DISFAGIA Se denomina disfagia a la dificultad de deglutir, denominándose odinofagia al dolor al deglutir. Es la sensación de que el alimento se atora en la garganta o en la parte superior del abdomen. Esto se puede sentir en la parte alta del cuello o en la parte baja por detrás del esternón. Deglutir es llevar el alimento líquido y/o sólido desde la boca al estómago. Es un acto complejo que involucra la boca, el área de la garganta y el esófago. Muchos nervios y músculos afectan el funcionamiento correcto de estas partes. Parte del mecanismo de la deglución se hace bajo control consciente (voluntario); sin embargo, gran parte de este proceso es involuntario. En cualquier punto del área descrita puede surgir una cierta dificultad para deglutir, desde masticar los alimentos y llevarlos a la parte posterior de la boca, hasta movilizarlos al estómago. Con frecuencia, los síntomas de dolor torácico, alimentos atorados en la garganta, pesadez o presión en el cuello o la parte superior del pecho son el resultado de una disfagia. La deglución es una acción neuromuscular muy compleja (implica mas de 35 músculos y varios pares craneales). En la fase bucal el alimento se tritura y se mezcla con la saliva hasta conseguir un bolo alimenticio que tiene una textura adecuada para que, con la ayuda de la lengua, se empuje contra el paladar, es una fase voluntaria. Después se desencadena el reflejo de deglución y el alimento entra en el esófago de forma completamente involuntaria para llegar al estómago. El esófago está separado de: − La faringe por el esfínter esofágico superior, que evita la entrada de aire en el esófago durante la inspiración. − Y separado del estómago por el esfínter esofágico inferior, que previene el reflujo de jugo gástrico hacia el esófago. Los síntomas de la disfagia, pueden ser: tos durante la comida, babeo, retención del bolo alimenticio en la boca, sensación de cuerpo extraño en la faringe, regurgitación de la comida hacia la nariz,... Origen de la disfagia La disfagia puede estar originada por diferentes tipos de alteraciones orgánicas: mecánicas y neuromusculares. Entre los trastornos mecánicos, las principales causas de disfagia son, la estenosis benigna de esófago, anillos esofágicos inferiores y carcinoma. El trastorno mecánico suele ser responsable de la dificultad exclusiva para deglutir sólidos, mientras que los problemas para deglutir tanto líquidos como sólidos parecen deducir la existencia de un trastorno neuromuscular. Problemas relacionados con las áreas superiores de la boca y la faringe: • Obstrucción del paso del alimento o líquidos: o trastorno emocional o ansiedad (globus hystericus) o tumores o enfermedad de la espina cervical o divertículo de Zencker o membrana esofágica • Problemas musculares y nerviosos como: o apoplejía o Parkinson o enfermedad de Huntington o esclerosis múltiple o ALS (enfermedad de Lou Gehrig) o miastenia gravis o distrofia muscular o infecciones como la polio y la sífilis Problemas relacionados con el esófago: • Obstrucción para el paso del alimento o los líquidos: o tumores o estenosis que pueden ser causadas por radiación, ingestión de químicos, medicamentos o úlceras o anillo de Schatzki o cuerpos extraños • Problemas musculares y nerviosos como: o acalasia o espasmo esofágico difuso o esfínter esofágico inferior hipertenso (el músculo que se encuentra al final del esófago que permite que el alimento pase al estómago) o esófago de cascanueces o escleroderma Tratamiento de la disfagia Hay que ocuparse de curar la enfermedad de base y, además evitar la malnutrición, es decir asegurar una correcta nutrición e hidratación y disminuir el riesgo de aspiración. Los pacientes con disfagia, suelen tener miedo a comer o beber, por lo que dejan de comer determinados alimentos que les dan problemas y su dieta se va limitando con el tiempo. La incidencia de malnutrición es alta. Este estado nutricional deficitario se asocia con un mayor riesgo de infecciones, una peor respuesta a los tratamientos y una menor facilidad de recuperación de las enfermedades. Modificación de las características del alimento Determinadas consistencias pueden ser perjudiciales para estos enfermos y agravar sus síntomas, como