El espacio del saber Giovanna Prialé Reyes Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas Para Lévy los espacios antropológicos son estructurantes, vivos, autónomos e irreversibles. Así por ejemplo la economía en el espacio de las mercancías no se reduce a un objeto vinculado a una ciencia social, sino que por el contrario se encuentra vinculada con todos los espacios de la vida humana. Los espacios antropológicos han venido apareciendo en la vida humana, haciéndose autónomos hasta convertirse en irreversibles. Los espacios antropológicos son planos de existencia, de velocidades en escenarios contingentes e irreversibles. Los espacios antropológicos son mundos de significaciones y en ellos puede configurarse un mismo fenómeno, en sus diferentes dimensiones. Por tanto no se trata de fenómenos lineales, sino de una complejidad mayor en la que la tierra, el territorio, el capital y el espacio virtual del saber coexisten en todas partes de manera diferente. 1 1. Los espacios antropológicos 1.1 La tierra Para Lévy “la tierra es un cosmos, es un espacio en el que los hombres, las piedras, los animales, los vegetales y los dioses se encuentran, se hablan, se fusionan y se separan para constituirse a perpetuidad”. En este espacio caosmico, la especie consagrada es la humana. 1.2 El territorio Se expande por la tierra desde hace once mil años por placas anchas que se dispersan y unen en el transcurso de los siglos, como segundo espacio antropológico. El neolítico no está asociado con un periodo en el tiempo, sino como un espacio antropológico intemporal, que repercute en el desarrollo de la especie. El territorio trabaja por recubrir la gran tierra nómada. Khaldoun veía en la lucha entre los principios nómada y sedentario, la dialéctica de la historia. 1.3 El espacio de las mercancías Lévy se pregunta si “¿es el alba del milagro griego, con el invento de la moneda y del alfabeto, cuando los signos comienzan a circular más rápidamente, lateralmente, escapando a la pesada jerarquía de las castas?”. El espacio que antes se encontraba dominado por el comercio se constituye ahora en un esquema de circulación incesante, debido a velocidad que le imprime el dinero a las transacciones. Este mundo empieza a crecer por sí mismo y atraviesa las jerarquías del territorio. Este espacio se ha acrecentado en la medida que el 1 Lévy usa como herramienta explicativa el caso de una bola de papel formada por 4 hojas enrolladas y convertidas en un solo objeto. Al pincharla con una aguja se atravesarán las hojas en un orden distinto y cada pinchazo afectará a las hojas, que equivalen a los espacios antropológicos, de manera diferente. capitalismo convierte en mercancía todo lo que se acerca a sus circuitos. Este esquema funciona debido al esquema del Estado territorial. El capitalismo es completamente “deterritorializante” y permite que la economía se instaure como una dimensión inextinguible en la especie humana. Levy se pregunta qué nueva dimensión antropológica reemplazará la dimensión del capital? 1.4 El espacio del saber Para Lévy, este espacio no existe. Es virtual y se encuentra en espera de surgir. En el espacio de las mercancías, el saber se encuentra aún sometido a los requerimientos del capital y de la competitividad. En el territorio está subordinado a los poderes del Estado. En la tierra por su parte sigue enraizado en los conceptos de new age o de la deep ecology. El saber es un saber-vivir o un vivir-saber, corresponde a un espacio en el que se unen los procesos de subjetivación, tanto individuales como colectivos. Este pensamiento no se reduce a lo racional sino que involucra el cuerpo, el afecto, las percepciones; aún no existe porque no es autónoma pero su voz se escucha desde la eternidad. Este espacio antropológico si se desarrolla, acogerá forma de organización y de sociabilidad vinculadas a la subjetividad. 