿Qué son los rasgos distintivos de las novelas existenciales y en qué medida podemos percibirlos en “Con la muerte al hombro” y “El vengador” de Castillo Puche? ¿Podemos considerar estas novelas verdaderamente como existenciales o no? 24 3.“Con la muerte al hombro” y “El vengador”: ¿novelas existenciales? 3.1. Existencialismo en las dos novelas estudiadas 3.1.1. José Luis Castillo Puche y su literatura Antes de empezar con el análisis de ambas novelas es evidente que necesitamos un poco más información sobre el autor. José Luis Castillo Puche nació en el año 1919 en Yecla, donde pasó su infancia y su adolescencia (Cerezales 1982: 6). La importancia del pueblo natal para sus novelas es un factor que no se puede minimizar de ninguna manera, puesto que en la mayoría de sus novelas hay referencias a Yecla y su infancia. La importancia de Yecla en las novelas “Con la muerte al hombro” y “El vengador” es un elemento en que profundizamos más adelante en este trabajo. Castillo Puche proviene de una familia formada por los padres y cuatro hermanos de los cuales José Luis es el benjamín. Cuando tenía cuatro años su padre murió, por lo que su madre se encargó de la educación de sus cuatro niños (Cerezales 1982: 12). Su educación en un colegio religioso en combinación con la voluntad de su madre religiosa le inspiraron a hacerse sacerdote. Por consiguiente ingresó en el seminario de Murcia después de haber cursado su bachillerato. En este tiempo el sacerdocio fue una profesión que gozó un gran prestigio en la sociedad. De esta manera, un gran número de muchachos decidió de empezar con los estudios religiosos que fueron necesarios para hacerse sacerdote. Sin embargo, muchos de ellos no se dieron cuenta de que una formación religiosa cambiaría toda su vida. Muchos empezaron con la formación religiosa sin sentir la verdadera voluntad de ser sacerdote. Uno de estas personas fue José Luis Castillo Puche, a pesar de que solo después de la Guerra Civil se dio cuenta de que el sacerdocio no fue su vocación (Cerezales 1982: 13). La Guerra Civil le sorprendió durante sus estudios eclesiásticos y Castillo Puche se convirtió en un oficial de sanidad para el bando republicano. La Guerra Civil dejó huellas profundas en su familia: dos hermanos pagaron su participación en la guerra con la muerte y aparte de eso varios parientes corrieron la misma suerte. Una vez terminada la guerra ingresó de nuevo en el 25 seminario, donde empezó a leer los grandes escritores de su tiempo como Unamuno, Azorín y otros. Leyendo las obras magistrales de estos autores causó que Castillo Puche comenzó a darse cuenta de que su vocación no fue el sacerdocio, sino la literatura. Primeramente empezó a escribir artículos para periódicos y revistas, lo que fue un éxito, puesto que sus artículos se publicaron inmediatamente (Cerezales 1982: 15). En 1943 decidió despedirse del seminario con motivo de una carta de amor que escribió en el marco de un concurso. Esta carta provocó un escándalo dentro del seminario y fue el último estímulo para Castillo Puche de abandonar el seminario (Cerezales 1982: 16). A pesar del hecho que abandonó el seminario, nunca “ha dejado de ser católico” (Cerezales 1982: 13), lo que también se refleja en sus novelas. Después de abandonar el seminario, Castillo Puche se mudó a Madrid donde trabajó como redactor y colaborador de algunos diarios y revistas (Cerezales 1982: 21). Hizo eso durante algunos años antes de lanzarse a la novelística. A partir de 1953, el año en que publicó “Memorias íntimas de Aviraneta o Manual del Conspirado” nunca acabó de escribir hasta 1995. En 1954 ya obtuvo el Premio Nacional de Novela con su novela “Con la muerte al hombro”, lo que repitió en 1982 con “Conocerás el poso de la nada”. El éxito se declara en parte por su técnica narrativa que se caracteriza por “rapidez, facilidad de pluma y el gusto de improvisación” (Cerezales 1982: 31). Cerezales también refiere a un comentario de Gemma Roberts en que dice que el éxito de su técnica narrativa es su talento de combinar el pasado inmediatamente con el presente (Cerezales 1982: 31). Todos estos datos biográficos no son nada despreciable como vamos a ver en el análisis que sigue. Las novelas de Castillo Puche se inspiraron en gran medida por su propia vida. En las novelas que examinamos en este trabajo la importancia de su pueblo natal Yecla y su experiencia propia durante y después de la Guerra Civil no se puede subestimar. 3.1.2. Breve resumen de “Con la muerte al hombro” y “El vengador” 3.1.2.1. Con la muerte al hombro Julio es un hombre joven quien ha perdido a sus padres y a sus hermanos y quien relata su historia desde Madrid, donde vive. Está convencido de que sufre de tuberculosis. Esta convicción se debe al hecho que la mayoría de su familia murió a causa de esta enfermedad. Toda la población de Hécula, donde nació, también cree que Julio es un tísico, 26 por lo que Julio mismo también empieza a creerlo. Sin embargo, al final de la novela nos enteramos de que Julio fue totalmente sano durante toda su vida y que no sufrió ninguna enfermedad física, sino una enfermedad mental, o sea, su obsesión para la muerte. La obsesión de Julio es una herencia “del culto a la muerte” (Alborg 1986: 103) que se manifiesta en Hécula por una atención excesiva para el cementerio, los funerales y los entierros. Este culto a la muerte, como lo define Concha Alborg, se debe sobre todo a las barbaridades de la Guerra Civil que impresionaron a todos los habitantes de Hécula. Como consecuencia de su obsesión, Julio no sabe cómo puede continuar su vida, es decir, está en paro y no hace nada más que esperar el momento de su muerte. Sin embargo, parece cambiar algo cuando se enamora de Elvira. Al inicio no hay ningún resentimiento entre los dos, pero poco a poco Julio se siente menos bien en esta relación. No obstante, cuando Julio descubre que Elvira también está liada con el doctor Val, quien también nació en Hécula, se siente todavía muy celoso. Decide a seguirlos y ataca el doctor Val con un estilete. A pesar del hecho que el doctor Val no muere por este ataque, Julio sí está convencido de que le ha matado y por eso huye. Finalmente Julio fue asesinado por un grupo de bandoleros.2 3.1.2.2. El vengador “El vengador” relata la historia de Luis, quien es alférez del ejército nacional durante la Guerra Civil. La historia empieza después de la guerra cuando Luis regresa a su pueblo Hécula. A pesar de que Luis se encuentre en el bando triunfador de los nacionales, no siente la necesidad de celebrar la victoria. Esto no es tan extraño, puesto que sus dos hermanos y su madre habían sido asesinados durante la guerra. A causa de la muerte de su familia, el alférez reside en la casa de sus primas que son las únicas parientes que le quedan. La población de Hécula espera de Luis que toma venganza para su familia y que mata a los asesinos. Al principio Luis también quiere vengarse, pero poco a poco se da cuenta de que la venganza sobre todo es un deseo de la población y no de sí mismo. Como si la muerte de su familia no fuera suficiente, Luis descubre que hay un cadáver desconocido en el nicho de su familia. Así, Luis empieza con una investigación a fin de conocer la identidad de esta 2 El resumen de “Con la muerte al hombro” se basa en mi propia lectura y en un breve resumen por parte de Concha Alborg (Alborg 1986: 102-104) 27 persona. Al final de la historia, Luis se da cuenta de que la venganza no es un deseo suyo, sino de la población y por eso decide de no vengarse. Lo único que Luis quiere es la recuperación de la paz dentro de su alma, por lo que decide a reincorporarse en el ejército. 3.1.3. Temas existenciales 3.1.3.1. El horror de la guerra como base de las ideas existenciales Como acabamos de decir más arriba, la Guerra Civil fue importantísima en cuanto a la formación de ideas existenciales. También es así en las novelas estudiadas aquí. Los personajes principales de “Con la muerte al hombro” y de “El vengador”, respectivamente Julio y Luis, han vivido acontecimientos horrorosos durante la Guerra Civil. En primer lugar fueron testigos de la guerra fratricida, que dividió España en un bando republicano y un bando nacional, lo que llamamos también el fenómeno de “Las dos Españas”. El fragmento siguiente muestra la hostilidad de los socialistas para con los militares, el clero y el capitalismo del bando nacionalista: - Camaradas, hijos del pueblo. Los verdugos de siempre, los militares, los curas y los capitalistas se han levantado contra el pueblo, queriendo ponernos una soga al cuello y atarnos de pies y manos. Camaradas: somos libres porque tenemos armas. Que cada uno vigile su casa, formad rápidamente pelotones de vigilancia y agrupaos en las esquinas más sospechosas. Que no se mueva ni un enemigo del pueblo. Sed enérgicos, sed valientes, no tengáis compasión de ninguna clase. Pensad, compañeros, en los miles de obreros que en estos momentos fusilan nuestros verdugos en Navarra y en Sevilla. No es momento de paz ni de cuartel… ¡Guerra a muerte a los militares, al clero y al capitalismo!... (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 169) Sin embargo, la hostilidad fue recíproca, lo que muestra el fragmento siguiente que da fe del odio por parte de los nacionalistas para con “los rojos”: La rabia contra los dirigentes rojos era evidente. Delante del ejército liberador habían pasado como conejos siniestros buscando todavía en la huida madrigueras donde robar y saquear. Muy pocos habían tenido la valentía de enfrentarse con la derrota. Lo único que habían hecho era dejar tiznadas 28 todas la paredes con aquellos letreros: “Resistir es vencer”, “No pasarán”. Frases en las que ni por asomo creían ellos mismos. Pero en las que habían creído y por las que se habían dejado matar tantísimos. (Castillo Puche, El vengador 1960: 11) El odio entre el bando republicano y el bando nacionalista, sin embargo, no quedó sin violencia y desembocó en escenas infrahumanas. Este horror fue de una dimensión nunca vista en España. Un caso concreto como el anticlericalismo por parte de los republicanos muestra la crueldad del conflicto: Nos paramos frente a la iglesia. Hacía fatigosos esfuerzos porque no me castañeteasen los dientes. Desde un balconcillo dejaron caer una soga y el cuerpo del cura quedó balanceándose en el aire como un muñeco. Poco a poco le fueron quitando ropa hasta dejarlo desnudo. Las grasas de la barriga le caían sobre los muslos. Tenía muy poco vello y el que tenía era blancuzco, como el bigote de los gatos. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 217) La razón del anticlericalismo por parte de los republicanos fue la voluntad de libertad. Los republicanos simbolizaron los principios del liberalismo como por ejemplo la separación entre la Iglesia y el Estado, mientras que los nacionalistas siguieron una política absoluta en que desempeñó la Iglesia un papel importante. Por consiguiente la matanza de obispos, curas y frailes significó para los republicanos un señal de protesta contra el papel de la Iglesia en cuanto a la política en España. Los fragmentos anteriores no son más que una selección de citas que dan fe de la crueldad de la Guerra Civil, es decir, hay un montón de fragmentos similares. La sucesión de este tipo de citas nos enseña que el horror de la guerra es difícil a imaginar para alguien que no lo experimentó. Sin embargo, los personajes principales de “Con la muerte al hombro” y “El vengador” sí lo vivieron, lo que cambió sus vidas para siempre. Las palabras de Julio lo afirman: “Los recuerdos de aquellos años se me agolpan, como nos agolpábamos de chiquillos a la puerta de la clase cuando sonaba la hora de salir corriendo” (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 81). 