La independencia de la costa firme justificada

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LA INDEPENDENCIA
DE LA COSTA FIRME
JUSTIFICADA
POR
THOMAS PAINE
TREINTA AÑOS HA
TRADUCIDO DEL INGLÉS AL ESPAÑOL POR
DON MANUEL GARCÍA DE SENA
PUBLICACIÓN
N9
5
LA INDEPENDENCIA
DE LA COSTA F I R M E
JUSTIFICADA
POR
THOMAS PAINE
TREINTA AÑOS HA
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j£ÍÜbíL.
Reproducción facsímilar de la portada de la obra de Thomas Paine existente en la
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Caracas.
ÍNDICE
Pág.
LA I N D E P E N D E N C I A DE LA COSTA FIRME JUSTIFICADA POR T H O MAS PAINE T R E I N T A AÑOS H A
27
Introducción
35
Sentido común:
Del origen y designio del gobierno en general: con unas observaciones
concisas acerca de la Constitución
Inglesa
57
De la monarquía y sucesión hereditaria
44
Disertación sobre los primeros principios del Gobierno
56
Disertación acerca del Gobierno: Los asuntos de Banco y papel moneda
84
C O N S T I T U C I Ó N DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
151
Declaración de Independencia
153
Artículos de Confederación y perpetua unión
158
Constitución de los Estados Unidos:
168
Correcciones
182
Resolución; proponiendo una corrección a la Constitución de los Estados Unidos
Constitución de Massachusetts
184
186
Connecticut; relación de la Constitución de Connecticut
218
Constitución
222
de New-Jersey
Constitución de la República de Pensylvania
22?
Constitución de Virginia
24S
DISTRICT
OF
P E N N S Y L V A N I A , TO w r r :
B E IT R E M E M B E R E D , T h a t on the ninth day of July, in the thirty
{L. S.) sixth year of the Independence of the United States of America,
A. D . 1811,
MANUEL
G A R C Í A DE
SENA,
of the said district, hath deposited in this office the title of a book,
the right whereof he claims as proprietor, in the words following,
to wit:
La Independencia de la Costa Firme justificada por Thomas Paine
treinta años há. Extracto de sus Obras traducido del Inglés al
Español por D . Manuel García de Sena.
In conformity to the act of the Congress of the United States, intituled:
" A n act for the encouragement of learning, by securing the copies of
maps, charts, and books, to the authors and propríetors of such copies
during the times therein mentioned." A n d also t o the act, entitled,
" A n act supplementary to an act, entitled, " A n act for the encouragement of learing, by securing the copies of maps, charts, and books, to the
authors and propríetors of such copies during the times therein mentioned", and extending the benefits thereof to the arts of designing,
engraving, and etching historical and other prints."
D . CALDWELL.
Clerk of the District
29
of
Pennsylvania.
RAMÓN
Philadelphia, diciembre 15 de 1810.
Perdona si mi excesiva condescendencia me habia hecho
consentir en confiar a otro que a ti la dirección de esta
traducción: un acontecimiento favorable para mí hace que
tenga ahora el curso que debía yendo a tus manos. Yo te
suplico, pues, la recibas y la presentes al Gobierno de esas
provincias, a cuyos habitantes principalmente consagro este
trabajo, para que informado por ti, y cerciorado por su
lectura de no contener una sola palabra contraria a nuestra Religión tenga un libre pasaje entre mis conciudadanos.
A éstos díles que éstas son las verdades que el antiguo Gobierno tenía tanto interés en ocultarnos; incurriendo a este
fin en el sacrilego atentado de hacer un precepto casi divino lo que era en realidad u n acto de despotismo. Díles que
el autor, cuyas obras he extractado y traducido literalmente al español, siendo inglés europeo, vino aquí, y fué el
primero que declamó públicamenté contra la opresión, y
prescribió reglas para establecer, y preservar la libertad de
los tiranos. Por último díles que sin atender al buen o mal
estilo de la traducción, procuren impresionarse de las máximas en ella contenidas, pues que la generalidad de ellas
constituye en estos países la felicidad de sus habitantes, que
yo jamás me canso de admirar, y que es la misma que deseo
con ansia para los nuestros.
31
THOMAS
PAINE
Pues aunque verdaderamente es casi imposible en el orden
social llevarlas a la práctica en toda su extensión;, con todo
ellas han sido adaptadas por estos Estados, formando cada
uno su Constitución particular, en que dando al hombre en
la sociedad el lugar que le corresponde según su clase, le deja
una entera libertad, que parecerá acaso, al que no la ha contemplado de cerca como yo, incompatible con la tranquilidad y buen orden, que se advierte en todos estos pueblos.
Sobre los principios que propone Paine en sus Disertaciones, modificados como se puede ver en las Constituciones
de algunos de esos Estados, que agrego al fin de ellas, se halla
establecido el Gobierno de estos países. Lástima es que esté
sujeto a la decadencia natural de todas las cosas humanas u n
Gobierno acaso el más bello que ha existido jamás sobre la
tierra, y que se ve puede ser en el más alto grado de perfección a que es capaz de llegar el entendimiento de los hombres,
Soy tu afmo. hermano,
M A N U E L GARCÍA DE SERNA.
D E D I C A D A
A los Habitantes de la Costa Firme
Americanos españoles: si os dedico este mi primer ensayo de traducción en las obras de Thomas Paine, no es para
inspiraros sentimientos que os sean desconocidos; sino para
que agregado a la negra, pérfida, y excecrable administración de justicia de los monstruos que abortaba la España para
gobernaros, sirva de justificación a vuestra laudable y generosa conducta. Los habitantes de Puerto Rico lo leerán, conocerán en él las razones de vuestros procedimientos, y lo
guardarán como un documento que servirá a justificar la
que tarde o temprano ha de venir a ser su misma causa. Y
entonces podréis decirles: Mientras vosotros luchabais con
las circunstancias que os retenían en la esclavitud, nosotros,
que por una feliz
casualidad
tuvimos ocasión de su-
perarlas primero, avanzábamos en el camino de la felicidad siempre con el cuidado de dejarlo preparado para vosotros. Apresuraos, amigos, daos prisa hermanos en llegar
allá; ella es de un fondo inagotable, y todo aquel que abrace
el partido y medidas nuestras tendrá una porción igual a la
que nosotros disfrutamos ya.
33
THOMAS
PAINE
La libertad y prosperidad de todos que me ha hecho emprender este trabajo que os presento, será siempre el primer
voto ante la Suprema Providencia.
De vuestro hermano y Compatriota,
M A N U E L GARCÍA DE SERNA.
34
INTRODUCCIÓN
Acaso ios sentimientos contenidos en las páginas siguientes no están aun todavía bastante a la moda para procurarles
una general aprobación: un largo hábito de no pensar en una
cosa irregular, le da una apariencia superficial de ser recta,
y levanta al principio un formidable alboroto en defensa
de la costumbre: pero el tumulto calma pronto. El tiempo
hace más conquistas que la razón.
Como un largo y violento abuso del poder es generalmente el medio de hacer dudar del derecho de él; y como
el Rey de Inglaterra ha emprendido con su mismo derecho
sostener al Parlamento en los suyos, y como el buen Pueblo
de este país está duramente oprimido por la combinación, él
tiene un privilegio indubitable de examinar las pretensiones
de ambos, y rechazar igualmente la usurpación de uno u
otro.
En las siguientes páginas el Autor ha evitado cuidadosamente todas las cosas que son personales entre nosotros. Los
cumplimientos igualmente que las censuras de los individuos
no tienen parte en ellas. La sabiduría y el mérito no necesitan
el triunfo de un panflete; y aquellos cuyos sentimientos no
sean juiciosos, ni favorables, cesarán por sí mismos, a menos
que se emplee en su conversión una pena excesiva.
La Causa de América es sobremanera la causa de todo el
género humano. Muchas circunstancias han ocurrido, y
35
THOMAS
PAINE
ocurrirán, que no son locales sino universales, por medio de
las cuales son atacados los principios de todos los amantes del
género humano, y en cuyos acontecimientos se halla interesada su afección. U n país desolado a sangre y fuego, una
declaración de guerra contra los derechos naturales de todo
el género humano, y la extirpación de los defensores de ellos
sobre toda la haz de la tierra, es del interés de todos los hombres, a quienes la naturaleza ha dado la facultad de sentir;
de cuya clase, sin respeto ni consideración por el partido de
censura, es
E L AUTOR.
Philad.elphia, febrero 14, 1776.
36
SENTIDO COMÚN
DEL ORIGEN Y DESIGNIO DEL GOBIERNO EN GENERAL:
CON UNAS OBSERVACIONES CONCISAS ACERCA DE LA
CONSTITUCIÓN INGLESA
Algunos escritores han confundido de tal modo la sociedad con el Gobierno que hacen muy poca o casi ninguna
distinción entre ellos, cuando no solamente son diferentes
entre sí, sino que tienen también distinto origen. La sociedad es producida por nuestras necesidades, y el Gobierno
por nuestras iniquidades; la primera promueve nuestra felicidad positivamente uniendo nuestras afecciones, y el segundo negativamente restringiendo nuestros vicios. La una
anima el intercurso, el otro cría las distinciones. La primera
es u n patrón, y el segundo u n castigador.
La sociedad en todos los estados es una bendición; pero
el Gobierno en su mejor estado no es sino un mal necesario;
mas en su peor estado es intolerable; porque cuando nosotros sufrimos, o estamos expuestos a las mismas miserias por
causa del Gobierno, que podíamos experimentar en u n país
sin él, nuestras calamidades se aumentan con la reflexión
de que nosotros hemos proveído los medios por los cuales sufrimos. El Gobierno, lo mismo que el vestido, es la divisa de
la inocencia perdida; los palacios de los Reyes están edificados
sobre las ruinas de los emparrados del paraíso: porque si
fuesen obedecidos uniforme e irresistiblemente los impulsos
37
THOMAS
PAINE
de la pura conciencia, el hombre no necesitaría de otro legislador; pero no siendo esto asi, él encuentra necesario sacrificar una parte de su propiedad para proveer a la seguridad
y protección de las otras; y esto le induce, por la misma prudencia que le aconseja en cualquier otro caso, a escoger de
dos males el menor. Por lo cual, siendo la seguridad el verdadero designio y fin del Gobierno, se sigue incontestablemente, que cualquiera forma de él que parezca más verosímil, para asegurárnosla con menos expensas y más grande
beneficio, es preferible a todas las otras.
Para adquirir una clara y justa idea del designio del Gobierno, supongámonos un pequeño número de personas establecidas en algún lugar apartado y desprendido del resto de
la tierra; ellas representarán entonces a los primeros pobladores de algún país, o del Mundo. En este estado de natural
libertad la sociedad será su primer pensamiento. Mil motivos las inducirán a ella: las fuerzas de u n hombre son tan
desiguales a sus necesidades, y su espíritu tan incapaz para
una perpetua soledad, que muy pronto es obligado a solicitar la asistencia y ayuda de otro, que requiere a su torno
también lo mismo. Cuatro o cinco unidos serán capaces de
levantar una mediana habitación en medio de u n desierto;
pero un hombre sólo emplearía toda su vida en su trabajo sin
llegar jamás a su último término y cuando él haya cortado su
madera, él no puede transportarla, ni levantarla después que
la haya transportado; la hambre entretanto le obligaría a dejar su trabajo, y sus diversas necesidades le llamarían a diferentes vías. Las enfermedades y las desgracias serían para
él todas mortales, por que aunque ni unas ni otras fuesen
graves en realidad, le inhabilitarían con todo para vivir, y
le reducirían a un estado, que se puede decir más bien de
perecer que de morir.
La necesidad pues, como un poder de gravedad, haría
38
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
venir pronto estos nuevos emigrados a la sociedad, que sería
presidida por recíprocas bendiciones, que harían inútiles las
obligaciones de la ley y del Gobierno, mientras que ellos
permaneciesen perfectamente justos entre sí; pero como nada, sino el Cielo, es impenetrable al vicio, sucedería inevitablemente que a proporción que ellos fuesen superando las
primeras dificultades de la emigración, que los une en una
causa común, comenzarían a relajarse en sus deberes y en
su afección recíproca; y esta relajación haría ver la necesidad de establecer alguna forma de Gobierno para suplir el
defecto de virtudes morales.
Algún árbol proporcionado les serviría de Casa Consistorial, bajo cuyas ramas podría juntarse la Colonia entera para
deliberar sobre los asuntos públicos. Es más que probable
que sus primeras leyes tendrían el título solamente de Regulaciones y que no serían esforzadas por otra penalidad que
la desestimación pública. En este primer Parlamento todos
los hombres por un derecho natural tendrían un asiento.
Pero como la Colonia se aumentará, los negocios públicos se aumentarán igualmente, y la distancia que los miembros pueden estar separados, hará un inconveniente para
juntarse todos ellos y en todas las ocasiones como al principio, cuando su número era pequeño, sus habitaciones vecinas, y los negocios públicos, pocos y de corta entidad.
Esto hará ver la conveniencia de consentir que la parte legislativa sea manejada por u n número selecto escogido de
todo el Cuerpo, el cual se supone tener en igual riesgo
sus intereses, que aquellos que lo han elegido; y que obrara
en la misma manera, que obraría todo el Cuerpo, si estuviese presente. Si la Colonia continúa aumentándose, será
necesario aumentar el número de los Representantes; y
para que el interés de cada parte de la Colonia pueda estar
bien atendido, se encontrará que es mejor dividir el todo
39
THOMAS
PAINE
en partes convenientes, mandando cada una su propio n ú mero; y para que los elegidos nunca puedan formar para
sí mismos un interés separado del de los electores, la prudencia les indicará la importancia de hacer las elecciones
frecuentes; por qué como los elegidos pueden por este medio volver a entrar en la clase general de electores, su fidelidad al público por pocos meses será asegurada por la
prudente reflexión de no poder formar un cetro para sí mismos. Y como quiera que esta frecuente permuta ha de establecer un interés común entre todas las partes de la Comunidad, ellas se sostendrán mutua y naturalmente; y en
esto (no en el nombre insignificante de Rey) consiste la
fuerza de un Gobierno, y la felicidad de los gobernados.
Este, pues, es el origen y nacimiento del Gobierno;
esto es, de un modo hecho necesario por la incapacidad de
las virtudes morales, para gobernar el Mundo; este es también el designio y fin de un Gobierno, a saber, la libertad y
seguridad. Y sin embargo que nuestros ojos pueden ser deslumhrados por la pompa, y nuestros oídos engañados por
el sonido; sin embargo que las preocupaciones pueden desviar nuestra voluntad, y el interés ofuscar nuestro entendimiento; la simple voz de la naturaleza y la razón dirá,
que es justo.
Yo deduzco mi idea acerca del Gobierno de un principio en la naturaleza que ningún arte puede trastornar,
este es, que aquella cosa es más simple, que está menos expuesta a ser desordenada, y que es más fácil de repararse
cuando está desordenada; y con esta máxima a la vista yo
presento unas pocas observaciones sobre la tan decantada
Constitución Inglesa. Que fué noble en aquellos tiempos
obscuros y esclavos en que fué erigida, se concede. Cuando
el Mundo estaba cubierto de la tiranía, la menor mudanza
era un glorioso rescate en favor de la libertad. Pero que ella
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LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
es imperfecta, sujeta a convulsiones, e incapaz de producir
la que parece prometer, está demostrado fácilmente.
Los Gobiernos absolutos (aunque son la vergüenza de la
naturaleza humana) tienen en sí la ventaja de ser simples;
si el Pueblo sufre, conoce bien la raíz de donde dimanan
sus penas; y no está expuesto a confundirse y perderse en
la variedad de causas y de remedios. Pero la Constitución
de Inglaterra está tan extremadamente complicada, que la
Nación puede sufrir por muchos años sin ser capaz de descubrir en qué parte está la falta. Unos dirán en una, y otros
en otra, y cada Médico político recetará una medicina di-,
ferente.
Yo bien conozco que es difícil desterrar las preocupaciones locales y añejas; con todo si nos permitiésemos examinar las partes que componen la Constitución Inglesa,
hallaríamos que es la base restante de dos antiguas tiranías,
compuesta o reparada con algunas partes Republicanas.
Primero: los restos de una Monarquía tiránica en la
persona del Rey.
Segunda: los restos de una tiranía Aristocrática en las
personas de los Pares.
Tercera: las nuevas partes Republicanas en las personas
de los Comunes, de cuya virtud pende la libertad de
Inglaterra.
Las dos primeras por ser hereditarias son independientes
del Pueblo; por lo cual en un sentido Constitucional ellas
nada contribuyen a la libertad del Estado.
Decir que la Constitución de Inglaterra es una unión
de tres poderes, que se reprimen recíprocamente uno al otro,
es una farsa; o las palabras no tienen significación, o ellas son
unas contradicciones declaradas.
Decir que los Comunes coartan la facultad del Rey es
presuponer dos cosas.
41
THOMAS
PAINE
La primera: que no se debe fiar tan absolutamente del
Rey que no se tenga algún recelo; o en otras palabras, que
un deseo vehemente de un poder absoluto es la enfermedad
natural de la Monarquía.
La segunda: que los Comunes, estando destinados a este
fin, son o más sabios, o más dignos de confianza que la
Corona.
Pero como la misma Constitución que da a los Comunes
un poder para coartar al Rey rehusando los suplementos,
que le hace, da después al Rey un poder para coartar a los
Comunes, autorizándole para rechazar sus otros Bills 1 ; se
supone segunda vez que el Rey es más sabio que aquellos a
quienes se había supuesto antes más sabios que él; ¡mera
absurdidad!
H a y algunas cosas excesivamente ridiculas en la composición de la Monarquía; primero se excluye a u n hombre
de los medios de informarse, con todo se le autoriza para
obrar en casos en que se requiere el mayor juicio: El estado
de u n Rey le excluye del Mundo; con todos los negocios de
un Rey requieren que él lo conozca enteramente; por lo cual
oponiéndose sobrenaturalmente las diferentes partes, y destruyéndose una a la otra, se prueba que su entero carácter
es absurdo e inútil.
Algunos escritores han explicado la Constitución Inglesa
así: El Rey, dicen ellos, es uno, y el Pueblo es otro: los Pares
son una Casa en favor del Rey; y los Comunes en favor del
Pueblo: pero esto tiene todas las distinciones de una casa
dividida contra ella misma; y aunque las expresiones están
agradablemente ordenadas, con todo cuando se han examinado aparecen frivolas y ambiguas; y sucederá siempre, que
la más exacta construcción, de que son capaces estas palabras,
1
Bilí se llama la ley que presentan los Comunes al Rey para confirmarla, y
éste tiene autoridad para darle curso o no, según su voluntad.
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LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
cuando se aplican a la descripción de alguna cosa, que, o no
puede existir o es demasiadamente incomprensible para hallarse en el circuito de la descripción, serán palabras de sonido
solamente, y que aunque diviertan al oído, no pueden informar al espíritu; por que esta explanación incluye una previa
cuestión, es a saber: Cómo pudo el Rey obtener un poder
que el Pueblo teme confiar, y que siempre está obligado a
coartar. U n poder semejante no puede ser el don de un Pueblo sabio; ni tampoco lo puede ser de Dios siendo un poder
que necesita de restricciones; con todo la provisión que la
Constitución hace, supone existir un poder semejante.
Pero como la provisión es desigual a la tarea, los medios,
o no pueden, o no desempeñan el fin, y el asunto por entero
se destruye él mismo por que como el peso mayor hará subir
al menor; y como todas las ruedas de una máquina son puestas en movimiento por una; sólo resta conocer cual poder en
la Constitución tiene ese mayor peso, por que ese gobernará;
y aunque los otros, o alguna parte de ellos, puedan estorbar,
o como es la frase coartar la rapidez de su movimiento, con
todo mientras que ellos no pueden detenerla, sus esfuerzos
serán sin efecto; el primer poder que se mueve tendrá al fin
su vía, y lo que le falta de velocidad será suplido con el
tiempo.
Que la Corona es esta parte opresiva en la Constitución
Inglesa, no hay necesidad de mencionarlo; y que ella deriva
su entera consecuencia solamente de ser el dador de los Empleos y las pensiones, es en sí mismo evidente; por lo que
aunque nosotros 1 hemos sido bastante sabios para cerrar la
puerta a la Monarquía absoluta, al mismo tiempo hemos sido
bastante locos para poner a la Corona en posesión de la llave.
La preocupación de los Ingleses en favor de su Gobierno,
por el Rey, Lords y Comunes, nace más bien de un orgullo
*
El Autor era Inglés Europeo de Nación,
43
THOMAS
PAINE
nacional que de la razón. Los individuos están sin duda más
seguros en Inglaterra, que en algún otro país, pero la voluntad del Rey es la ley tanto en la Gran Bretaña como en
Francia; con esta diferencia, que en vez de proceder directamente de su boca es dada al Pueblo bajo la más formidable
forma de un Acto del Parlamento. Por que la desgraciada
suerte de Carlos I sólo ha hecho Reyes más sutiles, pero no
más justos.
Por lo cual poniendo aparte todo el orgullo y preocupación nacional en favor de los modos y formas, la verdad llana es; que se debe a la Constitución del Pueblo, y no ala del
Gobierno, el que la Corona no sea tan opresiva en Inglaterra
como en Francia.
Un examen de los errores constitucionales en la forma del
Gobierno inglés, es en este tiempo absolutamente necesario;
porque así como nosotros nunca estamos en ocasión propia
para hacer justicia a otros, mientras continuamos bajo la influencia de un partido dominante, así también somos incapaces de hacérnosla a nosotros mismos, mientras estamos dominados por una pasión obstinada, y así como un hombre aficionado a una mujer prostituida, es incapaz de elegir o juzgar
acerca de una esposa; así también una preocupación en favor de la Constitución podrida de un Gobierno nos inhabilitará para discernir de alguna buena.
DE LA MONARQUÍA Y SUCESIÓN HEREDITARIA
Siendo el género humano originalmente igual en el orden de creación, la igualdad pudo solamente ser destruida
por algunas circunstancias subsecuentes: las distinciones de
rico y pobre pueden muy bien tener lugar, y esto sin recurrir a los duros y disonantes nombres de opresión, y avaricia.
44
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
La opresión es muchas veces la consecuencia de la riqueza,
pero rara o ninguna vez los medios de ella; y aunque la avaricia preservará a un hombre de ser necesitadamente pobre,
también le infunde casi generalmente demasiado temor para
que pueda ser rico.
Pero hay una otra y más grande distinción, para la cual
verdaderamente no se puede encontrar razón alguna ni natural ni religiosa; esta es la distinción de hombres en REYES
y VASALLOS. Varón y hembra son las distinciones de la natuleza; bueno y malo son las del Cielo. Pero como vino al mundo una raza de hombres tan exaltada sobre los demás, y distinguida como una nueva especie, es digno de inquirirse; y
también si ellos son los medios para la felicidad o miseria del
género humano.
En los tiempos primitivos del mundo, según la cronología de la Sagrada Escritura, no había Reyes, en consecuencia
de lo cual tampoco había guerras; es el orgullo de los Reyes
que ha sumergido al género humano en la confusión. La H o landa sin Rey ha gozado más paz en este último siglo, que
ningún otro Gobierno Monárquico en Europa. La Antigüedad favorece esta misma observación, porque la vida quieta
y campestre de los primeros Patriarcas tuvo muchas cosas
felices en sí, que desaparecen cuando llegamos a la historia de
la Monarquía Judaica.
El Gobierno de Reyes fué primeramente introducido en
el mundo por los paganos, de quienes los hijos de Israel t o maron la costumbre. Ha sido la invención más próspera que
el Diablo puso jamás en pie para promover la idolatría. Los
paganos tributaban honores divinos a sus difuntos Reyes, y
el mundo cristiano ha perfeccionado el plan haciendo lo mismo a los suyos cuando viven. jCuán impío es el título de
Sacra Real Majestad aplicado a un gusano que en medio de
su esplendor se está deshaciendo en polvo!
45
T H O M AS
PAINE
Como el elevarse un hombre a tan alto grado sobre los
demás no puede justificarse en la igualdad de derechos, así
tampoco puede defenderse con la autoridad de la Escritura;
porque la voluntad del Todopoderoso, como está declarado
por Gideón, y el Profeta Samuel, expresamente desaprueba
el Gobierno de Reyes. Todas las partes anti-monárquicas de
la Escritura han sido muy lisonjeramente glosadas a favor
de los Gobiernos Monárquicos; pero ellos merecen indubitablemente la atención de los países, cuyo Gobierno está todavía por formarse. Dar al César lo que es del César es el texto
de la Escritura de que usan las Cortes; con todo esto no es
un apoyo para el Gobierno Monárquico; porque los Judíos
en este tiempo cuando obtuvieron esta respuesta estaban sin
Rey, y sí sólo en estado de vasallaje a los Romanos.
Cerca de trescientos años, según la cuenta de Moisés, se
pasaron desde la creación hasta que los Judíos por una ilusión
nacional pidieron un Rey. Hasta entonces su forma de Gobierno (excepto en los casos extraordinarios en que intervenía el Altísimo) era una especie de República administrada por un Juez y los mayores de las Tribus. Reyes; ellos
no tenían ninguno; y se reputaba como un crimen el reconocer bajo este título algún otro ser que el Señor de los
ejércitos, y cuando un hombre reflexiona seriamente sobre
el homenaje idólatra que se tributa a las personas de los Reyes, no debe extrañar que el Todopoderoso, siempre celoso
de sus honores, desaprobase una forma de Gobierno, que impíamente invade las prerrogativas del Cielo.
La Monarquía es considerada en la Escritura como uno de
aquellos pecados de los Judíos por los cuales se declaró contra
ellos una maldición reservada. La historia de este hecho es
digna de atención.
Siendo los hijos de Israel oprimidos por los Midíanítes,
marcharon contra ellos formados en un pequeño ejército
46
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
bajo el mando de Gideón, y la victoria por interposición
del Altísimo, se declaró en su favor. Los Judíos orgullosos
del suceso y atribuyéndolo a los talentos de Gideón, se propusieron nacerle Rey, diciéndole: Gobierna sobre nosotros,
tú, y tus hijos, y los hijos de tus hijos. Aquí fué la tentación
a su más grande extensión; no solamente un Reino, sino también un Rey no hereditario; pero Gideón con una piedad
propia de su alma respondió: yo no gobernaré sobre vosotros,
ni mis hijos tampoco gobernarán sobre vosotros. E L S E Ñ O R
GOBERNARÁ SOBRE VOSOTROS. Estas palabras no necesitan
de más explicación: Gideón no rehusa el honor; pero niega
el derecho de ellos para dárselo; ni tampoco les hace cumplimientos con políticas acciones de gracias; pero en el estilo
positivo de un Profeta les reprehende por la desafección a su
legítimo Soberano, el Rey de los Cielos.
Cerca de ciento treinta años después de esto ellos incurrieron otra vez en el mismo error. La inclinación que los
Judíos tenían a las costumbres idólatras de los Paganos, era
tan extremada que no puede concebirse, pero ello fué que
valiéndose de la mala conducta de los dos hijos de Samuel
que estaban encargados de algunos negocios seglares, ellos vinieron a casa de Samuel con clamores, y en una manera precipitada diciéndole: Mira que eres viejo, y que tus hijos no
caminan sobre tus huellas; ahora haznos un Rey para que
nos juzgue como en todas las otras Naciones. Y aquí nosotros
no podemos menos de observar, que sus razones eran malas,
esto es, que ellos pudiesen ser como las otras Naciones, es decir los Paganos; cuando por el contrario su verdadera gloria
consistía en parecerse a ellos lo menos que fuese posible. Vero
la cosa disgustó a Samuel cuando ellos dijeron*, dadnos un
Rey para que nos juzgue; y Samuel oró al Señor; y el Señor
dijo a Samuel; escucha la voz del Pueblo en todo lo que ellos
te digan; por que ellos no te han rechazado a tí; y si solo me
47
THOMAS
PAINE
han rechazado a mí; PARA QUE YO NO REINE SOBRE ELLOS.
Según todas las obras que ellos han hecho desde el día que
los saqué de Egipto hasta ahora, con las cuales ellos -me han
renunciado y servido a otros Dioses, así harán ellos también
contigo-, ahora por tanto escucha su voz; con todo protéstales solemnemente y demuéstrales las maneras del Rey que
gobernará sobre ellos; esto es, no de algún Rey particular,
sino la manera general de los Reyes de la tierra, a quienes
Israel imitaba con tanta ansia. Y no obstante la gran distancia de tiempo, y diferencia de maneras, el carácter está aun
todavía en uso. Y Samuel dijo todas las palabras del Señor al
Pueblo, que le pidió un Rey, Y él dijo ésta será la manera del
Rey que reinará sobre vosotros. Él tomará vuestros hijos
y los destinará para sí mismo, para sus coches, y para ser
sus caballerizeros, y algunos correrán delante de sus coches,
(esta descripción conviene con el presente modo de enseñorearse de los hombres) y él creará Capitanes sobre miles, y
Capitanes sobre cincuentas, y los pondrá a labrar sus tierras,
y recoger sus mieses, y hacer sus instrumentos de guerra, e
instrumentos de sus coches; y él tomará vuestras hijas para
ser sus confiteras, y para ser cocineras, y para ser panaderas,
(esto describe los gastos y lujuria también como la opresión
de los Reyes) y tomará vuestros campos, y vuestros cercados
de Olivos, aun los mejores de ellos, y los dará a sus criados;
y él tomará el diezmo de vuestras semillas, y de vuestras vU
ñas, y lo dará a sus oficiales, y a sus sirvientes, (por lo que
se deja ver que el cohecho, corrupción y favoritismo son los
vicios dominantes de los Reyes), y él tomará el diezmo de los
hombres, y de las mujeres que os sirven, y vuestros más hermosos jóvenes, y vuestros jumentos, y los hará trabajar para
él; y él tomará el diezmo de vuestras ovejas, y vosotros seréis
sus sirvientes, y vosotros lloraréis en aquel día por causa de
vuestro Rey, que vosotros habréis escogido, Y EL SEÑOR N O
48
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
os ESCUCHARÁ E N AQUEL DÍA. Esta es la razón por qué continúa la Monarquía: ni aun los caracteres de los pocos Reyes
buenos que ha habido después santifican el título, ni borran
la criminalidad del origen: la alta alabanza dada a David
no le considera oficialmente como a un Rey, sino solamente
como a u n hombre grato al Señor. Sin embargo el Pueblo
rehusó obedecer a la voz de Samuel, y dijeron: No: pero
nosotros tendremos un Rey sobre nosotros, para que seamos
como todas las otras Naciones, y que nuestro Rey nos juzgue, y marche delante de nosotros, y combata en nuestras
batallas. Samuel continuó a raciocinar con ellos pero infruc-.
tuosamente; él les representó su ingratitud, pero nada aprovechó; y viéndolos plenamente inclinados a su locura, gritó: Yo llamaré al Señor, y él mandará a truenos y lluvias
(lo que era un castigo por ser entonces el tiempo de la siega
de trigos) que os hagan percibir y ver cuan grande es la
iniquidad que vosotros habéis hecho a la vista del Señor, E N
PEDIR VOSOTROS U N R E Y . Así Samuel llamó al Señor; y el
Señor mandó truenos y lluvias aquel día, y todo el Pueblo
temió en grande 'manera al Señor y a Samuel. Y todo el Pueblo dijo a Samuel: Ora por tus sirvientes al Señor tu Dios,
para que nosotros no mueramos POR HABER NOSOTROS
AÑADIDO A NUESTROS PECADOS LA MALDAD DE HABER PEDIDO U N . R E Y . Estos pasajes de la Escritura son directos y
positivos: Ellos no dan lugar a construcciones equívocas.
Que el Todopoderoso ha estampado en ellos su protesta
contra el Gobierno Monárquico, es verdad, o la Escritura
es falsa.
Al mal de la Monarquía nosotros hemos añadido el de la
sucesión hereditaria: y así como la primera es una degradación en nosotros mismos, así también la segunda, pretendida
como una materia de derecho, es un insulto y una imposición
sobre la posteridad: porque siendo todos los hombres iguales
49
THOMAS
PAINE
en su origen, ninguno por su nacimiento pudo tener un derecho para establecer para siempre su misma familia con
una perpetua preferencia sobre todas las demás; y aunque
él mismo pueda merecer de sus contemporáneos algún grado
decente de honores, con todos sus descendientes pueden ser
infamemente indignos de heredarlos. Una de las pruebas naturales más fuertes de la locura del Gobierno hereditario
en los Reyes, es, que la naturaleza lo desaprueba, no de otra
manera que si ella incurriese con frecuencia en la ridiculez
de dar al género humano un jumento por un león.
En segundo lugar, como ningún hombre al principio
pudo poseer otros honores públicos que los que le fueron
dispensados; así tampoco los otorgadores pueden tener autoridad para dar el derecho de la posteridad: y aunque ellos
pudiesen decir: "Nosotros te escogemos para nuestro Jefe":
ellos no pudieron, sin hacer una injusticia manifiesta a sus
hijos, decir: "Que vuestros hijos, y los hijos de vuestros hijos reinarán sobre los nuestros para siempre." Por que un
pacto semejante, tan imprudente, injusto y contra lo natural, como es, podría (acaso) en la próxima sucesión ponerlos bajo el gobierno de u n picaro, o un loco. La mayor parte de los hombres sabios en sus privados sentimientos han
tratado siempre con desprecio el Gobierno hereditario; con
todo es uno de aquellos males difíciles de desterrar, una vez
de establecidos: muchos se someten por temor, otros por
superstición, y la parte más poderosa participa con el Rey
el pillaje que se hace a los demás.
Esto es suponiendo haber tenido la presente raza de Reyes en el Mundo un origen honroso; cuando al contrario
es más que probable, que si nosotros pudiésemos alzar el
oscuro velo de la antigüedad, y seguirlos hasta su nacimiento,
hallaríamos al primero de ellos nada mejor que el principal
asesino de alguna cuadrilla inquieta; y que sus modales sal50
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
vajes, o preeminencia en sutileza le obtuvo el título de Jefe
entre los ladrones; y que aumentando su poder, y extendiendo sus pillajes intimidó a los pacíficos, e indefensos hasta
hacerlos comprar su seguridad por frecuentes contribuciones. Con todo sus electores no tenían la idea de darle derecho hereditario a sus descendientes; porque una exclusión
perpetua de sí mismos era incompatible con el libre y desordenado principio de vida que ellos profesaban. Por tanto
sucesión hereditaria en aquellos tiempos primitivos de la
Monarquía no podía tener lugar como una materia de pretensión, sino como una cosa casual o cumplimental; pero,
como pocos o ningunos archivos existían en aquellos tiempos, y la tradición histórica estaba llena de fábulas, fué muy
fácil después del curso de algunas generaciones inventar algunos cuentos supersticiosos, adaptados convenientemente
con el tiempo, como los de Mahoma, para hacer tragar al
vulgo el derecho hereditario. Acaso los desórdenes que amenazaban, o parecían amenazar, por la muerte de un Corifeo,
en la elección de otro nuevo, (porque las elecciones entre
asesinos no pueden ser en muy buen orden) indujo a muchos
.al principio a favorecer las pretensiones hereditarias; y por
estos medios sucedió, y ha sucedido después, que lo que al
principio se sometió como a una conveniencia, se ha pretendido después como un derecho.
La Inglaterra después de la conquista ha conocido algunos pocos Monarcas buenos; pero ha gemido bajo un número más grande de otros malos; con todo ningún hombre
en sus sentidos puede decir que la pretensión de Guillermo
el Conquistador es muy honrosa. U n francés bastardo, que
desembarca con u n ejército de bandidos, y se establece él
mismo Rey de Inglaterra contra el consentimiento de los
nativos, es, en términos categóricos, un origen muy vil y
muy picaro. N o hay ciertamente divinidad en esto. Por
51
THOMAS
PAINE
último sería inútil emplear mucho tiempo en exponer la
locura del derecho hereditario; si hay algunos tan débiles
que lo crean, dejémoslos que adoren promiscuamente el jumento y al león; enhorabuena para ellos: Por lo que a mi
toca, ni imitaré su humildad, ni turbaré su devoción.
Con todo yo sería muy contento de preguntarles, cómo
suponen ellos que se establecieron los primeros Reyes. La
cuestión no admite sino una de estas tres respuestas, es a
saber, por suerte, por elección, o por usurpación. Si el primer Rey fué tomado por suerte, esto establece un ejemplo
para el otro, que excluye la sucesión hereditaria. Saúl fué
por suerte, sin embargo la sucesión no era hereditaria, ni
aparece en la transacción que hubo intención alguna de que
lo fuese. Si el primer Rey de algún país fué por elección,
esto igualmente establece un ejemplo para el otro; porque
decir, que el derecho de todas las generaciones venideras
fué quitado por el acto de los primeros electores en su elección, no solamente de un Rey, sino de una familia de Reyes
para siempre, no tiene u n cotejo ni dentro ni fuera de la
Escritura.
En cuanto a la usurpación, ningún hombre será tan atrevido que la defienda; y que Guillermo el Conquistador fué
u n usurpador, es un hecho sin contradicción. La verdad pura es, que la antigüedad de la Monarquía Inglesa no sufrirá
que se la examine.
Pero no es tanto la absurdidad de la sucesión hereditaria,
cuanto el mal que resulta al género humano. Si se asegurase
una raza de hombres buenos y sabios tendría el sello de autoridad divina, pero como ella abre la puerta igualmente
al loco, al perverso, y al inepto, tiene en sí la naturaleza de
opresión. Los hombres que se miran a sí mismos nacidos para
reinar, y a los otros para obedecer, pronto se hacen insolentes; siendo escogidos del resto de los hombres, sus espíritus
52
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
son pronto emponzoñados por la importancia; y la esfera
en que ellos figuran, es tan materialmente distinta del Mundo en general, que tienen muy poca oportunidad de conocer sus verdaderos intereses, y cuando suceden en el Gobierno son frecuentemente los más ignorantes e incapaces en todos los dominios.
Otro de los males que trae la sucesión hereditaria es que
el trono está expuesto a ser poseído por u n menor de cualquiera edad en cuyo tiempo la Regencia, obrando a nombre del Rey, tiene toda la oportunidad, y ocasión de hacer
traición a su confianza. La misma desgracia nacional sucede cuando un Rey, abrumado por la edad y enfermedad,
llega al último grado de la debilidad humana. En ambos casos el público se hace la presa de los perversos, que pueden
intrigar con suceso por las locuras de la vejez o de la infancia.
La alegación más plausible que se ha presentado jamás
en favor de la sucesión hereditaria, es que ella preserva una
Nación de guerras civiles; y si esto fuese cierto, sería de
bastante peso; pero al contrario, es la falsedad más descarada que se ha impuesto jamás sobre el género humano. La
historia toda de Inglaterra desmiente el hecho. Treinta Reyes y dos menores han reinado en ese reino desunido desde
la conquista, en cuyo tiempo ha habido (incluyendo la revolución) no menos que ocho guerras civiles, y diecinueve rebeliones. Por lo que en vez de hacer por la paz, hace contra
ella, y destruye el verdadero fundamento que parece sostenerla.
La guerra por la Monarquía y sucesión entre la Casa de
York y Lancaster representó en Inglaterra una escena sanguinaria de muchos años. Dos batallas señaladas, fuera de las
escaramuzas y sitios, se dieron entre Henrique y Eduardo;
dos veces fué Henrique prisionero dé Eduardo, que lo fué
53
THOMAS
PAINE
a su turno también de Enrique. Y es tan incierta la suerte
de la guerra, y el genio de una Nación, cuando sólo los intereses personales son el fundamento de una contienda, que
Henrique fué conducido en triunfo desde ia prisión al palacio, y Eduardo obligado a huir de este palacio a una tierra
extranjera; sin embargo como las transiciones repentinas del
genio son rara vez permanentes, Henrique a su turno fué
lanzado del Trono, y Eduardo llamado por segunda vez para
sucederle. El Parlamento siempre siguiendo el partido más
fuerte.
La guerra comenzó en el Reinado de Henrique el Sexto,
y no se extinguió enteramente hasta Henrique el séptimo,
en quien se unieron las familias: incluyendo un periodo de
67 años, esto es, desde 1422, hasta 1489.
En conclusión, la Monarquía y la sucesión hereditaria
han cubierto (no este o aquel Reino) sino el Mundo todo
de sangre y de cenizas. Es una forma de gobierno contra la
cual la palabra de Dios es u n testimonio contrario, y la sangre le acompañará.
Si entrásemos a averiguar los negocios de u n Rey, encontraríamos (y en muchos países ellos no tienen ninguno)
que después de malgastar su vida sin placer alguno para sí
mismos, ni ventaja para la Nación, se retiran de la escena, y
ceden el lugar a sus sucesores, que hacen aquel mismo giro
vano e infructuoso. En las Monarquías absolutas el peso de
los negocios civiles y militares recae sobre el Rey; los hijos
de Israel en su demanda por un Rey, alegaban esta razón;
"Que él pueda juzgarnos, e ir delante de nosotros, y batirse
en nuestras batallas." Pero en los países en que él no es ni
juez ni general, como en Inglaterra, un hombre se encontraría bastante embarazado para conocer cuales son sus negocios.
Mientras más se acerque un Gobierno al sistema de Re54
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
pública, menos tiene que hacer un Rey. Es en alguna manera
difícil encontrar un nombre propio para el Gobierno de
Inglaterra. Sir William Meredith lo llama República; pero
en su presente estado es indigno de este nombre; porque la
corrompida influencia de la Corona, teniendo todos los empleos a su disposición, tan absolutamente se ha absorbido el
poder, y destruido la virtud de la Casa de los Comunes, (la
única parte Republicana en la Constitución) que el Gobierno de Inglaterra es casi tan monárquico como el de
Francia o España. Los hombres disputan de los nombres, sin
entenderlos. Porque es en la parte republicana de la Constitución de Inglaterra, y no en la Monárquica, que los Ingleses fundan su gloria; es a saber, la libertad de escoger una
Casa de los Comunes de los de su mismo Cuerpo. Y es fácil
ver que cuando falta la virtud republicana se sigue la esclavitud. ¿Por qué es la Constitución de Inglaterra enfermiza,
sino porque la Monarquía ha emponzoñado la República, y
la Corona se ha apoderado de los Comunes?
En Inglaterra un Rey tiene poco más que hacer, que declarar la guerra, y proveer los empleos, que en términos claros es, empobrecer la Nación, y meterla en confusión. ¡Bonito negocio en verdad para un hombre a quien se abonan
ochocientas mil libras esterlinas por año, y que además es
adorado en el trato! U n hombre de bien vale más para la
sociedad, y es más grato a los ojos de Dios, que todos los
asesinos coronados que han vivido jamás.
55
•
DISERTACIÓN
SOBRE LOS
PRIMEROS PRINCIPIOS DEL GOBIERNO
No hay para el hombre asunto más interesante que el
del Gobierno: su seguridad, sea rico o pobre, y su prosperidad
están íntimamente unidas a él; por tanto es de su interés, y
aun de su deber, el procurarse algunos conocimientos de sus
principios, y lo que debe ser la práctica.
Todas las ciencias y las artes, aunque imperfectamente
conocidas al principio, han sido estudiadas, adelantadas, y
llevadas a lo que nosotros llamamos perfección por un trabajo progiesivo de las generaciones que se han sucedido: pero la ciencia del Gobierno ha estado parada aun todavía.
Nada se ha adelantado en el conocimiento de sus principios,
y muy poco se ha perfeccionado su práctica hasta que comenzó la Revolución Americana. En todas las partes de Europa (excepto en Francia) * continúan las mismas formas y
sistemas que se establecieron en los tiempos remotos de la
ignorancia, y su antigüedad tiene fuerza de principio: es rigurosamente prohibido el investigar su origen, o por qué derecho existen. Si se preguntase la razón, la respuesta era bien
fácil: Ellos son establecidos sobre principios falsos, y emplean después todo su poder en ocultarlo.
1
Escribió en tiempo de la República francesa, y se refiere a ella.
56
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
N o obstante el misterio en que ha estado envuelta la ciencia del Gobierno con el fin de esclavizar, robar, y engañar
al género humano, es de todas las cosas la menos misteriosa,
y la más fácil de ser entendida. La más corta capacidad no
puede perderse si comienza sus investigaciones desde un punto cierto. Todas las ciencias y las artes tienen u n punto, o
alfabeto, en que comienza el estudio de ellas, y con cuya asistencia se facilitan sus progresos. El mismo método debe observarse con respecto a la ciencia del Gobierno.
En lugar pues de embarazar al principio el asunto con
las numerosas subdivisiones en que están clasificadas las diferentes formas de Gobierno, cuales son la Aristocracia,
Oligarquía, Monarquía, etc., el mejor método será comenzar por divisiones que puedan llamarse primarias, o por aquellas en las cuales se hallan comprendidas todas las varias subdivisiones de que es capaz.
Las divisiones primarias son solamente dos.
Primera: Gobierno por elección y representación.
Segunda: Gobierno por sucesión hereditaria.
Todas las diferentes formas de Gobierno, por numerosas y diversificadas que sean, están clasificadas bajo una u
otra de estas divisiones,primarias; porque ellas están o en el
sistema de representación, o en el de sucesión* hereditaria. En
cuanto a esta forma equívoca, que se llama Gobierno mixto, cual fué el último de Holanda, y es el presente de Inglaterra, no debe hacer alguna excepción en la regla general,
porque sus partes, consideradas separadamente, son o representativas, o hereditarias.
Comenzando pues nuestra investigación desde este p u n to; nosotros tenemos que examinar antes la naturaleza de
estas dos divisiones primarias. Si ellas son igualmente justas
en sus principios, entonces la cuestión es de mera opinión.
Si la una es de un modo demostrativo mejor que la otra, esta
57
THOMAS
PAINE
diferencia dirige nuestra elección: pero si una de ellas fuese
tan absolutamente falsa que no tuviese derecho a existir, la
cuestión cae por sí misma; porque en una concurrencia, en
que debe ser aceptada precisamente una de las dos, la negativa probada en la una, viene a ser una afirmativa para la
otra.
Las Revoluciones que se van extendiendo ahora en el
Mundo tienen su origen en el estado de este caso; y la presente guerra es un conflicto entre el sistema representativo,
fundado en los derechos del pueblo; y el hereditario, fundado en la usurpación. En cuanto a estas cosas que se llaman
monarquía, estado real, y aristocracia, ellas no describen, ni
como cosas, ni como términos, el sistema hereditario; ellas
no son sino cosas secundarias o signos de él, que deben caer
por sí mismas si el tal sistema no tiene derecho para existir.
Que hubiese o no las voces de Monarquía, Estado Real, y
Aristocracia, o que hubiese otras substituidas en su lugar,
si el sistema hereditario continuase, nunca sería alterado por
ellas en la substancia; siempre sería bajo cualquier otro t í tulo el mismo que es ahora.
El carácter pues de las Revoluciones del día se distingue
muy definitivamente por fundarse en el sistema del Gobierno Representativo en oposición al hereditario. Ninguna
otra distinción abraza más completamente sus principios.
Habiendo así explanado el caso con la generalidad posible, yo procedo en primer lugar al examen del sistema hereditario porque tiene la primacía con respecto al tiempo.
El sistema Representativo es la invención del Mundo moderno, y ninguna duda puede haber según mi opinión, que
yo declaro de antemano ser: que no hay un problema de
Euclides más -mecánicamente verdadero, que el de no tener
el Gobierno hereditario derecho alguno para existir. Por tanto, cuando nosotros quitamos a algún hombre (a algún Rey)
58
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
el ejercicio del poder hereditario, nosotros le quitamos lo
que él nunca ha tenido derecho de poseer, y para lo cual ninguna ley o costumbre pudo, ni podrá jamás, darle algún título de posesión.
Los argumentos que se han empleado hasta ahora contra el sistema hereditario han sido principalmente fundados sobre su absurdidad, e incompetencia para el presupuesto
fin de un buen Gobierno. Nada puede presentar a nuestro
juicio, o a nuestra imaginación una figura de más grande
absurdidad que el ver caer el gobierno de una Nación entera, como sucede frecuentemente, en las manos de un m u chacho, necesariamente destituido de experiencia, y muchas
veces poco mejor que un loco. Es un insulto a todos los
hombres de edad, de carácter, y de talento en un país. En
el momento en que nosotros comenzamos a raciocinar sobre
el sistema hereditario, nos inclinábamos a la irrisión: permitámosnos suscitar una sola idea, y un millar de esta especie
se seguirán a continuación: Insignificancia, imbecilidad, niñez, desvarío, falta de un moral carácter; en fin todo género de defectos así serios como risibles, concurren a formar
en el sistema hereditario una figura la más ridicula. Pero
dejando las ridiculeces de esta cosa a las reflexiones del lector, yo procedo a la parte más importante de la cuestión,
es a saber, si un sistema semejante tiene derecho de existir.
Para satisfacernos del derecho de existir una cosa, nosotros debemos ser satisfechos de que lo ha tenido al establecerse: si no lo tuvo para comenzar tampoco lo tiene para
continuar. ¿Por cual derecho pues ha comenzado el sistema
hereditario? Dejemos a un hombre que se haga a sí mismo
esta pregunta, y él no encontrará una respuesta que le satisfaga.
El derecho que algunos hombres, o algunas familias t u vieron para elevarse los primeros a gobernar una Nación,
59
THOMAS
PAINE
y establecer este gobierno como hereditario, no era otro que
el que Robespíerre tuvo para hacer lo mismo en Francia. Si
éste no tuvo alguno, tampoco aquéllos lo tuvieron; y si ellos
lo tenían, éste tuvo otro tanto: porque no es posible descubrir superioridad de derecho en alguna familia en virtud del
cual comenzase el Gobierno hereditario. Los Capetos, los
Guelphes, los Robespierres y Marats, todos están igualmente
en la cuestión del derecho: a ninguno le pertenece exclusivamente.
Es un paso que se da hacia la libertad, conocer que un
gobierno hereditario no podía comenzar con un derecho
exclusivo en alguna familia. El siguiente punto será, si habiéndose una vez establecido ¿podría llegar a ser derecho
por la influencia del tiempo?
Ésta sería una suposición absurda; porque es tomar al
tiempo en lugar de principios; o hacerle superior a ellos,
cuando por el contrario el tiempo no tiene más conexión
con los principios o influencias sobre ellos, que los principios tienen sobre el tiempo. Lo que fué una injusticia mil
años antes, lo es igualmente el día de hoy, y el derecho que
se conoce ser recto y legal en este momento, tiene la misma
fuerza que si se hubiese sancionado mil años atrás. El tiempo con respecto a los principios es un AHORA eterno: nada
influye sobre ellos; nada cambia de su naturaleza y cualidades. Además ¿qué tiene que ver con nosotros la duración
de mil años? El tiempo de nuestra vida no es sino una corta
porción de este período; y si nosotros encontramos existente la injusticia en el momento en que comenzamos a vivir,
en este mismo instante también es que empieza para nosotros; y comenzando desde luego nuestros derechos a resistirla, es lo mismo que si nunca jamás hubiese existido antes.
Siendo así que el Gobierno hereditario no podía establecerse con un derecho natural en alguna familia, ni derivar
60
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
alguno del tiempo después de establecido, tenemos solamente que examinar si lo tiene alguna Nación para hacerlo por
lo que se llama ley, ¿como se ha hecho en Inglaterra? Yo digo que no: y que toda ley o Constitución hecha a este fin
es una traición contra los derechos de los menores de la N a ción de aquel tiempo en que se hacen, y contra los de las
generaciones procedentes. Hablaré sobre cada uno de estos
casos. Primeramente de los menores, y del tiempo en que
una ley semejante es hecha: y en segundo lugar de las generaciones que han de suceder.
Una Nación, tomando esta palabra en toda su extensión, comprende todos los individuos que la componen, de
cualquier edad que sean, desde su nacimiento hasta su muerte: una parte de éstos será de menores, y la otra de mayores.
La igualdad de la vida no es exactamente una misma en todos los climas y países, pero en general la minoridad en años
compone el número mayor, es decir, que el de las personas de
menos de veintiún años, es más grande que el de mayor edad.
Esta diferencia en el número no es necesaria para establecer
el principio que pienso sentar, pero sirve para manifestar la
justicia de él con mayor fuerza. El principio sería siempre
igualmente bueno aunque la mayoridad en años lo fuese
también en el número.
Los derechos de los menores son tan sagrados como los de
los mayores. La diferencia está únicamente en las edades de
los dos partidos, y no en la naturaleza de los derechos; éstos
siempre son los mismos; y deben preservarse inmunes para
la herencia de aquéllos cuando lleguen a mayor edad. D u rante la minoridad de éstos sus derechos están bajo la sagrada tutela de los mayores: los unos no pueden renunciarlos;
ni los otros pueden disponer de ellos; y por consiguiente
aquella parte de mayores que hace por aquel momento presente las leyes de una Nación, y que en el curso de la vida
61
THOMAS
PAINE
no está sino muy pocos años a la cabeza de aquellos que son
aun todavía menores, y a quienes ella debe ceder muy pronto el lugar, no tiene ni puede tener derecho para establecer
una ley erigiendo un Gobierno hereditario, o para hablar
más claramente, una sucesión hereditaria de Gobernadores;
porque es un atentado privar a todos los menores de la N a ción, en el tiempo en que se establece semejante ley, de la
herencia de sus derechos cuando vengan a la mayor edad, y
subyugarlos a un sistema de Gobierno, al cual durante su
menor edad no podían ni consentir ni contradecir.
Si sucediese que una persona, que es menor al tiempo de
proponerse solamente la ley, llegara pocos momentos antes
de establecerse, y confirmarse a la edad de veintiún años, sus
derechos para oponerse a ella, exponer la injusticia de sus
principios tiránicos, y dar su voto contra ella, deberían ser
admitidos en todas partes: y por tanto si la ley trata de
prevenirse contra el privilegio de ejercer sus derechos luego
que tenga edad competente, como lo habría ejecutado estando habilitado por sus años al tiempo de establecerse; entonces innegablemente debe considerarse como una ley cuyo
único objeto es el de quitar y anular los derechos de todos
los individuos de la Nación que se encuentran en la mejor
edad cuando se establece; y por consiguiente no hubo derecho para establecerla.