2. Identidades Se habla del microcosmos, la micrópolis y la pequeña casa. En su definición terrestre, la descendencia es cósmica. La exterioridad se transforma en interioridad. En la tierra, el individuo es en sí mismo un cosmos y en la territorialidad se convierte en una micropolis. En el espacio de las mercancías, el hombre es un mikro oikos en el que si bien se han acelerado los procesos, se ha restringido el alcance de la identidad subjetiva, a la familia, el trabajo y el dinero. Por su parte el surgimiento de una realidad organizada en torno al saber genera una crisis de identidad. Surgen colectivos de pensamientos, se desplazan y esa metamorfosis produce un intelecto colectivo. El juego video se constituye en un universo concreto mientras que el intelecto se proyecta en un espacio de dimensiones y significaciones. Esto supone que el cerebro del hombre se transforma, deja de ser un homo sapiens y se convierte en un policosmo. Lévy se pregunta si existe una cuántica de la libertad? Cómo medir la subjetividad? Para Lévy la cuántica de las cualidades solo puede ser un “arreglo colectivo en la que las expresiones semánticas son elásticas, adaptables a las situaciones en las cuales están sumidas y que ellas contribuyen a construir”. Así la identidad mólar asociada a una categoría, como por ejemplo, “soy…” es reemplazada por una construcción molecular en la que la persona se convierte en un vector, cuyas identidades se multiplican, ocupan diferentes comunidades y se enriquecen con el mismo movimiento. Para Lévy todas las personas poseen los cuatro tipos de identidades y es el espacio del saber el que permitirá que los hombres se reencuentren con la tierra ya que el conocimiento, el pensamiento y la invención ofrece una multiplicidad de mundos al individuo. 3. Semióticas2 En la tierra el signo participa del ser y el ser del signo. La menor percepción se convierte en índice, imagen o símbolo. El signo se constituye en un atributo que irradia energía. Para Lévy el mundo de las resonancias, las presencias y las conexiones actúa mucho más allá de las esferas inconscientes y organiza la existencia imaginaria y afectiva. En el territorio el signo se hace trascendente y es arbitrario. En el territorio la ley determina los nombres y la convicción separa las palabras. La significación no se agota en la territorialización del signo. La trascendencia del signo radica en la piedra angular de las jerarquías políticas y sacerdotales. En el espacio de las mercancías, los cuadros, rostros, paisajes, músicas, ritos, entre otros, son reproducidos y divulgados infinitamente a través de los libros, la prensa, los discos, el cine, la radio, entre otros. De esta manera el signo es deterritorializado. El signo ya no representa, traza. El signo entonces fluye, irradia, difunde, se propaga, se clona, prolifera. En el espacio del saber se da el regreso del ser, de la existencia real y viva en la esfera de la significación. Esta salida no debe ser considera, sin embargo, como una relación codificada sino que supone la actividad práctica, intelectual e imaginaria de los sujetos vivos. Este desarrollo no supone un regreso a la semiótica de la Tierra puesto que las significaciones del espacio del saber ya pasaron por la historia, la pluralidad de lenguajes y de mundos y los flujos decodificados de capital. Así cada nueva manera de construir significancia crea otras subjetividades, otras cualidades del ser. La productividad semiótica de los intelectos colectivos se “transubstancia” en productividad ontológica. 4. Figuras de espacio y de tiempo Para Lévy, la tierra representa la memoria de los hombres y su paisaje el mapa de la epopeyas, el espacio de las sabidurías y todo el espacio vive. El espacio es recorrido por fuerzas y la tierra está marcada por calidades e intensidades. El territorio surge porque se produce un engendramiento y extensión de un espaciotiempo propiamente territorial, el que solo se sostiene por un trabajo de fundación y 2 La semiótica se define como la teoría que tiene como objeto de interés a los signos. refundación perpetuo. El tiempo corre a partir de la fundación de la ciudad y ya no se habla de un antes o un después, sino de un adentro y un afuera. En el campo de las mercancías, los hombres, cosas, técnicas, entre otros, deterritorializados, establecen redes y espacios de circulaciones. Las ciudades grandes son megalópolis, en las que el espacio de las