CENTRO EDUCATIVO SALESIANOS ALAMEDA “Don Bosco, educador de la bondad y la alegría” Departamento de Educación Física ___________________________________________________________________________ Material de apoyo para la asignatura de Educación Física: Juegos Olímpicos Distinguidos estudiantes, junto con saludar les entregamos el presente documento extraído de página www.espndeportes.com, con la finalidad de estudiar y rendir diversas pruebas de estos contenidos según calendario y protocolo entregado por cada profesor del departamento de Educación Física. Los 100 mejores momentos olímpicos Los Juegos Olímpicos de verano responden, desde sus inicios, a una de las nociones más conmovedoras que sabe entregar la humanidad: la épica. Símbolo de superación y de integración, esta competencia ha contado con momentos que -más allá del mérito individual o colectivo- han dejado una cicatriz emotiva en la historia del deporte. Esa es la búsqueda de este ejercicio lúdico y compilatorio: recuperar esas joyas sin tiempo que, por lo bueno o por lo malo, por la excelencia o la comedia o por el drama, quedaron marcadas sin remedio en la memoria de nuestra vida. Probablemente haya atletas de mérito indudable que hayan quedado por fuera de esta selección. Sepan ustedes disculpar el criterio. No es una cuestión de brillo, de cantidad de medallas. Es sólo una cuestión de épica. En un evento con anécdotas casi infinitas, este listado no fue fácil de hacer. Notarán cierta tendencia a rescatar algunos héroes latinoamericanos: no es casualidad. Tampoco resultó sencillo ordenar por mérito descendente cada pieza elegida. El resultado es discutible, claro, tan arbitrario como cada ránking. Sin más, ESPNdeportes.com les presenta los 100 mejores (más grandes, más inolvidables, más ridículos, más emotivos) momentos de la historia de los Juegos Olímpicos. NIGERIA, PRIMER ORO AFRICANO EN FÚTBOL - ATLANTA 1996 Los apellidos más ilustres de la historia del fútbol nigeriano se juntaron en un seleccionado irrepetible: Kanu, Okocha, Amokachi, Babayaro, Babangida, Ikpeba, Oliseh, West. Aquel equipo dirigido por el holandés Jo Bonfrere sabía a lo que jugaba: toque, posesión, desequilibrio. Ganó dos de tres partidos en la fase de grupos y sólo cayó en esa instancia ante Brasil gracias a un gol de Ronaldo (sí, el original). Después superó a México en cuartos y -en una semifinal inolvidable- levantó un 3-1 frente al mismo Brasil (de Roberto Carlos, Rivaldo, Dida, Junhinho) con un gol sobre la hora del ídolo Kanu para igualar 3-3. Se llevó el partido en tiempo extra con otro tanto de su estrella. Ya era histórico. En la final, contra la Argentina de Ayala, Zanetti, Simeone, Crespo, volvió a levantar un resultado adverso. Esta vez pasó del 2-1 al 3-2, con otro gol en el minuto 90 y privó al conjunto sudamericano de su primer oro olímpico. Fue, en cambio, la primera medalla dorada para el fútbol africano. EL NACIMIENTO DE LAS LEONAS - SYNDEY 2000 El hockey femenino de Argentina había sido séptimo en Atlanta '96 y había quedado cuarto en el Mundial anterior a Sidney. Sin embargo, en 2000 un grupo de apellidos que marcaría la siguiente década en este deporte se quedaría con una medalla plateada. Sergio Vigil dirigió a Aymar, Aicega, Rognoni, Antoniska, Masotta, Stepnik, Oneto, Rimoldi, Margalot, Sole García... Después de una ronda de clasificación complicada, las chicas se juntaron, diseñaron un logotipo que las identificara y se autodenominaron "Las Leonas", un mote que se les pegó para siempre. En el último juego de la segunda ronda, obligadas a ganar, golearon 7-1 a Nueva Zelanda y -entre gritos que llevaban la cuenta regresiva para el final del match- se aseguraron un lugar en la final olímpica. Perdieron la definición y se quedaron con la plata, pero ellas lo festejaron como una victoria. Es que fue la fundación de algo grande: desde entonces el seleccionado albiceleste nunca bajó del podio en un Mundial o en unos Juegos. LIS HARTEL, CONTRA CUALQUIER OBSTÁCULO - HELSINKI Lis Hartel fue una atleta ecuestre nacida en Dinamarca, que obtuvo dos medallas de plata en los Juegos Olímpicos, una en Helsinki '52 y la otra en Melbourne '56. Se quedó con ambas preseas en la especialidad de adiestramiento. Lo notable es que Hartel sufría una parálisis casi total desde las rodillas hacia abajo, y entre otras cosas precisaba ayuda para subir y bajar del caballo. Su aflicción se debía a una poliomelítis que la atacó a los 23 años. Pudo recuperar movilidad en casi todos sus músculos y recién logró competir después de tres años de rehabilitación. Sin embargo, su limitación era tan evidente que incluso le costaba caminar. Existen algunos videos de cuando Hartel competía, en los que se puede notar su dificultad de movimiento incluso cuando recibía las medallas en el podio. Cuentan que en la primera participación olímpica de Hartel, el ganador del oro se acercó a ella tras su actuación y la cargó hasta el podio. Una vez retirada, la atleta tuvo un impacto profundo en un movimiento terapeútico que utilizaba el hecho de montar a caballo como ayuda para encarar distintas enfermedades. Falleció en 2009, a los 87 años, pero su ejemplo la trasciende y vivirá por siempre como parte de la historia de los Juegos. LEON FLAMENG - ATENAS 1896 El francés León Flameng participó en cuatro pruebas distintas de ciclismo en Atenas 1896: la de 333 metros, la de 2 kilómetros, la de 10 kilómetros y la de 100 kilómetros. Se impuso en esta última, probablemente la más complicada, y la más lógica para un deportista que había obtenido cierta fama al pedalear 3 mil kilómetros a lo largo de su país, el año anterior. En los Juegos, logró un primero, un segundo y un tercer puesto. Está claro que la disciplina no se parecía en nada al que podemos ver en la actualidad. Alcanza con echar un vistazo a las fotos de esos primeros Juegos Olímpicos modernos como para apreciar la diferencia. Pero el espíritu de camaradería que se haría una marca registrada con el tiempo ya estaba presente en aquel intento incial. En la prueba que terminaría ganando, su máximo rival era el griego Georgios Kolettis. Flameng padeció una caída, pero se repuso y emparejó las acciones con su contrincante directo. Hasta que Kolettis sufrió un desperfecto en su bicicleta que parecía sentenciar su suerte en la carrera. Flameng, lejos de aprovechar la situación, detuvo su marcha y espero a que el helénico arreglara su vehículo. Solucionado el inconveniente, volvieron a correr. El destino premió una actitud valorable con la victoria final. EL LLANTO Y EL ORO DE ANDRE AGASSI - ATLANTA 1996 Antes de la aparición de Rafael Nadal, Andre Agassi era el único hombre en haber ganado el "Golden Slam". Es decir: todos los títulos de Grand Slam y el oro olímpico. Su gesta tuvo un escalón fundamental en los Juegos de Atlanta '96. El ex pelilargo de Las Vegas sufrió en las primeras rondas, estuvo set y break abajo frente al italiano Andrea Gaudenzi en la tercera rueda, superó con lo justo al sudafricano Wayne Ferreyra en cuartos y tanspiró para eliminar al indio Leander Paes, en semis. En la final, desplegó todo su talento en el cemento verde de su país ydespachó a Sergi Bruguera con un contundente 62, 6-3 y 6-1. Más allá de su look rebelde (gorra con la visera hacia arriba, pantalón de jean y camiseta demasiado holgada para su talle), el norteamericano dejó ver su lado más sensible en la premiación. Al momento de recibir la medalla, lo ganó la emoción y lo ganó el llanto. Una frase señaló la importancia que le otorgó el Kid a este título: "Ganar un Grand Slam es lo más grande que puedes hacer en el tenis. Pero ganar un Juego Olímpico es lo más grande que puedes hacer en todo el deporte". FRANCISCO RODRÍGUEZ, LA GLORIA VINOTINTO - MÉXICO 1968 Pregunten a cualquier venezolano por su historia olímpica y se encontrarán con el nombre de Francisco "Morochito" Rodríguez, humilde boxeador nacido en Cumaná, uno de catocre hermanos siempre supo lo que era luchar: tuvo que vender pescado desde muy pequeño para ayudar a su familia a subsistir. Cinco años más joven que Carlos "Morocho" Hernández, uno de los boxeadores profesionales más ilustres de su país, a Francisco se le pegó el dimintivo como apodo. Analfabeto hasta la adolescencia, el pugilista ganó fama como peleador amateur: en 1967 ganó los Juegos Panamericanos -algo que repetiría 4 años más tarde- y llegó a acumular un récord de 266 victorias y apenas 4 derrotas en su carrera. Pero fue en 1968 cuando dejó su marca indeleble para el resto del mundo. Tras eliminar al estadounidense Harlan Marbley, derrotó al surcoreano Yong-Ju Jee en la final de la categoría minimosca y ganó la única medalla dorada de Venezuela en toda la historia. JOHNN AKHWARI LE GANA AL DOLOR - MÉXICO 1968 John Stephen Akhwari representó a Tanzania en la maratón de los Juegos de México, en 1968. No era uno de los favoritos. De hecho, no estuvo ni siquiera cerca del podio: terminó la carrera más de una hora después que el ganador de la prueba. Mientras corría, sufrió un severo corte en la pierna derecha y se dislocó la articulación de la rodilla. Lejos de darse por vencido, el fondistavendó sus heridas y siguió adelante pese a su lesión. Fue el último hombre en completar los 42 kilómetros. Llegó al estadio cuando el sol ya se había puesto y sólo quedaba un puñado de personas para ovacionarlo de pie. Su llegada fue tan emocionante que se hizo leyenda. Cuando le preguntaron por qué no había abandonado, la simpleza de su lógica arrebató cualquier especulación posible: "Mi país no me hizo viajar 10 mil kilómetros para que empezara la carrera. Me hicieron viajar 10 mil kilómetros para que la terminara". ALBERTO JUANTORENA, EL NOMBRE DEL ATLETISMO LATINO - MONTREAL 1976 Aunque su arranque podía ser un poco lento, el cubano Alberto Juantorena tenía una zancada mágica que lo hacía deslizarse -más que correr- a una velocidad incomparable en las pruebas de 400 y 800 metros. Ese paso larguísimo lo hizo ganarse un apodo irreverente: "El Caballo". Iba a ser basquetbolista, pero a los 21 años un entrenador polaco lo convenció de que podría brillar en el atletismo. Apenas un año más tarde participó en los Juegos de Múnich, pero se guardó lo mejor para Montreal '76. Mandó en los 800 metros con una performance impresionante, y llegó desde atrás en los 400 para conseguir su segundo oro con un agregado que puede interpretarse desde una lectura política de la época: dejó a dos estadounidenses en el segundo y tercer puesto del podio. Fue el primer hombre en la historia en conseguir un doblete en esas distancias. MIKLOS NEMETH, EN EL NOMBRE DEL HIJO - MONTREAL 1976 El húngaro Miklos Németh enfrentaba un desafío particular y una presión adicional a la hora de lanzar su jabalina en los Juegos Olímpicos de 1976. Su padre, Imre Németh, había logradoganar el oro en lanzamiento de martillo en los Juegos de Londres, 28 años antes. Aquella victoria con récord mundial incluido había llenado de fama a un apellido común en la tierra magiar, que paradójicamente significa "alemán" en húngaro. El mismo patronímico había brillado en México '68, cuando Angela Németh (sin parentezco) obtuvo otro oro en lanzamiento de jabalina. El tercer Németh lanzador afrontó el duelo con entereza y obtuvo un resultado inmejorable: lanzó como nunca nadie lo había hecho antes, logró su propio primer puesto y un récord mundial para transformarse él mismo en una celebridad. Su festejo encadenó a dos generaciones y terminó de enmarcar un hito que no se ha repetido: por única vez en la historia olímpica, un padre y un hijo lograron un oro en los Juegos. EDWIN MOSES SE QUEDA SIN PALABRAS FRENTE A SU PÚBLICO - LOS ÁNGELES 1984 El estadounidense Edwin Moses ejerció una supremacía indiscutible en los 400 metros con vallas por más de una década, desde mediados de los '70. En 1976 brilló en Montreal con su estampa de adolescente a cuestas para quedarse con el oro y marcar el primero de sus cuatro récords mundiales en la prueba. En Moscú '80, ausente por el boicot de su país a los Juegos, dejó pasar una medalla que parecía segura. Después de todo, ganó 107 finales consecutivas entre 1977 y 1987. Pero su momento más memorable llegó en 1984. La ciudad de Los Ángeles le abrió los brazos para que él corriera tan bien como sabía hacerlo y ganara sin discusiones su prueba favorita. La ovación, su festejo, la gente, la locura, el retorno... todo resultó inolvidable. Claro, la cosa no fue tan biena la hora de tomar el juramento olímpico: el enorme Edwin olvidó las palabras en la mitad, y tras repetir una frase un par de veces terminó de recitar en medio de las risas de todo el estadio. KORZENIOWSKI SE CONSAGRA COMO MULTI REY DE LA MARCHA - SYDNEY 2000 A los 13 años se recuperó de una enfermedad reumática, para Korzeniowski fue "un regalo de Dios" poder volver a ser uno más. Y lo logró con la marcha, esa extraña disciplina que suele causar gracia, pero que en el sudeste de Polonia era muy popular. Rápido destacó entre todos. En Barcelona '92 llegó a estar segundo en la carrera de 50 kilómetros, su especialidad, pero fue descalificado. Aún lo considera una señal: "No seas arrogante, no pienses que sabés como marchar". En Atlanta '96, con la lección aprendida, se llevó su primer oro. En la previa a Sidney 2000 perdió la única carrera de 50km. que no ganó entre 1995 y 2004. Fue la motivación que necesitaba para hacer historia: es la única persona que ganó las dos distancias, 20km. y 50km. Llegó a Atenas '04 consagrado, tras instalar dos récords mundiales. Quería retirarse triunfal y metódico como siempre. "No hay sorpresas", dijo, "si no gano, es porque había algo mal en el plan de carrera". Y ganó, claro, no había dejado nada librado al azar. EL SUICIDO FRUSTRADO DE VERA NIKOLIC - MÉXICO 1968 Vera Nikolic era una superestrella en su Yugoslavia natal. En 1966 había ganado el oro en los 800 metros del campeonato Europeo, y dos años más tarde había logrado el récord mundial en la discilplina. Con apenas 20 años, fue nombrada la mejor atleta de su país, donde se había ganado una confianza ciega: allí nadie tenía ninguna duda de que se quedaría con el primer puesto en los Juegos Olímpicos de México, en 1968. De hecho, el gobierno yugoslavo ya tenía listos unos sellos postales que se iban a imprimir para conmemorar su victoria. Sin embargo, a la atleta le jugó en contra la enorme presión que ejercieron el público y la prensa. En el día de competencia, apenas pudo completar 300 metros. La joven no toleró la frustración: abandonó la prueba, dejó el estadio y se dirigió a un puente cercano con la idea de suicidarse. Por suerte, su entrenador la detuvo a tiempo y evitó una tragedia. En el resto de su carrera, Nikolic ganó otro título europeo y terminó quinta en los Juegos del '72. WANG YIFU Y SU DESMAYO DE PLATA - ATLANTA 1996 El tirador chino Wang Yifu es uno de los hombres más exitosos en la historia de su disciplina. De hecho, cuenta con dos medallas doradas en la especialidad de Pistola de Aire a 10 metros, en Barcelona '92 y Atenas '04. En su prolífica carrera olímpica, también acumuló tres platas y un bronce, pero la historia más curiosa e impactante la entregó en la final de los juegos de Atenas, en 1996. Las