Guido Spadafora M. Solicitud Especial de Tutela de Derechos Fundamentales Electorales Vs Manuel Cohen Salerno HONORABLES MAGISTRADOS DEL TRIBUNAL ELECTORAL DE PANAMA. PLENO: Soy, Vasco Torres de León, cédula de identidad personal N° 9-129-376, abogado en ejercicio y generales descritas en el poder especial que acompañan este escrito, actuando en nombre y representación de Guido Spadafora Mejía, con cédula de identidad personal número 8-194-976, y generales descritas en el poder ya mencionado, concurro respetuosamente ante vuestra autoridad para interponer, apelando al Derecho de Tutela Judicial Efectiva como Derecho Fundamental Internacional, una Solicitud Especial de Tutela de Derechos Fundamentales Electorales, con la finalidad de que el Pleno del Honorable Tribunal Electoral DECLARE que, en vista de la sentencia de 20 de noviembre de 2014, del Tribunal Electoral, en la que se anula las elecciones a Diputado en el circuito 6-1 en Herrera y se endilgan hechos que describen tipo penales electorales, los señores Manuel Cohen Salerno y su Suplente no pueden ser candidatos en las nuevas elecciones del circuito 6-1 o, subsidiariamente, que se tomen medidas precautorias idóneas, a juicio del Tribunal Electoral, en el circuito 6-1 para garantizar una nueva contienda electoral en igualdad de condiciones, puesto que se han encontrado probadas conductas que pueden constituir delito electoral y que fueron perpetradas por tales señores, provocando con tal conducta una vulneración de los derechos constitucionales y legales de mi representado, en lo relativo al derecho de igualdad, el derecho a no discriminación, así como el derecho a una tutela judicial efectiva, consagrados constitucionalmente y normas del Código Electoral de Panamá. Apelando a la paciencia y comprensión de los Magistrados y teniendo en cuenta la magnitud y el impacto de su decisión para la democracia panameña explico, in extenso, los fundamentos de hecho y de derecho de nuestra solicitud: FUNDAMENTOS DE HECHO: 1. Recuento electoral: El día 4 de mayo de 2014 se celebraron elecciones para diputado en el circuito 6-1, de Chitré, y se declaró ganador a Manuel Cohen Salerno; el día 15 de mayo de 2014 se impugno tal victoria por considerarse que los señores violaron normas constitucionales y legales; el día 20 de noviembre de 2014 este Tribunal Electoral dictó sentencia declarando la existencia de la violación legal y constitucional y en consecuencia anuló la elección. 2. Contenido de la sentencia: La sentencia de Tribunal Electoral del 20 de noviembre de 2014 declara, de forma pública, notoria e inequívoca, la autoría de los señores Manuel Cohen, y su suplente, de hechos cometidos que constituyeron un vicio de las elecciones arriba citadas por vulnerar normas constitucionales y legales de nuestra constitución y la ley electoral; los hechos realizados por estos señores son descritos como hechos punibles por la ley penal electoral en la calidad de delito; los delitos a los que se refieren las 1 conductas probadas a los demandados implican pena de cárcel, inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos e inhabilitación de derechos ciudadanos. 3. El ordenamiento jurídico panameño prevé las conductas constitutivas de delito electoral en un proceso descrito en los artículos 556 y siguientes del Código Electoral. La anulación de las elecciones por conductas que resultan en delitos son, de acuerdo a nuestro derecho, sancionables separadamente a la anulación y repetición de una elección (arts 338 y ss del CE). La ley electoral prevé la posibilidad de acudir ente la jurisdicción electoral ante cualquier asunto de competencia de los Magistrado del Tribunal Electoral (art 527), por lo que es dable a las partes de un proceso y a los terceros con interés legítimo, acudir ante el Tribunal Electoral, a fin de procurar la tutela de derechos electorales violados, en general. De ahí que, y en vista de que el proceso penal electoral -que ha sido iniciado por iniciativa propia del Tribunal Electoral-, tiene un desarrollo distinto a otro tipo de solicitud de contenido electoral, es dable solicitar la intervención de los Magistrados el Tribunal Electoral con otro tipo de medidas dirigidas a corregir o sancionar situaciones que afectan el libre ejercicio