suele ser el caso de las consistencias muy líquidas muy secas o poco homogéneas, por ello uno de los objetivos prioritarios del tratamiento es modificar y adaptar la textura mas adecuada para cada caso. Otro objetivo es diversificar la dieta y reintroducir aquellos alimentos que paulatinamente el paciente había ido abandonando: carne, verdura, fruta, legumbres y agua. Recomendaciones para facilitar la ingesta del paciente con disfagia Adecuar el tipo y la consistencia de los alimentos a la capacidad deglutoria del paciente que además puede ir variando con el tiempo y el proceso de la enfermedad. Espesar líquidos para lograr la ingesta hídrica correcta y evitar la deshidratación: gelificar, utilizar gelatinas, aguas gelificadas o salsas para facilitar la ingesta, incluso la toma de fármacos. Administrar los alimentos sólidos en textura de puré. No mezclar texturas diferentes. Ofrecer los alimentos en presentaciones y colores atractivos. Estimular el reflejo deglutorio combinando sabores y tipos, alimentos amargos y ácidos o fríos y calientes o muy dulces. Repartir la comida del día en pequeñas tomas frecuentes y muy nutritivas. Modificaciones posicionales La posición del cuerpo en el momento de la deglución puede facilitar la llegada del alimento al estómago y evitar aspiraciones. El paciente debe estar sentado en una posición cómoda y en lo posible en un ambiente relajado. Es importante impedir la hiperextensión del cuello con un soporte adecuado para la cabeza. Es recomendable una ligera flexión de la cabeza hacia delante acompañando el movimiento deglutorio. En caso de hemiplejía se debe inclinar la cabeza hacia el lado lesionado, puesto que si se estrecha la entrada de la laringe, se aumenta el cierre de las cuerdas vocales y se limita el paso del alimento hacia las vías respiratorias. Modificación de hábitos Comer cantidades pequeñas en cada bocado. Dejar tiempo suficiente para la deglución. Evitar que se acumulen alimentos en la boca. Facilitar la deglución con maniobras musculares, que algunas veces necesitan el aprendizaje con un logopeda. Se debe comer lentamente y masticar muy bien los alimentos. Si una persona de repente se queja de asfixia y muestra signos de dificultad respiratoria, se debe realizar la maniobra de Heimlich inmediatamente: “Colocar un puño sobre el ombligo con el dedo pulgar pegado al abdomen, cubrir el puño con la otra mano y presionar hacia adentro y hacia arriba, con suficiente fuerza como para hacer que el paciente se levante del suelo”. Algunas personas notan que la deglución de los líquidos es más fácil que la de los sólidos. Asimismo, ellas pueden deglutir alimento en puré o alimento para bebés. Se recomienda evitar ingerir alimentos demasiado fríos o demasiado calientes si se observa que empeoran el problema. Se debe buscar asistencia médica si el problema continúa, incluso si los síntomas son intermitentes y además, se le debe hacer saber al médico de otros síntomas como tos, sibilancia, fiebre, escalofríos, dolor abdominal, dolor al deglutir, náuseas o vómitos, vómito con sangre, pérdida de peso, acidez o sabor agrio en la boca. Se hace la historia médica y se realiza un examen físico. Las preguntas para la documentación detallada de la historia médica de la dificultad para deglutir son: - ¿Hay dificultad con los sólidos, líquidos o ambos? - ¿Está siempre presente (constante) o va y viene (intermitente)? - ¿Hay problemas progresivos al tragar (empeoran)? - ¿Hay dolor al tragar? - ¿Qué otros síntomas se presentan? - ¿Qué tipo de condiciones médicas diferentes tiene la persona? - ¿Qué medicamentos se toman? Módulos espesantes (MESP): Compuestos únicamente por almidones modificados destinados exclusivamente a aumentar la consistencia de los alimentos líquidos y son en forma de polvo y de sabor neutro. Indicados en enfermos con disfagia neurológica, o excepcionalmente motora, con el fin de tratar de evitar o retrasar el empleo de sonda nasoentérica o gastrostomía, cuando dichos enfermos tienen posibilidad de ingerir alimentos sólidos sin riesgo de aspiración, pero sufren aspiración o corren riesgo de sufrirla, si ingieren alimentos líquidos, que no pueden ser espesados con alternativas de consumo ordinario.