imágenes de aquel día son dramáticas. El tirador chino padecía arcadas, se mostraba ahogado y recibía oxígeno entre cada una de sus participaciones. A pesar de todo, Wang llegó al último tiro de la competencia como claro líder, y todo parecía indicar que sería el ganador. Un muy mal disparo final lo dejó sin el oro por una diferencia de 0,1 -la mínima posible en la competencia- con el eventual ganador. Tras ese último error, el chino se desmayó, perdió el conocimiento y debió ser retirado del estadio en camilla. LA DEBACLE DE VANDERLEI DE LIMA - ATENAS 2004 Vanderlei de Lima había llegado a los Juegos de Atenas, en 2004, con cierto prestigio sobre su espalda. Acumulaba dos oros panamericanos, y venía completando una prueba inmejorable en la maratón. De hecho, era el líder con 1 minuto y medio de distancia cuando faltaban solamente 7 kilómetros para la llegada. Sin embargo, sufrió un ataque inesperado de un espectador. El sacerdote irlandés Cornelius Horan, que cargaba un cartel que dejaba leer la frase "la Biblia siempre tiene razón", cruzó la ruta, tomó al corredor entre sus brazos y lo lanzó hasta el costado del camino, donde estaban los fanáticos. De Lima se recompuso, pero el pánico que demuestra la imagen del maratonista en ese momento deja claro que perdió mucho más que los segundos que demoró en retomar la carrera.En estado de shock, con las manos temblando y físicamente agotado, el brasileño perdió el liderazgo y cruzó la línea en tercer lugar. Cuando lo hizo, abrió los brazos para festejar y se tiró al piso con la increíble sensación de haber vencido un obstáculo infranqueable. Recibió la medalla Pierre de Coubertin por su espíritu deportivo. En Brasil lo recibieron como un héroe. FANNY BLANKERS KOEN, AMA DE CASA VOLADORA - LONDRES 1948 Es posible que Francina Elsje Blankers-Koen, Fanny para la historia, haya perdido la oportunidad de disputar unos Juegos Olímpicos en su plenitud. Conoció a Jesse Owens, su ídolo, en Berlín '36 y le pidió un autógrafo: tenía 18 años y había participado en dos pruebas sin demasiado éxito. La Segunda Guerra Mundial le quitó la oportunidad de brillar en lo que hubieran sido dos Juegos intermedios, en el '40 y el '44. Sin embargo, en Londres '48, con 30 años y dos hijos -Jantje, de seis, y Fanneke, de tres- la multifacética atleta rompió con todos los estereotipos de género y maternidad que marcaban la época. La holandesa que hoy tiene una estatua en Rotterdam compitió en los 100 metros llanos, en los 200 metros llanos, en los 80 metros con vallas y en relevo 4x100. Obtuvo las cuatro medallas doradas y se ganó el apodo de "The Flying Housewife" ("El Ama de Casa Voladora"). En Munich '72 volvió a encontrarse con Jesse Owens. Ambos estaban retirados de la actividad. "Todavía tengo tu autógrafo.... Soy Fanny Blankers Koen", se presentó. "No hace falta que me digas tu nombre. Sé quién eres. Lo sé todo sobre ti", respondió el estadounidense. La idolatría era mutua. KUSUO KITAMURA, EL GANADOR PRECOZ - LOS ÁNGELES 1932 Es 12 de agosto de 1932 en la Villa Olímpica de Los Ángeles, un joven japonés mata la nostalgia con una carta a su padre. "Nuestro muy querido entrenador cree que podré alcanzar con facilidad el título olímpico, pero dice eso para darme coraje". Extraña a su familia, a su perro y a sus peces de colores. "Tan solo un pensamiento me da fuerzas y ánimo: que luchamos aquí por la gloria de nuestro país". Se siente menos que sus compañeros y que sus rivales. "Pediré a nuestros dioses -tal como usted me ha enseñado- que den fuerza, coraje y firmeza a nuestros músculos". No sabe que al día siguiente será, con apenas 14 años, el nadador más joven en ganar una medalla dorada. Se trata de Kusuo Kitamura, campeón en los 1500 estilo libre en 19 minutos 12.4 segundos, un récord olímpico que duró dos décadas. Miembro destacado de un equipo masculino de natación, en su mayoría adolescentes, que hizo historia en esos Juegos, donde los japoneses ganaron cinco de las seis pruebas disputadas. RAFA NADAL EN LA CIMA DEL MUNDO - BEIJING 2008 Aquel 2008 fue un año inolvidable para Rafa. La medalla dorada en Beijing coronó una impresionante seguidilla de triunfos, entre los que se destacaron cuatro en finales ante Roger Federer, incluído su 4to Roland Garros y su primer Wimbledon. Una temporada consagratoria. "Para mí este fue un triunfo increíble, inimaginable, por eso estoy muy feliz, por todo lo que me ha pasado esta temporada", reconoció Nadal. Con apenas 22 años, el mallorquín le ganó la definición olímpica al chileno Fernando González, que venía de ganar la medalla de bronce en Atenas 2004, por un contundente 6-3, 7-6 y 6-3 y le dio al tenis español el primero oro de su historia en este deporte. Y si todo eso no era suficiente, la victoria en los Juegos le servió a Nadal para alcanzar el número uno del ranking de la ATP, y romper el largo reinado del suizo Federer. EL ESCÁNDALO DE KENTERIS Y THANOU - ATENAS 2004 Los Juegos de Atenas comenzaron con una típica tragedia helénica. A horas de la ceremonia de apertura, Kostas Kenteris, campeón de los 200 metros en Sidney, y Ekaterini Thanou, subcampeona de los 100, fueron marginados tras evadir un nuevo control antidopaje, tal como ya habían hecho en Tel Aviv, Roma, México y Chicago. Las dos grandes esperanzas griegas,parejas en las prácticas y según rumores también fuera de ellas, alegaron haber sufrido un accidente de moto cuando regresaban a la Villa para el control, según el relato de su entrenador, el polémico Christos Tzekos, un empresario parafarmacéutico que dirigía un grupo de atletas de élite al margen de la federación griega. El accidente nunca tuvo testigos y en el supuesto lugar no se encontraron evidencias. Para ambos fue el final de su carrera, y Costas perdió la chance de ser, como se preveía, el último relevo de la antorcha olímpica. En 2011, fueron sentenciados a 31 meses de prisión por perjurio, pero los absolvieron meses después. URRUTIA LLEVA A COLOMBIA HASTA EL ORO - SIDNEY 2000 Es el hito más grande en la historia olímpica del deporte colombiano. En Sidney 2000 una ya veterana María Isabel Urrutia obtuvo la medalla dorada en halterófila y le dio a su país su primer y único oro en los Juegos. Urrutia, que ya había representado a Colombia en Seúl '88 pero como lanzadora de bala y disco, llegó a Australia sabiendo que sería su última chance de conseguir esa ansiada medalla. Por consejo de su entrenador decidió adelgazar para participar de la categoría de 75 kilos que se inauguraba para la ocasión. La prueba fue un éxito. Levantó 245 kilos y coronó una carrera llena triunfos: ganó dos mundiales ('90 y '94) y acumuló 24 medallas en total. Tras el retiro se dedicó a la política. Integró la Cámara de Representantes de su país y hasta llegó a ser candidata a la Alcaldía de Cali. CONNOLLY, EL PRIMER CAMPEÓN MODERNO - ATENAS 1896 "Termino con Harvard ahora mismo. Buen día", dijo James Brendan Connolly cuando se enteró que no le permitían ir a los Juegos. No era el capricho de un niño rico, sino el deseo de un joven formado en las calles de un barrio obrero e irlandés de Boston. A los 27 años, tras varios trabajos insatisfactorios, decidió ingresar en la universidad. Sin estudios secundarios, se preparó solo y fue aceptado en 1895. Pero un año después, dejó todo para ir a Grecia. Viajó en un carguero alemán hasta Nápoles. De ahí en tren a Atenas, tras perseguir a un ladrón para recuperar el boleto. Valió el esfuerzo. Ganó en salto triple y logró ser el primer campeón olímpico de la Era Moderna, más de 1500 años después. Le dieron una medalla de plata, porque las doradas aún no existían. En París '00 no pudo defender el título, pero fue 2do en salto en largo. En San Luis '04 estuvo pero como periodista, profesión con la que cubrió la guerra entre EEUU y España, y la Gran Guerra. Nunca volvió a Harvard y en los '80 su historia originó una miniserie. ARGENTINA ROMPE LA MALDICIÓN EN FÚTBOL - ATENAS 2004 Tras décadas de frustraciones, el fútbol argentino consiguió el único título mayor que le faltaba: la medalla dorada. Dos veces ya se había quedado en la final. En Ámsterdam '28, ante Uruguay, y en Atlanta '96, ante Nigeria. El logro fue el de plantel joven lleno de talento: Mascherano, D'Alesandro, Saviola. Tres refuerzos mayores: Ayala, Heinze y Cristian González. Y una figura descollante: Tevez, que fue el goleador con ocho tantos. Brilló ante Italia y selló el título ante Paraguay. En Atenas, el equipo de Marcelo Bielsa no dejó lugar a dudas. "Haber salido campeón en los Juegos Olímpicos es un logro de muchísima dimensión", analizó el DT, que poco después dejó el cargo. Fue un equipo arrollador que atacaba de principio a fin. Ganó los seis partidos que jugó, marcó 17 goles y no le convirtieron ninguno. LA INSÓLITA TRAMPA DE FRED LORZ - ST. LOUIS 1904 De profesión albañil, Frederick Lorz es recordado como uno de los mayores tramposos olímpicos.En San Luis, fue el primero en llegar a la meta. Cortó la cinta, se fotografió con Alicia, la hija del presidente Roosevelt, y saboreó la gloria. Ya coronado de laureles, pero aún sin medalla, reconoció que más de la mitad de la carrera la había hecho en el auto de su manager. El segundo fue entonces el ganador. Thomas Hicks, payaso de profesión, es el oro en maratón más lento de los Juegos (3h, 28m). En una jornada sofocante, llegó a la meta con inyecciones de estricnina, hoy una droga prohibida, y sorbos de brandy. Tan mala fue la carrera que Felix Carvajal, un cartero cubano, fue cuarto pese a correr con ropa de calle e intoxicarse con unas manzanas que recogió en el camino. Tras una sanción de por vida, Lorz fue perdonado y en 1905 ganó la Maratón de Boston, y algo de honor. Murió de neumonía en 1914, con apenas 29 años. EL TESTIMONIO MALDITO EN LA 4x100 - BEIJING 2008 Una competencia habitualmente atractiva, como el relay 4x100, fue en la versión femenina de 2008 aún más sorprendente. La carrera, a priori, contaba con dos candidatos claros, el equipo de Estados Unidos y el de Jamaica. Pero la fortuna cumplió sus caprichosos. Primero cayó el equipo estadounidense, en la serie preliminar. En el último relevo, Torri Edwards y Lauryn Williams fallaron. Por primera vez desde 1948, no estarían en la final. Para Williams se trató de un nefasto deja vu. En Atenas 2004 le pasó tarde el testimonio a Marion Jones y las descalificaron. Para colmo, entre los hombres pasó lo mismo.Falló Tyson Gay y perdieron otra chance clara de medalla. En la final, fue el poderoso equipo jamaiquino el que no coordinó el segundo pase de testimonio y quedó afuera. El podio imprevisto lo ocuparon Rusia, Bélgica y Nigeria. La jamaiquina Verónica Campbell-Brown se resignó ante la fatalidad: "Quizás era el destino de Rusia ganar el oro esta noche". LA MUERTE DE FRANCO LÁZARO - ESTOCOLMO 1912 Lo que debió ser un recuerdo histórico para el deporte portugués, se transformó en la primera tragedia de los Juegos Olímpicos. Francisco Lázaro viajó a los Stocolmo '12 con apenas 21 años y el orgullo de ser el abanderado de la primera delegación de su país en la gran cita del deporte. En Lisboa, Lázaro trabajaba como carpintero en una fábrica de autos, y se había destacado en el deporte amateur tras ganar tres veces la maratón portuguesa. La muerte lo alcanzó en Suecia. Se desplomó tras 30 kilómetros de carrera a causa de una severa deshidratación. En principio, se creyó que las altas temperaturas habían influido, pero luego se supo que Lázaro había cubierto buena parte de su cuerpo con una cera para evitar quemaduras de sol, pero sin saberlo también estaba bloqueando sus poros y dificultando su transpiración. En 2007, el portugués José Luís Peixoto escribió la novela Cementerio de pianos, basado en la dramática historia de Lázaro. STEVENSON, SAVÓN Y LA PRIMACÍA DEL BOXEO CUBANO - MUNICH 1972/SIDNEY 2000 Son los dos grandes exponentes de la supremacía cubana en el boxeo amateur. Stevenson en los '70 y Savón en los '90, reinaron sin sombras entre los pesos pesados en los Juegos. Stevenson llegó a su primera medalla en Munich '72, con apenas 20 años, pero no se dio el gusto de ganarla sobre el ring. Su rival no se presentó por una lesión en un brazo. En Montreal '76, defendió el título con su jerarquía. Luego, cerró su dominio olímpico en Moscú '80 y alcanzó el récord del húngaro Lazslo Papp, que ya había ganado tres doradas seguidas. Dos décadas después, en Sidney '00, Savón se sumó a ese reducido grupo de élite. Primero había ganado en Barcelona '92, con el prestigio del boxeo cubano a cuestas, y luego en Atlanta '96. Ambos, durante años recibieron ofrecimientos millonarios para pasar a ser profesionales y dejar la Cuba comunista, pero siempre los rechazaron. "Peleo con cualquiera en cualquier lado, pero no cambio ni a mi familia ni a mi patria por el dinero", repetía Savón una y otra vez. LA MARCA DE SALNIKOV IMPACTA A LA NATACIÓN - MOSCU 1980 Hijo de un marinero, su destino era el agua. A los seis años empezó a nadar y con doce ya se entrenaba bajo las órdenes del innovador Igor Koshin. A los 16 años debutó en los Juegos, en Montreal '76. Obtuvo un meritorio 5to puesto y bajó el récord europeo en los 1500 metros libres, su especialidad. Un par de años después ganó el Europeo y se empezó a hablar de él como el "expreso de Leningrado". Llegó a los Juegos de Moscú '80 como favorito. Tras batir los récords en 400 y 800 metros ya era el mejor nadador de fondo del mundo y en su tierra consiguió lo que le faltaba. Con sólo 20 años corrió contra el tiempo como gran rival, por el boicot de EEUU, y sorprendió a todos al ser el primer hombre en nadar 1500 metros en menos de 15 minutos (14:58.27). Completó la faena con dos oros más. No pudo defender el título en Los Angeles '84, ahora por el boicot ruso, pero en Seúl '88 volvió a hacer historia. Con 28 años, demasiado viejo para muchos, se despidió de los juegos con otra dorada. HUNGRÍA DEJA SU SELLO EN EL FÚTBOL OLÍMPICO - HELSINKI 1952 "Es una de nuestras más grandes victorias. Los jugadores han cumplido su deber con su país", decía un relator radial de la época. Una joven selección húngara acababa de ganar por primera vez la medalla dorada, 2-0 ante Yugolasvia con goles Puskas y Czibor. Fue una exhibición: ganaron los seis partidos, con veinte goles a favor y dos en contra. Ahí surgió uno de los mejores equipos de todos los tiempos. Recién "en los Juegos nuestro fútbol comenzó a fluir", evoca Puskás. La consagración llegó cuando golearon a Inglaterra 6-3, en Wembley, en 1953. Entre junio de 1950 y febrero de 1956 ganaron 42 partidos, empataron siete y perdieron sólo uno, la final del Mundial '54. La revolución húngara de 1956 impidió que defendieran la medalla en Melbourne. Pero el camino estaba surcado. Helsinki fue el primero de una larga serie de podios (bronce en Roma '60, dorada en Tokio '64 y México '68, y plata en Munich '72) que consiguió Hungría durante las dos décadas en que dominó el fútbol olímpico. AL OERTER, EL ETERNO GANADOR INESPERADO - MELBOURNE 1956/MEXICO 1968 Siempre fue más que su legado. Fue el primero en ganar cuatro medallas doradas seguidas en una misma disciplina. Cada vez, se superó a sí mismo y batió el récord olímpico vigente. Y nunca era favorito. La