Reg.: A y S t 235 p 106-116. En la ciudad de Santa Fe, a los diecisiete días del mes de febrero del año dos mil diez, se reunieron en acuerdo los señores Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, doctores Daniel Aníbal Erbetta, María Angélica Gastaldi, Mario Luis Netri y Eduardo Guillermo Spuler, con la presidencia del titular doctor Rafael Francisco Gutiérrez, a fin de dictar sentencia en los autos caratulados “TOMASSI, Patricia contra PROVINCIA DE SANTA FE -Amparo- sobre RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD (Queja Admitida)” (Expte. C.S.J. nro. 179, año 2008). Se resolvió someter a decisión las siguientes cuestiones: PRIMERA: ¿es admisible el recurso interpuesto?; SEGUNDA: en su caso ¿es procedente?; y TERCERA: en consecuencia ¿que resolución corresponde dictar?. Asimismo se emitieron los votos en el orden que realizaron el estudio de la causa, o sea, doctores Gutiérrez, Spuler, Erbetta, Netri y Gastaldi. A la primera cuestión -¿es admisible el recurso interpuesto?-, el señor Presidente doctor Gutiérrez dijo: I. 1. Mediante resolución registrada en A. y S. T. 225, págs. 302/303, esta Corte admitió la queja por denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la parte demandada contra la sentencia de fecha 13.8.2007, dictada por la Sala Tercera de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Santa Fe, por entender que el planteo de la recurrente contaba "prima facie" con suficiente asidero en las constancias de la causa y suponía articular con seriedad un planteo que exigía examinar si la sentencia reunía o no las condiciones mínimas necesarias para satisfacer el derecho a la jurisdicción que acuerda la Constitución provincial. El nuevo análisis de admisibilidad que impone el artículo 11 de la ley 7055, efectuado con los principales a la vista, me conduce a ratificar esa conclusión, tal como lo propicia el señor Procurador General (fs. 208/209). Por ello, voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, los señores Ministros doctores Spuler, Erbetta, Netri y Gastaldi expresaron idénticos fundamentos a los vertidos por el señor Presidente doctor Gutiérrez y votaron en igual sentido. A la segunda cuestión -en su caso, ¿es procedente?-, el señor Ministro doctor Gutiérrez dijo: 2. La materia litigiosa puede reseñarse así: Ante el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la Quinta Nominación de Santa Fe, Patricia Tomassi dedujo demanda de “amparo por mora” contra la Provincia de Santa Fe, tendente a obtener el dictado de una orden judicial que emplazara a la accionada a que se expidiese en el marco del expediente administrativo nro. 00401-0136171-8 del registro del Ministerio de Educación. Relata que en el año 2003 se inscribió para participar del Escalafón de Secretarios del Instituto Superior de Profesorado Nro. 8 de Santa Fe “Alte. Guillermo Brown”, y que fue ubicada en el segundo lugar de la lista respectiva, a su juicio injustamente, por no haberle asignado el Jurado de Escalafonamiento el puntaje que le correspondía en el rubro “antigüedad en el cargo”. Impugnada dicha calificación en tiempo y forma, y planteada la nulidad y recusación con causa por ser una de las integrantes de la Junta de Escalafonamiento madre de uno de los participantes, sólo fue resuelto el recurso de revocatoria, no así la apelación, pese a haber expresado agravios en fecha 19.7.2004, e interpuesto numerosos pedidos de pronto despacho. Expresa que la demora le ocasiona serios perjuicios, ya que de habérsela calificado correctamente, o de haber resuelto la Administración los recursos articulados, “seguramente” ocuparía el primer lugar en la lista, con la consecuente posibilidad de cubrir las suplencias “a las que tiene derecho” (fs.14/20). La Provincia demandada resistió la pretensión aduciendo -en lo sustancial- la inexistencia del “amparo por mora” en el derecho positivo local, la incompetencia del fuero civil y comercial para decidir sobre la admisibilidad del amparo deducido de conformidad con el criterio “Sale” sentado por la Corte local, la existencia de otra vía judicial idónea -contencioso administrativa-, la extemporaneidad de la vía intentada por haber transcurrido en exceso los quince días previstos por el artículo 2 de la ley 10.456 y la falta de demostración del perjuicio irreparable. Añadió que una eventual orden judicial al Poder Ejecutivo para que dicte un determinado acto constituiría una injerencia del Poder Judicial en la zona de reserva de la Administración, invadiendo el ejercicio de una facultad que la Constitución Provincial asigna al primero en forma privativa y excluyente Negó por último haber incurrido en mora culpable en tanto de los dichos vertidos por la actora bien podría inferirse que, en rigor, su reclamo ha seguido el curso normal previsto en el decreto 10.204/58 (fs.27/33). La Jueza de Primera Instancia se declaró incompetente, con invocación del precedente “Sale” de esta Corte (A. y S. T. 99, pág. 96/98), por considerar que las acciones de amparo en las que se discuten derechos subjetivos derivados de la relación de empleo público corresponden a la competencia de los Jueces de Primera Instancia de Distrito en lo Laboral, por aplicación analógica del artículo 74, inciso 1ro., de la Ley Orgánica del Poder Judicial, cuyo criterio de atribución de competencia por especialidad no resulta en principio alterado por el artículo 4 de la ley 4106 (fs. 153/154). Apelado que fuera ese decisorio con fundamento -en síntesis- en que la Jueza partió de una premisa equivocada, cual es que la presente se trata de materia relativa a empleo público, mientras que la única pretensión deducida en el caso es la de obtener una orden de pronto despacho judicial con fundamento en el derecho a peticionar y obtener resolución fundada por parte de la autoridad que debe resolver, la Cámara lo revocó y en su lugar otorgó a la Provincia de Santa Fe un plazo de quince días para que reconstruya las actuaciones administrativas y se pronuncie sobre el recurso de apelación subsidiariamente interpuesto en ellas por la actora, bajo apercibimientos de ley. Para así decidir, desestimó el planteo de incompetencia formulado por la Provincia en su escrito de responde, ya que mediante la acción deducida no se intentó debatir ni decidir el planteo de fondo introducido por la amparista ante la Administración, circunscribiéndose la materia litigiosa al ejercicio del derecho de peticionar a las autoridades a fin de que se resuelva el expediente administrativo, admitiendo o denegando la solicitud. Señaló que la Provincia admitió en el responde la tramitación de las actuaciones nro. 00401-0142925-2 iniciadas por la actora en 2.3.2005, haciendo saber asimismo que las mismas se extraviaron y dando cuenta de sus gestiones para reconstruirlas, de lo que extrajo que está reconocida la mora que determinó la promoción de la causa, y la responsabilidad de la Administración en la demora y en el extravío. Concluyó que debía admitirse la acción, intimándose a la Administración para que en el término de quince días procediera a la reconstrucción del expediente administrativo y dictase pronunciamiento en la apelación interpuesta en forma subsidiaria a la revocatoria ya desestimada (fs. 169/170). 3. Contra aquel pronunciamiento deduce la Provincia demandada recurso de inconstitucionalidad, por arbitrariedad del decisorio. Aduce que la Cámara incurre en el vicio de prescindencia de argumentos dirimentes del proceso sin dar razón plausible alguna. Al respecto, explica que en el proceso invocó expresamente el criterio de esta Corte vertido in re “Sale” (A. y S. T. 99, págs. 96/98), según el cual tratándose de prestaciones o derechos derivados de la relación de empleo público, la admisibilidad del amparo debía ser juzgada por el tribunal con competencia en lo laboral. Y que la Sala no mencionó razón alguna para apartarse de esa regla de distribución fijada por el superior, basada en la especialidad, para establecer cuál es el órgano judicial de Distrito que debe decidir en casos como el sub