TEMA 8 (I) Propiedades de las poblaciones (Introducción) 1. Investigaciones de patrones e investigaciones de procesos 2. La ecología de poblaciones: objetivos y definiciones 2.1. La ecología de poblaciones para distintos autores 2.2. Concepto de población 2.3. Poblaciones o demos (subpoblaciones semi-aisladas) y metapoblaciones. 2.4. Clinas 3. Problemas prácticos del estudio de las poblaciones 3.1. Los límites de las poblaciones 3.2. Organismos unitarios y modulares 3.3. Genets y clones 3.4. Variabilidad intrapoblacional 1. Investigaciones de patrones e investigaciones de procesos Las investigaciones ecológicas se pueden clasificar en dos categorías atendiendo a sus objetivos: (1) investigaciones orientadas a detectar y describir regularidades o patrones (en Inglés: pattern), y (2) investigaciones orientadas a establecer los procesos, los mecanismos ecológicos responsables de los patrones o regularidades que se observan en la naturaleza (en Ingles: process). Las investigaciones de patrones tienen una vocación eminentemente descriptiva y no requieren de la manipulación activa de la naturaleza que es necesaria cuando se plantean experimentos. Algunos patrones ecológicos resultan evidentes y son fácilmente cuantificables y por tanto describibles, mientras que otros sólo se revelan después de que se han realizado análisis detallados de los ecosistemas1. Las investigaciones orientadas a establecer procesos parten de hipótesis que explican las posibles causas de los patrones observados; su objetivo inmediato es establecer el grado de veracidad de dichas hipótesis, mientras que su objetivo último sería establecer modelos (deseablemente) predictivos de los procesos ecológicos; es decir, llegar a un grado tal de comprensión de los ecosistemas que permita hacer pronósticos sobre su evolución futura. Las investigaciones de procesos suelen requerir de la ejecución de 1 Fernando González Bernáldez (1981) ha categorizado los componentes del paisaje atendiendo a su grado de perceptibilidad por un observador. Bernáldez denomina fenosistema al conjunto de componentes del ecosistema que son perceptibles en forma de panorama, escena o "paisaje", y criptosistema al conjunto de características subyacentes, de más difícil observación, que proporcionarían la explicación que falta para la comprensión del ecosistema. Pues bien, las investigaciones de patrones ecológicos realizadas en el nivel de fenosistema, donde las regularidades son más evidentes, tendrían una orientación principalmente descriptiva, de cuantificación de sus componentes. Mientras que, trabajos realizados sobre el criptosistema, además de esta finalidad tendrán primero la de poner de manifiesto las regularidades subyacentes, ya que éstas no son evidentes. experimentos, en los que se realiza una manipulación activa del medio estudiado. Esta clasificación de investigaciones es aplicable a todas las disciplinas ecológicas (incluida la ecología de poblaciones, que ahora iniciamos) por lo que resulta útil como referencia de partida para comprender el modo de actuación de la ciencia de la ecología. 2. Ecología de poblaciones: objetivos y definiciones Uno de los principales objetivos de la ecología de poblaciones/comunidades es describir, explicar y entender la distribución y abundancia de los organismos. 2.1. La ecología de poblaciones para distintos autores 1. La ecología de poblaciones es el estudio de los tamaños (y en menor medida de las distribuciones) de las poblaciones de animales y plantas, y de los procesos particularmente los procesos biológicos- que determinan estos tamaños (Begon y Mortimer 1986). 2. La ecología de poblaciones es el estudio de las poblaciones animales y vegetales, sus patrones de variación en el espacio y en el tiempo, y de los factores que los afectan (Hassel 1988). 3. La ecología de poblaciones pretende entender la dinámica de las poblaciones caracterizando tanto los procesos locales que afectan a los nacimientos como a las muertes, y los movimientos de los individuos entre localidades (Ricklefs 1990). 2.2. Concepto de población 1. Una población es una agrupación de individuos de una misma especie que conviven en un área determinada. 2. Una población es un grupo de organismos de la misma especie que ocupan un espacio particular en un tiempo 1 determinado, y que, por lo tanto, pueden potencialmente reproducirse entre sí (Krebs 1986). 3. Una población comprende los individuos de una especie dentro de un área prescrita (Ricklefs 1990). metapoblaciones) en subpoblaciones semi-aisladas. Estos modelos revelan que el efecto combinado de la dispersión y de la selección natural hace aparecer clinas geográficas, lo que permite dar una explicación a los cambios geográficos clinales mostrados por muchas especies en la naturaleza (entre ellas D. subobscura). 