29 Además del trauma de todo lo que han visto durante la Guerra Civil, Julio y Luis también tuvieron que vivir con la pérdida de sus seres queridos. Julio perdió a sus padres y a sus dos hermanos, mientras que Luis perdió a su madre y al igual que Julio también perdió a sus dos hermanos. Lo que llama inmediatamente la atención aquí es la semejanza entre la vida de Julio y Luis por un lado y la vida de José Luis Castillo Puche por otro lado. El primer parecido es que Castillo Puche también perdió a sus dos hermanos. La segunda similitud es la ausencia del padre: como niño Castillo Puche perdió a su padre igual que Julio. En “El vengador” ni siquiera se habla de una figura del padre. Esto ya podría indicar el carácter biográfico de ambas novelas sobre lo que volveremos más tarde en este trabajo. A fin de cuentas observamos que la combinación del horror de la Guerra Civil y la pérdida de los seres queridos de Julio y Luis forma la base ideal para pensamientos existenciales. Sin embargo, eso no significa necesariamente que las novelas tienen un carácter existencial. En los párrafos siguientes examinamos si la miseria de Julio y Luis lleva efectivamente a una reflexión que se refiere a su propia condición humana. 3.1.3.2. La existencia del individuo como punto principal Como hemos dicho más arriba, la literatura es el medio más adecuado para expresar la realidad concreta. Esto tiene todo que ver con el hecho de que un sistema filosófico se basa sobre todo en conceptos bastantes abstractos. Sin embargo, “la realidad no se define mediante la mera inteligencia” (Beauvoir 1946: 1161) y por eso necesitamos la literatura para concretizar estos pensamientos existenciales. A diferencia de la mayoría de los sistemas filosóficos, el existencialismo es un conjunto de doctrinas que se ocupa de lo concreto y no de las ideas absolutas. Para decirlo con las palabras de Søren Kierkegaard: “¿Qué es el pensamiento concreto? Es el pensamiento en relación con un pensador y con algo definido y particular que es el pensamiento, la existencia dándole al pensador existente el pensamiento, el tiempo y el lugar” (Roberts 1973: 13). Por consiguiente los pensadores existenciales tienen que centrar toda su atención en el ser humano “comprometido en su propio existir” (Roberts 1973: 13). Esta atención para “el ser del hombre singular, histórico, entregado a su peculiar existir, a su ser y hacer” (Astrada 1949: 351) es lo que distingue el existencialismo de la filosofía tradicional que siempre ha dedicado mucha atención a reflexiones sobre el mundo 30 (Mounier 1962: 7). Además de eso, la importancia de la existencia individual, causó que el existencialismo es un adversario encarnizado del racionalismo que pretende que todo lo real es racional (Mounier 1962: 13). El error de los racionalistas, en la opinión de los existencialistas, es que no se dan cuenta de que “l’esprit connaissant est un esprit existant” (Mounier 1962: 14). Con eso los existencialistas quieren decir que es imposible de racionalizar la existencia, puesto que la mayoría de las acciones humanas se basan en impulsos (Mounier 1962: 21). La importancia de la existencia individual es una idea que encontramos también en la filosofía existencial de Jean-Paul Sartre bajo el eslogan “la existencia precede a la esencia”. Esta frase forma el núcleo de la filosofía existencial de Jean-Paul Sartre y es un excelente punto de partido para examinar el carácter existencial de las novelas. La prioridad de la existencia sobre la esencia significa que “[…] era necesario partir de los datos de nuestra experiencia sensorial, procediendo mediante la introducción y la abstracción hasta el conocimiento final intuitivo de las esencias y de las verdades eternas” (Grene y Lázaro y Ros 1961: 28). Como antítesis del existencialismo consideramos el esencialismo que parte de la idea que la esencia precede a la existencia. Uno de los primeros esencialistas fue Platón quien consideró todo lo terrenal como una copia de una idea absoluta. Así el esencialismo cree que siempre hay una causa invisible, por ejemplo un dios, que precede los actos humanos (Pardo 1997). En las novelas estudiadas observamos que la atención para la existencia individual se manifiesta claramente. Tanto en “Con la muerte al hombro” como en “El vengador” solamente hay un personaje clave, respectivamente Julio y Luis. Además de eso, la mayoría de cada novela se relata desde el punto de vista de estos personajes claves. El uso de la primera persona sirve como prueba: Me callé. Para mí, […] (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 35) Llegamos, por fin, a nuestra cueva, […] (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 37) No sé por qué, mientras Diógenes hablaba interminablemente, comencé a recordar el momento preciso en que hice mi segunda aparición en el frente. (Castillo Puche, El vengador 1960: 194) 31 Solamente los diálogos entre los personajes claves y los personajes secundarios nos dan información que no proviene de la experiencia interna de Julio y Luis. Es evidente que el uso de la primera persona no necesariamente es una característica existencial, pero la primera persona en combinación con la reflexión sobre la propia existencia ya puede ser una indicación: Yo sé mejor que nadie en qué jaula de huesos está encerrada mi alma y la conozco enferma. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 89) A veces también, ¿por qué no decirlo?, me entraban unas ganas absurdas de matarme (Castillo Puche, El vengador 1960: 48) De lo que precede se desprende que el existencialismo se caracteriza por una atención a la individualidad del hombre y su existencia concreta. En las novelas estudiadas el uso de la primera persona y reflexiones sobre la propia existencia sirven como primera característica existencial. En el siguiente asunto examinamos si la prioridad de la existencia sobre la esencia produce un efecto en el individuo en cuanto a la percepción del concepto de la libertad. 3.1.3.3. La libertad 3.1.3.3.1. Decisión y elección En el párrafo anterior hemos discutido la importancia de la prioridad de la existencia sobre la esencia. Esto significa que los hombres no se predeterminan por alguna esencia invisible. El hombre aparece en el mundo y solo después se define, lo que quiere decir que “solo existe la libertad del sujeto que va creando obstáculos por el hecho de elegir y los va superando o sustituyendo por otros nuevos: somos la resultante de este proceso dialéctico de nuestra libertad” (Robles: 3). Por consiguiente, el hombre no es nada más de lo que realiza y está condenado a tomar continuamente decisiones. Ási, tomando decisiones, el hombre tiene que crear su propio futuro y su propia existencia. Como dice Sartre “el hombre no es otra cosa que lo que él se hace” (Sartre 1968: 22)3. Tomar decisiones es algo que Julio y Luis tienen que hacer constantemente. Ambos personajes claves tienen que decidir sobre su propio futuro. Julio tiene que decidir si la vida 3 La traducción de la cita francesa es por parte de Gemma Roberts. (Roberts 1973: 14) 32 todavía vale la pena después de todo lo que ha vivido. La muerte de sus padres y de sus dos hermanos en combinación con su supuesta enfermedad le hacen dudar sobre su posición en el mundo y sobre su futuro: ¡Que me hablen a mí de porvenir! Todos mis compañeros hacen algo: estudian, se preparan para el mañana, según dicen; hacen carreras, tienen novia. Evaristo hasta está ahorrando para casarse. A veces, no sé quién me da más lástima, si ellos o yo. Ellos llevan la vida a cuestas. Pero el fardo que yo llevo es otro, yo llevo la muerte al hombro. Ellos se afanan por construir. ¿Sobre qué podría construir yo? (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 121) La cita anterior muestra la dificultad para Julio de decidir lo que quiere hacer con su vida. La única posibilidad parece ser la muerte, puesto que no tiene ningunas perspectivas de futuro. Sin embargo, esta situación parece cambiar cuando Elvira aparece en su vida y se enamora en ella: Poseía, indudablemente, así, quieta, una majestuosa placidez de estatua melancólica. […] Lo que me atraía de ella eran, precisamente los contrastes que sabía dar a su figura, llena de gracia y de remilgo cuando hablaba y se movía, y de una impasividad de mármol nostálgico cuando se quedaba quieta, como ahora. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 147) La relación con Elvira le da de nuevo un poco alegría de vivir, pero cuando la relación naufraga tiene de nuevo el mismo problema: ¿Qué hacer con su vida? En opinión de Gonzalo Sobejano (1975: 258) esta imposibilidad de decidir en la vida es uno de los temas esenciales de las novelas de Castillo Puche. Así Julio tiene claramente ideas suicidas, pero nunca puede decidir de hacerlo: Cuando me asomo alguna vez, no resisto mucho tiempo. Tengo que retirarme y hasta cerrar las maderas. Temo tirarme, temo tener un rapto de asco y lanzarme en el vacío. Hay momentos de una indecisión y de una tristeza… La vida, a veces, es como un paredón inmenso y feo, que hay que atravesar, y que no interesa ni atrae lo suficiente para hacer el esfuerzo (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 200) 33 No solo Julio, sino también Luis tiene que tomar decisiones. Después de experimentar las crueldades de la Guerra Civil como alférez del ejército nacional y la muerte de su madre y de sus dos hermanos tiene que continuar su vida. Su primera decisión es tomar venganza para la muerte de sus seres queridos, lo que también comunica al juez del juicio contra los asesinos de su hermano: Mi única recomendación es la siguiente: si sale con menos de una pena de muerte alguno de los que se cebaron con mi hermano, yo haré justicia; pero no empezaré quizá por ellos, sino por los que han llevado el sumario (Castillo Puche, El vengador 1960: 216). A pesar de su voluntad aparente de vengarse, la idea que la venganza no es lo que quiere verdaderamente nunca le quita. Eso desemboca en una duda que podemos atribuir a lo que hemos llamado la indecisión. Luis no sabe decidir si la venganza es el medicamento apropiado para hacerle superar su trauma, lo que le confunde: Por más que quería, no podía fijar la atención en nada. Caminaba en la más pura inercia, como bajo los efectos de una droga. De momento me pareció que las raíces que me sujetaban a la tierra y a la vida se me habían soltado y que iba a perder incluso la memoria de mi pasado y la conciencia de mi intimidad. “Así debe de comenzar uno a volverse loco”, me dije. (Castillo Puche, El vengador 1960: 280) A diferencia de Julio, Luis sí llega a una decisión final: decide que la venganza no es lo que quiere verdaderamente. Lo que desea Luis es alcanzar la paz en su alma por entrar de nuevo en el ejército: ¡Qué difícil, Dios mío, era para mí alcanzar la paz! (Castillo Puche, El vengador 1960: 292) La paz había entrado dentro de mí y no me importaba lo más mínimo coger de nuevo las armas (Castillo Puche, El vengador 1960: 302) Esta dificultad de decidir muestra que la libertad no siempre es una bendición, sino que para muchas personas también significa una condenación y una gran responsabilidad. 