examine. Considera que ello afecta la división de poderes, el principio de igualdad y el derecho a la jurisdicción razonada y razonable y a la defensa en juicio. Se agravia además de que la Sala haya hecho lugar al amparo por mora sin exponer los fundamentos por los que admitió una vía no contemplada en el ordenamiento jurídico provincial, incurriendo además en un contrasentido, en tanto por un lado cita las disposiciones de la ley 10.456 pese a que dicha ley no prevé el “amparo por mora”, y por el otro, al resolver a favor de la admisibilidad del amparo, no analiza si en el caso concurren los requisitos que a tal efecto exige aquella legislación. La a quo razona -dice-, contrariando la doctrina legal, que por tratarse únicamente de un recurso orientado a obtener una decisión de la Administración sin que el órgano jurisdiccional se inmiscuya sobre el fondo, la figura del amparo por mora es admisible, cualquiera sea la materia constitutiva del fondo de la reclamación. Mas si la Sala hubiera analizado si en el caso se encontraban acreditados aquellos extremos, ello le habría quitado fundamento a su decisión en tanto dicho análisis importaba el estudio de la cuestión de fondo debatida en las actuaciones administrativas, o dicho en otras palabras, implica analizar una cuestión que según la Sala no tenía relevancia para resolver la incompetencia planteada. Concluye que sostener que la pretensión de la actora resultaba independiente de la cuestión de fondo constituye un razonamiento erróneo más allá de lo opinable. Entiende que la motivación de la Sala es insuficiente y el razonamiento erróneo, por cuanto de ser así carecería de sentido la existencia de un órgano judicial con incumbencia en lo contencioso administrativo en que -precisamente- uno de los supuestos de su convocatoria es la denegación presunta o mora administrativa en resolver una reclamación. Es decir, si el ordenamiento procedimental administrativo y el procesal judicial prevén la figura de la denegación presunta para acceder al contencioso administrativo, no existe justificación alguna para introducir pretorianamente la figura del amparo por mora cuando el ordenamiento ha previsto una solución judicial idónea para el supuesto. Expresa que con ello la Sala incurre en un exceso en la función judicial. Concluye que el decisorio afecta la garantía de defensa en juicio y el derecho de propiedad, al aplicar una normativa no operativa y obviar elementales normas procesales, generando una situación de privilegio para el actor y poniendo en grave crisis a la Administración Pública provincial. 4. La Sala denegó la concesión del recurso, accediendo la impugnante a la instancia extraordinaria por vía de queja, como se expusiera al tratar la primera cuestión. II. El recurso interpuesto -se adelanta- no habrá de prosperar. Ello así por cuanto lo resuelto por la Sala, respecto de la inaplicabilidad del criterio sentado por esta Corte in re “Sale” (A. y S. T. 99, págs. 96/98) al caso de autos, por tender no a la protección de un derecho subjetivo o interés legítimo de carácter administrativo, sino sólo a la obtención de resolución expresa en sede administrativa, no merece reproche desde una óptica constitucional. En efecto: cabe inicialmente recordar que en el precedente mencionado este Cuerpo concluyó que, tratándose de recursos de amparo deducidos en materia de empleo público, resultan competentes los Jueces de Primera Instancia de Distrito en lo Laboral, ya que “corresponde atender al criterio que inspira a la propia ley 10.456 en cuanto a la determinación del juez ante el cual puede deducirse la acción de amparo”, esto es, “es el de respeto de la distribución de trabajo, no sólo porque la competencia prevencional la establece para situaciones de ‘imposibilidad o urgencia’, sino porque se apartó expresamente de lo dispuesto en la anterior ley reglamentaria nro. 7053 que, con el designio de facilitar la deducción del recurso, autorizaba a interponerlo 'ante cualquier juez de primera instancia’”. En el