ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL CASTELLANO 1. La romanización de la península ibérica. Antes de la colonización romana, iniciada en el siglo III a.C. la península ibérica estaba habitada por diversos pueblos -celtas, iberos, vascos, ligures, fenicios- que hablaban diferentes lenguas. El proceso de ROMANIZACIÓN que abarca desde el siglo II a.C al silo II d.C supone la incorporación de todos esos pueblos al mundo cultural latino, lo que trajo consigo la desaparición de sus lenguas a excepción del vasco, pues el latín acabó imponiéndose como en otras zonas de la Romania (territorio bajo dominación del Imperio romano). No obstante, todavía quedan algunas palabras de estas lenguas anteriores a la romanización: abedul, álamo, tarugo, braga, barranco, arroyo, barro... Pero el latín que se generalizó no era el latín clásico (la lengua escrita), sino el latín hablado, empleado por los colonizadores que llegaban a la Península, denominado LATÍN VULGAR. Este latín hablado, que servía de lengua común a todo el Imperio romano fue perdiendo con el tiempo su unidad y adoptó en las diversas zonas peninsulares diferentes rasgos. Tal diversificación lingüística se debe a que la romanización no se produjo en la misma época ni con la misma intensidad en todos los lugares, y a que en cada zona existía una lengua prerromana distinta que influía en el latín. Las invasiones de los pueblos germánicos, (vándalos, suevos, alanos, visigodos ...) comenzaron en el siglo V y provocaron la fragmentación del Imperio romano. De esta manera, aunque los germanos adoptaron como lengua el latín, la diferenciación del latín vulgar en distintas variedades se acentuó. Por otro lado, algunos germanismos quedaron incorporados a este latín: guerra, ganar, robar, rico, blanco, ropa... 1.2. Las lenguas románicas de la península ibérica. Se denominan lenguas romances o románicas a las distintas lenguas que se forman en Europa como resultado de la fragmentación del latín a lo largo de la Edad Media. En la península ibérica, si el latín de la época visigótica carecía de unidad, la llegada de los árabes en el siglo VIII contribuyó a consolidar las diferencias. Los árabes ocuparon la mayor parte del territorio peninsular (AL Ándalus) y en la franja norte se formaron una serie de reinos cristianos independientes; en cada uno de ellos se desarrollo una lengua románica diferente. Las lenguas románicas peninsulares eran, de oeste a este, las siguientes: gallego, asturleonés, castellano, navarro-aragonés, y catalán. A ellas hay que añadir el mozarábe: habla romance de los hispanorromanos que vivían en zonas dominadas por los árabes; el mozárabe se acabó extinguiendo con la expansión de las lenguas romances del norte, pero nos es conocida sobre todo por las jarchas. 1 1.3. El castellano El castellano tiene su origen en el condado de Castilla, situado en el extremo oriental del reino de León, constituido , posteriormente, en reino independiente, Su nacimiento en la zona cántabro-asturiana, poco romanizada y fronteriza, explica que el castellano fuera lengua innovadora y abierta a las influencias de otras lenguas. Con la expansión del reino de Castilla, el castellano se difunde por las tierras conquistadas del sur y también por los reinos vecinos de León y Aragón; ya al final de la Edad Media es una lengua común entre gentes de diferentes reinos. Su consolidación se ve favorecida por la labor de Alfonso X el Sabio, consciente de la importancia de la lengua romance como instrumento de comunicación y cohesión social en todos los ámbitos: jurídico, científico, literario... Desde el siglo XVI, diversos e importantes factores sociopolíticos contribuyen a que el castellano se propague e imponga: unificación de la Península (salvo Portugal), colonización de América, estrechamiento de las relacines con otros países de Europa y transformación de España en la primera potencia del continente. Al mismo tiempo, va alcanzando su fijación lingüística gracias a la gramática de Nebrija en 1492 y su esplendor literario dota al castellano de prestigio. La estabilización final del castellano tiene lugar en el siglo XVIII con la fundación de la Real Academia Española y con la publicación de tres obras: EL Diccionario de Autoridades, La Ortografía, y la Gramática. Y a partir de entonces, la lengua castellana amparada por la fuerza del Estado español, se fue imponiendo frente a las restantes lenguas peninsulares y también frente a las lenguas nativas en Hispanoamérica. 