PRONUNCIAMIENTO DEL RECTOR 23 de Agosto de 2013 Señor Profesor GABRIEL YAÑEZ CANAL Presidente Asociación de Profesores UIS Agradezco su comunicación titulada SE REQUIEREN EXPLICACIONES. Estoy en desacuerdo con algunas afirmaciones expresadas por Usted y ya tendré oportunidad de presentar mi rendición de cuentas a la comunidad universitaria y a la sociedad en general. Sin embargo, encuentro muy importante aprovechar la oportunidad para expresar a toda la comunidad una posición sobre los dos temas a los que Usted se refirió específicamente. Construcción del edificio de bienestar profesoral. En el momento actual existe demanda por inversión en 19 edificios en la Universidad: algunos de reforzamiento y ampliación de los ya existentes, otros de demolición y construcción de nuevos edificios en el mismo sitio y, otros, como el de bienestar profesoral, de nuevos edificios que requieren área que actualmente no está construida. Esa demanda de obras civiles va a generar un cambio en el ambiente universitario: paisaje, lenguaje arquitectónico, zonas con diversidad de ocupación social y otros fenómenos. No considero apropiado comenzar obras sin antes tener claro el objeto, el impacto, las prioridades, la mejor utilización de los recursos. ¿Dónde hacer un edificio? ¿Cuáles especificaciones debe cumplir un edificio para determinado propósito? ¿Cuál es el efecto sobre las zonas verdes, loas zonas de estar, las vías y los parqueaderos? ¿Es posible integrar funciones en un solo edificio? ¿Hay que construir todos los edificios que hoy hacen lista de espera? ¿Se requieren edificios que hasta hoy no los hemos pensado? ¿Un campus universitario es una yuxtaposición de edificios o es un sistema ordenado que propicia las funciones universitarias? Atendiendo a ese tipo de preocupaciones, considero que para emprender obras, sobre todo las que utilizarán nuevos espacios, es condición necesaria tener un plan de ordenamiento del espacio universitario, que es mucho más que un plan maestro de obras. Espero que en cinco a seis meses contemos con ese estudio. La alternativa es: proceder a construir aprovechando que hay recursos y generando positivos para la administración, o, hacer un plan de ordenamiento del espacio universitario que nos dé una visión de largo plazo y construir con base en ese plan. Mi apuesta es por lo segundo. Situación en el Hospital Universitario de Santander. A menos de una semana de estar posesionado como Rector UIS recibí visita de los señores subgerentes del HUS en la que presentaron renuncia escrita, masiva y motivada al cargo de subgerentes. Motivaron la renuncia en la imposibilidad de cumplir cabalmente con sus labores y en el riesgo personal y profesional continuar en el cargo, debidas a su vez a varias razones: falta de planeación de las obras de reforzamiento de la planta física, situación de riesgo para los pacientes al recibir atención en medio de una obra en construcción, mala administración, ineptitud y malos manejos que atribuyeron al gerente. Solicité que hicieran las denuncias ante las autoridades competentes y aclaré que no es viable aceptar una renuncia masiva y motivada. En el ejercicio de la representación de la UIS en la Junta Directiva del Hospital, me enteré de primera mano de la mala situación de los pacientes, de la falta de planeación de las obras de reforzamiento y modernización, de los problemas de gestión administrativa, especialmente en la revisoría fiscal y en la capacidad de respuesta frente a situaciones emergentes, de la necesidad de construir un edificio docente en terrenos del hospital, de la situación relativamente favorable de las finanzas del hospital, de la necesidad imperiosa de adelantar procesos de habilitación y acreditación del hospital, entre otras. Para responder a esta problemática, el señor representante del Gobernador en la Junta Directiva del HUS, doctor John Manuel Delgado, el gerente del HUS, doctor Eimar Sánchez Sánchez y yo como rector de la UIS, conformamos un grupo de trabajo en el que partimos de establecer como norte de nuestras actuaciones la satisfacción de los derechos ciudadanos a la salud y a la educación