de los derechos fundamentales electorales y los derechos electorales. CONSIDERACIONES DE DERECHO: 1. Derechos fundamentales y su reconocimiento en Panamá. La Constitución Política de la República de Panamá (CPRP) consagra una serie de derechos que denomina garantías fundamentales (arts. 17 a 55), los cuales deben serle respetados, bajo cualquier circunstancia, a todos los ciudadanos nacionales y extranjeros en Panamá. Nuestra CPRP ha consagrado también, la obligatoriedad de respetar y aplicar el Derecho Internacional y, en tal sentido, ha ratificado, mediante Ley 15, de 28 de octubre de 1977, la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (CADH). Adicionalmente, nuestra Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha establecido como parámetro de interpretación constitucional la teoría del denominado bloque de la constitucionalidad que, en esencia permite y obliga a interpretar las normas constitucionales teniendo en cuenta los parámetros dados por las normas internacionales (entre otros elementos). Así pues, se puede afirmar que, en Panamá –al igual que en muchas otras jurisdicciones, como Venezuela, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Argentina, Portugal, España, entre otros, el contenido y alcance de las normas y derechos fundamentales viene dado por el derecho interno y el derecho internacional sobre derechos humanos debidamente ratificado en nuestro sistema jurídico. Subrayo que, así como el derecho interno fundamental es interpretado siendo dado su sentido y alcance por el tribunal competente interno, esto es la CSJ, el derecho internacional de los derechos humanos es interpretado siendo dado su sentido y alcance por los tribunales competentes establecidos para tales efectos; en el caso de la CADH, es la Corte Interamericana de Justicia (CIJ) la que establece la interpretación, en sentido y alcance, de la CADH. Tenemos entonces que la CPRP ha consagrado importantes valores consagrados en norma s fundamentales, como lo son: el derecho de no discriminación (art. 19 constitucional); el derecho de igualdad (art. 20 constitucional), y; el derecho a tutela judicial efectiva. Éste último de consagración dispersa en nuestra Constitución y que la CSJ ha encontrado 2 presente en diversas fuentes constitucionales e internacionales, como veremos a renglón seguido. La CSJ ha dicho: ´El contenido esencial del debido proceso, por lo tanto, se integra con los derechos a obtener la tutela jurisdiccional, de ser juzgado por tribunal competente independiente e imparcial preestablecido en la ley, permitir la bilateralidad y contradicción, aportar pruebas en su descargo, obtener una sentencia de fondo que satisfaga las pretensiones u oposiciones, utilizar los medios de impugnación legalmente establecidos, y que se ejecute la decisión jurisdiccional proferida cuando ésta se encuentre ejecutoriada, y también que los derechos reclamados puedan, en el momento de dictarse la sentencia, ser efectivos. Forma también parte del núcleo de la garantía que ocupa al Pleno el derecho a que el tribunal, para proferir su decisión, satisfaga los trámites procedimentales que sean esenciales, es decir, en adición a aquellos que ya han sido destacados, los que, en general, de restringirse de manera arbitraria o de negarse, producen en el afectado una situación de indefensión´´ (Sentencia de Corte Suprema de Justicia –SCSJ- de 20 de enero 1999). Y en otro fallo ha establecido: la tutela judicial efectiva, “en su faceta de acceso a la justicia, en cuanto a principio integrante del ordenamiento patrio, hay que fundarla en las normas constitucionales sobre gratuidad de la justicia -que proclama el artículo 198 y que reitera el Código Judicial en su artículo 1º- y patrocinio legal gratuito (artículo 214), pero sobre todo en el artículo 4 de la Constitución que obliga a los jueces a acatar las normas de Derecho Internacional, dentro de las cuales se cuentan una serie de instrumentos de carácter internacional ratificados por la República, que recogen el derecho a la tutela judicial efectiva y, por tanto, el acceso a la justicia” (SCSJ de 4 de abril de 2003). En conclusión, en Panamá nuestra Carta Magna, la CPRP, consagra una serie de derechos fundamentales los cuales debe ser tutelados y garantizados