2.3. Poblaciones o demos (subpoblaciones semi-aisladas) y metapoblaciones. La terminología de la ecología de poblaciones (al igual que suele suceder en otras subdisciplinas de la ecología) puede a veces resultar confusa, por lo que conviene examinar sus distintas manifestaciones. Para algunos autores, lo que suele determinar el que una agrupación de individuos de una especie pueda recibir la denominación de población, o no, es la posibilidad de que ésta intercambie material genético con otras agrupaciones. Si esta posibilidad es muy alta, dicha agrupación sería simplemente eso: un grupo de individuos dentro de una población más grande. Desde esta perspectiva, especies con alta capacidad de dispersión podrían constituir poblaciones que cubren grandes extensiones, llegando incluso a incluir a todos los miembros de la especie. Por ejemplo, el impulso del viento puede hacer que individuos de la especie de mosca Drosophila subobscura cubran grandes distancias. Ello ha llevado a algunos autores a considerar que esta especie constituiría una única población con un área de distribución que coincidiría con el área de distribución tradicional de la especie: el Paleártico2. En este contexto terminológico, las concentraciones de individuos de D. subobscura en bosquetes de roble (su hábitat natural) recibirían el nombre de demos (en Inglés: “demes”) o subpoblaciones semi-aisladas. Las demos son las unidades colectivas más pequeñas de organismos de la misma especie; están formadas por grupos de individuos (también llamados poblaciones locales) que se reproducen entre sí más o menos al azar (Ricklefs 1990: 805). Las demos no pueden estar aisladas del resto de las agrupaciones de individus de la especie (de estarlo deberían ser consideradas como poblaciones independientes), sino que de vez en cuando se "enriquecerán" genéticamente con la llegada de inmigrantes procedentes de otros lugares. Existe otra terminología, cada vez más utilizada, para denominar los distintos niveles de organización de las especies en agrupaciones de individuos. En esta terminología, el término población se utiliza para referirse a las concentraciones locales de organismos (sería equivalente al término demo), mientras que se utiliza el término metapoblación para denominar al conjunto de poblaciones locales que están interconectadas en sí mediante dispersión. 2.4. Clinas Una clina es un cambio gradual en las características o adaptaciones de una población a lo largo de un área geográfica (Figura 1). Los genéticos de poblaciones han desarrollado una amplia variedad de modelos de emigración en los que se consideran los efectos de la subdivisión de las poblaciones (o 2 Recientemente se ha detectado la especie D. subobscura en las regiones biogeográficas Neártica (∼Norte América) y Neotrópica (∼Centro y Sur América) Figura 1. Variación geográfica de la forma de la cresta en el drongo (Dicrurus paradiseus; de Mayr y Vaurie 1948, en Futuyma 1986). 3. Problemas prácticos del estudio de las poblaciones Las distintas definiciones del concepto de población que hemos visto en el apartado 2.2 son muy similares: sólo se diferencian entre sí en pequeños matices. Sin embargo, estos matices son importantes porque ponen de manifiesto algunas de las dificultades prácticas con las que se enfrenta la ecología de poblaciones. 3.1. Los límites de las poblaciones Cuando Ricklefs (1990) se refiere al dominio espacial de la población, lo hace considerándolo, en cierto modo, una característica asignada desde fuera por el observador; es el observador el que lo determina y "prescribe" sus dimensiones. En la realidad, los organismos suelen tener mucho que ver con la determinación de sus áreas de influencia. La definición de Ricklefs no niega esto, lo que hace es poner de manifiesto lo que constituye una dificultad con la que se topan muchas investigaciones de la ecología de poblaciones: la de determinar los límites o fronteras espaciotemporales de las poblaciones (nótese que el mismo problema existe para comunidades y ecosistemas, en incluso para la diferenciación taxonómica de muchas especies). Por ejemplo, están bien definidos los límites físicos de una población de una especie de peces que habita en un lago, pero resulta difícil definir los limites de una población de una especie de moscas del género Drosophila como D. subobscura, que habita en robledales, cuando esta se encuentra en un área extensa en la que abundan los bosquetes de robles más o menos aislados. También ocurre que hay especies que aparecen distribuidas de forma más o menos continua en territorios extensos (por ejemplo, D. subobscura está presente por todo el Paleártico), dificultando tanto el establecimiento de los límites de las poblaciones, como su estudio completo (es 2 decir, considerando la totalidad de los individuos que las integran). En casos como éste, el investigador adoptará unos límites arbitrarios, dándole de este modo una definición operacional a la población que pretende estudiar, definición que estará determinada por los objetivos de su estudio concreto. En resumen, puede decirse que las fronteras de las poblaciones, en lo que se refiere a espacio y tiempo, suelen ser vagas y en la práctica las fija de forma arbitraria el investigador (Krebs 1986). Asumiendo esta limitación, Krebs (1986) propone una definición operacional del concepto de población en la que quedan explicitadas las limitaciones con las que se enfrenta la ecología de poblaciones: "Una población es un grupo de individuos que un biólogo de poblaciones elige para estudiar" (Krebs 1986). Decir esto es reconocer que podemos empezar nuestro estudio tomando una decisión completamente arbitraria. Recordar esto al final del estudio es una muestra de discreción científica. separadas del genet. El problema de contar genets reside en diferenciar los individuos de la misma especie que proceden de cigotos diferentes, de los que proceden del mismo zigoto y son por tanto clones (p. e. puede ocurrir que dos retoños producidos por una gramínea estolonífera hayan sido separados entre sí por accidente y se hayan convertido en clones). El segundo nivel estructural estaría constituido por las unidades modulares de construcción. Estas unidades pueden coincidir con los genets, aunque, como acabamos de ver, en muchas ocasiones un genet dará lugar a varias unidades modulares (p. e. cada uno de los retoños producidos por una gramínea estolonífera sería una unidad modular de construcción). Las unidades modulares que quedan separadas del genet son los clones. Las dificultades para contar genets son en muchos casos irresolubles, y los investigadores suelen trabajar contando módulos. 