perspectiva biológica del entrenamiento deportivo biological

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PERSPECTIVA BIOLÓGICA DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO
Manuel Delgado Fernández
Belén Feriche Fernández-Castanys
Miguel Martín Matillas
Ignacio Chirosa Ríos
RESUMEN: El desarrollo del deporte como fenómeno social, como espectáculo o, simplemente, como consecuencia de la competición ha impuesto unos niveles de eficacia en la metodología
del entrenamiento que para ser alcanzados exigen una rigurosa actualización de su fundamentación
biológica mediante la incorporación o revisión de sus principios y procedimientos a la luz de las nuevas aportaciones que proporciona la investigación científica.
En este trabajo, para justificar el rigor y eficacia del procedimiento de entrenamiento se sugiere una más rigurosa fundamentación fisiológica y el empleo de las posibilidades de control y evaluación de resultados que proporciona la tecnología actual.
PALABRAS CLAVE: Entrenamiento deportivo. Evaluación. Fisiología.
BIOLOGICAL PERSPECTIVE OF SPORT TRAINING
ABSTRACT: Development of sport as a social phenomenon, show or, simply, as a consequence of competition has risen the demand of efficacy of sport training and, consequently, the need of
revision of principles and procedures derived from new research outcomes.
In this work a more accurate physiological basis, the use of control procedures and technological assessment are suggested in order to justify accuracy and efficacy of training procedures.
KEY WORDS:. Sport training. Assessment. Physiology
INTRODUCCIÓN
Nadie duda hoy en día del nivel de complejidad tan elevado que ha alcanzado el
fenómeno deportivo. En la actualidad, el deporte está presente tanto en el “deporte
espectáculo” que pueden estar viendo simultáneamente cientos de millones de per-
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sonas de los cinco continentes, como en el paseo matutino que realizan muchas personas mayores en su “ruta del colesterol” para mantener a este último a raya y adherirse a un hábito saludable que le permita vivir con mayor calidad de vida. En cualquier caso y en ambos extremos de este continuo, se producen una serie de procesos biológicos que explican las respuestas inmediatas y las adaptaciones morfológicas y funcionales con que responde el organismo humano cuando es sometido a
esfuerzo físico. Por supuesto que dichos fenómenos necesitan de mayor conocimiento en el caso del deportista profesional que en el anciano que pasea, dado que en el
primero el número de factores que condicionan su objetivo final es mayor que en el
segundo. La búsqueda del más alto rendimiento deportivo, finalidad de cualquier
deportista, requiere de un conocimiento científico cada vez más complejo e integrado, que hace décadas no era ni imaginable. En este sentido, siguiendo a
Verjoshanski1, caracterizamos el deporte profesional de la siguiente forma2:
— Sucesivo aumento del nivel de resultados deportivos, de por sí ya elevado,
que hace requerir un mayor perfeccionamiento del sistema de preparación
del deportista, así como de la planificación a largo plazo.
— Mayor igualdad en las competiciones deportivas entre un gran número de
atletas, lo que ocasiona una búsqueda de mayor calidad en las diferentes
facetas del entrenamiento, tales como las preparaciones física, técnica, táctica, psicológica y biológica.
— Imposibilidad de seguir incrementando la alta especificidad del entrenamiento moderno, lo que está condicionando formas nuevas de estructurar la organización del mismo para seguir explotando las reservas de la capacidad de
rendimiento del ser humano.
— Imposibilidad de seguir aumentando los ya elevadísimos volúmenes de
entrenamiento (por ejemplo, 12.000 km en remo, 40.000 km en ciclismo,
4.000 km en natación y 8.500 km en carrera de fondo al año, con la consiguiente búsqueda de la calidad del entrenamiento en orientaciones especiales de índole fisiológica, que indiquen cuál ha de ser la forma de llevar a cabo
el mismo, para seguir produciendo las adaptaciones orgánicas pertinentes,
que posibiliten el incremento de la capacidad de rendimiento. Ello está ocasionando la aparición de nuevos medios de entrenamiento, con materiales y
equipos impensables hasta hace muy poco tiempo. Por otra parte, obliga a la
individualización del proceso de entrenamiento.
1
2
Verjoshanski, I.V.: Entrenamiento deportivo. Planificación y programación, Barcelona, Ed. Martínez
Roca, 1990.
Delgado, M. y Feriche, B.: Conceptualización: el entrenamiento deportivo en el ámbito del fenómeno deportivo. En B. Feriche y M. Delgado (Ed): La preparación biológica del deportista en la formación integral del deportista, Barcelona, Paidotribo, 2003, pp. 13-14.
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— Solución de diferentes problemas metodológicos del entrenamiento. Hasta
no hace mucho la actuación intuitiva y de buen sentido del entrenador tradicional, eran elementos suficientes para la creación de métodos de entrenamiento adecuados. Actualmente los niveles de entrenamiento tan elevados han originado que los planteamientos metodológicos tengan que ser
resueltos mediante un trabajo interdisciplinar y científico del entrenador
con otros expertos de las ciencias de la actividad física y el deporte, y de
otras ciencias afines. Así, en el estado de conocimiento actual, parece lícito establecer que la forma metodológica más adecuada para permitir seguir
incrementado los niveles de rendimiento deportivo, se encuentra en utilizar
el modelo de la actividad física de competición en las condiciones de entrenamiento, lo cual convierte a la misma en el centro de interés de la teoría
del entrenamiento3.
La preparación del deportista es, por tanto, un proceso multifacético que utiliza
racionalmente los factores externos que influyen sobre el logro deportivo, para modificar los factores internos que condicionan el mismo. Se entiende por factores internos las posibilidades o potencialidades del individuo, es decir, su talento natural, y por
factores externos, el proceso de entrenamiento y condiciones socio-económicas que
influyen de manera directa en el desarrollo de las capacidades del individuo. Por
dichas razones, la preparación del deportista no sólo incluye el entrenamiento deportivo, sino también la competición (entendida como medio de preparación) y aquellos
otros factores que complementan el entrenamiento y la competición y que intensifican su efecto o aceleran los procesos de recuperación tras el esfuerzo. De forma
generalizada se acepta en la actualidad que la preparación del deportista o el sistema de entrenamiento deportivo se compone de un conjunto de seis tipos de preparaciones (ver tabla 1).
La perspectiva biológica del entrenamiento deportivo se ha centrado principalmente en las preparaciones física y biológica, pero no se debe obviar, como se ha
comentado antes, el carácter integral que tiene el proceso de entrenamiento. En este
sentido, por ejemplo, aunque se podría entender la necesidad de la valoración funcional del deportista para garantizar la calidad de la preparación física, ésta no tiene
sentido si no está integrada con las habilidades técnicas y los comportamientos tácticos que se tienen que generar en situación de competición. Igualmente la utilización
de medidas biológicas de recuperación para acelerar la eliminación de la fatiga acumulada en un microciclo de trabajo, no tendrá sentido ninguno si no se valora paralelamente el estado anímico del deportista o equipo o cómo ha ido evolucionando el
nivel de forma deportiva a lo largo de la temporada. Pero dado el objetivo del presente artículo y la extensión que supondría considerar todas estas interacciones, nos
centraremos en la preparación biológica, considerando que la misma tiene en cuenta el estudio de los procesos de fatiga-recuperación del esfuerzo en la práctica físicodeportiva.