Yo paso ahora a hablar acerca del Gobierno hereditario
con respecto a las generaciones venideras; y a manifestar
que tanto en este caso como en el de los menores no puede
haber en una Nación derecho alguno para establecerlo.
Una Nación, aunque existente en todos tiempos, está
siempre en estado de renovarse por una continua sucesión;
en su curso no puede retenerse: cada día produce nuevos individuos, acerca los menores a la maturidad, y arrastra los
viejos a la tumba. En este no interrumpido curso de las ge62
é
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
neraciones no hay una parte superior en autoridad a la otra.
Si pudiéramos nosotros concebir superioridad en alguna ¿en
que instante de tiempo o en que siglo del Mundo fijaríamos
su nacimiento? ¿A qué causa la atribuiríamos? ¿Por qué
evidencia la probaríamos? ¿Por que criterio la conoceríamos? Una sola reflexión nos enseñará que nuestros antepasados no eran durante su vida, sino como nosotros unos censatarios en el gran feudo de los derechos; el absoluto señorío de éstos ni ellos lo tuvieron, ni lo tenemos nosotros;
pertenece a la entera familia de los hombres en todas las edades. Pensar de otra manera es pensar o como esclavos, o.
como tiranos: como esclavos porque creemos que alguna de
las generaciones pasadas tuvo autoridad para obligarnos: y
como tiranos porque creemos tenerla para obligar a las que
nos han de suceder.
N o me parece fuera de propósito procurar definir lo
que deba entenderse por una generación; y en que sentido se
usa aquí de esta palabra.
Como que es un término natural su significación es
bastante clara. El padre, el hijo, y el nieto son distintas generaciones; pero cuando hablamos de una generación, describiendo las personas, en quienes reside la autoridad legal,
como distinta de otra con respecto a las personas que han
de suceder, deben ser comprendidas en ella todas aquellas
que sean mayores de veintiún años en aquel tiempo: y
una generación de esta especie continuará en la autoridad
entre los catorce y veintiún años, esto es, hasta que el número de menores, que habrá llegado a esta edad, sea más
grande que el resto que haya quedado de la estirpe precedente.
Por ejemplo: si la Francia en éste, o en algún otro momento contiene veinticuatro millones de almas, doce millones serán de hombres, y los otros de mujeres. De los prime63
THOMAS
PAINE
ros doce millones seis serán de edad de veintiún años, y los
otros de menos, y la autoridad de gobernar residirá en los
primeros. Pero en cada día habrá alguna alteración, y en el
espacio de veintiún años cada uno de estos menores, que
sobreviven, habrá llegado a la edad, y la mayor parte de la
anterior estirpe habrá desaparecido: la mayoridad de los que
entonces viven, y en quienes residirá la autoridad será compuesta de aquellos que veinte años antes no tenían existencia
legal. Éstos serán padres y abuelos a su turno, y en los siguientes veintiún años, o menos, una otra raza de menores,
llegada a la edad, les sucederá y así en lo adelante.
Como éste es siempre el caso, y como quiera que cada
generación es igual en derechos a otra, se sigue consecuentemente, que no lo puede haber en alguna para establecer un
Gobierno por sucesión hereditaria; por que sería suponerse
ella misma señora de un derecho superior a las demás, esto
es, el de determinar por su misma autoridad, como ha de
ser gobernado el Mundo en lo sucesivo, y quien deba gobernarlo. Cada edad y cada generación es, y debe ser por derecho tan libre para obrar por sí misma en todos casos como
la edad y la generación que la ha precedido. La vanidad y
presunción de gobernar aun desde más allá de la tumba es
la más ridicula e insolente de todas las tiranías. El hombre no tiene propiedad sobre otro hombre; ni una generación la tiene sobre las que están por venir.
En la primera parte de los Derechos del Hombre1 yo
he hablado del Gobierno por sucesión hereditaria; y terminaré aquí el asunto con un extracto de esta obra que lo
presenta en los dos capítulos siguientes:
"Primero: del derecho de una familia para establecerse
por sí misma con el poder hereditario.
•*• Obra que escribió él mismo.
64
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
"Segundo: del derecho de una Nación para establecer
una familia particular.
"Con respecto al primero de estos capítulos, el de establecerse una familia ella propia con poder hereditario por
su misma autoridad, independiente de la Nación: todo hombre convendría en llamarlo despotismo; y sería ofender su
entendimiento el atentar sostenerlo.
"Pero el segundo capítulo, el de establecer una Nación,
esto es, una generación por el tiempo en que existe, una
familia particular con poder hereditario, no se presenta
como un despotismo a la primera reflexión; pero si los
hombres dan lugar a otras segundas reflexiones, y las llevan
adelante, considerando cuando no sus propias personas las
de su posteridad, verán entonces que la sucesión hereditaria viene a ser para los otros el mismo despotismo que las
personas que les precedieron reprobaron para ellos. Esto es
excluir el consentimiento de la generación que sigue, y la
exclusión de este consentimiento es despotismo.
"Para discernir este asunto más claramente, consideremos la generación que emprende establecer una familia con
poder hereditario, separadamente de las generaciones que
se han de seguir.
"La generación que elige primero una persona, y la
pone a la cabeza de su Gobierno, bien sea con el título de
Rey, o bien con alguna otra distinción nominal, hace su
misma elección, sea sabia o loca, como un libre agente de
sí mismo. La persona así elevada no es hereditaria, sino propuesta y elegida; y la generación que la establece no vive
entonces por esto bajo un Gobierno hereditario, sino bajo
un Gobierno que ella misma ha escogido. A u n cuando la
persona elevada de este modo, y la generación que la eleva,
viviesen para siempre, nunca sería sucesión hereditaria; y
65
THOMAS
PAINE
sólo se seguiría la sucesión hereditaria por muerte de una
de las dos partes.
"Siendo, pues, la sucesión hereditaria un asunto fuera
de cuestión con respecto a la primera generación que la
establece, nosotros tenemos que considerar seguidamente el
carácter de aquella cuyas operaciones son respectivas a la
generación que comienza, y a las demás que la han de suceder.
"Ella toma un carácter para el cual no ha tenido ni
titulo, ni derecho; porque de legislador pasa también a testador; y afecta hacer, legando el Gobierno, un testamento
que debe tener operación después de su muerte: y no sólo
atenta a legar sino también a establecer sobre la generación
venidera una nueva y diferente forma bajo la cual ella
misma no ha vivido. Ella vivió, como se ha observado ya,
no bajo un Gobierno hereditario, sino bajo un Gobierno
hecho por su misma elección; y ahora intenta, sin más virtud que su voluntad, y un testamento que no tuvo autoridad para hacer, tomar de la generación que comienza, y
las demás que se han de suceder, el derecho y libre agencia
en virtud de lo cual ella obró por sí misma.
"De cualquier modo que se considere la sucesión hereditaria como naciendo de solo la voluntad y testamento de
una Nación precedente, ella no se presenta al entendimiento humano sino como un crimen y una absurdidad. La letra A no puede hacer la voluntad de la B para tomar de
ella su propiedad y dársela a la C; sin embargo, éste es el
modo en que se obra en lo que se llama sucesión hereditariapor ley: una cierta generación hace la voluntad, bajo la
forma de una ley, para quitar los derechos de la generación
que comienza, y todas las otras venideras; y los traspasa a
una tercera persona que viene después, y asume el Gobierno en consecuencia de este traspaso ilícito.*'
66
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
La historia del Parlamento Inglés nos presenta un ejemplo de este género, y que merece ser recordado como que
es una prueba la más grande de ignorancia legislativa, y
falta de principios que se puede encontrar en la historia
de cualquier país. El caso es como sigue.
El Parlamento inglés, en el año de 1688, trajo a u n
hombre con su mujer de Holanda, Guillermo y María y
los hizo Reyes de Inglaterra. Habiendo hecho esto, el dicho Parlamento hizo una ley para traspasar el Gobierno
del país a los herederos de Guillermo y María, concebida
en los términos siguientes: "Nosotros los Señores temporales, espirituales y Comunes en el nombre del pueblo de
Inglaterra, muy humilde y fielmente nos sometemos nosotros mismos, nuestros herederos y posteridades a Guillermo
y a María sus herederos y posteridades para siempre." Y en
una ley siguiente, citada por Edmond Burk, el mismo Parlamento en el nombre del pueblo de Inglaterra que vivía
entonces obliga al dicho pueblo, sus herederos y posteridades a Guillermo y a Marta sus herederos y posteridades hasta
el fin del tiempo.
N o basta pues que nos riamos de la ignorancia de semejantes legisladores, es necesario probar también su falta
de principios. La Asamblea Constitucional de Francia en
1789, incurrió en el mismo error que el Parlamento de Inglaterra, cuando estableció una sucesión hereditaria en la
familia de los Capetos por un Acto de la Constitución de
este año. Que cada nación, por el tiempo que vive, tiene
derecho a gobernarse ella misma según le agrade, debe ser
siempre admitido; pero Gobierno por sucesión hereditaria
es un Gobierno para otra raza y no para ella misma; y así
como aquellos sobre quienes debe ejercerse, no están aún
en existencia, o son menores, así tampoco está en existencia el derecho de establecerlo para ellos: y asumir un de67
THOMAS
PAINE
recho semejante es traición contra el derecho de la posteridad.
Yo termino aquí los argumentos con respecto al primer capítulo sobre el Gobierno por sucesión hereditaria,
y prosigo a examinar el segundo sobre el Gobierno por elección y representación, o como pueda decirse más concisamente Gobierno representativo por contradistinción al
hereditario.
Debiendo en nuestro raciocinio excluirse el Gobierno
hereditario, que está probado ya no tener derecho alguno
a existir, el Gobierno Representativo debe pues ser admitido.
Al contemplar el Gobierno por elección y representación, nosotros no nos detendremos en inquirir cómo, cuándo o por qué derecho existe. Su origen está siempre a la
vista. El hombre, él mismo es el origen y la evidencia del
derecho. Pertenece a él por él de su existencia; y su persona es u n testimonio de ello.
La sola y verdadera base del Gobierno Representativo
es la igualdad de derechos. Cada hombre tiene derecho a
u n voto, y no más, en la elección de Representantes. El
rico no tiene más derecho para excluir al pobre del derecho
de votar, o elegir y ser elegido, que el pobre tiene para
excluir al rico; y siempre que una de las dos partes lo intente o se lo proponga, será una cuestión de fuerza y no
de derecho. ¿Quién es aquel que querría excluir a otro?
Este otro tiene derecho para excluirlo a él.
Aquello que se llama ahora aristocracia implica una¡
desigualdad de derechos, pero ¿cuáles son las personas que
tienen derecho para establecer esta desigualdad? ¿Los ricos se excluirán ellos a sí mismos? N o t ¿Se excluirán los
pobres? N o . ¿Por cual derecho pues puede alguno ser ex68
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
cluído? Sería una nueva cuestión, si algún hombre o alguna clase de hombres, tiene derecho para excluirse a sí
mismo; pero sea como fuere, lo cierto es que ellos no lo
pueden tener para excluir a otro. El pobre nunca delegará
u n derecho como éste al rico, ni el rico al pobre, y asumirlo no solamente es asumir un poder arbitrario, sino
abrogarse un derecho para cometer un robo. Los derechos
personales de los cuales es uno el de votar por sus Representantes, son una especie de propiedad del más sagrado
género; y aquel que emplease su propiedad pecuniaria, o
presumiese sobre la influencia que ella le da, disponer o
robar a otro su propiedad del derecho, usa esta propiedad
pecuniaria, como si usase de armas de fuego, y merece bien
que se le quite.
La desigualdad de derechos es creada por combinación
de una parte de la Comunidad para excluir a la otra de los
suyos. Siempre que se haga un artículo de Constitución
o ley, en que el derecho de votar o de elegir y ser elegido,
pertenezca exclusivamente a u n número de personas, que
posea una cierta cantidad de bienes, sea grande o pequeña,
es una combinación de aquellas que poseen esta cantidad,
para excluir a las que no la poseen: es revestirse de autoridad ellas mismas, como una parte de la sociedad superior
en sí, para la exclusión de las demás.
Siempre debe considerarse como concedido u otorgado
que aquellos que se oponen a la igualdad de derechos, n u n ca quieren que la exclusión tuviese lugar con respecto a
ellos; y a esta sola vista, perdonando aun la vanidad de la
cosa, la Aristocracia se presenta como un objeto de risa.
Esta vanidad lisonjera en sí misma es animada por otra idea
no menos interesada, y es, que los que se oponen, conciben
bien que hacen u n juego seguro en que pueden tener la
suerte de ganar sin el menor riesgo de perder; que de cual69
THOMAS
PAINE
quiera manera el principio de igualdad los incluye; y que
sino pueden obtener más derechos que las personas a quienes se oponen y quieren excluir, ellos no habrán perdido
nada. Esta opinión ha sido ya fatal a muchos miles, que no
contentos con la igualdad de derechos, han solicitado más,
hasta que lo han perdido todo, y han experimentado sobre
sí mismos la degradante desigualdad que procuraban establecer sobre los otros.
De cualquier modo que se considere, es peligroso e impolítico, muchas veces ridículo, y siempre injusto, hacer
la hacienda la regla del derecho de votar. Si la suma o cantidad de bienes de los sujetos, en quienes deba recaer el derecho, es considerable, será excluir la mayoridad del pueblo y unirla en un interés común contra el Gobierno, y
contra aquellos que lo sostienen; y como quiera que el poder está siempre en la mayoridad, puede muy bien destruir un Gobierno semejante, y sus apoyos en el momento
que quiera.
Si en orden a evitar este peligro se fija como regla para
el derecho una pequeña suma de bienes, esto mismo hace
que la libertad se hiciese despreciable por ponerla en competencia con unas cosas accidentales e insignificantes.
Cuando una yegua pariese por fortuna u n potro o una m u la, que valiese la suma estipulada, y diese a su dueño el derecho de votar? y muriendo se lo quitase, ¿en quién existiría el origen de tal derecho? ¿Sería en el hombre o en la
muía? Cuando nosotros consideramos por cuantos medios
pueden ser adquiridos los bienes sin mérito y perderse sin
u n crimen, debemos desechar la idea de hacerlos una regla
para los derechos.
Pero la parte más ofensiva en este caso es que esta exclusión del derecho de votar indica una nota de infamia en
el carácter moral de las personas excluidas; y esto es cabal70
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
I
mente lo que ninguna parte de la Comunidad tiene derecho a pronunciar sobre la otra. Ninguna circunstancia exterior puede justificarla; la riqueza no es prueba de carácter moral, ni la pobreza de falta de él; por el contrario
la riqueza es la más veces la evidencia presuntiva de la deshonestidad, y la pobreza la evidencia negativa de la inocencia. Por tanto, pues, si los bienes, sean pocos o muchos,
se consideran como una regla para "la preferencia, también
deben tener parte en la consideración los medios que se
han practicado para adquirirlos.
La única razón en que puede fundarse con justicia la
exclusión del derecho de votar, sería el imponerla en lugar
de castigo corporal por un cierto tiempo a aquellos que se
propusiesen quitar este derecho a los otros. El derecho de
votar por sus Representantes -es el derecho primario, por
el cual son protegidos todos los demás derechos. Quitar éste
a un hombre, es reducirlo al estado de la esclavitud, por
cuanto ésta consiste únicamente en estar sujeto a la voluntad de otro; y aquel que no tiene voto en la elección de sus
Representantes, se halla en este caso. La proposición pues
de quitarle sus fueros a alguna clase de hombres es tan criminal, como la de quitarle su propiedad. Cuando nosotros
hablamos del derecho es necesario unir a esta palabra la
idea del deber. Derecho viene a ser un deber por reciprocidad. El derecho que yo gozo se hace para mí una obligación de garantirlo para con otro, y a él para conmigo; y
aquel que viola esta obligación, incurre justamente en la
pena de confiscación del derecho.
En una vista política del caso, la fuerza y seguridad
permanente de un Gobierno es proporcionada al número
de Pueblo que se interesa en sostenerle. La verdadera y mejor política, pues, debe ser interesar el todo por la igualdad de derechos; porque el peligro se origina de las exclu71
THOMAS
PAINE
siones. Es posible excluir los hombres del derecho de votar, pero es imposible excluirlos del de rebelarse contra esta
exclusión; y cuando se les priva violentamente de todos los
otros derechos, el de la rebelión viene a ser perfecto y justo.
Mientras que los hombres podían estar persuadidos que
ellos no tenían derechos o que éstos pertenecían a una
cierta clase, o que el Gobierno era una cosa que existía por
un derecho en sí mismo, no era difícil gobernarlos por la
autoridad. La ignorancia en que se les tenía, y la superstición en que se les instruía, proveía los medios de hacerlo;
pero cuando la ignorancia ha desaparecido, y la superstición con ella; cuando perciben la imposición que se ha hecho sobre ellos; cuando reflexionan que el cultivador y el
fabricante son los medios primordiales de todas las riquezas que existen en el mundo, aun más allá de lo que produce espontáneamente la naturaleza; cuando comienzan a
sentir sus consecuencias por su utilidad, y sus derechos como miembros de la sociedad, no es posible entonces gobernarlos más largo tiempo como antes. El fraude una vez
descubierto no puede hacerse el segundo. Intentarlo es provocar la risa, o promover una entera destrucción.
Que la propiedad será siempre desigual, es cierto. La
industria, superioridad de talentos, destreza de manejo, extremada frugalidad, oportunidades felices, o lo contrario
a todas estas cosas, o el medio de ellas, producirán siempre
este efecto sin tener que recurrir a los duros y disonantes
nombres de avaricia y de opresión: y fuera de esto hay
hombres que, aunque no desprecian las riquezas, no se humillarán a la bajeza de los medios de adquirirlas, ni se incomodarán con el cuidado de ellas más de lo que exigen sus
necesidades o su independencia; mientras que en otros hay
u n gran deseo de obtenerlas por todos los medios que no
son reprensibles: esto hace el solo negocio de su vida, y lo
72
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
siguen como podían seguir su religión. Todo lo que se requiere con respecto a los bienes de fortuna es obtenerlos
con honestidad, y no emplearlos criminalmente; pero ellos
serán empleados criminalmente siempre que se hagan una
regla para derechos de exclusión.
En las instituciones que son puramente pecuniarias,
como las de un Banco, o una Compañía Mercante, los derechos de los miembros que componen la Compañía, son
enteramente creados por la propiedad que ellos han puesto
en ella, y ningún otro derecho es representado en el Gobierno de la Compañía a más de aquellos que se originan
de la propiedad; ni tiene este Gobierno conocimiento de
alguna otra cosa que de su propiedad.
Pero el caso es del todo diferente con respecto a la institución, o Gobierno civil organizado bajo el sistema de Representación. U n Gobierno semejante tiene conocimiento
sobre todas las cosas, y sobre todos los hombres, como miembros de la sociedad nacional, bien tengan o no propiedad;
y por tanto el principio requiere que todos los hombres, y
todo género de derechos sean representados: y uno de ellos
es, aunque no el más importante, el derecho de adquirir
y disfrutar propiedades. La protección de la persona de un
hombre es más sagrada que la protección de los bienes de
fortuna; y además de esto la facultad de hacer cualquiera
obra o servicio por medio del cual adquiera el alimento, o
mantenga su familia, entra en la naturaleza de propiedad:
esta facultad es una propiedad para él: la ha adquirido y es
el objeto de su protección, tanto como pueden ser para los
otros sus bienes adquiridos por cualquier medio.
Yo siempre he creído que la seguridad mejor para la
propiedad, sea poca o mucha, es quitar a todas las partes
de la Comunidad, lo más que sea posible, toda causa de
queja y todo motivo de violencia, y esto solamente puede
73
THOMAS
PAINE
hacerse por una igualdad de derechos. Cuando los derechos
están seguros, la propiedad lo está también por consecuencia. Pero cuando la propiedad se hace u n pretexto para
derechos desiguales o exclusivos, entonces debilita el derecho de gozar la propiedad y provoca la indignación y el
tumulto; porque no es natural creer que la propiedad puede estar segura bajo el garante de una sociedad injuriada
en sus derechos por la influencia de esa propiedad.
A la injusticia y mala politica de hacer la propiedad u n
pretexto para derechos exclusivos se sigue la absurdidad
inexplicable de dar a un mero sonido la idea de propiedad,
y agregarle ciertos derechos; porque ¿qué otra cosa es u n
título que un sonido? La naturaleza está frecuentemente
dando al mundo algunos hombres extraordinarios, que llegan a la fama por el mérito y consentimiento universal,
como Aristóteles, Sócrates, Platón, etc. Éstos eran verdaderamente grandes o nobles. Pero cuando el Gobierno establece una manufactura de Nobles, es tan absurdo como
si emprendiese una manufactura de nombres sabios. Sus
nobles son todos contrahechos.
Así como la propiedad bien adquirida está más bien
asegurada por una igualdad de derechos, así también la mal
ganada hace consistir su protección en un monopolio de
ellos. Aquel que ha robado a otro su propiedad se empeñará seguidamente en desarmarle de sus derechos para asegurarse en ella; porque cuando el robador se hace legislador se cree asegurado. Esta parte del Gobierno de Inglaterra, que se llama la Sala de los Lords fué compuesta en su
origen de personas que cometieron los robos de que estoy
hablando. Fué una asociación para la protección de la propiedad que ellos habían usurpado.
La Aristocracia además de la criminalidad de su origen
produce un efecto injurioso en el carácter moral y físico
74
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
del hombre. Como la esclavitud, ella debilita las facultades
humanas; porque así como el espíritu abatido por la esclavitud pierde en el silencio la elasticidad de sus poderes, así
también por el extremo contrario cuando él es exaltado
por la locura se hace incapaz de servirse de ellos, y cae en la
imbecilidad. Es imposible que un espíritu que se entretiene y ocupa de cintas y de títulos pueda jamás ser grande.
Las puerilidades de los objetos consumen al hombre.
Es necesario en todos tiempos y más particularmente
mientras dura el progreso de una Revolución, y hasta que
las rectas ideas se confirman ellas mismas por el hábito, que
nosotros refresquemos o hagamos revivir frecuentemente
nuestro patriotismo por la referencia a los primeros principios. Es tomando las cosas desde su origen que nosotros
aprendemos a entenderlas; y de este modo es que teniendo
su origen siempre a la vista jamás las olvidamos.
Una investigación de su origen nos demostrará que los
derechos no son dádivas de un hombre a otro, ni de una
clase de hombres a otra; porque ¿quién es aquel que sería
el primer donador o por qué principio, o con qué autoridad podría él poseer la facultad de darlos? Una declaración
de los derechos no es ni una creación ni una donación de
ellos, sino una manifestación del principio por el cual ellos
existen, acompañada de un detalle de lo que son en sí mismos; porque cada derecho civil tiene una natural por fundamento que incluye el principio de un garante recíproco de
estos derechos de un hombre para con otro. Así pues, como
es imposible descubrir algún origen de derecho de otra manera que en el del hombre, así consecuentemente se sigue
que los derechos pertenecen al hombre por el derecho de
su sola existencia, y deben por lo mismo ser iguales a todos
los hombres. El principio de una igualdad de derechos es
claro y simple. Todos los hombres pueden entenderlo, y en75
THOMAS
PAINE
tendiendo sus derechos es que ellos aprenden sus deberes;
porque donde los derechos de los hombres son iguales, cada
uno debe finalmente ver la necesidad de proteger los de los
otros, como que es el medio más eficaz de asegurar los suyos
mismos. Pero si al formar una Constitución nos apartamos
del principio de la igualdad de derechos, o intentamos alguna modificación en ellos nosotros nos internamos en u n
laberinto de dificultades, donde no encontraremos vía para retirarnos. ¿Dónde nos fijaremos, o por qué principio
hallaremos el punto en que nos hemos de detener para distinguir entre hombres de u n mismo país, que parte de ellos
deba ser libre y cuál no? Si la propiedad se hace una regla,
será extraviarse enteramente de todo principio moral de libertad, porque se atribuyen derechos a la mera materia, y
se hace al hombre el agente de ella: es además de esto presentar la propiedad como una manzana de discordia, y no
solamente excitar, sino justificar una guerra contra ella;
porque yo sostengo el principio, que cuando se usa de la
propiedad como de un instrumento para quitar sus derechos
a aquellos que por una casualidad no la poseen, es usada
para un fin ilegal, como serían las armas de fuego en u n
caso semejante.
La Naturaleza en su estado primitivo hizo a todos los
hombres iguales en derechos, pero no en poder; el débil no
puede protegerse a sí mismo contra el fuerte. Siendo éste
el caso, la institución de la sociedad civil es para el fin de
hacer una ecuación de poderes que sean paralelos y garantes
de la igualdad de derechos. Las leyes de u n país cuando son
hechas con propiedad concurren a este fin. Todos los hombres para su protección se valen del brazo de la ley, como
más eficaz que los suyos mismos; y por tanto cada hombre tiene un derecho igual en la formación del Gobierno,
y de las leyes por las cuales debe ser gobernado y juzgado.
76
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
En los países y sociedades demasiado extensas, como en la
América y Francia, el individuo solo puede ejercer este
poder por delegación, esto es, por elección y representación; y de aquí es que nace la institución del Gobierno
Representativo.
Hasta ahora yo me he limitado a las materias de principio solamente: Primero que el Gobierno hereditario no
tiene derecho para existir; que no puede ser establecido
por principio alguno de derecho; y que antes por el contrario es una violación de todos los principios. Segundo
que el Gobierno por elección y representación tiene su origen en los derechos naturales y eternos del hombre; por
que bien sea que el hombre fuese su mismo legislador, como
lo sería en aquel primitivo estado de la naturaleza; o bien
que él ejerciese su porción de soberanía legislativa en su
misma persona, como podría ser el caso en las pequeñas
Democracias, donde todos se juntasen para formación de
las leyes, por las cuales deberían gobernarse; o bien ya que
la ejerciese en la elección de las personas que le han de representar en la Asamblea Nacional de los Representantes,
el origen del derecho es el mismo en todos los casos. El primero, como se ha dicho antes, es defectivo en poder; el
segundo es practicable solamente en Democracias de pequeña extensión; el tercero es la más grande escala sobre
que puede establecerse un Gobierno humano.
A las materias de principios se siguen las de opinión; y
así es necesario hacer una distinción entre las dos. Si los
derechos del hombre han de ser iguales, no es un asunto de
opinión sino de derecho, y por consiguiente de principio;
porque los hombres no poseen sus derechos como otorgamiento de uno a otro, sino cada uno como derecho suyo
mismo. La sociedad es el Curador de ellos, pero no el donador. Y como en las sociedades dilatadas, como en la Amé77
THOMAS
PAINE
rica y Francia, el derecho de los individuos en materia de
Gobierno no puede ejercerse sino por elección y representación; se sigue consecuentemente, que donde la simple
Democracia es impracticable, el solo sistema fundado en
principios es el Representativo. Pero como en cuanto a la
parte orgánica, o la manera en que las diferentes partes
del Gobierno se han de ordenar y componer es justamente
materia de opinión; es necesario que todas las partes estén
de acuerdo con el principio de igualdad de derechos; y
mientras más religiosamente se adhieren a este principio;
menos podrán introducirse errores materiales, ni continuarán mucho tiempo en aquella parte que toca a los
asuntos de opinión.
En todas las materias de opinión el pacto social, o el
principio por el cual debe gobernarse la sociedad, requiere
que la mayoridad de opiniones se haga la regla para el t o do; y que la minoridad rinda una obediencia práctica a
ella. Esto está perfectamente de acuerdo con el principio
de igualdad de derechos; por que en primer lugar, se supone no saberse de antemano, de qué partido en cualquiera
cuestión, bien sea en favor o en contra, será la opinión de
u n hombre. Bien puede suceder que en algunas cuestiones
él se halle en el número de la mayoridad, y en la minoridad en otras; y por la misma regla que él espera obediencia en un caso, debe también prestarla en el otro. Todos
los desórdenes que se han levantado en Francia, durante el
progreso de la revolución, han tenido su origen no en el
principio de la igualdad de derechos, sino en la violación
de este principio. El principio de igualdad de derechos ha
sido repetidas veces violado, y no por la mayoridad, sino por
la minoridad; y ésta ha sido compuesta de hombres que
poseían propiedades, igualmente que de los que no las poseían; lo que prueba bien que la propiedad, a más de /b
7$
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
que la experiencia enseña, no es más una señal de carácter
que lo es de los derechos. Sucederá muchas veces que la minoridad tenga razón y la mayoridad no; pero luego que la
experiencia prueba ser éste el caso, la minoridad vendrá
a ser la mayoridad, y el error se reformará él mismo por la
tranquila operación de la libertad de opiniones, y la igualdad de derechos. Nada entonces puede justificar una insurrección, ni puede jamás ser necesaria, cuando los derechos
son iguales, y las opiniones libres.
Tomando, pues, el principio de igualdad de derechos
como el fundamento de la Revolución, y consecuentemente de la Constitución, la parte orgánica, o la manera en que
las diferentes partes del Gobierno se han de ordenar en la
Constitución, tocará, como se ha dicho ya, a la materia de
opinión.
Varios métodos se presentarán en una cuestión de este
género, y aunque la experiencia falta todavía para determinar cuál sea el mejor, con todo yo pienso que ello ha
decidido suficientemente cuál es el peor. Es el peor aquel
que en sus deliberaciones y decisiones está sujeto a la precipitación, y pasión de un individuo; y cuando la legislatura entera está concentrada en u n cuerpo, es un individuo en masa. En todos los casos de deliberaciones es necesario tener u n cuerpo de reserva; y sería mucho mejor
dividir la Representación por suerte en dos partes, y dejarlas que revisen y corrijan la una a la otra, que no que el
todo se junte y debata a un mismo tiempo.
El Gobierno Representativo no está necesariamente
limitado a alguna forma particular. El principio es uno
mismo en todas las formas bajo las cuales pueda ser ordenada. La igualdad de derechos del Pueblo es la raíz de donde dimanan todas, y sus diferentes ramos pueden ser ordenados con arreglo a la opinión presente, o como mejor lo
79
THOMAS
PAINE
enseñe la experiencia futura. Por lo que mira al Hospital
de incurables (como llama Chesterfield a la Sala de los
Lords en Inglaterra) él no es sino la excrecencia de la c o rrupción; y no hay más afinidad o semejanza entre alguno de los ramos de un cuerpo legislativo, originado del
derecho del Pueblo, y la dicha Sala de los Lords, que entre
u n miembro regular del cuerpo humano y un lobanillo
cangrenado.
En cuanto a la parte del Gobierno que se llama Ejecutivo, es necesario en primer lugar fijar una precisa significación a la palabra.
N o hay sino dos divisiones en que pueda ordenarse el
poder. Primera; la de querer o decretar las leyes. Segunda:
la de ejecutarlas o ponerlas en práctica. La primera corresponde a las facultades intelectuales del espíritu humano, que raciocina y determina lo que deba hacerse; la segunda al poder mecánico del cuerpo humano que pone esta
determinación en práctica. Si la primera decide y la última
no ejecuta, es un estado de imbecilidad; y, si la última
ejecuta sin que proceda la determinación de la primera es
un estado de frenesí. El Departamento Ejecutivo por tanto
es oficial, y está sujeto al Legislativo, como lo está el cuerpo al espíritu en estado de salud; por que es imposible concebir la idea de dos soberanías, una con respecto al querer, y otra con respecto al ejecutar. El Ejecutivo no está
revestido con el poder de deliberar si se ha de obrar o no;
él no tiene autoridad de discreción en el caso; por que n o
puede hacer otra cosa, que lo que la ley decreta, y está
obligado a obrar con arreglo a ella; y en esta consideración
El Ejecutivo está compuesto de todos los Departamentos
Oficiales que ejecutan las leyes, de las cuales es Jefe aquel
que se llama judiciario.
Pero el género humano ha concebido la idea de que es
80
LA INDEPENDENCIA DÉ LA COSTA FIRMÉ
necesario un otro género de autoridad, para velar sobre la
ejecución de las leyes, y cuidar de que sean fielmente ejecutadas; y es confundiendo esta autoridad Superintendente con la ejecución oficial que nosotros nos encontramos
embarazados acerca del término de poder ejecutivo. T o das las partes en el Gobierno de los Estados Unidos de
América que se llaman EL EJECUTIVO, no son otras que
las autoridades para velar en la ejecución de las leyes; y
son tan independientes del LEGISLATIVO, que solamente lo
conocen por las leyes, y no pueden ser gobernadas, o dirir
gidas por él por ningún otro medio.
La manera en que esta autoridad Superintendente haya
de ser ordenada y compuesta, es una materia que pertenece
al asunto de opinión. Algunos pueden preferir un método,
y otros otro; y en todos los casos en que se interesa la opinión solamente, y no los principios, la mayoría de opiniones
forma la regla para todos. H a y con todo algunas cosas que
se pueden deducir por la razón, y probar por la experiencia,
que sirven para guiar nuestra decisión en el caso. La una es,
no revestir jamás a ningún individuo de un poder extraordinario, por que además de ser tentado a hacer mal uso de
él, sería excitar una contienda y conmoción en el Pueblo
por aspirar al empleo. Y la otra es no poner u n poder dilatado o duradero en las manos de algún número de individuos. Los inconvenientes, que pueden suponerse para revelarlos con frecuencia, son menos temibles que el peligro
que se origina de una larga continuación en el oficio.
Yo concluiré este discurso con ofrecer algunas observaciones sobre los medios de preservar la libertad; porque no
es solamente necesario el que la establezcamos, sino también
el que la preservemos.
Es necesario en primer lugar que hagamos una distinción entre los medios que se han usado para destruir el des81
t H Ó M Á S
ÍAINÉ
potismo, con el fin de preparar la vía al establecimiento
de la libertad; y los que se han de usar después de destruido.
Los medios de que se hace uso en el primer caso son justificados por la necesidad. Éstos son generalmente las insurrecciones; por que mientras el Gobierno establecido de despotismo continua en algún país, casi no es posible que se
pueda usar de otro. Es también cierto que al principio de
una Revolución el partido revolucionario se permita a sí
mismo el ejercicio del poder a su discreción reglado más bien
por las circunstancias que por los principios; porque nunca se establecería de otro modo la libertad, y si se estableciese
sería bien pronto trastornada. Nunca es de esperar que todos
los hombres en una Revolución hayan de mudar de opinión
en un mismo instante; jamás hubo una verdad o principio
tan irresistiblemente evidente, que fuese creída por todos los
hombres a un mismo tiempo. La razón y el tiempo deben
cooperar uno con otro al establecimiento final de algún
principio; y por tanto aquellos que fueren convencidos los
primeros no tienen derecho para perseguir a los otros, en
quienes la convicción obra más lentamente. El principio moral de las Revoluciones es instruir, y no destruir.
Si se hubiera establecido una Constitución dos años antes,
como debió haberse hecho, se habrían prevenido, a mi parecer, las violencias que después han desolado la Francia,
e injuriado el carácter de la Revolución. La Nación habría
tenido entonces un punto de unión, y cada individuo habría
conocido la senda que debía seguir en su conducta. Pero
en lugar de hacer esto, un Gobierno revolucionario, una
forma sin ningún principio o autoridad, fué substituida
en su lugar. La virtud y el vicio dependían indistintamente
de los acontecimientos; y lo que era patriotismo un día, venía a ser una traición al siguiente. Todas estas cosas se siguieron de la falta de una Constitución; por que la naturale82
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
za, e intención de una Constitución es prevenir el ser gobernado por partidoSy estableciendo un principio común
que limitará y gobernará el poder e impulso del partido, y
que dirá a todos los partidos: HASTA AQUÍ IRÁS Y N O MÁS.
Pero a falta de una Constitución el hombre mira enteramente al partido; y en vez de gobernar los principios al partido,
éste gobierna a los principios.
Un deseo de castigar es siempre peligroso a la libertad.
Esto hace que los hombres se extiendan a interpretar y aplicar mal aun la mejor de las leyes. Aquel que quiere ver segura su misma libertad debe guardar aun a su enemigo de
la opresión; por que si él viola este deber, establece un ejemplar que le alcanzará a él mismo.
THOMAS PAINE
¡
83
DISERTACIÓN ACERCA DEL GOBIERNO
LOS ASUNTOS DE BANCO
Y PAPEL MONEDA
PREFACIO
Yo presento ahora al público una nueva obra. Algunas
partes de ella son más particularmente adaptadas al Estado
de Pensylvania en la actual situación de sus negocios. Pero
hay otras que se extienden algo más. El tiempo empleado
en ella no ha sido largo, siendo escrita e impresa toda durante el corto retiro de la Asamblea.
En cuanto a los partidos meramente considerados como
tales, yo no me adhiero a alguno en particular. Hay en el
Mundo cosas justas e injustas, y mientras éstas se hallan
opuestas unas a las otras, se emplea con propiedad la firma
de RAZÓN NATURAL.
THOMAS PAINE
Philadelfia, febrero 18 de 1786.
NOTA DEL TRADUCTOR
Me ha parecido conveniente prevenir desde aquí al Lector con la
propia significación de las palabras Jury y Pares, que tan repetidamente
se encuentran en esta disertación y lo demás que sigue.
84
LA INDEPENDENCIA DÉ LA COSTA FIRME
El Jury en inglés es un tribunal que se forma, cuando lo exige el
caso, de doce personas, que se llaman entonces Pares, elegidas por el reo,
que de treinta y seis que le presentan time derecho para recusar doce
alegando causa, y otras tantas sin alegarla. Este Jury examina los testigos y oye las partes. El Juez, ante el cual se ha seguido la causa le hace
un epílogo de ella y expone su parecer para que decida. Su decisión es
sentencia que en el momento se cumple por el Juez. En los pleitos
civiles las partes, conviniéndose entr,e sí, pueden recusar, cada una dos
individuos, o Pares. Una vez formado el Jury no se disuelve sin que el
asunto haya sido terminado. Se llama así del juramento que se hace de
obrar en justicia.
85
DISERTACIÓN
ACERCA
DEL
GOBIERNO,
ETC.
Todo Gobierno (sea cual fuere su forma) contiene dentro de sí mismo un principio común a todos, que es, el de
un poder soberano, o un poder sobre el cual no hay autoridad
alguna, y que gobierna a todos los otros. Y siendo imposible
establecer una forma de Gobierno, en que no exista este poder, debe por necesidad haber un lugar, si se puede llamar así,
en donde esté.
En las Monarquías despóticas está colocado en una sola
persona, o Soberano. Su VOLUNTAD es la ley, que él declara,
altera, o revoca según quiere, sin tener que dar cuenta a algún
otro por hacerlo así. Por tanto los solos modos de reforma
en los países gobernados de esta manera son o la súplica, o la
insurrección. Y ésta es la razón por que nosotros oímos
hablar tan frecuentemente de insurrecciones en los Gobiernos despóticos; porque como no hay sino dos modos de reforma, éste es uno de ellos.
Acaso podrá decirse que siendo la resistencia unida del
Pueblo capaz por la fuerza de gobernar la voluntad del Soberano, el poder gubernativo reside en él; pero debe entenderse
que yo estoy hablando de aquellos poderes solamente, que son
como partes constituyentes del Gobierno, y no de los que se
aplican exteriormente a resistirlo y trastornarlo.
86
LA INDEPENDENCIA DÉ LA COSTA F Í R M E
En las Repúblicas semejantes a la que se halla establecida
en América, el poder soberano, o el poder sobre el cual no hay
otra autoridad, y que gobierna a todos los demás, está donde la naturaleza lo ha colocado, en el Pueblo; por que el Pueblo en América es el origen del poder. Él está allí como un
principio de derecho reconocido en las Constituciones del
país, y el ejercicio de él es Constitucional, y legal. Esta Soberanía es ejercitada eligiendo y diputando un cierto número
de personas para representar y obrar por él todo, las cuales,
no obrando con rectitud, pueden ser depuestas por el mismo
poder que las colocó allí, y ser otras elegidas y diputadas eri
su lugar; y por estos medios son corregidas y reformadas
las medidas irregulares de los precedentes Representantes.
Por tanto la forma y principios Republicanos nunca dan
ocasión para la insurrección, por que proveen y establecen
unos medios legítimos en su lugar.
En los países que están bajo una forma despótica de Gobierno, el ejercicio de este poder es una abrogación de la Soberanía: un despojo violento de este poder a las personas, en
cuyas manos ellos lo han colocado juntamente con el ejercicio de él, se llama allí una rebelión. Por tanto la forma
despótica de Gobierno no conoce un espacio intermediario
entre el ser esclavos, y el ser rebeldes.
Yo haré en este lugar una observación, que aunque no
tiene conexión inmediata con mi asunto, es deducida muy
naturalmente de él; y es que la naturaleza de un Gobierno
(si me es lícito llamarla así) sobre cualquiera Pueblo puede
ser afirmada según los modos que el Pueblo adopte para
obtener reformas; por que según las causas son los efectos.
Y por tanto el Gobierno, que la Gran Bretaña atentó erigir
sobre la América, no podía ser otro que un despotismo; por
que él no dejaba a los Americanos otros modos de reforma,
que los que se dejan a un Pueblo bajo el Gobierno despótico,
87
THOMAS
PAIÑÉ
la súplica y la resistencia. Y ellos, sin aguardar jamás a
comparaciones en el caso, dieron los mismos pasos que un
pueblo semejante da por que ningún otro podía ser adaptado:
y esta semejanza de efectos trae y confirma la semejanza
de las causas, o Gobiernos que los producen.
Pero volviendo al asunto. El lugar en que el poder soberano está colocado es la primera regla de distinción entre
un país bajo una forma despótica de Gobierno, y uno libre.
En un país gobernado despóticamente el Soberano es el solo
hombre libre que hay en él. En una República el Pueblo
guardando la Soberanía en sí mismo, necesaria y naturalmente guarda la libertad con ella: por que donde quiera
que esté la Soberanía, allí debe estar la libertad; la una no
puede estar en un lugar y la otra en otro.
Así como el lugar donde el poder soberano está colocado
es la primera regla de distinción; la segunda es, los principios
en que se administra este poder.
U n Gobierno despótico no conoce más principio que su
VOLUNTAD. A todo Jo que quiere la del Soberano hacer, el
Gobierno le supone u n derecho inherente, y un poder libre
para hacerlo. Él no es coartado por una regla fija sobre lo
justo e injusto; por que él hace lo recto o ilegal según su
voluntad. Si sucede (por que un milagro bien puede suceder) , que él sea un hombre de consumada sabiduría, y
moderación, bella índole y disposición para los negocios, y
para entender y promover el bien general, todos los fines
beneficios de un Gobierno corresponderán bajo su administración; y el Pueblo gobernado así puede, mientras sea éste
el caso, estar contento y feliz. Pero como no puede haber
seguridad de que esta disposición dure, y esta administración
continúe, y ni aun la menor certidumbre de que su sucesor
tenga las mismas cualidades, y adapte las mismas medidas;
por tanto ningún Pueblo, que haga uso de su razón, y que
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LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
entienda sus derechos, revestirá por su misma elección a algún hombre con u n poder semejante.
N i tampoco es racional suponer el conocimiento de algún
hombre bastante para el ejercicio de un tal poder. U n Soberano de esta especie es educado en un método de vida tan extraña, y vive tan apartado del Pueblo, y del conocimiento de
todas las cosas, que tienen relación con su situación local, y
sus intereses, que no puede saber nada por la experiencia y
observación; y todo lo que sabe es lo que se le ha dicho. Un
poder soberano sin soberanos conocimientos, esto es, sin un
pleno conocimiento en todas las materias en que este poder
debe ser ejercitado, es una cosa que se contradice en sí misma.
H a y una especie de poder soberano en una sola persona,
que es muy propia cuando se aplica al Comandante en Jefe
de un Ejército, en lo que concierne al Gobierno militar de
él; y la condición y fin para que fué creado, establece la
razón que hay para que sea así.
En un Ejército todo hombre es de una misma profesión,
esto es, soldado, y el Comandante en Jefe lo es también: por
tanto el conocimiento necesario para el ejercicio del poder
está en él. Entendiendo él lo que es un soldado, comprende la situación local, el interés, y el deber de todos los hombres comprendidos, en lo que puede llamarse el dominio
de su mando; y desde luego la condición y circunstancias de
un Ejército presentan una conveniencia para que ejercite el
poder.
El fin igualmente que el objeto de un Ejército es otra
razón; por que este poder en un Comandante en Jefe, aunque ejercitado sobre un Ejército, no lo es contra él, sino
por su medio contra el enemigo; por tanto éste y no el Pueblo es el objeto a quien se dirige. N i tampoco se ejercita sobre
un Ejército para establecer impuestos sobre él, sino para pro89
THOMAS
PAINE
mover sus intereses combinados, condensar sus fuerzas, y
darle más capacidad para la acción.
Pero todas estas razones cesan cuando el poder soberano
se transfiere del Comandante de un Ejército al de una N a ción; y enteramente pierde su aptitud cuando se aplica para
gobernar vasallos, que siguen sus ocupaciones, lo mismo que
para gobernar soldados que siguen las armas. Una Nación
es enteramente otro elemento, y todas las cosas en ella difieren no solamente una de otra, sino que también todas sus
partes son diferentes de las de un Ejército. Una Nación se
compone de distintos individuos inconexos, que siguen varios tráficos, empleos, y negociaciones, comunicándose, encontrándose, pasándose, uniéndose, oponiéndose, y separándose unos de otros según lo exigen los accidentes, sus intereses y las circunstancias. U n ejército no tiene sino una
ocupación y un solo interés.
U n otro asunto muy importante, en que difieren un
Ejército y una Nación es el del genio. El primero se puede
decir que no tiene sino uno; porque aunque el temperamento
natural de las personas, que lo componen, pueda ser diferente
uno de otro, hay un segundo genio que sobresale al primero; un genio formado por la disciplina militar, uniformidad
de costumbres, unión de objetos, y de fines, y el. estilo de las
maneras militares. Pero éste nunca puede ser el caso entre
todos los individuos de una Nación. Por tanto la conveniencia originada de estas circunstancias, que dispone un Ejército al mando de una sola persona, y la conveniencia de una
sola persona para este mando, no se puede encontrar ni en
uno ni en otro cuando pasamos a considerarla entre u n
Soberano y una Nación.
Habiendo manifestado ya lo que es un Gobierno despótico, y como se administra, prosigo ajiora a manifestar lo que
es la administración de una República.
90
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Ésta se supone ser dirigida por ciertos principios fundamentales de derecho y de justicia, de los cuales ni pueden
ni deben desviarse jamás los hombres; y siempre que se separen de ellos, será dar un paso fuera de los principios republicanos y acercarse al despotismo. Esta administración
es ejecutada por u n número selecto de personas escogidas
periódicamente por el Pueblo, y que obran como Representantes en favor del todo; y se supone establecerán las mismas leyes, y adoptarán el mismo método de administración,
como lo haría todo el Pueblo si estuviese junto.
El BIEN PÚBLICO ha de ser su objeto. Por tanto es necesario saber lo que deba entenderse por esta palabra.
Bien Público no es u n término opuesto al bien de los
individuos; al contrario es el de todos ellos reunidos. Es el
de todos por que es el de cada uno; pues así como el Cuerpo
Público se compone de todos los individuos juntos, así el
bien público es el bien general de todos ellos.
El principio fundamental del bien público es la Justicia,
y en donde quiera que ésta se administra imparcialmente, se
promueve en general; por que así como es para el bien de
cada hombre que no se le haga injusticia, así igualmente es
para su beneficio, que el principio, que le defiende a él, no
sea violado en la persona de otro; por que una violación semejante debilita su seguridad, y deja arriesgar lo que debe
servirle como de escudo.
Pero en orden a entender más menudamente como se
ha de promover el bien público, y el modo en que los Representantes han de obrar para promoverlo, hemos de recurrir
al origen o primeros principios, sobre los cuales el Pueblo
se erigió en República.
Cuando un Pueblo se conviene a establecerse en R E P Ú BLICA (pues que esta palabra significa el BIEN C O M Ú N , O el
bien del todo, en contradistinción al sistema despótico, que
91
THOMAS
PAINE
hace el del Soberano, o de un hombre, el único objeto del G o bierno) , cuando los hombres, digo, acuerdan hacer esto, se
ha de entender que ellos se resuelven mutuamente, y se comprometen uno al otro, ricos y pobres igualmente, a sostener
y mantener esta regla de justicia igual entre ellos. Desde luego renuncian no solamente la forma despótica, sino también
los principios despóticos, tanto de gobernar como de ser gobernados por la mera Voluntad y Poder, y substituyen u n
Gobierno de Justicia.
Por este mutuo compacto los ciudadanos de una República la ponen fuera de su poder, esto es, renuncian como
detestable el poder ejercer en cualquier tiempo por venir
todo género de despotismo sobre cada uno de los otros, o
de hacer alguna cosa que no sea justa en sí misma, porque
una mayoridad de ellos puede tener fuerzas suficientes para
cumplirla.
En este compromiso y compacto* estriba la fundación
de la República; y la seguridad para el rico y el consuelo del
1 El compromiso y compacto está contenido en la Declaración de los Derechos
insertada antes dé la Constitución, y es como sigue:
I. Que todos los hombres han nacido igualmente libres e independientes, y
tienen ciertos derechos naturales, inherentes, e inajenables, entre los cuales son el de
gozar y defender la vida y la libertad, el de adquirir, poseer, y proteger la propiedad,
y el de aspirar y obtener la felicidad y seguridad.
II. Que todos los hombres tienen un derecho natural e inajenable para adorar
a Dios Todopoderoso según les dicte su misma conciencia y entendimiento; y que
ningún hombre puede compeler, ni debe ser compelido a hacer ninguna adoración
Religiosa, o a erigir y sostener algún lugar de adoración, o a mantener algún Ministerio contra su libre voluntad y consentimiento. Ni puede algún hombre, que
reconozca la existencia de un Dios, ser justamente privado de algún derecho civil
como Ciudadano por causa de sus sentimientos Religiosos, o modo peculiar de su
adoración; y que ninguna Autoridad puede ni debe asumir ni revestirse de un poder
cualquiera que sea, para intervenir en algún caso, o gobernar en alguna manera
el derecho de conciencia en el libre ejercicio de su culto Religioso.
III. Que el Pueblo de este Estado tiene el solo, exclusivo e inherente derecho de
gobernar, y arreglar la policía del mismo.
IV. Que siendo todo poder originalmente inherente en el Pueblo, y por consiguiente derivado de él; por tanto todos los Oficiales del Gobierno o Legislativo,
o Ejecutivo, son unos Curadores responsables en todo tiempo a él.
V. Que el Gobierno es o debe ser instituido para el beneficio común, protección
y seguridad del pueblo, de la Nación o de la Comunidad; y n o para el provecho o
ventaja particular de un hombre solo, o familia, o partida de hombres, que hacen
92
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
pobre es, que lo que cada hombre tiene, es suyo propio; que
ningún Soberano déspota puede quitárselo, y que el principio fundamental y común, que mantiene juntas las partes
de una República, le defiende igualmente del despotismo de
la mayoridad. Porque el despotismo puede obrar más efectivamente por muchos sobre unos pocos, que por un hombre
sobre todos.
Por tanto, en orden a conocer la extensión del poder de
una Asamblea, o de una Sala de Representantes para obrar
en la administración de los negocios de una República, nosotros debemos examinar hasta dónde se extiende el poder
del Pueblo bajo el compacto original que se ha hecho recíprocamente; por que el de los Representantes en muchos casos es menos, y nunca puede ser más que el del Pueblo resolamente una parte de ella; y que la Comunidad tiene un derecho indubitable, inenajenable, e irrevocable para reformar, alterar o abolir el Gobierno en aquella
manera que juzgue más conducente al bien público.
VI. Que para evitar cualquiera opresión de parte de los que son empleados
en los asuntos legislativos y ejecutivos del Estado, el Pueblo tiene un derecho, para
en aquellos períodos, que juzgue a propósito reducir sus Oficiales a una estación
privada, y proveer las vacantes por elecciones ciertas y arregladas.
VII. Que todas las elecciones deben ser libres; y que todos los hombres libres
teniendo u n interés suficiente, evidente y común con la Comunidad tienen un derecho
a elegir los Oficiales y ser elegidos en el Oficio.
VIII. Que cada miembro de la sociedad tiene un derecho para ser protegido en
el goce de la vida, libertad y propiedad; y por tanto está obligado a contribuir su
porción para los gastos de esta protección, y a prestar su servicio personal cuando
sea necesario. Pero ninguna parte de la propiedad del hembre se le pueda quitar
justamente, ni aplicarse a los usos públicos sin su consentimiento o el de sus Representantes legales. Ni puede algún hombre, que repugne por escrúpulo de conciencia
llevar las armas, ser justamente compeíido si paga una suma equivalente a su servicio.
Ni es el Pueblo obligado por ley, sino en aquellas maneras establecidas para su
bien público.
IX. Que en todas las causas por ofensas criminales el hombre tiene un derecho
para ser oído por sí mismo, y por medio de su Abogado; para pedir la causa y Ja
naturaleza de su acusación; para ser confrontado con los testigos; para llamar deponentes en su favor y pedir un pronto y público juicio por medio de un J u r y dei
país, sin el unánime consentimiento del cual no puede ser condenado. Ni puede ser
compeíido a dar pruebas contra sí mismo. Ni puede ningún hombre ser justamente
privado de su libertad, a n a ser por las leyes de la tierra, o el juicio de sus Pares.
X. Que el Pueblo tiene un derecho para guardar por sí mismo sus casas, sus
papeles y posesiones, libres de pesquisas y sorpresas; y por tanto toda orden de
arresto sin que precedan juramentos, o afirmaciones dando un fundamento suficiente
para ella, y por las cuales algún Oficial mensajero pueda ser mandado o requerido
93
THOMAS
PAINE
presentado; y aunque éste en su contrato natural y orignal
ha renunciado el poder de obrar sobre cada uno de los otros,
los Representantes no pueden asumir el poder de hacerlo,
por que como he dicho ya, el de éstos no puede ser más grande que el del Pueblo que representan.