3.4. Variabilidad intrapoblacional En muchas ocasiones, resulta extremadamente difícil establecer qué es un individuo cuando el objeto de estudio son organismos modulares. Las poblaciones no están compuestas por individuos idénticos, y de hecho tendemos a menudo a olvidar esta heterogeneidad. Dos variables fundamentales que distinguen a los individuos en las poblaciones son el sexo y la edad. La relación de sexos de una población afectará claramente a la tasa potencial de reproducción y puede afectar a las interacciones sociales en muchos vertebrados. En relación con la edad, frecuentemente ocurre que diferentes factores ecológicos (bióticos y/o abióticos) afectan de manera distinta a individuos con edades diferentes. O incluso que las tasas de reproducción, dispersión y muerte varían con la edad. Ello también complica el análisis de la dinámica de las poblaciones, pudiendo hacer necesario que cada etapa de desarrollo tenga un tratamiento individualizado. Pero aquí no acaban las complicaciones. Dentro de una misma población y etapa de desarrollo puede haber también variabilidad, por ejemplo en términos de tamaño, reservas acumuladas, etc. En algunos casos, y dependiendo de las preguntas que nos formulemos, puede ser necesario hacer nuevas categorías atendiendo a estos aspectos, y estudiarlas también de forma particularizada. La estrategia de estudio de una población depende por tanto de características morfológicas y de historia de vida (estudiaremos este concepto en un tema posterior) de la especie que estemos investigando, de su relación de sexos, de cómo se distribuye espacialmente en el territorio, y de su variabilidad fenológica. 3.3. Genets Referencias En teoría, los estudios de poblaciones de especies de organismos modulares como las plantas pueden realizarse a dos niveles estructurales de población. El primer nivel lo constituyen los individuos que han resultado de los zigotos originales, a los que Harper (1967) ha denominado genets o individuos genéticos. Contar el número de genets sería equivalente a contar el número de zigotos originales. Pero esto no es fácil, ya que los genets pueden dar lugar a clones, o unidades modulares que han quedado 1. Begon, M., Harper, J. L., y Townsend, C. R. 1995. Ecología.. Omega. 2. Begon, M., y Mortimer, M. 1986. Population ecology. Blackwell. 3. González Bernáldez, F. 1981. Ecología y paisaje. H. Blume Ediciones 4. Hassel, M. P. 1988. Dinámica de la competencia y la depredación. Oikos-Tau. 5. Kays, S., y Harper, J. L. 1974. The regulation of plant and tiller density in a grass sward. Journal of Ecology, 62: 97-105. 6. Krebs, C. J. 1986. Ecología. Ediciones Pirámide. 7. Ricklefs, R. E. 1990. Ecology. Freeman. 3.2. Organismos unitarios y modulares: ¿Qué constituye un individuo?3 Un parámetro que se estima con frecuencia en los estudios de ecología de poblaciones es el tamaño poblacional, es decir, el número de individuos que integran la población. De forma similar a como sucede con el establecimiento de los límites de las poblaciones, esta estimación, a priori aparentemente sencilla, puede tener una resolución complicada en la práctica. En particular, porque no siempre es posible establecer qué es un individuo. Los organismos pueden ser subdivididos en dos tipos atendiendo al grado de influencia del medio ambiente sobre su programa de desarrollo: 1. Organismos unitarios, en los que la forma está altamente determinada. 2. Organismos modulares, que están compuestos por un número variable de elementos básicos y presentan un programa de desarrollo impredecible y dependiente de su interacción con el medio ambiente (por ejemplo, las plantas gramíneas). 3 LECTURA RECOMENDADA: ¿Qué es un individuo? Organismos unitarios y modulares (Begon et al 1995, Apartado 4.2). 3 TEMA 8 (II) Propiedades de las poblaciones (Cont.) 1. Introducción 2. Tamaño poblacional 3. Muestreos probabilísticos 4. Técnicas de estimación del tamaño poblacional 4.1. Superficies (o volúmenes) de referencia (“quadrats”). 4.2 Marcado y recaptura. 5. Medidas de densidad relativa (índices de abundancia) 1. Introducción La población tiene varias características que no pueden aplicarse a los individuos (es decir, son características de grupo) que se pueden medir estadísticamente. Estas características de grupo pueden clasificarse en tres tipos generales y en varios subtipos: 1. Parámetro básico: tamaño (número de individuos) o densidad (número de individuos por unidad de área o volumen). 2. Parámetros poblacionales primarios: natalidad, mortalidad, inmigración y emigración. 3. Parámetros poblacionales secundarios: distribución de edades, composición de sexos, patrón de distribución en el espacio. En el tema presente nos ocuparemos del tamaño de la población; las restantes características poblacionales serán analizadas en temas siguientes. 