por TODAS las autoridades nacionales, incluidos los Magistrados del Tribunal Electoral, pues, al tener la consideración de derecho fundamental el ciudadano tiene derecho a que se le respete en todas las facetas de la sociedad, es decir, en lo social, político, económico y lo jurídico. Adicionalmente, tales derechos tienen un contenido y extensión que viene dado, tanto como por la propia CSJ panameña, como por las cortes internacionales a las que Panamá le ha reconocido competencia en tal materia, como lo es la CIJ. 2. Derechos electorales constitucionales y legales y su vinculación con los derechos fundamentales. El artículo 135 de la CPRP establece: “El sufragio es un derecho y un deber de todos los ciudadanos. El voto es libre, igual, universal, secreto y directo”. Y el art. 136.1 de la CPRP establece: “Las autoridades están obligadas a garantizar la libertad y honradez del sufragio. Se prohíbe: 1. El apoyo oficial, directo o indirecto, a candidatos a puestos de elección popular, aun cuando fueren velados los medios empleados a tal fin” (la comilla en negrita es mía). Adicionalmente, el Código Electoral de Panamá (CE), en su art. 392.6 establece: “Se sancionará con pena de prisión de seis meses a tres años y suspensión de los derechos ciudadanos e inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas por uno a tres años, a las personas que: …6. Utilicen ilegítimamente los bienes y recursos del Estado, en beneficio o en contra de determinados candidatos o partidos legalmente constituidos o en formación” (la comilla en negrita es mía). 3 De las normas constitucionales y legales citadas se destaca que el sufragio en libertad e igualdad responden a los derechos fundamentales de igualdad y no discriminación; y es que la igualdad constitucional obliga a garantizar que los individuos sean tratados iguales –en todas las facetas- y que éstos no sean discriminados –bajo ninguna circunstancia-. En consecuencia, toda elección debe ser desarrollada bajo tales principios y si tales principios son violados, es obligatorio para las autoridades garantizar tal libertad; sin embargo, si tal igualdad es violada entonces es la obligación de la autoridad restaurar el derecho violado, dictando las medidas correctoras suficientes y necesarias. Y justamente esa obligación de dictar medidas correctoras suficientes es lo que se consagra con el contenido del derecho de tutela judicial efectiva que nuestra constitución y nuestra CSJ reconocen. En el caso que nos ocupa, como se explica abajo en detalle en este escrito (numeral 4, de estas consideraciones de derecho), el señor Manuel Cohen Salerno, candidato a diputado, y su suplente, realizaron conductas cuyo contenido violó la libertad e igualdad del sufragio en detrimento del señor Guido Spadafora Franco (y otros candidatos), por medio de la utilización ilegítima de bienes y recursos del Estado, lo cual, además de estar prohibido constitucionalmente, resulta en un delito electoral, cuya pena incluye la suspensión de los derechos ciudadanos, la suspensión del derecho a ejercer cargos públicos y la cárcel (artículo 392 del CE citado). Y es que la utilización ilegítima de recursos del Estado en beneficio de un candidato y su suplente pone en desigualdad de trato a los contendientes y resulta una clara discriminación con relación al trato dado a los otros candidatos, lo cual implica, además de la violación constitucional de la libertad del sufragio y la prohibición de utilización ilegítima de recursos del Estado para beneficiar a un candidato, una violación del principio de igualdad y no discriminación constitucional. Adicionalmente, el denominado principio de tutela judicial efectiva consagrado en nuestras normas constitucionales e internacionales integradas en la constitución panameña (arts. 32, 198 y 214 constitucional, así como art. 25 de la CADH) propugnan por una restauración efectiva de los derechos violados por medio de recursos para tales efectos, pues tal derecho –como lo veremos adelante- implica una firme acción de las autoridades instituidas en el Estado para erradicar y corregir cualquier tipo de violación constitucional de normas y principios fundamentales. En materia electoral, como se sabe, es el Tribunal Electoral la única instancia con competencia