En este lugar se presenta naturalmente que el Pueblo
en su compacto original de justicia igual, o en los primeros
principios de una República, renunció como despótico, detestable, e injusto el asumir un derecho de violar, o quebrantar sus empeños, contratos y compactos, o de defraudar,
imponer, y tiranizar a cada uno de los otros; y por tanto los
Representantes no pueden establecer un Acto para hacerlo
así ellos mismos, y cualquiera Acto de este género será atentar a deponer, no la Soberanía personal, sino el Soberano
principio de la República, e introducir el despotismo en su
lugar.
para pesquisar lugares sospechosos, o aprehender alguna persona o sus propiedades,
no siendo determinado particularmente, es contraria a este derecho y no debe ser
otorgada.
XI. Que en las controversias que miran a la propiedad, y en las instancias de
u n hombre contra otro, las partes tienen derecho a un juicio por el Jury, el cual
debe ser inviolable.
XII. Que el Pueblo tiene derecho para hablar, escribir y publicar libremente
sus sentimientos; y por tanto la libertad de la Imprenta no debe ser coartada.
XIII. Que el Pueblo tiene derecho para llevar armas en defensa suya y del
Estado; y como el tener tropas sobre las armas en tiempo de paz es peligroso a la
libertad, deben retirarse, y que el militar se mantenga estrechamente subordinado y
gobernado por el poder civil.
XIV. Que un recurso frecuente a los principios fundamentales y una firme
adhesión a la justicia, moderación, templanza, industria y frugalidad son absolutamente necesarios para preservar las bendiciones de la libertad y mantener un Gobierno libre. El Pueblo debe por tanto poner una particular atención sobre estos
puntos en la elección de los Oficiales y Representantes, y tiene derecho para exigir
de sus Magistrados y Legisladores una debida y constante circunspección por ellos,
haciendo y ejecutando aquellas leyes que sean necesarias para el buen Gobierno
del Estado.
XV. Que todo hombre tiene un derecho para emigrar de un Estado a otro
que quiera admitirlo, o para formar un Estado nuevo en países vacíos, o en los que
ellos puedan comprar, siempre que piensen que por este medio promueven su felicidad propia.
XVI. Que todo Pueblo tiene derecho para congregarse, consultar su bien
común, instruir a sus Representantes y dirigirse a la Legislatura para la reforma de
abusos, por recursos, peticiones o representaciones.
94
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
Puede ser propio también en este lugar hacer una distinción entre la especie de Soberanía que se pretende y ejercita por los Monarcas déspotas, y la que los Ciudadanos de
una República adquieren y conservan. La de un Monarca
déspota asume el poder de hacer indistintamente que sea
justo lo injusto, según le agrade y le convenga. La de una
República es ejercitada para mantener lo justo y lo injusto
en sus propios y distintos lugares, y no permitir jamás que
el uno usurpe el lugar del otro. Una República propiamente
entendida es una Soberanía de Justicia en contradistinción a
una Soberanía de Voluntad.
Nuestra experiencia en el Republicanismo es tan poca,
que se ha de dudar mucho si todas nuestras leyes y Actos
públicos son conformes, o pueden justificarse con arreglo
a los principios republicanos.
Nosotros hemos estado tan acostumbrados a obrar como
Comisionados en el principio de la disputa, y durante el interregno del Gobierno, y en muchos casos después y a adoptar expedientes sostenidos por la necesidad, y a permitirnos
a nosotros mismos el uso de dirigir el poder acomodado a la
estrechez y exigencias del momento, que un hombre transferido de Comisionado al asiento de la Legislatura, toma insensiblemente consigo las ideas y los hábitos a que ha estado
acostumbrado, y continúa a pensar como u n Comisionado
en vez de un Legislador, y a gobernar por el espíritu m i s
bien que por las reglas de la Constitución, y los principios
de la República.
Habiendo asentado ya que el poder de los Representantes nunca puede exceder al del Pueblo que representan, procedo a examinar más particularmente lo que es el poder de
los primeros.
En primer lugar es el poder de obrar como Legisladores
haciendo las leyes; y en segundo el de obrar como agentes
95
THOMAS
PAINE
o negociadores por la República para ciertos fines, según lo
requieran las circunstancias de ella.
• Una confusión muy extraña de ideas peligrosas al crédito, estabilidad, bien, y honor de la República se ha originado
por confundir estos dos distintos poderes, y por colocar todos los Actos de la Asamblea, de cualquier género que sean,
bajo el nombre general de Leyes de la República y por ellas
una cierta opinión (que es a la verdad del género despótico)
que todas las Asambleas posteriores tienen u n poder igual
sobre todas las transacciones, como también sobre las leyes
hechas por la Asamblea anterior.
Todas las leyes son Actos; pero no todos los Actos son
leyes. Muchos de los Actos de la Asamblea lo son de agencia
o negociación, esto es, de contrato y convenio por parte del
Estado con ciertas personas mencionadas en ellos, y para
ciertos fines que se refieren. U n Acto de este género, después
de pasado a la Sala, es de la naturaleza de un convenio o contrato firmado, sellado y publicado; y sujeto a las mismas
leyes, y principios generales de justicia, como lo están todos
los otros convenios y contratos; porque en una transacción
de este género el Estado se considera como un solo individuo,
y no puede ser conocido con ningún otro carácter en una
Corte de Justicia.
Por LEYES, como distintas de las transacciones de agencia, o materias de negociación, se han de entender todos
aquellos Actos públicos de la Asamblea, o República, que
tienen una operación universal, o se aplican a todos los individuos de ella. De este género son las leyes para la distribución y administración de justicia, para la preservación de la
paz, la seguridad de la propiedad, y para aumentar las rentas
necesarias por justas proporciones, etc., etc.
Los Actos de este género son propiamente leyes, y pueden
ser alterados, reformados, abolidos, o substituidos por otros
96
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
en su lugar, según lo acredite la experiencia, para efectuar
mejor el fin con que se intentaron y el derecho y poder de la
Asamblea para hacerlo así es derivado del que tendría para
hacer la misma cosa el Pueblo, si, en lugar de estar representado, estuviese junto: porque en los Actos o leyes de este
género no hay otro partido que el público. La ley, o la revocación, o la alteración es para ellos mismos; y cualquiera
que pueda ser el efecto recae sobre ellos; si es para el bien, el
provecho será suyo; y si es para el mal, ellos sufrirán el perjuicio. A ninguno se hace violencia en esto; no se comete
aquí ninguna falta de buena fe. Es por tanto uno de estos
derechos y poderes que están dentro del sentido, significación
y límites del compacto original de justicia que ellos formaron con cada uno de los otros como principio fundamental
de la República; y siendo uno de estos derechos y poderes, recae en sus Representantes por delegación.
Como no es mi intención (ni está entre los límites asignados a esta obra) definir todas las especies de lo que puede
llamarse LEY (sino más bien distinguir aquella parte, en que
los Representantes obran como agentes o negociadores por
el Estado, de la parte legislativa) pasaré a distinguir estos
Actos de la Asamblea, que son de agencia o negociación, y
a manifestar que como ellos son diferentes de los legislativos
en su naturaleza, construcción, y operación, así también es
diferente el poder y autoridad de la Asamblea sobre ellos
después que están pasados.
A la primera reflexión ocurrirá a toda persona que los
asuntos y circunstancias de una República requieren que se
hagan otros negocios a más del de hacer las leyes, y consiguientemente que los diferentes géneros de negocios no pueden ser clasificados todos bajo un mismo nombre, ni tratarse
de un mismo modo. Pero pasemos adelante.
Por transacciones de agencia, o materias de negociación
97
THOMAS
PAINE
hechas por la Asamblea, debe entenderse todo género de negocios públicos, que la Asamblea, como Representante de
la República, tenía en su favor con cierta persona o personas, o parte o partes de la República para los fines mencionados en el Acto, y que la Asamblea confirma y ratifica por
parte de la República sellándolo con el sello del Estado.
U n Acto de este género se diferencia de una ley del género ya mencionado; porque aquí son dos partes, y allí sólo
una, y están obligadas a representar diferentes y distintas
partes: en lugar de que en la ley antes mencionada la de todos
los hombres es una misma.
Estos Actos por tanto, aunque contados entre las leyes,
son evidentemente distintos de ellas, y no son del género
legislativo. Los primeros son leyes para el gobierno de la República; éstos son transacciones de negocios como vender, y
enajenar unos bienes pertenecientes al Público, o comprar
algunos: Actos para tomar dinero prestado, y estipular con
el prestador el modo y términos del pagamento: Actos de
convenio y contrato con cierta persona o personas para ciertos fines; y en una palabra, todos los Actos en que las dos
partes, siendo el Estado la una, son particularmente mencionadas o designadas, y en que está comprendida la forma
y naturaleza de u n acuerdo o contrato.
Éstos, si por consideración a la costumbre y uniformidad
los llamamos con el nombre de leyes, no lo son para el gobierno de la República, sino para el de las partes contratantes, como son todas las escrituras, y contratos; y propiamente
hablando, no son Actos de la Asamblea, sino Actos adyacentes, o de la Asamblea en favor del Estado por la una parte,
y ciertas personas en ellos mencionadas por la otra.
Los Actos de este género se pueden distinguir en dos
clases.
Primera: aquellos en que las materias insertadas en el Acto
n
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
han sido ya estipuladas y ajustadas entre el Estado por una
parte, y las personas en él mencionadas por la otra. En
este caso el Acto es la conclusión y ratificación del contrato, o materias referidas en él. Es de hecho un instrumento
firmado, sellado y entregado.
En segundo lugar: aquellos Actos en que las materias no
han sido todavía acordadas, y en que el Acto solamente presenta ciertas proposiciones y términos que han de ser accedidos y aceptados.
Propondré un ejemplo de cada uno de estos Actos. Primero: el Estado necesita hacer un empréstito de una suma
de dinero: ciertas personas ofrecen al Gobierno prestar esta
suma, y envían sus proposiciones; el Gobierno las acepta, se
conviene el negocio del empréstito y su pagamento, y se pasa un Acto, según la forma acostumbrada de pasarlos, ratificando y confirmando este convenio. Este Acto es final.
En el segundo caso, el Estado, como en el otro precedente, necesita hacer un empréstito de dinero; la Asamblea pasa
un Acto haciendo saber los términos en que se tomará y
pagará. Éste no tiene fuerza hasta que las proposiciones sean
aceptadas y accedidas por la persona o personas; y después
de aceptados y cumplidos los términos, el Acto es obligatorio en el Estado. Pero si en la junta de la siguiente Asamblea,
o alguna otra, la total suma que se ha intentado tomar prestada, no estuviese tomada aún todavía, ella puede suspender en aquel estado en que se halle, y desistir del empréstito, o hacer nuevas proposiciones y términos por el resto;
pero mientras que se completan las suscripciones y se cumplen los términos, es, como en el primer caso, una escritura
firmada, y de la misma manera son todos los Actos, sea cual
fuere su asunto, en que como he mencionado antes, el Estado por una parte y ciertos individuos por otra, son partes
en ellos.
99
THOMAS
PAINE
Si el Estado hiciere bancarrota, los acreedores como en
todos los casos de bancarrota tendrán que sufrir; ellos no
tendrán sino un dividendo para el todo; pero esto no es una
disolución del contrato, sino una acomodación de él nacida
de la necesidad. Y así en todos los casos de Actos de este género, sí sucede una insuficiencia en una u otra parte, el
contrato no puede tener efecto y debe haber alguna transacción, o el asunto cae por medio de sí mismo.
Puede suceder igualmente, aunque no debe, que efectuando el negocio con arreglo a los términos del Acto se
presenten a la una o la otra parte, o a ambas, algunos inconvenientes imprevistos al tiempo de hacerlo; en este caso
pueden apartarse estos inconvenientes por el consentimiento
y mutuo convenio de las partes, y cada una halla su beneficio en hacerlo así, porque en una república la armonía de
sus partes es la que constituye el bien mutuo de todos.
Pero los Actos son legalmente obligatorios en sí mismos,
tanto como si hubiesen sido hechos entre dos individuos
privados. La grandeza de una parte no puede darle superioridad de ventaja sobre la otra. El Estado, o sus representantes, la Asamblea, no tiene más poder sobre un Acto de
este género, después que está pasado, que el que tendría
siendo una persona particular. Es la gloria de una república
tenerlo así, porque esto defiende al individuo de ser presa
del poder, y previene el que sofoque el DERECHO.
Si ocurre después alguna diferencia o disputa entre el
Estado y los individuos con quienes se ha hecho el convenio,
con respecto al contrato o la significación, o extensión de
alguno de los asuntos contenidos en el Acto, que pueda t o car a la propiedad de cualesquiera, esta diferencia o disputa
debe ser juzgada y decidida por las leyes del país en una
Corte de justicia, y un juicio por el J u r y ; esto es, por las
leyes del país, que existan ya al tiempo en que semejante
100
1A
INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Acto y contrato fué hecho. Ninguna ley hecha en Jo sucesivo puede aplicarse al caso ni directamente ni por construcción o implicación; porque entonces sería una ley retrospectiva, y habiéndose instituido después del hecho, no
puede aún ser producido en una Corte de justicia aplicándose a un caso anterior a ella.
Que esto es justicia, que es el verdadero principio de un
Gobierno republicano, ningún hombre tendrá el valor de
negarlo. Por tanto si un contrato o convenio legal, sellado
y ratificado no puede ser alterado por algún Acto hecho en
adelante, ¡cuánto más inconsistente e irracional, despótico e
injusto sería pensar en hacer u n Acto con la intención expresa de quebrantar un contrato ya firmado y sellado!
Que es posible que una Asamblea por un espíritu indiscreto de partido, y meditando en el poder más bien que en
el principio, por el cual se ha de arreglar todo Gobierno republicano, esto es, el de la igualdad de justicia, pueda incurrir en el error de pasar un Acto semejante se concede,
pero sería un Acto ineficaz, un Acto que se dirigiría a cosa
ninguna, un Acto que las Cortes de Justicia y las leyes establecidas del país jamás podrían reconocer.
Porque un Acto semejante sería de un partido solamente y no sólo sin el consentimiento del otro, sino también
contrario a él; y por lo mismo no puede producirse para
tener efecto sobre un contrato hecho entre los dos. Que la
violación de u n contrato se estableciese como una justificación para el violador, sería lo mismo que decir que u n
hombre por faltar a su promesa está libre de la obligación
de ella, o que por quebrantar las leyes se exime del castigo
que le imponen.
Además de las razones constitucionales y legales por que
una Asamblea no puede por su mismo Acto y autoridad deshacer o anular un contrato hecho entre el Estado (por una
101
THOMAS
PAINE
Asamblea precedente) y ciertos individuos, se pueden añadir las razones que se pueden llamar naturales, o aquellas
que las reglas claras de la razón natural indican a todo
hombre, entre las cuales están las siguientes:
Las principales, o las partes reales en el contrato, son el
Estado y las personas con quienes se contrata. La Asamblea
no es una parte, sino u n agente en favor del Estado, autorizado con poderes para transar sus asuntos.
Por tanto es el Estado que está obligado de una parte y
ciertos individuos de la otra; y la ejecución del contrato, según las condiciones de él, recae en las Asambleas que suceden, no como principales, sino como Agentes.
Y por lo mismo emprender la siguiente o alguna otra
Asamblea eximir al Estado de su obligación, es asumir un
poder de un nuevo y extraordinario género. Es emprender
el criado libertar a su amo.
La elección de las nuevas Asambleas que se siguen no hacen diferencia en la naturaleza de la cosa. El Estado es siempre el mismo, y el público el mismo cuerpo:, éstos no expiran anualmente aunque el tiempo de la Asamblea expire.
Ellos no son creados todos los años, ni pueden ser removidos
de su ser original, sino que son unos cuerpos permanentes
y perpetuos, siempre en existencia y siempre los mismos.
Pero si adoptamos la vaga e inconsistente idea de que cada nueva Asamblea tiene una plena y completa autoridad
sobre todos Jos Actos hechos por el Estado en una Asamblea
anterior y confundimos juntamente las leyes, contratos y
toda especie de negocio público, esto nos conducirá a un
laberinto de una confusión sin fin, y de insuperables dificultades. Sería declarar a una Asamblea despótica por el
tiempo en que está junta. En vez de un Gobierno de principios establecidos, administrado por reglas determinadas, la
autoridad de él por extenderla violentamente, sería a pro102
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
porción por la misma regla debilitada, y no vendría a ser
otra cosa que una Junta de comisionados del Estado con poderes para obrar a su discreción durante u n año. Cada nueva elección sería una nueva revolución, o sería suponer al
público del año anterior muerto y otro nuevo nacido en su
lugar.
Habiéndonos empeñado ahora en fijar una idea precisa
y hacer una distinción entre los Actos legislativos y los de
negociación y agencia, proseguiremos a aplicar esta distinción al caso ahora en disputa, con respecto a la Cédula de
permisión del Banco.
La Cédula del Banco, o lo que es lo mismo, el Acto para
su incorporación es en todo su sentido y fin u n Acto de negociación y contrato, hecho y confirmado entre el Estado
por una parte y ciertas personas mencionadas en él por otra.
El objeto para que fué hecho por parte del Estado está relatado en él, es a saber, el auxilio que las rentas del país derivarían de él. La cláusula de incorporación es la condición
u obligación por parte del Estado, y la obligación por parte
del Banco es, "que nada de lo que contiene este Acto se entenderá para autorizar a la dicha corporación para ejercer
algún poder en este Estado que repugne a las leyes o constitución de él.*'
Aquí están todas las señales y evidencias de un contrato.
Las partes, el fin y las obligaciones recíprocas.
; Que es u n contrato o un Acto adyacente, es evidente,
porque está en el poder de cualesquiera de las dos partes el
haber impedido o prevenido que se haga. El Estado no puede forzar a los Accionistas del Banco a ser una corporación,
y por tanto como su consentimiento era necesario para la
instauración del Acto, su oposición habría prevenido el que
se hiciese; así por la inversa como el Banco no puede forzar
al Estado para incorporarlos, el consentimiento u oposición
103
THOMAS
PAINE
del Estado habría tenido el mismo efecto para hacerlo, o
prevenif que fuese hecho; y como ninguna de las dos partes
puede sola hacer el Acto, por la misma razón ni una ni otra
puede sola disolverlo. Pero éste no es el caso en una ley, o
un Acto de legislación, y por lo mismo la diferencia prueba
ser éste de un género diferente.
El Banco puede perder la permisión por delincuencia,
pero ésta debe ser probada y establecida por un proceso
legal en una Corte de Justicia y un juicio ante el J u r y ;
porque el Estado o la Asamblea no ha ser juez en su misma
demanda, sino que debe ocurrir a las leyes del país para el
juicio, porque lo que es hy para el individuo, lo es igualmente para el Estado.
Antes de avanzar más en este asunto yo volveré a ías
circunstancias del país, y la condición en que estaba el Gobierno algún tiempo antes de entrar, como también al tiempo en que entró en su empeño con el Banco, y en que se pasó
este Acto de incorporación, porque el Gobierno de este Estado, y yo supongo lo mismo de los demás, estaba entonces
en la necesidad de las dos cosas más esenciales dé que podía
estar destituido u n Gobierno: dinero y crédito.
Recorriendo aquellos tiempos y representándome algunas de las circunstancias, que los acompañaban, siento entrar en un asunto molesto y desagradable, porque alguna de
las cosas que hace ahora necesario para el Estado el ataque
sobre el Banco, debiendo exponer el asunto plenamente al
público, no hará honor a aquellos que promovieron esta
medida y que obtuvieron en ella la aprobación de la última
Asamblea, y para quienes, aunque mi mismo juicio y opinión me obliga a diferir de ellos, conservo la misma estimación y el dulce recuerdo de su sociedad en tiempos pasados.
Pero yo confío que estos sectores me harán la justicia de
recordar mi ahinco, en la última primavera, cuando prin104
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
cipió el ataque del Banco; porque claramente me pareció
una de aquellas medidas acaloradas, que ni el país en general, ni sus mismos Constituyentes aprobarían cuando llegase a ser plena y claramente entendida; porque por grande
que fuese el partido que tuviese en una Asamblea la tal
medida, la gente que está de puertas afuera, siempre siguiendo sus diversos empleos y ocupaciones, atendiendo sus granjas y sus negocios, reflexiona despacio sobre las medidas públicas, y la consecuencia de esto es que muchas veces juzga
con un espíritu más sereno que aquel con que obran sus representantes.
Es fácil recordar que el presente Banco fué precedido,
y se originó de otro anterior a él, llamado el Banco de Pensilvania, que comenzó pocos meses antes: la ocasión de esto
yo la expondré en pocas palabras.
En la primavera de 1780 la Asamblea de Pensilvania estaba compuesta de muchos de los miembros, y casi todos de
la misma conexión, que componían la última Sala que comenzó el ataque sobre el Banco. Yo servía como Secretario
de ella el año de 1780 cuya plaza dejé al fin del año, y
acompañé al muy lamentado amigo el difunto coronel John
Laurens en una embajada a Francia.
La primavera del año de 1780 fué señalada por un cúmulo de desgracias. La confianza puesta en la defensa de
Charleston faltó y abatió excesivamente, o más bien, consternó los espíritus del país. Las medidas del Gobierno, por
la falta de dinero, medios y crédito se arrastraban lo mismo
que una carreta sin ruedas pesadamente cargada, y había llegado ya casi al último extremo.
La Asamblea de aquel año se encontró, por prorrogación, a u n tiempo inusitado, en el 10 de mayo, y lo que
aumentó más particularmente la aflicción fué que muchos
de los miembros en vez de animar a sus constituyentes al
105
THOMAS
PAINE
más enérgico ejercicio, vinieron a la Asamblea cargados de
peticiones para ser eximidos de pagar tasas. Como se habían
de llevar adelante las medidas públicas, había de defenderse
el país y reforzarse el ejército, vestirse, alimentarse y pagarse, cuando el único recurso, el de las tasas y que apenas
bastaba a la mitad de los gastos, fuese reducido a casi nada,
era una materia demasiado triste a la consideración. U n
lenguaje muy diferente del de las peticiones debió en ese
tiempo haber sido el de cada uno. Una declaración presentándose con sus vidas y fortunas, y una reprobación de todo
pensamiento de gracia particular habría sonado mucho mejor que el de las peticiones.
Durante la sesión de la Asamblea se recibió una carta del
Comandante en jefe por el Consejo Ejecutivo y se pasó a la
Sala. Se cerraron las puertas y vino oficialmente a mí para
leerla.
En esta carta estaba expuesta la verdad desnuda de las
cosas. Entre otras informaciones, el General dice, que no
obstante su confianza en la adhesión del ejército a la causa
del país, la necesidad que tenía de todo lo que puede ser
necesario a un hombre destituido, había llegado a tan alto
grado, que se dejaba ver en su aspecto la apariencia de un
motín y descontento, y que él temía este acontecimiento
por horas.
Cuando se leyó la carta yo observé un silencio de desesperación en la sala. Ninguno habló durante un largo tiempo. Finalmente un miembro, de cuya fortaleza para resistir
a las desgracias yo tenía una mejor opinión, se levantó y
dijo: "Si la relación de esta carta es el verdadero estado de
las cosas y nosotros nos hallamos en la situación que se representa en ella, me parece en vano disputar más largo
tiempo el asunto, y que cedamos al principio si hemos de
ceder al fin."
106
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
El caballero que habló después, era (según me acuerdo)
un miembro del Condado de Bucks, que en un tono alegre
se esforzó a disipar la melancolía de la sala, "Bien; bien,
dijo el, la sala no debe desesperar, si las cosas no van como
deseamos, debemos empeñarnos en mejorarlas." Y pasando
seguidamente al asunto de la prorrogación, se suspendió la
conversación.
N o había ahora tiempo que perder y había algunas cosas que debían hacerse de absoluta necesidad, y que no estaban dentro del poder inmediato de la Asamblea para hacerlas, por lo cual junto con el menoscabo de la moneda corriente, con la lenta operación de las tasas, y las demandas
para ser eximidos de ellas, la Tesorería estaba sin dinero y el
Gobierno sin crédito.
Si la Asamblea no podía dar el auxilio que la necesidad
del caso exigía inmediatamente, era muy propio que el asunto fuese sabido por aquellos que o podían o querrían empeñarse en hacerlo. Ocultar la información dentro de la Sala, y no proveer al alivio que se requería, era no hacer uso
del conocimiento y arriesgar la causa pública. La sola cosa
que restaba ahora, y que era capaz de bastar al caso, era un
crédito privado y la voluntaria ayuda de los individuos, y
con esta idea a mi salida de la sala saqué el salario que se me
debía como Secretario, incluí quinientos pesos en una carta
para un caballero de esta ciudad en parte del todo, y le escribí plenamente con respecto al estado de nuestros negocios.
El caballero a quien se dirigió esta carta es Mr. Blair
M'Clenaghan. Le hice en ella mención, que no obstante la
opinión general de que el enemigo había sido batido delante
de Charleston, había demasiadas razones para creer que la
Plaza estaba tomada y en poder de él: la consecuencia de lo
cual sería que una gran parte de la fuerza británica se vol107
THOMAS
PAINE
vería para reunirse a la de Nueva York. Que nuestro ejército requería ser aumentado con diez mil hombres para ponerlo en estado de resistir a la fuerza combinada del enemigo. Yo informé a Mr. M'Clenaghan de la carta del General Washington, y la extremada necesidad en que se hallaba,
y la absoluta ocasión que había para que los ciudadanos se
esforzasen en este tiempo, en que ellos no dudarían hacerlo
si se les hiciese conocer la necesidad, porque los recursos del
Gobierno se habían agotado. Le insinué también que propusiese una suscripción entre sus amigos, y añadí, que le incluía quinientos pesos como para principio de ella, y que
aumentaría esta cantidad hasta donde me lo permitiesen mis
facultades \
Al día siguiente, Mr. M'Clenaghan me informó que
había comunicado el contenido de mi carta en una concurrencia de caballeros en el café, y que se había comenzado
inmediatamente la suscripción; que Mr. Robert Morris, y él
mismo habían suscrito con doscientas libras cada uno, y que
la suscripción tenía muy buen suceso. Ésta se intentó como
un donativo, y para darse en premios de enganchamiento,
con el fin de promover el refuerzo del servicio. Fué a la
fecha de 8 de junio de 1780. La lista original de la suscripción está ahora en mi poder: monta a cuatrocientas libras
en plata efectiva, y ciento y un mil trescientas cincuenta
libras en vales.
Mientras esta suscripción seguía adelante llegó la noticia
de la pérdida de Charleston 2 , y en una comunicación de
varios miembros del Congreso a ciertas personas de esta ciudad, de las necesidades que se aumentaban y de los peligros
1
Mr. M'Clenaghan, que ha vuelto ahora de Europa, tiene mi consentimiento
para enseñar la carta al que quiera verla.
2
El Teniente Coronel Ayuda de Campo del General Lincoln llegó el 14 de
junio con los despachos de la capitulación de Charleston.
108
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
que ocurrían, se convocó una Junta de los suscriptores y
otros señores semejantes a ellos, que escogieron la posada de
la ciudad para hacerla. Esta Junta fué en el 17 de junio,
nueve días después que se comenzó la suscripción.
En ella se resolvió abrir una suscripción de seguridad
por la suma de trescientas mil libras en moneda corriente
de Pensilvania, y en dinero efectivo: los suscriptores debían
hacer una obligación por la cantidad a que se suscribían,
con el fin de formar un Banco sobre ella para suplir al ejército. Habiéndose resuelto esto y llevado a la ejecución, el
plan de la primera suscripción se abandonó, y se pasó a hacer un nuevo establecimiento en su lugar.
Por medio de este Banco se suplió al ejército durante la
campaña, y siendo al mismo tiempo reforzado se halló capaz de mantener su posición, y en» el nombramiento que se
hizo en Mr. Morris para ser superintendente de las finanzas
en la primavera siguiente, él ordenó el sistema del presente
Banco nombrado el Banco del Norte América, y muchos
de los suscriptores del anterior transfirieron sus acciones
a éste.
Con relación a su establecimiento, el Congreso pasó una
Ordenanza de incorporación con fecha de 21 de diciembre
de 1781, que el Gobierno de Pensilvania reconoció por varias razones. Y después en una aplicación del Presidente a los
Directores del Banco, por la mediación del Consejo Ejecutivo, la Asamblea acordó y pasó el Acto de incorporación
por el Estado en l 9 de abril de 1782.
Así tuvo principio el Banco producido por la necesidad
de los tiempos y el genio emprendedor de los individuos
patriotas. Éstos proveyeron y arriesgaron su dinero, y la
ayuda con que el Gobierno contribuyó fué la de incorporarlos. Habría sido muy bien si el Estado hubiese hecho to109
THOMAS
PAINE
dos sus acuerdos y contratos con una política tan sana como hizo éste; porque un servicio más grande por una tan
pequeña consideración, esto es, la de sólo uní Acto de incorporación, no se ha obtenido después que el Gobierno ha
existido.
Habiendo manifestado ya como principio el Banco, proseguiré con mis observaciones.
La repentina reparación del crédito público y privado
que tuvo lugar con su establecimiento es un evento tan extraordinario en sí mismo como cualquiera ocurrencia doméstica durante el progreso de la Revolución.
Cuánto influyó un espíritu de envidia para promover el
ataque sobre él, durante la sesión de la última Asamblea, es
mejor conocido y sentido por aquellos que lo promovieron.
El Banco había hecho servicios que la Asamblea de 1780 no
podía hacer, y adquirió un honor que muchos de sus miembros pueden confesarlo aunque contra su voluntad, y que
deseaban denigrar.
Pero seguramente todo Gobierno sabio obrando sobre .
principios de patriotismo y del bien público, apreciaría u n
instituto capaz de producir tantas ventajas a la Comunidad.
El establecimiento del Banco en una de las vicisitudes májs
críticas de la guerra, su celoso servicio en la causa pública,
su influencia para recobrar y sostener el crédito, y la p u n tualidad con que habían sido transados todos sus negocios,
son asuntos, que lejos de merecerle el tratamiento que recibió
de la última Asamblea, hacen honor al Estado, y el cuerpo
de ciudadanos puede estar orgulloso de confesarlo.
Pero el ataque sobre el Banco, como una institución
autorizada, bajo la protección de sus violadores, aunque
puede ser criminal como un error del Gobierno, o impolítico como una medida de partido, no debe atribuirse a los
110
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Constituyentes de aquellos que lo hicieron. Parece según todas las circunstancias que se vinieron a encontrar, ser una
medida que esta Asamblea proyectó por sí misma. Los miembros no vinieron encargados1 por sus constituyentes del asunto. N o había idea de una cosa semejante cuando fueron
elegidos, o cuando se juntaron. La pronta y precipitada manera con que fué aprobada por la sala, y el no querer ésta
escuchar a los Directores del Banco en su defensa antes de
publicar la revocación del Bill para que fuese considerado
por el pueblo, contribuyó a prevenir que sus constituyentes
comprendiesen el asunto. Por tanto, todo lo que pueda haber de irregular en los procedimientos no toca al público.
La sala tomó el negocio por su cuenta, y todo lo que haya
de reprensible recae sobre ella.
El asunto debió haber sido premeditado y resuelto con
anticipación por una mayoridad de los miembros fuera de
la Sala, antes que fuese traído a ella. El todo del negocio
parece haber sido fijado a u n mismo tiempo, y todo razonamiento o debate en el caso se hizo inútil.
Las quejas de un número inconsiderado de personas,
procuradas repentinamente, y hechas con tanto sigilo, que
estuvieron secretas entre los pocos que las firmaron, fueron
presentadas en la sala, leídas dos veces en u n día, y remitidas
por ella a una Junta de Comisionados para examinarlas, y
dar su opinión sobre ellas. Yo agrego aquí las peticiones 1
1
Minutas de la asamblea de 21 de marzo de 1785.
Las peticiones de un considerable número de los habitantes del Condado de
Chester fueron leídas, representando que el Banco establecido en Philadelphia tenía
fatales efectos sobre la Comunidad; que mientras los hombres se habilitaban por los
medios del Banco para recibir cerca de tres veces la ganancia de un interés común,
y al mismo tiempo para tomar su dinero al más leve aviso, siempre que tuviesen
ocasión para ello, será imposible para un labrador o un mecánico tomar prestado
en los términos precedentes de u n legal interés, y un pagamento improporcionado al
principal; que la experiencia demuestra claramente las perniciosas consecuencias de
esta institución a los negociantes honrados; que los impostores se habían puesto en
estado de sostenerse ellos mismos en un crédito ficticio por los medios de una puntualidad temporaria en el Banco Jiasta haberse atraído a sus Honestos vecinos para
111
THOMAS
PAINE
y la relación que se hizo acerca de ellas, y ejercitaré el derecho y privilegio de Ciudadano examinando sus méritos, no
con el espíritu de oposición, sino con el designio de hacer
más generalmente y mejor entendido un asunto intrincado.
Tanto como mi privado juicio es capaz de comprender
el asunto, me parece que los comisionados se engañaron enteramente e ignoraron la naturaleza, y negocio del Banco,
como también la materia cometida a ellos, considerándola
como un procedimiento del Gobierno.
Ellos fueron instruidos por la Sala de inquirir si el Banco establecido en Filadelfia era compatible con la seguridad
pública.
confiarles su propiedad y empeñar su crédito como responsable y haber sido últimamente envueltos en ruina y desgracias; que ellos han visto repetidamente que el
suspender los descuentos en el Banco obra en la parte conferciai y franca de la Comunidad con un grado de violencia escasamente inferior al de una estancación de la
sangre en el cuerpo humano, estrechando a los desgraciados comerciantes, que tienen
deudas, a caer en las manos de avaros usureros; que los directores de él pueden dar
a sus particulares favoritos por avances de dinero una preferencia en el tráfico
capaz de destruir esta igualdad que debe prevalecer en un país comerciante; que ti
papel moneda ha traído muchas veces beneficios al Estado, pero que el Banco lo
prohibe, y el pueblo debe consentir en ello; por tanto y en orden a restablecer la
confianza pública y seguridad privada, ellos suplican que se expida un Bill, y se
forme una ley revocando su incorporación.
Marzo 28
La relación de los Comisionados que se leyó el 2 í de Marzo sobre la demanda
de los del Condado de Cbester y Berks, la ciudad de Philadelphia, y su vecindario
suplicando que el Acto de la Asamblea, por el cual se estableció en ella el Banco,
se revoque, fué leída segunda vez como sigue.
Los Comisionados a quienes fueron remitidas las peticiones concernientes al
Banco en Fhiladelphia, y que estaban instruidos de inquirir si su establecimiento era
compatible con la seguridad pública y la igualdad que debía siempre prevalecer
entre los individuos de una república, piden licencia para relatar, que la opinión de
ellos es, que el dicho Banco como se halla establecido al presente era de todos modos
incompatible con la seguridad pública; que en el estado actual de nuestro tráfico él
propendía directamente a echar del país la mayor parte del metal, para producir
una escasez de moneda y juntar en las manos de los accionistas casi todo el dinero
que queda entre nosotros. Que la acumulación de enormes riquezas en las manos de
una sociedad, que aspira a una perpetua duración, producirá necesariamente un
grado de influencia y poder, que n o puede confiarse en las manos de u n establecimiento de hombres cualesquiera que sean, sin arriesgar la seguridad pública. Que
el dicho Banco en su incorporada capacidad está habilitado para poseer fincas hasta la
suma de diez millones de pesos, y por el tenor del presente privilegio debe existir
para siempre, sin estar obligado a dar algún emolumento al Gobierno, o a estar del
112
t
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Apenas es posible suponer que las instrucciones no significaban sino que conferenciasen unos con otros. Es cierto
que ellos no hicieron averiguación en el Banco para informarse ellos mismos de la situación de sus negocios, cómo se
conducía, qué auxilios había dado a la causa pública, o si
podía dar algunos: ni tampoco los Comisionados alegan en
su relación un solo hecho o circunstancia para manifestar
que hicieron alguna inquisición, o si los rumores que entonces circulaban eran verdaderos o falsos; sino que se contentan con arreglar las insinuaciones de las peticiones en la relación, y dar una opinión sobre ellas.
Parecía por la relación que los Comisionados o concibieron que la sala había determinado ya como se había de
obrar sin respeto al caso, y que ellos habían sido solamente
nombrados por consideración a las formalidades, y para dar
todo dependiente de él. Que el grande provecho del Banco, que se aumentaría diariamente, a proporción que creciese la escasez de dinero, y que excedía ya en mucho
al de los de Europa, había tentado a los extranjeros a poner su dinero en él, y a
sacar así de nosotros grandes sumas por el interés.
Que los extranjeros serán sin duda inducidos cada vez más a hacerse accionistas,
hasta que llegue el tiempo en que esta enorme máquina del poder esté sujeta a la
influencia extranjera: este país puede ser agitado por la política de las Cortes Europeas, y el buen Pueblo de América reducido otra vez a u n estado de subordinación
y dependencia de uno u otro de los poderes de Europa. Que aun cuando estuviese
confinado en manos de Americanos sería destructivo de esta igualdad que debe prevalecer en una república. Nosotros nada tenemos en nuestro libre e igual Gobierno
capaz de balancear la influencia que este Banco debe criar; y nada vemos que pueda
en el curso de unos pocos años impedir el que sus directores gobiernen la Pensylvania.
Ya hemos sentido su influencia interviniendo indirectamente en las medidas de la
Legislatura. Ya la Sala de la Asamblea, los Representantes del Pueblo, ha sido amenazada de que el crédito de nuestro papel moneda será arruinado por él; y si este
mal progresivo continúa, nosotros recelamos que no está muy lejos el tiempo en
que el Banco será capaz de dictar a la Legislatura la ley que deba pasar, y la que
deba omitir.
Vuestros Comisionados por tanto piden ucencia para añadir la siguiente resolución
que aprobará la Sala; es a saber.
Resuelto: que se nombre una Junta de Comisionados para presentar un Bill con
el fin de revocar el Acto de la Asamblea de 1 ? de abril de 1782, intitulado: "Acto
para incorporar los Suscripfores del Banco del Norte América"; y también para revocar el otro Acto de la Asamblea pasado el 18 de marzo de 1782, intitulado "Un
Acto para prevenir y castigar a los falsificadores del sello del Estado, Billetes de los
Bancos, y notas del Presidente, Directores y Compañía del Banco del Norte
América; y para los otros fines en él mencionados".
113
THOMAS
PAINE
una apariencia de investigación sin hacer alguna, o que el
caso les era remitido corrió lo son algunas veces las cuestiones
de ley a los oficiales sólo para dar su opinión.
Este método de hacer los negocios públicos sirve extremadamente para seducir a un país. Cuando los constituyentes de una Asamblea oyen que se ha mandado hacer alguna
investigación sobre cualquiera materia, y que se han señalado unos Comisionados a este fin, naturalmente concluyen que se ha hecho; y que los procedimientos de la sala
que se siguen, son a consecuencia de las materias, hechos e
informes obtenidos por medio de este examen.
Pero aquí están unos comisionados de investigación que
no hacen alguna del todo y que dan su parecer en el caso sin
examinarlo. Esté proceder de ellos justificaría la opinión de
que no deseaban obtener, sino omitir la información, y que
por temor de que no fuese conforme a sus deseos, omitieron
el hacerla.
La conducta subsecuente de la sala en resolver no escuchar a los Directores del Banco en su aplicación para este
fin antes de la publicación del Bill para que lo considerase el
pueblo, corrobora fuertemente esta opinión. ¿Por qué, pues,
no escucharla, a menos que no temiese que el Banco por una
semejante oportunidad pública produjese pruebas de su servicio y utilidad, que no convendrían al temperamento y
miras de sus opositores?
Pero si la sala no deseaba, o no quería escuchar la defensa del Banco, no había una razón para que sus Constituyentes no lo hiciesen. La Constitución de este Estado en
lugar de tener dos ramos de Legislatura ha sustituido que
"a fin de que las leyes antes de ser hechas, puedan ser maduramente consideradas, y para prevenir en todo lo posible
la inconveniencia de una determinación festinada, todo
114
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Bill de una naturaleza pública ha de imprimirse para la consideración del pueblo 1 ". Éste, por tanto, según la Constitución, se considera como otra sala; o hablando más propiamente, es una sala por su mismo derecho. Pero en esta instancia la Asamblea se abrogó todo el poder, y se colocó ella
misma como un Tribunal para atajar las informaciones que
se esparcían en el público. Los recursos del Banco para ser
escuchado antes que se publicase el Bill para esta consideración, tenía dos objetos. El primero con respecto a la sala, y
el segundo por la sala con respecto al pueblo, que es otra.
Era como una defensa en la primera instancia, y como una'
apelación en la segunda. Pero la Asamblea se absorbe el derecho del pueblo para juzgar; porque rehusando escuchar
la defensa impedía la apelación. Si la causa que los constituyentes de esta Asamblea tenían para censurar su conducta
no era otra que una extremada mala fe, parcialidad y arbitrariedad con que se transaban estos negocios, sería causa
suficiente.
Aunque los constituyentes de las asambleas difieran
cuanto puedan con respecto a ciertas particularidades en
la forma de la Constitución, no podrán menos de convenir
en sostener sus principios, y en reprobar los procedimientos injustos, y las medidas despóticas. Cada uno de ellos es
un miembro de la república, que es u n rango de más consecuencia para él, que siéndolo de un partido, y aunque
difieran unos de otros en su elección de las personas para
transar los asuntos públicos, es de igual importancia a todos los partidos, que éstos sean tratados por principios de
justicia. De otra manera nuestras leyes y actos en vez de
estar fundados en justicia lo estarán en el partido y serán
leyes y actos de desquite, y en lugar de ser una república
1
Constitución, sección 15,
115
T HOM A S
PAINE
de ciudadanos libres, seremos alternativamente tiranos y esclavos. Pero volvamos a la relación.
Ésta comienza por afirmar que "los Comisionados, a
quienes se remitieron las peticiones concernientes al Banco
establecido en Filadelfia, y que fueron instruidos de examinar si el dicho Banco era compatible con la seguridad
pública, y con esta igualdad que debe prevalecer entre los
individuos de una república, piden permiso para relatar
(no que ellos Han hecho algún examen) sino que son de
opinión, que el dicho Banco como está establecido al presente de todos modos es incompatible con la seguridad pública." Pero ¿por qué es esto así? Ésta es una opinión infundada, y que no puede justificarse. Los comisionados han
comenzado su relación por el fin; porque una opinión,
cuando es dada como una materia de juicio, es una acción
del espíritu, que se sigue a un hecho, y aquí se pone en
lugar de él.
La relación después dice: "Que en el presente estado
de nuestro tráfico el dicho Banco lleva directamente la
mira de desterrar del país una gran parte del metal, y juntar en las manos de los accionistas toda la moneda que queda entre nosotros."
Ésta es otra mera aserción justamente como la anterior,
sin un solo hecho o circunstancia que manifieste por qué
ha sido hecha, o en que está fundada. Ahora la consecuencia natural de un Banco es muy al contrario de lo que afirman los comisionados. El metal puede llamarse el fondo en
el tráfico del Banco; por lo tanto es de su interés impedir
él que se extraiga del país, y el guardar constantemente un
suplemento permanente, que debe estar pronto para todas
las ocasiones y demandas domésticas. Si fuese verdad que
él tiene una mira directa en desterrar la especie del país,
116
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
pronto se acabaría él mismo; y por tanto, los comisionados
se han engañado en la materia tanto, que han puesto sus
temores en lugar de sus deseos; porque si esto ha de suceder
como ellos afirman, déjese al Banco solo y él cesará por sí
mismo, y no habrá necesidad de que se pase el Acto de
revocación.
Es el interés del Banco que el Pueblo guarde su dinero
en él, y todos los países comerciantes hallan la grande y
excesiva conveniencia de tener un lugar general en donde
depositarlo. Pero lejos de desterrarlo, no hay dos clases de
gente en América que estén tan interesadas en preservar
la moneda efectiva en el país como el Banco y los comerciantes. Ni uno ni otro puede llevar adelante sus negocios
sin ella. Su oposición al papel-moneda de la última Asamblea era por que tenía un efecto directo en todo lo posible,
para desterrar la especies y esto sin promover medios para
introducir más.
Los Comisionados debían de saber esto, y por lo mismo
prefirieron el extender la alarma y confiar en la ilusión
aunque estaba mal fundada.
Como el retener la especie en el país es del interés delBanco, así tiene las mejores oportunidades para impedir
que se mande afuera, y también el más pronto conocimiento de un designio semejante. Entretanto que él es el depósito general del dinero no pueden obtenerse grandes sumas sin sacarlas de allí, y como es evidentemente perjudicial el adelantar cantidades para mandar afuera, porque
en este caso no pueden por medio de la circulación volver a
él; por lo mismo está interesado en prevenir lo que los comisionados le han sospechado promover.
Es para impedir la exportación de moneda y retenerla
en el país que el Banco ha suspendido en diferentes ocasio117
THOMAS
PAINE
nes las notas de descuento hasta que ha pasado el peligro 1 .
Por tanto la primera parte de la aserción, la de desterrar
la especie, contiene una aprensión tan inútil como infundada, y que si los comisionados la hubiesen entendido, o al
menos se hubiesen informado de la naturaleza de un Banco, no podían haberla hecho. Es muy probable que algunos
de sus opositores sean de aquellas personas que no han tenido buen suceso en sus pretensiones de dinero para este fin,
y ahora disfrazan su oposición bajo de otros pretextos.
Yo paso ahora a la segunda parte de la aserción, y es,
que cuando el Banco haya desterrado del país una gran
parte de moneda efectiva, "él juntará en las manos de los
accionistas casi toda la que quede entre nosotros." Pero
cómo o por qué medios haya de practicar este hecho extraño, no nos han informado los comisionados. Si la gente ha
* Las peticiones -dicen: " Q u e ellos han visto repetidamente que el suspender
los descuentos en el Banco obra en la parte franca de la Comunidad con un grado
de violencia exactamente inferior al de una¡ represión de sangre en el cuerpo humano,
estrechando a los desgraciados comerciantes, que tienen deudas que pagar, a caer en
las manos avaras de los usureros". •
Como las personas, que dicen o firmaron ésta, viven en algunas partes del Condado de Chester, no están ciertas; a causa de su situación de lo que dicen. Estas peticiones tienen toda la apariencia de ser inventadas para el fin de promover el asunto.
La petición y la relación tienen en sí la evidencia fuerte de ser ambas producidas
por una misma persona: porque la relación es tan claramente el eco de la petición
como las arengas del Parlamento británico lo han sido siempre de las del Rey.
Además de la razón que he dado ya para suspender el Banco en algunas ocasiones los descuentos de sus notas, hay otras necesarias. Esto es con el fin de liquidar
las cuentas. Las cuentas breves hacen buenos amigos. Él presta su dinero por u n corto
tiempo; y por este medio asiste a muchas y diversas gentes; y si no suspendiese algunas veces las notas de descuento, como u n medio para liquidar con las personas a
quienes ha prestado ya, éstas hallarían una vía para retener lo que han tomado
prffstado más largo tiempo de lo que deben, y estorbarían que se pudiese asistir a
otros. Esto es un hecho, y aun los Comisionados saben ser cierto que muchos de los
que entonces se opusieron al Banco, han obrado de esta manera.
La suspensión de los descuentos n o reclama, ni puede reclamar la deuda con
anticipación al tiempo por que fué prestado el dinero; y por tanto es falso el cargo
" d e que él estrecha los hombres a dar en las manos avaras de los usureros"; y la
verdad es que él contribuye a libertarlos de ellas.
Si las peticiones se han de inventar para cohonestar el designio de una Sala de
la Asamblea, y dar un pretexto para su conducta o si una Sala se ha de conducir
por los cuentos ociosos de cualesquiera cincuenta o sesenta que firmen una petición,
es tiempo de que el público examine un poco más de cerca la conducta de sus representantes.
118
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
de dar su dinero al Banco por nada, o si éste la ha de halagar como hace una serpiente a la ardilla desde u n árbol, los
comisionados nos han dejado tan a oscuras acerca de esto
como estaban ellos mismos.
¿Es posible que entendiesen tan poco la materia que no
conociesen que ninguna parte del dinero que pueda estar
en cualquier tiempo en el Banco pertenece a los accionistas? N i aun el capital original, que ponen en él es suyo
mismo, hasta que todos los particulares que han depositado
allí algún dinero, están pagados; y si en el balance de pérdidas y ganancias no hay una cantidad suficiente para este
fin, el fondo capital de los accionistas debe cubrir lo que
falte.
El dinero que en cualquier tiempo pueda estar en el
Banco es la propiedad de todos los hombres que tienen notas de Banco, o dinero depositado en él, o que tienen una
•justa demanda sobre él desde la Ciudad de Philadelphia
hasta el Fuerte Pitt, o en alguna parte de los Estados Unidos; y pueden sacarlo siempre que quieran. El estar allí
no hace en lo más mínimo que sea la propiedad de los
Accionistas, como tampoco es ni más ni menos el dinero,
que está en la Tesorería del Estado, propiedad del Tesorero. Ellos son solamente Mayordomos de él en favor de
aquellos que gusten ponerlo o dejarlo allí: y por tanto
esta segunda parte de la aserción es en alguna manera ridicula.
El siguiente párrafo de la relación es: "Que la acumul a c i ó n de enormes riquezas en las manos de una sociedad,
"que aspira a una perpetua duración, producirá necesaria"mente un grado de influencia y poder que no puede
."confiarse en manos de un establecimiento de hombres
"cualesquiera que sean (exceptuados, según yo presumo,
"los Comisionados) sin arriesgar la seguridad pública". H a y
119
THOMAS
PAINE
en este párrafo un aire de temores de solemnidad, que es
casi lo misma que introducir un espectro en una Comedia
para estorbar que la gente se ría de los Cómicos.
H e manifestado ya que cualquiera riqueza que pueda
haber en todo tiempo en el Banco, es la propiedad de
aquellos que tienen demanda sobre él, y no de los Accionistas. Como sociedad ellos no tienen propiedad, y m u y
probablemente nunca la tendrán, a menos que la casa
en donde transan sus negocios sea suya en vez de alquilada. Cada medio año el Banco liquida sus cuentas, y cada
Accionista toma consigo su dividendo de ganancia o pérdida; y se comienza en el siguiente medio año en la misma
manera en que se comenzó el primero, y así en adelante.
Siendo ésta la naturaleza del Banco no puede haber acumulación de riquezas entre ellos como una sociedad.
Ignoro para qué fin se introdujo en la relación esta
palabra sociedad, a menos que sea para hacer una falsa
impresión en los espíritus de las gentes. Ella no tiene conexión con el asunto, porque el Banco no es una Sociedad,
sino una Compañía, y está así denominado en la Cédula.
H a y diversas Sociedades Religiosas en este Estado que tienen propiedad por un derecho propio de ellas, y a las cuales no puede agregarse ninguna persona que no sea de la
misma profesión. Pero éste no es el caso con respecto al
Banco. Éste es un compuesto de una Compañía para promover y facilitar el Comercio, que es un asunto en que se
interesan todos los Estados, y no tiene propiedades en el
mismo sentido que las Sociedades.
Pero este párrafo se contradice directamente con el
anterior. Los Comisionados en aquél acusan al Banco de
desterrar la especie, y en éste de acumular enormes sumas. De que se infiere que hay aquí dos sumas enormes,
una que va afuera, y otra que queda. Para conciliar esta
120
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
contradicción los Comisionados deberían haber añadido en
su relación, que ellos sospechaban que el Banco había haliado la piedra filosofal, y que se la guardaban como un
secreto.
El siguiente párrafo es "que el dicho Banco en su capacidad incorporada tiene poder para hacerse de fincas
"hasta la suma de diez millones de pesos, y por el tenor
"de la presente Cédula ha de existir para siempre sin ser
"obligado a dar algún emolumento al Gobierno, o depend e r de él".
Los Comisionados se han conducido con tal vehemencia en este asunto, y han manifestado tan completamente
su falta de conocimiento en todos sus puntos, que demostraron en la primera parte de este párrafo un recelo de lo
que más bien se puede temer que nunca sucederá. Si ellos
tuvieran algunas nociones de lo que es un Banco, deberían
haber sabido que la objeción contra los Bancos ha sido
(no que tuviesen grandes bienes) sino el que no tenían
algunos; que no tienen una propiedad real, fija y visible;
y que ésta es la máxima y práctica del Banco, y no la de
tenerla.
El honorable Canciller Livingston, últimamente Secretario de Relaciones Exteriores, me hizo el honor de manifestarme, y discurrir conmigo sobre el plan de un Banco que él
había formado para el Estado de New York. En este plan se
hacía una condición u obligación, que cualquiera que fuese
la cantidad a que montase el capital del Banco, deberían
agregársele dos tercios en bienes raíces. Por el interés mercantil rechazó esta proposición.
Fué un rasgo de muy buena política en la Asamblea,
que pasó el Acto de permisión, el añadir la cláusula habilitando al Banco para comprar y mantener fincas. Fué inducirlo a que lo hiciese, porque semejantes bienes, siendo te121
THOMAS
PAINE
nidos como propiedad suya, serían otras tantas hipotecas,
para el Público además de su moneda capital.
Pero la duda está en que el Banco no será inducido a
aceptar la oportunidad. Él ha existido cinco años, y no ha
empleado ni un chelín en propiedad real, y como una finca,
o bienes semejantes no pueden ser comprados por él sino con
el dinero de interés que produce el fondo, y como éste se
divide cada medio año entre los Accionistas; y cada uno de
éstos prefiere tener el manejo de su propio dividendo, y si
lo desembolsa en la compra de un terreno, es para tenerlo,
y manejarlo inmediatamente como una propiedad privada,
que está bajo su inmediata inspección, lejos de temerse, no
hay esperanza de que la cláusula se acepte.