2. Tamaño poblacional Para la ecología de poblaciones, la característica básica de una población es su tamaño. El estudio de la dinámica de una población es el estudio de los cambios experimentados por el número de sus individuos en el tiempo. El recuento del número total de individuos presentes en un área determinada se ha realizado para unos pocos organismos (algunos ejemplos son los censos de población humanos, el conteo de machos de especies de aves cantoras en un área concreta, o de focas en las colonias de reproducción). En muchas ocasiones, sin embargo, no es posible contar todos los individuos que constituyen la población, por ejemplo porque se estudian poblaciones muy numerosas, o que ocupan territorios muy extensos. En estos casos, el ecólogo debe conformarse con realizar un muestreo; es decir, con contar sólo una pequeña proporción de la población para estimar su densidad. El muestreo consiste en tomar muestras de una parte o (mejor) de varias pequeñas partes de la población. Dichas partes tienen unas dimensiones conocidas y se suelen escoger al azar para que sean representativas del conjunto de la población. Una vez conocida la densidad puede estimarse el tamaño de la población si se conoce su área de distribución. La Tabla 1 da idea del problema con el que se enfrenta la ecología de poblaciones a la hora de establecer técnicas de estimación de los tamaños poblacionales. Las técnicas de trabajo que pueden ser excelentes para estimar la densidad de animales como el ciervo, resultan inútiles cuando de lo que se trata es de estudiar poblaciones de protozoos. La elección de una técnica u otra se hará fundamentalmente atendiendo a dos atributos esenciales del organismo que se quiere estudiar: su tamaño y su movilidad. Tabla 1. Valores de densidad para poblaciones de distintas especies. Organismo Densidad Diatomeas 5.000.000 / m3 Artrópodos del suelo 500.000 / m 2 Cirrípedos (adultos) 2.000 / m2 Árboles 0,0494 / m2 Ratón de campo 0,0247 / m2 Ratón de bosque 0,00124 / m2 Ciervo 0,0000039 / m2 Humanos Holanda 0,000389 / m2 Canadá 0,000002 / m2 Modificado de Krebs (1985). En relación con el tamaño, es bien conocido que los animales pequeños son más abundantes que los grandes. La Figura 1 muestra esta tendencia para 212 especies animales, y permite predecir la densidad aproximada de una especie de un tamaño dado. Las dificultades de la medición también condicionan el tipo de estimaciones de densidad que pueden ser realizadas. En ocasiones, será posible estimar la densidad absoluta (p .e. el número de individuos por m2). Mientras que en otras ocasiones el investigador deberá conformase con estimas de densidad relativa (p .e. del tipo: densidad del área x > densidad del área y). 4 Figura 1. Relaciones entre el tamaño corporal de los animales y su abundancia media en 212 especies de la zona templada (según Peters y Wassemberg 1983, en Krebs 1986). 3. Muestreos probabilísticos En los muestreos probabilísticos los puntos de observación son distribuidos al azar en el área de estudio. La realización de este tipo de muestreos permite obtener datos representativos de las características de la población, y posibilita la utilización de análisis estadísticos. Como sabemos, los análisis estadísticos sólo pueden realizarse a partir de datos en los que se cumple que todos los objetos de estudio (p. e. los individuos de la población) han tenido una probabilidad idéntica de ser muestreados. De no cumplirse esta condición, es decir, cuando el muestreo es noprobabilístico, en los datos podrá haber tendencias o regularidades que no responden a características de la población, sino a decisiones de muestreo. Por lo tanto, esos datos no podrán ser analizados estadísticamente. Diferenciaremos cuatro tipos de muestreos probabilísticos atendiendo al procedimiento utilizado para la distribución de los puntos de observación en el área de estudio: Muestreo al azar: los puntos de muestreo se distribuyen al azar en el área de estudio. Está indicado cuando se estudian determinadas problemáticas como la distribución espacial de los individuos de la población. En otras situaciones puede resultar demasiado costoso, ya que, para obtener una buena representación de la población estudiada, suele ser necesaria la realización de numerosas observaciones. Por este motivo, sólo se utiliza con cierta frecuencia en ambientes muy homogéneos, o cuando no importa el esfuerzo de muestreo (p. e. porque se dispone de abundante “mano de obra”), o cuando el esfuerzo de muestreo es reducido y pueden muestrearse muchos lugares rápidamente. Muestreo sistemático: los puntos de muestreo se distribuyen regularmente siguiendo una norma preestablecida. Se reconocen varios tipos principales atendiendo al criterio de distribución: regular, transecto, isonomía y recorridos o pasillos. Por ejemplo, puede hacerse de acuerdo con una trama imaginaria (p. e. los nudos de una malla) superpuesta al territorio (muestreo regular), según el gradiente de variación de un factor ecológico preponderante (p. e. la línea de máxima pendiente de una ladera) y conservando ciertas distancias entre cada observación (transecto), o bien siguiendo unas ciertas normas, disposiciones o figuras (isonomía). También son sistemáticos los recorridos o pasillos realizados cada cierto tiempo y según distancias preestablecidas para el muestreo de animales móviles (cantos de aves, comportamiento de ganado en libertad, huellas, rastros). Muestreo sectorizado: precisa disponer de información cartográfica sobre características del área de estudio que son “supuestamente” relevantes