2. UN POCO DE HISTORIA La Romanización de España por Roma empezó en el 218 a. C. Aníbal (cartaginés) destruyó la ciudad de Sagunto, aliada de Roma, y al frente de un poderoso ejército cruzó el río Ebro y los Pirineos y emprendió la marcha hacia Italia. Entonces los romanos planearon hacer una guerra contra los cartagineses en España. Los romanos, con una extraordinaria visión de la estrategia militar, mandaron a España un ejército bajo el mando de Cornelio Escipión. Éste desembarcó en Emporion y empezó la conquista de las tribus de Cataluña, conquista que se consiguió rápidamente después de la llegada de su hermano P. Escipión, que asentó su base militar en Tarraco, destinada a ser una de las capitales romanas de España. Cuando ya estaban ocupadas las zonas ibéricas del levante y divididas las fuerzas de los dos hermanos, en el año 212 a. C., tomó por sorpresa Cartago Nova. Después de dos victorias en Baecula e Ilipa, logró expulsar a todas las tropas cartaginesas de la Península, e hizo un pacto con la cuidad de Gades en el año 206 a. C. Después de someter algunas tribus rebeldes (ilergetas), fieles a los pactos con los cartagineses, dominó toda la zona propiamente ibérica, que ya había pasado del dominio cartaginés al de los romanos a causa de la Guerra Púnica. Roma aplicó a los pueblos ibéricos y al territorio ocupado el derecho de conquista, 2 comenzando una vergonzosa etapa de sistemática expoliación que causaría, en 197 a. C., una rebelión general de todos los pueblos ibéricos, exceptuando los ilergetas, que a causa de las anteriores represiones habían perdido su espíritu de resistencia. Roma mandó a España al cónsul Marco Pocio Catón, quien, tras una durísima represión, en el transcurso de la cual fueron destruidos todos los núcleos semiurbanos y urbanos de Levante y Cataluña, dominó firmemente el territorio, que quedaría dividido en dos provincias: la Citerior y la Ulterior. Hispania romana Al ejército romano le costó unos 200 años obtener el control pleno de la península Ibérica, proceso iniciado con la II Guerra Púnica (218-201 a.C.). En el máximo esplendor del Imperio romano, Hispania estaba dividida en tres provincias. El Senado romano controlaba la Bética, región más meridional de la península. La 3 Lusitania y la Tarraconense eran provincias imperiales controladas por el emperador. La Romanización de la Península Origen de la romanización: Dentro de la pugna entre cartagineses y romanos por el control del Mediterráneo, la conquista de la Península Ibérica va a convertirse en un objetivo de vital importancia. En el año 218 a.n.E. los romanos desembarcan en Ampurias. La conquista de la Península pasa de tener un interés puramente militar a tener un interés socio-económico ya que su dominio responde a una serie de necesidades romanas: Roma, que está viviendo momentos de gran expansión, sueña con reconstruir el imperio económico griego. La Península es rica en metales que escasean en Italia (oro, plata, cobre y hierro). Roma necesita no sólo bases navales sino también materiales para la construcción naval: madera, esparto. La Península puede suministrar miles de mercenarios al ejército romano como ya lo había hecho antes con el ejército cartaginés. Para poder alimentar a una población y a un ejército creciente necesita dominar las zonas productoras de cereales Aportaciones hispanas al Imperio romano. En el ámbito Político Los emperadores Trajano, Adriano y Teodosio el Grande nacieron en España Cultural En la llamada Edad de Plata del Imperio Romano en época de Trajano y Adriano se destacan: Séneca, nacido en Córdoba y educado en Roma: autor trágico y filósofo. Lucano, sobrino de Séneca y también cordobés: poeta épico. Marcial, nacido en Calatayud y educado en su tierra natal: poeta satírico 4 PUEBLOS PRERROMANOS Los pueblos prerromanos en la península La península ibérica estuvo habitada por pueblos que diferían entre sí por la lengua, las costumbres y las instituciones como: 1.Los íberos Procedían del norte de África y ocuparon el litoral mediterráneo. Vivían agrupados en tribus formando minúsculos Estados. Se dedicaban a la agricultura, metales. el pastoreo y la industria de Su cultura era diferente según las tribus, ya que las situadas en la costa mediterránea, por su contacto con los fenicios y los griegos, llegaron a adquirir una gran civilización (Dama de Elche), mientras que las del Norte y Centro tardaron mucho tiempo en desarrollarse. En cuanto a la religión adoraban a los astros y los espíritus. 