3
Cfr., Bompa, T.O.: Theory and methodology of training. The key to athletic performance. Ed.
Kendall/Hunt Publishing Company. Iowa. 1990; Verjoshanski, I.V.: Entrenamiento deportivo.
Planificación y programación, Barcelona , Ed. Martínez Roca, 1990.
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Preparación
física
Conjunto de medios y actividades, que aplicadas racionalmente, permiten el
desarrollo de las capacidades orgánicas y, por tanto, de las cualidades físicas
al nivel deseado de rendimiento
Preparación
técnica
Conjunto de medios y actividades, que aplicadas racionalmente, permiten
el aprendizaje, perfeccionamiento y dominio del compendio de gestos
óptimos que configuran una especialidad deportiva
Preparación
táctica
Conjunto de disposiciones teórico-prácticas que permiten el aprendizaje
de la adecuada aplicación de la técnica en situaciones de juego, con el fin
de obtener el resultado deportivo programado
Preparación
psicológica
Conjunto de actividades que permiten el desarrollo de los factores psicológicos necesarios para el entrenamiento y la competición
Preparación
biológica
Conjunto de medios y procedimientos que permiten al organismo conservar y/o recuperar su estado de homeostasis funcional, permitiendo, en
definitiva, aumentar las prestaciones del deportista tanto en entrenamiento
como durante la competición
Preparación
teórica
Conjunto de conocimientos básicos que debe adquirir el deportista para discernir los elementos que influyen en el rendimiento deportivo y la forma de
mejorarlos
Tabla 1. Preparaciones del entrenamiento deportivo
LA PREPARACIÓN BIOLÓGICA EN EL PROCESO DE ENTRENAMIENTO
DEPORTIVO.
Es imposible entender las aportaciones al entrenamiento deportivo desde la perspectiva biológica de la ciencia sin considerar el inseparable binomio fatiga-recuperación.
Pero aunque se ha publicado mucho sobre medios, métodos y procedimientos que utiliza la preparación biológica de forma aislada, no existe suficiente documentación de
cómo integrar la misma en el proceso general de entrenamiento deportivo. En este sentido comentamos4 que una adecuada preparación biológica debe contribuir a incrementar la capacidad del organismo para soportar las cargas de entrenamiento y, por tanto,
de incrementar la prestación del atleta durante la competición. Por tanto, ésta debe ser
contemplada dentro del sistema de entrenamiento deportivo y mostrar evidentes relaciones con la preparación física. Por ello no debemos menospreciar las interacciones que
muestra con los demás tipos de preparación: técnica (la fatiga afecta a la calidad de ejecución técnica), psicológica (está definido y demostrado el efecto de la fatiga psicológica sobre el rendimiento, la preparación para competir y la recuperación), teórica (contribuye a la selección de los procedimientos y medios a emplear) y táctica (una buena táctica permite rentabilidad en la acción deportiva).
4
Delgado, M., Feriche, B.: Conceptualización: el entrenamiento deportivo en el ámbito del fenómeno deportivo. En B.Feriche y M.Delgado (Ed): La preparación biológica del deportista en la formación integral del deportista. Barcelona, Paidotribo, 2003, pp. 28-29.
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Considerando la interacción entre preparación biológica y las leyes del entrenamiento deportivo, se debe considerar el estudio de tres elementos que permiten
mejorar dicho proceso y, por tanto, el rendimiento. Estos son: carga de entrenamiento, recuperación de dicha carga y una serie de factores externos que puedan afectar
tanto a la carga como a su recuperación (principalmente estilo de vida y condiciones
ambientales. En el resto del artículo se analizan los mismos.
ANÁLISIS DE LA CARGA DE ENTRENAMIENTO DESDE UN PUNTO DE VISTA
BIOLÓGICO.
La determinación del factor prioritario limitante del esfuerzo y, por tanto, de la fatiga,
puede ser obtenida a partir de la cuantificación de la carga realizada en tres elementos:
Tipo de carga
Causas de fatiga
Carga dinámica de baja intensidad y larga duración (< umbral aeróbico)
No bien delimitadas (sensaciones de malestar y
dolor). Estados de deshidratación, pérdida de
K+ intracelular, aumento de temperatura y
cambios metabólicos (hipoglucemia, ...), hiperamonemia y alteración en la captación de aminoácidos de cadena ramificada
Carga dinámica de intensidad moderada (zona
transición aeróbica-anaeróbica)
Principalmente depleción glucógeno.
Posibilidades de descenso de pH. Estado del
sistema tampón
Carga dinámica de alta intensidad (> umbral
anaeróbico)
Depleción de los fosfágenos y acumulación de
metabolitos (lactato, fósforo inorgánico, ADP,
IMP, amoniaco, etc)
Carga estática o isométrica
Hipoxia. Acúmulo de metabolitos similares a los
de carga dinámica de alta intensidad. Fatiga central neuronal ante cargas máximas mantenidas
Ejercicios de coordinación
Fundamentalmente factores nerviosos (reclutamiento y/o sincronización de unidades motrices,
coordinación agonista-antagonista, nivel de concentración, etc.)
Tabla 2. Causas de fatiga según tipo de carga de entrenamiento
intensidad, volumen y velocidad de ejecución de la carga. Las múltiples formas de combinarse dichos elementos condicionarán diferentes tipos de fatiga. El modelo ideal de
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análisis para determinarla es el estudio de la ergogénesis en competición de cada deporte (aunque a veces también se hace necesario el análisis en entrenamiento). Pero a nivel
general se podría establecer los siguientes modelos de carga-fatiga (tabla 2).
Para controlar adecuadamente el nivel de fatiga condicionado por la carga de
entrenamiento se dispone de un amplio abanico de indicadores biológicos, siendo el
fundamental la reducción del rendimiento o de la capacidad para generar fuerza.
Siguiendo el análisis que ya hicimos en Feriche5, dado que el tipo de actividad que realiza el deportista es de carácter voluntario, la fatiga podría iniciarse en cualquiera de los
pasos intermedios desde la génesis de la orden de movimiento hasta su ejecución por
los grupos musculares responsables. Existen diferentes procedimientos para diferenciarlas. Desde una perspectiva biológica, niveles elevados de amonio, o el incremento
del ratio triptófano libre/ aminoácidos de cadena ramificada, son parámetros frecuentemente relacionados con la fatiga de origen central6. Desde la perspectiva física, puede
emplearse el registro electromiográfico: la reducción conjunta del potencial de acción y
de la fuerza indicaría fatiga central mientras que el mantenimiento del potencial de
acción con reducción de la fuerza mostraría fatiga muscular.
Además, existen otros indicadores físicos y biológicos de la fatiga muscular local:
a) Indicadores físicos de la fatiga muscular local:
— Reducción de la fuerza contráctil (fuerza alcanzable y amplitud de la contracción).
— Aumento del tiempo de relajación.