para la población objeto del estudio (mapas temáticos, foto aérea, esquemas, planos). Partiendo de dicha información, se elaborarán mapas sintéticos (p. e. mediante superposición de mapas) en los que el área de estudio aparece sectorizada. Dentro de cada sector se repartirán los puntos de muestreo al azar. El número de puntos de muestreo que ha de corresponder a cada sector puede establecerse de forma proporcional a su superficie, o atendiendo al número de áreas o recintos de que consta (subunidades). Comparado con el muestreo estrictamente al azar, el muestreo sistemático permite ahorrar esfuerzo. Efectivamente, la distribución de los puntos de muestreo atendiendo a características ecológicas del territorio puede permitir una buena representación de la variabilidad presente en el universo de estudio con un número relativamente reducido de puntos de muestreo. Muestreo mixto: Se trata de un muestreo sectorizado en el que los puntos de muestreo correspondientes a cada sector sintético son distribuidos con criterios sistemáticos (p. e. de forma regular, mediante transectos, o isonomías). 4. Técnicas de estimación del tamaño poblacional Los muestreos pueden clasificarse en dos tipos en función de la estrategia utilizada para estimar la densidad de los individuos: (1) muestreos basados en el uso de superficies (o volúmenes) de referencia (que en Inglés reciben el nombre de “quadrats”), y (2) muestreos basados en marcado y recaptura. 5 4.1. Superficies (o volúmenes) de referencia (“quadrats”) El procedimiento general consiste en contar todos los individuos presentes dentro de una superficie de referencia de tamaño conocido, y extrapolar el promedio al área total ocupada por la población. Aunque en Ingles se utiliza la palabra “quadrats” (figura de cuatro lados) para denominar a las superficie de referencia, en ecología se han utilizado superficies de referencia de todas las formas y tamaños. En general, la selección de la forma y el tamaño de la superficie de referencia es arbitraria, y depende sólo de lo que el ecólogo considera que es más apropiado en cada caso de estudio concreto. La veracidad de las estimaciones realizadas mediante superficies de referencia depende de tres factores fundamentales: 1. Deber ser posible establecer el tamaño de la población dentro de cada superficie (o volumen) de referencia. 2. Debe conocerse el área de cada superficie de referencia. 3. Las superficies de referencia deben ser representativas del área total; es decir, el muestreo debe ser probabilístico. 4.2 Marcado y recaptura. Las técnicas de captura, marcaje, suelta y recaptura se utilizan para estimar la densidad de poblaciones de organismos móviles (en particular, de aquellos que pueden entrar y salir de superficies de muestreo antes de que el investigador haya podido contar el número de organismos que contiene) y también para calcular tasas de natalidad y mortalidad. La realización de muestreos basados en marcado y recaptura requiere que se cumplan las siguientes premisas: 1. Los animales marcados y no marcados son capturados al azar (los animales marcados se mezclan perfectamente con los no marcados, y ambos tienen la misma probabilidad de ser capturados). 2. Los animales marcados tienen la misma tasa de mortalidad que los no marcados. 3. Las marcas no se pierden ni pasan inadvertidas. Se conocen algunos casos de violación de estas premisas. Por ejemplo, la condición 1 se viola cuando los animales capturados aprenden a minimizar el riesgo de ser atrapados nuevamente. La condición 2 puede violarse cuando el estrés derivado de la captura eleva la tasa de mortalidad. Finalmente, la condición 3 puede violarse cuando se trabaja con animales de vida larga que pierden sus marcas, o cuando personas que encuentran el animal marcado se quedan la marca como “souvenir”. Veamos como utilizar una de estas técnicas. Supongamos que se captura y marca un número M de individuos que son soltados de nuevo a la población estudiada cuyo tamaño (de momento desconocido) es N. Si se cumplen las tres premisas anteriores, una muestra subsecuente de la población debería contener una proporción de individuos marcados igual a M/N, ya que se cumpliría la relación: Animales marcados en la muestra total de animales cogidos en la muestra = animales marcados en la población total tamaño total de la población Llamaremos n al número de individuos obtenidos en dicha muestra subsecuente, y x al número de individuos marcados que han sido recapturados. Entonces: x = nM/N Como las cantidades x, n y M son conocidas, una sencilla reordenación de términos nos permite obtener el tamaño de la población: N = nM/x Esta expresión se conoce con el nombre de Índice de Lincoln para la estimación del tamaño de la población (Overton 1969, Caughley 1977). El error estándar de N (SEN) es un indicador de la precisión con que se ha estimado el tamaño poblacional, y puede calcularse mediante la expresión: SE N = N (N - M)(N - n) nM(N - 1) Ejemplo: se capturan 25 carpas de un estanque, se marcan, y se devuelven al estanque. Dos días después, cuando suponemos que ya ha transcurrido tiempo suficiente para que las carpas marcadas se hayan mezclado perfectamente con el resto, tomamos otra muestra en la que recogemos 35 carpas, de las cuales 14 están marcadas. El tamaño de la población estimado mediante el Índice de Lincoln será: 35 x 25 / 14 = 62,5 individuos, con un error estándar de 8,7. El error estándar permite tener un 95% de certeza de