primera vez, en Melbourne '56, era apenas un novato de 19 años pero lanzó 56,36 metros. En Roma '60, clasificó detrás de Babka. Igual, en la final olímpica lo venció con 59,18 metros. Tras 45 triunfos seguidos, el checo Danek era el favorito en Tokio '64. Encima, Oerter llegaba con una lesión en el cuello. Superó el dolor y tiró el disco 61 metros. En México '68, ya con 32 años, superó al talento joven de Silverster. En la final lanzó a 64,78 metros, récord olímpico y mundial. Se retiró y se dedicó con éxito a la pintura abstracta, donde usaba los discos como pinceles. Ya con 43 años, durante la filmación de un comercial de TV, lanzó su mejor marca: 69,46 metros. PARK SI HUN SE AVERGÜENZA DE GANAR (O EL ROBO A ROY JONES JR.) SEÚL 1988 Dicen los que saben que en Seúl '88 el boxeo olímpico estuvo al borde del KO. Una cadena de peleas escandalosas llevaron a que Samaranch, entonces presidente del COI, evaluara eliminar la disciplina de los Juegos. La final de los medianos junior, entre Roy Jones Junior (EEUU) y el local Park Si-Hun, fue el detonante. Un recuento independiente dijo que Jones conectó 86 golpes mientras que el coreano apenas 32. Pero la medalla dorada fue para el local. Había sido una paliza que sólo los jueces y un público muy hostil se negaron a ver. "El referí me dijo que no podía entender cómo me hacían semejante cosa", contó un resignado Jones. En el vestuario, un avergonzando Park le pidió disculpas, pero se quedó la medalla. Para muchos, lo ocurrido fue una revancha de Los Ángeles '84, donde los coreanos se sintieron perjudicados. Tras esos Juegos, se instauró el sistema electrónico para computar los golpes. Pero las polémicas continuaron. THORPE vs. VAN DEN HOOGENBAND, ESE DUELO ESPECIAL - SYDNEY 2000 Fue la escena final de una rivalidad deportiva memorable entre dos grandes de la historia de la natación. Hasta entonces, el australiano Ian Thorpe era el indiscutible rey de las piscinas. Pero el holandés Pieter van den Hoogenband, inspirado por los temas de Pearl Jam, su banda favorita, fue hasta la tierra del Torpedo y lo batió en los 200 metros libres. Primero le ganó en las semifinales y batió el record mundial (1:45.35), pero el local llegó apenas dos centésimas detrás. En la final, el holandés igualó su propio registro yganó una carrera memorable en las últimas brazadas, ante un Thorpe que en esos Juegos acumuló tres medallas doradas y dos de plata. El epílogo de esta historia llegó al año siguiente. Hubo revancha y la ganó el australiano, con nuevo récord mundial. Así fueron siempre sus enfrentamientos, un impulso mutuo para superarse. ALEXANDER DITYATIN ALCANZA EL NÚMERO MÁGICO - MOSCÚ 1980 Cuando sufrió una seria lesión que rápidamente se reveló como la que lo obligaría a retirarse, poco tiempo después de los Juegos Olímpicos Moscu 1980, el gimnasta ruso Alexander Dityatinlogró digerir la mala nueva mucho mejor de lo que casi nadie hubiera podido. Porque, en el fondo, sabía que ya había cumplido su deber. Y su sueño. Los Juegos realizados en su país lo habían visto consagrarse como el primer deportista en ganar ocho medallas olímpicas en una misma justa. Obtuvo oro en recorrido completo, anillas -su especialidad- y por equipos; plata en potro, salto, barras paralelas y barra horizontal; y bronce en suelo. Su récord fue igualado -incluso superado si se piensa en el color de las preseas- por el nadador estadounidense Michael Phelps en Atenas 2004 y Beijing 2008. Sin embargo, hay una marca que todavía hoy sigue imbatida: El hombre, nacido el 7 de agosto de 1957 en Leningrado (hoy San Peterburgo), es el único que ganó siete medallas individuales en unos mismos Juegos Olímpicos. MARILES CORTÉS LLEVA A MÉXICO A LO MÁS ALTO - LONDRES 1948 Arete. Ese era el nombre del caballo tuerto que montaba el mejicano Humberto Mariles Cortés el 14 de agosto de 1948, cuando se convirtió en el primer deportista mexicano en ganar una medalla de oro olímpica al quedarse con el primer puesto en la competencia de salto individual de equitación en los Juegos Olímpicos de Londres. Se trata de una fecha que está muy presente en el pueblo mejicano. Porque en aquella oportunidad, Mariles Cortés no sólo ganó la presea dorada en la prueba individual, sino que con un recorrido perfecto, sumó los puntos necesarios para que los mejicanos se quedaran con el oro en la competencia por equipos. Mariles Cortés, un teniente general del Ejército, es considerado un revolucionario en la equitación, porque fue el primero en echar el cuerpo hacia adelante en el momento del salto del caballo, una técnica que hoy utilizan todos los profesionales de este deporte. Hasta la actualidad es el único mejicano que ganó dos doradas olímpicas. Tanta sensación causaron en el país norteamericano esos logros, que cuando la delegación triunfal regresó, hubo grandes festejos y desfiles en reconocimiento a los héroes. Al terminar la euforia, se difundió una canción: El Arete de Mariles. Bailado hasta el cansancio en los salones del Distrito Federal, la pieza pertenece al género 'danzón' y tiene como homenajeado al potrillo alazán de Don Humberto. KARCH KIRALY, EL GENIO DE LA PLAYA - ATLANTA 1996 Kiraly, el apellido de este fabuloso deportista, significa 'rey' en húngaro o magiar, el idioma de sus padres. Es posible que eso lo haya predestinado a ser el mejor en aquella actividad a la que decidiera dedicarse. Eligió el voley. Y fue el mejor. Cuando el estadounidense Karch Kiraly se retiró de la selección de su país, allá por fines de 1988, ya tenía dos medallas de oro en su haber. Las que el equipo norteamericano de voley bajo techo había ganado en los Juegos de Los Ángeles '84 y Seúl '88. Karch había sido fundamental en ambas, y por eso ya algunos lo consideraban entre los mejores de la historia del deporte. Si bien siguió jugando en esa modalidad un tiempo más, para 1990 ya había decidido cambiarse al beach voley de manera permanente. Con 30 años, comenzó una carrera brillante en esa rama, que tuvo su pináculo en los Juegos Olímpicos Atlanta 1996, cuando obtuvo la presea dorada junto a su compañero Kent Steffes. En ese momento se convirtió en el único voleibolista de la historia en ganar oro olímpico en las dos vertientes del deporte, indoor y beach. También resolvió la cuestión de quién fue el jugador de voley más completo de todos los tiempos. EL BEBÉ DE HIROSHIMA ENCIENDE LA ANTORCHA - TOKIO 1964 Una buena parte de las 75 mil personas que asistieron al Estadio de Tokio para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 1964 se sorprendieron cuando vieron entrar a Yoshinori Sakai corriendo con la antorcha en la mano. No porque no mereciera ese honor. Sino, simplemente, porque no sabían quién era. Joven atleta de 19 años, Sakai fue elegido para encender el pebetero porque había nacido en una aldea cercana a Hiroshima el 6 de agosto de 1945, el mismo día que esa ciudad fue devastada por la bomba atómica lanzada sobre ella por el Ejercito Aliado en la Segunda Guerra Mundial. Cuando se explicó quién era Yoshinori, el desconcierto se transformó en emoción en los rostros de los espectadores que concurrieron a lafiesta de apertura de esos Juegos, los primeros realizados en el continente asiático. La idea de que 'el bebé de Hiroshima' -como se lo conoció después- tuviera ese rol era que representara el renacimiento de Japón tras la tragedia del conflicto armado. Sakai no competiría nunca en unos Juegos Olímpicos, aunque sí lo haría en los Juegos Asiáticos realizados en Bangkok en 1966, cuando ganó una medalla de oro y otra de plata en atletismo. REGGIE DOHERTY: LO PRIMERO ES LA FAMILIA - PARÍS 1900 "Big Do". Así lo conocían a Reggie Doherty, un exquisito tenista británico de fines del siglo XIX y principios del XX. ¿Por qué? Porque una parte de su fama se explicaba por estar siempre en compañía de su hermano Laurence, también jugador del deporte blanco. Tal vez inspirado por eso de 'Big', en los Juegos Olímpicos París 1900 se rehusó a jugar la semifinal del torneo de individuales porque, de participar en el encuentro, habría tenido que enfrentar a su hermano, ingeniosamente nominado como 'Little Do'. No se presentó y le permitió a Laurie alcanzar la final, donde ganaría la medalla de oro tras derrotar a su compatriota Harold Mahoney. De todas formas, 'Big Do' se quedó con las preseas doradas en las restantes categorías en las que participó: dobles, obviamente en pareja con su hermano menor, y dobles mixtos, con Charlotte Cooper. Ambos Doherty fueron incluidos en el salón de la fama del tenis en 1980. EL ESPÍRITU DE LUCHA DE ANDERSEN-SCHEISS - LOS ÁNGELES 1984 El público no podía entender qué pasaba cuando Gabriela Andersen-Scheiss, que representó a Suiza en la maratón de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles '84, ingresó en el estadio para dar la última vuelta de la prueba. Su torzo inclinado, sus brazos que se movían con dificultad y una evidente renguera -casi una parálisis- de su pierna izquierda evidenciaban el cansancio más extremo. Por los movimientos espasmódicos de la deportista, podría haberse tratado de una escena cómica si no hubiera sido tan dramática y conmovedora. Los paramédicos quisieron acercarse para atenderla, pero ella los alejó, consciente de que cualquier ayuda externa habría significado su descalificación. Llegó a cruzar la meta con un tiempo de 2 horas, 48 minutos y 5 segundos, delante de otras siete competidoras, ante una ovación creciente. Apenas lo hizo, se desplomó en manos de los asistentes que ya la esperaban detrás de la línea de llegada. Ese tiempo habría alcanzado para ganar la maratón en los primeros cinco Juegos Olímpicos. Andersen-Scheiss terminó 37ª. Fue retirada en camilla. Dos horas más tarde, ya estaba recuperada. El sacrificio valió la pena: fue una demostración inolvidable de coraje y superación. VITALY SCHERBO ARRASA EN GIMNASIA - BARCELONA 1992 Ya desde pequeño, su personalidad era un problema. El niño Vitaly Scherbo, extremadamente inteligente y energético en exceso, volvía locos a los maestros y tutores que intentaban domarlo en su Belarús natal. La gimnasia artística apareció como un remedio a su hiperactividad, pero su indisciplina permaneció inalterada pese a su crecimiento constante en lo deportivo. Era brillante, pero inconstante. Era genial, pero no hacía caso. Cuando llegó a Barcelona '92 con sólo 20 años, los entrenadores del equipo unificado pensaron que no tendría demasiadas chances de obtener una medalla. Él, como tantas otras veces, los contradijo: con sus actuaciones plásticas, estéticas y técnicamente perfectas terminó obteniendo seis medallas doradas, una marca que sólo Mark Spitz y Michael Phelps superan para un único Juego Olímpico. Sus oros feron en el all aroundindividual y por equipos, en anillas, en el potro, en salto y en las barras paralelas. Ganó tanta fama internacionalmente que hasta fue incluído en un video clip de la banda B-52. EL ROBO (Y LA DEVOLUCIÓN) DE LA BANDERA OLÍMPICA - AMBERES 1920 Existen pocos íconos tan universales como la bandera olímpica: los anillos entrelazados, los distintos colores, la unidad de los continentes simbolizada, la humanidad unida, la competencia, la amistad. Ese estandarte mítico fue presentado en los Juegos Olímpicos de Amberes, en 1920. Sin embargo, la bandera fue robada, y su paradero resultó un misterio por más de 75 años. En 1997, en un acto del Comité Olímpico de Estados Unidos, un peridosta consultó al único medallista norteamericano sobreviviente de aquellos Juegos qué pensaba acerca de aquella desaparición. Se trataba del clavadista Hal Haig "Harry" Prieste, y su respuesta desarmó cualquier pronóstico: "Creo que puedo ayudarte con eso. Está en el fondo de una de mis maletas". El misterio quedó resuelto de pronto: Prieste, desafiado por su compatriota nadador Duke Kahanamoku, se había trepado al mástil en el que flameaba para robarse la bandera original. En el año 2000, el atleta había cumplido 103. Eso no le impidió aceptar una invitación a los Juegos, donde finalmente devolvió la descolorida bandera al Comité Olímpico Internacional, que premió a Prieste con una medalla dorada y expuso el estandarte en su museo de Lausana, donde permanece aún hoy. EL SHOW UNIPERSONAL DE WILMA RUDOLPH - ROMA 1960 Hay legados que se forjan con la velocidad de un relámpago y dejan cicatrices en una época. Ése fue el caso de Wilma Goldean Rudolph, corredora estadounidense que asombró al mundo en Roma '60. Su historia infantil invitaba a la identificación y a la idolatría instantánea: la vigésima de 21 hermanos, creció con una parálisis debido a una poliomelitis infantil, que la obligaría a usar un corrector en su pierna izquierda durante algunos años. De pequeña sobrevivió a la escarlatina, el sarampión, la varicela y la tos ferina. A los 12 años pudo comenzar a correr normalmente. A los 16, formó parte del equipo olímpico que ganó el oro en el relevo 4x100 de Melbourne '56. Y a los 20, en Roma, desató su furia velocista para deslumbrar al mundo. Rudolph se quedó con tres medallas de oro. Ganó los 100 metros llanos con un tiempo de 11 segundos, que se hubiera transformado en récord mundial (no fue homologado por el viento). Se quedó con los 200 metros con récord olímpico. Obutvo en equipos la posta 4x100. Inmediatamente fue catalogada como "la mujer más rápida de la historia". La apodaron "El Tornado", "La perla negra", "La gacela negra". Hasta participó en shows televisivos en su país. Como lo bueno dura muy poco, se retiró en 1962, con apenas 22 años. Tras su retiro se convirtió en una referente de la lucha por los derechos civiles. Referncia deportiva de millones, hoy una porción de la ruta 79 en los Estados Unidos lleva su nombre. Y tiene una estatua en su pueblo natal. LA SORPRESA DE PAEA WOLFRGAMM - ATLANTA Paea Wolfgramm, un ex jugador de rugby mormón que boxeó en representación Tonga en la categoría de los pesados, nunca se habría imaginado un final como el que tuvo. Muy lejos de ser un favorito, Paea pesaba 140 kilos y cantaba el mantra "Tonga mounga kihe loto" ("Tus montañas son tu corazón") antes de cada pelea. Claro, después lo respetaba en el combate. Con la montaña como corazón, venció en los cuartos de final al cubano Alexis Rubacalba(algo impensado si se piensa que el rival llegaba de la tierra de Stevenson y Sabón) y se ganó definitivamente al público, que cuando terminaba la pelea coreó el nombre de su país. En las semis terminó con la nariz y una muñeca rotas, pero superó por un punto al nigeriano Duncan Dokiwari. Como resultado, en Tonga se decretó un día de ayuno y rezos en su honor. La final lo vio caer ante nada menos que el ucraniano Vladimir Klitschko. No lo tomó a mal. "Si hubiera ganado el oro habría muerto yo primero, luego habría muerto mi entrenador y finalmente el rey me habría regalado media Tonga", bromeó. Le alcanzó la plata para convertirse en héroe. STEFFI GRAF ENCAMINA SU GOLDEN SLAM - SEÚL 1988 La dinastía tenística que compuso Stefanie Maria Graf, mejor conocida como Steffi, tuvo su pico máximo en ese año perfecto: 1988. La alemana, campeona en su carrera de 22 Grand Slams y 5 torneos de maestros, completó durante esa temporada un hito sin precedentes: ganó los cuatro títulos grandes