mercancías vive completamente en el interior de sus circuitos. Los móviles entonces combinan velocidades e intercambian sus mensajes en un espacio moviente. En el espacio del saber los intelectos colectivos derogan la exterioridad del tiempo a favor de un surgimiento de las temporalidades subjetivas. El reloj de los tiempos modernos es sincronizado al tiempo de las máquinas, el trabajo asalariado, el tiempo robado y el tiempo tedio. Así los intelectos colectivos segregan sus propias periodicidades y los individuos retoman sus temporalidades subjetivas. El espacio del saber elimina el efecto diferido cambiando de referencia, se trata de vivir en una utopía que para Lévy resulta utópica pero posible. Así en las estrategias defensivas, las sincronizaciones territoriales y mercantiles operan para siempre; mientras que en las estrategias ofensivas se trata de componer una subjetividad colectiva sobre la base de las diferencias. Para que el espacio del saber tome su autonomía necesita usar tecnologías reales construidas en un mundo mercantil. Estas tecnologías son usadas para construir ritmos vivos. De esta manera los intelectos colectivos se irrogan un tiempo subjetivo y así construye su duración partiendo de un dentro y de un fuera y a diferencia de la tierra, transforma el tiempo en espacio. 5. Instrumentos de navegación Para Lévy, en la Tierra se habla de relatos, portulanos y algoritmos. El principal elemento de conocimiento es el relato. La estructura básica del relato es el algoritmo, el que no necesita ser demostrado. Los portulanos3 rechazan las indicaciones que permitirán al navegante llegar a su destino. En su lugar enumera los arrecifes, las alturas del fondo, las direcciones y jornadas a vela en cada segmento del viaje. La Odisea es uno de los primeros portulanos. Este relato nos conduce a Ítaca En la Territorio ya no se trata de regresar a Ítaca, sino de aventurarse por mares desconocidos. Comienza entonces la navegación astronómica. Es a partir del descubrimiento de un espacio compuesto de puntos abstractos que Zenón de Elea desarrolla su paradoja: en el territorio Aquiles jamás atrapa a la tortuga. En este nuevo espacio la Tierra está cuadriculada y cada punto posee sus coordenadas. En el espacio de las mercancías ya no es posible fijar los puntos, se trata entonces de variaciones en masa de un gran número de datos, un flujo heterogéneo y múltiple 3 Las cartas portuláneas, también conocidas por el nombre de portulanos, son mapas que hicieron posible el uso de la brújula. de acontecimientos. Nacen entonces las estadísticas que se unen a las unidades heterogéneas y muestran así el escenario de una pluralidad dispersa. Las cualidades son llevadas a cantidades. El conocimiento nace, corre y muere aún más rápidamente que las mercancías. El valor y la organización de los conocimientos dependen de un contexto cultural, social y profesional cambiante. El conocimiento del conocimiento es una transformación del conocimiento. Lévy menciona entonces el concepto de cinemapa, desarrollado con Michael Authier, el cual señala un nuevo tipo de instrumento de orientación, localización y navegación. El cinemapa despliega el espacio cualitativamente diferenciado de los atributos de todos los objetos. Cada punto del cinemapa corresponde a un atributo diferente al resto. El cinemapa da a leer una situación dinámica, un espacio cualitativo de las significaciones comunes. Usando el cinemapa una comunidad construye su intelecto colectivo. 6. Objetos del conocimiento Los espacios antropológicos se piensan ellos mismos con sus propios medios. Así en la Tierra el objeto del conocimiento es un devenir-comienzo eterno. En el territorio se trata de la geometría y en este punto, Lévy menciona el teorema de Tales para medir la altura de una pirámide. Nacen así las ciencias exactas y la física clásica que han “territorializado” el cosmos. En el espacio de las mercancías el objeto está formado por la producción y el consumo de las mercancías. Pero también le interesa todo lo que se difunde, fluye, fluctúa, se transforma y se pierde, todo lo que gira en sus círculos. Nace entonces la termodinámica que se