en cuanto competen al HUS, cada uno en el marco de la autonomía y competencia que le corresponde. Sobre esa base hemos hecho una labor de crítica a la gestión del HUS que ha redundado en la ejecución de algunas decisiones: conformación de un grupo gerencial de los procesos de habilitación y acreditación conformado por un representante de cada parte. Por la UIS está la Profesora Clara Inés Vargas, Decana de Facultad. Aprobación de un plan de ordenamiento y cronograma de ejecución de las obras. Está en marcha. Cambio de la revisoría fiscal del HUS. Ya está operando la nueva revisoría fiscal. Financiación por parte de la UIS de la formulación de un plan estratégico de desarrollo del HUS que será elaborado por un grupo de trabajo de la Escuela de Ingeniería Industrial y Estudios Empresariales. A su vez, tanto en la Junta Directiva del Hospital como en el citado grupo, se han hecho críticas propositivas a la gestión del gerente. Sin embargo, subsiste la queja sobre las dificultades que supone trabajar en un ambiente hostil con algunos subgerentes. Esta queja a su vez sirve de excusa para explicar deficiencias administrativas. He presenciado que el tratamiento que algunos subgerentes le dan, en ocasiones, al gerente, es irrespetuoso e incluso atrevido. Y estoy convencido de que en ese clima de trabajo no se pueden sacar adelante los propósitos del hospital. No se trata de valorar la idoneidad profesional, ni el compromiso con la UIS, ni el valor personal de los subgerentes a los que me estoy refiriendo. Se trata sencillamente de anteponer lo institucional con respecto a lo personal. Si el capitán y los oficiales no confían el uno en los otros, si el tratamiento personal no es respetuoso, si los oficiales están convencidos que el capitán echará el barco a pique, el barco no llegará al puerto. Queda la alternativa: que se vaya el capitán o que se vayan los oficiales. La Junta directiva del HUS designa y remueve del cargo al gerente, lo primero con base en concurso de méritos, lo segundo con base en evaluación periódica de la gestión. En la Junta Directiva cada miembro tiene un voto, entre ellos el gobernador y el rector. El gerente con voz y sin voto. Opté por invitar a los subgerentes a renunciar porque ellos ya me habían expresado la intención de hacerlo; porque las condiciones que entonces enunciaron como causales, los mismos subgerentes aun las consideran vigentes; porque es un acto administrativo normal que los subgerentes presenten renuncia si hay desacuerdo o desconfianza en el gerente; porque es necesario remover las excusas de las deficiencias en el manejo del hospital y concentrarnos en las causas. En el caso del hospital, hay preguntas adicionales que entran en consideración: ¿Es adecuada la arquitectura de gobierno del hospital? ¿Es necesario que los subgerentes sean de tiempo completo? ¿De dedicación exclusiva? ¿El número de subgerentes es un factor de poder o de debilidad? Por otra parte, considero inconveniente mantener la situación tal como venía. Algunos subgerentes predicen que no se logrará la habilitación y acreditación. El gerente predice que sí se logrará pero que es necesario contar con un equipo más trabajador y comprometido. En esas circunstancias creo que la predicción de los subgerentes se cumpliría y para entonces los subgerentes dirían que la culpa es del gerente y el gerente diría que es de los subgerentes. Dos ganadores. Y dos perdedores: la Universidad y el Hospital. La coyuntura actual ha sido propicia para poner en discusión pública la situación del HUS. Los estudiantes presentaron sus puntos de vista. La dirección de la UIS, el representante del Gobernador y el gerente, en diversa medida hemos respondido al diálogo, al debate, a la búsqueda de acciones en común. No estoy de acuerdo con todas las posiciones que presentan los estudiantes para el momento actual, pero sí resalto como muy positivo el impulso que la presencia de los estudiantes dará a los procesos de búsqueda de dignidad en el tratamiento del paciente, en la habilitación y acreditación del HUS y en el control público de la gestión administrativa. Atentamente, El Rector.