sub examine, la Sala consideró inaplicable ese criterio al amparo por mora, por entender que por tal acción “no se intenta debatir y decidir el planteo de fondo introducido por la amparista ante la administración, circunscribiéndose la materia litigiosa ... al ejercicio del derecho de peticionar a la autoridad a los fines que se resuelva el expediente administrativo, admitiendo o denegando la solicitud”, e invocando el artículo 4 de la ley 10.456. Como se adelantó, tal tesitura no es objetable desde una perspectiva constitucional, ya que, si bien es cierto que en el caso la materia que subyace en la pretensión de la recurrente amparista es contencioso administrativa, no es menos cierto que el presente -como se dijo- es un amparo por mora de la Administración en resolver un recurso administrativo. No es, entonces, razonable sostener que la pretensión de hacer efectivo el general ejercicio del derecho de petición (con el consecuente derecho a obtener respuesta) constituya, técnicamente, materia contencioso administrativa. Porque si bien materialmente los derechos subjetivos o intereses legítimos de la recurrente son de carácter administrativo, no lo es su derecho a peticionar a la autoridad que resuelva un recurso interpuesto contra un acto suyo y frente a su silencio. Es que, contrariamente a lo sostenido por la recurrente, en el diseño constitucional nacional y provincial el órgano jurisdiccional no puede reemplazar la voluntad administrativa sino solamente efectuar el control de legitimidad sobre sus actos; la materia de fondo contenida en el reclamo que la actora hizo en sede administrativa (que, sin duda alguna, -como se expresara- se vincula al empleo público y es contencioso administrativa) es extraña e indiferente al presente recurso de amparo. Mal puede, entonces, sostener la Provincia que pese a ser la materia subyacente contencioso administrativa si ha de ventilarse en un recurso de amparo, el juez competente es el laboral. Porque no sólo la actora no ha incoado lesión a ningún derecho subjetivo de carácter administrativo -sino concretamente lesión a derechos y garantías constitucionales como al debido proceso, a peticionar a las autoridades, y a obtener de ellas decisión fundada-, sino que esos derechos cuya lesión invoca no son, ni siquiera analógicamente, derechos para cuyo resguardo la ley 10.160 otorgue competencia a la justicia del fuero laboral; resultando absolutamente inaplicable a este caso la doctrina del fallo “Sale” de la Corte Suprema de Justicia de esta Provincia, invocada por la recurrente. Como se dijo, pues, no cabe sino compartir la postura de la Sala en cuanto a que pretensiones como la deducida en el caso de autos se agotan exclusivamente en la obtención de una resolución expresa por parte de la Administración, sin alcanzar al fondo del asunto, desvinculándose, pues, de éste; tendiendo a la satisfacción del “derecho de peticionar a las autoridades”, y no a la protección de situaciones jurídicas subjetivas emergentes de relaciones jurídicas regidas por el derecho administrativo. Y si bien es cierto que en el derecho santafesino no existe una vía procesal específica, análoga al “amparo por mora” regulado en el orden nacional (artículos 28 y 29, ley 19.549) y en algunas provincias (Catamarca, ley nro. 4795; Córdoba, ley nro. 8508; San Luis, ley nro. 5474; Santiago del Estero, artículo 61 inciso 6 de la Constitución provincial; Tierra del Fuego, artículos 161 y 162 de la ley de procedimientos administrativos; Tucumán, artículo 19 del Código Procesal Constitucional; Corrientes, artículos 216 a 221 de la Ley de Procedimientos Administrativos; Formosa, artículos 110 y 111 de la Ley de Procedimientos Administrativos; La Pampa, artículos 95 y 96 de la Ley de Procedimientos Administrativos, San Juan, artículos 28 y 29 de la Ley de Procedimientos Administrativos; Santa Cruz, artículos 28 y 29 de la Ley de Procedimientos Administrativos; Buenos Aires, Código Contenciosoadministrativo), la ampliación subjetiva y objetiva que el