SUICIDIO ANÓMICO Las crisis económicas tienen influencia sobre la tendencia al suicidio, mas precisamente, en los 3 primeros meses el porcentaje de suicidios aumenta notablemente. Esta relación no se comprueba en algunos casos excepcionales: es la ley. En las crisis dichosas, las cuales acrecientan la prosperidad en un país, influyen en el suicidio lo mismo que los desastres económicos; y es porque son crisis, es decir, perturbaciones de orden colectivo. Toda rotura de equilibrio empuja a la muerte voluntaria. Un ser vivo cualquiera no puede ser feliz, y hasta no puede vivir mas, si exige mas de lo que se les puede conceder, porque de este modo estarán contrariadas sin cesar y no podrán funcionar sin dolor. Un movimiento que se produce con sufrimiento tiende a no reproducirse. Las tendencias que no están satisfechas se atrofian, y como la tendencia a vivir es el resultado de las otras, ésta se debilita. En el animal normal este equilibrio se establece espontáneamente, porque depende de condiciones materiales. Todo lo que reclama el organismo es que la reparación sea igual al desgaste. La reflexión de animal no esta bastante desarrollada para imaginar otros fines que los que están en su naturaleza física. Por otra parte, el trabajo pedido a cada órgano depende del estado de las fuerzas vitales y de las necesidades de equilibrio orgánico, a su vez, es desgaste se regula sobre la reparación. En cambio, en el hombre no pasa lo mismo, la mayor parte de sus necesidades no dependen del cuerpo sino del deseo. Pero tarde o temprano estos deseos encuentran un límite que no pueden pasar. Estas necesidades no se satisfacen de igual manera en la sociedad, sin embargo, la naturaleza es la misma en todos los ciudadanos. En cuanto dependan del individuo solamente, son ilimitadas. Los deseos ilimitados son insaciables. Como nada los limita, sobrepasan los medios de que disponen, y se renuevan constantemente. El hombre al esforzarse es necesario que sienta que no es en vano y que avanza su marcha, ahora, si como objeto tiene el infinito no va nunca a sentir que avanza su marcha, porque siempre esta a la misma distancia del objeto. De este modo el hombre se esta condenando a un estado de descontento perpetuo. A veces la esperanza lo sostiene un tiempo, pero no puede sobrevivir a las indefinidas decepciones. Cuanto más tenga, más querrá tener, puesto que las satisfacciones recibidas estimulan las necesidades en lugar de calmarlas. Es necesario que este movimiento infinito se haga con comodidad y sin contrariedades, de esta manera el sujeto no sufre su inutilidad. Como el hombre no tiene limites internos que se le presenten para atemperar las ilimitadas pasiones, es necesario que se los ponga una fuerza exterior a él. Esta fuerza tiene que ser moral (social), porque las necesidades físicas las limita el organismo. Los individuos solo se detendrán ante un limite que les parezca justo, no limitarían sus deseos si se creyeran aptos para sobrepasar este limite. La sociedad esta en situación de desempeñar este papel moderador, porque esta encima de los individuos y estos aceptan su superioridad. Ella puede limitar las pasiones pero también debe recompensar a los funcionarios en bien del interés común. Las diferentes funciones están jerarquizadas en la opinión, y se atribuye a cada una un cierto coeficiente de bienestar, dependiendo del lugar en el que se encuentran en la jerarquía. Hay un cierto modo de vivir que se 1 considera como el límite superior que puede proponerse el obrero para mejorar su existencia y un límite inferior por el cual se tolera que difícilmente descienda, si no se ha degradado gravemente. Hay una verdadera reglamentación, que carece que forma jurídica, pero que fija el máximum de bienestar de una clase de sociedad. La escala establecida cambiará si aumenta o disminuye la renta colectiva y según los cambios que experimenten las ideas morales de la sociedad. Bajo este limite cada individuo sabe a donde pueden llegar sus ambiciones y no aspira a mas, por lo menos, si tiene una sana constitución moral, siente que no esta bien exigir mas. Así se marca a las pasiones un objetivo y un término. Esta determinación no es rígida ni absoluta, el ideal económico se presenta dentro de ciertos límites, en lo que las pasiones pueden moverse con libertad. Pero no es limitado, esta limitación relativa hace que el individuo este contento con su suerte a medida que los estimula a mejorarla, este sentimiento de goce tranquilo de los individuos y la sociedad es característica de salud. Por este motivo el individuo no esta inmovilizado, puede tratar de mejorar su existencia. El trabajador no esta en armonía con su situación social y no esta convencido de que tiene lo que debe tener. Si se cree apto para ocupar otra situación social, la que tiene no le satisface. No basta que el nivel medio de las necesidades este regulado por el sentir publico, es necesario que otra reglamentación, mas precisa, que fije la manera de cómo los particulares pueden acceder a las diferentes