CIMBRONAZO EN LA NBA La ida de LeBron James, de Cleveland a Miami, sacude a los Estados Unidos en la nueva temporada. Los Heat aparecen como el superequipo, porque sigue Dwayne Wade y también llegó Chris Bosh. ¿Asoma un boom arrasador? Por O.R.O. Nota publicada en la edición diciembre 2010 de la revista El Gráfico MANU GINOBILI y Fabricio Oberto, en los Spurs, en el año 2007 lo barrieron por 4-0 en la única final que jugó en la NBA. Fue la vez que estuvo más cerca de lo que viene buscando para tener status de indiscutido: ser campeón. Después de siete temporadas en Cleveland Cavaliers, LeBron James, el “Rey James”, de jóvenes 24 años, entendió que debía cambiar de equipo para aspirar a ese obsesivo objetivo que se le niega. En ese lapso jugó 548 partidos y promedió 27,8 puntos en la temporada regular, más 71 encuentros con una media de 29,3 tantos en los playoffs. Era un jugador que ya había terminado su contrato, un “agente libre” como allá lo llaman, y disponía de su exclusiva voluntad para elegir. Por supuesto que estamos hablando del basquetbolista más apetecido del mercado. No hubo conferencia de prensa para el anuncio. Tampoco avisó a nadie. Sí se preocupó para tener la escena montada en un programa televisivo especial de una hora a cargo de ESPN. No descuidó detalles: se transmitió en el “prime time” (horario principal), a las nueve de la noche, desde Boys & Girls Clubs of America, una institución benéfica de ayuda a la juventud, en Greenwich (Connecticut). El nombre era sugerente y calzaba justo con la determinación que iba a anunciar LeBron y que todo el mundo aguardaba con notable expectativa: “La Decisión”. En la noche del jueves 8 de julio de 2010 se produjo el impacto con un rasgo de arrogancia: “Llevaré mi talento a la Florida para jugar en Miami Heat”. Completó: “Es un momento muy emocionante para mí: cuando me levanté esta mañana, estaba seguro de que era la decisión correcta”. Incógnita develada y revuelo de indignación en Cleveland. Por sus calles, aficionados enfurecidos le prendieron fuego a su camiseta con el número 23 (ahora lleva el 6); y una tremenda carta, donde lo acusa de traidor y cobarde, firmada por Dan Gilbert, el accionista mayoritario del equipo, se leyó en la página web de los Cavs. "Este escandaloso acto de deslealtad del ‘Elegido’ (apodo con el que se lo conoce y está tatuado en su espalda), que ha crecido en nuestro propio hogar (tanto Cleveland como LeBron son del estado de Ohio), manda exactamente la lección opuesta de lo que queremos que nuestros hijos aprendan”, acusa uno de sus párrafos. También vaticina desafiante: "Personalmente garantizo que los Cleveland Cavaliers ganarán un campeonato de la NBA antes de que el autoproclamado Rey gane uno". Mientras una bronca rabiosa envuelve a Cleveland por el portazo de LeBron James, Miami está de fiesta. Un abono para ver a los Heat que costaba 4.800 dólares, por ejemplo, pasó a venderse por internet a 18.500. DE BEIJING A MIAMI LeBron James, alero, no estará solo en el equipo. Lo estaba esperando como anfitrión la estrella del equipo, tras renovar su continuidad: el base-escolta Dwayne Wade, quien allí fue campeón de la NBA en 2006. Desde Toronto Raptors, simultáneamente con él, se produjo el traspaso de otra superstar: el ala pivote Chris Bosh. Tres monstruos, tres amigos, tres surgidos en el Draft de 2003, tres campeones olímpicos de Beijing 2008. Ahora formarán The Big Three, Los Tres Grandes, de Miami Heat. Wade confesó su euforia: “Tengo la posibilidad de formar parte del mejor trío que jamás haya jugado al básquetbol; es algo increíble". En los mentideros de la NBA se asegura que esta movida comenzó a gestarse y planearse durante los Juegos Olímpicos de Beijing, cuando los tres coincidieron en el Dream Team norteamericano que reconquistó la medalla de oro arrebatada a la