para conocer de violaciones a derechos electorales de todo nivel. Así pues, no solo deben haber recursos judiciales para corregir cualquier violación de derechos fundamentales, sino que además tales derechos deben ser efectivos, es decir que, efectivamente, remedien la situación. En conclusión, la violación de las normas constitucionales sobre libertad del sufragio y prohibición de apoyo oficial, directo o indirecto, a candidatos a puestos de elección popular, tienen una directa relación, y son una derivación, de los principios de igualdad y no discriminación que consagra nuestra constitución como garantías fundamentales. Adicionalmente, nuestro ordenamiento constitucional, complementado de forma importante, con el Derecho internacional válido en nuestro sistema jurídico, exige una acción de las autoridades del Estado -especialmente de las autoridades de administración de justicia y, en materia electoral, de los Magistrados del Tribunal Electoral- efectiva e idónea para corregir las violaciones a derechos fundamentales de los ciudadanos. 4 3. El contenido y alcance del derecho de tutela judicial efectiva. La tutela judicial efectiva como derecho fundamental, como se ha dicho, viene reconocida en nuestras normas tanto constitucionales como en las normas internacionales reconocidas por Panamá. Tal derecho consiste en el derecho tener libre acceso a los tribunales para solicitar de éstos la tutela de un derecho subjetivo o de un interés legítimo y obtener una resolución de fondo fundada en Derecho. De acuerdo a la doctrina, el contenido del derecho de tutela judicial efectiva implica la facultad de acceder al proceso o a la jurisdicción; la facultad del derecho a la defensa contradictoria; y la facultad del derecho a la efectividad de la sentencia. La Convención Americana a) establece una obligación estatal de crear un recurso sencillo y rápido, primordialmente de carácter judicial, aunque otros recursos son admisibles en la medida en que sean efectivos, para la tutela de “derechos fundamentales” contenidos en la Convención, en la Constitución o en la ley; b) exige que el recurso sea efectivo; c) estipula la necesidad de que la víctima de la violación pueda interponerlo; d) exige al Estado asegurar que el recurso será considerado; e) señala que el recurso debe poder dirigirse aún contra actos cometidos por autoridades públicas, por lo que el recurso también es susceptible de ser dirigido contra actos cometidos por sujetos privados; f) compromete al Estado a desarrollar el recurso judicial; y g) establece la obligación de las autoridades estatales de cumplir con la decisión dictada a partir del recurso. Así púes, los Estados Partes se encuentran obligados, por los artículos 25 y 1.1 de la CADH, a establecer un sistema de recursos internos sencillos y rápidos, y a dar aplicación efectiva a los mismos. Si de facto no lo hacen, debido a supuestas lagunas o insuficiencias del derecho interno, incurren en violación de los artículos 25, 1.1. y 2 de la CADH (Caso Genie Lacayo, 13 de septiembre de 1997, de la CIDH, párrafo 21 –con voto disidente-). Quiero rescatar la vertiente de la efectividad del recurso para tutelar derechos fundamentales, de acuerdo a los criterios vertido por la CIDH. Siguiendo la jurisprudencia del SIDH es posible establecer que el concepto de "efectividad" del recurso presenta dos aspectos. Uno de ellos, de carácter normativo, el otro de carácter empírico. El primero de los aspectos mencionados se vincula con la llamada "idoneidad" del recurso. La "idoneidad" de un recurso representa su potencial "para establecer si se ha incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo necesario para remediarla"(vid., por todos, Caso Durand y Ugarte. Sentencia de 16 de agosto de 2000, de CIDH. Serie C No. 68, párrafo 102), y su capacidad de "dar resultados o respuestas a las violaciones de derechos humanos". La Corte Interamericana, al hablar de los recursos, sostuvo: “Que sean adecuados significa que la función de esos recursos, dentro del sistema de derecho interno, sea idónea para proteger la situación jurídica infringida… Un recurso debe ser, además, eficaz, es decir, capaz de producir el resultado para el que ha sido concebido” (vid., por todos, Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni. Sentencia de 31 de agosto de 2001, de la CIDH. Serie C No. 79, párrafo 111) (las negrillas son mías). Adicionalmente, la CIDH también ha delineado estándares tendientes a la caracterización de un recurso como efectivo y dice que para que estos se consideren efectivos los mismos deben contener: a) la posibilidad del recurso para determinar la existencia de violaciones a derechos fundamentales; b) la posibilidad de remediarlas; c) la posibilidad de reparar el daño causado y de permitir el castigo de los responsables (Caso Loren Laroye Riebe Star, Jorge Barón Guttlein y Rodolfo Izal Elorz, párrafo 81). 