— Manifestaciones electromiográficas (aumentos de voltaje a una determinada
intensidad de trabajo y/o alteraciones en el electromiograma integrado en
base a la relación entre voltaje del EMG integrado y duración del ejercicio,
reducción de la frecuencia promedio de estimulación, relación entre altas y
bajas frecuencias, disminución de la velocidad de conducción del estímulo y
aumento del tiempo de respuesta ante un estímulo externo).
— Alteración de la calidad de ejecución técnica con el consiguiente riesgo de
lesión. Dolores musculares, contracturas y molestias post-esfuerzo también
son síntomas de fatiga.
b) Indicadores biológicos de la fatiga muscular local:
— A nivel muscular: agotamiento de reservas energéticas (fundamentalmente
PC y glucógeno); acumulo excesivo de lactato y otros metabolitos; alteraciones en la permeabilidad de la fibra.
5
6
Feriche, B.; Delgado, M. y Chirosa, I.: La preparación biológica en la dinámica del entrenamiento
deportivo. En B.Feriche y M.Delgado (Ed): La preparación biológica del deportista en la formación
integral del deportista, Barcelona, Paidotribo, 2003, pp. 65-68.
Viru, A., y Viru M.: Análisis y control del rendimiento deportivo, Barcelona, Paidotribo, 2003.
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— A nivel sanguíneo: alteración de la glucemia, aumento de la concentración de lactato en sangre; hemoconcentración; aumento de K+; aumento de la urea y del
amonio. Detección en sangre de enzimas y proteínas intramusculares indicando
la existencia de daño muscular (CPK, LDH, mioglobina, alfa-actina, etc.)
— A nivel cardiovascular: Modificaciones tensionales; alteraciones del ritmo cardíaco (extrasístoles); modificaciones del ECG (onda T y segmento ST).
— A nivel pulmonar: sensación de falta de aire (disnea); jadeo y modificación del
patrón normal ventilatorio (disminución del volumen de reserva).
— A nivel metabólico: desplazamiento del umbral anaeróbico; disminución de la
eficiencia energética; aumento de la deuda de oxígeno.
— A nivel renal: proteinuria y hematuria de esfuerzo; incremento de la excreción
de 17-hidroxicorticoide, aumento de la creatinuria, enzimas (CPK), mioglobina y de la 3-metilhistidina
— A nivel neurológico: disminución del tiempo de reacción; modificaciones del
reflexograma; reacciones sensoriales diversas (acúfenos, tinnitus,...).
— A nivel termorregulador: hipertermia; aumento del riesgo de golpe de calor.
Para poder analizar el impacto que las cargas de entrenamiento producen en el
organismo, la aparición (o no) de la fatiga, su recuperación y adaptación al estimulo
de entrenamiento, considerando algunos modelos teóricos propuestos7, se pueden
utilizar diferentes parámetros, que serán diferentes según el deporte. A grosso modo,
podríamos hablar de parámetros ergonómicos o parámetros biológicos aunque siendo más meticulosos en la clasificación, y basándonos en la establecida por
Rodríguez y Aragonés8, podríamos establecer las siguientes categorías9:
— Parámetros electrocardiográficos. ECG y FC son los más relevantes.
Aparatos de electrocardiografía y pulsómetros permiten tomar estas medidas
por telemetría, grabarlas y analizarlas gráficamente.
— Parámetros ergoespirométricos: Procedentes de la ventilación pulmonar y del
intercambio de gases durante el esfuerzo. Las técnicas usadas son variadas
(neumotacógrafo, turbina, gasómetro,...). Su registro es más costoso y prác-
7
8
9
Cfr., Morton, R.H.; Fitz-Clarke, J.R. y Banister, E.W.: “Modeling human performance in running”,
J.Appl.Physio, nº 69, (1990), pp. 1171-1177; Fitz-Clarke, J.R.; R.H.Morton y Banister, E.W.:
“Optimizing athletic performance by influence curves”, J.Appl.Physiol., nº 71, (1991), pp. 11511158.
Rodríguez, F.A. y Aragonés, M.T.: Valoración funcional de la capacidad de rendimiento físico. En
J. González (ed): Fisiología de la actividad física y el deporte, Interamericana. McGraw-hill, Madrid,
1992, pp. 237-278.
Feriche, B.; Delgado, M. y Chirosa, I.: La preparación biológica en la dinámica del entrenamiento
deportivo. En B. Feriche y M. Delgado (Ed): La preparación biológica del deportista en la formación integral del deportista. Barcelona, Paidotribo. 2003, pp. 85-86.
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ticamente limitado al laboratorio. Sin embargo con los avances de la tecnología y la aparición de los analizadores de gases portátiles permiten que cada
vez sea más frecuente su uso sobre el terreno.
— Parámetros ergométricos: velocidad, vatios, potencia, fuerzas aplicadas,...
— Parámetros bioquímicos y hematológicos: ácido láctico, glucosa, enzimas,
ácidos grasos, hormonas (testosterona, cortisol,...), serie blanca, serie roja...
— Parámetros dinamométricos; permiten la valoración de la fuerza en diferentes grupos musculares y de sus distintos componentes.
— Parámetros cineantropométricos: pueden elaborar modelos de referencia
sobre la composición corporal, somatotipo, proporcionalidad,...
— Parámetros psico-somáticos: como la percepción subjetiva de esfuerzo (RPE),
cada vez más empleada por su buena vinculación con la carga de trabajo.
— Otros parámetros: biopsias musculares, espectroscopias por resonancia
magnética nuclear, electromiografia, ...
La literatura está repleta de estudios en los que se analiza el impacto biológico de una carga de esfuerzo sobre deportistas de diferentes niveles. Sin embargo,
las conclusiones recogidas de los mismos, aunque pueden orientar al entrenador,
son obtenidas de diferentes poblaciones y bajo condiciones especiales y, por tanto,
deben de interpretarse con cautela. Por dicha razón el entrenador debe conocer la
relación estímulo-respuesta de cada atleta. Esta relación ha de establecerse en el
laboratorio y/o sobre el terreno junto a la monitorización que una tercera persona,
un observador o el entrenador realice de los entrenamientos. El conocimiento del
impacto de las cargas es lo que conforma la base de estructuración lógica del
entrenamiento. Veamos en el siguiente apartado como realizar dicho análisis, base
del control y monitorización tanto del deportista como del propio proceso de entrenamiento.
MONITORIZACIÓN Y CONTROL DEL DEPORTISTA Y DE SU
ENTRENAMIENTO.
Cuando se realiza una evaluación del deportista se debería tener en cuenta dos
consideraciones10:
— que los datos obtenidos deben ser remitidos al entrenador en el menor tiempo posible con una información meticulosa pero comprensiva en el área del
especialista que redacta el informe.
— que los datos obtenidos constituyen para el entrenador un punto de partida o
de retroalimentación y corrección continua de la planificación.