Donde el conocimiento es un deber, la ignorancia es u n
crimen; y los Comisionados son criminales por no entender
mejor el asunto. Si esta cláusula no hubiese estado en la Cédula, ellos podían haber expuesto la falta de ella como un
defecto, por no facultar al Banco para tener bienes como
una seguridad real para sus acreedores: pero según está ahora
la queja, la acusación contra él es, que la Cédula lo autoriza
para dar a éstos una seguridad real. Jamás se ha hecho, oído,
ni pensado una queja semejante.
El segundo artículo en este párrafo es, "que el Banco
"según el tenor de la presente permisión ha de existir para
siempre". En esta parte yo convengo con los Comisionados,
y me alegro encontrar, que en una lista como ésta de errores
y contradicciones, haya una idea que no sea falsa, bien que
ellos han hecho mal uso de ella.
Como quiera que nosotros no hemos de vivir para siempre, y que otras generaciones nos han de suceder, no tenemos
el poder ni el derecho para gobernarlas, ni aun para decirles
cómo se han de gobernar ellas mismas. Esto es un extremo
122
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
de la vanidad humana, y el dictar al Mundo venidero manifiesta una avaricia de poder, que se extiende hasta más allá
de la tumba. Bastante es para nosotros que "hagamos en
nuestros días lo que sea justo, y que dejemos a la posteridad
la ventaja de unos buenos ejemplos.
Como quiera que las generaciones del Mundo, están todos los días comenzando y expirando a un mismo tiempo,
así cuando se hace u n Acto público de este género, se supone naturalmente la edad de aquella generación, que entonces
empieza, y el tiempo contenido entre el llegar a la edad madura y el fin natural de la vida, en cuyo espacio tiene u n
derecho para prevalecer, que puede ser cerca de treinta años;
porque aunque muchos puedan morir antes, otros vivirán
más; y el tiempo medio es igualmente bello para todas las
generaciones.
Si se hubiera hecho un artículo en la Constitución para
que todas las leyes y Actos cesasen por sí mismos en treinta
años, y que no tuviesen fuerza legal más allá de este tiempo,
se habría prevenido el que ellas se hiciesen demasiado numerosas y voluminosas, y serviría para tenerlas a la vista, y en
una estrecha circunferencia. Aquellas, que, se encontrase
conveniente continuar, serían refrendadas otra vez, y las
que no, quedarían sepultadas en el olvido. Igualmente convendría que una nación fijase un cierto tiempo para un
completo arreglo de sus negocios, y los comenzase otra vez
desde una nueva fecha lo mismo que un individuo; y hacer
esto de treinta en treinta años sería un período conveniente.
Los Ingleses por falta de un Reglamento general de
este género tienen un gran número de leyes anticuadas, que
aunque están fuera del uso y olvidadas, no han perdido
su fuerza, y se emplean en algunas ocasiones para fines fraudulentos, y son engañadas por medio de ellas las personas
inocentes y descuidadas.
123
THOMAS
PAINE
Llevando más adelante esta idea, sería probablemente
un adelantamiento considerable en el sistema político de
las Naciones el hacer todos los tratados de paz por un tiempo
limitado. Es de la naturaleza del espíritu sentirse descontento con la idea de una condición que se le ha impuesto
para siempre, y es excitar en sí mismo aprehensiones, que no
tendrían lugar si no hubiese esta causa.
Si los tratados de paz se hiciesen por siete o diez años,
y se renovasen siempre que expirasen, el efecto natural sería
hacerla más continua y duradera que haciéndola según costumbre por siempre. Si las partes sintieron o aprehendieron
alguna inconveniencia bajo los términos ya estipulados, mirarán adelante al tiempo en que han de ser libertadas de
ellos, y podrán renovar el tratado sobre mejores condiciones.
Ocurriendo esta oportunidad periódicamente, y el recuerdo,
que existiría siempre de ella, serviría como de una chimenea
en el edificio de la política, por donde resollasen el humo
y los vapores del fuego Nacional. Esto calmaría naturalmente el espíritu, y alejaría honrosamente el fervor y la ocasión
de batirse; y siempre que las partes se determinasen a hacerlo cuando expirase el término del tratado, vendría a ser como el pelear a sangre fría: el espíritu de batirse se habría
disipado antes que llegase el tiempo de romper, y se substituiría la negociación en su lugar. Para conocer cuan probable puede ser esto, un hombre no necesita más que observar
el progreso de su mismo espíritu en cualquiera privada circunstancia semejante en su naturaleza a una pública. Pero
volvamos a mi asunto.
El dar limitación es dar duración: y aunque no es una
razón justificante, que porque un Acto o contrato no deba
subsistir para siempre, se haya de quebrantar o violar el día
de hoy, con todo, donde no se menciona tiempo determinado, la omisión presenta una oportunidad para el abuso.
124
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Cuando nosotros violamos un contrato bajo este pretexto,
asumimos un derecho que pertenece a la generación siguiente; porque, aunque ella como que sucede, tiene derecho de
alterarlo o desecharlo, pues que no ha intervenido en hacerlo
o no ha sido hecho en sus días, nosotros que lo hemos necho
no tenemos este derecho; y por tanto los Comisionados en
esta parte han usado mal de un buen principio; y como esta
cláusula de la Cédula pudiera haberse alterado por consentimiento de las partes, no podía ser producida para justificar
la violación. Y si no se alterase no^resultaría algún inconveniente de ello. El término "por siempre" es una absurdidad
que no tendría efecto. La edad que sigue pensará por las
mismas reglas que lo hemos hecho nosotros, y no admitirá
una autoridad asumida por nosotros para invadir el sistema
de sus días. Nuestro por siempre termina donde comienza
el suyo.
El tercer artículo de este párrafo es, que el Banco tiene
su permiso "sin ser obligado a dar algún emolumento al
Gobierno".
La ingratitud es muy escasa de memoria. Fué por las faltas del Gobierno para sostener la causa pública, que se estableció el Blanco. Él entró como un apoyo cuando muchos
de los que se hallaban entonces en el Gobierno, y que se le
oponen ahora, estaban aparentemente a punto de abandonar
la causa, no por desafección sino por desesperación. Mientras
los gastos de la guerra se hacían por las emisiones de los vales, cualquiera establecimiento de hombres en el Gobierno
podía continuarla. Siendo proveídos los medios a sus manos
no se requerían grandes operaciones de fortaleza o sabiduría; pero cuando éstos faltaban todo habría faltado con ellos,
sí un espíritu público no se despertase con energía en el
Pueblo. Eran tiempos muy alegres para el Gobierno mientras duraban los vales. El sueño de la riqueza suplía a la
125
THOMAS
PAINE
realidad de ella; pero el sueño se desvaneció, y el Gobierno
aun no despertó.
Pero ¿qué dereclio tiene el Gobierno para aguardar algún emolumento del Banco? ¿Intentan los Comisionados
entablar venta de Actos y de patentes o que es lo que piensan? ¿Por qué sea la práctica del Ministerio Inglés exigir
un peaje de todas las instituciones públicas, sobre que puede obtener algún poder se ha de observar la misma práctica
aquí?
Siendo ahora terminada la guerra, y habiendo hecho el
Banco los servicios que se aguardaban, o más bien se esperaban de él, su principal uso público en este tiempo es para
la promoción y extensión del Comercio. La Comunidad entera deriva un beneficio de la operación del Banco. Él facilita el Comercio. Él proporciona los medios de comprar y
de pagar los productos del país, y apresura su exportación.
Por tanto siendo el emolumento para la Comunidad, es del
oficio y deber del Gobierno dispensarle su protección.
Entre las muchas utilidades principales que se originan
del Banco, una de ellas es, que él da una especie de vida a
cierta cantidad de moneda que de otra manera estaría muerta. Todos los Comerciantes y personas en el tráfico tienen
siempre en sus manos una suma de dinero que retienen constantemente consigo; esto es, nunca están enteramente sin ella.
Esta moneda remanente, si se puede llamar así, no se emplea
hasta que no han juntado más. Ellos no pueden comprar ni
productos ni mercancías con ella; y siendo éste el caso con
todos los que se hallan en el tráfico, habrá (aunque no en
todos y en los mismos tiempos) tantas de estas sumas sin
tener uso, y dispersas entre la Ciudad, cuantos son los sujetos
que se ocupan en el tráfico, y aun muchos de los que no lo
están.
Yo no supondría una estimación exagerada conjeturando
126
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
que en todos tiempos la mitad del dinero estaría en la Ciudad
de esta manera. Reunidas estas sumas dispersas, lo que se
hace por medio del Banco, vienen a ser capaces de ser usadas, y la moneda que circula se duplica; y por el hecho de
prestarlo los depositarios alternativamente a unos y a otros,
se vigoriza el sistema de Comercio: y como es el interés del
Banco conservar esta moneda en el país para los usos domésticos solamente, y como tiene la mejor oportunidad para
hacerlo así, él sirve como un centinela sobre la especie.
Si un Labrador o un Molinero viene a la Ciudad con
frutos, no hay sino muy pocos Comerciantes que puedan,
individualmente comprarlos con dinero al pronto suyo mismo; y estos pocos darían la ley en el mercado sobre los productos del país: pero por medio del Banco se previene este
monopolio; y la suerte del mercado se extiende. Es muy
extraño que la última Asamblea promoviese de este modo
el monopolio; con todo tal sería el efecto de la supresión
del Banco; y es de mucho honor para los Comerciantes, que
son capaces por sus fortunas de hacerse monopolistas, el sostenerlo. En este caso el honor obra sobre el interés. Ellos
fueron los primeros que promovieron su establecimiento, y
su honor está ahora empeñado en sostener lo que su interés
Jes persuade a destruir.
Si los Comerciantes y los Labradores por estos medios
pueden entre sí ayudarse y sostenerse naturalmente unos a
los otros, ¿qué tiene que hacer el Gobierno en esto?, ¿qué derecho tiene para aguardar emolumentos de la industria asociada, más que de la industria individual? Sería u n género
de Gobierno muy extraño el que hiciese ilegal en el Pueblo
el asistirse unos a otros remunerándose mutuamente por
hacerlo así.
Pero la verdad es que el Gobierno ha recibido ya emolumentos, y algunos m u y extraordinarios. Él ha recibido ya su
127
THOMAS
PAINE
entera porción en los servicios del Banco durante la guerra;
y está todos los días recibiendo beneficios, porque cualquiera
cosa, que promueve y facilita el Comercio, promueve y facilita igualmente las rentas.
El último artículo de este párrafo es "que el Banco no
"está en nada dependiente del Gobierno".
¿Han olvidado los Comisionados tan pronto los principios de un Gobierno Republicano, y de su Constitución, o
tienen tan poco conocimiento de ellos para no saber que este
artículo de su relación participa de la naturaleza de traición? ¿Ignoran ellos que la libertad se destruye por la dependencia, y la seguridad del Estado se arriesga en ella? ¿No
advierten que mantener como pensionistas anuales en favor
de la Asamblea una parte de los Ciudadanos del Estado es
herir a la raíz la libertad de las elecciones?
Si ios otros puntos de su relación descubren una falta
de conocimiento en el asunto de los Bancos, éste manifiesta
una falta de principio en la ciencia de Gobierno.
Supongámonos solamente esta idea peligrosa llevada a la
práctica, y veremos entonces a lo que ella nos conduce. Si
los Cuerpos asociados después de su incorporación han de
depender anualmente de una Asamblea para la continuación
en su permiso, los Ciudadanos, que componen estas corporaciones, no son libres. El Gobierno tiene una autoridad e
influencia sobre ellos en una manera diferente de la que
tiene sobre los demás, y por estos medios destruye aquella
igualdad de libertad, que es el baluarte de la República y de
la Constitución.
Por este plan del Gobierno cualquier partido, que por
casualidad se halle dominante en u n Estado, gobernará todas
las Corporaciones en él, y puede crear otras más con el fin
de extender esta influencia. Las Ciudades de Representación
dependientes en Inglaterra hacen la parte corrompida de su
128
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Gobierno, y esta idea de los Comisionados tiene mucha relación con ella.
"Si Vms. no obran de esta manera y de este modo", expresando lo que querían decir, "tengan cuidado con su
Cédula", fué una amenaza hecha contra el Banco. Pero como
yo no deseo extenderme más en esta circunstancia desagradable, y esperando que lo que he dicho es suficiente para
manifestar la conducta anti-constitucional, y los principios
de los Comisionados, pasaré al párrafo inmediato de la relación, y es:
"Que el grande provecho del Banco, que se aumentaría
"diariamente a proporción que creciese la escasez de dinero,
" y que excedía ya en mucho al de los de Europa, había
"tentado a los extranjeros a poner su dinero en él, y a sacar
"así de nosotros grandes sumas por el interés".
Si los Comisionados hubiesen conocido mejor el asunto
se podía confiar algo en su opinión, lo cual no es posible
ahora. Ellos no son jueces bastante capaces para conjeturarlo, ni pueden conocer si la moneda se ha de hacer más escasa, o si el provecho del Banco se ha de aumentar. Ellos
no son capaces de tener tanto cuidado del Comercio, como
tendrá éste por sí mismo. El Labrador entiende la labranza,
y el Comerciante el comercio; y como las riquezas son igualmente el objeto de ambos no se debe recelar que el uno tema
el que el otro solicite empobrecerse. Mientras más dinero
tenga el Negociante, tanto mejor para el Labrador, que tiene
frutos que vender; y mientras más dinero tenga éste, tanto
mejor para aquél cuando él venga a su almacén.
En cuanto al provecho del Banco, los Accionistas deben
correr el riesgo por él. Éste puede ser algunos años más, y
otros menos; y podrá suceder que no produzca tanto, como
podría empleándose por otras vías. La conveniencia que los
Accionistas sacan del Banco como hombres comerciantes, y
129
THOMAS
PAINE
no el mero interés que reciben, es que los induce a entrar en
el establecimiento. Es la pronta oportunidad de tomar prestado los unos de los otros que forma el principal objeto: y
como ellos pagan igualmente que reciben una gran parte
del interés entre ellos mismos, es casi la misma cosa, considerados ambos casos a un mismo tiempo, si es más o menos.
Los Accionistas son en unas ocasiones depositadores, y
en otras deudores del Banco, Ellos pagan interés por lo que
toman prestado, y no reciben alguno por lo que depositan;
y si alguno de ellos llevase una exacta cuenta sobre el interés
que paga por lo uno, y lo que pierde sobre lo otro, encontraría al fin del año, que diez por ciento sobre su capital
no sería probablemente más que un interés común sobre el
todo; y si fuere tanto.
Por lo que mira a la queja de los Comisionados "que los
"extranjeros poniendo su dinero en el Banco sacarán de
nosotros grandes sumas por el interés", es como si un Molinero en una estación seca se quejase de caer tanta agua en
su represa que se derrama alguna.
Si pudieran los extranjeros tirar este interés sin meter
en él algún capital, la queja sería bien fundada, pero como
ellos han de poner primero que sacar alguno, y como han
de sacar por muchos años antes que puedan retirar aún la
suma numérica que pusieron al principio, el efecto, al menos por los veinte años próximos venideros, será directamente contrario a lo que los Comisionados afirman: porque nosotros sacamos capitales de ellos, y ellos de nosotros solamente
interés; y como tendremos el uso de la moneda mientras esté
en nuestro poder, la ventaja será siempre en nuestro favor.
Al formar esta parte de su relación los Comisionados deben
haber olvidado en qué punto del Atlántico se hallaban, porque el caso sería como ellos dicen, si nosotros pusiésemos
130
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
dinero en el Banco de los extranjeros, en vez de ponerlo
éstos en el nuestro.
Yo he pasado línea por línea por todas las objeciones
contra el Banco contenidas en la primera mitad de la relación: la que sigue puede llamarse rrLas lamentaciones de los
Comisionados" y es un asunto lamentable, pusilámine, y degradante. Es una injuria pública, una censura sobre el sentido y espíritu de todo el país. Presentaré el resto como se
halla en la relación, y propondré seguidamente mis observaciones.
Las lamentaciones son "que los extranjeros serán sin d u da inducidos cada vez más a hacerse Accionistas, hasta que
"llegue.el tiempo en que esta enorme máquina del poder esté
"sujeta a la influencia extranjera: este país pueda ser agi"tado por la política de las Cortes Europeas, y el buen Pue"blo de América reducido otra vez a un estado de subordinac i ó n y dependencia de uno u otro de los poderes de Eur o p a . Que aun cuando estuviese confinado en manos de
"Americanos sería destructivo de esta igualdad que debe
"prevalecer en una República. Nosotros nada tenemos en
"nuestro libre e igual Gobierno capaz de balancear la influencia que este Banco debe criar; y nada vemos que
"pueda en el curso de unos pocos años impedir el que sus
"Directores gobiernen la Pensylvania. Ya hemos sentido su
"influencia interviniendo indirectamente en las medidas de
"la Legislatura. Ya la Sala de la Asamblea, los Representant e s del Pueblo, ha sido amenazada de que el crédito de
"nuestro papel-moneda será arruinado por él; y si este mal
"progresivo continúa, nosotros recelamos que no está muy
"lejos el tiempo en que el Banco será capaz de dictar a la
"Legislatura la ley que deba pasar, y la que deba omitir".
Cuando el Firmamento caiga nosotros seremos todos
muertos. H a y algunas cosas, tan ridiculamente graves, tan
131
THOMAS
PAINE
lejos de probabilidad, y tan descabelladas, confusas, e inconsistentes en toda la composición de este largo párrafo, que no
sé como comenzar acerca de él. Es como si un hombre ahogándose gritase: ¡Fuego, Fuego!
Esta parte de la relación está compuesta de dos terribles
predicciones. La primera es, que si los extranjeros compran
el fondo del Banco seremos todos arruinados. La segunda
es que si los Accionistas lo mantienen para ellos mismos también seremos arruinados.
Una Junta de adivinos es cosa nueva en un Gobierno: y
estos señores dando esta prueba de su arte han salvado ingeniosamente una parte de su honor, que es que aunque el
Pueblo pueda decir que ellos no son Banqueros, ninguno podrá afirmar que no son adivinadores. Sobre todo queda u n
consuelo, y es, que los Comisionados no saben exactamente
cuándo sucederá, así hay alguna esperanza de que podamos
estar todos en el Cielo cuando esta terrible calamidad pueda
suceder sobre la tierra.
Pero hablando seriamente, si acaso es necesario alguna
seriedad en asunto tan risible. Si el Estado pensase que hay
alguna impropiedad en que los extranjeros comprasen las
acciones del Banco, o algunos otros fondos, (pues que yo
no veo razón para que se hayan de desear particularmente
los del Banco) la Legislatura tiene autoridad para prohibirlo. Es una mera opinión política que no tiene nada que
hacer con la Cédula, ni ésta con ella; y por lo tanto está
desvanecida la primera terrible predicción.
Siempre ha sido una máxima en la política fundada en
las causas y consecuencias naturales, que mientras más pueda
cualquiera Nación interesar a los países extranjeros en su
prosperidad tanto mejor para ella misma. Donde está el tesoro, está el corazón; y por tanto cuando los extranjeros
132-
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
ponen su dinero entre nosotros, ellos ponen sus buenos deseos con él; y es así que nosotros obtenemos influencia sobre ellos, y no ellos sobre nosotros. Pero los Comisionados
partieron tan injustamente al principio, que mientras más
avanzan más se extravían; y ahora que han llegado al fin
de su relación, se encuentran á una distancia muy grande
de su asunto.
En cuanto a la segunda y terrible parte, la de trastornar
el Banco al Gobierno, acaso los Comisionados quieren significar que en la próxima elección general ellos mismos pueden ser echados fuera de él, lo cual ha sido en parte el caso;
no por la influencia del Banco, porque no tiene alguna, ni
aun bastante para obtener el permiso de una audiencia del
Gobierno, sino por la de la razón, y la elección del Pueblo,
que m u y probablemente se vengará de la indebida e inconstitucional influencia, que aquella Sala y los Comisionados
se tomaban sobre los privilegios de los ciudadanos.
Los Comisionados pudieron haber sido bastante modestos para limitarse al Banco, y no lanzar un odio general
contra todo el país. Antes que puedan suceder los acontecimientos que ellos predicen, los electores de Pensilvania han
de venir a ser los engañados, los tontos, y cobardes; y por
tanto cuando predicen el dominio del Banco, predicen la
desgracia del Pueblo.
Los Comisionados habiendo terminado su relación, proceden a dar su parecer, que es, "Que se nombre una J u n t a
"de Comisionados para presentar un Bill con el fin de revocar
"el Acto de la Asamblea de 1 ? de Abril de 1782, intitulado:
"Acto para incorporar los Suscriptores del Banco del Ñor"¿te América; y también para revocar el otro Acto de la
"Asamblea pasado el 18 de Marzo de 1782, intitulado, "Un
"Acto para prevenir y castigar a los falsificadores del sello
Kt
del Estado, Billetes de los Bancos y notas del Presidente,
133
THOMAS
PAINE
^Directores y Compañías del Banco del Norte
América;
"y para los otros fines en él mencionados".
H a y algunas cosas en la continuación de esta relación,
que son intrincadas y obscuras.
* Dos son los Actos que deben revocarse aquí. Uno es el de
incorporación; el otro el Acto para prevenir, y castigar los
falsificadores del sello del Estado, Billetes de Banco, Bancanotas del Presidente, Directores, y Compañía del Banco del
Norte América.
Parecería por la manera de colocarlos los Comisionados,
(si no fuese la diferencia de las fechas) que el Acto para
castigar los falsificadores del sello del Estado, etc., se seguía
al de incorporación; y que el sello referido en él, era alguno
que el Banco tenía en consecuencia del dicho Acto de incorporación. Pero el caso es del todo diferente. El Acto para
castigar los falsificadores, etc. se pasó con anticipación al de
incorporación, y se refiere al sello del Estado, que el Banco
tiene en consecuencia de la permisión del Congreso, y la
manera en que se expresa el Acto acerca del Presidente, Directores, y Compañía, es el estilo de incorporación, que el
Banco deriva* bajo la Cédula del Congreso.
Por tanto, el Acto para castigar tiene los puntos legales,
y distintos. El uno es, un reconocimiento público y autorizado con la Cédula. El segundo es, el castigo que impone
sobre los falsificadores.
La Legislatura puede revocar aquella parte que mira al
castigo, pero no puede deshacer el reconocimiento, porque
ningún Acto de revocación puede decir que el Estado no
ha reconocido. El reconocimiento es una mera materia de
hecho, y ninguna ley puede deshacer u n hecho, o ponerlo,
si puedo expresarme así, en la condición que estaba antes de
existir. Por tanto el Acto de revocación no llega al gran
p u n t o que los Comisionados tienen a la vista; porque aun
134
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
admitiendo que sea una revocación de la Cédula del Estado,
aun todavía queda otro instrumento de reconocimiento en
su lugar. La patente del Congreso por sí sola sería una autoridad dudosa, pero el reconocimiento de ella por el Estado
le da una habilitación legal. El Acto de revocación, es verdad, pone afuera el castigo, pero no es una barrera para
la operación del permiso del Congreso, como una Cédula
reconocida por el Estado; y por consiguiente los Comisionados no han hecho sino la mitad de su negocio.
Yo he pasado enteramente por la relación de los Comisionados, y no puede encontrarse en los diarios de cualquiera
Legislatura de América una relación más irracional, inconsistente, y contradictoria.
Cómo se ha de aplicar el Acto de revocación, o en qué
manera ha de obrar, es una materia que queda aun por determinarse. Porque admitiendo suscitar una cuestión de ley,
si la Cédula que este Acto atenta revocar es una ley de la
misma manera que lo son las leyes de universal operación,
o de la naturaleza de un contrato hecho entre el Público
y el Banco, (como lo he expuesto ya en esta obra) el Acto
de revocación no decide, ni puede decidir la cuestión, por
que él es quien la origina, y está su suerte envuelta en la
decisión. Es una cuestión de ley y no de legislación, y debe
decidirse en una Corte de Justicia y no en una Sala de la
Asamblea.
Pero el Acto de revocación, siendo pasado con anticipación a la decisión de este punto, asume el poder de decidirla, y la Asamblea en hacerlo así se erige ella misma contra
toda Constitución en un Tribunal de Judicatura, y absorbe
para sí misma la autoridad y derecho de las Cortes de
Justicia.
Por tanto la operación del Acto de revocación, desde su
principio requiere que se haga una injusticia. Porque es im135
THOMAS
PAINli
posible en los principios de un Gobierno Republicano, y la
Constitución de él, pasar un Acto para prohibir a cualquiera de los ciudadanos el derecho de apelar a las Cortes de Justicia en cualquiera materia que toque a sus intereses o a su
propiedad; pero la primera operación de este Acto se dirige
a cerrar las Cortes, y tenerlas sometidas a la Asamblea. Él
ordena o influye sobre ellas para no oír el caso, o para dar
su juicio sobre él según la mera voluntad de u n partido solamente.
Yo deseo que los ciudadanos vuelvan en sí sobre este
asunto; no por lo que concierne al Banco, sino por que sus
mismos derechos y privilegios Constitucionales se hallan envueltos en el acontecimiento. Es una cuestión de grandiosa
magnitud; porque si una Asamblea ha de tener este poder,
las leyes del país y las Cortes de Justicia no son sino de muy
poco uso.
Habiendo acabado ahora con la relación, procedo al tercero y último punto, el de papel moneda.
Éste me hace recordar la expresión de un aldeano alemán, que dice en pocas palabras cuanto requiere el asunto
por entero; "-moneda es moneda, y papel es papel".
Todas las invenciones de los hombres no pueden hacer
que sea de otra manera. El Alquimista puede abandonar su
trabajo, y el cazador de la piedra filosofal puede irse a descansar, si el papel puede convertirse en oro y plata, o se hace
que sirva a los mismos fines en todos los casos.
El oro y la plata son producciones de la naturaleza; y
el papel lo es del arte. El valor de estos dos metales está probado por la cantidad que la naturaleza ha hecho en la tierra.
Nosotros no podemos hacerla más ni menos; y por tanto,
dependiendo su valor de ella, no depende de los hombres.
Éstos no tienen parte en hacerlos; todo lo que su trabajo e
136
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
ingenio puede, es sacarlos de las minas, refinados para el uso
y darles una impresión o estampa en el cuño.
La estampa del cuño contribuye considerablemente a su
conveniencia, pero nada a su valor. Ellos no tienen por eso
más precio que el que han tenido antes. Su valor no está en
la impresión sino en sí mismos. Quíteseles ésta y siempre
valdrán lo mismo. Altéreseles a nuestro antojo, o expóngaseles a cualquier infortunio, que pueda suceder, su valor con
todo no se disminuirá. Ellos tienen capacidad para resistir
los acontecimientos que destruyen las otras cosas: y por lo
mismo tienen todas las cualidades que se requieren para hacer
de ellos la moneda; y nada que no tenga estas propiedades
puede acomodarse a este objeto.
El papel considerado como una materia de que se puede
hacer moneda no tiene alguna de las cualidades que se requieren. Es demasiado abundante y muy fácil de encontrarse.
Él puede hallarse en donde quiera, y por una bagatela.
Dos puntos de vista hay en que se puede considerar el
papel.
El solo uso propio del papel en lugar de moneda, es escribiendo notas de promesa, y obligaciones de pagamento en
efectivo sobre él. U n pedazo de papel escrito y firmado así
vale la suma que se da por él, si la persona que lo da es capaz
de pagarla; porque en este caso la ley la obligará. Pero si ésta
no tiene nada, la nota tampoco vale. Por tanto el valor de
una nota semejante no consiste en ella, porque no es sino papel y promesa, sino en el hombre que está obligado a redimirla con oro o plata.
El papel circulando en esta manera y para este fin, determina continuamente el lugar y la persona, de quien y
en dónde se ha de tener el dinero, y al fin halla su casa; y,
si se puede decir, abre el cofre de su dueño y paga al portador.
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THOMAS
PAINE
Pero cuando una Asamblea emprende expedir el papel
como moneda, todo el sistema de seguridad y de certidumbre se trastorna, y la propiedad está flotando. Las notas de
papel dadas y tomadas entre los individuos como una promesa de pagamento son una cosa, pero el papel expedido por
una Asamblea como dinero es otra. Es lo mismo que poner
una fantasma en lugar de un hombre; ella se desvanece al
mirarla, y no queda sino el aire.
El dinero cuando se considera como el fruto de muchos
años de industria, como la recompensa del trabajo, sudor,
y fatiga, como la dote de una viuda, y la legítima de los hijos, como el medio de procurarse lo necesario, y aliviar las
aflicciones de la vida, y hacer de la vejez una escena de descanso, tiene en sí alguna cosa de sagrado, que no debe servirnos de juguete, ni confiarse a la ampolla aérea de una
moneda de-papel.
Es difícil decir con qué poder o autoridad una Asamblea emprende hacer papel-moneda. Ella no deriva ninguna de la Constitución, porque ésta guarda silencio sobre
el asunto. Es una de aquellas cosas que el pueblo no ha
delegado, y que no delegaría en cualquier tiempo que llegase a juntarse. Es por tanto apropiarse un poder, para lo
cual no tiene derecho una Asamblea, y que un día u otro
puede ser el medio de conducir a algunos de ella al suplicio.
Yo apuntaré algunos de los males del papel-moneda, y
concluiré con proponer medios para prevenirlos.
Uno de los males del papel-moneda es, que convierte
el país* todo en negociadores usureros de billetes. Su valor
precario y la incertidumbre de su suerte obran continuamente noche y día en producir este efecto destructivoy
N o teniendo valor real en sí mismo, su sostenimiento depende de los accidentes, del capricho y de los partidos;
y como es el interés de unos rebajar y de otros el aumentar
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LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
su valor, hay una invención continua que obra en destruir
la moral del país.
Causaba horror el ver, y aun es peligroso recordar cómo
se relajaron los principios de justicia durante la guerra por
medio de las emisiones del papel. La experiencia adquirida
entonces debería ser una lección a cualquiera Asamblea
para guardarse bien de abrir una puerta tan peligrosa por
segunda vez.
En cuanto a los cuentos romancescos, sino hipócritas
de que u n pueblo virtuoso no necesita del oro y de la plata, y que el papel hará la que éstos, no se requiere más
contradicción que la experiencia de lo que nosotros hemos
visto. Aunque algunos bien intencionados puedan inclinarse a verlo de este modo, es cierto que el trapalista siempre tendrá este lenguaje.
H a y una cierta clase de hombres que se ponen a hacer
compras a crédito y comprar bienes que no tienen con qué
pagar, y habiendo hecho esto pasan seguidamente a llenar
las gacetas con párrafos acerca de la escasez de moneda y
la necesidad que hay de una emisión de papel, para hacerlo después una oferta legal bajo el pretexto de sostener
su crédito, y una vez de hecha la emisión rebajar su precio lo más que pueden, adquirir una cantidad de él por
un pequeño precio y engañar a sus acreedores; y ésta es la
historia concisa de la treta del papel-moneda.
Pero ¿por qué después que la costumbre universal del
mundo ha establecido la moneda como el medio más conveniente para el tráfico y comercio, se había de establecer
el papel con preferencia al oro y la plata? Las producciones de la naturaleza son seguramente tan inocentes como
las del arte, y en cuanto a la moneda, son infinitamente
más. El amor al oro y la plata puede producir la codicia,
pero ésta, cuando no está unida a la deshonestidad, no es
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THOMAS
PAINE
propiamente un vicio. Ella es frugalidad llevada al extremo.
Pero los males del papel-moneda no tienen fin. Su valor
incierto y fluctuante está continuamente inventando o
criando nuevos proyectos de engaño. Todo principio de
justicia es violentado, y el gremio de la sociedad se disuelve.
La supresión por tanto del papel-moneda pudo haber sido
puesta muy propiamente en el Acto, para prevenir el vicio
y la inmoralidad.
El pretexto para el papel-moneda ha sido que no había
suficiente oro y plata. Esto lejos de ser una razón para las
emisiones es contra ellas.
Como estos metales no son producciones del Norte América, ellos son por lo mismo artículos de importación, y si
establecemos una manufactura de papel-moneda, ella sirve,
tanto cuanto sea capaz, para impedir la importación de moneda efectiva, o para mandarla otra vez afuera, a medida
que viene, y siguiendo esta práctica nosotros desterraremos
continuamente la especie hasta quedar sin ninguna y nos
estaremos quejando siempre del agravio, en lugar de remediar la causa.
Considerando el oro y la plata como artículos de importación, habrá tiempos, a menos que nosotros la estorbemos por las emisiones de papel, en que haya tanto en el
país cuanto sea necesario; por la misma razón que hay tanto de los otros artículos importados. Pero como cada yarda
de paño fabricada en el país ocasione que se importe una
yarda menos, así también sucede lo mismo con respecto a
la moneda, con esta diferencia, que en un caso nosotros
fabricamos la misma cosa y en el otro no. Nosotros tenemos
paño por paño y sólo tenemos dinero en papel por dinero
en plata.
En cuanto a la autoridad apropiada de una Asamblea en
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LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
hacer el papel-moneda o el papel de cualquier género, una
oferta legal, o en otro lenguaje, u n pagamento compulsorio, es un atentado el más presuntuoso hacia u n poder arbitrario. N o puede haber un poder semejante en un Gobierno republicano: el pueblo no tiene libertad, la propiedad no está segura donde haya una práctica semejante; y
los comisionados que presentaren una relación a este fin, o
el miembro que la promueva y aquel que la proteja, merece
ser acusado, lo que puede esperar tarde o temprano.
De todas las varias especies de cuño de baja ley el papel
moneda es el más bajo. Es el que tiene menos valor intrínseco entre todas las cosas que se pueden poner en lugar del
oro y de la plata. U n clavo de una herradura o una pieza
*de W a m p u n 1 , le excede en grande manera, y sería más
propio el hacer estos artículos una oferta legal que no el
papel.
El poner en circulación el cuño de baja ley, y establecerlo como una promesa fué uno de los principales medios
de trastornar finalmente el poder de la familia de los Stuarts
en Irlanda. El artículo es digno de referirse, como que tiene
una semejanza inmediata con el progreso practicado con el
papel-moneda.
"El metal y el cobre de más baja calidad, los cañones
viejos, campanas rotas y muebles inútiles de las .casas, se recogían cuidadosamente y de cada libra de peso de estos tan
viles materiales, que valía cuatro penes, se acuñaron piezas
y circularon con el valor nominal hasta de cinco libras esterlinas. Por la primera proclama ellas se hicieron corrientes en todos los pagamentos que se hacían al rey, y de
éste a los" vasallos en todo el reino, excepto en los derechos
de importación de- géneros extranjeros, en los de dinero
1
Wampum es una especie de cinta llena de cuentas o perlas falsas que llevan
por adorno en varias partes de su cuerpo los indios salvajes de Norteamérica.
141
THOMAS
PAINE
dado a guardar, o debido por hipotecas u obligación, y Jaime prometió que cuando esta moneda se desacreditase, él la
recibiría en todos los pagamentos, o haría una plena satisfacción en oro y plata. El valor nominal fué levantado después por proclamas posteriores, se quitaron las restricciones
que tenía al principio, y se ordenó que esta baja moneda se
recibiese en todo género de pagamentos. Como el metal y el
cobre se escasearon se hizo moneda de materiales aun. todavía más viles, de peltre y hoja de lata, y la antigua deuda
de un millar de libras esterlinas se descargó por piezas de
este vil metal, cuyo valor intrínseco era de treinta chelines 1 ". Si el rey Jaime hubiera pensado en el papel, se habría
ahorrado la incomodidad y los gastos de juntar el metal, cobre, campanas y muebles viejos.
Las leyes de un país deben ser la regla de la equidad, y
deben ser calculadas para imprimir en el espíritu del pueblo
la moral, igualmente que las obligaciones legales de justicia
recíproca. Pero las leyes, que sancionan el papel-moneda o
cualquiera otra moneda ficticia, cooperan a destruir la moralidad y a disolver, bajo el pretexto de ley, lo que por un
principio de buena legislación se debe sostener, justicia recíproca entre los hombres; y el castigo de un miembro que
propusiese semejante ley debería ser de MUERTE.
Cuando la recomendación del Congreso del año 1780
para revocar estas leyes estaba en la Asamblea de Pensilvania, al contar ios votos en favor y en contra para la presentación de un Bill, con el fin de revocarlas, el número era
igual, y el voto de decisión quedaba en el Presidente el coronel Bayard. "Doy mi voto, dijo él, para la revocaciónpor un sentimiento interior de justicia; leyes semejantes
contribuyen a establecer la iniquidad por ley". Pero cuan1
Historia
de Irlanda
por Lelatid, vol, IV, pág. 26J.
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LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
do el Bill fué presentado, la sala lo rechazó, y estas leyes
continuaron a ser los medios del fraude.
Si alguna cosa tuviese o pudiese tener un valor igual al
del oro y la plata, no requeriría estas leyes, y sino lo tiene,
tampoco debe haber una ley semejante, y por tanto las leyes
que sancionan el papel-moneda o cualquiera otra moneda
ficticia, son tiránicas e injustas y calculadas para sostener el
fraude y la opresión.
La mayor parte de los defensores de estas leyes se compone de aquellos que tienen deudas que pagar, y que se valen
de ellas para violar sus contratos y engañar a sus acreedores.
Pero ninguna ley puede justificar el hacer un Acto ilegal;
por tanto el modo más propio de proceder, si se llegasen a
hacer en adelante semejantes leyes, sería acusar y ejecutar a
los miembros que promoviesen o protegiesen un Bill con
este fin, y poner al deudor y al acreedor en la situación en
que estaban respectivamente el uno del otro, antes qué se
pasase tal ley. Los hombres deberían temblar a la idea de
un acto tan descarado de injusticia. Es en vano hablar de
restaurar el crédito o quejarse de que el dinero no puede ser
prestado a un interés legal, hasta que toda idea de leyes sobre
el particular sea absoluta y públicamente reprobada y extirpada de entre nosotros.
En cuanto al papel-moneda, de cualquier lado que se
mire, no es sino una bagatela. Considerado como propiedad,
es inconsistente suponer que el aliento de una Asamblea cuya autoridad espira con el año, puede darle el valor y duración del oro. Ni menos puede comprometerse a que la
siguiente Asamblea lo recibirá en pagamento de las tasas.
Y con el ejemplo (porque autoridad no hay ninguna) de
hacer alguna Asamblea papel-moneda, ésta puede hacer lo
mismo, hasta que enteramente se destierren la confianza y
el crédito y obren otra vez todos los males del envileci143
THOMAS
PAINE
miento. Por tanto el resultado del papel-moneda es, que él
es el descendiente bastardo de las Asambleas, y cuando su
año espira dejan un vagabundo en las manos del público.
Habiendo concluido ya los tres asuntos propuestos en el
título de esta obra, concluiré ofreciendo algunos pensamientos sobre los presentes negocios del Estado.
Mi idea de una sola Legislatura estuvo siempre fundada
en la esperanza de que cualesquiera partidos personales que
pudiesen haber en el Estado, se unirían y acordarían todos
en los principios generales de un buen Gobierno, que las
diferencias de partidos se dejarían en el umbral de la sala
del Estado; y que el bien público o el bien del todo sería el
principio gubernativo de la Legislatura dentro de la sala
misma.
Las disputas de partido, consideradas así, serían solamente sobre quién tiene el honor de hacer las leyes y no
cuáles hayan de ser éstas. Pero cuando el partido influye en
producir leyes parciales, una sola sala es una sola persona y
sujeta a la precipitación, imprudencia y pasión de una soberanía individual. Al menos es una aristocracia.
Xa forma de la Constitución presente se hace ahora para hollar sus principios, y los miembros constitucionales son
legisladores contra la Constitución. Ellos están empeñados
en sostener la forma por consideración al poder, y destronar
el principio para manifestar el cetro.
El ataque de la última Asamblea sobre el Banco descubre
una falta de moderación y prudencia, de imparcialidad y
equidad de francos y candidos exámenes e investigaciones,
de juicios deliberados y desprevenidos y al mismo tiempo
unos pensamientos atropellados y una venganza por parte
del poder, tan imprudentes como inconsistentes con la seguridad de la república. Fué juzgar sin oír y ejecutar sin
procesar.
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LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Por unos procederes tan temerarios, injustos y violentos
el interés del Estado se debilita, su prosperidad se disminuye
y su comercio y su especie se destierran a otros lugares. Supongamos que el Banco no hubiese estado en una inmediata
condición para haber sostenido un ataque tan impensado,
¡qué escena de calamidades repentinas no habría ocasionado sobre esta ciudad y el Estado la precipitación de esta
Asamblea! Los poseedores de Banca-notas se habrían encontrado en la mayor confusión. No es una excusa decir
que la sala nunca pensó en esto, porque era su deber haber
pensado en todas las cosas.
Pero por el prudente y próvido manejo del Banco (aunque sin sospechas del ataque), fué capaz de satisfacer al
tropel de acreedores, sin suspender un momento el pagamento y de prevenir los males e infortunios que indefectiblemente habría ocasionado la precipitación de la Asamblea;
acontecimiento que Banco alguno de Europa en iguales circunstancias apenas habría podido resistir.
N Yo no puedo ver una razón suficiente para creer que la
esperanza de la sala para derribar el Banco estuviese fundada tanto en retirar la Cédula, cuanto en la expectación
de producirse una bancarrota y excitar este concurso de
acreedores. Si ésta era una parte de sus proyectos era bien
criminal, porque centenares podían haber sido arruinados
para gratificar el rencor de un partido.
Pero no siendo este el caso, ¿a qué ha contribuido el
ataque sino a exponer la malignidad y temeridad, la falta
de juicio, igualmente que de justicia de aquellos que lo hicieron, y a confirmar el crédito del Banco más sustancialmente de lo que era antes?
El ataque, es verdad, ha tenido un efecto que no estaba
en el poder de la Asamblea remediar: él ha desterrado del
Estado muchos miles de pesos en efectivo. Pensilvania por
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THOMAS
PAINE
medio del Banco tenía el uso de una gran cantidad de dinero efectivo que pertenecía a ciudadanos de los otros Estados, y esto sin algún interés, porque estaba allí en calidad
de depósito, y los depositadores tomaban en su lugar banca-notas. Pero sus dueños se alarmaron con este acontecimiento, devolvieron las notas que tenían y llevaron su dinero.
El desterrar la especie dio lugar al papel-moneda de la
Asamblea y nosotros tenemos ahora dinero en papel cuando
lo podíamos tener en plata. Así es que el efecto del papelmoneda ha sido haber menos especie real en el Estado de la
que había antes. El papel-moneda es lo mismo que el beber
a pequeños tragos, alivia por el momento con una engañosa
sensación, pero gradualmente disminuye el calor natural y
deja el cuerpo peor de lo que lo encontró. Si no fuese este
el caso y pudiera hacerse papel-moneda a nuestro antojo,
todos los Soberanos en Europa serían tan ricos como quisieran. Pero la verdad es, que él es una friolera y el atentado vanidad. La naturaleza ha provisto los materiales propios para el dinero, el oro y la plata; y cualquiera empresa
de nosotros para rivalizaría es ridicula.
Pero concluyamos. Si el público tiene a bien permitir la
opinión de un amigo que no está adherido a ningún partido, etc., y que no debe obligaciones a ninguno; que tampoco tiene queja particular de ellos, y que por un largo
hábito en sus relaciones con ellos jamás los ha engañado,
esta opinión será libremente dada.
El Banco es una institución capaz de hacerse excesivamente útil al Estado, no sólo como medio para extender y
facilitar su comercio, sino también como un medio para aumentar la cantidad de dinero efectivo en él. El papel-moneda de la Asamblea sirve directamente para desterrar, o
echar fuera la moneda real, porque se expide como tal, y se
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LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
pone en lugar de dinero efectivo. Pero las notas del Banco
son de u n género muy diferente, y producen u n efecto
contrario; son notas promisorias, pagaderas cuando se pida,
y pueden ser tomadas allí y cambiarse por oro, o plata sin
la menor ceremonia, ni dificultad.
Por tanto el Banco está obligado a guardar constantemente una suma de dinero efectivo bastante para este fin;
que es lo que la Asamblea ni hace, ni puede hacer por su
papel, porque la cantidad de moneda real que se recoge por
medio de las tasas en la Tesorería es una bagatela comparada
con la que circula en el tráfico, y por medio del Banco.
El método, pues, de aumentar la cantidad de moneda
real, sería combinando la seguridad del Gobierno con la del
Banco; y en lugar de expedir papel-moneda, que sirve a
desterrar la especie, tomar prestado de éste la suma que necesite en notas de Banco, bajo la condición de cambiarlas a
este mismo por dinero objetivo en cantidades, y plazos estipulados.
El papel expedido en esta manera, y dirigido a este fin,
en lugar de desterrar, se insinuaría como el oro y la plata;
porque sería entonces a un tiempo la ventaja y deber del
Banco, y de todos los intereses mercantiles, que tienen conexión con él, el procurar e importar de cualquier país del
mundo, en donde pueda adquirirse el oro, y la plata, para
cambiar con ellos las notas. El Banco de Inglaterra está limitado a no traficar en otros artículos de importación que
estos dos metales; y nosotros podemos hacer el mismo uso
del nuestro si procedemos propiamente con él.
Estas notas entonces tendrán una doble seguridad, la del
Gobierno, y la del Banco; y no serán expedidas como moneda, sino como rehenes que se han de cambiar por dinero
efectivo; y harán por lo tanto una vía contraria a la que
produce el papel de la Asamblea no combinado con la se147
THOMAS
PAINE
guridad del segundo; y el interés dado al Banco quedaría
recompensado al Gobierno por el ahorro de los gastos y cargos que tendría en las emisiones de papel.
La harmonía de todas las partes de una República es,
como he observado ya en el curso de esta obra, la que constituye su bien mutuo y diverso. Un Gobierno que está construido solamente para gobernar, no es un Gobierno Republicano. Es la combinación de la autoridad con la utilidad,
la que distingue en una gran medida el sistema Republicano
de los otros.
El papel-moneda parece a la primera vista ser un grande ahorro, o más bien que no cuesta nada; pero es el más
caro que hay. La fácil'Jad con que es expedido al principio
por una Asamblea, sirve como un lazo para sorprender al
pueblo al fin. Él obra como una anticipación de las tasas
del año siguiente. Si la moneda se envilece después de expedida, entonces, como he observado ya, tiene el efecto de un
fondo fluctuante, y el pueblo se hace un comprador de
acciones para echarse la pérdida unos a los otros. Si no se
envilece, entonces debe guardarse por las tasas al precio de
moneda real; porque la misma cantidad de productos o géneros, que ocasionase en las tasas el pagamento de un peso
en papel, lo ocasionaría en plata para el mismo fin. Por
tanto en cualquier caso eljjapel-moneda es más caro al país
que la moneda real, por todos los gastos de impresión, firmas y cargos de otras atenciones que acarrea, y al fin va
al fuego.
Supongamos que se expiden cada año por la Asamblea
cien mil pesos en papel-moneda, y que la misma suma se ha
de recoger todos los años por medio de las taxas, entonces no
habrá más que cien mil pesos fuera en cualquier tiempo.
Si los gastos del papel, y su impresión, y el de las personas
que deben atender a la prensa mientras se imprime, firma148
LA INDEPENDENCIA DE J-A COSTA FIRME
dores, etc. son un cinco por ciento, es evidente que en el
espacio de veinte años de emisiones, los cien mil pesos costarán al país doscientos mil. Porque las cuentas del fabricante del papel, firmadores y otros cargos de atenciones
montarán para este tiempo tanto cuanto monta el dinero;
porque las emisiones sucesivas no son sino un segundo cuño
de la misma suma.
Pero el oro y la plata no requieren ser acuñados sino
una sola vez, y durarán cien años mejor que el papel uno,
y al fin de este tiempo serán todavía oro y plata. Por tanto
el ahorro para el Gobierno, en combinar su ayuda y seguridad con la del Banco, procurándose moneda real, será una
ventaja para los dos, y para toda la Comunidad.
El caso que se ha de prevenir después de esto será, que
el Gobierno no tome prestadas sumas excesivas del Banco,
ni que éste preste más notas que las que puede redimir; y
por tanto, si se emprendiese alguna cosa de este género, la
mejor vía será comenzar con una suma moderada y observar el efecto de ella. El interés dado al Banco obra como
una recompensa por la importación de moneda real, y que
no puede ser más que el dinero gastado en las emisiones de
papel.
Pero nada de esta especie, ni otra cualquiera empresa
pública, que requiera seguridad y duración de más de un
año puede emprenderse bajo el presente modo de conducirse el Gobierno. La última Asamblea ha hecho incompetente
el Gobierno para todos los grandes objetos del Estado por
asumir un poder soberano sobre todos los Actos y materias
hechas por el Estado en las Asambleas anteriores y por establecer de este modo un ejemplo de alterarlas y trastornarlas,
según sucedan los accidentes de las elecciones o prevalezcan
los partidos. Ella ha reducido eventualmente el público a
un Cuerpo anual como ella misma; en vez de que el público
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THOMAS
PAINE
es un cuerpo siempre permanente, teniendo elecciones
anuales.
Hay muchas y varias mejoras y empresas cuales son la
navegación interna del país, los puentes, apertura de caminos para la comunicación en el Estado y otros particulares
de un beneficio público que pueden emprenderse; pero que
ahora no es posible, hasta que este error o defecto del Gobierno se remedie. La fe del Gobierno, según el presente modo de conducirse, no merece confianza. Los individuos no
aventurarán su dinero en empresas de este género por un
Acto que puede ser hecho por una Asamblea y quebrantado
por otra. Cuando un hombre puede decir que no puede confiar en el Gobierno, la importancia y dignidad del público
se disminuye, está taladrada y minada; y por lo mismo toca
al público restaurar su propio honor, reformando estas
materias.
Acaso esto no puede efectuarse hasta el tiempo de la
próxima Convención, en la cual los principios sobre que
se han de fijar y arreglar, puedan hacerse una parte de la
Constitución.
Entretanto el público puede mantener sus negocios en
un suficiente y buen orden, sustituyendo la prudencia a la
autoridad, y eligiendo hombres para el Gobierno, que desecharán a un tiempo las estrechas preocupaciones de partido, y harán que el bien del todo sea el objeto que regle
su conducta. Y con esta esperanza y un sincero deseo de su
prosperidad cierro mi libro.
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CONSTITUCIÓN
DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA
ARTÍCULOS DE CONFEDERACIÓN Etc., Etc., Etc.
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA
EN CONGRESO DE 4 DE JULIO DE 1776
POR LOS REPRESENTANTES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
JUNTOS EN CONGRESO
DECLARACIÓN
Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los lazos políticos que le han unido con
otro, y asumir entre los poderes de la tierra el rango separado, e igual,
para el cual lo habilitan las leyes de la Naturaleza, y de su Autor, un
respeto decente por la opinión del género humano requiere que él declare
las causas que le impelen a la separación.
Nosotros creemos ser evidente en sí mismo: Que todos los hombres
nacen iguales; que ellos son dotados por su Creador de ciertos derechos
inenajenables; que entre éstos son la vida, la libertad y el deseo de la
felicidad. Que para asegurar estos derechos se instituyen entre los hombres los Gobiernos, derivando sus justos poderes del consentimiento de
los gobernados. Que siempre que cualquiera forma de Gobierno se haga
destructiva de estos fines, toca al derecho del pueblo alterarla, o aboliría, y establecer otra nueva, echando sus fundamentos sobre aquellos
principios, y organizando sus poderes en aquella manera que juzgue más
conducente para el efecto de su seguridad y felicidad. La prudencia a la
verdad dictará que los Gobiernos largo tiempo establecidos no se cambien por causas ligeras y transeúntes; y por consiguiente la experiencia
ha manifestado que el género humano está más dispuesto a sufrir mientras que los males son soportables, que a hacerse justicia aboliendo las
formas de Gobierno a que está acostumbrado. Pero cuando una larga
•serie de abusos y de usurpaciones, continuando invariablemente al mismo
153
THOMAS
PAINE
objeto, hace ver el designio de reducirlo bajo un absoluto despotismo,
toca a su derecho y a su deber el desechar un Gobierno semejante, y
proveer nuevas guardas para su seguridad futura. Tal ha sido el paciente
sufrimiento de estas Colonias y tal es ahora la necesidad que las compele a alterar su anterior sistema de Gobierno. La historia del presente
Rey de la Gran Bretaña es una historia de repetidas injurias y usurpaciones, teniendo siempre por objeto principal el establecimiento de una absoluta tiranía sobre estos Estados.
Para probar esto, sometamos los hechos al juicio de un mundo imparcial.
Él ha rehusado asentir a las leyes más convenientes y necesarias para
el bien público.
Él ha prohibido a sus Gobernadores pasar leyes de inmediata y urgente importancia, a menos que se suspendiese su operación hasta que se
obtuviese su asenso; y estando así suspensas las ha desatendido enteramente.
Él ha rehusado pasar otras leyes para la acomodación de los grandes
distritos del Pueblo, a menos que estos Pueblos abandonasen el derecho
de Representación en la Legislatura: un derecho inestimable para ellos,
y formidable sólo para los Tiranos.
Él ha convocado Cuerpos Legislativos en lugares no acostumbrados,
melancólicos, y distantes del depósito de sus Registros públicos, con el
solo fin de fatigarlos hasta hacerlos convenir con sus medidas.
Él ha disuelto repetidamente Salas de Representantes por oponerse
con un valor firme a sus invasiones contra los derechos del Pueblo.
Él ha rehusado por un largo tiempo después de una disolución semejante, que se eligiesen otros; por lo que los poderes legislativos, incapaces de aniquilación, han recaído sobre el Pueblo para su ejercicio; quedando el Estado entretanto expuesto a todo el peligro de una invasión
exterior, y de convulsiones intestinas.
Él se ha esforzado a estorbar la populación de estos Estados, obstruyendo a este fin las leyes para la naturalización de los Extranjeros, rehusando pasar otras para promover su emigración a ellos, y levantando las
condiciones de nueva apropiación de tierras.
Él ha obstruido la administración de justicia, rehusando asentir a las
leyes para establecer los poderes judiciarios.
Él ha hecho Jueces que dependen de su voluntad solamente en sus
empleos, y en la suma, y pagamento de sus salarios.