artículo 43 de la Constitución Nacional ha operado en la ley provincial 10.456, hace que las omisiones de las autoridades públicas integren -junto con los actos- el catálogo de los impugnables por vía de este recurso; de modo tal que aunque el amparo por mora no esté expresamente previsto en la mencionada ley provincial ni en ninguna otra norma del ordenamiento local, ello no es óbice para su acogimiento, si se constata la efectiva violación del derecho que se dice vulnerable. Por lo expuesto, no cabe sino concluir que en la Provincia de Santa Fe aquellas pretensiones que, como la deducida en el sub discussio, se limitan a la obtención de una resolución administrativa expresa, deben canalizarse, como sucedió en el caso, por la vía del recurso de amparo, por no existir -contrariamente a lo sostenido por la recurrente- para la pretensión deducida otras vías judiciales o, incluso, administrativas eficaces para idéntico fin. Por las razones expuestas, voto, pues, por la negativa. A la misma cuestión, el señor Ministro doctor Spuler dijo: III. La causa bajo análisis plantea la problemática de la admisión en el ordenamiento santafesino, y, en su caso, el régimen aplicable al denominado en otros sistemas “amparo por mora”. Tal garantía, regulada en el orden nacional (v. artículos 28 y 29, ley 19.549) y en algunas provincias (Catamarca, ley nro. 4795; Córdoba, ley nro. 8508; San Luis, ley nro. 5474; Santiago del Estero, artículo 61 inciso 6 de la Constitución provincial; Tierra del Fuego, artículos 161 y 162 de la ley de procedimientos administrativos; Tucumán, artículo 19 del Código Procesal Constitucional; Corrientes, artículos 216 a 221 de la Ley de Procedimientos Administrativos; Formosa, artículos 110 y 111 de la Ley de Procedimientos Administrativos; La Pampa, artículos 95 y 96 de la Ley de Procedimientos Administrativos, San Juan, artículos 28 y 29 de la Ley de Procedimientos Administrativos; Santa Cruz, artículos 28 y 29 de la Ley de Procedimientos Administrativos; Buenos Aires, Código Contenciosoadministrativo), es un especial recurso de amparo que tiene por objeto específico la obtención de una orden judicial de “pronto despacho”, dirigida por el órgano jurisdiccional a órganos o entes de la Administración Pública, que incumplen -en general- el deber de pronunciarse tempestiva y expresamente ante una pretensión deducida por un particular en dicha esfera. El juez -si existiera mora- emplazará a la Administración a dictar el acto omitido, aunque no puede ordenarle en qué sentido debe hacerlo (cf. Creo Bay, Horacio y Hutchinson, Tomás, “Amparo por mora de la Administración Pública”, 3ra. ed., Ed. Astrea, Buenos Aires, 2006). Pues bien: tal como se destacó -por mayoría- en el precedente “Rossi Amicone” (A. y S. T. 196, págs. 3/8, sentencia del 31.3.2004), el ordenamiento santafesino, a diferencia de los antes mencionados, no contempla una vía procesal específica y expresa a los efectos de la obtención de una resolución por parte de la autoridad administrativa. Sin embargo -se adelanta- ello no significa que en la Provincia de Santa Fe el derecho a obtener una resolución expresa carezca de remedio jurídico. En efecto: el llamado “amparo por mora”, cuya finalidad, como se dijo, se agota exclusivamente en la obtención de una resolución expresa por parte de la Administración, tiende a la satisfacción del “derecho de peticionar a las autoridades”, consagrado por el artículo 13 de la Constitución Provincial y 14 de la Nacional. Este derecho, conforme lo regula el artículo XXIV de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre -que establece que “toda persona tiene derecho de presentar peticiones respetuosas a cualquier autoridad competente, ya sea por motivo de interés general, ya de interés particular, y el de obtener pronta resolución”-, de jerarquía constitucional de conformidad con el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional, se integra necesariamente con el deber de resolver la pretensión deducida por parte de la autoridad requerida, superándose de tal modo a partir de la reforma constitucional de 1994 posiciones doctrinarias que entendían que no importaba el derecho de obtener respuesta expresa (cf. Linares Quintana, Segundo V., “Tratado de la ciencia del derecho constitucional argentino y comparado”, Ed. Alfa, Buenos Aires, 1956, T. III -parte especial-, pág. 790, parág. 