10
Ibid.: pp. 86-88
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Por su parte, la monitorización del entrenamiento tiene por objetivo cuantificar el
impacto de las cargas de trabajo de cara a poder ajustar los sucesivos estímulos y
asegurar (o no) la recuperación. Esto no significa que deban de cuantificarse todos
los entrenamientos. La monitorización debe de ser un proceso moldeable y preferentemente orientado a cuantificar aquellos entrenamientos previsiblemente exigentes
de manera que no se tecnifique excesivamente el proceso. Esto no exime que pueda
ser el propio atleta el que transmita sus propias sensaciones al entrenador o las refleje en un diario. El principal problema que aparece en el momento de monitorizar una
sesión del entrenamiento es el propio carácter del deporte y de la dinámica de preparación de los deportistas. Así, en deportes colectivos es difícil que se corresponda
lo que el entrenador planifica con lo que el atleta realiza.
Hay diferentes formas de controlar o monitorizar el entrenamiento deportivo11:
— a) diarios de entrenamiento
— b) cuestionarios de entrenamiento
— c) monitorización fisiológica del entrenamiento
— d) observación.
Como combinación de las herramientas anteriores, una de las principales herramientas que venimos empleando en el control del entrenamiento deportivo es la
denominada percepción subjetiva del esfuerzo (RPE). Descrita por Borg en los años
60, ha venido mostrando una vinculación con la carga de trabajo más estrecha que
la de los demás marcadores fisiológicos (como el lactato, la FC o VO2) en condiciones diversas como la altura12 o la ingestión de alcalinizantes13. También lo hemos
empleado con éxito en el control de la intensidad de las sesiones de entrenamiento
en discapacitados14. Por ejemplo, durante un protocolo en rampa destinado a la
determinación de los umbrales ventilatorios en ciclistas profesionales15, los sujetos
eran preguntados por su RPE 10 sg cada 2 min o 50 watt. Posteriormente ejecutaron
un test de estado estable de 10 min a la carga vinculada a su primer (VT1) y segundo umbral ventilatorio (VT2), al final de las cuales fueron igualmente preguntados
sobre su RPE. Observamos una reproducibilidad absoluta de la RPE en el VT2. Para
11
12
13
14
Hopkins, W.G.: “Quantification of training in competitive sports. Methods and applications”, Sports
Med, nº 12, (1991), pp. 161-183.
Feriche, B.; Delgado, M. y Álvarez, J.: “Efecto del ascenso súbito a una altitud moderada sobre la
percepción subjetiva de esfuerzo a diferentes intensidades de ejercicio”, Motricidad, nº 4, (1998),
pp. 59-74.
Feriche, B.; Delgado, M.; Álvarez, J.: “Efecto de la ingestión de un alcalinizante sobre la percepción
subjetiva de esfuerzo durante un test incremental”, Arch Med Dep, nº 16, (1998), pp. 335-342.
López, G; Baena, P.A; Lozano, M y Zabala, M.: Application of a protocol for exercise intensity perception in subjects with multiple sclerosis exercising in the water. Biomechanics and Medicine in
Swimming X. J.P. Vilas-Boas, F. Alves, A. Marques (eds.), Portuguese Journal of Sport Sciences,
(2006), Suppl 2.
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cargas livianas, la RPE no se mostró como un buen marcador de intensidad de
esfuerzo, por lo que desaconsejamos su uso, al menos en poblaciones de deportistas. Hemos podido corroborar este aspecto en circunstancias variadas como en el
caso de judokas16 o de jugadores de balonmano17.
En el primero de los casos, 8 judokas de nivel internacional fueron monitorizados durante un combate en términos de FC y preguntados sobre su RPE al final de
los mismos. Para determinar la intensidad del combate elaboramos el índice de fatiga relacionando el tiempo de combate con la FC (figura 1). Elaboramos dos índices
procedentes de la relación FC con tiempo total del combate (IpW) y/o la relación FC
con el tiempo de lucha (IpT), excluyendo aquellos períodos en los que el yudoca no
está combatiendo.
Figura.1. Representación esquemática de las magnitudes involucradas en la elaboración del índice de esfuerzo (). La
línea horizontal muestra el tiempo total del combate. La línea vertical muestra la FC. La línea base es representada
con el valor de referencia y el periodo de esfuerzo una vez los periodos en los que no hay combate han sido eliminados. El ( ) se define como la diferencia entre ambas áreas coloreadas18.
Ambos índices mostraron buena correlación entre ellos y con un valor de RPE
integrado registrado al final del combate (tabla 3). Los resultados de este estudio
indican que la RPE es un marcador de esfuerzo válido en competición. Este tipo
de marcador es interesante en esta disciplina donde el uso de pulsómetros no está
15
16
17
18
Feriche, B; Vaquero, A.F.; Ruiz, M.P.; Lucía, A. y Chicharro, J.L.: “Use of a fixed value of RPE during
a ramp protocol: comparison with the ventilatory threshold”, J. Sports Med., nº 38, (1998), pp. 35-38.
Bonitch, J.; Ramirez, J., Femia, P; Feriche, y Padial, P.: “Validity of the relation between heart rate
and rating of perceived exertion in a judo competition” nº 58, (2005), pp. 23-28.
Feriche, B.; Chirosa, L.J.; Chirosa, I.: “Validez del uso de la RPE en el control de la intensidad de
entrenamiento en balonmano”, Arh.Med.Dep, nº 19, (2002), pp. 377-383.
Bonitch, J.; Ramirez, J.; Femia, P; Feriche, B. y Padial, P.: “Validity of the relation between heart
rate and rating of perceived exertion in a judo competition, nº 58, (2005), pp. 23-28.
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permitido y la determinación de lactatos es molesta para los practicantes, pudiendo afectar a su rendimiento19.
Tabla 3. Coeficiente de correlación de Spearman (r) entre la percepcción subjetiva de esfuerzo y los índices de
esfuerzo.
En el segundo de los casos, hemos trasladado el empleo de la RPE al campo del
entrenamiento en deportes colectivos. En esta disciplina, el uso de marcadores habituales como la FC es complicada (modulaciones de intensidad) y la del lactato poco representativa, dada la combinación de intensidades en la misma sesión. Para ello, realizamos un análisis comparativo entre las FC y las RPE registradas en laboratorio y las obtenidas a lo largo de 4 sesiones consecutivas de un microciclo de choque (4 sesiones de
entrenamiento + competición), en un equipo de Balonmano de división de honor de la
Universidad de Granada. Las FC de las sesiones fueron registradas mediante el uso de
Figura 2. Ejemplo de determinación de la frecuencia cardíaca representativa21.
19
20
21
Ibid.
Ibid.
Feriche, B.; Chirosa, L.J.; Chirosa, I.: “Validez del uso de la RPE en el control de la intensidad de
entrenamiento en balonmano”, Arh.Med.Dep., nº 19, (2002), pp. 377-383; Feriche y Delgado: La
preparación biológica en la formación integral del deportista, Ed. Paidotribo, Barcelona, 2003.
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pulsómetros. Las FC representativas de las sesiones se determinaron mediante el cálculo de la inversa de la altura de la curva de los inversos FC vs tiempo (figura 2).