154
¡
LA INDEPENDENCIA DE EA COSTA FIRME
Él ha creado una multitud de nuevos empleos, y mandado acá un
enjambre de Oficiales para oprimir nuestro Pueblo y chuparle su
substancia.
Él ha mantenido entre nosotros en tiempo de paz tropas sobre las
armas sin el consentimiento de nuestra Legislatura.
Él ha procurado hacer al Militar independiente y superior al poder
civil.
Él ha combinado con otros sujetarnos a una jurisdicción extraña en
nuestra Constitución, y no reconocida por nuestras leyes; asintiendo a
sus Actos de pretendida Legislación:
Por haber acuartelado grandes cuerpos de tropas armadas entre"
nosotros.
Por protegerlos por un juicio ficticio, en el castigo por cualquiera
muerte que cometiesen en los habitantes de estos Estados.
Por destruir^liuestro tráfico con todas las partes del Mundo.
Por imponer tasas sobre nosotros sin nuestro consentimiento.
Por privarnos en muchos casos de los beneficios de un juicio por el
Jury.
Por transportarnos más allá de los mares para ser juzgados por
ofensas supuestas.
Por abolir el libre sistema de la ley Inglesa en una Provincia confinante, estableciendo en ella un Gobierno arbitrario, y extendiendo sus
límites tanto, como para hacer esto a un mismo tiempo un ejemplo, y
un instrumento especioso para introducir la misma regla absoluta en estas Colonias:
Por quitarnos nuestras Cédulas, aboliendo nuestras más aprecia bles
leyes, y alterando fundamentalmente las formas de nuestros Gobiernos.
Por suspender nuestras propias Legislaturas, y declararse él mismo
investido con el poder de legislar para nosotros en todos los casos, cualesquiera que fuesen.
Él ha abdicado el Gobierno de aquí, declarándonos fuera de su protección, y haciendo la guerra contra nosotros.
Él ha hecho el pillaje en nuestros mares, asolado nuestras costas,
quemando nuestras Ciudades, y quitado las vidas a nuestra gente.
Él está actualmente transportando grandes Ejércitos de extranjeros
mercenarios para completar la obra de muerte, desolación, y tiranía, ya
comenzada con circunstancias de crueldad y perfidia, escasamente para-
155
THOMAS
PAINE
lizadas en la edades más bárbaras, y totalmente indignas del Jefe de una
Nación civilizada.
Él ha compelido a nuestros Conciudadanos, hechos prisioneros en alta,
mar, a llevar armas contra su pais, y a hacerse los verdugos de sus
amigos y hermanos, o a ser 'muertos por ellos.
Él ha excitado insurrecciones domésticas entre nosotros, y ha procurado irritar contra nosotros a los habitantes de nuestras fronteras, los
Indios feroces y salvajes, cuyo método conocido de hacer la guerra es
una destrucción de todas las edades, sexos, y condiciones indistintamente 1 .
A cada grado de estas opresiones nosotros hemos suplicado por la
reforma en los términos más humildes; nuestras súplicas han sido contestadas solamente por repetidas injurias. Un Príncipe cuyo carácter está
así marcado por todos los actos que pueden definir a un Tirano, no es
apto para ser el Gobernador de un Pueblo libre.
Tampoco hemos faltado a la atención hacia nuestros hermanos los
Ingleses. Nosotros les hemos advertido de tiempo en tiempo al atentado
hecho por su Legislatura en extender una ilegítima jurisdicción sobre
nosotros. Nosotros les hemos recordado las circunstancias de nuestra emigración y establecimiento aquí. Nosotros hemos apelado a su natural
justicia, y magnanimidad, y les hemos conjurado por los vínculos de
nuestro origen común a renunciar estas usurpaciones que inevitablemente
interrumpirían nuestras conexiones y correspondencia. Ellos han sido
también sordos a la voz de la justicia y consanguinidad. Nosotros debemos, por tanto, someternos a la necesidad que anuncia nuestra separación, y mirarlos como miramos al resto del género humano; enemigos
en guerra; y en paz amigos.
Nosotros, por tanto, los Representantes de los Estados Unidos, juntos
en Congreso General, apelando al Supremo Juez del Mundo por la rectitud de nuestras intenciones, en el nombre, y por la autoridad del buen
Pueblo de estas Colonias, solemnemente publicamos, y declaramos, que
estas Colonias Unidas son, y por derecho deben ser Estados libres e independientes; que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad
a la Corona Británica, y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña, es, y debe ser totalmente disuelta; y como
1
A» todo esto puede añadir en favor de los americanos del Sud, y con. relación
a los últimos gobiernos de España en Europa: Ellos nos quieren gobernar sin másderecho que el que tenemos nosotros para gobernarlos a ellos.
156
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Estados libres e independientes, tienen un pleno poder para hacer la
guerra, concluir la paz, contratar alianzas, establecer comercio, y hacer
todos los otros actos, y cosas que los Estados independientes pueden por
derecho hacer. Y para sostener esta declaración, con una firme confianza en la protección de la Divina Providencia, nosotros empeñamos mutuamente unos a los otros nuestras vidas, nuestras fortunas, y nuestro sagrado honor.
Firmado por orden y en favor del Congreso
J O H N HANCOCK,
Presidente.
CHARLES T H O M P S O N ,
New
Hampshire
Josiah Barlett
William Whipple
Matthey Thornton
Massachttsetts
Bay
Samuel Adams
J o h n Adams
Robert Treat Paine
EIdbridge Gerry
Khode
hland,
Stephen Hopkins
William EUery
Connecticut
Roger Sherman
Samuel Huntington
William Williams
Oliver Wolcott
New
Jersey
Richard Stockton
John Whiterspoon
Francis Hopkinson
John H a r t
Abraham Clark
Pennsylvania
etc.
Robert Morris
Benjamín Rush
Benjamín Franklin
John Morton
George Clymer
James Wilson
George Ross
Delaware
Ccesar Rodney
Thomas M'Kean
George Read
York
William Floyd
Philip Livingston
Francis Lewis
Lewis Morris
Virginia
George Whyte
Richard Henry Lee
Thomas Jefferson
Benjamín Harrison
Thomas Nelson, jun.
FYan. Lighfoot Lee
Cárter Braston
N orth-Carolina
William Hooper
Joseph Hewes
John Penn
South-Carolina
Edward Rutledge
Tho. Heyward, jun.
Thomas Lynch, jun.
A r t h u r Middleton
Georgia
Maryland
New
Secretario
Samuel Chase
William Paca
Tho. Stone,
Charles Caroíl, of Carolton
157
Button Gwinnett
Lyman Hall
George Walton
EL CONGRESO DE 8 DE JULIO DE 1778
ARTÍCULOS DE CONFEDERACIÓN
Y PERPETUA UNIÓN
Entre los Estados de Ne-w-Hampshire, Massacbusetts-Bay, Rhode-Island
and Providence Plantations, Connecticut, New-York,
New-Yersey,
Pennsylvania, Delaware, Maryland, Virginia, North-Carolina,
SouthCarolina y Georgia.
Artículo I. El título de esta Confederación será: Estados Unidos de
América.
Art. II. Cada Estado retiene su Soberanía, libertad, e independencia, y todo poder, jurisdicción, y derecho, que no es delegado expresamente por esta Confederación a los Estados Unidos juntos en Congreso.
Art. III. Los dichos Estados por la presente entran separadamente
en una firme liga de amistad con cada uno de los otros para su defensa
común, la seguridad de su libertad, y para su mutua y general felicidad,
obligándose a asistir a cada uno de los otros contra toda violencia, o
ataques hechos sobre ellos, o sobre alguno de ellos por motivo de Religión,
Soberanía, tráfico o algún otro pretexto cualquiera que sea.
Art. IV. § 1. Para mejor asegurar y perpetuar una mutua amistad e intercurso entre los Pueblos de los diferentes Estados que forman
esta Unión, los habitantes libres de cada uno de ellos, pobres, vagabundos
y fugitivos, excepto los que huyan de la Justicia, serán acreedores a
todos los privilegios, e inmunidades de Ciudadanos libres en los varios
Estados, y la gente de cada Estado tendrá entrada libre de uno en otro
Estado y gozará en él todos los privilegios del tráfico y Comercio, sujetándose a los mismos deberes, imposiciones, y restricciones que sus habitantes respectivamente, con tal que estas restricciones no se extenderán
158
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
hasta impedir la remoción de la propiedad, introducida en cualquier
Estado a otro donde el propietario es un habitante, y también con tal
que ninguna imposición, derecho o restricción se establecerá sobre la
propiedad de los Estados Unidos o cualquiera de ellos.
§ 2. Si alguna persona culpable, o acusada de traición, felonía,
o mala conducta en algún Estado, huyere de la Justicia, y se hallare
en cualquiera de los Estados Unidos, se entregará inmediatamente que
sea requerida por el Gobernador, o el Poder Ejecutivo del Estado de
donde ha huido, y será conducido al Estado que tiene jurisdicción sobre
su ofensa.
§3.
Se dará entera fe y crédito en cada uno de estos Estados a los
Registros, Actos, y procedimientos Judiciales de las Cortes, y Magistrados de todos los otros Estados.
Art. V. § l. Para el más conveniente manejo de los intereses generales de los Estados Unidos se nombrarán Delegados anualmente, en
aquella manera que la Legislatura de cada Estado tuviere a bien, para
juntarse en Congreso el primer Lunes de Noviembre en todos los años;
con un poder reservado a cada Estado para revocar sus Delegados, o
alguno de ellos en cualquier tiempo del año, y mandar otros en su lugar
para el tiempo restante.
§ 2. Ningún Estado será representado en Congreso por menos de
dos Miembros ni por más de siete; ni podrá persona alguna ser un Delegado por más de tres años en el término de cada seis años; ni podrá
tampoco, siendo un Delegado, tener algún empleo en los Estados Unidos,
por el cual reciba ella, u otra en su beneficio, algún salario, recompensa,
o emolumento de cualquier género.
§ 3. Cada Estado mantendrá sus propios Delegados en la Junta
de los Estados, y mientras que actúen como Miembros de la tal Junta.
§ 4. Para determinar las cuestiones en los Estados Unidos juntos
en Congreso, cada Estado tendrá un voto.
§ 5. La libertad de arengar y debatir en el Congreso no será estorbada ni negada en cualquiera Corte, o plaza fuera del Congreso, y los
Miembros de él serán eximidos de arrestos y prisiones desde que salen
para asistir al Congreso, hasta que vuelven a sus casas, excepto por traición, felonía o violación de la paz.
Art. VI. § 1. Ningún Estado sin el consentimiento de los Estados Unidos juntos en Congreso mandará, o recibirá Embajadas, ni entrará en conferencia, acuerdo, alianza, o tratado con algún Rey, Prín159
THOMAS
PAINE
cipe, o Estado; ni persona alguna, que tenga algún empleo de interés
o confianza en los Estados Unidos, aceptará algún presente, emolumento, empleo, o título de cualquier género que sea, de algún Rey, Príncipe,
o Estado Extranjero; ni los Estados Unidos juntos en Congreso, o alguno
de ellos, concederán título alguno de nobleza.
§2.
Ni dos o más Estados entrarán en algún tratado, confederación, o alianza entre sí, cualquiera que sea, sin el consentimiento de los
Estados Unidos juntos en Congreso, especificando con exactitud los
fines para que entran, y cuanto tiempo durará.
§ 3. Ningún Estado establecerá algunos impuestos, o derechos que
puedan chocar con algunas estipulaciones, tratados hechos por los Estados Unidos juntos en Congreso con algún Rey, Príncipe, o Estado, en
consecuencia de algunos tratados ya propuestos por el Congreso a las
Cortes de Francia y España.
§ 4. Ningún Buque de guerra se mantendrá en tiempo de paz por
algún Estado, excepto aquel número solamente que se estimare necesario
por los Estados Unidos juntos en Congreso para la defensa del tal Estado, o su tráfico; ni se mantendrá por algún Estado Cuerpo alguno
de tropas en tiempo de paz, excepto aquel número solamente que a
juicio de los Estados Unidos juntos en Congreso se considerare indispensable para guarnecer los Fuertes necesarios a la defensa del tal Estado; pero todos los Estados mantendrán siempre una Milicia bien reglada
y disciplinada, completamente armada y equipada; y proveerán y tendrán
constantemente pronto para el uso, en almacenes públicos un número
correspondiente de cánones volantes, y tiendas, y una cantidad propia
de armas, munición, y fornituras de campaña.
§ 5. Ningún Estado se empeñará en alguna guerra sin el consentimiento de los Estados Unidos juntos en Congreso, a menos que el tal
Estado sea actualmente invadido por enemigos, o reciba aviso positivo
de una resolución que se haya formado por alguna Nación de Indios
para invadirlo, y que el peligro sea tan inminente que no admita dilación,,
hasta ser consultados los Estados Unidos juntos en Congreso; ni dará
Estado alguno comisiones a algún Navio o Buque de guerra, ni patentes
de Corso, o represalias, sino después de hecha una declaración de guerra,
por los Estados Unidos juntos en Congreso, y entonces solamente contra
el Reino o Estado, y los vasallos de él, contra quien se haya declarado
la guerra, y bajo aquellas regulaciones que se hayan establecido por los
Estados Unidos juntos en Congreso; a menos que el tal Estado sea
160
LA INDEPENDENCIA DÉ LA COSTA FÍRME
infestado por piratas, en cuyo caso los Buques de guerra pueden ser equipados para esta ocasión y mantenidos mientras que dure el peligro, o
hasta que los Estados Unidos juntos en Congreso determinen otra cosa.
A r t , VIL Cuando se levanten fuerzas de tierra por algún Estudio
para la defensa común, todos los Oficiales de ellas de Coronel abajo,
serán nombrados respectivamente por la Legislatura de cada Estado, por
quien hayan sido levantadas semejantes fuerzas, o en aquella manera
que el tal Estado determinare; y todas las vacantes serán proveídas por
el Estado que hizo primero el nombramiento.
A r t . VIII. Todos los gastos de guerra, y demás expensas que ocurrieren para la defensa común, o prosperidad general, y permitidos por
los Estados Unidos juntos en Congreso, serán costeados por una Tesorería común, que será suplida por los diversos Estados, con proporción
al valor de todas las tierras dentro de cada Estado, concedidas o reconocidas por alguna persona, según fueren estimadas semejantes tierras, y
las compras, y adelantamientos en ellas, con arreglo a la instrucción que
los Estados Unidos juntos en Congreso determinarán, y pasarán de tiempo en tiempo. Las tasas para pagar esta proporción serán impuestas y levantadas por la autoridad y dirección de las Legislaturas de los diversos
Estados dentro del tiempo acordado por los Estados Unidos juntos en
Congreso.
A r t . IX. § 1. Los Estados Unidos juntos en Congreso tendrán el
solo y exclusivo derecho y poder de declarar la paz y la guerra, excepto
en los casos mencionados en el artículo sexto; de mandar y recibir E m bajadores; entrar en tratados y alianzas, en la suposición de que no se
hará ningún tratado de Comercio, por el cual el Poder Legislativo de los
respectivos Estados será privado de imponer sobre los extranjeros derechos
iguales a aquéllos, a que está sujeto su mismo pueblo, o a prohibir la
exportación o importación de alguna especie de géneros, o mercaderías
cualquiera que sea; de establecer reglas para decidir en todos casos qué
presas por mar o tierra serán legales, y en qué manera se han de dividir,
y apropiar las presas hechas por las fuerzas de mar o tierra al servicio
de los Estados Unidos: de conceder patentes de Corso y represalias en
tiempo de paz: de nombrar Cortes para el juicio de piraterías y felonías
cometidas en alta mar: y de establecer Cortes para recibir y determinar
finalmente las apelaciones en todos los casos de presas: en el supuesto
que ningún Miembro del Congreso será nombrado Juez de las dichas
Cortes.
161
•THÓMÁS
PAINE
§ 2. Los Estados Unidos juntos en Congreso serán también el último resorte para las apelaciones en todas las disputas, y diferencias que
subsisten ahora, o que puedan suscitarse en adelante entre dos o más Estados, concernientes a límites, jurisdicción, o alguna otra causa cualquiera
que sea; la cual autoridad será siempre ejercida en la manera siguiente:
Siempre que la Autoridad Legislativa o Ejecutiva, o Agente legítimo
de algún Estado en controversia con otro, presentare una petición al
Congreso, haciendo presente el asunto en cuestión, y suplicando por una
audiencia, se dará noticia de ello por orden del Congreso a la Autoridad
Legislativa, o Ejecutiva del otro Estado en controversia, y se asignará
un día para la presentación de las partes por medio de sus Agentes legítimos, que serán entonces dirigidos para nombrar de unánime consentimiento Comisionados o Jueces, que formarán una Corte para escuchar
y determinar el asunto en cuestión, pero si ellos no pudieren acordarse,
el Congreso nombrará tres personas de cada uno de los Estjjdos Unidos,
y de la lista de estas personas cada parte alternativamente borrará una,
comenzando el demandante, hasta que el número sea reducido a trece;
y de este número se sacarán por suerte a presencia de Congreso los nombres de siete personas a lo menos, y nueve a lo más, según lo dispusiere el
Congreso; y las personas cuyos nombres fueren sacados así, o cinco de
cualquiera de ellos, serán los Comisionados o Jueces, para escuchar y
determinar finalmente la controversia, según lo que una mayoridad de los
Jueces, que escucharen la causa, acordaran en la determinación: si una
u otra parte dejare de asistir en el día señalado sin exponer razones que
el Congreso juzgue suficiente, o estando presente se rehusare a borrar, el
Congreso procederá a nombrar tres personas de cada Estado, y el Secretario del Congreso borrará en favor de aquella parte que esté ausente,
o que rehuse hacerlo; y el juicio y sentencia de la Corte, que se ha de
nombrar en la manera ya prescripta, será final y terminante, y si alguna
de las partes rehusare someterse a la autoridad de aquella Corte, o apelar,
o defender su queja o causa, la Corte sin embargo procederá a pronunciar
la sentencia, o juicio, que será del mismo modo final y decisiva; transmitiendo en uno y otro caso al Congreso el juicio o sentencia, y demás
diligencias, y colocándolos entre los Actos del Congreso para la seguridad
de las partes interesadas: con tal que cada Comisionado antes de entrar
en el juicio preste un juramento ante uno de los Jueces de la Corte Suprema o Superior del Estado donde se juzgue la causa, "de escuchar bien,
162
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
y determinar justamente el asunto en cuestión, según lo entienda mejor,
"sin mezcla de favor, afecto, o esperanza de recompensa": "y también
con tal que ningún Estado será privado de su territorio para el beneficio
de los Estados Unidos".
§ 3. Todas las controversias concernientes a derecho particular
sobre terreno pretendido bajo diferentes concesiones de dos o más Estados, cuyas jurisdicciones, en todo lo que sea relativa a los dichos terrenos y a los Estados que han hecho tales concesiones, están determinadas, las dichas concesiones o una u otra de ellas, alegándose al mismo
tiempo haberse originado con anterioridad al establecimiento de la jurisdicción, serán determinadas finalmente a petición de una de las dos
partes en el Congreso de los Estados Unidos, casi, todo lo que sea posible, en la misma manera que se ha prescripto antes, para decidir las
disputas respectivas a la jurisdicción de territorios entre diferentes
Estados.
§ 4. Los Estados Unidos juntos en Congreso tendrán el solo y exclusivo derecho y poder de arreglar la liga y valor de la moneda acuñada,
por su misma autoridad, o por la de los respectivos Estados; fijar la
rata de pesos y medidas entre los Estados Unidos; regular el tráfico,
y manejar todos los negocios con los Indios, que no sean miembros de
alguno de los Estados; con tal que el derecho legislativo de cualquier
Estado dentro de sus mismos límites no sea embarazado o violado; establecer, y arreglar Postas de Oficio de un Estado a otro por entre
todos los Estados Unidos, y exigir sobre los papeles que circulan por
entre los mismos, aquel porte, que se requiera para costear los gastos
del dicho Oficio; nombrar todos los Oficiales de las fuerzas de tierra
al servicio de los Estados Unidos, exceptuando los Oficiales de los Regimientos; nombrar todos los Oficiales de la fuerza Naval, y comisionar
todos los Oficiales, cualesquiera que sean, al servicio de los Estados Unidos; prescribir reglas para el gobierno y regulación de las dichas fuerzas
de tierra y mar, y dirigir sus operaciones.
§ 5, Los Estados Unidos juntos en Congreso tendrán autoridad
para nombrar una Junta de Comisionados, para hacer las veces del Congreso durante su retiro, la cual se denominará Una Junta de Comisionados
de los Estados, y se compondrá de un Delegado de cada Estado; y para
nombrar otras Juntas semejantes, y Oficiales Civiles según fuere necesario para manejar los asuntos generales de los Estados Unidos bajo su
163
THOMAS
f A I N E
dirección; para nombrar uno de su número que presida; con tai que a
ninguno se conceda servir en el Oficio de Presidente más de un año
en el término de tres años; para fijar las sumas necesarias de dinero
que se han de reclutar para el servicio de los Estados Unidos, y para
apropiar y aplicar las mismas a costear los gastos públicos; para tomar
dinero prestado, o expedir letras al crédito de los Estados Unidos, pasando cada medio año a los respectivos Estados una cuenta de las sumas
de dinero prestado y expedido así; para construir y equipar Armada,
para acordar el número de las fuerzas de tierra; para hacer requerimientos a cada Estado por su cuota, con proporción al número de habitantes
blancos de aquel Estado, donde el requerimiento será obligatorio, e inmediatamente la Legislatura de cada Estado nombrará los Oficiales de
Regimientos, alistará los hombres, los vestirá, armará, y equipará a la
manera militar a expensas de los Estados Unidos; y los Oficiales y hombres así vestidos, armados, y equipados, marcharán al lugar destinado,
y dentro del tiempo acordado por los Estados Unidos juntos en Congreso: pero si los Estados Unidos juntos en Congreso en consideración a las
circunstancias juzgaren más propio que algún Estado no aliste hombres, o que aliste un número menor, o bien que algún otro Estado aliste
un número más grande de hombres que la cuota que le corresponde, se
alistará el exceso de semejante número, se surtirá de Oficiales, vestirá,
armará y equipará en la misma manera, a que la cuota del tal Estado,
a menos que su Legislatura juzgue que semejante exceso no puede ser
concedido sin riesgo del mismo, en cuyo caso alistará Oficiales, vestuario,
armas y equipajes, además de su cuota, cuantos juzgue poder dar sin
riesgo; y los Oficiales y hombres así vestidos, armados y equipados, marcharán al lugar destinado, y dentro del tiempo acordado por los Estados
Unidos juntos en Congreso.
§ 6. Los Estados Unidos juntos en Congreso nunca se empeñarán
en una guerra, ni concederán patentes de Corso y represalias en tiempo
de paz, ni entrarán en algún tratado o alianza, ni acuñarán moneda, ni
regularán el valor de ella, ni fijarán las sumas y expensas necesarias
para la defensa y prosperidad de los Estados Unidos, o alguno de ellos,
ni expedirán letras, ni tomarán dinero prestado sobre el crédito de los
Estados Unidos, ni apropiarán dinero, ni acordarán el número de Buques
de guerra que se ha de construir, o comprar, o el número de las fuerzas de' tierra o más que se ha de levantar, ni nombrarán un Comandante
en Jefe del Ejército o Armada, a menos que nueve Estados asientan a lo
164
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
mismo 1: no se determinará una cuestión sobre cualquier otro punto, excepto el de prorrogarse de un día a otro, sino que los votos de una
mayoridad de los Estados Unidos juntos en Congreso.
§ 7. El Congreso de los Estados Unidos tendrá poder para diferirse
por algún tiempo dentro del año, y transferirse a cualquier lugar dentro de los Estados Unidos, con tal que ningún período de prorrogación
sea por más largo tiempo que el espacio de seis meses, y publicará el
diario de sus procedimientos mensualmente, exceptuando aquellas partes
de ellos, relativas a los tratados, alianzas, u operaciones militares, que
según su juicio requieran secreto; y el voto de aprobación y negación de
los Delegados de cada Estado sobre cualquiera cuestión será insertado
en el diario, cuando lo desee algún Delegado; y los Delegados de un
Estado, o alguno de ellos, a su requerimiento, serán proveídos con una
copia del dicho diario, exceptuando aquellas partes exceptuadas arriba,
para presentar a la Legislatura de los diversos Estados.
Art. X. La Junta de Comisionados de los Estados, o cualesquiera
nueve de ellos, serán autorizados para ejecutar, durante el retiro del
Congreso, aquellos poderes de él, que los Estados Unidos juntos en Congreso, por el consentimiento de nueve Estados, tengan a bien de tiempo
en tiempo conferirles; con tal que ningún poder sea delegado a la dicha
Junta, para el ejercicio del cual se requiere por los artículos de Confederación la voz de nueve Estados en él Congreso de los Estados Unidos
juntos en Congreso.
Art. XI. El Canadá accediendo a esta Confederación, y juntándose
a las medidas de los Estados Unidos, será admitido a ella, y gozará todas
las ventajas de esta Unión: pero ninguna otra Colonia será admitida a
la misma, a menos que semejante admisión sea acordada por nueve
Estados.
Art. XII. Todos los billetes de crédito expedidos, dinero prestado,
y deudas contraídas por la autoridad del Congreso, antes de juntarse el
de los Estados Unidos en consecuencia de la presente Confederación, serán adjudicados, y considerados como un cargo contra los Estados Unidos, para cuyo pagamento y satisfacción los Estados Unidos y la fe pública se empeñan solemnemente por ésta.
Art. XIII. Todos los Estados se atendrán a las determinaciones de
los Estados Unidos juntos en Congreso en todas las cuestiones, que por
1
Aquí se ha de observar que eran entonces trece los Estados, y que nueve
hacían la mayoridad de ellos.
165
THOMAS
PAINE
esta Confederación están sometidas a ellos. Y los artículos de esta Confederación serán inviolablemente observados por todos los Estados, y la
Unión será perpetua, ni se hará en alguno de ellos en cualquier tiempo
después alteración alguna; a menos que esta alteración sea acordada en
un Congreso de los Estados Unidos, y sea después confirmada por las
Legislaturas de todos los Estados.
Y por cuanto se ha servido el Gran Gobernador del Mundo inclinar
los corazones de los Legislaturas, que nosotros respectivamente representamos en Congreso, a aprobar, y autorizarnos para ratificar los dichos
artículos de Confederación y perpetua Unión, SABED que nosotros
los Delegados abajo firmados, en virtud del poder, y autoridad, que se
nos ha dado a este fin, por la presente, a nombre y en favor de nuestros
respectivos Constituyentes, plena y enteramente ratificamos, y confirmamos todos y cada uno de los dichos artículos de Confederación, y
perpetua Unión, y todas y cada una de las materias, y cosas en ellos
contenidas. Y además nosotros comprometemos y empeñamos solemnemente la fe de nuestros respectivos Constituyentes, por la cual ellos se
atendrán a las determinaciones de los Estados Unidos, juntos en Congreso, en todas las cuestiones, que por los artículos de la dicha Confederación están sometidas a ellos, y que los artículos de ella serán
inviolablemente observados por los Estados que nosotros respectivamente
representamos; y que la Unión será perpetua. En testimonio de lo cual
firmamos este en Congreso.
Hecho en Filadelfia en el Estado de Pensiívania a 9 de Julio, año del
Señor 1778, y tercero de la Independencia de América.
New-Hampshire
Josiah Bartlett
John Wentworth, jun.
Massachusetts-Ray
John Hancock
Samuel Adams
Elbridge Gerry
Francis Dana
James Lovell
Samuel Holten
Connecticut
Roger Sherman
Samuel Huntingdon
Oliver Wolcott
Titus Hosmer
And re w Adams
Neu> York
Jam«s Duane
Francis Lewis
William Duer
Governeur Morris
Pennsylvania
Robert Morris
Daniel Roberdieu
Jonathan Bevard Smith
William Clingan
Joseph R«ed
Delaware
Thomas M'Kean
John Dickinson
Nicholas Vandyke
Rbode-Island
William Ellery
Henry Merchant
John Collina
New-Jersey
John Witherspoou
Nathaniel Scudder
166
Marylartd
John Hanson
Daniel Carrol
1A INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Virginia
Richard Henry Lee
John Banister
Thomas Adams
John Harvey
Francis Lightfoot Lee
Soutb-Carolina
Henry Laurens
Williams Henry Drayton
John Matthews
Richard Hutson
Thomas Heyward, jun.
Nortb-Carolina
John Penn
Cornelius Harnett
John Williams
Georgia
John Walton
Edward Taliafero
Edward Longworthy
Los artículos de Confederación arriba dichos fueron finalmente ratificados en el día primero de Marzo de 1781, habiendo el Estado de
Maryland por medio de sus Miembros en el Congreso accedido a ellos
en este día, y concluido lo mismo.
Nota: Estos artículos de Confederación rigieron solamente hasta el año de
1787, en que se hizo la Constitución de los Estados Unidos, que sigue a continuación,
y por la cual se gobiernan ahora.
167
CONSTITUCIÓN
DE LOS ESTADOS UNIDOS
La Constitución jar-moda para los Estados Unidos de América por una
Convención de Diputados de los Estados de New-Hampsbire, Massachusetts, Connecticut, New-York, New Jersey, Pennsylvania, Delaware,
Maryland, Virginia, North-Carolina, South-Carolina y Georgia ,en una
Sesión iniciada el 25 de mayo y terminada el 17 de septiembre de 1787.
Nos el Pueblo de los Estados Unidos, en orden a formar una unión
la más perfecta, establecer justicia, asegurar la tranquilidad doméstica,
proveer a la común defensa, promover el bien general y asegurar los
derechos y prerrogativas de la libertad para nosotros mismos y nuestra
posteridad, ordenamos y establecemos la Constitución de los Estados
Unidos de América en la manera siguiente:
ARTÍCULO I
SECCIÓN PRIMERA
Todo el Poder Legislativo concedido por esta Constitución se compondrá de un Congreso de los Estados Unidos, el cual consistirá de un
Senado y Sala de Representantes.
SECCIÓN II
1. La Sala de Representantes consistirá de miembros elegidos cada
dos años por el Pueblo de cada Estado, y los electores de cada uno de
ellos tendrán las cualidades necesarias para electores del mayor número
de la Legislatura del Estado.
168
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
?
2. Ninguna persona será un Representante, que no haya cumplido
la edad de veinticinco años, y sido siete años ciudadano de los Es"-'
tados Unidos; y que al tiempo de su elección no sea habitante de aquel
Estado en el cual fuere electo.
3. Los Representantes, tasas o impuestos serán a proporción entre
los diversos Estados, que pueden ser incluidos en esta Unión, con arreglo
a su número respectivo, el cual será determinado por eí número total
de personas libres, incluyendo aquellos que están obligados a servir por
un término de años, y las tres quintas partes de cualesquiera otras personas, con exclusión de los Indios, que no pagan impuestos. La enumeración actual se hará dentro de tres años después de la primera junta
del Congreso de los Estados Unidos; y dentro de cada término subsecuente de diez años, en los términos que se determinare por ley. El
número de Representantes no excederá de uno por cada treinta mil personas; pero cada Estado tendrá a lo menos un' Representante; y mientras se hace dicha enumeración el Estado de New-Hampshire será autorizado para elegir tres; Massachusetts ocho; Rhode-Island y Providence
Plantación uno; Connecticut cinco; New-York seis; New-Jersey cuatro;
Pennsylvania ocho; Delaware uno; Maryland seis; Virginia diez; NorthCarolina cinco; South-Carplina cinco, y Georgia tres.
4. Cuando aconteciere vacante en la representación de algún Estado, la autoridad ejecutiva de él publicará un decreto de elección para
llenar tal vacante.
5. La Sala de Representantes elegirá su Presidente y otros Oficiales, y ella sola tendrá el poder de acusación.
SECCIÓN III
1. El Senado de los Estados Unidos se compondrá de dos Senadores
de cada Estado, elegidos por la Legislatura de él por seis años, y cada
Senador tendrá un solo voto.
2. Los Senadores inmediatamente después que estén juntos en consecuencia de la primera elección, se dividirán lo más igualmente que
se pueda en tres clases. Los asientos de los Senadores de la primera clase
vacarán al fin del segundo año; los de la segunda clase al fin del cuarto
y los de la tercera al fin del sexto; de tal manera que una tercera clase
pueda ser elegida cada dos años. Y si aconteciere vacante por renuncia
u otra cualquiera causa, durante la retirada de la Legislatura de algún
169
THOMAS
PAINE
Estado, en este caso el Poder Ejecutivo de él puede nombrar uno interinamente hasta la junta inmediata de la Legislatura que entonces proveerá tal vacante.
3. Ninguna persona será un Senador que no haya cumplido la edad
de treinta años, y sido nueve años un ciudadano de los Estados Unidos,
y que al tiempo de su elección no sea un habitante de aquel Estado,
en eí cual es elegido.
4. El Vice Presidente de los Estados Unidos será Presidente del
Senado, pero no tendrá voto a menos que ellos estén igualmente divididos.
5. El Senado elegirá sus Oficiales y también un Presidente pro
tempere en ausencia del Vice-Presidente, o cuando él ejerciere el oficio
de Presidente de los Estados Unidos.
6. El Senado sólo tendrá el poder para procesar los acusados. Cuando se sentare para este intento prestará juramento o afirmación. Cuando el Presidente de los Estados Unidos es procesado, el Jefe de Justicia
presidirá: y ninguna persona será convencido en juicio sin la concurrencia de las dos terceras partes de los miembros presentes.
7. El juicio en causas de acusación no se extenderá más que a remover del oficio y a declarar la incapacidad de ejercer, y obtener algún empleo de honor, de confianza o provecho bajo de los Estados
Unidos; pero la parte convencida, no obstante, quedará sujeta a acusación, proceso, juicio y castigo, conforme a ley.
SECCIÓN IV
1. Los tiempos, lugares y términos de hacer las elecciones de Senadores y Representantes, se prescribirán en cada Estado por la Legislatura
de él; pero el Congreso puede en cualquier tiempo por ley hacer o alterar
estas regulaciones, excepto en cuanto a los lugares para elegir Senadores.
2. El Congreso se juntará a lo menos una vez en cada año, y
dicha junta será el primer lunes del mes de diciembre, a menos que por
ley se determine otro día.
SECCIÓN V
1. Cada Sala será el Juez de las elecciones, votos, y calificaciones
de sus mismos miembros: y la mayoría de cada una constituirá el Tri-
1
170
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
bunal para transar los negocios; pero un número menor puede prorrogarse de día en día, y está autorizado para compeler los miembros ausentes
a asistir en aquellos términos y bajo aquellas penas que cada Sala proveyere.
2. Cada Sala puede determinar las reglas de sus procedimientos;
castigar a sus miembros por desorden de conducta: y con la concurrencia
de las dos terceras partes expeler un miembro.
3. Cada Sala tendrá un diario de sus procedimientos, y de tiempo
en tiempo lo publicará, exceptuando aquellas partes, que en su juicio
requieran secreto, y los votos de aprobación y negación de los miembros
de una u otra Sala en cualquiera cuestión se apuntarán en el diario, si lo
exigiere así una quinta parte de los miembros presentes.
4. Ninguna Sala durante la sesión del Congreso se prorrogará por
más de tres días, sin consentimiento de la otra, ni se transferirá a algún
otro lugar que aquel en el cual estuvieren las dos Salas.
SECCIÓN
VI
1. Los Senadores y Representantes recibirán una compensación por
sus servicios, que será determinada por ley, y pagada de la Tesorería de
los Estados Unidos; éstos en todos los casos, exceptuando el de traición,
felonía y violación de paz, tendrán el privilegio de no ser arrestados
durante su asistencia en la sesión de su respectiva Sala y mientras van
y vuelven de la misma; y por ningún discurso o debate, en una u otra
Sala, se les molestará en ningún otro lugar.
2. Ningún Senador o Representante será nombrado durante el tiempo porque fuere elegido, para ejercer bajo la autoridad de los Estados
Unidos algún oficio civil, que se haya creado, o cuyas rentas se hayan
aumentado durante el tal tiempo; y ninguna persona, ejerciendo algún
oficio bajo los Estados Unidos, podrá ser miembro de alguna de las dos
Salas durante la continuación en el oficio.
SECCIÓN VII
1. Todo Bill 1 para levantar rentas tendrá su origen en la Sala
de Representantes, pero el Senado concurrirá con sus reparos como en
otro cualquier Bill.
1
Bill es la ley que se presenta al Senado para su aprobación.
171
THOMAS
PAINE
2. Cualquier Bill, que haya pasado por la Sala de Representantes
y la del Senado, será presentado al Presidente de los Estados Unidos antes
de hacerse ley.
Si él lo aprueba lo firmará; pero si no lo devolverá con sus objeciones a la Sala, donde se hubiere originado, la eual insertará prolijamente las objeciones en su diario y luego procederá a considerarlas, si
después de reconsideradas, las dos terceras partes de la Sala acordaren
pasar el Bill, se enviará junto con todas las objeciones a la otra, la
cual las considerará-segunda vez de la misma manera, y si se aprobare
por las dos terceras partes de ésta se hará una ley. Pero en semejantes
casos los votos de ambas Salas serán determinados por sí y no; y los
nombres de las personas que votan a favor y en contra del Bill se escribirán en el diario de cada Sala respectivamente. Si algún Bill no
se devolviere por el Presidente dentro de diez días (excepto el domingo) después de haber sido presentado a él, el mismo Bill será una ley,
de la misma manera que si lo hubiera firmado, a menos que el Congreso
por su prorrogación estorbe que sea devuelto; en cuyo caso no será ley
aunque pasen los diez días.
3. Cada orden, resolución o voto para el cual la concurrencia del
Senado y Sala de Representantes pueda ser necesaria (excepto en cuestión de prorrogación), se presentará al Presidente de los Estados Unidos, y antes que tenga efecto será aprobada por él, y siendo desaprobada
se repasará por las dos terceras partes de ambas Salas, conforme a las
reglas y límites prescritos en el caso de un Bill.
SECCIÓN VIII
El Congreso tendrá poder:
1. Para imponer tasas, derechos, impuestos y sisas, pagar las deudas, proveer a la defensa común y bien general de los Estados Unidos;
pero todos los derechos, impuestos y sisas serán iguales en todos los
Estados Unidos.
2. Tomar dinero prestado a crédito de los Estados Unidos.
3. Regular el comercio con las naciones extranjeras y entre los
diversos Estados y tribus de los indios.
4. Establecer una regla uniforme de naturalización y leyes uí*¿formes sobre el asunto de bancarrotas en todos los Estados Unidos.
172
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
5. Acuñar moneda, regular el valor de ella, y el del cuño extranjero, y fijar la rata de los pesos y medidas.
6. Tomar providencias para castigar a los que falsifiquen las seguridades y cuño corriente de los Estados Unidos.
7. Establecer postas de oficio y caminos de posta.
8. Promover el progreso de las ciencias y artes útiles, asegurando
por tiempo limitado a los autores e inventores, el derecho exclusivo en
sus respectivos escritos y descubrimientos.
9. Constituir Tribunales inferiores a la Corte Suprema.
10. Definir y castigar piraterías y felonías cometidas en alta mar,
y ofensas contra las leyes de las Naciones.
11. Declarar guerra, dar patentes de Corso y represalias, hacer reglas concernientes a capturaciones en tierra o mar.
12. Levantar y sostener ejércitos. Pero ninguna apropiación de dinero para este uso será por más tiempo que dos años.
13. Proveer y mantener una Armada.
14. Hacer reglas para el gobierno y regulación de las fuerzas de
tierra y mar.
15. Tomar providencias para juntar la Milicia, ejecutar las leyes
de la Unión, suprimir las insurrecciones y repeler las invasiones.
16. Tomar providencias para organizar, armar y disciplinar la
Milicia, y para el gobierno de aquella parte que pueda ser empleada en
servicio de los Estados Unidos; reservando los Estados respectivamente
el nombramiento de oficiales, y la autoridad de instruir la milicia conforme a la disciplina prescripta por el Congreso.
17. Ejercer una legislación exclusiva en todos los casos, cualesquiera que sean, sobre aquel distrito (no excediendo diez millas cuadradas) que puede, por cesión de Estados particulares y aceptación del
Congreso, venir a ser el asiento del Gobierno de los Estados Unidos;
y ejercer de la misma manera autoridad sobre todos aquellos lugares
comprados por consentimiento de la Legislatura del Estado a que pertenezcan, para la creación de fuertes, almacenes, arsenales y otros edificios necesarios, y
18. Hacer todas las leyes que sean necesarias y propias para llevar
a ejecución los poderes antecedentes y todos los otros poderes concedidos por esta Constitución al Gobierno de los Estados Unidos o a algún
departamento, u oficial de él.
173
THOMAS
PAINE
SECCIÓN IX
1. La emigración-o importación de aquellas personas que los Estados, ahora existentes, juzguen a propósito admitir, no se prohibirá por
el Congreso antes del año de mil ochocientos y ocho; pero una tasa o
derecho puede ser impuesto sobre dicha importación, no excediendo de
diez pesos por cada persona.
2. El privilegio de la ley Habeas Corpus no se suspenderá, a menos que lo exija así la salud pública en casos de rebelión o invasión.
3. Ninguna ley de proscripción o que tenga efecto retroactivo podrá ser establecida.
4. Ninguna capitación u otra directa tasa se impondrá, a menos
que sea en proporción a los censos, o enumeración ya mandada hacer
por esta Constitución.
5. Ninguna tasa, o derecho se impondrá sobre artículos exportados
de cualquier Estado. Ninguna preferencia se dará por cualquiera regulación de comercio, o renta, a los puertos de un Estado sobre los' de
otro; ni los barcos destinados de un Estado a otro serán obligados a entrar, anclar o pagar derechos en otro.
6. Ningún dinero se sacará de la Tesorería, sino en consecuencia
de apropiaciones hechas por ley: y una relación pública y cuenta exacta de los recibos y gastos de todo dinero se publicará de tiempo en
tiempo.
7. Ningún título de nobleza se concederá por los Estados Unidos,
y ninguna persona ejerciendo oficio de provecho o de confianza bajo
de ellos, aceptará sin consentimiento del Congreso algún presente, emolumento, oficio, o título de cualquier género que sea, de algún rey,
príncipe o Estado extranjero.
SECCIÓN X
1. Ningún Estado entrará en algún tratado, alianza o confederación; dará patentes de Corso y represalias; acuñará moneda, librará letras de cambio; ofrecerá en pagamento de deudas sino oro o plata
acuñada; ni pasará algún Bill de proscripción, o ley retroactiva, alterando la obligación de contratos o concediendo algún título de nobleza.
2. Ningún Estado sin consentimiento del Congreso ordenará im-
174
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA 1 I R M E
puestos o derechos sobre importaciones o exportaciones, excepto aquellos que puedan set absolutamente necesarios para ejecutar sus leyes de
inspección; y el neto producto de todos los derechos e impuestos establecidos por algún Estado sobre importaciones o exportaciones, será para
el uso de la Tesorería de los Estados Unidos; y semejantes leyes estarán
sujetas a la revisación y aprobación del Congreso. Ningún Estado sin eí
consentimiento del Congreso establecerá algún derecho sobre el tonelaje, tendrá tropas o navios de guerra en tiempo de paz, tampoco entrarán en algún acuerdo o compacto con otro Estado, o con un poder
extranjero, ni se empañará en guerra, sino en actual invasión, o en un
peligro tan inminente que no admita dilación.
ARTÍCULO II
SECCIÓN I
1. El Poder Ejecutivo se compondrá únicamente del Presidente de
los Estados Unidos de América. Él ejercerá su oficio durante el término
de cuatro años, y juifte con el Vice Presidente, elegido por el mismo
tiempo, será electo de la manera siguiente:
2. Cada Estado nombrará en los términos que la Legislatura de él
determinare, un número de electores igual al número total de Senadores
y Representantes, que el Estado tenga derecho de enviar al Congreso.
Pero ningún Senador, o Representante, o persona que ejerza algún oficio
de confianza, o provecho bajo los Estados Unidos será nombrado elector.
3. Los electores se juntarán en sus respectivos Estados, y votarán
por balotas para dos personas, de las cuales una a lo menos no será
habitante de aquel mismo Estado con ellos. Y ellos formarán una lista
de todas las personas por quienes se haya votado y el número de votos
de cada una, la cual lista firmarán y certificarán, y trasmitirán sellada
al sitio del Gobierno de los Estados Unidos, dirigida al Presidente del
Senado. El Presidente del Senado, en presencia de él, y de la Sala de
Representantes, abrirá todos los certificados y luego se contarán los
votos. La persona que tuviere el mayor número de votos será el Presidente, si el tal número fuere una mayoría del número total de los
electores nombrados, y si hubiere más de uno que tenga dicha mayoridad
e igual número de votos, entonces la Sala de Representantes inmedia175
i
THOMAS
PAINE
tamente elegirá por balotas uno de ellos para Presidente, y sí ninguna
persona tiene una mayoría, entonces de las cinco que tengan más en la
lista, dicha Sala de la misma manera elegirá el Presidente. Pero eligiendo
al Presidente los votos se tomarán por Estados, teniendo la representación de cada Estado un voto; un Tribunal para este intento consistirá
de un miembro o miembros de las dos terceras partes de los Estados, y
una mayoría de todos los Estados será necesaria para una elección. En
todo caso después de elegido el Presidente, la persona que tuviere el
mayor número de votos de los electores será el Vice Presidente. Pero
si hubiere dos o más que tengan igual numero de votos, el Senado elegirá de ellos por balotas al Vice Presidente.
4. El Congreso puede determinar el tiempo para elegir los electores, y el día en el cual ellos han de dar sus votos; cuyo día será el
mismo en todos los Estados Unidos.
5. Ninguna persona, excepto un natural nacido ciudadano, o un
ciudadano de los Estados Unidos al tiempo de la adopción de esta Constitución, será elegible al oficio de Presidente. N i persona alguna será
elegible a dicho oficio, que no tenga la edad de treinta y cinco años,
y haya sido catorce años residente en los Estados Unidos.
6. En caso de remoción del Presidente del oficio, o de muerte,
renuncia o imposibilidad, recaerán* los poderes y derechos de dicho Oficio en el Vice Presidente, y el Congreso puede por ley en caso de remoción, muerte, renuncia o imposibilidad del Presidente y Vice Presidente,
declarar qué oficial actuará entonces como Presidente, y dicho oficial
por consiguiente actuará hasta que cese la incapacidad, o se elija un
Presidente.
7. El Presidente recibirá por sus servicios en términos señalados
una compensación, la cual ni se aumentará ni se disminuirá durante el
tiempo por el cual hubiere sido electo; y él no recibirá dentro de dicho
término ningún otro emolumento de los Estados Unidos, o de alguno
de ellos.
8. Antes de entrar en el ejercicio de su Oficio, él dará juramento
o afirmación de la manera siguiente: "Yo solemnemente juro (o afirmo) que ejerceré fielmente el Oficio de Presidente de los Estados Unidas, y cuanto mejor pueda protegeré y defenderé la Constitución de
los Estados Unidos".
176
LA
INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
SECCIÓN II
1. El Presidente será Comandante en Jefe del Ejército y Armada
de los Estados Unidos y de la Milicia de los diversos Estados, cuando
estuvieren en actual servicio de los Estados Unidos. Él puede pedir la
opinión por escrito, de los principales Oficiales en cada uno de los departamentos ejecutivos sobre cualquier asunto relativo a los deberes de
sus respectivos oficios; él tendrá el poder para suspender la ejecución
de algún castigo y perdonar por ofensa contra los Estados Unidos, excepto en casos de acusación.
2. Él tendrá poder, con consejo y consentimiento del Senado, para
hacer tratados, si las dos terceras partes de los Senadores presentes concurren; y él nombrará, con consentimiento del Senado, embajadores y
otros ministros públicos, cónsules y Jueces de la Suprema Corte y todos
los otros oficiales de los Estados Unidos, cuyos nombramientos no estén
previstos por la Constitución, ni establecidos por ley. Pero el Congreso
puede por ley dar al Presidente solamente el poder de nombrar aquellos
Oficiales inferiores que juzgare a propósito en las Cortes de ley, o en
las cabezas de los departamentos.
3. El Presidente tendrá poder para llenar todas las vacantes que
puedan acontecer durante el retiro del Senado, dando patentes que expirarán al fin de su próxima sesión.
SECCIÓN III
El Presidente de tiempo en tiempo dará al Congreso una información del Estado de la Unión, y recomendará a su consideración aquellas
medidas que juzgue necesarias y convenientes. Él puede en ocasiones extraordinarias juntar ambas Salas, o alguna de ellas: y en caso de disputa
entre ellas con respecto al tiempo de la prorrogación, él puede prorrogarlas hasta el tiempo que juzgare más propio. Él recibirá embajadores
y otros ministros públicos. Él tendrá cuidado de que las leyes se ejecuten fielmente; y dará patentes a todos los oficiales de los Estados Unidos.
SECCIÓN IV
El Presidente, Vice Presidente y todos los Oficiales Civiles de los
Estados Unidos, serán removidos de su Oficio, por acusación y convicción de traición, cohecho u otros grandes delitos.
177
THOMAS
PAINE
ARTÍCULO III
SECCIÓN I
El Poder Judicial de los Estados Unidos residirá en una Corte Suprema, y en aquellas Cortes inferiores, que el Congreso de tiempo en
tiempo ordenará y establecerá. Los Jueces de ambas Cortes ejercerán
su oficio mientras se porten bien, y en tiempos determinados recibirán
por sus servicios una compensación, la cual no se disminuirá durante
su continuación en el oficio.
SECCIÓN II
1. El poder Judicial se extenderá a todos los casos de ley, y equidad, que se originen de esta Constitución, leyes de los Estados Unidos
y tratados hechos o que se hicieren bajo su autoridad; a todos los casos
concernientes a embajadores, a otros ministros públicos y cónsules; a
todos los casos de Almirantazgo y jurisdicción marítima; de controversias
en las cuales los Estados Unidos fueren una parte; dé controversias entre
dos o más Estados, entre un Estado y los ciudadanos de otro, entre los
ciudadanos de diferentes Estados, entre los de uno mismo, pretensiones de
tierras bajo concesiones de diferentes Estados y entre un Estado y los
ciudadanos de él, y Estados extranjeros, ciudadanos o subditos.
2. En todos los casos concernientes a embajadores, otros ministros
públicos y cónsules, y en aquellos en los cuales un Estado fuere una parte,
la Corte Suprema tendrá jurisdicción original. Y en los otros casos anteriormente referidos, la Corte Suprema será el Tribunal de última apelación, en cuanto a la ley y al hecho, con aquellas excepciones y regulaciones que el Congreso hiciere.
3. El juicio de todos los crímenes, menos los de acusación, será por
Jury, y tales juicios serán en aquel Estado, donde dichos crímenes hubieren sido cometidos; pero cuando no son cometidos dentro de Estado
alguno, serán en aquel lugar, o lugares donde el Congreso pueda por ley
determinar.
178
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
SECCIÓN III
1. Traición contra los Estados Unidos consistirá solamente en el
caso de hacer guerra contra ellos, o adhiriéndose a sus enemigos, dándoles
ayuda y auxilio. Ninguna persona será convencida de traición a menos
que no intervenga el testimonio de los testigos del acto, o por confesión
en Corte abierta.
2. El Congreso tendrá poder para declarar el castigo de traición,
pero ninguno infamado por ella, trasmitirá a sus herederos infamia alguna, y en caso de confiscación de bienes será durante la vida de la persona infamada.
ARTÍCULO VI
SECCIÓN I
Entera fe y crédito se dará en cada Estado a los Actos públicos, Registros y procedimientos judiciales de todos los otros. Y el Congreso
puede por leyes penales prescindir en qué manera dichos Actos, Registros
y procedimientos serán probados y el efecto de ellos.
SECCIÓN II
1. Los ciudadanos de cada Estado gozarán todos los privilegios, e
inmunidades de ciudadanos en los diversos Estados.
2. Una persona acusada en algún Estado de traición, felonía u otro
crimen, que huya de la Justicia y se encuentre en otro Estado, será entregada inmediatamente que sea pedida por la autoridad ejecutiva del
Estado de donde ha huido, para ser trasportada al Estado que tiene jurisdicción sobre el crimen.
3. Ninguna persona, obligada a servir o a trabajar en algún Estado
según las leyes de él, escapándose a otro Estado será libertada de aquel
Servicio o trabajo, en consecuencia de alguna ley, o regulación que haya
en él, sino que será entregada a aquella parte a quien tal servicio o trabajo
se le deba cuando la reclame.
SECCIÓN III
1. Nuevos Estados pueden ser admitidos por el Congreso a esta
Unión; pero ningún nuevo Estado será formado o erigido dentro de la
179
THOMAS
PAINE
jurisdicción de algún otro Estado, ni se formará alguno por la unión de
dos o más Estados, o partes de ellos, sin el consentimiento de las Legislaturas de los Estados interesados, como también del Congreso.
2. El Congreso tendrá poder para disponer y hacer todas las reglas
necesarias, y regulaciones respectivas al territorio u otras propiedades
pertenecientes a los Estados Unidos; y nada en esta Constitución se hará
que perjudique alguna pretensión de los Estados Unidos o de algún otro
Estado particular.
SECCIÓN IV
Los Estados Unidos asegurarán a cada Estado, en esta Unión una forma republicana de Gobierno, y protegerán a cada uno de ellos contra las
invasiones, y contra las violencias domésticas emanadas de la Legislatura
o del Poder Ejecutivo (cuando la Legislatura no pueda estar convenida con él).
ARTÍCULO V
El Congreso, todas las veces que las dos terceras partes de ambas Salas lo juzgaren necesario, propondrá reformas a esta Constitución, o por
solicitud de las Legislaturas de las dos terceras partes de los diversos
Estados convocará una Convención para proponer reformas, las cuales en
uno u otro caso serán válidas para todos los intentos y fines como parte
de esta Constitución, si se ratificare por las Legislaturas de las tres cuartas partes de los diversos Estados, o por convención de las tres cuartas
partes de ellos, según puede ser propuesto por el Congreso el uno o el
otro modo de ratificación, con tal que ninguna reforma, que se haga
antes del año de mil ochocientos y ocho, altere en ninguna manera las
cláusulas primera y cuarta, contenidas en la sección nona del artículo
primero, y con tal que ningún Estado, sin su consentimiento, sea privado
de su igual sufragio en el Senado.