5 Un segundo aspecto del recurso "efectivo" es de tipo empírico. Se trata de las condiciones políticas e institucionales que permiten que un recurso previsto legalmente sea capaz de "cumplir con su objeto" u "obtener el resultado para el que fue concebido", que supone que un recurso no es efectivo cuando es "ilusorio". La CIDH ha dicho: “No pueden considerarse efectivos aquellos recursos que, por las condiciones generales del país o incluso por las circunstancias particulares de un caso dado, resulten ilusorios. Ello puede ocurrir, por ejemplo, cuando su inutilidad haya quedado demostrada por la práctica…porque falten los medios para ejecutar sus decisiones; por cualquier otra situación que configure un cuadro de denegación de justicia, como sucede cuando se incurre en retardo injustificado en la decisión…” (Caso Ivcher Bronstein. Sentencia de 6 de febrero de 2001. Serie C No. 74, párrafo 137) (la negrilla es mía). En conclusión, dentro del cuadro de derechos fundamentales en Panamá tenemos el derecho de tutela judicial efectiva, el cual viene dado por nuestra constitución y las normas internacionales. Si bien la CSJ panameña se ha referido al tema, es la CIDH la que ha desarrollado extensamente la noción de tutela judicial efectiva. De acuerdo a esta última es claro que la noción de efectividad del recurso que emana del artículo 25 de la CADH, tanto en su aspecto normativo como empírico, se asocia a la idoneidad del remedio para prevenir, detener, privar de efectos y reparar la afectación al derecho fundamental de que se trate. Es decir, ante la violación de un derecho fundamental, la acción de la tutela judicial efectiva es lograr una reparación idónea del derecho violado. 4. Violación de derechos fundamentales y restauración de derechos en las elecciones a diputado del circuito 6-1, de Chitré. Las elecciones para diputado en el circuito 6-1, en Chitré, se desarrollaron violando el principio de igualdad y no discriminación, además de violar la prohibición constitucional de que un (o unos) candidato (s) recibiera (n) apoyo oficial, directo o indirecto, pues, de acuerdo al fallo dictado por los mismos Honorables Magistrados, que ahora tienen en sus manos la presente solicitud y que declaró que: “Este Tribunal al corroborar los hechos en la demanda con las pruebas aducidas, en cuanto a que se celebraron las elecciones sin las garantías requeridas en la Constitución Política y en el Código Electoral, interpretándose de que sí se utilizó bienes o recursos del Estado para favorecer al candidato (principal y suplente) impugnado, en el circuito 61, provincia de Herrera, concluye que las pruebas allegadas al expediente, fundamentalmente el Informe de Auditoria Especial del IFARHU, arriba analizado, demuestran la configuración de la causal 14 del artículo 339 del Código Electoral, y por lo tanto, la consideración de que se deben celebrar nuevas elecciones en las circunscripción en estudio para el cargo de Diputado; ya que se pudo determinar que el señor Manuel Cohen Salerno, tuvo acceso a recursos del Estado, en beneficio de su campaña política, lo cual lo colocó en una posición de ventaja con respecto a los otros candidatos, especialmente por su condición de Diputado de la República” (la negrilla es mía); el señor Manuel Cohen Salerno, y su Suplente, cometieron actos violatorios de los derechos fundamentales y electorales de mi mandante, señor Guido Spadafora Mejía. Mi representado, Guido Spadafora, utilizó el recurso de nulidad de elecciones por considerar que el impugnado, señor Manuel Cohen Salerno, utilizó ilegítimamente recursos del Estado y eso vicio las elecciones. Tal