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Internacional
La Paz, del 27 de abril al 3 de mayo de 2009
Estados Unidos
Un rayo de luz
en la banca
Jaime Dimon, presidente ejecutivo de JPMorgan Chase, siempre
procura que no comparen al banco
con Citigroup o Goldman Sachs. Y
para tomar distancia, recurre a
declaraciones grandilocuentes. No
sólo está orgulloso del rendimiento
de su banco, considerado como el
salvador de Wall Street al rescatar
a Bear Stearns y a Washington
Mutual, sino que además dice sin
pestañear que puede devolver de
una vez los 25.000 millones de
dólares (19.200 millones de euros)
que le prestó el Tesoro en otoño.
A meses del
terremoto
financiero,
los grandes
bancos vuelven a los
beneficios.
No obstante
el consumidor sigue
bajo una
fuerte presión y teme
una próxima
burbuja
“Mañana mismo", dice
Dimon, mientras insinuaba, como
ya hizo en otras ocasiones, que si
su banco tomó ese dinero del
fondo de estabilidad financiera
fue porque se lo suplicaron.
"Hemos aprendido la lección de
tomar prestado dinero al
Gobierno", sostiene. Y no es el
único que lo ve así, porque estos
días parece vivirse una verdadera
carrera por soltar el flotador que
lanzó hace seis meses el Tío Sam a
la banca. Creen que pueden conseguir ese dinero por otras vías
ahora, sin mayores sacrificios.
Y es que de repente parece
haber cambiado el aire que corre
en el sector financiero. Siete
meses después del terremoto que
hizo temblar Wall Street, tras el
colapso de Lehman Brothers, y del
trimestre más complicado en la
historia moderna del sector, los
grandes bancos de EE UU empiezan a hablar de beneficios y crecimiento sólido de los ingresos en el
arranque de 2009.
Lo peor del pánico posLehman parece haber pasado, a la
vista de unos resultados trimestrales mejores de los esperados presentados por Wells Fargo,
Goldman Sachs, JPMorgan Chase
y Citigroup. La estrategia de tipos
de interés en la zona cero orquestada por la Reserva Federal y la
intervención del Tesoro parece
que empiezan a estabilizar el crédito, el paso clave para apuntalar
el repunte económico. Pero la
digestión de los números de Bank
of America Morgan Stanley, no es
tan fácil e invita a la cautela.
Al bucear en las tablas se
observan cosas tan curiosas como
que las entidades estén sacando
tajada, por un lado, del caudal
masivo de fondos públicos movilizado por Washington y, en paralelo, del negocio de banca de
inversión, el mismo que colapsó el
sistema el fatídico 14 de septiembre pasado por la erosión de las
hipotecas basura.
El pistoletazo de salida lo dio
Wells Fargo. El banco, que se hizo
con Wachovia en una polémica
maniobra, proyecta unas ganancias récord de 3.000 millones de
dólares. Es una cifra similar a la
que registró en todo 2008 y que
contrasta con las pérdidas de
2.547 millones del cuarto trimestre. Sus ingresos en el primer trimestre de 2009 ascendieron a
20.000 millones, más de la mitad
que en todo el año 2008.
La euforia es alimentada
también por Goldman Sachs y
Citigroup, que abandonaron las
pérdidas que tiñeron de rojo sus
balances en el cuatro trimestre de
2008. "Es como la mejor noticia
nunca vista", comentaron los analistas tras diseccionar los números,
en busca de indicadores que ayuden a aclarar el estado real de sus
balances. Wells Fargo justifica sus
números diciendo que crecen sus
depósitos y que está subiendo el
crédito hipotecario, por los bajos
tipos de interés.
Pero el diablo se esconde en
los detalles. A primera vista, Lloyd
Blankfein (de Goldman Sachs) se
quitó la espina del negativo de
2.120 millones que manchó las
cuentas de su entidad en el cuarto trimestre de 2008, anotándose
unas ganancias de 1.800 millones
en los tres primeros meses de
2009.
El sexto grupo financiero de
EE UU, que abandonó en otoño el
estatus de banco de inversión, se
benefició además del pago que le
hizo la aseguradora AIG para
cubrir las pérdidas en los seguros
de impagos de deuda. Lo que
nadie pone en cuestión es que
Goldman navega en la crisis mejor
que el resto y que los intentos del
Gobierno de EE UU por liberar el
crédito le beneficia.