condiciones. Esta reglamentación existe en todas la sociedades. Solamente cuando la sociedad esta perturbada, ya sea por crisis dolorosas o felices, es transitoriamente incapaz de ejercer esta acción moral, por esto, sube la taza de suicidios. Ej.: en los desastres económicos, se produce como una descalificación, que hace que algunos individuos pasen a estar en una situación inferior a la que se encontraban. En necesario que disminuyan sus exigencias, restriegan sus necesidades, que aprendan a contenerse más. Toda acción moral se pierde y se tiene que rehacer su educación moral. La sociedad no puede acostumbrarlos en un instante a esta nueva vida y enseñarles a contenerse, porque no se hallaban acostumbrados. No están acostumbrados a la situación que se les crea y hasta su punto de vista del parece intolerable; de aquí los sufrimientos que surgen de una existencia empequeñecida, aun antes de que la hayan experimentado. En las crisis que tiene por origen un brusco acrecentamiento del poderío y de la fortuna pasa algo parecido. Las condiciones de vida cambiaron, las necesidades varían según los recursos sociales y la escala que determina en general lo que corresponde a cada categoría de productor cambió también. La producción se alteró, pero no se puede improvisar una nueva graduación. Hace falta tiempo para que lo hombres y las cosas seas nuevamente calificados por la conciencia publica. Como se produce un desequilibrio en las fuerzas sociales, las reglas no funcionan bien por un tiempo. Ya no se sabe que es posible y que no lo es, que es justo y que no; por ende, ya no hay nada que no se pretenda. Por mas leve que sea esta conmoción, alcanza el punto en que no se sabe como distribuir las ganancias que le tocan a cada individuo en cada empleo. La clase a la que la crisis a favorecido mas, no esta dispuesta a volver a la situación de resignación y rechazo en la que vivía anteriormente, porque esta nueva situación crea toda clase de codicia. Como las pasiones no están orientadas por la conciencia publica, ya no se sabe donde deben detenerse y donde no. Viven un momento de exaltación natural por que la vitalidad es mas intensa. Los deseos mas ricos que se les presentan los estimulan, los hace más exigentes, mas impacientes a toda regla; y es ahí donde las reglas tradicionales perdieron autoridad. Sus mismas exigencias hacen imposible la satisfacción de sus necesidades. La lucha se hace más violenta y más dolorosa, a la vez que esta menos regulada y hay más competencia. Todas las clases están en lucha porque ya no hay una clasificación establecida. Si la pobreza protege al individuo del el suicidio, es porque ella misma es una freno. Los deseos se ven obligados a contar con los medios, lo que se tiene sirve para determinar lo que se quiere. Cuando menos posee uno, más chico es el círculo de las necesidades. Donde la mediocridad reina, nada insita el deseo. La riqueza, por el contrario, hace que el individuo sienta que se engrandece. El límite induce al individuo a sobrepasarlo. Cuanto menos limitado se siente uno, menos soporta los limites. La pobreza, al obligarnos a ejercer sobre 2 nosotros una disciplina, aceptamos mas fácil la disciplina colectiva. Mientras que la riqueza, exalta al individuo, y muchas veces crea un espíritu de rebelión. Si no fuera por las crisis agudas, el porcentaje de suicidios no seria constante. Desde hace un siglo, el proceso económico consistió en liberar las relaciones industriales de toda reglamentación. Estaba también la religión, que hacia que lo pobres sientas lo mismo que lo ricos. Los negocios regulaban la renta, por ende las necesidades también. La religión perdió la parte más grande de su imperio. El poder gubernamental, en vez de ser el regulador de la vida económica, se convirtió en un instrumento de esta y en su servidor. Su papel Se redujo a intermediario entre las diferentes funciones sociales. Las más contrarias escuelas dicen que el objetivo de las naciones debe ser prosperar industrialmente (dogma del materialismo económico). Esto se convirtió en el fin supremo de los individuos. Entonces los deseos están en libertad de toda autoridad que los limite. Este engrandecimiento del bienestar los ha puesto por encima de toda ley humana. Por esto la reglamentación industrial que estaba por encima de ellos no logro mantenerse. De aquí que el estado de anomalía es constante. Nada podrá calmar los deseos porque su objetivo esta más allá de lo que puede alcanzar. Entonces a la menor desgracia que se presente, no hay fuerzas para soportarlo. El hombre que sabe gozar de los resultados adquiridos sin necesidad de cambiarlos por otros, encuentra en ello un pretexto a la vida, cuando aparecen las contrariedades. En cambio, el hombre que siempre lo espero todo del futuro, no tiene nada en su pasado que lo consuele contra las amarguras del presente, porque el pasado no es mas que una serie de etapas vividas con impaciencia. En las sociedades donde esta sometido a una sana disciplina, el hombre, se entrega también mas fácil a los