Argentina. Hablaron entre ellos –se dice- y pactaron juntarse alguna vez en un equipo. Por supuesto que este rumor fue desmentido desde los entornos de los tres jugadores. El entrenador puertorriqueño Carlos Morales, comentarista de ESPN para América Latina, estuvo en la Argentina para enseñar en el campus que el Huevo Sánchez organizó en San Fernando. Se mostró preocupado: “Parece que ahora las franquicias no arman los equipos, sino los propios jugadores. Tal vez la NBA debería tomar cartas en el asunto…”. Hubo un cuarto hombre que aceitó la operación y permitió llegar a un final feliz. Es Patrick James (Pat) Riley, presidente de Miami Heat, una de las personalidades más prestigiosas y respetadas en el mundo NBA, ya que luce seis anillos de campeón, el primero como jugador de Los Angeles Lakers en 1972 y el último dirigiendo precisamente al equipo de la Florida en 2006. Tuvo que hacer una ingeniería financiera para poder tener margen en su límite salarial y poder firmar con su particular “trío maravilla”. Logró convencer a las tres estrellas para que se enfunden la camiseta de los Heat. ¿INDIVIDUALIDADES O GRAN EQUIPO? Desde entonces el debate está abierto y encendido de polémicas: ¿podrá Miami Heat amalgamar a las tremendas individualidades y formar un megaconjunto cohesionado? El propio LeBron responde: "Los tres sabemos jugar al básquetbol y para nada tiene que cambiar nuestro estilo, al contrario somos un complemento perfecto y lo vamos a demostrar en la cancha”. También salió al cruce de que haya un peligroso choque de egos: "Somos grandes, profesionales y amigos". El nombrado Morales, un capacitado analista, se pregunta: “¿Cuánto sacrificio estarán dispuestos a hacer a la hora de la verdad y cuánto protagonismo cederán? También hay que ver cómo reaccionan cuando las cosas no salgan bien y cómo rinden los jugadores complementarios. Todo eso tiene que verse…”. Pat Riley, de 65 años, aclaró su gestión: "No hemos trabajado durante las últimas tres temporadas para conseguir el fichaje de tres agentes libres, sino para formar un equipo que sea una nueva dinastía dentro de la NBA". Su política en los últimos años fue evitar todo acuerdo que les restara dinero para esta temporada 2010/11. Su último acomodo fue traspasar al alero Michael Beasley, con su alto contrato, a Minnesota Timberwolves a cambio de una futura elección en el Draft, dejando espacio dentro del tope salarial para sus tres figuras, que están dispuestas a cobrar menos para jugar juntas y así poder fichar a otros jugadores. Ese tope salarial para los equipos, norma que está vigente desde la temporada 1984/85, se aumentó para la próxima a 58.044.000 dólares. La suma de puntos convertidos por el trío estelar en la última serie regular de la NBA, obviamente cuando estuvieron en equipos diferentes, totalizó 80,3 tantos. La distribución fue así: LeBron James en Cleveland: 29,7 - Dwayne Wade en Miami: 26,6 – Chris Bosh en Toronto: 24,0. LO QUE CUENTA LA HISTORIA Por supuesto que no es la primera vez que se juntan a tres estrellas para armar un megaequipo. Ni será la última. Repasemos. BAJO CUSTODIA. En Cleveland, la policía cuida el cartel de LeBron para evitar destrozos. -Hace muy poco tuvimos un ejemplo que llegó a buen término: los Boston Celtics consagrados campeones en 2008. Con una campaña de 24-58, venían de ser el segundo peor equipo de la NBA. Danny Ainge, ex jugador y general manager, dio un golpe para reinventar a la franquicia más exitosa de la historia ahora con 17 títulos. Llevó a Kevin Garnett, cansado de no poder ser campeón en Minnesota Timberwolves, y a Ray Allen, uno de los mejores tiradores. Con Paul Pierce, que continuaba, compusieron un nuevo “Big Three”. El rendimiento fue excelente con una solidaridad defensiva excepcional. Nunca un equipo, en la historia de la NBA, mejoró tanto