encarga del estudio de las transformaciones de la energía y la teoría de la información, la misma que recoge un enfoque matemático de la transmisión y circulación de mensajes. El espacio del conocimiento privilegia los intelectos colectivos y sus mundos. El mundo de un intelecto colectivo no es estable ni objetivo, de tal manera que este mundo deriva y se transforma al ritmo de la metamorfosis. Lévy señala entonces que se requiere una ampliación de definición de las ciencias de la cognición y hablar entonces de la ecología cognitiva, el mismo que se centra en estudiar los determinantes biológicos, sociales y técnicos del conocimiento. Así los seres humanos, considerados como hombres, evolucionan en espacios de significación y contribuyen así, a producir y transformar. Lévy se pregunta en qué medida las ciencias humanas están dotadas para interiorizar de manera operativa los conceptos de significación, resultado, valor y singularidad? Menciona el análisis estructural, cuya limitante es que se trata de una visión estática del paradigma; el análisis estadístico y de probabilidades, los cuales se centran prioritariamente en el espacio de las mercancías; el análisis computacional, muy vinculado a la ingeniería y a la cibernética. Los cinemapas se constituyen en instrumentos que contribuyen a entender el espacio del conocimiento pero no son su objeto. Su objeto está constituido por el devenir-comienzo eterno del intelecto colectivo y de su mundo. 7. Epistemologías En la Tierra el sujeto del conocimiento es el clan que transmite de generación en generación y mantiene el conocimiento. Lévy señala que cuando un anciano muere, es una biblioteca que se quema. La intuición descubre y la carne recuerda. En el Territorio el sujeto del conocimiento es el libro y por tanto deja fuera a los campesinos e ignorantes. El Libro porta el conocimiento territorial. El Territorio lee y escribe para interpretar el libro. El conocimiento territorial se apoya en una dialéctica del cielo y la tierra, ya que sin experiencia ni práctica, no hay teoría. En el espacio de las mercancías el sujeto del conocimiento es la tecnociencia. Para Lévy la tecnociencia es un cuerpo canceroso del conocimiento colectivo que hace metástasis anárquicamente. La organización del hipertexto se encuentra en la red de sus remisiones internas. La tecnociencia produce un conocimiento caótico, dispersado. Es necesario entonces difundir, circular, constituir una red. En el espacio del conocimiento, sujeto del conocimiento es el intelecto colectivo. Todos los conocimientos del intelecto colectivo expresan devenir singulares, los cuales componen los mundos. El sujeto del conocimiento se constituye por su Enciclopedia que significa “círculo de conocimientos”. Lévy junto a Authier han denominado como cosmopedia a un nuevo tipo de organización de los conocimientos que reposa ampliamente en las posibilidades abiertas para la representación del conocimiento. Así para los conocimientos colectivos, el conocimiento es un continuum. El mundo del intelecto colectivo es a la vez su universo de referencia, su “cultura”, su percepción de sí mismo y su identidad efectiva sobre el espacio del conocimiento. En éste el objeto construye el sujeto. El objeto es el recomienzo perpetuo del devenir del intelecto colectivo y de su mundo, así el sujeto es fabricado por el mismo sujeto. Esta filosofía de la implicación no declina una transformación del conocimiento absoluto hegeliano4 porque las formas de conocimiento de la tierra, el territorio y el espacio de las mercancías subsiste. Hegel hace una construcción molar del sujeto, la inteligencia colectiva hace una elaboración molar que incluye subjetivaciones 4 Para Hegel el absoluto seguirá siendo pensamiento que se piensa a sí mismo, pero esta autoconciencia no será un principio autosuficiente para deducir de sí toda la realidad o para fundarla como manifestación suya. Este conocimiento, en Hegel, no es un punto de partida sino un resultado cuyo proceso alberga toda la realidad. La autoconciencia implica un salir de sí para volver sobre sí y poseerse plenamente. Pero este salir de sí no es separable del volver en sí sino que forman un todo constitutivo. 