hecho, sin embargo, puede resultar en un delito 6 electoral si se determina la relación entre la utilización ilegítima de los bienes y recursos del estado y la persona que los utilizó. En este caso, así lo han reconocido los Honorables Magistrados del Tribunal Electoral –como se puede apreciar en la cita de la sentencia arriba trascrita-; sin embargo, tal proceso está diseñado únicamente para anular la elección respectiva y no reparar el daño causado. Es decir, no estamos frente a un recurso idóneo para lograr la restauración del derecho violado –derecho a una elección en condiciones de igualdad y sin discriminaciones, reflejado en el derecho a un sufragio libre e igual y la prohibición de utilización ilegítima de bienes y recursos del Estado-. De acuerdo a nuestro Código Electoral, se debe realizar una nueva elección; sin embargo, se le permite a un contendiente participar aun cuando se ha declarado que tal contendiente violó la ley electoral y las normas y derechos fundamentales de los otros candidatos. La realización de un proceso penal electoral para inhabilitar a tales candidatos es tardío y permite la impunidad de quien violó la ley, lo cual resulta en una afectación ilegítima sobre el resto de los candidatos y sobre los electores mismos. El recurso de nulidad de las elecciones no resulta un remedio eficaz para proteger los derechos fundamentales de mi representado, en su calidad de demandante; es por eso que es imperativo que los Magistrados del Tribunal Electoral, como los más altos administradores de justicia electoral, tomen medidas efectiva para remedir la situación desatada por la utilización ilegítima de recursos del Estado en la elección aludida en este escrito; siendo, en consecuencia, de vital necesidad para los derechos fundamentales de los directamente agraviados y para el sistema democrático panameño, la acogida de una medida que garantice que no se siga vulnerando derechos fundamentales y electorales de mi representado y de los electores del circuito 6-1. Tal medida la hemos denominado –aunque no importa su denominación- solicitud especial de tutela derechos fundamentales electorales y responde a la necesidad de garantizar la idoneidad de la medida restaurativa derivada de la violación del derecho fundamental, remediando, efectivamente, tal violación. Pues, lo violado es un derecho fundamental, como el propio Tribunal Electoral ha reconocido en el fallo de 15 de noviembre de 2014, al referirse al contenido del art. 135 constitucional, afirmando: “Como se podrá observar, la citada norma establece la conservación de principios fundamentales que deben regir todo sistema democrático” (Sentencia de TE, de 15 de noviembre, de 2014, p. 13). En conclusión, la realización de las elecciones para diputado en el circuito 6-1 de Chitré, estuvieron viciadas porque el señor Manuel Cohen Salerno, y su suplente, realizaron conductas ilegales y violatorias de normas constitucionales y derechos fundamentales; tales conductas se describen como un tipo penal que se sanciona con suspensión para ejercer derechos ciudadanos, inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas y cárcel. La anulación de las elecciones y posterior repetición de las mimas dejando competir nuevamente a quien se encontró responsable de realizar las conductas ilegales y contrarias a la constitución, no es un mecanismo idóneo y efectivo para restaurar el daño causado, por lo que el Tribunal Electoral debe utilizar otro camino para restaurar el derecho violado. 7 CONSIDERACIONES GENERALES 1. Nuestro sistema democrático y la Justicia. Señores Magistrados del Tribunal Electoral la situación en la que nos encontramos en este proceso electoral es sumamente crítica y resultará, a no dudarlo, en un punto de inflexión en desarrollo y entendimiento de nuestro sistema democrático. Ningún sistema de administración de justicia ni sistema electoral es perfecto, pero es necesario preservar el elemento de perfectibilidad para lograr una justicia de mayor calidad. En este momento la sociedad panameña se ha visto inundada de corrupción política y electoral y nos damos cuenta que, como tal, no contamos con todas las herramientas adecuadas (idóneas) para poder enfrentar y salir airosos de la situación. Sin embargo, la labor del