Australian Open, Roland Garros, Wimbledon y US Open- más la medalla dorada en los Juegos Olímpicos. El hecho fue catalogado por la prensa internacional como Golden Slam, algo inédito para la historia del deporte. Como agregado, la alemana sumó un bronce en dobles, junto con Claudia Kohde-Kilsch (que más tarde la acusaría de perder la semifinal a propósito buscando reservar energías para el single). Y para hacer más dulce la conquista del oro, Graf superó en la final a su archirrival, la argentina Gabriela Sabatini por 6-3 y 6-3. Steffi todavía sumaría una plata, en Barcelona '92. Pero el punto cúlmine de su participación olímpica llegó en ese día mágico de Corea. EL ÚLTIMO QUE FUE EL PRIMERO: PYAMBU TUUL - BARCELONA 1992 Pyambu Tuul representó a Mongolia en la maratón de los Juegos Olímpicos de 1992. Llegó último. Cuando le preguntaron por qué había tardado tanto en completar el trazado, respondió: "No, mi tiempo no fue lento, después de todo podrían considerar que logré el récord olímpico mongol en maratón". Su dramática historia explica su buen humor. Seis meses antes de arribar a Barcelona, Tuul era completamente ciego. Lo había sido desde niño y ya lo había asumido como condición. Se entrenaba gracias a la ayuda de los amigos que se ofrecían a correr con él. Sin embargo, un médico que visitó su país para realizar trabajo humanitario lo revisó y le dijo que podía arreglar su vista con una operación sencilla. Lo hizo, y el atleta recuperó su vista 20 años después de haberla perdido. En los Juegos, le preguntaron al finalizar la carrera si consideraba que era el mejor día de su vida. Dijo: "No, el mejor día fue cuando recuperé la vista y pude ver a mi esposa e hija por primera vez. Son hermosas". INDIA CELEBRA SU INDEPENDENCIA EN EL HOCKEY - LONDRES 1948 Ganar una medalla dorada siempre es especial, pero lograrlo un año después de la independencia de tu país, enfrentando a tu antiguo colonizador, en la capital del imperio que alguna vez te incluyera, es impagable. Fue exactamente lo que conquistó India en Londres, en 1948. El mérito fue doble, ya que la independencia de 1947 había venido aparejada con un éxodo de jugadores anglo-indios a Inglaterra, y de musulmanes hacia Pakistán (de hecho, varios hombres que representaron a India en Berlín '36 jugaron para Pakistán en Londres). Como resultado, el equipo que pisó los Juegos del '48 era prácticamente nuevo y no contaba con ningún jugador con experiencia olímpica previa. Tras golear a Argentina (9-1) y a Austria (8-0) en la zona de grupos, tras vencer en esa misma fase a España, tras dejar en el camino en semis a Holanda, los hombres de India lograron la goleada más valiosa que podían imaginar: superaron 4-0 a Gran Bretaña delante del público inglés. Fue en Wembley, y se trató del cuarto oro consecutivo para ese equipo. Pero, claro, esta vez lo festejó bajo su propia bandera. ARGENTINA ELIMINA AL DREAM TEAM - ATENAS 2004 Argentina festejó doble el triunfo inicial de su campaña olímpica en 2004, ante Yugoslavia, con un doble heroico de Manu Ginóbili. De alguna manera, el duelo tuvo un sabor especial: fue una revancha de la final mundialista de 2002 y presagiaba una hazaña mayor. En la primera fase, los hombres dirigidos por Rubén Magnano encadenaron triunfos frente a China y Nueva Zelanda, pero cayeron ante España e Italia, lo que generó algunas dudas sobre sus posibilidades reales en el torneo. En cuartos, dejaron en el camino a Grecia. En las semis, se encontraron con Estados Unidos, que había perdido un par de juegos en la fase de arranque pero había eliminado al favorito España, invicto hasta ese momento. Y aunque todo indicaba que los norteamericanos no cederían un duelo eliminatorio, la mejor generación argentina en la historia del deporte (Ginóbili, Nocioni, Scola, Pepe Sánchez, Herrmann, Oberto, Wolkowyski...) completó un partido inolvidable para asegurarse un lugar en la final. Sólo un país había logrado desplazar a los norteamericanos de la medalla de oro: la Unión Soviética en dos oportunidades (1972 y 1988). Nunca había sucedido con un conjunto íntegramente NBA. Aquella Argentina solidaria lo logró con autoridad,como lo había hecho en el Mundial de Indianapolis, dos años antes. Después coronó ese moento con el oro en la definición frente a Italia para forjar un apodo inamovible para un grupo luchador y talentoso: Generación Dorada. MICHAEL JOHNSON VUELA HACIA UN DOBLETE INÉDITO - ATLANTA 1996 No es común que un hombre corra los 200 metros llanos y también participe en los 400 metros llanos. Una prueba precisa de velocidad bruta; la otra, de resistencia en carrera. Michael Johnson contaba con ambas características, y lo demostró en su espectacular performance de Atlanta '96. Primero, logró imponerse en los 400 metros con récord olímpico, para quedarse con su primera medalla dorada de esos Juegos Olímpicos. A esa altura ya acumulaba otro oro de la prueba 4x400 de Barcelona '92 y ya había hecho famosos suszapatos dorados. Pero lo mejor vino después.Ganó los 200 metros con un récord mundial que recién batiría el jamaiquino Usain Bolt, y que aún hoy es el tercer mejor tiempo de la historia. Bajó más de tres décimas su propia marca, que había obtenido para clasificar a la final. Esa carrera y ese inédito doblete nadie había conseguido nunca ganar los 200 y 400 en una competencia olímpica- lo consagraron como el hombre más rápido del mundo. Todavía lograría, en 1999, bajar el récord del mundo en los 400 metros -que mantiene hasta hoy- y ganaría otro oro en Sydney 2000 para cerrar su leyenda. LA REINVENCIÓN DE TIRUNESH DIBABA - BEIJING 2008 "La perla negra" del atletismo, como la bautizó la prensa, se crió en una dinastía de atletas etíopes de élite. Con su hermana mayor, Ejegayehu, compartió podios mundiales. Su otra hermana Genzebe ganó en 2008 el Mundial de Cross Country. Su hermano Dejene, dicen, es una estrella en ciernes. Y su prima, Derartu Tulu, es doble campeona olímpica en 10.000 metros (Barcelona '92 y Sidney '00). Con esos genes, no sorprende que Tirunesh tenga tanto talento para ofrecer. A los 15 años fue quinta en 5.000 metros en el Mundial '01 y con 17 ganó el de París '03. En Atenas '04, sumó su primera medalla olímpica: bronce en los 10.000. Llegó a Beijing '08 como la mejor fondista, con el récord mundial de los 5.000 y tras ganar los 10.000 en el Mundial '07. No defraudó. Ganó los 10.000 con récord olímpico, superando a su prima, y una semana después en 5.000, como ya había hecho en el Mundial '05, se consagró para convertirse en la primera mujer en ganar las dos carreras de fondo en los mismos Juegos. JEFFERSON PÉREZ SE TRANSFORMA EN ÍCONO - ATLANTA 1996 En Ecuador, cada 26 de julio se celebra el Día del Deporte. Esa fue la fecha en la cual, en Atlanta '96, Jefferson Pérez conquistó la primera y única medalla dorada del deporte ecuatoriano, al ganar la marcha de 20 kilómetros. Un día antes, su hermano quiso comprar una medalla de imitación, Jefferson no lo dejó: "No gastes dinero en vano. Mañana voy a ganar una". El hijo de Cuenca, el mejor deportista de la historia de su país, vivió otra historia de superación. Tras la muerte de su padre, muy joven debió salir a vender diarios para ayudar a su familia. Pero nunca abandonó los estudios. Así llegó al deporte, para aprobar una materia, y por curiosidad a la caminata, que dominó a comienzos de este siglo. Al oro olímpico le sumó, un subcampeonato mundial (Sevilla '99) y algo inédito, tres títulos mundiales seguidos: París '03, con récord mundial incluido, Helsinki '05 y Osaka '07. A los 34 años dejó el deporte por la puerta grande: con una medalla de plata en Beijing '08. DORANDO PIETRI, EL DRAMATISMO CON NOMBRE PROPIO - LONDRES 1908 New York Times dijo: "fue el evento deportivo más emocionante desde la Maratón en la antigua Grecia". Guardian afirmó: "dejó en los corazones de los presentes una impresión imperecedera". Arthur Conan Doyle reportó para Daily Mail: "Es horrible, pero a la vez fascinante". Ese 24 de julio de 1908, la jornada final de Londres '08, el italiano Dorando Pietri se consagraba como el perdedor más famoso de la historia olímpica. "Veo allá una masa gris. Es el estadio. Después no recuerdo nada más". No recordó entrar a la pista tambaleante, inconsciente y exhausto. Desorientado tomó el sentido contrario. Tardó más de nueve minutos en hacer los últimos 350 metros. Se cayó al menos cinco veces, hasta que logró alcanzar la meta con ayuda de un juez y el médico del equipo irlandés, en una de las más gloriosas postales del deporte. John Hayes, de EEUU, llegó segundo y reclamó el oro, Pietri fue descalificado por recibir asistencia. Tras pasar la noche hospitalizado, la reina Alejandra decidió premiarlo igual con una copa de plata. "La atesoraré hasta el final de mi vida". Cuando murió, en el taller mecánico donde trabajaba, desde un estante ese trofeo lo vio caer por última vez. RAY EWRY, EL AUTÉNTICO TODOTERRENO - PARIS 1900/LONDRES 1908 Es la historia de un campeón olvidado. Las hazañas de Ray Ewry, ganador de ocho doradas en París 1900 , St. Louis '04 y Londres '08, quedaron perdidas en el tiempo, como las disciplinas en las que se destacó: salto de longitud sin carrera, salto de altura sin carrera y salto triple sin carrera. Durante un siglo, hasta que en Beijing '08 apareció Phelps, Ewry fue el deportista estadounidense con más oros individuales. Sus logros son poco comparados con la vida que debió remontar primero. A los 5 años era huérfano y a los 7 le dijeron que tenía poliomielitis. Quedó postrado en una silla de ruedas y todos creían que el pequeño Ray nunca volvería a caminar. Pero él no pensaba lo mismo. Se entrenó por su cuenta y a los 17 años ya caminaba rumbo a la gloria olímpica. Paso a paso. Los meses de práctica solitaria le dieron una potencia de impulso sin igual. Dicen que podía patear el techo de una habitación. Fue una de las primeras grandes estrellas olímpicas, mucho antes de que algo así existiera. LOS ZAPATOS NO SON NADA PARA DONALD THOMPSON - ROMA 1960 Donald Thompson fue corredor hasta que una lesión en el tendón de Aquiles lo obligó a cambiarse a la marcha. Debutó en Melbourne '56 y debió abandonar en los 50 kilómetros cuando le faltaba poco para el final. Estaba quinto, pero se deshidrató por el intenso calor australiano. Entonces, Thompson puso la vista en Roma '60 y se juramentó que la historia no se iba a repetir. Durante meses se preparó para soportar el calor: se entrenó vestido en el baño de su casa, que transformó en un pequeño sauna. Sin embargo, no se recuerda su voluntad sino su atuendo con el que ganó la única dorada británica de esos Juegos, y el apodo que le dieron: "Topolino" (pequeño ratón). Vestía un quepí blanco que le hizo su madre para evitar sol en su cabeza y su nuca, grandes anteojos oscuros, ropa muy suelta, medias grises y zapatos de cuero acolchados. Sí, zapatos de calle en los mismos Juegos donde Bikila fue campeón descalzo. Los de Roma no eran Juegos para promocionar calzado deportivo. CASSIUS CLAY ANTICIPA SU LEYENDA - ROMA 1960 El joven que luego sería Muhammad Alí, subió al ring con apenas 18 años. En la arena de Roma casi nadie lo conocía. Era una promesa del boxeo estadounidense con mucho talento y algunos títulos amateur a cuestas. En esa final se mostró tímido, respetuoso y flaquísimo. Con su registrado bailoteo de piernas derrotó a un osco boxeador polaco, Zbigniew Pietrzykowsky, y ganó la medalla de oro en la categoría semi pesados. Ahora el mundo sabía quién era, pero ¿y en su tierra? De regreso en su pueblo, Louisville, osó creer que el triunfo olímpico le había devuelvo la humanidad que muchos le negaban por el color de su piel. Cuando no quisieron atenderlo en un restaurant, reaccionó como el adolescente que era: tiró la medalla dorada a las aguas del río Ohio. Dicen que allí surgió el personaje Alí, el activista, el violento, el provocador. El gran boxeador había aparecido mucho tiempo antes, en un ring de Roma en los '60, cuando casi nadie lo conocía. EL EMOCIONANTE SALTO DE KERRI STRUG - ATLANTA 1996 "Kerri, escuchame. Puedes hacerlo", le dice su técnico. Es 23 de junio y se disputa la final de gimnasia artística en Atlanta '96. "Las siete magníficas" están a punto de ganar el primer oro olímpico para un equipo de Estados Unidos. La ventaja sobre Rusia sólo puede reducirse si ocurre una catástrofe. Y ocurre. Moceanu, figura del equipo, falla dos veces en la última prueba, salto. Kerri Strug, de 18 años, debe asegurar la medalla. Corre, salta y al descender resbala. También cae y sufre un severo esguince en su tobillo izquierdo. El DT se le acerca: "Te necesitamos una vez más para conseguir el oro". Sus padres miran preocupados desde la tribuna. Kerri guarda el dolor y vuelve a saltar. Es un momento de emoción sin igual. Cae con los dos pies y rápido se equilibra sobre su tobillo sano. Las 32 mil personas detonan la ovacionan. Ella se esfuerza para sonreír a los jueces, antes de desplomarse en agonía. No quiere ir al hospital, quiere la medalla. Su técnico la carga en andas hasta el podio, una imagen entrañable."Esto es lo que sueñas desde que tienes cinco años. Nada me iba a parar". Mucho menos un tobillo roto. LA HAZAÑA DE JIM THORPE, EL HÉROE CASTIGADO - ESTOCOLMO 1912 Hijo de un granjero y de una nativa Pottawatomie, Thorpe simboliza las raíces mestizas de Estados Unidos. De muy joven destacó como atleta. Tras entrenarse en el barco que lo llevó a Suecia, se impuso con comodidad en el pentatlón y en el decatlón de Estocolmo 1912. El rey Gustavo V le dio las medallas y le dijo: "Señor, usted es el atleta más grande del mundo". Al año siguiente se descubrió que había jugado al béisbol de forma semi profesional y el Comité Olímpico le quitó sus medallas. Es un ícono del deporte en su país: jugó profesionalmente al beisbol, al básquet, y al fútbol americano, a la vez que participó en la organización de lo que hoy es la NFL. Se retiró a los 41 años, justo cuando se estallaba la Gran Depresión. Trabajó de lo que pudo para sustentar a su familia, en especial como extra de cine. En 1951, Burt Lancaster protagonizó una película sobre su vida. Murió dos años después, muy pobre. "Sólo tiene su nombre y sus memorias", decía su mujer. Recién 70 años después de su gesta, le devolvieron las medallas y los honores que debió tener en vida. CLAUDIA POLL LLEVA A LO MÁS ALTO EL LEGADO FAMILIAR - ATLANTA 1996 Su hermana Silvia le había marcado en camino en Seúl '88, cuando fue segunda en los 200 metros estilo libre de natación, y ganó la primera medalla costarricense en la historia olímpica. Claudia tomó la posta y la llevó más lejos. Un año después que su hermana hiciera historia, la pequeña Poll se destacó en Centroamérica al ganar siete doradas con sendos récords regionales. Pero lo mejor llegó en Atlanta '96. Contra todos los pronósticos, ganó la carrera de 200 metros libre sobre la alemana Van Almsick, vigente campeona mundial, y consiguió la primera y única medalla de oro para Costa Rica. Fue el primer hito de una fructífera carrera que incluyó cinco títulos mundiales y 139 récords, entre ellos tres mundiales. Cuando mucho pensaban que estaba acabada, en Sidney 2000 se llevó dos medallas de bronce, en 200 y 400 