2333; Sánchez Viamonte, Carlos, “Manual de derecho constitucional”, Ed. Kapelusz, 1959, pág. 145). Convirtiéndose de esa manera el silencio administrativo, en una inactividad de carácter formal, en tanto constituye una omisión y una infracción al deber de resolver la petición del particular. Por otro lado, el derecho a obtener una resolución expresa por parte de la autoridad administrativa -cuando ésta afecta derechos subjetivos o intereses legítimos de naturaleza administrativa y se requiere como requisito de admisibilidad para acceder a la jurisdicción contencioso administrativa el agotamiento de la vía administrativa- está estrechamente vinculado al derecho de defensa, en virtud de que el administrado se encuentra con la necesidad de conocer las razones por las cuales no se le reconoce su petición, y de esa manera exponer -en caso de no coincidir con la misma- argumentos contrarios a la decisión, primeramente en sede de la propia Administración y posteriormente ante los órganos judiciales con competencia en lo contencioso administrativo. Ahora bien: como se adelantó, la falta de regulación en el ordenamiento jurídico local del “amparo por mora”, no es obstáculo para tutelar los derechos más arriba mencionados. En efecto: debe tenerse en cuenta que el artículo 43 de la Constitución Nacional -cuya directa operatividad y vigencia espacial extendida a todos los habitantes del país ya señaló esta Corte in re “Bachetta” (A. y S. T. 132, pág. 67)prevé la acción “expedita y rápida de amparo, ... contra todo acto u omisión de autoridades públicas... que lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley.” (el subrayado no es del texto). Asimismo, en el derecho positivo santafesino, el artículo 17 de la Constitución Provincial contempla el “recurso jurisdiccional de amparo” contra “cualquier decisión, acto u omisión ...que amenazare, restringiere o impidiere, de manera manifiestamente ilegítima, el ejercicio de un derecho de libertad directamente reconocido a las personas en la Constitución de la Nación o de la Provincia, siempre que no pudieren utilizarse los remedios ordinarios sin daño grave e irreparable y no existieren recursos específicos de análoga naturaleza acordados por leyes o reglamentos”; y el artículo 1 de la ley 10.456 dispone que “la acción jurisdiccional de amparo establecida por el art. 17 de la Constitución Provincial, procederá en los casos y con las condiciones en él previstas, de conformidad con el juicio de trámite sumario que se establece en la presente ley” (los subrayados no son de los respectivos textos). Tales disposiciones, pues, permiten sostener que en la Provincia de Santa Fe el recurso de amparo regulado por la ley 10.456 resulta la vía idónea para procurar remedio jurisdiccional a las omisiones de la Administración que lesionen -con ilegitimidad manifiesta y perjuicio irreparable- el derecho de los administrados a obtener resolución expresa. En consecuencia, en nuestra Provincia aquellas pretensiones que se limitan a la obtención de una resolución administrativa expresa deben canalizarse por la vía del recurso de amparo, cuyos recaudos de admisibilidad y procedencia deberán ser materia de estricto control por parte de los jueces intervinientes. Específicamente en cuanto a la competencia, resulta de aplicación el criterio sentado por este Cuerpo in re “Sale” (A. y S. T. 99, pág. 96/98). En dicho precedente esta Corte concluyó que, tratándose de recursos de amparo deducidos en materia de empleo público, resultan competentes los Jueces de Primera Instancia de Distrito en lo Laboral, ya que “corresponde atender al criterio que inspira a la propia ley 10.456 en cuanto a la