que el número total de peces corresponde a algún valor comprendido entre dos errores estándar por encima y dos errores estándar por debajo del valor estimado. Es decir, el número probable de carpas presentes en el estanque estará entre 45 y 80 individuos. Este ejemplo ilustra uno de los problemas del método de marcado y recaptura: las muestras pequeñas no proporcionan estimaciones ajustadas del tamaño poblacional. Otros problemas están derivados de la posibilidad de que algunos individuos marcados se marchen del área de estudio, con lo que nuestra estimación del tamaño poblacional daría un valor exageradamente alto. Las estrategias utilizadas para resolver estos problemas transcienden los objetivos de este curso, aunque pueden estudiarse consultando la bibliografía que el profesor pondrá a disposición de los alumnos interesados. 5. Medidas de densidad relativa (índices de abundancia) El rasgo característico de los métodos que se utilizan para medir la densidad relativa es que dependen de la obtención de muestras que representan algún tipo de relación 6 relativamente constante, pero en muchas ocasiones desconocida, con el tamaño total de la población. Estos métodos no proporcionan una estimación de la densidad, sino un índice de la abundancia, más o menos preciso. Por ello, la aplicación de alguno de estos métodos en un problema concreto debe ser mirada con un cierto escepticismo, al menos hasta que su efectividad haya sido evaluada cuidadosamente. Estas técnicas suelen ser utilizadas como complemento de técnicas más directas de censado, y también para apreciar grandes cambios en la densidad de una población. Existe una gran cantidad de técnicas para estimar la densidad relativa. Veamos algunos ejemplos: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Cebos: como banana machacada para capturar Drosophilas o celulosa (p.e. papel higiénico) para atrapar termitas. Trampas: ratoneras, trampas de luz para noctuidos, agujeros en el terreno para escarabajos, redes de plancton. El número de organismos atrapados por las trampas depende de su densidad, pero también de su comportamiento (actividad, capacidad de movimiento) y también de la habilidad del investigador para colocar las trampas Conteo de bolitas fecales: si se conoce la tasa promedio de defecación, y el numero de bolitas fecales en un área se puede obtener un índice del tamaño de la población. Frecuencia de vocalización: por ejemplo, el número de llamadas del faisán oídas durante 15 min. por la mañana temprano se ha usado para estimar el tamaño de las poblaciones. Registro de pieles: el número de animales capturado por tramperos se ha usado para estimar los cambios poblaciones de varios mamíferos. Captura por unidad de esfuerzo de pesca: p. e. el número de peces por cien horas de arrastre. Número de artefactos: es apropiado para el estudio de poblaciones animales que dejan restos de su actividad. Por ejemplo, en el caso de los insectos pueden contarse sus envolturas. Cuestionarios: se envían a personas que habitan el área, y pueden tener "impresiones" apropiadas de los cambios poblacionales (es útil para detectar grandes cambios poblacionales en animales conspicuos y fácilmente perceptibles). Referencias 1. Caughley, G. 1977. Analysis of vertebrate populations. Wiley. New York and London. 2. Overton, W. S. 1969. Estimating the numbers of animals in wildlife populations. Pp 403-455 in R. H. Giles, Jr. (Ed.) Wildlife management techniques (3rd ed.). Wildlife Society. Washington, D. C. 7 TEMA 8 (III) Propiedades de las poblaciones - Dispersión y migración 1. Parámetros primarios y sus relaciones 2. Dispersión: inmigración y emigración 2.1. Funciones de la dispersión 2.2. Patrones de distribución espacial 2.3. Densidad media y densidad efectiva 2.4. El significado demográfico de la dispersión 1. Parámetros primarios y sus relaciones Natalidad, mortalidad, inmigración y emigración son los atributos demográficos fundamentales en cualquier estudio de dinámica de poblaciones, ya que son los responsables de los cambios en la abundancia. Cuando nos preguntamos por qué el tamaño (o la densidad) de una población ha aumentado o descendido en una especie determinada, nos estamos preguntando cuales de dichos parámetros han cambiado. El siguiente esquema muestra las relaciones de estos atributos con el tamaño poblacional: Inmigración ↓(+) (+) Natalidad → (-) Tamaño → Mortalidad ↓(−) Emigración Estas relaciones pueden ser expresadas también mediante una ecuación algebraica simple que describiría el cambio experimentado por el tamaño (o densidad) de la población entre dos momentos concretos: Nt+1 = Nt + B - D + I -E Donde Nt es el tamaño de la población (número de individuos) en el tiempo t; Nt+1 es el tamaño de la población en el tiempo t+1; B (del Inglés: Birth) es el número de individuos nacidos entre t y t+1; D (del Inglés: Death) es el número de individuos muertos en el mismo periodo; y, finalmente, I y E son los números de individuos que han Inmigrado y Emigrado, respectivamente. Las relaciones expresadas en la ecuación anterior reflejan “verdades ecológicas” fundamentales e inalterables de la vida. El estudio de estas relaciones nos lleva a examinar parte de los fundamentos de la ciencia de la ecología. En el tema presente, nos centraremos en el análisis de los patrones de dispersión, haciendo especial énfasis en los aspectos que más relevancia tienen a la hora de plantear su estudio. 