34 3.1.3.3.2. La responsabilidad En el párrafo anterior hemos dicho que el hombre no se predetermina, por lo que tiene la libertad de tomar sus propias decisiones. Por un lado puede ser una ventaja de tener esta libertad, porque así podemos controlar nuestra propia existencia en este mundo. Por otro lado trae una gran responsabilidad, puesto que todasnuestras decisiones son la consecuencia de nuestra elección y no de una causa invisible como es por ejemplo el caso con un dios. Estas decisiones tienen consecuencias para su propia existencia, pero a veces también para el mundo entero como afirma Mounier: “La première démarche de l’existentialisme est de faire prendre à tout homme conscience qu’il est entièrement responsable de son existence, et qu’en prenant ainsi en charge, il devient maître et possesseur du monde entier” (Mounier 1962: 66). El concepto de la responsabilidad es uno de los criterios que distingue el existencialismo de los demás sistemas filosóficos. El existencialismo carga toda la responsabilidad sobre el hombre individual, mientras que otras doctrinas filosóficas hacen exactamente lo opuesto por cargar la responsabilidad sobre ideologías o mitos impersonales (Mounier 1962: 103). Julio y Luis también cargan una gran responsabilidad. Como ya hemos dicho, Julio tiene que decidir sobre el valor de su propia vida en este mundo, después de todo lo que ha vivido. La responsabilidad que carga Julio principalmente es una responsabilidad frente a sí mismo, en concreto, frente a su propia muerte. Julio se siente responsable de su muerte, es decir, quiere asegurar que su muerte será una muerte individual (véanse también en el tema sobre la muerte). Luis también tiene una responsabilidad inmensa: al principio tenemos la impresión que Luis siente una fuerte responsabilidad dentro de su propio espíritu para vengarse de los asesinos de su familia: Pensaba en mí mismo, en que necesitaba estar fuerte, porque era mucha la responsabilidad que había caído sobre mí. No sólo tenía que vengar a los míos; también Camilo entraba ya en mi repertorio. (Castillo Puche, El vengador 1960: 61) 35 No obstante, más adelante en la novela observamos que eso no es su propia voluntad, sino que siente la responsabilidad de cumplir el deseo del pueblo. Los fragmentos siguientes muestran este deseo: Más que una acusación lógica y justa, lo que querían y esperaban mis paisanos era que yo me embalara en una represión sañuda y cruel. Y para darle ambiente a la cosa exigían que cuanto antes expusiera a pública contemplación los cadáveres martirizados de los culpables. Necesitaban de estos alicientes para tener una sensación de justicia y de seguridad futura. ¿O es que yo no iba a reaccionar cuando los demás estaban reaccionando, cada uno en su caso? Estaba harto de que todo el mundo quisiera meterse en mi vida. (Castillo Puche, El vengador 1960: 97) Estaba visto que lo que mi pueblo no podía tolerar era que yo no matara. Verme muerto a mí hasta acaso les gustara más que comprobar que no iba siendo capaz de matar. Pero matar, lo que se dice matar en frío, no es tan fácil como parece. Puede ser cosa de un momento, pero hay que tener cierta preparación. (Castillo Puche, El vengador 1960: 175) […], porque el plato fuerte era el de la venganza, aquella venganza que yo iba difiriendo, pero que de algún modo tendría que cumplir, porque no era mi venganza, sino la venganza de todo un pueblo que caía sobre mí. (Castillo Puche, El vengador 1960: 227) Luis se encuentra entonces ante un dilema: ¿Tiene que tomar venganza, de manera que asuma el deseo del pueblo o tiene que seguir su propia voluntad, o sea, dejar atrás el pasado y seguir su vida? Finalmente decide de seguir su vida sin tomar venganza, por lo que según el pueblo no hace frente a su responsabilidad, es decir, vengar su familia. Todo lo analizado previamente en cuanto a la libre elección y la responsabilidad muestra que todo eso es bastante difícil de manejar para el hombre. Así, la combinación de libertad y responsabilidad puede causar angustia. 3.1.3.3.3. Angustia La combinación de libertad y responsabilidad a veces produce angustia. El hombre tiene que elegir constantemente, sabiendo que cada decisión puede ser irreversible e importantísima para su futuro. Así la gente tiene miedo de su libertad total y la amenaza de 36 tomar una mala decisión. Sabe también que carga con toda la responsabilidad de sus propias decisiones. Como dice Gemma Roberts eso “requiere tremendo coraje” (Roberts 1973: 15). A veces los hombres tienen este coraje, pero otras veces la angustia es inevitable. En opinión de Robles “la angustia es la instancia donde el hombre cobra conciencia de su libertad” (Robles: 6). A consecuencia la gente intenta huir de la angustia, lo que no es posible, puesto que no podemos evitar nuestra libertad y responsabilidad. Julio también siente esta angustia, este sentimiento que tiene que cargar demasiada responsabilidad: Pero en medio de todo, yo lo que siento es miedo. Sí, ¿por qué no confesarlo ahora? Miedo es lo que tengo. ¿Qué por qué no entro en una iglesia y me arrodillo?... Por lo mismo que no voy a ver al doctor Val. Porque, en el fondo, todo mi aislamiento no es más que terror. Verdadero terror. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 286) De pronto me entró un miedo extraño. Todo se había desarrollado con una facilidad que me asustaba. Pensé que hay pasos fatales que nos conducen a los grandes desastres. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 149) También Luis encuentra el sentimiento de angustia, dudando sobre si quiere vengarse o no: Éste era un punto delicado en la angustia que a mí me iba dominando. Por una parte quería perdonar y por la otra temía, presentía, adivinaba que podía terminar escupiendo sobre todo sentimiento de misericordia y matando en frío como cualquier criminal. (Castillo Puche, El vengador 1960: 15) La combinación de la gran responsabilidad y la angustia causa que el hombre a veces no sabe a qué su existencia sirve. Esto puede causar un dolor fuerte que podemos llamar “el dolor del camino”, de lo que vamos a hablar en el párrafo siguiente. 3.1.3.3.4. El dolor del camino Típicamente para la gente que no sabe tratar con la responsabilidad y la angustia es el sentido de dolor. Este dolor generalmente no es de índole física, sino sobre todo de índole mental. Son hombres que se han perdido en la vida sin saber cómo pueden continuar su existencia. Por consiguiente, podemos decir que estos hombres se encuentran en un camino 37 sin salida y no ven ningún paso. El curso de pensamientos de esta gente se caracteriza por ideas como la desesperanza, la absurdidad y el fracaso. En lo que sigue investigamos en qué medida Julio y Luis se ven confrontado con estas ideas. 3.1.3.3.4.1. El existir no orientado 3.1.3.3.4.1.1. La desesperanza Una primera consecuencia de personas que han perdido el sentido de su existencia es la desesperanza. Julio se desespera por su propia convicción que su existencia no tiene ningún valor, así como cree que la muerte es el único objetivo de su vida. Tal existencia sin sentido, como es el caso en la situación de Julio, lleva efectivamente a negatividad y desesperanza como podemos observar en este fragmento: Me hundía en el pesimismo como si todo mi ser fuera una piedra arrojada a un lago profundo. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 228) La desesperanza se manifiesta también en su interpretación de la vida terrenal, es decir, considera lo terrenal como “la nada”. La vida no es más que nada, como vemos en la cita siguiente en que Julio se pregunta si hay algo después de la muerte. Pero, ¿qué es lo que hay después de la muerte, después de la muerte de los míos, de la que ellos no me han hablado, después de la muerte mía que a nadie podré contar? ¿Después de la muerte está exactamente Dios? ¿Para abrazarle, entonces, he de paladear la nada, la nada propia, que por nada quisiera que fuera la nada de la nada? (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 284) La esperanza también está muy lejos en la búsqueda de Luis a los asesinos de su familia. Como hemos dicho anteriormente, la población de Hécula es de opinión que Luis tiene que vengarse y eso causa que Luis se desespera cuando no encuentra inmediatamente a los asesinos. Luis se siente abrumado por toda la responsabilidad que tiene que cargar, lo que hace desaparecer la esperanza: Mi pueblo me estaba disolviendo el ser y yo cada día estaba más desmoralizado. No había sabido imponerme desde el primer momento. Aquellos seres por los que yo había luchado 38 me vencían en una batalla diaria llena de tapujos y ruindades. (Castillo Puche, El vengador 1960: 244) A diferencia de Julio, Luis sí expresa su desesperanza, puesto que llora varias veces: Tan pronto como me eché en la cama, me entró un gran agobio en el pecho que me impedía respirar con tranquilidad. Por fin, sin poderme explicar cómo, nació el llanto en mí y comencé a llorar de un modo desconsolador. (Castillo Puche, El vengador 1960: 243) Un remedio a fin de olvidar su miseria y de recuperar un poco de esperanza es el alcohol, como observamos en este fragmento: Yo me quedé en un bar bebiendo. Bebía sin ganas. Cada nuevo vaso que me ponía en la boca me costaba seis o siete arcadas que me revolvían el estómago. (Castillo Puche, El vengador 1960: 31) La desesperanza de Julio y Luis en las dos obras estudiadas es una de las características importantísimas del existencialismo, puesto que la pérdida de la esperanza estimula a hacer reflexiones sobre la propia posición en el mundo. 3.1.3.3.4.1.2. La absurdidad La desesperanza no es la única reacción ante la responsabilidad y la angustia, sino también la vida se considera muchas veces como algo totalmente absurda. Alguien quien no percibe el sentido de su vida experimenta la existencia como inútil, lo que causa un sentimiento de absurdidad. También Julio percibe este sentido de absurdidad. En “Con la muerte al hombro” hay varios fragmentos que muestran la absurdidad de la existencia, pero podemos considerar el fragmento siguiente como el ejemplo más adecuado: Se impone saltar de una vez el muro altísimo de la presente angustia para buscar en su mismo tronco la savia dañina de donde dimana el bronco turbión de mi inútil, absurdo y arrebatado existir. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954; 19) A pesar de la absurdidad de la vida, también hay momentos en que Julio se da cuenta de que la vida no necesariamente es negativa como la cita siguiente nos muestra: 39 La vida puede ser absurda, pero tiene instantes maravillosos. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 158) Esta nota positiva tiene todo que ver con su enamoramiento pasajero con Elvira. Una vez que naufraga su relación amorosa con ella desaparecen las notas de ese tipo. Cada persona quien experimenta la absurdidad de la existencia, o sea, el vacío del mundo, busca un punto de apoyo. En el caso de Julio este punto de apoyo consiste en la búsqueda de Dios como percibimos en el pasaje siguiente (Roberts 1973: 256): No tengo más remedio que admitir a dios porque me molesta, hasta producirme náuseas, el pensar que la vida pudiera ser solamente una broma de tan malo gusto. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 285) En este fragmento la búsqueda de Dios parece la última posibilidad para Julio de encontrar algún sentido en su vida. Como dice Roberts “el salto de la fe es visto aquí como posible salvación del hombre, cuya alternativa es el hundimiento definitivo en la nada de la muerte o la locura.” (Roberts 1973: 94).Sin embargo, no observamos ningún fragmento en esta novela que nos permite concluir que Dios existe o no existe, al contrario, Julio deja abierto ambas posibilidades: Dios […], ese Dios que yo no puedo sinceramente ni afirmar ni negar, para mí es una violencia y un cerco del que lo mejor que puedo hacer es no hablar. Porque acaso un día me daré de bruces con El, y entonces me lo explicaré todo. Y prefiero que me llegue así. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 284) Lo que sí podemos observar es que Julio no siente la presencia de Dios durante su vida terrenal. Esto se pone en claro cuando Julio tiene un diálogo con el padre Sergio: - ¿Has notado cómo el Señor te respondía? Cada vez me desconcertaba más, porque al ver que no le contestaba, quiso acercar su cara a la mía y entonces salí corriendo por los claustros, creo que llorando o poco menos. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 60) No obstante, eso no significa necesariamente que no existe, también puede ser que Dios solamente aparecerá después de su muerte. Así, como consecuencia de que Julio todavía tiene la impresión que su existencia no sirve para nada por la ausencia de Dios en su vida 40 terrenal, cifra sus esperanzas en la muerte. Julio espera que hay algo después de la muerte y que Dios le dé un sentido a su existencia terrenal. Por eso la muerte es su mayor deseo, puesto que es la única posibilidad que puede dar sentido a su existencia. En “El vengador” la absurdidad de la existencia se manifiesta diferentemente cuando la comparamos con la novela “Con la muerte al hombro”. En esta última novela Julio no tiene ningún objetivo más en su vida que morir, mientras que Luis sí tiene un objetivo: vengarse de los asesinatos de su familia. Sin embargo, la venganza no es el deseo de Luis, sino del pueblo, por lo que este objetivo de vengarse le parece algo totalmente absurdo. Así, a diferencia de Julio cuya existencia es totalmente inútil porque él mismo lo considera como sin sentido, Luis originariamente no considera su propia existencia como inútil. No obstante, es el pueblo que le hace pensar que su existencia no tiene sentido cuando no venga a su familia. Como consecuencia de lo que precede, llegamos a la conclusión de que la absurdidad funciona a dos niveles en “El vengador”: según los habitantes de Hécula la existencia de Luis queda sin sentido cuando no se venga, mientras que en opinión de Luis la venganza es un acto absurdo. Para Luis solamente existe una posibilidad para dar sentido a su vida, o sea, entrar de nuevo en el ejército y alcanzar la paz: Me quedé tan tranquilo. La paz había entrado dentro de mí y no me importaba lo más mínimo coger de nuevo las armas. (Castillo Puche, El vengador 1960: 302) 3.1.3.3.4.1.3. El fracaso A continuación de lo que acabamos de decir en los párrafos anteriores sobre la desesperanza y la absurdidad de la existencia podemos decir que “todo lo positivo para nosotros está ligada a su correspondiente negativo” (Roberts 1973: 151)4. En el existencialismo esta estructura antinómica, como lo llama Karl Jaspers, es típica. Sin embargo, en el existencialismo la proporción entre lo positivo y lo negativo no está en equilibrio: siempre es la variante negativa que suplanta la variante positiva. En las novelas que estudiamos aquí también percibimos estas oposiciones y la victoria de la variante negativa. Observamos por ejemplo que la desesperanza reprime toda la esperanza y que la absurdidad hace desaparecer el sentido de la existencia. Además de las oposiciones que ya hemos discutido en los párrafos anteriores hay muchas más como la 4 Esta cita es una cita de Karl Jaspers utilizada por Gemma Roberts 41 alegría frente a la tristeza, la amistad frente a la soledad o la vida frente a la muerte. Con la penúltima oposición llegamos ya al tema siguiente de nuestra investigación que se trata de la soledad de Julio y Luis. 3.1.3.4. Contraer relaciones con otras personas 3.1.3.4.1. El miedo de convertirse en un objeto Uno de los temas principales de la novela existencial consiste en las relaciones que los personajes claves contraen con otras personas. Como ya hemos dicho más arriba, en el existencialismo se trata de un análisis de la persona individual, es decir, el hombre individual intenta encontrar el sentido de su existencia. Buscando este sentido es importante que nada o nadie constituye un obstáculo. Sin embargo, contraer una relación con otra persona puede ser exactamente este obstáculo que personas en busca de un camino intentan evitar. ¿Pero por qué otras personas pueden ser un obstáculo en busca de su propia identidad? Sartre ya lo dijo en su obra de teatro “Huis clos” de 1943: “L’enfer c’est les autres”. Con eso quiso decir que la presencia de otras personas puede romper el equilibrio en nuestra propia existencia. La causa por lo que perdemos a veces nuestro equilibrio es el hecho que tenemos miedo de ser dependiente del otro. Siempre queremos ser dueño de nuestra propia existencia y eso no es posible con la intervención de otras personas. Así surge el miedo, puesto que la libertad del otro nos hace vulnerable y eso es exactamente lo que no queremos. No queremos ser juzgados, utilizados o degradados por los otros como lo hacemos con un objeto. Con eso llegamos al fondo del problema de relaciones interpersonales: el miedo de convertirse en un objeto a favor de otras personas (Roberts 1973: 76) “l’être-vu-comme-un-objet” como lo llama Emmanuel Mounier es algo que odiamos enormemente (Mounier 1962: 82). Por poner un ejemplo podemos utilizar el sentimiento de la vergüenza: este sentimiento es la consecuencia de que siempre nos preocupamos de lo que los otros piensan de nosotros. El problema de esta preocupación es la negación de nuestra propia existencia, es decir, nuestro ser se critica por otras personas de manera que nuestro ser siempre se perturba. Así existe el peligro de que otras personas tienen influencia en nuestra existencia, lo que rompe la libertad de nuestros actos y de nuestro ser. Como consecuencia de que no queremos ser el objeto de otras personas tomamos la ofensiva y 42 nosotros mismos intentamos convertir la otra persona en un objeto. Así surge una lucha por el poder de dominar el otro en relaciones interpersonales. Esto dificulta la búsqueda a la propia identidad, por lo que personas desorientadas en busca de un camino en su vida tienden a evitar relaciones interpersonales. Aplicando lo que acabamos de analizar en el párrafo anterior a las novelas que estudiamos, podemos decir que también Julio y Luis tienen dificultades en cuanto a sus relaciones interpersonales. En cuanto a la historia de Julio, el miedo de convertirse en un objeto se manifiesta sobre todo en su relación amorosa con Elvira. Al inicio no hay ningún problema entre ellos y Julio está convencido de que Elvira no quiere quitarle su independencia: Ya es bastante pagar consumiciones, regalarla cosillas, invitarla a cenar, pagar los taxis. Es demasiado para mí. Ella lo comprende. Agradece más que yo la llame o que acuda cuando me llama. Está satisfecha con que la espere y la acompañe cuando me lo pide. Tampoco en este aspecto le concedo demasiada autoridad; aunque siempre tenga que ir a morir a la playa de sus brazos, como esta tarde, procuro mantener una independencia lo más amplia posible. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 195) Sin embargo, poco a poco Julio tiene miedo de que Elvira le convierte en su objeto. A causa de este sentimiento Julio decide de romper su relación con Elvira. El fragmento siguiente muestra que Julio no quiere una relación en que se convierte en el objeto de Elvira: Y yo me dejo estrujar, me someto a su esclavizador antojo. Pero para que no se confíe demasiado, de cuando en cuando me aislo, me alejo, no acudo a sus citas. Esto la irrita extraordinariamente. No quiere aceptar que yo tenga mi mundo, mi silencio y mi soledad. Seguramente yo no sirvo para este papel o sirvo demasiado. Por eso, cada día soy más duro, más fría con ella. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 276) Así pues, resumiendo, podemos decir que Julio contrae muy pocas relaciones con otras personas. Después de la muerte de sus parientes más cercanos, solamente contrae una relación con Elvira. Esto se debe sobre todo al hecho que en su opinión las otras personas constituyen obstáculos en su búsqueda al sentido de su propia existencia. Por lo que se refiere a la historia de Luis en “El vengador” observamos algo similar. Al 43 igual que Julio no quiere que alguien le convierte en su objeto. No obstante, hay una gran diferencia entre la situación de Julio y Luis: en la situación de Julio es Elvira quien intenta convertirle en su objeto, mientras que en la situación de Luis es toda la población de Hécula. Esto se manifiesta en la tentativa de los heculanos de utilizar Luis como una arma en la lucha contra los culpables de las masacres durante la Guerra Civil. Los heculanos quieren que Luis dé un castigo ejemplar a todos los asesinos de la Guerra Civil por matar los asesinos de su propia familia. Luis también tiene conciencia de que los heculanos no lo aceptarían cuando no mataría: Estaba visto que lo que mi pueblo no podía tolerar era que yo no matara. Verme muerte a mí hasta acaso les gustara más que comprobar que no iba siendo capaz de matar. Pero matar, lo que se dice matar en frío, no es tan fácil como parece. Puede ser cosa de un momento, pero hay que tener cierta preparación. (Castillo Puche, El vengador 1960: 175) Sin embargo, Luis quiere evitar que la población le convierte en un objeto, por lo que decide que no va a seguir la voluntad de la población. 