JPMorgan Chase, el primer
banco por activos, juega en la
misma liga. La entidad multiplicó
por tres el beneficio con el que
cerró el cuatro trimestre de 2008,
año que cerró con unas ganancias
tres veces más bajas que en 2007.
El negocio de banca de inversión
registró un beneficio récord de
1.600 millones. Y como hizo
Goldman Sachs, supo sacar tajada
de los fondos masivos que se
están empleando para descongelar el crédito. Pero el banco se
enfrenta a otro problema: el consumidor sigue bajo una fuerte
presión y se teme que la próxima
burbuja en estallar sea la de la
deuda de las tarjetas de crédito.
Citigroup, junto a Bank of
America la entidad más beneficia-
da por las ayudas del Tesoro, también parece ver la luz. No hace ni
siquiera dos meses se temía por su
nacionalización. La entidad ganó
1.590 millones en el trimestre, sus
primeros beneficios en 18 meses.
En el último trimestre de 2008,
Citigroup golpeó al sistema con
unas pérdidas de 8.290 millones
de dólares y sembró el pánico en
el mercado. Ahora en un trimestre ha multiplicado por cinco sus
ingresos y gracias a la banca de
inversión vuelve a la vida. O eso
parece. Sandro Pozzi -El Pais.com
China, principal vendedor de autos
A nivel mundial la industria automotriz está en crisis, pero
en China las ventas están floreciendo, convirtiendo a ese país
en el primer mercado mundial del sector. Gracias a este fenómeno, la exhibición de Shanghai, que era hasta ahora un
primo pobre en este tipo de eventos, ha cobrado una extraordinaria importancia.
En marzo, China superó por tercer mes consecutivo a
Estados Unidos en ventas desplazándolo de un lugar que parecía garantizado para un país que por tradición, historia y
modelo de consumo era el rey indiscutido del sector.
El gobierno chino atribuye este éxito a los
planes de estí-
mulo del consumo lanzados el año pasado, que incluyen
importantes reducciones impositivas para coches de alto ahorro de combustible e incentivos para la adquisición de vehículos en las zonas rurales, en las que todavía vive más de la
mitad de la población nacional.
En la feria automotriz de Shanghai se lanzarán al mercado
13 nuevos modelos de coches. Los modelos profundizan una
nueva tendencia que, en medio de la crisis, se está inclinando
por un auto más pequeño y de menor uso de combustible.
Para las multinacionales automotrices, el mercado chino
es una oportunidad de revitalizar su alicaído desempeño global. Las ventas del modelo AMG de Mercedes Benz se triplicaron en China el año pasado, en momentos en que el sector
pasaba penurias en todo el planeta.
En Estados Unidos, General Motors y Chrysler sobreviven
con la válvula de oxígeno del estado. Los planes de estímulo
económico de naciones desarrolladas y emergentes con producción automotriz incluyen subsidios especiales a esta industria multiplicadora del empleo.
Éste ha sido el caso en países desarrollados como
Alemania y Francia o emergentes como Argentina y Brasil. En
Rusia, el estado está sosteniendo su famoso modelo Lada con
miles de millones de dólares de ayuda. En este panorama,
China se ha convertido en un insospechado oasis.
Más allá de la situación del sector automotriz, el vigor del
mercado interno chino enciende una luz de esperanza respecto a su recuperación económica y la del mundo. El fin de semana, el primer ministro chino Wen Xiabao indicó que el éxito de
sus programas de estímulo fiscal le permitían a China concentrarse en su mercado interno para compensar la caída en las
exportaciones por la crisis mundial.
En un foro regional asiático, Wen Xiabao mostró su presencia de superpotencia regional al lanzar un fondo de
US$10.000 millones para proyectos de infraestructura en el
sudeste asiático.
Pero quizá el principal as que China tiene bajo la manga
es su propia sociedad.
Con una población de 1.200 millones de personas y la
demanda insatisfecha de amplios sectores excluidos del consumo, este mercado interno puede ayudar a superar la crisis y,
con un poco de suerte, estimular la economía mundial. Marcelo
Justo - BBC Mundo
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