2. Dispersión -inmigración y emigración. Todos los organismos están donde los encontramos porque se han movido allí. Esto es cierto incluso para los organismos aparentemente más sedentarios como las ostras o las secoyas. Los movimientos de los organismos pueden ser de tipo pasivo (como el transporte que afecta a muchas semillas de plantas) o activo (como los desplazamientos de muchos animales móviles). Los términos migración y dispersión se usan para describir ciertos aspectos diferenciados del movimiento de grupos de organismos. Migración es más frecuentemente utilizado para hacer referencia a movimientos masivos, direccionales, intencionales y a menudo estacionales que llevan a los individuos de una población de un lugar a otro; es decir, implican la salida y el regreso del mismo individuo, un viaje de ida y vuelta (p.e. las grandes migraciones de aves que todos los años cruzan la Península Ibérica en primavera y en otoño). De otro lado, el término dispersión se suele utilizar para describir el desplazamiento que hace que algunos individuos se separen de otros (p. e. los hijos de los padres, o las semillas de las plantas que las producen), y puede implicar tanto a movimientos pasivos como a movimientos activos. Una de las funciones de la dispersión es, por tanto, la de aliviar eventuales congestiones locales de organismos. Los movimientos de dispersión suelen afectar a una fracción de la población. Es frecuente que queden algunos residentes en el área de partida, y además que las pérdidas de efectivos sean compensadas con la llegada de individuos procedentes de otras áreas. Curiosamente, los términos inmigración y emigración (que etimológicamente están ligados al de migración) frecuentemente se utilizan en ecología asociándolos a los movimientos de dispersión. Estos términos se suelen usar cuando la discusión gira en torno a una población concreta. Así, hablaremos de inmigración cuando la dispersión tiene como consecuencia la llegada de efectivos a la población que estemos estudiando. Mientras que, hablaremos de emigración, cuando la dispersión produce la salida de algunos organismos de dicha población. 2.1. Funciones de la dispersión Como hemos visto en el apartado anterior, una función de la dispersión es aliviar eventuales congestiones locales de organismos. Pero la dispersión puede cumplir también otras importantes funciones ecológicas; en particular, la de permitir la exploración del territorio por parte de las especies. Baker (1978) ha diferenciado dos tipos de dispersión exploratoria. Por un lado, la que se produce cuando los individuos (principalmente animales) “visitan” y “exploran” activamente una serie de lugares, para, finalmente, retornar y 8 asentarse en un lugar escogido. Y, por otro lado, la dispersión que hace que los individuos vayan cambiando de lugar, hasta que finalmente cesan de moverse (no hay retorno en este caso). En la dispersión que hacen las semillas de las plantas y algunos animales (p. e. las larvas de algunos insectos que viven en agua dulce) no hay elementos de exploración activa. La posibilidad de descubrir nuevos lugares adecuados para su desarrollo es una cuestión de azar (aunque las posibilidades de encontrar estos lugares pueden incrementarse mediante especializaciones). Un caso intermedio entre este tipo de dispersión, y la dispersión genuinamente exploratoria, es el de algunos animales de los que no puede decirse que tengan capacidad exploratoria completa, pero que ciertamente pueden cesar de moverse cuando han encontrado un lugar adecuado. Un ejemplo de esto lo proporcionan muchas especies de áfidos (pulgones) que, en sus formas aladas, tienen una capacidad voladora demasiado débil para imponerse a la fuerza de los vientos dominantes. Los individuos de estas especies pueden sin embargo elegir cuando despegar del lugar original, cuando posarse, e incluso realizar vuelos cortos en el lugar de su elección con el fin de localizar el “micro-lugar” más apropiado. Esta claro que la dispersión es esencial para la persistencia de las especies que explotan determinados estados de ambientes sometidos a cambio constante. Por tanto, si consideramos que todos los ecosistemas, incluso los aparentemente más estables, manifiestan en algún momento cambios profundos, resulta patente que la persistencia de todas las especies depende en cierta medida de la dispersión; es decir, de la posibilidad de que los organismos que las integran puedan ocupar lugares distintos de aquel en que nacieron. 2.2. Patrones de distribución espacial Los movimientos de los organismos afectan a los patrones de distribución espacial de las poblaciones y, consecuentemente, a la coherencia espacial de los procesos poblacionales. Se suelen reconocer tres tipos de distribuciones espaciales: al azar, regular (o uniforme) y agregada (o contagiosa) (ver Cuadro 1). A pesar de lo anterior, estos tipos de distribución forman parte de un continuum. Los patrones de distribución espacial suelen ser reflejo de la heterogeneidad del hábitat y/o de las interacciones sociales entre los individuos. Estos patrones están definidos por la posición relativa de cada organismo con respecto al resto de los organismos que forman la población. Pero, cómo serán percibidos por un observador o, lo que es más importante, en qué medida nos parecerán relevantes para la vida de los organismos, dependerá de la escala espacial que sea utilizada en el muestreo. En la práctica, los organismos de todas las especies muestran distribución agregada (v. g. en manchas) en una u otra escala espacial (ver Figura 1). 