metros libre. Se despidió de los Juegos en Atenas, donde se quedó afuera de la final por muy poco. LAS NIGERIANAS ENSEÑAN QUE GANAR ES OTRA COSA - BARCELONA 1992 La final olímpica de la posta femenina 4x100acaba de terminar. El estadio contiene el aliento. Todos miran a las pantallas en los cielos para saber cuál será el dictamen del dios photo-finish. La demora del veredicto aumenta el nerviosismo y la tensión. Estados Unidos ya ganó la carrera con claridad, el equipo unificado de la ex Unión Soviética fue segundo, pero no está claro quién llegó tercero, Francia o Nigeria. La imagen se repite en cámara lenta y el tablero electrónico anuncia lo inesperado: Nigeria. Las africanas no pueden creer lo conseguido. Saltan, gritan, ríen y lloran. Sus rostros tienen alegría y sorpresa. Es un festejo que emociona hasta los más incrédulos y que, 12 años después, protagonizó un aviso para promocionar la esencia de los Juegos: "No hace falta llegar primero para ganar". Faith Idehen, Beatrice Utondu, Christy Opara-Thompson and Mary Onyali, se lo mostraron al mundo al conseguir algo inédito para su país en esa disciplina: una medalla. El fotógrafo Ken Geiger se ganó un premio Pulitzer porcapturar ese hermoso momento olímpico. URUGUAY SE LLEVA LOS PRIMEROS DOS "MUNDIALES" - AMSTERDAM 1928 El poeta Mario Benedetti contó alguna vez que cuando Uruguay fue campeón del fútbol olímpico en París '24, escuchó el partido por radio, junto a su padre. "¡La gente no podía creer que un país tan chiquito, que casi no estaba en los mapas, saliera campeón!", recordó. Y era así. La prensa francesa decía entonces: "Han venido desde tan lejos y tendrán que volverse después del primer partido". Después del 7-0 inicial ante Yugoslavia, los charrúas infundieron más respeto. Nadie los paró, ni Suiza en la final. Tras la coronación se pasearon por la cancha bajo una lluvia de flores y ovaciones del público. Fue la primera "vuelta olímpica". Ya en Ámsterdam '28 eran favoritos. Pero en la final estaba Argentina, un rival con el que venían perdiendo seguido. Canavessi, figura de la defensa, decidió que él traía mala suerte ante los argentinos y abandonó el equipo. Jugaron dos veces, primero igualaron (11) y después se impusieron (2-1). Fueron los títulos más importantes de la época, y la FIFA los reconoce como Mundiales. En Londres, 84 años después, vuelven a los Juegos por otra dorada. DOS COREAS BAJO UNA SÓLA BANDERA - SYDNEY 2000 Las ceremonias inaugurales pueden ser repetitivas, pero pocas veces, como en Sidney '00, logran ser históricas. Tras más de medio siglo de separación, Corea del Norte y Corea del Sur acordaron desfilar juntas bajo una misma bandera, blanca con el territorio unificado en azul. "Es un gesto muy importante mostrar al mundo que la intención de las dos Coreas de unificarse cuanto antes", dijo Samaranch, entonces titular del COI. El acuerdo implicaba que los que desfilaran, con el mismo uniforme, serían mitad del Norte y mitad del Sur. La bandera, que ya había sido usada para visitar a Japón (el país que los invadió en la Segunda Guerra) en el Mundial de tenis de mesa de 1990, fue llevada por dos deportistas, uno de cada delegación. En la práctica la unidad se rompió y cada país participó por su cuenta, con sus colores y sus himnos. El gesto se repitió en Atenas '04 y Beijing '08, donde hasta se negoció que compitieran juntos. Será lindo verlo otra vez en Londres, pero nunca será tan lindo como la primera vez. MARY LOU RETTON HACE SU SHOW - LOS ÁNGELES 1984 La pequeña Mary Lou, con apenas 16 años, fue la cara bonita del equipo de Estados Unidos en sus Juegos de Los Ángeles '84. La diminuta gimnasta, medía entonces 1,44 metros y pesaba 45 kilos, se destacó al ganar dos medallas de plata (salto y equipos) y dos de bronce (suelo y asimétricas). Pero su proeza fue ganar el all-around individual y ser la primera mujer en quedarse con esa dorada sin ser de Europa del Este. Es cierto que el boicot soviético, que marginó a las mejores gimnastas, le hizo todo mucho más fácil. Pero la rumana Ecaterina Szabó, que sí fue a los Juegos, no le regaló nada. Retton debió registrar dos actuaciones perfectas, en suelo y salto, para ganar por apenas 0,05 puntos. Su vida post olímpica se dividió entre la política, fue una entusiasta predicadora del credo republicano de Reagan en adelante, y la TV, tuvo apariciones fugaces en varios series populares y hace una década llegó a conducir su propio programa: "Mary Lou's Flip Flop Shop". LA FINAL SOÑADA DE VÓLEIBOL ENTRE HOLANDA E ITALIA - LOS ÁNGELES 1984 Se trata sin más, según la Federación Internacional, de "el partido del siglo". El árbitro de esa final masculina, el argentino Paredes, coincide: "Será muy difícil volver a enfrentar en el tiempo dos planteles con tanta riqueza técnica". Los protagonistas: la selección italiana de Velasco, la favorita, que venía de ganar dos Mundiales ('90 y '94, y luego ganaría en el '98), y los Europeos de '93 y '95; y la selección holandesa, la bestia negra de Italia a la que eliminaron en Barcelona '92 y le ganaron la final de la Liga Mundial ese año. El partido fue épico, duró 2 horas y 57 minutos de juego neto, casi cuatro horas de tiempo total. Holanda ganó el primer y el tercer set. Italia, el segundo y el cuarto. El quinto, el tiebreak, comenzó favorable para la azzurra. Italia sacó para ser campeón cuando estaba 15-14, pero la historia se volvió a repetir: ganó Holanda 17-15. Fue una final hermosa y única, histórica sí, pero muy larga. Dos años después se instaló el sistema actual, donde cada pelota vale un punto. LASSE VIREN SE CAE, SE LEVANTA Y NO DEJA DE GANAR - MÚNICH 1972/MONTREAL 1976 En la vuelta número 12 de los 10.000 metros, en Múnich '72, el finlandés Lasse Viren se fue al piso, y en su caída arrastró a un rival (el tunecino Mohamed Gammoudi). Sin embargo, el hombre se levantó, siguió corriendo y llevó a cabo una de las hazañas más notables en la historia del atletismo olímpico: no solamente ganó esa carrera para quedarse con el oro olímpico, sino que también logró un récord mundial. Para hacer más grande su leyenda, completaría el doblete con los 5.000 metros en esos mismos Juegos y lograría una nueva marca mundial en esa disciplina un año más tarde. En Montreal '76, decidió que quería igualar la gesta del checoslovaco Emil Zatopek: ganar los 5.000 metros, los 10.000 y la maratón. Ganó los 10.000. Ganó los 5.000. Fue el único en la historia en lograr un doble doblete en esas distancias. En la maratón, disputada apenas 18 horas después de la prueba de 10 kilómetros, terminó quinto. Se quedó en la puerta de la locura, pero ya había armado su leyenda personal y había unido cinco décadas de gloria en el atletismo para Finlandia con apellidos de gloria: Nurmi, Viren. HAROLD ABRAHAMS Y ERIC LIDDELL INSPIRAN CARROZAS DE FUEGO - PARÍS 1924 Harold Abrahams es un deportista británico de origen judío que tuvo que soportar malos tratos y antisemitismo durante buena parte de su carrera temprana, cuando corría para su colegio y para su universidad. Eric Liddell, hijo de misionarios escoceses, era un protestante religioso que decidió honrar a Dios a partir del deporte. En los Juegos Olímpicos de París, en 1924, Liddell llegaba como favorito para ganar la prueba de 100 metros. Pero como se corría un domingo, antepuso sus creencias y decidió que no iba a correr, pese a las burlas de los demás atletas participantes. En cambio, sí tomó parte en los 400 metros, cuando se tomó su revancha personal para quedarse con el oro. También estuvo en los 200, donde ganó el bronce. Aquella carrera de 100 metros que Liddel obvió terminó en manos de Abrahams, que también obtuvo la medalla en la posta 4x100 y fue tomado como un ejemplo de perseverancia contra la discriminación. La historia de ambos inspiró la película Carrozas de Fuego, que reproduce aquellas carreras y que hizo famosa esa legendaria canción compuesta por Vangelis en su escena inicial. MÉXICO SE CONVIERTE EN REY DE LA MARCHA - LOS ÁNGELES 1984 El nombre clave para entender lo que pasó con la caminata en los Juegos de Los Ángeles '84 es el de Raúl González: un hombre que llegaba a la competencia con 32 años, 13 después de su primera medalla en unos Juegos del Caribe. Es que México logró una supremacía sin precedentes que se debió, en gran parte, al rendimiendo de este atleta que se consagró como el marchista más rápido del mundo. Primero, consiguió la plata en la prueba de 20 kilómetros, en la que quedó detrás de otro mexicano, Alberto Canto. Pero lo mejor llegó después, en los 50 kilómetros: González venció todo cansancio ysuperó su propia performance para lograr el oro: su segunda medalla olímpica en los mismos Juegos, y la tercera para el país en la misma disciplina. En los últimos Juegos Panamericanos,González se hizo cargo del entrenamiento de los nuevos valores del país. Hoy es una leyenda SE ENCIENDE POR PRIMERA VEZ LA LLAMA OLÍMPICA - ÁMSTERDAM 1928 Este es uno de esos momentos que se valoran con el tiempo, con el peso que aporta la historia. Quizá en aquel tiempo, encender la antorcha olímpica no significara demasido. Hoy, gracias a ese gesto, el fuego perdura como uno de los símbolos impolutos que lucha contra el tiempo. La llama que aparece encendida en cada Juego -según sostiene la leyenda- no se apaga desde hace más de 80 años: se encendió por primera vez en Ámsterdam, en 1928, y se ha mantenido viva desde ese preciso instante. Con los años, el camino de la antorcha hasta el estadio, los relevos de atletas y el honor de portar la llama se convirtieron en un clásico olímpico. La idea de incorporar fuego al desarrollo de este evento deportivo surgió de un arquitecto, el holandés Jan Wils, que incluyó una torre en el dibujo original del estadio olímpico, y tuvo la idea de encender allí el foco que "iluminaría" la competencia. Era, en realidad, un homenaje a los Juegos de la antigüedad, cuando esa llama tenía una connotación divina. Según el mito, Prometeo había robado el fuego a los dioses y lo había llevado a los mortales. En Ámsterdam nació una interpretación más terrenal, pero no por eso menos emocionante. JENSEN Y EL HORROR DE LAS ANFETAMINAS - ROMA 1960 Durante el primer día de acción de los Juegos Olímpicos de Roma, en 1960, el ciclista danés Knud Jensen -que contaba con apenas 23 años- se desplomó cuando estaba participando junto a su equipo en una prueba de tiempo de ciclismo, y murió. La imagen del momento de la caída del ciclista es una de las más impactantes que entregó la historia de los Juegos. El golpe contra el asfalto resultó en una rotura de cráneo, y no hubo asistencia posible en el hospital cercano al que lo trasladaron. Fue la segunda vez que un deportista falleció en una competición Olímpica, después del deceso del corredor de maratón portugués Francisco Lazaro en 1912. Aunque en un primer momento se supuso que Jensen se desvaneció por el intenso calor (más de 40 grados), la autopsia demostró que había consumido anfetaminas y un vasodilatador que podía generar baja presión. Si bien los médicos que realizaron ese examen desestimaron la influencia de las drogas en su desmayo, el Comité Olímpico Internacional tomó nota del hecho y creó una junta médica que terminó por institucionalizar los controles de dopaje para atletas. GEORGE EYSER APLASTA TODA ADVERSIDAD CON UNA PIERNA DE MADERA SAINT LOUIS 1904 Claro, si uno escucha que un gimnasta llamado George Eyser se quedó tres medallas doradas con, dos de plata y una de bronce en los Juegos Olímpicos de 1904, quizá no quede demasiado impresionado. Sin embargo, el dato fundamental de su biografía le otorga otro matiz a la historia: Eyser había perdido una parte de su pierna izquierda en un accidente de tren, por lo que tuvieron que amputársela. Cuando se impuso en los Juegos, el atleta contaba con una prótesis de madera que le permitía participar de la competencia. Nacido en Alemania, el héroe olímpico representó a los Estados Unidos, donde había llegado a los 14 años y donde trabajaba como contador. Después de un flojo primer día en gimnasia y una participación muy mala en la triatlón de atletismo -terminó último-, parecía que al bueno de George se le haría imposible alzarse con una medalla. Sin embargo, pese a su evidente desventaja, el hombre obtuvo seis preseas en distintas especialidades de gimnasia durante el mismo día de competencia, el 29 de octubre. Había sido el único atleta en competir con una pierna artificial en los Juegos hasta que la sudafricana Natalie du Toit lo hizo en Beijing 2008. JOHNNY WEISSMULLER, 1924/ÁMSTERDAM 1928 EL TARZÁN DE LOS JUEGOS - PARÍS Nació en 1904 en una comunidad alemana en lo que hoy es Rumania (aunque hay registros que dicen que fue en Serbia), pero entonces era parte del reino de Hungría, en el imperio Austro-Húngaro. Semejante crisol de etnias se resumió cuando su familia se mudo a Estados Unidos. El tenía menos de un año de vida. Lo bautizaron Peter, pero cuando era joven empezó a destacar en la natación y comenzó a usar el nombre de su hermano menor, Johhny, que había nacido en norteamérica. Así, se pudo sumar al equipo olímpico. Con apenas 17 años marcó su primer récord mundial, fue el primer hombre en nadar 100m en menos de un minuto, y el primero en bajar los cinco minutos en 440 yardas. No hay registro de que haya perdido una carrera desde 1922 hasta que se retiró en 1929. En ese lapso, ganó tres medallas doradas y una de bronce en París '24 y dos doradas más en Amsterdam '28. Todos los oros, con récord olímpico o mundial. Su fama deportiva lo hizo modelo de ropa interior y de ahí despegó hacia Hollywood. Todos lo recuerdan como el auténtico Tarzán, aunque fue recién el sexto actor en encarnar el personaje de Edgar Rice Burroughs. Hizo doce películas como el hombre mono en las que impuso el tradicional grito de la selva. EL GERROUJ LE GANA EL DUELO A BEKELE EN LOS 5000 METROS - ATENAS 2004 Esta es una historia que incluye varias historias. En Sidney '2000, el marroquí Hicham El Guerrouj llegaba como máximo favorito para quedarse con la prueba de 1500 metros. Sin embargo, el keniata Noah Ngeny le ganó la carrera en la recta final y lo privó del oro olímpico. Cuatro años más tarde, El Guerrouj tendría revancha y se llevaría su presea dorada en la especialidad gracias auna victoria cuerpo a cuerpo ante otro hombre de Kenia, Bernard Lagat. Sin embargo, seguía sediento de gloria y se propuso lograr un doblete: quería obtener también los 5000 metros para igualar lo que solamente había logrado el finlandés Paavo Nurmi en París '24. Claro que en esa carrera debía enfrentarse con el etíope Kenenisa Bekele, que venía de obtener los 10 mil metros con récord olímpico y también anhelaba llegar a un doble oro en 5 mil y 10 mil que se negaba desde 1976. El enfrentamiento de las dos leyendas terminó en un duelo absolutamente espectacular, en el que el marroquí logró un sprint final maravilloso para consagrar el momento más alto de su carrera. Para Bekele, lo más dulce llegó más adelante: en Beijing 2008 sí se quedó con los 5 mil y los 10 mil, e ingresó en la selecta galería que componen Hannes Kolehmainen, Emil Zátopek, Vladimir Kuts, Lasse Virén y and Miruts Yifter. FEÑA Y NICO: CHILE EN LA CIMA DEL TENIS