ARTÍCULO VI
2. Todas las deudas contraídas y empeños que se hayan hecho antes
de la adopción de esta Constitución, serán tan válidas contra los Estados
Unidos bajo esta Constitución, como bajo la Confederación.
180
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
2. Esta Constitución y las leyes de los Estados Unidos que se hicieren en consecuencia de ella, y los tratados hechos o que se hicieren bajo
la autoridad de los Estados Unidos, serán la ley suprema de la tierra, y
los Jueces de cada Estado serán obligados por ella, no obstante cualquiera
cosa en la Constitución o leyes de cualquier Estado para lo contrario.
3. Los Senadores y Representantes antes referidos, y los miembros de
todas las Legislaturas de los diversos Estados, y todos los Oficiales ejecutivos y judiciales, así de los Estados Unidos como de los diversos Estados, serán obligados por juramento o afirmación a sostener esta Constitución; pero ninguna prueba religiosa se requerirá como calificación
para ejercer algún oficio público o de confianza bajo los Estados Unidos.
A R T Í C U L O VII
La ratificación de la Convención de nueve Estados será suficiente
para el establecimiento de esta Constitución entre los Estados, que ratifiquen la misma.
Hecha en Convención, por unánime consentimiento de los Estados
presentes, el decimoséptimo día de septiembre del año de Nuestro
, Señor mil setecientos ochenta y siete, y duodécimo de la independencia de los Estados Unidos de América. En testimonio de lo
cual hemos suscrito nuestros nombres.
GEORGE
WASHINGTON,
Presidente y Diputado de Virginia.
NewHampshire
John
Langdon
Massachusetts
Nathaniel Gorliam
Rufus King
Connecticut
W m . Sam. Johnson
PvOger Sherman
New-York
Alexandcr Hamilton
New-Jersey
William Livingston
David Brearley
William Patterson
Jonathan Dayton
Penmylvania
Benjamín Franklin
Tilomas Mifflin
Robert Morris
George Clymer .
Thomas Fkzsimons
Jared Ingersoll
James Wilson
Governeur Morris
181
Delaware
George Reed
Gunning-Bedford, jun.
John Dickinson
Richard Basset
Jacob Broom
Maryland
James M'Henry
Daniel of St. Thomas
Jenifer
Daniel Caroll
Virginia
John Blair
James Manison, jun.
THOMAS
PAINE
Nortb-Carolin* ,
South-Carolitta
Georgia
William Blounc
Richd. Dobbs Spaight
Hugh Williamson
John Rutledge
Charles C. Pinckney
Charles Pinckney
Pierce Butler
William Few
Abraham Baldwin
WILLIAM JACKSON,
Secretario.
CORRECCIONES
Los siguientes artículos, en adición y corrección a la Constitución de
los Estados Unidos, habiendo sido ratificados por las Legislaturas de
nueve Estados, son igualmente obligatorios que la Constitución en
si misma.
I. El Congreso no hará ley alguna relativa a algún establecimiento
de religión, o prohibiendo el libre ejercicio de ella, ni pondrá límites a la
libertad de discurrir, a la libertad de la prensa, ni al derecho que tienen
los pueblos de juntarse pacíficamente y representar al Gobierno por la
reforma de abusos.
II. Siendo necesaria a la seguridad de un Estado libre una milicia
bien organizada, no podrá violarse el derecho del pueblo para guardar y
llevar armas.
III. Ningún soldado en tiempo de paz será acuartelado en ninguna
casa sin consentimiento do su dueño; ní en tiempo de guerra, sino en la
manera que se prescribiere por ley.
IV. El derecho del pueblo para ser asegurado en sus personas, casas,
papeles y efectos, libre de pesquisas y sorpresas, no podrá ser violado;
y ninguna orden de arresto se expedirá, sino con causa probable y apoyada por juramento o afirmación, y describiendo particularmente el lugar
que ha de ser pesquisado y las personas que se han de sorprender.
V. Nadie será obligado a responder en un crimen capital, o que infame, sino por representación o querella de un gran Jury, excepto en los
casos que se originen en las fuerzas de tierra o mar, o en la Milicia, cuando
está en actual servicio en tiempo de guerra. Nadie sufrirá por un delito
dos penas. Nadie será compelido en un caso criminal a delatarse a sí
182
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
mismo, y nadie será privado de su vida, libertad o bienes, sin ün proceso
regular en las formas prescritas por las leyes. Ninguna propiedad particular será tomada para los usos públicos sin una justa recompensa.
VI. En todos los procesos criminales gozará el reo del derecho de
ser juzgado pronta y públicamente por un Jury imparcial, del Estado
o distrito en que el crimen se haya cometido; el cual distrito habrá sido
establecido por ley; y de ser instruido de la naturaleza de su causa: de
ser careado con los testigos que depongan contra él, y por último de obtener órdenes compulsorias para que comparezcan testigos en su favor, y
asista un Abogado para su defensa.
VIL En los pleitos, en que el valor de la controversia excediere de
veinte pesos, el derecho de un Juicio por el Jury será preservado: y ningún hecho juzgado por un Jury, será segunda vez examinado por alguna
Corte de los Estados Unidos, sino con arreglo a las leyes.
VIII. No se exigirán cauciones ni multas excesivas; ni menos se impondrán crueles penas, e inusitadas.
IX. La enumeración en la Constitución de ciertos derechos, no será
hecha para negar o desigualar los otros retenidos por el pueblo.
X. Los poderes no delegados a los Estados Unidos por la Constitución, ni prohibidos por ella a los Estados, serán reservados a los Estados,
o al pueblo respectivamente.
XI. El Poder Judicial de los Estados Unidos no será hecho de un
modo que pueda extenderse a alguna instancia, por ley o justicia, comenzada, o seguida contra uno de los Estados Unidos por ciudadanos de otro
Estado, o por ciudadanos o vasallos de algún Estado extranjero.
XII. Los electores se juntarán en sus respectivos Estados, y votarán
por balotas por el Presidente y Vice Presidente, uno de los cuales, al
menos, no será un habitante del mismo Estado con ellos: nombrarán en
sus balotas la persona por quien votan como Presidente, y en distintas
balotas la persona por quien votan como Vice Presidente; y harán distintas listas de todas las personas por quienes hayan votado como Presidentes, y de todas aquellas, por quienes hayan votado como Vice Presidentes, y de todo el número de votos para cada uno: las cuales listas
firmarán, y certificarán y trasmitirán selladas al Gobierno de los Estados Unidos, dirigidas al Presidente del Senado; el Presidente del Senado,
a presencia de éste, y de la Sala de Representantes, abrirá todos los certificados, y se contarán los votos: la persona que tenga mayor número
de votos para Presidente, será el Presidente, si tal número hace una mayo-
183
THOMAS
PAINE
rídad del número total de los electores nombrados; y si ninguno tiene
esta mayoridad, entonces de las personas que tienen los números más altos,
no excediendo de tres en la lista, de aquellos por quienes se ha votado
como Presidente, la Sala de Representantes escogerá inmediatamente, por
balotas, el Presidente. Pero al elegirlo, se tomarán los votos por Estados,
teniendo la Representación de cada uno un voto; el Tribunal para este
fin deberá ser compuesto de un miembro, o miembros, de los dos tercios
de los Estados, y una mayoridad de todos los Estados será necesaria para
una elección. Y si antes del cuarto día del mes de marzo inmediato la
Sala de Representantes no hubiere elegido un Presidente, en las ocasiones
que haya recaído en ella el derecho de elegirlo, entonces el Vicepresidente
actuará como Presidente, como en los casos de muerte, o otro inconveniente Constitucional del Presidente.
La persona que tiene el mayor número de votos como Vice Presidente,
será Vicepresidente, si este número hace una mayoridad del número
total de los electores nombrados; y si ninguna persona tiene una mayoridad, entonces de las dos, que tengan los números más altos en la lista,
escogerá el Senado al Vice Presidente: El Tribunal para este fin deberá
componerse de los dos tercios del número total de Senadores, y una mayoridad de todo el número será necesaria para una elección.
Pero ninguna persona, que, según esta Constitución, no pueda ser
elegida para el Oficio de Presidente, podrá serlo para el de Vice Presidente de los Estados Unidos.
RESOLUCIÓN
PROPONIENDO UNA CORRECCIÓN A LA CONSTITUCIÓN
DE LOS ESTADOS UNIDOS
Resuelto por1 el Senado y Sala de Representantes de los Estados Unidos de América, juntos en Congreso, y concurriendo los dos tercios de
ambas Salas: Que la siguiente Sección sea sometida a las Legislaturas de
los diversos Estados, y que siendo ratificada por las Legislaturas de las
tres cuartas partes de los Estados, será válida y obligatoria, como una
parte de la Constitución de los Estados Unidos.
184
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Si algún ciudadano de los Estados Unidos aceptare, pretendiere, recibiere o retuviere cualquier titulo de nobleza u honor, o, sin el consentimiento del Congreso, aceptare y retuviere algún presente, pensión,
oficio o emolumento, cualquiera que sea, de algún Emperador, Rey,
Príncipe o Poder extranjero, tal persona cesará de ser un ciudadano de
los Estados Unidos y será incapaz de tener algún oficio de confianza
o provecho bajo de ellos, o bajo alguno de ellos.
J. B.
VARNUM
Presidente de la Sala de Representantes.
J O H N GAILLARD
Presidente del Senado pro tempore.
Nota: Esta Resolución se ha pasado, y se halla actualmente en las Legislaturas
de los Estados para su ratificación: probablemente la obtendrá, y pasará a ser parte
de la Constitución.
Por esto no debe extrañarse que la traducción del D r . Villavisencio, que casi
he copiado aquí literalmente, corrigiendo sólo aquellos pasajes, en que dio una construcción enteramente contraria al original, no traiga las alteraciones y reformas que se
ven en ésta y que se hallan en la última edición, que se ha hecho en el año 1810.
185
CONSTITUCIÓN
DE MASSACHUSETTS
Constitución o forma de Gobierno acordada por los Delegados del Pueblo
del Estado de Massacbusetts-Bay, en Convención, comenzada y tenida en
Cambridge el l9 de septiembre de 1779, y confirmada en su prorrogación hasta el 2 de Marzo de 1780.
PREÁMBULO
El fin de la institución, continuación y administración del Gobierno, es asegurar la existencia del Cuerpo Político, protegerlo, y proveer
a los individuos que lo componen, el poder de gozar con tranquilidad y
seguridad sus derechos naturales, y las bendiciones de la vida: y siempre
que no se logren estos grandes objetos, el Pueblo tiene un derecho para
alterar el Gobierno, y para tomar las medidas necesarias a su seguridad,
prosperidad, y felicidad.
El Cuerpo Político es formado por una voluntaria asociación de les
individuos. Es un compacto social por el cual todo el Pueblo estipula
con cada ciudadano, y cada ciudadano con todo el Pueblo, que todos
serán gobernados por ciertas leyes para el bien común. Por tanto es el
deber del Pueblo, al formar una Constitución de Gobierno, proveer
un modo equitativo de hacer las leyes, como también de que sean interpretadas con imparcialidad y ejecutadas fielmente; para que todos los
hombres puedan hallar en todo tiempo su seguridad en ellas.
Por tanto, nos el Pueblo de Massachusetts, reconociendo de corazón
la bondad del Gran Legislador del Universo por proporcionarnos en el
curso de su providencia, deliberada y pacíficamente, una oportunidad sin
fraude, violencia o sorpresa, para entrar en un compacto original, ex-
186
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
plíeito, y solemne con cada uno de los otros; y para formar una nueva
Constitución de Gobierno para nosotros mismos y nuestra posteridad: E
implorando devotamente su dirección en un designio tan interesante, acordamos, ordenamos y establecemos la siguiente declaración de derechos,
y forma de Gobierno, como la Constitución de la República de Massachusetts.
PARTE
I.
DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS
De hs Habitantes de la República de Massachusetts.
Art. 1. Todos los hombres nacen libres e iguales, y tienen ciertos
derechos naturales, esenciales e inajenables; entre los cuales puede contarse el de gozar, y defender sus vidas y su libertad; el de adquirir, poseer, y proteger la propiedad; finalmente el de buscar y obtener su
seguridad y felicidad.
II. Toca al derecho, igualmente que al deber de todos los hombres
en sociedad, adorar públicamente, y en ocasiones determinadas, al Ser
Supremo, el Gran Creador, y Preservador del Universo. Y ningún sujeto
será atropellado, molestado, o limitado, en su persona, libertad, o bienes,
por adorar a Dios en la manera y ocasiones que más le agrade, según le
dicte su misma conciencia; ni por su profesión o sentimientos religiosos, con tal que no turbe la paz pública, ni embarace a los otros en
su culto religioso.
III. Como la felicidad de un pueblo, y el buen orden y preservación del Gobierno Civil, dependen esencialmente de la piedad, religión
y moralidad; y como éstas no pueden difundirse generalmente en una
Comunidad sino por la institución de la pública adoración de Dios, y
por las instituciones públicas de piedad, Religión, y moralidad: por tanto,
para promover su felicidad, y para asegurar el buen orden, y preservación de su Gobierno el Pueblo de esta República tiene derecho para
conferir a su Legislatura el poder de autorizar y requerir, y la Legislatura autorizará y requerirá de tiempo en tiempo, a las diversas Ciudades, Curatos, Distritos y otros Cuerpos Políticos, o sociedades religiosas,
para hacer a sus mismas expensas, una provisión correspondiente para
la institución de ( la pública adoración de Dios y para el sostenimiento
187
THOMAS
PAINE
y subsistencia de Maestros públicos Protestantes de piedad, Religión, y
moralidad, en todos los casos en que semejante provisión no se haga
voluntariamente.
Todo el Pueblo de la República tiene también derecho para conferir
a su Legislatura la autoridad de ordenar a sus individuos que asistan a
las instrucciones de los Maestros públicos, como se ha dicho arriba, en
tiempos y ocasiones determinadas, sí hay alguno a cuyas instrucciones
puedan según conciencia, y cómodamente asistir.
A condición, sin embargo, que las diversas Ciudades, Curatos, Distritos, y los otros Cuerpos Políticos, o Sociedades Religiosas, tendrán en
todo tiempo el derecho exclusivo de elegir sus maestros públicos, y de
contratar con ellos por su sostenimiento y subsistencia.
Todo el dinero pagado por los individuos, para el sostenimiento de
la pública adoración, o de los Maestros públicos arriba dichos, será uniformemente aplicado, si ellos lo exigieren, al sostenimiento del Maestro,
o Maestros públicos de su misma secta, o denominación Religiosa, con
tal que haya alguno a cuya instrucción asistan; de otra manera puede
ser pagado para el sostenimiento del Maestro o Maestros del Curato, o
Distrito, en que se recluta dicho dinero.
Y todas las sectas de cristianos, comportándose pacíficamente y
como buenos individuos de la República, estarán igualmente bajo la
protección de la ley: y nunca se establecerá por ley subordinación alguna de una secta, o denominación, a otra.
IV. El Pueblo de esta República tiene el solo y exclusivo derecho
de gobernarse él mismo, como un Estado libre, Soberano, e independiente: y desde ahora en adelante ejercitará y gozará todo poder, jurisdicción, y derecho, que no es, o no puede ser en lo sucesivo delegado expresamente por él a los Estados Unidos de América juntos en Congreso.
V. Residiendo todo poder originalmente en el Pueblo, y siendo derivado de él, los diferentes Magistrados y Oficiales del Gobierno, investidos con la Autoridad, o Legislativa, Ejecutiva, o Judicial, son unos
Sustitutos y Agentes suyos, responsables en todo tiempo a él.
VI. Ningún hombre o corporación, o asociación de hombres, tiene
otro derecho para obtener ventajas, o privilegios particulares y exclusivos,
distintos de los de la Comunidad, que los que se originan de la consideración por los servicios hechos al Público. Y no siendo, por naturaleza, este título ni hereditario, ni transmisible a los hijos, o descendientes,
188
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
o relaciones de sangre, es absurda y contra lo natural la idea de un hombre nacido Magistrado, Legislador, o Juez.
VIL El Gobierno es instituido para el bien común; para la .protección, seguridad, prosperidad y felicidad del pueblo; y no para el
provecho, honor, o interés privado de algún hombre, familia, o clase de
hombres. Por tanto el Pueblo sólo tiene derecho incontestable, inajenable, e irrevocable, para instituir el Gobierno, y para reformar, alterar, o
cambiar totalmente el mismo, t cuando lo requieran así su protección,
seguridad, prosperidad y felicidad.
VIII. En orden a prevenir el que se hagan opresores aquellos que
están investidos con la Autoridad, el Pueblo tiene un derecho, para
hacer en aquellos períodos, y manera que estableciere en la forma de
Gobierno, que sus Oficiales públicos vuelvan a la vida de particulares:
y para proveer las plazas vacantes por elecciones y nombramientos ciertos y regulares.
IX. Todas las elecciones deben ser libres; y todos los habitantes
de esta República, teniendo aquellas cualidades que se establecieren en
su forma de Gobierno, tienen un derecho igual para elegir los Oficiales,
y ser elegidos en los empleos públicos.
X. Todos los individuos de la Sociedad tienen un derecho para ser
protegidos por ella en el goce de su vida, libertad y propiedad, conforme a las leyes establecidas. Por consiguiente cada uno está obligado
a contribuir su porción para los gastos de esta protección; a dar su servicio personal, o un equivalente cuando sea necesario. Pero ninguna
parte de la propiedad de cualquiera individuo puede justamente quitársele, o aplicarse a los usos públicos sin su mismo consentimiento, o el
del Cuerpo Representante del Pueblo. En fin el Pueblo de esta República
no será gobernado por otras leyes que aquellas a que su Cuerpo Representante por Constitución ha dado su consentimiento. Y siempre que
las exigencias públicas requieran que la propiedad de algún individuo
se aplique a usos públicos, él recibirá una razonable compensación por
ella.
XI. Todos los individuos de la República deben hallar recurriendo
a las leyes, un remedio cierto para todas las injurias, o injusticias, que
puedan recibir en sus personas, propiedad, o carácter. Deben obtener justicia libremente, y sin ser obligados a comprarla; completamente y sin
alguna repulsa; prontamente, y sin dilación; conforme a las leyes,
XII. Nadie será arrestado para responder por algún crimen, u ofen-
189
THOMAS
PAINE
sa, hasta que el crimen pueda aplicársele plena, clara, substancial, y formalmente; ni será alguno compelido, a acusarse a sí mismo, o a dar
pruebas contra sí. Y todos los individuos tendrán un derecho para producir todos las pruebas, que puedan serles favorables; para carear, los
testigos, y ser oídos plenamente en su defensa por sí mismos, o por un
Abogado que ellos escojan. Y ninguno será arrestado, aprisionado, o despojado, o privado de su propiedad, inmunidades o privilegios, excluido
de la protección de la ley, desterrado, o privado de su vida, libertad,
o bienes, sino por el juicio de sus Pares, o las leyes del país.
Y la Legislatura no hará ley alguna, que sujete a cualquiera persona
a castigo capital o infame (excepto para el gobierno del Ejército y Armada) sin ser juzgada por el Jury.
XIII. En los procesos criminales la confirmación de los hechos en
las cercanías donde suceden, es una de las más grandes seguridades de
la vida, libertad, y propiedad del Ciudadano.
XIV. Toda persona tiene derecho para estar segura de pesquisas
injustas, y de violencias en su persona, sus casas, sus papeles, y todas sus
posesiones. Por tanto toda orden de arresto es contraria a este derecho,
si la causa o fundamento de ella no está apoyada previamente por juramento o afirmación; y si la orden, comunicada a un Oficial Civil,
para hacer pesquisa en algún lugar sospechoso, o arrestar una o más
personas sospechosas, o embargar sus propiedades, no está acompañada
con una especial designación de las personas, u objetos de pesquisa, arresto, o captura. Y ninguna orden de arresto debe ser expedida, sino en
los casos y con las formalidades que prescriben las leyes.
XV. En todas las controversias concernientes a propiedades, y en
todas las instancias entre dos o más personas (excepto en los casos,
en que anteriormente el uso y la práctica ha sido de otra manera) las
partes tienen derecho a un juicio por el Jury; y este método de proceder se mirará como sagrado, a menos que, en casos de levantamiento
en alta mar y en aquellos relativos al salario de los marineros, la Legislatura después juzgue necesario alterarlo.
XVI. La libertad de la Imprenta es esencial para la seguridad de
libertad en un Estado; por tanto no debe ser limitada en esta República.
XVII. El Pueblo tiene derecho para tener y llevar armas para la
defensa común. Y como que es peligroso a la libertad tener tropas sobre
las armas en tiempo de paz, no deben mantenerse sin el consentimiento
190
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
de la Legislatura; y el poder militar estará siempre subordinado a la
autoridad civil, *y gobernado por ella.
XVIII. Un recurso frecuente a los principios fundamentales de la
Constitución, y una adhesión constante a los de piedad, justicia, moderación, templanza, industria, y frugalidad, es absolutamente necesario para preservar las ventajas de la libertad, y mantener un Gobierno
libre. El Pueblo por consiguiente debe prestar una atención particular
a todos estos principios en la elección de sus Oficiales, y Representantes;
y tiene derecho para requerir de sus Legisladores y Magistrados una
exacta y constante observación de ellos, en la formación y ejecución de
las leyes necesarias para la buena administración de la República.
XIX. El pueblo tiene derecho para en una manera ordenada y pacífica, juntarse a consultar sobre el bien común; para dar instrucciones
a sus Representantes, y para pedir al Cuerpo Legislativo, por medio de
un recurso verbal, peticiones, o representaciones, el desagravio de injusticia que se le hayan hecho, y de las injurias que sufriere.
XX. El Poder de suspender las leyes, o la ejecución de ellas, nunca
debe ser ejercido sino por la Legislatura, o por la autoridad derivada de
ella, para ejercerse en aquellos casos particulares solamente, que la Legislatura proveyere expresamente.
XXI. La libertad de liberar, arengar y debatir en una y otra Sala,
de la Legislatura es tan esencial para los derechos del Pueblo, que no
puede ser motivo de alguna acusación, o proceso, o queja en alguna
Corte, o lugar, cualquiera que sea.
XXII. La Legislatura debe juntarse frecuentemente, para el desagravio de las injurias; para corregir, reforzar y confirmar las leyes
y para hacer otras nuevas, según lo requiera el bien común.
XXIII. Ningún subsidio, carga, tasa, impuesto, o derecho, debe ser
establecido, fijado, impuesto o levantado, bajo algún pretexto cualquiera
que sea, sin el consentimiento del Pueblo, o sus Representantes en la
Legislatura.
XXIV. Las leyes hechas para castigar por acciones hechas antes de
la existencia de las tales leyes, y que no se han declarado crímenes por
las leyes anteriores, son injustas, opresivas e inconsistentes con los principios fundamentales de un Gobierno libre.
XXV. Ninguna persona debe ser declarada, en caso alguno, ni en
tiempo alguno, reo de traición o felonía por la Legislatura.
XXVI. Ningún Magistrado o Corte de ley exigirá cauciones, o
191
THOMAS
PAINE
seguridades excesivas, ni impondrá multas extraordinarias, ni castigará
con penas crueles, e inusitadas.
XXVII. En tiempo de paz ningún soldado debe ser acuartelado en
casa alguna sin el consentimiento de su dueño; y en tiempo de guerra
semejantes acuartelamientos no deben ser hechos sino por el Magistrado
Civil en la manera ordenada por la Legislatura.
XXVIIL Nadie puede en caso alguno estar sujeto a las leyes militares, o a alguna multa o pena en virtud de ellas, (excepto los que están
empleados en el Ejército, o Armada, y la Milicia en actual servicio) sino
por la autoridad de la Legislatura.
XXIX. Es esencial para la preservación de los derechos de todo
individuo, su vida, libertad, propiedad, y carácter, que haya una imparcial interpretación de las leyes, y administración de justicia. Toca al
derecho de todo ciudadano ser juzgado por Jueces, lo más libres, imparciales, e independientes, que sea posible en la naturaleza humana. Es,
por tanto, no sólo la mejor política, sino también necesario para la seguridad de los derechos del Pueblo, y de todos los ciudadanos, que los
Jueces de la Suprema Corte Judicial continúen en sus empleos mientras
proceden bien; y que tengan un salario justo, fijo, y establecido por las
leyes que gobiernan.
XXX. En el Gobierno de esta República, el Departamento Legislativo nunca ejercerá los poderes Ejecutivos, y Judicial, o uno u otro
de los dos: el Ejecutivo nunca ejercerá los poderes, Legislativo, y Judicial, o alguno de ellos; el Judicial nunca ejercerá los poderes Legislativo
o Ejecutivo, o alguno de los dos: a fin de que pueda ser un Gobierno
de leyes, y no de hombres.
PARTE
II.
FORMA DE GOBIERNO
El
vincia
mente
lítico,
pueblo, que habita el territorio anteriormente llamado la Prode Massachusetts Bay, por la presente acuerda solemne y mutuacon cada uno de los otros formarse él mismo en un Cuerpo Poo Estado libre, soberano e independiente, con el nombre de LA
REPÚBLICA DE MASSACHUSETTS,
192
CAPÍTULO
EL PODER
I.
LEGISLATIVO
SECCIÓN
I
La Corte General
Art. I. El Departamento de Legislación se formará de dos ramos,
un Senado, y una Sala de Representantes: cada uno de ellos tendrá un
voto negativo sobre el otro.
El Cuerpo Legislativo se juntará todos los años en el último miércoles
de Mayo, y en otros tiempos si lo juzgare necesario; y se disolverá en
el día anterior al último Miércoles dicho del Mayo siguiente; y se nombrará La Cortfi General de Massachusetts.
II. Ningún Bill, o resolución del Senado o Sala de Representantes
vendrá a ser una ley, y tendrá fuerza como tal, hasta que no se haya
presentado al Gobernador para revisarlo y si él, después de examinarlo,
lo aprobare, lo firmará en señal de aprobación. Pero si él tiene algunas objeciones para dar pase al tal Bill, o resolución, lo devolverá junto
con sus objeciones por escrito al Senado, o Sala de Representantes, donde
haya sido originado; quien archivará en su Registro las objeciones expuestas extensamente por el Gobernador, y procederá a considerar otra
vez el dicho Bill, o resolución; pero si, después de considerarlo segunda
vez, los dos tercios del dicho Senado o Sala de Representantes, no obstante las dichas objeciones, acordaren pasar el mismo, se remitirá junto
con las objeciones al otro ramo de la Legislatura, donde será también
reconsiderado, y si fuere aprobado, por los dos tercios de los miembros
presentes, tendrá fuerza de ley. Pero en todos estos casos los votos de
ambas Salas deben ser determinados por el si, y el no; y los nombres de
las personas que voten en pro del dicho Bill, o resolución, se archivarán
en los Registros públicos de la República.
Y en orden a prevenir dilaciones, que no son necesarias; si algún
Bill, o resolución no se devolviere por el Gobernador dentro de cinco
días, después de habérsele presentado, tendrá la fuerza de ley.
III. La Corte General tendrá para siempre un pleno poder, y auto193
THOMAS
PAINE
ridad para erigir y constituir Judicaturas, y Cortes de Registro, u otras
Cortes, que se hayan de tener en el nombre de la República para escuchar, juzgar, y determinar sobre todo género de crímenes, ofensas, alegaciones, procesos, quejas, hechos, materias, causas y cosas, cualesquiera
que se originen, o sucedan dentro de la República, o que sean concernientes a los habitantes, o residentes en ella, o traídos dentro de la misma; ya sean los mismos criminales, o civiles, o ya sean los dichos crímenes cometidos o no, o ya sean las dichas alegaciones genuinas, personales, o mixtas; y para sentenciar, y ejecutar sobre ellas la sentencia: a las
cuales Cortes, y Judicaturas, por la presente se da, y concede pleno poder y autoridad para hacer dar juramentos, o afirmaciones, de tiempo
en tiempo, para descubrir mejor la verdad sobre cualquiera materia en
disputa, o que dependa de ellas.
IV. Y además, se da y concede por la presente a la dicha Corte
General, de tiempo en tiempo, pleno poder y autoridad para hacer, ordenar, y establecer, toda especie de órdenes saludables y razonables, leyes,
estatutos, y ordenanzas, direcciones e instrucciones, ya con multas o
sin ellas (con tal que no repugnen, o sean contrarias a esta Constitución) siempre que juzguen ser para el bien y prosperidad de esta República, y para el gobierno y orden de ella y de sus ciudadanos, y para el
necesario sostenimiento y defensa de su Gobierno; y para nombrar y
establecer anualmente, o proveer por leyes fijas el nombramiento y establecimiento de todos los Oficiales Civiles dentro de la dicha República,
cuya elección y constitución no se ordenare en lo adelante, en esta forma
de Gobierno, de otro modo: y para promulgar las diferentes obligaciones,
poderes, y límites de los varios Oficiales Civiles, y Militares de esta República, y la forma en que ellos han de prestar los juramentos, o afirmaciones para el ejercicio de sus diversos oficios y empleos, con tal que
no repugne o sea contraria a esta Constitución; y para imponer y levantar derechos proporcionados y razonables, contribuciones, y tasas sobre todos los habitantes, y personas residentes en la dicha República, y
los bienes situados dentro de ella; y también para establecer y levantar
impuestos y tasas razonables sobre cualquier producto, caldos, mercancías, y efectos, cualesquiera que sean, importados, producidos, fabricados,
o existentes, dentro de la misma; para ser vendidos y aplicados por el
mandamiento firmado del Gobernador de esta República, por el tiempo
que lo sea, con parecer y consentimiento del Consejo, para el servicio
público, en la defensa necesaria, y sostenimiento del Gobierno de la dicha
194
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
República, y la protección y perservación de sus Ciudadanos, con arreglo
a aquellos Actos que están, o estuvieren en fuerza dentro de ella.
Y mientras que los gastos públicos del Gobierno, o alguna parte de
ellos, se impongan sobre los individuos, que pueden votar, según la matrícula, y los bienes, en la manera que se ha practicado hasta ahora; en
orden a que puedan hacerse con igualdad semejantes imposiciones se hará
de nuevo una valuación de los bienes dentro de la República, a lo menos
una vez, o más si lo ordenare la Corte General, en cada diez años.
CAPÍTULO
I.
SECCIÓN II
El Senado
Art. I. Se eligirán anualmente por los que poseen feudo franco, y
los otros habitantes de esta República, calificados como está proveído
en esta Constitución, cuarenta personas para ser Consejeros y Senadores
en el año siguiente a su elección: los cuales serán escogidos por los
habitantes de los distritos, en que pueda ser dividida la República de
tiempo en tiempo por la Corte General para este fin. Y la Corte General,
al asignar los números, que se han de elegir por los distritos Representantes, se gobernará por la proporción de las tasas públicas, pagadas por los
dichos distritos; y hará saber con tiempo a los habitantes de la República los límites de cada distrito, y el número de Consejeros y Senadores,
que se han de escoger en ellos; con tal que el número de tales distritos
no sea nunca menos de trece; y que ningún distrito sea tan grande, que
tenga derecho para escoger más de seis Senadores.
Y los diversos Condados en esta República serán distritos para la
elección de Consejeros y Senadores, hasta que la Corte General juzgue
necesario alterarlos, (excepto los Condados de Dukes-county y Nantucket que formarán un distrito para este fin) y elegirán los siguientes
números para Consejeros y Senadores, a saber:
195
THOMAS
Suffolk . . .
Essex . . . .
Middlesex . .
Hampshire .
Plymouth . .
Barnstable . .
Brístol . . .
PAINE
York
Seis
Seis
Cinco
Cuatro
Tres
Uno
Tres
. . . .
Dos
Dukes - county
Uno
y Nantucket
Worcester .
Cinco
Cumberland .
Uno
Lincoln . . .
Uno
Berkshire . .
Dos
II. El Senado será el primer ramo de la Legislatura: y los Senadores
serán escogidos en la manera siguiente, a saber. Habrá una Junta en el
primer Lunes de Abril anualmente y por siempre, de los habitantes de
cada Ciudad en los diversos Condados de esta República; y esta Junta
será convocada, y avisada por los Selectmen 1 con anticipación en la
forma debida de ley, al menos siete días antes del primer lunes de Abril,
a fin de elegir las personas, que han de ser Consejeros y Senadores. Y en
esta Junta todos los habitantes varones, mayores de veintiún años,
cuyas propiedades, dentro de la República, reditúen tres libras por año,
o cuyos bienes sean del valor de sesenta libras, tendrán derecho a dar su
voto por los Senadores de aquel distrito, donde sean habitantes. Y para
apartar toda duda con relación a la palabra "habitante" en esta Constitución, todas las personas serán consideradas como habitantes (para el
fin de elegir y ser elegidos en cualquier Oficio o empleo dentro de este
Estado) en aquella Ciudad, Distrito, o población, donde residen o tienen
sus casas.
Los Selectmen de las diferentes Ciudades presidirán en estas Juntas
imparcialmente; y recibirán los votos de todos los habitantes de las Ciudades, que están presentes y calificados para votar por los Senadores; y
los separarán, y contarán en una Junta abierta de la Ciudad, y en presencia del Escribano de ella, que tomará una razón en presencia de los
Selectmen, y en Junta abierta de la Ciudad, del nombre de todas las
personas, por quienes se votare, y del número de votos en su favor; y
una copia correcta de esta razón, será certificada por los Selectmen y el
Escribano de la Ciudad, y sellada se dirigirá al Secretario de esta República, por el tiempo en que lo sea, con sobrescrito expresando el sentido
de los contenidos de ella, y será entregada por el Escribano de la tal
1
Hombres escogidos; cuyas funciones son conocer y presidir las juntas de sus
respectivos distritos, y hacer ejecutar los Reglamentos que la Constitución prescribe
para la policía del Gobierno.
196
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
ciudad al sheriff * del Condado, a que pertenezca, treinta días a lo
menos antes del último Miércoles de Mayo, anualmente; o se entregará
en la Secretaría a lo menos diecisiete días antes del dicho último miércoles de Mayo; y el sheriff de cada Condado entregará todos estos certificados, recibidos por él, en la Secretaría diecisiete días antes del dicho
último miércoles de Mayo.
Y los habitantes de las poblaciones no incorporadas (calificados como se previene en esta Constitución), que estén autorizados y requeridos
para imponerse tasas a sí mismos para el sostenimiento del Gobierno,
tendrán el mismo privilegio de votar por los Consejeros y Senadores en
las Poblaciones en donde residen, como lo tienen los habitantes de las
Ciudades respectivamente en las suyas; y las Juntas de las Poblaciones
para este fin se tendrán anualmente en el mismo Lunes primero de
Abril, en aquellos Jugares respectivamente de las Poblaciones, en que
los Recaudadores de ellas determinen, y estos Recaudadores tendrán igualmente autoridad para notificar a los electores, para recoger y remitir los
votos, como lo tienen los Selectmen y Escribanos de Ciudad en sus diferentes Ciudades por esta Constitución; y todas las otras personas, viviendo en lugares no incorporados, (calificadas como se ha dicho arriba)
que fueren pechadas para el sostenimiento del Gobierno por los Recaudadores de una Ciudad contigua, tendrán el privilegio de dar sus votos
para los consejeros y Senadores, en la Ciudad donde sean pechadas, y
de ser notificadas del lugar de la Junta, por los Selectmen de la Ciudad,
donde fueren pechadas, consecuente a este objeto.
III. Y para que pueda haber una debida Convención de Senadores en el último Miércoles de Mayo anualmente, el Gobernador y cinco
miembros del Consejo, por el tiempo en que lo sean, examinarán lo más
pronto que se pueda las copias remitidas de las tales relaciones; y catorce días antes del dicho Miércoles publicarán edictos llamando a aquellas
personas, que resultaren elegidas por la mayoridad de los votos, para
asistir en este día, y tomar sus asientos en consecuencia: a condición,
sin embargo, que para el primer año las dichas copias remitidas serán
examinadas por el Presidente, y cinco Consejeros de la anterior Constitución de Gobierno; y el dicho Presidente en la misma manera llamará
por edictos a las personas así elegidas para que puedan tomar sus asientos, como queda arriba dicho.
1
Cierto Magistrado a quien toca la ejecución de las leyes civiles y criminales.
197
THOMAS
PAINE
IV. El Senado será el Juez final de las elecciones, curso de las copias, y calificaciones de sus mismos miembros, como está designado en
la Constitución; y determinará, y declarará anualmente en el dicho
último Miércoles de Mayo, quienes son elegidos por cada distrito para
ser Senadores, por una mayoridad de votos: y en caso que resulte no
estar completo el número de Senadores remitido en las copias, y elegido
por una mayoridad de votos para cualquier distrito, se suplirá la falta en
la manera siguiente, a saber. Los miembros de la Sala de Representantes,
y aquellos Senadores, que fueren declarados electos, tomarán los nombres de aquellas personas que se encontraren tener el número mayor
de los -otos en el tal distrito, y que no son elegidos, siendo dos veces
más que el número de Senadores que falten, si hubiere tantas por quienes se haya votado, y de éstos elegirán por balotas un número de Senadores suficiente para llenar las vacantes en aquel distrito; y en esta manera se proveerán todas las vacantes semejantes en todos los distritos de
la República; y en la misma manera todas las vacantes en el Senado, que
se originen por muerte, mudanza de domicilio a otro Estado, o por cualquiera otra causa, serán suplidas, lo más pronto que se pueda, después
que sucedan las tales vacantes.
V. A condición, no obstante, que ninguna persona será elegida como un Senador, que no posea legítimamente una propiedad dentro de
esta República, cuyo valor sea de trescientas libras a lo menos, o tenga
bienes muebles hasta el valor de seiscientas libras a lo menos, o de uno y
otro hasta el montante de la misma suma; y que no haya sido un habitante de esta República por el espacio de cinco años inmediatamente
antes de su elección; y que al tiempo de su elección no sea un habitante
en el distrito para que fuere elegido.
VI. El Senado tendrá poder para diferirse él mismo, con tal que
tales dilaciones no excedan de dos días en cada vez.
VIL El Senado escogerá su mismo Presidente, nombrará sus mismos Oficiales, y determinará sus mismas reglas de proceder.
VIII. El Senado será una Corte con plena autoridad para escuchar
y determinar todas las acusaciones hechas por la Sala de Representantes
contra cualquiera de los Oficiales de la República por mala conducta,
y mala administración en sus empleos. Pero antes de entrar en el juicio
de toda acusación los miembros del Senado jurarán juzgar y determinar
verdadera e imparcialmente el cargo en cuestión, sujetándose a la evidencia. Su juicio con todo no se extenderá a más que apartarlos del em198
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
pleo, y declararlos ineptos para tener o gozar alguna plaza de honor,
confianza, o provecho bajo esta República; pero la parte así convertida
estará sujeta, sin embargo, a una acusación criminal, proceso, juicio, y
castigo, según las leyes de la tierra.
IX. No menos que sesenta miembros del Senado constituirán el número suficiente para tratar los negocios.
CAPÍTULO
I
SECCIÓN III
Sala de Representantes
Art. I. Habrá en la Legislatura de esta República una Representación del Pueblo, elegida anualmente, y fundada sobre el principio de
igualdad.
II. Y en orden a proveer una Representación de los Ciudadanos
de esta República, fundada sobre los principios de igualdad, toda Ciudad incorporada que contenga ciento cincuenta individuos que deban
ser pechados, puede elegir dos Representantes: toda Ciudad incorporada que contenga trescientos setenta y cinco, que deban ser pechados,
puede elegir dos; toda Ciudad incorporada, que contenga seiscientos
individuos que deban ser pechados, puede elegir tres Representantes; y
procediendo en esta manera, haciendo los doscientos veinticinco individuos que deban ser pechados, el número medio, para cada Representante de más:
A condición, sin embargo, que cada Ciudad ahora incorporada,
aunque no tenga ciento cincuenta individuos, que deban ser pechados,
puede elegir un Representante. Pero ningún lugar será incorporado en
adelante con el privilegio de elegir un Representante, a menos que haya
dentro del mismo ciento cincuenta individuos, que deban ser pechados.
Y la Sala de Representantes tendrá poder de tiempo en tiempo, para
imponer multas sobre aquellas Ciudades, que descuidaren elegir, y remitir miembros al Senado, conforme a esta Constitución.
Los gastos del viaje para ir a la Asamblea General, y restituirse a
sus casas, una vez en todas las sesiones y no más, serán pagados por el
199
THOMAS
PAINE
Gobierno, de la Tesorería pública, a todos los miembros, que asistirán lo
más oportunamente que se pueda, y no partirán sin licencia.
III. Cada miembro de la Sala de Representantes será elegido por
votos escritos; y por un año a lo menos, inmediatamente antes de su elección, habrá sido un habitante, y habrá poseído legítimamente propiedad del valor de cien libras dentro de la Ciudad, donde fuere elegido para
representar, o algunos bienes, que deban ser pechados, hasta el valor de
doscientas libras; y cesará de representar la dicha Ciudad, inmediatamente que deje de estar calificado como se ha dicho arriba.
IV. Todo hombre (de edad de veintiún años, y residente en alguna
Ciudad particular de esta República, por el espacio de un año inmediatamente antes de ahora) que tenga una propiedad de bienes raíces dentro de la misma Ciudad, cuya renta anual será de tres libras, o algunos
otros bienes de valor de sesenta libras, tendrá derecho para votar en la
elección de un Representante, o Representantes para la dicha Ciudad.
V. Los miembros de la Sala de Representantes serán elegidos anualmente en el mes de Mayo, diez días a lo menos antes del último Miércoles de este mes.
VI. La Sala de Representantes será el Gran Jury de esta República; y las acusaciones hechas por ella serán escuchadas y juzgadas por
el Senado.
VIL Todos los Bills de moneda se originarán en la Sala de Representantes; pero el Senado puede proponer, o concurrir con sus reformas
como en los otros Bills.
VIII. La Sala de Representantes tendrá poder para diferirse ella
misma; con tal que tales dilaciones no excedan de dos días por cada vez.
IX. N i menos que sesenta miembros de la Sala de Representantes
constituirán una Junta para tratar los negocios.
X. La Sala de Representantes será el Juez en las réplicas, elecciones,
y calificaciones de sus mismos miembros, como está determinado en la
Constitución; escogerá su mismo Presidente; nombrará sus mismos Oficiales; y establecerá sus reglas, y orden de proceder en su misma Sala.
Tendrá autoridad para castigar con prisión a todas las personas (no
siendo miembros de ella) que se hicieren dignas de castigo por falta de
respeto a la Sala, por modales desordenados, o de menosprecio en su presencia; o que en la Ciudad donde está la Corte General, y durante el
tiempo de sus sesiones, amenazaren daño al cuerpo, o bienes de alguno de
sus miembros, por alguna cosa dicha, o hecha en la Sala; o que acome-
200
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
tieren a alguno de ellos por lo mismo; o que asaltaren, o detuvieren a
algún testigo, u otra persona mandada comparecer en la Sala, bien sea
a la venida o a la vuelta: o que libertaren alguna persona arrestada por
orden de la Sala.
Y Ningún miembro de la Sala de Representantes será arrestado o
tenido en caución por demandas sobre arrendamientos de tierras, durante su ida y vuelta de la Asamblea General, o su asistencia en ella.
XI. El Senado tendrá los mismos poderes en casos iguales, y el
Gobernador y el Consejo tendrán la misma autoridad para castigar en
casos semejantes: con tal que ninguna prisión por mandamiento, u orden del Gobernador, Consejo, Senado, o Sala de Representantes, por una
u otra de las ofensas explicadas arriba, sea por un término que exceda
de treinta días.
Y el Senado y Sala de Representantes pueden juzgar y determinar
todos los casos, en que se hallen interesados sus derechos, y privilegios, y
que, según la Constitución, tienen autoridad para juzgar y determinar
por Juntas formadas de sus mismos miembros, o por aquellos otros medios, que ellos respectivamente consideren mejores.
CAPÍTULO
II
PODER EJECUTIVO
SECCIÓN I
Gobernador:
Art. I. Habrá un Magistrado Supremo Ejecutivo que se llamará
El Gobernador de la República de Massacbusetts; y que tendrá el tratamiento de Excelencia.
II. El Gobernador será elegido anualmente; y ninguna persona será
elegible para este Oficio, sin que haya sido al tiempo de su elección un
habitante de esta República por los siete años que hayan precedido inmediatamente; y sin que al mismo tiempo posea legítimamente una propiedad dentro de la República, cuyo valor sea de mil libras; y sin que
declare él mismo profesar la Religión Cristiana.
III. Aquellas personas que estuvieren calificadas para votar por los
201
THOMAS
PAINE
Senadores, y Representantes, dentro de las varias Ciudades de esta República, darán sus votos por un Gobernador en las Juntas, que se convocarán anualmente para este fin en el primer Lunes de Abril, a los
Selectmen, que presidirán en tales Juntas; y el Escribano de la Ciudad,
a presencia y con asistencia de los Selectmen, separará, y contará en
Junta abierta los votos, y formará una lista de las personas por quienes
se haya votado, con el número de votos para cada persona al frente de
su nombre; y hará un Registro exacto de la misma en los libros de la
Ciudad, y una declaración pública de ella en la dicha Junta; y en presencia de los habitantes sellará las copias de la dicha lista, certificadas
por él y los Selectmen, y las trasmitirá al sheriff del Condado, treinta
días a lo menos antes del último miércoles de Mayo; y el sheriff pasará las mismas a la Secretaría, diecisiete días a lo menos antes del dicho
último Miércoles de Mayo; o los Selectmen pueden hacer que la remisión de las mismas se haga a la Secretaría de la República, diecisiete días
a lo menos antes del dicho día; y el Secretario presentará las mismas al
Senado, y Sala de Representantes en el último Miércoles de Mayo para
ser examinadas por ellos; y en caso de elección por una mayoridad de
todos los votos remitidos, la elección será declarada y publicada por
ellos. Pero si ninguna persona tuviere una mayoridad de votos, la Sala
de Representantes elegirá, votando por balotas, dos de las cuatro personas que tengan el más alto número de votos, si hubieren sido tantas
aquellas por quienes se ha votado; pero si fueren más o menos, elegirán
las dos de entre el número por quien se hayan votado; y avisarán al
Senado las dos personas elegidas así: sobre lo cual el Senado procederá a
elegir uno por balotas, el cual será declarado Gobernador.
IV. El Gobernador tendrá autoridad para juntar y convocar, de
tiempo en tiempo, y a su discreción, los Consejeros de esta República,
por el tiempo que lo sean; y el Gobernador, con dichos Consejeros, o
cinco de ellos a lo menos, formará, y puede formar un Consejo de tiempo en tiempo, para ordenar y dirigir los asuntos de la República, conforme a la Constitución, y las leyes de la tierra.
V. El Gobernador, con parecer del Consejo, tendrá pleno poder y
autoridad, durante la sesión de la Corte General, para diferir, o prorrogar la misma a cualquier tiempo que desearen las dos Salas; y para
disolver la misma en el día inmediatamente anterior al último Miércoles de Mayo; y para prolongar el retiro de la dicha Corte de tiempo en
tiempo, con tal que la prolongación de este retiro no exceda de noventa
202
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
días en cada vez; y para convocarla con anticipación al tiempo, a que
pueda haberse diferido o prorrogado, si la prosperidad de la República
lo requiere así. Y en caso de prevalecer alguna enfermedad contagiosa
en el lugar, en que deba juntarse inmediatamente la dicha Corte, o algún otro acontecimiento, por el cual peligre la salud o vidas de los
miembros en su asistencia, él puede determinar que la sesión se tenga en
algún otro de los lugares más convenientes dentro del Estado.
Y el Gobernador disolverá la dicha Corte General en el día inmediatamente anterior al último miércoles de Mayo.
VI. En casos de discordancia entre las dos Salas con respecto a la
necesidad, conveniencia, o tiempo de dilación, o prorrogación, el Gobernador con parecer del Consejo tendrá derecho para diferir o prorrogar la Corte General, no excediendo de noventa días, según él lo determine, y requiera el bien público.
VIL El Gobernador de esta República, por el tiempo que lo sea,
será el Comandante en Jefe del Ejército y Armada, y de todas las fuerzas militares del Estado por mar y tierra; y tendrá pleno poder para
dirigir, instruir, ejercitar de tiempo en tiempo, y gobernar la Milicia y
Armada, por sí mismo, o por algún Comandante u otro Oficial, u Oficiales; y juntar en orden de batalla, y poner en las Plazas de guerra los
habitantes de la República, para la defensa especial y seguridad de ella;
y para llevarlos y conducirlos, y para acometer con ellos, rechazar, resistir, expulsar, y perseguir a fuerza de armas, tanto por mar como por
tierra, dentro, o fuera de los límites de esta República; y también para
quitar, o hacer quitar la vida, y destruir, si fuere necesario, y conquistar por todas las vías convenientes, empresas, y medios cualesquiera que
sean, todas y cada una de las personas, que en cualquier tiempo en adelante atentaren, o emprendieren en una manera hostil la destrucción,
invasión, detrimento, o perjuicio de esta República; y para usar y ejercitar sobre el Ejército y Armada, y sobre la Milicia en actual servicio,
las leyes militares, en tiempo de guerra, o invasión, y también en tiempo
de rebelión (cuando la Legislatura diga que la hay) según lo requiera
necesariamente la ocasión; y para tomar y sorprender por todas las vías
y medios, cualesquiera que sean, todas y cada una de las personas (con
sus buques, armas, municiones, y efectos) que en una manera hostil invadieren, o atentaren invadir, conquistar, o perjudicar esta República:
y que al Gobernador sean confiados todos estos, y otros poderes incidentes a los empleos de Capitán General, y Comandante en Jefe, y Al-
203
THOMAS
PAINE
mirante, para que sean ejercitados conforme a las reglas, y Reglamentos
de la Constitución, y las leyes del país, y no de otra manera.
A condición, que el dicho Gobernador no transportará en ningún
tiempo venidero, en virtud de algún poder concedido por esta Constitución, o que se le conceda después por la Legislatura, alguno de los
habitantes de esta República, ni los obligará a marchar fuera de los límites de la misma, sin su libre y voluntario consentimiento, o el de la
Corte General; excepto cuando sea necesario marchar, o transportarlos
por tierra, o aguaj para la defensa de aquella parte del Estado, a la cual
no pueden ir convenientemente de otra manera.
VIII. El poder de perdonar las ofensas, excepto aquellas en que los
individuos puedan ser convencidos delante del Senado por una acusación de la Sala, residirá en el Gobernador, interviniendo el parecer del
Consejo; pero ninguna Cédula de perdón, concedida por el Gobernador,
con el parecer del Consejo, antes de la convicción, favorecerá a la parte
empeñada que alegue la misma, sin embargo de algunas expresiones generales o particulares contenidas en ella, describiendo la ofensa, u ofensas que se intenten perdonar.
IX. Todos los Oficiales Judiciales, Agentes y Procuradores Generales, Esherifes, Coronarios -1 y Archiveros de pruebas serán nombrados,
y proveídos por el Gobernador con parecer y consentimiento del Consejo; y todos estos nombramientos serán hechos por el Gobernador, que
deberá hacerlos siete días a lo menos antes de dárseles las patentes.
X. Los Capitanes y Subalternos de la Milicia serán elegidos, escribiendo sus votos, por los Cuerpos de Milicias, y gente alistada, respectivamente en cada Compañía, siendo mayores de veintiún años. Los Oficiales de la Plana Mayor de los Regimientos serán elegidos, escribiendo
los votos, por los Capitanes y Subalternos de sus respectivos Regimientos. Los Brigadieres serán elegidos en la misma manera por los Oficiales
de la Plana Mayor de sus respectivas Brigadas. Y estos Oficiales, así
elegidos, serán confirmados por el Gobernador, que determinará su grado de Dignidad.
La Legislatura determinará por leyes fijas el tiempo, y la manera
de congregar los electores, y de recoger los votos, y de hacer constar
al Gobernador la legitimidad en las elecciones de los Oficiales nombrados,
Los Mariscales de Campo serán nombrados por el Senado y Sala de
1
Oficial de justicia que tiene con otros doce la comisión de averiguar si un
cuerpo que se halla muerto, lo fué de muerte natural o violenta.
- 204
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Representantes, teniendo cada uno un voto negativo sobre el otro; y
serán confirmados por el Gobernador.
Y si los electores de los Brigadieres, Oficiales de la Plana Mayor,
Capitanes, o Subalternos, descuidaren, o rehusaren hacer tales elecciones,
después de ser notificados debidamente, con arreglo a las leyes de aquel
tiempo en que se hayan de hacer, entonces el Gobernador, con parecer
del Consejo, nombrará personas idóneas para llenar estos empleos.
Y ningún Oficial autorizado debidamente para comandar en la Milicia, será removido de su empleo, sino por recurso de las dos Salas al
Gobernador, o por un juicio legal en Consejo de Guerra, sujetándose a
las leyes de la República, que gobiernen entonces.
Los Comandantes de Regimientos nombrarán sus Ayudantes Mayores, y Cuartel Maestre; los Brigadieres sus Mayores de Brigada; y los Mariscales de Campo sus Ayudantes y el Gobernador nombrará su Ayudante General.
El Gobernador, con parecer del Consejo, nombrará todos los Oficiales del Ejército Continental, que (según la Confederación de los Estados Unidos) se ha proveído que hayan de ser nombrados por esta República, y también todos los Oficiales de los Fuertes y Guarniciones.
Las divisiones de la Milicia en Brigadas, Regimientos, y Compañías,
hechas con arreglo a las leyes de la Milicia, que ahora están en fuerza,
serán consideradas como divisiones propias de la Milicia de esta República, hasta que las mismas sean alteradas en consecuencia de alguna ley
futura.