2.3. Densidad media y densidad efectiva Una de las consecuencias prácticas más importantes de la distribución en manchas de los organismos es que puede llevarnos a obtener estimaciones equívocas de la densidad efectiva de las poblaciones; es decir, de la medida que permite inferir el papel de la densidad sobre la regulación de las poblaciones. Cuadro 1. Tipos de distribución espacial de los organismos. Distribución al azar: ocurre cuando hay una probabilidad igual de que un organismo ocupe cualquier punto en el espacio (independientemente de cual sea la posición del resto). Debido a la intervención del azar, tiene como resultado el que los individuos estén distribuidos de una forma no uniforme. Distribución regular (o uniforme): ocurre cuando los individuos de la población tienen tendencia a evitarse entre sí, o cuando individuos que están muy próximos a otros individuos mueren. El resultado es que los individuos están distribuidos de una forma más uniforme de lo que sería esperable por azar. Distribución agregada (o contagiosa): ocurre cuando los individuos tienden a ser atraídos hacia (o a sobrevivir con más probabilidad en) lugares particulares del ambiente, o cuando la presencia de un individuo atrae (o da lugar a) otro individuo en su proximidad. El resultado es que los individuos están en mayor proximidad de lo que sería esperable por azar. Lo anterior puede ocurrir por ejemplo cuando hacemos estimaciones de densidad media. Veámoslo con un ejemplo: En 1960, la densidad media para los 48 estados contiguos de los EE.UU. era de 59,94 personas/milla2. Pero, debido a que la mayoría de la población se concentra en manchas (v. g., en núcleos urbanos), la densidad efectiva era entonces de ∼3000 personas/milla2. Como vemos, una población puede tener muy baja densidad media, pero los pocos individuos que la componen pueden estar muy próximos entre sí. Resulta, de crucial importancia, por tanto, distinguir entre medidas de densidad efectiva y densidad media, ya que la densidad media puede no reflejar el papel de la densidad para la vida de los organismos. 9 Veamos no obstante un ejemplo que ilustra la importancia potencial de la dispersión para la densidad de las poblaciones: En investigaciones realizadas sobre especies de ratones y topillos se han encontrado diversos casos en los que más de la mitad de la población emigraba cada semana, o en los que la mitad de una población estaba formada por individuos que habían inmigrado la semana anterior. Más aún, cuando poblaciones de dos especies de topillos fueron rodeadas con redes metálicas para impedir la emigración, tanto las densidades de los animales, como la presión de pastoreo sufrida por la vegetación se incrementaban hasta niveles anormalmente altos (Begon et al. 1996). Resultados como éste reafirman la sospecha de que la dispersión puede tener un profundo efecto sobre la dinámica de las poblaciones. En la práctica, sin embargo, las investigaciones ecológicas han dedicado escasa atención a la dispersión. Referencias Figura 1. Jerarquía de patrones de distribución geográfica de la liana Clematis fremontii en Missouri. Al contrario que la densidad media, la densidad efectiva es una medida ponderada de la densidad de la población que sí tiene en cuenta la agregación de los individuos en manchas. Esta última medida permite inferir mejor el papel de la densidad en la regulación de las poblaciones. 1. Baker, R. R. 1978. The evolutionary ecology of animal migration. Hodder y Stoughton. Londres. 2. Begon, M., Harper, J. L., y Townsend, C. R. 1988. Ecología. Editorial Omega. 3. Begon, M., Harper, J. L., y Townsend, C. R. 1996. Ecology (3ª Edición). Blackwell. 4. Krebs, C. J. 1986. Ecología. Ediciones Pirámide. 5. Ricklefs, R. E. 1990. Ecology (3ª Edición). Freeman. . 1 2.4. El significado demográfico de la dispersión La dispersión puede tener potencialmente un profundo efecto sobre la dinámica de las poblaciones. Sin embargo, las investigaciones ecológicas han dedicado escasa atención a la dispersión en la práctica. Esto suele justificarse argumentando que, en la mayoría de las poblaciones, el número de individuos que emigran suele ser aproximadamente igual al número de individuos que inmigran, de modo que ambos procesos se "cancelarían" entre sí y tendrían, por tanto, escasa importancia para el control de la densidad. Se sospecha, sin embargo, que la razón real es que la dispersión es, por lo general, un aspecto difícil de medir (Begon et al. 1996), ya que su detección requiere de la recaptura de individuos marcados. Obviamente, cuanto mayor es la distancia recorrida por los organismos implicados en la dispersión, mayor tiende a ser la dificultad de estudiar este proceso. En cualquier caso, la escasa información existente sobre el papel de la dispersión en la dinámica de las poblaciones nos dificulta tratar este problema con detalle. 1 LECTURAS RECOMENDADAS: Para tener una visión general de la importancia y consecuencias ecológicas de la dispersión, ver los apartados 5.4, 5.5, 5.6, 5.7, y 5.8, del libro de Begon, Harper y Townsend (1988) Ecología. Editorial Omega. Para conocer estrategias de medida de la dispersión, leer el apartado 10.2.4 del libro de Krebs (1986. Ecología. Ediciones Pirámide); y el apartado titulado: “The variance of distance about the release point is a measure of dispersal” (pág. 292) del libro de Ricklefs (1990. Ecology. Freeman & Co). 10