MUNDIAL - ATENAS 2004 No faltó ningún condimento: heroismo, dramatismo, paridad... hasta la novedad de conseguir la primera medalla de oro en la historia para un país. Pero vamos por partes, porque lo que hicieron los tenistas Fernando González y Nicolás Massú por el nombre de Chile resulta prácticamente incomparable. Obviemos el hecho de que ambos llegaron a semifinales de un torneo con 64 jugadores (Feña venció entre otros a Roddick y Grosjean; Nico hizo lo propio con Moyá) y comencemos desde allí. Ambos tenían que enfrentarse a jugadores de Estados Unidos: González ganó el primer set, pero sufrió una torcedura de tobillo y terminó cayendo con Mardy Fish; Massú venció a Taylor Dent. En el partido por el tercer puesto, Feña mejoró de su lesión y superó a Dent en un partido espectacular para asegurarse la medalla de bronce. Claro, el duelo terminó 16-14 en un tercer set que se estiró por dos horas. Ese mismo día la dupla, que en la especialidad de dobles había avanzado hasta la final, debía medirse con los alemanes Nicolas Kiefer y Rainer Schuettler. Su triunfo llegó -no podía ser de otra manera- de manera heroica, en el tie break del cuarto parcial. Fue elprimer oro olímpico en la historia de Chile. Al día siguiente, Massú completó su gesta en cinco sets luego de remontar una desventaja frente a Fish y se quedó con su segunda medalla dorada. También fue la segunda del país en cualquier tiempo. Esa victoria generó un relato periodístico inolvidable y festejos merecidos. EXPLOSIÓN Y DOPING: KORNELIA ENDER DOMINA LA NATACIÓN - MONTREAL 1976 Kornelia Ender tenía apenas 13 años cuando ganó cuatro medallas de plata en los Juegos de Múnich, en 1972. Sería sólo el principio de una avasalladora carrera olímpica que llegaría a su más absoluto cenit en Montreal '76: allí, la oriunda de Alemania Oriental ganaría cuatro oros, todos con récord mundial. Se impuso en los 100 y 200 metros de estilo libre, en los 100 mariposa y en el relevo 4x100. En esa segunda participación, su físico había cambiado mucho más de lo que marcaba la evolución de su edad. Tenía los hombros más anchos y los brazos musculosos de una luchadora. Su voz también era distinta. Las sospechas fueron imediatas en el mundo del deporte. Quince años más tarde, se confirmaron con una confesión. Ender reveló que ella, y todo el equipo germánico del este, recibía inyecciones desde una edad temprana para mejorar su rendimiento. Los esteroides la ayudaron a convertirse en la máxima figura femenina de esos Juegos. UN PASO DE COMEDIA DE ERIC MOUSSAMBANI - SIDNEY 2000 Debía tratarse de una carrera de tres hombres, pero dos salidas en falso dejaron a Eric Moussambani, nadador de Guinea Ecuatorial, solo en la piscina de los Juegos de Sidney 2000. El hombre, que había recibido una invitación para estimular la natación en países emergentes y no había visto una pileta de 50 metros antes de pisar Australia, debía nadar los 100 de estilo libre. Lo hizo, y la experiencia resultó inolvidable para el mundo. Su estilo era heterodoxo, por lo menos. Pareció que no iba a llegar a completar la prueba. Su tiempo fue tan lento que terminó cuadruplicando el récord mundial. Los comentaristas televisivos peleaban por contener la risa. Sin embargo, su performance generó en el público una simpatía inmediata y recibió la ovación de las 17 mil personas que llenaban el estadio. Sus primeras palabras cuando dejó el agua fueron: "Casi me ahogo". Obtuvo fama mundial. Su traje de baño se subastó por miles de dólares. Lo bautizaron "La Anguila". Y su actuación, por absurda, por graciosa o por genial, quedó marcada en la historia. COMIENZA LA LEYENDA DE ISINBAYEBA - ATENAS 2004 Si hay una superestrella femenina de cara a los Juegos de Londres 2012, esa es la rusa Yelena Isinbayeva. Sin embargo, cuando participó en Atenas '04 tenía 22 años recién cumplidos y apenas acumulaba una medalla de plata en un europeo y un bronce en el Mundial de París 2003. Las esperanzas del oro estaban ahí porque la atleta venía de conseguir el primer puesto en un mundial bajo techo, y ya acumulaba un par de récords del mundo en su haber. Pero en aquellos días vivía un cabeza a cabeza con su compatriota Svetlana Feofanova, y su participación olímpica rompió cualquier expectativa para hacerla entrar a lo grande en los ojos del mundo: saltó nada menos que 4, 91 metros (31 centímetros más que la mejor marca histórica de la competencia), consiguió un oro con récord mundial y enamoró a millones de televidentes con su grito de festejo, su llanto de alegría y su uniforme breve. De allí en adelante, todo fue gloria para ella: ganó sus siguientes 16 competencias importantes, su imagen apareció en comerciales y hasta posó como modelo. Todavía le faltaría ganar un oro como favorita absoluta para establecer otro nuevo récord mundial y olímpico en Beijing 2008. ¿El número? 5,05 metros. Impresionante. Su leyenda todavía continúa. LA UNIÓN SOVIÉTICA OBLIGA A ESTADOS UNIDOS A PENSAR EN LOS NBA SEÚL 1988 Lejos de ser un equipo débil, el conjunto de basquetbolistas que Estados Unidos presentó para competir en Seúl '88 contaba con figuras como David Robinson, Dan Majerle, Stacey Augmon y Mitch Ritchmond. El pequeño detalle es que estos jugadores todavía eran jóvenes universitarios, que tuvieron que vérselas con hombres más curtidos y experimentados. Hasta ese momento, los jugadores de la NBA -la liga más poderosa del mundo con diferencia- no tenían permitido intervenir en la prueba olímpica. Esto no era problema para Estados Unidos, que solamente una vez había perdido en unos Juegos, con escándalo arbitral de por medio, en 1972. Pero lo que pasó en Corea fue diferente. Un equipo que contaba con Sarunas Marciulonis y Arvydas Sabonis como grandes figuras ganó un partido merecido y obligó a los norteamericanos a pelear por el bronce por primera vez en la historia. Ese resultado tuvo una doble consecuencia: los NBA comenzaron a jugar a partir de 1992 y la propia liga estadounidense comenzó a fijarse con más detalle en los extranjeros como posibles incorporaciones. Tanto Sabonis como Marciulonis jugaron en la NBA. También lo hicieron Drazen Petrovic, Toni Kukoc, Vlade Divac y Dino Radja, todos parte del seleccionado de Yugsolavia que se quedó con la medalla de plata al perder la final con la URSS. LA CARRERA QUE PARALIZÓ A UNA NACIÓN: EL ORO DE CATHY FREEMAN SIDNEY 2000 La presión era inigualable para Cathy Freeman. La atleta de 27 años era prácticamente la única chance australiana de quedarse con una medalla de oro en atletismo en los Juegos de Syndey, en 2000. Pero ella encarnaba algo más: era aborigen, y llevaba su origen con orgullo. Espejo de una gran porción de la población que se identificaba con ella como símbolo de superación, también representaba la unión étnica de un país con una historia agitada. Pero esa idolatría no llegó sola. Primero, encendió el pebetero olímpico, un privilegio que no suele recaer en deportistas que tienen que participar de la competencia. Después, encaró el ruido ensordecedor de las 112,524 personas que llenaron el estadio olímpico y -enfundada en un tecnológico traje verdecompletó la carrera de su vida para lograr el oro en los 400 metros. El país se paralizó para presenciar ese momento. Al cruzar la meta, se dejó caer al suelo en una mezcla de emoción, perplejidad y agotamiento. Los comentaristas de la TV australiana describieron su triunfo con palabras que son legendarias en el país: "¡Qué leyenda! ¡Qué campeona! ... ¡Qué alivio!". Su festejo, su sonrisa en la premiación y el griterío de la gente que no cesaba en su ovación serán completamente imposibles de olvidar. DEREK REDMOND EMOCIONA AL MUNDO - BARCELONA 1992 ¿Cuántas cosas pueden suceder en 400 metros? En los Juegos de 1992, el británico Derek Anthony Redmond dejó claro que muchísimas. Se corría la semifinal de la prueba de 400 metros llanos. El inglés era uno de los grandes favoritos para quedarse con una medalla. Tras retirarse por lesión de Seúl '88, se había sometido a ocho operaciones para llegar en plena forma a Barcelona. En la primera ronda clasificatoria, logró el mejor tiempo. También logró imponerse en los cuartos de final. En la semi arrancó bien, pero a los 150 metros se rompió un tendón y terminó en el piso con evidentes muestras de dolor. Sin embargo, no quiso abandonar. Se levantó, y comenzó a renguear hasta la meta, dando saltos con su única pierna sana. Su padre, que estaba presenciando la carrera, esquivó al personal de seguridad y llegó a su lado. Apenas lo vio, Derek rompió en un llanto que conmovió a propios y ajenos. Se apoyó en su padre y cruzaron juntos la meta final. Esa postal familiar conjunta se transformó en uno de los momentos más emotivos e inolvidables de lo que significa espíritu olímpico. Aunque esa lesión prácticamente lo retiró del atletismo, la historia de Derek inspiró a millones alrededor del mundo. FLORENCE GRIFFITH JOYNER: OROS, DOMINIO Y POLÉMICA - SEÚL 1988 Difícilmente vuelva a haber una velocista tan dominante como la estadounidense Florence Griffith Joyner. Y difícilmente alguien pueda repetir un año como el que ella completó en 1988. Durante las clasificatorias olímpicas, en Indianapolis, "Flo Jo" consiguió un récord mundial sin precedentes: 10.49 segundos en los 100 metros llanos, mucho mejor que el reinante 10.76. Llegó a Seúl '88 como gran favorita. Muchos discutieron que esa marca fue con ayuda del viento, pese a que los registros oficiales indicaron que eso no fue así. Para despejar toda duda, la atleta marcó el récord olímpico con 10.62 (que también habría sido récord mundial en caso de no validarse su registro anterior) y en la finalvolvió a destrozar los relojes con ayuda del viento: 10.54. Todo esto sin contar su punto más alto de la competencia: en las clasificatorias de 200 metros obtuvo otro récord mundial y olímpico que volvió a romper en la final. Todas esas marcas se siguen manteniendo en la actualidad. Sencillamente impresionante. Algunos la acusaron de dopaje: nunca dio positivo en ningún control, pese a que fueron especialmente rigurosos por los rumores circulantes. Murió en 1998, conapenas 38 años. BEN JOHNSON, EL NOMBRE DEL DOPING Y EL RÉCORD QUE NO FUE - SEÚL 1988 En varias décadas puede que nadie lo recuerde. Si buscan en los registros de la IAAF este velocista canadiense nunca ganó una carrera, ni corrió en menos de diez segundos los cien metros. Apenas ganó dos medallas de bronce en Los Ángeles '84. La vida deportiva del canadiense Ben Johnson se resume en un momento: la final de los cien metros de Seúl '88. Allí se enfrentó por última vez con su némesis, Carl Lewis, entonces campeón olímpico. Era una rivalidad que llegó a Corea del Sur en su máximo esplendor. Johnson venía de marcar el récord mundial (9,83 segundos) en Roma '87, Lewis lo explicaba levantando sospechas de doping. Ese sábado la carrera paralizó a todo el estadio. Johnson fue aplastante: ganó en 9,79 segundos. Por primera vez un hombre bajaba los diez segundos en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, dos horas después y tras beber doce cervezas, pudo dejar la muestra de orina que lo condenó. Al principio negó todas las acusaciones, pero luego reconoció que venía utilizando esteroides hacía años. Le quitaron los récords y la medalla dorada. Tras la sanción intentó volver a correr, pero en 1993 otra vez dio positivo y fue suspendido de por vida. LA POLÍTICA BOICOTEA LOS JUEGOS SOVIÉTICOS - MOSCÚ 1980 La decisión de la Unión Soviética de invadir Afganistán en 1979 tuvo repercusiones políticas y económicas en todo el mundo. Pero también, y esa fue la novedad, provocó reacciones en lo deportivo. Estados Unidos impulsó el boicot a los Juegos que estaban pactados para realizarse en Moscú, primeros y últimos en territorio comunista. Muchos países de Europa (España, Italia, Francia, entre otros) dejaron la decisión en manos de sus deportistas. Los que quisieran podrían competir pero bajo los símbolos olímpicos. El gobierno de Carter, en cambio, amenazó con quitarle el pasaporte al atleta que se atreviera a cruzar la Cortina de Hierro. Más de 50 países adhirieron al boicot y apenas viajaron 80 naciones, la participación más baja desde Melbourne '56. Una gigantesca inauguración al estilo de la parafernalia comunista, con el osito Misha como mascota olímpica, abrió la competencia donde se batieron 33 récords mundiales. La URSS dominó el medallero a placer. Cuatro años después, en Los Ángeles '84, el boicot fue de la URSS y trece aliados más. Pero esa es otra historia. OLGA KORBUT, TALENTO, SENSIBILIDAD Y UN OSCURO SECRETO - MÚNICH 1972 Su plasticidad y su habilidad la ubican como una de las grandes gimnastas de la historia, pero fue su sensibilidad la que le ganó el afecto de los fanáticos del deporte. Olga Korbut surgió de la profunda cantera de deportistas que se formaron bajo el régimen comunista, a fuerza de sacrificio, entrenamiento y mucha presión. Mucho después, contó que era golpeada por su entrenador y que desde los 15 años hasta que dejó el equipo olímpico fue su "esclava sexual". Se consagró enMúnich '72, donde ganó tres doradas: en barra, suelo y equipos. Talentosa y creativa, patentó movimientos, como el Korbut Flip, que todavía se siguen imitando. Pero más se recuerda su derrota. Era favorita para ganar el All Around hasta que fracasó en las asimétricas y se quedó con la plata. Su llanto desconsolado estaba fuera de lo esperado de los atletas del bloque comunista. En Montreal '76, era la candidata de la URSS para vencer al prodigio de Comaneci, pero llegó lesionada y apenas pudo retener la dorada por equipos y ser plata en la barra. En 1988, dos años después de sobrevivir a Chernobyl, fue la primera gimnasta artística en entrar en el Salón de la Fama de la disciplina. LA RECONCILIACIÓN OLÍMPICA DE MUHAMMAD ALÍ - ATLANTA 1996 Al Oerter ya había llevado la antorcha hasta el estadio. Evander Holyfield se encargó de ingresarla a la pista y la compartió con la griega Patoulidou, como homenaje a los fundadores de los Juegos a cien años de los primeros olímpicos en la Era Moderna. Janet Evans tomó la posta y la subió hasta lo alto de las tribunas. Desde la oscuridad, aparece el último relevo. El público lo ve y enloquece con un grito de guerra: "¡Alí! ¡Alí! ¡Alí!". Muhammad Alí irrumpe en la ovación a su recuerdo con la imagen frágil que el mal de Parkison fue forjando en su cuerpo durante más de una década. Visiblemente emocionado, toma la antorcha con su mano derecha, mientras la izquierda tiembla fuera de control. Estoico, trata de dominar el movimiento involuntario para encender el mecanismo que llevará el fuego al caldero olímpico. Es un momento emotivo, triste y a la vez memorable. Es un reconocimiento merecido, y es parte de su reconciliación con los Juegos, que se completará en el entretiempo de la final del básquet masculino, entre EEUU y Yugoslavia. El Comité Olímpico le devolvió la medalla que ganó en Roma '60 y que, según la leyenda, tiró al río Ohío tras no ser discriminado volver a su pueblo. Fue la vuelta del gran Alí a la gran familia olímpica. EL REGRESO A LA VIDA DE BETTY ROBINSON - BERLÍN 1936 Elizabeth "Betty" Robinson ya había hecho historia en los Juegos de Amsterdam, en 