8. Los vínculos entre espacios: Hacia una filosofía política Para Lévy la tierra es una esfera y su signifcado es “hacer mundo”, el territorio es una pirámide y su principio es la trascendencia, el espacio de las mercancías es una red y el espacio del conocimiento es un árbol que reunifica el conocimiento. Los espacios antropológicos son producidos y mantenidos por las actividades de los seres humanos vivos. Lévy desarrolla de manera explícita el concepto de economía en cada una de las dimensiones antropológicas. Así la economía de la Tierra está organizada por la donación y también, la depredación. En el Territorio, la economía es administrada y su fundamento es el impuesto a la tierra. La economía es capitalista en el espacio de las mercancías y en el espacio del conocimiento se podrá hablar de la economía del conocimiento.5 Lévy desarrolla entonces el concepto de interdependencia entre las dimensiones antropológicas. Ninguna frecuencia antropológica actúa directamente en otra. No se trata de actores, sino de espacios. Todo sucede como si dos corrientes ordenaran los espacios, unos con otros. Para Lévy el espacio del conocimiento, incluso siendo ahora virtual, alimenta todas las otras frecuencias antropológicas. El conocimiento deviene en el núcleo central de esta nueva cosmología y acoge el vacío y al estar vacío, ocupa el lugar de paso, hace posible el movimiento y establece la continuidad entre los espacios antropológicos. La existencia humana nace, se perpetúa y encuentra su unidad en el pensamiento. 9. Epílogo: viaje a cnosos ¿Es realista el proyecto de inteligencia colectiva? Lévy distingue entre lo posible y lo factible. Los posibles incluyen todos aquellos hechos que no enfrentan leyes físicas que impidan su realización. Los factibles son más restringidos e incluyen las limitaciones económicas y técnicas. Las decisiones seleccionan hechos entre los factibles. La acción se encuentra en la interfaz entre lo 5 Para Lévy la economía devendría (con la antropología, la filosofía, la psicología social, la robótica social, la vida artificial, la ecología, la teoría de juegos, etc.) una de las disciplinas concurrentes a la comprensión de la inteligencia colectiva. Entre los hechos que me animan a seguir esta línea de pensamiento quisiera señalar que las empresas de la llamada ``nueva economía'' obtienen la mayoría de sus rentas de servicios intelectuales, copyrights, licencias y patentes. Su actividad cotidiana consiste en un arriesgado proceso de aprendizaje y de búsqueda colectiva. Su posición es de mobilización de redes, de animación de comunidades virtuales y de concurrencia planetaria en el ciberespacio. Por otro lado, las universidades y laboratorios públicos razonan como empresas, registran patentes, venden sus servicios intelectuales, etc factible y lo hecho. Pero un acto puede repercutir en la interfaz entre lo que separa lo posible de lo factible. Así la inteligencia colectiva valoriza la técnica que permite ampliar el margen de lo posible a factible. Pero además es posible mover otra interfaz, la partición entre lo imposible y lo posible. Como ejemplo de lo imposible menciona el caso de un astrónomo aristotélico para el cual resultaba imposible “pisar la luna”. El desplazamiento inicial para convertir lo posible en factible y luego en hecho, tuvo una interfaz inicial, al convertir lo imposible en posible. Tampoco se debe confundir lo imposible con lo inimaginable. El pensamiento mueve la interfaz entre lo inimaginable y lo imaginado. El pensamiento agranda el campo de lo imaginado. En esa línea de razonamiento, para Lévy no hace sentido si es utópico o no hablar de una inteligencia colectiva puesto que como ha probado, se pueden ampliar las categorías de inimaginable hasta factible. Sin embargo centra la posibilidad de realización del proyecto en la necesidad de abandonar la perspectiva del poder. Cabe preguntarse si es posible hablar de una civilización que está mutando hacia la existencia de esta cuarta dimensión, la del conocimiento colectivo y si las velocidades de su instauración impedirán la destrucción del mundo.