Para este propósito es necesario eliminar de las curvas los “out-liners” y los tiempos
de pausa prolongada que afecten a la FC. Al finalizar los entrenamientos los jugadores
fueron preguntados por un valor integrado de RPE. Los resultados se muestran en las
tablas 4-7. En todos los casos, obtuvimos una magnifica correlación entre la FC de la
sesión y la RPE en el terreno sin que se diferenciaran de la relación RPE-FC establecida previamente en el laboratorio. La única excepción se obtuvo en la única sesión ejecutada a una FC inferior a la vinculada al VT1. Por esta razón pudimos concluir que la RPE
es un procedimiento válido en la monitorización de la carga de ejercicio en deportes
colectivos como el balonmano. Para esfuerzos situados en o por debajo del umbral aeróbico, la FC constituirá un mejor indicador que la RPE de la intensidad de esfuerzo22.
VT1
VT2
70,05 ± 5,88
84,15 ± 5,77
FC (lpm)
162 ± 9
177 ± 8
RPE
10 ± 2
14 ± 1
%VO2max
Tabla 4. Porcentaje del consumo máximo de oxígeno (%VO2max), frecuencia cardíaca (FC) y percepción subjetiva de esfuerzo (RPE) obtenida en los umbrales ventilatorios (VT1 y VT2)23.
RPE
R
P
RPE
FC (lpm)
0.954
0.000
%VO2max
0.984
0.000
%VO2max
FC (lpm)
R
P
R
P
0.954
0.000
0.984
0.000
0.989
0.000
0.989
0.000
R = resultado de la correlación. P= significación de la correlación. Feriche y cols, Arch Med Dep, 19:377-383,
2002
Tabla 5. Resultado del análisis de correlación de Pearson entre la percepción subjetiva de esfuerzo (RPE), frecuencia cardíaca (FC) y porcentaje del consumo máximo de oxígeno (%VO2max) durante los test de laboratorio.
22
23
Cfr., Gómez, L.; Vallejo, L.; Chirosa, I.; Feriche, B.: Monitorización del entrenamiento como medio
de prevención de la fatiga crónica en el jugador de balonmano, en J.L.Chirosa, J.Viciana (Ed): El
entrenamiento integrado en deportes de equipo, Reprografía Digital, 2001, pp. 175-190; Feriche,
B.; Chirosa, L.J. y Chirosa, I.: “Validez del uso de la RPE en el control de la intensidad de entrenamiento en balonmano”, Arh.Med.Dep., nº 19, (2002), pp. 377-383.
Feriche, B.; Chirosa, L.J. y Chirosa, I.: “Validez del uso de la RPE en el control de la intensidad de
entrenamiento en balonmano”, Arh.Med.Dep., nº 19, (2002), pp. 377-383
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RPE entrenamiento
RPE estimada
Sesión
1
2
3
4
1
2
3
4
Media
13
14
14
12
11
11
12
9*
DE
1
1
0
1
3
3
3
2
* diferencia con la RPE de entrenamiento p<0.0524.
Tabla 6. Resultado del análisis comparativo entre la percepción subjetiva de esfuerzo (RPE) obtenida en cada una
de las sesiones de entrenamiento y la estimada en el laboratorio.
Entrenamiento
Laboratorio
Sesión
1
2
3
4
VT1
%VO2max
73,42±11,57
70,55±8,54
81,03±5,13
64,53±5,21
70,05 ± 5,88
FC (lpm)
159 ± 16
158 ±11
166 ± 6
148 ±13
162 ± 9
RPE
13 ± 1 *
14 ± 1 *
14 ± 0 **
12 ± 1
10 ± 2
* diferencia con VT1 p<0.05; ** p<0.0125.
Tabla 7. Análisis comparativo entre los valores del porcentaje del consumo máximo de oxígeno (%VO2max), frecuencia cardíaca (FC) y percepción subjetiva de esfuerzo (RPE) obtenidos durante las sesiones de entrenamiento
y los correspondientes al primer umbral ventilatorio (VT1).
En los últimos años hemos dedicado una importante parte de tiempo a la monitorización del entrenamiento de fuerza, tanto en su componente mecánico (potencia
y velocidad de desplazamiento de la barra) como en su componente metabólico
(intercambio gaseoso), tomando como referencia un método clásico de hipertrofia
como es el 10x10. El ejercicio seleccionado fue sentadilla a 90º ejecutadas a máxima velocidad, con la carga vinculada a la potencia máxima del ejercicio y 3 min de
recuperación entre series26.
El componente metabólico lo analizamos por el método clásico a partir del análisis del intercambio gaseoso (CPX de Medical Graphics) durante el ejercicio y su
comparación con los umbrales aeróbico y anaeróbico previamente determinados en
laboratorio. El componente mecánico se realizó comparando la velocidad de desplazamiento de la barra y la potencia desarrollada (Isocontrol 3.6) a lo largo de las repe-
24
Ibid.
Ibid.
26 Chirosa, I.; Feriche, B.; Martínez, M; Calderón, C.M; Braga, R. y Padial,P.: “El ascenso a una
altura moderada mejora la capacidad de producción de fuerza”, Arch Med Dep, (2006), (en
prensa).
25
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ticiones y series del método con la obtenida en la potencia máxima durante una curva
fuerza-velocidad previa27.
No observamos un efecto de la fatiga sobre las velocidades y potencias desarrolladas a lo largo de las 10 series, indicando que los 3 min de recuperación permitieron una
recuperación adecuada de la capacidad de trabajo mecánico del músculo (figuras 3 y 4)
Figura 3. Potencia desarrollada en método 10x10 con 3 min de recuperación28.
Figura 4. Velocidad desarrollada en método 10x10 con 3 min de recuperación29.
Sin embargo, durante la ejecución del 10x10 pudimos observar un desfase significativo entre el VO2 y la FC alcanzadas al final de cada serie y el pico, registrado
este último entre 14 y 18 sg después. Ambos parámetros incrementaron una vez fina27
28
29
Ibid.
Ibid.
Ibid.
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lizadas las correspondientes series entre un 10 y un 25 % aproximadamente para la
FC y el VO2 respectivamente, desfase que se mantuvo estable a lo largo de las 10
series (figuras 5 y 6). En todos los casos el VO2 registrado se mantuvo por debajo o
en el umbral aeróbico, mientras que la RPE registrada al final de cada serie mostró
un incremento progresivo desde la primera a la última (figura 7).
Figura 5. Dinámica del consumo de oxígeno desarrollada en método 10x10 con 3 min de recuperación 30.
Figura 6. Dinámica de la frecuencia cardíaca desarrollada en método 10x10 con 3 min de recuperación31.
Por tanto, si bien no hay saturación de la ruta aeróbica durante el ejercicio, la
sobrecarga moderada parece generar una restricción del flujo al músculo que afecta
a la recuperación inmediata. La estabilidad observada en los parámetros metabólicos
como ocurrió con lo mecánicos, indica que 3 min permiten una recuperación funcio30
31
Ibid.
Ibid.