1928. En aquella oportunidad, las mujeres pudieron disputar por primera vez las pruebas de atletismo en un evento Olímpico, y la estadounidense -de apenas 16 años y 343 días- se quedó con el oro en los 100 metros llanos. Fue la primera campeona olímpica en la disciplina. La leyenda dice que un profesor del secundario en Riverdale, al que la joven aún concurría en Illinois, la convenció de competir tras haberla visto correr para alcanzar el tren. En esa experiencia inaugural, Robinson también logró una medalla de bronce en el relevo 4x100. Pero lo increíble llegó después. En 1931, Betty sufrió severas lesiones en un accidente de avión. De hecho, el hombre que la encontró tras el choque la dio por muerta, la acomodó en el baúl de su auto y la llevó a un cementerio, para que pudieran enterrarla. Fue el enterrador quien notó que aún estaba con vida. Pasó siete meses en coma. Cuando despertó, aún pasó un año y cinco meses sin poder caminar. Se perdió los Juegos de 1932, pero en 1936 -aún sin la capacidad para arrodillarse de manera adecuada para la partida de los 100 metros- participó de la pusta 4x100 representando a su país. Berlín la vio consagrarse otra vez: se llevó el oro y regaló una historia tan impresionante como emotiva. LA AUTÉNTICA MUJER OLÍMPICA, 1956/ROMA 1960/TOKIO 1964 LARISA LATYNINA - MELBOURNE Es la deportista individual más importante de la historia de los Juegos. En sus tres presencias acumuló 18 medallas, más que ninguna otra persona. Hasta la llegada del fenómeno Phelps, encabezaba la lista de ganadores de oros, con nueve preseas, junto a Carl Lewis, Paavo Nurmi y Mark Spitz. Pero se mantiene como la mujer más premiada en la historia olímpica. Larisa Latynina ompitió para la Unión Soviética y la transformó en una potencia en gimnasia, aunque nació en Ucrania, tierra fértil para el deporte. Debutó enMelbourne '56 disputándole el trono a la húngara Keleti. Sumó cuatro doradas, una plata y un bronce. Dos años después, compitió embarazada de cinco meses en el Mundial y ganó cinco de seis disciplinas. En Roma '60, era más que favorita. Cumplió y sumó tres doradas, dos platas y un bronce. En sus últimos Juegos, Tokio '64, ganó dos doradas más, dos platas y dos bronces. En resumen: una medalla en cada evento en el que compitió, salvo cuando fue 4ta en barra en Melbourne. Su carrera es un perepetuo momento de gloria: se trata de una gimnasta para todos los tiempos. Por vigencia y calidad, una atleta inigualable. EL SALTO DEL SIGLO DE BOB BEAMON - MÉXICO 1968 El día previo a la final de salto en largo, Bob Beamon estuvo al borde de perderse su cita con la historia. Tras dos intentos nulos, su compañero en el equipo de Estados Unidos y mentor, Ralph Boston le aconsejó dar un salto seguro. El joven neoyorquino, que llegó a México '68 tras ganar 22 de los 23 eventos de ese año, estaba lleno de nervios. Esa noche, para relajarse, se fue a tomar unos tragos de tequila y tuvo sexo con su novia. Pensó que así ya no tendría chances y se sintió más liviano, tanto que pudo volar. Al día siguiente, a las 15.45, tras 19 pasos largos, Beamon dio "el salto del siglo". La marca que dejó estaba fuera de la escala prevista en el método de medición que se estrenó en esos Juegos. Tuvieron que usar una cinta métrica de metal para registrarlo. Tardaron más de 20 minutos, cuando la marca, 8.90 metros, apareció en los carteles Beamon, que estaba familiarizado con las medidas en pies, preguntó: "¿Y eso qué significa?". Eran 55 centímetros más que el récord mundial. Bob comenzó a correr por la pista, exultante, desorientado en su alegría, hasta que se desplomó sin fuerzas en sus piernas por un ataque catapléjico. El récord mundial de Beamon, el más grande que se instauró en los Juegos, se mantuvo por 23 años hasta que Mike Powell estableció la marca actual, apenas cinco centímetros por encima de aquella ejecución magnífica. GREG LOUGANIS, SUSTO Y CORAJE OLÍMPICO - SEÚL 1988 Hijo de dos jóvenes de 15 años, un samoano y una sueca, el estadounidense Greg Louganis fue abandonado al nacer. Su niñez lo formó frágil e introvertido. Sufrió una larga lista de fobias y alergias, asma y dislexia. Y también el racismo, porque no era lo blanco que debía en California, los abusos de su padre adoptivo y la presión social de su elección sexual. A los 9 años fumaba y ya bebía alcohol. Depresivo, intentó suicidarse tres veces. La danza y los clavados lo ayudaron a evadirse. Con 16 años fue bronce en Melbourne '76, la única vez que no ganó el oro en un Juego Olímpico. Dibiasi, el ganador, le dijo: "En cuatro años, vas a estar acá". El boicot postergó todo hasta Los Ángeles '84. En su país, ganó sus dos primeras doradas. Y lo hizo con el mismo salto, el peligroso 307C, que un año antes se había llevado la vida del soviético Chalibashvili. Los siete jueces premiaron su osadía con diez, algo inédito. Meses antes de Seúl '88, supo que era HIV positivo pero decidió ocultarlo. En Corea volvió a intentar el salto, pero esta vez golpeó su cabeza con la tabla y cayó sangrante al agua. Media hora después, vendado y con tres puntos de sutura, volvió a saltar. Al otro día, completó saltos aún más exigentes y retuvo las doradas en trampolín y plataforma. Recién en 1995 hizo pública su enfermedad y su homosexualidad. Había conquistado su último temor. DICK FOSBURY CAMBIA EL SALTO EN ALTO PARA SIEMPRE - MÉXICO 1968 Cuando estaba en la secundaria, en los años '60, tenía muchos problemas para mejorar su salto en alto. Solía usar la "tijera", una de las técnicas tradicionales, pero sus marcas no mejoraban. Una tarde en el micro escolar decidió seguir a su instinto. Tenía 16 años cuando empezó a aplicar su método en las competencias. Otros jóvenes, en Canadá y EEUU, también experimentaban con un salto similar, pero Fosbury fue el primero que llegó a las páginas de un diario. En 1964, un fotógrafo lo vio saltar de espaldas a la barras y cruzar primero con su cabeza y su brazo, antes que con sus piernas. La mayoría se rió de él y llegaron a decir que era "el saltador en alto más perezoso del mundo". "Sabía entonces que tenía algo especial", recuerda. Con su estilo, que poco después fue bautizado "Fosbury Flop", se clasificó para México '68. Allí, fue el único en utilizar esa técnica. Ganó tras saltar 2.24m. Impuso un nuevo récord y cambió la disciplina para siempre. Cuatro años después no logró clasificar, pero su estilo estuvo presente. En Munich '72, 28 de los 40 participantes usaron la técnica de Fusbury y de ahí a la actualidad de los 36 medallistas sólo dos usaron otra forma de salto. Cuando vean a los especialistas en Londres 2012, sepan que todo empezó con Dick. LA GLORIA DE EMIL ZATOPEK, LA LOCOMOTORA HUMANA - HELSINKI 1952 Los juegos de Finlandia fueron la cumbre de su carrera. Cuatro años antes, en Londres '48, ganó el oro olímpico en los 10 mil metros y fue plata en 5 mil. En 1952, el checoslovaco Emil Zatopek era el rey de los fondistas pese a su técnica poco ortodoxa. Un entrenador de la época aseguraba que "hacía todo mal excepto ganar". Mucho se lo debía a sus tortuosas prácticas, donde se exigía más de la cuenta. "Prefiero sufrir en los entrenamientos y no en las carreras", explicaba. Corría siempre serio, movía mucho la cadera y los brazos, a la vez que emitía extraños sonidos: de ahí surgió su apodo, "La locomotora humana". En Helsinki hizo historia. Después de ganar los 5 mil metros y los 10 mil, le dijo a un periodista: "me parece que voy a probar la maratón". Nunca había competido en esa prueba, por eso siguió de cerca al favorito, el británico Peters, hasta que lo superó. Cuando entró al estadio, el público coreaba su nombre. Bajó el récord mundial por seis minutos y le sacó dos vueltas a su escolta, el argentino Reinaldo Gorno. Sumó así su tercer oro en pruebas de fondo en ocho días, algo que nadie había hecho y que aún nadie puede igualar. Con 35 años, se despidió de los Juegos con un sexto lugar en Melbourne '56. En su tumba se lee: "Héroe olímpico". HUNGRÍA-URSS, UN AUTÉNTICO BAÑO DE SANGRE - MELBOURNE 1956 Un mes antes los tanques de la URSS habían entrado en Budapest y aplastaron la revolución húngara. La delegación olímpica recién se enteró al llegar a Australia. El equipo de waterpolo, histórica potencia, tenía la misión de retener el oro ganado en Helsinki '52. En cada presentación tuvo el apoyo de exiliados húngaros con banderas nacionales sin el escudo soviético. Lo mismo ocurrió el 6 de diciembre, cuando en semis Hungría enfrentó a la Unión Soviética. El juego fue violento desde el comienzo, más de lo habitual en esta ruda disciplina. Sobre y bajo el agua hubo agarrones, codazos y patadas. A un minuto del final, cuando el partido estaba 4-0, Ervin Zador, que anotó dos tantos para Hungría, discutió con Prokopov. El ruso se levantó en el agua y le dio un fuerte golpe en el pómulo derecho. Una gran mancha de sangre brotó en la piscina. La agresión desató la locura en el gimnasio. Los jugadores se enfrentaron a los golpes dentro y fuera del agua, mientras el público quería intervenir en la pelea. Se le dio el partido ganado a Hungría, que luego sería campeón ante Yugoslavia. Para muchos fue una venganza consumada, películas y documentales recogen la historia. Zador dijo tiempo después: "No me pegó porque él fuera comunista y yo no. Me pegó porque estaba a punto de perder el partido". EL ORIGEN DE TODOS LOS DREAM TEAM - BARCELONA 1992 La definición de diccionario remite a ellos: el seleccionado estadounidense de básquetbol que participó en los Juegos de Barcelona, en 1992. La prensa, afín a las etiquetas, lo definió como el equipo de los sueños y dejó ese calificativo estampado para siempre en el resto del deporte. Probablemente nunca más habrá tanto talento junto, diez de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA formaron ese plantel. No fue fácil juntarlos. Larry Bird sufría graves dolores de espalda. Magic llevaba ocho meses retirado y no iría sin Bird. Jordan ya era campeón olímpico (Los Ángeles '84) y no le interesaba estar sino se formaba un equipo único. Bird cedió y los tres se anotaron. A ellos se sumaron: Barkley, Pippen, Ewing, Robinson, Malone, Mullin, Drexler y Stockton. Un joven Laettner completó el plantel. El bronce del equipo universitario en Seúl '88, tras otra dolorosa derrota ante la URSS, propició este Dream Team. En Barcelona '92, EEUU ganó los ocho partidos que disputó por un promedio de 44 puntos de ventaja ante rivales que sólo querían una foto de recuerdo. La final ante Croacia, que ganaron por 32 puntos, fue el partido más duro para un equipo que no sabía lo que era perder. Chuck Daly, el DT, que apenas condujo dos prácticas y nunca pidió un tiempo muerto, afirmó que "era como juntar a los Beatles con Elvis y salir de gira". Tanto espectáculo fue el despegue ideal para la NBA como producto global. EL DÍA EN QUE PHELPS ALCANZÓ A SPITZ POR UNA FOTO - BEIJING 2008 Después de ganar seis oros con récord mundiales incluidos, el estadounidense Michael Phelps debía imponerse en la final de los 100 metros mariposapara alcanzar la marca del Mark Spitz, con más doradas en un mismo Juego. Antes de la carrera, el serbio Cavic dijo: "Sería bueno que Phelps pierda". Soñaba con pasar a la historia como el desconocido que arruinó la fiesta anunciada. En el comienzo, la presión pareció ser un lastre para la figura de Estados Unidos, después de 50 metros estaba séptimo entre ocho. Ahí Phelps mostró todo su talento para recuperarse. Cavic se relajó antes de tiempo y dejó de nadar en los últimos metros, mientras Phelps daba una brazada más y ganaba la carrera por la irrisoria diferencia de 0,01 segundos. La delegación serbia protestó el fallo y la demora para mostrar el photo finish de la fiscalizadora Omega, a la vez sponsor de Phelps, crearon el mito y la polémica. Las imágenes cuadro por cuadro dieron ganador a Phelps, con más dudas que certezas. Tiempo después, Omega llegó a decir que Cavic pudo tocar primero la pared pero que Phelps lo hizo con la fuerza suficiente para que se registre primero su llegada. Para la revista Time fue el mejor momento del 2008. Luego, Phelps ganó la 8va medalla y se quedó con el récord para él solo. PAVOO NURMI, ENCIENDE EL LEGADO DE LOS FONDISTAS - HELSINKI 1952 También conocido como el "finés volador", Paavo Nurmi fue el más grande corredor de media y larga distancia en los años '20. Ganó nueve doradas y tres plateadas en los tres juegos de esa década, y batió récords en pruebas que van desde 1500 metros a los 20 kilómetros. En Los Ángeles '32 fue marginado, porque había recibido dinero por correr en exhibiciones. En 1952, cuando los Juegos llegaron a su tierra, fue el primer gran atleta en la historia en participar de la posta del fuego de Olympia. Ese 19 de julio, todo el estadio se quedó sin palabras cuando se anunció que la antorcha llegaría en la mano de su héroe olímpico. Una antorcha que por primera vez había sido diseñada para la ocasión (apenas se construyeron 22, y en 2011 una se vendió por 348 mil euros). Cuando entró corriendo, los 70 mil espectadores lo recibieron con admiración, gritando su nombre. Con menos pelo que cuando arrasaba en las pistas, marchó con paso veloz y firme, como dando pequeños saltos, hasta un pebetero que estaba dentro de la pista. Lo encendió de pie y volvió a correr sobre sus pasos para desaparecer por donde había entrado. El checoslovaco Zatopek, que admiraba a Nurmi, continuó con su legado en esos Juegos. La tradición de gloria estaba asegurada. GEBRESELASSIE-TERGAT, EL GRAN DUELO DE LOS JUEGOS - ATLANTA '96/SIDNEY '00 Fue una de las rivalidades más grandes en la historia de los Juegos, por encima de los duelos entre los franceses Coe y Ovett, o las carreras de Zapotek y Mimoun. Haile Gebreselassie y Paul Tergat, grandes rivales en la pista y enormes amigos fuera de ella, entregaron las definiciones más impactantes, y lo hicieron en carreras de fondo que no tienen esa emoción. En Atlanta '96, el etíope Gebreselassie era bicampeón mundial en los 10 mil metros y dueño del récord global. El keniata Tergat, campeón de Cross Country, era su única amenaza. La carrera tuvo unos últimos 15 minutos memorables. Tergat estuvo al frente, pero en la última vuelta Haile se impuso con su sprint y ganó por seis metros. En los cuatro años siguientes se batieron en muchas pistas, perocasi siempre ganó el etíope. En Sidney '00, una lesión en el talón de Aquiles casi margina a Haile. Obligado a defender su oro olímpico, volvió a participar. Esta vez, la emoción se concentró en los últimos 250 metros. Haile y Tergat corrieron a la par la última recta y el etíope ganó por sólo 0,09 segundos, menos que el margen que tuvo la carrera de 100 metros. Con dos oros seguidos en 10 mil metros estaba a la par de Zapotek y Viren. Otra vez, Tergat debió conformarse con la plateada, con saber que era amigo del mejor de todos y casi tan bueno como él. ABEBE BIKILA, CON ORO PERO SIN CALZADO - ROMA 1960 Cuando el etíope Abebe Bikila fue a buscar las zapatillas con las que debía correr la maratón de los Juegos Olímpicos Roma 1960, al proveedor oficial de calzado del evento le quedaban pocos pares. Se probó los que había y ninguno le iba cómodo. Eso fue suficiente para que Bikila, integrante de la guardia imperial de su país, se decidiera a dejar de lado el protocolo y disputar la carrera tal cual había entrenado para ella: descalzo. Ya en el maratón, y mientras el público observaba asombrado al corredor sin calzado, el etíope comenzó a pasar competidores en busca de la camiseta número 26. Su entrenador le había dicho que quien vestía esa remera era el marroquí Radhi Ben Abdesselam, el máximo favorito a la victoria. Cuando alcanzó a quien parecía marchar líder, Abebe vio que tenía la 185. Era Ben Abdesselam, quien se había puesto un número distinto al que le habían asignado. Pero Bikila no lo sabía y supuso que, entonces, debía haber alguien más adelante. Por eso, cuando se acercaba el final aceleró. Tanto, que al cruzar la meta rompió el récord mundial. Se convirtió en el primer atleta negro en ganar un oro olímpico representando un país africano. Le preguntaron por qué había corrido descalzo. "Yo quería que el mundo supiera que mi país, Etiopía, ha ganado siempre con determinación y heroísmo", respondió. Volvió a quedarse con la maratón en Tokio '64 para convertirse en el primer atleta en ganar la prueba en ediciones olímpicas consecutivas. Irónicamente, un accidente automovilístico lo dejó parapléjico a los 37 años y debió desplazarse el resto de su vida en silla de ruedas. La película El atleta, basada en su vida, se estrenó en 2010. LA PRIMERA GRAN HAZAÑA DEL AGUA - MARK SPITZ- MUNICH 1972 "Debería haber visto a ese pequeño cuando vio el mar. Corrió hacia él como si estuviera a punto de suicidarse", contó en una entrevista Lenore, la madre del estadounidense Mark Spitz. Se refería al día en que la familia Spitz llegó a Honolulú, Hawaii, donde debió mudarse por cuestiones laborales cuando el pequeño Mark tenía dos años. De ese día en adelante, el niño nadó todos los días en la playa Waikiki. Entusiasmo le sobraba. Poco a poco, todos se fueron percatando de que talento también. 