XI. Ningún dinero se sacará de la Tesorería de esta República, ni
se empleará (excepto aquellas sumas que puedan estar destinadas a redimir billetes de crédito, o notas del Tesorero, o a pagar el interés devengado sobre ellas), sino por orden firmada del Gobernador, que sea en
ese tiempo, con parecer, y consentimiento del Consejo, para la necesaria
defensa y sostenimiento de la República, y para la protección y preservación de los habitantes de ella, conforme al Acto y resoluciones de la
Corte General.
XII. Todos los Tribunales públicos, Comisarios Generales, Superintendentes de Almacenes y acopios, pertenecientes a esta República, y
todos los Comandantes de Fuertes y Guarniciones dentro de la misma,
deberán, oficialmente, y sin algún requerimiento una vez en cada tres
meses, y en otros tiempos si fueren requeridos por el Gobernador, darle
una relación de todos los bienes, acopios, provisiones, municiones, ca205
THOMAS
PAINE
ñones, armas pequeñas con sus aparejos, y cualquiera otra propiedad pública, que esté respectivamente a su cuidado; distinguiendo la cantidad,
número, calidad, y especie de cada una, lo más particularmente que se
pueda; junto con la condición de los tales Fuertes y Guarniciones. Y
los dichos Comandantes darán al Gobernador, cuando éste lo requiera,
planes verídicos y exactos de la tierra y mar, Puerto o Puertos adyacentes.
Y los dichos Tribunales y Oficiales públicos comunicarán al Gobernador, lo más pronto que se pueda, después de recibidos, todos los despachos, e inteligencia de una pública naturaleza, que se les dirigieren
respectivamente.
XIII. Como quiera que el Bien Público exige que el Gobernador
no esté bajo la influencia indebida de alguno de los miembros de la
Corte General, dependiendo de ellos para su sostenimiento; y también
que él obre en todos casos con libertad en beneficio del Público; que
no distraiga necesariamente su atención de este objeto por sus intereses
privados: y que mantenga la dignidad de la República con el carácter
de su Magistrado principal, se hace necesario que tenga un salario arreglado y honorífico, ampliamente suficiente para estos fines, y establecido
por ley: y será entre los primeros Actos de la Corte General, después
que empiece esta Constitución, el de establecer consiguientemente por
ley este salario.
Salarios permanentes y honoríficos se establecerán también por ley
para los Jueces de la Suprema Corte Judicial.
Y si se encontrare que alguno de los salarios arriba dichos, establecidos así, son insuficientes, se aumentarán de tiempo en tiempo, según
la Corte General lo crea a propósito.
CAPÍTULO
II
SECCIÓN II
Teniente
Gobernador.
Art. I. Se elegirá anualmente un Teniente Gobernador de la República de Massachusetts, cuyo tratamiento será de V. S., y que será
calificado, en punto de Religión, propiedad, y residencia en la Repú206
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
blica, en la misma manera que el Gobernador; y el día y la manera, y
las calificaciones de los electores, serán las mismas que se requieren a
la elección de un Gobernador. La remisión de los votos para este oficial,
y la declaración de su elección será en la misma manera: y sí se encontrare que ninguna persona tiene una mayoridad de todos los votos remitidos, se llenará la vacante por el Senado y Sala de Representantes en
la misma manera que se ha de elegir el Gobernador, en caso que ninguno tenga una mayoridad de los votos del Pueblo para serlo.
II. El Gobernador, y en su ausencia el Teniente Gobernador, será
el Presidente del Consejo; pero no tendrá voto en él; y el Teniente Gobernador será siempre un miembro del Consejo, excepto cuando la silla
del Gobernador estuviere vacante.
III. Siempre que la silla del Gobernador estuviese vacante por
muerte o ausencia fuera de la República u otra causa, el Teniente Gobernador, que sea entonces, hará, durante la vacante, las funciones incumbentes al Gobernador y tendrá y ejercitará todos los poderes y
autoridades de que está investido por esta Constitución cuando está
presente en persona.
CAPÍTULO
II
SECCIÓN III
El Consejo, y la manera de establecer las elecciones
por la Legislatura
Art. I. Habrá un Consejo para aconsejar al Gobernador en la parte
ejecutiva del Gobierno, que consistirá de nueve personas además del
Teniente Gobernador, a quienes el Gobernador, por el tiempo que lo
sea, tendrá pleno poder y autoridad de juntar y convocar de tiempo
en tiempo a su discreción; y el Gobernador, con los dichos Consejeros,
o cinco de ellos a; lo menos, puede tener y tendrá de tiempo en tiempo,
un Consejo para ordenar y dirigir los asuntos de la República con
arreglo a las leyes de la tierra.
II. Se elegirán anualmente nueve Consejeros de entre las personas en la lista remitida para los Consejeros y Senadores, en el último
miércoles de mayo, por los votos reunidos de los Senadores y Repre-
207
TH OMAS
PAINE
sentantes congregados en un aposento; y en caso de no encontrarse
en la primera elección, el número total de nueve personas que acepten
un asiento en el Consejo, la falta se completará por los electores arriba
dichos de entre el pueblo en general; y el número de Senadores que
queden, constituirá el Senado durante el año. Los asientos de las personas así elegidas de las del Senado y que acepten el empleo, quedarán
vacantes en el Senado.
III. Los Consejeros, en el orden civil de la República, tendrán el
rango inmediato después del Teniente Gobernador.
IV. No se elegirán más de dos Consejeros en cualquier distrito
de esta República.
V. Las resoluciones y parecer del Consejo se archivarán en un Registro, y se firmarán por los miembros que estuvieren presentes, y este
Registro puede ser reclamado en cualquier tiempo por una u otra Sala
de la Legislatura, y cualquier miembro del Consejo puede insertar su
opinión contraria a la resolución de la mayoría.
VI. Siempre que el empleo de Gobernador y Teniente Gobernador
vacare por razón de muerte, ausencia u otra causa, el Consejo entonces, o la mayor parte de él, tendrá, durante la vacante, pleno
poder y autoridad para hacer y ejecutar todos y cada uno de aquellos
actos, materias y cosas que el Gobernador o Teniente Gobernador, por
virtud de esta Constitución, puede o podría hacer y ejecutar, como
si uno u otro de ellos estuviese personalmente presente.
VIL Y cuando las elecciones que previene esta Constitución se
hagan anualmente, en el último miércoles de mayo por las dos Salas
de la Legislatura, no se puedan completar en este día, las dichas elecciones pueden diferirse de un día a otro, hasta que se completen. Y el
orden de la elección será como sigue: las vacantes en el Senado, si
hubiere alguna, serán llenadas las primeras; el Gobernador y Teniente
Gobernador serán elegidos en segundo lugar, a condición que la elección de éstos no se hará por el pueblo, y después las dos Salas procederán a la elección del Consejo.
208
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
CAPÍTULO
II
SECCIÓN IV
Secretario, Tesorero, Comisario, etc.
Art. I. El Secretario, Tesorero, Receptor General, el Comisario
General, Notarios públicos y Oficiales de Marina serán elegidos anualmente por los adjuntos votos de los Senadores y Representantes en un
aposento, y para que los ciudadanos de esta República puedan ser
Asegurados de tiempo en tiempo, de que el dinero remanente en la
Tesorería pública, después de regladas y liquidadas las cuentas públicas,
es propiedad de ellos, ningún hombre podrá ser elegido como Tesorero
y Receptor General por más de cinco años sucesivamente.
II. El Registro de la República se tendrá en el Oficio del Secretario, que puede nombrar sus Diputados, de cuya conducta él será
responsable, y él atenderá en persona o por medio de sus Diputados al
Gobernador y al Consejo, al Senado y Sala de Representantes, según lo
requieran respectivamente.
CAPÍTULO
III
Púd¡er Judiciario
Art. I. La duración que los Oficiales Comisionados tendrán en
sus Oficios, se expresará en sus respectivas patentes; todos los Oficiales
Judiciales, debidamente nombrados, comisionados y juramentados,
mantendrán sus Oficios mientras se porten bien, excepto aquéllos para
quienes está provisto de un, modo diferente en esta Constitución, a condición, sin embargo, que el Gobernador, con consentimiento del Consejo,
puede removerlos en consecuencia de recursos hechos por las dos Salas
de la Legislatura.
II. Cada ramo de la Legislatura, como también el Gobernador y el Consejo, tendrá autoridad para requerir las opiniones de los
Jueces de la Suprema Corte Judicial, sobre cuestiones importantes de
ley, y en ocasiones solemnes.
209
THOMAS
PAINE
III. A fin de que el pueblo no pueda sufrir por la larga continuación en el Oficio de algún Juez de paz que faltare al desempeño de las
importantes obligaciones de su oficio con habilidad o fidelidad, todas
las comisiones de jueces de paz expirarán y vacarán en el término de
siete años, contados desde sus respectivas fechas, y al expirar cualquiera
comisión puede refrendarse en la misma persona, si fuere necesario o
nombrarse otra, como fuere más conducente al bienestar de la República.
IV. Los Jueces de pruebas de testamentos y que conceden los títulos de administración, tendrán sus Cortes en aquel lugar o lugares, y
en días fijos, según lo requiera ía conveniencia del pueblo: y la Legislatura en adelante determinará, de tiempo en tiempo, estos períodos
y lugares; hasta cuyas determinaciones las dichas Cortes se celebrarán
en los días y lugares que los jueces respectivos determinaren.
V. Todas las causas de matrimonio, divorcio y pensiones de las
mujeres abandonadas por sus maridos, y las apelaciones de los juzgados
de bienes de difuntos, se escucharán y determinarán por el Gobernador
y el Consejo, hasta que la Legislatura con arreglo a las leyes tome otra
providencia.
CAPÍTULO
IV
Los Delegados al Congreso
Los Delegados de esta República para el Congreso de los Estados
Unidos se elegirán anualmente, una vez en el mes de junio, en concurrencia de votos por el Senado y Sala de Representantes, reunidos en un
aposento, para servir por un año en el Congreso, que comenzará en el
primer lunes de noviembre próximo venidero. Ellos tendrán sus poderes
firmados por el Gobernador y sellados con el gran sello de la República;
pero pueden ser revocados en cualquier tiempo dentro del año, eligiendo
y comisionando de la misma manera otros en su lugar.
210
I A INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
CAPÍTULO
V
LA UNIVERSIDAD DE CAMBRIDGE, Y FOMENTO DE LA LITERATURA, ETC.
SECCIÓN I
La Universidad
Art. I. POR CUANTO, nuestros sabios y piadosos antecesores, muy
al principio del año de mil seiscientos treinta y seis, establecieron la
fundación del Colegio de Harvard; en cuya Universidad muchas personas de grande eminencia, por la gracia de Dios, fueron iniciadas en
aquellas Artes y Ciencias, que las calificaron para los empleos públicos,
así civiles como eclesiásticos; y por cuanto el fomento de las Artes y de
las Ciencia y toda bella literatura contribuye al honor de Dios, a la
ventaja de la religión cristiana y al gran beneficio de éste y de los otros
Estados Unidos de América, se declara que el Presidente y Socios del
Colegio de Harvard, en su capacidad de corporación y sus sucesores en
esta capacidad, sus oficiales y sirvientes tendrán, disfrutarán, usarán,
ejercitarán y gozarán todos los poderes, autoridades, derechos, libertades,
privilegios, inmunidades y franquicias que tienen ahora o que son acreedores a tener, disfrutar, usar, ejercitar y gozar; y por la presente les
son ratificados y confirmados los mismos al dicho Presidente y Socios
del Colegio de Harvard y a sus sucesores y a sus oficiales y sirvientes,
respectivamente, y para siempre.
II. Y por cuanto se han hecho antiguamente en varios tiempos y
por diversas personas donaciones, concesiones, mandas de casas, tierras,
derechos de arrendamientos, efectos, bienes muebles, legados y traspasos,
hechos hasta ahora, o al Colegio de Harvard, en Cambridge, en Nueva
Inglaterra o al Presidente y Socios del Colegio de Harvard, o al dicho
Colegio, con alguna otra descripción, bajo diferentes mandatos sucesivamente, se declara que todas las dichas donaciones, concesiones, mandas, legados y traspasos, son por la presente confirmadas para siempre al
Presidente y Socios del Colegio de Harvard y a sus sucesores en la capacidad arriba dicha, conforme a la sana intención y mente del donador,
o donadores, testador, a testadores, etc.
211
THOMAS
PAINE
III. Y por cuanto, por un Acto de la Corte General de la Colonia
Massachusetts-Bay, pasado en el año de mil seiscientos cuarenta y dos,
el Gobernador y Diputado del Gobernador, por el tiempo que lo sean
y todos los Magistrados de esta jurisdicción, fueron constituidos con
el Presidente y un número del Clero designado en el dicho Acto, Superintendentes del Colegio de Harvard; y siendo necesario en esta nueva Constitución de Gobierno determinar quiénes deban considerarse
sucesores al dicho Gobernador, Diputado del Gobernador y Magistrados,
se declara que el Gobernador, Teniente Gobernador, el Consejo y el
Senado de esta República, son y serán tenidos por sucesores, quienes
con el Presidente del Colegio de Harvard, por el tiempo que lo sea,
juntamente con los Ministros de las Iglesias de Congregaciones, en las
ciudades de Cambridge, Watertown, Charlestown, Boston, Roxbury y
Dorchester, mencionadas en el dicho Acto, estarán y están por la presente investidos con todos los poderes y autoridad que toquen o pertenezcan en cualquiera vía a los Superintendentes del Colegio de Harvard; con tal que nada se interpretará en esta Constitución para impedir a la Legislatura de esta República hacer aquellas alteraciones en el
gobierno de la dicha Universidad, que fueren conducentes a su ventaja
y al interés de la República de las Letras, en una manera tan plena como
podía haber sido hecha por la Legislatura de la última Provincia de
Massachusetts-Bay.
CAPÍTULO
SECCIÓN
V
II
El fomento de la Literatura
Por cuanto la sabiduría y erudición, igualmente que la virtud, difundidas generalmente en el pueblo, son necesarias para la preservación
de sus derechos y libertad, y como éstas penden de aumentar las oportunidades y ventajas de la educación en las varias partes del país y entre las diferentes órdenes del pueblo, será obligación de las Legislaturas
y Magistrados en todos los períodos venideros de esta República, fomentar el interés de la literatura y de las ciencias, y todos los seminarios
de ellas, especialmente la Universidad de Cambridge, escuelas públicas y
212
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
aulas de gramática en las ciudades; fomentar las sociedades privadas y
públicas instituciones, por recompensas e inmunidades para la promoción de la Agricultura, Artes, Ciencias, Comercio, Oficios, Manufacturas e Historia natural del país; sostener e inculcar los principios de
humanidad y general benevolencia, caridad pública y privada, industria
y frugalidad, honestidad y puntualidad en su proceder; sinceridad,
buen humor y todo afecto social y sentimientos generosos entre el
pueblo.
CAPÍTULO
VI
Juramentos y suscripciones, incompatibilidad de empleos y exclusiones
de los Oficios; calificaciones pecuniarias; Comisiones; Autos jurídicos; Confirmaciones de las leyes; Habeas cotpus; La manera de
actuar; Continuación de Oficiales; Provisión para revisar la Constitución en lo venidero, etc.
Art. I. Cualquiera persona que sea elegida como Gobernador o
Teniente Gobernador, Consejero, Senador o Representantes, y que acepte el empleo, antes de proceder a ejecutar los deberes de su Oficio hará
y suscribirá la siguiente declaración, a saber:
"Yo N . N . declaro que creo la Religión Cristiana, y que estoy
firmemente persuadido de su verdad, y que tengo y poseo por mi
mismo derecho, la propiedad requerida en la Constitución, como una
calificación para el Oficio o empleo, para el cual se me ha elegido".
Y el Gobernador, Teniente Gobernador y Consejeros harán y firmarán la dicha declaración en presencia de las dos Salas de la Asamblea; y los Senadores y Representantes primeros, que se eligieren bajo
e«ta Constitución, ante el Presidente y cinco del Consejo de la Constitución anterior, y por siempre en lo sucesivo ante el Gobernador y el
Consejo por el tiempo que lo sean.
Y todas las personas elegidas para uno u otro de los empleos u oficios
arriba dichos, como también cualquiera que sea nombrada o comisionada para alguno judicial, ejecutivo, militar u otro cualquiera oficio
bajo el Gobierno, antes de entrar en el desempeño de los negocios de su
213
THOMAS
PAINE
empleo u oficio hará y firmará la siguiente declaración, y juramentos,
o afirmaciones, a saber:
"Yo N . N., verdadera y sinceramente reconozco, profeso, afirmo y declaro que la República de Massachusetts es, y por derecho
debe ser, un Estado libre, soberano e independiente; y juro que profesaré verdadera fe y adhesión a la dicha República, y que defenderé
la misma contra las conspiraciones de los traidores, y contra todo
atentado hostil, cualquiera que sea; y que renuncio y abjuro toda
adhesión, sujeción y obediencia al Rey, Reina o Gobierno de la Gran
Bretaña, según sea el caso, y todo otro poder extranjero, cualquiera
que sea; y que ningún príncipe extranjero, persona, prelado, Estado o potentado tiene, ni debe tener jurisdicción alguna, superioridad,
preeminencia, autoridad, dispensa o otro poder, en cualquiera materia civil, eclesiástica o espiritual dentro de esta República; excepto la autoridad y poder que es, o puede ser conferida per sus Constituyentes al Congreso de los Estados Unidos; y afirmo y declaro
más, que ningún hombre o cuerpo de hombres tiene, ni puede tener
algún derecho para absolverme o descargarme de la obligación de
este juramento, declaración, o afirmación; y que yo hago este reconocimiento, profesión, atestación, declaración, denegación, renunciación y abjuración sincera y verdaderamente, conforme a la significación común y aceptación de las palabras antecedentes, sin alguna equivocación, evasión mental o reservación secreta cualquiera
que sea. Así me ayude Dios."
"Yo N . N., juro y afirmo solemnemente que desempeñaré y
ejecutaré fiel e imparcialmente todas las obligaciones que me incumben como
según mi mayor capacidad y entendimiento,
conforme a las reglas y disposiciones de la Constitución, y a las leyes de esta República. Así me ayude Dios".
Siempre a condición, que cuando alguna persona elegida o nombrada,
como queda arriba dicho, fuere de aquella secta llamada Quakeros, y que
evitare prestar dichos juramentos, hará su afirmación en la forma antecedente, y firmará la misma, omitiendo las voces Yo juro, y abjuro, juramento y abjuración, en el primer juramento; y en el segundo las palabras juro y, y en cada uno de ellos las palabras Así me ayude Dios,
214
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
agregando en lugar de éstas: Esto lo hago so la pena y penalidades del
perjurio.
Y los dichos juramentos y afirmaciones serán prestados y firmados
por el Gobernador, Teniente Gobernador y Consejeros, ante el Presidente del Senado, a presencia de las dos Salas de la Asamblea; y por los
Senadores y Representantes que se eligieren primero bajo esta Constitución, ante el Presidente y cinco del Consejo de la Constitución anterior; y por siempre en lo sucesivo ante el Gobernador y Consejo, por el
tiempo que lo sean; y por el resto de los Oficiales arriba dichos, ante
aquellas personas que la Legislatura determinare de tiempo en tiempo.
II. Ningún Gobernador, Teniente Gobernador o Juez de la Suprema Corte Judicial tendrá Oficio o empleo alguno bajo la autoridad
de esta República, excepto aquellos que por esta Constitución se les^
permite tener; y excepto los jueces de la dicha Corte que pueden tener
los Oficios de Jueces de paz en el Estado; ni tendrá algún otro empleo
u Oficio, ni recibirá pensión alguna, o salario de cualquiera otro Estado,
Gobierno o Poder cualquiera que sea.
Ninguna persona será capaz de tener o ejercer a un mismo tiempo
más de uno de los siguientes Oficios dentro de este Estado, a saber, Juez
de pruebas, sheriff, Archivero de pruebas, o de Actos; y nunca se tendrán por una misma persona más de dos de los otros Oficios (excepto el
Oficial Militar y el Oficio de Juez de paz) los cuales se han de tener
por nombramiento del Gobernador, o del Gobernador y el Consejo, o
del Senado, o Sala de Representantes, o por elección del pueblo del Estado en general, o del pueblo de cualquier Condado.
Ninguna persona, teniendo el Oficio de Juez de la Suprema Corte
Judicial, Secretario, Procurador, o Agente General, Tesorero, o Receptor
General, Juez de pruebas, Comisario General, Presidente, Profesor, o
Preceptor del Colegio de Harvard, sheriff, Escribano de la Sala de Representantes, Archivero de pruebas, o de Actos, Escribano de la Suprema Corte Judicial, Escribano de la Corte inferior de alegatos comunes,
u Oficial de Aduana (incluyendo en esta descripción a los Oficiales de
Marina) tendrá a un mismo tiempo asiento en el Senado, o Sala de Representantes; sino que el ser elegida y nombrada para el mismo, y el
aceptarlo, obrará como una dimisión de su asiento en el Senado, o Sala
de Representantes; y el empleo así vacante será proveído.
Y la misma regla tendrá lugar en caso que algún Juez de la dicha
Suprema Corte Judicial, o Juez de pruebas, aceptare algún asiento en
215
THOMAS
PAINE
el Consejo; o algún Consejero lo aceptare en uno u otro de estos Oficios,
o empleos.
Y ninguna persona será admitida jamás para tener un asiento en la
Legislatura, o algúh Oficio de confianza o importancia bajo el Gobierno de esta República, que, en el debido curso de la ley, estuviere convencida de cohecho, o corrupción para obtener una elección, o nombramiento.
III. En todos los casos en que se mencionan en esta Constitución
sumas de dinero, el valor de¡ ella será computado en plata, a seis chelines
y ocho peniques por onza; y estará en el poder de la Legislatura, de
tiempo en tiempo, aumentar estas calificaciones, en cuanto a la propiedad, de las personas que se han de erigir para los Oficios, según lo requieran las circunstancias de la República.
IV. Todas las Comisiones serán en el nombre de la República de
Massachusetts firmadas por el Gobernador, o su Diputado, y tendrán
el gran sello de la República estampada en ellas.
V. Todos los instrumentos, que salgan del Oficio del Escribano,
en cualquiera de las Cortes de ley, serán en el nombre de la República
de Massachusetts; ellos estarán sellados con el sello de la Corte de donde
salgan; y serán rubricados por el primer Juez de la Corte, a donde deberán devolverse (no siendo él una parte) y serán firmados por el Escribano de la tal Corte.
VI. Todas las leyes, que han sido hasta ahora adoptadas, usadas,
y aprobadas aquí por la Provincia, Colonia, o Estado de Massachusetts,
y practicadas como de costumbre en las Cortes de ley, permanecerán
todavía, y serán en plena fuerza hasta que sean alteradas o revocadas
por la Legislatura: excepto aquellas partes solamente, que son repugnantes a: los derechos y libertades que se contienen en esta Constitución.
VIL El privilegio y beneficio de la ley babeas corpus será gozado
en esta República en la manera más libre, fácil, expedida, amplia, y menos costosa; y no será suspendido por la Legislatura, excepto en ocasiones las más estrechas y urgentes, y por un tiempo limitado, que no
excederá de doce meses.
VIII. La fórmula de los decretos, al hacer, o pasar todos los Actos,
estatutos, y leyes, será, "Decrétese por el Senado y Sala de Representantes, juntos en Corte General, y por la autoridad de la misma."
IX. A fin de que no haya falta de Justicia, ni se origine algún
peligro para la República de la mutación de forma de Gobierno, todos
216
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
los Oficiales Civiles y Militares, que tienen comisiones bajo el Gobierno
y Pueblo de Massachusetts-Bay, en Nueva Inglaterra, y todos los otros
Oficiales del dicho Gobierno y Pueblo, al tiempo en que esta Constitución tenga efecto, tendrán, usarán, ejercitarán, y gozarán todos los
poderes y autoridades concedidas, o conferidas a ellos, hasta que se nombren otras personas en su lugar: y todas las Cortes de ley proseguirán
en la ejecución de los negocios de sus respectivos departamentos: y todos
los Oficiales, Cuerpos, y Poderes Legislativos y Ejecutivos continuarán
en plena fuerza en el goce y ejercicio de todos sus puestos, empleos, y
autoridad; hasta que la Corte General, y los Oficiales Supremos, y Ejecutivos, bajo esta Constitución, sean nombrados, e investidos, con su
respectiva confianza, poderes, y autoridad.
X. En orden a adherirse más eficazmente a los principios de Ja
Constitución, y corregir aquellas violaciones, que por cualesquiera medios puedan hacerse en ella, como también para hacer aquellas alteraciones, que según la experiencia se encontraren necesarias, la Corte General, que será en el año de nuestro Señor mil setecientos noventa y
cinco, expedirá órdenes a los Selectmen de las diversas Ciudades, y a los
Asesores de los Pueblos no incorporados, dirigiéndose entonces a congregar los votadores calificados de sus respectivas Ciudades, y Pueblos,
para el fin de juntar sus opiniones, acerca de la necesidad o conveniencia de revisar la Constitución para reformarla.
Y si pareciere, por las relaciones hechas, que dos tercios de los vota-"
dores calificados en el Estado, que se juntaren y votaren, en consecuencia de los dichos decretos, son por que se revisen, y reformen, la Corte
General expedirá decretos, o determinará entonces que se expidan de la
Secretaría, a las diversas Ciudades, para elegir Diputados que asistan a
la Convención para este fin.
Los dichos Delegados han de ser elegidos en la misma manera y proporción, que lo son sus Representantes por esta Constitución, en el segundo ramo de la Legislatura.
XI. Esta forma de Gobierno será escrita en pergamino, y depositada en la Secretaría; y será una parte de las leyes de la tierra: y se
insertarán copias de ella al principio del libro que contiene las leyes de
la República en todas las ediciones futuras de las dichas leyes.
JAYME BOWDOIN,
SAMUEL BARRET,
217
Presidente.
Secretario.
CONNECTICUT
RELACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN
DE CONNECTICUT
Connecticut está dividida en seis Condados, y cada uno de éstos en un
cierto número de Ciudades, de las cuales cada una tiene derecho de enviar dos Representantes a la Corte o Asamblea General. La Corte General consiste de dos ramos llamados la Sala Alta y la Sala Baja. La Alta se
compone del Gobernador, Teniente Gobernador, y doce asistentes o
Consejeros; y la Baja de los Representantes de las diversas Ciudades. Esta
Corte tiene el solo poder de hacer, y revocar las leyes, levantar tropas,
exigir tributos, y disponer en favor de los individuos, o Ciudades, de las
tierras pertenecientes al Estado, erigir y poner nombre a las Judicaturas y Oficiales, según lo juzgue necesario para el buen gobierno del
Pueblo: también puede obligar a cualquier Tribunal, Magistrado, u
Oficial, a que dé cuenta de su mal proceder, o mala administración; y
con causa justa puede multarlos, deponerlos, o degradarlos, o tratarlos
del modo que exija la naturaleza del caso; y tratar, y obrar en cualquiera otro asunto, que concierna al bien del Estado, exceptuando la
elección de Gobernador, Teniente Gobernador, asistentes, Tesoreros, y
Secretario, que se hará por los hombres libres, en la Corte anual de
elecciones, a menos que haya alguna vacante, por muerte, u otra causa,
después de la elección, que será proveída por la Corte General. Esta
Corte tiene también poder en cuanto le parezca tener razón para ello,
para conceder una entera o temporaria libertad de prisión, y suspender
la ejecución de una sentencia en casos criminales y capitales. La Corte
General tiene anualmente dos sesiones fijas, en el segundo martes de
mayo y octubre.
El Gobernador, o en su ausencia el Teniente Gobernador, puede
218
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
convocar la Asamblea en cualquiera otro tiempo, ocurriendo algún caso
particular. El Gobernador, Teniente Gobernador, asistentes, y Secretario
son anualmente elegidos en el segundo Martes de Mayo. Los Representantes son escogidos nuevamente para cada sesión fija. Los Jueces son
nombrados anualmente por la Corte General: comúnmente se nombran
las mismas personas otra vez, de tiempo en tiempo, mientras pueden servir, a menos que tengan mala conducta. Los sheriffs son nombrados
por el Gobernador y el Consejo, sin limitación de tiempo; pero puede
también invalidarlos esta autoridad que los nombra. El Gobernador, por
el tiempo que lo sea, es Capitán General de la Milicia; el Teniente Gobernador Teniente General; los otros Oficiales Generales, y la Plana
Mayor, son nombrados por la Corte General, y reciben sus patentes del
Gobernador. Los Capitanes y subalternos son elegidos por el voto de la
Compañía, y cabezas de familia que viven dentro de los iímites de la
Compañía; las personas así escogidas deben ser aprobadas por la Corte
General, y recibir sus patentes del Gobernador, antes que puedan entrar
a ejercer su empleo. Todos los Oficiales militares tienen sus empleos
mientras que la Asamblea esté satisfecha de ellos; ni pueden renunciar
sus patentes, sin licencia del Capitán General, sin quedar sujetos a la
pena de servir en la clase de soldados. El método de elegir al Gobernador, Teniente Gobernador, asistentes, Tesorero, y Secretario, es como
sigue: se juntan anualmente los hombres libres en las diferentes ciudades, el Lunes próximo después del primer Martes de Abril (día señalado
para este fin, y para elegir Representantes) y dan respectivamente sus
votos por las personas, que quieren elegir para los dichos empleos, con
los nombres de ellas escritos sobre un pedazo de papel: los votos son recibidos y sellados por un Condestable 1 en la Junta de hombres libres:
para cada uno de los dichos Oficios se da un voto en un diferente papel;
escribiendo en el revés el nombre de la Ciudad, y el Oficio para que
se dan los votos; los cuales se mandan por los Representantes a la Corte
General, que se ha de tener en el segundo Jueves de Mayo próximo futuro; y entonces, después que la Sala de Representantes ha elegido Presidente y Escribano, se escoge de ambas Salas una Junta de Comisionados
para separar y contar los votos, y declarar los nombres de las personas
elegidas para los dichos Oficios. Todo hombre Ubre, calificado para
votar por los Representantes, etc., puede ser elegido para cualquier
Oficio de Gobierno. En la elección de asistentes, se nombran veinte per1
Ministro Inferior de Justicia.
219
THOMAS
PAINE
sonas por los votos de los hombres libres en la Junta que ellos hacen
anualmente en el mes de Septiembre para elegir Representantes; y estos
votos, sellados, se remiten a la Corte General en el mes de Octubre siguiente; se cuentan entonces por una Junta de Comisionados de ambas
Salas; y aquellas veinte personas que tienen el mayor número de votos,
quedan en el nombramiento; y de este mismo número se han de escoger
segunda vez por los hombres libres, doce para asistentes en el mes de
Abril que sigue, y en la manera que se ha referido.
Las calificaciones necesarias para obtener el derecho de votar en las
elecciones de los Oficiales del Gobierno, son madurez de edad, vida quieta y pacífica, conversación honesta, y cuarenta chelines de feudo franco,
o cuarenta libras en bienes muebles. Si los Selectmen de la Ciudad certifican que una persona está calificada en todos estos respectos, se le admite como hombre libre, después de tomarle juramentos de fidelidad
al Estado.
Los nombres de todas las personas, admitidas de este modo, son registrados en el oficio del Escribano de Ciudad; y estas personas continúan
como hombres libres durante su vida, a menos que se les prive de estos
privilegios por orden de la Corte Superior, después de haber sido convencidas de tener mala conducta.
El Gobernador, o, por su ausencia el Teniente Gobernador en la Sala
Alta, y el Presidente de la Sala Baja de la Asamblea, tienen en ellas
voto decisivo, cuando los miembros de las respectivas Salas, incluyendo
al Gobernador y al Presidente, estén igualmente divididos en opiniones
sobre cualquiera cuestión.
En este Estado hay una Corte Superior, que consiste de un Juez
principal, y otros cuatro Jueces, la cual tiene autoridad en todos los
casos criminales, que se extiende a la vida, mutilación y destierro de los
individuos; y también para escuchar y determinar todas las acciones
civiles, traídas de las Cortes de los Condados por apelación, o por falsedad de documentos. Esta Corte tiene además autoridad en la materia
de divorcio. Hay dos sesiones fijas de la Corte Superior todos los años
en cada Condado.
Hay también Cortes para cada Condado, tenidas en los varios Condados: consisten de un Juez y otros cuatro miembros de la Judicatura
del Condado; y tienen jurisdicción en todos los casos criminales, que
ocurran en sus respectivos Condados, cuando el castigo no se extienda
a vida, mutilación o destierro. Las Cortes de los Condados tienen tam-
220
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
bien jurisdicción original en todas las acciones civiles, en que la demanda excede de cuarenta chelines.
La Corte Superior, y las Cortes de Condado juzgan las materias de
hechos, por un Jury, según el derecho común.
Los Jueces de paz tienen autoridad para escuchar y determinar acciones civiles, en que la demanda no excede de cuarenta chelines: tienen
también autoridad en algunos casos de una naturaleza criminal, que
deban castigarse con multas, que no excedan de cuarenta chelines, o
con azotes, no pasando de diez, o con prisión de cepo.
Este Estado está también dividido en cierto número de distritos de
Juzgados de bienes de difuntos, menor que el de los Condados; en cada
uno de los cuales se nombra un Juez para justificar los testamentos,
dar poderes para administrar los bienes intestados, nombrar tutores a los
menores, ordenar la distribución de bienes intestados, etc. Hay apelación
de este Juzgado, a la Corte Superior.
La Corte Superior, las de los Condados, y los Juzgados de bienes
de difuntos, nombran cada una, sus respectivos Escribanos.
La Corte General ha sido hasta hace poco la sola Corte de Cancillería en este Estado. Pero por una ley hecha de poco tiempo a esta
parte las Cortes de los Condados determinan las materias de equidad
desde el valor de cinco libras hasta doscientas; la Corte Superior desde
el valor de doscientas hasta ochocientas; y la Asamblea General todos
los casos que excedan a la última suma mencionada.
Todos los Procuradores son admitidos y juramentados ante la Corte
de los Condados: no hay Procurador General: había antes un Procurador
Real en cada Condado; pero desde que el Rey abdicó el Gobierno, lo son
solamente del Gobernador, y de la Compañía.
221
V*-""^
CONSTITUCIÓN
DE
NEW-JERSEY
POR CUANTO toda la autoridad legal que los Reyes de la Gran
Bretaña tenían sobre estas Colonias 1 , u otros dominios suyos, fué derivada
por compacto con el Pueblo, y la tenía de él por el interés común de
toda la sociedad; la fidelidad y protección, según la naturaleza de las
cosas, son unos lazos recíprocos, que dependen igualmente el uno del
otro, y que están sujetos a romperse por la falta, o negativa de uno de
los dos: Y por cuanto Jorge III, Rey de la Gran Bretaña, ha negado su
protección al buen pueblo de estas Colonias; y asintiendo a los varios
Actos del Parlamento británico, ha atentado sujetarla bajo el absoluto
despotismo de aquel cuerpo; y también les ha hecho la guerra en la
manera más cruel y bárbara, sin más motivos que el defender éstos sus
justos derechos; por tanto toda la autoridad civil, de que estaba investido se ha acabado necesariamente, y por consiguiente ha sucedido una
disolución, del Gobierno en cada Colonia.
Y por cuanto, en la presente y deplorable situación de estas Colonias
expuestas a la furia de un enemigo cruel e implacable, es absolutamente
necesaria alguna forma de Gobierno, no sólo para preservar el buen orden, sino también para reunir más eficazmente el Pueblo, y ponerlo en
estado de hacer uso de todas sus fuerzas para su defensa necesaria; y
como el ilustre Congreso del Continente, el Supremo Consejo de las Colonias Americanas, ha aconsejado a aquellas, que no han tomado aun
todavía estas mismas medidas, a adoptar respectivamente para si mismas
aquel Gobierno, que sea más conducente para su misma felicidad y seguridad, y para el bienestar de la América en general: Nosotros, los
* En el 20 de octubre de 1777, se pasó un acto de la Legislatura para que te
substituyese la palabra Estado a la de Colonia en todas las patentes, despachos, decretos, etc. Ninguna otra alteración se ha hecho en la Constitución.
222
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Representantes de la Colonia de New Jersey, habiendo sido elegidos por
todos los Condados en la manera más libre, y estando juntos en Congreso, hemos acordado, después de una madura deliberación, cierto número de derechos privilegiados, y una forma de Constitución en la manera siguiente, a saber.
I. Que el Gobierno de esta Provincia se conferirá a un Gobernador,
a un Consejo Legislativo, y a una Asamblea General.
II. Que el dicho Consejo Legislativo, y la Asamblea serán elegidos
por la primera vez en el segundo Martes de Agosto próximo futuro;
los miembros de ellos serán iguales en número, y calificados en la misma
manera, que se menciona aquí después; y serán, y quedarán investidos
con todos los poderes y autoridad, que ha de tener en lo sucesivo cualquiera Asamblea, y Consejo Legislativo de esta Colonia hasta el segundo
Martes de Octubre, que será en el año de Nuestro Señor mil setecientos
setenta y siete.
III. Que en el segundo Martes de Octubre anualmente, y en todos
los años por siempre (con el privilegio de diferirse de un día a otro,
según lo exija la ocasión) los Condados escogerán separadamente un individuo para ser miembro del Consejo Legislativo de esta Colonia, el
cual será, y habrá sido por todo un año inmediatamente antes de su
elección, habitante y poseedor de feudo franco en el Condado, en que
sea elegido, y tendrá dentro del mismo Condado bienes muebles, y bienes
raíces, cuyo valor ascienda a lo menos a mil libras en dinero corriente:
que al mismo tiempo cada Condado escogerá tres miembros para la
Asamblea; con tal que ninguna persona tendrá derecho para pretender
asiento en dicha Asamblea, a menos que sea, y haya sido por un año inmediatamente antes de su elección, habitante del Condado, que ha de
representar, y que tenga dentro del mismo Condado en bienes muebles
y raíces el valor de quinientas libras en dinero corriente: que el segundo Martes próximo futuro, después del día de la elección, se juntarán
separadamente el Consejo, y la Asamblea; y que será necesario el consentimiento de ambas Salas para establecer cualquiera ley; a condición
que siete miembros del Consejo constituirán la Junta para tratar los
asuntos, y que ninguna ley pasará, a menos que haya presente personalmente una mayoría de todos los Representantes de cada cuerpo, y que
consienta en ella. A condición siempre, que si una mayoridad de los
Representantes de esta Provincia, juntos en Consejo y Asamblea General, juzgare ser justo y conveniente en cualquier tiempo venidero au-
223
THOMAS
PAINE
mentar, o disminuir el número o proporción de los miembros de la
Asamblea, que representar por algún Condado, o Condados de esta Colonia, en este caso, y otros semejantes, será legal sobre principios de la
más igual Representación, hacerlo, no obstante cualquiera cosa que haya
en esta Constitución contraria a ello; de tal modo que el número total
de Representantes en la Asamblea nunca será menos de treinta y nueve.
IV. Que todos los habitantes mayores de edad en esta Colonia, y
que posean dentro de la misma bienes libres, cuyo valor sea de cincuenta
libras, en moneda corriente, y que hayan residido en el Condado, donde
pretenden votar, durante el espacio de un año inmediatamente antes de la
elección, tendrán el derecho de votar por los Representantes del Consejo, y Asamblea; y también por todos los otros Oficiales públicos, que
se han de elegir en el Condado por el Pueblo en general.
V. Que la Asamblea tendrá poder para elegir, cuando se junte,
su Presidente y sus otros Oficiales; que podrá juzgar de las calificaciones
y elecciones de sus mismos miembros, determinar sus prorrogaciones;
proponer los Bills que han de pasar a ser leyes; y dar poder a su Presidente para convocarla cuando alguna ocasión extraordinaria lo exija.
VI. Que el Consejo tendrá también poder para proponer los Bills,
que han de pasar a ser leyes; y que tiene igualmente que la Asamblea
todos los demás poderes, y que es en todos respectos un ramo, libre e independiente, de la Legislatura de esta Colonia; con la sola excepción
de no poder proponer, o alterar algún Bill sobre moneda, que será un
privilegio exclusivo de la Asamblea: Que el Consejo será convocado de
tiempo en tiempo, por el Gobernador o Vicepresidente; y que debe juntarse en todas las ocasiones que la Asamblea esté en sesión; a cuyo fin el
Presidente de la Sala de la Asamblea, inmediatamente después de una
prorrogación, participará al Gobernador o Vicepresidente el lugar a
donde se transfiere la Sala, y hasta qué tiempo se prorroga.
VII. Que el Consejo y la Asamblea unidos elegirán a pluralidad de
votos, en su primera Junta después de cada elección anual, alguna persona idónea de la Colonia para ser Gobernador por un año, el cual será
Presidente del Consejo, y tendrá voto decisivo en los procedimientos de
él; y que el Consejo escogerá por sí mismo un Vice Presidente; que en
ausencia del Gobernador hará sus veces.
VIII. Que el Gobernador, o en su ausencia el Vice Presidente del
Consejo, tendrá el Supremo Poder Ejecutivo, será el Canciller de la
Colonia, y obrará como Capitán General, y Comandante en Jefe de toda
224
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
la Milicia, o cualquiera otra fuerza militar en esta Colonia, y que cualesquiera tres o más miembros del Consejo harán en todos tiempos un
Consejo privado para aconsejar al Gobernador en todos los casos, en que
él juzgue necesario consultarlos; y que el Gobernador será el Delegado
General de la Colonia.
IX. Que el Gobernador con el Consejo (siete miembros del cual
constituirán una Junta) sea la Corte de apelaciones en último recurso,
en todas las causas de ley, como anteriormente; y que tiene el poder
•de perdonar a los criminales después de condenados en todos los casos
4e traición, felonía, u otras ofensas.
X. Que los Capitanes y todos los demás Oficiales subalternos de la
Milicia serán escogidos por las Compañías en sus respectivos Condados;
pero los Oficiales Generales, y de la Plana Mayor, lo serán por el
Consejo y la Asamblea.
XI. Que el Consejo y la Asamblea tendrán el poder de hacer «1
jjran Sello de esta Colonia; el cual será guardado por el Gobernador,
o, en su ausencia, por el Vice Presidente del Consejo, para hacer uso
de él según lo requiera la ocasión; y se llamará el Gran Sello de la Colonia de New-Jersey.
XII. Que los Jueces de la Corte Suprema continuarán en el Oficio
por siete afios; los Jueces de la Corte inferior de pleitos ordinarios en
los diversos Condados, Jueces de paz, Escribanos de la Corte Suprema,
Escribanos de la Corte inferior de pleitos ordinarios, y de la Corte de las
Sesiones trimestres, el Procurador General, y Secretario de la Provincia,
continuarán en el Oficio por cinco años; y el Tesorero de la Provincia
por uno: y que ellos serán nombrados separadamente por el Consejo y
la Asamblea, en la manera arriba dicha, y recibirán sus patentes o despachos del Gobernador, o, en su ausencia, del Vice Presidente del Consejo. Siempre con la condición que los dichos Oficiales podrán ser nombrados de nuevo separadamente para los dichos empleos, cuando expire
el término de ellos, que se les limitó antes separadamente: y que cualquiera de los dichos Oficiales estará sujeto a ser depuesto, cuando el
Consejo por acusación de la Asamblea lo declare culpable en su conducta.
XIII. Que los habitantes de cada Condado, calificados para votar
como se ha dicho arriba, elegirán anualmente al tiempo y en el lugar de
la elección de sus Representantes, un sheriff y uno o más Coronarios:
y que ellos pueden elegir de nuevo las mismas personas para estos Oficios,
Jiasta que hayan servido tres años, después de los cuales se han de pasar
225
THOMAS
PAINE
otros tres más, antes que las mismas puedan ser elegidas otra vez. Después de certificada la elección con las firmas de seis personas que posean
feudo franco en el Condado donde se hizo, y después de remitidas al
Gobernador o Vicepresidente, se darán inmediatamente sus patentes o
despachos a los elegidos para ejercer sus respectivos Oficios.
XIV. Que los distritos en sus Juntas anuales en las Ciudades para
elegir otros Oficiales, escogerán también sus Condestables respectivamente; y también tres o más personas de juicio y buena conducta, que posean feudo franco, para escuchar y determinar finalmente todas las apelaciones relativas a cualquiera imposición injusta de derechos públicos.
Estos Comisionados de apelación se han de juntar para este fin en tiempos
convenientes, que ellos determinarán, y harán saber al Pueblo por avisos,
que darán con anticipación en los papeles públicos.
XV. Que las leyes de esta Colonia comenzarán en el estilo siguiente, a saber. "Sea decretado por el Consejo y Asamblea General de esta
Colonia, y por autoridad de ella -misma, se decreta por la presente'.'* y
que todas las patentes, o despachos, dadas por el Gobernador o Vice
Presidente comenzarán así: "La Colonia de New ]ers,ey a N. N., etc. Salud:" y que todos los autos jurídicos han de comenzar igualmente en
el nombre de la Colonia; y que todas las acusaciones concluirán de la
manera siguiente a saber: "Contra la paz de esta Colonia, y contra el
Gobierno y Dignidad de ella.
XVI. Que todos los criminales tendrán los mismos privilegios, que
tienen los actores en las causas criminales, para valerse de Abogados y
testigos.
XVII. Que todos los bienes de aquellos, que se maten a sí mismos,
no estarán sujetos a confiscación por esta culpa, sino que pasarán a sus
herederos como se haría si muriesen de muerte natural: y que ninguna
cosa que haya casualmente ocasionado la muerte de alguno, se considerara de aquí en adelante como Deodand 1 , ni menos habrá confiscación
alguna de ella por razón de la tal desgracia.
XVIII. Que ninguno será privado jamás dentro de esta Colonia
del privilegio inestimable de adorar a Dios Todo Poderoso según le dicte
su misma conciencia; ni será compelido bajo algún pretexto, cualquiera
que sea, a asistir a algún lugar de adoración, contrario a su misma fe
1
Se llama así una ofrenda, hecha a Dios para calmar su ira, de cualquiera
cosa que ha matado casualmente a un hombre, bien sea árbol, piedra o caballo, etc.;
pero que por ley se adjudica al Rey, quien tiene cuidado de hacer distribuir fielmente a los pobres el precio de ella.
226
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
y sentimientos; y que ninguno dentro de esta Colonia será jamás obligado a pagar diezmos, tasas u otros derechos, cualesquiera que sean, para el
fin de edificar, o reparar otra Iglesia, o Iglesias, lugar, o lugares de
adoración, o para el sostenimiento de algún Ministro o Ministerio, contrario a lo que él cree ser justo, o a aquello que él se ha obligado deliberada y voluntariamente a ejecutar.
XIX. Que no habrá establecimiento de alguna secta Religiosa en
esta Provincia con preferencia a otra; y que ningún habitante Protestante
de esta Colonia será privado del goce de cualquier derecho civil por
causa de sus opiniones Religiosas: sino que toda persona, que profese la
fe de cualquiera secta Protestante, y que se porte tranquilamente bajo
el Gobierno establecido por esta Constitución, podrá ser elegida para
cualquier Oficio de provecho, o confianza, y ser miembro de uno u otro
de los ramos de la Legislatura, y gozará libre y plenamente todos los
derechos, e inmunidades que gozan sus demás conciudadanos.
XX. Que para que el departamento legislativo de esta Colonia sea
preservado en todo lo posible aun de toda sospecha de corrupción, ninguno de los Jueces de la Corte Suprema, y de las otras, sheriffs, o alguna otra persona o personas, que posean algún puesto de provecho bajo
el Gobierno, excepto los Jueces de paz, podrán obtener un asiento en la
Asamblea; antes por el contrario se considerará como vacante el empleo de aquellos que fueren elegidos y tomaron un asiento en ella.
XXI. Que todas las leyes de esta Provincia contenidas en la edición
publicada últimamente por Mr. Allison, estarán y quedarán en toda su
fuerza hasta que sean alteradas por la Legislatura de esta Colonia, exceptuadas solamente aquellas que son incompatibles con esta Constitución, y se obedecerán por todos los Oficiales civiles y por el buen
Pueblo de esta Provincia, como se ha hecho hasta ahora.
XXII. Que el derecho común de Inglaterra, así como las pragmáticas que hasta ahora se hayan observado en esta Colonia, quedarán aún
en fuerza, hasta que se alteren por alguna ley de la Legislatura en lo
venidero; exceptuando solamente aquellas partes que repugnan a los
derechos y privilegios contenidos en esta Constitución: y que el derecho
inestimable de un juicio por el Jury quedará confirmado como una
parte de las leyes de esta Colonia, sin que pueda jamás ser revocado.
XXIII. Que todos aquellos que fueren elegidos, como se ha dicho
arriba, para ser miembros del Consejo Legislativo, o Sala de la Asamblea,
227
THOMAS
PAINE
antes de tomar su asiento en el Consejo o Asamblea, harán el siguiente
juramento, o afirmación: a saber.
Yo N . N . solemnemente declaro que como miembro del Consejo
Legislativo, o Asamblea (según sea el caso) de esta Colonia de N e w Jersey, no asentiré a ley alguna, voto, o procedimiento, que me parezca
pernicioso a la felicidad de la dicha Colonia, y que no anularé ni revocaré aquella parte de la sección 3* de la Constitución de esta Colonia,
en que se establece que las elecciones de los miembros del Consejo
Legislativo, y de la Asamblea serán anuales; ni aquella parte de la sección 22^ de dicha Constitución, relativa al juicio por el J u r y ; y que
no anularé, revocaré, ni alteraré cualquiera parte o partes de las secciones 18* y 19* de la misma.
Y cualquiera persona o personas, que fueren elegidas, como se ha
dicho arriba, tendrán poder por esta Constitución para tomar de los
dichos miembros el dicho juramento, o afirmación.
Siempre con la condición (y éste es el verdadero espíritu, y la intención del Congreso) que, si se hace una reconciliación entre estas
Colonias y el Rey de la Gran Bretaña, y que éste las tome otra vez
bajo su protección, y Gobierno, esta Constitución será nula y de ning ú n valor; de otro modo quedará firme e inviolable.
E n Congreso Provincial de New-Jersey,
Burlington, julio 2 de 1776.
Por orden del Congreso,
SAMUEL T U C K E R ,
presidente.
Copia del original,
GUILLERMO PATTERSON,
228
Secretario.
CONSTITUCIÓN
DE LA REPÚBLICA DE PENSYLVANIA
(Según se ratificó en la Convención, el día 2 de septiembre de 1790)
Nos, el Pueblo de la República de Pensylvania, ordenamos y establecemos esta Constitución para su gobierno.
ARTÍCULO
I
SECCIÓN I
El Poder Legislativo de esta República residirá en una Asamblea
General, que se compondrá de un Senado y una Sala de Representantes.
II. Los Representantes serán escogidos anualmente por los ciudadanos de la Ciudad de Filadelfia y de cada Condado respectivamente
en el segundo martes de octubre.
III. Ninguno será Representante sin haber llegado a la edad
de veintiún años y sin haber sido ciudadano y habitante del Estado
por ios tres años inmediatamente anteriores a su elección, y de éstos
deberá haber sido en el último año habitante de la ciudad o condado
en que fuere elegido, a menos que haya estado ausente en negocios
públicos de los Estados Unidos o de este Estado. Ninguno que resida
en alguna ciudad, pueblo o villa, que tenga derecho a una representación separada, como Filadelfia, podrá ser elegido como miembro para
cualquier condado, ni podrá persona alguna ser elegida como miembro
de una ciudad, pueblo o villa, residiendo fuera de los límites de ella.
229
THOMAS
PAINE
IV. Dentro de tres años después de la primera Junta de la Asamblea General y dentro del término subsiguiente de cada siete años, se
hará un padrón de los habitantes que puedan ser pechados en aquella
manera que se determinare por ley. El número de Representantes se
fijará por la Legislatura, y se distribuirá entre la ciudad de Filadelfia
y íos diversos condados, con arreglo al número de habitantes que puedan ser pechados en cada uno, en los diferentes períodos después de
haberse hecho el tal padrón, y nunca será menos de setenta, ni más de
ciento. Cada condado tendrá a lo menos un Representante; pero ningún condado erigido en lo adelante tendrá derecho a una representación separada, hasta que no contenga dentro de él un número suficiente de habitantes que puedan ser pechados; y en este caso tendrá
un Representante conforme a la proporción que se hallare establecida
entonces.
V. Los Senadores serán escogidos para cuatro años por los ciudadanos de Filadelfia y de los diversos condados al mismo tiempo, de
la misma manera y en los mismos lugares en que se votare por los
Representantes.
VI. El número de Senadores será fijado por la Legislatura en los
diversos períodos, cuando se hace el padrón ya mencionado, y serán
distribuidos entre los distritos formados, como se determinará después
en ésta, con arreglo al número de habitantes que puedan ser pechados
en cada condado; y nunca será menos que una cuarta parte del número de Representantes, ni más que una tercera.
VII. Los Senadores serán escogidos en los distritos que se formaren
por la Legislatura, no conteniendo cada distrito un número mayor de
habitantes sujetos a pagar impuestos, que aquél por el cual sólo tenga
derecho a elegir cuatro Senadores. Cuando un distrito se compusiere
de dos o más condados, éstos deberán estar contiguos. No se dividirá
la ciudad de Filadelfia, ni cualquier condado para formar un distrito.
VIII. Ninguno será Senador sin haber cumplido la edad de veinticinco años y sin haber sido ciudadano y habitante del Estado cuatro
años inmediatamente antes de su elección, y el último de ellos habitante del distrito para el cual fuere elegido, a menos que haya estado
ausente en algún asunto público de los Estados Unidos, o de éste.
IX. Inmediatamente después que los Senadores se hayan juntado
en consecuencia de la primera elección que se sigue al primer padrón,
se dividirán por suertes, lo más igualmente que se pueda en cuatro
230
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
clases. Los asientos de los Senadores de la primera clase vacarán al
expirar el primer año; los de la segunda, al expirar el segundo año;
los de la tercera, el tercero; y los de la cuarta, el cuarto; de tal modo
que en cada año se elija una cuarta parte de ellos.