su récord (66-16) de una temporada a otra. -Philadelphia 76ers., pese a contar con el maravilloso Julius Erving, no podían ser campeones. El mismo trauma perseguía al portentoso Moses Malone, pese a sus dos distinciones de MVP. Sus caminos se cruzaron en la temporada 1982/83. Tuvieron una corte de lujo que los secundaba: Bobby Jones, Maurice Cheeks y Andrew Toney. Campaña notable: 65-17. El entrenador Billy Cunningham estuvo muy exacto al explicar: “La diferencia fue Malone. Nos dio la consistencia interior que necesitábamos”. La matadora marca de 12-1 en los playoffs sólo la superó el 15-1 de Los Angeles Lakers en 2001. Fue cuando Malone popularizó su famoso "¡fo fo fo!” ("¡four, four, tour!"), pronosticando que los Sixers barrerían en todas sus eliminatorias. -Retirado George Mikan, Los Angeles Lakers no podían alcanzar el título desde que abandonaron Minneapolis en 1960. Tenían la etiqueta de “segundones” porque en 1968, 1969 y 1970 se quedaron en la puerta al ser subcampeones. En esa época llegó Wilt Chamberlain, el devastador hombre de los 100 puntos, para juntarse con Elgin Baylor y Jerry West, el dúo de moda en la NBA. Por si faltaba algo, Gail Goodrich aportó más ofensiva. Los cuatro tienen sus números retirados en el techo del Staples Center y totalizan 42 designaciones para el All-Star Game. Fue un equipo para el recuerdo, en 1971/72, que hilvanó la mayor racha triunfal de la historia ganando 33 partidos consecutivos. Costó, pero llegó el primer anillo de Lakers en Los Angeles con un récord de 69-13, lo mejor de la NBA hasta el 72-10 de Chicago Bulls en 1995/96. TAMBIEN HUBO CASOS NEGATIVOS Como siempre, media biblioteca tiene testimonios con resultados favorables y la otra mitad registra los ejemplos negativos. Por caso: Houston Rockets 1998/99 con Hakeem Olajuwon, Charles Barkley y Scottie Pipen y Portland Trail Blazers 1999/2000 con Jermaine O’Neal, Rasheed Wallace, Arbydas Sabonis, Scottie Pippen, Steve Smith y Damon Stoudamire. Pero un modelo emblemático de que la cosa terminó sin funcionar fueron Los Angeles Lakers de 2003/04. Después del monopolio impuesto por Kobe Bryant con la franquicia, cuando fue campeón por triplicado, surgió el primero de los tres anillos de Manu Ginóbili con los Spurs. Así se llegó a la temporada mencionada. Karl Malone y Gary Payton llegaron a los Lakers para integrarse a Kobe Bryant y Shaquille O’Neal formando Los Cuatro Fantásticos. Eran los máximos favoritos, transcurrieron la serie regular con 56-26 y no tuvieron sobresaltos en los playoffs del Oeste para alcanzar la final con ventaja de localía. Pero desde el Este se cruzó un equipo, Detroit Pistons, que jugó sólidamente como tal liderado por Chauncey Billups y los frenó con un lapidario 4-1. El propio David Stern deslizó la sorpresa mayúscula cuando entregó el trofeo: “Demostraron que, a veces, los cuentos de hadas se convierten en realidad”. El entrenador Phil Jackson, derrotado esta vez, sólo balbuceó: “Fue una historia de Cenicienta”. El nuevo capítulo será escrito por Dwayne Wade, LeBron James y Chris Bosh en El Calor de Miami. Ellos dirán de qué manera. 10 leyendas sin corona ELGIN BAYLOR, (1958 / 1972) - 14 temporadas y 8 finales (*) CHARLES BARKLEY, (1984 / 2000) - 16 y 1 PATRICK EWING, (1985 / 2002) - 17 y 2 GEORGE GERVIN, (1976 / 1986) - 10 y ninguna BERNARD KING, (1977 / 1993) - 14 y ninguna KARL MALONE, (1985 / 2004) - 19 y 3 PETE MARAVICH, (1970 / 1980) - 10 y ninguna REGGIE MILLER, (1987 / 2005) - 18 y 1 JOHN STOCKTON, (1984 / 2003) - 19 y 2 DOMINIQUE WILKINS, (1982 / 1999) - 15 y ninguna Ninguno de estos jugadores, reconocidos como grandes, pudo ser campeón de la NBA. (*) En la temporada 1971/72, por una lesión de rodilla, estuvo en 9 partidos en Los Angeles Lakers, consagrado campeón, pero la NBA sólo considera como tal a quien jugó la serie final l