Amparo directo en revisión: 4384/2013 PRIMERA SALA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN PRESENTE Distinguido Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo: Quien suscribe esta carta aprovecha la oportunidad para saludarle y además referirse al amparo directo en revisión 4384/2013 en el cual se reclama la inconstitucionalidad del artículo 362 del Código Penal para el Distrito Federal que establece el delito de “ataques a la paz pública”. Por la relevancia del tema en discusión, las organizaciones que integramos el Frente Por la Libertad de Expresión y la Protesta Social presentamos algunos argumentos para abonar a la discusión sobre la inconstitucionalidad del tipo penal en referencia y su impacto en el ejercicio de derechos humanos. Desde nuestra perspectiva, el delito de “ataques a la paz pública” constituye un tipo penal de carácter abierto, ya que el término ‘paz pública’ resulta amplio y ambiguo, siendo un concepto indeterminado incumpliendo el principio de legalidad en su vertiente de taxatividad, así como el principio de seguridad jurídica, lo cual carece de certeza y genera confusión, permitiendo una multiplicidad de interpretaciones y una aplicación arbitraria del mismo por parte de las autoridades, tanto de procuración como las de impartición de justicia. En efecto, el derecho penal debe ser considerado como el último recurso al que se debe acudir (ultima ratio), existiendo el principio de estricta legalidad o taxatividad, lo que implica que las conductas punibles deben encontrarse claramente descritas en el tipo penal de manera que se describan claramente las conductas que se están regulando así como las sanciones, su objetivo es preservar la certeza jurídica y la imparcialidad en la aplicación de la ley penal.1 En el mismo sentido, la CoIDH ha señalado que los preceptos penales deben ser claros, precisos, de manera que expresen sin equívoco la conducta incriminada, deslindándola de otros comportamientos.2 Es decir, el tipo penal debe tener elementos suficientes y cualidades lingüísticas para determinar cuál es la conducta que se encuentra prohibida. Ahora bien, reconociendo que lo anterior no implica que toda palabra que se emplea en un tipo penal debe estar definida en el mismo, lo que haría imposible su aplicación y entendiendo también que el juez tiene una importante labor en la interpretación de estos elementos; ello de ninguna manera significa que los tipos penales puedan contener términos abiertos, sujetos a diversas interpretaciones, e incluso con carga ideológica como sucede en el delito de ataques a la paz pública, ya que vuelve completamente indeterminada la conducta punible. 1 Víctor, Ferreres Comella, El principio de taxatividad en materia penal y el valor normativo de la jurisprudencia (Una perspectiva jurisprudencial), Madrid, Civitas, 2002, p. 21. 2 Corte IDH. Caso Norín Catrimán y otros (Dirigentes, miembros y activista del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de mayo de 2014. Serie C No. 279 En este sentido, el concepto de “paz pública” contenido en el artículo 362 adolece de claridad y precisión, por lo que se desconoce qué conductas pudieran encuadrar en el mismo, lo que deja a las autoridades la posibilidad de decidir el contenido y alcances de dicha conducta, además de que el tipo penal no brinda certeza jurídica para las personas gobernadas, no determina cuál es la conducta prohibida así como el bien jurídico tutelado que se pretende proteger mediante dicho tipo, el cual resulta indeterminado en este caso. En este sentido, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido mediante jurisprudencia los elementos que deben observarse para cumplir con el derecho fundamental de exacta aplicación de la ley en materia penal, el cual también exige por parte de las autoridades legislativas la emisión de normas claras, precisas y exactas respecto de la conducta reprochable, es decir, el tipo penal debe encontrarse claramente formulado, a fin de evitar su aplicación arbitraria.3 En relación con lo anterior, tipos penales de textura abierta como el de “ataques a la paz pública” han sido utilizados en contra del ejercicio de derechos humanos –particularmente en el contexto de manifestaciones públicas–, restringiendo con ello el derecho a la libertad de