X. La Asamblea General se juntará todos los años en el primer
martes de diciembre, a menos que la convoque antes el Gobernador.
XI. Cada Sala escogerá su Presidente y otros oficiales; y el Senado elegirá un Presidente pro tempore, cuando el suyo pase a ejercer
el Oficio de Gobernador.
XII. Cada Sala juzgará de las calificaciones de sus miembros. Las
disputas sobre elecciones serán determinadas por una Junta de Comisionados que se elegirá, formará y arreglará en aquella manera que se
prescriba por ley. Una mayoría de cada Sala constituirá la Junta para
tratar los negocios; pero un número más pequeño puede prorrogarse
de día en día y estar autorizado por ley para compeler los miembros
ausentes a que asistan en aquella manera y bajo aquellas penas que se
determinaren.
XIII. Cada Sala puede determinar las reglas de sus procedimientos: castigar sus miembros por desorden de conducta y, con la concurrencia de los dos tercios, expeler un miembro; pero no lo hará dos
veces por una misma causa, y tendrá los otros poderes necesarios a un
ramo de la Legislatura de un Estado libre.
XIV. Cada Sala tendrá un diario de sus procedimientos, y lo
publicará todas las semanas, excepto aquellas partes que requieran secreto. Y se insertarán en el diario los votos de aprobación y negación
de los miembros, cuando lo pidan dos o tres de ellos.
XV. Las puertas de cada Sala y de la Junta que se forme de las
dos, estarán abiertas, a menos que deba guardarse secreto en el asunto
de que se trate.
XVI. Ninguna de las Salas se prorrogará por más de tres días sin
consentimiento de la otra, ni se transferirá a algún otro lugar que aquél
en donde las dos Salas han de tener sus sesiones.
XVII. Los Senadores y Representantes recibirán una compensación por sus servicios, la cual será fijada por ley y pagada por la Tesorería de la República. Ellos tendrán en todos los casos, excepto el de
traición, felonía y rompimiento, o seguridad de la paz, el privilegio de
no ser arrestados durante su asistencia a la sesión de sus respectivas
Salas, y mientras van y vuelven de ellas; y no serán cuestionados en
231
T H O M AS
PAINE
cualquiera otro lugar por alguna arenga o debate en uno u otra de
las Salas.
XVIII. Ningúryáfcnador o Representante, durante el tiempo por
el cual haya sido elegido, será nombrado para algún oficio civil que se
creare en esta República, o cuyos emolumentos se aumentaren durante el tal tiempo; y ningún miembro del Congreso- u otra persona
que tenga algún oficio, excepto el de Procurador u otro empleo en
la Milicia de los Estados Unidos o de esta República, será miembro de
alguna de las Salas mientras continúe en el Congreso o en el oficio.
XIX. Cuando sucedan vacantes en alguna de las Salas, el Presidente expedirá decretos de elección para llenarlas.
XX. Todo Bill para levantar rentas x se originará en la Sala de
Representantes; pero el Senado puede proponer sus correcciones como
en todos los demás.
XXI. Ningún dinero se sacará de la Tesorería, sino en consecuencia de apropiaciones hechas por ley.
XXII. Todo Bill, que se aprobare por las dos Salas, deberá ser presentado al Gobernador: si éste lo aprueba, lo firmará, si no, k> devolverá con sus objeciones a la Sala donde se originó, la cual insertará
prolijamente las objeciones en su diario y procederá a considerarlo
por segunda vez. Y si después de reconsiderado, acordaren los dos tercios de la Sala pasar el Bill, se remitirá" con las objeciones a la otra
Sala, que lo reconsiderará igualmente, y si fuere aprobado por los dos
tercios esta Sala será una ley. Pero en tales casos los votos de ambas
Salas deben ser determinados por sí y no; y los nombres de las personas que voten en favor y en contra del Bill, serán insertados en el
diario de cada Sala respectivamente. Si algún Bill no se devolviere por
el Gobernador dentro de diez días (excepto los domingos) después que
se le haya presentado, será una ley de la misma manera que si lo hubiese firmado, a menos que la Asamblea General, por su prorrogación
impida que se devuelva, en cuyo caso será una ley si no se devuelve dentro de los tres primeros días después que se junte.
1
Ésta y las demás notas que se siguen en esta Constitución son hechas con
arreglo a la explicación, que uno de los más célebres abogados de esta ciudad t u v o
Ja bondad de hacerme.
Las rentas de los Estados particulares proceden de las tierras que les son propias;
y de una pequeña capitación que se impone en proporción a la fortuna de cada
individuo, incluyendo en ella hasta los muebles de sus casas; las de les Estados Unidos
están fundadas sobre la importación de mercancías extranjeras en todos los puertos
y sobre tierras que les pertenecen por compras hechas a los indios.
232
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
XXIIL Toda orden, resolución o voto, para la cual pueda ser
necesaria la concurrencia de las dos Salas (excepto sobre cuestión de
prorrogación) será presentada al Gobernador y será aprobada por éste
antes de tener efecto; y si fuere desaprobada, será repasada por los dos
tercios de ambas Salas, conforme a las reglas y limitaciones prescritos en
el caso del Bill.
ARTÍCULO
II
§ I. El Supremo Poder Ejecutivo de esta República residirá en
un Gobernador.
II. Eí Gobernador será escogido en el segundo martes de octubre
por los ciudadanos de la República en los lugares, en donde ellos respectivamente votaren por los Representantes. Las listas de cada elección para Gobernador serán selladas y trasmitidas al sitio del Gobierno,
dirigidas al Presidente del Senado, que las abrirá y publicará en presencia de los miembros de las dos Salas de la Legislatura. La persona que
tenga el más alto número de votos, será Gobernador. Pero si dos o más
personas tuvieren un igual y mayor número de votos, se escogerá una
de ellas para Gobernador por los votos reunidos de los miembros de
ambas Salas. Las disputas sobre elecciones serán determinadas por una
Junta de Comisionados que se escogerá de entre las dos Salas de la
Legislatura y que se formará y regulará en aquellos términos que se
determinaren por ley.
III. El Gobernador tendrá su oficio por tres años desde el tercer
martes de diciembre inmediatamente después de su elección, y nunca
podrá tenerlo por más tiempo que nueve años en cualquier término
de doce años.
IV. Él será a lo menos de treinta años de edad, y habrá sido ciudadano y habitante de este Estado siete años inmediatamente antes de
su elección, a menos que haya estado ausente en negocios públicos de
los Estados Unidos o de este Estado.
V. Ningún miembro del Congreso, o persona que tenga algún oficio bajo los Estados Unidos, o bajo de éste, ejercerá el de Gobernador.
VI. El Gobernador recibirá en tiempos determinados una compensación por sus servicios, que no se aumentará ni disminuirá durante el tiempo por el cual hubiere sido electo.
233
THOMAS
PAINE
VIL Él será Comandante en Jefe del Ejército y Armada de esta
República y de la Milicia, excepto cuando sean llamados al servicio
actual de los Estados Unidos.
VIII. Él nombrará los oficiales, cuyos empleos están establecidos
por esta Constitución, o que se establecieren por ley, y cuyos nombramientos no se hallen proveídos de otra manera en ella; pero no se
nombrará persona alguna para un oficio dentro de cualquier condado,
que no haya sido ciudadano y habitante en él por un año inmediatamente antes de su nombramiento, si hiciere tanto tiempo que el condado ha sido erigido; pero si no hace un año que se ha erigido, entonces
bastará que haya sido habitante dentro de los limites del condado o
condados a quienes correspondían aquellas partes de que se ha formado. Ningún miembro del Congreso de este Estado, ni cualquiera
persona que tenga, o ejerza algún oficio de confianza o provecho bajo
ios Estados Unidos, tendrá o ejercerá al mismo tiempo el oficio de
Juez, Secretario, Tesorero, Protonotario, Archivero de testamentos,
Archivero de otros instrumentos, sheriff, o algún otro Oficio en este
Estado, que tenga sueldo señalado por ley u otro oficio cualquiera que
la Legislatura declare en lo venidero incompatible con los Oficios o
nombramientos bajo los Estados Unidos.
IX. Él tendrá poder para obsolver de la pena de multas y confiscaciones, suspender .la ejecución de una sentencia de muerte y perdonarla, excepto en casos de acusación.
X. Él puede pedir informes por escrito a los oficiales del departamento ejecutivo sobre cualquiera materia relativa a las obligaciones
de sus respectivos oficios.
XI. Él dará de cuando en cuando informes a la Asamblea General acerca del estado de la República y recomendará a su consideración aquellas medidas que él juzgue convenientes.
XII. Él puede convocar a la Asamblea General en ocasiones extraordinarias; y, en caso de discordancia entre las dos Salas con respecto al tiempo de prorrogación, puede también prorrogarlas a aquel
tiempo que él crea conveniente, con tai que no exceda de cuatro meses.
XIII. Él cuidará de que las leyes se ejecuten fielmente.
XIV. En caso de muerte o renuncia del Gobernador, o en caso de
ser separado del oficio, el Presidente del Senado hará sus veces, hasta
que se habilite otro Gobernador debidamente calificado. Y si el juicio
acerca de las disputas sobre elecciones duraren hasta más allá del tercer
234
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
martes de diciembre, que se sigue inmediatamente a la elección del
Gobernador, entonces el Gobernador del último año, o el Presidente
del Senado que pueda estar en el ejercicio de la autoridad ejecutiva,
continuará en ella hasta la determinación de la disputa y hasta que se
habilite un Gobernador como queda arriba dicho.
XV. Se nombrará y comisionará un Secretario durante la continuación del Gobernador en el oficio, si se portare bien en ese tiempo, éste tendrá un Registro exacto de todos los actos oficiales y procedimientos del Gobernador y lo presentará a cualquiera de los ramos de la Legislatura, cuando se le pida, junto con todos los papeles,
minutas y testimonios, que se refieren a él, y cumplirá todas las demás
obligaciones que se le ordenen por ley.
ARTÍCULO
III
§ I. En las elecciones hechas por los ciudadanos, todo hombre libre, de edad de veintiún años, que haya residido en el Estado por dos
años inmediatamente antes de la elección, y que en este tiempo haya
pagado al Estado o condado cualquiera impuesto que se haya establecido seis meses a lo menos antes de la elección, gozará del derecho de
ser un elector, con tal que los hijos de las personas calificadas como
queda arriba dicho, gozarán entre los veintiuno y veintidós años, el
derecho de votar aunque no hayan pagado impuestos.
II. Todas las elecciones se harán por balotas, excepto las de aquellas personas que votaren con el carácter de Representantes x, que deberán ser hechas viva voce.
III. Los electores 2 gozarán en todos los casos, excepto el de traición, felonía o rompimiento de la paz, el privilegio de no ser arrestados durante su asistencia en las elecciones y mientras van y vuelven
de ellas.
1
Se refiere a los miembroj de la Legislatura de este Estado, que cuando eliges
algunos oficiales de él, o los Senadores para el Congreso dan sus votos viva voce.
2
Se debe entender de todos aquellos ciudadanos que según esta Constitución
tienen derecho a elegir.
235
THOMAS
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ARTÍCULO
§ I.
IV
La Sala de Representantes tendrá sola el poder de acusar.
II. Todas las acusaciones serán juzgadas por el Senado. Cuando esté
en sesión para este fin, los Senadores prestarán juramento o afirmación.
Ninguna persona se declarará convencida sin la concurrencia de los dos
tercios de los miembros presentes.
III. El Gobernador y todos los demás Oficiales civiles de esta República estarán sujetos a ser acusados por mala conducta en sus Oficios. Pero el juicio en tales casos no se extenderá más que a separarlos
del Oficio y declararlos incapaces para tener cualquier Oficio de honor,
confianza o provecho en esta República. La parte convencida o absuelta
estará sin embargo sujeta a acusación, examen, juicio y castigo según
la ley.
ARTÍCULO
V
I. El Poder Judicial de esta República residirá en una Corte Suprema *, en las Cortes que oyen y determinan, y dan soltura a los presos de la cárcel 2, en una Corte de alegatos comunes 3 , en la Corte de
Huérfanos 4 , Corte de Registros 5 y una Corte de sesiones trimestres
1 La Corte Suprema se compone ahora de tres jueces, conforme a la última
determinación de la Legislatura.
2
La misma Corte Suprema forma la Corte para oír, determinar y dar soltura
a los presos: toma esta denominación cuando se junta a este fin;, lo cual hace cuando
hay en las cárceles u n número bastante de criminales.
•3 La Corte de alegatos comunes se compene de dos Jueces fijos para cada
Condado y u n Presidente, que ha de ser abogado, para cada cuatro o cinco Condados,
según su extensión, y conoce en todas materias. Este Presidente es un Juez itinerario
que, en tiempos determinados, pasa de un Condado a otro para tener Cortes en ellos;
pero los dos Jueces de esta Corte pueden por sí solos administrar justicia cuando el
caso no da lugar para aguardar por el Presidente para su dirección, quedando siempre
a las partes el derecao de apelación a la Corte Suprema, que juzga en los términos
que se dirá más adelante.
4
La misma Corte de alegatos comunes toma la denominación de Corte de
Huérfanos cuando conoce en nombrar tutores para éstos, y en las demás causas que
se suscitan con respecto a ellos o a sus bienes, etc., siempre con derecho de apelación
a la Suprema.
5
Aquí es necesario advertir que conforme a las leyes de este Estado los testamentos se hacen delante de algunos testigos sin intervención de Escribano, ni de
alguna otra autoridad; después de hechos se presentan a u n Juez, que hay nombrado
en cada Condado a este solo fin, y que hace al mismo tiempo de Escribano, ante el
236
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
de p a z 1 para cada Condada, en los Jueces de paz, y en aquellas otras
Cortes que la Legislatura establezca de cuando en cuando.
II. Los Jueces de la Corte Suprema y de las varias Cortes de alegatos comunes tendrán sus Oficios mientras se porten bien. Pero por
cualquiera causa justa, aunque no sea suficiente para fundar una acusación, puede el Gobernador removerlos, precediendo un recurso de
los dos tercios de cada ramo de la Legislatura. Los Jueces de la Corte
Suprema y los Presidentes de las diversas Cortes de alegatos comunes
recibirán por sus servicios en tiempos señalados una compensación adecuada, que se ha de fijar por ley, la cual no se disminuirá durante su
continuación en el Oficio; pero ellos no recibirán algunas obvenciones
de su Oficio, ni tendrán algún otro Oficio de provecho bajo esta. República.
III. La jurisdicción de la Corte Suprema se extenderá a todo el
Estado; y los jueces de ella serán en virtud de sus oficios los jueces para
oír y determinar y dar soltura a los presos de la cárcel en los diferentes condados.
IV. Las diferentes Cortes de alegatos comunes se establecerán,
entretanto que no se determine por ley otra cosa, en la manera siguiente: El Gobernador nombrará en cada Condado tres jueces a lo
menos y cuatro a lo más, lo cuales, durante la continuación en su
oficio, residirán en cada condado. El Estado será dividido por ley en
circuitos, de los cuales ninguno incluirá más de seis, ni menos de tres
condados. Se nombrará un Presidente de las Cortes en cada circuito,
quien residirá en él durante su continuación en el oficio. El Presidente 2 y jueces, bastando dos de ellos, cualesquiera que sean para constituir la Junta, compondrán las respectivas Cortes de alegatos comunes.
V. Los jueces de la Corte de alegatos comunes en cada condado
serán en virtud de sus oficios de jueces para oír, y determinar y dar
soltura a los presos en los juicios capitales, y demás delincuentes que
haya en él; cualesquiera dos de los dichos jueces, siendo el Presidente
•cual juran los testigos ser aquel el testamento, y firma el testador. Este Juez conoce
«n primera instancia en todas las causas relativas a los testamentos; y asociado con
los dos Jueces de las Cortes -de alegatos comunes, forma la Corte de Registro, adonde
pueden apelar las partes; quedando además el derecho de apelación a la Corte
Suprema.
1
La Corte de sesiones trimestres es la misma Corte de alegatos comunes, y
conoce en aquellas causas que no son graves, como robos leves, pleitos o quimeras, etc.
2
Este Presidente, que ya se ha dicho antes ser un Juez itinerario, junto con
los dos Jueces mencionados deben tener sus Cortes cuatro veces al año en cada
Condado, o más si lo juzgaren necesario.
237
THOMAS
PAINE
uno de ellos, constituirá la Junta; pero ellos no tendrán una Corte
para oír, determinar y dar soltura a los presos en algún condado cuando los jueces de la Corte Suprema o alguno de ellos x estén en sesión
en el mismo condado. La parte acusada puede, lo mismo que la República, observando las reglas que se prescribieren por ley, llevar la acusación y proceso o una copia de él, a la Corte Suprema.
VI. La Corte Suprema y las varias Cortes de alegatos comunes,
además de los poderes que han ejercido hasta ahora, tendrán también
los de una Corte de Chancillerí a en todo lo que sea relativo a perpetuar testimonios, procurarse la evidencia de los hechos en lugares que
estén fuera de este Estado, y cuidar de las personas y bienes de aquellos que son non compos -mentís; y la Legislatura conferirá a las dichas Cortes aquellos otros poderes, según lo juzgue necesario, para reparar las injusticias cometidas, y puede de cuando en cuando aumentar
o disminuir estos poderes o concederlos a ciertas Cortes, según le parezca bien para la buena administración de Justicia.
VIL Los jueces de las Cortes de alegatos comunes en cada condado (de los cuales cualesquiera dos constituirán la Junta) compondrán la Corte de las sesiones trimestres de paz, y la de huérfanos del
condado, y el Archivero de testamentos 2 junto con dichos jueces, o
cualesquiera dos de ellos, compondrá la Corte de Registro en cada
condado.
VIII. Los jueces de las Cortes de alegatos comunes tendrán dentro
de sus respectivos condados los mismos poderes que los jueces de la
Corte Suprema, para expedir decretos de Certiorari 3 a los jueces de
paz, y hacer que presenten sus procedimientos, para obrar en derecho
y en justicia lo mismo que la Corte Suprema.
IX. El Presidente de la Corte en cada circuito, dentro de él, y
los jueces de la Corte de alegatos comunes dentro de sus respectivos
* Anteriormente estaba prevenido que un Juez de la Corte Suprema pasase
en tiempos determinados a cada Condado para tener allí Cortes Supremas: pero
por una ley de 24 de febrero de 1806, y un suplemento de 11 de marzo de 1809,
está determinado que la República se divida en cuatro distritos; y que una vez en
el año pasen los tres Jueces a cada -distrito, para abrir allí la Corte Suprema, que
dura por quince días; y que en Philadelphia se abran dos veces al año continuando
por dos semanas en el mes de marzo, y tres en diciembre: esta Corte no juzga de
hecho, sino de derecho: los hechos se deciden por la Corte de alegatos comunes, y
un Jury.
2
Este es el mismo Juez de que se ha hablado en la nota anterior.
3
Auto del tribunal de equidad y conciencia de Inglaterra, mandando se presenten los documentos de alguna causa allí pendiente.
238
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA F I R M E
condados, serán los Jueces de paz en todo lo que sea relativo a materias criminales.
X. El Gobernador nombrará un número competente de Jueces
de paz de cada condado, en aquellos distritos en que convengan, según
está determinado, o se determinare por ley; y éstos tendrán sus oficios
mientras se porten bien; pero pueden ser removidos por convicción de
mala conducta en el oficio, o de algún crimen infamatorio, o por recurso de las dos Salas de la Legislatura.
XI. Habrá en cada condado un archivo de pruebas de testamentos, y de los nombramientos de administradores de bienes de difuntos,
y un archivo de escrituras.
XII. La fórmula o título de todos los procesos comenzará así:
La República de Pensilvania: y todas las causas se seguirán en el nombre, y por la autoridad de la República de Pensilvania y concluirán así:
contra la paz y dignidad de ella.
ARTÍCULO
VI
§ I. Los sheriffs y Coronarios serán escogidos por los ciudadanos
de cada condado en los lugares y al tiempo de elegir los Representantes. Se escogerán dos personas para cada oficio, una de las cuales, respectivamente en cada oficio, será nombrada por el Gobernador. Ellas
tendrán sus oficios por tres años, si se condujeren bien durante este
tiempo, y hasta que se habilite otra que les suceda; pero ninguno será
elegido o nombrado dos veces de sheriff en cualquier término de
seis años. Las vacantes en cualquiera de dichos oficios serán provistas
por un nuevo nombramiento que deberá hacerse por el Gobernador,
para continuar hasta la próxima elección general y hasta que se elija
y habilite un sucesor como queda arriba dicho.
II. Los hombres libres de esta República serán armados y disciplinados para su defensa. Aquellos que por escrúpulo de conciencia
repugnen llevar las armas, no serán competidos a hacerlo; pero pagarán
un equivalente a su servicio personal. Los oficiales de milicia serán
nombrados en aquella manera, y para aquel tiempo que se determine
por ley.
III. Los Protonotarios, Escribanos de la Corte de paz y de la de
huérfanos, los Archiveros de escrituras y los de testamentos y los
239
THOMAS
PAINE
sheriffs tendrán sus oficinas en la capital del condado en donde sean
oficiales respectivamente; a menos que el Gobernador por razones particulares, les dispense luego por algún tiempo que no exceda de cinco
años, después que el condado haya sido erigido.
IV. Todas las patentes o despachos, se darán en el nombre y por la
autoridad de la República de Pensilvania, se sellarán con el sello del
Estado y serán firmados por el Gobernador.
V. El Tesorero del Estado será nombrado anualmente por los votos
reunidos de los miembros de las dos Salas. Todos los otros oficiales del
departamento de la Tesorería, Procuradores, Oficiales de elecciones.
Oficiales de impuestos, Oficiales de pobres y de caminos, Ministros de
Justicia y otros cualesquiera oficiales de la jurisdicción de las ciudades,
se nombrarán en aquella manera que está determinada o que se determinare por ley.
ARTÍCULO
VII
§ I. La Legislatura proveerá, lo más oportunamente que sea posible, por ley, que se establezcan escuelas en todo el Estado, en las
cuales se pueda enseñar a los pobres de gratis.
II. Las Artes y las Ciencias se promoverán estableciendo uno o
más seminarios donde se enseñen.
III. Los derechos, privilegios, inmunidades y bienes de las Sociedades y Corporaciones religiosas, quedarán como si la Constitución
de este Estado no hubiese sido alterada o corregida.
ARTÍCULO
VIH
Los miembros de la Asamblea General y todos los oficiales ejecutivos y judiciales, serán obligados por juramento o afirmación a sostener
la Constitución de esta República y a desempeñar las obligaciones de
sus respectivos oficios con fidelidad.
240
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
ARTÍCULO
IX
Para que los grandes principios generales y esenciales de la libertad
y de un Gobierno libre sean reconocidos y establecidos inalterablemente,
DECLARAMOS:
I. Que todos los hombres nacen igualmente libres e independientes y tienen ciertos derechos inajenables e irrevocables, entre los cuales
se puede contar el de gozar y defender la vida y la libertad, el de
adquirir, poseer y proteger la propiedad y reputación y el de procurarse
su misma felicidad.
II. Que todo poder es inherente en el pueblo, y que todos los
Gobiernos libres tienen por fundamento la autoridad de él, y son instituidos para su tranquilidad, seguridad y felicidad. Y que para llevar
adelante este importante objeto él tiene en todos los tiempos un derecho inajenable e irrevocable de alterar, reformar o abolir su Gobierno
de la manera que juzgue más conveniente.
III. Que todos los hombres tienen un derecho natural e irrevocable para adorar a Dios Todopoderoso según le dicte su misma conciencia, y que ningún hombre puede ser compelido por derecho a asistir,
erigir ni sostener algún lugar de adoración, ni a mantener algún ministerio eclesiástico contra su consentimiento; que ninguna autoridad
humana puede en algún caso, cualquiera que sea, gobernar o intervenir
en los derechos de conciencia, y que ninguna preferencia se dará jamás
por ley a cualquiera establecimiento religioso, o modo de adoración.
IV. Que ninguna persona que reconozca la existencia de un Dios
y una vida futura de gloria, y penas, será considerada incapaz, por
causa de sus sentimientos religiosos, de tener algún oficio o empleo de
confianza o provecho bajo de esta República.
V. Que las elecciones serán libres e imparciales.
VI. Que el juicio por el Jury será como lo ha sido hasta ahora,
y que el derecho a él permanecerá inviolable.
VII. Que la imprenta será libre para toda persona que emprenda
examinar los procedimientos de la Legislatura, o de algún ramo del
Gobierno, y ninguna ley se hará jamás para coartar el derecho de ella.
La libre comunicación de los pensamientos y opiniones es uno de los
más inestimables derechos del hombre, y todo ciudadano puede libre241
THOMAS
PAINE
mente hablar, escribir o imprimir sobre cualquier asunto, siendo responsable del abuso de esta libertad. En las causas o quejas por la publicación de papeles examinando la conducta oficial de los oficiales u
hombres de un carácter público, o en aquellas en que es propio publicar
el asunto para la información del público, la verdad de él puede ser
presentada en prueba, y en todas las acusaciones por libelos, el Jurytendrá derecho para determinar la ley y los hechos bajo la dirección
de la Corte como en otros casos.
VIH. Que el pueblo será asegurado en sus personas, casas, papeles
y posesiones de pesquisas y embargos injustos, y que ninguna orden
para pesquisar cualquier lugar, o apoderarse de alguna persona, o de
algunas cosas se expedirá sin describirlas lo más exactamente que se
pueda, ni sin causa probable, apoyada por juramento o afirmación.
IX. Que en todas las causas criminales el acusado tiene derecho
para ser escuchado por sí mismo y su abogado: para pedir la naturaleza
y causa de la acusación contra él; para carear los testigos; para tener
órdenes compulsorias con el fin de hacer venir testigos en su favor, y
en las causas por acusación o delación, para tener un juicio público y
pronto, por un Jury imparcial del vecindario; que él no puede ser compelido a dar pruebas contra sí mismo; ni puede ser privado de su vida,
libertad o propiedad, sino por el juicio de sus Pares y por la ley de
la tierra.
X. Que no se procederá criminalmente, en consecuencia de alguna delación contra ninguna persona por ofensas que no se pueden comprobar, excepto en los casos que se originen en las fuerzas de tierra
o mar, o en la milicia cuando está en actual servicio en tiempo de
guerra o peligro público, o con permiso de la Corte, por opresión o
mala conducta en los oficios. Ninguno por una misma ofensa sufrirá
dos penas; ni se tomará o aplicará la propiedad de algún hombre a los
usos públicos, sin el consentimiento de sus representantes, y sin que se
le haga una justa compensación.
XI. Todas las Cortes serán abiertas; y cada hombre por una injuria que se le haya hecho en sus tierras, bienes, persona, o reputación
tendrá remedio por el curso debido de la ley, y se le administrará justicia de balde, y sin repulsa, ni dilación. Las instancias contra la República se pueden hacer en aquella manera, en aquellas Cortes, y en
aquellos casos, que la Legislatura determinare por ley.
242
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
XII. Que ningún poder para suspender las leyes se ejercerá, sino
por la Legislatura, o su autoridad.
XIII. Que no se exigirán cauciones excesivas, ni se impondrán
multas excesivas, ni se aplicarán castigos crueles.
XIV. Que todos los prisioneros pueden ser dejados en libertad bajo
suficientes seguridades, excepto por las ofensas criminales en que la
prueba es evidente, o la presunción sea grande; y el privilegio de la ley
babeas corpus no se suspenderá, sino en aquellos casos de rebelión o
invasión, en que la seguridad pública exija lo contrario.
XV. Que no se expedirá ninguna comisión particular para oír,
determinar, y dar soltura a los presos de la cárcel.
XVI. Que la persona de un deudor, cuando no haya presunción
fuerte de fraude, no continuará en la prisión después de entregar sus
bienes a favor de sus acreedores, en aquella manera que estuviere prescripta por ley.
XVII. Que no se hará ninguna ley retroactiva, ní ley alguna que
altere los contratos.
XVIII. Que ninguno será declarado reo de traición o felonía por
la Legislatura.
XIX. Que ninguna proscripción acarreará infamia a las familias,
ni se confiscarán los bienes para la República, excepto durante la vida
del delincuente: que los bienes de aquellas personas, que se mataren a
sí mismas, pasarán, o se darán como en los casos de muerte natural;
y si alguna persona se matare por casualidad, no habrá confiscación de
bienes por esta razón.
XX. Que los ciudadanos tienen derecho a juntarse para su bien
común en una manera pacífica, y dirigirse a los que están investidos
con los poderes del Gobierno, para la reforma de abusos, o para otros
fines regulares, por súplica, memoriales o representaciones.
XXI. Que el derecho de los ciudadanos para llevar armas en defensa suya, y del Estado, no será negado.
XXIL Que no se mantendrá sobre las armas Ejército, en tiempo de
paz, sin el consentimiento de la Legislatura; y que el militar estará
en todos casos, y en todos tiempos bajo una estrecha subordinación al
poder civil.
XXIII. Que en tiempo de paz ningún soldado será acuartelado en
cualquiera casa sin el consentimiento de su dueño, ni en tiempo de
guerra, sino en una manera que se ha de prescribir por ley.
243
THOMAS
PAINE
XXIV. Que la Legislatura no concederá título alguno de nobleza, o distinción hereditaria, ni creará algún Oficio, cuyo nombramiento sea por más largo tiempo, que durante la buena conducta.
XXV. Que no se prohibirá la emigración del Estado.
XXVI. Para precaver las transgresiones de los grandes poderes, que
nosotros hemos delegado, DECLARAMOS, que todas las cosas contenidas
en este artículo, quedan exceptuadas de los poderes generales del Gobierno, y quedarán para siempre invioladas.
N O T A
Para que no pueda originarse inconveniente alguno de las alteraciones y correccioftes en la Constitución de esta República, y en orden
a llevar la misma a una completa operación, se declara, y ordena por
la presente.
I. Que todas las leyes de esta República, que estuvieren en fuerza
al tiempo de hacer las dichas alteraciones y correcciones en la dicha
Constitución, y no inconscientes con ella, y todos los derechos, causas,
quejas, pretensiones y contratos, así de los individuos como de los Cuerpos incorporados, continuarán como si las dichas alteraciones y correcciones no se hubiesen hecho.
II. Que el Presidente, y Supremo Consejo Ejecutivo continuarán
ejerciendo la autoridad ejecutiva de esta República, como hasta ahora,
hasta el tercer Martes de Diciembre próximo futuro: pero ninguna vacante intermediaria en el Consejo se proveerá por nuevas elecciones.
III. Que todos los Oficiales, en el nombramiento del departamento
ejecutivo, continuarán en el ejercicio de las obligaciones de sus respectivos Oficios hasta el día primero de Septiembre de mil setecientos noventa y uno; a menos que sus comisiones expiren más pronto por sus
mismas limitaciones, o vaquen los dichos Oficios por muerte, o renuncia; y no continuarán más largo tiempo, a menos que sean nombrados
y comisionados otra vez por el Gobernador; excepto los Jueces de la
Suprema Corte, que tendrán sus Oficios por el término que se expresare
en sus comisiones respectivamente.
IV. Que la justicia será administrada en los diversos Condados de
este Estado, hasta el período arriba dicho, por los mismos Jueces, en las
mismas Cortes, y de la misma manera, como hasta ahora.
244
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
V. Que ninguno que tenga comisión ahora como sheriff, será
elegible en la próxima elección por más tiempo que hasta completar
el término de tres años, contando el que haya servido en el dicho Oficio.
VI. Que, hasta que se haga el primer padrón, según está determinado en la sección¡ cuarta del artículo primero de esta Constitución, establecido por esta Convención, la ciudad de Filadelfia y los diversos
Condados, tendrán respectivamente derecho para elegir el mismo número de Representantes, según está prescripto ahora por ley.
VIL Que el primer Senado consistirá de dieciocho miembros,
que se han de elegir en los distritos, formados como sigue, a saber:
La ciudad de Filadelfia y los condados de Filadelfia y Delaware
serán un distrito y elegirán tres Senadores: el Condado de Chester será
un distrito y elegirá un Senador: el de Bucks será otro, y elegirá un
Senador: el de Montgomery será otro, y elegirá también uno: el de
Northampton será otro, y elegirá uno: los Condados de Lancaster y
York serán un distrito, y elegirán tres Senadores: los de Berks y Dauphin serán uno, y elegirán dos: los de Cumberland y Mifflin serán
uno, y elegirán un Senador: ios de Northumberland, Luzerne y Huntingdon serán un. distrito, y elegirán un Senador: los de Bedford y
Franklin serán también uno, y elegirán un Senador: los de Westmoreland y Alleghany serán uno, y elegirán otro Senador: los de Washington y Fayette serán uno, y elegirán dos: los cuales Senadores servirán
hasta que se haga el primer padrón ya mencionado, y la Representación
en las dos Salas de la Legislatura será establecida por ley, y elegida como está prevenido en la Constitución. Cualquiera vacante, que suceda
en el Senado dentro del dicho tiempo, será proveída como está prescrito en la sección décimanovena del primer artículo.
VIII. Que las elecciones de los Senadores se harán, y que las listas
de ellas, se dirigirán al Senado, de la misma manera que está prescrita
por las leyes sobre las elecciones del Estado con respecto al método de
dirigir y hacer las listas de las elecciones de Representantes. En aquellos
distritos, que están compuestos de más de un Condado, después de
las elecciones de los distritos dentro de cada condado, después de
haber formado una lista de la entera elección dentro del Condado, en
aquella manera que está determinada por ley, remitirán la misma con
uno o más de los mismos Jueces, al lugar que se determine en lo adelante dentro del distrito, a que corresponde el tal Condado, y allí los
Jueces, en Junta, compararán y contarán las diferentes listas del Con>
245
THOMAS
PAINE
dado, y harán una lista general y exacta por el distrito entero, firmándola y sellándola: es decir, ios Jueces del distrito, compuesto de la
ciudad de Filadelfia y de los condados de Filadelfia y Delaware,
se juntarán en la ciudad de Filadelfia en la Casa del Estado; los
Jueces del distrito compuesto de los Condados de Lancaster y York,
se juntarán en Lancaster en la Casa de Corte: los del distrito, compuesto de los Condados de Berks y Dauphin, se juntarán en Middletown en
el Condado de Berks; los del distrito, compuesto de los Condados de
Cumberland y Mifflin, lo harán en la jurisdicción de la Ciudad de
Greenwood del Condado de Cumberland, en la casa que ocupa ahora
David Miller; los del distrito, compuesto de los Condados de Northumberland, Luzerne y Huntingdon se juntarán en la ciudad de Sunbury;
los del distrito, compuesto de los Condados de Bedford y Franklin, lo
harán en la casa que ocupa ahora John Dickey, en la jurisdicción de la
Ciudad de Air, del Condado de Bedford; los del distrito, compuesto de
los condados de "Westmoreland y Alleghany, se juntarán en la Casa
de Corte, en la Ciudad de Greensborough; y los Jueces del distrito,
compuesto de los Condados de Washington y Fayette, se juntarán en
la Casa de la Corte de la Ciudad de Washington, en el Condado del
mismo nombre, en el tercer Martes de Octubre respectivamente, para
los fines arriba dichos.
IX. Que la elección del Gobernador será dirigida en los diversos
Condados en la manera prescrita por las leyes del Estado para la elección
de Representantes; y las listas de cada Condado serán selladas por los
Jueces de las elecciones, y por la via del Presidente del Consejo Supremo Ejecutivo, se dirigirán al Presidente del Senado, lo más pronto que
se pueda después de la elección.
Hecha en Convención en el día dos de Septiembre, Año de Nuestro
Señor mil setecientos noventa; y décimo quinto de la Independencia
de los Estados Unidos de América. En testimonio de lo cual firmamos
ésta.
THOMAS MiFFLnsr, Presidente, etc.
NOTA DEL TRADUCTOR
Yo apuntaré aquí, aunque no sea éste el lugar correspondiente, la
explicación que me hizo el mismo acerca de la Corte Suprema de los
246
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
Estados Unidos, y que no pude adquirir cuando se imprimió su Constitución.
La Corte Suprema de los Estados Unidos se compone de siete Jueces,
y se tiene una vez al año en la Ciudad de Washington: hay además un
Juez en cada Estado que se llama Juez de distrito: éste tiene sus Cortes
por sí solo cuatro veces al año indispensablemente, o más si lo juzga
necesario: conoce en primer lugar de causas fiscales; en segundo de empresas marítimas; de sueldos de marineros; de contratos de gruesa ventura; de todos los pleitos civiles y criminales, que tienen su origen en
alta mar, y de algunos pequeños delitos, de los cuales tiene conocimiento en virtud de Actos especiales del Congreso.
Un Juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos viene dos veces
al año, y asociándose con este Juez de distrito, forma una Corte Superior llamada de circuito; a cuyo fin los Estados Unidos están divididos en siete circuitos, y cada Juez tiene sus Cortes en cada uno de los
Estados que componen aquel circuito que se le destina con consideración
a la inmediación de su residencia. Esta Corte tiene jurisdicción original
y apelativa: Por apelación decide sobre todas las causas civiles y criminales, en las cuales el Juez del distrito tiene jurisdicción original; sobre
las causas civiles marítimas, y presas: trata de hecho y derecho, porque
se deciden tales causas según el estilo de la ley Romana, sin intervención de un Jury: en otros casos no puede sino reformar las sentencias
del tribunal inferior en materias de derecho. Tiene también jurisdicción
original en otras muchas causas: Primeramente en las causas criminales,
en las cuales se trata de vida, o muerte, o de castigos graves: en segundo
lugar en las causas civiles entre extranjeros y americanos, y entre americanos que no son de un mismo Estado; y también en aquellas causas
(sean cuales fueren las partes) que están fundadas sobre alguna ley
especial del Gobierno federativo. En las causas criminales no trata sino
de la violación de las leyes del Gobierno federativo, o del derecho de gentes, o, por atribución particular dada por la Constitución federal, de
crímenes y delitos cometidos en alta mar, como piratería y otros semejantes.
247
CONSTITUCIÓN
DE
VIRGINIA
La Constitución, o Forma de Gobierno, acordada y resuelta por los
Diputados y Representantes de los diversos Condados y Corporaciones
de Virginia, en una Convención General, tenida en Williamsburgb, el
6 de Mayo, y continuada por prorrogación hasta el 5 de Julio dp 1776
Nosotros, los Diputados y Representantes del buen Pueblo de Virginia, declaramos la forma de Gobierno de este Estado, que deberá ser
en lo venidero como sigue:
Los departamentos Legislativo, Ejecutivo, y Judiciario, serán separados y distintos, de tal modo que ninguno ejerza los poderes, que
pertenecen propiamente al otro; ninguno ejercerá a un mismo tiempo
más que uno. de estos poderes, excepto aquellos Jueces de las Cortes
de Condados, a quienes se les permita por esta Constitución ser elegidos
para una u otra de las Salas de la Asamblea.
El Departamento Legislativo se formará de dos ramos distintos
que, juntos, harán una Legislatura completa. Se juntará una vez, o
más, todos los años, y se llamará la Asamblea General de Virginia. Uno
de estos ramos se llamará la Sala de Diputados, y consistirá de dos Representantes, que se han de elegir para cada Condado, y para el distrito de West-Augusta, anualmente, entre aquellos hombres que residen
en la actualidad allí, y que poseen feudo franco dentro de los mismos,
y que están calificados debidamente con arreglo a la ley; y también de
un Diputado o Representante que se ha de elegir anualmente para la
Ciudad de Williamsburgh, y uno para el vecindario de Norfolk, y un
Representante para cada una de aquellas otras Ciudades y vecindarios»
a quienes la Legislatura conceda en lo adelante una Representación
particular; pero si cualquiera Ciudad o vecindario decayere en el es-
248
LA INDEBENDEÍíCIA DE LA COSTA FIRME
pació de siete años tanto que el número de personas, que tienen derecho
de votar en ella, sea menor que la mitad del número de votadores de
cualquier otro Condado de Virginia, entonces de allí en adelante la tal
Ciudad o vecindario cesará de enviar un Diputado o Representantes a
la Asamblea.
El otro ramo se llamará el Senado, y constará de veinticuatro
miembros, trece de los cuales constituirán la Sala para proceder en los
negocios; para cuya elección los diferentes Condados serán divididos en
veinticuatro distritos; y cada condado en su respectivo distrito votará, al tiempo de la elección de su Diputado, por un Senador, que
reside actualmente, y posea propiedad dentro del distrito, y que esté
calificado con arreglo a la ley, y sea mayor de veinticinco años de
edad; y los sheriffs de cada condado, dentro de cinco días a lo más-,
después de hecha la última elección de condado en el distrito, se juntarán
en un lugar conveniente, y de las elecciones hechas así en sus respectivos
Condados, reconocerán como Senador al hombre que tenga mayor número de votos en todo el distrito. Para mantener esta Asamblea por
turnos, se dividirán los distritos con igualdad en cuatro clases, y se
numerarán por suerte. Al fin del primer año, después de la elección
general, los seis miembros elegidos por la primera división, cesarán en
su empleo, y sus vacantes serán proveídas por aquella clase o división a
que correspondan, haciendo una nueva elección de la manera que se ha
dicho antes. Este turno será aplicado a cada división según su número,
y continuará en el orden debido anualmente.
El derecho de votar en la elección de los miembros para las dos Salas
quedará como se ejercita al presente; y cada Sala escogerá su mismo
Presidente, nombrará sus mismos Oficiales, establecerá sus mismas reglas
de proceder, y expedirá decretos de elección para suplir las vacantes
intermediarias.
Todas las leyes se originarán en la Sala de Diputados, y el Senado
puede aprobarlas o rehusarlas, o corregirlas de acuerdo con la Sala de
Diputados; excepto los Bills acerca de monetla, que en ninguna ocasión
serán alteradas por el Senado, sino enteramente aprobados o rehusados.
Las dos Salas escogerán un Gobernador, o Magistrado principal, por
balotas (que se han de tomar en cada Sala respectivamente) y que se
depositan en el cuarto de las conferencias; los cofres serán examinados allí de mancomún por una Junta de Comisionados de cada Sala,
a quien se dará una cuenta de los números separadamente (y éste será
249
THOMAS
PAI NE
el método que se observará para tomar las balotas en todos los casos que
haya de haber concurrencia de las dos Salas) para que el dicho Gobernador pueda entrar en el empleo, en el cual no continuará por más
de tres años sucesivamente; ni podrá una misma persona ser elegida otra
vez para este oficio hasta que no hayan pasado cuatro años después que
lo haya dejado. Se le asignará un Salario adecuado y moderado durante
su continuación en el Oficio; y él, con el parecer de un Consejo de
Estado, ejercerá el Poder Ejecutivo del Gobierno con arreglo a las leyes
de esta República; y no ejercerá bajo pretexto alguno cualquier otro
poder o prerrogativa en virtud de alguna ley, estatuto o costumbre de
Inglaterra. Pero él, con parecer del Consejo de Estado, tendrá el poder
de suspender la ejecución de una sentencia de muerte, o perdonarla, excepto cuando la acusación haya sido seguida por la Sala de Diputados,
o que la ley determine particularmente lo contrario; en cuyo caso ninguna sentencia de muerte se suspenderá, ni se concederá perdón alguno,
sino por resolución de la Sala de Diputados.
Cada una de las Salas de la Asamblea puede prorrogarse por si misma respectivamente. El Gobernador no prorrogará o diferirá la Asamblea durante su sesión, ni la disolverá en ningún tiempo; pero podrá,
si fuere necesario, o por parecer del Consejo de Estado, o por recurso
de una mayoría de la Sala de Diputados, convocarla antes del tiempo,
a que se haya prorrogado o diferido.
El Consejo privado o Consejo de Estado, que constará de ocho
miembros, será escogido por balotas por las dos. Salas de la Asamblea,
bien sea de entre sus" mismos miembros, o bien sea de entre el Pueblo
en general, para asistir al Gobernador en su administración. Ellas escogerán anualmente, fuera de sus mismos miembros, un Presidente,
que en caso de muerte, imposibilidad, o ausencia del Gobernador fuera
del Gobierno, hará sus veces como Teniente Gobernador. Cuatro miembros del Consejo serán suficientes para obrar, y su parecer, y procedimientos se insertarán en el Registro, y se firmarán por los miembros
que estén presentes (en cualquiera parte del cual puede cualquier miembro insertar su parecer contrario a los demás) para presentárselo a la
Asamblea General, cuando ella lo pida. Este Consejo puede nombrar su
mismo Escribano, quien tendrá un salario determinado por ley, y tomarle juramento de guardar secreto en aquellas materias, que el Consejo determine ocultar. Una suma de dinero, destinada a este objeto,
se repartirá entre los miembros a proporción de su servicio; y ellos no
250
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
podrán tener un asiento en cualquiera de las Salas de la Asamblea durante su continuación en el Oficio de Consejeros. Las dos Salas de la
Asamblea removerán por balotas dos miembros de él a fin de cada
tres años, y podrán ser elegidos los mismos en los tres años siguientes.
Estas vacantes, como también las que se ocasionen por muerte o incapacidad, serán proveídas por nuevas elecciones en la misma manera.
Los Diputados de Virginia para el Congreso Continental serán elegidos anualmente, o invalidados en el intermedio por las dos Salas de
la Asamblea, que lo harán por medio de balotas.
Los Oficiales de la presente Milicia continuarán en sus empleos, y
las vacantes serán proveídas por nombramientos que hará el Gobernador, con parecer del Consejo privado, sobre las recomendaciones de
las respectivas Cortes de Condados; pero el Gobernador y el Consejo
tendrán poder para suspender a un Oficial, y formarle un Consejo de
Guerra, por queja sobre su conducta o ineptitud; y para proveer las
vacantes de Oficiales, que sucedan cuando estén en actual servicio.
El Gobernador puede, con parecer del Consejo Privado, juntar la
Milicia; y cuando esté junta tendrá él solo la dirección de ella, bajo
las leyes del país.
Las dos Salas de la Asamblea nombrarán, por balotas, los Jueces
de la Corte Suprema de apelaciones, y los Jueces de la Corte de Cnancillería, los del Almirantazgo, el Secretario y Procurador General, los
cuales todos recibirán sus patentes o despachos del Gobernador, y continuarán en el Oficio mientras se porten bien. En caso de muerte, incapacidad, o renuncia de alguno de ellos, el Gobernador nombrará, con
parecer del Consejo Privado, sujeto que le suceda, y este nombramiento
se pasará a las dos Salas de la Asamblea, que lo aprobarán o no. Estos
Oficiales tendrán salarios fijos y adecuados e igualmente que todos los
otros, que tienen oficios de provecho, y los demás Ministros del Evangelio 1> y de todas las sectas, serán incapaces de ser elegidos para miembro de alguna de las Salas de la Asamblea, o del Consejo privado.
1
Aunque las Constituciones de los otros Estados, que aquí se h a n insertado,
guardan silencio sobre este particular, se observa en la práctica que ningún Ministro
d e la Iglesia tiene Oficio ni empleo público. Acaso podrá decirse entre nosotros que
una máxima semejante sólo podría tener lugar en u n país en que la Religión n o es
respetada ni venerada igualmente que en los nuestros: pero si se me permite responder a. esta idea errónea sin que se atribuya a desatención o falta de respeto hacia
el Venerable Clero y protestando de antemano la rectitud de mis intenciones en
esta parte, yo diré que todos los hombres, aunque difieren entre sí en cuanto a sus
opiniones religiosas, esperan y temen una vida perdurable, que k s hace observar sus
251
THOMAS
PAINE
El Gobernador, con parecer del Consejo privado, nombrará los Jueces de paz para los Condados; y en caso de vacante, o que haya necesidad en adelante de aumentar su número, tales nombramientos se harán
por la recomendación de las respectivas Cortes de Condados. El Secretario que actúa al presente en Virginia, y los Escribanos de todas las
Cortes de Condados continuarán en el Oficio. En caso de vacantes por
muerte, incapacidad o renuncia, el Secretario será nombrado, c¿mo está
determinado arriba, y los Escribanos lo serán por las respectivas Cortes.
Los Escribanos que se hallan al presente y todos los demás que les sucedan, tendrán sus Oficios mientras se porten bien, lo cual será juzgado
y determinado por la Corte General. Los Sheriffs y Coronarios serán
nombrados por las respectivas Cortes, y, con parecer del Consejo privado, serán aprobados por el Gobernador, de quien recibirán sus patentes
o despachos.' Los Jueces nombrarán los Condestables; y todos los estipendios de los Oficiales arriba dichos serán arreglados por ley.
El Gobernador, cuando esté fuera del Oficio, y cualesquiera otros,
que delinquieren contra el Estado por mala administración, corrupción
u otros medios, por los cuales peligre la seguridad del Estado, deberán
ser acusados por la Sala de Diputados. Semejante acusación deberá ser
seguida por el Procurador General, o por cualquiera otra persona, o
personas, que la Sala pueda nombrar en la Corte General, con arreglo
a las leyes de la tierra. Si se encontraren culpables, serán o declarados
incapaces de tener cualquier Oficio bajo este Gobierno, o removidos dé
3-
"^ogmas con una exactitud igual si n o superior a Ja nuestra; y que por consiguiente
tienen por sus Ministros Eclesiásticos, aunque sin influencia en el sistema político
y civil, aquella consideración que es natural tener por unos hombres que ellos miran
como encargados de conducirlos al camino de la verdadera felicidad. Diré más: que
la parte sublime, sabia, y digna de ser imitada en el Gobierno de estos Estados consiste en la exacta división o separación hecha entre las distintas Autoridades, prefijando y marcando a cada cual los límites de su poder, colocándolas de tal modo
que la una nunca pueda influir sobre la jurisdicción de la otra y alejando así toda
ocasión de que se encuentren entre sí, y chocándose destruyan la armonía que debe
permanecer entre ellas, y que constituye la ventaja y utilidad" del sistema general.
El que haya estado aquí habrá conocido prácticamente cuan poco influye la Variedad
de opiniones religiosas en las materias políticas y civiles: H a y un inmenso espacio
entre éstas y aquéllas. Cualquier sistema de Gobierno que se adopte, si no se establece bajo este mismo plan, determinando a cada autoridad hasta dónde deba extenderse, sin que pueda jamás influir sobre las otras, será defectuoso, y estará sujeto a
continuos vaivenes, que terminarán al fin por un trastorno general, y que ocasionarán puede ser la destrucción de muchas vidas. Los Ministros de la Iglesia por
ese mismo carácter sagrado con que están condecorados n o deben ejercer ningún
Oficio en el Gobierno, a fin de que famas se vean expuestos a merecer la detestación
y execración del Pueblo como hombres públicos: ellos deben reducir todas sus funciones, y autoridad al sagrado recinto de la Iglesia, y serán en todos tiempos venerados.
252
LA INDEPENDENCIA DE LA COSTA FIRME
sus Oficios pro tempore o sujetos a aquellas penas que las leyes determinaren.
Si todos, o algunos de los Jueces de la Corte General (con razones
suficientes para ser juzgados por la Sala de Diputados) fueren acusados
de alguno de los crímenes u ofensas arriba dichas, la dicha Sala de Diputados puede igualmente acusar al Juez o Jueces acusados de esta manera
para que se les forme su proceso en la Corte de apelaciones; y si se
encontraren culpados serán castigados de la misma manera que se previene en la cláusula anterior.
Las patentes, despachos y donaciones comenzarán asi: En el nombre
de la República de Virginia, e irán firmadas del Gobernador, y selladas
con el sello de la República. Los decretos comenzarán de la misma manera, e irán firmados por los Escribanos de las diversas Cortes. Las
acusaciones concluirán así: Contra la paz, y la dignidad de la República.
Las dos Salas nombrarán anualmente un Tesorero, por balotas.
Todos los bienes de extranjeros que mueran intestados, y todas las
multas y confiscaciones que se han aplicado hasta ahora al Rey, se
aplicarán a la República, excepto aquellas que la Legislatura pueda
abolir o proveer de otra manera.
Los territorios contenidos en las Cédulas, acerca de la erección de
las Colonias de Maryland, Pennsylvania, North-Carolina y South-Carolina, son por la presente cedidos, renunciados y revalidados para siempre
en favor del Pueblo de estas Colonias respectivamente, con todos los
derechos de propiedad, jurisdicción y gobierno, y cualesquiera otros
derechos que pudiesen ser reclamados en algún tiempo en adelante por
el Estado de Virginia; excepto el libre uso y navegación de los ríos de
Potomaque y Pokomcke, con la propiedad de las costas y playas de
Virginia, confinantes con uno u otros de los dichos ríos, y todas las
mejoras que se hayan hecho o que se hicieren en ellos. La extensión occidental y septentrional de Virginia permanecerá, en todos los otros
respectos, como se fijó por la Cédula del Rey Jayme I, en el año 1690,
y por los tratados públicos de paz entre las Cortes de la Gran Bretaña
y Francia en el año 1763; a menos que se establezcan por un Acto de
esta Legislatura uno, o más Gobiernos en la parte occidental de las
montañas de Alíeghany. Y no se harán compras de tierra a los nativos
sino en favor del público, y por la autoridad de la Asamblea General.
FIN
253
ÍNDICE
Pág.
LA I N D E P E N D E N C I A DE LA COSTA FIRME JUSTIFICADA POR T H O MAS PAINE T R E I N T A AÑOS H A
27
Introducción
35
Sentido común:
Del origen y designio del gobierno en general: con unas observaciones
concisas acerca de la Constitución
Inglesa
57
De la monarquía y sucesión hereditaria
44
Disertación sobre los primeros principios del Gobierno
56
Disertación acerca del Gobierno: Los asuntos de Banco y papel moneda
84
C O N S T I T U C I Ó N DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
151
Declaración de Independencia
153
Artículos de Confederación y perpetua unión
158
Constitución de los Estados Unidos:
168
Correcciones
182
Resolución; proponiendo una corrección a la Constitución de los Estados Unidos
Constitución de Massachusetts
184
186
Connecticut; relación de la Constitución de Connecticut
218
Constitución
222
de New-Jersey
Constitución de la República de Pensylvania
22?
Constitución de Virginia
24S
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