golpes de la desgracias. Pero cuando todo limite es odioso, la impaciencia en la que se vive, inclina a la resignación. Necesariamente los fracasos crecen con los riesgos, y así, las crisis se multiplican y se hacen más mortíferas. El deseo por el infinito se presenta como una señal de distinción moral, porque se producen en las conciencias desordenadas y fundan como regla el desorden que sufren. Este desarreglo tiene su apogeo en el mundo económico y acá es donde hay mas tazas de suicidio. Las funciones industriales y comerciales están entre las profesiones que proporcionan más suicidios. El enorme porcentaje de la población rentista, muestra que son los de más recursos lo que más sufren. Es porque todo lo referente a la subordinación atenúa el estado de anomia. Las clases inferiores, tienen sus deseos limitados por aquellas que le están superpuestas, las pasiones están definidas. Pero las clases que tienen el vació sobre ellas, se pierden en el si no hay una fuerza que lo impulse para atrás. La anomia es en las sociedades una razón específica para suicidarse. Hay 3 tipos de suicidio a saber: El suicidio egoísta procede de que los hombres ya no encuentran razón de estar en la vida. El suicidio altruista procede que les parece estar fuera de la vida misma. El suicidio anómico procede de que la actividad del hombre es desordenada, y por esto sufren. (no tienen normas, reglas, etc.) El suicidio egoísta y el anómico se relacionan en que la sociedad no esta bastante presente ante los individuos. Pero la esfera de donde esta ausente no es la misma en los 2 casos. En el egoísta se ausenta en la actividad colectiva, dejándola sin freno ni significación. En el anómico se ausenta en poner normas que regulen las pasiones. El egoísta elige el terreno de las carreras intelectuales, el mundo donde se piensa y el anómico el mundo industrial o comercial. Los suicidios que se generan con la viudez se deben a la anomia domestica que resulta de la muerte de uno de los esposos. Se genera un trastorno en la familia y el esposo que sobrevive sufre la influencia. Éste no esta adaptado a la situación que se produce y se mata más fácilmente. La viudez es una perturbación de la existencia y tiene consecuencias mucho más dolorosas porque no es deseada por los esposos, mientras que el divorcio es muchas veces, como una liberación. Sin embargo, los divorciados se matan más que los viudos. 3 Divorcios y suicidios son voluntarios. En los países donde el divorcio no existe o esta establecido recientemente, la mujer casada se mata más que la soltera. En cuanto se pasa a lugares donde el divorcio funciona ampliamente es la mujer la que gana terreno y el marido quien lo pierde (ley: cuanto mas divorcio + favorecida la mujer, en cuanto a suicidio). El divorcio predispone al suicidio: El matrimonio es una reglamentación de las relaciones de los sexos, que se extiende a los instintos físicos y materiales. El divorcio implica un debilitamiento de la reglamentación matrimonial. El limite que el matrimonio pone al placer no tiene la misma fijeza, si es conflictivo, contiene menos a la pasión y esta tiene a extenderse por fuera. Se resigna menos fácilmente a la condición que se le asignó. La calma moral que crea la fuerza del esposo es menor, esto lo lleva a no conformarse con lo que tiene. En los países donde el matrimonio esta moderado por el divorcio, la inmunidad del hombre casado es más débil, bajo esto, se acerca al soltero. Por consecuente el porcentaje de suicidios aumenta. Esto es especial para el hombre, no alcanza a la mujer. Las necesidades sexuales de la mujer están en relación con las exigencias del organismo. Una reglamentación como la del matrimonio monogámico no le es necesaria. La monogamia es de obligación estricta, el matrimonio no le es necesario para limitar sus pasiones porque son naturalmente limitados, pero le impide cambiarlos y se le hace intolerable. La regla es una molestia sin grandes ventajas. He aquí porque el divorcio la protege y recurre a el. Es la anomia conyugal del divorcio la que explica el paralelismo entre divorcio y suicidio. Estos suicidios de esposos generan una variante al suicidio anómico. Son una constitución moral que debilita la reglamentación del matrimonio. Es esta constitución moral la que produce una tendencia al suicidio que llevan a cabo los divorciados. Solo por el divorcio puede haber una verdadera inestabilidad matrimonial, porque solo él rompe completamente el matrimonio. El matrimonio no favorece de igual manera al esposo y a la esposa porque uno tiene la necesidad de contención y el otro de libertad, de ahí un antagonismo entre estos. Es probable que el matrimonio tenga consecuencias buenas cuando la edad calmo las pasiones del hombre y le hace sentir la necesidad de disciplina. Existe un tipo de suicidio que se opone al anómico, es el que resulta de un exceso de reglamentación, que cometen los individuos los cuales sus pasiones están limitadas por una disciplina opresiva. A este tipo de suicidio se lo llama suicidio fatalista. 4