expresión. Al respecto, la CIDH ha señalado “que los gobiernos no pueden sencillamente invocar una de las restricciones legítimas de la libertad de expresión, como el mantenimiento del "orden público", como medio para suprimir un derecho garantizado por la Convención o para desnaturalizarlo o privarlo de contenido real” 4, ya que, refiere, estos conceptos contenidos en tipos penales “no son definidos con precisión y adolecen de una vaguedad y ambigüedad que permiten una absoluta discrecionalidad en su interpretación y aplicación por parte de las autoridades competentes.”5 Situación que ocurre en el caso que nos ocupa, ya que al igual que el concepto de orden público, el de paz social es demasiado vago y ambiguo, lo que permite la absoluta discrecionalidad para las autoridades tanto en procuración como impartición de justicia. En este sentido, el derecho a la libertad de expresión ha sido vulnerado y su ejercicio criminalizado en contextos de manifestaciones públicas, al llevar a cabo un uso desviado y arbitrario del derecho penal al imputar responsabilidades a diversas personas. Lo anterior lo ha documentado la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, como es el caso de sus Recomendaciones 9/2015, 10/2015, 16/2015 y 17/2015, al advertir que el delito de ataques a la paz pública “ha sido utilizado de manera facciosa con el objeto, no solo de limitar el ejercicio de la libertad de manifestación, sino para castigar a quienes lo habían ejercido”6, toda vez que en él caben una multiplicidad de conductas e interpretaciones, lo cual ha derivado en la penalización de actos que, además de no ser punibles, han violentado el ejercicio de derechos humanos, constituyendo también un efecto disuasivo el cual ha reconocido esta Primera Sala respecto a los derechos a la libertad de expresión e información.7 3 PRINCIPIO DE LEGALIDAD PENAL EN SU VERTIENTE DE TAXATIVIDAD. ANÁLISIS DEL CONTEXTO EN EL CUAL SE DESENVUELVEN LAS NORMAS PENALES, ASÍ COMO DE SUS POSIBLES DESTINATARIOS. Tesis: 1a./J. 54/2014 (10a.) Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Primera Sala, Libro 8, Julio de 2014, Tomo I, Pág. 131, Jurisprudencia (Constitucional). 4 CIDH, Capítulo V, Informe Anual 1994, “Informe sobre la compatibilidad entre las leyes de desacato y la Convención Americana sobre Derechos Humanos”, 5 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe sobre la situación de las defensoras y defensores de los derechos humanos de las Américas, OEA/Ser.L/V/II. Doc.66, 2011, párr. 108. 6 CDHDF. Recomendación 9/2015, 10/2015, 16/2015 y 17/2015. 7 LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DERECHO A LA INFORMACIÓN. LA RESPONSABILIDAD POR INVASIONES AL HONOR DE FUNCIONARIOS U OTRAS PERSONAS CON RESPONSABILIDADES PÚBLICAS SÓLO PUEDE DARSE BAJO CIERTAS CONDICIONES, MÁS ESTRICTAS QUE LAS QUE SE APLICAN EN EL CASO DE EXPRESIONES O INFORMACIONES REFERIDAS A CIUDADANOS PARTICULARES. Tesis: 1a. CCXXI/2009, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Primera Sala, Tomo XXX, Diciembre de 2009, Pág. 283, Tesis Aislada (Constitucional). Consideramos que este caso es fundamental para consolidar la protección jurisdiccional de los derechos fundamentales. Confiamos plenamente en que analizará minuciosamente el caso y resolverá con plena autonomía, conforme a los estándares internacionales de protección a los derechos humanos desarrollados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. No dudamos que es ésa y no otra, la manera en que habitualmente realiza su importante labor como interprete constitucional. Frente por la Libertad de Expresión y la Protesta Social conformado por: ARTICLE 19 Oficina para México y Centroamérica, Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria OP”, A.C., Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, A.C., Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo CEPAD, A.C., Colectivo de Abogadas y Abogados Solidarios CAUSA, Fundar Centro de Análisis e Investigación, A.C., Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, A.C., Propuesta Cívica, A.C., Resonar., Servicios y Asesoría para la Paz, A.C., Red de Organismos Civiles “Todos los Derechos para Todas y Todos”, A.C. En representación del Frente por la Libertad de Expresión y la Protesta Social: SIMÓN ALEJANDRO HERNÁNDEZ LEÓN