determinación del juez ante el cual puede deducirse la acción de amparo”, esto es, “es el de respeto de la distribución de trabajo, no sólo porque la competencia prevencional la establece para situaciones de ‘imposibilidad o urgencia’, sino porque se apartó expresamente de lo dispuesto en la anterior ley reglamentaria nro. 7053 que, con el designio de facilitar la deducción del recurso, autorizaba a interponerlo 'ante cualquier juez de primera instancia’”. No obsta a tal conclusión el hecho de que la pretensión deducida se agote -como se dijo- en la obtención de una resolución expresa por parte de la Administración, sin alcanzar al fondo del asunto. Es que, cuando planteos tales se deducen en el ámbito del empleo público, el órgano jurisdiccional, para analizar si concurre en el caso sometido a su decisión el recaudo de ilegitimidad manifiesta, deberá cotejar la situación de hecho con las previsiones normativas o los principios que regulan el tiempo en que deben resolverse peticiones en materia de empleo público, por lo que no resulta aconsejable en tales casos desplazar a los jueces especializados en materia laboral, ni se advierten razones para obviar la aplicación del artículo 4 de la ley 10.456, que, como se dijo, establece la mentada pauta de especialidad. Ahora bien: a poco que se considere el caso bajo análisis, se verá que en el mismo ni se han observado las pautas de competencia antes mencionadas, ni el derecho de obtener respuesta expresa por parte de la Administración, correlato necesario -como queda dicho- del de peticionar a las autoridades y del derecho de defensa, no ha sufrido lesión. En efecto: conforme surge de autos, habiendo la amparista obtenido el segundo lugar en el Escalafón de aspirantes a Secretarios del Instituto Superior de Profesorado Nro. 8 de Santa Fe “Alte. Guillermo Brown”, e impugnado la calificación respectiva, el recurso de revocatoria fue resuelto -en sentido adverso a ella- por la Administración, radicando la mora de la que ahora se agravia en el trámite del posterior recurso de apelación, cuyo expediente se habría extraviado tras haberse expresado agravios. Como se observa, el derecho a obtener una respuesta expresa por parte de la Administración -contracara, se insiste, de la genérica facultad de peticionar a las autoridades- fue en el caso satisfecho -si bien, como se dijo, con un resultado de fondo adverso a la amparista-, como así también su derecho de defensa, ya que la administración expuso las razones -sin duda no las esperadas por la recurrente- por las cuales entendía que Tomassi debía estar ubicada en el segundo lugar de la lista respectiva del Escalafón de Secretarios del Instituto Superior de Profesorado nro.8 de Santa Fe “Alte. Guillermo Brown”. La mora invocada en la especie vulneraría, antes bien, la posibilidad de lograr el agotamiento de la vía administrativa, recaudo que -sabido es- debe cumplimentarse para posibilitar el acceso a la vía contencioso administrativa. Ello ubica la lesión denunciada en el caso de autos en la órbita del procedimiento recursorio necesario para habilitar el acceso a la jurisdicción contencioso administrativa -adecuadamente tutelado por el ordenamiento mediante el instituto de la “denegatoria presunta”-, y no en la del quebrantamiento de los derechos de obtener respuesta expresa y de defensa, único supuesto que -como se expresó- tornaría admisible en casos como el presente la vía del amparo regulada por la ley 10.456. Por las razones expuestas, voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, los señores Ministros doctores Erbetta y Netri expresaron idénticos fundamentos a los expuestos por el señor Presidente doctor Gutiérrez y votaron en igual sentido. A la misma cuestión, la señora Ministra doctora Gastaldi dijo: IV. El recurso interpuesto -se adelanta- no habrá de prosperar. En efecto, coincido con la convalidación de lo decidido por la Alzada, mas allá de los reproches formulados por la impugnante, en tanto no ha logrado poner en tela de juicio que la