3.1.3.4.2. La soledad En el párrafo anterior, hemos dicho que personas en busca de un camino quieren concentrarse sobre todo en sí mismo sin que otras personas puedan formar un obstáculo. Por consiguiente es evidente que la soledad está al acecho, lo que también puede ser un problema para personas desorientadas. Como dice Gemma Roberts la soledad “es una categoría trágica de la existencia” (Roberts 1973: 117). Con eso quiere decir que muchas personas en busca de un camino en su vida perciben la soledad como una necesidad, pero también como algo muy doloroso. Por un lado las personas desorientadas muchas veces perciben la soledad como una necesidad porque la soledad permite de reflexionar sobre su propia existencia sin que otras personas las encarguen de otros problemas. Esto es lo que acabamos de decir en el párrafo anterior en cuanto al miedo de convertirse en un objeto. Emmanuel Mounier describe la necesidad de soledad así: “La solitude n’apparaît pas ici comme un but, mais comme un moyen nécessaire du recueillement: en foule, on n’atteint pas la tensión nécessaire à l’existence authentique” (Mounier 1962: 57). Así pues, la única persona que ejerce influencia sobre las personas desorientadas es la persona desorientada 44 misma, lo que puede ayudar a encontrar el sentido de su existencia. Sin embargo, la soledad también puede ser experimentada de una manera negativa. Es bien sabido que la mayoría de los hombres siente la necesidad de tener contacto con otras personas para ser feliz. De esta manera podemos decir que existir difiere de vivir, es decir, ‘vivir’ significa que la gente necesita el coraje de exponerse a estímulos exteriores y así también a otras personas (Mounier 1962: 59). En este sentido el aislamiento de las personas en busca de un camino puede ser una solución para un tiempo reducido a fin de encontrar un sentido en su vida, pero no a largo plazo. Cuando las personas desorientadas experimentan la soledad durante un período extenso experimentan poco a poco que esto les da un sentimiento negativo. Este sentimiento negativo también es algo que perciben Julio y Luis en las novelas que estudiamos. Julio lo percibe por la primera vez cuando empieza a darse cuenta de que nunca volverá a ver a su madre y a sus hermanos Pablo y Emilio: Y lo único que se me ocurrió para protegerme un poco contra aquella multitudinaria soledad, fue coger los retratos de Pablo y Emilio y ponerme uno al pecho y el otro a la espalda. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 45) Gemma Roberts también explica que el hombre desorientado “descubre el horizonte último de la muerte” (Roberts 1973: 119) cuando percibe la soledad. Así pues, Julio también empieza a reflexionar sobre la muerte a pesar de que en su opinión la muerte no sea la razón de su soledad: No sé cómo he podido estarme semanas enteras sin baja a la calle. No es la muerte, no, ni el acto siquiera de morir lo que me trajo a esta soledad. El acto de morir puede ser – y de hecho, muchísimas veces lo es – un acto sencillo y fácil, un acto que se desarrolla con increíble naturalidad. Morir, algunas veces, es como echarse a una siesta de la que no se ha de regresar. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 87) En “El vengador” observamos un ejemplo excelente en cuanto a la necesidad de soledad que personas desorientadas pueden sentir. Luis necesita un poco de soledad y silencio cuando regresa de la Guerra Civil a consecuencia de todo lo que ha experimentado y como resultado de la pérdida de sus parientes más cercanos: 45 Posiblemente era cosa de los nervios. Mis nervios estaban agotados, consumidos. Había pasado repetidas veces muy bruscamente del terror a la compasión y del aborrecimiento a la piedad. Quería soledad a toda costa. Quería que nadie hablara fuerte. Estaba por pedir a gritos un poco de silencio. (Castillo Puche, El vengador 1960: 12) No obstante, como acabamos de decir más arriba, la soledad no puede servir como una solución a largo plazo. Una vez que el período de soledad se alarga, Luis se siente cada vez más deprimido. Los dos fragmentos siguientes dan fe del sentimiento negativo que Luis experimenta a causa de su soledad: No era miedo lo que sentí entonces, sino soledad. La soledad era como una losa que me hubieran puesto encima. Todo el mundo estaba deshabitado. Sobre la tierra no existía más que yo, que tenía que cumplir un destino y que no sabía a ciencia cierta cuál era. (Castillo Puche, El vengador 1960: 47) Y fue en ese instante cuando, por primera vez, sentí de una manera lacerante y angustiosa el problema de mi soledad. […] No sabía adónde ir ni con quién juntarme. (Castillo Puche, El vengador 1960: 92) Como consecuencia de lo que precede, llegamos a la conclusión de que la dificultad que tienen las personas desorientadas de contraer relaciones con otras personas es algo que también puede ayudarles. La soledad les permite a concentrarse únicamente en el sentido de su propia existencia. Sin embargo, el período de soledad no puede ser demasiado largo, puesto que esto provoca un sentimiento negativo. Cuando el período de soledad dura mucho tiempo, puede resultar en desesperación y depresión, por lo que sube la atención a la muerte. 3.1.3.5. La muerte Todos los párrafos anteriores nos muestran que una crisis existencial en la mayoría de los casos va acompañada con muchos sentimientos negativos como desesperanza, angustia, soledad, etc. Como consecuencia de todos estos sentimientos exhaustivos existe la posibilidad de reflexionar sobre la finitud de nuestra existencia. En los párrafos siguientes reflexionamos sobre la importancia de la muerte en las novelas que estudiamos. 46 3.1.3.5.1. Reflexión sobre la muerte a causa de la Guerra Civil Ya hemos dicho que la crueldad de la Guerra Civil forma la base ideal para el existencialismo. Un elemento clave que puede proceder de reflexiones existenciales es la importancia de la muerte. ¿Qué es el sentido de la vida cuando dos grupos del mismo pueblo empiezan a degollar el uno al otro? ¿Existe la posibilidad que la muerte valga más que la vida terrenal? ¿Podría ser la muerte un medio de liberación para escapar a la miseria de la vida? Todas estas preguntas tienen su origen en el horror que sucedió entre 1936 y 1939. También Julio y Luis se ven confrontado con la muerte a causa de la Guerra Civil. Así pues, Julio describe frecuentemente su experiencia con la masacre que fue la Guerra Civil La última guerra, fue terrible. La comarca quedó asolada. Cerca de mil heculanos quedaron yertos en el recodo de un camino vecinal o en las fosas comunes del cementerio. Todos, al morir, rojos y blancos, ponían la misma expresión de terror que las caras esculpidas en la piedra roqueña de la iglesia Vieja. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 23) En “El vengador” observamos que Luis se pregunta si la muerte no sería la mejor solución: Los muertos pesaban, pesaban como plomo, pesaban como debe de pesar encima un toro muerto o el casco de un barco. Los muertos estaban arriba pesando. (Castillo Puche, El vengador 1960: 185) A partir de estas citas se desprende que la Guerra Civil desempeñó un papel importantísimo en cuanto a la reflexión sobre la muerte. A continuación profundizamos en la importancia del pueblo Hécula que constituye el ambiente en que ambas novelas se desarrollan. Hécula tiene una influencia profunda en las dos novelas, puesto que forma un factor estimulante en cuanto al culto de la muerte. 3.1.3.5.2. Hécula y el culto de la muerte Como acabamos de decir, La Guerra Civil es la razón principal de la reflexión sobre la muerte. Sin embargo, el pueblo donde se desarrollan los acontecimientos también cobra importancia. No obstante, antes de profundizarnos en el papel que el pueblo de Hécula juega en ambas novelas, cabe añadir que hay algo como un “ambiente típico” para la novela existencial. Según el estudio publicado por Gonzalo Sobejano en cuanto a la novela existencial es el ambiente urbano que constituye el ambiente típico de la mayoría de este 47 tipo de novelas. Es “el caos de la gran urbe” (Sobejano 1975: 286), de la ciudad en que vive la gente de clase media que estimula a las reflexiones existenciales. Sin embargo, autores como Pascual Duarte y Castillo Puche cambian esta tendencia a causa de su amor para los campos y las aldeas de España como es el caso con Hécula (Sobejano 1975: 286). Hécula parece ser una referencia a Yecla, una comunidad en la provincia de Murcia. También es el pueblo natal de José Luis Castillo Puche, por lo que parece existir una conexión biográfica entre sus novelas y su propia vida. Sin embargo, el autor mismo nunca ha admitido que Hécula en realidad es la comunidad de Yecla. En una nota preliminar a la novela “Con la muerte al hombro” pretende que no hay ninguna conexión con Yecla y además de eso niega categóricamente que el personaje de Julio es el alter ego de sí mismo: NOTA. – Sería un error enorme tratar de localizar en un lugar determinado de la geografía española el pueblo y el ambiente que se describen en esta novela, como resultaría vano tratar de identificar con seres reales, los tipos que circulan por sus páginas. La realidad es, para el novelista, si acaso, un pretexto y un soporte para su obra. Pero, lo que la imaginación construye está cimentado sobre realidades más profundas. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954) A pesar de que Castillo Puche niega que Hécula se refiere a la Yecla real, podemos poner eso en tela de juicio. Casi todos los críticos literarios están de acuerdo que la Hécula de Castillo Puche “es una versión literaria de la Yecla real” (Díez de Revenga: 94). Es evidente que hay muchas diferencias entre la Hécula de Castillo Puche y la Yecla real, pero a pesar de las diferencias sea difícil a negar que la Yecla real sirvió como inspiración. También Manuel Cerezales considera que las experiencias personales, “acarreadas por la memoria y elaboradas por la imaginación” (Cerezales 1982: 6), influyeron en las novelas de Castillo Puche. Un caso concreto permite ilustrar esta idea: los nombres de los pueblos en los alrededores de Hécula normalmente son Villena, Jumilla, Cándete, Pinoso y Cieza, pero aquí Castillo Puche habla de Turena, Pinilla, Trinquete, Ricoso y Ciriza (Díez de Revenga: 94). A pesar de las pequeñas diferencias en los nombres, no cabe duda de que estos nombres se basan en los nombres de las ciudades reales. No solamente los críticos literarios, sino también los habitantes de Yecla estuvieron convencidos de que su pueblo natal sirvió como fuente de inspiración para sus novelas. En consecuencia, Castillo Puche estuvo desavenido con los yeclanos, puesto que la imagen que 48 esbozó de Yecla no fue la más positiva. Por eso, Castillo Puche no visitó su pueblo natal durante años por temor a las reacciones de los yeclanos. Al final tuvo lugar una reconciliación entre el autor y los aldeanos, porque un día participó inesperadamente en las fiestas de la Virgen, lo que los yeclanos consideraron como un gesto simbólico de apreciación para su pueblo (Cerezales 1982: 11). A pesar de la reconciliación no es de extrañar que los yeclanos no estuvieron contentos con la referencia a su pueblo natal, puesto que Castillo Puche utiliza el pueblo de Yecla bajo el nombre de Hécula para describir “la llamada España negra” (Cerezales 1982: 10). Esto quiere decir que Castillo Puche presenta Yecla/Hécula como un pueblo “ahogado, sofocado moralmente por el peso abrumador de la necesidad, de un pesimismo pusilánime, cobarde, mendaz, en cuanto no se abre jamás al más ligero soplo de la esperanza”(Roberts 1973: 242). Cuando observamos las descripciones de Hécula en “Con la muerte al hombro” percibimos el negativismo ya a partir de las primeras páginas. Hay tantas escenas que pueden servir como ejemplo, por lo que es imposible de integrarlas todas en este trabajo. Sin embargo, los fragmentos siguientes reflejan el carácter macabro de Hécula y de los heculanos según el autor: Petrificado se puede decir que anda el tiempo en este lugarón terrible, donde la muerte, al parecer, nada importa y donde la vida se acepta siempre como una maldición insoportable. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 20) La luz es rabiosa allí como el mordisco de un perro, y en Hécula, además, la gente se ahorca. No, no es cosa mía, es cosa del suelo, del aire, de los ojos, de la carne, de los espíritus. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 313) La filosofía particular de Hécula es la adoración por el terror, terror ante la vida y ante la muerte, terror ante las delicias como ante los castigos de la Eternidad, que pesa cada día sobre cada heculano. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 30) 49 El espíritu pesimista de Hécula se acentúa también por los daños causados por la Guerra Civil: La guerra cruzó Hécula como un ciclón devastador. Más que un episodio en la historia de la ciudad, aquello parecía la aniquilación total. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 20) Lo que también llama la atención en cuanto a la visión extremamente negativa a propósito de Hécula es el uso de símbolos que representan la muerte. Los símbolos más frecuentes son el viento, la Iglesia Vieja, las campanas, la sequedad y el cementerio (Hernández 1994: 135). Por lo que se refiere al viento, observamos que hay muchísimos ejemplos en el texto que siempre asocian el viento con lo amenazador que predomina el pueblo de Hécula. Así, no cabe duda de que el viento actúa como uno de los elementos hostiles con que Castillo Puche quiere caracterizar el paisaje de su pueblo. Los fragmentos siguientes dan fe de este ambiente aterrador: Muy pronto el viento de nuevo arrastró unas nubes flacas que, como galgos hambrientos, se echaron sobre el caserío agitando edificios y árboles en lucha monstruosa de reptiles y pajarracos. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 39) Junto al empedrado del sendero crecían unos raquíticos rosales con flores mustias y amarillentas que el viento sacudía, lanzando al espacio sus hojas marchitas. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 40) El segundo símbolo que vale la pena de discutir es la Iglesia Vieja y particularmente sus perfiles que parecen simbolizar la desgracia y el destino fatal (Hernández 1994: 136). Castillo Puche describe los perfiles de una manera tan viva, por lo que el lector no les considera como partes de la iglesia, sino más bien como un personaje que ríe con el destino fatal, o sea la muerte, de los heculanos. Sobre las ruinas del torreón guerrero de la iglesia de la Asunción, siguen riendo de una manera siniestra aquellas caras tétricas que, incrustadas en la piedra, parecen pronosticar inacabables cataclismos. Siempre me ha producido escalofríos el enigma macabro de estos perfiles, […]. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 21) 50 Todos, al morir, rojos y blancos, ponían la misma expresión de terror que las caras esculpidas en la piedra roqueña de la iglesia Vieja. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 23) Un tercer símbolo de la muerte que aparece varias veces en “Con la muerte al hombro” forman las campanas de la iglesia. Cada vez que las campanas resuenan por el pueblo significa en la mayor parte de las veces que hay de nuevo un entierro: Que Hécula vive todavía, lo dicen las campanas, esa colmena de bronces nuevos – la guerra se llevó los metales centenarios –, cuyo repiqueteo bien pocas veces suena a gloria, a bautizo o a boda. Las campana de Hécula sólo parecen estar en las torres para rubricar el severo protocolo de los entierros. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 26) Solo para el sepelio el metal cobra esa euforia de la ceremonia espectacular y fastuosa. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 26) Lo que también se relaciona con la muerte es la sequedad que caracteriza el paisaje de Hécula. La muerte del paisaje natural simboliza que la mortalidad no solamente predomina los heculanos, sino también la naturaleza, por lo que Hécula casi se convierte en un sinónimo de la muerte: Todo lo que es adorno vegetal y primicia de color parece en Hécula escoria recién sacada del horno. […] Al borde de las ramblas y de los barrancos se retuercen los árboles como seres de pesadilla. Los olivos, que podían ofrecer cierto alarde sensual, en Hécula se secan lentamente y mueren crispados junto a los arroyos secos cavados en las hondonadas. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 29) Por fin consideramos el cementerio también como un símbolo de la muerte. A diferencia de los símbolos anteriores que describen Hécula sobre todo de una manera negativa, el cementerio forma una especie de oasis positivo en la negatividad que predomina Hécula: Era un rectángulo de blanquísima piedra acordonado por rígidos cipreses. Alrededor del cementerio la llanura gris se ondulaba como un mar. Efectivamente, el cementerio de Hécula parecía un trasatlántico de lujo varado en un arenal. El cementerio era la única fábrica de Hécula donde no se había interrumpido el trabajo, allí no habían llegados las huelgas. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 46) 51 En “El vengador” observamos una misma tendencia como en “Con la muerte al hombro”. Hécula de nuevo se percibe como un sinónimo de negatividad. Percibimos que Luis se siente asfixiado por su propio pueblo natal y que no puede decir nada positivo de Hécula: Desde arriba, Hécula me daba la impresión de que olía mal. Olía como a cadáver desenterrado o a puchero que se quema en la lumbre. Las columnas de humo que se elevaban de las chimeneas y los remolinos de polvo que danzaban por las calles, […]. (Castillo Puche, El vengador 1960: 120) Como ya hemos mencionado en “Con la muerte al hombro” observamos que también en “El vengador” Hécula no solamente se caracteriza por su negatividad, sino también por su obsesión para la muerte y el cementerio: Hécula tiene un culto singular por los muertos. Es un pueblo muy primitivo. Para los heculanos, sólo están muertos de verdad los que están enterrados en su suelo. Quien muere fuera no es nunca considerado muerto verdadero hasta que no ha sido enterrado en el cementerio, en el sitio que le corresponde. La muerte de los que mueren fuera es una muerte sólo aparente. (Castillo Puche, El vengador 1960: 95) Como consecuencia de lo que precede, llegamos a la conclusión de que el espacio en que se desarrollan las dos novelas estudiadas es de importancia grandísima en cuanto a la reflexión sobre la muerte. La negatividad y el pesimismo que caracterizan el pueblo de Hécula funcionan como un factor estimulante que hace reflexionar tanto Julio como Luis sobre la muerte. No solamente reflexionan sobre la muerte en general, pero también empiezan a reflexionar sobre su propia muerte y la manera más respetable de morir. Así pues, examinamos estas reflexiones en cuanto a su propia muerte en las páginas que siguen. 3.1.3.5.3. Autenticidad versus inautenticidad A pesar de que la muerte siempre venga cuando no la esperamos, cada persona tiene dos opciones para tratar con la muerte: la posibilidad auténtica por un lado y la posibilidad inauténtica por el otro lado. La primera posibilidad significa que nos damos cuenta de que nuestra vida no dura una eternidad. Cuando observamos la vida en una manera auténtica, somos consciente de 52 que cada vida siempre lleva a la muerte. La muerte es nuestro único destino final, por lo que la existencia no es nada más que un “ser para la muerte” (Mounier 1962: 53). Por tanto, podemos concluir que vivir en una manera auténtica significa la anticipación de la muerte. La segunda posibilidad de tratar con la muerte es vivir en una manera inauténtica. La manera inauténtica significa que siempre intentamos huir de la muerte, es decir, no tenemos el coraje para enfrentarnos con la inevitabilidad de la muerte. El objetivo principal de personas que optan por la manera inauténtica es olvidar que nuestra vida siempre lleva a la muerte. A gran diferencia de la manera auténtica, las personas que tratan con la muerte en una manera inauténtica se refugian en preocupaciones cotidianas de manera que la muerte no sea capaz de dominar nuestro bienestar mental (Roberts 1973: 207-208). Como ya hemos dicho varias veces, el existencialismo se caracteriza por su reflexión sobre la existencia individual. Por lo tanto es lógico que en el existencialismo se sigue la manera auténtica, puesto que la reflexión sobre la muerte forma parte de la reflexión en general sobre la existencia individual. Partiendo de la idea que la manera auténtica de tratar con la muerte enlaza más bien con la filosofía existencial, sería evidente que en la novela existencial también hay reflexiones sobre la finitud de nuestra existencia terrenal. En otros términos, cuando se reflexiona sobre la existencia como se hace en las novelas existenciales, sería ilógico que se huye de reflexiones sobre la muerte. Así pues, cuando examinamos en qué medida las novelas “Con la muerte al hombro” y “El vengador” forman parte de la literatura existencial, también tenemos que examinar en qué medida estas novelas siguen la manera auténtica. Por lo que se refiere a “Con la muerte al hombro” ya podemos considerar el título como el primer indicio de la presencia de reflexiones sobre la muerte. El título refiere al estado mental de Julio, quien tiene dificultades de superar la muerte de su familia. A causa de la pérdida de su familia, Julio se da cuenta de que la muerte es el destino inevitable de cualquier ser humano: No sé cuando, no sé cómo, no sé dónde. Sin embargo, un día cualquiera lo que tiene que ser será. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 203) Para Julio es muy claro que no puedes esperar nada de la vida, es decir, lo único que pueden esperar todos los seres humanos de su vida es que a la corta o a la larga todos morirán. 53 Todos han ido cayendo, como eslabones de una misma cadena. ¿Puede pensar que yo voy a ser una excepción? (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 173) A gran diferencia de las personas que tratan con la muerte en una manera inauténtica, Julio no tiene miedo para la muerte. Al contrario, Julio “está enamorado de su muerte” (Roberts 1973: 42). La idea que la muerte es lo único de alguna importancia en la existencia individual viene bien para Julio. Así pues, no es necesario que Julio se preocupe de la responsabilidad que causa la libertad. No tiene que preocuparse sobre qué quiere hacer con su vida, visto que la vida no sirve a nada más que a esperar a la muerte. En este sentido estar ocupado conscientemente con la muerte también puede atestiguar del miedo que Julio tiene de la vida inauténtica. La muerte le permite a Julio de escapar a la responsabilidad de hacer algo con su vida, por lo que también teme de estar sano. Su enfermedad imaginaria le acerca a la muerte y le sirve como pretexto para no integrarse en la sociedad. La cita siguiente muestra que la posibilidad de estar sano le provoca más miedo que la muerte (Roberts 1973: 249): A lo mejor sólo es enfermo el que quiere serlo. A veces, la dolencia se cobija en el cerebro o en el espíritu antes y más que en el cuerpo. […] Pero al poco rato me preguntaba por qué había de ser así, que quizá no era verdad y yo estaba tan sano como cualquiera. La verdad es que cuando pienso este último, la preocupación y el desasosiego que me entran son mucho mayores. No puede ser. Las cosas llevan su camino, un camino fatal e irremediable. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 143) Como ya hemos dicho, la muerte es todo lo que tiene importancia según Julio. Sin embargo, Julio no sabe cuándo encontrará la muerte. A causa de esta inseguridad Julio intenta anticipar su muerte mediante la escritura. Así, escribiendo, Julio tiene el sentimiento de que puede dominar u ordenar sus preocupaciones. Podemos considerar la escritura como una especie de medicina durante todo el tiempo que tiene que esperar a su muerte: Ya varias veces he querido empezar a escribir mi historia, y siempre me he vuelto atrás. Sentía el temor de no poder terminarla. Pero ahora va en serio. Hasta donde llegue he llegado. Acaso sólo escribiéndola puedo sentirme caer por la pendiente con un poco de dominio. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 17). 54 Lo mejor será que me ponga a escribir, hasta caer rendido. Escribiendo me sosegaré y, quizá después, cansado de escribir, podré dormirme otra vez. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 117) En síntesis concluimos que no cabe duda de que Julio reflexiona sobre la muerte. En realidad, reflexiona tanto sobre la muerte que podemos decir que es una verdadera obsesión. Por consiguiente, es evidente que la manera de tratar con la muerte es claramente la manera auténtica. En “El vengador” también observamos sin duda reflexiones sobre la muerte. Luis tiene dificultades a aceptar la muerte de su familia, por lo que también empieza a dudar sobre el sentido de su propia existencia: A veces también, ¿por qué no decirlo?, me entraban unas ganas absurdas de matarme. Pero no me duraban mucho, al instante me reía como si se tratara de un delirio. (Castillo Puche, El vengador 1960: 48) Sin embargo, hay una gran diferencia entre Julio y Luis. Como acabamos de decir, la actividad principal de Julio es la reflexión sobre la muerte, por lo que finalmente la muerte se convierte en una obsesión. En este sentido Julio se distingue de Luis. Luis también reflexiona algunas veces sobre su propia existencia y consecuentemente también sobre la muerte. Así pues, podemos decir que Luis, igual que Julio, se da cuenta de que la muerte es inherente a la existencia para cada ser humano, por lo que concluimos que trata con la muerte en una manera auténtica. No obstante, en la situación de Luis la muerte nunca se convierte en una obsesión, lo que sí es el caso en la situación de Julio. Basándonos en todos estos datos, podemos concluir que tanto Julio como Luis se dan cuenta de que la muerte es algo inevitable. Por consiguiente no intentan huir de la muerte, sino que tratan muy conscientemente con el hecho que la vida siempre lleva a la muerte. La diferencia entre ambas novelas es la medida en que la muerte domina la identidad de los personajes claves. En “Con la muerte al hombro” observamos que la existencia de Julio no significa nada más que esperar a la muerte, mientras que en “El vengador” Julio busca un camino a fin de poder continuar su vida. 55 3.1.3.5.4. La importancia de una muerte personal Como hemos dicho en el párrafo anterior, Julio y Luis se dan cuenta de que la muerte es algo que imposiblemente podemos evitar. Por consiguiente, ambos personajes claves reflexionan mucho sobre la muerte, lo que ejerce influencia sobre la muerte que ellos desean. Como hemos mencionado ya varias veces, en el existencialismo se trata del individuo, o sea, de la búsqueda a la identidad personal. Un elemento importante en esta búsqueda es el miedo que tienen estas personas de ser convertido en un objeto, puesto que eso lo hace difícil de “mantener la identidad personal” (Roberts 1973: 185). Así pues, las personas en busca de un camino quieren la libertad de buscar su propia identidad, sin que alguien les cosifique. Podemos considerar la muerte individual como la antítesis de la cosificación, puesto que la muerte “es lo único que nadie puede hacer por mí” (Robles: 23)5. Por lo que se refiera a la historia de Julio en “Con la muerte al hombro” observamos que la muerte individual es de gran importancia. Julio no tiene miedo de la muerte, pero sí se preocupa de la manera de su muerte. Pero lo interesante para mí es la forma, es lo que precede y lo que sigue. El hecho de dejar de existir no me inquieta. El que sea de cierto modo, eso sí. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 115) Julio quiere cueste lo que cueste evitar que su muerte es un espectáculo para los heculanos, lo que le convertiría en un arte de atracción. Como dice Gemma Roberts, Julio tiene “temor a verse clasificado […], lo que le obligaría a participar en el tipo de muerte común a todos los que le padecen y, por otra parte, lo convertiría en un objeto propicio a todas las reacciones estereotipadas de los otros” (Roberts 1973: 251). Julio no quiere morir como los demás, quiere ser dueño de su propia muerte: Querían que me quedara en Hécula para dar el espectáculo final. Aunque parezca extraño, si me vine a Madrid fue con el único deseo de morir solo. Morir en el desconocimiento general, pero dueño, al menos personalmente, de mi muerte. Vine convencido, hace un buen número de meses, de que aquí mi muerte, aún ignorada, sería lo suficientemente decorosa. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 87) 5 Esta cita se encuentra en el estudio de Enrique Robles, pero son las palabras de Martin Heidegger 56 No solo quiere ser el dueño de su propia muerte, sino que también quiere evitar que su entierro es un espectáculo para los heculanos. Esto se debe sobre todo al entierro público de su padre que Julio experimentó como humillante. Los fragmentos siguientes dan fe de esta vergüenza: No, no era que mi padre hubiese resucitado. Lo que entonces vimos sí que fue ya el colmo del horror y de la vergüenza. - Se ha reventado – decía tío Cayetano. - Sí, sonó como un arcabuz que bufa y ha empezado a gotear – respondía un labrador, con los ojos en blanco. Sí, era cierto, nuestro padre se estaba descomponiendo y un líquido pútrido calaba las maderas y caía en grasientas gotas al suelo. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 112) Si yo hubiera sido mayor entonces, creo que habría cargado la caja sobre mis hombros y, ayudado por mis hermanos, nos la hubiéramos llevado, quitándola de aquella pública vergüenza. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 113) A partir de las citas anteriores podemos deducir que según la opinión de Julio el entierro público es algo totalmente deshonroso para cada ser humano. En consecuencia, Julio decide que el entierro de su madre no puede ser público. En vez de un entierro público, Julio opta por un entierro bajo un árbol sin la presencia de otras personas. Así Julio elude el clima teatral de un entierro público y conserva la dignidad de su madre : Fue allí, frente a su irremediable y maravilloso silencio, donde cuajó mi proyecto. […] La iba a enterrar yo, por mi cuenta, donde quisiera, en un sitio ancho de nuestro campo, bajo el árbol que me pareciera más hermoso y protector. (Castillo Puche, Con la muerte al hombro 1954: 331) Como hemos averiguado, la importancia de una muerte individual no se puede subestimar en “Con la muerte al hombro”. No se puede dudar del miedo que Julio tiene de convertirse en un objeto a causa de un entierro público. Este miedo desempeña un papel tan importante en la mente de Julio de manera que verdaderamente podemos considerarlo como una obsesión. La muerte como obsesión, como ya hemos dicho más arriba, está menos presente en “El vengador”. Así pues, sería obvio que el tema de una muerte individual no constituye el asunto principal de la historia. Sin embargo, a pesar de que Luis no reflexiona tanto sobre su 57 propia muerte, observamos que el cuerpo desconocido en el nicho de su familia sí es algo que le obsesiona a Luis: Tenía la impresión de que hasta que no descubriera la personalidad de aquel difunto que se había mezclado fraudulentamente con los míos y que estaba como esperando mi propia llegada, toda mi permanencia en Hécula sería un suplicio. Me figuraba que ya siempre, hasta que no descubriera la clave del misterio, me acompañaría un dolor incitante y desagradable, como si del fondo de nuestra sepultura se hubiera levantado un polvillo fúnebre que me hacía insoportable el disfrute de la paz. (Castillo Puche, El vengador 1960: 287) En este sentido, inferimos que Luis, igual que Julio en “Con la muerte al hombro”, concede importancia al entierro y el honor de su familia. Luis es del parecer de que tenemos enterrar a los difuntos en una manera respetuosa, lo que significa para él un entierro cerca de los familiares cercanos en un lugar conocido: Pienso que no hay tragedia comparable a la del muerto ubicado en un lugar concreto pero extraño, cuyo paradero no es conocido ni sospechado siquiera por los de su casa. Allí está finito, cadáver descompuesto y pulverizado, enterrado en un lugar frío y desabrido, viendo transitar por sus cercanías sólo seres indiferentes. Todo muerto que está ocupando un lugar distante de los suyos parece que no haya acabado de morir. Lo que mejor completa la paz de los muertos es que descansen sobre un sitio conocido, sitio presentido y temido como sepultura propia, sepultura que quizás había empezado a amarse como resultado y prolongación de uno mismo. Creo que nada puede hacer más feliz a un muerto que saberse reposando en terreno amigo y cercano al calor familiar. (Castillo Puche, El vengador 1960: 31) En fin, la visión de Julio y de Luis es bastante similar, es decir, ambos personajes claves quieren que la muerte es algo personal. No obstante, también hay algunas diferencias entre Julio y Luis en cuanto a “la muerte ideal”. Julio reflexiona mucho más sobre su propia muerte que Luis, quien sobre todo se preocupa de la muerte de sus parientes próximos. Una segunda diferencia entre ambos personajes es el hecho que Julio en todo caso quiere evitar un entierro público, puesto que para él un entierro público equivale a un espectáculo desvergonzado. Luis, en cambio, no manifiesta su desaprobación respecto de un entierro 58 público, pero tampoco expresa su aprobación. Lo que es de importancia para Luis es un entierro personal y cerca de la familia. 