5 2.L os tartesios De origen desconocido, estaban asentados en el Sur de la Península, donde florecieron importantes ciudades como Tartessos. Hacia el 500 a.C. fueron derrotados por los cartagineses y Tartessos fue destruida. Se dedicaban a la ganadería, la agricultura y el comercio marítimo. La cultura de los tartesios fue muy floreciente y su lengua, que era distinta de la de los íberos, todavía no se ha podido interpretar. Adoraban la luna, el sol y otros elementos. 3.Los celtas Eran indoeuropeos. Penetraron en la península por el norte y se asentaron en el centro y norte de la misma (s. IX a.C.) Poseían una civilización importante: destaca su habilidad en el arte de elaborar los metales, en las artes decorativas y en la agricultura. Su religión era politeísta y adoraban el sol, el rayo y otros elementos de la naturaleza. En las zonas de contacto, celtas e iberos se fusionaron formando el pueblo celtibero. Los cántabros, astures y vascones, pueblos mucho más atrasados que los anteriores, habitaban el norte peninsular. 6 Muchos han sido los pueblos que, atraídos por las riquezas de la península ibérica, han fundado colonias en la antigüedad. Antes de la llegada de los romanos podemos citar a : 1. Los fenicios Vienen motivados por la abundancia de cobre, oro y plata que tenía la costa sur de la península. Grandes comerciantes y adiestrados navegantes de Oriente, fundaron ya a finales del II milenio a.C. la colonia de Gadir (Cádiz), que les sirvió de base para dominar la costa sur. Otras colonias fueron Malacca (Málaga), Mastia (Cartagena) y Onoba (Huelva). 2. Los griegos Aparecieron en las costas catalanas hacia el s.VII a.C. y fundaron la primera colonia Rhode, cerca del cabo de Creus. A ésta siguieron Mainake (cerca de Málaga), Emporion (Ampurias) y otras muchas, que se convirtieron en importantes núcleos comerciales. 3. Los cartagineses 7 Procedentes de Cartago, colonia fundada por los fenicios, al caer Fenicia en poder de los asirios extendieron su dominio a todas las colonias fenicias del Mediterráneo Occidental y consiguieron desplazar del mismo a los griegos. (s.VI a.C.). En el s.IV a.C. firmaron un tratado con Roma por el cual ésta reconocía a los cartagineses el dominio del sur de la Península Ibérica. Después de la primera guerra púnica, y ante el poderío de los cartagineses en la península, Roma firma el Tratado del Ebro, por el cual el río Ebro será la frontera del dominio cartaginés. (226 a.C.). Los pueblos asentados en Extremadura fueron: 1. Los turdetanos Situados en el Suroeste de la Península ibérica, son los sucesores de los tartesios al ponerse en contacto con los pueblos colonizadores. Habitan un área riquísima en minas, ganado, productos agrícolas y pesca. Era un pueblo pacífico y sedentario. Su forma de gobierno era una monarquía , y su sociedad estaba dividida en castas, siendo la última la de los esclavos. Habitaban en ciudades, pero tenían un desarrollo notable en la ganadería y agricultura, sobre todo en el sistema de regadíos. Tenían escritura. Adoraban a la luna, al toro y a los muertos, entre otros. Estuvieron asentados en la Bética romana, y su romanización fue rápida y profunda, al ser una zona muy rica . 2. Los lusitanos Los lusitanos habitaban todo el actual territorio de Portugal y parte de la Extremadura española. Se les supone emparentados con los celtas, y en este caso estarían asentados entre el Guadiana y la Turdetania. Tienen una civilización poco desarrollada. Según Estrabón (III, 3,6) "Eran diestros en emboscadas y persecuciones, ágiles, listos y disimulados". Unas pocos poseían casi todas las tierras y ganados, y por eso una gran parte de la población se dedicaba al pillaje. Muchos lusitanos invadían periódicamente la 8 Bética. Eran gobernados por caudillos que conducían las bandas. Su romanización fue poco intensa, como lo demuestra la poca influencia de la administración romana en la sociedad lusitana, sus dioses, etc.. Creían en animales, como la cierva; hacían sacrificios humanos; adoraban al viento. al agua, a las piedras... 3. Los vetones Ocupaban la zona situada entre el Duero y el Tajo. Vivían principalmente del ganado. Su población estaba diseminada en aldeas, y castros (campamentos fortificados). Como los lusitanos, la riqueza la poseían unos pocos, lo que les obliga a enrolarse en los ejércitos de otros pueblos. Los jefes eran nombrados en asambleas populares.Existían clases sociales. Se romanizaron sin mucha dificultad. Adoraban a las encinas, a diosas de los huertos, etc. 9