administrador de justicia es encontrar el camino adecuado para lograr la JUSTICIA; y cuando ésta y el derecho se encuentran poco sincronizados, es obligación del operador de justicia preferir y declarar la justicia. En esta materia electoral, como es de claro y meridiano conocimiento de los Honorables Magistrados del Tribunal Electoral, es el TRIBUNAL ELECTORAL el que tiene la exclusiva facultad y competencia para remediar cualquier situación que afecte derechos electorales, sean estos de nivel constitucional o legal, incluido derechos fundamentales con contenido electoral. De ahí que, y teniendo en cuenta que no se ha establecido un proceso tutelar de derechos fundamentales electorales y/o derechos fundamentales que dan contenido a los derechos electorales, es necesario e imperativo que el Tribunal Electoral tome las medidas necesarias, efectivas e idóneas, para proteger y restaurar el derecho fundamental conculcado. Tales medidas pueden ser tomadas siguiendo los criterios vertidos por la CIDH, la cual es plenamente aplicable en Panamá. 2. La interpretación expansiva de los derechos fundamentales. En las circunstancias actuales del proceso electoral panameño, incluyendo las impugnaciones de elecciones a diversos cargos de elección popular, nos hemos encontrado frente a un vacío normativo que deja en situación precaria la tutela de los derechos fundamentales y legales de los contendientes de las campañas electorales específicas, pero que afecta negativamente toda nuestra sociedad, a los electores del circuito 6-1 y los derechos subjetivos de los candidatos impugnantes. Por eso es necesario recordar que la labor de interpretación extensiva y progresiva de los valores constitucionales y las normas internacionales obedece a la naturaleza expansiva de la interpretación judicial, de acuerdo a las nuevas teorías sobre el respeto de los derechos fundamentales. Nuestra Corte ha expresado que la Convención Americana de los Derechos Humanos forma parte del bloque constitucional (SCSJ, Pleno, de 8 de noviembre de 1990), diciendo, además, que “ciertas normas de derecho internacional, ratificadas en Panamá, pueden tener jerarquía constitucional si consagran derechos fundamentales que son esenciales para el Estado de derecho, pero esto, por ahora, solo concierne al debido proceso legal”. Y aunque se trata de una posición aun poco consolidada, no debemos dudar que el Derecho Internacional de los derechos humanos ha rebasado las fronteras y la soberanía nacional y ha significado una clara transformación del sistema de fuentes del Derecho, qu e en el caso de los derechos y garantía fundamentales y electorales supone una reafirmación y 8 profundización de un modelo político democrático de respeto y tutela de derechos fundamentales en todas sus vertientes. En tal sentido, la protección de los derechos fundamentales ha dejado de ser una cuestión exclusiva interna para pasar a ser una de orden internacional, en donde las instituciones de aplicación e interpretación del derecho se apoyan y se fortalecen con la labor de las instituciones de aplicación e interpretación de las normas internacionales; de ahí que apelemos a que los Honorables Magistrados del Tribunal Electoral se guíen y apliquen lo que nuestra Corte Interamericana de Derecho Humanos ha venido desarrollando en defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos americanos. Como ejemplo de lo afirmado que en el párrafo anterior puede verse la posición de la Corte Suprema de Justicia Argentina, quien han declarado que los tribunales deben seguir la jurisprudencia de la Corte y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. También la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Costa Rica ha considerado que las decisiones de la Corte Interamericana tienen el mismo valor que la norma interpretada de la Convención Americana de Derechos Humanos (vid. H. Jaime Martínez, “Los derechos fundamentales de la persona del trabajador”, Separata de Ensayos sobre Derecho del Trabajo y Derecho de la Seguridad Social, Colección de Estudios Jurídicos N° 19, Tribunal Supremo de Justicia, Caracas, Venezuela, 2008, págs. 430 y 431). 