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Figura 7. Dinámica de la RPE desarrollada en método 10x10 con 3 min de recuperación32. (RPEL, RPE local;
RPEC, RPE central; RPET, RPE total).
nal completa entre series. Sin embargo, el comportamiento de la RPE registrado en
este caso, parece no reflejar el metabolismo implicado durante el ejercicio de musculación. Su comportamiento a lo largo de las series podría ser indicador de la fatiga
neuronal acumulada.
ANÁLISIS DE LOS PROCESOS Y MEDIOS DE RECUPERACIÓN DENTRO DEL
ENTRENAMIENTO DEPORTIVO
En el binomio fatiga-recuperación condicionado por la carga de trabajo, eje del
análisis de los proceso biológicos que afectan al entrenamiento deportivo, la recuperación no debe ser entendida tan solo en el sentido de descanso. Es otra variable que
manipulada adecuadamente condiciona la mejora de las propias cargas y los ciclos
de entrenamiento, originando, como se exponía previamente, una mejor y más rápida supercompensación de los procesos de adaptación funcional. En este sentido,
basándonos en Gutiérrez y Castillo, se puede hablar de33:
— Recuperación o restitución sincrónica a los medios que se aplican dentro de
la sesión de entrenamiento, destinados a reponer las pérdidas hídricas y de
glucógeno que se producen durante el ejercicio (ej., hidratación entre ejercicios dentro de una sesión de fuerza).
— Recuperación o restitución primaria a los medios que se aplican entre sesiones
de entrenamiento, incluso dentro de un mismo día, con la finalidad de rehidratar, recuperar los niveles de glucógeno muscular y eliminar los productos de
32
33
Ibid.
Gutiérrez, A.; Castillo, M.J.: Factores fisiológicos de integración en el proceso del entrenamiento
deportivo. En L.Chirosa; J.Viciana (ed): El entrenamiento integrado en deportes de equipo,
Reprografía digital Granada, Granada, (2001), pp. 83-99.
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desecho de la actividad metabólica previa a la siguiente sesión (ej., administrar
una bebida glucosada y con proteínas en las horas posteriores al esfuerzo).
— Recuperación o restitución secundaria a los medios que se aplican en una
sesión como medida complementaria a la restitución sincrónica y primaria.
Su objetivo será normalizar las funciones vegetativas, el funcionamiento del
SNC, los procesos bioeléctricos y la restitución de la capacidad de acumulación de energía (ej., la ejecución de una sesión de estiramientos y de ejercicios de propiocepción tras otra de trabajo anaeróbico intenso).
— Recuperación o restitución del sobreentrenamiento, en la que la preparación
biológica actúa como una medida terapéutica.
El conocimiento de la dinámica de la recuperación en los diferentes sistemas
orgánicos implicados en la práctica físico-deportiva, ayuda de forma clara en la planificación de estos tipos de recuperación y, por ende, en la programación global del
entrenamiento, tanto en lo referido a los ejercicios aislados, a las sesiones y a los
ciclos de entrenamiento, principalmente los microciclos.
Teniendo en cuenta algunos trabajos propios, se puede observar la recuperación
de diferentes parámetros fisiológicos tras un test incremental máximo (figura 8).
Figura 8. Curvas de recuperación de VO2máx, Ve, FC y concentración de lactato sanguíneo tras la ejecución de
un test incremental máximo en sujetos moderadamente entrenados34.
Por su parte, Barbany35, determina los siguientes tiempos de recuperación
para diferentes tipos de sesiones de orientación preferente (tabla 8):
34
35
Feriche, B.; Delgado, M.;Rodríguez, M. y Álvarez, J.: “Análisis de la exposición a la altura y de la
ingestión de citrato sódico sobre la recuperación posterior a un esfuerzo máximo”, Arch Med Dep,
nº 85, (2001), p. 400.
Barbany, J.R.: Entrenamiento, fatiga física, ayudas ergogénicas y dopaje. En Fundamentos de
Fisiología del ejercicio y del entrenamiento, Barcanova, Barcelona. 1990.
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TENDENCIA
HORAS DE RECUPERACIÓN
Anaeróbico Aláctico
< 24
Anaeróbico Glucolítico
48 a 72
Anaeróbico-Aeróbico
24 a 48
Aeróbico (VO2 Max)
48 a 100
Fuerza Explosiva
24 a 48
Fuerza Máxima
48 a 72
Resistencia De Fuerza
48 a 72
Velocidad De Desplazamiento
24 a 48
Tiempo De Reacción
24 a 72
18
Rapidez De Ejecución
Amplitud De Movimientos
6 a 12
Habilidades Coordinativas
6 a 24
Tabla 8. Tiempos de recuperación en base a la orientación preferente de la carga en la sesión
La información disponible sobre los medios para conseguir que la recuperación
sea adecuada sigue incrementándose notablemente, aunque habitualmente los estudios llevados a cabo lo hacen con el análisis de medidas concretas. De forma sintética y buscando el carácter integrador de los mismos, exponemos a continuación diferentes figuras que resumen los diferentes tipos de medios de recuperación a utilizar,
tal y como ya hicimos en Feriche y Delgado36. En la figura 9 se muestra un esquema
global de todos ellos.
Atendiendo al objetivo del presente artículo, los medios médicos-biológicos pueden ser divididos a su vez en los siguientes: alimentación, medidas farmacológicas y
medidas físicas. Sobre alimentación del deportista la información disponible es muy
amplia, inabarcable en este texto, salvo las consideraciones más importantes que se
recogen posteriormente a modo de directrices generales, por lo que remitimos al lector a otros textos especializados en la misma37. Pero a modo de ejemplo, ser presenta a continuación un modelo para hacer un seguimiento de la alimentación de deportistas de élite. Considerando la íntima relación entre la nutrición y la composición corporal, se pueden realizar intervenciones en hábitos alimentarios, como la realizada
en jugadoras de superliga femenina española de voleibol38. Estudiamos la evolución
del peso corporal a lo largo de la temporada, en función de la variación de la masa
36
37
38
Feriche, B.; Delgado, M.; Álvarez, J.: “AOD comparison of different high-intensity intermittent exercises at moderate altitude: descriptive study”, Med Sport, nº 56, (2003), pp. 85-93.
Vid.., Delgado, M., Gutiérrez, A. y Castillo, M.J.: Entrenamiento físico-deportivo y alimentación. De
la infancia a la edad adulta, (3ª edición), Paidotribo. Barcelona. 2004.
Frideres, JE.; Martín-Matillas, M. y Palao, JM.: “Supervision program of weight, somatotype and
nutrition in volleyball”, Coaching Volleyball, (Jul/Aug, 2005), pp. 14-17.
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Figura 9. Clasificación de los medios de recuperación
magra y de la masa grasa, así como la relación existente con las cargas de entrenamiento y con dichos hábitos alimentarios, pero implicando a las jugadoras en el proceso y haciéndolas partícipes de la importancia para su salud y para la mejora del
rendimiento. El objetivo final era desarrollar la autonomía de la jugadora, de forma
que poseyera la información, los conocimientos y los medios para mantener unos
hábitos adecuados y adaptados a sus necesidades, intentando eliminar el sistema
tradicional sancionador que tan solo considera el control de peso total para evitar desequilibrios en la conducta alimentaria y a nivel psicológico, tal y como se aprecia en
la tabla 9.