sentencia se aparte de los parámetros de razonabilidad con que deben contar para su validez las decisiones jurisdiccionales. Ello así, por cuanto la Sala para admitir la acción y su competencia ponderó la especial circunstancia de que se encontraba en juego"el derecho de peticionar a la autoridad a los fines de que se resuelva el expediente administrativo, admitiendo o denegando la solicitud"; que de la causa surgía la aceptación por parte de la Provincia de la iniciación de la actora de actuaciones administrativas que tramitaron bajo los datos que se precisan; que las mismas fueron extraviadas -sin que pueda tal responsabilidad imputársele a la accionantey, que ello implicó no sólo el reconocimiento de la mora sino que la misma le era imputable a la demandada. Por lo demás, es claro que lo dispuesto por la Cámara con relación a la Administración, ordenando la reconstrucción de las actuaciones y el dictado de resolución respecto de la apelación interpuesta por la interesada -en forma subsidiaria a la revocatoriae instada repetidamente mediante prontos despachos, aparecen claramente vinculados a aspectos trascendentes de legalidad administrativa que le exige funcionar dentro de los límites legales, pues particularmente en el caso no puede pasar desapercibido que los vicios endilgados al concurso remiten a la válida constitución de la Junta de Escalafonamiento (que se invoca integrada por la madre de uno de los participantes, que a la postre resultó ubicado en el primer lugar) y la no asignación por parte del Jurado de Enjuiciamiento del puntaje que le correspondía en el rubro "antigüedad en el cargo" -ubicándola en el segundo lugar-. El derecho a obtener respuesta por parte de la Administración, en un asunto en el que la solicitante ostenta un calificado interés no puede tenerse por satisfecho con la remisión a la vía contencioso administrativa sobre la base de la denegación presunta, pues ésta constituye -en esta etapa del procedimiento- una opción para el administrado mas no una imposición. Si bien en el derecho santafesino no existe una vía procesal expresa para canalizar el "amparo por mora", a diferencia de lo que ocurre en el ámbito nacional (arts. 28 y 29, L.N.P.A.) y en algunos ordenamientos provinciales, puede entenderse que el artículo 17 de la Constitución de la Provincia y la ley provincial 10456, no son obstáculos para inferir que se conciba también como acto impugnable la omisión de las autoridades públicas, en tanto se dé la efectiva violación del derecho invocado. En las concretas condiciones de la causa y por las razones expuestas se esfuma la decisividad que en otras circunstancias pudiera tener un sustrato vinculado al empleo público, siendo evidente la necesidad de que la Administración explicite fundadamente sobre los reproches endilgados a los fines de que la administrada pueda decidir de igual modo la vía recursiva que pudiere entender le asiste. Siendo ello así, no luce demostrado que la vía de amparo tutelada por la Cámara se avizore como desmarcada de las circunstancias del caso y tampoco luce irrazonable. En razón de lo que llevo expuesto, voto, pues, por la negativa. A la tercera cuestión -en consecuencia ¿que resolución corresponde dictar?- el señor Presidente doctor Gutiérrez dijo: Atento al resultado obtenido al tratar las cuestiones anteriores, corresponde declarar improcedente el recurso interpuesto, con costas a la vencida (artículo 12, ley 7055). Así voto. A la misma cuestión, los señores Ministros doctores Spuler, Erbetta, Netri y Gastaldi dijeron que la resolución que se debía adoptar era la propuesta por el señor Presidente doctor Gutiérrez y así votaron. En mérito del acuerdo que antecede, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESOLVIO: Declarar improcedente el recurso interpuesto, con costas a la vencida. Registrarlo y hacerlo saber. Con lo que concluyó el acto, firmando el señor Presidente y los señores Ministros por ante mí, doy fe. Fdo.: GUTIÉRREZ-ERBETTA-GASTALDI-NETRI-SPULER- Bordas (Secretario)