3.1.3.5.5. La muerte como factor clave en las dos novelas estudiadas Todo lo expuesto con anterioridad nos hace concluir que la muerte es de importancia enorme en ambas novelas. Percibimos tantas referencias a la muerte, por lo que no exageramos cuando hablamos de una verdadera obsesión. A pesar de que tanto “Con la muerte al hombro” como “El vengador” contienen una serie de reflexiones sobre la muerte, todavía observamos una diferencia entre ambas novelas. La muerte ocupa en “Con la muerte al hombro” una posición aún más prominente que en “El vengador”. Esto se debe sobre todo al hecho que Julio no tiene ningún objetivo más en su vida que morir en una manera respetable, mientras que Luis todavía tiene un objetivo: vengarse y alcanzar paz en su espíritu. Por lo que se refiere a los objetivos de ambos personajes claves en la vida, observamos que los títulos de ambas novelas ya dan mucha información: Julio no tiene otro objetivo que llevar la muerte al hombro, mientras que Luis es “el vengador”, por lo que también podemos inferir su objetivo. Sin embargo, podemos considerar la muerte como un factor clave en ambas novelas estudiadas. La importancia de la muerte también influencia el juicio definitivo en cuanto al carácter existencial de ambas novelas. No obstante, antes de expresar este juicio definitivo profundizamos en nuestro último asunto, o sea, la técnica narrativa. 3.1.4. La técnica narrativa Hasta ahora siempre hemos analizado el carácter existencial de las novelas desde un punto de vista temático. Sin embargo, muchas veces las novelas existenciales se caracterizan también por un cierto número de propiedades narrativas o estilísticas. Una primera característica que une muchas novelas existenciales es el título. El título de las novelas existenciales refiere muchas veces a personas singulares (Sobejano 1975: 287). Visto que en la novela existencial se trata de individuos, no es de extrañar que ya en el título la atención se dirige a personas singulares. Un ejemplo de un título que refiere a una persona determinada es “El vengador” que se relaciona directamente con el personaje de Luis. Sin embargo, cabe añadir que el título original no fue “El Vengador”, sino “La guerra ha 59 terminado”, pero la censura no quiso permitir este título, puesto que refiere directamente a las primeras palabras de Francisco Franco después de la victoria en 1939 (Alborg: 104). No obstante, “La guerra ha terminado” también podría haber sido un título dentro de lo que cabe esperar de títulos existenciales, puesto que muchos de los títulos también tienen “un sentido situativo o circunstancial” (Sobejano 1975: 287). Así pues, Como “La guerra ha terminado” y “Con la muerte al hombro” refieren directamente al contexto de la historia, podemos concluir que los títulos sin duda responden a los títulos típicamente existenciales. Otro elemento que también tiene que ver con el título es el uso de notas negativas (Sobejano 1975: 288). Notas negativas como la muerte y la venganza que observamos en los títulos “Con la muerte al hombro” y “El vengador” predominan. En fin, concluimos que la presencia de “singularidad, circunstancialidad o negatividad” (Sobejano 1975: 288) en el título puede ser un primer indicio del carácter existencial de una novela. Otra característica de las novelas existenciales es el uso de la primera persona singular. Muchas veces la novela se enfoca solamente en un personaje que relata su historia desde su propio punto de vista. Además de los títulos de las novelas existenciales y el punto de vista, también vale la pena de decir algo sobre el uso del lenguaje. El período de la anteguerra se caracteriza por autores que fijan gran parte de su atención en el carácter artístico de la novela. Esto no es el caso en las novelas de la posguerra que sobre todo quieren transmitir un mensaje, por lo que estas novelas muchas veces se caracterizan por un lenguaje bastante funcional (Sobejano 1975: 292). La funcionalidad del lenguaje en las dos novelas estudiadas se manifiesta en la escasez de figuras retóricas y el uso de palabras sencillas. Esto se debe sobre todo al hecho que Castillo Puche optó en ambas novelas por el uso de solamente un personaje clave que expresa sus ideas de una manera muy directa. En la mayor parte de ambas novelas el lector es testigo de una especie de “stream of consciousness” del personaje clave, por lo que hay poca reflexión sobre el lenguaje. 60 4. Conclusion Empezábamos este trabajo con un capítulo sobre la Guerra Civil y su relevancia para la literatura. Llegábamos a la conclusión de que la guerra fue importantísima por lo que se refiere al origen de la novela existencial. Las consecuencias de la Guerra Civil como el número de víctimas, los problemas económicos, el aislamiento de España y por fin la política de Francisco Franco, causaron un cambio profundo en la literatura de España. A diferencia de las novelas de la anteguerra, las novelas de la posguerra no se preocuparon tanto por el carácter artístico de sus novelas. Los novelistas, emocionados por los acontecimientos de los años pasados, sintieron la necesidad de escribir sobre la realidad, por lo que el mensaje de las novelas tuvo prioridad sobre el estilo. Así pues, con el nuevo realismo surgió una nueva tendencia en el campo literario español. La novela existencial, como tendencia dentro del nuevo realismo, tiene sus orígenes en el existencialismo filosófico. Así, empezábamos nuestra investigación con una parte sobre esta tendencia filosófica. Sin embargo, como aquí no se trata de un trabajo filosófico, solamente lo hacíamos muy breve con el objetivo de esbozar el contexto histórico de las ideas principales de la novela existencial. Después de haber descrito los orígenes de la novela existencial, también apuntábamos a la relación entre el existencialismo filosófico y el existencialismo literario. A pesar de que el existencialismo literario resulte de la corriente filosófica, hay varias diferencias. La diferencia más grande entre el sistema filosófico y la novela existencial es el nivel de concreción. En la variante filosófica del existencialismo el ideario queda muy abstracto, mientras que la novela existencial, por decirlo así, es la aplicación concreta de las ideas abstractas. Al final de nuestra clasificación contextual en cuanto al existencialismo, llegábamos a la variante española del existencialismo literario. En esta parte hemos discutido el tremendismo y las diferencias entre el realismo existencial europeo y el realismo existencial español. La diferencia más importante entre ambas tendencias es la gran atención del realismo existencial español en cuanto a las circunstancias sociales y las inquietudes del hombre común. 61 Después de la clasificación contextual del existencialismo y sus variantes literarias íbamos a parar al estudio verdadero del trabajo presente. Como muchas novelas se clasifican como literatura existencial por los críticos literarios sin que dispongamos de un análisis profundo en cuanto a sus características, me pareció interesante investigar dos novelas en cuanto a sus propiedades existenciales. Así pues, un análisis de “Con la muerte al hombro” y “El vengador” del novelista José Luis Castillo Puche ha sido una elección bien pensada, puesto que estas novelas también se consideran como novelas existenciales en varias obras de consulta, a pesar de que en muy pocas de estas obras se explique por qué. Por consiguiente, la pregunta clave del trabajo presente reza así: ¿En qué medida podemos considerar las novelas “Con la muerte al hombro” y “El vengador” como ejemplos de la novela existencial? A fin de contestar a esta pregunta era necesario de formular unos rasgos que podemos considerar típicos y distintivos para la novela existencial. Los estudios literarios que se ocupan de la novela existencial no siempre son tan unívocos, por lo que un estudio comparativo entre estos trabajos era de mayor importancia. No existe una lista de control definitiva que enumera todos los rasgos, por lo que siempre hay cierto espacio a interpretar dentro del campo literario de la novela existencial. Sin embargo, a base de una comparación de varios estudios sobre la novela existencial he intentado formar tal lista de características que podemos considerar típicamente propiedades existenciales. No quiero pretender de ninguna manera que esta lista es una lista definitiva, puesto que cada investigador literario puede añadir nuevos criterios. No obstante, pienso que todos los temas mencionados forman un conjunto de características típicas para la novela existencial. Para determinar el carácter existencial de “Con la muerte al hombro” y “El vengador”, siempre he partido de estas características típicas de la novela existencial. He intentado clasificar todas las propiedades de la novela existencial en cuatro temas principales: la individualidad, la libertad, la relación con otros individuos y la muerte. A base de una aclaración teórica de los conceptos existenciales he averiguado si estas propiedades caracterizan efectivamente las novelas estudiadas. Puedo concluir a ciencia cierta que ambas novelas se caracterizan por una serie de propiedades que son típicas para la novela existencial. Tanto en “Con la muerte al hombro” como en “El vengador” he encontrado fragmentos que uno por uno indican los criterios característicos de la novela existencial. Además de eso, cada una de las propiedades de la novela existencial que he discutido en 62 este trabajo también está presente en ambas novelas. Sin embargo, durante toda la examinación literaria, nunca he podido evitar tener la impresión que “Con la muerte al hombro” muestra todavía más las propiedades de la novela existencial que “El vengador”. Aunque ambas novelas sean de tamaño similar, siempre fue más difícil de ilustrar las características existenciales con fragmentos literarios adecuados en “El vengador” que en “Con la muerte al hombro”. Además de eso, también el fin de ambas novelas desempeña un papel importante. Ya hemos mencionado varias veces que los personajes claves de una novela existencial están en busca de un camino y la mayoría de las novelas existenciales terminan cuando el personaje todavía está buscando su camino o cuando la muerte pone fin a la búsqueda. En la situación de Julio también es el caso, es decir, Julio muere al final de la novela. Cuando investigamos el fin en “El vengador”, observamos que Luis por fin alcanza la paz por entrar de nuevo en el ejército, por lo que el lector tiene la impresión que Luis está listo a continuar su vida y que ha podido superar los acontecimientos crueles que ha vivido. Por consiguiente, concluyo que “Con la muerte al hombro” encarna más bien la novela existencial prototípica que “El vengador”, aunque este último todavía quede una novela existencial. Con este trabajo espero que la novela existencial reciba de nuevo la atención que merece y espero que nunca perdamos la novela existencial de vista, puesto que nos puede esbozar una imagen muy relevante en cuanto a la reacción frente a acontecimientos crueles como la Guerra Civil en España. Además de eso, espero que otros investigadores de la literatura española contemporánea hagan un esfuerzo en cuanto a la literatura de José Luis Castillo Puche, puesto que no hay tantos estudios que tratan sus novelas, a pesar de que merezca la pena. 63 5. Bibliografía Literatura primaria Castillo Puche, José Luis. Con la muerte al hombro. Madrid: Biblioteca Nueva, 1954. Castillo Puche, José Luis. El vengador. Barcelona: Destino, 1960. Literatura secundaria Abbagnano, Nicolas. Introducción al existencialismo. 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