20 años después, en 1972 y lejos de la costa estadounidense, un ya crecido Mark logró en una pileta de Munich, Alemania, una de las más memorables gestas de la historia de los Juegos Olímpicos. Fue el primer atleta en ganar siete medallas de oro en una misma justa olímpica. Pero no sólo eso. El nadador, que lucía un gracioso bigote cuando la costumbre en su deporte era tener la menor cantidad de vello posible, logró un récord mundial en cada una de esas victorias. Luego de la hazaña, se retiró del nado profesional, con sólo 22 años. Ya había dado todo. CARL LEWIS, EL HIJO DEL VIENTO - LOS ANGELES 1984 Frederick Carlton Lewis llegó a los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984 cargado con cuatro años de expectativas y bronca. Había sido seleccionado para integrar el equipo estadounidense de atletismo para los anteriores Juegos, los de Moscu 1980. Pero en esa ocasión se había quedado con las ganas, porque el boicot que el gobierno de su país había decidido aplicarle a la justa que se desarrolló en territorio soviético en plena Guerra Fría, no le permitió participar. Lo dicho, expectativas y bronca. Dos sentimientos que, acumulados, generaron una explosión de rendimiento en Carl. En Los Angeles, el atleta que luego sería conocido como El hijo del viento ganó cuatro medallas de oro: 100 metros, 200 metros, salto en largo y la posta 4x100 metros. Versátil y dominante como en otros tiempos, igualó así la gesta que había realizado su compatriota Jesse Owens en Berlín 1936. Con el paso de los años, Lewis llegaría a obtener otras cinco preseas olímpicas doradas, para un total de nueve. Todavía flota la duda sobre qué hubiera pasado si Carl hubiese podido competir en Moscú. ¿Con cuántos oros hubiera terminado su carrera? EL BLACK POWER SALUDA DESDE EL PODIO - MÉXICO 1968 Todo comenzó conuna carrera de 200 metros. Tommie Smith ganó la prueba en 19,83 segundos, detrás llegó el australiano Peter Norman. El tercero fue John Carlos. Smith y Carlos eran parte del equipo de Estados Unidos, pero representaban algo mucho más grande. Ambos integraban el Proyecto olímpico por los Derechos Humanos, un movimiento de deportistas afroamericanos que llegó a plantear el boicot a los Juegos. Al final se decidió competir y aprovechar la exposición para pedir el fin del racismo en su país. Subieron al podio descalzos para representar la pobreza de su etnia, Smith se colgó un pañuelo negro como muestra de orgullo por su color de piel y Carlos uso un collar de cuentas en memoria "de las personas que fueron linchadas o asesinadas". Invitaron a Norman a sumarse a la protesta y el australiano usó también el logo del Proyecto olímpico. Además, querían mostrarse con guantes negros, pero Carlos se olvidó su par en la Villa Olímpica. Norman sugirió que compartieran el par que tenían. Cuando sonó el himno estadounidense, Smith y Carlos bajaron sus cabezas, no había alegría sino dolor, y levantaron sus brazos en el tradicional saludo del Black Power. Su puño en alto fue una de las imágenes simbólicas más impactantes en la historia de los Juegos. Abucheos y aplausos se mezclaron en el aire. "Si gano soy americano. Pero si hago algo malo, soy un negro", dijo Smith. El gesto recorrió el mundo. El COI decidió expulsarlos por manifestar sus ideas políticas. Ni antes en la Berlín de Hitler, ni después en los boicots del '80 y del '84, la política pareció importar. Carlos y Smith regresaron a su país y se los marginó del atletismo de élite. Fueron amenazados y sufrieron el mismo racismo de antes pero con más saña. Norman fue vetado por su federación para competir en Múnich '72. Recién en 2003, se decidió homenajear su corajecon una estatua en su honor. Y en 2008, el sobrino de Norman, estrenó un documental para recordar ese potente gesto silencioso. LA FINAL DE BÁSQUETBOL QUE GANARON LOS DOS EQUIPOS - MÚNICH 1972 Era la útima jugada del encuentro. La Unión Soviética perdía por un punto frente a Estados Unidos, dueño de todas las medallas de la historia del básquetbol olímpico. El equipo soviético sacaba desde el fondo de la cancha, tras un tiempo muerto pedido por su entrenador. El primer pase llegó a destino, pero cuando el jugador que recibió la pelota intentó buscar a un compañero ubicado cerca del aro, sonó la chicharra que marcaba el final del encuentro. No le alcanzó a la URSS, que cayó ante el monarca de siempre. Los norteamericanos festejaron con locura. Habían llegado a estar tres puntos abajo a menos de tres minutos del final, en una época en la que no existía la línea de triples. La remontada se había dado contra un rival que también era político, en plena Guerra Fría. El público era una locura, comenzó a ingresar en su celebración al rectángulo de juego. De pronto, los jueces comenzaron a hacer señas. No, no se había terminado el juego. Se trató de un error en el reloj. Los oficiales decidieron que habría tres segundos para ese último intento. Los jugadores estadounidenses comenzaron a echar a los intrusos del campo de juego en medio de la confusión. Se reanudó el partido. Los soviéticos volvieron a sacar del fondo y otra vez buscaron un pase largo. Esta vez llegó a destino: Alexander Belov recibió la pelota solo tras la caída del defensor que lo marcaba y logró una bandeja que llevó la locura de la celebración hacia el otro costado. Los estadounidenses, convencidos de que los habían robado, no acudieron a la premiación. Igual, y pese a la polémica, perdieron su primer partido en la historia de los Juegos. MICHAEL PHELPS SE TRANSFORMA EN EL MEJOR DE TODOS LOS TIEMPOS BEIJING 2008 Imaginen la presión, la escandalosa presión que puede sentir un deportista en el momento de enfrentar su primera competencia (no digamos las demás) cuando el mundo espera que gane ocho medallas doradas por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos. El estadounidenseMichael Phelpsenfrentó esa carga con una entereza y una competitividad tan fuera de serie,que no sólo cumplió el objetivo sino que además logró establecer siete nuevos récords mundiales y un récord olímpico con sus victorias. El muchacho había aterrizado en Beijing 2008 con 24 años, y ya se había quedado con ocho preseas en Atenas 2004. En aquella ocasión, había obtenido seis de oro y dos de bronce. En China, saldría triunfal de los 100 y 200 metros mariposa, de los 200 metros estilo libre, de los 200 y 400 metros combinados, del relevo 4x100 y 4x200 estilo libre, y del relevo 4x100 combinado. Esa última especialidad -él participó en el tramo de mariposa- le dio al máximo ganador olímpico de todos los tiempos la posibilidad de superar el registro de su colega y compatriota Mark Spitz en un único Juego. Y aunque no fue la más reñida de sus competencias, sí resultó la más relevante desde el punto de vista histórico. "Me siento cansado, excitado, feliz", dijo el geniomás tarde. El mundo lo esperaba. Él no falló. LA RUTINA PERFECTA DE NADIA COMANECI - MONTREAL 1976 Se pueden decir muchas cosas deNadia Comaneci: que nació en Onesti, Rumania; que era una gimnasta fenomenal; que tenía apenas 14 años cuando le tocó competir en los Juegos de Montreal '76; que entonces medía 1,50 metros; que obtuvo tres medallas doradas, otra de plata y una más de bronce en esa competencia. Sin embargo, hay un adjetivo que surgirá en cualquier biografía: perfecta. ¿Por qué? Porque un 18 de julio, la niña de oro completó su rutina obligatoria de barras paralelas asimétricas y fue evaluada con un 10.0. Sí, un 10 perfecto. Fue el primer 10 para una gimnastaen toda la historia de los Juegos Olímpicos. De hecho, lo que sucedió fue tan excepcional que el marcador reflejó un "1.00" como puntaje, porque no registraba dos dígitos para números enteros. La locura que despertó aquella performance fue tal que el estadio la aplaudió de pie y debió volver a salir a ver al público para recibir una ovación, como si se tratara de una actriz en el teatro. Acumuló otras seis rutinas que le valieron un 10 perfecto. Fue la estrella de unos Juegos, que la catapultaron a la fama mundial. Tapa de las revistas Time, Newsweek y Sports Illustrated de los Estados Unidos, se transformó en un símbolo global de perfección y estética. LA TRAGEDIA Y EL TERROR INVADEN LA VILLA OLÍMPICA - MÚNICH 1972 A las 4.30 de la madrugada del 5 de septiembre de 1972, ocho terroristas del grupo palestino "Septiembre Negro"ingresaron a la Villa Olímpica de Múnich. Estaban armados y encapuchados. Allí, asesinaron a dos atletas israelítas y tomaron como rehenes a otros nueve. Demandaban la liberación de 234 prisioneros que estaban en las cárceles de Israel. Era la segunda semana de competencia y, hasta aquel momento, un clima de calma y amistad había reinado entre los atletas. Algunos dicen que la seguridad era particularmente laxa en la Villa Olímpica, de donde los atletas podían salir y entrar sin demasiados problemas. Las negociaciones para salvar a los atletas no fueron exitosas. El gobierno alemán trasladó a terroristas y rehenes hasta el aeropuerto de Fürstenfeldbruck, donde intentaron un rescate que falló y terminó en tragedia. El grupo armado asesinó a los nueve atletas y entrenadores restantes. Cinco terroristas murieron, los otros tres fueron apresados. También falleció un policía alemán. La bautizada "Masacre de Múnich" se televisó en todo el mundo. Increíblemente, la competencia sólo se suspendió un día, el mismo 5 de septiembre. El pánico, el dolor y la enorme tristeza, sin embargo, quedaron sembrados. Desde entonces se han buscado causas que explicaran lo sucedido e incluso se han filmadoescalofriantes recreaciones históricas del hecho. Lo que está claro es que el impacto tremendo que generó este desafortunado hecho marcó una cicatriz inolvidable en el mundo olímpico. USAÍN BOLT, A MEDIA MÁQUINA, SE RÍE DEL RÉCORD MUNDIAL - BEIJING 2008 Un año antes, nadie pensaba en él como candidato para ganar la carrera de 100 metros en los Juegos de Beijing. Un año antes, la pelea real estaba planteada entre los dos monarcas del mundo: el estadounidense Tyson Gay y el jamaiquino Asafa Powell. A esa altura,Usain Bolt, también nacido en Jamaica, era un buen corredor de 200 metros, pero su explosión llegó en Mayo de 2008. Primero logró tiempos tan impresionantes como inesperados en los 100 metros llanos. Después arrastró su dominio a los 200. Llegó a los Juegos con cierto favoritismo, pero con mucho por demostrar por ser un atleta muy joven -en aquel momento, apenas 21 años- y con cierta fama de haragán. Su intervención en la final de 100 metros, sin embargo, fue la actuación más impresionante de un velocista en la historia de una disciplina que se considera la reina olímpica. Logró el oro. Lo hizo con récord mundial. Lo hizo con una facilidad abrumadora, casi cómica: en la distancia más corta de todas, donde cada detalle hace diferencia, tuvo tiempo para abrir los brazos, golpearse el pecho y disminuir la velocidad antes de llegar a la meta. Así y todo, logró el mejor registro de todos los tiempos: 9 segundos y 69 centésimas. Se trata de la performance que servirá como medida de cualquier actuación futura en el velocismo a nivel mundial, el nuevo estándar de la perfección. Así y todo, a Bolt todavía le quedaría bajar el récord del mundo en los 200 metros para lograr su segundo oro (con 19,30 segundos, batió la marca de Michael Johnson que llevaba 12 años vigente) y pulverizar la marca mundial del relevo 4x100 junto a sus compañeros de equipo en Jamaica. Hoy es la estrella más grande que tiene el atletismo mundial. Y como si no alcanzara con lo que ya ha logrado, por las dudas avisa: "Quiero sorprender al mundo en Londres 2012". JESSE OWENS FESTEJA EN LA CARA DE HITLER - BERLÍN 1936 Parece una historia de película, pero es sencillamente la mejor fábula que los Juegos Olímpicos han sabido entregar. El estadounidenseJesse Owens, de ascendencia africana y piel negra, obtuvo cuatro medallas doradas en Berlín '36, los Juegos que Adolf Hitler había ideado para consolidar la propaganda Nazi. Owens, a quien la idea de raza aria consideraba "inferior", demostró su superioridad atlética entre banderas con la cruz esvástica y brazos en alto que saludaban la ideología que desembocaría en la Segunda Guerra Mundial. El propio Hitler contempló desde su palco cómo el hombre nacido en Ohio conseguía los 100 metros, los 200 metros (en los que bajó el récord olímpico casi medio segundo), el salto en largo y la carrera de relevos 4x100 con un récord olímpico que permanecería por 20 años. Cuatro medallas doradas en atletismo en un único Juego, algo que no se repetiría hasta 1984. La historia del salto en largo es particular. Tras dos intentos nulos en la ronda de clasificación, Owens recibió un consejo de su competidor alemán, Luz Long, su rival directo por la medalla dorada: le dijo que intentara saltar desde atrás de la tabla para evitar quedar eliminado sin ninguna marca. El norteamericano se dejó un margen de al menos 10 centímetros pero su salto igual logró clasificarlo a la final. Allí, logró el oro con récord olímpico. Ese evento, y muchos otros, quedaron registrados en la película Olympia, de la cineasta Leni Riefenstahl. Hitler, que había felicitado a los ganadores alemanes durante el primer día de competencia, no se presentó en ninguna de sus premiaciones.