MÉTODO TRADICIONAL
MÉTODO PROPUESTO
- Peso corporal total
- Una sola medida como referencia
- Baja implicación de las jugadoras en el proceso (objetivos impuestos)
- Aplicación de sanciones cuando los objetivos
no son cumplidos
- Control dietético insuficiente o inadecuado
- Riesgo de alteraciones en la conducta alimentaria por la ansiedad y el estrés provocado con
el control de peso
- Composición corporal (método antropométrico)
- Evolución de varias medidas para establecer
la “línea” individual de referencia
- Las jugadoras y el cuerpo técnico establecen
los objetivos de forma conjunta (objetivos
propuestos)
- Información y diálogo (aportación de medios
para la consecución de objetivos)
- Asesoramiento y registros dietéticos. Balance
energético (ingesta – gasto)
- Adaptación de los patrones alimentarios a las
necesidades de las jugadoras
Tabla 9. Diferencias entre los métodos tradicionales y el método propuesto
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Se sustituyó el simple control de peso por el método antropométrico que ofrece
mayor información y más aproximada a la realidad. Es posible que un incremento
de peso se considere inadecuado cuando en realidad puede ocurrir que se deba a
un aumento de masa magra, es decir, un aumento de masa muscular, que podría
ser uno de los objetivos de la preparación física. Este control antropométrico se realizó como se expone en la tabla 10.
Recomendaciones.
— Si la evolución de las jugadoras es adecuada, bastaría con 3 o 4 mediciones
de la composición corporal coincidiendo con momentos clave dentro de la
planificación general. Y 2 registros dietéticos (al inicio y al final de temporada).
Variables estudiadas en el programa.
• Peso, talla, edad y sexo
• Pliegues cutáneos: tríceps, subescapular, suprailíaco, abdominal, muslo y gemelo
• Diámetros óseos: muñeca, codo y rodilla
• Perímetros: biceps contraido, cintura, cadera y gemelo
• Ingesta de energía: registro de 3 días (uno de ellos de fin de semana). Las jugadoras anotan las comidas, bebidas y suplementos que toman, indicando las cantidades, características y forma de preparación
• Gasto energético. Evaluado mediante hoja de registro de clasificación del número de horas de actividad física en función de la intensidad
Índices de referencia más comunes.
• IMC (Índice de Masa Corporal) Kg/m2
• RAC (Ratio Abdomen - Cadera)
• Sumatorio de pliegues (tres o seis pliegues)
• Porcentajes de masa magra y masa grasa.
• Componentes del somatotipo: endo-, meso- y ectomorfia
• Energía y nutrientes obtenidos de la dieta (proporciones de hidratos de carbono, grasas y proteínas)
• Gasto energético (registro del Metabolismo Basal y de la Actividad realizada)
• Balance energético (relación ingesta - gasto).
Tabla 10. Propuesta de medidas, índices de referencia y recomendaciones.
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29
— Las medidas antropométricas se deben realizar antes de entrenar y siempre
bajo las mismas condiciones para obtener resultados comparables (lugar,
hora del día, temperatura, etc.)
En las entrevistas del equipo técnico con las jugadoras, se verificó una mejora
del conocimiento en alimentación y nutrición, acompañado de una mayor autonomía
en sus hábitos, a la vez de una reducción del estrés o ansiedad provocada por el
método tradicional de control de peso.
Respecto a las medidas farmacológicas (figura 10) más investigadas se hayan
la utilización de dosis elevadas de vitaminas y minerales (muy en consonancia con
algunos principios de la nutrición del deportista en fase de entrenamiento-competición) y el uso de ayudas ergogénicas.
A este respecto, hemos trabajado fundamentalmente en el uso de alcalinizantes. En
la revisión bibliográfica realizada por Requena y cols (2005) sobre el efecto del bicarbonato y del citrato sódico, se concluye que las dosis que han mostrado mejores resultados son del 0.3 y 0.5 g·Kg-1 de masa corporal de bicarbonato o citrato sódico respectivamente, administradas 90 o 120 min previamente a la ejecución de actividades de ela-
Figura 10. Clasificación de las medidas de recuperación médico-biológicos de recuperación de tipo farmacológico.
(HMB, beta hidroximetil-betabutirato)
vada intensidad y mantenidas el tiempo suficiente como para generar diferencias de gradiente de concentración en la carga de H+. Sin embargo, la variabilidad de los resultados obtenidos y los efecto adversos asociados a estas elevadas dosis prácticamente exigen una familiarización previa.
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Otro de los ámbitos en los que hemos analizado el efecto de la ingestión de alcaninizantes ha sido la altura. presentado algunos trabajos de investigación con el uso de
citrato sódico para mejorar el mejorar el rendimiento en altitud. En estos trabajos, partimos de la hipótesis de que una alcalosis metabólica, adicional a la generada por la hipoxia, podría favorecer la capacidad tampón del músculo y de la sangre retrasando el descenso del pH, el inicio de la acumulación de lactato, y por ende, el rendimiento en el
umbral de lactato y en el ejercicio de tipo anaeróbico. Para comprobar la hipótesis los
sujetos ejecutaron dos test de esfuerzo en normoxia (N) e hipoxia (H). Inicialmente un
test máximo incremental y posteriormente un test de estado estable hasta el agotamiento a carga final alcanzada durante el incremental previo. El registro de un aplanamiento
en la curva del VO2 durante el protocolo incremental en todos lo sujetos examinados (en
un promedio de 25 vatios antes del final del ejercicio), no sólo constituye un criterio de
maximalidad, sino que debido a la pérdida de la relación lineal entre la carga y el VO2,
sobrevaloramos la intensidad de la misma asociada al VO2max en un valor medio de 12
vatios. En todos los casos incluidos en el análisis estadístico, la fatiga apareció entre los
minutos 2 y 4.
Otros estudios, observan como el tiempo de mantenimiento del ejercicio a la intensidad correspondiente al VO2max está comprendido entre los 3 y los 6 minutos, con una
oscilación del 25%39. Durante nuestro estudio, la aparición de la fatiga se generó entre
los minutos 3 y 4 lo que ratifica la condición de carácter supramáximo del test de carga
estable de elevada intensidad. En los resultados obtenidos, pudimos comprobar que H
parece no ser el único factor limitante en el rendimiento de tipo anaeróbico, y que el
mecanismo encargado de la salida de los protones desde el músculo hacia el torrente
sanguíneo parece estar limitado o saturado por un exceso del tampón extracelular40.
Esta saturabilidad de la producción anaeróbica de energía en altitud súbita han sido posteriormente ratificados por otras estudios realizados por nuestro equipo en esfuerzos
intermitentes de elevada intensidad41.
Por su parte, entre las medidas físicas (figura 11) destacan principalmente la utilización
de procedimientos fisioterapéuticos como el masaje, la termoterapia y la electroterapia.
