La CSJN declaró que los apremios instados por Obras Sociales deben encuadrarse en el artículo 92 de la Ley 11.683 Por Alejandro María Massot 1 Con fecha 6 de mayo de 2014 la CSJN dictó sentencia en los autos "Obra Social de Docentes Particulares c. Fundación Santa María s. Ejecutivo" (expediente O.261.XLVI), en el marco de un recurso extraordinario federal interpuesto por la fundación ejecutada, contra la sentencia de la Cámara Federal de Salta que, a su turno, había considerado mal concedido el recurso de apelación contra la sentencia de primera instancia, que había hecho lugar a la ejecución intentada. La Cámara consideró mal concedido el recurso de apelación contra la sentencia de primera instancia por aplicación del artículo 92 de la Ley 11.683 que expresamente dispone que las sentencias dictadas en el marco de los procesos de apremio gobernados por dicha norma no son pasibles de apelación ordinaria, lo cual, como regla, sólo permite la apelación ante la CSJN de satisfacerse los requisitos correspondientes. En lo que, en definitiva, era la cuestión central controvertida, consideró aplicable el artículo 92 de la Ley 11.683 por sobre el artículo 604 y cs. del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, sobre la base de que (i) esa es la solución expresamente prevista en el Decreto 2102/93 y (ii) ello viene también impuesto por el propio artículo 92 de la Ley 11.683, a partir de que el Decreto de Necesidad y Urgencia 507/93 puso en cabeza de la AFIP la recaudación de los recursos de la seguridad social, entre los que se encuentran las contribuciones con destino a las obras sociales. Impugnada que fuera dicha decisión por la vía del recurso extraordinario, la Cámara concedió el recurso y elevó las actuaciones a la CSJN. Por mayoría la CSJN confirmó la sentencia apelada por los mismos fundamentos que esgrimiera el a quo, aunque algo más refinados, al tiempo que el Dr. Lorenzetti y la Dra. Highton de Nolasco, en disidencia, adhirieron al dictamen del Ministerio Público, según el cual el procedimiento aplicable era el de los artículo 604 y cs. del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, toda vez que la Ley 23.660 no regula un procedimiento especial de ejecución de los aportes en cuestión. Al respecto cabe hacer los siguientes comentarios y precisiones respecto de lo resuelto: 1. En primer término, aunque en menor orden de relevancia, cabe destacar que hay algo doblemente llamativo en el procedimiento del recurso extraordinario en cuestión. Por una parte, llama la atención que fuera concedido por la propia Cámara, sobre la base de estar en juego el derecho de defensa en juicio (lo que equivale a reconocer la posibilidad de que la propia sentencia sea arbitraria). Por otro lado, resulta también llamativo que la CSJN considerara admisible el recurso sobre dicha base, para luego proceder a confirmar la sentencia impugnada, cuando lo más 1 Socio del Estudio Randle Abogados. razonable, no mediando arbitrariedad, hubiera sido directamente considerar mal concedido el recurso, expresando los mismos argumentos que se expresaron para confirmar la sentencia. 2. Más relevante resulta la expresa aceptación de la CSJN de la constitucionalidad del artículo 29 del Decreto 507/93, ratificado por Ley 24.447, en cuanto delegó en el Poder Ejecutivo la determinación del procedimiento aplicable a la ejecución de los aportes de la seguridad social. Las restricciones relativas a la delegación en materia tributaria, según se colige, no alcanzan a las cuestiones procesales, salvo que la CSJN considere que se trata de un supuesto de delegación impropia o facultad reglamentaria, lo cual consideramos improbable, dado el alcance de la facultad conferida. 3. En lo que respecta a la cuestión neurálgica del precedente, la relativa a la norma que gobierna el proceso de apremio iniciado por una Obra Social, nos permitimos manifestar que estamos de acuerdo con el criterio de la mayoría de la CSJN, toda vez que, a nuestro criterio, la posición de la minoría no se hace cargo del categórico texto del Decreto 2102/93, que expresamente declara aplicable el artículo 92 de la Ley 11.683 al cobro de los recursos con destino a los regímenes de la seguridad social. Dado el tenor de dicha norma, consideramos que poco importa la cuestión relativa a qué norma es la destinataria del reenvío previsto en el artículo 605 del CPCCN, ya que tratándose de una norma posterior y especial, el Decreto 2102/93 no depende de dicho reenvío para ser aplicable al procedimiento en cuestión, al tiempo que, reiteramos, el criterio del Dictamen de la Procuración General de la Nación, al que remite el voto de la minoría de la CSJN, no se hace cargo de explicar porqué dicho Decreto no resulta aplicable al caso. En rigor, el dictamen pasa lisa y llanamente por alto la existencia de dicho decreto, lo cual es por lo menos opinable, considerando que por él pasaba el fundamento de la sentencia recurrida en primer lugar. 4. En tales condiciones, quien se encuentre en situación de recurrir una sentencia de primera instancia dictada en el marco de un apremio iniciado por una Obra Social está ahora acabadamente informado del criterio de la CSJN según el cual, atento la aplicación del artículo 92 de la Ley 11.683, dicha sentencia es únicamente apelable ante la CSJN por la vía del artículo 14 de la Ley 48, siempre y cuando estén reunidas las condiciones de procedencia de dicho remedio, por lo que cualquier intento de instar la revisión por la vía ordinaria, por parte de la Cámara de Apelaciones, culminará con la pérdida de la vía recursiva intentada, quedando firme la sentencia de primera instancia.