3. El deber de proteger la democracia de los indeseables. Señores Magistrados del Tribunal Electoral la democracia panameña está siendo penetrada masivamente, por indeseables de la política, quienes no se abochornan del repudio público y moral que la sociedad panameña les endilga; estos indeseables han entrado a la casa de la democracia a saquearla, aprovechando una ventana rota que no se ha reparado. Tenemos que llamar a la fuerza pública para que los aprehenda y los encarcele, pero mientras que eso suceda (juicio por delitos electorales) es obligación legal, ética y moral de los padres de la casa democrática sellar la ventana para que no sigan usurpando la democracia, como ha sucedido en las dos últimas elecciones vueltas a repetir en la que estos indeseables compitieron y volvieron a saquear los valores democráticos del pueblo panameño. Son USTEDES los Magistrados del Tribunal Electoral los que pueden y deben ponerle un alto a la delincuencia electoral; respetuosamente les manifiesto que es su responsabilidad, es su deber y es su facultad. Señores Magistrados del Tribunal Electoral tómese en cuenta, también, que los derechos de los votantes del circuito 6-1 han sido violentados por la utilización ilegítima de recursos del Estado con los que se hecho una compra y manipulación ilegal del voto, lo cual viola el derecho de tales votantes a un voto libre e igualitario, tal como lo establece la CPRP, en su art. 135, es decir en libertad e igualdad. Pero acaso lo más grave es que los efectos de los vicios a la voluntad del votante no han cesado y todavía se hacen sentir; la nueva elección estará viciada si participan los mismos que violentaron las garantías mínimas del proceso electoral. SOLICITUDES: Les solicito a los magistrados del Tribunal electoral que declare: 9 1. Que el señor Manuel Cohen Salerno y su suplente NO PUEDEN SER CANDIDATOS en las elecciones especiales del circuito 6-1, o; SOLICITUD ESPECIAL: 1. En caso de ser necesario, y de forma subsidiaria, solicito que se tomen medidas precautorias idóneas, a juicio del Tribunal Electoral, en el circuito 6-1 para garantizar una nueva contienda electoral en igualdad de condiciones. 2. Les solicito a los Magistrados del Tribunal Electoral que le apliquen a esta solicitud el trámite del proceso sumario al que alude el art. 527 del Código Electoral, a efectos de tener una sentencia lo más rápido posible por la URGENCIA NOTORIA de la situación denunciada y en caso de no encontrar un procedimiento exactamente aplicable a esta solicitud, la misma sea tramitada de acuerdo a la analogía con procesos similares, a juicio de los Magistrados, de acuerdo a lo que establece el art. 437 del CE. PRUEBAS: Aduzco como pruebas lo siguiente: 1. La Sentencia de 20 de noviembre de 2014 dictada por este Tribunal Electoral, la cual solicito que sea desglosada del expediente correspondiente e incorporado en el mismo. 2. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justica Panameña, sobre la tutela Judicial Efectiva, especialmente: Sentencia de veinte (20) de enero de mil novecientos noventa y nueve (1999); Sentencia de 4 de abril de 2003; Sentencia de 13 de octubre de 2004 y jurisprudencia sobre tutela judicial efectiva de la Corte Interamericana de Justicia, en especial los casos: Caso Genie Lacayo, 13 de septiembre de 1997; Caso Durand y Ugarte. Sentencia de 16 de agosto de 2000; Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni. Sentencia de 31 de agosto de 2001; Caso Ivcher Bronstein. Sentencia de 6 de febrero de 2001. En ambos casos, solicito que el Tribunal Electoral oficie, si lo estime necesario, a la Corte Suprema de Justicia y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, solicitud de documentación referida a las sentencias citadas. En este último caso le pedimos a los Honorables Magistrados que tal solicitud se surta de acuerdo al art. 52 del Código Electoral. FUNDAMENTO DE DERECHO Fundamento mi solicitud en las siguientes normas jurídicas: 1. Código Lectoral de Panamá: Art. 392.6; 435; 436; 437; 440; 444; 527; 529, entre otros. 2. Constitución Política de la República de Panamá: arts. 4; 19; 20; 189; 214 10 3. Ley 15, de 28 de octubre de 1977 (por la que se aprueba la Convención Americana de los Derechos Humanos): Arts. 1.1, 2 y 25 de CADH. Ciudad de Panamá, a los 26 días del mes de noviembre de 2014. Dr. Vasco Torres De León 9-129-376 Idoneidad N°: 2297 11