39
40
41
Cfr., Billat, L.V.; Koralsztein, P.: “Significance of the velocity at VO2max and time to exhaustion at
this velocity”, Sport Med, nº 22, (1996), pp. 90-108; Hill, D.W.; Williams, C.S. y Burt, S.E.:
“Resposes to exercise at 92% and 100% of the velocity associated with VO2 max”, Int J. Appl
Physiol, nº 18, (1997), pp. 325-329.
Feriche, B.; Delgado, M.; Álvarez, J.: “Efecto del ascenso súbito a una altitud moderada sobre la
percepción subjetiva de esfuerzo a diferentes intensidades de ejercicio”, Motricidad, nº 4, (1998),
pp. 59-74; Feriche, B; Delgado, M.; Álvarez, J.: “Effect of sodium citrate on exhaustion time during
high intensity exercise under acute moderate hypoxia”, Med Sport, nº 53, (2000), pp. 179-184;
Feriche, B.; Delgado, M.; Rodríguez, M.; Álvarez, J.: “Análisis de la exposición a la altura y de la
ingestión de citrato sódico sobre la recuperación posterior a un esfuerzo máximo”, Arch Med Dep,
nº 85, (2001), p. 400; Feriche, B.; Delgado, M.; Álvarez, J.: “The effect of sodium citrate intake on
anaerobic performance in normoxia and after the sudden ascent to a moderate altitude”, J. Sports
Med. Phys. Fitness, nº 42, (2002), pp. 179-185.
Feriche, B.; Delgado, M.; Calderón, C. MD, Lisbona, O.; Chirosa, I.J.; Miranda, MT.; Fernández, JM.
MD. y Álvarez, J. MD: “The effect od acute moderate hypoxia on accumulated oxygen deficit during
intermittent exercise in non-acclimatized males”, J. Strength and Cond Res, (2006, en prensa).
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Figura 11. Clasificación de las medidas de recuperación médico-biológicos de recuperación de tipo físico.
Con el fin de entender la integración de estas medidas en el proceso global de
entrenamiento deportivo, hemos propuesto a modo de ejemplo las siguientes directrices42, tomando como referente propuestas aplicadas al baloncesto43.
— Antes del entrenamiento o competición se recomienda:
•
Haber dormido al menos 10 horas.
•
Descanso activo ( sobretodo antes de la competición).
•
Dieta alcalina y rica en hidratos de carbono. El contenido de esta dieta
puede variarse en función de los objetivos del entrenamiento. Por ejemplo, si el entrenamiento es de fuerza y buscamos incremento en la masa
muscular la dieta deberá de ser rica en proteínas e hidratos de carbono
para facilitar la adaptación muscular al entrenamiento44.
•
Relajación muscular y mental (no en todos los casos).
•
Hidroterapia (normalmente ducha, aunque en casos de ansiedad puede
recomendarse el baño caliente el día anterior).
— Durante el entrenamiento o competición.
42
43
44
Cfr., Feriche, B.; Delgado, M.: Los medios de recuperación. En B. Feriche y M. Delgado (Ed): La
preparación biológica del deportista en la formación integral del deportista, Barcelona, Paidotribo,
2003, pp. 171-173.
Cfr., Delgado, M., Gil, F.J.: “Preparación biológica en baloncesto (1ª parte)”, Revista de entrenamiento deportivo. XI, nº 2, (1997), pp. 12-15; Delgado, M. y Gil, F.J.: “Preparación biológica en
baloncesto (2ª parte)”, Revista de entrenamiento deportivo. XI, nº 3, (1997), pp. 36-41.
Delgado, M.: Nutrición y ayudas ergogénicas para optimizar el acondicionamiento muscular. En:
P.L. Rodríguez (coord.): Acondicionamiento muscular en salas de musculación. Bases científicomédicas para un ejercicio físico saludable, Madrid, Panamericana científico-médica, 2006, (en
prensa).
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24
•
Realizar siempre un buen calentamiento, que puede precederse de un
masaje de pre-competición;
•
Hidratación adecuada aún cuando no se tenga sed (energética en actividades de larga duración y alcalina si existe acidosis). El contenido de
la bebida puede estar condicionado por el objetivo de la sesión. Por
ejemplo, si es tolerancia a la acidosis nos interesa que se acidifique y
que la salida del lactato no se vea facilitada para exponer a los músculos a un pH bajo.
•
Masaje de competición;
•
Ducha fría. Durante competiciones prolongadas. El agua debe de estar
entre unos 18-20ºC y aplicarse durante 1-2 min. Puede combinarse con
el masaje;
•
Oxigenoterapia.
— Inmediatamente después (hasta 2 h) de finalizar el entrenamiento o competición.
•
Realizar un enfriamiento o vuelta a la calma acorde con el contenido de
la sesión.
•
Hidratación con bebida regenerativa y/o desintoxicante (con alcalinizante para eliminar ácido láctico; con arginina o taurina para eliminar ácido
úrico y urea; con arginina y aminoácidos como el malato de citrulina
para eliminar el ión amonio, con vitaminas C, E, con taurina, cisteina o
coenzima Q10 como antioxidantes y con aminoácidos de cadena ramificada y L-carnitina para la recuperación del metabolismo lipídico).
•
Hidroterapia: baño frío o ducha fría seguida de un buen frotado.
•
Masaje post-competición o de recuperación primaria (en las dos horas
siguientes).
•
Aeroionoterapia.
•
Relajación psicológica.
— Después del entrenamiento o competición.
•
Hidroterapia: hidromasaje, baño caliente con esencias (mejorana, valeriana, pinocha, romero,...) o sauna.
•
Masaje de descarga, entrenamiento o de recuperación secundaria.
•
Dieta adecuada (evitar diuréticos como el alcohol y el café).
•
Recuperación psicológica.
•
Sueño regenerador.
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•
33
Tras la competición o sesión de alta intensidad los contenidos del entrenamiento deben ser de carácter regenerador: estiramientos, ejercicios de
propiocepción, etc.
REFLEXIONES FINALES
El estudio de la relación que se produce entre la carga de entrenamiento y la
recuperación de la misma ha orientado y sigue orientando actualmente la mayor
parte de la producción científica sobre aspectos biológicos que afectan al rendimiento deportivo y, por extensión, al proceso de entrenamiento deportivo. El estudio de la
carga a su vez muestra interconexiones evidentes con el análisis de los factores limitantes del esfuerzo físico y la etiología de la fatiga. El avance tecnológico de las últimas décadas ha permitido mejorar la investigación sobre los mismos, haciendo posible mejorar marcas que se pensaban inmejorables. Dichos conocimientos han permitido a su vez saber más sobre cómo mejorar la recuperación del deportista, aunque
la investigación a este respecto se encuentra menos avanzada. Una mejor recuperación condiciona ajustes y adaptaciones orgánicas a más corto plazo y de mejor calidad, lo que permite poder entrenar más y/o mejor. Y tanto del análisis de la carga de
entrenamiento como de los procesos y las medidas de recuperación, se han obtenido indicadores y parámetros cada vez más válidos y fiables de valoración y monitorización que están garantizando desarrollar un entrenamiento deportivo con mayor
rigor científico.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFCAS
BARBANY,J.R.: Entrenamiento, fatiga física, ayudas ergogénicas y dopaje, en Fundamentos
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